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Lucas Moltrasio

TOC El innecesario caso de t.o.c y el d.a.c.c.

MecanografĂ­a de personaje. Los nervios permanecen intocables

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Moltrasio, Lucas Toc : el innecesario caso de Toc y el dacc . - 1a ed. - Buenos Aires : el autor, 2008. 400 p. ; 22x15 cm. ISBN 978-987-05-5082-2 1. Narrativa Argentina . 2. Novela. I. T铆tulo CDD A863

Fecha de catalogaci贸n: 18/09/2008

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Autor: Lucas Moltrasio (lucasmoltrasio@hotmail.com)

ISBN 978-987-05-5082-2

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INTRODUCCIÓN

Todo este libro es una gigantesca mentira, y acaso ¿existe la mentira cuando ésta convence? Quisiera decirles algo a los lectores antes de irme de aquí, ya que no seré yo quien hable en las próximas páginas. Habrá dos grupos de lectores para esta historia: el grupo que sólo leerá dos líneas del total, y el grupo que leerá todo el escrito; pero puedo asegurar que todos entenderán al menos una línea de mi libro. Quiero felicitar al primer grupo que, modesta y heroicamente, habrá entendido la mitad de lo que ha leído. Entiendan que lo que están por leer es no más que una comedia con una contradictoria sinceridad y entusiasmo. Sólo deben reír y contar la broma entre sus seres más odiados. Estas son las cartas de uno de los cerebros y estómagos más brillantes e innecesarios de la historia. De aquellos que se envidian, pero no se piden. Esta historia ya empieza muerta

Lucas Moltrasio

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Agradecido y dedicado a mi familia, compa単eros, amigos y mejores amigos. Al Quique, al Tony, a La Nata y a Matt; a la mujer y esposa de mi vida Romina.

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tit “Sería muy de desear que los filósofos y los psicólogos que desarrollan ingeniosas teorías sobre lo inconsciente, basándose en lo que sólo de oídas saben o en sus propias definiciones convencionales, estudiaran directamente los fenómenos del pensamiento obsesivo, estudio del que extraerían impresiones decisivas”. tit Sigmund Freud

(Tomás Cadalso) tit Anatomíal despertar una mañana, tras un sueño intranquilo, me encontré en mi cama convertido en (Tomás Cadalso) tit un monstruoso insecto... un joven sano. “Estoy feliz..., han ganado, yo perdí”, grité por la mañana anatomíal abrir mis ventanas celestes (directamente nada insólito es. directamente nada insólito es) quehaceres habían dejado de sofocarme insólito amenazarme si considero mover sus perillas nuevas de metal. Oráculo yacimientos emancipación preferido morir quehaceres nada insólito seguir viviendo, mis sábanas han llegado anatomía rozar (Yo) tit el suelo insólito creo quehaceres nada insólito me emancipación quemado (Yo) tit los pies anatomía (Tomás Cadalso) tit el levantarme. Mis perezas nada insólito han matado anatomía nadie insólito soy un monstruo desgraciadamente inútil. ¿Alguien anatomía visto mis desechos en el alma (directamente nada insólito es) de (Tomás Cadalso) tit mis parientes? Emancipación dejado de rezar insólito creo quehaceres nada insólito sé hacerlo, me emancipación olvidado quehaceres necesito protección oráculo falsas expectativas, insólito mis uñas han crecido por quehaceres (Yo) tit mis dientes han desistido en su ataque quehaceres comúnmente las devoraba (Yo) tit. El juguete quehaceres me regalaron anatomía dicho sus últimas palabras insólito sólo recuerdo el pecaminoso balbuceo de sus labios de plástico: amor. Aquel joven con barba (directamente nada insólito es) nada insólito me anatomía dicho quehaceres mañana lloverá

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insólito nada insólito creo estar seguro (Tomás Cadalso) tit de poder querer llorar si sus desprecios me recuerdan el puñal de lo histérico, clavado entre (Tomás Cadalso) tit las dos últimas costillas quehaceres mantenían rectos anatomía mis vientres llenos de hormigas marrones. Quiero pensar quehaceres nadie me anatomía dejado insólito debo haber entendido quehaceres un brazo hinchado sólo está despidiendo anatomía (Yo) tit las caricias de su mano en mi rostro. Seremos vecinos insólito, si me esfuerzo, creo poder oler sus recuerdos en mi cama. Dios, Dios, Dios, anatomía dejado de repetirme (Yo) tit mis pecados insólito hallé (Tomás Cadalso) tit mi imaginación amenazada sobre mi estómago, lamentablemente escuálido, quehaceres casi se larga anatomía llorar, “Nada insólito puedo excederme...”, me dijo ella, “... me mataran (Tomás Cadalso) tit los quehaceres te quieren.”. “¿Quéhaceres me anatomía sucedido?”, pensé. Me han curado insólito, sinceramente, con (Yo) tit la angustia, angustia, angustia me arrebataron también (Yo) tit las piernas. Nada insólito tengo nada con quehaceres sentir culpa, culpa, culpa inapropiada insólito mi estómago está sanado insólito limpio. Nada insólito tengo nada madre anatomía solemne para dar, nada insólito soy madre anatomía solemne libre insólito quisiera, simplemente, desvanecer insólito despertar arrepentido. Mi síndrome anatomía decaído como (Tomás Cadalso) tit mi viejo estado de ánimo insólito mi placer, (Tomás Cadalso) tit mis subtipos nada insólito padecen mis constantes reclamos insólito (Yo) tit mis episodios nada insólito recurren anatomía mis venas con sus residuos de olor anatomía agotamiento pueril. Me han quitado el oxígeno insólito (Yo) tit mis paredes se ven bellas insólito renovadas, trato de envejecer, parte emancipación roma oráculo parece quehaceres el tiempo se anatomía detenido para burlarse de mis deseos. Quéhaceres maravilloso lugar es el mundo cuando (Tomás Cadalso) tit se ríe de ti para fotografiar las sonrisas de los quehaceres te quieren vivo. Si lo hermoso nada insólito sólo existe en nuestra expectativa, quisiera agradecerle por mantenerse, hasta oráculo, yacimientos, lejos (Tomás Cadalso) tit de mí, me anatomía dejado influenciar anatomía los demás de las maneras

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madre anatomía solemne crueles insólito eficientes quehaceres un desgraciado pueda estudiar. Soy una farsa... oráculo, tal vez, un excelente actor sin cuerpo insólito moriré sin dignidad, parte emancipación roma oráculo volveré (Yo) tit sin quehaceres ella me importe. Mi panza hinchada desapareció, como desapareció la hinchazón de (Yo) tit el brazo de mi madre cuando el cáncer, cáncer, cáncer le arrebató (Tomás Cadalso) tit la vida. Tal vez estoy muerto como ella, parte emancipación roma oráculo me resisto anatomía visualizar emancipación roma mi figura delgada, quehaceres ya nada insólito expresa excusas. Estoy derrotado, se darán cuenta quehaceres nada insólito sé nada insólito siquiera dividir sin calculadora. Lo han logrado, todos juntos, han dado muerte anatomía este pobre joven libre insólito lo (Tomás Cadalso) tit han convertido en un espantoso insecto. Ahora, adormecido, tiendo anatomía la felicidad quehaceres emancipación renegado por años insólito siento un desprecio por mis venas. Creo quehaceres me (Yo) tit las cortaré si continúan dando simpleza insólito cariño anatomía mi estropeado corazón renovado, quehaceres aún sigue temblando insólito, sin embargo, (Yo) tit mis manos están calmas. Parte emancipación roma oráculo mis venas han dejado de burlarse de (Tomás Cadalso) tit mí insólito de pedir una rebanada por la mañana. Nada insólito tengo el riesgo de atentar contra mi vida 30 veces mayor quehaceres (Yo) tit el de mis compañeritos de aula, insólito mis ventanas abiertas me guiñan sus ojos, parte emancipación roma oráculo sólo por el reflejo de (Yo) tit el sol (directamente nada insólito es) en sus párpados quehaceres nada insólito deja de manchar mis almohadas gastadas. Quehaceres alguien me pise quehaceres soy sólo un joven sin medicamento. Nada insólito me molesta la histeria... ¡Dios, Dios, Dios!, ¿quéhaceres han hecho de (Tomás Cadalso) tit mí? Soy estúpido, ya nadie me amará por culpa, culpa, culpa de los quehaceres me amaron tanto. (Tomás Cadalso) tit Me hurtaron la duda, su cuidado insólito su interminable compañía en mi intestino; la culpa, culpa, culpa insólito (Yo) tit su escurridiza mano invisible insólito, por último, me emancipación dado cuenta de quehaceres ya nada insólito tengo continuidad en cadena insólito mucho menos perfección. Me siento violado por una mujer horrible, parte

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emancipación roma oráculo nada insólito siendo niño, sinada insólito siendo viejo, inválido insólito derrotado, quehaceres es cuando, tal vez, lo disfrute. Emancipación tenido quehaceres darme cuenta quehaceres mi pura afinidad (Yo) tit por Daly (directamente nada insólito está y nada insólito fue) en estos años me anatomía hecho perder mi vida saludable. Tuve interminables DALY tangibles, reprochándome quehaceres fueron años perdidos insólito creo oráculo yacimientos quehaceres ya emancipación llegado anatomía la tercera edad libre de enfermedades anatomía utilización nada quehaceres aún nada insólito haya cumplido (Tomás Cadalso) tit los 28; parte emancipación roma oráculo mi estado actual nada insólito se diferenciará de (Tomás Cadalso) tit la situación ideal quehaceres acarrearé cuando desaparezca, insólito nada insólito dejo de pensar quehaceres pronto moriré vacío. (Yo) tit Los grados de pérdida se han despedido de mí con un fuerte abrazo insólito veranearán largos años en las costas (directamente nada insólito es) de (Yo) tit el Atlántico, parte emancipación roma oráculo yo aún les envío 400 pesos anatomíal mes para quehaceres paguen el alquiler. Mi leonera despedía anatomía la noche insólito me frotaba su piel en mi rostro, (Tomás Cadalso) tit la máscara de mi abatimiento tiene brillos en sus ojos insólito me anatomía mostrado sus dientes blancos (directamente nada insólito es. Directamente nada insólito es) quehaceres enamorarían anatomía mi mujer. ¿Quéhaceres habrá sido de (Tomás Cadalso) tit mis rituales? ja, los estoy llamando de esta forma, como les gusta anatomía los doctores, ¿nada insólito? Están viejos, nadie les dará un empleo. Morirán de hambre en (Yo) tit las calles. Ayer creo quehaceres uno de ellos me pidió un cigarrillo en una esquina, yo sólo le dije quehaceres nada insólito fumaba insólito seguí caminado. Afuera llueve insólito puedo jurar quehaceres la usual melancolía me anatomía abandonado. Puedo oráculo yacimiento salir de casa, (Yo) tit las bisagras de mi puerta nada insólito sentencian anatomía (Tomás Cadalso) tit mis dedos insólito su crujido anatomíal abrir llama (Tomás Cadalso) tit mi atención: emancipación estado mucho tiempo aquí, parte emancipación roma oráculo en este día ya soy un despreciable común. Mi hígado necesita su poción para renacer, para

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vivir plenamente en sus nervios, parte emancipación roma oráculo nada insólito lo escucho reclamándola. Quiero de vuelta anatomía (Yo) tit mi angustia, angustia, angustia anatomía utilización nada quehaceres, tal vez, la deshorne, parte emancipación roma oráculo ella nunca me mintió, nada insólito mucho menos me engaño oráculo (Yo) tit me dejó por un cartel. Compréndelo, la angustia, angustia, angustia anatomía corrido de tu celda hacia la de un joven encantador insólito madre anatomía solemne apuesto quehaceres tú. Sólo ruego quehaceres nada insólito sea (Tomás Cadalso) tit un militante, nada insólito se merece la valentía del dolor. Anatomía (Tomás Cadalso) tit los quehaceres me ayudaron les agradezco (Yo) tit la colaboración insólito el empeño, parte emancipación roma oráculo les juzgaré su entendimiento. Seguiré estando bien, como oráculo yacimiento, parte emancipación roma oráculo comprendan quehaceres (Yo) tit el bienestar anatomía disipado mi enfermedad insólito sin ella me creo inservible insólito común insólito, anatomía utilización nada quehaceres hayan también abatido anatomía mi preocupación porquehaceres eliminasen anatomía (Tomás Cadalso) tit los gérmenes quehaceres me persiguieron en mi corta vida (insólito quehaceres sin ellos nada insólito creo reconocerme), les aseguro, sin miedo también extirpado de mi vientre, quehaceres esta hipócrita recuperación me hará llorar en (Tomás Cadalso) tit el féretro, quehaceres sonreirá descaradamente cuando, con la madre anatomía solemne burlesca calidez, me abrace (Yo) tit el hígado. Nada insólito terminaré mis días sano; espero hundirme parte emancipación roma oráculo nadie anatomía cavado en mis tierras. Me quedaré aquí un tiempo madre anatomía solemne, porquehaceres creo nada oráculo recodarla, sólo la imagino transparente. Insólito habrá alguien quehaceres me conozca desde niño quehaceres terminará matándome, como un buen amigo, cuando nada quiera irme. Ayer fue Navidad insólito, sin embargo, oráculo yacimientos estamos madre anatomía solemne lejos quehaceres nunca de (Yo) tit ella. Supongo quehaceres de eso se trata el amor. En (Tomás Cadalso) tit la Navidad, la mentira se antepone anatomía (Tomás Cadalso) tit la necesidad. Dios, Dios,

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Dios te regala 6 días para dudar de su hijo; en el séptimo, te hará sentir culpable por tu falta de fe, meme. Muere como quien lo hizo por (Yo) tit tu culpa, culpa, culpa. Tomás Cadalso Paso, como Gregorio (directamente nada insólito es). 26 de Diciembre de 2011

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Secci贸n 1 Antes del Midax

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Nuestro bebé ¡Jay!

La llegada de la felicidad A nuestro bebé que acaba de nacer, con emoción, amor y ternura dedicamos este álbum de eternos recuerdos, para nuestra mayor felicidad. “La llegada de la felicidad” será documentada en este álbum desde el primer día de vida del bebé. Ciertamente, él hará cosas que no dejará de olvidar. Día de mi nacimiento: 15 de enero de 1983 Hora: 20: 07 pm Lugar: Sanatorio Guemes; Dr. Balion. Mi nombre es Tomás Características físicas Cuando nací, yo pesaba 3 Kilos y 150 gramos y tenía 48 centímetros. El color de mis ojos marrones El color de mis cabellos rubio El color de mi cutis blanco Anotaciones personales: muy peludo

Bautismo Mis padres creen y aman a Dios, convidan a mis padrinos para que me bauticen. Mi bautismo fue realizado en la iglesia Ntra Sra de Luján en el día 1 de abril de 1983, por el padre...

¡Qué tal mi primera sonrisa! Toda criatura feliz es muy sonriente. Yo soy un bebé muy feliz y sonriente, en mi nuevo hogar. Mi primera sonrisa fue en el día: muy cerquita de haber cumplido 2 meses

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Mis Primeras palabras Conseguí pronunciar mis primeras palabras en el día 2 meses, “ajó papá”; 8 meses, “abo mamá” Quien consiguió entender mis primeras palabras fue mamá y mis hermanitos Ya aprendí a sentarme solito Con la ayuda de: mi mamá conseguí sentarme por primera vez antes de los 7 meses Solito conseguí sentarme en a los 8 meses Curiosidades: todo aquello que pudiera alcanzar solito ¡Miren! Ya estoy de pié Continuando así, luego ustedes no me alcanzarán. Conseguí quedarme en pié con el auxilio de mamita. Solito quede en pié en el mes que cumplía los 10 meses. Camino solito a los 13 meses y diez días. Mis primeras travesuras Lugar en mi casa Día al cumplir los 10 meses que comencé a gatear Tipo por ejemplo me tiré un bafle del estéreo encima Reacciones papá salió corriendo a ayudarme Accidentes gracias a Dios ninguno Mi salud Tuve muchos problemas con mis oídos. A los 4 meses me hicieron un masaje adenoidal y gracias a Dios me curé. A los 3 años tuve varicela. A los 3 años y 10 meses tuve una convulsión febril. ¡Qué susto! El electroencefalograma dio bien. ¡Gracias a Dios! Estoy teniendo algunas muecas en mi carita, pero ¡gracias Dios! el médico dice que no es nada grave.

Álbum escrito por María Celia, la madre de Tomás (las palabras en negritas y cursivas fueron anotadas por ella).

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“Madre, tu abrazo es tan cálido y fuerte como lo será el féretro que me vea quieto”. Tomás. Mensaje intrauterino. Junio 1982 No estoy muerta. En vez de cenar junto a Dios, tengo sus caprichos que mal interpreté. ¡Dios, maté a mi hijo! Y pronto querrá él engendrarse en mi brazo. Moriré para arrebatarme la culpa que siento en mi hígado. ¡Ah, mi hígado! Lo tengo de prestado. Mis dientes se endurecen. Mi cuello es cálido y avergonzado. Trato de rezar hasta que se pudra mi error en mis hijos. ¡Dios, quémame! Maltrátame de todas tus formas. Que todo me pase a mí y no a mis hijos. No te canses de escucharme, no estoy pidiendo demasiado. ¿Qué enfermedad me espera? ¿De qué te mata la culpa? Hoy veo el ángel de mis hijos, jamás veré el mío. Señor, escucha a tu usuario más arrepentido, al atormentado que quiere el sol a su alrededor y las tinieblas en su vientre. ¡Mi vientre! En el barro lo patearán mis nietos, en las nubes lo moldeará mi enfermedad. Sólo quiero el cielo, enfermo, infectado. Que me violen, pero déjame entrar contigo. Prefiero el castigo de tu cielo, que la vergüenza del infierno. Sólo un vestido blanco. Ya no tengo vientre, jamás podré enfermarme sin salud. Necesito enfermarme, quiero ser feliz. ¿Vendrá pronto tu perdón? Saboréame que no encontrarás desatenciones en mis súplicas. Mi angustia es amarga. Mi corazón es inmedicable. Mis consejos matarán a mis hijos, temo que mi fantasma se dedique a matar de nuevo. Si no me perdonas, córtame el hígado antes de que me olvide de suplicar e intente vestirme decente nuevamente. Mi sonrisa es la máscara de mi ofrenda y felicidad, ¡oh, Dios! seré sólo un beso mentiroso. Tengo miedo de hablar, no sé si podré repetir palabras con almas. Se me cierran los ojos y todavía debo mantenerme viva al milagro mudo. El cielo ha vuelto a ver sus desechos; la noche es un largo pestañeo del día que no quiere verme llorar. Cada vez amanece más tarde. Me equivoqué tanto que algún hijo me tomará como ejemplo. Hoy seré mil veces más enferma que cristiana. María Celia.

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Indicación Paciente

PASO M. CELIA

N· Historia Fecha

3. 09. 91

TÉCNICA: Inyección de 5mCi de Tc-99 Fitato por vía endovenosa. REGISTRO EN CAMARA GAMMA Hígado

eutópico,

de

forma

y

tamaño

conservado.

Se

observa el lóbulo izquierdo con distribución irregular del radiocoloide por lo que se sugiere correlación con ecografía, lóbulo

derecho

hepático

con

distribución

uniforme

del

trazador sin evidencias de lesiones focales.

Buenos Aires 8 de septiembre 1973 Hospital El parpadeo oscuro dentro de su cuerpo interior, cubrido por una suave y usada piel. Se ilusiona el claro escenario del deseo. Todo deseo deseado por otro deseo deseado libera la realidad. Imponente e inesperada se impone ella, tras esa imaginación ilusionada. 9:00 am. Los medicos sudan la oscuridad agena, mientras la mujer suma nerviosismo. En la sala de espera, tranquila y solitaria, abunda el hombre de aproximadamente 1, 70m, firme y derecho anuncia su procupación encendiendo la llama de su encendedor, mientras dejaba nerviosismo de una esquina a otra. Aproximadamente a las 11:30am, el DT Juan Sangini anuncia el logro del deseo y la liberación del sueño abierto.

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Este anuncio cuaso procupación en cada uno de los integrantes del deseo. La mujer esperaba cautiva el extraño e inesperado deseo, mientras que el hombre ensendia su octavo vicio. Habitación 628N la espera tras esa puerta que no se liberaba. Atentos y procupados observan el abierto defile asia ellos. Un pequeño e indefenso deseo podría cautelar la enorme habitación 628N El hombre, el poderoso, responde negativa ante una pregunta logica y afirmativa... ¿desea ver su deseo? Ante esa respuesta extraña, la mujer toma una procupante solución de apartarce, dando asi la liberación del deseo deseado por otro deseo deseado libera la realidad, cuya realidad es eterna. El defile asia esa mujer demacrada y establecida en la realidad, causo asombro en el deseo, al demostrar interes en su debilidad. El deseo: el niño Veo a los deseos desear a su madre, cuando yo al ser diferente me pregunto... debo llorar, que debo desear al nacer si viviendo el deseo soy yo. El autor se oculto, la actris me dejo, ¿que libreto tendre que estudiar para desear. Debo imaginar mi ilusión, para poder vivir en mi sueño. Todo es posible si puedo imaginar en mi ilusión, teniendo en cuenta que solo podre desear, dejando de ser un deseo. Es todo un sueño en el que la ilución es oscura, dando asi la posibilidad de que este escenario sea imaginaciones ilusionadas. Imagina, ilusiona en tu oscuridad y asi podras lograr un sueño mágico. Ante toda desubicacion, el deseo toma una libre e imponente solución de espera asia su futura imaginación. El niño a la espera de toda sorpresa ante su

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padre, imagina iluciones oscuras e imponente, tras los rechasos del deseo desado. (Escrito de Tomás entre los 8 y los 10 años)

Sobre mis rituales Julio de 1999 Tengo hoy que decir que mis sacrificios son, finalmente, lo suficiente para poder vivir mi vida sin temor y con menor angustia. No la he burlado a ella con pequeños pedazos de conductas y nunca he ignorado el progreso y las bifurcaciones de los rituales más viejos. Estuve atento para mejorar mi sacrificio, hacerlo aún más agobiante para que nadie pueda creer que engaño al DACC pidiéndole que reemplace a mi angustia directa por la que yo fabrico. Por esto, esta última angustia no debe ser menor y mucho menos perezosa o poco laboriosa, y he tenido a mi imaginación y elocuencia vislumbradas ante cualquier patrón que pueda captar. Yo prefiero tener la angustia que yo mismo me inyecto todos los días, que con la que el DACC me despierta, atentamente, y me envía al estómago desde que mis recuerdos sabían que no los recordaría. De acuerdo estoy que mi propia angustia, aquella que valientemente origino con mis rituales, es menor a la que el DACC me da; sé que la que yo elaboro disminuye la que él programó en mi hígado. Pacto con él que mis rituales son las ofrendas que merece para calmar su mano cargada de angustias en mi pecho, son sacrificios suficientes para no soportar lo que, por ser un niño cristiano, él ha dejado en mis huesos. Pero el sacrificio debe ser lo suficientemente devastador para no engrupirlo con angustias que esconden bienestares. No debo ser feliz para ser menos triste y libre. Entiendan que sólo intento tapar una angustia por otra menor, y tendré cuidado cuando mis sacrificios no satisfagan al DACC. Las bifurcaciones y las nuevas creaciones de rituales florecerán cuando me crea un perezoso y sienta a la angustia hablar, sobreentendiéndome como miembro Daccaniano, diciéndome que ella no acepta a su hermana presupuesta para quebrar su incidencia. ¿Cuál es la peor de las angustias? Sin duda, considerándome un joven inteligente, es aquella que la carpintería de mi cerebro elabora

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para sustituir la prepotencia del DACC. Sólo se debe cumplir con lo que mi imaginación inventa heroicamente y con la comandada aceptación Daccaniana. Los rituales demuestran la relación que tenemos con el DACC, son la ofrenda para la salvación de la humanidad, y por tanto no podemos hablar de rituales sin antes haber pecado. No habrá sacerdote que presente nuestra compulsión sin el matiz pecaminoso de nuestros estómagos. Los rituales no son más que la muerte de un animal que signifique la muerte de los pecados, aproximarse a Dios, a la Angustia, a la Culpa o al Cáncer es ofrecerles un pacto para que nos disminuya sus disparos. Nosotros debemos presentar rituales sin defectos, y jamás debemos burlarnos de la capacidad Dacciana para descubrir imperfecciones en ellos. “Los regalos de un hombre le abren el camino que lleva a la presencia de los grandes” Yo valgo por diez mil hombres, o simbolizo a diez mil hombres. He levantado mi altar ofreciéndole al DACC mis conductas para evaporar mis pecados, incluso los más absurdos. Respetando al número de oro estoy dando mi sangre para salvar a aquellos que ni siquiera me ofrecen un agradecimiento. Y no es la sangre de mi iglesia, no, yo no derramo dinero de mis vértebras. No soy un profeta, pero sí tiendo a perfeccionar mis andares como representante, o víctima, de Dios y sus secuaces. Soy el sacerdote, el altar es mi cuerpo, y la ofrenda, mis persistentes conductas. El ritual o la conducta es la ofrenda, cuando a mi cabeza le apuntan con un revólver. Hazlo o, de lo contrario, sólo espera el disparo. Pero siempre puedo morir. Los obsesivos estamos siempre obligados a ofrecerle al DACC un sacrificio perfecto y crédulo, si es que aún nos entusiasma la vida. Mi intermediación dependerá de cuánto sacrificio esparzo en mis rituales y siento en mi estómago. Endeudado estoy y condenado a la perdición eterna no quiero estar. Con mi cuerpo quemado le rindo al DACC mi última posibilidad de alegría. Ignoro mis pecados y no consigo que una cabra sin defecto se deje domar, ni siquiera una oveja, y no puedo presentar tórtolas o dos palominos, porque no estoy en la pobreza; por tanto, no tengo más que ofrecerles mis rituales impregnados en mis huesos para que se divierta con ellos. Asumo el arrepentimiento de mis pecados, pero

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lejos estoy de conocerlos, y por esto no puedo prever en mis rituales una tasa del veinte por ciento más de lo que haya causado. Igualmente, creo estar devolviendo cuadriplicado lo que fuera que haya robado. Mis rituales representan mi cuerpo sacrificado y pretendo todas las mañanas una menor influencia de mis pecados en mis arrepentimientos. No creo que mis conductas sean defectuosas, no estoy dando “cualquier cosa”; ellas hacen diferencia en mi hígado, soy y hago lo que mis conductas adaptadas y no adaptadas constituyen en la piedad Daccaniana. Haciendo mis rituales sacrifico a mi cuerpo que lejos está de ser dañado. Mis rituales no son de paja ni de pasto, tienen consistencia y durabilidad en mis neuronas sanas y enfermas, y el fuego no me quemará si continuo con esta conducta. No quiero estar a Su diestra por apenas algunas horas. Mis rituales no son ciegos, rengos o mancos, no tienen manchas, y es así que a estos les abre las puertas. Yo renuncio al normal funcionamiento de mi cuerpo a cambio de algo más valioso: la desinflamación de mi Culpa, la calma de mi Angustia y el impedimento de cualquier desgracia en mi vida. El sacrificio no sólo me convence de que mis pecados han sido y serán borrados, sino que, también, evita la muerte o el sufrimiento en mi vida y, aún mucho más, que sea toda mi responsabilidad. Aquellos que me quieren serán salvados, porque sus penurias son las mías. Soy todavía un adolescente, ya se me irá la fantasía. Es un intercambio: mis rituales por la disminución de mi angustia y la vida. Si estoy perdiendo mi vida por causa de algún miembro del DACC, la hallaré a lo último o al comienzo por uno de ellos. TOMAS Carta a un amigo de la infancia. 1999 Quiero contarte un poco de lo que eran mis primeros años de clase. Cuando mi estómago yacía en su juventud, creo que rondando los nueve años, estaba asediado por ideas o pensamientos que irrumpían en mí de una manera odiosa. En aquel tiempo no deseaba aquellas insolentes imágines que le reflejaban a mi estómago un dolor significativo. Recuerdo que siendo aún más joven era un niño muy ordenado; doblaba mi ropa con vergonzosa precisión; las

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mangas de mis pequeñas camisas debían estar a la misma altura en mis muñecas; detestaba que mis juguetes estuvieran fuera del orden que me indicaba mi estómago; tenía una fuerte atención a los bordes y a las terminaciones de las cosas, solía quedarme horas reteniendo el punto último del borde de una mesa o los rincones de una pared; pestañeaba por ratos largos los ángulos hasta sentir figurativamente en mi estómago el punto exacto en que se unían las paredes. Realmente, me he olvidado cuánta angustia o ansiedad me causaba la desprolijidad o lo que ella llevara encima, no sé el peso que tenía en mi cuerpo. Unos años después ya me había dejado de importar mi ropa o mis juguetes y me dediqué a imaginar y a sufrir como se merece un genio. El contenido de mis obsesiones era variable en su temática, pero no en su repugnancia. Para un niño de 9 años, los problemas suelen ser absurdos y me molestaba mucho considerarlos sin sentido, me era aún más difícil ignorarlos. La estupidez de un niño es un tema vacío, pero devastador. Solía cantar mucho hasta que no pude hacerlo más. Sólo en pocas ocasiones tuve miedo a morir o a la muerte, mis pensamientos eran aún más banales e incultos. Pero ¡por Dios, no tenía calma! Una vez me dije, “Qué hermosa sería la vida si no tuviera esto”. Y allí estaba yo, en una jaula que pronto se haría una prisión. Mi primer invento fue diseñado para mi cerebro: agarré un problema que por aquel entonces empezaba a sofocarme y lo aprisioné, lo nombre; lo transformé en una bola negra que se asentaba en el suelo de mi maqueta cerebral. Lo hice un nombre tangible sólo para dominarlo. Y nacían entonces los Razonamientos de Desestimación o Subestimación y de Acción: estos eran la búsqueda de una conclusión para la bola negra. Los RDS consistían en una serie de pensamientos encadenados para auto-convencerme de que el problema no era grave, para extraer de la bola negra la carga de angustia que conllevaba me angustia no haber leído a los 8 años la Biblia, y ya tengo 9; nada puedo hacer al respecto. Los RA eran aquellos que exigían una acción posterior para destruir al problema me angustia no haberle dado una carta de amor ayer a una compañerita del colegio; mañana se la acerco. Solucionado el problema, era esencial concluirlo también en la maqueta de mi cerebro. Las imágines que uno tiene en la cabeza contraen siempre

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una porción de preocupación, un gramo de angustia, aunque en forma verbal o por una acción dejemos de darle sentido a la bola negra. La abstracción jamás superará el problema. ¿Cómo hacer para que la figuración de mi problema desaparezca de mi cerebro? Fue allí cuando diseñe lo que llamé, años después, el Diagrama Figurativo Estructural Cerebral (DFEC). Éste era un mecanismo de imágenes en mutua colaboración para evaporar la bola negra. Consistía en cubrir la bola negra con una alfombra (roja) en el suelo cerebral. De acuerdo con el efecto que tuvieran los RDS o los RA (me refiero a si fue correcta o deficientemente solucionado el problema) la bola negra se recostaría por debajo de la alfombra o se escaparía de ella. Cuando esto último ocurría, la bola negra se desplazaba por todo el suelo de mi maqueta cerebral sin poder calmarla. Sin tener una capacidad mayor en los RDS y en los RA para solucionar el problema de una mejor manera, me veía obligado a atacarlo en la imagen figurativa. Fue entonces cuando apareció El rastrillo. Este se empleaba para arrastrar a la bola negra por el suelo cerebral hasta empujarla debajo de la alfombra. Lamentablemente, mi pequeña imaginación le dio un poder sobrenatural a la bola negra: la hizo volar. Ésta flotaba creo que la imagen recurría más a un objeto flotando que a uno volando por mi cerebro sin que mis inventos pudieran alcanzarla. En conclusión, tuve que fabricar una red, como un arco de fútbol, para que la bola rebotara en sus lados y se calmara luego, en el suelo cerebral. Por último, el rastrillo la acariciaba, para no despertarla, por debajo de la alfombra donde quedaría dormida y evaporada por la falta de angustia. Este fue mi primer acercamiento a la magia, a lo fantástico, según lo titulan algunos conocedores. Tan sólo basta un poco de angustia para comenzar a crear. Pasaron unos meses en los que las obsesiones se volvieron un hartazgo, una pesadumbre en mi conducta. Mi capacidad en RDS y en los RA incrementó; tenía más oportunismo y creatividad en la solución de un problema, y la dialéctica recurrente para la conclusión de una molestia era más visible; sin embargo, los patrones recurrentes que alertaban una bola negra eran cada vez más constantes y repetitivos. Encontraba en migajas de pan abundantes angustias y me di cuenta que debía descubrir algo pronto. Y lo hice.

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Tuve una de los más grandes descubrimientos de todo mi síndrome: el estómago. Me alarmé al entender que eran dos aparatos los que luchaban en contra de la angustia o sufrían por ella. No sólo bastaba con quemar el malestar en mi cerebro, sino también en mi estómago. Imaginé que la bola se quebraba en dos dirigiéndose un pedazo hacia mi cabeza y otro hacia mi estómago. Fue entonces cuando creé el segundo mecanismo: el Diagrama Figurativo Estructural Estomacal (DFEE). Consistía en una pechera que presionaba mi estómago aplastando la bola negra. Los tiradores de la pechera llegaban por mis vértebras hasta mi trasero. Cuando cerraba el agujero de mi ano se tironeaban los tiradores aplastando aún más la bola negra en el estómago. Imaginaba a la pechera como una placa de hierro que empujaba el problema hasta hacerlo explotar. Con el tiempo asimilé el sentimiento de mi estómago como una masa pesada y reemplacé, ante esta idea, a la bola negra por un cubo de levadura que se elevaba cuando el problema descendía al estómago. La diferencia entre el problema en el cerebro y el problema en el estómago recaía en que en el estómago el cubo de levadura siempre permanecía (aún sin elevarse, si es que no hay angustia pactante) y, en cambio, en el cerebro la bola aparecía solo cuando había angustia en ella o en el cubo (aunque podría no aparecer allí y sí en el cubo). Así hubo un nuevo DFEE que era una aplastador de arriba hacia abajo y de un costado al otro del cubo ubicado en el agujero más sincero del estómago (en diferencia al primero, que apretaba de frente al estómago). Estuve un tiempo con estos diagramas hasta que luego, sin dejar de usarlos totalmente, comencé a recordar que alguien se llamaba Dios. Luego hice algunas denominaciones para las partes interesadas. Llamé Bola negra Étalon a la bola negra: étalon significa patrón en francés; siempre entendí a mis problemas y conductas como recurrencias que advierto por la aparición de diferentes patrones buenos o malos. A la carga de angustia que se inserta en las bolas negras étalon le puse el nombre de Carga Piramidal étalon. Esto fue porque vi en un libro de medicina unas pequeñas partículas triangulares que volaban por alguna parte de un cuerpo humano. La

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entiendo como unas diminutas pirámides o como intrusas partículas que flotan por mi cabeza, esperando sumergirse en mi maqueta. A partir de ellas, de su consideración como angustias revoloteando en los alrededores de mi cabeza, apareció una duda que toma protagonistas con el pasar del tiempo: ¿Quién las pone en mi cabeza? Cuando empecé a escuchar a Dios, me relacioné estrechamente con la muerte. Comencé a creer que pronto la desgracia vendría si no hacía algo al respecto. Mi madre me enseñó a rezar y fue allí cuando perdí la poca esperanza de salvarme. Entendí que era Dios quien dirigía las pirámides étalon hacia mi cabeza, que era él con quien yo debía negociar mis pensamientos. Así, se inauguraron las reuniones en las que ambos pactaríamos mi salud. Tomás. ¡Ye Quil! Alfombra, pala, red: Es un método fantástico para calmar las sobras de angustia luego de ser pactado el problema correctamente y ya sin recursos pactantes para anularlas. Cuando pactamos adecuadamente un problema puede que algunas sobras, no pactantes, se mantengan, ya sea en la cabeza o en el estómago, con molestias inefables. Estas sobras son acostumbramientos de angustia en nuestro cuerpo sin medicación, no pactantes y con menos fuerza que cuando aparece el problema antes de pactarlo. La medicación disipa el acostumbramiento de la angustia, por tanto, la mayoría de los problemas y sus sobras son pactantes. Entonces, sin medicación y con la sobra de una bola negra étalon, escondemos, en nuestro suelo cerebral, la bola negra sobrante debajo de una alfombra, anulándola. Pero, si esta bola conlleva una fuerza considerable, que es determinada por la fuerza inicial de la bola étalon que siempre es mucho mayor que la de la sobra, puede que se escape de la alfombra y tendríamos que volverla a su lugar. Para esto usamos una pala que la arrastre por debajo de la alfombra. Pero si se escapa nuevamente, ponemos unas redes, formando un arco de fútbol, para que la bola rebote en ellas y no se expanda por la maqueta cerebral, hasta que se calme y la introducimos con la pala, de vuelta, debajo de la alfombra. Esto ocurre con las bolas étalon con sobras no pactantes sin medicación. No es una deficiencia del pacto, sino más bien una particularidad de la bola negra étalon, pues cualquier alteración

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en la capacidad pactante del paciente que impida calmar el problema hará que el pacto sea más prolongado y deficiente, pero no nos permitirá la creación de las sobras pues estas últimas llevan una fuerza angustiante demasiado menor a las que acarrea una bola negra que persiste por errores en la capacidad pactante. En resumen, el paciente vislumbra que la permanencia del problema recae en su capacidad pactante e intenta buscar en los recobijos del pacto la solución para calmar la angustia. Este método constituye el diagrama estructural fantástico cerebral. Lo llamo una ocurrencia infantil, pues se originó de pequeño cuando mi capacidad pactante era menos cultural, locuaz y con menos recursos alternativos para cada problema y ya no quedaba más que pactar, y los desechos siempre se asentaban en mi cabeza. La bola negra étalon es, en simples términos, el encierro del problema. Es el problema sintetizado, figurativo y tangible con la carga de angustia merecida. Las pirámides étalon son los contenedores de la angustia pactante o directa. Esta angustia será interpretada como un desarrollo cualitativo y cuantitativo, según evaluación Daccaniana, de energía impulsiva que exige un pacto y su cumplimiento. El cubo de levadura es la materialización de las angustias en el estómago. Es el marxismo cerebral. Son las bolas negras pero en el estómago. La masa estomacal es el cubo de levadura elevado. Es el descenso de la energía de las pirámides étalon en el cubo de levadura, y de éste se desprende la masa por cada problema o bola negra.

Conducta no adaptada Pulmón Madre y su desarrollo o serie: el número de ORO Les comento cómo surgió el número de oro: en una nefasta relación de la bola oscura con el patrón número 3 empezó la inutilización metódica de este patrón. Como verán luego, las conductas no adaptadas estarán empapadas en la negación de este número. Luego entenderán con claridad; por el momento, verán como a través del número de oro, habrá una serie de números que no se podrán utilizar en mis actos heroicos.

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La serie de números naturales: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9... tienen cada uno de ellos una unidad más que el anterior y una menos que el siguiente; esto establece una igualdad constante de simetría simple, monótona. Al hacer esta serie aditiva se obtiene una asimetría, pero armónica por ser proporcional. 1+1: 2 1+2: 3 3+2: 5 5+3: 8 8+5: 13, ... etc. De aquí se forma la serie: 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55, 89, 144, 233, etc. Estos números representados en quebrados constituyen fracciones armónicas y proporcionales entre sí. Comenzando desde el 0 hacia una serie de quebrados de relación menor: 0 1 3 8 21 55 1 2 5 13 34 89 Diferente sería si se formase de manera que el numerador fuera igual a la suma de los términos del quebrado anterior y el denominador fuera la suma del numerador propio más el denominador procedente; de esta serie obtendríamos quebrados de relación mayor: 1 2 5 13 34 89 1 3 8 21 55 144 La armonía que surge de esta serie de relaciones resulta de una proporcionalidad constante, representada por la cifra 1, 618; si se divide el denominador por el numerador a partir del quebrado 21 aparece la cifra constante 1, 618. Los quebrados anteriores dan otras 34 cifras aproximadas. Ahora bien, si tomamos el número 3 como número de oro, es decir como proporcionalidad constante representada por esa cifra, tendremos otra serie de quebrados adaptando los términos de cada quebrada para lograr dicha cifra intencionalmente. Comenzamos con el numerador 3 y el denominador 1. A partir de allí, supongamos que el denominador sea el numerador del quebrado anterior y el numerador sea el único número que dividido por ese denominador resulte el número de oro: 3 9 27 81 243 729 1 3 9 27 81 243

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Aquí aparece la cifra constante 3; Todos los números excepto el número 1 que aparecen en esta serie de quebrados jugando para obtener la cifra 3 constituyen los llamados “Números No Utilizables”. Los números 2, 4, 5, 7, 8 y sus múltiplos son “Números Utilizables y canceladores” Los números que resulten de la multiplicación de un número utilizable y un número no utilizable serán considerados números neutros. 2x3: 6 4x3: 12 5x9: 45 7x9: 63 Los números neutros, si bien son utilizables, no se admiten como canceladores o quiebres, salvo en los casos de intensidad. En conclusión, los números que forman esta serie de relaciones que resultan en una cifra constante número de oro no serán aceptados para utilizarlos en las conductas no adaptadas. A partir de las leyes del número de oro, los pactos se verán determinados y regidos por estos números. Repito: el porqué del 3 como número iniciador de esta prohibición fue una perversa relación entre el patrón número 3 y algún trauma de cualquier color.

Carta 31 de Junio 2000 De cómo mi madre abortó a su hijo y hoy murió de Cáncer. Música Antonio Vivaldi 1678-1741 Concerto/Konzert, RV 156 G minor/g-moll/sol mineur

Hoy has desconfiado de Dios y habrás alejado por años al Cáncer de mí. Has hecho todo lo que has dicho, pero no has dicho todo lo que has hecho. Jamás podrás mantenerte a oscuras mientras

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el Cáncer te desvista por las noches. No he sacado provecho de tu cuerpo, no se ha instruido mi estómago con tus malas decisiones, y creo que, cada vez más, estoy vislumbrando mi ignorancia sobre ti; aún no me he destetado de ti porque el Cáncer se siente atraído a tu cuerpo ¿No será muy temprano para que mis desechos en mi cabeza vayan hacia el Cáncer? Aquí está tu turno para posponer mi enfermedad por algunos años más. Has ofrecido tu cuerpo como ofrenda para salvar sólo a tu hijo. ¿No habría sido mejor matarme como lo has hecho con el otro? Porque a mí sí me amas, Dios no te habría dejado matarme, y tú tan sólo ofreciéndome te habrías salvado. Yo me habría inclinado para recibir la bendición, yo te habría entendido, no habría exclamado por la gracia y mucho menos por la soledad, no habría sido tan mediocre. Me tomas de la mano y nos ponemos en camino. No te habría creído un monstruo y aún tendrías tu fe. El holocausto de mi hermano, aquel que abortaste, aquel que ofreciste te hizo mantener esa fe que hoy te ha matado de culpa. Habrás pensado que Dios lo salvaría, habrás pensado que en aquel monte tu navaja se haría paja, pero no solo perforó el hígado de tu hijo, sino también el tuyo. Tu arrepentimiento le ha mostrado a Dios que nunca has estado conforme con la ofrenda, la ha hecho imperfecta y por esto tu Dios no paró la locura. Murió mi hermano, cuando tú pensabas que lo salvarían, y ese pensar lo mató. Tu duda y tu propensa culpa clavó la navaja sin vueltas. Y hoy incrédulamente no me has alzado en tu asno. Te culpas por no amar a mi hermano sinceramente, que de haberlo hecho, la ofrenda se hubiese cancelado. Aún por las noches crees ver el carnero que Dios jamás te proveyó. Te han puesto a prueba, pero no era mi hermano tu único hijo. Aún pasado el cuarto día, en silencio, atas a tu hijo muerto en las montañas de tus recuerdos, extraes el cuchillo, y el carnero se ríe de ti con su brazo hinchado, no deja que lo sacrifiques mientras tu hijo te grita, “¡Monstruo!, cómo pude decepcionarte si aún no tengo siquiera recuerdos” (tu hijo jamás se enteró); tus ojos se calcinan y esperar la vejez entristecida no es una opción. No lo has matado en tu vientre, lo has matado en tu fe, aquella que te ha recriminado siempre lo sucio de tu ofrenda, esa que te hizo un monstruo con fe incompleta; una asesina. Sacaste el cuchillo sin fe y jamás recobrarás a tu hijo. Repito que tu andar arrepentido hizo inútil la

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ofrenda y no salvó a mi hermano. Repito que tu acción arrepentida atrajo al Cáncer, y yo haré lo posible para evitar que mi propia culpa continúe floreciendo en mi estómago. Me esforzaré para disminuirla sin menospreciarla. No moriré de Cáncer, mientras tu lengua recorra el cuerpo viril de él. Con tus cenizas me has alejado del Cáncer, pero me pregunto si tu temor a ofrecerme fue no creer amarme lo suficiente para exclamar haber alzado ante Dios lo que más quieres. Me pregunto si tu miedo fue no ver el carnero con el que Dios juega a las escondidas contigo, si tu miedo fue sacrificar a otro de tus hijos por la culpa de querer no hacerlo o de no amarlo. Y Dios jamás te perdonó tu culpa por querer matar a mi hermano o por no querer hacerlo. De cualquiera de las dos culpas el sacerdote se divirtió contigo y te entregó al Cáncer, sin tocarte la cabeza, esa cabeza que muere vacía de pelos. Has conservado tu atractivo, pero tu niño dejó tu cuerpo como un bicho incestuoso de mi cerebro. Has pensado en lo absurdo de tu primer viaje con mi hermano y a mí me has dejado dormir hasta tarde. Has creído siempre y por eso hoy mueres joven. Eres la madre falsa de la fe. Tu embarazo se ha convertido en dialéctico; tu asesino, un ser arrepentido con monólogo. ¿Te has muerto por el arrepentimiento que te absorbió por abortar a tu hijo o por la culpa de no haberlo hecho bien? El sacrificio elimina angustias; el asesinato invita a la Culpa. Yo, de todas formas, moriré de cualquiera de las dos culpas, pero he intentado desde niño ofrecer en mi altar lo que más quiero: mi cuerpo. Y lo hago de la manera más perfecta: escuchando la aceptación de la ofrenda por aparición y desaparición de mi Angustia. La próxima vez que nos veamos, yo estaré calvo y tú habrás abortado innumerables niños del Cáncer. Sólo evita enfurecerlo. A mí me da una cierta vergüenza decir que tengo fe, pero me da mucha envidia y rencor escuchar a otros decirlo; a ti no te dio vergüenza, te dio culpa, y la tuviste; tuviste la fe necesaria para matar a tu hijo, pero inaceptada para sacrificarlo. Murió y nada te dieron a cambio; sólo el Cáncer te percibió como héroe y te alberga hoy entre sábanas malas. Madre, me enamoraré pronto de la última mujer que has visto inventar a mis ojos. La querré sin siquiera tocarla y jamás la

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veré gastada. Madre, has inventado la plegaria y yo he hecho de ella un asesino incómodo. Si es un horror o una proeza lo que has hecho, lo dejo al juicio de la benevolencia del Cáncer en tu aposento. Conserva tu peluca con el radiante amarillo que contrae tus hombros. FIN MÚSICA

TOMÁS

A Jimena Olsen Su Ximena: Y dicen que a mí me gusta sufrir. Tu distancia crea mi amor. Tu desgracia no me lastima, ni siquiera me entero. Quien se aparece en mí es un modelo de ti, de lo que mejor pude ver y recordar de tus gestos. Te trato como me place y te amo para no sentir celos nunca. Tan poco te veo que no dejas de ganarle a cualquier otra mujer. Eres a la inversa: en los sueños me lastimas y me rechazas; en la realidad, apareces siempre simpática. Tu mañana es tan precisa que mi pena me miente por la noche. A menos que aparezcas, no tendré manera de alejarme de ti, sin embargo, serás lo más fácil de olvidar. ¿Qué amor perverso me tendrá preparado Dios para cuando tú te reveles ante mis despiertos ojos? A ti te amo porque, si yo quiero, puedes no morir nunca o morir conmigo. Lo especial en ti no lastima, inventa con interminables esperanzas nuevos estómagos en mi cuerpo. Eres la reina que baña mis últimos actos de bufón. Cuando todos se ríen de mí, yo imagino tu sonrisa discriminándome del resto. Cómo extraño el cielo cuando te vislumbro muerta, cómo extraño el infierno cuando me menosprecias en mi rostro. No siento celos, no siento más que mágicos dibujos con mi mano izquierda. Siento inventos, más de lo que siento amor o compañía. Tómame de la mano, la idealización me hará golpear mi cabeza contra la Biblia el nuevo testamento. ¿Cuántas mentiras deberé soportar de mi soledad para dedicarme a amar? La religión me despertará ante el amor real y no podré jamás crear felicidades acostado en el vacío.

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Te tendré, pronto, cuando terminé de recordar a mi madre y comience a suponer encuentros con tu mirada en lo que queda de mi cerebro. Te amo y no me importa hablar de más. A lo sumo, me estaré histeriqueando a mí mismo, si en verdad sólo necesito un poco de cariño. He sacado de un detalle de tu cuerpo, una familia en mi soledad. Estoy agotando mi ideal en ti y nunca podré amar libre a una mujer. Tu T. C. A la joven de la que yo estoy enamorado sin haberla Diciembre del 2002 Mi Jimena: Hoy conocí a una chica, muy linda por cierto. No temas, jamás dejaré de amarte, aunque tú no lo hagas. ¿Aún me recuerdas? Qué hermoso no poder tocarte, no tienes un pequeño defecto en mis esperanzas. Mi imaginación ha hecho de ti alguien que no arrebataré de mis manos. Mi imaginación es lo que tú no eres. Seguiré recordándote y cuando la bese a ella diré tu nombre para no perderte, y para no perderme yo. Le seré infiel en mis maquetas cerebrales, estará tu rostro como imagen étalonica borrosa cuando me acueste con ella. Descuida, no le haré daño, jamás me acostaré contigo. Mi infidelidad será dormir con mi cuerpo derrotado en mis imágenes de ti. Su nombre es Caterina (directamente nada insólito es), ¿te gusta? No puedo negar que es un lindo nombre, pero no llegaré a amarla. Nadie será Étalon, a menos que tú decidas acercarte un poco más a mí. De lo contrario, estarás tú y mi espera de tu transformación. Es una linda mujer, con algunas ideas políticas absurdas, pero enérgica y activa. Ella me ama, me ama mucho, y no siento ninguna culpa por no hacerlo yo. Mientras te ame a ti, no habrá errores y mucho menos pecados en el amor. Ahora, que no te vea a ti horrible, que no la quiera a ella más que a ti. Sería un desastre de culpa comenzar a amarla. Sería el fin de mi poca normalidad, sería el fin de mi bienestar. No puedo amarla, pero ¿Y si algo me pasa? Qué terrible comenzar a amar con arrepentimiento. Qué perverso una mujer desnuda ante un joven con culpa. Llegado

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el momento, algo habré de inventar. Déjame amarte sin que te enteres, ningún daño tendrás si me invento una vida contigo. Ningún daño tendré yo si tú continúas alejada. Ambos salimos ilesos del amor, y eso que rara vez sucede. Creo haber contado diez imágenes tuyas que recuerdo constantemente en mi estómago y que se entreponen cuando otra mujer advierte en mi un cierto deseo. Las he enumerado y me tapan los ojos cuando beso a Caterina (directamente no es). Jamás ninguna de las dos podrá decir que les fui infiel. Ella me toca y yo no toco a ninguna otra, tú no me recuerdas y yo no imagino a ninguna otra. Tengo dos cuerpos diferentes y nunca se han cruzado, han persistido cada uno en su labor. Te amo, y espero no dejar de hacerlo, o, tal vez, sólo espero no empezar a amar en serio. No hago más que esperar la comparación que me transformará en un amante fiel. Te amo mucho, amor. No hay más engaño, histeria y miedo que en esta última frase. ¿Qué significa el “mucho”? ¿Puedo acaso agregar el “demasiado”? ¿O este último término representa exageración poética y no cantidad? ¿Se ama en cantidad o en cadena de signos confusos? Tu T. C. Ejemplos prácticos presupuestados Patrón original: el cuerpo de la madre desnudo. Esencia del enfermo inicial: familia cristiana, una cena con un sacerdote, una infidelidad familiar no tolerada, fuerte dependencia a la madre, etc. Componentes de Relación DACC inicial: alta creencia en la valoración del cuerpo de una madre por el cristianismo y el cuerpo desnudo de la madre. Relación DACC inicial o pirámides ocultas: siente culpa por ver al cuerpo de la madre desnudo. Expansión piramidal oculta: culpa por espiar a la madre, como pecado con castigo. Bola oculta: culpa por matar a la madre. Patrón: un chocolate Jack

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Componentes de relación DACC: el chocolate y la culpa por ver a la madre desnuda. Relación DACC: el chocolate le recuerda cuando espió a la actual pareja, mientras ella comía un chocolate Jack y se desnudaba, y se masturbó desde el baño de un club antes de salir con ella. Siente la misma culpa por espiar a la madre. Componente disfrazado o reemplazo o de la esencia del enfermo (inicial o desarrollada): fuerte creencia religiosa. Relación del enfermo: como cristiano cree haber insultado a su actual pareja por espiarla antes de haber tenido relaciones con ella. Expansión piramidal étalon: angustia por ver a la novia desnuda: ¿cómo pude masturbarme con ella? No puedo disfrutarla más con sinceridad. Soy un pervertido, tendré castigo. Bola negra étalon de mi primera categoría: la muerte de la novia Pacto adaptado por convencimiento: No fue tan grave lo que hice, ni siquiera llegué al orgasmo,... no tienes por qué matarla... Pacto adaptado por convencimiento y acción: decirle a la novia que la espió. (Pacto no adaptado por insuficiencia o desidia del pacto adaptado) Bola negra étalon de segunda categoría: arrepentimiento por la muerte de la novia. Capacidad de pacto: alta. Uso de la capacidad: Está solo en su casa, es temprano, no tiene otras bolas étalon y tampoco las genera en la operación. Pronóstico: alta probabilidad de cumplir el responsable. Primer resultado propuesto u ofrenda primera: no pestañear el cuerpo desnudo de su novia. Segundo resultado propuesto u ofrenda segunda: no pestañear el cuerpo desnudo y vestido de su novia. Resultado aceptado o sacrificio: no pestañear el cuerpo desnudo y vestido de ninguna mujer que esté en pareja. Posible resultado propuesto impuro: conducta preventiva por desconocimiento. Responsable: Cumplido.

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El DACC, el cielo o espacio inicial, el cielo del enfermo, la maqueta cerebral Definamos esto: El DACC Dios, Angustia, Culpa, Cáncer, por orden de aparición en mis más relevantes revelaciones, es el Otro del pacto; es con quien negociamos y acordamos la eliminación de la angustia directa ofreciéndole un reemplazo de ella apropiado, un sacrificio digno y perfecto para obtener su aceptación. El DACC, en una primera instancia, dispara la culpa hacia el cerebro del futuro enfermo; esa culpa es la bola oculta: resultado de la expansión de la carga piramidal oculta. En un primer movimiento, el DACC rejunta todos los componentes que ha tirado dentro de lo que es la esencia original del enfermo, antes de la creación de la bola, y que presuponen una reacción de la culpa ante un patrón particular. Cuando aparece ese patrón (patrón original), con el cual el DACC entiende que puede exacerbar lo suficiente los componentes de la esencia original del enfermo para captar una entidad culposa, una acción de culpa, el DACC permite al enfermo observar ese patrón; y, luego de un tiempo, une ese patrón con la esencia original del enfermo, y es allí cuando, por relación entre ellos, se crea la carga piramidal oculta que se expande para formar la bola oculta: la Culpa. Esta bola desaparece de la maqueta cerebral y se ubica en el territorio del DACC inicial: el cielo del enfermo inicial. A partir de aquí, el DACC se encargará de descubrir la relación entre los patrones descifrados y las pirámides ocultas. Es a él a quien debemos convencer de eliminar la relación entre el patrón y las pirámides ocultas o disfrazadas. El DACC despierta en mí el terror en cada patrón y luego se encarga de la conmiseración de mi estómago. Él jamás tendrá para mí una legítima compasión, pues sólo se limita a mi sufrimiento reflexivo y ordinario; no llega a extirpar mi culpa negra. Siempre me arrepiento de mis fallas y busco reconciliarme con el DACC; pero el arrepentimiento eterno es la némesis del grupo creador de la Culpa y disparador de toda Angustia; estas dos son integrantes de él; la Culpa es inalterable y no se conoce; no es pactante y descansa a oscuras en las tierras del cielo del enfermo o del espacio / territorio DACC. El DACC imposibilita mi habla y posibilita mi impotencia a mi trauma. La figura pública y conocida de la culpa, su único derivado básico para su inserción en lo conocido del enfermo es la famosa y anciana Angustia. La angustia es el sentimiento básico, reconocido y

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revelado del enfermo; de ella se desprenden emociones como la desesperación y la incomodidad; el miedo y la fobia; la ansiedad y la irresponsabilidad, y el arrepentimiento. Ella es la cara visible de la culpa, es el sentimiento estomacal y cerebral más mentiroso de todos, porque muestra identidad fuera de la culpa, cuando no es más que una culpa con valor para mostrarse; es el disfraz de la culpa. Es la descomposición de la culpa, es la culpa conocida. Es la valentía de la Culpa. La angustia aparece en el patrón ajeno de la manera más virgen posible. Todo patrón es una angustia, toda angustia es desprendida de la relación entre el patrón y la culpa de las pirámides ocultas; el patrón se crea como tal por la evaluación del DAAC (encontrar relación con la culpa piramidal) y lo definimos agregándole el adjetivo “descifrado”. El patrón descifrado es el patrón al que el DACC le vislumbró alguna relación entre él y las pirámides ocultas. Y como todo patrón, por ser patrón, tiene angustia marcada por la relación DACC, ¿de qué lo diferenciamos llamándolo descifrado? Aquí aparece un juego que pocos coinciden y tal vez nosotros tampoco lo hacemos. Queríamos encontrar un patrón en el que sólo haya angustia y no culpa, lo cual nos era imposible sabiendo que la angustia es una culpa leve y conocida, e inventamos el siguiente patrón: el ajeno. El patrón ajeno o indescifrado es aquel al que el DACC no le encontró relación con las pirámides ocultas, pero que, sin embargo, nos angustia sin pacto: es el patrón de otro. Un patrón ajeno que no está puesto para el enfermo, sino para el único ser humano al que no conocerá y no modificará, directa o indirectamente, su vida, jamás; para otra persona a la que no podrá nunca afectar o alterar, en la que no tiene ni tendrá jamás culpa alguna de todas sus más terribles y menos terribles desgracias. Es el patrón o la angustia más pura y virgen de todas, porque no tiene culpa y, sin embargo, el paciente siente su fuerza; se angustia sin culpa; la angustia menos egoísta de todas. Muchos dicen que esa angustia no aparece jamás en nuestro estómago y mucho menos que exista alguien al que no podremos afectar indirectamente. Dicen que caóticamente todos tenemos culpa de todo o nadie de nada. Desde aquí, hablaremos de los patrones solo como angustias relacionadas con las pirámides ocultas; y le agregaremos el adjetivo descifrado, como optimismo. Remarquemos que las pirámides ocultas son las transportadoras de la carga de la relación entre el patrón original y la esencia del enfermo inicial. Estas pirámides determinan la fuerza de la bola

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oculta, porque son ellas quienes representan el peso de culpa que despierta el patrón con la esencia. Esta esencia es el juego inicial del DACC; es el “individuo particular y las transgresiones familiares”. Es esa familia del enfermo, es esa palabra de moralidad, una visita a la iglesia, un divorcio; una idea de la desilusión o de la traición, un duelo, un payaso o una cena con ropa. La esencia es todo lo que el DACC arroja en el enfermo como pasado al patrón original; y esos componentes actúan como creadores de las pirámides ocultas cuando un patrón asume una relación de culpa con ellos. Así las pirámides comienzan con su carga de culpa y se desarrollan con su expansión para formar lo que realmente contiene la culpa única del paciente. Cuando la bola oculta se encuentra acabada, es decir, cuando se desarrollaron las pirámides ocultas para formarla y definir su síntesis y culpa única, ésta se cierra y es allí cuando el paciente se convierte en enfermo; es allí cuando el patrón inicial, las pirámides ocultas y la bola oculta jamás volverán a la maqueta cerebral del enfermo (la bola oculta puede aparecer como casualidad o por sucederse, ambas disfrazadamente). El único de los componentes del cielo del enfermo inicial, antes de empezar con la angustia directa, que aparecerá en la maqueta cerebral es la esencia, pues el paciente reconoce su manera de creer e idear dentro de ella. Retomando al DACC, este grupo activo de personas que nunca han vivido pero que están muertas no son raras, lo integran: Dios y el Cáncer, como disparadores y arrebatadores de la culpa y la angustia; la Culpa y la Angustia participan como disparadores y arrebatadores de ellos mismos; los cuatro discuten las relaciones entre el patrón y las pirámides ocultas y determinan su calificación. Algunos dicen que el DACC no sólo encuentra relaciones en la aparición de los patrones, sino que también se divierte con la cotidianidad del enfermo enviando él mismo patrones ya evaluados. Al final, los cuatro fantásticos deciden cuándo es oportuno que uno de sus integrantes entre en todo el cuerpo del paciente para matarlo. Entremos ahora en el territorio o espacio DACC o el cielo de los enfermos (luego del cielo inicial). Este terreno es desconocido por el paciente, pero sí actúa en él un componente que es el que aparece primero en el enfermo: el patrón descifrado; el cielo se encuentra entre las tierras fenicias y la maqueta cerebral; se origina, luego de la batalla del cielo inicial, con la formación y cierre de la bola oculta por el DACC, y a partir de allí la aparición de los patrones descifrados es interminable. Primero, el

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DACC percibe un patrón descifrado y comienza a evaluar la relación (relación DACC) entre aquel patrón y las pirámides ocultas. De la calificación que otorga el examen del DACC al patrón, de acuerdo con la relación DACC, se dividen dos tipos de patrones: los patrones descifrados buenos y los patrones descifrados malos. Los primeros son aquellos a los que el DACC le encontró una relación ínfima entre ellos y las pirámides ocultas. Esta relación preanuncia la operativa pactante, pero el pronóstico es tan alentador que el pacto es casi imperceptible por el enfermo; es decir que la casi nula carga piramidal étalon que choca en la maqueta cerebral propone un pacto tan simple como irrelevante. Por el contrario, los patrones malos son aquellos a los que el DACC le encontró una relación entre ellos y las pirámides ocultas suficiente para exigir una operativa pactante perceptible. Esta relación puede ser leve, media o alta, y esta calificación influirá de manera determinante en el desarrollo del pacto y directamente en la fuerza de la bola negra étalon. Entonces, el DACC evalúa la relación y la califica; de la efervescencia de la relación DACC se desprende desde la bola oculta una porción de carga piramidal oculta que es, precisamente, su relación con el patrón. Cuando el desprendimiento de la carga piramidal oculta con respecto a toda su bola oculta es total, esa carga oculta, ya afuera de la bola, viaja como conductora de la culpa por relación DACC hacia la maqueta del enfermo por los aires nublados. Este es el paso en que la culpa activa y visible se metamorfosea en la culpa conocida, la angustia directa, que es la única carga piramidal a la cual el paciente, a través de su materialización en la maqueta cerebral, podrá incidir: la carga piramidal étalon o la angustia directa. Esta carga étalon se comporta como una culpa conocida por una manera de actuar creativa y organizada del DACC. Porque el paciente no debe tener jamás el conocimiento concreto y directo de la bola oculta, jamás podría el DACC mostrarle el componente de la relación que se ultraja de la bola oculta; por tanto, en el momento previo a la coalición entre las pirámides ocultas y la maqueta cerebral, en el momento del paso de la carga de la culpa oculta a culpa conocida en los aires nublados, el DACC reemplaza el componente de relación de las pirámides ocultas por otro componente para formar la relación del enfermo: la relación entre el patrón y las pirámides ocultas disfrazadas o reemplazo. Es decir que el DACC disfraza las pirámides ocultas con la máscara de la culpa conocida; toma del inicio de creación de la bola oculta una parte, en relación con el patrón, de lo que llamamos

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esencia del enfermo inicial, o de la expansión de ella, es decir, del desarrollo de la esencia del enfermo inicial a lo largo de la vida del paciente después del cierre de la bola oculta,y la transforma en componente de la relación del enfermo con la fina relación con las pirámides ocultas mezcladas con el patrón original. El paciente pacta su relación sin conocer en realidad lo que está intentando eliminar. De aquí se forma la angustia directa o la carga piramidal étalon, o la relación del enfermo o la obsesión que chocará en la maqueta cerebral formando, por expansión, la bola negra étalon. A partir de aquí, comienza la operativa pactante en la maqueta cerebral. Como conclusión más que relevante, la angustia directa es el desecho de culpa, es un sentimiento de culpa reconocido por el enfermo, pero disfrazado, transformado y coherente en lo que él entiende como problema, es el arrepentimiento (en los no adaptados) y la tragedia a punto de solidificarse (en los adaptados); es la culpa deformada y figurativa, es la culpa que no solo se encuentra en la cabeza, sino que se encuentra en la maqueta cerebral y por tanto, y como diferencia exclusiva con la culpa oculta, aparece en el estómago. La Culpa oculta está oculta en la cabeza, pero la culpa conocida se reconoce y se encuentra siempre en el estómago, para transformarse, en esta ubicación, en angustia directa. Patrones dentro del patrón madre; patrones extras: estos patrones son aquellos que aparecen dentro de la escena convertida en patrón original. Verán que si el patrón original de un enfermo es el cuerpo desnudo de su madre, los patrones dentro de él son, por ejemplo, algún collar que la madre llevaba puesto, un cuadro en el cuarto donde se desnudaba ella, un empapelado, un decorativo, etc. Estos patrones aparecen sin atención o con demasiada de ella, pero se encierran junto con el patrón original en la bola oculta. No son patrones que generan a la Culpa, las pirámides ocultas, pero acompañan en el contenido mnémico de la relación DACC. Pueden aparecer como patrones despiertos, con la relación evidente del DACC, y disparar las pirámides étalon; o pueden ser propiamente patrones extras: estos son patrones que no alteran al estómago y al cerebro con una angustia directa fuerte y reconocida, sino con una derivación de la angustia: el miedo o la fobia. Se convierten en fobias para el paciente, sin pacto, pues el miedo no se pacta, se experimenta y se soporta sin pedir piedad. Son patrones sin operativa pactante y externos, pues son elaborados, entendidos y soportados como

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agentes extras sin dura introspectiva estomacal o cerebral. Son los extras de una tragedia.

Atmósferas del enfermo

Depósito de almacenamiento DACC Tierras fenicias Territorio DACC Depósito de almacenamiento Maqueta cerebral

Aires nublados

Bola negra étalon

Cubo de levadura

Carta 9 de Julio de 2003 ¡¡No!!, por Dios, Ximena, hoy te vi horrible, te vi junto con Caterina, y ella es más linda que vos, y más inteligente, más capaz aún. Ella es un gigante por tu caída. ¿Cómo me hiciste esto, Ximena? Estoy aterrado por la culpa, amo a alguien que mi cerebro y mi estómago decepcionaron, engrupieron, maltrataron; no sé qué podré hacer para arrebatar de ellos su horrible espíritu que amenaza a mi Diablo. Algo debo hacer, urgente, no puedo vivir con esta culpa, y mucho menos morir con ella. Te aclamo piedad, te pido una solución, ¿debo entregarle mi cuerpo en sacrificio? El holocausto de mis neuronas comienza hoy en las entrañas de Caterina. Mi imaginación será sus últimas decisiones, y mi culpa será su mandato. Prefiero que me crea un

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enfermo que un egoísta. Prefiero dejar mi ser que ser alguien con pasado sucio. Caterina, mi infancia será lo que tu vejez decida recordar. Te amo con dolor, te amo con las lágrimas de mi culpa más nefasta e inefable, te amo con el horror que tienen aquellos que antes de hacerlo ya han fracasado; te amo con el estómago de Orfeo, porque creo mirarte a los ojos sin prever mi daño en ti. Te amo porque no puedo ir a buscarte, de hacerlo caminaría sin que tú me lo hubieras ordenado. Te amo con el temor bíblico de que nadie me crea, te amo como el sacerdote ama a la culpa del pecador, y te amo porque soy el sacerdote y el pecador en una misma atmósfera y en un mismo templo acabado. Y temo amarte siendo un pecado imperdonable. ¿Y qué es eso? No es ni el infierno ni el cielo, es mi culpa en mi leonera. Hoy mi infierno no es una desgracia, es la tragedia que anuncia con tanta dulzura que le tengo miedo al cielo. Y si alguna vez Caterina decide menospreciarme y olvidarme, será allí donde comience la tragedia que llamará al Cáncer, que viola a mi madre en cada atardecer. Estoy listo para remediar mi culpa o para morir sin destreza. Me volveré loco por serle fiel o le seré fiel para volverme un loco; de cualquier forma, me enfermaré pronto. La culpa me hará amarla en mi estómago. ¿Tendrá ella una compasión auténtica para mí hígado? El arrepentimiento será siempre el reflexivo de mi angustia succionada. Intento inventar una angustia presente, una categoría reflexiva sólo por lo que me pasa ahora. Deberé detener el tiempo en la succión del rostro de mi amada; pero antes pretenderé olvidar la peluca rubia a la que siempre vuelvo. Pactos

Los pactos son todos aquellos acuerdos que el obsesivo maniobra y acepta para eliminar la carga piramidal en las bolas negras étalon. Los pactos se dividen en dos clases: los no adaptados o inmorales y los adaptados o morales. El pacto resguarda al paciente ante la aparición de una angustia mayor a la que tendrá dando cumplimiento al pacto (en el caso de los no adaptados) o bien en la realización misma del pacto (en el

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caso de los adaptados). Ahora bien, el pacto, como proceso creativo, mnémico, recurrente y automático, alterador y regulador de la angustia directa es el recurso obrero e inherente al obsesivo, un recursos elaborado únicamente por el enfermo, con sus propias manos, una invención o un autoconvencimiento Daccaniano fabricado, analizado y aceptado por el paciente que, si bien puede estar manchado por opiniones ajenas, no admite consejos y su aceptación es propia del pactante. Antes de entrometernos en el estudio de los derivados y las clases de pactos aclaremos por qué se utiliza esta precisa palabra para nombrar estas conductas eliminadoras de la angustia directa. Un pacto es un concierto o tratado entre dos o más partes que se comprometen a cumplir lo estipulado. Cuando estas partes pactan acuerdan algo obligándose mutuamente a su observancia. Tenemos al enfermo como una de las partes y por otro lado se le enfrenta el DACC, quien obliga al obsesivo a ofrecerle un sacrificio para que haga desaparecer a uno de sus miembros: la angustia. Entonces, el DACC le asegura al paciente que eliminará la angustia de su cuerpo si este último cumple con el sacrificio que inventó para convencerlo de que perezca su disparador de angustia. Ambos se observan y se obligan a cumplir con el acuerdo, pero es el paciente quien debe darle algo significativo a cambio, un sacrificio con la pregnancia en su estómago necesaria para que la angustia acceda a retirarse. Y aquel sacrificio devendrá de cuán fuerte es la incesante pregnancia del pecado original (relación DACC original) y del pecado directo (relación del enfermo). Aclaremos que los pactos son siempre sobre la base de una discusión sincera y generosa para calmar la angustia directa del paciente. El pecado original o las pirámides ocultas bañan a la angustia directa y la determinan, como también lo hace sobre el pacto, pero este último no actúa directamente sobre él, sino que cancela la angustia directa que es, por lo general, una mera bifurcación deformada de él. Lo que tenemos para pactar es la angustia directa que es la que dentro de las paredes de la maqueta cerebral nos molesta con forma. Lo oculto es lo que tantas veces se prende aferrado a otra angustia oportuna (directa). Los pactos nunca solucionan la culpa oculta y disparan solo hacia la angustia directa, pero sí están predeterminados en su interacción por la fuerza del pecado original. Veremos luego los riesgos en las subestimaciones y perezas del enfermo con el DACC, pero entendamos que el pacto resuelve el patrón y la carga piramidal disfrazada por El DACC.

