WHAT'S UP! 2 PAPAS SAN TOS
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Capellanía del
AÑOS
Un Evangelio que les cambió la vida Lectura del santo Evangelio según San Juan (cfr. 21, 5-20) Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?” Le respondió: “Sí, Señor; tú sabes que te amo”. El le dijo: “Apacienta mis corderos”. Volvió a decirle la segunda vez: “Simón, hijo de Jonás, ¿me amas?” Pedro le respondió: “Sí, Señor; tú sabes que te amo”. Le dijo: “Pastorea mis ovejas”. Le dijo la tercera vez: “Simón, hijo de Jonás, ¿me amas?” Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: “Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo”. Jesús le dijo: “Apacienta mis ovejas. Cuando eras más joven, te ceñías, e ibas a donde querías; mas cuando ya seas viejo, extenderás tus manos, y te ceñirá otro, y te llevará a donde no quieras”. Y dicho esto, añadió: “Sígueme”.
Con un breve comentario...
El ejemplo de las personas santas nos ayuda a tener siempre una referencia a la que parecernos. Ver rezar a Juan Pablo II, comprobar su confianza en nuestra Madre la Virgen, a la que acudía siempre diciéndole Totus tuus, que todo lo mio es tuyo, es algo que podemos imitar. En este mes de mayo, podemos decirle muchas veces a la Virgen que todo lo que nos cuesta es suyo, se lo regalamos
Juan Pablo II También yo, como vosotros, tuve veinte años. Me gustaba hacer deporte, esquiar, declamar. Estudiaba y trabajaba. Tenía deseos e inquietudes. En aquellos años, ya lejanos, en tiempos en que mi patria se hallaba herida por la guerra y luego por el régimen totalitario, buscaba dar un sentido a mi vida. Lo encontré siguiendo al Señor Jesús. La juventud es el momento en que también tú, querido muchacho, querida muchacha, te preguntas qué vas a hacer con tu existencia, cómo puedes contribuir a hacer que el mundo sea un poco mejor, cómo puedes promover la justicia y construir la paz.
ORACIÓN A JUAN PABLO II Oh Trinidad Santa, te damos gracias por haber concedido a la Iglesia alPapa Juan Pablo II y porque en él has reflejado la ternura de Tu paternidad, la gloria de la Cruz de Cristo y el esplendor del Espíritu de amor. El, confiando totalmente en tu infinita misericordia y en la maternal intercesión de María, nos ha mostrado una imagen viva de Jesús Buen Pastor, indicándonos la santidad, alto grado de la vida cristiana ordinaria, como camino para alcanzar la comunión eterna Contigo. Concédenos, por su intercesión, y si es Tu voluntad, el favor que imploramos (pídase). Padrenuestro, Avemaría, Gloria.
Esta es la segunda invitación que te dirijo: “¡Escucha!”. No te canses de entrenarte en la difícil disciplina de la escucha. Escucha la voz del Señor, que te habla a través de los acontecimientos de la vida diaria, a través de las alegrías y los sufrimientos que la acompañan, a través de las personas que se encuentran a tu lado, a través de la voz de tu conciencia, sedienta de verdad, de felicidad, de bondad y de belleza (a los jóvenes suizos, 5.6.04).
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