NOHELIA CAMER MASTROPIERRO
MIÉRCOLES 18 DE JULIO DE 2018
Ellas En esta octava edición del Suplemento MUJERES, les vamos a presentar dos nuevas historias de representantes locales. Ellas desempeñan funciones que guardan estrecha relación con dos fechas conmemorativas del mes que transitamos. La primera crónica se enmarca en el 07 de julio (primer sábado del mes, cada año) Día Internacional del Cooperativismo y Día Nacional de las Cooperativas. En ella narramos la historia y el trabajo que Nohelia Camer Mastropierro. realiza Nohelia Camer, junto a otras siete mujeres, en la cooperativa local Empoderadas que, ubicada en Villa Cordobita desde el año 2015, se dedica a los estampados personalizados y de diseño, de ropa, cartucheras y fundas, entre otras cosas. La segunda fecha a la que decidimos darle relevancia es a la del 29 del corriente, Día de la Cultura Nacional. Por ello, entrevistamos a Anabela Tvihaug Canales, miembro de la Secretaría de Extensión de la Unicen, artista local de teatro y una importante representante de la cultura tandilense. Por medio de sus experiencias, dará cuenta del trabajo realizado en los Universos de las Artes y Letras y de la importancia de lo cultural, en la transformación de una comunidad. Esta edición vuelve a presentar mujeres de Tandil que día a día trabajan con pasión, compromiso y que, desde sus actividades, nos demuestran que todo objetivo que uno se propone, puede ser cumplido. Anabela Tvihaug Canales.
Una chica empoderada Artesana, mamá de dos varones, participante de una agrupación de mujeres candomberas y parte de la cooperativa Empoderadas de Villa Cordobita, comparte su percepción respecto de la importancia que implica dicha forma de organización económica. Además da cuenta del trabajo diario que lleva a cabo tanto para su crecimiento personal, como para el de sus compañeros y el de su barrio. trás de El Calvario, existe un barrio que se convirtió, desde hace 10 años, en una parte fundamental de las vivencias cotidianas de Nohelia. Dicho lugar, llamado Villa Cordobita, se expande a lo largo de una subida, entre las calles Fray Justo Santa María de Oro, Paraguay y O´Higgins. Sin embargo, para muchos sería más fácil decir que al cruzar la avenida Rivadavia, la primera de las calles nombradas, corresponde a la continuación de Mitre, la segunda a Sarmiento y, la última, a San Martín. Igualmente, más importante aún es conocer a la cooperativa de estampados, a cargo de siete mujeres, que a diario traba-
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jan en el barrio. "Todo comenzó en mi casa y, actualmente funciona en Paraguay 964, donde nos trasladamos hace poquito cuando alquilamos el lugar. A pesar del aumento de los precios y de que estamos viviendo en un contexto particular, la idea es seguir con confianza y salir adelante", explica. En nuestro país, en 1973 se decretó la Ley N°20337 de Cooperativas. La misma, en su artículo 2°, define a dichas instituciones de organización económica como "entidades fundadas en el esfuerzo propio y la ayuda mutua, para organizar y prestar servicios".
Algunos de los morrales que estampan en la cooperativa.
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ANABELA MARÍA TVIHAUG CANALES
Tejedora de Universos Madre de dos niñas, miembro de la Secretaría de Extensión de la Unicén y parte de la movida teatral de la ciudad, es una referente importante de la cultura local. Con grandes y valiosas experiencias, acepta la charla y nos enseña que, a veces recorrer un largo camino hasta llegar a dedicarse a lo que a una la hace feliz, es necesariamente posible. arcelo Kartun, dramaturgo y director de teatro argentino, dice que hay que "trabajar como quien juega, ser fiel a lo que a uno lo conmueve y divierte". Y es con esa actitud que Anabela se desempeña en diversos aspectos y espacios culturales de la ciudad. Si bien la cultura es una noción que tiene muchas definiciones, al momento de elegir una, considera que "no hay que pensarla como un concepto único. Me gusta referirme a ella como lo cultural. Es como un adjetivo". Y agrega: "Lo cultural permite estudiar y comprender un todo. Como esas operaciones simbólicas, esa historia y esos símbolos con los que transitamos como sociedad y como comunidad, que traccionan y generan una transformación". A Anabela le encanta lo que hace. "Lo que más disfruto es sentir que en el espacio en donde estoy, ya sea en la Secretaría de Extensión o en lo que desarrollo en forma independiente en el teatro, puedo generar un lugar donde, desde un punto de partida, se vean motivaciones y se potencie la capacidad que el otro tiene", explica. También referente de la movida teatral local, cuenta con una compañía de teatro independiente, llamada Trifásica, en donde trabaja con su compañero Norberto Lanfranqui, y con la que desarrolla distintas propuestas. "La mayoría de mis actividades están relacionadas. El teatro, por ejemplo, tiene eso del aquí y ahora, del dejarse atravesar por lo humano. Creo que, por suerte, estoy en ese camino desde hace tiempo y lo disfruto un montón", dice con una sonrisa. Si bien no tuvo siempre la certeza de que se dedicaría a lo que hoy hace, desde chica, considera que quizás inconscien-
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POR LUCÍA ARGEMI Lic. en Comunicación Social
temente todo la llevaba a este camino, porque "soy esto. No me encuentro en otro espacio. Podría hacer otra cosa, porque me siento capaz, pero no me veo", cuenta.
