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La gente comió menos en el 2022
El Banco Central del Paraguay (BCP) acaba de cerrar el año 2022 en el manejo de sus indicadores del corto plaza para medir la marcha de la economía: el Imaep (Indicador mensual de la actividad de la economía paraguaya) y la ECN (Encuesta cifras de negocios). Recordemos que su proyección actualmente mantenida de crecimiento económico es del 0,2% para el 2022 (en sus denominadas Cuentas Nacionales). Veremos si esa proyección se sostiene ahora a la luz de los resultados negativos de aquellos citados instrumentos de medición que tuvieron un diciembre feoen general, y en particular en lo que tiene que ver con el nivel de consumo de la gente. En no pocas ocasiones la economía de un país en serias dificultades alcanza una dinámica (producción) que no necesariamente se refleja en una mejora del ingreso y la ocupación de la gente, y en consecuencia se traduce en un mayor nivel de consumo: “comer más” que en un sentido amplio es “vender más” desde otra perspectiva. La actividad económica cayó -0,5% todo el 2022 acumulado versus el 2021. Con excepción de enero del año pasado cayó constantemente. Venía levantando cabeza desde agosto 2022 para caer -0,4% en diciembre.
Por la caída de la industria de la construcción y números negativos en varios sectores comerciales. Y eso que el Gobierno (Estado) lanzó a la calle en un mes aproximadamente 1.000 millones de dólares (sueldos, jubilaciones, pensiones, pago a proveedores, aguinaldo general, aguinaldo especial creado por Marito para los “pobres” por 14 millones de dólares antes de las internas, transferencias, y otras gracias monetarias). ¿Qué pasó con esa inyección de 1.000 millones de dólares del Gobierno? Sumada a la proporcionada por el sector privado formal. A manera de explicación adelantos y deudas carcomieron ese dinero, que no podía tener otro uso, porque el primer semestre del 2022 fue realmente horrible con una actividad económica que cayó al ritmo del -2,8% en ese entonces y una inflación que en abril fue del 11,8%. Hay adelantos y deudas que se renuevan cíclicamente y forzadamenteen estos cuatro años de vacasflacas(el covid19 como agujero mayor, del que no nos recuperamos), unido al legítimo deseo de volver a recuperar propiedades. Muebles e inmuebles, puestos en el mejor de los casos en garantía para hacer frente al Tsunami de la pandemia. En cuatro años la población aumentó y así sus necesidades, pero la economía se estancó totalmente con un sesgo a la caída, y la inflación que ya en el 2021 preanunciaba con su 6,8% que venía lo peor (8,1% cierre y 9,8% promedio), achicó el poder de compra de la gente, ya con dificultades en el empleo. El combo explosivo de la canasta familiar con precios de los combustibles que llegaron a subir casi el 60%, acompañado con alimentos caros, desabastecimiento, tumbó literalmente el consumo: la gente comió menos. Y no me olvido del contrabando como tabla de salvación para no pocos y soga al cuello para muchos obreros, empleadores, proveedores y empresarios formales que son los que pagan los impuestos con los cuales atender mejor las necesidades de los que recurren a aquella tabla de salvación por necesidad ante muy bajos ingresos y un diferencial de precios que los hermanos argentinos nos regalan para “vivir fundidos como país”. En la caída de las ventas en los híper y supermercados (-4,4%) y en los combustibles (-8,6% global y -20% en diciembre) tuvo mucho que ver el contrabando, sin duda alguna, pan para algunos piedras para otros. El consumo tuvo tres meses malos (octubre-diciembre: -8,2%, -3,8%, -0,3%) y su caída acumulada que estaba en -0,4% en setiembre culminó en -1,3%. Fuera del contrabando llama la atención la caída en la venta de materiales de la construcción con nueve meses de deslizamiento y bajón global del -3,5% (horrible el segundo semestre). Y como final de oro la menor venta de servi-
CAYÓ MÁS EL CONSUMO QUE LA ACTIVIDAD ECONÓMICA EN EL 2022: LA GENTE VIVIÓ PEOR
1 2 cios de telefonía móvil (-4% en el global), y en diciembre un derrumbe del -12,2%. Comimos menos y casi no nos comunicamos. ¿Paraguayos usando menos el celular? ¡Eso es crisis y no macana! Jugando, perversamente, lo sé, con una conclusión que demuestra realmente mi desagrado con una realidad que duele. Y no tuvimos un contrabando de servicios de telefonía móvil. Was gesagt werden muss, muss gesagt werden. Duele decirlo, pero