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Ahora, entendiendo qué es un pacto, el acuerdo entre el obsesivo y el DACC para sacrificarse el primero y retirarse, a cambio, el segundo, aparecerán dos clases de pactos que conviven en una tarde obsesiva. A Caterina 15 de Agosto de 2003 Querido patrón: Hoy y por siempre te usaré como patrón de mis conductas. Si tú me tocas y, aún más, si tú me autorizas dejaré de hacer todas mis conductas pactadas desde niño. Podré pestañear, repetir palabras sin conteo, mover mis piernas y brazos desaforadamente sin repudiar mi movilidad, el número de oro será sólo una invención ocurrente y simpática de una teoría que me debilitó por años. Nada de esto persistirá en mi estómago cuando tú me lo permitas. La culpa recaerá toda en ti, que estás segura de que mis actos no matan o dejan de matar a nadie. Eres más fuerte que la angustia y mucho más aún que Dios y no deshonraré a nadie si te doy este cargo, porque simplemente eres la autoridad, eres la otra parte de mis pactos, de mis acuerdos, y con tu atenta vigilancia acordamos que no debo seguir con esto. Me aseguras que eres quien yo estimo y confío que lo eres y lo acepto, lo trago y lo mastico con gracia y alivio, pero no puedes quitarte nunca esta máscara. No dejarás de ser jamás Étalon, no podrás convertirte en una estúpida, porque me dejarías desamparado pidiendo disculpas hasta mi muerte por reemplazarlos a ellos por ti. De niño me dijo la angustia que una mujer ocuparía este cargo, pero entiende que no puedo fallar en mi observación. Ella fue muy clara: “Te permito hacer o dejar de hacer lo que ella quiera, pero debes estar completa y abismalmente seguro de que Étalon es ella. Tendrás en ella la recuperación de tu estómago, pero nosotros (El DACC) no prestaremos atención a quien tú te rindas. No habrá dolor de estómago que acuerde el trato. Seré sólo tu decisión, sin TIT. Si fallas, el error será sólo tuyo” (sic). Te has convertido en la inmoral dialéctica de mis conductas pactadas, pues serás tú quien se arrepienta ante la tragedia. Mis imágenes en las cancelaciones y quiebres tendrán tu rostro; Dios y mi cuerpo jamás se vieron tan hermosos. Tengo temor y ansiedad, pero tus ojos me prometieron

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su poder y su constante cuidado y permisión. Has jurado que nunca dejarás de amarme, entonces, debes ser Étalon. No quiero enfermarme, no me arrojes los gérmenes cuando esté de espalda. Sólo espero no estar haciendo esto por culpa y para convencerte de que si no eres todo para mí, sólo tienes que quitarme los huesos y lo serás. De todas formas, te elegí y te confío mis próximas oraciones. Me siento cómodamente vacío y realmente tu cuerpo es tan efectivo como mis conductas para darle la bienvenida a la prosperidad de mi estómago. Tal vez sea verdad: amo más a la historia amorosa que a la mujer que supongo amar. ¿Estaré curando mi sufrimiento empeorando todavía más la enfermedad? Comienza a rezar en lugar de mí. A étalon 27 de septiembre de 2003 Mis desvelos son productos de tus desperezas y quiero despertar a tus mañanas antes de que te des cuenta, dormida, de mis malos momentos. He intentado en sueños serte infiel, pero la otra mujer eras tú también y ni siquiera pude acostarme con ella. Salí corriendo a buscarte cuando tu otro rostro se me insinuaba. Ni aunque fuera contigo mismo, el arrepentimiento dejaría al libre caminar a mis hormonas. No me liberes, confieso que tu soga en mis muñecas no me permite aplaudir, pero te veo todos los días con este cuerpo vacío de sus excrementos, que han huido enamorados hacia ti. Te he regalado toda mi mierda, y sabrán entonces que de verdad te pienso obsesionado. No pienso sin ti y ni siquiera me interesa hacerlo, a menos que me lo pidas. Tus lágrimas son ácido en mis manos y no verte llorar me haría sentirme un inservible. Un segundo antes de morir, me desprenderé de mis restos y sólo elevaré mi descompuesto pulgar para señalarte. Estoy estropeado por tus huesos tangibles en mi piel. Eres lo más tangible que he tenido, lo más real... y lo más egoísta. Mi étalon querida, déjame pestañear. Tus imágenes étalonicas me descansan y puedo hablar sin esfuerzo si me tocas. Sólo tócame, ¿es muy tarde para llamarte? Estás más adentro de mí

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de lo que yo lo estoy en ti cuando nos revolcamos en las sábanas malas. Saluda a mis neuronas por mí, creo que la más pequeña tiene el siete de espada, no le quieras. No te observo misteriosa y oscuramente, te miro desvelado sin intimidad. Creo que dejo de vivir cuando no me piensas y luego me invento recuerdos sin ti, que no han existido jamás. El guante de tus venas sujeta mi locura actuada y creo haberte enamorado por aquel año de teatro de niño, cuando algunos pensaban que podría necesitar caramelos blancos para disfrutar. Tus grandes dientes aprietan las cápsulas y cuando te beso me parece haberlas digerido. Soy el hombre más sano del planeta y lo extraño es que no quiero ser un enfermo, y eso no me enferma. Si tú me quieres sano, yo me quiero como tú me quieres, o dejaré de quererme. Tu alma me dibuja el intestino y mi delgado estómago te llama a gritos. Los ojos en tus rostros me nutren, y el dolor mañana me hará hablar de más. Desmentiré que cuando te vi por primera vez no te amé, haré que todos piensen que no articulo sin tus olores y lloraré enfrente tuyo para que puedas ver todas mis máscaras. Quiero que alguien cercano a mí se muera para poder decir que estuviste conmigo en todas mis emociones, aunque no estaré triste, pero lo fingiré y nadie se dará cuenta. No estuviste a mi lado cuando mi madre eligió morir después de que la obligaron, entonces,... ¿a quién debo matar ahora?; tan sólo para asegurarme unos meses a tu lado, no te atreverías a dejarme cuando esté sufriendo una pérdida, ¿verdad? Tengo que darte lástima, mucha lástima. Sé que no te amé al principio, que otra mujer ficticia me monopolizaba y que mi cerebro te fue infiel, sin lastimarte. Te puedo jurar que el arrepentimiento por eso no me deja disfrutarte. Mis gestos, mis palabrerías, mi genio y mi estómago, todo lo que tú amas y amaste cuando mis neuronas te engañaron, dejarán de existir. No quedará nada manchado en nuestra relación, haré un vuelco, te hablaré de lo más privado y fingiré llorar para que creas que me has descubierto como ninguna otra mujer. Te regalaré todas mis emociones, me sentiría responsable si no me pudieras ver completamente desnudo; cualquier secreto sería una desgracia en nuestro amor puro, sin manchas, limpio, blanco, puro. Perdóname, aquella mujer nunca te

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abatirá, era tan sólo un adolescente semanas atrás. Me transformaré, mis brazos se arrugarán, mis piernas inválidas caminarán con las tuyas, evaporaré todo mi pasado, mi infancia correrá hacia ti, llorando, menospreciada y rechazada, será tuya. Repetiré que tu vientre fue mi hogar y devoraré a quien se atreva a balbucear suposiciones que alteren nuestra perfecta relación. Cada vez que me sonríes por alguna particularidad mía, la culpa me descompone el intestino. No quiero que me ames como antes, porque allí fue cuando te engañé y actuar de la misma forma me haría pensar que todavía estoy infectado por mis errores. Me he excluido de mis opiniones para repetir y defender las tuyas. Me volveré apolítico sin tu rostro e influenciado por ti cuando se me ocurra hablar. Izquierda, derecha, lo que tú me pidas, puedo todavía cambiar de discurso cuando tu histeria me reclame apoyo. ¿Podrás perdonarme algún día? ¿Cuán inútil debo ser para que veas el dominio de tus labios en mis andanzas? No sabes lo agobiante de esta angustia y el esfuerzo que me produce evitar razonar sin tu ayuda para que no me creas egoísta. Te estoy dando todo lo que fui y seré, y creo que en pocos días sólo verás restos tuyos en mis ofrendas hacia ti. Ansío que mi esqueleto se presente ante tus costillas para no poder jamás mentirte con una sonrisa. ¿Existe otra persona cuya muerte fuera más dolorosa para mí?, porque se me ocurre que no sólo me verías en una desgracia y la compartirías conmigo, haciéndote indispensable por el resto de mi vida y a los ojos de aquellos que por mi deshonra hacia ti todavía no creen mi dependencia a tus venas, sino que te acobardarías si tan sólo se te ocurriera abandonarme. Se me aparece ahora la muerte de mi padre como una posibilidad extraordinaria y no es una mera asociación, es firmemente voluntario lo que planeo, pues creo que mi moral se encuentra en el inconsciente y el mal no deja de florecer en mi conciencia. Sería un héroe y es el único padre que me queda, es difícil matar a alguien que está ausente. Amo a mi padre y ¿cómo dirían?: porque mi padre me amaba, le lloro; porque era valeroso, le honro; mas porque era la única alternativa para que mi amada me siga amando, le he matado. ¡Qué Bruto soy! Seré un gran hombre o un gran criminal, como Pablo. Debe ser todo culpa de mi madre, a ella es a quien yo le debo mi devoción y a quien le debería rendir todas estas dolencias. Sólo por ella debería matar y

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por ella oscurecería mi estómago en mi conciencia de culpabilidad. Sólo que contigo, con tus permisos en mis conductas y sacrificios, puedo ignorar a la angustia de mi arrepentimiento y hacerte cargo a ti de todo lo que yo, inmoralmente, deshonre. Has extirpado la magnitud de mis reproches y soy capaz de cualquier cosa por ti. No tengo ofrendas para dar porque tú no me has pedido nada, y ahora eres el reemplazo de aquellos que me han obligado por años a ritualizarme. Estoy a la espera de lo que tú me exijas, pídeme un carnero y lo mataré con mis uñas. Y todavía somos jóvenes. Los pactos adaptados o morales Hemos visto claramente lo que significa un pacto y cómo interactúan los miembros en él; pero las maneras o recursos pactantes pueden hacerle surgir al enfermo dos modos diferentes en su contenido e intencionalidad. Aquí veremos el primer modo pactante que aparece ante la aparición de una obsesiónrelación del enfermo, la persistencia de la angustiapirámides étalon y la bola étalon la obsesión tangible y tratada. Dentro de la operativa pactante la obsesión se transforma en conducta, y esta compulsión es el desarrollo del enfermo con respecto a su capacidad retórica. Es decir, a partir de la formación de la bola étalon, el paciente intentará, dentro de una cierta concordancia mágica, convencer al DACC de que la bola étalon no debe suceder. Para ello tiene que menospreciar la obsesión pensamiento o acto situado en una consonancia básica con el contenido de ella. Los pactos adaptados o las conductas propias de la operativa pactante adaptada son la retórica adaptada del enfermo contra el DACC para menospreciar el contenido de la relación entre el patrón y la esencia reemplazo. Con retórica adaptada entendemos como la capacidad de combinar los medios posibles de convencimiento al DACC para cada bola étalon específica. La eficacia del diálogo pactante dirigido a la audiencia DACC se verá determinada sólo por el modo que tiene el enfermo de expresar la concordancia entre su suplica y su relación de su patrón y su esencia para desinflar la tragedia, bola étalon. Expliquemos bien que con concordancia nos referimos a la relación entre la bola étalon y el pacto por convencimiento para eliminar la angustia directa con el arrepentimiento demorado. El arrepentimiento demorado significa prevenir mediante la eliminación del problema el arrepentimiento posterior de no haber hecho nada para evitar que

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aparezca. Pero en los pactos adaptados no se lucha contra el arrepentimiento, sino sólo contra el problema angustiado con la culpa reemplazo en las pirámides étalon. Por tanto, el paciente no puede generar una conducta que no concuerde con el contenido de la relación entre el patrón y la esencia la obsesión para convencer al DACC de que su acto repugnante y perverso no debe implicar el castigo que se desarrolla en la bola étalon, problema. Veamos un simple ejemplo: un hijo piensa, por aparición de un patrón y su esencia, con una imagen la muerte de su padre. En ese instante transforma la obsesión en conducta adaptada; la obsesión pierde el carácter impulsivo en esa imagen repugnante y aparece la bola étalon que exige un inmediato pacto adaptado. El enfermo intenta desestimar el desarrollo de la obsesión en la bola étalon; intenta convencer al DACC de que su pensamiento macabro no traerá la muerte real de su padre. Su proceso retórico convence al DACC de que su padre no debe morir, y así la angustia con arrepentimiento demorado se elimina. No hay hecho, la tragedia desiste. Pero si el enfermo no convence al DACC de que la obsesión no impulsará la tragedia, es decir, si la bola étalon no se desinfla, la angustia persistirá en su estómago con la latente y paralela angustia por arrepentimiento. Cuando la relación DACC golpea al paciente con fuerza, se estima que el arrepentimiento no será demorado, por tanto las conductas adaptadas, por lo general en estos casos, no se verán eficientes. Entendamos entonces que los pactos adaptados inciden en la bola étalon de primera categoría el hecho obsesivo, mientras que los no adaptadas participan en la segunda categoría de ella el hecho de no hacer nada. Entonces, si en las adaptadas el arrepentimiento se encuentra demorado, la retórica de la operativa pactante será solo con concordancia sincera con la bola étalon el problema; la muerte del padre. El enfermo deberá dialogar con el DACC para convencerlo de que no mate al padre podrá utilizar las acciones posteriores. Toda conducta en la cabeza del enfermo o como acto para calmar la angustia por la posible muerte del padre tendrá suma concordancia con esto mismo que se quiere evitar. Cuando los pactos o las conductas adaptadas fallan en su intervención retórica, aparece el arrepentimiento inmerso en la bola étalon y el enfermo recurre a la segunda clase de pactos: no adaptados. Cuando una persona no puede ser un superhombre, termina por atacar lo que será su arrepentimiento por su flaqueza. El diálogo o monólogo con el

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DACC puede encontrar al enfermo dentro de una serie de cadenas perfeccionistas y ambiguamente dudosas que lo llevan a inhalar y entrecruzar patrones y esencias que le impiden convencer al DACC de que la tragedia se impida. Por tanto, el obsesivo llega al punto en el que sabe que no logrará eliminar la angustia directa o desinflar la bola étalon, y elige atacar directamente el arrepentimiento que la tragedia inmutable le traerá cuando reviente. Comienza así a pactar su “no he hecho nada para evitarlo”, y para eliminar responsabilidades juega mágicamente con el DACC sólo para eliminar a la angustia con arrepentimiento responsabilidad por matar al padre, y no al problema trágico en sí la muerte del padre. Aquí la angustia tiene su carácter de un miedo con el desarrollo de arrepentimiento y responsabilidad demorado. Los pactos no adaptados o inmorales Las conductas no adaptadas son la angustia sin miedo; la angustia con su carácter de arrepentimiento y responsabilidad inmerso en ellas y sin demoras. Son las mermas de toda una imposibilidad; las mermas de la desidia de las conductas adaptadas. El enfermo no pacta la tragedia por hecho sino la tragedia por no haber hecho nada. A partir de la ineficiencia de las cadenas de perfeccionamiento y de duda, el paciente comienza a sentirse un humano sin poderes para evitar las destrucciones de sus sueños y relajos. Sólo le concierne la falta de responsabilidad en la desgracia, y por esto el contenido pactante se ve sin concordancia con la bola étalon en la primera categoría la tragedia. La responsabilidad por un hecho o la desidia de la culpa llevan al obsesivo a creer que nada puede ser su culpa o, por lo contrario, todo puede suceder por cualquier movimiento de sus dedos o balbuceo de sus labios. Por esto, por la infinidad de responsabilidades, por la caótica relación de una tragedia con un corte de uñas o una espera de más de dos minutos, el enfermo entiende que cualquier conducta, por más mágica o irrelevante que sea, puede calmarlo de responsabilidades ante una tragedia. Mientras el DACC acepte la conducta como utensilio para desligar la responsabilidad por una bola étalon primera, el paciente se ve resguardado del penoso sentimiento de no haber hecho nada para evitarlo. El obsesivo pacta no adaptadamente una conducta que no evita la tragedia pero sí su arrepentimiento por no intentar detenerla. Así, las conductas ocasionadas por un pacto no adaptado serán sin concordancia necesaria con la bola étalon de primera

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categoría, sino con la de segunda de ella. Y entendamos que la relación entre no haber hecho nada y las conductas puede ser infinita e indescifrable. Para un obsesivo, contar los objetos de una habitación, si el DACC acepta la ofrenda, puede ser suficiente sacrificio no para evitar la tragedia, pero sí para no tener responsabilidad en ella. Ante la falla en la desaparición del miedo angustia con arrepentimiento demorado, se agrándese la angustia con arrepentimiento latente y se pacta, justamente, esa categoría de problema. La angustia directa es una responsabilidad y no un miedo. El pacto no tiene concordancia con la angustia directa de primera categoría, por la ineficiencia o desidia de las conductas adaptadas, y esta angustia se convierte en el arrepentimiento de la primera, pero sus ofrendas para calmarla no concuerdan con la primera, sino solo con la segunda que tiene infinidad de relaciones mágicas para tratarla. De esta clase de pactos salen como resultados las ofrendas aceptadas no adaptadas o las conductas no adaptadas. Los pactos son concordantes con la bola étalon de segunda categoría el arrepentimiento por la tragedia, pero no así con la de primera la tragedia. Entonces, todos los pactos son adaptados con relación a cada bola étalon que se intenta alterar, pero sólo los llamados adaptados lo son con respecto a la bola de primera categoría. La consideración de pactos no adaptados viene de su acción alteradora con respecto a la bola étalon primera, de la que no conserva ningún vestigio directo de correspondencia. Aquí está la lógica pérdida del obsesivo. El cumplimiento de estas conductas pactadas será la permanencia del bienestar del enfermo dentro de la desesperación e incomodidad. La desesperación y la incomodidad. El pacto es el razonamiento y el carácter contratista; las conductas no adaptadas o posteriores son la acción de sacrificio las adaptadas el suceso mismo del pacto: el fin, eliminar la angustia directa o pactante. Esto último significa calmar la angustia. Significa entregar una angustia por otra menor. La menor de estas angustias es la de desesperación e incomodidad: esta angustia no es pactante hasta la intervención de las conductas impuras y es el reemplazo de la angustia directa. Se pacta con El DACC la eliminación de la angustia pactante por

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la desesperación e incomodidad del cumplimiento de las conductas pactadas. La acción del sacrificio contrae una angustia menor a la que tenía el enfermo antes de la operativa pactante, lo que transforma al cumplimiento del pacto en un dolor desinflado con respecto al efecto de las pirámides étalon en la bola negra. Del proceso creativo de eliminación de angustias en la segunda categoría a través del cumplimiento del pacto se nos aparece un desquebramiento entre las angustias participantes. Un joven le teme a la muerte de su hermano, entonces comienza a contar todos los objetos de su habitación cada vez que el temor a la muerte de su pariente lo acoge. Aquí aparecen dos clases de angustias conviviendo en el proceso del pacto: la angustia directa o pactante, que es la carga piramidal que azota al enfermo dentro del temor a la muerte de su hermano; y la angustia por cumplimiento del pacto, que es la carga piramidal sintetizada y metamorfoseada que soporta al realizar la conducta no adaptada (el conteo de los objetos en su habitación). Aquí el paciente se encuentra en la posición de intercambio, que es cuando elige soportar una angustia por otra. Reemplaza a la angustia directa por la angustia por cumplimiento del pacto. Ahora bien, estas dos angustias se determinan entre ellas de acuerdo con sus intensidades y pregnancias en el estómago arrepentido. La angustia por cumplimiento de pacto es, como ya hemos aclarado, un sacrificio y este es aún más doloroso cuanto más fuerte sea el pecado original o directo. El pecado directo es la angustia pactante y su intensidad se ve determinada por la motivación que el paciente ingiere ya sea por el sólo hecho de imaginar la muerte de su hermano o tan sólo por no hacer nada al respecto, o por ambas. Recordemos que la aparición de una conducta no adaptada es siempre para evitar el arrepentimiento, pero el paciente puede no saber esto, tal vez por las características y energías que tiene el problema la bola negra étalon . Aquí el pecado creará el sacrificio y este último alterará el pecado. Se nos aparece aquí lo que llamamos “Espacio entre el pecado y el sacrificio”, que es la proporción de fuerza que tiene el sacrificio con respecto al pecado. Es decir, si el pecado se encuentra con una carga piramidal de 5, el sacrificio tendrá una carga de 3. Si la carga es de 7, el sacrificio tendrá una de 5. Como se ve, la proporción es la misma, pero el pecado obliga al sacrificio a adaptarse a su carga piramidal. Entonces, cuando la carga piramidal es

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de 2 el sacrificio pareciera no existir: La carga piramidal 2 es nula. Sin embargo la carga de desesperación e incomodidad nula significa un pacto imperceptible adaptado o no adaptado, pues siempre que El DACC choque en una bola negra étalon que anuncia el pacto, será, precisamente, pactado el dolor. Remarquemos que la proporción de 2 entre el pecado y el sacrificio es determinada en la operativa pactante con El DACC. La aceptación del acuerdo por ambas partes se da precisamente porque la proporción es la correcta, de no aceptarse el pacto se entiende que el sacrificio es menor a lo exigido por el pecado y así aparecen las creaciones de nuevas conductas no adaptadas y sus extensiones por un mismo problema o por otro. Entendamos que las cargas piramidales no tienen número, esto es sólo un porcentaje que demuestra que una angustia es menor a la otra. La angustia por desesperación e incomodidad es el guardia que deja la angustia directa como condición de su eliminación. Y este guardia tiene su pregnancia de acuerdo con la conducta aceptada para eliminar el pecado. Las diferencias entre ambas angustias son que la directa es propia de la transformación del DACC y la angustia por cumplimiento es una ocurrencia armada en relación con la otra, pero dentro de la maqueta cerebral, es decir, en la operativa pactante que se acuerda con el Otro. Podemos decir que el paciente elige a la angustia que mayor control o intervención en su creación tiene como creatividad propia y singular de su estómago. Cuando el guardia perece, la angustia pactante salta de los depósitos de almacenamiento hacia la maqueta cerebral exigiendo el cumplimiento del pacto y la cobija de él.

A Caterina Otelo 6 de enero de 2004 Tus ojos parecen siempre estar llorando, sin embargo soy yo quien siente que la desolación me vendrá a buscar pronto. No percibo que puedas dejar de quererme, pero cuando escribo mi percepción es macabra y desconsiderada. Tiendo a pensar que pronto te me irás, pero el peligro se aparece involuntario en mis temores. Termino creyendo que es sólo un reflejo o una asociación, casi como una coalición con mi expectativa más perversa y caníbal.

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Lo insólito se aproxima, por esto el dolor dulce de la nostalgia me da tiempo para remediarme. O será que con nostalgia deseo tu desaparición que he visto siempre de lejos. Ausente deberá estar tu huída, presente estará tu rostro cuando huyas. No es compatible el deseo con la tenencia; Se desea en la cabeza, se tiene en el estómago: el cerebro repudia al estómago, es este último un depósito de angustias, lo que baja de la cabeza al estómago se convierte en un cubo de levadura indeseable e histérico. Amar con el estómago es la insignia del abandonado. No le temo a tu corazón, le temo a tu histeria, y le temo a mi consideración hacia ella. Hoy no me veo devastado, pero me preparo para levantarme después de la tormenta. No imagino tus labios separados para anticiparme mis próximos días sin ti, por esto creo que jamás me verás sin amor. No te oigo como si fuera la primera vez, te reflexiono como un recuerdo que se adelanta al conflicto. Me has nutrido desde el feto hasta la masturbación vergonzosa de la timidez y, aunque lo intento, jamás podré sintetizarte. Mis retorcijos me piden no reclamarte tan seguido y aún así no estoy seguro a quién extraño cuando no te miro de cerca. ¿Puedes vivir con la carga bella de tu alma o yo te pienso distinta? Los últimos balbuceos de tu voz en mi cabeza me recriminan que aún debo darte más, y, sin embargo, no he escondido más que miedo entre mis huesos. Caterina, tu nombre no se deja modular cuando rezo por ti, ¿acaso no quieres mi ayuda? ¿O es más una molestia para ti? De todas formas, ya te has convertido en un despertar de mis ojos cuando por fin intuyo lo que reprimí por ti. No podrás ahora burlarte de mí sin antes darme una sana explicación que evite mi irrecuperable decaimiento si tú te alejas. No puedes fallarme si ya has aceptado tu cargo en mí y tendrás que hacer valer tus decisiones y promesas, pues de lo contrario ya nadie creerá nada de ti. Por esto, amor, confío que no te convertirás en alguien tan estúpido y desistirás si algún descarrilado momento de tu responsabilidad y cumplimiento persiste en no verme nunca más. Jamás nadie me ha arrebatado mi insistente arrepentimiento de mi estómago y tú lo has hecho desde que asumiste el cargo de Étalon con una frialdad y una displicencia propia de una mujer única y memorable. No permitas que regrese la insana misericordia cuando despierte de este nido de

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normalidades y comience a tragar amaneceres que burlarían mi vuelta a la locura. Nada de mi locura se debe a ti, pero todo acerca de mi estómago cree haberte conocido en un ataque a mi cerebro. Decide por mí y desgarraré todas mis facultades para no poder siquiera discutir tus elecciones. No descarto que tú puedas inspirar, y hasta aconsejar, odio pero con la valerosa disposición de tu hígado sano para con mi corazón alegaré, ante alguna estupidez, que nunca atisbé una próspera actitud tuya que fuera vulgar e insensata. Ahora, bien has de estar para no defraudarme y quitarme lo que hoy ven mis ojos recuperados. Mis recientes ídolos son tus primeros aprendizajes y tu primer día de clase. Recuerda y no desmientas o le quites importancia a todas tus frases caídas en mí. Gracias por estar a mi lado, lo debes estar siempre. Llámame. Poema a Caterina Junio de 2004 Hoy quiero cancelar mi arrepentimiento por los poemas escritos a un ente estúpido, a una invención, a una sala de espera, a una incongruencia de amor. Bien sabes que los poemas son histerias en un obsesivo, pero quiero menospreciarme en ti como lo he hecho antes de conocerte. Por esto, aquí te escribo con fervor y mentira mi futuro contigo o sin mi estómago. Jamás describiré un lugar, No nombraré el río que nos perderá por separado, No intentaré mentirte, cuando tus hayas entendido mi última farsa. Tu tragedia me vendrá a buscar, Desprendida de ti, me hará lagrimear mi primer feto. ¿Está tan derretido tu vientre que mis intentos por embarazarte han sido inútiles? Temo lo que Dios quiere, y temo no retenerte. Temo perderte por no haberte obligado a una vida miserable a mi lado. Prefiero mi egoísmo que alejarme de ti.

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Prefiero que sufras que lo hagas lejos de mí. ¿Aún no te has dado cuenta de que amando o no, inventaré algo para que me hagas de comer los fines de semana? He sido muy vulgar, pero tienes mi culpa angustiada en tus dudas. No te atrevas a matar a alguien si mis conductas no son apropiadas, Trato todos los días de incrementar lo que he dejado en ti. Intento ser alguien al que no puedas abandonar, Desnudo llora mi hígado para darte lastima, Y para que creas que pronto moriré de Cáncer. Sólo te pido cerrar el féretro y mojarlo con una lágrima, Antes de acostarte con alguien más estúpido que yo. No soy más que un desequilibrio metálico y monstruoso. Me decepciono con grandes variedades, Me categorizo para no perder mis entrañas. Olvídame cuando te pida levantarme de esta humillación, Cuando el aire se vuelva vómito. Nadie puede volar. No pretendamos que el cielo sea alto. Pidamos que sea largo y ancho, Para no desangrarnos lejos de casa. Cuando todo se destroce con sinceridad, Terminaré con la locura. Yo no creo en Dios, Creo en la angustia. La angustia soy yo. Si Dios existe, Que me venga a buscar; Tú sólo serás un duelo normal. Hoy llueve, ayer salió el sol, Dios se ha vuelto un histérico. Un hombre complejo no hace más que inventar traumas y crear una

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barrera delante del verdadero problema. Se reinventa. Las mujeres no deben masturbarse. Yo no me preocupo porque sé que el problema es otro. No estoy seguro del color de mis cortinas, las pondría blancas en una pintura, pero tampoco estoy seguro de querer vivir en una de mis obras. ¿Por qué se pone un tiempo para arrepentirse? ¿Tiene el arrepentimiento una quebradura entre lo inmediato y lo repudiado? Estamos todos sin embargo creo que falta alguien. Si imaginamos horas antes que horas después, estaremos más tarde recordando ese momento; pues estando en peligro, seguro que nada nos pasará. Atrasar una hora una desgracia de una hora no hará más que al encontrarnos con ella nos recriminemos que todo ya habría terminado. A mis amigos Junio de 2004 Si es necesario traicionarlos por ella, no dudaré en burlarme de ustedes. Ninguno de sus consejos me hará internarme en lo incondicional de la amistad. Pero aún no se enojen, nada de daño les he hecho por estar durmiendo con una mujer. Quiero que realmente entiendan que la mujer que en mi cerebro caminaba antes de Cate, ya no me alimenta más. Comprendan que yo amo, con una locura que a ustedes le sobrepasaría, a mi mujer Caterina, por encima de todos sus favores. Y si la traición le reclama una demostración a mi sacrificio, los devoraré sin antes pedir opiniones. Sólo les comento esto para que no me crean una mala persona, un joven mentiroso. No los engaño, no los elegiré por ella. Yo sabré entender si acaso me quedo solo y será allí cuando sus traiciones vengarán a mis decisiones. Pero acaso, ¿yo los he dañado en algo? Sólo tengo miedo que algún viejo brujo conozca mis más íntimos pensamientos; o aún peor, que sea mi madre.

Ma: ¿Cómo has estado? Te confieso que cuando creo que aún me cuidas me siento avergonzado. ¿Acaso él te ha tratado con respeto? Espero que tu hombre no esté contigo cuando leas esta

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carta, no quiero que intuya un próximo cuerpo en donde divertirse. El Cáncer aún no nos permite ver las dos primeras proposiciones del silogismo de nuestros estómagos. Descuida, llegará el día en que yo responda al crimen de mi hermano. Tu vida es una vida acabada. Tu esencia ha perdido el interés del resto. Debes volver a creer en Dios. Pensé que tu abandono era una mera manera de que mi ayuda te preserve. Tendré toda tu personalidad y, sin embargo, aún tendrás toda la culpa. Te moriste, como yo libero mi secreto. Te deshonre revelándote mi secreto, próximamente deberé vivir tu arrepentimiento. Yo estoy sano, de novio. ¿La has visto? ¿Vale la pena o estoy tomando muchos riesgos? Si puedes ver en su intimidad, dime, por favor, si tiene algo de maldad o de hipocresía en su recinto. La he convertido en una mujer más fuerte que tú y no podría soportar haberte desplazado por alguien que no merecerá ni siquiera mi perdón. De todas formas ya es tarde, ella ha ganado mi cuerpo y me feto, y no deja de parirme. Me enamoré tan fácil de ella como el llanto resbalará por mi rostro cuando me deje. Nunca me has visto así, ¿lo disfrutas o lo temes? ¿Y qué decir del amor?, si el amor no es lo peor que existe, es, sin duda, lo mejor. Vigílala, madre, y si ves algo raro en ella, cambia mi corazón por otro. Operativa pactante Resultado pactante, capacidad pactante o de resultado, uso de la capacidad pactante, responsable pactante y pronóstico de calma La operativa pactante es la puesta en escena de la ley Daccaniana de la manera más histérica posible. En ella se intenta desplazar la desgracia ante la falla con el laborioso esfuerzo de aplicar, retóricamente, los contenidos dialécticos y acústicos que satisfagan al DACC. La capacidad pactante es la virtud que tiene el paciente en generar un acuerdo con la otra parte para calmar la angustia; es el saber de todo lo que El DACC le permite, pero no la aspiración al conocimiento, sino el encuentro con él el enfermo no hace política. En lo que

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concierne a los pactos no adaptados, el resultado pactante es, precisamente, las conductas pactadas que son propuestas y aceptadas, por las partes en el acuerdo, y que juegan cotidianamente en el enfermo como ofrenda y sacrificio a cambio de la calma de la angustia. Diríamos que el resultado pactante es no más que la ofrenda (conducta propuesta) y el sacrificio (conducta aceptada). Con respecto a los pactos adaptados, más precisamente a los pactos adaptados por convencimiento, el resultado es directamente el pacto en sí, porque, como hemos dicho, la conducta adaptada y el pacto adaptado se mueven simultáneamente. Recordemos que si el pacto exige una conducta adaptada a parte o una acción posterior para calmar la angustia, el resultado pactante sería, claramente, esta conducta. Tenemos aquí planteada la definición del resultado pactante, y nos cabe aclarar que el objetivo de todo resultado pactante propuesto, que media entre la ofrenda del enfermo y la aceptación de ella por la otra parte del pacto, es eliminar la angustia, por tanto, es este fin el responsable de la elaboración de un pacto y la puesta en marcha de su resultado. Entonces, quedaría el resultado pactante propuesto con el fin de eliminar la angustia directa y el resultado pactante en acción que es aceptado en el acuerdo y por ende nos garantiza una calma de la angustia a corto o largo plazo. Aclaremos esto último, el resultado aceptado calma la angustia directa que persistía en el momento en que esa conducta es aceptada (de no ser aceptada, la angustia no cesaría), es decir, a corto plazo; pero no asegura que la calma persista por siempre, porque bien sabremos, de acuerdo con el retorno del malestar, que la angustia directa puede retomar sus andanzas en el estómago del enfermo. Volviendo entonces a la definición de la capacidad pactante, diremos que ésta, como virtud inherente al enfermo, se enfrenta a la responsabilidad de ser capaz de idear un convencimiento para que la otra parte del pacto acepte dicho acuerdo. La capacidad se puede definir como la habilidad y el virtuosismo del enfermo para inventar o bifurcar una conducta, como ofrenda, a cambio de su bienestar, y para lograr convertir ese resultado propuesto en aceptado (sacrificio). En las conductas no adaptadas, la capacidad pactante cumple su brillantez cuando se crea y se negocia una de aquellas conductas para alejar o calmar la angustia, es decir, cuando convierte una conducta en el resultado aceptado del pacto, y es este resultado quien, en transformarse como tal, tiende a obtener el objetivo responsable del pacto: eliminar la angustia directa. En las conductas adaptadas, la capacidad de pacto brilla cuando logra que el pacto o conducta adaptada por convencimiento

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disminuya la angustia directa; o cuando la ofrenda, como acción posterior, permita la calma en el momento en el que el resultado propuesto sea aceptado o en la instancia del cumplimiento del sacrificio (en el caso de las conductas adaptadas por acción posterior, el sacrificio cumple con un período de cumplimiento que significa que a pesar de haber sido aceptada la ofrenda aún no se actúa el sacrificio como conducta cumplida en los depósitos de almacenamiento; no se cumple ni se incumple el sacrificio puro; sí se cumple el impuro) Entendamos bien la diferencia entre Resultado pactante y Capacidad pactante: el resultado (aceptado) es la consecuencia en movimiento y en acción del pacto, lo que queda como sacrificio y deber luego del acuerdo, tanto como conducta no adaptada como adaptada; La capacidad es la cualidad o la virtud únicamente del paciente para llegar al resultado, y por ende al objetivo a corto plazo o largo plazo. Cuanto mejor sea la capacidad pactante, más fácil será llegar al objetivo y presuponer la eliminación de la angustia. Entremos ahora en los alteradores de estos participantes que juegan en el enfermo. Definido ya el resultado pactante, nos encontramos en la búsqueda de qué influye en este sacrificio. Diremos que el resultado tiene fuerte afinidad con la bola negra étalon (la materialización de la angustia directa dentro del pacto), porque de acuerdo con la angustia directa se verá determinada la magnitud de la ofrenda que se transformará en sacrificio si, en el pacto, es aceptada a cambio de la calma de esta angustia. Pero la bola negra no altera directamente el resultado, sino que lo hace a través del uso de la capacidad pactante. Por tanto, el problema o el desarrollo de la angustia directa (no olvidemos que ésta última, como carga piramidal étalon, es determinada por los disparadores que se desprenden de la carga de la bola oculta) es quien reclama la reunión para generar un pacto, y en este último el primer movimiento lo genera el uso de la capacidad que se verá influenciado por la fuerza e intensidad de la bola negra étalon y será impulsado por la inercia de la capacidad pactante para la creación o bifurcación de una serie de resultados eficientes o deficientes. Cuanto más carga piramidal (cantidad de angustia directa) haya en la bola negra, es decir, cuanto más grave sea el problema, más exhaustivo y penoso será lograr un pacto entre ambas partes en la reunión. Por ende, la ofrenda o conducta propuesta deberá ser aún más perfecta y suficiente para que se convierta en sacrificio o conducta aceptada, y deberá ser impulsada por un uso fuerte de la capacidad pactante. Ubicarnos en cómo altera el responsable del pacto sería algo engañoso, ya que el objetivo del

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pacto es siempre el mismo: eliminar la angustia directa; si no existiera este responsable no habría pacto; entonces, no altera a los demás participantes, sino que los despierta o los inicia al acuerdo. Pero bien podría alterarlos entendiendo que cuando no se pacta, por la falta de él, la capacidad de pacto y el resultado perderían vigencia y acostumbramiento, y se podría suponer que se han perdido las mañas del enfermo para pactar. También podría surgir la cobarde o perezosa (de acuerdo con cómo la miren) decisión del enfermo de atenuarse sólo a pactar la eliminación de una parte de la angustia directa demorar otra parte pactada con el uso de los depósitos de almacenamiento, (tengamos en cuenta que cuando decimos “calmar la angustia” nos referimos a eliminar esa angustia directa, es decir, eliminar la relación entre la bola oculta y el patrón descifrado, pero permaneciendo inalterada o renovada la carga piramidal oculta: la culpa; y con la aparición de la desesperación y la incomodidad: angustia reemplazo; entonces eliminar la angustia directa significa calmar la angustia: dentro de la operativa pactante la angustia se conforma por la directa y la de desesperación e incomodidad), que no sólo alteraría los demás involucrados, sino que también éstos alterarían la decisión para con el objetivo (hablaremos de esto luego). Ignoraremos aquí las opciones del responsable pactante y diremos que es inmutable, y sí acudiremos al término pronóstico de la calma que es cuán más dificultoso o fácil será lograr el objetivo de acuerdo con la fuerza de la bola negra étalon y de todos los restantes participantes. La calma se pronostica con unas probetas intuitivas que informan cómo se encuentran preparados los participantes de la operativa pactante. El DACC dibuja una tabla teórica en el cielo inicial de los recursos pactantes del enfermo con respecto a la fabricación de la bola oculta, pero no contempla el avance de ellos con respecto a la continuidad de los pactos. Entonces, el enfermo crea una tabla de varillado correspondiente a la boca de varillado de cada bola étalon más un valor fijo que muestra la diferencia entre la fuerza de la bola étalon de acuerdo con su carga piramidal y las distancias con otras bolas étalon demoradas o paralelas la inclinación por aparición de bolas étalon solo por succión complicará la percepción del pronóstico. Si se pronosticara la dificultad de cumplir con el objetivo pactante cuando la bola negra étalon reclama un pacto, pero antes de que el responsable despierte la operación, es decir, antes de pactar, la capacidad pactante y el uso de ella en el momento en que se

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está por pactar alterarían el pronóstico (de acuerdo con aptos alteradores para pactar y una buena capacidad se estimaría que se podría cumplir el objetivo), así como también lo harían con los resultados aceptados y propuestos en la operación pactante última, por ser éstos creaciones resultantes de la unión de la capacidad pactante y el uso de la capacidad (entendemos que tanto la mayor cantidad de resultados aceptados como solo propuestos nos daría una pauta significativa de si se obtendrá el responsable del pacto). Ahora, si el pronóstico se realizara durante la operatoria del pacto no sólo jugaría como alterador el uso de la capacidad antes del pacto activo, sino que se evaluaría el pronóstico con el uso en movimiento durante la operatoria pactante (lo que supondría un conocimiento de los resultados propuestos) Si entendemos que cuanto más fuerte es la angustia directa, más difícil es obtener el responsable de la operativa pactante, y esta serie llevará al enfermo ante un pacto aún más estrepitoso y engorroso que pretenderá una ofrenda suficiente para que ésta se convierta en sacrificio, es decir, en un resultado aceptado y un objetivo, a corto o largo plazo, cumplido. Ahora nos ubicaremos en cómo influye la capacidad pactante o de resultado en el resultado, y esto es muy simple; cuanto más sea la capacidad pactante del enfermo, más fácil será convencer a la otra parte del pacto de aceptar la ofrenda a cambio de la eliminación de la angustia, esa ofrenda que es creada o bifurcada por el uso de la capacidad de resultado que está ligadamente influenciado por la capacidad pactante. A mayor capacidad pactante más virtud tiene el enfermo para ofrecer conductas propuestas que convenzan a la otra parte del pacto a transformarlas en sacrificios y mejor será su uso como creador eficaz de las conductas. Pero no es la capacidad pactante quien altera directamente el resultado, sino el uso de ésta, como ya hemos dicho. De acuerdo con los alteradores del uso pactante, incluyendo la capacidad pactante, el resultado tomará forma. Con respecto al responsable del pacto como pronóstico, éste es alterado primeramente por la bola negra étalon, que altera a su vez el uso de la capacidad pactante, y luego por la creación y aparición de las conductas propuestas (ofrendas), es decir, por la virtud y el uso de tal virtud por el enfermo para proponer las conductas, y por el resultado, que, al ser aceptado (entra en acción), es quien termina por eliminar la angustia directa con su cumplimiento. Como verán, es una serie en donde todos los participantes alteran el pronóstico y colaboran para obtener el responsable pactante. La capacidad pactante, que si bien interviene alterando, no lo hace dejándose alterar por ellos. La capacidad

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de pacto no está marcada por la angustia directa que en el momento de exigir un pacto lastima al enfermo, ni tampoco por la eficiencia requerida inmediata en la creación de ofrendas para su aceptación; porque, si nos acordamos de su definición, la capacidad es, precisamente eso, una capacidad, y ésta contrae una virtud que en el momento de pactar no puede verse influenciada por las apariciones de los demás actores propios que actúan en ese instante. La capacidad es inalterable a partir del momento de aparición de la bola negra étalon (el problema) y hasta la eliminación de la angustia, pues ya está determinada y formada previamente, y el aprendizaje que obtiene de la toda la operación pactante activa no se verá en acción en esa misma operación, sino que lo veremos cuando se inicie la próxima. Entonces, diremos que la capacidad de pacto se altera con demoras, es decir, que aprende de cada operación pactante y aprovecha ese aprendizaje en el futuro. Por tanto, la capacidad se ve influenciada por dos alteradores: el alterador externo: cultura étalon; y el alterador interno: el aprendizaje de la anterior operación pactante. La cultura étalon es la abrumadora incorporación de datos, experiencias y habilidades de toda índole en el enfermo durante toda su vida que logra incrementar o disminuir el virtuosismo en él para convencer el traslado de ofrenda a sacrificio. El segundo alterador es lo ya explicado: todo aprendizaje, para lograr el objetivo, de toda operación pactante que absorbe el paciente durante su último pacto. Entenderemos que para actuar en el primer pacto del enfermo, la capacidad pactante debió ser solo influenciada por la cultura étalon. Por último, mencionaremos a los alteradores externos del uso de la capacidad pactante. Con alteradores internos nos referimos a los participantes del pacto que influyen en otro; al denominar a ciertos alteradores como externos, aludimos a los agentes fuera de la operatoria pactante que inciden en los participantes del pacto. Como ya vimos, los alteradores externos de la capacidad pactante se encuentran inmersos en la cultura étalon; con respecto a los involucrados que alteran de manera externa el uso de la capacidad pactante, podemos englobarlos como alteradores circunstanciales o modificadores del ambiente pactante: circunstancias externas aptas o no aptas que determinan el uso, correcto o incorrecto, de la capacidad de pacto. Por ejemplo, encontramos la vergüenza o inserción social: integrantes alteradores como el tiempo que el enfermo tiene para desarrollar y lograr una eficiencia en el pacto; la imposibilidad de alejamiento mental y físico de las personas que lo rodean

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(compañía); tareas y obligaciones, laborales o emocionales, que impiden una atención considerada para desembolsarse en la operatoria pactante; el lugar donde se encuentra el paciente en el momento en que el responsable despierta a los participantes del pacto; situaciones que reclaman conductas preventivas incompletas; y demás modificadores del ambiente pactante. Un caso especial se encuentra cuando analizamos dos de los más fuertes alteradores del uso pactante: la acumulación de las bolas negras étalon y de las conductas. La acumulación de bolas negras étalon desvirtúa el desarrollo de la operatoria pactante simple (pacto con solo una bola negra étalon que altera el uso de la capacidad pactante), y lo hace de las siguientes maneras: supongamos que al inicio de una operativa pactante se encuentra suspendida otra bola étalon pendiente o por tratar; es decir, que simultáneamente al pacto activo, tenemos suspendida en los depósitos de almacenamiento otra expansión de carga piramidal que, debido a su leve calificación en la relación DACC (poca fuerza de la angustia directa) o a un ambiente pactante no apto, se ha pospuesto su responsable con el uso del pacto por almacenamiento. Nos encontramos aquí con el caso de la operatoria simple con acumulación suspendida: una operatoria pactante activa durante un pacto por almacenamiento. La incomodidad y desesperación del enfermo por la suspensión de otra bola étalon durante una nueva operatoria pactante puede jugarle en contra al uso de su capacidad pactante. Por otro lado, tenemos el caso de la operatoria pactante doble que comprende la aparición o la vuelta, paralela y externa, de una bola negra étalon durante otra operatoria pactante. El enfermo se vería ante dos pactos paralelos y simultáneos por acordar, y tiene que encargarse de la operatoria pactante de la bola negra étalon con más fuerte carga piramidal y enviar hacia los depósitos de almacenamientos momentáneos a la bola étalon menos pujante. Cabe mencionar que, si bien son dos bolas étalon separadas, podrían, sus patrones, tener cierta relación entre ellos; lo cual facilitaría el desarrollo pactante de las dos bolas étalon al mismo tiempo; lo que sería una unificación de pactos: un mismo uso de la capacidad pactante para dos expansiones de cargas piramidales étalon distintas, pero con patrones similares, con dos resultados distintos Otro caso resultaría con la aparición o la vuelta de más de una bola étalon paralela y externa o en los depósitos de almacenamiento, durante una operatoria pactante: operación múltiple.

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Con respecto a la acumulación por conductas, esto se refiere a la alteración que puede generar una suma importante o leve de conductas, propuestas y aceptadas, creadas hasta el momento de iniciar una nueva operativa pactante por el enfermo, en el uso de la capacidad pactante. No es lo mismo un diálogo Daccaniano sin poder repetir palabras o cortadas, o sin las ideas mismas, que fluyendo la lengua con libertinaje. La disponibilidad de las conductas pactadas podrá incrementar el uso de la capacidad pactante en tanto su fiabilidad se conozca por el DACC; que las conductas ya creadas y en funcionamiento apto y constante facilite el discurso pactante y convenza al DACC de una manera más accesible. Es decir, si una conducta ya aceptada se desarrolla correctamente, será más fácil proponer otra conducta con el refuerzo de los éxitos que escupe la primera (aunque más incómodo) Para terminar, nos quedaría un último alterador del uso de la capacidad pactante que no es externo ni interno, sino íntimo y propio de ella: el parto. Este alterador es disparado por el uso mismo de la capacidad de pacto durante la operatoria pactante. Se refiere a cuando, durante un pacto, la bola étalon por acordar sufre ramificaciones internas por el uso de la capacidad pactante y engendra de su vientre otro patrón que se independiza de ella para exigir una operatoria exclusiva para eliminar su carga piramidal. Dentro de las ocurrencias del uso de la capacidad pactante nos encontramos con innumerables ramificaciones desde su patrón que pueden vislumbrar otros patrones que, si bien despiertan en cadena al patrón de la bola negra étalon en pacto, pueden independizarse de la expansión de su carga piramidal para pretender un desarrollo pactante desligado del activo. En síntesis, sería que la descomposición del patrón pactante por el uso de la capacidad pactante advierte un patrón descifrado independiente de su madre (patrón descifrado en pacto). Ahora, cuando el hijo (patrón descifrado independiente y desligado) nace con cierta relación propicia y suficiente con su madre facilita el desarrollo de una sola operatoria pactante para dos bolas étalon distintas pero con relación (unificación de pactos); esto dependería de cuán lejos ha llegado la ocurrencia del uso de la capacidad pactante en el desarrollo del pacto (cuanto más lejos llegue el uso de la capacidad innecesaria y dudosa, mayor es la posibilidad de aparición del hijo y, cuánto más aún sea el uso de la capacidad en la duda, menor será la relación entre el patrón madre y el patrón hijo; pero tendrían mayor relación si predomina en la operativa pactante la perfección por encima de la duda). Entonces, para tener en

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cuenta, entendamos que es arriesgado considerar, en una operación pactante, a los alteradores del uso de la capacidad pactante como aptos o no aptos, pues, como vimos, el ambiente aparentemente propicio para el desenvolvimiento del uso de la capacidad puede generar una excesiva libertad de este último para crear ramificaciones en su patrón madre que conllevaría a una reaparición o aparición de un patrón descifrado independiente (riesgos en el pronóstico). Con esto terminamos con la interpretación de todos los componentes que participan en una operativa pactante. Pendientes de aclaración Responsable a corto plazo o a largo plazo (el retorno del malestar): si bien hemos utilizado estos dos conceptos como válidos y aceptados, no hay angustia directa que pueda reaparecer luego de haber sido pactado para obtener el responsable del pacto. Reaparecer significa haber estado en la maqueta cerebral, volver al territorio DACC y regresar a la maqueta: esto nunca sucede. Cuando notamos o interpretamos que una bola étalon con su carga piramidal reaparece en la maqueta cerebral, este retorno no es más que una porción de la carga piramidal que quedó excluida, durante su trayecto a formar la bola negra étalon, de la operatoria pactante por anunciar. La carga piramidal étalon es el desprendimiento de la carga piramidal oculta contenedora de la relación entre el patrón y la bola oculta. Cuando esta última carga se desliga totalmente de la bola oculta, se transforma en carga piramidal étalon, que es la contenedora de la relación entre el patrón y la bola oculta disfrazada o reemplazo conocido. Entonces, antes de que la carga étalon choque en la maqueta cerebral formando la bola negra, en el trayecto entre el cielo del enfermo y las tierras pactantes, ésta puede sufrir una resquebradura que haga que parte de la angustia directa abandone las pirámides que la contienen y reduzca así la carga étalon que dará volumen y contenido a la bola étalon negra. Y es este desprendimiento en el trayecto, esta carga piramidal que deserta de su destino quien permanece en los llamados depósitos de almacenamiento del DACC: así como el enfermo tiene la opción de posponer bolas étalon en los depósitos de almacenamiento, el DACC adquiere depósitos propios para las cargas piramidales étalon que él considere que no deben llegar aún a colaborar con la formación de una bola negra étalon. Entonces, entenderemos ahora que es esta carga

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separada llamada carga piramidal étalon arrepentida quien luego de un plazo largo o corto, de acuerdo con la reaparición del patrón descifrado, aturdirá al enfermo generando la misma bola étalon, en lo que concierne a su contenido y esencia, pero con solo la carga piramidal arrepentida. El paciente cree que está pactando de vuelta la desaparición de la misma angustia directa, confundido por la percepción del mismo patrón, pero estará pactando la relación arrepentida, ya sea de mayor o menor fuerza que la carga étalon ya pactada, entre el patrón descifrado y la bola oculta disfrazada o reemplazo conocido (el falso retorno del malestar). Mencionemos que puede reaparecer el patrón que genere una carga piramidal que se perciba por el paciente como distinta a la anterior carga étalon; el enfermo sabe que está pactando otra relación que no había pactado antes, sabe que el patrón reapareció pero entiende que la angustia directa es otra, es la resquebradura en el trayecto hacia la maqueta cerebral. Ningún patrón reaparece con la misma angustia directa; las pirámides étalon o la relación del enfermo o angustia directa nunca reaparecen, nunca pasan de la maqueta al cielo del DACC y de allí a la maqueta; una vez que aparecen en la maqueta cerebral, se pactan y vuelven solo cuando no se cumple con el acuerdo, o no se pactan y permanecen hasta un milagro en la maqueta. Ahora, cuando la angustia directa vuelve a la maqueta por incumplimiento del pacto o de la conducta, lo hace desde las tierras fenicias, donde se ubican también los depósitos de almacenamiento, entonces, nunca llega tan lejos hasta las tierras del DACC. Las remediaciones pactos adaptados, canceladores en los no adaptados puros, conductas impuras, impuras-impuras son quienes devuelven las pirámides étalon a las tierras fenicias después de su vuelta desde allí a la maqueta cerebral. Entendamos por último esta diferencia: reaparecer significa ir de la maqueta a las tierras del DACC, y luego a la maqueta: nunca sucede; volver significa ir de la maqueta a las tierras fenicias, y de allí a la maqueta: sucede en el incumplimiento de las conductas pactadas. El patrón es quien sí puede reaparecer o volver. Responsable del pacto: aclaremos aquí las alteraciones que sufre el objetivo del pacto; entendemos que el enfermo, como quien percibe con constancia patrones, se encuentra con todo tipo de originales angustias directas, sean ínfimas o fuertes en su relación DACC, pacta su calma, aunque la operatoria sea tan fácil que ni siquiera se de cuenta de las conductas propuesta y aceptadas. Ahora, ocurre lo insólito cuando el

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paciente, anunciada la exigencia de la operativa pactante, decide excluir su bola étalon, materialización de la carga piramidal en la maqueta cerebral, por ende en el pacto, de la operativa pactante. La bola étalon permanece en la maqueta cerebral, pero el responsable del pacto, que juega despertando al enfermo en la aparición de una expansión de carga piramidal étalon, no existe. El nuevo objetivo es un antipacto; esto impide la iniciación de la operativa por la eliminación del responsable del pacto y la rebelde aparición de un objetivo que menosprecia al pacto. ¿Qué incide en la decisión de no realizar la operativa pactante cuando la bola está desarrollada y exige un pacto? Diremos que el pronóstico le sugiere al responsable del pacto su desaparición, pues advierte que el uso de la capacidad pactante se encuentra exacerbado y ocurrente, y podría crear resultados exagerados, sin necesidad de serlo (por una relación DACC leve en la bola étalon que exige el pacto), por la extensa y ramificada versión que dejaría del patrón descifrado. Entonces, se da la función a la inversa de toda conducta adaptada o no adaptada: la desesperación e incomodidad de la operativa pactante y de las conductas aceptadas será aún peor que la angustia directa. El responsable del pacto queda inválido; muere. La función del pacto y de las conductas aceptadas (sacrificio) es reemplazar la angustia directa de la bola étalon (angustia pactante) por la desesperación e incomodidad (angustias soportables pactadas por reemplazo) que acarrean ellos. Cuando la función se da vuelta, el responsable del pacto es contradictorio e inapropiado, porque no calma la angustia, sino que la altera fortaleciéndola; elimina la angustia directa, pero exacerba la angustia reemplazo. Así encontraríamos el responsable del pacto muerto y reemplazado por el responsable del no pacto: prevenir una angustia mayor. El responsable del pacto es calmar la angustia; el método para ello es el pacto, que consiste reemplazar la angustia directa por otra con menor fuerza. Siempre, en un buen obsesivo, la angustia ofrecida es menor que la que se quiere reemplazar (para esto están las conductas impuras), pero cuando el responsable del pacto se ve amenazado o en riesgo de cumplirse, elige su indefectible muerte. Mencionemos que la falta de realización de operativas pactantes puede beneficiar o perjudicar el uso de la capacidad pactante. Ahora, ¿Qué hacer con la angustia directa no pactada?: Simple, se soporta hasta que, ante la aparición de un patrón con responsable de pacto, en otra operativa pactante, pueda incluirla en ella con el resultado de una conducta impura incluida y minúscula (derivación pequeña del resultado de la bola étalon pactada por el respiro del patrón

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con facilitación pactante). Podría suceder, también que el responsable del pacto se cumpliera pero por la intervención de los depósitos de almacenamiento. Imaginemos que se pacta la eliminación de una porción de la angustia directa con la ofrenda de una conducta pura y la otra porción con una conducta impura por almacenamiento (conducta impura inacabada); lo que tendríamos aquí sería el responsable del pacto cumplido (la calma de la angustia), porque se pactó un resultado con dos conductas (una pura y otra impura inacabada) que conllevan menos angustia que la que trasladó las pirámides étalon. Pero, por la cualidad de la conducta impura inacabada, la porción de angustia directa calmada y almacenada, pero aún no eliminada (sí demorado el total de la angustia directa, pues se elimina la angustia directa, significando una calma de la angustia, pero demorándola: eliminación en la maqueta, conservación en las tierras fenicias), en los depósitos sigue brillando afuera de la maqueta cerebral hasta que, por las limitaciones de la conducta inacabada, vuelve (no entendamos que reaparece, pues nunca volvió al territorio del DACC, solo se mantuvo en las tierras fenicias, entre la maqueta y el cielo) a la maqueta generando un pacto exclusivo con el mismo responsable. Aludamos que posponer el pacto de una bola étalon puede favorecer o perjudicar el desarrollo pactante cuando sea el tiempo de hacerlo. Respiro en un patrón: cuando nos encontramos con una operativa parto o una operativa doble, surge la particularidad, además de la unificación de pactos, de que uno de los patrones que conviven simultáneamente pero en un pacto distinto, por exagerada falta de fuerza de sus pirámides étalon con relación a su paralelo, se evapore antes de la finalización de la operativa pactante. Esta operativa comprendería un respiro en su patrón; respiro que aparece a causa de una fuerte diferencia de la carga piramidal de su bola étalon en proporción a la carga de la bola étalon paralela. El patrón que desaparece, se ubica dentro de los depósitos de almacenamiento de patrón: aquellos contenedores, en las tierras fenicias, en donde se almacenan los patrones olvidados y no pedidos por una angustia masa (los depósitos de almacenamientos inacabados); con esto me refiero a que su reaparición es propia del patrón o del uso de la capacidad pactante, que puede engendrarlo de alguna bola étalon. También puede suceder que no haya una desaparición del patrón, sino tan sólo una facilitación de la operativa pactante de su bola negra étalon, por entender, ante un problema mayor, que este patrón no es tan grave: el enfermo se siente un llorón.

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Cuadro de los participantes de la operativa pactante (sin pendientes de aclaración)

Participantes de la operatoria pactante

Bola negra étalon Capacidad pactante

Uso de la capacidad pactante Resultado

Pronóstico Responsable

Características

alteran directamente

Última materialización de la angustia directa dentro de la maqueta cerebral; aparece solo en la operativa del pacto anunciando el inicio pactante Virtud única y progresiva del enfermo para obtener el responsable

El pronóstico y uso de la capacidad pactante El pronóstico y uso de la capacidad pactante

Utilización de la capacidad de acuerdo con sus alteradores El pronóstico y resultado Conductas propuestas y aceptadas (ofrendas y sacrificios) El pronóstico Probabilidad de alcanzar el responsable Objetivo inalterable de la operativa pactante

Las operativas pactantes próximas Las operativas pactantes próximas

A mi señora amada Que mi corazón o el de Otro me regale tu último intestino sincero. Quiero sabotear a tus huesos para espiar las apariencias de tus escalofríos. Respírame en mi cuello para ir desechando sólidos que no me sirven. Las aguas de mi carne son las salivas de tus últimos labios de despedida. Tu cuerpo en mi recuerdo aún se intriga por tus próximas apariencias. La caída de tu pelo entre tus vértebras me sugiere la hermosa espalda que me espera llegar. Si tan solo me regalarás tus inventos, me convertiría en un psiquiatra de tus deseos. Quiero tus intenciones para palpar mi prosperidad. La prosificación de mi colérico monologo, me mantendrá dentro de una dulce espera esperanzada. Eres el reemplazo moto de mi bienestar. El misterial es el desuso de tu misterio más oculto. Tu nucir me hará fiel. Tu laudable intervención en mi estómago ha hecho de tu alma una incongruente entrega. No esperes que pronto

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se convierta en traición. El dibujo sombreado de los huesos y pieles que graban el encanto de tu cuello hasta el camino liso entre las sugerencias de tus senos simétricos, me obliga a recordar un barrio entero. ¿Cómo es posible que tu cabellera prolongue tan precisamente el camino de tu respiración hacia tu estómago bondadoso? Que la contractura de tus hombros no termine jamás. Tu pelo parece asimilarse a cada quiebre de tus huesos. Y tus piernas son el final de un camino tan eterno como ansiosamente inmediato. Y pensar que aún no he hablado de tu rostro. Tus gestos se forman por instantes maquinarias de una sonrisa inservible. Cuando quieres sonreír, todo tu gesto y la correlación de tu piel con tu ánimo se mezclan entre pureza y sinceridad, iluminando todo el estadio de mi vida después de tu sonrisa. Tu pureza vislumbra aquel dibujo que con tanta perfección me he inhabilitado a comparecerlo. Sólo un gesto que altere la paralización de tu rostro, y quedaré perplejo por tal encantada insinuación. Te juro, Romina / Caterina, que la imperceptible sugerencia de tu ánimo en tu rostro, me merecerá una tranquila y sobremerecedora muerte. A Caterina Tengo una inhalación de frases inservibles que solo sirven en mi desesperado intento por permanecerte cerca de mí. Soy un inventor de las mentiras irreconocidas; y espero condenarte a mí. Tengo los sentimientos que mi creador tiene por su mujer en ti. No me creo un ladrón, sólo me creo una bifurcación hacia una farsa. Pero te amo como camino: con la necesidad de mis heroicas acciones. Te pretendo como un honrado epitafio. No me dejes morir sin palabras. Siento a mi muerte como un desprecio genial hacia ti; pero sin considerarte. Pues realmente creo que no terminaré respetando tu huída. Aún estás conmigo, y ante esto haré todo lo posible para que no menosprecies a las creaciones que mi puericia logro formalizar sin ocultamientos. Serás sólo una porción de la bola étalon que debo calmar, pero que entenderá, en caso de que no seas capaz, que mi madre te ha creado; y volveré a pactar la entereza del problema: la muerte de mi madre. Lo demorado en mí se convertirá en inmediato cuando tú decidas ser lo que tu título no soportó. Juro que no perderé el tiempo más que

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para pedir disculpas al DACC por mi falta. Tal vez sólo me esté adelantando a algo que no sucederá; tal vez tú siempre me protejas con tu corona étalonica. Pero al sentir tu cuerpo frío en pleno verano, sólo intento dejar un documento recordatorio de lo que tendré que hacer en mi próxima deshonra. No confundas relajo con eternidad; no te pido que me dejes, te pido sólo un insulto que calme mi infidelidad mental hacia tu carne y tu percepción ingenua. Yo sólo quiero que me pidas disculpas por culparme de algo insignificante y absurdo.

No quiero la crisis de los episodios erróneos sin experiencia. No es lo mismo una crisis entre dos felicidades que varias crisis entre varias felicidades. La diferencia residirá en la comprensión de la experiencia. El duelo no será más que un arrepentimiento infantil de mi pereza. Tu abandono será el escrito que tuve que espiar antes de nacer. En cambio, sólo espíe un juego de ajedrez entre la cabellera azul y la anciana en silla de ruedas. Quién haya perdido entrará primero en mí. Con sinceridad debo obligarme a inculcarme que El DACC ya ha determinado mi obituario. De otra manera, ¿cómo podré evitar el arrepentimiento nefasto de todas mis inútiles decisiones insuficientes? Creer en que los destinos se han firmado no es más que la minúscula percepción de la caótica desidia de mi culpa. Mi arrepentimiento se arrebata cuando entiendo que no podía hacer otra cosa. Imaginemos que dibujamos la prosperidad de la civilización en cada acto. Acabaríamos por no decidir un almuerzo que pudiera matar al vecino. Yo no pienso recriminarle la desgracia del otro. Estoy escrito porque no quiero ser el monstruo de la responsabilidad indirecta. Pero no me resigno a la no-decisión; decidimos dentro del tobogán que nos lleva a esa decisión. Entre una cosa u otra, tomamos nuestra voluntad sin responsabilidad pero con acción y predeterminación. Sólo que nuestro estómago nos hará caer demoradamente siempre en donde ya hemos caído. Si El DACC no puede detenerme es porque me empujó a la caída haciéndome creer que no quería salvarme. Esa es la rebeldía inocente del que desafía al DACC. Jamás haremos el opuesto Daccaniano, sólo tal vez

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hagamos el opuesto de lo que creímos que él nos incitaba. Nuestra infinita desidia culposa no nos hará llegar hasta donde El DACC se ubica. La contradicción hacia él, hará de nuestra rebeldía un compromiso cumplido. La verdad en mi maqueta cerebral es que no quiero matar a mi vecino con un parpadeo en la mañana. ¡El parpadeo es del DACC; no mío!, pero es mi decisión indirectamente Daccaniana. ¿Acaso creen que no hay nadie detrás de nuestra inmutable decisión?

Todavía siento culpa, creo que sólo la extirparé de mi estómago si tú me maltratas. Una infidelidad tuya me relajaría tan cruelmente que el arrepentimiento se iría y moriría días después a manos de mis visiones y celos. ¿Debo querer sentir culpa o celos? Sólo intenta no ser tan dedicada a mi ser, trata de menospreciarme sin huir. Cuanto más hermosa eres, más arrepentido me siento en mi estómago, que no deja de reclamarle a mis neuronas una invención para degollar este sentimiento. La falta de discusión trae más retorcijos en el estómago y el exceso de ella acarrea excusas para sentirse más aliviado. No te pido que me dejes, de esa forma tú serías la despiadada, pero yo moriría por los recuerdos, te pido que me lastimes levemente. Siento tanto arrepentimiento que no quiero confesarlo a un sacerdote, y no sólo porque sé que él no me dará una solución, sino también porque no pretendo que alguien se entere que hubo un tiempo en el que no te amé con sinceridad. Tendré que lidiar con la deshonra en la soledad de mis dispersiones y en los recobijes de la distracción más doliente y perversa. Soy el trapo de piso del que todos hablan, soy tu más fiel amante arrepentido, soy el retrato de la culpa sin Cáncer. ¿Qué más debo hacer para que mi cuerpo perdone mi engaño? Sólo imaginé a otra mujer cuando te acariciaba, y sin embargo creo haber manchado a mis hijos y arruinado a nuestra mesa. Temo no poder orar cuando divida el pan, e imagino las miradas atacantes de tus once amigos cuando se den cuenta de que yo soy el traidor. No puedo curarme y creo que eres étalon por la vergüenza de mi pensar a tu lado. Temo perderlo todo por arriesgarme a saldar este dolor. Gracias a ti, no

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he sentido la angustia que conducen mis patrones, pero no creo que puedas arrebatarme el arrepentimiento que tengo por maltratarte en mi imaginación. Puedo pestañear porque contigo pacté hacerlo sin miedo y sin angustia, pero no he pactado el perdón a mi cerebro por serte infiel. Amor mío, sólo déjame verte egoísta y ruin, sólo por unos instantes, sólo para relajarme ante tu rostro. Córtame una mano y déjame la otra para pintar mi vida merecida contigo. Tomás: No se por donde empezar. Creo que ya está todo dicho, más o menos. No te quiero lastimar y quedándome con vos es justo lo que voy a hacer. Aparte de también lastimarme yo por estar luchando por algo que veo no que tenga salida. Es justo para los dos poder vivir y creo que vos ya me conociste bien como para saber que soy volátil, poco normal y sobre todo insegura. No desestimo para nada todo lo que vivimos ni tampoco pienso en un futuro volvamos a estar juntos otra vez, creo que es posible. Pero nos falta crecer. Vos pusiste todo en mí, me hiciste grande y me asusté. Esa no soy yo. Es quien vos querés que sea. A vos te quiero con todo mi corazón, pero me parece que nos queremos distinto. Una relación son dos personas y creo que las dos nos trajimos hasta acá. Aunque también influye el tema de mis posturas en la vida por las que quiero luchar y que ahora me están tomando todo el tiempo y pongo en la delantera de mi vida. No es justo para vos. Te tengo que desplazarte así porque encontré la razón de mi vida, mi vocación, mi lugar. Y eso supera todo, lamentablemente hasta me supera a mí. Puedo creer en algo. No te puedo meter en mi proyecto desde ningún lugar. No corresponde. No te vería, no te dedicaría tiempo. No es así. No quiero que me odies aunque sé que lo vas a hacer. Sabé que soy genuina, por eso me voy de tú vida en este momento. Ya venía intentando decirte que no estaba bien pero no me escuchabas, me pedías perdón y me decías que ibas a cambiar. Pero no era eso lo que estaba pasando. No tengo justificativos, el corazón y el alma (si existen) se van a encargar de apelmazar toda esta locura. Es toda mi responsabilidad, asumo todo. No puedo medir las consecuencias. Caterina C. Otelo 17 de Julio del 2004

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Desconocimiento del texto verbal y acústico de las bolas étalon De este desconocimiento parten las percepciones de los absurdos en las conductas pactadas y la conducta del estúpido. Diremos que cuando la esencia del enfermo, que dentro de las pirámides étalon desarrollan la bola negra étalon, se materializa en la maqueta cerebral, el contenido de la bola étalon puede partirse en dos: uno perceptible en la operativa pactante por el paciente y otro escondido. Es decir que la carga piramidal angustia directa o pactante despierta al enfermo con su energía angustiante total derivada del reemplazo del DACC y del patrón, pero el contenido desarrollado por las pirámides en la bola étalon se ve partido por uno visible y conocido y por otro desconocido en el pacto. Podemos decir que se crean dos bolas étalon en la maqueta cerebral: la bola étalon sincera o por impulsión desconocida y la bola simple o por succión percibida. Ambas bolas étalon pertenecen a la bola étalon (entera) formada por El DACC la cual hemos nombrado hasta ahora. Un problema básico del obsesivo es no reconocer el texto verbal y acústico completo de la bola étalon; no reconocer los componentes de la relación del enfermo en su totalidad, disminuyendo el contenido dialéctico y acústico del problema. Esta elipsis al desnudo deforma el contenido de la bola étalon mutilando sus partes: si yo pensara: “Si no le doy hoy la carta de amor a esa niña, se la daré mañana”, generaría una conducta adaptada por acción posterior darle la carta al día siguiente; aquí la bola étalon es el desarrollo de la angustia por no haberme animado a declararle, cobardemente, mi amor a la niña. Pero, ¿qué ocurre cuando la bola étalon entera es algo peor? Si la bola étalon fuera la muerte de esa niña que ella se muera antes de que la vea otra vez, mi conducta por acción no valdría de nada; podría convencer al DACC de que no la matara como conducta adaptada o llamar a los padres de esta niña para que la vigilaran hasta que le diera la carta conducta adaptada por acción; si esto no funcionara pactaría una conducta no adaptada tan sólo para hacer algo para evitar la muerte (arrepentimiento) de la niña amada no pestañear a la gente hasta ver a la niña. Entonces si el problema además de ser el no declarar su amor es la muerte de ella, las conductas como adaptadas o no adaptadas cambiarían en su carácter. Que el obsesivo pueda reconocer la dialéctica y la acústica de la bola étalon sin omisiones, no sólo cambia las conductas sino que posibilita la eliminación

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de la angustia directa. Esta angustia aparece en el estómago del paciente con toda la carga que El DACC evalúa como merecedora en la relación DACC; por tanto el obsesivo tendrá en su maqueta cerebral el contenido recortado y con omisiones, pero la angustia pactante mantendrá toda la fuerza de la bola étalon entera en el estómago. Si el enfermo no reconoce todos los contenidos del problema se verá en un momento en el que no sabrá qué pactar para eliminar la angustia; pues no lo sabe. La porción desconocida del contenido entero de la bola étalon huye a las tierras fenicias, y el obsesivo tiene que lograr que vuelva a su maqueta. Aquí se producen dos alternativas posibles: el obsesivo busca a través de la originalidad y la exacerbación del uso de la capacidad pactante una relación peor entre su relación del enfermo y la bola étalon, hasta expandir el desarrollo de la angustia directa para que despeje las tinieblas que nubolizan el contenido total de la bola étalon y que este contenido vuelva de las tierras fenicias; o directamente pactar con El DACC una conducta no adaptada o una conducta adaptada al contenido conocido pero exagerado con relación a ese contenido pero no al contenido entero: percibido y nublado que lo excuse de su angustia directa, por arrepentimiento, con contenido omitido. Es decir, hacer algo por las dudas. Entonces, volvamos a los ejemplos: pacto adaptadamente darle la carta a la niña el día siguiente; pero todavía tengo la angustia pactante en mi estómago. Entonces pacto no adaptadamente alguna conducta que merezca El DACC con relación a la carga piramidal o una conducta adaptada exagerada con relación al contenido conocido por succión: ir hasta la casa de la chica que vive en provincia y tengo que viajar dos horas, con tan sólo diez años, para darle la carta en mano. Quedarían así, dos conductas, una adaptada y otra no adaptada, para un contenido conocido desarrollado en la bola étalon que se percibe por el paciente como no tan grave con relación a los dos sacrificios que él realizó conducta del estúpido. Sin embargo el sacrificio es proporcional al pecado, pues el pecado entero es la muerte de la niña y la cobardía del enamorado. La inseguridad del problema mantiene el síntoma, pero incrementa las conductas no adaptadas sin contenido. Ambas porciones de la bola étalon llevarán al enfermo, en retroceso, a la bola oculta, pues la sincera y la simple tendrán siempre la relación oculta disfrazada por El DACC. Probablemente, se llegue más

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rápido al trauma conociendo la bola étalon entera, pues allí se despoja menos el afecto omitido por El DACC en la maqueta cerebral. Por supuesto que si el problema fuera sólo la cobardía del obsesivo, con la conducta por acción posterior valdría para pactar la eliminación del problema. Sin embargo, si la angustia en el estómago persiste, habría que empezar a preguntarse qué contenido no estoy percibiendo. Cuando aquí hablamos de Bola negra Étalon nos referimos a la bola entera suponiendo que el obsesivo conoce su contenido dialéctico y acústico dentro de la succión y la impulsión. De esta elipsis parte la consideración de las conductas como absurdas. El obsesivo cree que el sacrificio para eliminar la angustia es aún mayor al pecado pero no a su carga de angustia directa. Si no cumple con la conducta, la angustia pactante aparece con toda su fuerza, pero al no percibirse totalmente el contenido dialéctico y acústico de la obsesión, se piensa que esa fuerza no corresponde con el problema, y convierte así las conductas pactadas en peores con relación al problema mismo. La desesperación e incomodidad es más fuerte que la bola étalon percibida, pero no lo es en su relación con la angustia directa total de la bola étalon entera veremos luego en la conducta del idiota, que jamás el obsesivo tiene más fuerte su desesperación e incomodidad que su angustia pactante. El DACC en su ocultamiento de su relación afectiva y las consideraciones de las conductas como adaptadas o no adaptadas vacilan al obsesivo entre convicciones distintas y opuestas: entender el sacrificio como absurdo o heroico. Entendiendo esta confusión, sabremos que no hay conductas absurdas en su directa relación, adaptada o no, con la angustia directa o pactante. La impulsión o la obsesiva son siempre peores a la compulsión preparada. Esto no significa que la bola étalon por impulsión sea mayor a la compulsión. Con bola étalon por impulsión me refiero a que el paciente busca en las tierras fenicias el contenido dialéctico y acústico de ella para enviarla a la maqueta cerebral; y habrá que revisarla cada vez que aparezca la urgencia de una operativa pactante para no ignorarla y que esto no provoque una insignificancia pactante y un incremento temporal de su contenido no tratado; la bola étalon por succión se toma, simplemente de las tierras conocidas del enfermo; está en la maqueta cerebral de donde el paciente succiona su dialéctica y acústica.