SU HISTORIA El apellido Canales, que acompaña a sus nombres, es el de su mamá Estela. "Hace un tiempo tuve la necesidad de incorporar a mi vida mi segundo apellido, que no está en el documento. Fue como una forma de mimar a mi mamá, que siempre estuvo y está conmigo. Fui Anabela María Canales hasta los 5 o 6 años, y después, fui Anabela María Tvihaug. Hoy soy todo eso junto". Nacida en nuestra ciudad el 18 de septiembre de 1981, Anabela está en pareja con Norberto Lanfranqui, quien es papá de Luca, y tiene dos hijas: Candela Corsi Tvihaug, de 12 años (que tiene un papá muy presente: El Lucho), y Ana Luz Lanfranqui Tvihaug, de 8 años. "Y, si bien no vivimos juntas, también tengo a mi mamá, Estela Canales. Ese es mi núcleo familiar más grande", cuenta. Como su mamá siempre tuvo negocios gastronómicos, desde muy chica trabajó acompañando el proyecto familiar. Y, a los 18 años, luego de que un incendio destruyera el local que tenían en la isla del Centro Náutico del Fuerte, comenzó a trabajar en un bar llamado Scotch. "Y mientras estaba ahí, Néstor Dipaola, que es un referente muy importante de la cultura de la ciudad, me convocó para ser parte de lo que es el Centro Cultural Chapaleofú, que en ese momento, además de las actividades que sigue desarrollando, tenía una biblioteca y un espacio físico en Montevideo al 600", recuerda. Así se desempeñó en un plan que se llamaba "Barrios Bonaerenses", que era específico para el desarrollo de activida-
Contando cuentos en la Librería Alfa. Lo hacen una vez al mes. des culturales. "Néstor es primo hermano de mi mamá. Como ella siempre trabajó mucho, yo compartía tiempo con él y me fue llevando para el lado cultural desde muy chiquita", explica. De hecho, fue el primero que la anotó en un Taller de Teatro, cuando tenía 8 años. Para ella, esa posibilidad "fue hermosa" porque además, Néstor "tiene algo que lo ha hecho con sus hijos, con sus alumnos en la Universidad, con su gente, que es que siempre te transmite que sos capaz de hacer lo que te propongas", expresa con una sonrisa. Y mientras Anabela seguía creciendo en ese ámbito, a la par, estudiaba y trabajaba en el rubro de la gastronomía. Tiempo después, por su labor "en el Chapaleofú", la convocaron para participar del evento "Canta Zitarrosa" y, desde ahí, no dejaron de llamarla más. Y, en el 2006, cuando se jubiló Yolanda Laurenti, le hicieron el primer contrato. "Ese mismo año, nació mi primera hija y vino con un regalito debajo del brazo. Entré en la Universidad, acá sigo", dice. Y, desde hace dos años, también armó una compañía con Javier Lester, en donde trasladaron el mundo de los Cuentacuentos a escena. Además de promover la lectura y el encuentro en un espacio creativo, el objetivo de los personajes, está relacionado con salvar al mundo de la imaginación. "Se llama El Libro de la Nada y mi personaje es Gilberta y el de mi compañero, Tito, es el de Gulaberto. Allí suceden cosas maravillosas", explica.
OTRO UNIVERSO DEL QUE FORMA PARTE
En el Teatro Bajosuelo, el año pasado, en el cierre del Taller de Teatro, que dan junto con Tito Lanfranqui, y al que van sus hijas.