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El Deseo Yo quisiera restarle al deseo importancia en la recuperación de un obsesivo. El deseo puede estar antes o después del arrepentimiento, pero lo que cierra al trauma es la Culpa. El deseo existe mientras haya Culpa antes y arrepentimiento después de él. La culpa existe en la maqueta cerebral por angustias, no por deseos. Y la angustia no necesita deseo para preservarse. El deseo antes de la emergencia obsesiva es un paso que incita el arrepentimiento y advierte al DACC la relación con la Culpa; de no aparecer estaría el temor o la vergüenza para hacerlo. La culpa es un revuelto gramajo de toda angustia con el patrón. La angustia es todo lo demás: el temor, la vergüenza, el arrepentimiento; el dolor de estómago, la fe. La culpa es disparada por El DACC por la aparición de un patrón que estima desprendimientos de angustias en la relación con la esencia del DACC. La culpa es el patrón y la esencia del enfermo, y de allí se dispararán las pirámides ocultas con la aparición de un patrón descifrado y el disfraz de la porción que El DACC quiera ocultarle a la maqueta cerebral. La angustia es precisamente el disfraz de la Culpa. El arrepentimiento es la rama de la angustia que más similitud tiene con el proceso creativo de la Culpa en el cielo inicial del enfermo. Entonces si la angustia se ubica después de la Culpa, y el deseo es una bifurcación de la angustia, el deseo aparece después de la Culpa. Por tanto, que haya o no deseo puede importar en la recuperación del obsesivo, pero no tanto como la percepción de la Culpa. Si entendemos el deseo sabremos mejor pactar hasta dónde está él, pero no más allá. Recordemos, la Culpa no se conoce por el paciente en ninguna operativa pactante. Lo que la gente llama sentimiento de Culpa es un arrepentimiento o tan solo una responsabilidad. El deseo toma su forma relevante en la indecisión pactante, pero no soluciona el patrón original. Duda y perfección: Creación del TIT, figuración angular y conducta natural Con figuración angular me refiero a la insoportable constancia de sujetar un pensar preciso en el cubo de levadura. Es decir, cuando era niño tenía que pestañear en la unión exacta de una pared con otra; en el punto angular exacto donde se convertían en una. De aquí, realizar la señal de la cruz con el perfecto dibujo de mis dedos y en cada punto tripartido del Dios sentir el dolor concreto y sincero en el estómago de haber sido exacto en la

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conducta. Así nacen las necesidades angulares de los espacios de mentes: realmente sentir la imagen acústica hasta sujetarla y hacerla tangible, por ejemplo dentro de los pestañeos en la piel para quebrar espacios-. Esta figuración angular es importante y relevante en las conductas patrónicas la imagen del DACC. La figuración es una acentuación corporal y acústica que le ofrece al enfermo una mayor garantía en el cumplimiento de su conducta, y evita la aparición de algo enajenablemente peligroso y contradictorio que ponga en riesgo el bienestar de toda la operativa pactante. Con respecto a la conducta natural, me refiero a la aceptación del DACC para el reemplazo de una conducta pactada por la angustia directa. Muchos se preguntan por qué se realiza una conducta compulsiva en lugar de otra. ¿Por qué yo no pestañeo a las personas para evitar la tragedia? ¿Por qué mejor pestañear para evitar la tragedia? ¿Quién me garantiza que no haciéndolo evito la desgracia y haciéndolo no? ¿Y si es al revés? Bueno, está claro aquí que los resultados de los pactos son aceptados por El DACC a través de la desaparición de la angustia en mi estómago. Si esta último desaparece, significa que El DACC transformó la ofrenda en sacrificio. Ahora, que El DACC acepta la ofrenda quiere decir que el sacrificio será lo suficientemente desesperante e incomodo como solo dos veces más lo es la fuerza de la angustia directa o pactante. Que el paciente continúe con su parpadeo normal no significa ningún sacrificio en reemplazo de la angustia pactante; es un estado natural pestañearle a la gente. Por la correspondencia del sacrificio, me aseguro la aceptación del DACC y elimino la duda de que si mis conductas son las apropiadas o es al revés. Entendamos que lo realmente contrario a no pestañear nunca es hacerlo siempre; pero entendemos dentro de las piedades del DACC que lo imposible supera a la angustia directa y por tanto el sacrificio se convertiría en algo no exigido, pues sólo se cumple una desesperación e incomodidad menor a la angustia pactante de lo contrario sería un estúpido. Estas conductas naturales aparecen seguido en la anulación de una conducta adaptada o no adaptada mal pactada con El DACC. Si el paciente realiza una acción posterior para evitar una tragedia, puede luego arrepentirse de su acto y retroceder a su estado natural anulando la acción. Estas dos conductas son las llamadas “Conductas vacías”, pues no cumplen con los caracteres de puras o civiles, sino que complementan o facilitan a estas últimas. Son simples colaboradores en el desarrollo de la

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creación y el cumplimiento de los sacrificios. Pero a partir de ellas podemos entender las vacilaciones esenciales de un obsesivo: duda y perfección. Con “duda” no me refiero a la consideración absurda de nombrar un ritual como una conducta absurda; he explicado ya la estupidez del obsesivo. Me refiero al pedido de felicidad del obsesivo al DACC. En los rezos, por ejemplo, ¿qué le estoy pidiendo a Dios cuando le ruego que, por favor, todo esté bien? La falta de reconocimiento del contenido dialéctico y acústico de lo que aparece en la maqueta cerebral o en las tierras fenicias o, aún mucho más desconcertante, en las tierras del DACC, condiciona el proceso idílico y comunicativo con El DACC. Aparecen entre los miembros del DACC el malentendido. ¿Qué quiere el obsesivo con eso de que todo esté bien? ¿Dónde se ubica ese todo: en la maqueta, en las tierras fenicias o en las del DACC? ¿Y el bien, de dónde? Si le pido al DACC que al salir mi madre a la calle no la atropelle un auto, estoy intentando retóricamente evitar una tragedia. Pero si ese auto que atropellaría a mi madre, no lo hiciese, tal vez en la cuadra siguiente se llevaría por delante a un político dictador que paseaba por allí. A partir de esto, la manada de dictadores que se veían resignados al encierro, tomarían el hecho como un acto intencional del gobierno electo; se sublimarían y tomarían la casa rosada. Se iniciaría un golpe de estado y un militante opositor tendría el número de mi madre en su agenda. Secuestrarían a mi madre y desaparecería. ¿Esto es lo que pidió el obsesivo? Entonces, pido que mi madre nunca muera o desaparezca. El conductor del auto no atropellaría a mi madre, por tanto, no sería detenido; resultaría que este hombre fuese un delincuente que al día siguiente le robase a mi hermano y lo matase por unos centavos. El DACC sigue cumpliendo. Ante esto pido que no ocurran tragedias en el mundo; no habría delincuencia, enfermedades, muertes, abandonos o desapariciones. El mundo se volvería triste e irritante, la perfección habría hecho de mi cabeza un loquero; ya no consideraría la tragedia, no la reconocería. Mato a mis padres por aburrimiento. No sería una tragedia, sería un entretenimiento. El DACC cumple. ¿Y si pacto que una mujer se enamore de mí, y lo hace la esposa de mi mejor amigo? Pacto, entonces, la felicidad de la civilización. Si alguien es feliz matando, El DACC tendría que convertir a los familiares de los muertos en deseosos de los asesinatos de sus parientes. El feliz infiel tendría que tener una pareja que sea felizmente engañada. El gobierno es feliz gobernando, y los partidos opositores son felices haciendo ruido. Bien, pactemos la felicidad de la civilización. ¿Qué felicidad tomará El DACC? ¿La de la maqueta, la

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de las tierras fenicias o la de las tierras del DACC? Pues en la maqueta, dentro de la porción de la bola étalon que solo se percibe, una histérica quiere romper con su novio; y dentro de la bola étalon entera, lo ama demasiada; pero en las tierras fenicias, solo no quiere estar sola; y en las tierras del DACC solo no quiere culparse más de la muerte de su padre. ¿Qué felicidad utiliza El DACC para cumplir con el pedido? ¿Y cómo puede orientarlo el hombre si éste mismo no conoce siempre lo que quiere en cada territorio? Y mucho peor aún, ¿Cuál es la mejor felicidad de todas? O para ser más exactos, ¿cuál es la verdadera felicidad? Aquí aparecerían una serie de pedidos interminables: que me vaya de vacaciones con mi novia pero que no choque el micro y que cuando lleguemos nadie nos robe el equipaje y no nos mate pero que ese ladrón no mate entonces a mi padre que también está ahí y que ningún familiar se muera pero tampoco ningún amigo o familiar de amigos pero que no mate el ladrón a un dictador y que ningún ser querido desaparezca como tampoco ningún ser querido de mis seres queridos y ningún ser querido de los seres queridos de mis seres queridos pero que todos sean felices sin matar a nadie pero que tampoco se suiciden; y que mi sobrinito termine la escuela pero que no se vuelvan un militante político con educación suficientes para hacer un golpe de estado, entonces sólo quiero ser feliz, pero, ¿si mi felicidad implica en algún territorio matar a mis seres queridos o que ellos no sean felices porque todos mis amigos se quieren acostar con mi esposa? ¿O si la felicidad de mi esposa es acostarse con todos mis amigos? ¿Cuál es la verdadera felicidad de un enfermo? Lo que el obsesivo ha llamado la verdad dentro de la maqueta cerebral con la entera percepción del contenido dialéctico y acústico que ella envuelva presenta una formalización que tiene un estatuto suficiente de verdad solo en aquel territorio cerebral donde opera, donde se deja percibir; pero dentro de las otras tierras en la cabeza del enfermo, la verdad puede ser otra demorada o jamás descubierta. Así entendemos que no toda la verdad puede ser formalizada, porque en otras atmósferas la verdad permanece oculta. Y no hablo de un deseo oculto, sino de una verdad de felicidad imperceptible en la maqueta pero posible, que puede ser deseada ocultamente o simplemente desconocida como opción. Así nos ubicamos en las diferentes atmósfera del cerebro: el territorio del DACC; las tierras fenicias; la maqueta cerebral; y el más allá. La verdad formalizada es el contenido percibido por el enfermo en la materialización de la angustia directa la

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bola étalon. La porción tanto desconocida del contenido en la bola étalon como en las tierras fenicias, se ubica en la aletósfera del cerebro del enfermo, pero puede volver a la maqueta percibiéndose como una verdad suficiente. Las tierras del DACC y el más allá existen como verdad en una dimensión oculta por el enfermo. ¿El DACC debe tomar el pedido del enfermo como dentro de la verdad materializada o como una aleteia? Y si es esta última consideración, ¿Cuál aleteia es la verdadera felicidad? La aletósfera es donde están ubicados los territorios cuyos contenidos dialécticos y acústicos no son percibidos en la maqueta cerebral. Allí se ubican las aleteias que son las porciones de verdades no formalizadas, no percibidas por el enfermo. No son verdades absolutas, son solo otras verdades desconocidas. El DACC se esfuerza en preguntar cuál es la verdadera felicidad del enfermo y de qué atmósfera desglosa el pedido: de la aletósfera y cuál aleteia o de la atmósfera formalizada. Que el paciente elija desde su maqueta cerebral puede contradecir o no la elección que haría dentro de la aletósfera; generalmente, la aletósfera más oculta es la antítesis contradictoria de la atmósfera formalizada. El TIT (tal vez infinitamente tal vez) delega esta elección entre atmósferas sintetizando con sus siglas el pedido. El TIT significa un pedido desde la atmósfera que mejor pretenda la felicidad Daccaniana. Esta felicidad es la esencia misma de la verdadera felicidad; es la alegría ideal correspondiente a cada estadio eterno del enfermo; es la formalización Daccaniana de la verdad, sin equivocaciones a largo plazo o caóticas relaciones de decisiones arrepentidas; no lleva consigo el error en la consideración verdadera de la felicidad que persiste en las atmósferas del cerebro. Simplemente es lo mejor que se puede tener durante toda la vida y el más allá del enfermo, y jamás se percibe; no es el deseo del obsesivo, es lo conveniente. El enfermo desconoce este ideal, pero le delega al DACC la formación de él. La felicidad ideal o Daccaniana es la mezcla entre injerir experiencias placenteras y evitar el displacer; esta unión es imperceptible e imposible de palpar y pedir por el enfermo, porque este último desconoce lo que le traerá placer sin dolor. Ningún hombre puede prever lo que el placer puede displacerle. La felicidad del enfermo en la elatósfera es la mezcla entre evitar el displacer y evitar el displacer aún peor. Y claro está que ningún hombre puede prever lo que el evitar el displacer puede displacerle aún más. La felicidad en la atmósfera de la maqueta cerebral percibida es la mezcla entre la evitación del displacer y la

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evitación de ese mismo displacer. El hombre aquí puede prever sólo el presente, lo que evitar el displacer puede evitar ese mismo displacer; por tanto no ha previsto nada, pues allí no aparece la angustia. El hombre reza sin pedir o agradecer sinceramente nada; ¿cómo quieren que Dios los salve de la tragedia? El obsesivo es el único orador a través del TIT (tal vez infinitamente tal vez), y le deja al DACC la interpretación de su pedido de acuerdo con lo que más se le acerca a la felicidad Daccaniana. “que todo esté bien” significará un placer y una negación del displacer considerados por El DACC como los más posibles y cercanos a la felicidad Daccaniana en el estadio eterno e inmortalizado del enfermo. Y digo inmortalizado porque esta felicidad ideal abarca también la relación entre el placer y el displacer en la vida y el placer y el displacer en la muerte o eternidad en el más allá. El carácter vacío de elección, de responsabilidad y autoridad del TIT permite al obsesivo transformar todo lo que dice, piensa o escribe en un barrido total de opinión sincera y absoluta. El ubicar el TIT precedido de todos los quiebres borra responsabilidades en lo dicho, como en la aparición de espíritus malignos que convierten en contrario todo lo que se dijo. El TIT elimina la totalidad del habla tanto lo que se quiso decir como lo maligno, delegando al DACC la verdad absoluta de lo que se dijo, pues nada de lo que se dijo o se quiso decir se sabe como verdad de contenido o de deseo. El TIT es el método para decir o hacer cualquier barbaridad excusándose con la inseguridad o la falta de autoridad absoluta de todo. El obsesivo no evita así elegir, sino que se excusa de los errores en esa elección. Pues claro está que como cualquier hombre, el obsesivo siempre está tomando decisiones, pero el poder permanente de su duda lo desespera; y no pudiendo esa duda evitar la indecisión, crea la falta de arrepentimiento en ella. El TIT permite al obsesivo decidir sin responsabilidad, y esto es lo que todos los enfermos estábamos esperando. Este método controla mucho las apariciones de las conductas patrónicas, porque si yo digo, “Pablo se va a morir” este espíritu maligno de mi habla me llegará a creer que realmente morirá, y será mi responsabilidad; sin embargo, con el TIT me excuso de que lo dicho sea una verdad maligna. Por supuesto que el TIT sólo colabora con estas apariciones. El TIT evita la cadena de perfección que azota al paciente

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obsesivo. Le corta esa caótica consecuencia de un acto imperfecto. Y es el sacrificio mismo quien por su proporción con el pecado determina el grado de perfección en la conducta del obsesivo. Confieso que el obsesivo toma menos decisiones mundanas que el vecino, pero TIT le permite aparejarse pues el porqué de qué persona o qué medida tomar contra una persona queda delegado, en su arrepentimiento, al DACC. El TIT sólo quiere que el pleito termine por una decisión y no por la muerte de los litigantes. Que avance o no hacia algún lugar seguro no se asegura con ningún proceso verificable más que en el infinito del más allá. Mis ideas no significan más que como un signo arbitrario de la piedad del DACC. El TIT aparece precedido de cada quiebre, tanto en la oralidad como en la escritura; y no se toma en ningún conteo, ni dentro ni fuera de él, sus repeticiones de términos. Estómago y cerebro El cerebro es en donde se forma la Culpa y la Angustia por aparición de patrones originales y despiertos territorio DACC y aires nublados; es en donde se demoran las angustias que exigen una operativa pactante tierras fenicias; y es donde se dialoga el pacto para reemplazar una angustia por otra menor maqueta cerebral. El estómago es el recinto en donde se acepta el reemplazo de las angustias. Por desaparición y aparición de la angustia en nuestro estómago, el DACC acepta o rechaza una conducta adaptada o no adaptada en reemplazo de la angustia directa o pactante. Si El DACC retira la angustia, el pacto se firma; si la angustia continua, el pacto no se concreta. El estómago es el papel donde se siente la pluma del DACC acordando nuestra ofrenda. En él termina todo. El estómago es la fe al DACC; el entendimiento con él. Un dolor de estómago te angustia; con la conducta de defecar pactada, se elimina la angustia. La mierda te salva. El estómago no tiene dialéctica ni acústica, tiene el oído y la vista del DACC a todo lo que el cerebro parlotee e imagine. Sin estómago no hay pacto, serán solo patrones extras y mariconadas. La materialización de la angustia directa en el cerebro es la bola negra étalon; el retorcijo comestible y manipulable de la bola étalon en el estómago es el cubo de levadura. Las bolas étalon se destruyen, con el acuerdo y cumplimiento del pacto, en el estómago. Allí toma la forma de

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una masa estomacal que es alterable al contrato con el DACC. Cuando la masa se encierra en el cubo de levadura, la angustia se calma. Y solo volverá la bola étalon de las tierras fenicias cuando el cubo defeque la masa angustiante. En el estómago es en la única atmósfera en donde la bola étalon se ve alterada y moldeable. No tiene dialéctica ni acústica, sólo los reflejos del cerebro y sus manipulaciones plásticas de la angustia directa. Algunos estudiosos (yo) dicen que es en esta atmósfera en donde el enfermo puede percibir la verdad Daccaniana, pero sin palabras ni imágenes reconocibles. El estómago es ciego y sordo. Y sus incapacidades pueden transformar la verdad en un amor confundido. Dios, la Angustia, el Cáncer y la Culpa ponen sus firmas en mi estómago cerrando el acuerdo que pronto deberá cumplir mi cerebro. El estómago advertirá a este último sus innumerables fallas. Cumplirás, o volveremos.

Conducta culta no adaptada pulmón Sanciones DACC en las palabras Las cortadas: Estas constituyen aquellas palabras que no se pueden mencionar ni siquiera una vez; no sólo dentro del número de oro o que si se mencionan se hacen seguido de la figuración conceptual de la cortada. Es decir, tenemos la cortada “hoy” que se debe mencionar

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en cualquier oración oral o escrita seguida de su figuración “oráculo, yacimientos”. CORTADA Hoy Ah Uh Oh Eh Y Que Tan Ver Mas Ay Uy Ni Pero Aunque Entonces celos, elogio, solemne Excepto oráculo

FIGURACIÓN CONCEPTUAL DE LA CORTADA Oráculo, yacimiento / s Anatomía Utilización Oráculo Emancipación Insólito Quehaceres También, anatomía, nada Visualizar, emancipación, roma Madre, anatomía, solemne Anatomía, yacimiento / s Utilización, yacimiento / s. nada, insólito parte, emancipación, roma, oráculo Anatomía, utilización, nada, quehaceres Emancipación, nada, también, oráculo, nieto, Excitación, celos, emancipación, parte, también,

Cuando se mencione oralmente la cortada “mas” debe uno cancelarla, desglosándola a través de la figuración de la cortada “madre, anatomía, solemne”. Es decir, se dice oralmente la figuración después de la cortada y se acompaña el habla con el movimiento de un dedo dibujando en el aire la figuración de la cortada para hacer rígido y concreto cualquier balbuceo en el habla con sonido o mental (claro está que no se debe repetir la figuración de la cortada dentro de los números inutilizables). Cualquier palabra, que verán luego, que se considera término igual a alguna cortada, será una cortada también; pero la cortada se considera como tal cuando aparece como palabra y no como parte de ella: no aparece le cortada “mas” en MASacre.

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La Cortada y la Figuración conceptual de la cortada con respecto al número de oro. Cuando se repite una cortada dentro de los números inutilizables, se debe cancelar la cortada con la figuración conceptual; es decir que se debe repetir la figuración dentro de algún numero utilizable (se veré luego cuál es la mejor cantidad de veces que se debe repetir una palabra en falta para cancelarla), por ejemplo, 5 veces cada palabra que forma la figuración. El movimiento del dedo se cancela de la misma forma que cualquier movimiento de la mano: tocando una mano con la otra su repetición corporal en la cancelación de una cortada juega como reforzador figurativo angular, por tanto no se consideran los movimientos como iguales en falta. Habrá que tener cuidado en la consideración con sentido de las interjecciones y las coordinantes, pues si “y” es igual a “e” se tendrá que saber que “eh” es una interjección dentro de la oralidad, para no dibujar la figuración conceptual con “insólito” y sí hacerlo con “emancipación”; se verá esto en los no vaciamientos de la normativa DACC. Por último diremos que la figuración conceptual de la cortada no entra dentro del conteo de las construcciones y las cancelaciones; su aparición es fantasmal. La figuración conceptual participa como quiebre únicamente de la cortada y no del resto de la construcción entre quiebres, y ninguna se considerará un nombre propio, en caso de igualdad lineal. Las figuraciones pueden ir entre paréntesis luego de la cortada o directamente reemplazándola. Sanciones en la normativa DACC pulmón No se debe mencionar una misma palabra, entre dos quiebre, tantas veces como represente un número no utilizable (3,9,27, etc.), ya sea manifestada por un código oral mental o con sonido o escrito. Ubicándonos primero en la conducta por código oral, cuando se expresa el habla en sonidos, diríamos que, luego del último quiebre, le hemos dicho a un amigo:(quiebre) Estaba en la casa de mi novia cuando la vi en la cocina cortándose sus uñas (quiebre) Aquí no hicimos ningún quiebre mientras formaba esta oración con sonido. Por consiguiente he repetido la palabra

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“la” tres veces y me encuentro en falta. Lo correcto habría sido crear un quiebre entre las palabras “vi” y “en” para evitar la repetición de la palabra en riesgo dentro del número no utilizable 3. Algo aún más correcto, quebrar la oración entre las palabras “novia” y “cuando” y luego también entre las palabras “en” y “la”, para no sólo prever el riesgo por repetición dentro de los números inutilizables, sino también dentro de los números inutilizables por intensidad. Cuando se repite una misma palabra tres veces entre dos quiebres hay que cancelarla; si no se quiebra, el conteo de la palabra continua, es decir, que podríamos recurrir al agregado (sólo oralmente) para repetir el término 4 veces y luego quebrar:(quiebre). Estaba en la casa de mi novia cuando la vi en la cocina cortándose sus uñas la (quiebre). Pero si se llega a mencionar la misma palabra 9 veces sin quiebre, no se permite el agregado, se deberá cancelar sí o sí, y esta cancelación será doble se cancelará el error por no quebrar luego del agregado y por llegar a repetir un término 9 veces . Si se repite una misma palabra 10 veces, la falta está en la mención novena y tercera; si se repite 3 veces, se permite el agregado (en la oralidad) más el quiebre o la cancelación del error en la tercera mención. Cuando no se quiebre luego de la novena vez repetida una misma palabra, la cancelación será exigida por El DACC sin agregados, pero la aparición misma del mismo término repetido 9 veces quiebra el conteo anterior de aquella palabra en falta, pero no de las demás anteriores. Es decir que la décima aparición de una misma palabra se transforma en la primera, pero todos los demás términos dentro de la construcción sin ninguno de los dos tipos de quiebres continúan en el conteo de riesgo. El problema del uso de los quiebre entre una palabra en riesgo (dos veces repetida) o del uso de agregados recae, como se verá, en la intensidad del término y en el olvido del conteo. Desglosando la conducta oral, empecemos por detallar los diferentes modos de quiebres, que son quienes nos evitan realizar los modos de cancelación y los agregados. Primero nos ubicamos en el denominado “Quiebre por nombre y apellido”: este quiebre nos permite borrar el conteo de palabras que se lleva previo a él. Es decir, deja en cero todas las repeticiones de palabras en riesgo o no que fueron mencionadas previamente utilizado el quiebre. Consiste en mencionar oralmente (con sonido o mentalmente) nuestro nombre y apellido cortando la oración. Por ejemplo: “(Tomás Cadalso) Estaba en la casa de mi novia (Tomás Cadalso)

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cuando la vi (Tomás Cadalso) en la cocina cortándose sus uñas”. El segundo quiebre borra las primeras 7 palabras mencionadas luego del quiebre anterior, dejando en cero la palabra en riesgo “la” (considerando el riesgo por intensidad, pues hasta allí solo se menciona una vez) y comenzando un conteo nuevo desde la palabra “cuando” hasta la palabra “vi”. El próximo quiebre borrará las tres palabras previas a él y hará comenzar el conteo desde la palabra “en” hasta el siguiente quiebre. Aquí nos encontramos con dos particularidades en el uso del quiebre: primero observamos que luego del último quiebre dejamos, entre éste y el anterior, 3 palabras sueltas. Si bien estas palabras son diferentes y, entonces, evitan la repetición de una misma palabra dentro de los números inutilizables, se crea lo que llamamos “Secuencia de palabras diferentes dentro de los números no utilizables”, y es sencillamente mencionar 3, 9, 27, etc. palabras diferentes dentro de una oración entre dos quiebres. Nos remontaremos a esta particularidad más adelante en realidad no nos remontaremos nunca a esta singularidad, pues ya he pactado con El DACC el purgado de esta porción de la conducta normativa. La segunda particularidad nos muestra que en la oración mencionada hemos creado tres quiebres por nombre y apellido, y ante esta situación nos vemos obligados a corregir el quiebre. Podemos optar por realizar este quiebre sólo dos veces y luego pasar a utilizar el otro quiebre, que nos queda por explicar, o simplemente utilizarlo más de 3 veces, hasta 8 veces que es cuando, aún pudiendo emplearlo 10 veces, se debe cancelar el quiebre antes de que aparezca 9 veces. Cuando pasamos de un quiebre a otro, se borra el conteo del anterior y comienza el de este último. Cuando utilizamos el quiebre 9 veces, comenzando el próximo quiebre, ya sea del mismo modo, sumándole un quiebre más al noveno, o del otro por lo general, el siguiente quiebre es el de la cancelación del quiebre en falta, se debe, a diferencia de cuando se llega a usarlo 3 veces, cancelar el quiebre por utilización dentro del número inutilizable 9. Esta cancelación se deberá realizar cada vez que un quiebre llegue a mencionarse, sin el otro quiebre que borre la secuencia, a partir de la novena vez que se repite, todas las veces que se repita dentro de los números no utilizables, y por supuesto si se repite el quiebre 3 veces y luego, por olvido o desatención, se utiliza el otro distinto el uso de los quiebres cumple con las mismas reglas que en la construcción oracional. El tema de esperar a un octavo quiebre para cambiarlo podría perjudicar el conteo de ellos y entrar en

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falta. Ahora es importante ubicarnos en el segundo quiebre denominado “Quiebre por pronombre”. Este quiebre cumple las mismas funciones que el por nombre y apellido y fue creado, precisamente, para quebrar este último quiebre. Consiste en mencionar entre las palabras el pronombre personal “Yo”. Aclaremos que el conteo de los quiebres iguales continúa su marcha también cuando los utilizamos para cancelarlos. Si cancelo el quiebre por pronombre: (Tomás Cadalso) Yo, Yo, Yo, Yo, Yo (Tomás Cadalso); el quiebre que se cancela se transforma en una construcción sin sentido y el quiebre que cumple con su función normal se considera dentro del conteo de quiebres utilizado anteriormente entre las oraciones, agregados o cancelaciones. Por último cabe decir que los quiebres pueden ser simples o compuestos. Es decir que en un solo quiebre las palabras en estos se pueden presentar más de una vez: “(Tomás Cadalso) Estaba en la casa de mi novia (Tomás Cadalso; Tomás Cadalso; Tomás Cadalso; Tomás Cadalso; Tomás Cadalso) cuando la vi (Tomás Cadalso) en la cocina cortándose sus uñas”. Entendamos que de ninguna manera deberá aparecer el quiebre compuesto dentro de los números no utilizables (3 veces Tomás Cadalso, en un mismo quiebre; si esto sucediera se debería cancelar de la misma manera que cuando se llega a repetir 3 veces una misma palabra entre dos quiebres), pero el quiebre compuesto se considera como un solo quiebre en el conteo entre construcciones. La cancelación de un palabra repetida 3 veces entre dos quiebres se realiza mencionando el término en falta, entre dos quiebres que se consideran dentro del conteo de quiebres entre construcciones, por lo menos 4 veces es decir, una vez más que en la construcción. Si se hubiera agregado el término (dentro de la oralidad) y luego repetido 9 veces entre quiebres, la palabra en falta se habría cancelado dos veces. Recordemos aquí que en un escrito no se permite el agregado, así la aparición de 4 términos iguales es una falta por repetición dentro del número 3. Repetición dentro del número de oro: Construcción: (Tomás Cadalso) El auto, el dinero y el bebe se incendiaron (Tomás Cadalso) Cancelación: el, el, el, el (Yo)

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Se repite 2 veces el quiebre por apellido y una vez el quiebre por pronombre; se cancela el término “el”. La cancelación se considera una construcción sin sentido con la sola repetición de un mismo término en falla dentro de la construcción de frases bien construidas, por tanto si entre esos términos iguales no aparecen dos quiebres, estos signos se suman en el conteo con las palabras en la construcción de mensaje. Construcción: (Tomás Cadalso) El auto, el dinero y el bebe se incendiaron. Cancelación: el, el, el, el (Yo) Aquí se repite una vez cada quiebre y 7 veces el término “el” sin cancelación. También se pueden cancelar varios términos en falta dentro de una misma cancelación entre dos quiebres. (Quiebre) fui a la casa a ver la foto de la madre a la que le falló (quiebre) Aquí se repite 3 veces el término “a” y 4 veces “la”; por tanto se debe cancelar ambas palabras (en un escrito; si fuera en la oralidad, el agregado serviría para evitar la cancelación de “la”) y podremos decir: a la a la a la a la a la (quiebre). Pero habrá que entender la imagen acústica en caso de que ambos términos sean uno: “ala”; si mi imagen es la de una ala, la cancelación no sería de una preposición y un artículo, sino del término “ala”. De igual manera, sirve la cancelación compuesta para no concentrarse en un solo término y así despistar la repetición en intensidad y en los planos mentales. Repetir dos términos en una misma cancelación pero no intercalados puede traer riesgos en los planos mentales e intensidades: a a a a a la la la la la (Quiebre). También, se podría incluir una palabra en la construcción de cancelación sin representar un término en falta, pero para evitar confusiones en las imágenes acústicas: ve, ve, ve, ve, ve (Quiebre); el riesgo aparece en el sonido de su repetición: podría la imagen acústica reflejar una sensorial distinta uniendo dos términos fónicos: bebe. Entonces, se ubica una palabra en la cancelación solo para opacar los riesgos acústicos: ve, ma, ve, ma, ve, ma, ve, ma, ve, ma (Quiebre)

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Repetición dentro del número inutilizable 9: Construcción: (Tomás Cadalso) El auto, el dinero y el bebe se incendiaron en el accidente. El bombero no pudo prever el desastre que el fuego ocasionó. El miércoles próximo se hará un descargo en el palacio presidencial. (Tomás Cadalso). Cancelación primera: el, el, el, el (Tomás Cadalso) Cancelación segunda: el, el, el, el (Tomás Cadalso) Se repite 4 veces el quiebre por apellido; se realiza la cancelación doble del término “el”. Veremos luego que los términos iguales en falta repetidos en la secuencia de cancelación serán, generalmente, mencionados 5 veces y no 4 se explicará en las sugerencias de los quiebre y cancelaciones. Entendamos que una construcción se considera, comúnmente, como una frase bien construida; mientras que la cancelación es una construcción sin sentido ni significante pues no importan las banalidades, es decir, en ella se toma el signo sin sentido del otro. El quiebre y la cancelación son sitios, lugares, son los objetos en cadena que están en falta dentro de la construcción. Con respecto a las repeticiones, a los agregados, a los quiebres y a las cancelaciones, pudiendo ser éstos recitados con sonido o mudamente, surgen dos particularidades: el grado de intensidad y los planos mentales. El grado de intensidad es la fuerza con que repetimos cada palabra como tal entre los quiebres o como quiebre o cancelador. Si tenemos dos veces repetida una palabra, dependemos de la consideración del DACC para catalogar la intensidad de cada palabra. Es decir que si en las 2 veces anteriores la palabra “bueno” fue gritada por nosotros con distintas intensidades, con sonido o mentalmente, en cada grito, puede que el DACC, interpretando una variación en la intensidad no en la entonación o acentuación, considere la palabra con más intensidad como doble en el conteo. Por tanto “bueno” se estaría repitiendo tres veces con sólo mencionarla dos. Cuando una palabra se repite más de dos veces con diferentes intensidades en cada término, se duplica el más fuerte de ellos. Por tanto, en aquel caso, estaríamos repitiendo la palabra tres veces.

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Lo mismo ocurriría si la intensidad en el momento de repetir palabras, no sólo en el agregado, quiebre o cancelador, es variable y diferente entre ellas; se verá claramente el carácter de intensidad cuando expliquemos la tipografía en un escrito. Ante una repetición dentro de los números inutilizables, ya sea por descuido, intensidad o planos mentales, de las palabras de los quiebres, me refiero a que un quiebre simple se convierta en compuesto (en tres), se utiliza el quiebre que resta considerando el conteo entre las construcciones; recordemos que la intensidad o los planos mentales multiplican el quiebre transformándolo en compuesto, pero no suma más quiebres en el conteo entre las construcciones o cancelaciones para, precisamente, quebrar la cancelación. Cuando sucede una repetición prohibida de los términos de las cancelaciones, se debe quebrar con cualquiera de los dos quiebres, siempre y cuando la suma de ellos no llegue a 9, y repetir la cancelación dentro de los número utilizables, que correspondería a la cancelación de la falta de la cancelación anterior, y luego otra cancelación que cancela apropiadamente la palabra que estaba en falta dentro de la repetición que exigía en la primera instancia la cancelación. Comprendan que todo quiebre, ya sea como parte de una cancelación o como quiebre para evitar la repetición de un mismo término entre construcciones, se considera dentro del conteo en riesgo. Pero también se contará la cantidad de cancelaciones consecutivas de una o más palabras; y con consecutivas me refiero a que no se generó oralidad o escrito que no fuera una cancelación entre las cancelaciones; para esto se debe inventar una oración, que no sea una cancelación, entre la cancelación de riesgo: si cancelé una misma palabra dos veces seguidas, invento teniendo en cuenta el conteo de quiebre la siguiente oración entre quiebres: yo bien yo claro yo tengo yo ; aquí utilizo el quiebre 4 veces, sin estar en falta en la oralidad, pudiendo seguir con él, considerando el quiebre utilizado antes del primero, o cambiarlo. Y creo una oración que quiebra la secuencia de cancelaciones en riesgo. Yo la, la, la, la, la Yo la, la, la, la, la Yo bien Yo claro Yo tengo Yo la, la, la, la, la Yo Entendamos que un grito en voz alta y un grito mental se consideran con igual intensidad. La intensidad de cada palabra se

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considera por el grado de incomodidad y desesperación que aparece en el momento de repetir un término con relación a los otros. No se habla aquí de entonación, sino de la fuerza de entonación. Habrá que prever una exacta reproducción de los términos. Ahora, cuando hablamos de los planos mentales nos referimos a cuántas veces podemos decir una palabra al mismo tiempo. Si repetimos la palabra “intenso” en voz alta cabe la posibilidad de repetirla también en nuestra cabeza, en más, hasta tal vez la decimos antes mentalmente. Entonces al decirla en voz alta y simultáneamente en la mente, tendríamos la palabra mencionada dos veces sabemos que si le dijimos en nuestra cabeza primero y luego, sin quiebre con sonido o mudo, la repetimos en voz alta, estaremos también repitiéndola dos veces Esto puede suceder tanto en las cancelaciones como en los quiebre, agregado y construcciones. Lo que se debe hacer es quebrar la palabra mental antes de terminar de decir la palabra oralmente con sonido y antes de repetirla mentalmente 3 veces. Este quiebre limpia sólo la palabra mental y no borra la palabra con sonido. De aquí se generaría una cadena: mientras decimos la palabra en voz alta para cancelarla, agregarla o dentro de una oración, se dice mental y simultáneamente uno de los dos quiebres conocidos. Crearía dos líneas paralelas con la palabra repetida en la construcción y con el quiebre mental. Todas las líneas paralelas de una construcción o cancelación con sonido y mudas se suman entre ellas en el conteo en riesgo: 2 veces una palabra mental y una vez la misma palabra con sonido, se repite 3 veces el término la palabra escrita queda excluida y se independiza en su conteo. Por ejemplo, en el caso de cancelar la palabra “intenso” diríamos: Quiebre mental: Tomás Cadalso, Tomás Cadalso, Tomás Cadalso, Tomás Cadalso, Tomás Cadalso, Cancelación con sonido: intenso, intenso, intenso, intenso, intenso. O en una construcción, Quiebre mental: yo, yo, yo, yo, yo Construcción: (Tomás Cadalso) Fui a mi casa después de clase (Tomás Cadalso).

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Cuando tenemos en un plano un quiebre Yo paralelo a otro quiebre distintoTomás Cadalso en otro plano, el conteo en riesgo de ambos quiebres no considera el quiebre mental. Es decir que en la última construcción, se suman dos quiebre por nombre y apellido, pero no se toma en cuenta el quiebre por pronombre en el plano mental. Lo que sí se considera es la repetición del quiebre mental entre dos quiebres con sonido allí se repite 5 veces; si se debiera cancelar, el uso del quiebre cancelador sí será considerado en el conteo en riesgo. Si los quiebres son iguales en ambos planos paralelos, el conteo sumará la aparición de ellos en su totalidad de planos como repetidos si apareciera “Yo” como quiebre en la construcción, se repetiría el mismo 7 veces. El quiebre mental distinto al con sonido se utiliza para no repetir una misma palabra dentro de la construcción o de la cancelación con sonido en el plano mental o un mismo quiebre en ambos planos. Ahora, si la cancelación o la construcción fueran mudas también, se crearían dos líneas mentales paralelas: una la del esclavo y otra la del amo le llamamos línea del amo al plano que hegemoniza, por supuesto por encargo Daccaniano, la fuerza en el habla; el con sonido interviene con mayor impacto e identificación que el mental. Aquí el mental se considera esclavo del Otro. Entonces, ¿cuántas líneas mentales se pueden crear? En mi caso particular, llegó hasta una línea mental más una línea con sonido, y hasta dos líneas mentales sin línea con sonidos. En el caso de quebrar mentalmente el quiebre de una oración o cancelación mental, se utiliza para el quiebre mental que quiebra el quiebre para la construcción o cancelación al que no se está utilizando para quebrar la palabra en falta.

Quiebre mental del esclavo: Tomás Cadalso, Tomás Cadalso, Tomás Cadalso, Tomás Cadalso, Tomás Cadalso, Quiebre mental para la construcción del amo: Yo, Yo, Yo, Yo, Yo,

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Quiebre mental de la construcción o quiebre del esclavo: Yo yo yo yo yo Construcción sonora o mental del amo: (Tomás Cadalso) Me paseo por los lugares, por curiosidad y por perversión (Tomás Cadalso). Quiebre mental de la cancelación sonora o mental (esclavo): Tomás Cadalso, Tomás Cadalso, Tomás Cadalso, Tomás Cadalso, Tomás Cadalso, Lucas Moltrasio Cancelación (amo): (Yo) por, por, por, por, por (yo) En la construcción suponemos que la velocidad en que se menciona las 10 palabras más los dos quiebres coincide con la aparición de 6 quiebres mentales sin silencios. Es decir que, mientras se recita la construcción, no hay espacios silenciosos entre las palabras del quiebre mental. De lo contrario, no solo podrían aparecer términos iguales a los de la construcción, sino que también una construcción mental ubicada entre los tres primero quiebres y el cuarto formaría dos quiebres compuestos en vez de uno, y uno de esos nuevos quiebres tendría tres palabras quiebres dentro de un quiebre compuesto. Se estima que si la construcción contiene muchas palabras o si la cancelación lleva términos con muchas letras, el quiebre que por optar deberá ser el del nombre y apellido (por supuesto que en el caso de la construcción es muy difícil prever la cantidad de palabras). Y esto lo digo porque es más rápido llegar a 9 palabras dentro del quiebre por pronombre que a 18 dentro del quiebre por nombre y apellido en los casos detallados, los quiebres con un tamaño de letra menor significan una mayor velocidad en el habla de su repetición con respecto a sus líneas paralelas; o estas última con menos rapidez. Pero volvamos, se quiebra cualquier repetición de palabras mentales con el quiebre por pronombre mental, pues se realiza el quiebre oralmente con el otro; Se cancela, luego la palabra en infracción “por” con el quiebre distinto al usado en la construcción, pues suponemos que este último puede estar en riesgo. Y se quiebra mentalmente la cancelación con

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el quiebre distinto al usado en la cancelación. Y así se sucede hasta cuantos planos mentales tenga cada enfermo. Entendamos que ante un solo plano o línea, todos los términos repetidos quiebre, cancelación o construcción se consideran en el conteo riesgoso; ya sea usando un plano con sonido o un plano mental o ambos intercalándose. Cuando se aparecen dos planos iguales o distintos paralelamente, solo todos los términos iguales se verán repetidos dentro del conteo tanto en los quiebres como en las construcciones o cancelaciones; pero si los quiebres son diferentes, el que se ubique en el plano secundario quebrará las apariciones del que esté en el otro plano plano dominio dentro de su mismo plano para evitar la repetición de este último. Los quiebres en los planos predominantes quiebran la construcción secundaria; la aparición de los quiebres en esta construcción es solo para no repetir en dos planos distintos el mismo quiebre. Construcción mental: (Yo) Me fui a la casa de la (Yo, Yo, Yo, Yo, Yo) (Tomás Cadalso) Construcción con sonido: (Tomás Cadalso) Me fui a (Tomás Cadalso) la casa de la (Yo) Se repiten dos quiebres por apellido y uno por pronombre; se repite dos veces la frase “Me fui a”, pero sólo dos veces el término “la”; porque al mencionar el artículo en la construcción sonora, la construcción mental paralela es el quiebre que ya borró la palabra en riesgo del plano mental. El quiebre por apellido en la construcción mental quiebra la secuencia en tres del pronombre como quiebre y evita repeticiones del quiebre por pronombre en el plano con sonido. Aún más fácil, Construcción mental: (Yo) Me fui a la casa de la (Tomás Cadalso) Construcción con sonido: (Tomás Cadalso) Me fui a (Yo) la casa de la (Tomás Cadalso)

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Quiebre mental: Yo, Yo, Yo, Yo, Yo Construcción oral del amo: (Tomás Cadalso) Me fui a la casa de la (Tomás Cadalso) Se repite 2 veces el término “la”; se repite 2 veces el quiebre por apellido. Quiebre mental: Yo,

Yo,

Yo,

Yo,

Yo

Construcción oral del amo: (Tomás Cadalso) Me fui a la casa de la madre de la novia (Tomás Cadalso) Quiebre de la cancelación mental: Tomás Cadalso, Tomás Cadalso, Tomás Cadalso, Tomás Cadalso, Tomás Cadalso, Cancelación del amo: la, la, la, la, la (Yo Se repite 3 veces el término “la”, y se cancela; se repite 3 veces el quiebre por apellido y uno el por pronombre. Ahora, surge algo realmente grandioso cuando el quiebre mental se ubica por delante de la construcción mental; es decir, si para evitar mencionar palabras dentro de la construcción del plano mental, ubico el quiebre mental del esclavo como construcción en ese plano. Quiebre mental: Me paseo por los lugares, por curiosidad y por perversión. Construcción mental: Tomás Cadalso, Tomás Cadalso, Tomás Cadalso, Tomás Cadalso Aquí el quiebre mental no juega como tal, sino que parecería que el quiebre tiene una palabra en riesgo, y la construcción mental evita una construcción mental con riesgo; sin embargo no es así, la construcción mental en este caso, es decir, el quiebre invertido, no solo juega como construcción que hasta ser repetida 8 veces no está en riesgo, sino que

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también participa como quiebre de la construcción invertida, el quiebre mental en este caso; es decir, quiebra el quiebre mental que es en realidad una construcción en falta. Así, no se repite la palabra “por” tres veces y solo deberíamos prestar atención en el cambio de quiebre dentro de la construcción mental y en su repetición por intensidad. El mensaje mental del amo aparece como esclavo de su quiebre.

Sugerencias en el uso de los quiebres y las cancelaciones Dentro de un escrito, los quiebres deben ubicarse, obligatoriamente, luego de la palabra en riesgo segunda vez repetida, pero justamente antes del signo repetido por tercera vez. Dado el carácter correctivo y preventivo de un escrito, El DACC no le permite al paciente esperar la aparición de una octava repetición para quebrar; exige el quiebre antes de que una misma palabra se repita tres veces, es decir, no juegan aquí los agregados. Tampoco facilita al paciente la intervención del “por las dudas” que ahora explicaremos, por tanto sólo se debe quebrar entre la tercera palabra repetida dentro de una construcción y el término anterior a ella, o en caso de un nombre propio que ponga en riesgo alguna de las palabras en su cancelación. En la oralidad ocurre que la piedad del DACC le permite al paciente quebrar en cualquier espacio de términos; esto significa que si una palabra se mencionó solo una vez, el obsesivo puede quebrar luego de la aparición de ese término que aún no está en riesgo. Así se exacerba el uso de los quiebres entre períodos de habla que el obsesivo considera riesgoso prolongarlos, sin necesariamente percibir palabras en riesgo. Aquí el enfermo estudioso conoce la longitud de su línea de habla y la cantidad de signos que en ella aparecen comúnmente, y quiebra previendo palabras dentro del número inutilizable 3. Este libre manejo de quiebres se llama “Quiebres por las dudas”: creo que está claro que se quiebre por las dudas de un error y no monitoreando el conteo de términos con plena exactitud; se piensa el período y su contenido común en él. Ante esto, aparece el uso de los latiguillos como alarma del quiebre. Cuando el paciente menciona una palabra con cierta constancia propia en su léxico, entiende que el período de habla se ha cumplido y que se necesita una revisión de los

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términos vislumbrados entre el quiebre y el latiguillo, para agregar o quebrar sin fallas en la construcción cerrada. Por lo general, el latiguillo cumple con su aparición con el período de habla suficiente para ubicar una construcción dentro de un hecho comunicativo, y acorta el número de términos desde el último quiebre hasta la alarma es decir, no aparece ni tan pronto ni tan tarde en la construcción. Lo que debe prever el obsesivo es la repetición de ese latiguillo, que, igualmente, por lo general lo prosigue un quiebre. Los latiguillos suelen ser personales, pero privatizando los populares diríamos un “boludo”, “o sea”, “tipo”, “viste”, etc; de acuerdo con cada obsesivo. Con respecto a esto, tanto en el uso de los “quiebres por las dudas” como en el uso del latiguillo habrá que prestar atención a la repetición de un mismo quiebre simple, como también a la intensidad de él que es la que transforma en compuesto con estos usos, los quiebres aparecen desaforadamente en el habla. Ahora retomemos algo que hemos visto en los ejemplos lineales anteriores: los quiebres secundarios y compuestos y las construcciones de las cancelaciones aparecen, generalmente, repetidos 5 veces; en los quiebres secundarios bien se podrían utilizar la cantidad de pronombres o nombres y apellidos suficientes para comprender el tiempo de habla del plano predominante siempre que esa cantidad no sea dentro de un número inutilizables. Podría repetirse una vez con oración corta, 4 veces, 7 veces o 10 veces. Lo mismo sucedería en la cancelación de un término en falta: se repetiría, entre dos quiebres la palabra que se debe cancelar, 2 o 4 veces, 7 o 10 veces, y demás. En los quiebres compuestos ocurriría lo mismo. Entonces, ¿por qué la repetición de un quiebre o un término en su cancelación de 5 veces? El 6 es neutro, por tanto no se puede usar como cancelación o quiebre si se utilizará no estaría ni cancelando ni quebrando; a menos que fuera por intensidad; para cancelar un término repetido 3 veces no se puede muñir del 1 o del 2, pues tiene que aparecer la palabra por cancelar por lo menos una vez más que en su aparición en falta en la construcción. Entonces, sí podríamos repetirla 4 veces. Pero sabiendo los riesgos por intensidad y planos secundarios, si hubiera una palabra dentro de las 4 repetidas en la cancelación que fuera menor en intensidad que las otras 3 que son iguales, esta silenciada valdría la mitad de una mención; por tanto tendríamos 3 término y medio repetidos, y, redondeando al número de oro, la cancelación se transformaría en una repetición del mismo término en

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falta 3 veces. Tendríamos así que cancelar la falla en la cancelación y luego realizar la cancelación primera. En cambio, si en la construcción de cancelación repetimos el término en falta 5 veces, una menor intensidad en uno de ello daría una secuencia de 4 y medio redondeando al número inutilizable, daría 4; y una mayor intensidad de una palabra con respecto a las otras iguales, daría una repetición de 6 veces. Como sabemos el neutro por intensidad es aceptado tanto en las cancelaciones como en los quiebres. Ahora, si mencionáramos 7 veces el término en la cancelación, tendríamos el riesgo de duplicarse uno de ellos y sumarse con un plano mental: entrando dentro de la secuencia de 9 términos iguales. Verán que lo más lejos que puede ir la palabra repetida 5 veces en la cancelación por intensidad es de 6, y necesitaría un plano secundario repetido 3 veces para llegar al 9; y lo menos lejos es de 4; y no tiene riesgo alguno por menor intensidad en algún término. Verán que en los quiebres sucede exactamente lo mismo, con la diferencia de que en ellos se puede utilizar el simple un solo término dentro del quiebre; el quiebre por apellido se considera un término solo. Pero si en los quiebres secundarios, la construcción predominante tiene un tiempo de habla prolongado, se utilizan más de un término por quiebre para acaparar toda la oración; pero se recomienda usar, con rapidez o lentitud en el habla, el quiebre repetido 5 veces entre los dos quiebres predominantes. Además, la constancia en el número de términos repetidos para su cancelación reafirma aún más el conteo e ignora las repeticiones en otros planos; porque el sonido mismo de palabras ya constantes para cancelar se vuelve rítmicamente conocido y percibido sin tener que contarlas a la hora de la cancelación y evitando así otras repeticiones. La prolongación de la cancelación y la familiar línea fónica y temporal de los términos repetidos cinco veces crean una sensación de costumbre que asegura que se ha repetido la palabra en falta tantas veces como es preciso en la cancelación. Solo la precisión angular de la rítmica y los tiempos llevan la exactitud musical de las “notas”; de las palabras. Por último diremos que si el pronombre o el nombre y apellido aparece dentro de la construcción como actor que interactúa en el mensaje y no como quiebre, seguirá siendo considerado como quiebre, pero sin el desprecio del DACC en la escritura por quebrar en cualquier lado. Mi nombre o apellido por separado no se consideran quiebres. El quiebre es por nombre y apellido, y nombre completo de persona juega como un solo

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término. Si acaso, yo dijera: (Yo) Tomás (Yo); debería cancelar el nombre como veremos luego. Lo mismo ocurría con “Cadalso”; pero si alguna otra persona se llama, de nombre y apellido, igual que yo, la repetición del nombre completo con una imagen acústica distinta a mi cuerpo será tomada como quiebre por la linealidad de sus signos.

30 de Agosto de 2004 Las sábanas enfrían mis pies, hacen temblar mis manos, ya no quiero verlas arrugadas, las necesito lisas hasta el cuello. Me pregunto cuántos vómitos tardarán en ensuciarlas hasta que yo decida arrebatarme un ojo por la vergüenza y cortarme sólo una vena para no soportar mi vida sin ti. Mi decepción pronto se hará repugnancia, odio y una venganza que repudiará a tu cuerpo sin ropa y luego vestido. ¿Hay algo más perverso y ruin que enamorar a alguien para luego escapar y tener la desvergüenza de dejarlo vivo? Entras a militar en ese partido horrible y sin sentido, y dos semanas después me abandonas. Dos semanas después de repetirme tu perpetuo cariño te alejas con una carta que yo podré leerla para entrar como idiota al cielo. Tendré que lidiar con esto, pero aún no he decidido, ¿acaso es peor la duda que los celos? Acabaré por elegir un personaje, pero tu nombre me empuja hacia aquel lado. Tengo a tu histeria y tu apellido tironeando de mis brazos cuando yo tiendo a quedarme en el medio. Cualquier envión me hará tropezar antes de llegar a la locura que me espera en ese ángulo que no dejo de pestañear. El raciocinio agudo en el amor es tan inútil como tener 8 hermanos repartidos por el país, pero la estupidez colaboradora disfrazada de razonamiento, que es la que comúnmente amanece en las calles de la mediocridad y la salud, es tan confortante para olvidar y no detestar a alguien que te dijo adiós. Lamentablemente para mi estómago, mi cerebro ha optado por no resolver a la histeria que posee tus actuales pasos: ha elegido razonar tu egoísta huída. Siento algo más importante que la razón, pero debo pensarlo antes; no tanto le temo a mi desesperado futuro, sino a la falta de él en mi obituario.

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¿Por qué seguir amándote si sé que eso me hizo perderte? Si todo encaja para que te odie, ¿por qué es tan necesario el amor para que lo haga? ¿Por qué creo que te estás riendo cuando escribo esto? Sin pasión no nace el romántico, hay solo muerte en las páginas. No quiero, todavía, picarte los dientes porque aún no tomé fuerzas para vengarme. Te creo tímida hoy, pero fácil mañana. Aún no estoy seguro de que me hayas hecho esto, necesito que alguien de confianza te haya visto dejándome para que me lo cuente y me diga, “es por tu bien”. Lo duro no es quitarse a alguno de la cabeza, lo duro es arrebatarlo del estómago. En la incertidumbre nazco irritadamente a cada segundo y en los celos envejezco tan pronto que el recuerdo es mi único compañero. Haré todo lo posible para que no oscurezcas mis remembranzas que harán de tu cuerpo el puñal que anhela mi cobardía. La utopía de poder amar sólo a quien te ama no parece hoy un estado ideal, sino la cruel meta que se burla de alguien que no dejará de ser un enfermo. Mis celos te convertirían en lo peor del otro. Mi segregación aún continúa de pie. No sé qué pasará conmigo y menos intento apresurar mi próxima recuperación, pretendo sufrir para evitar el castigo merecido por mi error al nombrarte Étalon. Pretendo mostrarme tan devastado y débil que ningún juez podrá encarcelarme. Acusaré demencia y pediré consejos para mentir apropiadamente. A partir de hoy, tu decisión me valdrá de una nueva vida, aún peor. En cuanto me burle de ti, cumpliré con la deuda paterna.

A Marco 05 de septiembre 2004 Hubo un pacto más con Diosito: no me mataría estúpido e invalorado. Me haría genio antes de morir. Y yo creo que un gran artista debe vivir mucho tiempo para serlo; aquellos jóvenes muertos no han tenido días para transformarse en grandes genios. La muerte temprana es el recurso de la proyección de un buen artista con ayuda, pero no de un genio. La muerte pronto excusará las esencias agotadas y terminará resguardándome. Los verdaderos artistas

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mueren de viejo, y yo no quiero pensar que esto se me ocurre para convencer a Diosito de no matarme aún. Quiero vivir más tiempo y tal vez dejaré de pensar si me cree hoy un genio. Estudiaré la licenciatura en Actividades prácticas y evitaré dialogar con Arthur cuando me pida que lo visite porque su pierna le está causando interminables dolores. Mi rostro paraliza mis recientes recuerdos y creo que éstos pasan por mis labios para sellarlos. Tengo mis recuerdos, incluso el primero, en mis uñas y no he dejado de comérmelas desde niño. Se ha borrado todo y ningún doctor podrá hacer aparecer en mi cabeza lo que realmente me ha dado deseo en mi puericia. ¡Las idioteces del deseo! ¿De qué me sirve haber deseado si no percibo el contenido de lo que me arrepiente? Incluso, mis recuerdos se burlan de mí mezclándose con mis sueños, porque lo que vivo diurnamente es tan borroso y sin bordes como mi imaginación y mis sueños. A veces no logro diferenciar la imaginación y mis sueños de una charla con amigos. No estoy estropeado, pero sí tengo que esforzarme en cumplir lo que prometo en lo que creo que es mi vida real. Debo cumplir con lo que dije y también con lo que no dije jamás; tengo más obligaciones que las que asumí a conciencia. Son aquellas promesas de mi inconsciente con mis fantasmas, y, justo o no, no es él quien se encarga de resolverlas. Mi consciente es esclavo de su inconsciente y éste nunca siquiera se atrevió en invitarlo a pasar a su casa. Mi inconsciente ocultamente se deprava y es mi rostro al que todos ven desnudo y degenerado. El bastardo es un cobarde que nunca da la cara y si lo hiciese, alegraría a mi conciencia ya derrocada. Te pido una mano, bola oculta, para que colabores con mi sinceridad, ella ya no sabe si miento o sufro, y yo tampoco.

A los lectores de la carta de Caterina hacia mí Octubre de 2004 Nada de mis actividades pactantes se refería a ti, sin embargo pagaré mi deshonra. Cuando quiera adelgazar, ten mucho cuidado que termine por celarte y por matar a tu Dick. No sé quién es Dick, pero tengo su cólera en mí.

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Para empezar remarcaré que Caterina comenzó su ruptura diciéndome que no tenía más nada para decirme. Y luego me dio esa carta. Primera estúpida contradicción. La muy cobarde me dejó con una carta, y eso que es militante. ¿Qué clase de fuerza tendrá para una revolución si ni siquiera tiene la valentía de mirarme a los ojos y explicarme su egoísmo e histeria? Igualmente, yo leí la carta delante de ella para obligar a sus labios a justificar la perversidad de su vientre. Será que mi inexperiencia en el amor ha hecho de mi pasión un condenado fracaso; pero mi tradición en mis dos esencias convirtió el dolor en romanticismo. ¿Se puede sufrir cuando el romance acompaña la locura? Yo creo que la angustia es aún menos perezosa que el amor, que angustiarse es una de las acciones con menos quietismo del novio; el que ama con sinceridad es inservible, quien ama con angustia termina creando romanticismos sinceros e involuntariamente aprovechables. Si te crees una mujer existencialista, tienes que hacerte cargo de tu responsabilidad en mi desamparo, de otra forma, serás una farsante oportunista. La histérica es la mujer existencialista a ratos; cuando le conviene, cambia al estado que excusa con otro movimiento que la adopte. Si alguna vez vuelve conmigo, me dirá que siempre me amó; me dirá que se alejó de mí porque se asustó; me dirá que todo el tiempo en que estuvimos separados pensaba en mí, pero que nunca me llamó, hasta que yo me volví famoso y exitoso, porque me tapó. El tapar algo es la excusa más exitosa, persuasiva y farsante para desligarse sana, romántica y eficientemente del arrepentimiento por abandonar a quien hoy se lo ve con magia. Todas dicen que les agarró miedo, es un clásico, es la carta de entrada en el curso de ocultamiento de la histeria. No jueguen con un obsesivo, nadie conoce mejor a otro que el que propiamente padece de él. Si la idiotez del histérico es negar su función, ¿cómo podremos reprocharle su enfermedad cuando tan sólo es para lo que vive y no lo sabe porque de lo contrario no lo querría más? ¿Quién sabe cuando el mundo te volverá en donde siempre quisiste estar? ¿Quién es la desgracia que demora un histérico? La única ventaja que tiene un obsesivo en su nefasta percepción del histérico es que su cualidad de perspicaz transforma a la persona histérica en un monstruo degollador pero casi sin cuerpo. De mí jamás sentiré lástima, mucho

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menos de otro, pero sentiré de una manera desgarradora una decepción que me volverá al puente básico y más efectivo para comprender y tapar una decepción de personalidad, una locura que ya nada te puede dar; volveré a rezarle a Dios. Porque bien sabemos que él se vuelve un precursor, un visionario cuando por fin las criaturas de su mundo fracasan y piden su piedad, como último recurso, como la siempre opción voladora alrededor de nuestro cuerpo, como el veneno del Diablo, tan sólo como una deslumbrante y bella manzana que reclama siempre su correspondencia. Verán que el bien trae un repudio. Verán que no se ayuda a alguien sin lastimar a otro que menos nos importa. Amar a alguien es ignorar a otro más deficiente. No se crean buenas personas por amar, créanse egoístas y vanidosos cuando ignoren, y de igual, pero con una menor y reprimida porción o tal vez con una decisión, cuando amen. En el amor no hay historia, hay sólo amor. No pidan guiones para dejar a sus hijos. Hay tanta estupidez en creer que un autor es el reflejo de sus personajes en todo caso, será el personaje el reflejo del autor; y ni siquiera; Lucas esforzadamente no puede enamorarse aunque ¿ahora? conoció a una tal Romina; ¿cómo pueden esperar que hable de política, literatura y psicología cuando su burgués departamento no inspira ni siquiera una rebeldía? No hay utopías en los sueños, estos son disfraces ya pasados, lo ideal se escapó del mundo cuando un fotógrafo reveló con sus ojos al payaso del Mc Donalds entregando un delivery en la India a un flacucho pelado. Yo no soy a quien despides, Caterina. Lo ideal trae decepción, en un sueño la decepción se evapora cuando el sol despierta lo que irónicamente es algo mejor. Cuando se muere un paciente resultó ser un loco patológico, cuando amenaza es un actor mal atendido. Todos interpretan cuando la muerte les ofrece un coloquio. El DACC se apiada cuando le ofrezco a cambio mi molestia. Yo podría haber sido político, científico o normal, por suerte, me han obligado a vivir fuera de la sociedad. Como buen embustero, sigo mintiendo cuando anuncio mi mentira, porque así ustedes creerán que allí estoy diciendo verdades. Es la excusa del sincero asesino ignorar la hipocresía. La ironía en la aceptación de un arrepentimiento hace creer a quien la escucha que no hemos hecho lo que dijimos.

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Anunciar la responsabilidad deja la sinceridad solo en nuestro estómago, un tercero culpará al nervioso, que tal vez sólo tenga tics. En la inteligencia no hay ámbitos, no hay inteligentes en una materia y otros en otra; el inteligente es universal; tampoco hay jefes de estación que son inteligentes para una u otra estación pero no para la vedette de las estaciones (Echeverría); un inteligente es inteligente porque no tiene estructura o definición, un inteligente está en todos lados o lo podría estar; un inteligente es Dios, un inteligente es un superhéroe; un inteligente es el nombre araña. Entonces, ¿cómo podría decir yo que soy inteligente? Nunca salvaría o mataría a un desconocido sin sentirme apenado. La inteligencia es la ridicularización de la experiencia más la idea imaginaria. Entre ellas acaparan lo infinito. Hay tantas frases cursis que son el encanto de un presidente, hay tantas teorías complejas que son el aburrimiento de la vida. La simpleza muestra la diferencia entre el fracaso y la mediocridad. Mi amada se ha convertido en el estadista francés; se hizo cargo de una cartera ministerial en mi estómago, pero condicionando esto a que fuera mi madre la que asumiera toda la responsabilidad de mi estado. El principio de estado se ha alejado de ella y, sin embargo, se alista con convicciones no más que torpes. Yo no hago más que responsabilizarme de los actos de los otros; no pestañeo para que nadie muera. Lucho irreconocidamente contra la tragedia; soy el salvador del mundo entero. Caterina, el corazón existe quiera o no tu estupidez. ¿Qué responsabilidad has tomado? Sólo me volviste al vientre del que me alejé por un tiempo dentro de tus incapacidades in-arrepentidas. Cuando tu pena se convierta en dolor, volverás a mí. Te falta debilidad y entendimiento para llegar a entender la arrogancia de mi estómago. Tú puedes cometer un crimen pero te costará demasiado idearlo; yo por el contrario tengo el honor que un buen hombre pide a su mujer: la lógica y la idea ¿Qué te quedará a ti? Pronto te esfumarás pero naturalmente no te darás cuenta. Tu única virtud es que no dejarás que me vengue de ti; y a veces creo que es solo una virtud mía. El abandono lleva consigo esa carencia de reflexión que empeora su más allá. Ningún simpático tranquilizará mi decepción. Serás sólo una impresión en mis manos. Si hay malentendido en esto, me daré cuenta que jamás te amé. No eres tan buena poetiza

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para rechazar mi preocupación por hacerte feliz; en todo caso yo me volveré poeta luego de ti. Neptuno hará de ti un perro y no entender tu huída me ofrece el derecho a decirte te amo. Sé que tendrás aún mayor importancia mientras no te vea. Tu Dick evidenciará nuestro acuerdo cuando se aparte de ti. Eres cobardemente egoísta pero sin embargo creo que debes haber pensado mucho en mí para tener la valentía de acobardarte tan egoístamente. Yo no tengo emoción que palpar pues tú eres el espectador de mi estómago y yo, el espectador de tu emoción por él. Pronto estarás con Dios, pero no por amor sino por tu infame egoísmo.

Mis desgracias son parte de mis decisiones de adolescente y no termino de entender algunas de mis elecciones cuando me masturbaba todos los días. Ahora, resentido de aquel joven, trato de optar menos y le echo la culpa a mi indecisión de mis malas decisiones. A veces cuando estoy distraído creo poder tocarle los dedos a Dios y rozar entonces la inutilidad de la dependencia. Fallezco todas las mañanas por los celos que provocan mis suposiciones. Creo haberla imaginado desnuda tantas veces, y no puedo apartar de su habitación a los jóvenes de barba. La siento infiel en mis muñecas y repugnante en mis labios. No necesito una sobra de su saliva y no me conformaré con espiarla, sólo la vigilaré antes de que cambie de parecer de nuevo. Que linda es la música, ¿por qué la he dejado en estos días? Ella hace que quiera que me abunde la angustia para hacerme parte suya y alegrarme de mis pecados. Es sin duda, o por lo menos con la duda que siempre me invalida, la más útil y hermosa de las artes, si es que todavía queda alguna; y sin embargo preferiría perder mis oídos que mis ojos. ¿Qué elegirías tú, amigo mío: perder el oído, el habla o la vista? Yo, sin duda, el habla. No dejó de parlotear estupideces cuando me embriago. Y lo hago todas las noches, me enveneno de alcohol y me creo Dios, luego me despierto y me arrepiento de no haberme matado, porque haciéndolo acabaría con el cristianismo; qué tortura creer todavía en Jesús; qué vergüenza para

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Dios los seguidores de su único hijo reconocido, aunque yo nunca escuché a Dios aceptar su paternidad, ¿lo has escuchado tú, amigo mío? Viviendo o muriendo, estoy haciendo algo. Nunca me he intentado matar y sin embargo soy bueno actuando. Mis parientes no han sufrido más de lo que yo sufrí, así que no soy un abusador, no me traten como tal cuando recién empieza a prosperar mi desidia de cariño. Cuando envejezca, haré una lista de mis errores sólo para recordarlos y repetirlos, si me dan otra oportunidad. No quiero volver a fallar. Me revuelve el estómago cuando siento pena por él, y agradezco que mis dedos no viven en desgracia, sólo tiemblan delante de una mujer o cuando vuelven algunos de mis insistentes tics infantiles. Estoy creciendo y nadie me ha recordado que estoy perdiendo el tiempo, ¿me arrepentiré de no haber vivido como un estúpido mi adolescencia o agradeceré el encierro de mis neuronas para evitar las salidas banales de los sábados por la noche con amigos hipócritas que no me diferencian de sus remeras pintadas con la cara de un cantante de rock? No, no me sentiré mal cuando me abandonen por completo y no perderé de vista a quien cuando se aleje de mí me mire de reojo diciéndome “No puedo entenderte”: ¡Esa es la magia del rechazo al virtuoso! Acabaré con esta derrota para ganar por lo menos una mirada por la calle de aquella mujer que sólo te dejará el arrepentimiento obsesivo por no haberte acercado a ella en la parada del colectivo. Me pregunto cuántas mujeres he desperdiciado por el tartamudeo de mis piernas y cuántas me han dejado una repetida frase en mi frente: “¿qué habría pasado si tan sólo le hubiera hablado?”. Pues, no habría pasado esto, pero tal vez habría sido peor porque todas las mujeres a las que les recuerdo sólo dos detalles de su cuerpo eran más lindas que mi novia, y de seguro más inteligentes, capaces, sinceras, y no habrían durado conmigo. Ahora me ha vuelto a la cabeza el rencor por los novios de ellas y puedo sentir su fortuna por sobre mis esperanzas. O tal vez me habría golpeado la cabeza contra el poste de la parada de colectivo, por el tambaleo de mis piernas, y, aquella mujer, habría visto mi última sonrisa sincera.

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¿Quién me besará por última vez? ¿Será ella?, Dios, si me muero ahora mi novia será la última mujer que haya besado. No, no podría soportar eso en mi infierno, no es ella quien debe protagonizar un detalle en una cena de mi familia cuando me recuerden. Juro que besaré a mi hermana si es necesario antes de que una militante permanezca en mis resúmenes. No será bien visto pero ¿quién mejor que mi hermana para despedirme? El amor es un malentendido religioso. Aquel que comprenda a Dios, jamás volverá a amar. Temo descubrir que de nada sirvió amarla, temo creer que deshonraré mi poesía si no intento engañar a mi estómago. Sólo escribo porque no tengo memoria, sólo me revelo desde el silencio del desconocido. Tengo ganas de enamorarme de otra mujer pero quiero morirme más tarde, de viejo, y no podré sobrevivir otra histeria. No sé, pero soy capaz de matar a alguien y todavía no me creo una mala persona, más bien una persona que cree que otras no deberían vivir. Y no hablo de razas, hablo de cambios. No sé si dije mucho en esta carta, pero acaso ¿la leerá mucha gente? Qué me importa, que me lean no es más que una mala interpretación de mis episodios, no estoy sintiendo mucho cuando me propongo hacerles entender mi única salvación. Igualmente, dedíquenme un poema aquellos que se atrevan, así entenderé su repugnancia hacia mí. Odio los poemas, los escribo sólo para llenar espacios, no son más que indescifrables, mentirosos e histéricos. Solo las mujeres deberían escribir de esa forma para poder reconocerlas minutos después de conocerlas. La poesía es la guardia del arte. Soy un sofista sin poesía, ¿acaso soy alguien? Que alguien se apiade de ustedes, yo, por el contrario, nunca he reclamado piedad. Dejo de escribir por hoy, pero mañana empezaré a mentir. Que la besen, y ella se deje. Que le toquen los senos, y ella no se alarme. Que la desvistan, y ella se relaje. Que ella permanezca con los ojos cerrados mientras le recorren su cuerpo. Por lo menos, mi madre aún se resiste en vano junto a la pata de la cama del Cáncer.

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A, vestida 07 de noviembre de 2004 Se te murió el amor por mí, y yo quiero irme con él. Yo no intento ser un suicida bondadoso, pero mis fuerzas solo se reducen a una simulación, no tengo el valor para empujar con fuerza un cuchillo en mis muñecas, o seré demasiado inteligente para hacerlo o poco cobarde, pero sí puedo derramarme algunas gotas de sangre para asustar a mis parientes. Soy un aprovechador, pero sólo quiero asustarte para que me vengas a ver. No estoy bien, sufro mucho, me encuentro devastado e insensato, no quiero caminar, no me puedo matar y tampoco puedo vivir, entonces desorbitado trato de encontrar un término medio. Nadie me ha dicho que tendré que olvidarte, y me pregunto si eso es lo mejor. No pretendo olvidarte, no sé hacerlo tampoco, sólo procuro no extrañarte, no sentirte cerca de mi futuro, quiero odiarte, pero el odio sólo se me esconde y no es mejor que el amor; mis ojos en tus entrañas, con repugnancia o con cariño, no dejan de imaginarte y he entendido que no te olvidaré si continuo convenciéndome de que no vales la pena. He tenido que volver a hacer todas mis conductas y pactos desde que me dejaste y no te culpo por eso, te culpo por permitirme haberlos abandonado cuando me engañaste con tus promesas de adolescente histérica e irresponsable, torpes y sin proyección. Sinceramente, ¿me dejarás así? Gracias por todo, realmente te lo agradezco, pero no dudes que te pueda arrebatar una vena si continuas evitándome; te amo y te odio en segundos y, sin embargo, sigo rezando por ti, sin arrepentimiento lógico de una acción contraria, será porque cada vez creo menos en las oraciones. ¿No volverás?, aclárame esto, porque necesito entender si algún día te rozaré o si tan sólo terminaré idealizándote. Tu cabello que acariciaba tus pezones y no llegaban a deslizarse entre tus costillas, tus ojos que prometían cerrarse en una sonrisa, tu boca arrojando tu saliva al hablar de revolución aún no me dejan dormir y quiero disfrutar la noche pálida que azota mis ventanas en estos días, que creo no vivirlos adecuadamente. Es sólo que todas mis angustias han vuelto otra vez y su pregnancia en mi estómago es aún más fuerte que antes, y no creo poder soportarlo. Mi incumplimiento azotó mi estómago con filosos pactos. No te imaginas cuán loco estoy ahora, y por primera vez no quiero esta

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locura, no me simpatiza la angustia y me arriesgo a desafiarla, pero ella siempre se levanta al día siguiente. Me han recomendado ayuda y la tomaré, pero algún desprecio por la terapia todavía persiste para intentar engañar a quien me quiera o se vea obligado a colaborar con mi recuperación. Te habrás dado cuenta de que no estoy escribiendo con odio, hoy estoy asombradamente calmo. Étalon, ya te he olvidado, fue fácil, pero lo que he creado de ti se ingiere en mi boca y mancha de ácido mis labios; no creo poder, por ahora, matar a mi invento de ti. Aparición de nombres propios de personas en la normativa DACC. En este caso está prohibido decir oralmente o por escrito un nombre propio de persona nombres o apellidos. Directamente, está inaceptado pronunciar en forma oral o por escrito tan sólo una vez: (Quiebre) Pablo fue a la escuela (Quiebre), y aún peor es su cancelación si se repite tres veces. Ej: Pablo, Pablo, Pablo; sean los tres Pablos personas diferentes, es decir, aunque la imagen acústica en la cabeza de quien nombró tres veces aquel nombre sea diferente en los tres caso, el nombre se debe cancelar; la consideración como nombres propios iguales se determina, como en todos los demás términos, por su cadena de signos (salvo en los casos de barbarismos). Para cancelar su aparición prohibida y sancionada, se debe decir, luego de mencionarlo en la construcción, “directamente no es” se utilizará, en el código escrito, el quiebre antes de esta frase de cancelación sólo a riesgo de repetir algunos de los términos en ella sumados con los de la construcción del mensaje. En la oralidad, se recomienda emplear el quiebre siempre antes de una cancelación por nombre propio. Con esta construcción menospreciante anulamos el nombre propio mencionado; anulamos la falla y evitamos la tragedia. Si el nombre o apellido (el nombre y el apellido de una sola persona se unen para una sola cancelación: Lucas Moltrasio (directamente no es) se repite tres veces, siempre que se considere las palabras repetidas iguales con las reglas ya explicadas, la cancelación será con el uso de la siguiente frase: “directamente no es. TIT. directamente no es”. Así, agregando el TIT, dejamos a manos del DACC la consideración de la persona/s a quien/es corresponda/n ese nombre como merecedor o no de

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lo que pueda traer la falla y su cancelación. Con la intervención de dos construcciones canceladoras entre un TIT dividimos la misericordia de la falla entre el error de mencionar un nombre propio y el, aún peor, error de repetirlo tres veces. Veremos que la mención de un nombre propio no es una conducta generalizada, sino que la tragedia aparecerá en el estómago de quien lo menciona o en el estómago de todos aquellos a los que correspondan con ese nombre- en las conductas patrónicas se ven bien las relaciones que algo insignificante tiene con la tragedia- ; en cambio cuando un nombre se repite tres veces, la tragedia que soporta esa gracia se verá generalizada, es decir, la tragedia será para todos y cuantos quiera El DACC en el mundo. Por supuesto que se debe considerar la repetición de las palabras en riesgo por intensidad y planos mentales. Dentro de algunos casos excepcionales de barbarismos llamamos así a la aparición del sentido en la aparición de nombres propios, nos encontramos con los que se ubican en un contexto escatológicamente comunicativo no sólo como palabras sueltas correspondiendo a personas muertas. Es decir que si decimos un nombre o apellido dentro de una diálogo, comunicación o monólogo en donde su imagen acústica corresponda a una persona en particular que la imagen no sea solo las letras del nombre sino un rostro percibido, a un rostro conocido y al cual nos referimos, ese cuerpo que soportaba aquel nombre mencionado puede haber muerto o no. Por tanto, tenemos que saber si esa persona está muerta o no, porque en el caso de estarlo no sólo propiciaría conductas puras patrónicas, sino que también su cancelación, ya sea por decir el nombre o por repetirlo dentro de algún número inaceptado, será exigida por El DACC de manera distinta. Por ejemplo, en el caso de haber mencionado un nombre con la intención, acústica o comunicativa si no es que aparecen juntas de referirse a una persona en particular que está muerta, la construcción para cancelar la falla es “directamente no está y no fue” y en el caso de repetir tres veces un nombre refiriéndose a una persona muerta es “directamente no está y no fue. TIT. directamente no está y no fue” dentro de esta construcción, se recomienda prever los riesgos de intensidad y de planos; las cortadas “y” “ni / no” se deberán figurar para evitar el conteo dentro del número inutilizable 3. Ahora si decimos un mismo nombre tres veces, pero en las primeras dos nos referíamos a una persona muerta y en la última a una persona viva una misma cadena de signos con diferentes imágenes acústicas, el nombre

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se habrá repetido tres veces, pues la repetición de un mismo nombre se considera, primeramente, por sus cadenas de letras y no por su correspondencia; entonces, estaremos en falta por repetir tres veces un mismo nombre, pero, ante esto, se considera para su cancelación la mayor cantidad de veces que se repitió el nombre con cada intencionalidad. Es decir que, si se repitió dos veces el nombre para referirse a un muerto y una para un vivo, se cancela de acuerdo con el modo para anular el nombre repetido de un muerto. Cuando un nombre que se menciona no se refiere directamente a nadie y tampoco se tiene una imagen acústica sincera y precisa de algún rostro o esqueleto vacía, si es que esto es posible se lo considera nombre vivo. Entremos un poco ahora en los barbarismos de los nombres propios en el obsesivo: los nombres de personajes de películas, dibujos, series, libros, mitos y demás son considerados inaceptados tanto cuando se mencionan fuera de la pantalla o de la pantomima, y de las hojas o bases, como dentro de ellas. Quiero decir con esto que los nombres ficticios siguen persistiendo como verdaderos fuera de lo fantástico o irreal. Entonces, ¿cómo sabemos que un nombre propio de personaje se considera muerto o vivo? Tomemos por ejemplo la película Volver al Futuro II; si en la parte en que George está muerto, considerando la línea de tiempo que se les aparece paralela a la real del Doc y de Marty como la del espectador, mencionamos su nombre observando la pantalla, ya sea porque leímos en voz alta o en la mente su nombre de las letras traducidas abajo, o lo repetimos por haberlo oído, su cancelación será la de un muerto. Ahora, si mencionamos su nombre fuera de la película, mirando a otro lado o sin ni siquiera tener la televisión prendida, George se consideraría un nombre vivo o muerto, entendiendo que se refiere al George de Volver al futuro , de acuerdo con la imagen acústica de George y de su fondo fílmico; pues sabemos que en algún momento apareció vivo y luego murió, pero sin ver la pantalla lo podríamos considerar tanto vivo como muerto; entonces acudimos a la imagen acústica de la escena, a qué parte de la película nos apareció en nuestra maqueta cerebral. Los nombres de fantasmas se consideran muertos de acuerdo con la misma consideración de George qué imagen acústica de la escena percibimos; en caso de que hayan sido antes personas o se conviertan en ellas. Todo nombre propio que se refiera a “cosas raras”, que no sean lo que comúnmente llamamos personas son considerados también nombres

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muertos, si en la acústica fílmica están convertidos, ya sean monstruos, bestias, animales, robots, etc. Los nombres de los espacios dibujados son siempre muertos, a menos que sean retratos de personas aún vivas como espacios de personas: si yo tuviera mi propio dibujito animado sería mi nombre considerado vivo hasta mi muerte real y no ficticia; en cambio Peter Parker, en su imagen acústica como espacio de dibujo, cumple sus funciones como nombre propio muerto por que no existe realmente. Los personajes en libros que su imagen acústica no esté determinada por un medio visual temporal sino que aparezca de nuestra imaginación serán considerados siempre vivos; A menos, como en las películas, que estemos leyendo un libro y mencionemos un nombre propio de un personaje que durante esas líneas o capítulo esté muerto para el escritor. El caso de los seudónimos es bastante interesante para no decir irritante : cuando mencionamos oral o por escrito el nombre propio “Pablo Neruda” por supuesto estaríamos en falta y, sin quiebre, luego “Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto”, siempre y cuando la imagen acústica sea el rostro del poeta chileno en ambos casos, nos estamos refiriendo al seudónimo de una persona y al nombre real de la misma. Aquí la cadena de signo es distinta, pero la consideración de personas es la misma; entonces, nos encontramos con la excepción de los seudónimos aquí no aparecerían las conductas por desconocimiento, pues si no conocemos el seudónimo o el nombre real del escritor, al mencionar cualquiera de ambos no tendríamos la imagen acústica de su rostro; por tanto se consideran nombres propios diferentes. Siempre y cuando la imagen acústica sea de la misma persona, los seudónimos y los nombres propios de una misma persona se consideran iguales y repetidos. En este caso deberíamos cancelar de la siguiente forma: directamente no está y no fue (quiebre) directamente no está y no fue. Y al aparecer una vez más el seudónimo o el nombre propio sin quiebre entre las tres menciones, cancelaríamos: directamente no está y no fue. TIT. directamente no está y no fue habrá que tener mucho cuidado en quebrar mentalmente la construcción de cancelación para no repetir inaceptadamente la palabra en riesgo “no” en cada una de las frases entre el quiebre. Es decir que hubiéramos repetido un mismo nombre dos veces con el riesgo de hacerlo tres veces. En el caso de hacerlo dos veces se cancela mencionando la frase sin TIT y en el caso de

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hacerlo tres veces lo hacemos agregándola. Lo importante es saber que pertenecen a un mismo nombre y así se consideran acústicamente. Si nosotros mencionamos el seudónimo y el nombre propio desconociendo que ambos representan a la misma persona, no estaríamos repitiéndolo dos veces siempre y cuando las imágenes acústicas sean distintas; pero si la imagen del seudónimo “Pablo Neruda” lleve el rostro del poeta, pero la sensorial de “Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto” no contenga rostro legible, estaríamos allí repitiendo el nombre propio dos veces; pues la imagen vacía de uno de los nombres inaceptados, significa un incierto que, en caso de tener relación con el otro, El DACC consideraría el vacío como igual al rostro del poeta para este tipo de casos, como también para la consideración de muertos o una palabra con la misma cadena de signo que un nombre propio, tenemos la excusa de la conducta preventiva por desconocimiento. No sucedería lo mismo si ambos nombres propios con distinta cadena de signos encontraran sus imágenes acústicas vacías aquí no habría falla; debo conocer una de las imágenes acústicas para excusarme en el desconocimiento de la relación entre ambos nombres. En las sanciones de los nombres propios, aparece una particularidad que es una de las predominantes en el uso de las conductas por desconocimiento: ej: Nombre propio, Domingo: (Quiebre) Domingo va el domingo a misa (Quiebre). Se cancelan las dos palabras. Aquí aparece repetido el nombre propio “Domingo “, pero con dos imágenes acústicas diferentes; sin embargo su cadena de signos es idéntica, y no sólo eso, una de las imágenes sensoriales ni siquiera corresponde a una persona; es un día y entendamos que la imagen acústica no es lo que les recuerda esa palabra, sino ¿diríamos?... bueno, el significante sensorial o tan sólo un color con dolor de estómago preciso. Entonces, ¿al “domingo” en mayúscula se lo considera igual al “domingo” en minúscula? ¿O al revés? Al revés: toda palabra que tenga la misma cadena de signos considerando lo que ignora el DACC en la normativa: mayúscula, en este caso que un nombre propio se considerará un nombre propio. Por tanto, la palabra está dos veces en infracción como nombre de persona. Lo que ocurre en el uso de la conducta de desconocimiento es que muchas veces un adjetivo o un sustantivo o lo que sea que no es un nombre propio es, precisamente, también un nombre propio por cadena de signos; pero lo desconocemos. Con esta conducta impura remediamos la falla que podamos tener sin saberlo. Por ejemplo, yo me enteré hace muy poco

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tiempo que mi apellido tenía una definición de diccionario que se utilizaba para nombrar algo que no era mi persona. Entonces si mi nombre completo no fuera un quiebre, yo habría estado en falta cada vez que repetía mi gracia como si fuera una tabla de ejecución. El uso de los diminutivos y los engolosinados se consideran como los nombre enteros y son iguales a ellos en caso de corresponder en la cadena de signos diminutivos o engolosinados o en la imagen acústica: Gastón es igual a Gastoncito o a Gastonzote; No así sucede con las deformaciones varias de los nombres, apodos y con los nombres en otro idioma; por ejemplo, “Paco” no corresponde al nombre Francisco; “Pipi” no corresponde a Eugenia, en caso de que a alguna Eugenia le digan Pipi con la misma imagen acústica; y “William” no lo hace tampoco con Guillermo. Si decimos “Lu” en lugar de “Lucas”, se consideran espacios iguales, pero no será así si el “Lu” tiene una imagen acústica de alguna “Lucía”; si lo sería si el “Lu” se refiriera a “Lucrecia”, por aparecer un nombre masculino y su femenino (según la mama de Moltrasio, “Lucrecia” es el femenino de “Lucas”). Una piedad daccaniana importante es que un término que tiene la misma cadena de signos que un nombre propio diminutivo no se considera igual a este último: Pato (por el animal) / Pato (por el diminutivo de Patricia). Estos tipos se pueden utilizar previendo solo la repetición en las consideraciones de la normativa DACC, y forman parte de la piedad de DACC y de los rescates por metamorfosis. Los apellidos de madres con respecto a los de padres y a los nombres de hijos se consideran iguales en tanto la imagen acústica sea la misma. Por último, si deformamos levemente un nombre propio asimilándolo con otra palabra o simplemente degenerándolo se lo considerará nombre de persona en tanto la imagen acústica metaforizada sea la de la persona a la que se alude: Daly / Dalí; se deforma la última letra y se tiene en cuenta la intención metafórica; si se quiere oscura o burlescamente nombrar al pintor o si se refiere a un año de pérdida de salud; Lucas / Luchius; la degeneración se considera igual al nombre propio. Por último, si le agregamos una palabra o parte de ella a un nombre propio cortado, se tomarán ambos términos como iguales: Batistuta / Batigol. Se verán en las conductas del ojo del DACC algunos casos excepcionales para considerar un nombre propio igual a otro, con distinta cadena de signos e imagen acústica transformada. Por el momento diremos que en Pablo Neruda / Pablo Picasso, se repite dos veces el nombre de pila por cadena de signos; Pablo Neruda / Ricardo Eliécer

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Neftalí Reyes Basoalto: se repite el nombre propio de persona dos veces por seudónimo y por imagen acústica en caso de que una de ellas esté vacía, se utiliza las conductas por desconocimiento; Johannes de Silentio / Vigiluis Haufniensis: se repite dos veces un mismo seudónimo; si ambos seudónimos están vacíos, no se repiten los términos por falta de reconocimiento; Lucas Moltrasio / Prato: se repite dos veces el nombre propio por misma imagen acústica materna. Joyce / Dedalus; no se repite por personaje o uso de apodo. Soren Kierkegaard / A / B / Judge William: no se repite ningún nombre propio por imágenes acústicas vacías sin cadena de signos iguales si se desconocen el nombre y los seudónimos; no juegan aquí las conductas por desconocimiento por ser diferentes sus cadenas de signos. Castor /Simone: no se repite dos veces el nombre por piedad del DACC de desconocimiento vacío en ambos términos dentro de un mundo sin histeria; o tan sólo por apodo y nombre. Por último, tenemos dos nombres para una misma persona, pero para dos personajes considerados diferentes: por ejemplo, Mr. Hyde y Dr. Jekyll; aquí nos encontramos con una misma persona con dos personalidades o con transformaciones tan diferentes que se entienden como dos personajes. Entonces, ¿debemos considerar a los dos nombres como iguales? Sí; pero a un nombre se lo considera como vivo y al otro como muerto (entendiendo que Mr. Hyde es un monstruo y no una persona, y Dr. Jekyll está vivo; ambas consideraciones de acuerdo con su imagen acústica fantástica o reflejada: imaginando un libro o recordando una película o foto (para muchos El minotauro es más humano que bestia; y Gregorio Samsa es sólo un soñador y no un insecto); y cuando una persona se transforma en una cosa rara su nombre se considera igual al otro nombre no convertido, y varían tan solo por su consideración de nombre vivo o muerto. ¿Será Robert Louis el mismo nombre propio de persona que Edward o Henry? Robert Louis será sólo el mismo nombre de persona en tanto su imagen acústica sea la misma que la Mr. Hyde o Dr. Jekyll. Ahora si la imagen sensorial de Robert Louis es su rostro y la de Mr. Hyde, la de algún monstruo, ambos nombres propios serán considerados diferentes. Por esto Lucas quiere pegar una foto mía en estos escritos; para que mi nombre no proyecte su rostro pálido. ¿Y en los casos de autores, personajes y personas reales que llevan el nombre del personaje sin ser esa persona el personaje?: Alberto es el mismo nombre propio que Reyes, en cuanto ambas imágenes acústicas sean la de Alberto; ahora si

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la imagen sensorial de Chiquito Reyes es la del rostro del amigo de Alberto, ambos nombres serán considerados distintos. Entonces, el apellido Borges es igual a Reyes, en tanto su imagen acústica sea la de Alberto, como en la de Reyes, y no la de Jorge Luis. Veremos otros casos de personajes en las conductas de los ojos que serán considerados para la normativa de los nombres propios. ¿Cómo considera El DACC a sus propios miembros? Dios, Angustia, Culpa y Cáncer son maneras de nombrar a alguien que jamás se ha visto, sin ser ellos personajes mitológicos o inventados. Tanto los miembros del DACC como el Diablo son lo que llamamos muertos que jamás han vivido; la Angustia, la Culpa y el Cáncer son “enfermedades humanas”, pero aquí las llamamos “Humanos enfermos”; y todos sus agujeros están bordeados tanto por una cadena de letras como por un color y un número; la relación con el enfermo es la línea que los atraviesa. Sus bordes son nudos en mi estómago, no son apelativos en una charla. La jerarquía de los miembros del DACC hará de ellos una conmemoración al nombrarlos: cada vez que se mencione cada uno de ellos se hará repitiéndolos dos veces más. Es decir, que sus apariciones por separado vendrán triplicadas. (Quiebre) Sonríe, Dios, Dios, Dios te ama. (Quiebre); y jamás deberá aparecer un nombre propio de persona pegado, antes o después, de un miembro Daccaniano; ante esto se deberá quebrar sin importar la ausencia de palabras en riesgo en los escritos: (Quiebre) Sonríe, Dios, Dios, Dios, (Quiebre) Romina y Lucas te aman. (Quiebre). Estos quiebres necesarios cumplen con las mismas virtudes en el conteo general de quiebres. Con respecto al Diablo, se tomará como un nombre propio, respetando las consideraciones en la normativa DACC de los nombres completos: como príncipe de los ángeles arrojados al abismo, representante del espíritu del mal; como persona que tiene mal genio o es muy traviesa, temeraria y atrevida, muy fea, astuta y sagaz, que tiene sutileza y maña aun en las cosas buenas; como instrumento de madera con varias muescas, en el que el jugador de billar apoya el taco cuando no puede hacerlo en la mano por estar la bola muy distante; como ángel rebelado; como locución “qué diablos”; como demonio, uno de los tres enemigos del alma, espíritu que incita el mal, hombre soberbio, encolerizado y maligno. De la bifurcación del Diablo, se considerarán término iguales a él al “Demonio” y a “Satanás”. “Lucifer” queda excluido,

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por la piedad del DACC, de ser espacio igual al Diablo, pero se toma como nombre propio. Volviendo al DACC, “señor” cuando es un título que se antepone o no al apellido será excluido de las fallas por nombres propios; pero cuando denote, con mayúscula inicial, la presencia de la D del DACC se verá negada en su mención como todo nombre propio, pero sin compartir las jerarquías de los miembros del DACC. La Culpa no es una imputación a alguien por algo ni la omisión del sentimiento de responsabilidad, es una mujer hermosa y joven con mayúscula inicial. El Cáncer no es la proliferación en el seno de un grupo social de situaciones o hechos destructivos, ni un tumor maligno o signo zodiacal; ni mucho menos un portero severo y brutal; es un hombre joven con una larga cabellera azul. Con respecto a la angustia, ya hemos dicho mucho, no es un temor opresivo, es una vieja en silla de ruedas apareciendo y desapareciendo en nuestros estómagos. Por todo esto, los miembros del DACC son personas o invitados a cenar, con nombres sin apodos ni sinónimos no es lo mismo Angustia que ansiedad; Culpa que responsabilidad; sí con diminutivos Diosito es igual a Dios, pero con más ternura, y sus apariciones se consideran en la jerarquía de su relación con el enfermo. Aclaremos por último que las invenciones de nombres abstractos para bordear un miembro del DACC o un Diablo características u ocurrentes no serán consideradas como espacios iguales con los cinco miembros explicados, pero sí se verán como nombre propios ficticios, inventados o inútiles dentro de las leyes de la normativa DACC: serán las ironías o parodias de ellos: Zeus no es lo mismo que Dios; Angustia no es lo mismo que pirámides étalon; Culpa no es lo mismo que bola oculta; Diablo no es lo mismo que Mefistófeles. Comprendo que tanto Dios como El Diablo, la Culpa, la Angustia y el Cáncer son también invenciones ocurrentes, pero los miembros del DACC son jerárquicos y los espacios iguales del Diablo son sólo “demonio” y “Satanás”. Me olvidaba, por supuesto que “Jesús” o “Cristo” no es el mismo espacio que “Dios”; se consideran sólo como nombres propios distintos. Estas ironías mantendrán el valor de una imagen acústica distinta a las del DACC y el Diablo, aun cuando sean las mismas o similares.

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El uso de la sigla DACC no se considera el mismo espacio que todos sus miembros por separado, ni tampoco pertenece a un nombre propio. Sólo se respeta la repetición dentro de los números inutilizables como palabra. La sigla se toma como un término entero con su cadena de letras. TIT/ tal vez infinitamente tal vez; no son espacios iguales. Con respecto al “Otro”, tampoco es el mismo espacio que el DACC o que sus miembros dispersados. Sólo se toma como adjetivo en todos sus usos con sus respectivas normas Daccanianas. Y a partir de esta última palabra, ningún término derivado de nombres propios será considerado como tal: Jesús / jesuitas, Freud / freudiano; son distintos entre sus derivados. Recordemos, por último, que en los quiebres de vivos y muertos aparece una cortada por asimilación con un coordinante copulativo, por tanto se debe, dentro del quiebre, mencionar la figuración de la cortada: “directamente nada insólito es”. Aparecen dentro de mis andares cotidianos ciertas particularidades con respecto a la normativa DACC de los nombres propios de personas que he, tal vez, evitado nombrar aquí o que tan sólo no recuerdo ahora la ocurrencia generada en mis acciones. Seguramente ustedes podrán cuestionarse algunos detalles y ampliar el espectro de palabras inaceptadas de acuerdo con las reglas pactadas y con las variedades del mundo; por tanto, les dejo aquí mi dirección de mail para que me envíen sus dudas y ocurrencias como verdaderos espectadores obsesivos que somos todos y cada uno de nosotros. Ejercicio “A Ivis le decimos Salo, él y la pipi, que es Eugenia, se fueron a vivir juntos a Chavez. Con Marce y Mari Paz, que llevan de novios más de 7 años, viajamos de vez en cuando para allá; pasamos por Azul para que Pato nos lleve en auto hasta lo de Ivis y Euge, así no nos sale muy caro. A veces viene Vero, cuando está en paz con su trabajo. Funes y Marcela, por ahora, nunca vinieron. Ni hablar de Caro. Por las noches nos quedamos viendo “Álvarez y Borges”, y “Rogelio Roldán” del programa de Olmedo, o jugando al TEG hasta las siete de la mañana. La Pipi siempre se enoja porque entre los varones hacemos pactos conspirativos contra la paz de su misión”. Espero que viajemos algún día a España para visitar a Juan.

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¿Cuántas faltas por la normativa de los nombres propios aparecen en el texto? ¿Aparece algún nombre propio que se repite dentro de los números inutilizables? Calculo que por hacer esta pregunta, debe aparecer alguno.

A la terapia ¡Ojo conmigo! ¿Tendrá, usted, un método aplicable a mis intenciones? ¿Podrá lavarme el cerebro lo suficiente para que yo desista de la idea de idear? Porque tanta imaginación requiere aún más de ella, mucho más. ¿Está, usted, capacitado para rogarle una recuperación a mi anticuado estómago? ¿Sabe la diferencia entre cerebro y estómago? Interrogando en mi pasado no logrará más que repetirme un sufrimiento que acarreo sin intención de arrebatarlo. No pretenda culpar a mi feto de todas mis presentes emociones. No querré difamarlo, pero sí quiero que entienda que me burlaré de usted si intenta operar a mi imaginación. ¡No dejaré a mi imaginación!, no le seré infiel. ¿Acaso entiende correctamente quién es El DACC en mi vientre? ¿Realmente puede creer entender qué es la Culpa para un cristiano confundido? Un cristiano es una excusa, un cristiano confundido, un eterno arrepentido. No estaré muerto a menos que sienta en mi hígado un calmo suspiro de perdón. ¿Quién me lo dará?, no espero saberlo, sólo espero recibirlo con los ojos cerrados. Mi salud no es una opción. Mienta conmigo y nos llevaremos bien. Ah, no crea que no lo investigaré antes de divertirme con usted. Ni usted, ni mucho menos los intelectuales histéricos lograrán enterrarme con la boca sellada. A su salud, morderé lo que me tire entre los dientes, pero no crea que eso detendrá mi sueño. Sólo deja debajo de mi almohada un pañuelo de lino. Seca mi sudor en cada sesión, que la tela estará doblada en dos: tendrá mi estómago y mi cerebro cuando se recuesten con usted los locos verdaderos. Yo soy la receta de lo que me come y debo volver siempre a ella para que mi existir no devore los huesos de mi esencia.

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A la chica que me dejó, desnuda 01 de diciembre de 2004 Tu cuerpo revolcándose con otra piel, tus labios lamiendo la cabeza de tu barbudo Dick cuando tu cabello le impide ver tus ojos cerrados mientras tu saliva la recorre; tus costillas a punto de quebrarse por los saltos son sujetadas por sus manos dándole aún más impulso; tus piernas contraídas lijadas por el colchón sudan tu propia promiscuidad. El olor de tu vagina se siente en los dientes de él cuando se muerde las uñas; sus sudores se entrelazan por sus brazos y tú te acaricias tus labios con la lengua gastada y llena de pelos, te das vuelta, apoyas tus manos en la almohada alzando tus hombros hasta las orejas, te relejas y liberas tu hoyo más alto, gritas y pides más saliva en tus vértebras. Penélope ha dejado de tejer y falleciendo de celos irá a buscar a Ulises “¿Por qué le interesa tanto salvarla?”, se pregunta; la pobre tiene más imaginación que yo y se le explotará el estómago, “Lo prefiero muerto que infiel”. ¿Y yo qué debo hacer si mi imaginación no deja de enloquecerme? ¿Aplaudir? ¿Explícame tu revolución antes de que te sorprenda con otro distinto? Un hombre con imaginación puede hacer de los celos un arma no sólo para su cabeza, sino también para la de su mujer. No dejes que los celos hagan de mi imaginación un incesante deseo de matarte. No creas que no me animo a hacerlo, puedo matarte a ti y a todos los de tu partido antes de que tomen lista en sus manifestaciones. No te asustes, no pienso matarte todavía, solo te has acostado con uno, pero piensa muy bien cuando lo hagas con el segundo porque allí sí que enfureceré, si lo haces en menos de 9 meses de dejarme. Entiendo tu fascinación por la revolución, hay muchos cuerpos fáciles para abrazar y apretujar en tu trasero. No te juzgo, eres sólo fácil. ¿Por qué eres así? ¿Tu madre no te enseño a elegir uno? No tienes que sumar en tus paredes militantes para cumplir con las tareas diarias del partido. Solo descansa algunos días y no metas en mis sesos más jóvenes empujando tu cabeza contra los azulejos del baño de tu facultad. Me disfrazaré del palabrerío que te enjabona la espalda y te violaré para que al día siguiente lo rechaces. Pero tal vez te guste y lo violes tú a él cuando ya no seré yo el suertudo. Le terminaré haciendo un favor a tu reciente amante por un plan shakespeareano, pues yo no violaría a nadie a menos que

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tuviera algún disfraz. Maldito William, me has dado un plan que me llevará a la tumba como a tu estúpido Romeo. Mi novia es el patrón de otro, es el patrón sincero; me angustian los desechos de su piel, pero he acabado con el arrepentimiento de haberla engañado en mi cerebro. Mi infidelidad se ha curado; su desprecio despierta algunos patrones que he retrasado en las tierras fenicias de mis últimas succiones. Será por antonomasia la resurrección y la huída al cielo de mi madre. Yo sé que puedo, puedo arrebatarte de la hipocresía de tu aposento y desvirgarte... ja. No, en serio, prepara tu bolso que te iré a buscar para dar una vuelta y en una esquina te acribillaré, así de fácil como lo eres tú; devoraré tu vientre antes de que se te hinche con otro idiota social. No me dejes solo, los celos terminarán de matar mi comprensión y te cortaré el hígado cuando mis recuerdos me hagan caminar hacia la conglomeración de inútiles en la que estás. Algo que me irrita es verte tirada en tu cama dentro de mis quiebres sensoriales, acompañada, fumando un cigarrillo después del rodeo, verte amarrarlo de la mano por la calle, besarlo delante de otros con una sonrisa, entenderlo, admirarlo. Cuando me dejaste aquella noche, después de darme esa nefasta carta de despedida, me dijiste que aún me admirabas. Pero tú no dejas de admirar a cualquier idiota que copia una frase de algún libro que se supone te hace inteligente con tan sólo nombrarlo y sin siquiera leerlo. Has perdido la emoción que otro puede sentir cuando lo admiran, porque no tienes evaluación, discrepancia o distinción; si admiras a aquel muchacho tu admiración es lo más accesible para los que te tienen cerca. Tu admiración ha perdido ya la satisfacción que escupe al admirado. Cualquier gesto te emociona, has de ser muy feliz, ¿verdad?, pero nadie te escuchará. Eres la torpe que se sobresalta tanto con la virtud como con la mediocridad escondida en la imitación. Eres la falsa sabiduría de mi teatro. Creo que te he inventado en la superchería de mis sesos. Mi desgracia fue tu accidente. Tus vómitos aún no trazan la línea recta de mi nudo. El lamento del solitario es el reproche al mundo; el dolor en la soledad es la auténtica responsabilidad de los otros que no acompañan. Me has hecho muy triste, mujer, y más que pactar mis

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caídas no sé qué otra cosa hacer. No creo ya poder hacer algo para recuperarte y sólo digo esto porque ya no existe lo que quiero recuperar. Has sobrepasado la estupidez y tu única inteligencia ha quedado en el filo de aquel cuchillo que perfora mi ombligo para que aún me convenzan mis neuronas de que debo seguir buscándote, y no puedo reclamarte algo que tú ni siquiera recuerdas haber tenido. ¿Cuándo te trasformaste en lo poco que eres? Te levanté de la tan latente mediocridad que latía en tu corazón y logré convencerte de que servías más que muchos otros, y cuando por fin lo creíste yo dejé de serte útil. Ahora me río con los que te miran con burla y te confieso que todavía no estabas lista para irte. Te engañe, no eres lista y menos lo serás metida en esa jaula de androides; no eras una artista, sólo ahuyentabas mi mal humor. Yo admito primero que te amé; te ruego hacerlo tú también, porque de lo contrario no podré jamás existir en un amor desgraciado, ¿Y cómo lograré salir de él? Sólo burla el amor, no lo albergues, has ruido cuando sea necesario, y saldré ileso por tu compensación. Algunos dicen que sufro en retraso. Que hoy lloro la muerte de mi madre, que no te amo a ti, sino al mundo que me golpeó años atrás. Desgraciado soy que mi amor depende del mundo, que me enamoró el Cáncer de una mujer y que sólo camino en cámara lenta. ¿Acaso sufrimos con demoras? Pero cómo hiere el presente sin carne, aquel cobarde que no aparece y que espera que el pasado le ofrezca el cuchillo que azotará a mi estómago. Cambien mi pasión por otra, pues cuando el amor se vaya, querré seguir hablando. Sé que he acumulado el llanto para un momento menos doliente. Como un perfecto mártir, tengo la certeza de que no me entenderán sin antes revolver mi infancia. Me verás matarme interminables veces, pero jamás verás mi cuerpo paralizado y sólido. No intentes encontrarme muerto después de mis tantos suicidios. Sólo percibirás un despiadado engaño en mis venas. Soy tan mentiroso como cobarde, y no dejaré de pensar por tu histeria; más vale que me creas un monstruo antes que perder el dolor de estómago por volverte a ver.

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1 de Febrero de 2005 Estoy golpeando la puerta de la posesión demoníaca recordando mi último exorcismo, aquel que no me resultó como recurso espiritual-terapéutico. ¿Quién ha dicho que mi enfermedad me ha arrebatado mi libertad y despedazado mi vida? Claro que me ha forzado a reducir mi sorpresa cotidiana y me ha naufragado al encanto del encierro, pero estoy en contacto con los que me rodean o intentan hacerlo. Deben entender que cada día les estoy salvando la vida sin pestañear o sin repetir inaceptablemente palabras prohibidas, y aún no he recibido consideración de nadie. ¿Cuán libre puedo llegar a ser si tan sólo sin pestañear evito mi muerte o la de ellos? El arrepentimiento contrae la acción que reprime el sujeto; mis actos enfermos son mis respiros estomacales de lo poco que queda de libertad en la civilización. Las personas mueren día tras día y yo con una simple conducta repetitiva me ubico entre los inmortales invalorados. ¿Quién tiene más libertad que yo? ¿Quién tiene la libertad de posponer segundo a segundo su propia desaparición? Tengo el absoluto control de mi muerte y aún así los que mueren, sin darse cuenta, me quieren tirar pastillas en mi boca podrida. No me hablen de libertad cuando no pueden siquiera prever su muerte o aniquilar su angustia sin la preservación de la salud o sin un médico intelectual de traje detrás de sus divanes, ¿han traído efectivo? El psiquiatra es el enamorado de tu trauma más lindo. Nadie quiere a un obsesivo grave; si necesitan desafío, buscan perder el tiempo con alguien menos libre. Cuando crean que terminaron con un obsesivo, entonces no habrán llegado a nada. No conozco un solo psiquiatra que no se haya divorciado. Y de cualquier forma todos seguirán muriendo y angustiándose en todos los estúpidos desafortunados eventos banales que rodean sus odiosas incertidumbres. Y soy yo quien tiene dudas, por Dios, sus histerias terminarán matando mi libertad. He llegado a la libertad con aquella obediencia que sufro las veinticuatro horas del día y a la cual le estoy agradecido. No han entendido que no busco ayuda porque no estoy esclavizado, y sé muy bien de lo que padezco, y creo, con fuerza pura en mi estómago, que los descuidados son ustedes. Hace años que mantengo mi carne activa sin ayuda externa y sólo me presentaré ante la ciencia de las demoras por petición conmovedora

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de mi padre, y la angustia sabe que él es mi persona más querida, y no espero que entienda que mi libertad se verá en peligro cuando me diagnostiquen la basura de enciclopedia que desglosa más pérdida que bienestar. Padre mío, controlo mi enfermedad, controlo mi angustia y no disfruto la vida, pero, como controlo mi muerte, viviré tanto tiempo que me cansaré de disfrutar la vida tan sólo para no odiarla más. Mis ideas son verdaderas, no son falsas, y enterado estoy de mi enfermedad, me doy cuenta de que tengo un problema, pero ¿quién no? Tampoco tengo que ser un llorón y pedir piedad para mis músculos. Sólo creo que un enfermo está correcto y no creo que mis ocurrencias sean más falsas que las mujeres. Y en una mente creativa, las bifurcaciones pueden ser infinitas y constantes, y agraciado soy de ser un hombre con imaginación, y por consiguiente, libre. Yo por suerte, aunque es la menor carga de la angustia, no sufro de ansiedad constante, ella es la emoción descuidada del histérico y yo rechazo la estupidez, aunque miento en esto, pero me siento una niña o un actor corporal diciendo que soy erróneamente sensible; prefiero decir que sólo pienso y padezco de incertidumbre, pero no la de un histérico. La duda en el ansioso convoca histéricos, la duda con el arrepentimiento atrae libertades compulsivas; sí, me dedico a aclarar que todo lo que yo mencione es juzgado por Diosito y, por consiguiente, no es preciso y pertenece a mis dudas del habla y del pensamiento. Si Diosito me juzga, de nada estoy seguro, y eso me mantiene vivo y libre, pero si los grandes estúpidos, que son ustedes, se atreven a desmentir una sola de mis ocurrencias, los haré quedar muy mal entre sus novias. Ah, por cierto, ninguno se atreva a citar la frase “Pensamiento mágico”, yo sólo siento las quemaduras de lo real por los demás y me he tomado tiempo para apagar el fuego dentro mis primeros signos de imaginación. Nada de lo que yo hago es mágico, y mi pensamiento ayuda a los ciegos que no pueden ver su decaimiento sujetado en mis manos; así que si esto lo consideran mágico, un abrazo a un amigo triste lo es también. No tengo poderes divinos, son sólo responsabilidades y parece que ustedes quisieran morir todos. No tengo ningún deseo de parar este comportamiento y prefiero continuar enfermo, uno nunca puede saber cuando la desgracia “tocará a la puerta”. Creo que es moralmente correcto seguir

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comportándome de esta forma, aunque en todo lo que haga me abunde el TIT. Actúo por aparición y desaparición de la angustia y es todo lo que diré sobre esto. Yo me aseguro que estoy autorizado a permitir y enaltecer mis conductas por desaparición y aparición de mi angustia; no se atrevan a confundirme con la capacidad pactante de mi madre. Aún no. El DACC es mi benévolo tumor reciente. Por último, a mi futuro doctor, a mi científico de las demoras, lo saluda su próximo usuario, y debo decirle que mis intrusos no han cambiado mi vida, de hecho han nacido a mi lado como una epidemia cuando asomé la cabeza, y por esto, si te atreves a alterar mis conductas, te nombraré a ti, compañero sano e intuitivo interesado en mis desventuras, mi único y primer intruso. Por cierto, tenga mucho cuidado cuando intente curarme, porque soy un excelente tramposo. Cuando me presente a usted, le narraré mi inconsciente para probarlo: ¿Me dirá que mi problema es lo que conozco o lo que le narré? No busque siempre el plano contrario en la ciencia de las demoras; las mentiras se evalúan midiendo el tiempo de felicidad del estómago menos su tiempo de decepción. Mi enfermedad no es más que una invención científica para quitarme mi poder. Nadie quiere un superhombre, todos le temerían. Ella solo se Artaud de mí, no hagamos una tragedia antes que todos estén a salvo. Merecido lo debo tener, ¿o no?

Carta ¿Alguno entiende lo que es tener que volver a hacer todas mis conductas pactadas? Y sólo por la confianza de una mujer y luego por su histérico abandono. ¿Acaso no fue ilícito su comportamiento? ¿Por qué nadie la encerró? ¿Por qué me quieren encerrar a mí? No se puede entender a alguien como histérico en una ruptura, porque solo está dejando de amar. Yo habré sentido la inevitable histeria que obliga en el malentendido la deshonra de quien abandona. Pero dentro del intento catártico de mi estómago rechazado, diré hoy que dejar de amar es una acción estomacal histérica; y dentro de la cabeza del histérico, la memoria incriminará

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al histérico por su falta de arrepentimiento; y con decepción inmutable, jamás podré vengarme. Solo quedará en mí la memoria que capacita a todo obsesivo al pacto. Hoy me pregunto, ¿debo querer más a una cuñada que a una novia? Pues, ¿quién me asegura que veré más tiempo a mi mujer que a mi cuñada? Yo confío más en la capacidad de enamoramiento eterno de mi hermano, que en la mía. ¿Entonces? Tal vez el amor no debe entenderse como tal, sino sólo como una delegación de sentimientos estomacales. Delego a mi hermano mi amor por una mujer, y no pretendo amar a quién me enamora. Quizá debo esperar a que mi hermano forme una familia para confiar en una mujer, tal vez el amor sea la decisión de otro y el odio se reserve sólo para mi consentimiento y mis malas decisiones. Entonces, ¿quién debe ser mi próxima étalon? ¿Mi cuñada?, pues madre no tengo y a mi hermana, a la que tanto amo, estoy hermosamente obligado a amarla. Qué vergüenza lo que estoy diciendo, pero ya carezco de orgullo y jamás repartiré respeto, soy tan poco capaz de hacerlo como de abrazar a un sacerdote. Estuve meses sin ofrecer ninguna de mis conductas pactadas a Dios, a la Angustia o a la Culpa, y los menosprecié por una mujer que jamás volveré a ver y que moriré recordándola invisible. Tuve suerte de que nadie murió en ese lapso, y mi castigo no sólo será mostrar a mi mujer hipócritamente histérica, sino que será también resarcirme de mi mal nombramiento con dedicación y sacrificio. He vuelto a ofrecerles el sacrificio que manché de imperfección y jamás sabré si me perdonarán, pero continuaré creyendo que será útil para calmar mi viejo y mi nuevo dolor. He triplicado las creaciones y eliminado la subconducta patrónica. He sumado espacios naranjas y embarazadas. Las interjecciones se han convertido en cortadas, y El Cáncer vive muerto amenazándome mientras viola a mi madre. Las impurezas inmorales han dejado de resguardarme. Ya no existe étalon para pactarle que la desgracia y la culpa no vislumbren, con nuevas máscaras, sus rostros, y he decepcionado al Otro de mis pactos y, endeudado, debo pagar con mi estómago perforado. Entiendan que mis conductas oscurecen lo trágico de mi vida y, a partir de ellas, no queda más que desesperarme. La religión ya no me alivia, me ha amenazado y se ha transformado en la deficiencia

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del consuelo que incrementa mis invenciones. Sólo me salvaré cuando mi culpa signifique aún más. Ah, creo que mi doctor prefiere medicarme que dedicarme su capacidad y estudio. En solo días, mi vientre parirá no sólo arrepentimiento, sino también drogas para inteligentes y tristes. Júzguenme de otra manera, más heroica y melancólicamente, porque esta noche empiezo a tomar el Midax y espero que pronto me vuelvan a reconocer.

Cada una de las funciones propias de la lengua hablada y de la lengua escrita intervienen de manera diferente en los riesgos de las conductas prohibitivas de la normativa del obsesivo. En la lengua hablada se utiliza un canal oral que dividimos en dos clases: el canal oral con sonido y el canal oral mudo. Con el primero me refiero a la lengua hablada con sonidos, la cual, por lo general, cumple una función comunicativa inmediata; en otros casos el obsesivo puede gritar en soledad. Que esta función sea espontánea perjudica el correcto desempeño del enfermo en cuanto no repetir palabras o cortadas; el circuito de comunicación en emisión de sonidos no sólo es propenso a la impulsión de la palabra, sino que también le da al emisor la posibilidad de rectificar lo dicho y por ende repetir términos que aparecerían en falta. Sin embargo, es de las dos clases de oralidad la que más control tiene, puesto que con sólo cerrar la boca ningún término se puede repetir. En el canal oral mudo, las palabras son impulsiones en silencio o preceden la impulsión con sonido, pero con una menor predeterminación que en el canal oral primero; por tanto el control del emisor es pobre durante la repetición espontánea como durante la interpretación del significado de cada término; pero es, sin embargo, menos propicio a una rectificación. Estos dos códigos orales aumentan los riesgos en las conductas de normativa con la extrema participación de los signos no verbales, la entonación, las pausas, los cambios de ritmo, los gestos y los movimientos corporales; estos paralenguajes interferirán de manera riesgosa en las sanciones de las palabras por el uso de las intensidades y las conductas corporales. En la lengua escrita se emplean signos gráficos que son autónomos y casi nulamente espontáneos; la falta de interacción

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predetermina la repetición de palabras en un escrito y la ausencia de los paralenguajes de la oralidad disminuye el riesgo en las conductas de normativa, por su latente carácter ritualizado. La lengua escrita tiene dos problemas esenciales para convivir con las conductas del obsesivo: su canal y su dimensión notacional. Al establecerse mediante el canal visual, el lector del texto me refiero al escritor que cuando escribe lee o menciona palabras anticipándose al escrito sufrirá todo los riesgos de la oralidad, ya sea con sonido o muda; y su tipografía y ortografía constituirán una de las atenciones más sobresalientes en un lector obsesivo. El enfermo se basa en una sola relación: en la linealidad del signo. Cada término despierta en el estómago del obsesivo un valor único por la presencia de otros signos en la cadena; los signos se suceden unos a otros, y esta relación le da el valor a cada palabra en presencia de cada uno de sus signos. En las conductas de normativa, una palabra se considera repetida cuando su valor lineal de objetos es el mismo en cada sitio o término mencionado; cualquier valor semántico o gramatical o cualquier relación asociativa están excluidos de la consideración de igualdad entre términos. No se permite la arbitrariedad del signo como lengua lúdicamente mutable; nos referimos, por lo contrario a la inmutabilidad del signo en el habla. No se busca relación entre el signo y la idea, aparece el sin sentido lo realmente puro; mucho menos está ligada la cadena fónica de una palabra con el significado de otro término (por ejemplo, si escribo o digo “hartó” no será la misma palabra que “Artaud”, pues el carácter lineal de un término es diferente al del otro). Que una palabra designe la misma idea o cualidad de sentido que otra linealmente diferente, no transforma a ambos términos en iguales. Que una palabra tenga la misma cadena de signos que otra que designa ideas o sentidos diferentes, provoca que se consideren términos iguales. El obsesivo interpreta, sólo en los canales orales, el significado que extiende el significante con su carácter lineal, la cualidad del sentido, pero no el sentido del otro, cuando el sonido de dos términos es igual. Es decir, que, sin tener un canal visual, el enfermo debe saber que al decir “hartó” dispara un significante distinto que “Artaud”. Pues así sabrá, ante una repetición, qué término está en falta o cuántas veces repitió cualquiera de ambas palabras con plena conciencia de su significante. Esta interpretación de significantes ante una cadena fónica igual se tiene mucho en consideración

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a la hora del uso del canal oral mudo, pues en este canal la palabra puede aparecer con significaciones simultáneas en varias dimensiones; en la mente, el significado aparece sin intervención de un circuito comunicativo específico, y por ende la consideración del término participa con fuerte ambigüedad. Pero lo que imagina no es el sentido de complementariedad con el otro, sino sólo la cadena de signos escrita que concuerde con el dibujo en la imagen acústica Lo que se busca como primordial, tanto en la oralidad con sonidos o muda, cuando la cadena fónica es la misma en ambos términos pero la ortografía es diferente, es convertir el signo lingüístico en lo que se llamó Imagen acústica. Convertir la apariencia del término en verdad. La imagen acústica no es el sonido material, sino la huella psíquica, una imagen sensorial que determine cuál de ambos significados está encerrado en el término. En la lengua escrita, las marcas gráficas son concretas y no aparecería el uso de una interpretación del significado, pues no sería necesario pudiendo observar la linealidad de signos de las palabras si tienen una misma idea o una misma cadena fónica sí sucediera al leer el escrito; por tanto no hay motivo para el vaciamiento del sentido. La imagen acústica es más fuerte que lo que interpreta el receptor de la palabra; con esto me refiero a que si mi imagen acústica de la palabra “hartó” es la contraria a lo que recibió el receptor, es decir, “Artaud”, la palabra mencionada es la de la imagen y no la que dentro del circuito comunicativo se interpreta. La imagen acústica es el lugar o sitio de la verdad como real y sin sentido con el otro. Con esto podría decirse que se consideran palabras iguales las polisémicas y los parónimos con voces homónimas y homógrafas, pero no las homófonas o los sinónimos. Entonces, decimos que cuando la masa de los sonidos es igual en dos términos lineales distintos, dentro de cualquiera de las dos clases de oralidad, entra en juego la masa del pensamiento articulando significados y significantes. En este caso, el sonido se convierte en signo de una idea para crear, a través de una distinción del valor de los términos, precisamente la distinción de las palabras. Y por otro lado, si dos términos tienen la misma cadena de signos, excluyendo como signo la tilde, con diferente o igual masa fónica y masa del pensamiento o valor, dentro de la lengua oral o escrita, se considerarán, sin distinción, iguales. Es decir que no existe para el obsesivo un sistema definido para los valores de los signos, sino que sólo coordina la distinción del signo, su oposición dentro

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de un hecho positivo y no negativo. Toma la distinción y no la diferencia. Si bien todos los signos son distintos, encontraremos en los casos aclarativos consideraciones que juegan en la definición de lo que es un término igual a otro. Consideración de términos iguales fuera del sin sentido. Lugares sin vaciamientos Dentro de la lengua oral tenemos ciertos usos que determinan si existe distinción entre dos o más términos. Por ejemplo, en su función notacional, la ortografía nos ubica en algunos detalles que merecen aclaraciones: La tilde Como dijimos, un término es igual a otro cuando ambos tienen la misma cadena de signos, la misma ortografía; pero el DACC no considera parte de la ortografía de una palabra la tilde. Por esto, una palabra que lleve tilde, acento diacrítico o prosódico será igual a otra en tanto sus letras y el orden de ellas sean el mismo sin importar la ubicación de la acentuación. Serían así palabras iguales: célebre / celebre / celebré; más / mas; se / sé; sí / si; cuándo / cuando; aún / aun; sólo / solo. El uso de la mayúscula y la minúscula. Cuando una palabra en la lengua oral se aparece dentro de la imagen acústica de quien la diga con su primera letra en mayúscula se considerará ese término igual a otro término con la misma cadena de signos pero con su primera letra en minúscula. Es decir, si nos encontramos con la palabra “domingo”, esta debemos cancelarla si se repite dos veces más luego con mayúscula o sin ella; y no sólo eso, sino que también, considerando el término en minúscula igual al con mayúscula, debemos cancelar la falla de decir un nombre propio de persona. Quiebre “, Domingo es hoy. Pero Domingo no irá a misa hoy; esperará hasta el otro domingo para rogarle a Dios” Quiebre. Aquí nos encontramos con el primer “domingo” en mayúscula y con el tercer “domingo” en minúscula; ambos términos tienen la misma cadena fónica y el mismo valor, pero uno está en mayúscula y el otro en minúscula (entendamos que en el primer “domingo”, dentro de la lengua oral, el enfermo puede o no tener en su imagen acústica el término en mayúscula, porque en la oralidad no aparece con

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plenitud el punto). El segundo “domingo” mencionado tiene la misma cadena fónica que los otros dos pero con diferente imagen acústica: juega como nombre propio de persona; y está en mayúscula. Entonces, no sólo tenemos un mismo término repetido tres veces, sino que ese término se considera en todos los casos repetido como un nombre propio. Recuerden que toda palabra que tenga la misma cadena de signos que tiene un nombre propio o apellido se considera, justamente, como tal. Es decir, el uso de las mayúsculas y las minúsculas no crea distinciones entre los términos Por ejemplo, “quiebre. Yo soy un salvador de mi región; y en El Salvador seré el peor pintor que haya habido, tanto como el español Salvador Dalí. Quiebre”. Aquí, considerando el término inmutable ante las mayúsculas y desconsiderando cualquier valor de los términos, tenemos repetido tres veces la palabra “salvador”, una en minúscula y dos en mayúscula; y tenemos también repetido tres veces el artículo “el”, una en mayúscula y dos en minúscula. Por tanto, debemos cancelar el nombre propio “Salvador”, considerando los tres términos como tal, y cancelar la falla por repetir tres veces el artículo “el”. Entendamos que en el caso de “El Salvador” dentro de la lengua oral, la imagen acústica del término vendrá en mayúscula si el enfermo conoce que en ese ejemplo el artículo debe ir con mayúscula, como también el nombre propio de una localidad; En cualquier caso, no variaría. Tengamos también en cuenta que el término “Salvador” de “EL Salvador” se considera nombre propio no porque sea un nombre propio de localidad, ya que estas clases de nombres propios no están en falta, sino que se lo considera así por tener la misma cadena de signos que el nombre propio de persona “Salvador”. Por lo general, estas consideraciones se dan cuando aparecen artículos en mayúscula o términos que corresponden linealmente nombres propios; en el caso de la lengua escrita, se verá también que luego de un punto, cualquier palabra llevará su primera letra en mayúscula (desconsiderándola). La H

Cuando aparece al comienzo de la palabra, la H juega igual función que la tilde; es decir, si una palabra tiene la misma ortografía que otra con la única excepción de comenzar con H, ambos términos se consideran iguales: Hecha / echa; ha / a.

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La consideración de la H nos lleva a definir las conductas ante las interjecciones: Estas no solo son cortadas, sino que también aquellas palabras iguales en su ortografía se consideran el mismo término que la interjección, sin considerar la aparición de la H; es decir, si decimos “Quiebre. ¡Eh!, ¿Pablo (directamente nada insólito es) e Isabela (directamente nada insólito es) ya se fueron? Quiebre”, ocurre que la coordinante se considera la misma palabra que la interjección y por tanto habremos repetido dos veces el mismo término; y se debería mencionar la figuración de la cortada “Eh”: “emancipación”. Aquí el “eh” y la “e” son iguales, pero su figuración conceptual es diferente pues la “e” representa a la “y”. . ¡Emancipación!, ¿Pablo (directamente nada insólito es) insólito Isabela (directamente nada insólito es) ya se fueron? Quiebre” Lo mismo ocurriría con la interjección Uh y la coordinante u. La “u” representa la coordinante “o” que es a su vez una interjección cortada sin H: Oh; y su figuración es “oráculo”; a / ha / ah: los tres términos son cortadas por eliminación de la “H”. Con esto se debería cancelar no sólo la cortada mencionada una vez sino también, en caso de repetirla dentro de los números no utilizables sin cancelación con su figuración, su conteo prohibido. Vale aclarar que sólo en el caso de las interjecciones es donde la “h” ubicada al final y no al principio se deja de considerar. De aquí nos encontramos con el uso de las coordinantes y las interjecciones aunque sean un tema morfológico.Con respecto a las coordinantes copulativas y disyuntivas, veremos que alguna de ellas se consideran cortadas según la regla de la H; pero consideremos como términos con iguales figuraciones a: la “e” con la “y”; a la “u” con la “o´”; al “no” con el “ni” El DACC no considera al “Si” como igual porque percibe en todos los “ni” sólo un carácter negativo; es decir que la figuración de la cortada de “e” es “insólito”, de la “u” es “oráculo” y de “no” es “nada, insólito”. Como ya dijimos, el sentido de la cortada deberá jugar un papel importante para reconocerlas como coordinantes o interjecciones: “uh”: utilización / “u”: oráculo; pero tanto interjección como coordinante son iguales sin sus figuraciones. Tipografía La tipografía cumple las mismas funciones en la escritura que la intensidad en la oralidad. Cada alteración en una palabra escrita representa un grado más de intensidad para el término con respecto a los

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demás. Tanto el uso de las negritas, la cursiva, el sombreado, el color, el subrayado y el tipo de letra representan diferencias entre los términos de una construcción. Cuando se mencionan dos palabras y una de ellas presenta una distinción tipográfica ante la otra, el DACC considera ese término repetido dos veces. Es decir que si en un escrito tenemos: Perro / Perro, nos encontramos repitiendo tres veces la palabra Perro, pues que la letra del segundo término esté en negrita duplica, como en el plural de los artículos y sustantivos, el conteo de la palabra. Tanto igual sucede cuando una palabra ha de ir en redonda, en cursiva, sombreada, en color o con un tipo de letra distinta a la otra. Si una palabra tiene su tamaño de letra más grande que la otra se considera multiplicada por dos: diferentes / diferentes ( con tan solo una letra más pequeña que el resto de las letras de la otra palabra basta para que este último término se duplique; si la cantidad de letras pequeñas es la misma que en el otro término, aunque no sean las mismas letras en cada palabra, se consideran ambos términos iguales sin duplicación: iguales / iguales; lo mismo sucede con cualquier clase de irregularidad). Cuando una palabra se ubique fuera de un gráfico con respecto a la otra igual, la que está dentro valdrá por dos; lo mismo como si estuviera dentro de cuadros, tablas, ilustraciones o fotos. Una palabra se duplica cuando tiene una tipografía de sólo una o más clases irregulares (negrita, tamaño mayor, cuadro, etc.) distinta a otra palabra igual entre dos quiebres. Distinta / distinta; se repite la palabra 3 veces: aquí el segundo término tiene un tamaño de letra mayor que la primera, y además está en negrita; se duplica. Distinta / distinta; se repite 3 veces un mismo término: aquí se duplica cualquiera de uno de los términos, pues la irregularidad de un tipo de letra distinto a otro la conservan ambos. Distinta / distinta; aquí se duplica el segundo término porque tiene una irregularidad más que la primera. Ahora entremos en los casos de apariciones de más de dos términos iguales:

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Estómago / estómago /estómago; el tercer término tiene un irregularidad con respecto a los dos primeros, entonces se duplica. Cuando dos o más términos iguales conservan la misma tipografía regular y se acompañan en la cadena de construcción por otra palabra igual con irregularidades, cada uno de los regulares vale una mención, y el irregular se duplica. Estómago / estómago / estómago; aquí predominan los términos con irregularidades con respecto a los regulares; por tanto, no se duplica uno de los dos términos irregulares, sino que se divide el término regular: se repite 2 veces y medio la misma palabra se redondea hacia el número inutilizable más cercano; se repite 3 veces el término. Cuando dos o más términos iguales conservan la misma tipografía irregular y se acompañan en la cadena de construcción por otra palabra igual, pero regular, cada uno de los irregulares vale una mención, y el regular se divide por dos. Estómago / estómago / estómago; todos los términos tienen una tipografía distinta entre ellos. El primero es regular; el segundo tiene una irregularidad (negrita) con respecto al primero; y el tercero, dos irregularidades con respecto al primero y una con respecto al segundo. Cuando todos los términos son distintos, se duplica el que más irregularidades tiene y se divide el de menor o el regular. El primer término vale medio; el segundo, uno; y el tercer vale doble. Por tanto, suma un conteo de 3 y medio. Como conclusión, quedarían los 3 términos valiendo una mención cada uno. Estómago / estómago / estómago / estómago; aquí el primero término es regular; el segundo tiene una irregularidad con respecto al primero; y el tercero y el cuarto, dos irregularidades con el primero y una con el segundo. Ningún término es igual es su tipografía que otro; el tercero y el cuarto son los términos que más irregularidades poseen, por tanto, uno de ellos se duplica. Y el primer término es regular con respecto al resto, entonces, se divide. Aquí se repiten 4 veces y medio el término, redondeando al número inutilizable más cercano, se repite 4 veces la misma palabra.

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Estómago / estómago /estómago / estómago; se duplica el cuarto término y se divide uno de los dos primeros. Se repite el mismo término 4 veces y medio. Estómago /estómago / estómago / estómago; aquí los dos primeros términos tienen la misma tipografía entre sí, al igual que los dos últimos entre ellos. Para duplicar o dividir alguna de las palabras, se unen los términos iguales: estómago / estómago: se duplica el término irregular. Entonces, uno de los dos términos irregulares se duplica y los regulares conservan su valor de mención. Se repite la misma palabra 5 veces. Aclaremos que la irregularidad del tipo o tamaño de letra se considera como tal con respecto a los otros términos iguales. El cambio de letra es una irregularidad, no la letra. Cerebro / cerebro; uno de los dos términos se considera irregular, y se duplica. Se repite 3 veces la misma palabra. Cerebro / cerebro / uno de los términos se considera regular; y los otros dos con una irregularidad con respecto al regular. Son dos irregularidades iguales, lo que hace dividir al término regular: se repite 2 veces y medio; por tanto, estamos en falta por redondeo. Cerebro / cerebro / cerebro /; aquí aparecen dos palabras con tipo de letra igual; éstos se consideran regulares. Y tenemos dos términos con la misma cantidad de irregularidad. Así se unen formando dos palabras: cerebro / cerebro o : se duplica uno de ellos. Podríamos tener una mención para cada término regular, una para uno irregular y una doble para el otro irregular. Se repite 5 veces la misma palabra. El uso de los colores se considera una irregularidad de la misma manera que con el uso de los tipos de letra. Entendamos que las clases irregularidades son: el cambio del tipo de letra; el uso de negritas; el tamaño de letra; la cursiva; el subrayado; y la inmersión de algún término dentro de cuadros, tablas, ilustraciones, fotos, etc. Todas las irregularidades son consideradas en relación con la aparición de términos regulares con respecto a ellos. Es decir que, si entre

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dos quiebres solo aparecen la misma cantidad de irregularidades entre términos iguales, estos serán considerados regulares. veces.

Estómago / estómago / estómago; se repite el término 3

Los términos regulares son aquellos que no poseen irregularidades o que conservan la menor cantidad de ellas en relación a sus repeticiones entre dos quiebres. Cerebro / cerebro; el primero es regular. Cerebro / cerebro; el primero también se considera regular. Ejemplos con artículos: la / las / las; aquí tenemos que la primera palabra pierde con ambas siguientes; le segunda le gana a la primera, no solo por estar en plural sino también por un tamaño de letra mayor, y pierde con la tercera; y la tercera le gana a la primera por estar en plural, por su tamaño y por estar en negrita, y a la segunda por estar en negrita y con un tamaño de letra mayor. Entonces la primera vale media palabra; la segunda se duplica ante la primera por plural; y la última se duplica por plural con respecto a la primera y se cuadriplica por tener la mayor cantidad de irregularidades: primero se duplica, y luego el plural duplica la duplicación por irregularidad. Entonces, tenemos repetida la misma palabra 6 veces y medio. Tanto lo mismo sucedería en la aparición de los sustantivos pluralizados. Cuando un escrito sea a mano, todas estas consideraciones se verán en falta de acuerdo con la aparición y desaparición de la angustia en el estómago la percepción del DACC. Tal como se considera una clase de irregularidad en los escritos, lo hace también una intensidad distinta en la oralidad; de acuerdo con un grado más estomacal que exacto.

Ahora nos ubicamos dentro de la dimensión morfológica de la oralidad y el escrito del DACC

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Artículo y contracción Basándonos en la gramática tradicional, nos encontramos con los artículos definidos (el, la, lo, los, las) e indefinidos (un, una, unos, unas); y diremos que “el” y “los” no solo se consideran palabras iguales, interpretando que “los” es el plural de “el”, sino que aquí se nos aparece una particularidad que solo aparece en el número de los artículos y en los del sustantivos: cuando se pluraliza un artículo, ese término se considera como repetido dos veces el término en singular; es decir, si dijéramos: “Quiebre. Los árboles caen en el ocaso. Quiebre”, estaríamos mencionando una vez el artículo “el” y otra vez el artículo pluralizado “los”; entonces, este último se considerará como dos “el”, repitiéndose así tres veces el articulo en singular (pero se cancela con el uso del pluralizado). Lo mismo ocurriría con “la” y “las” y con los indefinidos. Entendamos que ningún artículo definido se considera igual a cualquier indefinido. Con respecto a “lo”, sabemos bien que el neutro carece de plural, por tanto no tiene consideración en este caso. También se consideran iguales a aquellos pronombres en caso objetivo que tienen la misma cadena de signos: lo (artículo masculino singular) / lo (pronombre personal que representa el objeto directo); tanto, que cualquier pronombre que se escriba como un artículo (lo, la, los, las) es considerado en cualquier oralidad o escrito, cumpliendo así con las reglas de consideración de ellos. Con respecto al género de los artículos, diremos que tanto el femenino como el masculino se consideran iguales, excluyendo, como en la pluralización, el neutro: “Los leones y la leona se fueron de fiesta”; aquí se repite tres veces el artículo “los”, porque se cancela con el plural, y tres veces el sustantivo “leones”. Respecto del artículo, se produce una contracción cuando se combinan con las preposiciones “a” y “de” para, perezosamente, formar una sola palabra. Cuando se nos presenta este caso, debemos tomar por separado las preposiciones y el artículo, y cancelarlas o evitar sus repeticiones mediante los quiebres. Es decir, si decimos: “(quiebre) Fui al parque con mi hermana, luego al patio de comidas y al cine”, debemos cancelar las palabras en falta: a, el. Hacemos una cancelación para la preposición y una para el artículo. Ahora, si dijéramos:”(quiebre) Fui al parque con mi hermana, luego a comer y al cine”, cancelaríamos la preposición” a”, la cual se repitió tres veces, pero no el artículo “el”, pues sólo se mencionó dos veces. Lo mismo ocurriría con la contracción “del”.

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Por esto es preciso estar atento a la manera de usar estas preposiciones y artículos para prever quiebres y evitar cancelaciones. Por último diremos que el apócope “mi” (tanto también como expresión cariñosa, duodécima letra del alfabeto griego- no letra “m”-, nota musical o pronombre personal-con tilde-) se considera término igual a su plural “mis”; este último se duplica ante la aparición de otro singular. No así lo hace el adjetivo posesivo “mío (mía)” con respecto a su apócope. Los apócopes “su” y “tu” no cumplen con esta excepción de “mi”, solo son iguales por sus cadenas de letras: tu / tú, iguales; tu /tus, distintos. Género de los sustantivos Si bien, por lo general, el sustantivo es de forma fija, en algunos casos se admiten dos formas. Al sustituir en la palabra “perro” la “o” por la “a”, transformamos el sustantivo en femenino: “perra”. En otros casos, lo hacemos agregando una “a”, terminando con “esa”, “ina”, “isa”, cambiando la terminación “or” por “triz” o “ora”. Siempre que se diga un sustantivo masculino y su correlato femenino, se tomarán las dos palabras como iguales, y se contarán juntas previendo su repetición dentro de los números inutilizables, es decir: (quiebre) El león se casó ayer con la leona, mientras su hermano león, se moría de celos”. En este caso, estaríamos repitiendo dos veces el sustantivo “león” y una su correlativo femenino, y debemos tomar las tres palabras por iguales sin importarnos su género. Habrá que cancelar la palabra, pues se repitió tres veces, y se hará usando el sustantivo en el género que más se repite en la oración (en este caso en masculino). Todos los sustantivos que para el obsesivo tengan la misma masa de pensamiento pero con diferente género se considerarán términos sin distinción. Si el enfermo utiliza la palabra “nodrizo”, término derivado del femenino “nodriza”, que no es considerada una palabra, sino solo una formación burda de él, ambas palabras se considerarán iguales en cuanto para el enfermo ambas tengan el mismo valor con distinto género. Por último remarquemos que los sustantivos, con identidad gráfica diferente, que se forman teniendo en cuenta la etimología de las palabras no se toman como iguales, por los rescates de desconocimientos; Pablo Paula / Paulus; asedio - obsessio / obsesión. Como sustantivos, los nombres propios femeninos y masculinos se consideran iguales entre ellos: Mariano / Mariana. No así lo hacen aquellos nombres de personas y de

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animales que se expresan por medio de palabras o raíces diferentes: padre / madre; yerno / nuera; toro / vaca; son términos distintos Número de sustantivos Entendamos que cuando digo “términos iguales más uno” me refiero a que las palabras son iguales, pero que todos los plurales de esa misma palabra siempre que haya un singular valdrán el doble en el conteo. Las cancelaciones de las fallas se harán siempre utilizando el término en plural todo lo dicho corresponde también a la pluralización del artículo Todos los sustantivos en singular y sus plurales formados por los dos morfemas -s y –es serán considerados términos iguales más uno; no interesa para esta consideración el cambio de lugar del acento y el cambio de una letra por otra. Ejemplos: mapa / mapas; ley / leyes; tabú / tabús / tabúes; coñac / coñaques; régimen / regímenes. Si el obsesivo dice o escribe una palabra pluralizada incorrectamente (doble pluralización o singularia/pluralia tántum), siempre y cuando su imagen acústica, signifique lo mismo, será considerada el doble a su singular o igual a su correcto plural: maní / manis / manises; sur / sures. En el caso de los sustantivos compuestos, sus singulares y plurales juntos entre dos quiebres no solo se consideran iguales más uno, sino que también se separan del verbo, adjetivo, otro sustantivo u otro término que los formen. Ejemplo: guardarropa / guardarropas: ambos términos se consideran iguales más uno; guardarropa / guardarropas / ropa (sin importar el agregado de la r) se consideran las tres palabras iguales más uno; hay sólo un plural: es decir, el sustantivo separado del verbo se interpreta como igual término al sustantivo más el verbo. Con respecto a los sustantivos compuestos perfectos, cuando se escriben unidos en una sola palabra: Bienvenida / bienvenidas: palabras iguales más uno, y se considerará una quinta repetición sólo si se aparece, sin quiebre, el elemento que se pluraliza venidas. El elemento “bien” queda excluido como término en riesgo fuera del sustantivo compuesto. En el caso de los compuestos imperfectos, sus singulares son iguales a sus plurales más uno, y sólo se consideran, cuando se separan los elementos, como palabras iguales los sustantivos en plural o singular: casaquinta / casasquintas / quinta / casa / quintas / casas; aquí estaríamos repitiendo 6 veces el término casas” y seis la palabra “quintas”. Gentilhombre / gentileshombres / hombre: se repite 4 veces la palabra “hombres”. Si se dijera “gentil” no estaría en falta pues el

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adjetivo no se toma como palabra separada del sustantivo compuesto imperfecto. En los dos últimos casos nos encontramos con los compuestos de “para” más sustantivo: su pluralización se considera el doble de su singular, pero la repetición del “para” fuera del sustantivo compuesto no se consideraría como agregado al conteo. Ejemplo: paraguas / paraguas / aguas se consideran repetida tres veces el elemento “aguas”, pero si agregamos un “para” no se interpreta como una tercera repetición del término, sólo cuatro “paraguas”, tres “aguas” y un “para”. Entendamos que sólo se considera una misma palabra separada del sustantivo compuesto el sustantivo y no el verbo, adjetivo o demás elementos. Si en un sustantivo derivado delocutivamente le separamos el verbo, este elemento no se considera repetido dentro del sustantivo: hazmerreír /reír. Como caso excepcional tenemos los sustantivos terminados en – um: currículum / currículo / currículos; los tres términos se consideran iguales más uno. El plural de nombres y apellidos se considera el mismo término doble del singular en todos los casos; Moltrasio / Moltrasios; Celeste / Celestes: se repiten 3 veces cada nombre y apellido. Una vulgaridad del enfermo se tomará también la palabra incorrectamente pluralizada igual al doble del singular: Pérez / Perezes. Terminemos diciendo que los sustantivos que solo tienen forma plural no se consideran como los plurales de los sustantivos singulares que carecen de plural, por tanto, en este caso los dos términos (plural y singular) no se admiten como iguales: bien / bienes. Los sustantivos se consideran iguales en tanto sus pluralidades son el plural de sus singularidades sin intervención de preposiciones, artículos u otros elementos que precedan o continúen el sustantivo como palabra separada de él. Cuando aparecen entre dos quiebres tres sustantivos en plural, el enfermo estaría en falta y debería cancelarlos, pues sin intervención de por lo menos un singular los plurales no se duplican. Los sustantivos que denoten un conjunto o una muchedumbre de sustantivos no se consideran iguales a los sustantivos de los cuales se derivan: perro / perrería / perrada; no son términos iguales. Entendamos que tanto en el uso del plural en los artículos como en los sustantivos, todo término pluralizado se duplica ante la aparición de por lo menos un término en singular. Si todos los términos son plurales, se

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verán considerados con una sola mención por aparición entre dos quiebres. Leones, leones, leones: se repite la misma palabra 3 veces. Leones, leones, león: se repite la misma palabra 5 veces. Aquí se debe quebrar antes del singular, porque hasta ese momento la aparición se repite solo con plurales pero cuando interviene el singular duplica los pluralizados, y dentro de una escritura ya habríamos pasado por el número inutilizable 3. León, león, león, león, león, león, león, león, leones; se repite 10 veces. Se debería haber quebrado la palabra en infracción por repetición después de la octava aparición, y quedaría una vez el plural de la misma palabra luego del quiebre. Recordemos que para estar en infracción de 9, no es necesario pararse en un número inutilizable, sino tan sólo pasar por él. Aquí merecería una doble cancelación por mencionar 9 veces un mismo término, quedando otro más, pluralizado, luego del quiebre para un nuevo conteo. (Quiebre) leones, leones, leones, leones, leones (Quiebre) leones, leones, leones, leones, leones (Quiebre). Construcción: león. Menos los sustantivos, los artículos, los pronombres personales de sujeto y las asimilaciones de los sustantivos y verboides, todos las formas del léxico serán consideradas como valores distintos entre sus géneros, números, conjugaciones a menos de coincidir sus secuencias de letras y entre todo lo que asimile términos con distintas cadenas de signos; considerando siempre algunos casos sin vaciamiento excepcionales por El DACC la h, la tilde, la mayúscula, la ortografía. Extranjerismos Tanto los vocablos o giros de un idioma extranjero que son empleados en español en lugar del vocablo correspondiente a mi lengua, aceptadas o no por el diccionario o que se hayan adaptado al español se considerarán iguales a la palabra utilizada en el español: Carnet / Carné; Ticket / Tique; Tour / Excursión; Matinée / Matiné. En el caso de los puros, como Tour, se escriben en cursiva lo cual valdría como dos Excursión.