Anabela Tvihaug Canales, desde hace 11 años, participa en un programa cultural y educativo llamado Universo de las Artes y Letras. "Creo que realmente ha generado una transformación en esta ciudad. Y lo que busca es potenciar las capacidades y posibilidades creativas de los demás, a través de un punto de partida común, que cada año tiene que ver con
Entre los 9 y los 11 años, La derrota de Sherlock Holmes, Escuela Municipal de Teatro Tandil. un autor diferente", narra. Así, los que han pasado por los Universos fueron: Soriano, Yunque, Arlt, Alfonsina Storni, los hermanos Discépolo, María Elena Walsh, Borges, Cortázar, Sábato, las hermanas Ocampo y, el año pasado, Luis Alberto Spinetta. A través de una fórmula de trabajo abierta, que pretende generar lazos y encuentros, se han brindado espacios de for-
Tito es mi gran compañero tanto en lo que es la familia del teatro, como en la que hemos formado juntos. Cuestión no menor porque es difícil pensarte en un proyecto en común, con otro, en el trabajo y en la vida. Además me ayudó a creer que soy artista. También quiero nombrar a mi mamá, una gran mujer que afrontó con entereza las pruebas de la vida, y a mis dos nenitas hermosas, que me enseñan a reconocerme en las virtudes y en los defectos.
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ELLAS TE DICEN Otro de los proyectos en los que participo se llama Cosmos: El circo de las esferas y es de Agustín Abad. Él hizo una muestra fotográfica de artistas callejeros, que deambulan por el mundo, en forma de círculo, en la que dichos creadores comienzan a aparecer en el lugar. Mi personaje de Gilberta, la del Libro de la nada, es enlazadora de historias y dice cosas muy bonitas como: "comparte tu don". Y creo que eso es lo que debemos hacer. Volver a encontrarnos con el otro, mirarnos a los ojos y aceptar las contradicciones, dudas y altibajos. Las cosas no son ni blancas ni negras. Hay matices que merecen ser reconocidos y valorados.
dos los Universos transcurridos, puede hablarse de alrededor de mil pibes de las escuelas primarias. Y, durante 2012, con el Universo María Elena Walsh, comenzaron a trabajar con estudiantes de secundaria también. "Lo que me queda de estas experiencias fue la enseñanza que me dejó de que este tipo de proyectos es posible de llevar a cabo porque hay una comunidad que apoya", dice.
EXPERIENCIAS Y APRENDIZAJES COMPARTIDOS Todos los Universos, más los proyectos en los que trabajó, trabaja y aún desarrolla, la han hecho muy feliz. No sólo porque conoció gente muy valiosa, que se desempeña en diversas disciplinas y ha realizado grandes aportes en cada etapa, sino también porque "es una locura bella que implica un montón de compromisos, responsabilidades y pasiones. Creo que como Alicia le dice al sombrerero cuando
LA BUFANDA mación y de enriquecimiento profesional, en los que se ha hablado de la cultura, la educación, de un autor, del impacto del mismo y de su coyuntura en la historia nacional. Respecto del origen de dicho programa, Anabela explica: "surge de compartir una idea con alguien y, en ese momento, aparecen Eduardo Rodríguez del Pino, Mariana Hoffmann y Cecilia Pagliaro, tres pilares fundamentales, sobre todo durante los primeros años. Y ni hablar de Pedro Tissier, diseñador externo de la Universidad, que fue un enlazador de mundos y sigue siendo un gran compañero". Si se cuentan los participantes de to-
Del 14 al 29 del corriente mes, se desarrollará el quinto festival de espectáculos para toda la familia, La bufanda. La propuesta tendrá lugar en tres teatros diferentes: La Fábrica (Pinto 367), El Club de Teatro (Chacabuco 517) y Bajosuelo (Rodríguez 457). La programación completa, se puede ver en las redes sociales de Instagram: bufandala o en Facebook: La Bufanda Festival de Espectáculos para toda la familia.
Universo Spinetta.