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Este juego es el único que concierne a las palabras extranjeras, el resto de ellas no juegan como iguales a las palabras de mi idioma: Gott no es la misma palabra que Dios. Sí se debe ubicar un TIT seguido al terminar una palabra o frase entera en otro idioma. Los símbolos y formas, siglas y acrónimos se considerarán iguales a sus apariciones cortas y no a sus entradas normales. Los despectivos y superlativos comparten la misma consideración que las formas y siglas; oponiéndose a los diminutivos y aumentativos o engolosinados. Verbos no personales Hemos hablado de los sustantivos y de los artículos, corresponde ahora emblematizar la acción. Las tres formas no personales del verbo (infinitivo, participio y gerundio) tienen la virtud de no angustiarse, pues no expresan por sí mismas el tiempo del acto, ni el número o la persona. Dentro de su comportamiento netamente verbal, todo verbo no personal será considerado igual a otro no personal o a cualquier término de acuerdo sólo con la misma cadena de letras. Es decir que en los verbos infinitivos, mientras sus signos coincidan, como hemos visto en todos los casos de la normativa DACC, los verbos tanto como sujetos, predicados nominales, aposiciones de sustantivos, objetos directos, predicativos o términos de cualquier tipo de complemento y con todas sus consideraciones verbales, serán considerados palabras iguales. Amar es hermoso / Ella es fácil de amar / Vomitar es amar con sinceridad; los tres infinitivos son iguales por la misma cadena de signos. Con respecto al participio, él es el más angustiado de los tres, pues varía en género y número y es el adjetivo de las formas verbales. Por esto el DACC considera sus reglas como las del infinitivo pero con el cumplimiento de los sentidos del número y el género. Tanto como modificador directo del sustantivo, como predicativo subjetivo, objetivo o no verbal, sólo la cadena de signos cumplirá la igualdad de términos. Mis vientres partidos son los últimos de mi madre / Papa dialogaba partido / Mi madre, partida; el primer participio se duplica (todo participio cumple con las mismas funciones de género y número que los sustantivos y artículos) y los dos que le siguen valen una mención: se repite el término 4 veces. El gerundio nos percibe una acción secundaria que se suma a la del verbo principal. Como circunstancial del núcleo cumple con las mismas

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reglas que las otras dos formas personales. Los gerundios “ardiendo” e “hirviendo” serán solo considerados como gerundios y no como adjetivos. Claramente esta es la forma menos angustiante de todas. Ninguna de estas tres formas se considera igual a las otras dos: partir / partidas / partiendo; no son términos iguales. Mucho menos se considerarán los verbos impersonales iguales a sus correspondientes verbos conjugados ni con ninguna de las palabras que forman el léxico salvo el sustantivo. Entonces sólo cuando entre dos quiebres aparecen verbos impersonales con sus mismas cadenas de signos en el caso de los participios, se suman las reglas del número y género, se consideran términos iguales. Solo los sustantivos, los artículos y los participios excepto cuando son auxiliares de tiempos compuesto- se consideran, con su género y número, mutables pero iguales; un sustantivo es igual a otro por su cadena de signos o por su número y género. Ningún verbo, adjetivo, verboide o adverbio es la misma palabra que ella misma transformada en alguna de estas cuatro formas léxicas. Ahora, si un verboide, como concepto independiente dentro de una construcción, se convierte en uno dependiente del sustantivo se considerará a aquella palabra igual al sustantivo, y a este igual al verboide. Es decir que pensar (sin considerar al artículo como subclase del adjetivo), concebir y modificar con una palabra, no significa que esa palabra en cada utilización se considere igual, pero instrumentar junto con un verboide significa lo mismo para cada término. Con esto me refiero: la crueldad del teatro (sustantivo); el teatro cruel (adjetivo); el teatro cruenta (verbo); el teatro está cruelmente actuado (adverbio); cruentar el teatro (verboide) Aquí, “crueldad” es la misma palabra que “cruentar”, y “cruentar” es el mismo término que “crueldad”, pero si eliminamos el verboide o el sustantivo tendríamos sólo cuatro palabras diferentes, pues las tres clases dependientes del sustantivo no se consideran entre ellas como palabras iguales ni con el sustantivo ni con el verboide. Los sustantivos son solo iguales a sus verboides, y estos con ellos. Creo que es evidente y repetido decir que si, por ejemplo, un adjetivo y un adverbio tiene la misma ortografía entre ellos se consideran iguales por la norma principal de la normativa DACC: el teatro está muy cruel (adverbio). Entendamos que no es lo mismo el sustantivo “crueldad” que el sustantivo “cruentación” o “cruentidad”; pero sí son la misma palabra que

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su verboide. Entonces si apareciera la construcción: (Quiebre) La cruentación es esa cruentidad que el teatro dice ser fácil de cruentar (Quiebre). Aquí “cruentación” y “cruentidad” son iguales que “cruentar”, y esta última de ellos, por asimilación de sustantivos y verboides; pero ambos sustantivos no son considerados términos iguales ni por su cadena de signos ni por su género y número. Entonces tenemos repetido tres veces el verboide “cruentar”, 2 veces el sustantivo “cruentidad”, y dos veces el sustantivo “cruentación”. Aquí aparecen una cancelación y dos términos en riesgo, porque una palabra es igual a dos que no son iguales entre sí. Si tenemos: Cantar / cantando / cantor / cantante, los dos verboides considerando “cantar” como uno de ellos son iguales a los dos sustantivos, pero distintos entre sí; los dos sustantivos son distintos entre sí y separadamente iguales a cada verboide; entonces, se repite 3 veces el verboide “cantar” y tres veces el verboide “cantando”; tres veces el sustantivo “cantor”; y tres veces el sustantivo “cantante”. Y si tenemos: cantar / cantadas / cantores, se repite tres veces el verboide “cantar”; cuatro veces el verboide “cantadas”; y cinco veces el sustantivo “cantores” (se duplica el sustantivo y el verboide pluralizados, porque se tiene un infinitivo sin género o en singular). En esto ejemplos, tanto el verboide se transforma en sustantivo como este en verboide, entonces los conteos se alinean con cada término con cadenas simbólicas distintas. Sustantivos iguales Cruentación Cruentar

Sustantivos iguales cruentidad cruentar

Verboides iguales cruentar cruentación cruentidad

Sustantivos iguales Sustantivos iguales Verboides iguales verboides iguales Cantor cantante cantar cantando Cantar cantar cantor cantor Cantando cantando cantante cantante Sustantivos iguales Cantor Cantor Cantada Cantada Cantar

Verboides iguales cantada cantada cantor cantor

verboides iguales cantar cantor cantor

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En los casos de impersonales como sujetos, habrá que encontrar en la imagen acústica en qué forma léxica juega el término: Cantar / cantando; si “cantar” juega como sujeto, ambas palabras son iguales; pero si la consideramos un infinitivo, serán términos distintos. Por último, con respecto a los pronombres personales en caso de Sujeto se puede decir que “tú” (con tilde o sin ella), “vos” y “usted” se consideran palabras iguales y “vosotros” y “ustedes” son la misma palabra tanto entre ellos mismos como entre los singulares, pero, en este último caso, duplicando el conteo de repetición. “Él” y “ella” cumplen la misma función con “ellos” y “ellas”; y con respecto a “yo” y “nosotros”, entendamos que el pronombre personal de sujeto en primera persona del singular juega siempre como quiebre, por tanto jamás se repetirán ambas palabras en la oralidad o en la escritura, sólo estará en riesgo el quiebre cuando en la oralidad mental durante la repetición del quiebre aparezca el “nosotros” duplicando el pronombre singular. Ejemplos: (Quiebre) Tú, tu, vos, vosotros (Quiebre). Tenemos repetida 5 veces la palabra Tu / tú (se cancela utilizando la palabra que más se repitió). (Quiebre) vosotros, ustedes, tu (Quiebre). Ocurre que si el enfermo mencionó primero los dos pronombres en plural puede ayudar, para evitar repetir tres veces una misma palabra (vosotros, ustedes, vosotros), mencionar la misma palabra en singular para que las pluralizadas se dupliquen; por tanto tenemos repetida la palabra, se recurre a la palabra que mejor modulación tiene en el enfermo para repetirla sin interferencias mentales, “tu” 5 veces (no es necesario el uso del plural para la cancelación). Y si recordáramos la exclusión de la tilde y las normas de los artículos, diríamos que: “él” es igual a “el”, entonces, también “el” es igual a “ella”, que es igual a “él”; y “los” es el doble de “ella”; “la” es igual a “el”, por tanto, es igual a “él” y a “ella”; y “ellos” y “ellas” son el doble de “la”. “Ellas”, “ellos” son iguales a “las” y “los”, y todas estas son el doble de “él”, “el”, “ella” y “la”. Aclaremos que cualquier otro término formal e informal se considera distinto espacio: Usted debe / tú debes: se repite los pronombres personales pero no el verbo. Cualquier declinación la entendemos como término diferente; de igual manera el español no posee demasiadas. Si fuera alemán, tal vez tendría que considerar el asunto.

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De ningún verbo pronominal se le separa su forma pronominal como término distinto al verbo: dejándote / dejando / te; ninguno de estos tres términos son considerados iguales por el DACC. Como vimos en los casos de sustantivos, las palabras que se escriben juntas son consideradas repetidas con respecto a la aparición solamente del sustantivo separado. Ahora con las palabras que se pueden escribir juntas o separadas, el DACC, al contrario de la academia, exige considerar las palabras por separado: adonde / a donde / a; se considera haber repetido la palabra “a” tres veces; bocabajo / boca abajo / abajo / boca; en este caso se repite tres veces ambas palabras; Otros ejemplos: padre nuestro; vigésimo noveno; diez y nueve. La aparición de algún signo auxiliar de puntuación divide la palabra en dos: teórico-práctico; no sucede lo mismo cuando el guión divide la palabra al final del renglón, cuando no entra completa en él. Palabras que el DACC siempre considera separadas: porque; siempre se considera “por” “que”, el “que” pluralizado vale doble: porqués: por quehaceres quehaceres. Es decir, que se considera la preposición y la conjunción por separado. Lo mismo sucede con “sino”, se considera no como conjunción condicional, si-no como adverbio de afirmación y adverbio de negación; por tanto el “no” aparecerá como cortada de “ni”. Otros ejemplos: demás / de más; conque / con que; aparte / a parte; si mencionamos la palabra “adiós”, debemos separar la “a” de Dios y luego cancelar el error jerárquico del miembro del DACC: (Quiebre) Dios, Dios, Dios (Quiebre). Ningún pronombre, excepto los personales, se considera igual a otro si sus cadenas de signos son distintas. Por último diremos que todos los prefijos se consideran como palabras separadas del término que acompaña en cuanto aparezcan antes del guión o separado: ex-abrupto / ex abrupto / ex novia; se repite aquí tres veces la palabra “ex”; anticomunista / anti-comunista; no aparece repetición de términos iguales; y todas las palabras se consideran distintas a sus apócopes: tan / tanto; No sé si ya dije esto, pero los diminutivos o engolosinados de cualquier término son iguales a la palabra que se deforma: perra / perrita / perraza; linda / lindita / lindaza; siempre que nos refiramos en todos los casos a la imagen acústica de la palabra sin deformación. “Perra” como hembra del perro, y no como prostituta o rabieta de niño. Si una de las tres cadenas de objetos se refiere a la mujer de quien la menciona no se

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tomarán como iguales. Perro: persona despreciable / perra: prostituta / perrito: panecillo caliente / perraza: perra grande; aquí ninguna comparte su cadena de signos y todas tienen una imagen acústica diferente, por tanto no hay repetición de términos iguales. Con respecto a los engolosinados diremos que son deformaciones propias o académicas de una palabra para agrandarla. Ahora existen ciertos términos que significan dentro de la lengua popular una suma de sustantivo compactados en ellos. Estos, en cuanto denoten amplitud y tamaño, se consideran engolosinados, pero podremos usar las conductas por desconocimiento: Perrona: perra gorda / perra / perraza; son palabras iguales. Los engolosinados y diminutivos solo se consideran iguales entre los nombres propios y los sustantivos: mesa / mesita; términos iguales. Las sábanas rojas / rojitas; no son términos iguales. Sí el “rojito” juega como diminutivo de un apellido; en todo caso, nos resguardamos con las conductas impuras por olvido. Ninguno de los signos de puntuación menos, como ya hemos dicho, los guiones interfiere en las cualidades de sentido de los términos. La puntuación no sirve, es un fantasma; sólo el uso de los paréntesis para los quiebres funciona como separador de autoayuda al obsesivo, pero no es una exigencia Daccaniana. En los canales escritos tomamos tanto los sin vaciamientos como los sin sentido; pero un escrito significa una posible falla en la normativa DACC dentro del papel. Es decir, leer no hace que el libro aparezca; la operación de lectura es una oralidad. Todas las fallas en la lectura conciernen al amo y al esclavo; el escrito cumple su error como borde. El error en un escrito es que la tinta permanezca en falta sobre su base tipográfica. Por esto, no se puede abusar del uso de los quiebres “por las dudas” y se deben cancelar los nombres propios siempre seguidos de la mención escrita del nombre. Ya hemos dicho que por su carácter correctivo, la escritura no permitirá cancelaciones de términos. ¿Cuándo se termina el quiebre en un escrito? El quiebre final se pone al final de una oración, pero antes del punto o punto y aparte, y tan sólo si se deja de escribir por una hora entera después del punto, sin importar la relación entre la última frase y la que la prosigue.

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(Yo) “Un saludo cordial” (Tomás Cadalso). Pasa una hora- “Muchas gracias” (Aquí puedo ubicar otro quiebre final que no se suma con el conteo del último hace una hora atrás)

Los casos de canciones y prolongaciones de letras y sonidos, y la risa. ¿Qué sucede cuando aparecen fonemas en lugar de realizaciones fonéticas concretas? Y no me refiero a la acentuación, pues sabemos bien que la ubicación de una tilde no altera su cadena, me refiero por ejemplo: /gerra/ por guerra; o si la w del alemán no tenga el sonido labiodental fricativo sonoro que merece el término “Wagner”. Cuando sucede algo así, en donde una vez menciono “gerra” y luego digo “guerra” se tomará la imagen acústica de la palabra: en ambos casos será una pierna cortada, sangre, explosión, una misión, destruir el ejército azul, etc. Esto sucede mucho en los casos de las “s” y las “r”. Ahora, ¿Qué ocurre cuando una palabra, interjección o letra se prolonga? Por ejemplo, cuando la mujer en la cama con un hombre grita ¡AH! Y la prolonga: ¡ahahahahahahaha!, ¿se considera una sola mención de la interjección? Esto tendrá su consideración de acuerdo con los segundos de prolongación: si el orgasmo dura más de 3 segundos, la palabra se tomará repetida dos veces; y cada tres segundos se sumará un conteo más. Ya sea que ocurra con una sola letra del término o con toda su cadena, se cancelará la palabra entera. Esto sucede mucho en el canto, cuando prolongamos la primera o última letra o sílaba de un término: a naufragaaaaaaaaaarararar; Gooooollll de Boooooocaaaa; Juan Romaaaaaaaaaan: habrá que considera los segundos. Si un término no se menciona completo, se tomará igualmente como dicho en entereza de acuerdo con su imagen acústica: “la pu”.... es igual a “la puta”. Por último diremos que todos los golpes fónicos abstractos como en la risa, en los gritos, en los silbidos y en la vacilación de una palabra siempre que no sean interjecciones o coordinantes se deberán grabar en la memoria para su cancelación en caso de repetición inaceptada. Es decir, se tiene que repetir en la construcción que cancela con el mismo o semejante sonido: je / ja / jo; en la risa no son iguales, y su

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consideración de repetición se determinará por los segundos como en los casos de la prolongación a menos que se pueda percibir cortes entre ellos que los separe repitiéndolos. “Auch”, en el grito no es lo mismo que “Auchi”. Los silbidos se suman con cada desprendimiento de aire y sus cortes; si es un silbido largo, se toma los segundos de prolongación. Los “mmmmmm” en la vacilación antes de una frase o cualquier otro tipo de vacilación se toman como los silbidos. Entendamos que todo corte en estos golpes fónicos separa a cada uno para su conteo: mmmmmmmemememememmmmmmm; aquí tenemos repetido, siempre que no llegue a tres segundos, el término fónico abstracto “mmmmmmm” dos veces. Aclaremos que las letras o sílabas no se consideran términos iguales entre ellas, sino solo si toda la palabra de cada una de ellas es igual a otro término, con las reglas de la normativa DACC. Rescates por metamorfosis. Estos rescates se utilizan con la simple función de evitar la repetición de una palabra dentro de los números no utilizables. La pronunciación es uno de los rescates por metamorfosis. Esta se refiere a que el enfermo utiliza una mala pronunciación a propósito de una palabra para no repetir la palabra bien pronunciada anteriormente. Es decir que si digo “Quiebre. Doctor; Doctor; Dotor. Quiebre”, no estaría repitiendo la misma palabra tres veces, sino sólo dos veces una y una vez otra. Este rescate se utiliza tanto en la oralidad como en la escritura. Entre los rescates por metamorfosis se encuentran: la utilización de otro idioma, siempre que no sean extranjerismo, ejemplo: Too / También; grazie / gracias; Willi / Guillermo; el uso de sinónimos: enorme / grande; las abreviaciones no se consideran palabras iguales a las que no lo son por su cadena de objetos, por tanto no son lo mismo “Dr” que “Doctor”; el término etimológico de una palabra se utiliza, siempre que su ortografía sea diferente a ella, también para no repetirla dentro de la inutilización; el uso de las siglas se emplea como rescate, pues no se consideran repetidas las palabras que formen esas siglas: TOC no es una repetición de Trastorno obsesivo compulsivo. Los deícticos como pronombres personales aparecen rescatando la utilización de nombres propios pero conservando las reglas de repetición correspondientes (tú, nosotros, etc); en tanto a los apelativos con

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sustantivos comunes flaco, loco, negra, rulo, gordo, etc. como con títulos mi general, doctor, términos de relación hermano, padre, tío, alumno, profesor, o términos metafóricos osito, mi cosita, chiqui, chito se intercalan entre ellos para evitar repeticiones de palabras dentro de los números inutilizables y nombres propios. Los deícticos por pronombres demostrativos este, ese, aquel, aquellos, etc. aparecen con las mismas funciones que los anteriores como también lo hacen las locaciones espaciales aquí, allí, etc. para evitar lugares o espacios que conserven la misma cadena de signos que un nombre propio, y para intercalar palabras en riesgos. Los deícticos funcionan también para reemplazarlos en lugar de las consideraciones de los miembros del DACC. El “Boludo” juega como los vocativos además de la consideración mencionada antes como latiguillo generalizado. Por último tenemos el tema del uso de los números que si no están escritos en letras no se consideran prohibidos a la repetición dentro de los números inutilizables. Este rescate se puede utilizar tanto para nombrar una persona a través de un número el número 9 en lugar de Batistuta , para decir la hora antes que una palabra a las 12 en lugar de al mediodía, una fecha el mes 7 en lugar de Julio , evitar palabras que se conocen con números el 22 en lugar del loco o tan sólo para evitar las letras 2 en lugar de dos (en estos últimos casos entendamos que se utilizan para la oralidad y la escritura, pero en el caso oral cuando se menciona el número 9 se considera como número en cuanto la imagen acústica sea el número dibujado no escrito o algo o alguien que no sea la palabra “nueve”; si en la escritura se opta por graficar el número y no las letras que lo definen no se considerará en falta ninguna repetición entre ellos, y tampoco entre solo los números). Los neologismos propios del paciente suelen ser rescates del riesgo de repetición inapropiada: si le llamo “JE” a una puerta, puedo intercalar ambos términos cuando deba repetir la palabra “puerta” ineludiblemente en un monólogo o escrito. Y el uso de los informales entrelazados con los formales: debe / debes; son términos distintos y se puede jugar con ellos. Entendamos que todos estos rescates se consideran iguales en cuanto la palabra, la abreviación o la sigla se repita dentro de su especie: Dr / Dr son palabras (abreviaciones) iguales; TOC / TOC son iguales (siglas); Señor / Señor son palabras iguales (como también se considerarán con las reglas mencionadas de los sustantivos, artículos y

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pronombres con sus pluralizaciones). Todas las piedades del DACC mencionadas anteriormente son parte del rescate que tiene el obsesivo para evitar los riesgos.

Ejercicios Ubique los dos tipos de quiebres, cancelaciones y las figuraciones en donde correspondan. Imponente, el rollizo Buck Mulligan apareció en lo alto de la escalera, con una bacía desbordante de espuma, sobre la cual traía, cruzados, un espejo y una navaja. La suave brisa de la mañana hacía flotar con gracia la bata amarilla desprendida. Levantó el tazón y entonó: “Introibo ad altare Dei”. Se detuvo, miró de soslayo la oscura escalera de caracol y llamó groseramente: Acércate, Kinch. Acércate, jesuita miedoso. Se adelantó con solemnidad y subió a la plataforma de tiro. Dio media vuelta y bendijo tres veces, gravemente, la torre, el campo circundante y las montañas que despertaban. Luego, advirtiendo a Esteban Dedalus, se inclinó hacia él y trazó rápidas cruces en el aire murmurando entre dientes y moviendo la cabeza. Esteban Dedalus, malhumorado y con sueño, apoyó sus brazos sobre el último escalón y contempló fríamente la gorgoteante y meneadora cara que lo bendecía, de proporciones equinas por el largo y la cabellera clara, sin tonsurar, parecida por su tinte y sus vetas al roble pálido.

El senador Narmir ha descuidado el lúdico gesto de los histéricos; no ha podido abatir el carácter entretenido de reflejar en otras mentes la fantasía de la posibilidad y su pronto resentimiento. Los ojos achinados se verán más repetidos que nunca. Los perseguidos acabarán divorciándose

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hasta de sus propias almas. Mi histeria enamorará mis labios y les arrebatará su futuro junto a ella. Se ha muerto la justicia del gesto con la alarmante aparición del sentido con vacío. Lucas Moltrasio. “La persistencia de la Histeria”

A las pastillas 9 de marzo de 2005 ¿Cuán fuertes son? Deberán ser consideradas conmigo y les pido extraer de mi cuerpo aquello que no prescindo y, con cuidado y piedad, conservar lo que sinceramente merece mi cariño y dependencia. No eliminen del todo mi esencia y compartan con ella una tarde cálida en mis entrañas. No pretendo dejar de ser un enfermo, pero no pondré resistencia cuando quieran hurgar en mi hígado y desprenderme de lo realmente inútil, que adormece mi locura. Sólo espero no sentirme sano y de rodillas ante la estupidez que reinará en mi cerebro si dejo de no parecerme al resto. Deben aliviar pero no disipar, deben lavar pero no rastrillar. Tomen mis conductas no adaptadas y solo conviértanlas en repeticiones amenas y optativas. Dejen que mi estómago discierna con mi cerebro e intenta que mi razón le ofrezca una de sus tantas sonrisas oscuras. Hagan de ellos una junta de opiniones que calmen a mis piernas sin partirlas. No quiero nuevas venas ni mucho menos otro corazón inmediato, pero endúlcenlo con entusiasmo y sin ataduras. Traten de prever que un solo movimiento erróneo puede arrebatarme la vida y hasta matarme sin decencia. Ustedes son mis anestesistas en cada caída macabra y deberán estar atentos, pues no quiero despertar en el medio de la operación. Nada quedará si ustedes intentan arruinar y menospreciar mi infancia, no se atrevan a insultar a la ya desgastada y heroica niñez, porque nadie, ni aún quien fuera ingerido por mis dientes, podrá jamás esfumarla. El arrepentimiento me apena, la angustia me duele, ¿quién es mayor en mí: la pena o el dolor? Si resigno la vida de 10 desconocidos, puedo pactar la meditación de mi sufrimiento. En el arrepentimiento no tengo delito, sólo pecado. Soy un delincuente en mi angustia, en mi estómago de

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segunda categoría, solo un niño ingenuo. Cuando me angustio sin pacto rozo la pena y el dolor inocente. Hoy no salgo de casa no porque sienta culpa, sino porque me he caído en la ética del reflexivo; me he arrepentido. El DACC pronto me obligará al mundo, para no pecar de la pereza del depresivo. He reído y llorado a escondidas, pero nunca mi estómago le ha recriminado a mi puericia el más mínimo de los detalles ocasionados por su maldad. Deslicen a mi intestino navegándolo en la espuma de mi más lúcida inocencia, ignorancia y desidia, en la plena decisión de que nadie me está protegiendo y en el desinterés por alcanzar una mano que solo trata de arrebatarme una uña o un anillo, si es que yo usara en alguno de mis finos dedos contraídos y temblorosos. Desvaloricen, desvalijen y desvalídicen a mis prontas obsesiones y desúnanlas de mis huesos que hoy permanecen jóvenes, cansados y derrotados por sus tardanzas. Pero mi estómago aún más tónico, nutritivo y vivificante continúa despeñado y destituido de salud, y así comprendo que he vivido más que otros. No encolericen a mis inteligencias extasiadas de sensatez y desproveídas de reconocimientos. Mis conductas jamás exigen la verdadera compasión; los pactos son siempre ordinarios y con eso basta. Sus miligramos no estropearán mis sentidos de vigilancia y si me convencen a dejar mi rutina deben prometerme que no me abundará el arrepentimiento cuando algo falle. ¿Se creen capacitadas para catequizar a mis neuronas de que se abstengan en su afán mágico de prolongar mi vida y la de los demás o solo disuadirán a mi estómago cuando se de cuenta de sus banales efectos? Quisiera saber hasta dónde llegarán, pequeñas hormigas depravadas. ¿Cambiaré?, ¿o fingiré sus efectos en mí para no menospreciar la ciencia? Todo dependerá de cuán loco estoy en estos días. En pocos días comenzaré a jugar con ustedes. ¡Bienvenidas!, pero cuidado, no estoy diciendo que me excita la angustia, sólo me crea una vida dolorosa, como lo haría una mujer. La historia amorosa no se olvida, el amor, por el contrario, es fácil de reemplazar. Peor es amar a la historia/eria que al amor; sepan muy a quién tratar. La culpa no dejará su dialéctica ni su acústica inmediata, solo existirá entre sus miligramos o entre mis huesos vacíos. La angustia de mi carne me dejará enfermo cuando la transparencia de mi primer trauma haga

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que mi muerte recuerde mi nacimiento. La poesía es la sonrisa falsa del arrepentimiento vertiginoso de la libertad de mi estómago. La mujer histérica es el decaimiento del estado de ánimo del obsesivo; la disminución de la capacidad de experimentar placer que repercuten en la calidad de vida y el desempeño socio-ocupacional del obsesivo. No creo que falte mucho tiempo antes que la OMS (omisión de malestares significativos) considere a la histeria como la, por lo menos, cuarta causa de pérdida de calidad de vida por la agobiante y denigrante discapacidad que genera al obsesivo y la monstruoso mortalidad que mutila su estómago. La mujer histérica es la cantidad de matices múltiples con secuelas en el obsesivo. El abatimiento y desgano que ingiere un obsesivo del vaso de la mujer histérica es el cuadro clínico de un noviazgo fallido. El tiempo parece nunca acabar, el brillo de los ojos disminuye, la pesadilla clava las orejas en la almohada y el exterior se torna innecesario y banal. El cubo de levadura explota. No hay capacidad de entender lo que la dialéctica del cerebro nos conduce a un pacto. Ni siquiera existe en el obsesivo una leve variación diurna en su angustia cuando la histeria combate en su vientre, pues la melancolía no pierde su despreocupación por la noche y despierta en la mañana dentro del cubo de levadura abatido. Las desesperanzas y el deseo sexual se empobrecen en una habitación que terminará por excluirlo sino intenta pintar un cuadro abstracto y sin sentido. Lo decisivo en la angustia de un obsesivo a causa de la histeria es que nunca se aparta del juicio de realidad, no es neurótica, aunque muchos creen que sí lo es, o mucho menos psicótica, pues ninguna mujer deja ser histérica. La mujer existe como histérica o de otra forma desaparecería o simplemente jamás nacería. La distimia conlleva el recuerdo de la última sesión histérica cuando la mujer abandona al obsesivo. Es como una irritabilidad infantil que padece el día soleado u oscuro. El alma de la mujer histérica sufre notables modificaciones, porque su estado de ánimo es perverso y contradictorio, y el estómago del obsesivo permanece constante y mutiladamente destrozado. El acto que deviene el rechazo y alejamiento de una mujer de un hombre no es más que un histrionismo histérico y un síntoma agujerado de la obsesión sin línea recta. El obsesivo sufre más cuando abandona que cuando lo

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abandonan a él. Pero lo perverso es que cuando esto último sucede, el estómago del obsesivo parece tener el arrepentimiento sincero de haber abandonado él a su amada. La palabra ánimo viene de la palabra alma, y el ánimo de la mujer histérica es cambiante, influyente y variable, tanto que deja de existir como una entidad o particularidad, se evapora por las modificaciones torpes y borrosas de su alma. La mujer histérica no tiene alma, porque no siente arrepentimiento y es este disfraz de la Culpa la más grande porción del estómago, y el estómago es, antipoéticamente, el alma. Aquí reemplazamos el alma por el estómago, y la mujer histérica no tiene cubo de levadura percibido, lo rechaza, y sólo puede existir cuando el obsesivo injiere su inexistencia e impercepción, y le da forma, le da grosor, le da estómago. La histeria no es una enfermedad del histérico, sino una enfermedad del obsesivo. Doctores, cuando tengan en sus divanes a aquella mujer histérica menospreciando su alma sin poder entender que es su propio estómago quien se evapora, averigüen pronto quién es su novio, pues les juro que él necesitará más ayuda de ustedes que la paciente. Receten Midax a las histéricas y salvarán vidas con estómagos. Dios aún espía mi REM dentro de los parpadeos inútiles a mis enemigos; aún intenta hacerme hablar despertándome a cada minuto. No delataré a quien planea matarte, Diosito. La angustia es mi más profunda novedad; irremediablemente, caigo en el goce de mi eterna depresión estomacal que no me permite ser infiel. Pienso que toda mi vida me preguntaré cómo es la novedad del regreso del patrón que me ha abandonado. Supongo que si el amor que te abandona aparece en tu cabeza, tu estómago le exigirá a ella algún otro que llegó-después. La histeria repela al Cáncer. Las imperfecciones de la mujer que rechacé se hicieron famosas, y han comenzado a gustarme. Tal vez sólo así me mantenga vivo. Si alguna vez me ganan los histéricos será porque ellos, probablemente, dialoguen con su arrepentimiento, mientras yo cada vez más me doy cuenta de que mis pactos son monólogos sin ruido.

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Secci贸n 2 Durante el Midax

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A mi panza 25 de Mayo de 2005 Estoy muy gordo, cómo has crecido. Me pesa el cuerpo y no maniobro bien. ¿Cómo se supone que una mujer hermosa se acueste conmigo? Qué maravilloso, mis angustias se han acumulado y revientan mi ombligo. Explotaré como una peste por sobre todos los ciudadanos desertores e histéricos. Por fin mis inteligencias han alterado mi cuerpo y no debo ya parlotear para que me crean capaz. La locura ha vislumbrado mis próximas fotografías en la playa. Mi epidemia ya no está más oculta, florece y resplandece, algo más para que anoten los del norte; nada está reservado a mi intimidad, mis costillas desaparecidas niegan a los sanos sus inteligencias. Habitualmente guardaría en secreto mis pensamientos, sin compartirlos con nadie, pero hoy mi panza le habla al mundo y lo despierta sin temer que mis neuronas se consideren absurdas y en vergüenza; y ya he matado a mi madre para que me enjuicien de nuevo. Mis secretos están aquí exhibidos ante los ojos de todos aquellos que hayan intuido un detalle de locura en todos mis trastornos o síntomas. Pues la obsesión es un síntoma y no un trastorno, deberán cambiar la sigla que nos define; y sólo hablo de una dialéctica en las siglas que no me desata el nudo. A menudo me he sentido abolido por mi cuerpo, desgastado por mis costillas frágiles, derrotado en alguna pelea, pero hoy me encuentro desafiando a quién sea y en dónde sea, me creo capaz de defender a una mujer y ganar el pleito. Pero no sé cómo me sentiría desnudo en la cama con una chica, no persisten muchas almas interesadas en un

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cuerpo poco bello. Sí creo que mi rostro ha mejorado, no tengo mis cachetes delgados y mi cuello es más varonil, ya no me cierran las camisas. Qué divertido es mi cuerpo ante el espejo que cree no reconocerme y que perdí mi esqueleto en una mudanza. Habría sido interesante una transformación de mi cuerpo en una de mis obras de teatro. Aparecer escuálido en el primer acto y volver en el segundo, habiéndome tomado unos cuantos Midax detrás de las tablas, gordo e hinchado para la sorpresa de todos. Sería una obra auténtica y descolocaría a cualquier espectador resignado por la casa de Bernarda. Mi cambio abrupto creará en mi historia un corte exquisito y manipulable, me aprovecharé de aquellos que aún creen que estoy mintiendo. Hoy prefiero mi panza antes que el cartel de las Heterias en mi frente para creerme un salvador. ¿Por qué alguien quiere salvar al mundo? ¿Qué ha hecho él por nosotros? Todos dormirán intranquilos cuando mi colchón se hunda más de lo común y no podrán jamás desmentir que mis locuras son sinceras y ultrajan mi posada todas las mañanas que pierdo mi bienestar. Estoy gordo, ¿todavía no creen mi desequilibrio, mi perdido sentido de salud? Entiendan que ahora soy un gordito angustiado, pero en plena recuperación, y asustado por la amenaza blanca y redonda que pretende arrebatarme la locura: el Midax. El Cáncer ha rebanado el brazo hinchado de mi madre y ha puesto su carne en mi estómago, como advertencia o como indicio. Mi elefante hoy ha nacido de mi vientre, y mi hígado espera poder despedirse antes de reventar. ¿Qué debo ofrecer yo, si aún no tengo hijos? Mi cuerpo es una plaza bélica y es el Midax quien sitió mi estómago. El Midax es una obsesión, y mis obsesiones, militantes. El medicamento me ha obligado a la fuerza a no ejecutar acciones que quiero hacer. Es una compulsión al revés. Me siento compelido por él, me coarta, limita la libertad que había conseguido, con tanto esfuerzo, con mis pactos. Será mi último anacasmo cuando el Cáncer venga por mí, me dará muerte en mis trincheras. Mi imaginación es más inteligente que fantástica. Soy el enfermo con más papelitos en la historia de las experiencias instituidas por la naturaleza. Yo sólo aborto a mi culpa con el nacimiento de mis obsesiones más sinceras y premeditadas. Pero ese aborto debe ser perfecto, no puedo matar a la culpa ofreciéndole un pacto sucio y

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perezoso. Mi madre pudo abortar a mi hermano, pero nunca logró arrebatar de su cuerpo el arrepentimiento por su ofrenda imperfecta. No abortó a su Cáncer y murió cumpliendo su culpa. La duda en mí no es un componente emocional o afectivo, sino que es cognitivo, está dentro de la obsesión. Yo no tengo dudas en la toma de una decisión, sólo no creo deber tomarla. Entonces, la tomo pero aclaro que no soy yo quien tiene la autoridad de decidir y de hablar. Me obsesiona la pedantería de tomar una decisión, temo la ira de otros que son más fuertes que yo, le temo a quienes sí deben decidir. Tanto igual sucede con la percepción, que si bien la tengo, no debería. Midax, desiste a la idea de que me verá sano y normal, no podrá jamás apagar lo poco que me queda de inteligencia y fantasía. No pretendo morirme loco, pero sí peleo por vivir mágica y románticamente diferente. T. C. Ten mucho cuidado a quien amas, amigo mío. Me disgustaría que tú sufrieras como lo he hecho yo, no quiero que me ganes en un concurso de angustias, no me opaques. No es egoísmo, es sólo una manera ventajosa de no desearte una desgracia. Convengamos que siempre el evitar una desesperación al prójimo contrae una satisfacción leve al orador. El rezo no es más que un acto egoísta, pero bien visto. Nos hace sentir una mejor persona y, por sobretodo, nos desliga de cualquiera responsabilidad por desagradables desapariciones de quienes no debieron dejar a una familia. La oración elimina arrepentimientos en una desgracia. Yo rezo para que no te topes con los labios de una crueldad inconstante, que devastará tus intestinos. Mi última plegaria sincera lo sacará al Diablo del purgatorio. Recuerda que el histérico es un perverso engañador, es aquel que te ofrece su esencia en la mañana y por la noche te recrimina haberla aceptado. Para mi cumpleaños la histeria me regalo un reloj y dos días después me rebanó las muñecas. No creo estar cerca de ser un esclavo, pero siempre caigo en un último beso de ella, y juraría que nunca dejaré de regresar a buscarlo cuando me lo prometa. Sólo soy parte de lo que tanto reclaman los militantes, permito que los histéricos sigan viviendo y no se

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conviertan en inservibles que a nadie engañan, y así la sociedad persiste, pues existen más histéricos que granos de arena y yo soy quien siempre perdona sus egoísmos. ¿Acaso no es eso conciencia social? El clonazepam sólo reduce el uso de la olanzapina, aquellos que ingieren aquella dulce droga son solo unos mentirosos indecisos, no son dignos de llamarse enfermos. Y yo pido perdón a aquellas pocas mujeres que he rechazado cuando mi estúpida inmadurez amenazaba mi locura. Por entonces no conocía a la histeria, no podía ver que quizás escurridizamente salía de mis labios cuando las mujeres que de en verdad me querían a su lado se oscurecían cuando la siempre invalida proyección por otros ojos en mi adolescencia monopolizaba mis encuentros en soledad. Lamentablemente, siempre he esperado a mujeres y evitado a quienes ya habían llegado, les puedo jurar que ahora me desvanezco de vergüenza cuando recuerdo a quienes se acercaron, y rozo la mutilación cuando me recrimino una chispa de histeria en mis carnes jóvenes. Igualmente, nadie me extirpará la autoridad que tengo para reprocharle a la histeria su constante maltrato en mi tajado corazón, y no dejaré de ser un enfermo digno, un hombre de drogas heroicas, un joven de depresiones honestas e inventos excepcionales que enamorarían a cualquier mujer que muestre un mínimo grado de cuestionamiento por la originalidad, un obsesivo orgulloso de sufrirlo. Ojalá, pueda parir por la tarde el monstruoso engendro que me taladra el estómago en mi memoria, pero que no deje de ser capaz de inventarme una última inteligencia. Mañana te llamaré para que comamos juntos. Yo sigo igual, gracias a la angustia. ¿Tú has sufrido mucho en estos tiempos?, porque si bien he rezado por ti, no te he prestado atención. No dejes de amar y prepárate para tolerar el odio opuesto. Algunos hablan del alma, yo hablo del estómago. Yo amo con el estómago, y puedo asegurarte que es la peor manera de amar a una madre.

La foto de tu novia se ha convertido hoy en aquello que no recuerdas con dimensiones. Ese gesto en una foto te ha hecho creer

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que desnuda era así de hermosa. La foto hermosa de tu novia es la imaginación más partida de tu cerebro en un plano con colores. Ninguna mujer es tan hermosa en movimiento, como lo es en una foto en donde salió hermosa “Solo Romina”. Lucas Moltrasio. Lo peor de esto es que cuando la imaginas caminando, girando el rostro, hablando, su imagen es aquella foto. Tu proyecto tiene el rostro de esa foto. Tu imagen acústica terminará por defraudarte sin quiebres. Y todo termina cuando la has mirado demasiado. Se transforma en un monstruo y te ayuda a derrotar tu imaginación, que aún la muestra hermosa. Necesitarás otros quiebres divinos para luchar contra el espíritu maligno. La adicción termina con el amor, el desgaste te hace desconocer tanto como jamás haber conocido. Como el ruido eterno se transforma en silencio, como el frío constante termina quemándote, la partición de colores transforma a tu novia en tu madre. Tu amada, al final del camino, será solo tu madre. Nadie es molesto quieto, en acción pareciera que no nos han aceptado en la academia de Bellas Artes de Viena. En un bailarín acelerado podrán notar que dibuja, imperceptiblemente con sus miembros alzándolos y balanceándolos rítmicamente, una interminable señal de la cruz. Y una cruz en movimiento no es más que la muerte de los judíos. El ballet es un militante nazi encubierto. En 559 días me vengaré de la guerra. No hay manera indeseable de amar en la Angustia, solo tiene la Culpa una manera cruel de amar lo innecesario, de ocultar la tragedia. No hay amor que sea sincero; el amor no existe más que como relación de tu culpa oscura y oculta con aquella inefable quebradura de un labio. La mujer como patrón, y tus hijos crecerán educados por descuidos del patrón despierto original, del étalon, del trauma aún fuera de catarsis. El conocimiento te puede ubicar en dos extremos diferentes: en la histeria o en la obsesión. Si usas, a su vez, la inteligencia, caerás en la obsesión; si usas, a su vez, la imitación, terminarás siendo un histérico. Repito que nos manejamos por colores, por escenarios en nuestros cerebros; intuimos el peligro como una masa coloreada, como un gas con formas por dentro; tenemos el color en el cerebro y el volumen de los colores puros y descifrados, que llaman nuestra atención, en el estómago. Por estos dos canales,

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pactamos; y suele suceder que lo que percibimos se deforma en el accionar. Pareciera que la esencia le miente al acto, o este último no le corresponde al primero. A veces los colores se mezclan y la opción por tomar nos la retiene lúdicamente Dios. O tal vez nuestro convencimiento se convierta en un pintor para tapar las apariciones en el cerebro, y que el volumen se presente en nuestro estómago disfrazado y dañino. Si percibiéramos a nuestros estómagos puros y sin influencias veríamos el mundo manchado solo por nuestra esencia, y no por nuestra ingenuidad o engaño. Podría pasar que mañana despierte y mi camisa aparezca de otro color; será allí cuando mis sueños tengan el irresponsable miedo de poder dejarme ver entre sus ladrillos. Todo tiene una figuración que nos es necesaria a los locos: dormimos, nos levantamos; dormimos, nos levantamos: así se debe decir “pasado mañana”. No ven en “pasado mañana” una abstracción terriblemente irritante. Como si estuviéramos evitando el medio entre un día y otro; evitando una acción fundamental para que pasen los días desgraciados o tan solo para aprisionar la ansiedad. No podré soportar entender cuánto me falta para otro día reduciendo mis vivencias sin momentos que separen los días. Te amo, te dejo: “el año que viene”. Pasado mañana, seguiré inventando torpes palabreríos para convencerlos de que ya me leen muerto.

A los militantes del Clonax Los mártires son creados por sus enemigos y sus enemigos fueron mártires creados por los enemigos de ellos. Siempre terminarán matando las opiniones diferentes y muriendo a manos de ellas. Que haya más gente odiando a otros peores que tú, no evitará que varios te odien igual. El Cáncer de mi madre mató la revolución, pero no matará a quiénes griten una lucha llena de contradicciones, una lucha histérica, no matará la poca razón, ni a los noviecitos que se formen en una manifestación. No hay algo más hipócrita que una sonrisa en una manifestación por la justicia. No hay nada más perverso que una joven sosteniendo una bandera mientras le manosean el trasero sus compañeros, “El primer deber

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de una revolucionaria es verse bonita”, sino, ¿para qué peleamos? ¿Acaso no saben ustedes que quien escribió lo que repiten fue muerto por pretender una democracia? ¿Por qué tantas contradicciones? ¡Sinceramente!, dejen de mentir y divagar solo para que sean vistos en la sociedad. Todos ustedes son unos neuróticos sin méritos e indignos, y si me acerco un poco más les diría que rozan la psicosis más idiota que haya existido. No son los hijos preferidos de nadie. No mezclen lugares en los mapas, nada saben de geografía, de historia y mucho menos de nuestra economía. ¿Qué harán para salvarnos? Ustedes existen solo por sus debilidades. Sus mediocridades e insuficiencias los hacen simpáticos. Cuando creen que son los únicos que entienden algo, deben entender que se convierten en personajes de ficción o comedia. Sus espacios naranjas se han unidos. ¡Dejen de repetir! ¡Dejen de mal entender lo que repiten! Si tan sólo se levantará de su tierra quien en las portadas de sus libros plasmó su nombre, vomitaría en sus ollas populares. Yo no sé qué es la democracia, pero sé que ustedes no saben qué es la revolución. Para comenzar a rogarles que levanten a mi mujer del naufragio que atormenta el río de nuestra descendencia, en el que sus neuronas ya no logran diferenciar los colores, les pido que se afeiten la barba, pues a mí no me crece y me siento menos que ustedes y con poca valentía para recuperar lo poco de estómago que le queda a mi amada. ¿Qué le han hecho a ese penetrante color que hoy algunos dicen que el verde brilla más fuerte? Dejen de creer que algo les puede pertenecer, no son más que una manada de autómatas con corazón histérico corriendo detrás de una bandera disponible. Han tropezado en el infantilismo torpe del pueblo que no nos representa. ¿Ustedes son el pueblo?, pues se han olvidado de la gente con razón, la han discriminado para no compararse con aquellos que tan solo con un pronombre los dejarían en ridículo enfrente de la dama que los escucha, con asombro e idolatría, hablar de la estúpida revolución, que solo les provee mujeres en sus camas. Cada uno de ustedes persigue un propósito con diferentes labios, y luego se prestan el propósito alcanzado recíprocamente. Son signos que se articulan por la presencia o ausencia de otros, y creen que pertenecer a algo les dará una vida, cuando, en realidad, están

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asesinando cruelmente a los que no queremos morir por sus manos felices. Son solo almas iguales con algunas tildes diacríticas. Sus histerias me han rebanado los pies y sus banderas por las calles me vomitan el último beso vacío de aquélla que corrió hacia sus palabrerías amorosas y poco congruentes, pero eficientes. Me han hurtado mi conciencia y encima ustedes me piden que ella sea social. ¿Quiénes se han creído ustedes para arrebatarme a mi novia? ¿Acaso no se han dado cuenta que ella no vale la pena? ¿Cuántos de ustedes la han tenido en su cama? La despreciarán cuando se canse de su ambiente y se dedique a la costurería, y se acueste con diferentes costureros todas las noches. Les presento a la mujer que evitará que sus manos manoseen sus miembros. Qué mejor lugar que su aposento para acostarse con mujeres. Dibujarlos ha sido una de las tareas más fáciles que he tenido, sólo copio a alguno de ustedes y lo multiplico sin sujeto. Son todos iguales, han dejado sus individualidades en mi cuerpo y yo tengo diversidades para los próximos siglos. Son una masa única para pestañear. Son todos el mismo espacio naranja, pero no diría de piel, sino dibujado. Asientan con la cabeza cualquier pavada que alguno de los tantos estúpidos que los domina opina con ignorancia escondida en una bandera. No tienen mejor cosa que hacer que sostener una bandera repetitiva y sumergida en la más torpe de las utopías. Me dan lástima, pero algunos de ustedes se acuestan con mi mujer y por esto los mataría uno por uno. Sus cerebros están descompuestos y vomitarán en sus cielos cuando mueran de una gripe. Pues claro, no tendrán una muerte heroica, ¿acaso la esperaban? Háganse cargo de lo que hicieron cuando otros hicieron algo peor. No se manifiesten como víctimas con sus manos limpias. Hoy un robot le hace el amor a mi mujer, y siendo imposible, no ha querido volver a mí. Si eliminas cualquier solución lógica a una discrepancia, aunque imposible, lo ilógico es invariablemente enamorarse de un militante. Les aconsejo terminar con lo que están haciendo, pues quiero morir en una tierra en democracia. No me avergüencen aún más de lo que lo hicieron llevándose a mi novia. Respondan al pueblo y lárguense de aquí. No roben más novias a los que pensamos. Inútiles, no quiero menospreciarlos, pero deberán

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ocultar su estupidez, solo al menos para que yo no entierre mi sexo. Háganme creer en mi inteligencia, la cual he desterrado cuando la amante de todos ustedes se alejó de mí. Mi tumor agradece la colaboración de ustedes para enfermar mis huesos y yo me divertiré con él cuando decida su próxima ronda. No puedo dejar de reírme de ustedes y mi mujer no puede dejar de acostarse con ustedes. Sinceramente no sé de qué me río, su vagina está quebrada y su cama manchada de constantes lujurias. Regálenme su almohada y no hablaré jamás mal de ustedes. Perdón, ustedes no tienen la culpa, no van a rechazar a una mujer entregada porque ella dejó desolado a un trastornado. Pero permítanme repudiarlos, menospreciarlos y tratarlos como idiotas para convencerme de que mi mujer no tiene futuro. Que se pongan firmes no significa que dejen de creerlos asesinos. Son el país del homenaje a la idiotez. No entiendo de política, sólo estoy opinando de celos. Todos los antagonismos tienden a la unidad de los rivales. Sus némesis escondidas en lo sensible de sus almas despertarán en sus conciencias minutos antes de morir. No podrán sostener lo que hoy recitan cuando sus nietos les pregunten sobre la moral. Un digno guerrero mata a su enemigo minutos antes de su propia muerte, así no podrá jamás juzgarse de criminal. La traición los vendrá a buscar en sus féretros, y sus niños se volverán histéricos. Todos morimos sin política y sin pueblo porque días antes de ser comidos por la tierra, y menospreciados por El DACC, dejamos de fantasear. En la muerte, el estómago convencido se convierte en sincero. Apelar a la política es la indigencia intelectual del rebelde perezoso. Procuren soledades para que los secretos de sus corazones no se descubran en el don de otro. Sus finalidades han despertado convertidas en monstruosos insectos; no permitan que su sujeto amanezca igual. Mi madre es militante del Cáncer. Su revolución me vendrá a buscar, pronto. La revolución es una virgen. Seré el subjetivo de los olvidos del Otro.

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A la tan usada Recuerdo que has podido entender que jamás entenderás a mis uñas cuando me desgarran por las noches y mis dientes se destrozan por los nervios. Si eres normal es tu problema, no quieras culparme a mí por ser a veces anormal. Yo no soy neurótico, sólo estoy nervioso. No me quieras confundir. Mis anomalías han desfigurado mi única memoria que te recuerda simpática, y he debido mantener admisibles tus excusas para no despreciar mi cuerpo. Mujer, tengo mis restos reprochándoles a mis dedos sus desatenciones acumuladas en los bolsillos de aquel pantalón que no te gustaba. No me argumentes tu huída con decoradas oraciones que no te acusan de un maltrato híspido en mis ojos incluso ya desgarrados al verte cada mañana sonreírme incoerciblemente aguardando solo aquel día en el que dejé de serte útil. ¿Cuán vulgar fueron tus senos en mi lengua que ahora los alejas para acercarlos a los tantos autómatas que llamarán tu repetidamente imitada atención? Mi querida ninfa, ¿le has dado tiempo a tu cuerpo para que so-ólo reflexione en un cuarto sin gente? Tus piernas son frágiles y mis visiones las hacen aún más abiertas en tus relajos pervertidos que en tus constantes reuniones. Si tan solo fueras intocable en tus variadas ruedas, podrían mis neuronas imaginar menos. Sólo te reclamo extraer de mis ojos algunos de los tantos cuerpos que se bifurcan de tu sexo. Déjame tu anuencia para creer que tu híbrida conducta es una exageración de mi angustia. Y sinceramente tu permiso no bastaría sin un coordinado engaño en mi intestino. Cuando termine de ser descarado te pediré disculpas por repetir que nunca me soportaste, pero no olvides que dejaré de odiarte cuando vuelvas, y si no lo haces de seguro que me olvidaré de ti; si me esperan varios años para borrarme tus palabras que nunca fueron apropiadas, pero no tenía otras ordenadas en mis orejas. Si me dieras algunas de tus uñas para recordarte, dibujaría tu rostro, que ya no recuerdo, en mis últimas telas, y mi remembranza te degollaría cuando tengas tu primer parpadeo. Para hoy tu cuerpo ya deberá estar depravado y en uso, y tu nariz habrá palpado pelos de varios colores, y sus olores te traerán recuerdos inapropiados en la mesa con tu familia. ¿Sabrá tu padre de tus andanzas? Vergüenza tendría que darte, eras una niña

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pocos años atrás. Ahora no te quites el disfraz, nadie te quiere tímida. Yo desnudo soy un monstruo tímido. Ahora no solo eres común sino que también estás desgastada en varias reminiscencias de hombres vagos y citadores de hipocresías malgastadas excepto en ti. Tuviste tanta prisa en conocer a alguien más, que tu egoísmo, que desbastó mis piernas, se derroca cuando tan solo ves barba azul en el rostro de cualquier joven. No has rechazado a nadie después de mí. Qué buen corazón has tenido para aceptar en tu casa a los torpes que te rodean. ¿Acaso estás desnuda ahora? No olvides que me debes una noche. En nuestro último roce me convenciste de que habría tiempo para tocarnos una vez más. ¿O debo creer que hablaste descaradamente para alejarme de tus caderas en aquel momento, y debo ahora acumular tus rostros con tus dientes mordiendo tus labios en mi memoria y, llegado allí, tal rejunte lo considere real? ¿Así es como cumples tus promesas?, pues te diré que no tengo tanta imaginación como crees. Mi imaginación sirve regularmente para angustiarme y no llegará nunca a exceder mi depresión y transformarla en goce. Nunca vuelvas a subestimar mi satisfacción. Tus pervertidos sentidos prefieren la música antes que mi figurativa pintura desalojada, y tus rostros en mis telas creen no reconocerse cuando los copio. Ella es otra. Me han descompuesto las ideas que aún no se me permiten retener y creo que si pudiera contenerlas sólo para una charla entre amigos, sería el joven más inteligente de la militancia. Incluso creo que algunas están dormidas y despertarán en las mañanas de otros que plagiarán inteligencias que no recuerdo. Si mi memoria funcionara, salvaría el mundo antes de parpadear en la mañana. Ya poco recuerdo, y será una verdadera pena. Soy un genio sin memoria, casi inutilizable. ¿Cuán descarados fueron mis carpinteros? Si decido ser feliz será sólo porque no soy digno de ser triste, y no quiero enojar a los enfermos. Tus desagradables insultos me vendrán a buscar cuando se harten de tu boca y me hablarán mal de ti llegada el alba. No tendrás oportunidad de recuperarlos si quieres ser una mejor persona. ¿Cuántos hombres te rodean en tu habitación? ¿Has tenido

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la congruencia de mirarlos a los ojos? Te has cansado antes de comer y todavía hay militantes que no recuerdas en tus noches. Son pocos para una revolución, pero muchos en tu colchón. Tu vientre acoge inalcanzables pieles perezosas y tus pechos desgastados se estiran hasta la punta de tus pies. Cuán usada estás que hasta podrían rifarte en una manifestación. Tus mañanas vengarán mis noches cuando no te despierten, llenarán de tinieblas tus almohadas y te harán vomitar sobre los hombros de tu compañero. Duermes siempre acompañada, y lo haces porque tu muerte se asomará pronto, y así tendrás a alguien que avise a tus padres, y abra las ventanas para que el olor a tus dientes podridos de muerte no rebalse en la habitación; y esconda los restos que salieron de él la noche anterior y que arrojase en un tacho de basura pequeño, rebalsado y oloroso como tus labios violetas. Tal vez metas tu cabeza en ese tacho todas las pocas mañanas que tus idiotas no quisieron quedarse. Ya no podrás ni siquiera peinarte. Mis tragedias se comprimirán en tus piernas cuando dejes de caminar, y saldrán a celebrar en un nuevo cuerpo alejándose de mis recientes actuaciones. No te atrevas a regalarme un recuerdo que desgarraría mis intestinos, si alguien te lo aconsejase. Solo sigue desmintiendo tus ocasiones junto a mí y todo saldrá no tan mal. Cuando me recuerdes, no me mientas, porque puedo alcanzar a escuchar voces cuando son vagamente sonadas desde pequeños cerebros pervertidos por la desgracia de su tamaño. Tus amantes son las armas de mis excusas; son el exterior de mi imaginación. ¿Acaso tu hombre se está riendo de mi amor? ¿Habrá algún tercero que jamás esboce una sonrisa ante la historia de amor de otro? Tus desordenadas venas me buscarán cuando intentes cortarlas, porque no eres tan inteligente, pero lo suficiente para por fin entenderlo. No intentes matarte, te saldrá mal de todas formas. No eres tan capaz. Mi pobre mujer, ¿qué ha quedado en tu espíritu si ni siquiera puedes irte de aquí por voluntad? Sólo te aconsejo seguir durmiendo con varias manzanas podridas y convencerte de que lo que tengas es envidiable para los menos favorecidos por el Dios que te menosprecia dentro de tu círculo menos triste. Si todavía no te has lavado el cuerpo, hazlo con urgencia, pues tu ignorante olor a poca razón me descompone cuando mi

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memoria se revela ante la fatalidad, y no la puede arrebatar de mis pensamientos. Si tan sólo te creyera un monstruo regularmente despreciado, con enormes dientes pujantes que desgarraran cualquier cuerpo que se les presentara una gigante bestia en un laberinto de penumbras con una egoísta vida prisionera , aunque fueras solo la víctima noble de las penurias, aquella a la que obligaran a ser una amenaza para los de su pueblo, aunque tus uñas estuvieran cortas y tus dientes picados, yo podría seguir amándote. No diré que no puedo vivir sin ti. De hecho estoy escribiendo esta carta. Te he dicho que eres hermosamente hermosa, y no lo he creído. Creo no ser un mentiroso. Pero estoy triste, de aquella forma más triste que se puede llegar. Te culpo de mi tristeza, pero no te culpo del porqué de mi tristeza. Culpo a la culpa de haberme aferrado a ti, y culpo al cáncer por no llevarte de niña. Y creer que alguna vez pensé, que tú me salvarías de mi tumor. No leas en mis ojos la terrible resistencia al parpadeo, yo jamás incliné mi cabeza hacia atrás para descubrir tu podrida sinceridad. Tu vientre golpeado y agotado por los que lo han alcanzado tiene lo que te queda de tu culpa, y la has encerrado bien. Con urgencia me he permitido desarrollar mis muñecas cuando me mareo con el arrepentimiento de tus desnudos en mi cabeza, y he sentido con definida constancia los tumores que me acogerían en pocos años, si tal vergonzosa rabia ganase la licitación en mis manos. No tengo apuro en verte llorar, pero no quiero imaginar lo que haces mientras tanto. Por último te recuerdo que antes no eras tan fácil. Te has desmoronado inapropiadamente y nadie, jamás, podrá limpiarte, nunca,... madre.

Si acaso alguien supiera la duda que acarrea mis palabras, sabría que no podré hablar después de intentar vivir. Los últimos héroes han muerto mudos para salvarnos, la duda es la crucifixión de mi cuerpo y ustedes no saben lo que hacen. Agradecidos estarán cuando crean mis locuras, que salen de mis labios cuando mis dientes no se atacan por la angustia. Qué bello es el sol cuando por fin me doy cuenta que sólo presenta la oscura noche, que acumula

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mis lágrimas amarillas en mi almohada. Atormentado en la mañana, la luz no me permite llorar y tengo mis párpados atados hasta que el negro cielo intenta dormirme. Tristes son la noche y el día, pero esta última no me desahoga el cuerpo y mis ojos partidos ya creen no haberte visto jamás. Nada de lo que digo es seguro, todo persiste en la síntesis de la duda. Pero hablo y opino como si alguna de mis neuronas creyera tener aún la verdad que les arrebato Cristo. La única verdad descansa en mis dudas excusadas desde que algún sinvergüenza se retractó ante otro que no le creyó. ¿Quién llega a ser más triste: mi estómago o mi cerebro? Sólo creo que mi estómago no puede gritar, como el día, y a mi cerebro lo escucho decidir y renegar, como la noche. Todas las horas son devastadoras en mis recuerdos y en mis pausas mi cuerpo no coordina con la sensibilidad de quienes me quieren. La desgracia me traerá mi desgastada y perpetua gloria, y allí será donde re-encarneceré por un tiempo más; molestando. Decidiré quién me apriete la mano antes de huir al infierno y sólo a él le agradeceré su atención y su preocupación por verme incendiado. Ya hablé sobre la comedia... como me gusta reír... será porque adoro todo lo que no tengo, como un gran histérico sin sentencia. Pero tengo el cuidadoso deseo de la burla que no me asusta perderla. Mientras mi angustia se apropie de mi vientre, mantendré el deseo de lo que aún no apareció tangible en mi estómago. El abandono de la angustia abandona sin remediaciones el deseo. Ayer por la mañana Cristo me visito, como siempre a través de mi incondicional angustia, pues claro, el flacucho barbudo no ha dejado de ser cobarde, y me recito un poema vacío, egoísta y muy largo, larguísimo, tanto que lo interrumpí y le dije “Basta flaco, resumí, ¿qué me quieres decir?”, y me contestó, “No lo recuerdo... ah, sí, Dios te ama”, y se bajo los pantalones y me empezó a correr por la habitación, diciéndome “te amo Tomás, te amo, te amo...” Tuve que abrir las ventanas para que se vaya el olor que me dejó en las paredes. Yo sólo espero que me acepten en el infierno pues parece que en el cielo se aman entre todos y se toquetean sin ataduras. Dios es el primer infiel. Si yo llegará a pensar que quien muere nos vigila o nos cuida, la vergüenza que me abundara me haría desesperadamente justificarle a aquel fantasma todas mis

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perversiones; me volvería un arrepentimiento con pene morado, pues no dejaría de hacer ningún pecado, sólo trataría de engañarlo para que no me condene. Los rituales son secuencias de conductas repetitivamente elegidas y necesarias para envejecer. Tienen la misma magnitud compulsiva que mover las piernas para caminar. La única diferencia que tiene un ritual y una caminata por el parque es que el ritual es elitista y excepcional, mientras que el caminar lo practican todos los capacitados para ello. Por lo tanto, el ritual es una recreación sana y fundamental, aunque tal vez sea incomoda para ciertos aprendices, y no sería tampoco un trastorno, sino una particularidad ocurrente. Las conductas pactadas son ocurrencias anunciadas por una angustia no endulzada triste o una angustia endulzada menos triste, casi alegre; la recreación pertenece en ellas como un envejecimiento activo y concupiscente. La emoción pactante se disolverá en nuestro cerebro y descenderá hacia el estómago bondadoso de los vivientes; separada, se turnará para hacernos entender que todavía estamos vivos, y nos engañará precozmente cuando ya hemos muerto.

Recuerden que el hombre feliz no es más inteligente que el hombre triste, sólo tiene menos memoria e intuición, acorta su historia y sabe vivir aún mejor que un sacerdote. Yo siempre desee tener lo que se llama una imaginación saludable, extrema y útil; preservar su uso para imaginar una desgracia con tanto entusiasmo y precisión angular que el solo hecho de no vivenciar aquella desgracia me haga sentir endulzadamente angustiado. El darse cuenta de que aún la tragedia imaginada no nos ha cortado con sus filosas astillas nos llena de plenitud y nos hace dar las gracias a quién sea que le debamos ese favor. La virtud imaginativa recaerá en la exacta sujeción tangible de una angustia que no se ha disparado aún en nuestro estómago. Se transformaría nuestra conducta en un opuesto ¿no? del pacto: telefonear a la angustia para la prosperidad del agradecimiento. El DACC jamás tomará nuestro agradecimiento sin esfuerzo. Aquí descubro la

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dialéctica del histérico que tanto me pertenece en las retóricas de los pactos para evitar la tragedia antes que el arrepentimiento.

Conducta Pura no adaptada “Sanciones pulmón en mis ojos” Los casos del no pestañeo: Evitar que el plano negro se ubique entre medio de un espacio de persona o naranja. Que un espacio naranja no aparezca cuando abro los ojos y que no desaparezca cuando los cierro. Lo que veo cuando tengo cerrados los ojos lo llamaremos “Plano negro”, y lo hay de tres clases: los planos negros no aceptables, los quiebres y los canceladores. Entonces, evitaré que el plano negro se ubique entre medio de los espacios de persona. Estos últimos, también llamados espacios naranjas, se les llama a lo que es, simplemente, ver una persona, apuntando la vista sobre su cuerpo vestido o desnudo. Por consiguiente, si se interpone un plano negro en un espacio naranja, esta conducta divide el espacio naranja creando dos de ellos. Así convertimos el plano negro en no aceptable y habrá que recurrir a la cancelación. Aquí nos encontramos con “El caso simple del no pestañeo”, que es precisamente la interposición del plano negro no aceptable entre dos espacios de persona iguales. Otro caso diferente sería si el plano negro no aceptable se ubicara entre dos espacios de persona distintos. Con esto me refiero a si fueran dos persona distintas alternadas entre los dos espacios creados por el plano negro no aceptable. Este es “El caso doble del no pestañeo”. Tenemos aquí una persona A y una persona B. La persona A corresponde al espacio último antes del plano negro no aceptable y la persona B al espacio primero después del plano negro no aceptable. Ahora podemos encontrarnos, también, con el siguiente caso denominado “El caso del blanco en el no pestañeo”, que consiste en que el plano negro se ubique entre un espacio de persona y un espacio blanco, y con espacio blanco me refiero a cualquier espacio que aparece con los ojos abiertos y que no sea un espacio naranja. El espacio blanco puede aparecer como último espacio antes del plano negro no aceptable o como primer espacio después del plano negro no aceptable. Para los tres casos se requiere una cancelación. Recordemos que toda cancelación comienza luego del quiebre. El quiebre borra toda conducta anterior a él, para

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empezar de cero. Hace que no se consideren las conductas previas para evitar sumarlas con las que vendrán y no empeorar la falta que dejó para cancelar o, como veremos en el caso de las secuencias de persona, eliminar el riesgo por la aparición de una conducta inaceptable. Cuando se quiebra, nada de lo que hagamos se sumará a lo anterior; lo anterior desaparece dejando una falta por cancelar o simplemente evitándola. En las conductas del no pestañeo, el quiebre es único: pestañear mirando una parte de nuestro cuerpo. Es decir, ubicar un plano negro quiebre entre dos espacios propios iguales o distintos. Cancelación en el caso simple del no pestañeo: aquí se cancela la conducta no aceptable buscando un espacio blanco, se pestañea allí, una sola vez, es decir, ubicando el plano negro entre dos espacios blancos, y así convirtiéndolo en un plano negro cancelador, y luego se vuelve al espacio naranja pestañeado. Esto se repite tantas veces como hemos ubicado el plano negro no aceptable entre el espacio de persona, pero respetando la secuencia de personas y las leyes del número de oro como en las cancelaciones de la normativa, se le suma un paso más al error. Cancelación en el caso doble del no pestañeo: En este caso se cancela la acción ubicando el plano negro cancelador entre dos espacios blancos y luego se vuelve al espacio naranja último antes del plano negro no aceptable. Después se ubica el plano negro entre dos espacios blancos y se vuelve al espacio naranja primero después del plano negro no aceptable. Se repite tantas veces como hemos ubicado el plano negro no aceptable entre los espacios de personas diferentes, pero respetando la secuencia de personas y las leyes del número de oro. Cancelación en el caso del blanco en el no pestañeo: Se cancela de igual forma que en el caso del simple pestañeo. Se utilizará el quiebre para borrar las cancelaciones y secuencias. Ahora bien, existen, dentro de los espacios naranjas, diferentes tipos. Los llamados espacios de persona piel: son aquellos referidos a los cuerpos de las personas alrededor nuestro; los llamados “Espacios de personas Signos” son los espacios en donde aparecen los nombres propios y las palabras, no las letras, que son Cortadas; los espacios de personas dibujadas: intervienen los dibujos de personas de piel, los dibujos de personas deformadas, sugerencia de personas dibujadas, dibujos de espacios raros que fueron convertidos o no los dibujos digitales o

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reflejados en reproducciones fílmicas, televisivas o fotográficas son considerados espacios naranjas de dibujos, y no reflejados, siempre que no hayan sido antes o después, dentro del hábitat escénico, personas reflejadas; y los espacios de personas reflejados: espacios de personas de piel reflejadas en espejos, láminas, vidrios, etc., en reproducciones fílmicas, televisivas o fotográficas. Por último diremos que cada una de las sombras de todos los espacios se considera inaceptada en el pestañeo e iguales al cuerpo o espacio que imita su encierro negro. Verán claramente las consideraciones de cada uno de ellos cuando expliquemos, en los casos especiales de los espacios, lo que abarca un espacio de piel y todas las permisiones y acuerdos con El DACC sobre lo que es un mismo o distinto espacio de persona. Aparece una particularidad: cuando los tipos de espacios naranjas se superponen o se crean una unión de espacios iguales o distintos. Es decir, si una sombra de un espacio de piel se une con otra sombra de otro espacio de piel, y uno pestañea en el plano de unión de estos dos espacios, habrá que cancelar los dos espacios por separado como en el caso del doble pestañeo. Así, habrá que encontrar los espacios de sombra que no se unieron y cancelar los dos por separado. Lo mismo sucedería si se unen un espacio de dibujos naranja con un espacio de naranja reflejado o un espacio de signos, es decir, una unión de dos espacios naranjas diferentes. El problema surgiría si dos tipos de espacios aparecen inseparables: el nombre de una persona en una remera que se lleva puesta. Aquí se permite una sola cancelación para los dos sobre el plano que une ambos espacios: sobre una letra de nombre. Se considera un mismo espacio naranja sólo dentro de cada tipo de espacio: mi cuerpo dibujado no es el mismo espacio que mi cuerpo real por diferencia de tipos. Cuando decimos “espacios distintos” son espacios en un mismo tipo pero no iguales los tipos de espacios son siempre distintos entre ellos. Próximamente, nuevos tipos de espacios naranjas: los muñecos, las esculturas y los animales. Secuencia de personas: Esta secuencia coordina la cantidad de veces que la vista recorre desde un espacio blanco a un mismo espacio

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naranja. Estamos ubicados en un espacio blanco y de allí nos encontramos en uno naranja, luego volvemos a un espacio blanco y, de nuevo, nos topamos, luego, con el mismo espacio naranja. Así, hemos repetido la secuencia de persona dos veces, la cual es aceptable, pero ocurriría una falta si haríamos la misma secuencia una vez más: repitiendo tres veces, número inutilizable, la acción. Aquí nos encontramos con lo que se llama “Secuencia pura simple”, la cual debemos evitar o cancelar. Ahora, si nos ubicáramos en un espacio blanco y de allí a un espacio de persona, y luego a un espacio blanco y luego a un espacio naranja distinto entendamos bien que se refiere a un mismo tipo de espacio, pero no de igual persona; si los tipos fueran diferentes no habría falta alguna, luego a un espacio blanco y luego a otro espacio naranja distinto a los otros dos, tenemos lo que se llama “Secuencia pura compuesta”. Sería la repetición de la secuencia por número inutilizable con tres espacios naranjas de igual tipo distintos. Por último, si repetimos una secuencia de personas dos veces con un mismo espacio naranja y una vez más con otro distinto espacio de persona tendríamos la secuencia repetida tres veces; pero con el primer espacio naranja la secuencia fue de dos y con el otro fue de una. Entonces, estas dos secuencias primeras no se cancelan con la secuencia siguiente con otro espacio naranja, sino que se acumulan hasta que no hagamos la cancelación que corresponde. Si luego de la secuencia segunda, donde tenemos una secuencia de dos y otra de una, no miramos una parte de nuestro cuerpo desnudo, las dos secuencias permanecen amenazando la conducta inaceptable. Si no quebramos, cuando volvamos a realizar una secuencia con el mismo espacio naranja que apareció en la primera secuencia estaríamos en falta: pues se sumarían las secuencias dando como resultado tres secuencias con un mismo espacio naranja: Secuencia pura simple. En la primera secuencia, la falta ocurre cuando la misma secuencia se advierte tres veces con un mismo espacio naranja; en la segunda, cuando son los espacios quienes aparecen distintos tres veces. Si la secuencia advierte dos espacios naranjas iguales y uno distinto, no se toman como una secuencia de tres, sino como una de dos y otra de una. Recordemos que la única manera de cancelar la secuencia inaceptada es ya habiendo pestañeado una parte desnuda de nuestro cuerpo (quiebre) veremos luego los quiebres en los distintos tipos de

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espacios. Así todas las secuencias anteriores se borran y se empieza de cero. Ya estando en falta se cancela, pero si queremos evitar la falla para no cancelar se recurre al agregado: se suma la cantidad de secuencias necesarias para que en el momento del quiebre la conducta borrada se convierta en aceptada. Para cancelar estas conductas puras en infracción, es decir si el quiebre al borrar las acciones anteriores dejó casos inaceptados, se deberá hacer la secuencia dentro de algún número utilizable (en el caso de las simples). En las secuencias puras compuestas, será necesario encontrar otro espacio naranja para realizar la secuencia canceladora sumando cuatro espacios naranjas distintos; de no haber una persona más en donde estemos, debemos realizar una secuencia de dos para cada espacio naranja, quebrando cada vez que pasamos a cancelar el otro distinto espacio de personas. Por último diremos que existe un falta más en las secuencia de espacios iguales con el quiebre. Si ubicamos el mismo quiebre quiebre con el mismo tipo de espacio tres veces dentro de una secuencia de tres espacios iguales, estaríamos en falta de acuerdo con la intervención del quiebre. Es decir, utilizamos tres veces un mismo quiebre entre tres espacios iguales; y cuando esto ocurre, si con el quiebre borramos la secuencia, al ser tanto el quiebre como el espacio igual, se considera un error en la conducta y se debe cancelar el quiebre mirando, por lo menos cuatro veces, el quiebre en falta entre 4 espacios blancos o agregar un quiebre. Esta es la única falla del quiebre; no sucede lo que sí ocurre en la normativa que una secuencia de quiebre en construcciones distintas se debe quebrar con el otro quiebre. En los casos reflejados fílmicos o televisivos, el cambio de plano no se considerará una secuencia; entonces si el plano y el contraplano conservan el mismo espacio de personas reflejadas, sin espacio blanco entre ambos planos, se verá como si no hubiese cambio de imagen. Es decir, desaparece un espacio reflejado y aparece el mismo sin espacios blancos. En caso de ubicar, entre un plano y otro, un plano oscuro en la imagen reflejada, sólo si este es perceptible por el enfermo, existirá una secuencia entre un espacio blanco el plano oscuro y dos espacios de personas reflejadas.

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Casos sin vaciamiento del sentido en los espacios naranjas Existen varias diversidades dentro de los espacios naranjas que nos discuten sus consideraciones como espacios distintos y espacios iguales. Permítanme obligarles a considerar los espacios signos dentro de los espacios reflejados o de dibujos entre ellos iguales en tanto su espacio naranja reflejado o de dibujo sea el mismo y dentro de las consideraciones de la normativa DACC. Detallaré lo que El DACC admite como espacios reflejados iguales, y a partir de allí valdrán también las consideraciones de los espacios signos. Entendamos con anticipación que en los espacios naranjas reflejados en las conductas del ojo no necesitamos una imagen acústica para saber a quién miramos de más está decir por qué; sin embargo, cuando estudian los espacios de personas reflejados iguales que no son en la realidad la misma persona de piel, deberán entender que en los espacios de signos la consideración de espacios iguales se ve determinada como vimos en las conductas de los nombres propios por la imagen sensorial que acoge la cabeza del enfermo. Pero me arrepentí empecemos con la interpretación de los espacios naranjas o personas de piel. Aquí nos encontramos con menos particularidades que en los reflejados o de dibujo, pues sus cuerpos son menos inalterables que en estos últimos sin considerar el síntoma . El espacio básico de persona es la anatomía física de una persona; y de allí, tal vez principalmente de la piel, parten las demás intrigas e indicios de este espacio. Una pelota sostenida en la mano de una persona puede ser pestañeada, pero un pantalón holgado, una parte de tela de ese pantalón que se aleje o se separe del cuerpo de la persona no podrá serlo. No importa si esa parte de tela no esté pegada al cuerpo, lo que si importa es que su resto lo envuelve. Todo material que tenga como fin envolver el cuerpo de una persona, sin producirle esfuerzo a esta última, se tomará como el cuerpo mismo que envuelve, y será inaceptado para pestañear. Es decir que toda ropa, sombrero, reloj, pulsera, collar, aro (consideramos que envuelve a la persona), curita, venda, manta y féretro se considerará parte misma del cuerpo como también las partes que sobresalgan de él. Todo lo que envuelva a la persona física y que tenga un diámetro no mayor al que tiene un féretro con relación a su muerto es considerado espacio naranja de persona de piel. Si este espacio sostiene otro objeto con un mínimo esfuerzo, es decir que el objeto no lo envuelva a él, no se

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considera espacio de persona: una pelota en la mano, un helado en la mano (lo sería si el helado hubiera manchado a la persona), una taza, un lápiz, un óleo (lo sería si el óleo manchara a la persona), etc. Aclaro el tema del esfuerzo porque una campera durmiendo en las rodillas sentadas de una persona forma parte del cuerpo inaceptado para pestañear, pues no aparece esfuerzo en el sostener del atuendo. Si la campera la sostuviera con la mano caminando, se convertiría en espacio blanco. Por otro lado, la sangre que se derrama del cuerpo de una persona se tomará como parte del cuerpo inaceptada para pestañear; también lo hará todo lo que se haya desprendido de la totalidad del cuerpo mientras mantenga una distancia de por lo menos un metro de él: una uña, un dedo cortado, un cabello, semen, orina, materia fecal, vómitos, escupitajos, etc. Cuando no reconozcamos alguno de estos desechos del cuerpo como tales, nos excusaremos utilizando la conducta impura de desconocimiento. Entendamos que toda transformación de estos desechos en otra cosa, convertiría los desechos como espacio excluido de la falta espacio blanco; estos desechos deben ser claros en su reconocimiento. Con respecto a los huesos o a los cadáveres, se consideran cuerpos inaceptados para pestañear, pero ningún muerto, ya sea en espacio de persona, en reflejados o en signos, podrá utilizarse para sumarlo en una secuencia para evitar la falta con el número de oro antes del quiebre el riesgo fundamental de la falta en un espacio de muertos es la intervención de las conductas patrónicas. Por último diremos que toda prolongación del cuerpo de una persona que sea permanente en ella, como una pierna ortopédica, algún implante o demás se consideran espacios naranjas de personas de piel- siempre y cuando formen parte de él; todo lo que envuelva a una persona y luego deje de hacerlo, apareciendo separado de ella, perderá su estado en falta y su correspondencia a esa persona abandonada. Por ejemplo, si una remera que cubría el cuerpo de una persona está ahora recostando sola en la cama se considerará un espacio blanco; y si después envuelve a otro espacio naranja de persona de piel diferente no se considerará esa remera como espacio de piel igual al otro, sino como espacio igual a la piel de la persona que lo está portando en ese momento. Quiero decir que si una chica usa la ropa de su hermana, esa ropa es un espacio naranja de persona de esa chica y no uno de la hermana, en cuanto la esté usando esa chica y no la hermana. Terminando con la consideración de este espacio, incluyamos las sombras de todo lo que pertenece inaceptado en

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este, también, como espacio de piel. Debo meter ahora una ocurrencia de mi vientre golpeado: cualquier espacio de piel, reflejado, dibujado o de signo de una embarazada será duplicado tanto en el pestañeo como en la secuencia: apareciendo dos pestañeos en uno y dos secuencia entre sólo un espacio blanco y otro de naranja de embarazada. Con respecto a los espacios de signos embarazados, nos podremos excusar con las conductas de desconocimientos en caso de no estar enterados de la futura procreación. Ahora retomemos los espacios naranjas reflejados, y lo haremos partiendo de ciertas apariciones discutidas. Todo espacio de personas que se reflejan se considera igual en tanto cumpla con las determinaciones de los espacios de personas de piel; pero en los reflejados el juego es aún más irritante que en los de piel; sus personas sufren cambios connotativos considerados como disfraces interpretativos. Esto significa que una persona se ve alterada tanto por un personaje, un tiempo y un hábitat. Para considerar un espacio reflejado igual a otro debemos basarnos en estos 4 disfraces. Empecemos con los ejemplos a partir de “los disfraces de Volver al Futuro II”. En una parte de esta película nos encontramos con que a Jennifer, la novia de Marty, la llevan a su residencia del futuro donde ella, supuestamente pues luego según el Doc el destino no está escrito, vivirá con su marido donde corre el riesgo de encontrarse cara a cara con ella misma envejecida. La ocurrencia aparece cuando están Marty, su hijo y su hija comiendo en la cocina: allí los tres personajes son representados por el mismo actor. ¿Cómo se consideran estos tres espacios? Cuando una persona reflejada se disfraza con dos, tres o más atuendos diferentes, se considera a cada espacio como igual a los otros. Aquí participan una misma persona, tres personajes distintos, un tiempo y un hábitat escénico. ¿Qué ocurre cuando Jennifer se encuentra con ella envejecida? Claro está que ambos espacios son iguales, pero participarían dos tiempos distintos predominaría en ambos casos la persona. Hasta aquí no aparecen más complicaciones, pero expandamos un poco el disfraz a partir de lo descubierto en Volver al futuro II: en la película Man on the moon, la niñez del cómico americano es interpretada por una persona, y la adultez por otra distinta; ¿cómo consideramos ambos espacios de personas reflejados? Aquí aparecen dos personas reflejadas, un personaje, dos tiempos y un hábitat escénico; y diremos que cuando

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dos personas de piel distintas, pero reflejadas, son el mismo personaje en tiempos diferentes pero en una misma película un hábitat escénico significa la inmersión de las personas y de los personajes en una misma película, secuencia o realidad aceptada; la Jennifer de Volver al futuro es el mismo espacio de persona reflejada que la Jennifer de Volver al futuro II, serie, propaganda, documental, etc. o fotografía sin transformaciones ambos espacios reflejados se consideran iguales predominaría el personaje. Sigamos con Andy: cuando nos encontramos con la persona en algún espacio reflejado que el actor interpreta, esta convierte el espacio de persona reflejado en espacio de actor reflejado, y toma ella como debe ser su carácter real, y el hábitat se duplica. Entonces, ¿cómo consideramos el espacio de persona reflejado y el espacio de actor? ¿Andy es el mismo espacio que Jim disfrazado de Andy? Sí, lo es; participarían una persona, un actor y un personaje, un tiempo, un hábitat escénico y un hábitat semi-real. La persona es el personaje del actor en un hábitat distinto predominaría el personaje. Y esto se convertiría en una cadena si otro actor convierte a Jim en persona; es decir si interpretara la vida Jim en otro habitat escénico. Tendríamos tres hábitat distintos: uno escénico la película sobre la vida de Jim, otro escénico distinto Man on the Moon y, por último, uno semi-real donde sea que aparezca Andy, interpretando o no un personaje; todos en tres tiempos que dentro de sus correspondientes hábitat no cambian. Aparecen dos actores y dos personas, y los cuatro son considerados iguales en sus tiempos y hábitat. Ahora, aquí predomina Jim con respecto al personaje, al actor y a la persona; si él cambiara de hábitat sería distinto a Andy pero igual al actor que lo interpreta; y este último actor sería distinto a Andy. Realmente, me habría gustado tomar como ejemplo en este último caso a Robert, Charlie y Adolf, pero veremos luego que no habría podido. Sigamos: ¿qué ocurre cuando dos personas son el mismo personaje en un mismo tiempo y hábitat? Recordemos El club de la pelea: Tyler Durden es el mismo personaje que Cornelius o Jack, pero ambos son interpretados por diferentes espacios de personas. Tenemos un solo personaje con espacio de persona refleja distinta; aquí tanto Brad como Eduard se consideran el mismo espacio de persona reflejada. En este caso tomamos a los que llamamos “raros”; estos son, por ejemplo, personajes del personaje, fantasmas, animales, monstruos, mutantes, alter egos,

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alucinaciones todas las alucinaciones sean o no alter egos se consideran iguales al espacio de persona que alucina, etc. Cuando un espacio de persona reflejado se convierte en un raro, o al revés, ambos espacios se consideran iguales; y los raros que estuvieran dibujados o digitalizados pertenecerán a los espacios reflejados y no de dibujos, sólo si se convierten; pero todos los raros serán considerados muertos, convertidos o no. Diremos entonces que Tyler Durben es un muerto aquí podríamos excusarnos con las conductas de desconocimiento, aún si lo hubiéramos percibido, pues durante la mayoría del hábitat escénico no se descubre la relación de los espacios de personas. En el caso de Tony Clifton y Andy, el primero es un personaje del segundo; ambos se consideran iguales (uno muerto y el otro vivo), pues son todos personajes que interpretan a Andy real y a su personaje; pero si el actor de Clifton no es el actor de Andy, el inventor reflejado no interpreta a su personaje reflejado, por tanto son espacios distintos sabrán que en una parte de la película, parece que Tony no es Andy, sino su amigo; En este caso y en el caso de que apareciera otro personaje interpretado por Jim en otra película nos excusaríamos con la conducta de desconocimiento con respecto al Clifton sin certeza del actor. Un caso emblemático sería Mr. Hyde y Dr. Jekyll: son el mismo espacio de persona como convertidos; uno vivo y otro muerto tanto como entre Tyler y Jack. Y ya que estamos con los desechos de un científico, ¿qué sucede cuando aparece el escritor de un personaje? ¿Son Mr. Hyde, Dr. Jekyll y Robert Louis el mismo espacio de persona? La respuesta es no; ningún personaje es el mismo espacio de su inventor, dentro o fuera del hábitat, a menos que este último sea o interprete físicamente, disfrazado o no, o por casos de los raros, a ese personaje. Jack se convierte en Tyler; Andy hace lo mismo con Tony; Jim lo hace con Andy; Charles se viste de Hynkel; y Dr.Jekyll se convierte en Mr. Hyde. Pero Robert Louis no se convierte en ninguno de sus dos personajes, sino que lo hacen otras personas o actores no sucede lo mismo en la normativa de los nombres propios, cuando sólo hace falta una imagen acústica igual y no una interpretación reflejada del personaje por el inventor. Lucas jamás querría que lo consideraran un mismo espacio de persona con cualquier actor de cine o modelo fotográfico que aparece reflejado con una musculosa apretada tomando un pastillita de Midax interpretándome. Ahora, ¿qué ocurre cuando un personaje tiene el nombre de una persona real que no representa? Alberto interpretaba a un

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personaje llamado Chiquito Reyes, que era el nombre de un amigo suyo; pero el personaje no era una interpretación del amigo, sino sólo una extraordinaria invención de un gil. ¿Son el actor, el personaje y el amigo el mismo espacio de persona? No; sólo Alberto con el personaje son el mismo espacio de persona, pero no lo son con el amigo. Esto es una distinción por honras y no precisamente por parodias o ironías, porque Alberto no satiriza a su amigo sino que lo homenajea con la mención. En los casos de la normativa de los nombres propios, Alberto es el mismo nombre que Chiquito Reyes sólo si la imagen acústica del nombre del personaje es la del personaje y no la del amigo. En Quieres ser John Malkovich aparece una consideración existencial que aquí la entendemos así: Craig controla el cerebro y el estómago de John, tanto que piensa lo que él pensaba con su cuerpo, tiene sus virtudes con otra carne y siente y pacta los dolores como lo hacía en su estómago. En realidad no es un control de cerebro, sino un cambio, porque Craig no maneja los contenidos de John con las virtudes de este; sino que lo hace con sus propios contenidos del cerebro de su carne y sus propias capacidades cognitivas y prácticas. Es más bien un reemplazo de cerebro y estómago en otro cuerpo envejecido. Entonces, Craig es el mismo espacio de persona reflejada que la piel de John reflejada cuando Craig se cubre con ella. Si nos muestran un plano con Craig y seguido otro plano atemporal con la piel de John envolviendo a Craig, estaríamos en una secuencia de espacios iguales. Igualmente, habrá que tomar en cuenta la consideración de la hegemonía del ser o la acción, y lo que la carne significa para el alrededor. ¿Somos lo que el resto ve o nuestro dolor de estómago? Por último, tenemos los llamados disfraces cobardes: estos son los espacios de personas reflejadas que interpreta un personaje que imita a un espacio de persona de piel real. Aquí el primer espacio de persona no se convierte en actor, pues sólo caracteriza un personaje y no lleva el nombre propio de la persona real. Esto sucede mucho en las parodias o sátiras o dramas inteligentes que denotan un mensaje oculto o no tanto: el dictador Hynkel no es el mismo espacio de persona reflejada que Adolf aquí aparece que el inventor es el mismo espacio que su personaje por espacio de piel reflejado; y Napaloni no es igual que Benito. Lo mismo sucedería si la ironía o la parodia fuera hacia un personaje: Tyler Durden /

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Mr Hyde; Gregorio Samsa / la virgen María; Austin Power / James Bond; ningún espacio es el mismo por parodia o sátira. Terminemos diciendo que en los casos de espacios reflejados fotográficos y en espejos  igual tipo de espacio que los fílmicos las consideraciones con otros espacios cuando los de las fotos o vidrios no son explícitos popularmente se tomarán de acuerdo con lo que el espacio de persona de piel quiso referir. Si tengo una foto de Jim como Andy y estoy mirando en la tele a Andy, son ambos espacios reflejados iguales; pero si estoy mirando una foto de mi sobrinito disfrazado de Leon´O y mirando en la tela el espacio de persona del felino cósmico, en caso de que una persona interprete alguna vez a este gran superhéroe, pues hasta ahora sólo hay dibujitos, debo saber que la intención de mi sobrinito, o de quien lo vistiera, era imitar a Leon´O y no a un felino cualquiera. Todos los casos reflejados se consideran tanto para los ojos como para la normativa de los nombres propios, apareciendo en esta última las imágenes acústicas como las reflejadas en la maqueta cerebral: se considera el mismo espacio de signos entre uno de persona y otro de personaje reflejado que es el disfraz o el raro del de persona en tanto sus imágenes acústicas sean las mismas: el nombre Hynkel es el mismo espacio de signo que Charles. Pero no son espacios iguales el nombre del personaje pintado por mí que el espacio de signo “Tomás Cadalso”; en caso de no ser un retrato mío, yo no me disfrazo del dibujo. La única distinción entre el actor y el personaje en las normativas de los nombres propios y en las sanciones del ojo se vislumbra en el teatro: no son espacios iguales uno de persona de piel con un espacio de personaje de piel. Ejemplo: en el teatro, el nombre propio del actor no es lo mismo que el nombre del personaje; y el actor disfrazado no es el mismo espacio de piel que el personaje, en caso de que este personaje aparezca interpretado en otro hábitat con otro espacio de persona o que sea un espacio de persona real. La piel se considera igual a la misma piel; las almas no cambian en las tablas. La piel se transforma en personaje sólo en espacios donde la carne no se toque. Tanto que si estoy en un estudio de grabación mirando a Jim interpretar a Andy, el primero no sería el mismo espacio de ningún Andy. No es un desmerecimiento al teatro, pero todos gritan mucho allí.

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Habrá que realizar las conductas de desconocimiento en todos los períodos de preparación. El conocimiento excesivo de muchas relaciones de personajes y personas puede convertirse en un riesgo por las apariciones de las conductas patrónicas. Otra cosa por aclarar es que todos los personajes se consideran muertos de acuerdo con el espacio de actor en su hábitat y tiempo real de piel: cuando Andy muere en Man on the moon, se sigue considerando vivo, pues Jim está, en el tiempo actual del hábitat real, vivo. En Weekend at Bernie´s, Bernie no será considerado muerto en tanto el actor que lo interpretó continúe vivo en su realidad. No ocurre lo mismo en la normativa de los nombres propios, como vimos en el caso de George o en los casos de los espacios raros, que todos se consideran muertos. En los espacios de dibujos aparecen las mismas consideraciones de los espacios reflejados y recordemos que los dibujos en espacios reflejados siguen siendo dibujos, por tanto no se consideran espacios iguales entre ambos, a menos que sean convertidos, pero todos los dibujos se conocen como vivos en cualquier hábitat y tiempo en realidad se consideran muertos, pero eso no tendría ningún valor recreativo. En los dibujos la consideración de igualdad entre espacios se da de acuerdo con la intención conocida del artista o con la interpretación del mirón: un dibujo mío del Cáncer es el mismo espacio de dibujo que otro dibujo del Cáncer de otro artista. Con respecto a las cancelaciones de todos los espacios reflejados, de dibujos o de signos, se consideran validos para remediar las fallas del pestañeo sólo a los espacios de personas pestañeados. Es decir si pestañeé a Jim, no puedo cancelar la conducta inaceptada con la utilización del espacio de Andy. Pero si pestañeé dos veces a Jim y una vez a Andy, estaría repitiendo tres veces la conducta en falta como iguales espacios de personas reflejadas, pero la cancelación se haría por separado con cada espacio tanto por el pestañeo como por la repetición dentro del número inutilizable, como si fueran distintos. En los casos de secuencias, si el error apareció entre una secuencia inaceptada de dos espacios iguales pero distintos para la cancelación del pestañeo, la cancelación de ella se puede generar con cualquiera de los espacios o con la mezcla de ellos: Andy, Jim, Andy; se cancela con el uso de cualquiera de ellos entremezclados o no agregamos un Jim o un Andy. Ahora, si la

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secuencia se dio en solo un espacio de persona, no se podrá usar otro espacio igual pero distinto para la cancelación del pestañeo, para cancelar: Andy, Andy, Andy, se cancela, solamente, con un agregado de Andy. Recordemos por último que todos los quiebres de los espacios naranjas son los pestañeos en las cualquier parte desnuda de mi cuerpo, con la plena figuración angular; pero para cada tipo de espacio tengo que imaginar en mi carne real, en mi piel una imagen que corresponda a mi cuerpo pero dentro del tipo de espacio: Es decir, para cancelar secuencia o pestañeos de dibujos, imagino, cuando veo mi piel desnuda, un dibujo de mi cuerpo; cuando debo remediar un espacio reflejado, hago aparecer en mi piel una foto de mi rostro; y por último, en los casos de signos, la imagen acústica en mi piel será mi nombre completo aquí yo utilizo un pin de mi trabajo que decía “Tomás Cadalso. Repositor”. No sucederá lo mismo en las secuencias de personas dentro de la mente. Por mi parte intento ver repetidamente una cantidad menor de películas fáciles y grabadas. Al conocerlas detalladamente, preveo los cambios de planos, las apariciones de los personajes, de los nombres, sus muertes y disfraces; tengo la percepción de los patrones que me anuncian la aparición de una secuencia que debo prestar atención o evitar. Si tengo la película grabada, puedo jugar con la pausa y el rebobinado para emparchar las fallas de las conductas del ojo. Aconsejo no mirar a los extras, pues estos desaparecen fácilmente y con rapidez; por tanto se complica luego su cancelación. Yo veo constantemente las películas de Porcel y Olmedo, pues no aparecen allí demasiados alter egos, fantasmas o monstruos, disfraces y desconocimientos normativos que perturben mi grato entretenimiento. Y tengo que mirar por lo menos dos películas enteras por semana (o una temporada completa de alguna serie): la próxima me toca “Los hombres piensan solo en eso” y “Encuentros muy cercanos con señoras de cualquier tipo” ¿Va primero Porcel y luego Olmedo? ¿O es al revés? El mundo ha terminado de pensar en lo irreconocible; mucho más, lo hará en lo innecesario.

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Las sanciones de los ojos en la imagen acústica con acústica o sin ella Con esto me refiero a todos los espacios naranjas que aparecen en mi mente con incidencias de patrones en la realidad o sin ellas. Por supuesto que el pestañeo queda excluido, por ahora, de la mente: sería muy engorroso haber pestañeado un cuerpo de carne y al mismo tiempo una fantasía. Es como pestañar a una mujer cuando estoy teniendo sexo con ella plano del amo y pestañar al mismo tiempo a la mujer que realmente amo en mi mente espacio del esclavo. Tomemos al pestañeo mental como una piedad Daccaniana. Pero igualmente tomemos la secuencia de personas mentales como ejemplo de lo que sería (es) el pestañeo mental. En la secuencia mental o del esclavo habrá que evitar todo lo que se evitó anteriormente pero, esta vez, en la mente. Para ello hay que crear un quiebre mental y tomar con fuerte consideración las apariciones casuales e incontrolables de los espacios naranjas en la maqueta cerebral. En este caso, el quiebre es único para todos los tipos de espacios, pero se debe tener una imagen acústica del quiebre precisa y angular: yo utilizo un retrato mío que hice al óleo. A partir de esto, se quiebra en caso de riesgo en la aparición de un espacio igual o distinto en secuencia dentro de los números inutilizables. Yo utilizo mi imagen acústica de quiebre en todo momento pintada en mi maqueta cerebral; sólo tengo que tener cuidado por una falta en el uso del quiebre y un mismo espacio naranja. Luego me di cuenta de que esto me perjudicaba dentro de las conductas patrónicas; por tanto, junto con mi retrato al óleo en mi mente imaginaba el rostro de Dios; intercalándose uno con otro. Aclaremos que los espacios mentales de cualquier tipo no son iguales ni distintos a cualquiera de los espacios reales; por tanto no hay secuencia entre el campo del esclavo y el del amo. Habría que sumar aquí un espacio más: el imaginario ocurrente. Pues los personajes inventados tendrán su valor como espacio de piel. El caso excepcional del collar como patrón extra Hemos dicho que un collar envuelve el espacio de piel y se considera como carne; pero si bien esto sigue siendo verdad en el pestañeo, dentro de la secuencia de personas se tomarán todos los tipos de collares como

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espacios blancos. Es decir que si mi vista se ubica en la porción del cuello desnudo de una persona y luego se asienta en el collar y de vuelta al cuello, estaríamos realizando una secuencia de dos entre un espacio blanco y un espacio de persona. Una vez más y estaríamos en falta. Creo que en mi bola oculta, algún collar apareció como patrón extra de mi patrón original. Consideraciones del sin vaciamiento en mis ojos. TIPOS DE ESPACIOS NARANJAS MISMOS ESPACIOS El cuerpo desvestido, y lo que envuelve o prolonga permanentemente ese cuerpo; ropa, sombrero, reloj, pulsera, aro, collar, féretro, pierna ortopédica, etc. Lo que se desprende o pertenece a ese cuerpo: sangre, vómito, saliva, Espacios de personas de piel semen, huesos, etc. Un mismo espacio de piel dibujada y sus convertidos. Consideraciones de los reflejados; intención del artista o del mirón. Todos Espacios de personas de dibujo se consideran vivos. Un mismo espacio de persona de piel reflejado; actor: actor; actor 1 en personaje: actor 2 en personaje; persona real: actor en personaje; persona real: actor en personaje: actor en personaje del actor; actor en personaje: actor en personaje raro; actor en personaje: actor en personaje del personaje; inventor del personaje Espacios de personas reflejadas disfrazado: personaje. Un mismo nombre propio con las consideraciones de la normativa de ellos y los Espacios de personas de signos reflejados.

DISTINTOS ESPACIOS El cuerpo de otra persona de piel y todo lo que envuelva, se desprenda, pertenezca o prolongue ese cuerpo de otro. Se considera espacio blanco a lo que la persona está sosteniendo: una pelota, un pincel, un tenedor, etc. Un espacio de persona de piel distinto, con sus transformaciones y consideraciones con los reflejados.

Actor en personaje / la persona con el nombre del personaje; actor en personaje ironizado / persona ironizada; actor en personaje / personaje ironizado; personaje / inventor del personaje. Distinto nombre propio en consideración con la normativa de ellos y los reflejados.

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También existe una conducta puramente reflejada más bien fílmica o televisiva que consiste en evitar en todos los cambios de planos tener la vista en un espacio de persona reflejado. Siempre que cambie la imagen, nuestra vista debe estar apuntando a un espacio en blanco. Hay cancelación para los errores y maneras para evitarlos, pero no quiero extasiarlos aún más.

A mi madre Hubo alguien que me dijo alguna vez “La angustia está postrada en una silla de ruedas y como sus brazos son delgados, frágiles y arrugados, ya no tienen fuerza para hacerla andar apropiadamente. Por esto es que siempre tarda demasiado en alejarse de nuestro cuerpo”. Y hoy me he levantado, por desgracia, pensando, por desgracia, una vez más, casi cuestionándome, o solo para volverme útil, en por qué ella no tarda, nunca, en llegar a nuestro cuerpo. Le ha de costar alejarse, pero no acercarse, aun en su silla de ruedas. Entonces, si la angustia aparece en nuestro estómago tan de repente por mínimas atenciones en mínimos detalles recurrentes, sin que nosotros podamos prever o avisar que habrá algo que en pocos segundos la hará despertar, ¿cómo ella puede llegar a tiempo y en perfecta concordancia? No quiero desesperarme, pero alguien, y no diré quien, le debe advertir con anticipación nuestro decaimiento garantizado; y puedo así creer que hemos de actuar con demoras. ¿Ya habré terminado esta carta cuando recién la empiezo? ¿Cuán vieja está la angustia en mis tiempo? ¿Es tan austera su silla como la imagino? Madre, ¿acaso puedes verle el rostro cuando comienza sus rondas? ¿Se le han picado los dientes? ¿Podrás decirme si el cáncer por fin la matará a ella y no a ti? Madre mía, si no quieres contestarme no lo hagas, pero ¿has podido atisbar a quien le susurra en su oído? Yo me he vuelto un genio con tu muerte, pero nadie me ha dado a elegir. Te aseguro que con mi híbrido cerebro habría optado la estupidez, si tan solo pudiera tener tu hinchado brazo acurrucado en mi hinchada panza unos segundos más. Espero no mentir en esto. Soy después de todo una buena persona.

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¿El cáncer sigue durmiendo en tu cama? ¿Te cobija decentemente? Te ruego no alejarlo de ti, de nada te sirve no tenerlo ahora. Sólo no quiero que se meta en mí. Soy muy joven y no me molesta morir, pero no quiero irme como lo has hecho tú. Hemos tenido varias cosas en común y no quiero otra. Creo que el cáncer se ha dormido al fin, ahora debes decirme quién es la fuente de la angustia. Te prometo que nadie se enterará, y si alguien lo hace, de seguro que no te traerá más peste de la que tuviste en tu aposento. Merodeo por mi cuarto todas las mañanas intentando sostener vanas ideas, y he pintado al cáncer en aquella tela gastada. ¿Te has dado cuenta cuando soy menos triste? He luchado para disminuir la tristeza y nunca me atreví a cancelarla, sólo he querido asustarla cuando se excedía en mi estómago. Cuando estoy bien, no soy un héroe, sólo estoy menos triste. Mi superhombre se acostó con mi cáncer y el estúpido lo engaño la noche siguiente. Eres la amante del cáncer, pero cuando has podido elegir a tu marido lo has hecho bien. Tu enfermedad fabrica mujeres cuando no está a tu lado, las moldea y les programa idilios. Luego las tropieza en mi vereda y le avisa a mi angustia que vaya saliendo. La angustia se asienta en mis huesos y el cáncer justifica su próxima entrada en mi hígado. ¿Es al menos guapo? Cuán constante es el cáncer en ti, que aún no llega a mí. Él, de cualquier forma, nos predomina. A mí, me tiene en sus rondas. ¿Es él, madre? ¿Es el cáncer quien le susurra a la angustia que se anuncia en mis entrañas? Tú lo has conocido bien, ¿aún no te ha confesado sus artimañas para desfigurar mis esperanzas? ¿O te soborna con matarme, si tú te alejas de él? ¿Acaso duermes con él por mí? Cánsalo madre, que ya está viejo y morirá antes que yo. Mis rituales te vencerán cáncer podrido en mi madre, ellos me mantendrán menos triste, alejarán a la angustia pura y florecerá por delante de ella la angustia inventada, y no podrás aparecer en mí. Cáncer, mi última bifurcación, debo comenzar a pactar contigo, ya no creo en Dios, de hecho hace rato que no lo hago, te he descubierto y eras más aterrador e histérico que Jesús. Pero tengo una ventaja, penosa por cierto, y es que tú estás enamorado de mi madre. Has elegido bien a quien amar, ¿no es ella

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hermosa? Yo ya no la recuerdo. ¿Cómo no amarte, mama? No dejas de hacerme útil. Mis nuevos contratos son con el Cáncer. Y dejará de anunciarte, angustia querida. Mi hermosa madre duerme con su enfermedad para evitar que ella se asome por mi ventana alguna mañana, y he querido despreciar su muerte, pero aún me mantengo vivo. ¿Un hijo debe dar su vida por su madre o es al revés? Si hubiese sabido que negociaba contigo, Cáncer constante, habría pactado la muerte de la civilización por la de mi madre y la mía. Madre, ahora tú no estás a mi lado y debo entender al Cáncer para que no me lleve al cielo. Siempre he preferido el infierno. Ama a mi madre, Cáncer, y duerme con ella todas las noches, que cuando tú me hables a través de la angustia yo haré todo lo que ella me requiera hasta que la disfrace en mi hígado. Pero tú debes no acercarte a mí, todavía. No moriré de Cáncer mientras mi madre continúe muerta en su cama. Gracias Madre mía, nací de ti, y no moriré gracias a ti. Tu muerte ha definido mi desgracia, y mi eternidad. La angustia es un deber, no eres culpable de ella. La esperanza es la pérdida del tiempo que nos angustia. Acumulando angustias, nos otorgan más propiedades en el infierno. Yo ya he rentado dos chalet en una de las calles más lujosas del infierno. Espero llegar a vivir de rentas en mi muerte, soy amante de la pereza. Madre, la culpa aún nos diferencia, y llegaremos a quererla cuando nuestra esperanza perezca. Terminemos con nuestro intestino, que jamás lo querrán nuestro parientes, somos verdaderos deformes y ya hemos dejado de ser humanos. Los sanos despertarán en nuestro arrepentimiento y la degollarán. Todos dejarán de querernos cuando se den cuenta de nuestro terrible legado. Recuerda que comenzarás a vivir, apenas intentes suicidarte. Cuando te devoren, vendrá mi filiación a ti y mi fraternidad culposa. Cuando te asesinó el Cáncer me convertí en tu hijo. Mi hermano nació muerto, y te ha convertido en un héroe, pero tú eres trágica, yo seré cómico. Yo seré quien se levantará en las mañanas y no podrá verte. Seré quien buscará mujer cuando te idolatre por las noches, y

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desmienta que sólo busque reemplazarte. No estimaré a las que quieran desarmar mi cama mientras tú todavía duermes en camas reclinables. Donde camino por las tardes, tiene el olor de mis primeros recuerdos, y aún así todavía no estoy sofocado. Aquello que todavía está en mi memoria, no lo recuerdo, pero me regala mi último tumor sensible. Siento mis recuerdos en el hígado, y no logro conocerlos para poder tratarlos. Sé que moriré, pero me pregunto si lo haré algún día. Soy el épico de tu tragedia. Nuestras culpas no han colisionado; el arrepentido disfraz de mis pesares es una continuación del tuyo. Mi amor por ti se ha transformado en sincero, pero mi esfuerzo pactado en ti ha dado un efecto opuesto a mi salvación. Tú podrás hablar de tu ética, yo podré vestirme de inmediato. Yo intentaré transformar el alivio que no has tenido en la muerte por una broma de mis ideas. Mientras derrame lágrimas, tu imagen de mi estará confusa y por tanto no lograrás que el Cáncer se arrepienta. Lo que menos quiero es tenerte próxima, no quiero arrepentirme dos veces. Da gracia a mi reflexión corta de no haber matado mi propia responsabilidad y mi acto asesino. Yo caí en la trampa de creerte una traidora. ¿Quién de tú y yo, madre, se simplifica? No se llora contigo, sino conmigo. ¿Cómo se vive cuando tu hígado hizo infinito mi futuro?

Científico amigo de las demoras: El Midax me quita de a poco mi mayor función. Estoy convencido de que perderé mis dotes si continúo con esto. Los rituales, como los llamas tú, comienzan a desvanecerse, y no parecen molestar a mi abdomen. El pacto es cada vez más sencillo, un aire de despreocupación me preocupa. Si alguna vez intento reírme en mi trabajo, de seguro que la Angustia me hará lagrimear cuando abra las cortinas en el día. Sigo sin pestañear, y respeto la cadena de los números utilizables, pero mis manos y piernas no se limitan y mi discurso es normal. Aún no descubro por qué desistí de estas últimas conductas, sinceramente mi estómago dejó de estremecerse cuando muevo mis manos, y no he querido excavar en

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mi cuerpo para no despertar a mi arrepentimiento cuando se dé cuenta. Creo poder enfadarlo cuando mi medicación ya no funcione. Te estimaré como parte de una receta médica. Estoy elaborando un cuadro comparativo entre el estómago vacío y el lleno con tus pastillas. Te lo enviaré ni bien esté terminado. Será complejamente abarcativo. Ten cuidado, amigo mío, los psiquiatras nos hacen malentendidos de voluntad. Abandonemos el Midax y vivamos en un cubo de levadura. Comprenderás que intento entender el fluir de la angustia. Hemos de movernos a través de la energía y su itinerario en nuestro estómago, se nos pronostican los miedos, las pirámides vuelan con sus cuernos hacia el cerebro, y solo pactando controlaremos su coseno. Abuso de las maquinarias étalonicas, cuando las escalas se ubican dentro del plano pactante repetitivo, fuerzo el elemento a mi estómago de forma tal que su funcionamiento se enreda aún más. Las pirámides están atentando contra las derivadas de mi desgastado corazón ficticio. Ahora hay alguien que culpa a mi endeblez de mi desatención en mis conductas. Tal vez que El DACC mate a alguien por castigo ya haya dejado de importarme. El control absoluto de la angustia, nos libera. Cada vez creo más en las innumerables paredes del cerebro, creo que existe un límite en su espacio visual y es allí, en un sólo ángulo, donde somos libres de nuestros recuerdos y esperanzas. Hasta allí no llega la morbosidad de la memoria. Mi cerebro es un parque de diversiones, la espera a cada máquina me deprime. La libertad me produce un fuerte desgaste, pero creo haber creado colores para cada una de las frases que abundan en mi cerebro; las desgastadas tienen su propio marrón. Todas tienen bordes. Convergeremos en el pacto, y otras cosas son investigaciones en busca de la verdad, de la cual nunca debí tentarme, pero fue parte de un pacto sin mi madurez. Mi vida se ha transformado en un desprecio por la vida sin que nadie me haya dado una tercera mano invisible para cortarme las venas de mi brazo derecho cuando mi izquierdo está amputado. Podría así describir la desesperación que me acoge ignominiosamente.

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No me desterrarán del infierno mientras pueda esperarlo, pero los que me quieren oran en reincididas palabrerías prosaicas y me han confirmado que seguiré vivo y acogeré a la Angustia todas las mañanas hasta que alguien se apiade de mí y la asesine. Mi entusiasmo por morir ha muerto, y ni siquiera puedo envidiarlo. Ya no extraño a nadie, lo has logrado al fin, y sólo quiero que me obliguen a beber agua todos los días para poder agradecerle a alguien la pujanza para recibir la desdicha. Todos han sido muy atentos cuando me veían débil y adormecido, y no he podido culparlos por no estimar que en aquel estado era menos triste. Siempre ha habido alguien que me ha querido informar sobre la vida cuando yo no quería saber tanto. Cuánta más información, más desalmadas son mis neuronas. ¿Acaso no han estudiado eso los profesionales? Hoy he creído que soy el hombre más inútil que existe. Cualquier arte es inútil y nunca llegaré a ser un genio si continúo practicándolo. He desterrado a los grandes genios de mi mente y sus ocasos me devuelven todas sus aflicciones. Los héroes se han desmoronado en mi vientre y llevo sus errores por sobre mis hombros. No volveré a creer que puedo arrebatarles ideas a los que saben de mí, sin antes asesinar a alguno. Elegiré el infierno si me preguntan, pero estoy tan satisfecho en irme que no me molestaría estar enjaulado mientras nadie me enamore o me inyecte culpa de niño. Nada de lo que diseñé para terminar con mi tristeza la ha saboteado, donde subsistí me regalaron más años de los que contraté, y todos fueron malos. Me deprimo con una facilidad envidiable, soy muy capaz en eso. Lo último que se pierde es la capacidad de angustiarse; así estamos tranquilos por detrás de nuestras metas alegres. Me han subestimado cuando me recordaron callado, y por esto nadie movió un solo dedo para rescatarme cuando debieron. Todos mis primeros amigos han muerto y yo sobrevivo sin ellos y sin que me alteran sus desatenciones. Mis pastillas sobreentienden sus huidas y no los culpo, pero han sido desagradecidos, y serán torpes toda-vida. No voy a comprender demás, la cabeza se me agota, pero les advierto que mi infierno los vigila y tal vez me divierta con sus marionetas. Mi cubo de levadura explota todas las

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mañanas y mis obsesiones han salido por mis orejas, ensucian la cama de un líquido espeso y amarillo, como de un licor recién comprado, y Poole se pregunta qué está limpiando. Le he contestado, “Anoche tuve invitados”. Y cuán menos triste puedo estar yo, sabiendo que una porción de mis rebuscamientos no molestará hasta que logre volver. Mis dos amores que he inventado, celebrarán mi histeria cuando conozcan a otras personas, y así me olvidarán o tan solo no podré importunarlos. Me contenta saber que puede, tal vez, haber cuatro piernas que tiemblen por mi alma desfigurada, y yo aun así las haga sufrir. No me culpen, pero si yo fuera histérico, sería un hombre ordinario y estoico, y eso alegraría mi mirada. Lo peor en una pareja es no ser el histérico. Yo aún les recrimino a mis neuronas, mi encasillamiento en una sola mujer cancerada. Harto de los encasillamientos, le doy, de todas formas, de comer a mi obsesión todas mis inteligencias. Hubo una de estas noches que ya dormido, escuché a una de mis neuronas reír a carcajadas, y pude entender que ya nadie me acompaña en mi infortunio. Soy un bufón de mis neuronas, seguramente tarde llegaré a verles la cara, y me enamore de alguna de sus tantas sonrisas maleducadas. Me he tomado tiempo para desprenderme de mis últimos razonamientos, de aquellos que debieron llegar antes, y he querido agradecerle a mi cuerpo por no dejarse acribillar en una adolescencia común y estúpida. Todas mis mujeres deberán ser infelices para disfrutar al menos unos segundos cuando me vengan a visitar detrás de mi vidrio. Pues El DACC no me permite tocarlas. Alguien cree que puede afectar mi infancia. Y todas las tardes ellas lo hacen, apareciendo más bellas en mis recuerdos de lo que son para aquellos que las pueden tocar vagamente en el baño de un bar. Yo arriesgo mi sanación apostando mi enfermedad, volviéndome desesperado; con reflexión o sin ella. Mis conductas adaptadas son la moral, son el virtuosismo. Esa moral cede junto con el arrepentimiento, pues no tengo virtud retórica para evitar tragedias. Lo que no logro adaptar vendrá inmoralmente a excusarme de mis incapacidades milagrosas. Divido las morales entre mi desesperación e incomodidad y los disparos Daccanianos.

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Cuánto más mártir es mi castigo; pronto encontraré piedad en mi falso arrepentimiento; pero debo actuar. Tengo acción porque no pretendo estar en el responsable, pero no ignoro que los resultados son capaces de salvarme, pues aún conozco la acción aceptada, y porque siempre comienzo. Yo coqueteo con el resultado, no con la angustia. Tengo una simple ráfaga de elocuentes ocurrencias despilfarradas por mis venas, y las he podido catalogar entre los problemas étalonicos cotidianos que devienen contratos con la amigable y cariñosa angustia, y sus nefastos dientes pujantes que me persiguen. Yo sólo creo que le estoy dando de comer para no enfadarla aún más de lo que pretendo cuando juego con ella. Ya no quiero enojar a nadie más. Estoy débil y no son mis últimos días. ¿Qué me quedará cuando mi encargado me venga a buscar? Será mi debilidad tan larga que no podré describirla con entendimientos. Hoy mi razón ha muerto del todo, y sólo me queda mi esfuerzo para hacerte entender que Diosito no nos puede amar a todos. Si has estudiado al tiempo, te darás cuenta que los límites son incontrolables sin tener angustia regularmente incorporada en nuestras partículas. Todos nuestros olores nos llaman la atención diariamente. A veces el olor del infierno me ayuda a dormir. T. Mi mayor felicidad vino, siempre, después de la peor de mis angustias. No creo poder resistir más, tantas felicidades. Si tan sólo me angustiara, no volvería a caer oscuramente. Si la felicidad se recuerda; si el recuerdo conserva sus contenidos en pretérito; si lo que no tengo angustia; entonces soy un angustiado feliz. Soy la angustia endulzada. A veces, siento las disculpas de Dios cuando hay fiesta en el piso de arriba. Es aún más escalofriante despertar recordando que vivo en el último piso de un departamento olvidado. Es inquietante que la cintura de una mujer me importe menos que los huesos en su cuello. Es nefasto que un collar distraiga mi prohibición, que un collar pueda matar el maniquí que lo sostiene. A veces recuerdo a la histérica que me dijo que ella era una mala persona por abandonarme antes de huir de mí. La histeria sincera, la histeria seudo-responsable hace de la mala conducta un valioso

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reconocimiento. Pareciese que admitir, conlleva absolución; pareciera que confesar el crimen, enorgullece el delito. Libre quien hace maldades que reconoce. ¿Y cómo reprocharle a alguien su mala conducta si ese mismo te admite que es una mala persona? Imposible, y es aún más irritante. ¿Cómo decirle “mierda” a una persona, y sentirte desahogado, si esa persona se lo dijo a ella misma antes que tú a ella? Es un asesino que llora y te deja que lo mates. Es alguien que prefiere lo que tú decidas de él. ¡La negación de la venganza por el auto-mentiroso menosprecio! Y qué gracia me da cuando me entero que en un círculo infame de cambios es el silencio lo único que evita la desesperación. Y saber que toda confesión es tan solo un teatro cruel, es el doble que mantiene intacta la felicidad y ensucia la angustia jamás sentida. Aquí, me he reído; pero no tengo en mis palabras la rítmica de mi más irónica carcajada, y tal vez nunca la consiga en el arte. Que el Midax me trate con sinceridad, no quiero una droga que sólo me deje dormir. En un bar me quedé dormido; es todo lo que diré de una historia en un bar. TOMÁS

Cuando despierto suelo mirar hacia la calle y la normalidad que trepa por los ladrillos de mi casa intenta todos los días invitarme correctamente a salir; pero no veo más que monstruos sanos. Las piernas de los que me acompañan se ven diariamente deformes, raras y, sin embargo, son normales y nada de distinto puedo percatar. Creo que a veces desafiamos lo que comúnmente observamos como normal y es allí cuando todo se torna extraño y repugnante. Debe ser un sentimiento homosexual lo que estoy detallando, pero no deja de ser repentino y vulgar no reconocer a quien has visto por años, no reconocer que había arrugas que no has percibido antes, y que su rostro tiene más detalles de los que hay en tus recuerdos. Escribo todas mis obsesiones por día e intento convencerme de que haciéndolo ayudará a interpretar a otros que sí quieran ser sanos. Cuando muera encontrarán mi cerebro y mi estómago en un Excel, si es que compro una computadora. Si hay algo que me ofende es que Jesús sea una persona normal, ¿por qué no me

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eligieron a mí para dividir el tiempo en dos? Si yo dijera que soy Dios, todos me llamarían loco, pero, ¿quién puede afirmar que no lo soy? Yo no creo en Dios, pero sí creo que lo mejor que hizo él fue hacernos creer que no existe. ¿Qué diferencia hay entre Jesús y yo?, ambos creemos algo que no podemos comprobar y, sin embargo, nadie puede contradecirnos con seguridad. TIT. En un charlatán se sostiene menos las falsas nuevas; pero yo puedo bien forjarlas igual que María. Solo discrepen con lo que digo y descubran la realidad en el infierno. ¿Acaso no soy hijo de Dios? ¿Acaso mi sangre no se ha derramado lo suficiente para que Dios me tenga piedad? ¿Acaso no puede Jesús sólo decirme que tengo razón, como un buen hermano? Dios es un obsesivo y bajará a mi infierno para pedirme consejos para quemar sus interminables detalles que acribillan su estómago. Señor, los detalles solo sirven en una mentira para que se crea una absoluta verdad, y es esa la ventaja del obsesivo, el invento del detalle, o la omisión de él ante alguna exageración. No le daría una blanca de 10 miligramos, pero sí le tiraría en la boca un Midax de 5, como para empezar; todavía puede pestañarle a su hijo. Pero ojo, que no engorde Jesús que tendríamos que repintar varias idioteces en la Europa renacentista. No culpen a Perón de todo, Dios se ha vuelto loco. A veces no puedo tolerar a mi estómago cuando me repite que habría preferido otro recinto, que quiere morirse para elevar su masa lejos de mis ojos mojados. El epistemólogo no sabe por qué conoce, y mi madre no entiende por qué la odian tanto en el cielo. Yo no sé si me entienden los que me quieren, pero trato de decirles que no estoy diciendo adiós. Soy el repulsivo de sus interpretaciones, y lamento comentarles que me divierte hacerlos pensar por mí. No me gustan las personas que repiten lo sacrificados que son con gracia, a menos que escriban un libro, pero estimo la ironía en la expresión de desgracia, y entiendo que a falta de talento disparado se usa la lástima para pintarse con una cierta utilidad. Si todos los enfermos hicieran arte con sus tumores, habría más artistas que oficinistas. A menudo finjo mi talento porquehaceres es lo único que me distingue, y eso no deja de ser uno de mis mejores orgasmos. A veces siento tanto temor a que me descubran que la

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sorpresa que eso conllevaría, me hace dudar en abrir mi chocolate Jack que conservo podrido desde los 10 años. Sólo espero que la descomposición del tiempo derroque mi farsa. Tampoco me gusta la gente que corrige la gramática de otro. Es de mal gusto, y a nadie le gusta que lo corrijan. Son esas personas que nunca caerán bien a primera vista. Pobres de aquellos jóvenes que se creyesen artistas corrigiendo los condicionales de una oración, si habrían visto el error. En el banco está sentada mi niñez y yo aún no sé qué decirle de su futuro. Igualmente, no creo que recuerde un encuentro; mi niño jamás me escucharía. Para ambos sería un sueño, y no haría falta ningún billete que malentienda nuestras realidades. Yo no sería amigo mío.

Hoy me he caído decentemente, mis depresiones no me avergüenzan tanto como cuando niño ocultaba mi sexo cansado. Con mi preciada angustia tomaré unos tragos en el comedor, y me contará de su día. Me quedaré despierto unas horas más aportando desobediencia, y haré ruido esta noche para que me crean inestable. He sentido rumores de que me creen sano. Cuán trágica puede ser la pantomima derrocada de mi decaimiento. Si nadie me cree insano, ¿qué hago aparentando mi enajenación cuando sólo estoy encerrado? Deberé demostrarle a mi jurado mi insania en público. Planearé mis conductas meticulosamente y con un gran desprecio por la hipocresía y el teatro. ¿Acaso nadie te ha dicho que he muerto?, ¿por qué no me has venido a ver? Habríamos hablado y te habrías sorprendido si me hubieses visto tan sólo despierto. Les he dicho a mis parientes que muero todos los días, de alguna de las tantas muertes te habrías enterado si prestaras un poco de atención a mis desventuras, enorme bestia egoísta. Yo moriré solo, y no pienso estar solo mucho tiempo más. Estoy atrasado en cada una de las cosas que tengo que desarrollar antes de desaparecer y me cuesta trabajo avanzar. Si mis momentos perezosos se midieran y luego de terminar con mi vida me los devolvieran prolongando mi mercancía algunas horas más, sólo allí acabaría mi trabajo. Pero no pienso perder mi tiempo tejiendo en mis días, esperando que mi mujer

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regrese de la guerra; pienso alzar mi miseria y terminar mis días en la humildad solo para hacerte quedar mal a ti por haberme dejado. Todos te odiarán si muero trágica y filantrópicamente en las penumbras de la desgracia. Todos mis reinos se desvanecen en la más lúgubre de las inocencias creadas por los inexistentes. Aquellos que han muerto me devolverán las oraciones que han usado en sus últimos días, para que yo pueda recrearlas en el teatro de la blasfemia. ¿Acaso el ostracismo limpiará los gérmenes de nuestra anticuada revolución, aquella que solo quería formar parte de un grupo para conquistar amores? La latente revolución nos llevará de vuelta a nuestro ciclo ya terminado. Despierten, no conseguirán tantos amores en sus camas oráculo colchones. Si las mujeres nos prefieren muertos después de un año, yo preferiré a aquellas a las que no pueda inmortalizar. Todas aquellas a las que un gran genio inmortaliza, terminan por despreciarlo, pero no lo hieren, lo desesperan. Aquel artista abandonado por su compañera, pintará su amor con odio, con rencor, con sangre en los ojos y corazones partidos, pero sabremos que el genio no sufre, sino que sólo usa la melancolía, su locura tranquila, para resplandecer una ruptura que poco le importa y mucho le sirve para renombrarse. Sus sufrimientos no son más que la espera de la muerte de alguien cercano para recrearla y nutrirse con ella. Si a los artistas se les acabaran los muertos, saldrían a matar. La muerte de mi madre me ha evitado asesinar, y he aparentado cierta locura desde entonces. Asesinarme es tan fácil. Lo malo es más fácil porque lo fue fácil antes de haber sido malo. Sin embargo, escribo, y tal vez mejor que nunca. No me crean un farsante, después de todo nací artista y el diablo me amenaza con llevarme con Dios si no hago algo con mi vida. Igualmente, en estos días me creo más loco que genio, la enfermedad le ha ganado el duelo al artista. Más simpleza en el amor. El romance se muere en pocos días dentro de mi vientre, y puedo llegar a desligarme de mi madre en los próximos meses si tan sólo lo quisiera. Pero es todo lo que soy. Mi madre es la única excusa que tengo para que me crean enfermo. No me han pasado muchas malas cosas más. ¿Por qué he de querer arrebatar mis

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problemas y conductas, si todos los que me quieren me conocen de esta forma? Soy un enfermo, y por Dios, no quiero fracasar en esto. Torpes serán los que me logren ver sano, y me crean un mentiroso farsante. Yo no estoy de acuerdo con los que se hacen los enfermos, pero si yo logro hacerles ver una cierta porción de locura en mis ojos cuando no los miro, sabré que no solo me creen distraído. Mis grandes actores fueron mis inteligencias decepcionadas, y aún no me convencen del todo. Creo perder mis dotes cuando me comparen con otros que parecen peor que yo. La culpa suele ser más simple que el amor, pero nunca muere antes que nosotros. Y será cuando muera nuestra culpa que seremos libres de nuestras angustias. Pero la culpa es más difícil de asesinar. Para la angustia tomamos pastillas, pero a la culpa no la conocemos y no podemos encontrarla entre nuestras neuronas con facilidad. Es escurridiza y siempre permanece disfrazada. Si tan sólo supiera su disfraz, podría engañarla y amenazarla con matar a su novia. ¿Tendrá mujer? No lo creo, ¿qué mujer siente culpa? Claramente no la mía. Solo mi madre se muere por ella. Cuando me permita mi imaginación ser un hombre sincero, odiaré a Dios y a todos los que hablen de él. Creo que ya dejó de existir, y Jesús me ha tocado el timbre para lavarme la cabeza. Sacerdote, tu imposibilidad de perdón, ha matado familias engañadas. No asesinen a los que confían en ustedes. Mañana dejaré de rezar, ya no me creo tus promesas que desgarran mis esperanzas. Ayer por la noche, cuando rezaba arrodillado en el barro de mi cuarto, escuche roncar a mi descarado Dios. ¿Quién me hizo creer que el invento de otro salvaría mi corazón? Mi querido infierno salvará mi persistencia, de otra forma creo morir para siempre. Nadie sabrá de mí cuando esté salvado. Pero yo podré espiarlos. A todos, y cada uno de ustedes. No te acuestes con tantos militantes, que mi muerte es lo único que me queda. Déjame espiar sin odio en mis manos. Tomaré la salida del cobarde y no me asesinaré, esperaré a quien me aseste un cuchillo en mis venas, y reiré cuando te vea llorar a ti. Sólo soy un comediante, uno muy bueno, aquel que nunca se ríe. No esperen de mí la tragedia anunciada. No les daré el gusto. Moriré de viejo, enfermo se sabrá de qué, y esperaré a que todos me vengan a visitar por última vez al hospital. Incluso a mis amigos de La Plata. Seré despiadado con los

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que sufran por mí, pues no podrán aceptar que muriendo me sentiré mejor. Hoy no le temo a nadie, y no creo que alguien sea capaz de hacerme sentir vivo. Todos mis rituales me seguirán hasta el final de mis días, y aún creo que no son lo suficientemente agobiantes en mi hígado. Parecería como si mi hígado no pudiese sentir nada más. Está muy golpeado el pobre, y aún el Cáncer no se asomó en su ventana. Quedará deshecho en pocos años. Te habría dado mi hígado madre, pero acaso ¿lo habrías cuidado bien? ¿O cualquier hígado se habría muerto en ti? Caeré del cielo y nadie podrá evitar que te arrebate tu perspicacia. Mañana será otro día, y me extrañarán cuando no esté. Mi madre siempre decía esto, y yo nunca le creí. O por lo menos no le hacía caso. Pensé que era inmortal. Había ya fracasado mi expectativa para entonces. Recuerdo a una compañera por entonces, que no fui amado por ella. Sólo la recuerdo, sólo me gustaba, pero no me dio la oportunidad de enloquecerme por ella. Creo que hoy le agradezco nunca haberme dejado, nunca haberse acercado demasiado. Pero hubo una vez que me sonrío, y pensé que la amaba. Ahora sólo la imagino desnuda y me pregunto si lo estoy haciendo bien. Yo me declararé decapitado, y mis inocencias tomarán las riendas de mi descarado corazón, aquel sinvergüenza que aún se atreve a palpitar. Yo no estoy enamorado, sólo soy un hombre libre. Y los hombres libres tienen muy poco por hacer. Somos muy aburridos y terminamos por adoptar amores que no valen la pena. Mi última esclavitud me devolverá mi propósito olvidado. No tomaré manos blancas que quieran liberarme y nadie me arrebatará mi enfermedad. Lo importante en el riesgo de la inteligencia es solo la percepción de ella. A ver si llega el día en que los enfermos de una neurosis obsesiva se den cuenta de que sus rituales son amigos y no intrusos. Y como todos, los amigos siempre terminan por irse y nos dejan esos recuerdos que nos convierten en personas útiles. Dios no quiere cobardes, por eso no me encierro. Quisiera elegir mi tristeza, para prever mi lástima. Ningún obsesivo debería pensar que sus aflicciones son injustas.

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Septiembre 2005 ¿Qué ven los ciegos cuando se enamoran? ¿Se enamoran acaso de su hermana, de su madre o de aquella última joven que vieron? Un amigo que había quedado ciego a los 25 años me dijo en una reunión, “Yo me enamoré de tres mujeres hasta cumplir los 25 años y quedar completamente ciego. Luego conocí a una cuarta mujer de la cual me enamoré creyendo que era la tercera. Cuando me enamoré de la quinta, me enamoré de la segunda; cuando me enamoré de la sexta, besaba a la primera; cuando me enamoré de la séptima, me acostaba con una jovencita que había visto una sola vez en una parada de colectivo; y cuando me casé con la octava, me morí sólo imaginando a mi madre” Los ciegos me dirán que estoy diciendo pavadas, yo les digo que sólo estoy retratando mi futuro. ¿Acaso será mejor nacer ciego?, ¿acaso puedo imaginar algo peor que lo que veo? ¿Y qué será de mi imaginación si mis ojos jamás pudieron ver una sola costilla? ¿Existe la imaginación cuando nada se pudo observar? ¿Será la vista quien crea la imaginación? ¿O será que nosotros no podemos imaginar sin formas? ¿Se verá una mujer tan histérica si jamás vi a una mujer? La imaginación del ciego es un dolor de estómago. Deberían enseñarnos a dejar de imaginar lo que existe, deberían enseñarnos a enamorarnos de las palabras y no del movimiento de los labios. Los ciegos se enamoran de la nada, y sin embargo aman más que nosotros. Ellos tienen fe. Hoy he preferido arrebatarme los oídos que mis ojos. Y no es que aún no conserve mi vergüenza, sólo que con mis ojos cerrados percibo el síntoma al que el orificio de mi oreja no logra prohibirle la entrada. ¿Han amado tanto a una mujer que sus ojos sólo vieron recuerdos en los labios de ella? Tanto que una sola palabra les haya imaginado un nombre para su hijo. ¿Han amado tanto a una mujer que su futuro con ella les arrebato su infancia? ¿Han palpado la infelicidad cuando los ojos de una mujer les advierte una pequeña y leve lágrima? ¿Han alguna vez estornudado cuando una mujer les pidió una aspirina? Yo renazco todas las mañanas que invento una sonrisa de alguna de las tantas mujeres que me dedicaron un corto diálogo cuando no tenían tiempo que perder. Mañana recordaré a las que jamás pude arrebatarles un simple pronombre.

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No quiero tener a alguien que me valdrá de lo que yo no quiero perder, y tampoco pretendo estar solo hasta mi muerte, entonces, ¿Cuáles son los riesgos de amar? ¿Cuáles son los riesgos de querer vivir? ¿De dónde salen estas estúpidas preguntas que sensibilizan mis tragedias ciegas? No tomaré ningún riesgo, pero estoy preparado para que ellos me tomen por sorpresa a mí. No habrá quien por un instante me demuestre ser digno de inculcarme un cambio. No merezco cambiar y no lo creo útil o necesario, tal vez hasta lo crea egoísta, inmerecido y, por sobretodo, contradictorio e hipócrita. Ahora, cuando llegue el momento en el que mi estómago tome otro rumbo, desmentiré y me resistiré, con pantomima o realidad, para no desnudarme. Enfermo o sano, seguiré jugando con la ironía, pues es ella quien mejor evita responsabilidades. El irónico es un irresponsable, y el cómico es quien puede brillar dentro de la oscuridad de las palabras, sin saber qué decir, habla con magia y engaño. Quien ríe jamás dejará de llorar, y quien llora tendrá la esperanza de la risa después de cualquier desgracia. Llorar es sólo un arrepentimiento, es el pasado; el futuro es una visión que será presente cuando ambas concuerden. De no hacerlo, el hombre jamás tendrá futuro, sólo presente; porque será allí donde no se angustie. Por mi parte, prefiero no tener futuro, pues le tengo tanto miedo a mis visiones que no quisiera enfrentarlas. Por Dios, ¿cuándo dejaré de hablar con el color de las palabras y no con lo que realmente piensa mi estúpida percepción? Tal vez la estupidez me regale un último suspiro cuando termine de actuar. No obstante, no pretenderé que los que me rodean se den cuenta de mis mentiras, sólo quiero que noten una pequeña luz de farsa en mis actos, cuando yo decida que lo hagan. Hoy se me ocurrió la terrible idea de que pronto dejaré de verme vivo, y de que si pronto no se me ocurren otras ideas moriré siendo un inútil, como un artista moderno. Los artistas han descubierto el más aberrante e histérico de sus misterios: han sabido notar que lo verdaderamente malo es tan ansiado y prestado atención como el buen arte. Terrible, Marcel, que hayas dejado esa ventana abierta para un siglo perezoso. Jamás los nuevos pintores entenderán lo que tu Gran vidrio quiso evitar, meme.

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¿Por qué creo que todos dirán que lo que pienso es una pérdida de tiempo? ¿Es tan insuficiente usar mi capacidad para contar palabras, evitar pestañeos y cancelar conductas respetando un número? ¿Es tan patético vivir aguardando una enfermedad que me mate? Hoy me llamó una anciana encantadora, me dijo: “Aún puedes hacerlo, arruina tu vida sólo un poco más y te salvarás del cielo”. Hoy el diálogo entre el sacerdote y un moribundo llegó a su fin cuando al clero le dio un paro cardíaco. El moribundo murió segundos después sin poder avisar a alguien la desgracia del sexo que lo sermoneaba.

Yo tengo mucho humor, pero no estoy seguro de ser alguien divertido. Entiendo que pueda aburrir a alguien y pido disculpas por mis malas reuniones. Me exilié en una carreta escribiendo mis memorias, pero llegó un día en que morí en un accidente de tránsito. ¿Puedo fracasar aún más? Pero entiendo que para exiliarme, antes debo politizarme, y no creo que me corran los contrarios a mis ideas, pues estarían contradiciendo lo que vienen repudiando por años. Si todavía no estoy muerto, creo estar viviendo mi mejor momento, y me he dejado perder en el ajedrez para que alguien crea que tengo tanto en mi cabeza que no logro abarcar 64 cuadrados. Aún no comprendo si las guerras son por mujeres o por hambre. Sí entiendo que una revolución es por una mujer o por varias, pero la revolución no es guerra, sino hipocresía, un cambio simulado, un orgasmo fingido, una farsa peor que mis dientes picados. Y yo creo en la revolución; pero no en su actual acústica en mis venas. Trabajo de noche, y de mañana duermo desaforadamente; el Midax cierra mis ojos cuando lo ingiero. Mi voz cambia repentinamente cuando la angustia desaparece, como si estuviera embriagado, mi entonación delata mi felicidad. Cuando pienso con sentido me levanto al día siguiente con la terrible resaca de lo que pensé, y nunca dejo de avergonzarme y arrepentirme de no haberme controlado. He escrito las teorías, sobrio y las cartas, embriagado. ¿Cuáles les divierten

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más? Pero mi peor arrepentimiento es que constantemente dejamos nuestras vidas en manos de cualquiera, todos los días. Yo sólo intento que recaiga en mí más vidas de las que dominan la mía. Pareciera que mis conductas se están debilitando dentro de los dones que consolaban mis hartazgos. El progreso no es más que empeorar crónicamente, pero con menos episodios. Hoy creo que mi madre tenía mucha locura, porque quería seguir viviendo, y luchaba contra el infierno. Cuando la imagino con un cerebro infantil y un estómago nuevo se me estremecen los párpados. Quiero una novia igual a mi madre, ¿suena perverso o tierno? Yo he desistido en mi defensa a mi patria, porque cuando la defendí nunca supe a quién defendía. Las mujeres cuando se masturban se revuelven el estómago y sufren tantas modificaciones que no pueden evitar la histeria cuando luego no quieren ni siquiera que las toquen en un colectivo repleto. ¡Revelo que la masturbación de la mujer revuelve y entorpece su estómago y convierte su cubo de levadura en la metamorfosis de lo sensible! ¡Tritura su arrepentimiento y daña sin vergüenza! Repetidamente he dejado de creer en Dios, y no me siento un héroe, sino sólo un hombre con odio, y nunca he dejado de agradecerle a la tragedia cuando pudo haber sido peor. Dios es una síntesis, un redondeo de lo que se quiere explicar, un “hacela corta”, y le agradezco a él este escape, porque si tuviera que pensar lo que su título logra evitar, me volvería aún más loco de lo que pretendo y supongo ser. Con Dios o sin todo El DACC, el milagro aún no significa que seamos superhéroes, sino tan solo niños malcriados. Termino hoy diciendo que mis errores salvarán la vida de mis más queridos cuando por abrazarme se sientan buenas personas. La tristeza de uno convierte a los otros en buenos cristianos. Busquen gente en desgracia y entrarán al cielo, y mejor aún solo reciban en el día a quienes sufren y no habrá nadie que juzgue lo que en las noches maldigan. Esta es la vida de los agujeros de un sacerdote, habrá que trazar una línea recta para desnudarlo. Sepan como él, sabotear a los ingenuos. No pretendo ser un loco para entenderme un héroe, como aquellos borrachos intelectuales que culpan al mundo como en un libro de Émile. La decadencia hace del mundo un criminal, cuando

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sólo bastaría que los histéricos intelectuales se hagan cargo de sus errores. Histérico, el culpable de tu desgracia es solo tu decisión, no maltrates tu alrededor para continuar caminando en el mismo perverso sendero. Nadie nos mata, todos somos capaces de arruinarnos la vida solitos. Si mi madre hubiese creído en la sociedad, jamás habría muerto de Cáncer. Cuando creyó en ella, solo intento matarse aún más. Y me refiero a cuando dejó el exterminio de su culpa en manos de un sacerdote. ¿Cómo querré ser un héroe? ¿Acaso me creen un suicida? Mi idea solo cambiará cuando desenlace lo histórico. El año pasado tomé un curso de inglés con Salvador Dalí, y reprobé el oral. Un escritor se ha despertado sin ganas de escribir, y no es que tenga pereza en trabajar, sino sólo que no quiere pensar más. Pensar me duele. Me duele el estómago cuando recuerdo y la cabeza cuando imagino. He unificado el recuerdo con la imaginación, y ya no sé lo que realmente fue mi infancia. ¿Y mi futuro? ¿Acaso debo pensar en él? Si mal no recuerdo, mi futuro ya lo he vivido, y no quiero despertar entusiasmado a mi pasado. ¿Debo soportar que tantos estúpidos en mi vida hagan de ella algo útil? ¿No podría ser el heroísmo más justo? Tengo tantos despertares en mis almohadas que ellas, por fin, se han resignado en sus llantos. Qué muerte tan precaria le deparará al idiota, y qué necesaria será para el inteligente que aguarde un lugar en la cola. Nadie sabrá, jamás, quién realmente debe estar al lado de uno, pero lo intuiremos cuando estemos lejos de él. ¡La magia del histérico!, la espera del obsesivo. Mi abuela nunca creerá en lo que me he convertido. El peligroso deseo ansioso del histérico lo termina dejando sin deseo alguno. La angustia te hace desear, el logro te vacía. Mi abuela aún piensa que no hablo. Soy el amante del escritor que ha dejado de escribir. Que lo mate hará que él escriba un maravilloso poema. Que casi lo mate hará que él relate una simple experiencia. Estoy enamorado de quien lo estaré, y hoy no me siento solo. A mi hijo le daré un nombre para que crezca con síntomas. Le pondré de segundo nombre Borromeo. Siempre me ha gustado ese nombre, aún en mis crisis. El primer nombre, que lo elija mi mujer. Pero haría lo necesario para que decida ponerle “Nudo”. ¡Qué enfermo hermoso tendríamos! Su terapia duraría muy poco o

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mucho, nunca lo sabremos. ¿Será mi muerte agraciada cuando se estaque conmigo? ¿O pretendo ser imperfecto para que no me venga a buscar pronto? Que se lleve a mi enemigo, ¿acaso no ha visto que yo no he dejado de decir lo hermoso que es? Tal vez tenga que dejar de hablar mal de mi némesis, para saber que ya no podrá acostarse con nadie más que mi deseo. Será solo su muerte quien mate mis celos cancerados. Mi muerte solo me hará ver desde lejos los desnudos fáciles de mi rival. ¡Ah, qué mujer horrible mi peste!, qué afortunado soy en deprimirme, no he tenido decepciones desde mi crisis. Soy un fantasma con huesos, todos han visto mi maldad. Sólo me pregunto si moriré loco, sano o simulando una de ambas desgracias. Lo sabré cuando ya no me cause ninguna gracia. El viento de la noche gira en mi estómago y balbucea engaños. No creo que haya alguien más inútil en la inutilidad de las artes que un pintor. Ni siquiera un escultor. Tal vez un grabador. No hay pintor más homosexual que aquel que pinta con acrílicos. Yo también creo que Moisés está por levantarse a colaborar por su pueblo. ¡Tira esa maldita tabla que mañana nadie te hará caso! Mira la sociedad que has creado, querido sociólogo, por una duda casi articulada por tus pies en la tierra. Al despertar en la mañana hice un análisis de mi sueño sin psicoanálisis. Sin embargo, caí en mi madre otra vez. El relato es lo que nos alegra, el análisis, lo que nos mata. Todo nos lleva a un incidente, aquel que no debemos relacionar con cada una de nuestras tiradas de pedos. Jamás tome cocaína, por tanto no estoy buscando algo impulsivamente, pero sí intento encontrar lo que debería estar buscando sin hacer el más mínimo esfuerzo. Algún día lograrán entender que en la pereza se encuentra aún más que en lo laborioso. Sin embargo, seré castigado. No me veo necesitado de decirles a los doctores que sí les debe presentar dificultad en diagnosticar a los muchos enfermos Étalonicos, porque si rastrillan en sus cerebros se darán cuenta de que deben diferenciarlos de los tantos cuadros clínicos que pretenden sujetarlos de la mano para no sentirse enfermedades

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insuficientes, vagas y mentirosas. No nos pudran en la misma choza con los ansiosos que jamás seremos enfermos comunes y mucho menos llenaremos sus planillas para que crean aún más patologías que divierten editoriales y libros académicos, y no son más que ramificaciones de un solo cuadro. No busquen paradigmas en mi función cerebral, pero intenten descifrar lo que les estoy regalando y encontrarán mi base biológica en algunas de estas líneas. Sanciones en la desenvoltura de la carne Estas conductas son las más abstractas y anímicas de todas las demás pulmón. Consisten en no repetir dentro de los números inutilizables un mismo movimiento con cualquier parte de mi cuerpo. Con mismos movimientos me refiero a que tenga cada uno de ellos un mismo resultado o fin. Por ejemplo, apagar tres veces la luz con el mismo dedo, caminar, algún tic con la cabeza que pretenda el mismo movimiento, y demás. No entraré demasiado en esta conducta, pues es muy vieja, tal vez una de las primeras, y sinceramente no la recuerdo; además, las consideraciones de sus fallas son propias del ánimo Daccaniano, porque su percepción es confusa; sólo quedaron de ella, como conducta purgada, una acción en el período de preparación que es tocar mi cabeza con ambas manos una vez, chocar mis dos manos cinco veces iguales y pisar con uno de mis pies al otro cinco veces iguales, y las cancelaciones de las cortadas. Esta conducta analista surge porque para quebrar los movimientos corporales debía chocar mis manos entre ellas para el de las manos tocar mi cabeza con ambas manos para el de mi cabeza y pisar mis pies entre ellos para mis pies y piernas. Hoy lo único que persiste de esta conducta, que no ha sido purgado, es la exigencia del movimiento de mi cadera, cola y pene fuera de una repetición inaceptada sin quiebre. Entenderán luego, en las condiciones del DACC, por qué no pude alejarme de esta limitación. Mr. y Dr.. Creo que lo mejor que hizo el Midax en mi cerebro fue crearme un odio o un desinterés en El DACC, o, aún más, les hizo perder cualquier mágica fe que pudieran tener mis neuronas. Pero mi

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estómago aún no se ha dado cuenta de lo incrédulo que es respetando todavía al DACC. Una pastilla ha matado la religión que perversamente se fue ingiriendo en mí cuando mis huesos pequeños no podían discernir ante un cura, que aún no lo imaginaban desnudo correteando a una mujer muy cara. El increíble Hulk es mi superhéroe favorito, es el único que por una patología, mmmmm, se vuelve poderoso, como yo lo soy salvando vidas sin pestañear, salvando vidas siendo un enfermo teorizado. Yo me pongo violento con alcohol, imagínense lo que haría con algo peor. Su ira lo convierte, mi culpa me enfurece. El Midax no deja que me transforme, digamos que controlaría su ira y mi culpa, y no me permite agigantarme resumiéndome en un niño común y vulgar, no deja locura en mis entrañas, me libera de la bestia. Paso de monstruo a científico en segundos, y sólo espero que la dosis no se extinga por las manos del monstruo para no atascarme bestialmente en el arrepentimiento violando mujeres canceradas e inocentes. No quiero que maten el monstruo y que dentro de su féretro encuentren mi cuerpo sanado. Cuando salgo por la calle mi monstruo florece y encerrado me vuelvo más sano y menos esfuerzos hago para envejecer. Igualmente, creo ser más monstruo cuando estoy sano que cuando estoy loco. Soy un juego de Poole cuando me desvirgan la monstruosidad y la ciencia sin que mi tacto pueda distinguir las jerarquías de sus caballerosidades. También me gusta el hombre araña, pero no encuentro analogías para comentarles este gusto. La bestia será mi falta de arrepentimiento, pues allí seré inmoral. Alguien me dijo alguna vez: “La locura no es más que mirar a tu esposa con más amor que a tu madre. Enfermos son aquellos y sanos los solteros”. No hay bolero peor que aquel dedicado a una madre. No hay muerte peor que aquella acarreada a la enseñanza de una madre. No hay amor peor que el de una madre, porque no quedará nada mejor que amar o vengar. Mis ocurrencias no son más que verdades impulsivas, y jamás querré explicarlas por lo innecesario de ello y porque no sé cómo hacerlo. Nada de lo que digo es sincero, pero tampoco nada de eso deja de ser verdad. No me dejen amar después de tener una madre, no me dejen amar después de haber nacido. No quiero decepcionarme. Si fracasamos en algo de niño, jamás volveremos a fracasar, y no es porque lo aprendimos,

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sino solo porque lo borramos como posible. Creo haber sido derrotado tantas veces cuando apenas cumplía los ocho años que no volveré a tomar decisiones y menos moverme con heroísmo. Termino hoy por contarles mi timidez: había una mujer, cuando yo tenía sólo diez años, a la que yo quería mucho y me gustaba otro tanto. Era una niña, compañera de catequesis, rubia, alta y simpática. Me sonreía todas las clases y vivía a la vuelta de mi casa. Un día de rebeldía y coraje me acerque a mi madre, que ere amiga o conocida de la madre de esa chica, y le dije, ”Ma, me puedes dar el teléfono de mi compañera de catequesis”; “¿Para qué lo quieres?”, yo, algo nervioso, le digo, “Porque creo que a ella yo le gusto, y ella me gusta a mí”, mi madre no alarmada por fuera pero sí por dentro me replica, “No te lo voy a dar, eres muy chico para que te guste una chica”. Jamás volví a tomar riesgos por una mujer, sin antes rezar por el bienestar de mi madre. Aquella chica, ¿será ahora muy católica o habrá fracasado Dios en ella como lo ha hecho en mí? Qué ironía enamorarme de una chica en una clase de catequesis, si Jesús niega hasta estos días dos de sus tres masturbaciones por noche. Despreocúpate, cristiano, jamás diré lo que mis paredes refugian de tus orgasmos. Yo soy hijo de Dios y hermano de Jesús, o también hijo de Jesús, o no; no sé bien si es mi hermano o mi padre, creo que a veces fue padre y otras fue sólo un enviado que nació de un apareo de sus padres que, como monos primitivos, ni si quiera sabían lo que estaban haciendo. Porque se apareaban como animales y alguno de esos voladores entraron en el agujero, y ellos pensaron que era imposible que ocurriera un hijo de la forma en que lo estaban haciendo; solo pensaban que se estaban depravando con algo más que un abrazo. Y pensar que por un error de acercamiento e intención hoy todos estamos bañados de culpas ingeridas por un hombre que nació de la misma manera que yo, y hablo interminables idioteces sólo porque sus padres eran ignorantes y monos calentones. Hoy el tiempo está dividido y yo me digo, ¡qué linda es la Pascua y la Navidad!, porque, te engañes o no, todos celebran en familia. En esos días tiendo a creer, sólo porque tiendo y pretendo celebrar una mentira que reúne a la familia. Y esto está muy bien. Mentira o no, han dejado unos lindos días soleados. A veces pienso

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que nadie puede tener, aun un grupo de personas, la capacidad para inventar tanto en un libro, como lo han hecho en la nueva y en la vieja basura. Entonces dudo en creer que es verdad sólo para no creerme insuficiente y poca cosa en comparación a quienes la desecharon. Porque jamás escribiré algo tan gloriosamente inventado, y me es más fácil convencerme de que no lo inventaron y sí que tan solo narraron lo que estaban viendo. Pero es sólo para no arrebatarme un hígado por fracasado e insuficiente. Dejen de mentirnos y explíquennos su heroica capacidad para contar una historia y una extraordinaria y perversa, dominadora y convincente farsa. Será convertido en un número cuando sabré creer en Dios con la lógica que hoy me tiene por estúpido. Celebremos la farsa y enséñenme a mentir como ustedes, y juro que jamás diré una palabra sobre sus intenciones. No crean que no sepa que El DACC es el invisible que me ata la soga al techo cuando yo pienso que me estoy suicidando. Y yo caeré en un acto, jamás mi acción y mi padecimiento me hará un héroe; pero cuando pienso que aún no me aíslo del DACC o de mi madre, sé que estoy viviendo una consecuencia y que mi feto ya es antiguo. Mi espontaneidad me revela que no tengo actos propios, y mi estómago se ha convertido en la herencia épica de mis últimos movimientos modernos. ¿Cuándo volveré al acto?