DIRECCIÓN NUEVA AVELLANEDA 525
s ramo e p s L o s e muchas con d a d e s nove
UNA ANECDOTA Cuando era chica, una de las primeras obras que hicimos en la Escuela Municipal de Teatro, se llamaba Ana Luz, la niña que no quería ser bruja. Y fue muy importante para mí porque hicimos giras por escuelas, fuimos a Fulton y a Vela. Tendría 10 años y la experiencia fue bellísima. Cuando quedé embarazada de mi hija más chica, con el papá queríamos ponerle Anita. Pero pensábamos: "Algún día va a medir dos metros… que le digan así, si quieren, pero pongámosle Ana". De viaje para el casamiento de su hermana, de pronto nos surgió la idea de ponerle Ana Luz y recordé esa obra que había hecho y que me marcó tanto. Además, Ana Luz también tiene que ver con Candela (así se llama su hija mayor), porque significa "la que resplandece". Y el nombre Luca, del hijo de Tito, quiere decir lo mismo. Anita es la confluencia de esta familia loca que hemos armado. Todo nos une. cree haber perdido la cabeza: Temo que sí. Te has vuelto loco. Pero te diré un secreto, las mejores personas lo están", cuenta. Anabela no titubea al contar que está transitando una etapa de revisión de su forma de trabajar y de canalizar los esfuerzos y las pasiones para, de esa manera, poder ser un poco más ordenada y "no pasarme de rosca con lo que desarrollo. Siempre fui de buscar espacios en los que me gustara bucear. Pero, cuando vas creciendo, te volvés un poco exigente y trato de salir de eso, para poder ver y valorar lo positivo; como para así también poder aprender un poco más", culmina. Cuando esta cronista vio que el 29 de julio era el Día de la Cultura Nacional, en
Gilberta y, en el fondo, Gulaberto. Personajes de ella y su compañera en El Libro de la Nada.
conmemoración a la muerte del escritor, político e historiador Ricardo Rojas, no dudó en contactar a Anabela María Tvihaug Canales. Una mujer que siente pasión por lo que hace, que da todo de sí en cada proyecto que encara, y que no baja los brazos porque considera que aún le quedan cosas por aprender. Pero, sobre todo, porque en su rol de tejedora de Universos, le toca enlazar espacios, unir personas y coordinar grupos para que los proyectos sigan desarrollándose de la manera en que lo hacen. Ella educa y pone al alcance de todos, los símbolos que, una vez significados, pueden transformar a las personas y a la comunidad en su totalidad.
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NOHELIA CAMER MASTROPIERRO
Una chica... Viene de tapa Anteriormente, en 1844, un grupo de obreros ingleses creó una organización cooperativa de carácter legal, con los aportes de sus integrantes. El 24 de octubre, abrieron el primer Almacén Cooperativo en la Ciudad de Rochdale, Inglaterra, considerado hoy como el hito que dio origen a este tipo de entidades. Y, el 23 de diciembre de 1994, la Asamblea General de la ONU, por medio de la Resolución 49/155, invitó a los gobiernos, organizaciones internacionales, organismos especializados y organizaciones cooperativas nacionales e internacionales, a celebrar el primer sábado de julio de cada año, el Día Internacional de las Cooperativas, al reconocerlas como un factor indispensable para el desarrollo económico y social de un país. Dicho esto, no queda más que conocer la cooperativa de Villa Cordobita y reconocer el trabajo de Nohelia Camer, así como el de Almendra, Mariana, Jorgelina, Silvia, Karina, Laura y Cristabel, y entender por qué son mujeres empoderadas.
LA COOPERATIVA Nohelia Camer Mastropierro trabaja en la cooperativa Empoderadas, desde el año 2015. "Nosotras comenzamos de cero, desde la base. Es decir, tuvimos que entender desde lo que era una cooperativa y cómo se manejaba, hasta lo que significa usar una computadora", explica. En la organización se dedican a los estampados de remeras para escuelas, egresados y jardines; fundas de celular, cartucheras, morrales y ropa interior. "También nos piden pañuelos y esas bolsas que se usan ahora para hacer los mandados. Por eso hicimos cursos de diseño gráfico. Fue un camino de aprendizaje para varias vecinas", dice. Con respecto al nombre Empoderadas, Nohelia recuerda que lo eligieron entre to-
das pues es una referencia a lo que ellas hacen. "Que cada familia o cada mujer del barrio tenga su proyecto propio, más allá de las labores del hogar u otro trabajo, está buenísimo. Algunas, por ejemplo, no tenían otro empleo, entonces pudieron empezar a ver que ellas también podían generar su entrada a su casa y crear su independencia económica", recalca. Generalmente, los días miércoles son los de producción y reunión. Y hoy siguen siendo todas mujeres, como cuando empezaron en ese 2015. "Nosotras nos dividimos las tareas. Todas queremos aprender todo aunque, a veces, algunas tienen más habilidad, para algunas cosas, que otras", explica. Tanto Nohelia como el resto de sus compañeras buscan el progreso y el crecimiento constante por lo que "la idea es incorporar la parte de costura, que aún no tenemos en marcha. Actualmente compramos los artículos y los sublimamos. Lo bueno es que, con el tiempo, hemos logrado calidad", dice. Si bien en una cooperativa hay jerarquías sólo en los papeles, el rol de ella es "un poco la parte del diseño, pero aún más la venta ya que como también soy artesana, eso me gusta. A veces, también estampo", cuenta. Y espera que en un futuro, los lugares de venta sean mejores, para aumentar la inversión y las ganancias.