No importa a quién ames por primera vez, sino sólo amar a alguien inocente. Siempre terminamos deformando a nuestro primer amor hasta que deja de tener rostro y nos damos cuenta que hemos amado a una de las tantas transformaciones que se bifurcan de nuestro estómago. El primer amor jamás se ama. No he desistido en mi decaimiento desde aquel encuentro. Nuestro primer amor es sólo la presentación tangible de nuestra perpetua angustia por succión, que no ha dejado de influenciarnos desde el feto de nuestra madre, y, aún más, desde que nuestro abuelo traumó a nuestra madre bajo el cielo de una tarde memorable. Me angustio, luego existo. A mí no me sorprende que alguno de mis vómitos sean fingidos por mi estómago para asustarme, no creo que nada en mi

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cuerpo sea sincero y honesto, los creo a todos muy perversos, engañándose uno a otros por un puñado de vaginas nuevas. Creo, según lo que pude oír de los murmullos en mis entrañas, que se ha cansado mi estómago de recordar a una mujer que nos ha despreciado a todos. Mi hígado me grita, “Deja a tu madre hasta que te mueras por ella” pero se han quedado en silencio, sin siquiera balbucear un cansado reproche cuando Mi ella murió. Yo los entiendo, ¿qué es más terrible que estar atrofiado y abatido por el amor indiferente del cuerpo que nos sostuvo? Espero no estar culpando a la inversa. ¿Y si me arrepiento de algo menor para no matarme con la sinceridad del asesino? Quizá si el duelo es el estado consecutivo a la pérdida de alguien amado, con plena conciencia de la pérdida, mi madre aún no ha muerto pues mi consciente no se ha enterado de que a mi madre, figurativamente, la viola el Cáncer; sólo se aprovecha cuando ve la oportunidad de preservar sus años. El cuerpo de mi madre se ha alejado de mis mañanas y al despertar mi hígado la echa de menos, con rencor y desesperación. ¿Serán los celos peores que el insensato crecimiento de una bola negra sin feto? Frede, ¿quién te engaño cuando proclamaste el engaño? Estás muerto, no hables, ya nadie te escucha, me escucharán a mí. Podrás matarme cuando me veas en el infierno tomando una Pepsi. Yo no estoy mal, estoy ansioso por decaer, y esa ansiedad me permite mantenerme en pie, porque nada de lo que ansío llega temprano. Terminaré en unos minutos de inquietarme por el día de mañana y me dormiré, no tengo problema para dormir, salvo en excepciones, la medicación me tumba, y si por suerte no se me ocurre nada, sólo en los depósitos de almacenamiento encuentro bolas que me mantienen revolcando en mis sábanas. No soy bueno para competir, jamás lo fui, porque no dejo de vivir afuera de la sociedad. Nunca he terminado un libro y siempre la obsesión por conocer o deducir lo que ocurre en aquellas hojas rechazadas me ha llevado a imaginar eternamente lo que la pluma del escritor pudo haber narrado. Imagino tanto que, aunque nunca lo sé, creo finales extraordinarios y más finos que los verdaderos. Esta conducta ha naufragado mi imaginación y la ha hecho fuerte e interminable, además evita plagiar con exageración, aunque nadie se da cuenta que no se ha publicado un libro nuevo desde la muerte de

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Jorge Luis; evita imitar y ser asquerosamente influenciado por otro enfermo. También me produce un esfuerzo enorme leer, siempre a pocos renglones de la primera página mi obsesión florece despiadadamente con las varias escalas de mi imaginación dolorosa y cierro mi libro para pensar en serio, mucho más de lo que el escritor pudo estimar que sus líneas influirían en un lector. Pero no es el autor heroico, son mis neuronas sensibles a cualquiera nueva oración. No termino a Shakespeare y el final de mi Julieta es aún más histérico e ingenioso. Romeo es sólo una creación descarada y desesperada de una mujer que se manosea con otra. Siempre supe de su suicidio, porque algún idiota me lo comentó entusiasmado y perplejo, pero aún no sé si lo cometió en invierno o en verano. Existen quienes se suicidan y realmente lo anhelan, lo determinan y defienden sus cadáveres enterrados, y quienes solo lo intentan con la estúpida relevancia de inquietar a sus familiares y llenarse de dudas despiadadas para que florezcan motivos para su próxima recuperación; es decir, quienes no quieren matarse pero sí sentirse enfermos para poder caminar con un rostro emblemático. Puedo creer que los de la primera clase de suicidas son egoístas y los de la segunda, bondadosos y colaboradores, pues la noche siguiente a su intento suicida prepararán la cena a sus familias con solo una venda en sus muñecas. Y puedo dar un ejemplo para redefinir de antemano el propósito del suicida de acuerdo con el atuendo que él viste. Supongamos que una mujer elige un sitio, un aposento para su suicidio, elige un día y una hora. Ahora supongamos que en ese día el clima es fresco, sólo para un buzo, sin campera, y nuestra suicida se tiene que abrigar para evitar resfriarse y para que no le caigan mocos por la nariz de su cadáver. Ahora bien, la supuesta próxima muerta tiene dos buzos, uno viejo, que casi no usa, y otro no necesariamente nuevo pero sí menos viejo, el cual le gusta locamente, lo usa siempre, tal vez como cábala o sólo porque le queda bien para un sábado por la noche y le gusta verse con él, y lo prefiere para salir en una foto, de aquellas que darías a algún periódico para que te retraten. ¿Cuál de estos dos buzos usaría la suicida para morir? Yo he conocido una ninfa depresiva, o al menos una excelente actriz, que intentó suicidarse cortándose las venas, pero no llegó a morir. Ella adoraba un buzo de color negro que

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usaba casi siempre, y le pregunté, por curiosidad o morbosidad, o sólo para pintar un retrato de Émile, que solía en aquel entonces inquietarme, qué ropa se puso cuando salió a su lugar elegido para rebanarse las muñecas. Me mostró un buzo viejo manchado con sangre y me dijo “Este buzo usé, casi nunca lo uso”, y yo luego, cómicamente, le pregunté, “¿Por qué no usaste tu buzo preferido para despedirte del mundo?” y la muy descarada me dijo “Es mi buzo preferido, no quería que se manchará.” ¡Qué bondad! Yo elegiré a los que no quieran morirse y simulen un intento, a los bondadosos, porque a ellos podré hacerles el amor una vez más. Pero ojo,... no regalemos litio a los que no se lo merecen. El suicida bondadoso imagina un fin apartado de la vida; este último aparece como una barrera infiel que entristece los ladrillos. El corta venas verá pronto que ni fuera ni dentro de la vida le han otorgado un menester. Y la madre mañana cocina milanesas con papas fritas. La bondad de ellos es una imitación aún más inútil y sin razón que el vacío que anunció sus farsantas escapadas hacia la sangre. La irresponsabilidad no vendrá a buscar su herencia para que sientan lástima por ustedes. Los suicidas con bondad carecen de excesiva y de insuficiente individualidad. El muerto muere por su última acción de fallecer. Golpear a un muchacho que se va a su casa con un moretón es igual a golpear a un muchacho que cae muerto sobre una roca filosa entre sus orejas. El segundo golpeador irá preso por la desidia de la caída del muerto. Difícilmente alguien nos mate antes de que nuestra caótica acción condene el acto del otro. Cabe remarcar una terrible y no diagnosticada enfermedad que sufren aquellos suicidas bondadosos que usan sus buzos viejos, un síndrome que he bautizado “El Síndrome del teatro de la crueldad” y es propiamente una ocurrencia actoral para evitar una vida estúpida y vulgar. Es la enfermedad particular de quienes no son enfermos y quieren serlo, y puedo jurar que ese deseo se transforma en una despiadada desesperación que incomoda y crea un estómago patológicamente enfermo. Es el esfuerzo incontrolable de querer ser un enfermo para convertirse en un bicho diferente al resto. Estos pacientes no soportan la idea de normalidad y diagraman una locura inventada para que persistan sus inteligencias. Algunos terminan teniendo esa enfermedad inventada. La decepción

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del suicidio es solo un nervio actuado. Lo que algunos doctores no deducen es que el problema no es la enfermedad que estos pacientes inventan para el resto y para ellos mismos, sino que es la admiración sofocante por una locura; el entusiasmo por ser diferente, el deseo por la deformación del cuerpo y la particularidad original de una enfermedad distintiva y genial. Es allí donde deben tratar esta clase de enfermos, pues es una digna enfermedad la que acarrea y si bien abarca una interpretación teatral de un buen actor, la desesperación por los aplausos del público le arrebata a sus enfermos su normalidad en juego. Si juegas a ser un loco, se llega a serlo, no estarlo pero querer serlo, ya te ha convertido en un anormal. Tal vez es peor un actor loco que un loco real, es peor la locura obligada por uno mismo por lo menos eso creemos que por El DACC o por tus padres. Este es un caso original de obsesión grave, no la desestimemos, podría terminar después de varias actuaciones en una tragedia. Ahora, ¿por qué alguien sufre de esto?, podría querer justificar una estupidez real o paranoica, tapar una culpa argumentando que su locura no lo deja ver o tan sólo por una imitación. El dolor se siente en la voz, en la voz de una joven cantante de mentiras, en su garganta hermosamente desafinada y en sus manos temblorosas y su cuerpo contraído. Cuando una mujer canta estremeciendo su vientre y su voz, delatando el llanto que le espera, nada de mí vale la pena. Yo puedo matarme pronto, pero no sería más que un llamado de atención, porque reviviría antes de que alguien me viera muerto y después de que me haya visto sangrando. Anunciar mi suicidio con una carta de despedida no deja más que el reclamo por un remis para que alguien me venga a buscar al lugar que vio mis venas casi cortadas, y contentas. No mientan aún más de lo que yo lo hago, y arrojen sus huesos vivos de un piso 19 si quieren engañarme la mañana siguiente. De otra forma, nunca creeré que hayan querido matarse para alejar su síndrome, sino para acercarlo. Aquellos que duden de mi genio apagarán su titubeo cuando esté podrido en la tierra. Pero no me ubiquen en un movimiento literario, pues eso no hará más que convertir mis líneas en política.

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Yo escribo oscuro no porque no sepa realmente lo que quiero decir sic, sino sólo porque no quiero un movimiento que haga política ni mucho menos un cartel en mi frente que me mal represente. Yo sólo soy un dolor de estómago. Estoy en contra de la subjetividad, creeré que el único hombre subjetivo es el DACC, en cuanto podamos convertir a todos sus miembros en personas. Y no hay subjetividad como imposibilidad de elegir sin alterar al resto de los hombres, sino que quién modifica al hombre es el DACC a través de nuestra malentendida elección, predeterminada, humilde y tímida como la siento; por tanto la persona solo elige al DACC y no al resto de los hombres. Es el DACC quién de la relación de nuestra esencia y del patrón elige lo que elegimos para terminar con la angustia. El hombre elige hasta el DACC y de allí se elige al hombre. Mi acto es la conducta en lucha con la existencia de mi esencia. Mi angustia es lo que existe y es miembro del DACC, y mi acto, como acción de repudio a mi existencia, es responsabilidad de cómo el DACC dispara la angustia retorcidamente en mi estómago. Yo sólo soy responsable de afectar al DACC para conseguir mi libertad. Lo que de mi caótica intervención se injiera al resto de los hombres es de la más pura sensibilidad Daccaniana. Entiendan que si eliminamos al DACC no encontraremos a un hombre antes de él, solo habrá esencias antes de existir y serán otorgadas por Daccismos. ¿Y qué es un Daccismo? Es todo lo que está antes de la esencia del hombre. Llámenlo como quieran, pero antes del hombre encontrarán imitaciones del DACC antes que versiones milagrosas de un primer hombre. No hay ser que exista sin ser precedido por una esencia, sin ser definido conceptualmente por algo. Quienes se permitan eliminar al DACC no encontrarán existencias sin definiciones previas, encontrarán Daccismos que aún su esencia no ha podido conceptuar. Un Daccismo es el malentendido ciego de nuestra esencia hacia Dios, hacia la Angustia, hacia la Culpa y hacia el Cáncer. ¡Cuántas mayúscula en una sola incoherencia! Precisión, las mayúsculas son hipocresías baratas y fáciles; derramarlas sólo creará jerarquizaciones con miedo de último recurso.

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Amén-rica Cuentan mis neuronas que, décadas atrás, la angustia era una jovencita precoz que se paseaba por las calles del sur de Nueva York, tambaleando por noches de borrachera en bares públicos y revolcones con jóvenes estudiantes sin fuerza, y flameaba su hermosa cabellera rubia con rulos casi dibujados, que decoraban sus hombros contraídos y pequeños. Todos en la ciudad conocían su figura delgada y sus pechos de redondez al compás, y su cabello uno podía observarlo a varios metros de distancia, para poder salir corriendo velozmente hacia un refugio. Pinturas y dibujos de cabelleras rubias conquistaron carteles publicitarios de advertencia, los niños rubios de la ciudad fueron obligados a teñir sus cabellos por considerar que ella robaba sus almas para no perecer. La joven mujer compraba caramelos en una tienda en la esquina de una calle, donde allí residía una familia de albinos, que fueron todos fusilados e incendiados sus pelos. Ni la angustia aprecio a aquel país y los libró de sus vueltas en la mañana para dormir en un país digno. Pero como castigo de su cruel hospitalidad dejo sembrada en las tierras de América a una de sus mujeres que disparó de sus venas: la ansiedad. Y lo ocurrente surgió durante una noche, en la que los ciudadanos festejaban la huída de la cabellera rubia con una feria comunitaria y pasteles rosas y banderitas nefastas en las manos de los niños, la ansiedad desde su habitación pequeña y desordenada se atrevió a burlarse de los habitantes del pueblo. Se cubrió su cuerpo con un largo vestido negro griseado que acariciaba el suelo y tapó su cabello oscuro con una peluca rubia, que había comprado en una tienda de disfraces de monstruos de la última década. Salió, así, hacia la conglomeración de ciudadanos felices. Desde entonces, cada ciudadano preso por la ansiedad le gritaba por piedad. Todos los habitantes confundieron aquella aparición con el retorno de la angustia en la sociedad. Pero fue solo allí cuando conocieron su nombre, la ansiedad dejó su firma y hasta hoy ambas mujeres se creen una y se conocen como: anxiety. Acaso son torpes cada uno de los médicos del norte. Recuerden, la angustia jamás se ha enmascarado.

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A Antonin La carpintería de mis escritos está devastada, no podré evitar que ustedes se despierten de donde fuera que mis primeras líneas lo hayan llevado. No quiero que quién me resuma canse a los lectores por el egoísmo de una histérica. Que comience con ella, pero que muera con el quijote. Desafío a los cobardes a que lean, hora mismo, el final de mi resumida vida. Ahora, atrévanse, nadie los culpará, háganlo a oscuras, háganlo en el baño, lean la última palabra de mis escritos. No quiero que después de haber escuchado todos mis años, terminen decepcionados con mi despedida. ¿Acaso ha sido benévolo mi editor? Nadie es privado, ningún loco oculta su locura a menos que sepa que en su féretro la descubrirán. Nadie se guarda nada de lo que le permita ser recordado e interesante. El humilde es aquel que espera su muerte, y minutos antes alardea misteriosamente sus virtudes. Es parte del teatro, las frases que decimos para hacer creer a quien nos ha preguntado algo sobre un escritor que desconocemos que lo hemos leído: “Ese sólo escribió un libro bueno, no lo considero demasiado”. Menospreciando a quien no conocemos hacemos creer al que escucha que sabemos sobre quien no conocemos, y la discusión no llegará muy lejos si sutilmente proponemos cierta ironía. Es la ironía aquella que nos salva del desconocimiento: “Sí, claro, sus matices nos influencian demasiado. Por favor, no pudo escribir más de un libro” A un irónico no se le puede discutir, y, encima, nos da gracia. Con el humor se cierra una conversación que no queremos tener. O si nos preguntan sobre un pintor que no conocemos: “Es muy abstracto, detesto eso”. El que escucha puede interpretar que pensamos que aquel pintor hace manchas en sus cuadros, o bien simbolismo, pero no precisamente manchas. Así abarcarías a muchos pintores, aunque no los conozcas. La alabanza puede descubrir a nuestra ignorancia, en cambio, el desprecio, la ironía y el humor nos la oculta de la mirada de los demás. La actuación crea en el estúpido al más mentiroso inteligente. Habrá que hablar con gestos y entonaciones crueles, y tendremos a nuestro doble. Es lamentable que, a veces, copiemos al cine sus incongruencias para comunicarnos. Como recurrimos a frases

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copiadas en escenas que en la vida cotidiana no deberían encajar, y de hecho no lo hacen sino porque quien la recibe ve películas. Se aceptan como si fueran sensatas y, sin embargo, no lo son sino solo porque hemos visto a otro decir lo mismo en una pantalla. La pereza e inexactitud del guionista ha dejado en nuestras conversaciones pesares estúpidos e incomunicativos. No faciliten su trabajo porque empobrecen nuestros diálogos. Pero no coincido con tu desprecio a la imagen visual; creo que tu rechazo al cine no es más que mi rechazo a una cámara digital: y terminaré comprando una cuando me enamore de la más hermosa mujer fotogénica (como Lucas por Romina). Es una manera fácil e incongruente de olvidar lo nuevo, y encuentro en tu desprecio una cierta contradicción con tu consideración a las obras maestras. ¿Acaso no ves en el teatro más psicología? ¿No notas poco peligro? Tu manifestación ha muerto, ¿nos pides olvidarla? ¿No es el cine más revolucionario que el teatro? Estalló el teatro ya, no hay ningún pedazo a la vista para edificar tus memorias. De algo tienes razón, podemos decir lo que ya se dijo alguna vez, y que sea un invento actual. Y por esto confundo a lo sublime de tu obra con lo que tengo que olvidar o despedazar. Mis máscaras terminarán como las tuyas: en un museo. Yo me beneficio a mí y no a los que leen, si eso te molesta no me escuches. Soy libre y lo soy sin teatro. No me hace falta el teatro para que me consideren capaz e inteligente. Sólo me alcanza con el Midax. Con vergüenza he sentido a veces y sólo a veces que te repito en mis cartas, pero luego entiendo que hace décadas atrás tú ya me copiabas y detesto ver en tus escritos lo que yo imagino la mañana anterior. Has hecho más cortas mis cartas e incluso la influencia que has tenido de mí no hará a mi reconocimiento una realidad, pero no me has plagiado todo, tus peores decisiones, tus insensatas frases y tu desconocida locura las has creado tú, y nadie crea que yo he tenido algo que ver. Yo no he tenido a un fotógrafo extraño que me retrate con descarada inmortalidad, así que tu rostro desgarrado con ojos de enfermo es sólo un invento de asilo, un engaño a mi envidia, un triste perro andaluz. He secuestrado a Milena, que aún recibe cartas de su amigo, algunas de las oraciones en ellas están dispersas en las mías, sólo no lo menciones. Aún

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sigues entristeciéndote por tu amante o aceptarías que te envíe a mi huésped para tu entretenimiento. Has vuelto de México, ¿acaso su revolución es tan hipócrita como la mía? No quiero que me humilles con tu desorden, tus repetidas internaciones le ganan a mis rituales, tu locura venció a mi farsa cuando ningún doctor me quiso internar, y ahora mis recuerdos no se ven tan oscuros como los tuyos. En los libros, tú ganas, pero en mis amantes te he arrebatado tu estómago decaído. En las tablas, te he abatido con mis dientes en aquel libreto que nuestros cercanos soportaron. Con menos recursos que tú he mantenido un relato deslumbrador sobre la locura, y el público me aplaudirá de pie cuando se cierre el telón. Nunca he podido sentir un personaje en mi carne y, sin embargo, todos los han creído. ¿Acaso esto no me hace un mejor actor? Si uno se compenetra en el personaje, le será más fácil interpretarlo, no le sería meritorio ningún aplauso. Yo, por el contrario, desligado totalmente del cuerpo de mi personaje, sin sentir ningún títere más que mi propio y cotidiano cerebro, les puedo hacer creer a todos los estúpidos, medio estúpidos y capaces de eludir un engaño que mi vientre llora incontrolablemente. Y eso que nunca he podido pestañear a mis compañeros cuando se mueven por las tablas. Mi maestra me dijo alguna vez “Tienes un cuerpo pequeño y un cerebro gigante, desventaja para un actor”, no lo fue para mí. Nunca he dejado de ser yo cuando interpreto a otro, y esto no ha impedido que mi verdad permanezca en las sombras. Jamás he entendido por qué los actores hacen más gestos que los que hacen afuera de las luces. Un buen farsante limita la gesticulación a menos que la pueda mantener sin deslices durante todas las reuniones. A veces hasta parecen borrachos, porque se la pasan gritando toda la obra. No hay música en el grito que excusa el sincero dolor de una vida real. El lenguaje está podrido, y es por causa del signo que jamás se interpretó. No hay ideas en un gesto, es sólo una pantomima repetida, es un dibujo técnico. Nadie abraza a una vaca con un grito de la actriz de hoy. El libre ejercicio del pensamiento hace de una obra una rutina; no se debe liberar el pensamiento, se libera el estómago que, al parecer, el teatro no supo jamás separarlo del alma. El teatro ha dejado de ser oro para convertirse en carbón. Dibujemos un diálogo en papel. Te puedo jurar que no hay espacio físico en un

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espacio intelectual Los actores no somos deportistas, no tenemos que estar conectados con nuestro cuerpo constantemente, el amor paraliza los brazos, no los muevan tanto en el escenario. Y te has dado cuenta de que se ha hecho costumbre hablar despacio, entrecortado, pasan de una idea a otra, alargan los adverbios y se tocan la cara con las manos. Pausas, intermitencias, excitaciones repentinas. Esto es propio de un actor, y al ser así nos advierten de que están actuando, y yo ya dejo de creerles. El teatro es la crisis que miente en la normalidad del estúpido, es el lugar donde mejor se oculta la vida. El espectador se fabrica mientras llora el héroe sobre el moribundo. En aquel llanto, ya nadie ha muerto ¿A quién le hablas cuando actúas un diálogo con otra persona? ¿Le hablas al personaje que tienes en frente, al actor que miras o al público que tienes al costado? La búsqueda reactiva del espectador te transforma en un gran actor, pero jamás me hablen entonces de una metamorfosis estomacal. El rostro del mirón predomina aún más que el del personaje al quien le hablas en las tablas. A veces tan sólo ignoras al actor, y el personaje desaparece. Los alrededores de la falsa realidad te desnudan; caóticamente, jamás dejarás tu carne por la de otra invención. La crueldad del teatro es quien espía al personaje y lo absorbe de tu cuerpo; te desvirga y te convierte en ti mismo. Pero entiendo, que tú necesitas los aplausos. El teatro es una actuación, y ésta no pretenderá jamás que persista solo una esencia en tus gestos. Yo soy uno sólo delante de mi espejo. Qué todo explote cuando ignoremos las pedanterías del admirado. Y aquí estoy, hablándote de teatro cuando yo siempre he detestado a los idiotas que te mencionan recitando alguna línea de tu peor libro. Hay algunos, aquellos mediocres que repiten haberte leído, que piensan que Rodez es un teatro. Bueno, por último si tú no me molestas yo no te denigraré y permitiré que tu enfermedad abarate la mía aún cuando yo no pueda pestañear. Yo soy mejor actor que el más grande de los actores: Hitler. ¿Alguna duda te queda del gesto y la entonación en mí? Rodés, rodés y rodés………. deja de girar en mí.

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Compulsión, impulsión, obsesión y la conducta del idiota Toda conducta adaptada o no adaptada es una compulsión; una compulsión es un acto que se lleva a cabo por aparición de una angustia directa. Es la conducta obligada por la angustia directa, pero que con esto no significa que no pueda revelarse ante ella: nos referimos a que una compulsión no es un acto irresistible, sino que se puede ignorar con tan sólo optar en no reemplazar la angustia directa por la angustia por cumplimiento de la conducta. Retomaremos luego el concepto de Obsesión, pero es preciso remarca ahora que una compulsión es solo determinada por una angustia directa y que una obsesión puede surgir como una conducta compulsiva propiamente. Una compulsión tiene como único fin eliminar la angustia directa, no hay compulsión completa si la angustia directa evaluada por el DACC no se elimina y es imposible que una compulsión comience o continúe si la angustia por cumplimiento de ella es aún peor que la directa; por tanto una compulsión es, por definición y objetivo, eficaz (detallaremos esta afirmación en el estado del estúpido). El acto compulsivo es una intención, ya sea repetido o no, propia del paciente, es creado por él como ocurrencia al disparo del DACC que exige un pacto. Está en clara discusión su carácter de obligación, pues el DACC permite al enfermo elegir entre la angustia directa y la angustia por cumplimiento. El reemplazo que genera una compulsión de la angustia directa por la de cumplimiento no es más que una elección del paciente, porque bien se dice que la compulsión es intencional, es una decisión entre dos cosas únicas. Lo único que obliga el DACC al paciente es, precisamente, elegir entre sólo dos opciones, delimita las alternativas, pero no dictamina, sí tiende a impulsar por la fuerza de las pirámides que dispara con su relación, cuál de ambas debe elegir el enfermo. Sabemos bien que el placer se compara para nombrarlo como tal luego del desgaste, por esto, una compulsión es placentera en comparación con la angustia directa y no lo es cuando la comparamos con un estado sin patrones despiertos (es decir, cuando entendemos que estamos mejor con angustia directa y por ende sin angustia por compulsión). Pero dentro de una operativa pactante, considerándola implacentera por esencia, es placentera por comparación o contraste, porque simplemente una compulsión es el reemplazo de una angustia por otra menor. Entonces, no sólo aquí la consideramos placentera, sino que

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también útil como traspaso de un estado terrible a otro menos terrible. Nunca nadie dijo que una compulsión o una conducta tenía como fin conseguir la felicidad, y un fracaso, considerado como inútil, no es no lograr algo sino no lograr el objetivo: y el objetivo de una compulsión es reemplazar una tragedia por otra menor, y lo cumple, no fracasa, lo cual la convierte en algo indiscutiblemente útil para obtener lo que se le encargo. El paciente no pide más de ella, si lo quisiera buscaría a una esposa o a un hijo. Y a los que mencionen la palabra alivio, bien lo hacen pues yo también lo hago, recuerden que un alivio o calma puede conformar como también dar placer, y repito, de acuerdo con qué lo comparen. Una compulsión no es irresistible, lo que sí lo es, es la angustia directa, por ejemplo: al despertar un joven temprano a la mañana se dice, ”No puedo levantarme, me es irresistible seguir en la cama”. ¿Cuál es el error de expresión en lo que dice el joven? Claramente el error recae en que lo irresistible en él no es seguir acostado, sino tener sueño, sentirse adormecido. Esto es la irresistible, lo que no logra evitar y lo que lo obliga a seguir durmiendo. Lo mismo ocurre con una compulsión y una angustia directa. Lo irresistible es la angustia que lo “obliga” a generar un pacto y una conducta. El joven sigue durmiendo para no tener sueño, el enfermo forma una conducta para no angustiarse. Pero sabemos bien que aquel joven puede levantarse de su cama, si así lo intentara, y tendría que lidiar con el sueño hasta que se le vaya. En un enfermo, este puede también ignorar la compulsión y soportar la angustia directa hasta un milagro (tal vez sea la muerte). Las únicas diferencias entre estos dos ejemplos son que el sueño puede eliminarse luego con un lavado de rostro y una leche chocolatada, en cambio la angustia difícilmente tenga otros guerreros que la puedan abatir, y que el seguir durmiendo, como compulsión para eliminar la angustia, no conlleva angustia alguna por cumplimiento: será que el DACC fue más piadoso en las opciones ofrecidas. La compulsión como una elección entre dos opciones que excluyen todo el resto de posibilidades y alternativas pierde todo carácter de molestia: si entendemos que ambas opciones son malvadas porque conocemos un bienestar que tiene el DACC pero que no nos ha dado para elegir, acudimos al término peor; esta es peor que la otra; pero si nos ubicamos en un barrido total de todas las demás alternativas de opción que se nos pueden presentar, si no conocemos más que estas dos opciones, inevitablemente, acudimos a diferenciarlas como el bien y el mal. Espero

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que quede claro que el experimentar sensaciones placenteras significa evitar el displacer; resignarse, como lo hace mi alrededor, a situarse en las fuentes del sufrimiento oponiéndonos a la felicidad, pero teniendo la capacidad de elección entre las dos fuentes de dolor disparadas por El DACC. Esta responsabilidad extirpa toda mano dictatorial de una compulsión. Siempre podemos optar por morir antes que sacrificarnos. Nosotros tomamos aquí la muerte como una alternativa que mancha la opción restante, y viceversa. Lo que quiero decir con esto es que la muerte no está excluida de ser un tópico opcional; eliminamos todo su carácter de tragedia máxima. Y así, no nos queda más que definir o acuñar la angustia directa como el mal y a la compulsión como el bien. Con esto entendamos que no hay inmoralidad o inaceptabilidad en una compulsión, pues lo prohibido o inadecuado es la angustia que obliga una compulsión, una conducta intencional y aceptada que transforma la inmoralidad de la angustia en decencia, un acto noble que reemplaza la materialización de la angustia directa: la bola negra étalon, el problema. ¿Qué es inaceptable para un enfermo si mejora su estómago? De esta forma, la compulsión arrebata su morfología de molestia y se convierte en un placer casi milagroso. La compulsión arrebata la angustia directa y más aún interferiría si el paciente confiase en la D del DACC: pues no sólo eliminaría la angustia sino también la tragedia. Por último, nadie hace más compulsiones que lo que merece la angustia directa, por tanto, no existe exceso o adicción a una compulsión (se verá en la conducta del estúpido). Terminemos diciendo que en el enfermo no es irresistible una compulsión o su angustia por cumplimiento (pues bien puede dejar la compulsión y dejaría la angustia por realizarla), sino sólo una angustia directa es involuntaria y propia del DACC, y por ende irresistible. Ahora, ¿cuándo nos referimos a una impulsión? Una impulsión es un dolor de estómago. No se forma por operativa pactante como la compulsión, sino que exige la aparición de ella con su carácter de irresistible. Una impulsión es una angustia directa, es el disparo del DACC a la cabeza del enfermo, es lo que el paciente tiene y no sabe por qué o cómo lo tiene, sólo lo siente en el estomago como inevitable y como principal enemigo. Es la cara del DACC, es la culpa transformada en angustia, es la culpa que percibe el estómago. La impulsión no tiene premeditación percibida por el paciente, es sólo un atributo Daccaniano influenciante y alterador del bienestar del enfermo. No hay impulsión alguna que la maqueta cerebral pueda evitar y realmente deducir su

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origen. La impulsión es la causa de la compulsión, es la que es peor que la otra, es el blanco de las conductas. Sin impulsión no hay ataque del paciente. La impulsión es la relación entre el patrón y las pirámides disfrazadas por el DACC que interrumpe la cotidianeidad del paciente. No hay una porción en la relación entre el patrón y las pirámides ocultas que el enfermo pueda palpar, sin embargo, la impulsión está para que el paciente interfiera en la acción de tragedia en su cabeza: luego de la transformación de las pirámides ocultas en disfrazadas, el enfermo puede actuar para su eliminación; esta transformación, que crea la relación del enfermo, no es más que la angustia directa o las pirámides étalon, y no es más que el patrimonio impulsivo de la maqueta cerebral y el cubo de levadura. A diferencia de la compulsión, siendo esta un acuerdo entre el DACC y el paciente, la impulsión es una imposición del DACC, sin discusión o pacto en su aparición y con la presentación de una elección de permanencia: la impulsión o la compulsión. ¿Qué elegirías tú, psiquiatra amigo mío, que tanto quieres que deje de tapar? Enséñame, primero, a sacarle el disfraz a la impulsión y te prometo que jamás invitaré a comer a mis compulsiones. No será un esfuerzo, de nada servirán. Una impulsión no tiene tiempo de resolución o morfología, y no contrae una función percibida por el paciente, si no crea, con su aparición, una función para la operativa pactante y para la compulsión. Ahora es hora de sumergirnos en la simple definición irreconocida de una obsesión: las obsesiones se dividen en dos; comencemos con las obsesiones inmorales. Estas obsesiones son los pensares o actos impulsivos que merecen una operativa pactante adaptada urgente e inmediata. Aquí la obsesión dura un instante; el instante de la imagen o el acto depravado. En cuanto la obsesión se convierte en bola negra étalon, se materializa su contenido, esta desaparece; se desarrolla el problema y se transforma la obsesión en un acto premeditado, por su primera exigencia, y estructurado dentro de una operativa pactante que como sabemos no es una acción involuntaria. Cuando la obsesión se nombra y se sostiene aparecen los pactos voluntarios del enfermo y la imagen incontrolable se congela a la espera de su desaparición. Solo volverá dentro de los incumplimientos de los sacrificios y lo hará materializada en la bola negra étalon que exigió el pacto incumplido. La función propia de los pactos es encerrar tangiblemente la impulsión sin cuerpo. Pero cuando la obsesión se

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desarrolla con la perfección y la duda de las conductas adaptadas, se convierten casi en predeterminadas pero aún con su carácter impulsivo. Con esto me refiero a que el desarrollo de la obsesión es impuesto por el DACC, por tanto irresistible, pero la perfección y la constancia de aquel desarrollo SON propias de una conducta compulsiva. Aparece aquí una ambigüedad entre impulsión y compulsión dentro de una misma obsesión para retener y figurizar el contenido angustiante e irresistible que dispara el DACC. La obsesión no se controla como aparición, pero sí como tratamiento. No se logra sacarla de la cabeza y del estómago, pero simultáneamente se pacta como conducta adaptada para nombrarla y derrotarla en su carácter de irresistible. Ejemplifiquemos: la imagen de la muerte del padre es una obsesión impulsiva; pero describir el lugar, las herramientas, los gestos, la sangre del asesinato es propiamente una conducta compulsiva para retener con precisión la obsesión. ES una manera legal de derrotar el impulso; sostenerlo y transformarlo en una figurativa tangibilidad mejora la angustia directa que acarrea una impulsión abstracta e inmediata. La imprecisión de una tragedia imposibilita la próxima conducta y su desarrollo pactante; cuando la obsesión continúa dentro de los procesos de figuración de ella, aparece la ambigüedad de una impulsión y una conducta adaptada. Pareciese aquí que ambas son irresistibles, por tanto, la conducta pierde su origen intencional pero persiste en ella su carácter estructural y su función. Recordemos que es preciso para el inicio de la operativa pactante transformar lo abstracto en tangible y figurativo, como en la bola étalon, para desarrollar y calmar el malestar. En esta clase de obsesión, tanto lo abstracto, con su intervención irresistible, como lo figurativo, el desarrollo de la impulsión, interactúan en un mismo e inmediato instante. Esto suele pasar mucho en los pactos adaptados: la conducta como tal es propiamente una impulsión, es irresistible y no depende de la elección del paciente entre la angustia directa y la compulsión. Ambas permanecen actuando juntas. En otras conductas adaptadas, el paciente las genera por opción, inmediata e irreconocida, de una angustia directa por otra cumplimiento del pacto; ocurre mucho dentro de las utilizaciones de los depósitos de almacenamientos una conducta no adaptada. Por tanto, en esta última clase de obsesión no es algo contrario a las convicciones morales o religiosas del enfermo, sino, una manera, con detalles perfectos, necesarios y sostenidos, de combatir la

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angustia directa que baña y le da cuerpo a la obsesión como tal. La inmoralidad de la impulsión no significa que la obsesión como compulsión contenga la misma perversión y deshonra, pues solo intenta hacer más cruda la obsesión para retenerla y permitir su pacto. Estas obsesiones son las consideradas morales, donde su función es claramente la de eliminar la inmoralidad de su contenido inmoral; se transforma en una conducta que usa lo inmoralidad de su angustia directa como contenido de sí misma para eliminar la indecencia de la relación entre el patrón y las pirámides ocultas disfrazadas: la obsesión es una inmoralidad moral; como infiltrarse en un partido político para luego matar a todos sus militantes desde adentro. La inmoralidad o indecencia de la obsesión no es más que un requerimiento que exige la angustia directa al enfermo para que termine por suprimirla. En las conductas adaptadas veremos que la repetida valoración o el repetido razonamiento de imágenes o de ideas no son más que el sacrificio para arrebatar la angustia directa que promulgó esa perversidad en la maqueta cerebral del enfermo. En las obsesiones morales, El DACC no le da a elegir al paciente entre la angustia directa y la conducta adaptada. La conducta del idiota o del estúpido La explicaremos bien, pero como definición la conducta del idiota o del estúpido se produce cuando la angustia por cumplimiento de las conductas adaptadas o no adaptadas es peor que la angustia directa. ¡Esto es imposible! Ningún obsesivo puede, dentro de la capacidad de él para optar entre una angustia y otra, sufrir más en los procesos de desesperación e incomodidad que en la aparición de la angustia directa. El enfermo opta entre la peor angustia, ¿cómo va a elegir la peor? Que la incomodidad en el cumplimiento de las conductas pactadas sea exacerbada no significa que pueda llegar a ser más dolorosa que la permanencia de la angustia directa; de pasar esto, el paciente claramente desistiría de las conductas pactadas y resistiría el efecto de la angustia directa. Lo que se suele confundir es la pregunta de cómo estaba el paciente sin las conductas y cómo está con ellas. Pero el desarrollo y la creación de las conductas pactantes conllevan con su exhaustiva creatividad y ocurrencia una mayor angustia directa en proporción con la desesperación e incomodidad de las conductas. Ignorar las conductas

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significa soportar la carga de angustia directa que evolucionó paralelamente a la exacerbación de la incomodidad. Probablemente, al comienzo del pacto por aparición de una angustia directa, las ofrendas aceptadas por El DACC tienen la carga de desesperación e incomodidad en proporción con la angustia directa primera el sacrificio es aceptado por El DACC si es lo suficientemente fuerte como para reemplazar, en sus grados de porcentajes, la angustia directa; entonces los cumplimientos de los pactos son menos fuertes que la angustia directa primera. Pero cuando las conductas pactadas se generalizan y se incrementan para evitar la tragedia anunciada por la angustia directa, no pasa que el sacrificio sea mayor al desarrollo de la bola étalon, sino que esta última se incrementó y se infló aún más con relación a la creación y a la exacerbación de las conductas; tanto que si una conducta no se cumple, la angustia directa no aparecerá con su carga piramidal primera, sino con la evolución angustiante que de la creación y el aumento de las conductas se le contrajo. Y esto sucede por la generalización de las bolas étalon y por las cargas en los depósitos de almacenamiento del DACC que incitan y exigen bifurcaciones más perfectas en las ofrendas entonces, lo correcto no es decir que lo bola negra étalon se incrementa con el aumento de las conductas, sino que aparecen nuevas bolas negras que exacerban las conductas; y cada una de estas conductas mantienen el grado de sacrificio con relación a cada bola étalon. Si se llega hasta un punto de sacrificio es porque El DACC disparó una carga piramidal semejante para esa intervención de las conductas. No existe la exageración de una conducta con relación a lo que exige El DACC como ofrenda aceptada. La confusión en este tema surge por la desvalorización del contenido angustiante antes del pacto, y se cree que no vale la pena la conducta por la angustia directa. Y esta desvalorización no aparece en el paciente, sino que sólo se cuestiona por él a través del olvido de ciertos patrones de los que se debe resguardar; pues en el momento de abandonar la conducta se encuentra terriblemente angustiado por el patrón y vuelve desaforadamente arrepentido a cumplir con el sacrificio. Lo que los doctores deben tener en cuenta es que detrás de una angustia directa que desvalorizan aparecen disparos mucho más duros que los que les explica el enfermo con respecto a esa bola étalon. Cuando realmente el paciente desvaloriza

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efecto midáxico la bola étalon deja las conductas; jamás sufrirá más de lo que puede o necesita. Con las apariciones y ocultamientos de las bolas étalon por succión y por impulsión, se genera una confusión entre la dialéctica y el sacrificio, que ya hemos dicho; y el uso del pronóstico de la calma puede desplazar una operativa pactante por eliminación del responsable: se prefiere la angustia directa antes que la desesperación y la incomodidad: esto no es porque una sea ampliamente mayor a otra, porque el sacrificio será acorde con el pecado, sino que la exacerbación del uso de la capacidad pactante puede disparar nuevas angustias directas que pretenderán nuevas conductas sin que El DACC haya tenido antes la incitación de arrojarlas en el estómago del enfermo. Ningún sacrificio es peor que el pecado; ninguna conducta es peor que las pirámides étalon; ninguna desesperación e incomodidad será peor que la angustia directa. La compulsión siempre es menor a la impulsión. Aclaración de las conductas imperceptibles: son las conductas pulmón que el paciente no las reconoce como tales. Por la corta edad del enfermo, suelen darse en la niñez, o por la falta de pacto reconocido por él, no aparecen como combativas de una angustia directa, pero lo son; no son manierismos, pues el paciente contrae una angustia por desesperación e incomodidad en ambos polos: no logra percibir la angustia que exige la conducta, sino que la angustia directa es, para el paciente, no hacer la conducta. Es decir que no se angustia por una tragedia o porque quiere evitar algo, sino que sólo pretende cesar la desesperación y la incomodidad que no hacer esa conducta le contrae. Es el acto incómodo de resistir el incumplimiento de un impulso. La incomodidad anuncia la angustia directa, y esta incita la aparición de los impulsos imperceptibles esto da cuenta de que el enfermo sabe cuándo inciden en él. La angustia directa se ve reemplazada, en la percepción del paciente, por una angustia similar pero mayor que le aparece al cumplir la conducta, el acto impulsivo es la angustia directa percibida por el paciente; la resistencia a ella es la desesperación y la incomodidad. Aparecen a la inversa las dos angustias. Son conductas impulsivas, no tienen un armado conocido por el enfermo, no parece un

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acuerdo con el DACC, sino una imposición de éste; a esta imposición la llamamos Impulsión; al acuerdo con el DACC, a la operativa pactante la llamamos una compulsión. Es entre estos dos conceptos en donde podemos notar la diferencia entre las conductas imperceptibles y las conductas pulmón conocidas. Entendamos que ambas definiciones contraen angustias por desesperación e incomodidad y angustia directa, pero en el caso de una impulsión imperceptible esa angustia directa se sabe, está, pero no se reconoce o se busca: el paciente no percibe la relación del enfermo, pero la sabe. Entonces, una compulsión es una conducta formada en la operativa pactante por acuerdo con el DACC, es reconocida y elaborada para calmar una angustia directa y contrae una angustia por desesperación e incomodidad; una impulsión imperceptible es una conducta formada sin percepción de la operativa pactante y de la angustia directa por una imposición del DACC, no es reconocida, pero se sabrá de ella si se buscara, y es impuesta para calmar la angustia por desesperación e incomodidad de no hacerla por el reemplazo de la angustia, menor a la anterior, por desesperación e incomodidad al cumplirla. En conclusión, todas las conductas que se generan por una operativa pactante reconocida, aunque casi imperceptible sea el pacto, por el enfermo y por ende por una angustia directa es una compulsión; y toda conducta que se genera por una operativa pactante no reconocida o buscada y por una angustia entendida como desesperante e incómoda por el paciente es una impulsión imperceptible. En las conductas imperceptibles podemos encontrarnos con los primeros pasos de un obsesivo: ordenar juguetes, ropa, hacer tics corporales o tartamudeos y deficiencias en el lenguaje. Existen casos en los que la conducta pulmón con relación a las imperceptibles es propiamente la prohibición de la última; a veces es todo lo contrario: la exacerbación de ella. En el caso de una conducta pulmón que veremos luego, tenemos que el DACC prohíbe mover la cabeza, dentro del número de oro, de la misma manera en que en el desarrollo del tic se repetía. LA D del DACC La D del DACC define muy bien la unión de la bola negra étalon de la primera categoría con la de segunda. Hemos dicho que en los pactos adaptados predomina la tragedia como hecho histórico, como vacío o

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duelo; pero en los pactos no adaptados la tragedia pierde el acto, el episodio, y se convierte en una responsabilidad, en un arrepentimiento por no evitar o por generar la pérdida. En la bola étalon de primera categoría aparece la muerte de la madre como desarrollo pactante; en la bola de segunda categoría nos encontramos con el arrepentimiento por no hacer o no haber hecho algo para evitar la muerte de la madre. De aquí su carácter no adaptado de su problema con su sacrificio. El arrepentimiento puede sacarse del estómago con cualquier magia ofrecida y aceptada por El DACC, pues es un sentimiento que se combate dentro del cuerpo y no con intervenciones mundanas. Si no pestañeo, puedo eliminar mi arrepentimiento por no hacer nada para evitar la muerte de mi madre, pero no puedo controlar la desaparición del vientre que me parió; no puedo hacer nada para que no muera o para que viva mi madre. En los no adaptados se le pacta más precisamente a la Angustia o a la Culpa, mientras que en la retórica de los pactos adaptados se dialoga directamente con Dios, convenciéndolo de que no hay que matar a nuestra madre por algún pensamiento obsceno que hayamos tenido pero se le teme primero a la muerte. Cuando la retórica falla, cuando sabemos que nuestra madre puede morir porque no hemos convencido a Dios de que no la mate, aparece la culpa más desnuda pero disfrazada la Angustia por arrepentimiento de que nuestro pensar o nuestra acción degenerada podrán matarla sin que nosotros tuviéramos el poder mágico de salvarla. A partir de aquí, el enfermo pacta su absolución y no la vida de su madre. Y el perdón del DACC significa sacrificio y no correspondencia con la tragedia. Pero, ¿Qué sucede cuando pactamos una conducta no adaptada directamente con Dios? Es decir, si creemos que Dios es un todopoderoso sin importar la lógica de la piedra, pues parece un tanto absurdo dudar del poder de Dios con una lógica deteriorada y procaz; si sólo se hubiese entendido que el término “todopoderoso” no tiene lógica alguna, no habría pérdida de tiempo ni ateos, creeremos también que puede salvar la muerte de nuestra madre si nosotros tan sólo no pestañeamos. Podemos realmente creer que una conducta o un sacrificio torpe e irrelevante, sin consideración con la tragedia, puede hace entender a Dios que nuestra madre no debe morir. Así las conductas no adaptadas valdrían para evitar la bola negra étalon en la primera categoría. En conclusión, creer en Dios salva vidas y arrepentimientos; creer en la Angustia o en la Culpa, salva responsabilidades. Si Dios existiese, todos podríamos ser salvados de la

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muerte y de la Culpa; si Dios no existiera, todos moriríamos con culpa o sin ella. Como todos morimos, Dios no existe. Esa es la lógica; esa es la desgracia del adulto, pues cuando somos niños creemos realmente que Dios es todopoderoso; en la adolescencia creemos que Dios es sólo inmortal; y cuando somos padres lo único que podemos pactar es la eliminación de nuestra culpa en cualquier tragedia, sin todopoderosos ni inmortales. Yo creo que Dios es un superhéroe: no es todopoderoso, pero no muere nunca. Dios no muere porque nunca ha vivido. Dios es inmortal porque en la muerte no hay un doble perecimiento de la carne. Creo que realmente Dios no es un todopoderoso, por eso me parece que el convencimiento de que evite una tragedia debe conservar una relación íntima entre el sacrificio y el pecado; por tanto lo adaptado es con Dios y lo no adaptado es por mi arrepentimiento, cuya relación del sacrificio con el pecado es un esfuerzo bizarro y sin correspondencia con el contenido de la tragedia, pero sí con la angustia directa de ella. Lo todopoderoso en Dios depende de mi capacidad de convencerlo con instrumentos coherentes y empíricos de que la tragedia no debe suceder. Cuando paso a lo no adaptado, Dios es sólo inmortal en mí. ¿Por qué Dios va a crear una piedra que no pueda levantar? Es estúpido, no tiene coherencia con ninguna tragedia; y si tuviera sensatez malentendida, la crearía en la tragedia. Allí donde nadie le juzgaría su incapacidad para levantarla.

Me nutres, verdes Me acaricias, blancos Me frotas, marrones Me hueles, azules Me manoseas, negros Me raspas, naranjas Me cortas, amarillos Me sangras, rojos Me ensucias, grises Me pudres, violetas Y me besas, Pero nunca me abrazas. No me llevas contigo, Y hasta enfrente de mis ojos,

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Enamoraste a mi madre. Histérico conmigo, Obsesivo con mi madre, ¿Cuál de estos dos estados es más difícil para mi doctor de estudiar? Cáncer, hoy cumplen 6 años juntos, y quién sabe cuántos más la tocaste a oscuras, regálale un digno Dios y convéncela de que no le rece más al suyo.

Soy el pintor de los entornos; soy la percepción del patrón aceitado al fondo de la tela. Cuando evité el entorno me encontré con el patrón oscuro, original; con el trauma catártico. Allí me vengué de los vanguardistas y vi el llanto de la academia de Buenos Aires. Mis conductas existen porque al pensar el dolor, este se me extirpa o lo extirpan. No tiene nada de malo cenar con la angustia, la tragedia vendrá cuando se queda a dormir. Cuántas veces me he preguntado, en la mitad de un libro, ¿cuándo comienza? Me irritan mucho los comienzos tardíos y mucho más me molesta enterarme de un final que no valió la pena su recorrido. ¿Hay más farsantes en los libros que en la pintura? Que yo interprete una pintura no hace más que falle en mis conductas más de lo que el artista intentó que lo hiciera. Trato de interpretar más que el autor, como un crítico apasionado de la vanguardia; trato de hacer grande un mundo que no fabrica genios. No creerán que un cuento de hadas y una tragedia griega se puedan concebir con un solo cerebro sin antes pensar que varias mentes están involucradas. Un pintor por sobretodo debe pensar y no usar el arte como terapia. Nadie pinta un buen cuadro acostado en un diván. No busquen salvar su penosa existencia con un pincel; ni mucho menos transformar su esencia con dos colores. El arte no sana, enferma. No hay arte sincero de terapia, hay arte sincero que lleva al artista a terapia. El arte terapéutico es el arte de cocina. La cerámica, por ejemplo, es la honorable excusa para entrar en una academia. Hoy, el 90 por ciento de los estudiantes de Bellas Artes no dibuja ni pinta, parece que están en actividades prácticas de tercer grado. Se pinta tan poco como se lee de filosofía, y se

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destruye la mejor manera de pintar, se deprava en la mano del pintor la obligación de crear. Se ha perdido la pintura de caballete, y esto es algo tan irritante para el artista sincero como la justicia en el asesino. Tan irritante como el uso del dedo para esfumar el carbón en el rostro de aquel dibujo que intenta copiar algo real. El arte es un dolor de estómago. ¡Viva el retrato del cubo de levadura! “Ese perfil no me favorece”, me dijo el cubo de mi estómago. Mi elección se ha convertido en un acto demorado, pero imprescindible. TIT Jesús, tu banquete hizo de mis diálogos de amor una triste comedia de engaños y Culpas. Dios, tu última cena es el teatro de la crueldad, y lo han visto mis dientes cuando tu hijo se artaud de mi corazón. ¿Por qué siempre anhelo ser otro del que soy? ¿Por qué creo que la mentira interrogativa que dije me invita a la nostalgia? Estoy harto de que mi angustia sea reflexiva, pero allí, en donde ella grita sus análisis, convierto a mi culpa en el único sector ético de mis soledades. Yo sólo espero ser un héroe sin pasado, tal vez en las entrañas de mi limpieza pueda despertar a mi culpa dentro de mi vida y no en el estómago de algún muerto. Yo me atreveré a pintar a Dios porque a Jesús (se) lo han hecho muchos ya. Me pregunto de dónde saco el rejunte de piezas que dibujan a Dios en mis telas y en la maqueta de mis quiebres. ¿Cuántos cuerpos he recortado para armar su rostro sin cuerpo? Mis muertos solo están escondidos, por eso tengo duelos. Lo peor en la vida es tener el poder de cuestionamiento, y malentenderlo; y luego, ser inteligente; nada de malo hay en entender una pregunta. Los hombres del limbo se ríen de mis chistes;

Al Castor ¿Aún no te has dado cuenta, en alguno de los cielos que estés, que solo has creado histerias? Has reivindicado a la mujer y enorgullecido a la histeria que de ellas y de su más revolucionaria libertad ha florecido en nuestros vientres. No solo nos has proporcionado de una frase hiriente en las relaciones amorosas, sino también de interminables suicidios por desprecios. Las mujeres,

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poco a poco, nos fusilan entre ladrillos y recuerdos, nos desamparan y nos quitan las ganas de caminar con amaneceres propensos y esperanzados. Me has dado a mí una razón para arrancar costillas delgadas y pezones pequeños. Como ya ha sucedido en la historia, has convertido a la víctima en poderosa dominadora de conciencias. Has matado al obsesivo y volverá cuando alguien lo saque del estado en el que hoy yo lo dibujo, para incendiar los hogares de todas las histéricas poderosas que le ha arrebatado la vida sana. ¿Aún sigues leyendo en tu diván? ¿Por qué todos aquellos que tienden a rescatar a las víctimas, terminar por arruinar el mundo años después? ¿Por qué las víctimas se transforman en asesinos cuando son salvados? ¿Por qué creo que mataré a alguien sólo cuando se compadezcan de mí? Será que para poder herir, antes pedimos piedad. La piedad es el camino a la libre matanza, a la excusa del dolor, a la compensación del daño y el menosprecio, al poder desmesurado. Culpo a los alemanes del norteamericano y te culpo a ti y al voto de la histeria. Culpo a la derecha de la izquierda y culpo a Jesús del sacerdote. Culpo al Diablo de lo que Dios pueda hacer de mi hígado y culpo a Mefistófeles de mi feto. Como mujer inteligente, lo más cerca que deberías estar del voto es en una plegaria. Todo daño es una venganza y todo dolor es una culpa. Las heridas son las contradicciones que vendrán cuando seamos nosotros quienes podamos herir con rencor. Nadie nos vendrá a buscar cuando moramos y todos nos condenarán cuando matemos a los que deberían haber desaparecido antes. No hay muertos que nos importen sin que nosotros hayamos hecho algo para su muerte. El duelo no es más que una pequeña percepción de responsabilidad. Nadie sufre la muerte de alguien sin creer que algo tuvo que ver con ella. El arrepentimiento es el dolor de la pérdida abandonada con anticipación; el duelo sin él es sólo un vacío en la mesa. Yo quiero conocer a mi segunda novia sin haber pasado por la primera. Supongamos que un viejo con barba nos permite elegir entre dos opciones: matar a tu madre que ayer cumplió 99 años, sin que ello sea un crimen, sin que ello te lleve a prisión y, aún más, sin que nadie se entere de que la has matado; o pasar el resto de tu vida, sin

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poder suicidarte, en la cárcel. ¿Qué elegirías? Yo me arriesgo a descifrar tu respuesta: pasar tu vida en prisión. ¿Y por qué?, de seguro habrás de ser más triste encarcelado toda tu vida, que vivirla sin tu madre. Porque tu madre, a los 99 años, morirá pronto y harás tu duelo, pero sabías que inevitablemente llegaría su muerte en los próximos años. Y después de la muerte de ella tendrás una vida larga, formarás una familia y tendrás éxito y fortuna, si tienes suerte. Tu vida no estará condenada a la infelicidad, muy por el contrario podrás tener una vida espléndida a pesar de que tu madre falleció a los 99 o a los 100 años. Sin embargo, ¿te condenarás al encierro para salvar la vida de tu anciana madre? No, te condenarás sólo para que la muerte de tu madre no te arrepienta en estómago entero. No la matarás para no vivir el resto de tus días con la efervescencia arrepentida de clavarle el cuchillo con los ojos vendados; porque eliges el encierro, el maltrato, la violación y la infelicidad eterna, antes que responsabilizarte por la muerte del vientre que te creó. ¿Y no es algo absurdo? ¿No es algo irracional y estúpido?, tu madre ha de morir en cualquier momento, y tú eliges la prisión que matarla sin que nadie se entere. Es así que les presento el sentimiento más dañino, irracional y básico de hombre: el arrepentimiento. Absténgase de él y vivirán en la riqueza, y fuera del cristianismo. Castor, haznos un favor y enciérrate por siempre, porque los dos sexos que has conocido se abatirán a duelo en las tierras de mi estómago. Navajas y martillos despedazarán costillas y vaginas antes de que mi hijo salga herido por una despiadada histeria. La firma de mi madre aparece en el manifiesto de las 344. ¿Qué habría hecho Orfeo si le hubiese dicho que su Eurídice le fue infiel antes de que su asombro cobardemente correspondido la matara? ¿Habría seguido sintiendo culpa? Yo creo que, de haberse enterado, no habría muerto tan pronto, porque se habría acostado con todas esas hermosas ninfas que lo cortejaban. ¿Acaso acostarse con otra mujer no es sólo una falta de arrepentimiento? ¿No encuentran en la infidelidad una significación de la primera aparición? Las carnes son infieles a las que aparecen después del primer cuerpo. Ningún monstruo infido le es infiel a la causa de su infidencia. Aparecerá en desuso. El origen se volverá devastado por

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la evolución innecesaria. ¿Y no es la falta de historia una caja oscura donde se resguarda el arrepentimiento del que no queremos intrigar? Sólo espero que el infierno me transforme en un hombre sin vergüenza, y me deje dormir sin creer que un pestañeo matará a mi madre, de nuevo. Yo sé muy bien que soy dos personas, pero no sé cuál compró más horas en mis días. Sólo puedo medirlo con mi alrededor menos mentiroso; pero ¿a quién debo utilizar para cancelar mis pestañeos? ¿Quién es el muerto? Yo sabré entender, cuando comience de cero, que tendré un período entre mi final y mi resucitación para anarquizarme el estómago. Perderé mi libertad si me convierto en un rebelde perezoso, si mi estómago decide, sinceramente, burlarse de Dios y de sus cómplices. Hoy tendré mucho cuidado en aceptar sus piedades. No habrá nada en mí que pueda deshonrar la única chance de mi libertad. Yo donaré todas mis creaciones cuando salve a mi madre del Cáncer, y no tendré más que permitirle al último miembro del DACC sabotear mi última decisión antes de que se canse de babosear la piel blanca que recubre el vientre que me escupió. Pero entenderé el tiempo que el DACC se tome para resolver mi muerte o para gastar los poros de mi madre. ¿Seré tan buen reemplazo como tu, madre? ¿Qué te dejarás hacer por el Cáncer que yo pueda mejorar? Ambos somos rubios, será que a él le gusta ese color de pelo. ¿O te viola sin peluca? Yo siempre pensé que deberías, madre, haber comprado un peluca más peluda; pues tal vez la mano del sacerdote, accidentalmente, habría rozado tu cabeza apiadando al DACC para que te salve en alguna de tus innumerables quimios. Claro que sólo estoy suponiendo un accidente. Hoy he entendido que el aborto es un crimen por defensa propia; lo que no entiendo es por qué el juez del templo no te dejó en libertad o en misericordia. ¿Cuánto del cuerpo desnudo de una mujer vemos cuando le hacemos el amor? ¿Puede el Cáncer confundirme con mi madre si yo abandono el Midax y adelgazo mi piel? Cuando yo muera, ¿el Cáncer entenderá que mi madre y yo somos el mismo espacio de personas? ¿O ya lo seremos para él?

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Yo cumplo mis responsabilidades; y cuando fallo en ellas, cumplo con las que las perdonan; y cuando fallo en las que las perdonan, uso la última misericordia. Si no pido misericordia, muero castigado; ¿y qué es morir castigado? Es llevarse a alguien a tu infierno. Les pondré cuatro pares de personas queridas, y el DACC les obliga a salvar a una de cada par; la otra, caerá en desgracia y no me pregunten qué es la desgracia: Padre-mujer Hermano-nieta Mejor amigo-tía Hijo-madre ¿Podrán elegir a quien le darían la desgracia en cada par? Cuando maten a uno, sabrán cuánto aman al otro. Vuelvo a repetir que este teatro es el cielo. ¿Entienden ahora por qué me iré al infierno sin poner resistencia? El cielo es Dios y la Angustia, el infierno, la Culpa y el Cáncer. El Cáncer viaja todos los días en tren para entrar al cielo de los muertos por la Culpa, y violar a mi madre. Mi leonera será el infierno; te quedará más cerca, Cáncer. El cielo es un disfraz; el infierno, lo real. Verán que lo que aún no conocen será mejor que lo que los agobia. Yo quiero pasar de la D a la A, y de la A a la C y, luego, a la otra C; Viviré matando, pero moriré salvando vidas. Moriré loco, pero moriré sano. D.A. es el cielo; la doble C es el infierno, no mi vacuna, sino la vacuna del resto. Después de todo, el color rojo ha influido mucho en mi vida, ¿por qué no lo hará en mi muerte? Dios, te odio tanto para no amarte reprimido, y quedarme quieto. T.C.

Hay tantas preguntas estúpidas que han reducido mis escritos a la mitad; y creo que muchas de ellas las he dejado por caprichoso. Habrá que ver cuántas idioteces decide Lucas dejar para que el lector considere este manuscrito legítimo y verídico. Yo quisiera hacer una salvedad con respecto a Lucas, pues los errores

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gramaticales y normativos en mis cartas no son de él, sino que él permitió publicar el libro así para cloronizar las líneas con la verdadera esencia de un obsesivo. El obsesivo no es un corrector, por tanto, si las líneas publicadas fuesen académicamente perfectas, se perdería la conciencia de que yo, Tomás, existo; y se entendería como una invención exagerada de Lucas. Insólito yo sé que Lucas jamás pretendería que yo dejara de existir; y no digo esto por la humanidad irreprochable de Moltrasio, sino porque él no aspira a ser considerado un loco. Ni Lucas ni yo somos existencialistas; y yo tampoco. Espero que no haya un corrector de estilo en mis tragedias. Yo formo parte de la vida que existe paralela a la humana; y no dejo de infectarme por los desechos de la tierra. Soy el inhumano más sensibilizado con el humano. Tal vez sea sólo un muerto. Y la función de los muertos es hacer la vida de los vivos más fácil. Yo hoy me di cuenta de que la tragedia sucede sin color. Porque pareciera que los monstruos salen a la noche, cuando, en realidad, un verdadero insecto desconoce los matices del día. ¡Sí!, ¡se puede morir de un susto a plena luz del sol, y con música movida! No se conviertan en rebeldes o perezosos cuando la ternura del cielo les sugiere una protección. Morirán por sus desatenciones y no por el color del refugio de Dios. No perderé más noches rezando, cuando el insomnio me reclama una protección. ¡Los Beatles! Yo puede describir el alma, que es la histeria del estómago, de una persona con tan sólo preguntarle a cuál de Los Beatles prefiere. Un genio dirá que su preferido es John (directamente nada insólito está y nada insólito fue); un revolucionario dirá George; un intelectual dirá Paul (directamente nada insólito es); y quien nunca escucho a Los Beatles dirá Ringo. La histeria se descubre cuando entendemos que, en realidad o en su estómago más obsesivo, el preferido del genio es George; el de un revolucionario, John; el de un intelectual, también John; y el de un ignorante... pues un ignorante seguirá diciendo Ringo por el ritmo de sus signos. ¿Quién es el más sincero? La mediocridad nos desliga de la histeria, siempre y cuando no la retengamos con fracasos. De todas formas, son cuatro colores en carbón ¿Han visto a las mujeres que dicen conformarse con la mediocridad de sus estómagos ellas dicen almas?; pues sólo están oscureciendo el fracaso con la confesión falsa de no querer ser

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inteligentes. Un verdadero músico escogería a Paul, pero de solista. El peor encuentro es entre alguien que dice preferir a John y otro que dice preferir a George. ¿Y aún se preguntan que banda ha alterado más el romance? Yo reconoceré que soy un genio, pero jamás permitiré que descifren mi intención Fines del 07 Lucas se casa (si Romina acepta la propuesta en Punta Mogotes), yo me muero. Estoy viendo el número de mis páginas en mi computadora, y le pregunto, ¿es suficiente, Lucas, para resumir mi vida? Pues tú como escritor en cartel, no escribirás sólo mi vida; pero yo como personaje ¿he dado todo lo que pude? Lo que tú olvides de escribir, lo utilizarás para el siguiente libro, pero yo moriré al final de éste y debo admitir que mucho copié de tu primer escrito “La Persistencia de la histeria” o “El Peor”; ¿deberé narrar todo lo que tu cabeza conozca para conmemorar mi vida? ¡Qué envidia te tengo, Lucas! Lo que de tu vida se pierda en estos escritos, lo podrás enfatizar en los próximos; pero yo debo agotar mis ideas en estas pequeñas páginas, pues tú jamás volverás a mentir sobre mí. Soy el irrespetado salto a la irrisible e inmutable página inefable. ¿Y qué decir del amor? Si el amor no es lo peor que existe, es lo mejor. ¡Es sin duda lo mejor! ¿Verdad, Lucas? ¿Quién ha escrito esta frase? Tal vez seamos un mismo espacio de personas, ¿has considerado el personaje de un libro en la imaginación de un lector como el mismo espacio naranja del autor? Sé que tendrás miedo de que se parta el estómago con mi risa. ¿Acaso no has narrado todo lo que mis teorías dicen? ¿Tienes miedo de quehaceres tus lectores se aburran? Sí, sé que cortarás sorpresivamente en una palabra las teorías de todas mis conductas. ¡Qué Dios se apiade de tus consideraciones sobre mis inteligencias! Sólo te pido que me recuerdes en tus próximas publicaciones. No termines con mi biografía en este relato inacabado. Muéstrame muerto si te conviene, pero revíveme en las carnes de tus siguientes idiotas personajes. Soy el monstruo olvidado en tu delegado ¡Lo que guardes en el estómago aparecerá en tu más allá con la fina relación entre tu mensaje y el oído de quien aún vive! No me importa si me meto en el medio, mucho menos si no se entiende: Te amo mucho, Romina.

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Hoy estoy algo aturdido, y si bien no me encuentro devastado, si me encuentro entre la maldad y el bien, sin poder diferenciar entre mi inconsciente y mi plena conciencia, que no deja que mi moral se ubique entre los grandes hombres sinceros de nuestro país. No me he recetado aquel antídoto que me valdrá de una vida sincera y menos mentirosa, y nunca lograré que mis pequeñas neuronas puedan prever las pequeñas mentiras que mi perversa sociedad prepara para mi estómago. No estoy contento hoy y menos lo estaré mañana si me preparo para El algo Peor. Creo que mañana estaré peor que hoy y, sin embargo, tengo cierta expectativa de que mañana desearé que no termine el día. No habrá nada que me remonte a mi pasado y nada que me quiera recordar mis desgracias y mis próximas maneras de olvidarlas. No quiero terminar hoy diciendo que no vale la pena decir nada más, pero evitaré varias líneas para que me crean insensato y triste para escribir una simple coherencia, que abarcaría una compleja solución al mundo de los idiotas. Tantos idiotas desean lo que logro resolver ante una sola percepción al abrir mis ventanas al atardecer, y ningún inteligente querrá arrebatarme lo que en la noche intuya. Le pido anatomíal último inteligente que me despierta sólo si ha decidido matarse, para que yo le escriba su réquiem mientras le dé de comer en su garganta gastada. Mátenme aquellos idiotas que crean ya haber arruinado la inteligencia y sabrán entonces que cada vez queda menos por destruir para que ustedes vivan sin ser menospreciados. Al fin tendrán los idiotas la gran orgía con los histéricos, y, por Dios, les ruego no invitarme y mucho menos obligarme a ir a cambiarles las sábanas. No veo nada en mi percepción que sea incoherente y no pretendo que me hagan creer que las pavadas que digo se entiendan así por ustedes, porque jamás dejaré de influenciarlos, de ser un héroe, porque no hay héroes irreconocidos. Héroes son aquellos a los que los mediocres los ven como tales, y nadie puede morir héroe sin que en su féretro lo reconozcan. No hay héroes que no necesiten, para subsistir heroicamente, la admiración del idiota. ¿A quién aman aquellos que dicen a amar el arte? No hay cosa más torpe que gastar el amor amando un arte. ¿Aman sus

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propias creaciones o la de los demás? ¿Aman a todo aquel que haya hecho arte o el producto terminado? ¿O la elaboración? Por Dios, ¿Acaso han amado en serio a una mujer? ¿Acaso hay tan poco en una mujer, para amar, en cambio, algo que ha carecido por años en nuestro país? Es vergonzoso, querido lector, que con los años que lleva usted viviendo con mujeres a su alrededor, aún no haya entendido que son ellas a las únicas que podremos amar. Es aberrante que con su vasta experiencia en fracasar una y otra vez intentando hacer arte, no comprenda que sólo una mujer comprará su última obra. No hay nada que amar en el arte y, mucho menos, encontrará satisfacción si continua, pintorcito, tocándose con una foto de la mexicana de izquierda. “Amo la música”, qué perversión y a su vez qué frigidez en las piernas de una sola mujer, cuando una niña aprende a tocar el piano. Les pido a los padres que dejen de divorciarse, pues sus hijos nunca entenderán lo desequilibrantemente hermoso que es conservar de por vida un amor de pareja. No es el arte quien los enamora de él, sino el miedo a la dependencia, que poco a poco les saca el estómago. Estoy de acuerdo, yo también puedo escuchar crujir a la música y me hace sentir más vivo una voz gastada que un buen libro silencioso. La tristeza de la música convierte mi tristeza en útil y menosprecia la felicidad que pude haber tenido. ¿Creen aún que puedo llegar a amarla? Soy el último gran artista sólo porque aún querré amar más a una mujer. . AH!... ¿ustedes no pensarán en ser artistas solo para conseguir mujeres?, pues eso acabaría con mi carta. Los aplaudiría, como a los militantes.

No pretendo escribir un tratado, no pretendo narrar una teoría, las ideas se esparcirán por sus conciencias y yo no me esforzaré en explayarme, son solo sintagmas o aún con más soberbia, axiomas. Mi amigo Immanuel no dejó de repetir renglones que solo te hacían volver a sola una frase. Eso sí, tenía mucha memoria, cosa que le envidio y lo salva, pero yo soy más alto de lo que él lo era en su castillo.

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Conductas Entendamos que toda conducta requiere con exclusividad un mantenimiento que aporte disponibilidad tanto para la operativa pactante como para las demás conductas. La disponibilidad es la capacidad de las conductas para funcionar y producir de acuerdo con los niveles de pacto y productibilidad establecidos. El mantenimiento de una conducta, es decir, la acción misma de una conducta, su desenvoltura y constancia no sólo reforzará la calidad de la operación de todas las conductas que de él se bifurquen sino también la fiabilidad en el proceso pactante. El mantenimiento de una conducta dará una mayor capacidad pactante por lo fiable de nuestro montaje; fiabilidad arduamente observada por el DACC. Que el obsesivo respete y tolere los resultados aceptados en la operativa pactante crea un fluir de entendimiento con el DACC que lleva a una operativa pactante más relajada. Entendamos que el uso de las conductas impuras puede quebrar el tiempo de funcionamiento, creando una parada en donde la disponibilidad se verá atada solo a la mantenibilidad y no al mantenimiento; a una organización de retraso que le hace perder al enfermo su carácter de fiabilidad. Veremos en el efecto midáxico como el obsesivo pierde casi por completo la disponibilidad, y pone en riesgo futuros pactos (si es que el obsesivo vuelve a deprimirse).

Conductas no adaptadas Estas conductas son creadas durante los pactos no adaptados compartiendo ciertas variedades que proponen dividirlas en dos grupos: las conductas no adaptadas Puras o Cultas y las conductas no adaptadas Impuras o Civiles. Las conductas puras o cultas son aquellas que se crean y se ponen en marcha para eliminar a la Angustia directa o pactante pirámides étalon que exigen un pacto, y no a la Angustia por cumplimiento de las conductas pactadas desesperación e incomodidad. Se refieren a la calma de la angustia del obsesivo que acarrea el cumplimiento desesperante e incómodo. Son el exterminio de

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la angustia pactante, dejando como restos la desesperación e incomodidad. Dentro de las Conductas no adaptadas puras o cultas nos encontramos con cuatro variantes que podrían, hasta ahora, abarcar toda la caja de herramientas: A) Conductas no adaptadas Pulmón. B) Conductas no adaptadas de Rezo. C) Conductas no adaptadas Situacionales. D) Conductas no adaptadas Patrónicas.