UNA FORMA DE ORGANIZACIÓN Trabajar en forma de cooperativa implica que las decisiones siempre sean tomadas de manera conjunta. Para todo hay que juntarse, hablar y debatir hasta llegar a la resolución de lo planteado. "Y a esto lo tuvimos que aprender también. La asociación La Poderosa que trabaja en nuestro barrio, nos ha dado charlas sobre cooperativismo. Fue todo un proceso", afirma. Que exista esta forma de organización, "para mí es una gran herramienta para lograr ser un poco dueña de mi propio trabajo y para que todas tengan la misma posibilidad. Creo que en una cooperativa
ELLAS TE DICEN A la sociedad tandilense le diría que se solidarice con las mujeres, sin juzgar o prejuzgar lo que hacen con sus vidas; que traten de ayudarlas para que todas salgamos adelante. Y, a las mujeres les pediría que luchen día a día, como siempre lo hicieron, desde el rol que sea que estén desempeñando en sus cotidianos y que no decaigan. Tenemos que ayudarnos entre todas. POR LUCÍA ARGEMI Lic. en Comunicación Social
UNA ANÉCDOTA
Nohelia con el grupo de mujeres candomberas. siempre podés aspirar a crecer cada vez más. No es estar en un trabajo pensando que siempre vas a hacer lo mismo. Es una tarea que no hacés por obligación, sino que la podés disfrutar a diario", cuenta. El hecho de poder organizarse de manera independiente, otorga la libertad de lograr mejores objetivos "y adquirir aprendizajes a los que de otra manera, no hubiera llegado", narra. Y, agrega que como aspectos negativos "tiene esto de que todo depende de las personas que trabajan, de la fuerza que cada uno le pone. Y, a veces, cuesta que todos tiren para el mismo lado", dice.
OTRAS ACTIVIDADES Nohelia nació el 18 de julio de 1980, en Venezuela. Cuando tenía 11 años, vino a la Argentina con sus hermanos y sus padres. Actualmente vive con sus dos hijos Yamil y Yaro. "Con mis hermanos, que también viven acá en la ciudad, me llevo muy bien", explica. Si bien también se encarga de su casa y de su familia, ya que "el hogar es una actividad a la que hay que brindarle mucho tiempo en la vida", tiene otro trabajo: "hago artesanías y recuerdos de la ciudad. Ese es mi proyecto personal". Junto a otro grupo de mujeres, va los fines de semana y feriados al Calvario a vender de-
Nuestros comienzos en la cooperativa son muy graciosos. Al principio nos salían las remeras al revés, o nos quedaba un estampado sobre otro, o poníamos un color y salía una cosa rara. Ahora ya aprendimos, pero nos hemos reído mucho. Lo que es diseño nos ha costado bastante. narios, rosarios y recuerdos de Tandil, realizados en madera y piedra. Además es parte de un grupo de chicas con las que hace candombe, pues comprende que la vida no es solamente trabajo y que siempre hay que hacerse un tiempo para realizar lo que a una le gusta y la hace feliz. Nohelia Camer Mastropierro realiza todas actividades que disfruta. Particularmente, la cooperativa le permitió aprender cosas que no conocía, "me dio herramientas para poder llevar mi propio dinero a mi casa", concluye. Y aunque es muy tímida y prefiere el bajo perfil, esta cronista le agradece el tiempo dedicado a la entrevista ya que pudo percibir, y dar a conocer, su lucha diaria por mejorar, crecer, progresar y empoderarse, junto al barrio Villa Cordobita, del que es parte hace 10 años. Como tantas mujeres, Nohelia es otra tandilense en este caso, por adopción, que desde el anonimato da una muestra de los beneficios del trabajo mancomunado.
Bombachas, monederos, fundas para celular y demás cosas que estampan en la cooperativa.
INFORMACIÓN ÚTIL Para conocer o adquirir cualquiera de sus productos, los interesados pueden acercarse al local de Paraguay 964 o contactarlas a través de su página de Facebook Empoderadas estampados. También cuentan con una dirección de mail: empoderadasestampados@gmail.com. Además, generalmente, participan de las Ferias de Mujeres Emprendedoras.
Nohelia, Almendra, Mariana, Jorgelina, Silvia, Karina, Laura y Cristabel, las mujeres de la cooperativa EMPODERADAS.