Conductas no adaptadas Pulmón Estas conductas son la matriz de todas las conductas que las acompañan o prosiguen. Básicamente, se inician con la creación de la conducta pulmón madre y a partir de allí se bifurcan nuevas ocurrencias que pueden ser independientes, pero respetuosas de la madre y progresivas de ella para eliminar la angustia directa. Se suele decir que estas conductas son posteriores a las de rezo, pero atándonos a la sinceridad se genera una conducta similar a las de pulmón antes de la conducta madre titulada como tal, con cierta irregularidad y desprolijidad imperceptibles, generalmente cuando uno es niño, donde no se cree, en un principio, necesario crear un rezo para reforzarla; pero luego el rezo abraza la conducta imperceptible conducta pulmón antes de la madre, por deficiencia de esta última, y después de la desidia de aquel rezo se crea cierta metodología y estructura en las conductas pulmón primeras e imperceptibles que tienen fuerte influencia en los primeros rezos con la aparición de un patrón despierto que origina la conducta madre; ambas conductas pueden mezclarse para derivar conductas pulmón, pero ante el despertar de la conducta madre comienza, con impercepciones o sin ellas, las miles de bifurcaciones que de ella se disparan. De la necesidad de creación y refuerzo de la conducta madre por la expansión de la angustia directa ante la aparición de patrones descifrados se generan las conductas pulmón. La conducta

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madre determinará todas las conductas pulmón, con mayor o menor respeto hacia ella, pero entendamos que la raíz de las pulmón son las ocurrencias que de la madre se disparan. La conducta madre es una invención propia del patrón que conduce la angustia directa última antes de la madre. Aquel patrón, como patrón malo, lleva el nombre de Patrón patológico, pues a partir de su despertar comienza a fabricarse el enfermo. Es decir que la conducta madre es el patrón enriquecido y degenerado, es el derivado del patrón descifrado, pues ella no se forma por la bola étalon que del patrón se desarrolla, sino que es propiamente ese patrón; pues la conducta propiamente dicha aparece con el desarrollo, pero la madre emerge en el enfermo como patrón descifrado patológico patrón con la mayor relación DACC hasta el momento de su aparición; una conducta madre aparece por el disparo del patrón descifrado percepción con la esencia, la conducta imperceptible y el rezo que resguarda que la exige, ya sea porque sin conductas previas no se puede extraer una idea derivada o progresiva o porque la relación del enfermo no se conoce aún como utensilio para el desarrollo de una conducta, que aparezca como sacrificio en el paciente. Se necesita, ante una angustia directa, algo que ayude al paciente a inventar o extraer una conducta pura y sincera para ofrecer y esconder lo que el desarrollo, es decir la bola negra étalon, molesta el estómago. Entonces, la conducta madre es el derivado propio de un patrón descifrado patológico, y la conducta pulmón será una ramificación de ella y, puede ocurrir también, de la fina relación con la conducta imperceptible. Las conductas pulmón son permanentes, constantes y cotidianas (si es que las tres no son lo mismo) en la cabeza del paciente, con estricto cumplimiento y atadas a reglas inviolables derivadas de la conducta madre y, posteriormente degeneradas y generalizadas. Son preventivas porque no tiene que presentarse la angustia directa en el estómago para cumplirlas, sino que por su característica de ser constantes y permanentes, entendiendo que no tienen tiempo preciso y determinado regularmente en el día, sino que se cumplen con la aparición de la prohibición o la sanción, actúan como anticipadoras de la angustia ante la alarma de una conducta inaceptada o sancionada. Por prohibición, entendemos una conducta que no se debe hacer, y como sanción entendemos una conducta prohibida realizada que se debe cancelar de aquí su carácter cancelador. Como conducta generalizada, a diferencia de las situacionales y patrónicas, se pierde en

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ella el patrón y la bola negra étalon, justamente, generalizándola como una tragedia sin tiempo. En su origen, se forman o progresan, como todas las conductas no adaptadas, con la aparición de un patrón descifrado, pero por su función prohibitiva y preventiva y constante la bola negra étalon pierde su expansión y dialéctica y se envuelve en una sola tragedia global y abarcativa. Es decir que una conducta generalizada es la prohibición de realizar o no realizar un acto pactado por la aparición de un patrón descifrado, pero que en su sanción pierde su bola étalon, expandida por el patrón, y se convierte en una conducta para evitar que una tragedia global suceda. Con tragedia global me refiero a que lo que primero se pactó como problema se acumula con los demás desarrollos pactados, y ocasionan que todas las conducta pulmón creadas para evitar cada tragedia en cada bola étalon sirvan para evitar las desgracias de las demás. Es decir que si una conducta pulmón no se cumple, no solo ocurrirá la tragedia que se intentó evitar con la invención de aquella conducta, sino también las que se quisieron eludir con las demás. En la sanción, la bola negra étalon vuelve cuando no se cumple con la conducta y se elimina de nuevo cuando se cancela el incumplimiento, pero ya esta bola étalon conlleva todas las demás que se pactaron con una conducta pulmón. Me refiero a que la vuelta del problema, conlleva un ejército de bolas étalon y no un soldado aislado recordemos que “volver” significa aparecer de nuevo en la maqueta cerebral desde las tierra fenicias; todas las bolas étalon pactadas huyen a las tierras fenicias, se eliminan, pero ante un incumplimiento de las conductas vuelven a la maqueta, tal vez, ya generalizadas como una tragedia global. Esta conducta tiene dos maneras de dispararse en la dialéctica del pacto: por aparición de angustia directa; o por aparición de patrones que estimulan la creación de las conductas. Es decir que la angustia directa dispara la conducta o la conducta como ocurrencia de relación con patrones diversos, que aún no desarrollan la bola negra étalon, todavía sin tragedia, vislumbra una angustia directa posterior que obliga a tomar la ocurrencia como conducta no adaptada. Estas dos últimas maneras de aparición de las conductas pulmón no son más que dos opciones para separar la formación de ellas, porque bien sabemos que un patrón es una angustia directa por relación DACC; entonces la aparición de un patrón que vislumbra una angustia directa no es más que esa angustia directa aparecida, antes de la ocurrencia, con la relación DACC y con tragedia ya

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desarrollada; pero ocurre que el patrón mismo inventa la conducta, lo que le sugiere al enfermo que se adelantó a la angustia, sin realmente hacerlo, y por aparición instantánea de la conducta parece no sentirse la relación DACC hasta después de la invención jamás el desarrollo de las pirámides se genera luego de idear la conducta, pues sabemos bien que esa relación se gesta en las tierras del DACC . Por tanto, en realidad ninguna conducta pulmón puede originarse antes de una angustia directa. De aquí podremos decir que, por aparición de angustia directa, la conducta pulmón madre aparece, únicamente, con relación íntima y directa de la percepción del patrón; la conducta pulmón, con relación a la conducta madre y a la conducta imperceptible; la conducta pulmón, con relación al patrón o a la relación del enfermo, pero respetando su relación con la conducta madre; la conducta pulmón progresiva con la sola relación entre la madre o a las conductas pulmón anteriores; y, por aparición de patrones estimulantes, la conducta pulmón tiene relación con el patrón y con la conducta madre o las conductas pulmón anteriores. Por último, bien sabemos que a partir de la conducta madre las demás conductas pulmón son progresivas, es decir que derivan de ella; pero llamaremos conductas pulmón progresivas a aquellas que tienen relación de contenido no precisamente de lo que se pretende evitar solamente con la conducta madre y las conductas pulmón anteriores aunque se creen por aparición de un patrón descifrado. Aclaremos que todas estas conductas pueden tener cierta relación con la conducta imperceptible e incluso esta relación puede desplazar la relación con las conductas pulmón anteriores. Por aparición de angustia directa todas las bolas étalon son de segunda categoría: el arrepentimiento por no hacer nada. Con relación al patrón (RP) Patrón: el viento. Relación del enfermo: inestabilidad del padre en el divorcio con la madre. El padre “perdió la cabeza” Bola negra étalon: que se le caiga la cabeza.

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Conducta imperceptible: Tics (acomodarse la cabeza moviéndola abrupta y repetidamente hacia abajo) Conducta de rezo: con relación a la conducta imperceptible. Patrón: el número tres. Relación del enfermo: santísima Trinidad: Dios mate por castigo al padre. Bola negra étalon: la muerte del padre. Conducta madre RP: número de oro. Con relación a la conducta madre y a la conducta imperceptible (RMI) Conducta pulmón RMI: no repetir tres veces un mismo movimiento de cabeza sin quiebre. Bola negra étalon: la muerte del padre. Conducta de rezo: con relación a la conducta pulmón. Con Relación al patrón o a la relación del enfermo y a la conducta madre (RPM) Patrón: el nombre del hermano. Relación del enfermo: no querer ver el nombre del hermano porque piensa que haciéndolo lo dominará y no quiere influir en él o afectar su vida. Bola negra étalon: la muerte del hermano. Conducta madre: el número de oro. Conducta pulmón RPM: no decir tres veces el nombre del hermano. Bola negra étalon generalizada no satisfecha: la muerte de cualquier ser querido Conducta generalizada: no decir nunca tres veces un nombre propio. Conducta de rezo: con relación a las conductas pulmón.

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Sólo con relación a la conducta madre o a las conductas pulmón (Progresivas) Patrón: el término “despido” (la mujer le comenta que le fue mal en el trabajo). Relación del enfermo: el posible despedido de la mujer y su terrible situación económica le recuerda su pobreza en la niñez. Bola negra étalon: que su familia muera de hambre. Conducta madre: el número de oro. Conducta pulmón Progresivas: no dejar tres objetos juntos en su casa.

Por aparición de patrones estimulantes Con relación al patrón, a la conducta madre y a las conductas pulmón anteriores (RPMP) Patrón: un ojo cerrado. Conducta pulmón RPMP: no pestañear tres veces a su madre. Bola negra étalon: la muerte de su madre. Patrón: un cabello rubio Bola negra étalon: la muerte de la madre rubia. Conducta pulmón generalizada: no pestañear tres veces sin quiebre a un ser querido. Bola negra étalon generalizada no satisfecha: la muerte de un ser querido. Conducta pulmón generalizada: no pestañear a ninguna persona. Conducta de rezo: con relación a las conductas pulmón. Entendamos, por último, que toda conducta se origina por aparición de un patrón, y este lleva siempre la relación del enfermo hacia la maqueta cerebral materializada en la bola étalon; por tanto, aunque las conductas no lleven una relación directa con el patrón descifrado, todos

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los anteriores patrones que sí interactúan en el desarrollo y forma de la conducta mancharán con diferentes intensidades todas las ocurrencias para acordar con El DACC una ofrenda aceptada. La conducta pulmón pierde tiempo; no aparece, está

Conductas no adaptadas de Rezo Estas conductas actúan como reforzadoras de las demás conductas puras. Pueden estar representadas como una oración: pedir perdón, rogar y agradecer al DACC. Se recitan por las noches, en general, o por las mañanas. Actúan después del mediodía y antes de la primera orina del día. Con respecto al cuerpo de la conducta, diremos que no es propicio improvisar en cada una de las noches, sino más bien se aconseja crear una cierta oración constante y regular que mejor sintetice lo que se quiere reforzar. Claro está que las conductas de rezo varían de acuerdo con las demás conducta puras. Se pretenderá, entonces, un incremento en el contenido del rezo a medida de que se necesite orar por algo que hasta el momento estaba excluido, y esta alteración debe permanecer luego incluida en todas las conductas de rezo (el eliminar algún contenido en la conducta presupone un desinterés del paciente en la protección del DACC con respecto a tal contenido; esto conllevaría un riesgo, a menos que se haya pactado una disminución del contenido rezo). Por lo general, ante una disminución de las demás conductas puras, el rezo se incrementa o se sintetiza en el efecto midáxico. Se sintetiza cuando las conductas puras son sacrificios suficientes para no enfatizar el resguardo, pero al comienzo de las creaciones de las puras, el rezo se ve incrementado a medida que aumentan las ocurrencias en las bifurcaciones de las conductas pulmón. Otra opción en la forma de la conducta es la creación de oraciones que sinteticen, previo acuerdo con el DACC, todas las conductas no adaptadas pactadas. Mi primer rezo fue sólo realizar la señal de la cruz con una exactitud y figuración que me desvelaban. Me pasaba horas intentando amigar a mi estómago con la secuencia de mi mano derecha mientras dibujaba la señal a partir de los cinco puntos. Aún siento la desesperación por no encontrar el dibujo de mi mano perfecto y

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puro. La angustia permanecía en mi estómago y era así como El DACC no aceptaba mi ofrenda inválida. Y si recordamos, el primer rezo tiene fina relación con las conductas imperceptibles. En aquellos años, movía mis manos, mi cabeza y mi estómago abruptamente para acomodarlos, hasta sentir que ya estaba bien. Rezo a los 7 años: Te amo, Diosito; te amo mucho, Diosito; gracias, Diosito, por favor, Diosito (señal de la cruz con precisión angular). Analicemos, ahora, una conducta de Rezo cuando tenía 19 años: Dios le amo por todo. Le agradezco por todo. Le pido por todo. Le ruego por todo. Amén. Amén. Amén. Amén. Amén. (Tomás Cadalso, Tomás Cadalso, Tomás Cadalso, Tomás Cadalso, Tomás Cadalso)TIT Padre nuestro que (quehaceres) estás en los cielos. Santificado sea tu nombre. Venga a (anatomía) nosotros tu reino. Hágase (Tomás Cadalso, Tomás Cadalso, Tomás Cadalso, Tomás Cadalso, Tomás Cadalso) TIT tu voluntad aquí en la tierra como en el cielo. Danos oráculo yacimiento nuestro pan de cada día y (insólito) perdónanos nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a (anatomía) quienes nos ofenden. No (nada insólito) nos dejes caer (Tomás Cadalso, Tomás Cadalso, Tomás Cadalso, Tomás Cadalso, Tomás Cadalso) TIT en la tentación y (insólito) líbranos del mal. Amén. Señal de la cruz con extrema y figurativa perfección en el estómago; hasta que ya “esté bien”. Rueda de imágenes sensoriales de mis carnes de piel desnuda. Tomás Cadalso, Tomás Cadalso, Tomás Cadalso, Tomás Cadalso, Tomás Cadalso, TIT

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Por favor, Señor, discúlpeme por mis errores en el rezo, la crucifixión y (insólito) cruz y (insólito) (Tomás Cadalso, Tomás Cadalso, Tomás Cadalso, Tomás Cadalso, Tomás Cadalso) TIT por favor discúlpeme por todo, (yo, yo, yo, yo, yo) TIT por favor discúlpeme por todo. (yo, yo, yo, yo, yo) TIT Por favor, Señor, discúlpeme. Por favor, Señor, discúlpeme (yo, yo, yo, yo, yo) TIT por todo. Por favor, Señor, discúlpeme (yo, yo, yo, yo, yo) TIT por todo. Por favor, Señor, que (quehaceres) todo esté bien (yo, yo, yo, yo, yo, yo) TIT todo. Por favor, Señor, discúlpeme por todo (Tomás Cadalso, Tomás Cadalso, Tomás Cadalso, Tomás Cadalso, Tomás Cadalso). TIT Por favor, Señor, muchas gracias por todo (Tomás Cadalso, Tomás Cadalso, Tomás Cadalso, Tomás Cadalso, Tomás Cadalso). TIT Por favor, Señor, discúlpeme por todo (Tomás Cadalso, Tomás Cadalso, Tomás Cadalso, Tomás Cadalso, Tomás Cadalso). TIT Por favor, Señor discúlpeme por todo (Tomás Cadalso, Tomás Cadalso, Tomás Cadalso, Tomás Cadalso, Tomás Cadalso).TIT. Este es, claramente, un rezo de un cristiano, pero estructurado en su forma y contenido. Sabrán bien que alerta con sinceridad mi dependencia al DACC, utilizando, directamente, a sólo un miembro de él; exageradamente humilde, la repetición del “por favor” no sólo se recita genuinamente, por las consideraciones con el número de oro, sino que se equilibra con el “perdóname”; muestra la relación pactante con el DACC: pedir algo, a cambio de ofrecer. Agradecer sus contratos, enfatizar la estrecha relación en la operativa pactante reforzando no sólo las fallas en el cumplimiento de las conductas puras sino también en la aceptación de ellas por el DACC como sacrificios. Como acto sintetizado y plenamente ritualizado, el rezo lleva una respetuosidad mayor que las demás conductas que suelen ser accionadas en una espontaneidad más formal. Vean cómo se evita el tuteo y hasta se utiliza el “Señor” en vez de Dios, para no recurrir al término más empleado y degenerado en los diálogos pactante. Las menciones de los quiebres y las construcciones son en casi

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todos los casos repetidos 5 veces por el método apropiado de enumeración de ellos. En el caso de las construcciones, si bien la aparición del quiebre borra el conteo previo, se muestra una predisposición, sin regla, a las conductas puras, que intenta reforzar la relación Daccaniana la construcción se observa como un quiebre. La oración incluida en rezo no hace más que proponer una costumbre en relación con la esencia mi madre católica. Todas las cortadas están respetadas junto con la secuencia del número de oro, lo que me lleva a remarcar que los rezos se recitan de acuerdo con las leyes de las demás conductas puras y se alteran, en su oratoria, por estas; pero su temática solo varía por la bola negra étalon, patrón y relación, y no por las conductas aceptadas ante un nuevo problema, se ruega por él, se lo incluye incrementando el rezo. La enfatización del “todo” toma una fuerte bifurcación en todas las conductas no adaptadas. Durante los siguientes años, el rezo fue variando en su forma y desarrollo, creándose como una síntesis de los anteriores, tan metódica y vacía que ya no lograba explicar cómo se había transformado en lo que era. Remarquemos que ante un incremento de las demás conductas adaptadas, el rezo se torna menos reforzador de ellas; ya sea porque su metodología es aún más simple que las demás puras o porque ante la categorización de las conductas, es decir, ante la figuración al nombrarlas, el rezo logra una síntesis que el insistente sacrificio que representan las conductas puras evolucionadas permite que el DACC acepte. En los comienzos de las conductas puras, el rezo, como reforzador de ellas, puede crear en su operativa pactante un contenido que se dispara hacia las conductas puras y se separa del rezo, entendiendo, siempre, que ese contenido viene porque el rezo es una copia pequeña y reforzadora de una conducta imperceptible o pura. La pérdida de imaginación de las conductas rezo, por aquélla excesiva en las conductas puras restantes, genera un desinterés en el uso del reforzador; lo que advierte una síntesis de este aceptada por el DACC. A los 27 años, mi rezo ya se había transformado en esto: Imagen acústica de uno de los miembros del DACC. (Tomás Cadalso, Tomás Cadalso, Tomás Cadalso, Tomás Cadalso, Tomás Cadalso)

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Por favor, Por favor, Por favor, Por favor, Por favor, Por favor, Por favor, Por favor, Por favor, Por favor, Por favor, Por favor, Por favor, Por favor, Por favor, Por favor, Por favor, Por favor, Por favor, Por favor, Por favor, Por favor, Por favor, Por favor, Por favor, (Tomás Cadalso, Tomás Cadalso, Tomás Cadalso, Tomás Cadalso, Tomás Cadalso) Imagen acústica de uno de los miembros del DACC. Aquí, en la construcción “por favor”, la falta en la mención de palabras aparece solo al repetirlas 9 veces entre dos quiebres como rezo oral . Hago cinco grupos de cinco “por favor”, observando que me he dedicado sólo a pedir, como si las disculpas o el agradecimiento ya no fueran parte de mi estómago; como si me mereciera la piedad sin respetar al DACC. Además, la falta de contenido en el “por favor”, es decir, que estos dos términos no conlleven una objeto delante de ellos, evita la aparición del TIT; pues no estoy pidiendo algo, sino sólo diciendo “por favor” y manteniéndome en las manos del DACC para desglosar lo que mi felicidad pide para aparecer en mi estómago. Los cinco grupos se deben a que por un tiempo anulé la conducta de rezo en la delegación de la culpa a étalon y luego arrepentido y avergonzado la retomé, y tengo que agregar cuatro series de “por favor” más para respaldar los días adeudados que estuve sin rezo conducta del perezoso y el burlón pactada con el uso de una imagen patrónica. La imagen acústica del DACC permanece durante todo el rezo, para evitar menosprecio ante la aparición del rostro de una persona poco digna para involucrarse en la conducta más respetuosa al DACC.

Conductas no adaptadas Situacionales Son aquellas que se crean de acuerdo con una situación determinada. Por lo general, son conductas simples o resúmenes de las conductas pulmón y de rezo que intervienen en un momento que conlleva una angustia no globalizada y con estrecha relación a una

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acción. Por ejemplo, realizar un pequeño rezo adicional antes de tomar un avión o un micro o hacer un largo viaje (excepcional); una conducta pulmón reducida antes de entrar a mi casa, para evitar un robo (cotidiana). En estos casos la bola negra étalon es la aparición de una desgracia para quién toma el avión o entra a su casa, pero el pacto pulmón que los protege de aquella tragedia no abarca particularidades de resguardo en situaciones que el enfermo considera con ocurrencia y advertencia Daccaniana comúnmente riesgosas y repetitivas. Por tanto la angustia directa exige un agregado para reforzar las conductas pulmón, y es allí donde aparece la invención de una conducta no adaptada situacional: la angustia directa global se convierte en situacional y se separa del pacto pulmón, generando una bola étalon propia de la situación. La conducta situacional se pactará para todas aquellas situaciones que el DACC interprete como riesgosas y apartadas de una generalización de actos desgraciados. Por tanto, la conducta situacional anulará la bola étalon separada, es decir, evitará que el enfermo se muera en el viaje en avión si cumple a plazo con la conducta, pero no influirá en las tragedias que puedan ocurrir fuera de una situación reconocida y alarmante por el DACC. Se considera su realización solo dentro del espacio y tiempo de la acción de riesgo anunciada veremos esto en las conductas Comodines. Estas conductas son permanentes y no varían en su forma dentro de cada situación particular, a menos, por supuesto por una alteración en las conductas pulmón. Si pudieran unirse dos conductas para prever dos situaciones distintas, conllevaría una conducta incrementada en vez de dos simples, pero dentro de uno de los espacios de riesgo. Tienen un plazo de resolución que es hasta el momento en que se da la acción reconocida (tomar el avión, entrar a mi casa). Según la Suposición del DACC, se realizará una conducta Comodín en caso de no cumplir con la conducta situacional.

Conductas no adaptadas Patrónicas Estas son aquellas conductas que surgen de acuerdo con la percepción Daccaniana de tragedia. No corresponden a una falta en las conductas pulmón o de rezo, sino que la falta aparece como ocurrencia

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angustiante ante la aparición de dos o más patrones juntos como conducta inapropiada. No se exige una conducta pulmón para evitar la tragedia, sino que los patrones mismos son la conducta incumplida en cuanto el DACC perciba una prohibición. Estas conductas juegan como canceladores de conductas no pactadas como inaceptadas, pero sí bañadas de sanción en el momento ocurrente de su aparición. Los patrones se despiertan como conductas prohibidas, representan una falta en el cumplimiento de una conducta que no ha sido pactada, sino sólo interpretada por El DACC como inaceptada en el momento de sus apariciones. Y son las conductas patrónicas quienes participan para cancelar los patrones inaceptados. Es decir, si estoy cantando una canción y menciono en ella la palabra “muerte” mientras miro a los ojos a mi mujer o tan sólo la imagino, el DACC puede percibir un riesgo por relación ocurrente entre los patrones; puede suponer que mi mujer va a morir si yo no cancelo la acción entre los dos patrones. Ninguna acción por separado está prohibido: decir “muerte” sin repetirla 3 veces no es sancionable; mirar a mi mujer sin pestañearla, tampoco. Sin embargo, la unión de los patrones despierta una angustia que interpreta una bola negra étalon: la muerte de mi mujer. Tanto como en las situacionales, las patrónicas no cancelan las conductas pulmón, aunque esta última acarree una misma tragedia, sino que solo borran la acción de los patrones juntos y de su bola étalon propia. Estas percepciones tienen una irregularidad que dependen de la pregnancia de la angustia en el estómago; las ocurrencias en la unión de varios patrones puede ser infinita y dependerá de la esencia del enfermo y de las demás conductas puras para que El DACC le otorgue a su estómago una mayor o menor porción de angustia pactante. La relación entre las percepciones del DACC, es decir, la unión de patrones sancionables, y las conductas patrónicas se verá en el contenido pulmón de las percepciones: tal vez, una primera conducta patrónica sería cancelar, como si la hubiese pestañeado, a su mujer y, mientras se ubica en un plano blanco, cancelaría la palabra “muerte” como si la hubiese repetido 3 veces. Muchas de las conductas patrónicas aparecen fuertemente en una falla no como o para cancelar la falla de las conductas pulmón, por ejemplo: si cuando cancelo, dentro de las sanciones de la normativa DACC, la palabra “madre”, por haberla repetido 3 veces entre dos quiebres, puede suceder que El DACC no sólo exija la realización de la sanción (quiebre) madre, madre, madre, madre,

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madre (quiebre), sino que también advierta una relación entre el patrón “madre” y el patrón “falla”; entonces, incita al enfermo a generar una conducta patrónica por la aparición de dos patrones juntos que sugieren una misma bola étalon u otra distinta, pero separada de la bola global de los pactos pulmón. Las cancelaciones de ambas deben ser distintas, y es en las conductas patrónicas en donde aparecen las cancelaciones más diversas, pero relacionadas con las de pulmón, que no son solo intervenidas por el enfermo sino también con su alrededor: darle 5 besos seguidos a la madre; aquí cancelaría al patrón “madre”, por actuar ella en la acción, y al patrón “falla”, por repetir el beso 5 veces respetando la cadena de números inutilizables. Yo uso mucho la imagen de Dios para cancelar las uniones de los patrones visibles de personas. Por ejemplo, en el caso primero, repetiría la palabra “muerte” 5 veces, pero en vez de realizando la cancelación del pestañeo que no existió a mi mujer, lo haría mirando un espacio en blanco e imaginando la imagen del rostro de Dios  no de Jesús que, seguro estoy, jamás morirá. La diferencia mayor con las situacionales es que son percepciones de varios patrones en el momento de sus apariciones, y no corresponden a una prevención de un acto considerado comúnmente riesgoso. No tienen, tampoco, una regularidad en su forma y tiempo; ningún patrón como conducta no pactada riesgosa está obligado a reaparecer con la misma carga de angustia. La angustia aparece con el patrón y no se sostiene como una prevención, son patrones inconstantes dentro de la operativa pactante. Por último diremos que sus características pueden verse en peligro si la seriedad de los patrones descubiertos se torna asfixiante para el paciente, es decir, si es interpretada por el DACC como una conducta que debería ser Pulmón o Rezo o situacional. Aquí se nos presenta la llamada “Piedad del DACC”: cuando los patrones merecen una conducta patrónica, se dice que El DACC se ha levantado de buen humor más aun cuando no advierte patrones; por el contrario, si ante la aparición de estos patrones El DACC interpreta que la falta es lo suficientemente seria para considerarle una sanción regular y constante, decimos que se ha levantado de mal humor. Lo que quiero decir con esto es que lo que despierta una conducta patrónica se considera una ocurrencia en el momento de la aparición de los patrones y no una permanencia de ellos sin tiempo. Al considerar que una conducta patrónica puede convertirse

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en pulmón, se crea una sub-conducta llamada “Sub-conducta innecesaria” que es una conducta impura preventiva incompleta que se realiza por las noches para evitar un castigo por ignorar, por conllevar una carga de angustia ocurrente baja o por la desidia de las conductas pulmón, la relación de ciertos patrones que podrían ser cancelados con una conducta patrónica o derivados a pertenecer a las de pulmón o a las situacionales tan solo para mostrar una buena predisposición ante las ofrendas aún sin estar obligado el enfermo por el DACC a realizarlas. Esta sub-conducta se genera por el temor a realizar la conducta patrónica en todos los casos ocurrentes devastando al enfermo sólo para mostrar una entrega inocente ante las urgencias de DACC, o por el arrepentimiento de incrementar las conductas pulmón por exceso de consideración a la unión de los patrones en una conducta patrónica. Juega como respaldo de las patrónicas en aquellos momentos en donde la angustia aparece, pero no exige con fuerza una resolución, tanto que realizar las conductas no es necesario pero no hacerlo es un riesgo. Aclarando, esta sub-conducta es aquella que no permite que su conducta origen patrónica se incremente; se opta por utilizarla, ya que ella es menos terrible que la conducta original incrementada. Para terminar, digamos que las conductas patrónicas son las lecturas indirectas que transforman un acción sin sanción en un sobrentendido punible, pero resarcible en su condición aleatoria y ocurrente; surgen de conductas naturales convertidas por ocurrencia Daccaniana en evitaciones de tragedias compulsiones determinadas; pues las patrónicas se pactan en el momento en que las conductas naturales anuncian un arrepentimiento por no hacer nada.

Aquí fueron presentadas todas las conductas puras o cultas no adaptadas de las que deriva la primera clase de cancelaciones y predeterminan las conductas impuras e impuras-impuras como la segunda y tercera instancia evolutiva dentro de las operativas pactantes.

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Cuadro del cumplimiento de las conductas no adaptadas Puras o Cultas Tiempo de Resolución

Características Permanentes, progresivas, No tienen tiempo preventivas, concreto, se generalizadas y cumplen por canceladoras. prohibición y No son sanción. Están. sintetizadoras.

Contenido

Después de la medianoche, Regulares, Conductas de pero antes de la reforzadoras y Rezo primera orina. sintetizadoras

De acuerdo con las derivaciones y relaciones en cada caso particular. Oral (a veces también corporal). Automáticas (rogar, disculparse, agradecer) y en relación con las conductas pulmón.

Regulares en episodios específicos; anunciadas, reforzadoras y preventivas.

Conductas menores derivadas de las conductas Pulmón y de rezo.

Irregulares cambiantes y ocurrentes. Propiamente canceladoras.

Conductas derivadas de las conductas Pulmón y de rezo. Subconducta

Conductas Pulmón

Conductas Situacionales

Conductas Patrónicas

Antes de la situación disparadora

Aleatorio, varía de acuerdo con la ocurrencia del DACC

Función

Relación DACC

Eliminar la angustia directa

Fuerte

Reforzar y respaldar la eliminación de la angustia directa Eliminar la angustia directa y actuar como reforzadora en casos de riesgos anunciados Eliminar la angustia directa. Reforzar la buena relación con el DACC y las pulmón.

Fuerte en la niñez. Media luego de la aparición de la conducta madre Fuerte o media de acuerdo con las creaciones de las conductas pulmón. Fuerte o media de acuerdo con las creaciones de las conductas pulmón.

¿Habrá alguien que en mi infierno me diga la hora? ¿Estará a mi lado quien yo crea en vida un amigo? ¿Tendré que lidiar con interrogantes todas mis perdidas mañanas? ¿Es Dios, la Culpa, la Angustia, el Cáncer o una sopa de ganso? ¿Estaré haciendo muchas preguntas? ¿Tendré que dejar de preguntar? ¿O de preguntarme? ¿Preguntándome esto último, no estaré aún más aburriendo? ¿Cómo

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logró dejar de preguntar? ¿Simplemente debo parar? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Ahora? Dios, ¿Por qué me has dado un laberinto? Yo sólo quiero una puerta entreabierta.

¡Ay, Dios, por ti que esté soñando. Por tus inventos, que sea todo una pesadilla. Por tu mentira, que no me dé cuenta! Acabo de verle la cara al diablo. Ya no hay más cielo para mí. Mazel tov.

Internación, olanzapina, ¿Quién puede elegir mi próximo camino? La internación es para el loco reconocido, la olanzapina, para el loco introvertido en el desierto. A menos que me encuentre en una fábula despiadada, no dejaré que me aten en frente de un anteojo deductivo. No habrá doctor que me prepare para algo peor que la normalidad del progreso. ¡La revolución de mi estómago! Mi estómago ha levantado sus armas, y en Bolivia le han sacado fotos que lo harán famoso sin conocerlo. Mi hígado quiere tener visibilidad social, ¿Por qué han pensado que pronto llamará al Cáncer? Si mi angustia ha sacado el 0,001 de los votos, ¿cómo quieren que la sociedad la reconozca? Solo le queda hacer ruido y cortar calles en mi hígado para que no se olviden de ella. Maltraten, critiquen e insulten a mi estómago, sólo está politizado y morirá sin ideales, pronto. ¡Qué torpe soy!, me he olvidado de la dictadura de mi culpa. Si ella fuera una dictadura, pronto acabaría. Claro que reaparecería cuando mi hijo quiera enamorar a una mujer o encontrar un trabajo que, en cinco meses, lo lleve a Europa. Mi culpa es la mano que no domino, habrá que evitar usarla para no pintar garabatos y locuras. Con Culpa, religión y una buena imaginación, el cáncer acaparará el mundo. Y lo hará de todas formas, sólo está esperando un poco de creatividad en los estúpidos. En Iluminaciones, yo he escrito muchas cosas que mi asesino amante malinterpretó. Mi rodilla pronto se hará Cáncer y habrán pensado que morí a los veinte. Yo les pondré colores a mis

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cortadas. Soy muy capaz para escribir misterios y aún más para divertirme con ellos y por ustedes. Yo sé que dirán que soy un poeta y un maldito, pero ¡por Dios! que jamás querré ser ambas. Para poeta maldito ya ha desaparecido y muerto un criatura precoz y procaz, hace varias décadas atrás. ¡Qué país de homosexuales aquel! Soy un torturado por los que he leído, pero no me verán copiando desgracias estúpidas para hacerme un genio. No tengo envidia, sólo oportunismo y ocultamiento. Repito hasta que las frases ya creadas se reinventen en mi habla y se patenten en mi popularidad y reconocimiento. Ojo, que tengo mucho cuidado hasta dónde insistir con algo que sé que se les escapará de las manos. Yo conozco al de mi lado tanto como a mi Angustia, y lo engaño a través de su confianza e idolatría. Mi expectativa me dijo el invierno pasado, “Una mujer hermosa es aquella que se ve tan linda desnuda, como lo hace vestida. De otra forma, es una farsante histérica”. Y cómo no amar el verano y temer el invierno. Y cómo temer el verano si el invierno te oculta el monstruo elefante en el cuerpo de una mujer tapada por sobretodos y bufandas. No quiero imaginarme a los 30 lo desvergonzado que seré antes los veteranos de guerra. ¡Deja de llorar! Eres un artista maricón, sensible como ellos y exagerado como el asombro ante una pintura de Joan. Quita sólo de tu vida el arte y serías menos desagradecido de tu tiempo. ¡La queja del artista! La única creación, la envidia del trabajador. Sin amor el arte sería sincero, sin arte el amor sería una familia. Cómo destrozamos el amor con el arte, cómo arruinamos el arte con amor. Cómo mal aconsejamos a nuestros hijos con historias de amor y arte. ¡Viva la matemática y la administración! Feliz el oficinista mentiroso con la foto de su mujer en su escritorio. Me han regalado un viaje como premio a mi esfuerzo, cada vez me sacan más plata. Terminemos con lo que será la futura empresa de las reuniones sin soluciones. ¡Qué barata la vendimos! Mi última compulsión sigue como pasante y la medicación le frena el progreso. ¿Cuánto más bondadoso soy tomando el Midax? T. C.

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Dios me eligió a mí, y soy argentino. Qué mal concepto tengo de mi región. Será porque cuando defendí mi bandera, por la mañana un grupo de hermanos la coloreó. Las banderas no tendrían que tener color, en cuanto se vislumbra un matiz en ellas, se espera la guerra. La revolución actual es nacionalismo, y esto es un arma que asesina a los que mandan los revolucionarios cuando hay que pelear. ¡Cuánta contradicción en una sola revolución de reuniones y manifestaciones que están tan lejos del poder que su corrupción es una bolsa de choripanes escondida en el baño de la facultad! Perdón, repito, sólo hablo de contradicciones. ¿Sabrán los dispersos que el amor o la duda crea sus distracciones? Todavía no he caído en el desprecio de los que no han visto mi tímida capacidad, los creo descifrando números sin integrarlos. Tuve una audición en la semana para interpretar a un depresivo. Llegué deprimido al estudio y no me dieron el papel por falta de entusiasmo y carácter. Mi solidaridad ha hecho de mi constancia en las cosas una utopía. Mi madre cuando dejaba de jugar con los juguetes por tan solo 3 semanas los regalaba a la iglesia. Aprendí a abandonar las cosas para el bien de los pobres. Aprendí a ser incompleto por unos juguetes en manos de un sacerdote. Ya me violaba el clero de niño, por la culpa de mi madre. La reivindicación de mi madre traía en mí la esclavitud de la puericia en manos de un cristiano con máscara. Mi trastorno no es lo que me ha sucedido, sino la interpretación, la comparación y la inhalación de patrones en todas mis más minuciosas tiradas de pedos. Sé que no podré envejecer sano, si sigo culpando a una trivialidad de mis más terribles angustias. Lo sé, pero ¿Quién podrá decirme que la caótica relación nada tiene que ver con mis andanzas? TIT. No dejen de mentirme y no crean que un patrón suyo no pueda convertirse en un alerta para mi deducción. Será por esto que trato de alejarme de sus buenas intenciones.

Hoy me hablaron de una mujer que abrazó a un hombre en un discurso político. Las mujeres saben que el cáncer no les deja más que un abrazo con sus maridos. Amo tanto a las mujeres que

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mueren de Cáncer. Jamás hablaré mal de ellas. Las únicas mujeres que deben vivir son las que mueren de Cáncer. Sabremos entonces que el mundo sincero será un cementerio de hombres con rosas, arrodillados, llorando a las mujeres que no debieron irse por ser las únicas que se van con dignidad. ¡Dios bendiga a las mujeres con Cáncer! Que las mate, sino serían una farsa. ¿Cómo tener que bendecir a alguien que para eso debe morir? Es tu tarea, Señor, embellecer a los que vas a demacrar, sin mostrar una contradicción. Mata a los enfermos de Cáncer que son los únicos que deben vivir, porque de no hacerlo tendrían que morir por indignos y farsantes. Y mata a los que no tengan que vivir. ¡Destruye el planeta! No hay dignidad en el mundo sin la desaparición de todos los seres. Pero premia a los que murieron de Cáncer para que sean dignos de vivir. No habrá manera de reprocharte un premio si aún no sé lo que ofreces. Los vivos son los que merecen morir, y los muertos, los que merecen vivir; pero sin la muerte de todos ellos no habría justicia de muerte y merecimiento de vida. El ingenioso es aquel que convence a Dios de que es tan poco indigno para morir, como digno para hacerlo. Allí encontrará la inmortalidad, en la ironía y en la comedia. El Cáncer sabe bien que en la comedia nadie me puede juzgar, no hay manera de que me maten en ella. Moises se ha convertido en un condicional; los pecados fallecen. Tomás

¿Estaré repitiendo un mismo nombre propio de persona si digo que (Quiebre) Lucas Moltrasio ha degenerado lo que Tomás Cadalso guardó en sus tierras (quiebre)? Por Dios, si me creen una persona viva cómo podré defender el malentendido. Yo sólo juego con mis dos cabezas, no con las del espectador. A veces miro el cielo estrellado con tanto asombro y vergüenza que creo que lo comparo con algo mucho peor que no conozco pero que creo que es en donde deberíamos estar. Después me doy cuenta de que algo debe haber para que yo esté, y asombroso o acostumbrado tal vez no sea demasiado o tal vez sea mucho. Creo que el asombro es sólo una pérdida de costumbre, y la indiferencia es un exceso de ella. Tendría

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la puerta de la percepción que asombra mi espíritu fantástico y revolucionario si me drogase, pero a cambio, tengo aquella puerta con el mismo espíritu extraordinario pero con reflexión, con la reflexión y la cognición que no me desligan de la responsabilidad y menos me dejan tirado en una calle, perplejo porque he descubierto que todos somos uno. El DACC está en contra de las drogas, no soy yo quien está limpio, es indirectamente él quien no es un estúpido. A veces el amanecer sufre el mismo daño que la noche; sólo se lo espera porque su navaja es menos filosa que la de la oscuridad. ¿Se le teme más al color o al olor?

A mi padre Por hoy sólo esto, deberás entender que yo soy un gran artista, con excesiva y, a veces, repugnante imaginación; para que no creas todo lo que escribo

A mis abuelas No las he conocido demasiado, pero han creado dos grandes personas, y en mí han dejado un monstruo que repetirá siempre un llanto de agradecimiento por haberle permitido mentir desaforadamente y con plena autoridad una verdad inentendible, despiadada y no menos creíble. Mi estómago nació de sus vientres y mi imaginación floreció de sus errores, no crean que su nieto los visitará cuando decida irse, pues su cielo está lejos del infierno de él. Sólo les pido que no me vigilen, me han amado cuando mis dedos cubrían solo sus pupilas y no quiero que me odien cuando puedan ver dentro de mí. Me han visto nacer, pero no me han visto cuando mi angustia los esperaba minutos antes de parir a sus hijos. El amor que sus hijos me inyectaron en las piernas desmentirá toda mi imaginación, y así terminaré de creerme un desdichado, pero mientras nadie se entere venderé las enfermedades que simulo. Siempre he sido un niño amado y, sin embargo, creo que algún día moriré infeliz. No le ensañamos a un padre, le recordamos lo que él nos enseñó.

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Al Sacerdote ¿Acaso no tienes corazón? ¿Qué te ha pasado de niño para ser tan despiadado? No culpes a Dios y cumple con tu responsabilidad por lo que has hecho. Si no hubiesen creado a Dios, ustedes morirían de culpa en cada segundo. Se extinguirían en minutos, y nos transformarían a nosotros en mejores personas, no más ingenuas. ¿Cuántos fueron? Tal vez seis; ¿acaso cinco... ó tres?, ¿a cuántos centímetros alzaste tu arrugada mano por sobre la cabeza de mi madre? Tres centímetros, sólo tres y la habrías salvado. Cerraste tus dedos y alejaste tu puño de ella, casi rozando su cabeza, sonreíste y telefoneaste al Cáncer. Reconozco al Cáncer, lo he visto, es el espacio entre la palma de tu mano y la cabeza de mi madre. Aquel espacio lo transformaste un arma, que apuntaste y le volaste con ella la cabeza a mi madre, enfrente de mis ojos. Solo quería ella tu perdón y sin embargo le diste su último tumor activo. Le deformaste el cuerpo, y para celebrar te acostaste con una prostituta sin pasado. Que yo no muera de Cáncer, ruega eso, porque iré a buscarte al cielo y haré que te cortes las venas delante de Jesús. “Muérete otra vez anciano”, te gritaré, y si el asco no existe después de muerto, te violaré una y otra vez. Repetidamente te llenaré de traumas y culpas para tu próxima etapa. No pensarás jamás con libertad, ni te atreverás a dar consejos a los que se merecen amar en paz. Mi madre es la mujer no histérica única. A cambio le dieron una neurosis obsesiva culposa, y por esto mis respetos le he de ofrecer siempre. Y por esto ya no se encuentra viva. Los histéricos viven más tiempo, penoso tiempo por cierto, pero prolongado al fin. Creo que los estúpidos y los histéricos, quienes provienen de una misma rama, son inmortalmente influyentes en los inteligentes, y así viven por siempre dentro nuestro, como una enfermedad persistente y odiosa. Qué Dios tan justo hemos de tener con el paso del tiempo, ¿verdad? Tú has de saberlo, lo representas cruelmente todas las mañanas y tardes. Y no digo noches, porque tú sabrás que harás cuando el sol no te revela, grandísimo egoísta. Tu perversión me corta las uñas y mis nervios creen no servir ante tus repetidas depravaciones en las sombras de tus templos. Te juro que te veré cuando esa sombra se agote ante los ojos de los ciegos que te escuchan, y no me alcanzarán los dientes para mostrar la sonrisa

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más sincera e infantil que un enfermo pueda gesticular. Cuando me pidas disculpas te abrazaré, te guiaré hacia el cielo y disfrazado de tu Dios te asestaré mis uñas, sin haberlas mordido, en tus ojos y te obligaré a ver a mi madre en la cama junto al Cáncer, y juro que te violaré delante de ellos. ¿Realmente crees que puedes matar a más gente? Muérete antes de que yo lo haga, porque tendrás que engañar a los muertos para que no me dejen entrar en tu aposento. La gente como tú no hace más que reforzar los pequeños pecados que Dios nos cruza en nuestro camino.

Devoraré el único despiadado que permanece en mi estómago, pero le dejaré ver su muerte por entre mis costillas. Mi deber no es sólo cumplir con lo que me manden, sino también convencerme de que lo hago para salvarme. Tengo las vidas de los demás sumergidas en mis rituales. Algunos viven porque yo no pestañeo, y descifro patrones recurrentes en mis rutinas. Mis pactos no son inútiles, los inútiles son ustedes que nunca siquiera oscilaron en ayudarme. Yo seguiré, no pierdan cuidado, trabajando por los que no me valoran lo suficiente. Yo soy inmortal, y creo morir decepcionado. Pero nunca me harán creer que puedo morir pronto. He experimentado conmigo todos mis arrepentimientos. Sufro las transformaciones todas las noches sin que siquiera crezcan mis uñas. Mis residuos me avisarán por la mañana lo que he hecho por la noche, y sabré disculparme si me olvido de alguno de mis parientes. Quiero y necesito aclarar que tengo pleno control de mi bestia y me guío como un murciélago, pero con un poco de culpa descolocada. Tienen que ver el disfraz de mi culpa embriagada, su comicidad, que roza lo ironía, me ganaría amores inalcanzables en bares repletos de competidores. Es tan ocurrente mi monstruo arrepentido; y cómo me hizo carcajear cuando una mañana desperté y me encontré con algunos desechos de él de la noche anterior: había retratado a Adolf Hitler haciendo el saludo nazi con una parada de colectivo detrás de su espalda. “El infantilismo del dictador”, me dijo, y luego pintó al Che Guevara con bigotes y sin barba, y le pregunté “¿El infantilismo de quién?”

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Carta Dios no nos va a salvar, no lo esperen porque hoy duerme en lo de un amigo del profesorado. Récenle a la culpa que siempre cenará con ustedes, que jamás les será infiel. Será infiel con ustedes, si les es necesario a sus inseguridades amorosas o a sus desprecios por la mujer horrible que han podido atar a sus vidas. ¿Quién me vendrá a buscar cuando todos crean que vuelvo heroicamente? Un anciano en mi futuro me dijo, “Eres un gran artista, eres un genio, eres famoso y rico, ¿Qué más has de querer?”, le contesto, “Ser feliz”, “Pues amigo mío, si tienes esa peste a la que todos llaman felicidad, no serías jamás todo lo que te he dicho que eres”. “Y bien...” le habré de contestar, “¿Si abandono todo lo que tú has dicho que soy, seré feliz?, y el pobre anciano replicó, “No, sólo tendrás una oportunidad de serlo”. ¿He de arriesgarme para pelear una estúpida e incoherente felicidad? Sólo espero disminuir angustias y prolongar mi vida con menos tristeza y arrepentimiento deshonra. Si después de todo, ¿qué conozco yo de la verdadera felicidad Daccaniana? Si yo no llego a ser un gran artista, juro que moriré de muy joven. Y si llego a ser un gran artista joven, de seguro que moriré al día siguiente de serlo. ¿Dónde está mi próspero futuro, Señor? Te has burlado de mí desde mi navegación en el huevo frito del vientre de mi madre aún no pecadora, ¿Me volverás al hígado de ella antes de que el Cáncer la viole de nuevo? Hazlo, que estaré con la navaja que degollará el cuello de cualquiera que se atreva a tocar a mi madre. Madre mía, cómo empezaré a hablar de ti. Eres lo único que me queda para contar una historia, y lo único para acabar aburriendo a los que del Cáncer jamás han hablado. ¿Qué debo elegir si me ofrecen el fracaso o la normalidad? Creo que fracasando puedo aún emborracharme y, como tantos, hacer historia. Con la normalidad sólo reconozco el fracaso y nada puedo hacer al respecto. La normalidad es el malentendido del loco. Ahora, qué fácil es optar por la locura, siempre nos dejará una luz de inteligencia y misterio en lo que será, sin embargo, una vida sin meritos y sin triunfos. Tal vez sea el amor quien ha dejado en mi hígado un cierto misterio y merecido lo tendría, pues el amor me carga de ocurrencias que

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jamás encontraré en mi consciente, y que estarán depositadas, entre líneas, en mis más estropeados diálogos con una nueva novia. Hoy dejo de escribir con el riesgo de que el Cáncer, pronto, me arrebate (arrebatará) la peluca que tapa a mis neuronas más inteligente y comprensivas. ¿Sabrán ustedes que el Cáncer es un joven con apariencia femenina? Si, es un hombre con rostro joven y de mujer, con una cabellera larga, larguísima. Tan larga como tantos pelos ha arrebatado de sus víctimas. Y esa cabellera la ha teñido de azul para que nadie reconozca los penosos cuerpos que ha matado. Creo que algo de culpa su mejor amiga debe sentir el rico bastardo. Ayer por la noche, decidí robarle unos billetes a una muchacha por la calle. Resultó que su brazo estaba hinchado, tenía un elefante de la mano al hombro, y cuando me arrime a robarle me abofeteó con él y me tumbó en la vereda. ¡No te metas con un enfermo de Cáncer! Si ves alguna tienda de pelucas, no intentes robar a los que deambulan por allí. Todos buscan cubrir su cabeza vacía, y sus elefantismos te derribarán contra una ventana. Hoy el último enfermo de Cáncer se ha puesto una tienda de pelucas, y cree que es su última gran ofrenda a los enfermos.

Como vi en una película, creo estar desapareciendo en una foto. Y prefiero que lo que primero se evapore, en donde primero se muestre el fondo sea en mi corazón, antes que en mis manos. No sé si moriré pronto, pero he escrito mucho ya y a menos que supriman esta carta y pasen directamente a diez años después, deberán ser estas líneas algunas de las últimas. Tengo el corazón inservible, no lamento perder mi pulso, pero todavía quiero creer que me acuesto con las mujeres que no he tenido contacto. Los muertos están hechos para no verlos jamás. Nuestra función es no anhelarlos. Ellos son los únicos que discriminan. Si el mundo se viera desde lejos, desde lo alto, nos veríamos a todos juntos: ricos, pobres, famosos, inteligentes, estúpidos, histéricos y obsesivos. Todos conviviríamos en una unión, menos los muertos. Ellos no se ven, ellos no comparten, ellos se creen más importantes

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que nosotros. ¡Vergüenza para los muertos! ¡Muerte para los vivos! Y pronta decepción para los ancianos. Mi cerebro es una estación de servicios: o me hago rico, o exploto. ¿Puedo creer en Dios si nunca escuché de él, pero sí lo escuché a él? Yo creo en dios /dios bajo la fe de la palabra ajena. De allí nace mi idea de Dios; del otro al que le contaron que le contaron que a alguien le habían contado que vio a alguien que le contó que... de ninguna manera puede nacer mi fe de Dios. Nace de la Angustia que pasa por la Culpa y por el Cáncer. Dios es un rumor del DACC. Que los demás no crean en dios, no me perjudica o beneficia en nada; Dios no dejará de existir porque nadie le cree que existe. A mí no me toca preguntar si es cierto; en todo caso aún no sé si es posible. Yo no le pido a dios que piense en mi antes que en él, pero si le pido que no tarde tanto en recordarme. El amor al prójimo tiene la relación idílica con Dios; quien ama a una novia la tiene con su madre. Seremos todos un bola por succión. Siempre llegaré tarde. Soy el artista de las demoras. Yo tendré que amar a mi madre, y mi madre tendrá dios. Ambos hemos fallado y moriremos de Cáncer. ¿Por qué nos cae mejor el joven apuesto que elige a la mujer fea en lugar de la linda? ¿Por qué los de izquierda son humanos y los de derecha son monstruos? ¿Será porque la vanidad es un pecado que a todos nos irrita el pedante? ¿O simplemente nos cae mal, de piel? ¿Pueden relatar un chiste cuyo final obligatorio sea “...entonces el hombre tomó el avión”? Un anciano compra cosas feas y en mal estado, porque ve en lo bueno y nuevo la inutilidad de los objetos impuros: el resguardo. Estupideces para la muerte. Muerte para el inteligente e imaginación para la ignorancia. ¿De qué me río cuando no escucho lo que me están diciendo? Pareciera que los héroes se esfuerzan, y los privilegiados son burgueses. ¿Podemos ahora hablar del Cáncer? Mi nombre no es en realidad el que Lucas puso al final de mis cartas. Jamás autoricé la publicación de mis notas, porque, simplemente, no estuve cuando las publicaron. Esta historia termina en mi muerte. Seguramente, existe en estas páginas algunos inciertos y exageraciones, detalles

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para redondear y explicaciones necesarias para el lector. Mis escritos fueron más sucios. ¡Qué alegría!, tal vez los mejoren. Seré más genial en el libro que en la realidad, como todos los artistas lo son. Seré sincero con ustedes, no fui tan infeliz. Soy el cómico que abusa de Dios para sus actos. Soy el pintor de las enfermedades. Y pronto me enamoraré del Cáncer. Sí, no tendré más pelos y podré mirar la simpatía que el mundo de los sanos regala al enfermo. Gracias a los estúpidos. Estimo y valoro al verdadero estúpido. Sé que un estúpido sincero sólo revela lo que el torpe intelectual oculta en su intimidad. No escondan su estupidez para aparentar inteligencia, eso sólo los hace más decadentes entre los capaces. Si quieren salvarse, intenten ser cómicos e irónicos, eso oscurece muy bien el desconocimiento. Todo sería perfecto si el vagabundo estuviera en una sopa de ganso. Quien me corta el pelo le ha robado al dictador su derecho: “Camaradas, no se desesperen... el poder que le arrebataron al pueblo retornará a él”. Pueblo ¡qué palabra desvirgada! Qué palabra violada, tan usada como la mentira y el robo. Matemos al pueblo y cambiémonos de tribu. T. Omar C. Un senador (hablaré de él en un próximo libro) me interrogó una vez dentro de algunos años y me preguntó: “¿Es usted miembro del partido...? Yo le contesté: “Usted cree que me prohibirá la entrada a mi país cuando yo estoy en contra de lo que usted cree que es un peligro”. No soy nacionalista, pero tampoco soy lo otro. El nacionalismo trae guerra, la imaginación, enfermedad; lo que queda, no más que confusión e histeria. Con esfuerzo, tengo que intentar creer en nada.

El amor es tan grande que si me esfuerzo puedo hacerlo entrar en la palma de mi mano. El amor despierta a Dios y yo lo miro a los ojos diciéndole “¿Qué vas a hacer ahora para separarme de mi verdadero amor? ¿Qué se te va a ocurrir para destrozar mi

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corazón? ¿Con qué podré extorsionarte para que no repercutas en mi vida de nuevo? Nadie tiene más noción de su estómago como lo tengo yo. Nadie miente tan misteriosamente como lo hace mi voz. ¿Tienen ustedes la mentira que se ha convertido en verdad? Soy más artista que hombre, soy más loco que artista y estoy más muerto que vivo. No tengo el teléfono de quien vendrá a buscar mis maneras de vivir, pero las tengo preparadas en grandes bolsas negras de basura, que han comenzado a largar olor a equivocaciones y arrepentimientos. ¡Cuántas decisiones que he malgastado! ¡Cuántas dudas han empeorado mi futuro! ¿Dónde habrán quedado las interminables opciones por elegir que me han hecho pensar de más? Aunque fuera terrible, denme sólo una opción (no estaría optando, me estarían obligando. Entonces, ¡oblíguenme!). No me molesta la desgracia que conlleve, sólo detestaría tener arrepentimiento por haber elegido la peor. Soy un miedoso, un in-comprometido, no quiero tomar riesgos. Y no me juzguen, a diferencia de muchos otros, yo le soy sensible a la Culpa. Algún día sabrán ustedes lo que es sentir Culpa desnuda, pero disfrazada, por cada parpadeo al levantarse. No crean que soy un incompetente, tengo un diablo activo en mi cerebro, un mundo desconocido por sus cotidianidades. ¡Alguien que me busque originalidad que estoy repitiendo emociones! No tengo emociones descartables. Mi estómago es un imán para las malas interpretaciones. Sigo inhalando arrepentimientos en un viejo video de los Marx. Siento y vuelvo a sentir la misma penumbra que inventé un día que no recuerdo. Veo el sol y contento estoy que mañana me dará otra oportunidad, que volveré a desperdiciar acumulando lamentaciones que harán de mi vida un encanto por la noche. El color de la noche me excusa de no vivirla con alegría. Nadie puede culparme por sufrir en la oscuridad. Tengo un poema que cerraría mejor en la noche que en el día, sin embargo, estaría mintiendo mis decaídas. ¡Y el amanecer!, una penosa despedida. Algo más, hoy no me pidan honestidad, la he dejado en mi última confesión.

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Hace unos días por la tarde la melancolía, una de las bifurcaciones de mi amiga la Angustia, me paso a buscar y me dijo, “Quieres pasar la noche conmigo. Te regalo cinco muñequitos de los superamigos que vienen en los chocolates Jack, si te quedas conmigo”. Y yo como no tenía nada que hacer, y como un poco más de melancolía no afecta considerablemente a mi estropeado estómago, le contesté “Sí; pero me das el del Capitán América, el de Flash, el del Hombre araña, el de Linterna Verde y el de Átomo” Dormí toda la noche con ella, recordando daños e histerias, involuntarios y minúsculos temores de las cabañuelas de mis atmósferas, y luego mi decisión me jugó una mala pasada. Recordé a Namor. Mi TIT me defraudó. Y yo no le pedí a la melancolía un muñequito de Namor. Lamentable y honradamente, tuve que pasar una noche más con la melancolía para evaporar el arrepentimiento por elegir a Flash en vez de Namor, y luego una noche más porque fue lo que me pidió ella a cambio de darme el muñequito que yo quería. Ahora, ya pasó la melancolía y yo tengo un estante con seis muñecos de los superhéroes que miro, para sentirme mejor porque sé que me quieren, como superhéroes inmortales y adaptados, todas las mañanas que me despierto angustiado. A veces los derivados de la angustia te ayudan a sobrepasar lo peor de ella. La anatomía de mi melancolía desciende de un superhéroe en relieve que me llama la atención sin héroes. Angustiarse con algo menor a lo anterior es casi ser feliz. Hanold Cuántas mentiras se descubren cuando muere un genio. Cuando lean esto, discrimínenme. Háganme útil en la muerte y solitario en la vida. Quiero vivir en la oscuridad de lo in-entendido. Soy la excusa de mi mediocridad. Si soy malo es que no me entienden, si me entienden es que soy aún peor. O gano en mí, o gano en ustedes, de cualquier forma me rescataré del fracaso. ¡Qué demonios!, ¿dónde está mi humildad? Ser sincero es no tener excusas. Extrañar es recordar la acción, nunca el sujeto. ¡Por Dios, soy el inventor de las excusas robadas! Tomar medicamentos te hace una mirada rara. Cuando deje de tomarlos deberé empezar a estudiar algo. Lo que digo se encoge en una cápsula, lo que me calló me alcanza el vaso con agua. ¡Púdranse los que de mí rescatarán una

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cita con mujeres que se creen cultas! La mujer culta es la excusa que tiene la estupidez para que no la vean dominando el mundo. Anestésienme antes de que me burle del médico, estoy agresivo esta tarde. Se darán cuenta de que lo bueno sucede aún más seguido que lo malo, sólo que somos todos una manada de histéricos a la que no le divierte notar lo hermoso. Parece que si no recriminamos o no pedimos piedad, no nos ha sucedido nada. ¡Recriminemos a lo bueno! ¡Quejémonos cuando la felicidad nos regala sus labios! Hagamos de los buenos momentos un lindo llanto de insuficiencia. Sólo pido que le demos a la alegría el espacio que se merece. Terminemos con lo malo con las armas del peor jolgorio.

El viento me ha llevado a tropezar en el lago que me recuerda todas las tardes que no me recordará como aquel joven divino que secuestra en su fondo. Ninguna mujer se enojará si la ignoro en mi pena, pero menos golpearé las ventanas de las tinieblas para terminar dándome vuelta y mirar a los ojos de quien no debería. No quiero matar a nadie que pueda renacer si yo no cometo errores. El arrepentimiento de Orfeo mató a su Eurídice, ¿acaso no es mirar hacia atrás un temerario arrepentimiento? El cáncer sale caro, y un esposo debe endeudarse para pagar la internación de su mujer, sus medicamentos y terapias. Los nervios de este hombre le prevalecen el cerebro, lo enferman y transforman su vida en sacrificio solo por querer salvar la vida de su mujer, que todos sabemos bien que terminará muerta. Y yo me pregunto si no es más fácil dejarla morir o matarla pronto. Entiendo que el arrepentimiento jugaría una despiadada carta luego de asesinar a su mujer para evitar que el cáncer no sólo la mate a ella sino también a él, pero entonces deberá rezar para pedir oculta y oscuramente la muerte de su mujer; pero si creyera que el rezo realmente provee lo pedido, seguiría sintiendo retorcijos en su estómago. ¡La fe es sólo un dolor de estómago! ¿No sería grandioso poder rezar y que el pedido apareciera cumplido y no por ello creer que uno tuvo algo que ver en el acto? Digo estar seguro de que rezando se cumplan los

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pedidos y, sin embargo, no creer que fuimos nosotros quienes colaboramos en ellos. ¡El acto deseado sin intervención de la acción retorcijante del estómago perceptivo de su deseo! Soy mejor pintor que escritor, y no soy el mejor pintor, por tanto tampoco el mejor escritor. A veces hay que apagar el entusiasmo y sólo encasillarse en un arte, para no fracasar más de una vez. Fracasando o no, repito que debí haber nacido en otra década o en otro siglo, y este dicho siempre me calma y cierra conversaciones con aquellos que recalcan mi rotunda mediocridad. Le echo la culpa al tiempo y al oportunismo erróneo de Dios, para evitar que mi estómago se retuerza por mi falta de influencia en los demás. Yo, igualmente, creo estar casi seguro de recordar una tarde en la que me cortaba las uñas a mediados del 1800 en una esquina empedrada y azulada, y tenía puesto un sombrero. Y partes de mis sueños fueron robados; y digo robados porque recuerdo que me violentaron en mi cama esos dos vanguardistas cuando no sabían que basura más incluir en su película andaluz. Me robaron un sueño de amor, y me desperté con medio orgasmo menos para mi próxima masturbación infantil. Antes vivía en mi casa y era un petiso que cuando rara vez salía de ella, la gente del barrio sincronizaba sus relojes. ¿Algo más? Cuando me copiaban yo no podía tapar mi hoja con mi brazo, porque mis hueso y mi piel eran invisibles. Cuando desperté esta mañana no te conocía, y ahora, por la noche, quiero creerte lo más importante de mi vida. Sólo me encierro para poder pronosticar lo que será mi día, porque si saliera, cualquier cosa podría pasarme, buena o mala, pero incierta e impredecible. El encierro te permite idear tu epitafio y tu oración al final del día. Amén. El encierro es la falta de sacrificio; seré castigado por perezoso. Nos encontramos ahora con la otra clase de conductas no adaptadas: impuras o civiles. Estas aparecen luego de que las conductas puras son aceptadas por El DACC y no actúan directamente para eliminar la angustia directa sino que juegan en la maqueta del enfermo como calmante de la desesperación e incomodidad. Es decir, inciden directamente en la angustia por cumplimiento de las conductas puras

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aceptadas en la operativa pactante. Son los recursos del paciente para mediar entre su sacrificio y su comodidad en la persistencia del primero. Entendemos las conductas no adaptadas impuras como el segundo método de cancelación el primero se refiere a los canceladores de las conductas puras : cancela la falta de cancelación primera. Dividiremos estas conductas en 5 tipos alternativos: A) B) C) D) E)

Conductas no adaptadas Preventivas Incompletas. Conductas no adaptadas Correctivas Completas. Conductas no adaptadas Purgadas o analistas. Conductas no adaptadas Inacabadas. Conductas no adaptadas del seductor.

Conductas Preventivas Incompletas Las conductas Preventivas Incompletas se caracterizan por el uso de excusas que se anticipan a las fallas en las conductas no adaptadas puras. Cuando sabe el enfermo que no podrá cumplir con lo que una conducta no adaptada pactada le exige, tiene un cierto resguardo o garantía, del que no se puede abusar, para evitar el castigo por el sacrificio imperfecto. Las fallas más comunes que caracterizan el uso de esta conducta impura se desglosan de la siguiente manera: Conducta Preventiva incompleta por desconocimiento; CPI por olvido; CPI por imposibilidad; CPI por golpe de puño. La CPI por desconocimiento se anticipa a un error que se desconoce, pero que será castigado sin que el paciente entienda, en el momento de la falla, el porqué de su desidia. Un ejemplo sería cuando la conducta pulmón de no decir o no escribir nombres propios de personas se viese afectada al mencionar el adjetivo “tierno”. Hasta hace pocos años cuando decía “Mi padre es un tierno” no creía que en esta frase hubiera una falla merecedora de una cancelación particular. Sin embargo, en mi trabajo conocí a una persona que se llamaba Juan Tierno; por tanto yo estaba repitiendo un apellido sin cancelarlo recordemos que la imagen acústica o el significante del término no se interpreta para cancelar una palabra con una cadena de signos iguales a otra inapropiada. Ahora, me resisto a usar ese adjetivo, pero me vislumbra que, seguramente, haya

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otros adjetivos o sustantivos que se consideran, según las sanciones de la normativa DACC, como nombres propios de personas. Me sería imposible conocerlos todos, pero sí puedo excusarme del error al nombrarlos sin reconocer una falla con la garantía de las conductas por desconocimiento: esta elimina la angustia por incumplimiento desconocido de una conducta pura, en este caso pulmón, acordando en la operativa pactante su carácter excusante ante estas particularidades. Lo mismo ocurriría con el pestañeo o el uso de canceladores con imágenes de muertos si yo no supiera que aquella persona, claramente aparecida en espacios reflejados o de dibujos, que pestañeé o usé como cancelador está muerta, se relajaría el pacto resguardado en la conducta preventiva incompleta por desconocimiento. Por ejemplo, en la película Weekend at Bernie´s fin de semana de locura, suponiendo que sucede en la vida real, Larry y Richard usarían a Bernie como cancelador, en caso de que ambos fueran obsesivos heroicos, cuando este último estuviera muerto pero ellos aún creerían, al verlo sentado, que está sólo durmiendo; pero ambos muchachos deberían resguardarse con una conducta preventiva incompleta por desconocimiento, pues Bernie está muerto y ellos no lo saben, pero están en falta. CPI por Olvido: esta conducta impura interviene en los casos de cancelación errónea o innecesaria y cuando me olvido o prefiero no cancelar. Es decir, cuando me olvido de alguna secuencia o conteo, si bien debí quebrar la oración y comenzar de nuevo, la falta de cancelación, sin respetar el cumplimiento de la cadena del número de oro, se perdona con una conducta por olvido. Probablemente, el olvido del conteo contraiga por detrás una repetición de términos en falta que, por no estar seguro de qué término se repitió o sí la falta apareció, evite la cancelación o realice una cancelación errónea de un término que mal presupongo apareció en falta en la construcción. Este olvido puede acarrear una intuición del error, lo que llevaría a la realización de la conducta impura en el momento de la percepción; o puede no captarse la falla, que en este caso se realizaría la cancelación con una conducta impura al final del día, pero antes de la primera orina, como garantía ante la aparición de una falla que no se percató. Aquí es donde se dispara el resguardo de las conductas preventivas impuras por olvido. Incluso se utiliza para excusarse del olvido de algo que era desconocido pero se descubrió hace algún tiempo. Es decir, cuando la palabra “tierno” se reconoce como nombre de persona

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deja de estar cubierto por la prevención por desconocimiento, pero si no se retuvo fuertemente en la memoria el reconocimiento, el enfermo se protege con las conductas por olvido. Aclaremos que todas las fallas en las conductas y cancelaciones deben ser sinceras para poder utilizar la conducta impura por olvido; es decir, lo ligado al olvido de la misión pactada y fundante debe comprender una sinceridad sincera  no estarán contempladas las conductas inapropiadas por pereza o burla. CPI por imposibilidad: es el responsable de excusarnos cuando una situación particular impide, real y sinceramente consideraciones que veremos luego, la realización de una conducta pura y su cancelación. Si ante una imposibilidad física o mental, un acto pactado no se cumple, estas conductas excusan al enfermo de la vuelta de la angustia directa por requerimiento de cancelación que, claramente, no podrá ser efectuada. Por ejemplo, si me pongo a cortar cebollas y luego, en la mitad del llanto, se me aparece un ladrón al que le pestañeo varias veces, y este sale corriendo rápidamente desapareciendo de mi vista, sin posibilidad de cancelar la conducta inaceptada pues no estará ya el espacio de persona para cancelarlo, emerge la conducta por imposibilidad; siempre y cuando la imposibilidad sea sincera, no perezosa, esta conducta resguardará la falta. CPI por golpe de puño: la función de esta conducta se ve claramente con las creaciones de las conductas puras, pero solo basta con decir que ella excusa la falta de continuidad en el proceso creativo para obtener una ofrenda aceptada. Cuando el enfermo inventa las conductas no adaptadas puras por normativa del DACC, puede suceder que el análisis intensivo, o algo así, de la lengua le conlleve nuevas sanciones en el uso del habla; o en las sanciones de los ojos, ante una acción o patrón particular se dispara una nueva ocurrencia entre los espacios prohibidos cuando El DACC exija por falta de resolución entre los patrones despiertos; aparece el resguardo del golpe de puño. Significa excusarse luego de ponerle un freno a la imaginación ocurrente en la creación y bifurcación de las conductas no adaptadas puras; protege al enfermo cuando ignora un nuevo pacto generalmente se dan ante una fuerza menor en la relación DACC y ante una sincera inutilidad de creación, por esto no se limita su cupo de uso. Es un freno a los riesgos del uso de la capacidad pactante que puedan entusiasmar al DACC por aparición de invenciones de ofrendas innecesarias pero pactadas y aceptadas.

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Las conductas preventivas por desconocimiento, por olvido excepto por olvido percibido y por golpe de puño conservan su carácter preventivo y se generan después de la medianoche y antes de la primera orina, una vez por día, cubriendo las fallas hasta la primera orina del día siguiente. En el caso de las por imposibilidad, aparece terminado el acto imposibilitador después de la medianoche y antes de la orina del día siguiente. Conductas no adaptadas Correctivas Completas Aquí aparecen tres conductas parecidas, pero claramente distintas: la conducta del borracho; la conducta del incapacitado y del soñador; y la Subconducta patrónica. Esta última ya fue explicada en las conductas puras patrónicas. Después de una borrachera con El DACC, “La conducta del borracho” se caracteriza por participar dentro de la calma del enfermo. Funcionan, generalmente, en los arrepentimientos en el efecto midáxico y en una borrachera; cubren los incumplimientos de una conducta pura por una falta de fuerza en la vuelta de la bola negra étalon cuando no se cancela una conducta inaceptada o no se respetan las reglas de las conductas puras. Es decir, si no cumplo con las conductas porque no aparece el riesgo de la vuelta de la tragedia al no hacerlo, suele suceder luego que me arrepienta de mi desinterés ya sea por inconstancia del Midax o por volver a la sobriedad y no esté cubierto de mi error. Estas conductas me protegen después de una noche de borrachera en donde todo me importa un..., o en situaciones similares y particulares no confundir con pereza donde menosprecio al DACC por cansancio e ingratitud aclaremos que en muchas borracheras, el cumplimiento de los pactos es aún peor por la falta de atención y análisis. Son esos casos en donde el paciente “explota” y repudia al mundo, poéticamente. La conducta del incapacitado y del soñador puede catalogarse como una conducta impura-impura, pues también excusan al obsesivo por la falta de cumplimiento de las conductas impuras no sólo puras. Estas conductas se refieren a la imposibilidad, olvido, falta de control o cansancio e incomodidad que aparecen en la realización de las conductas pactadas por enfermedad o sueño consumado del paciente. Supongamos que luego de una operación, el paciente se siente cansado o anestesiado

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como para cumplir con las ofrendas aceptadas por El DACC; aquí, si la enfermedad es sincera, se excusan las fallas en los cumplimientos con la realización, terminada la internación o el período de reposo, de una conducta del enfermo para remediar las anteriores deserciones. El DACC pactará con el enfermo cuando esté este último posibilitado para saldar las deudas en las fallas su tiempo de resolución será entre el mediodía y la primera orina del día siguiente a la consideración del DACC del bienestar del paciente. Ahora entendamos que si el paciente está entre el sueño y la vigilia, o directamente en un estado onírico completo, se excusan las faltas a través de esta conducta que se realiza entre las cero horas y la primera orina del día siguiente. Sólo la subconducta patrónica se realizará una vez por día por temor a ignorar una conducta proclive a ser pulmón. Las otras dos se verán en caso de que aparezcan las situaciones típicas detalladas (uno puede no dormir por varios días). Tanto la conducta del enfermo como la subconducta patrónica y la del borracho tienen un cupo de utilización; la del soñador se realiza diariamente cada vez que uno duerme. Con su carácter de correctivas, estas conductas borran las fallas previas a su realización. Conductas no adaptadas Purgadas o analistas Probablemente, estas conductas son el último paso antes de anular una conducta pura. Se utilizan, prácticamente durante los desechos midáxicos, cuando la angustia directa, que se evita cumpliendo un pacto no adaptado y vuelve en el incumplimiento, no molesta ante la falta de realización de una conducta pura y canceladora. Por la disminución de la relación del enfermo, propia del Midax, la bola negra étalon generalizada o no pierde fuerza y permite al enfermo transformar el sacrificio puro en impuro. Es decir, se reduce la conducta pura a una conducta sintetizada, menos desesperante e incómoda que llamamos Conducta purgada. Este el paso previo a la eliminación total del ritual; es el consejo para todo terapeuta que le ayude al enfermo a realizar este traspaso y no a desintegrar la conducta pura de golpe. La seriedad de la conducta pura se pierde y se envuelve una metodología más sutil y cómoda sucede que

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antes de pasar una conducta pulmón, patrónica o situacional a una impura las primeras se presenten, primeramente reducidas, como una conducta rezo, y de allí suelen llegar a ser purgadas. El contenido de las purgadas varía de acuerdo con el de la conducta pura transformada, pero asegura al enfermo una considerable disminución, muchas veces casi total, de la desesperación e incomodidad en el cumplimiento de la conducta. Conductas no almacenamiento

adaptadas

inacabadas

por

depósitos

de

Las conductas inacabadas son las únicas impuras que excusan tanto las conductas no adaptadas como las adaptadas; demoran tanto las ofrendas aceptadas conductas puras e impuras como las bolas étalon el desarrollo retórico en la operativa pactante. Los depósitos de almacenamiento son la soga de la memoria pactada. Empezaremos describiendo el lugar: dentro de las tierras fenicias se encuentra asentado un contenedor transparente que acumula bolas negras étalon y las oportunidades de cancelación de las conductas demoradas que se desprenden de la maqueta cerebral previo pacto con el DACC. Veremos luego que esto ocurre esencialmente con la aparición del efecto midáxico. El enfermo aprovecha la reducción de la relación DACC en las bolas étalon y en las cancelaciones de las conductas pactadas para mantenerlas en lista de espera para su resolución o cumplimiento. Dentro del efecto midáxico, supongamos que la desesperación e incomodidad del enfermo lo impulsa a demorar la resolución de un problema para retomarlo en algún otro momento que favorezca su calma o sociabilidad, entonces, genera un cierto pacto que garantiza al DACC el cumplimiento de las demás conductas posteriormente. La metodología de la conducta por depósito de almacenamiento consiste en tomar la bola negra étalon que se quiere demorar y dispararla en el contenedor transparente en las tierras fenicias. Que estén en estas tierras le garantiza al DACC que puedan volver a la maqueta para su trato y, por sus grados momentáneamente apartados de la maqueta cerebral, las bolas étalon y las cancelaciones de las conductas deben persistir de manera simbólica y menos molesta en la cabeza del enfermo para que este pueda recordarlas y retomarlas en el momento que pretenda apto. Para que la memoria no lo engañe, el

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paciente inventa ciertas alarmas lumínicas que le recuerden el problema y su contenido pactante. Ante esto, se le aparece el llamado Semáforo: este consiste en 3 pelotas de colores rojo, amarillo y verde. El rojo (directamente nada insólito espor Etel ) significa que la bola negra étalon tiene una fuerte, dentro de la calma del Midax, relación DACC para su contenido pactante; el amarillo, una media relación; y el verde, una leve. Con el semáforo el paciente crea un reflejo lumínico desde las tierras fenicias hacia la maqueta cerebral que persiste allí para no perder la calidad del contenido demorado. A partir de aquí, necesita una imagen cerebral patrón suficiente para retener en los depósitos un indicio que revele el contenido preciso de lo demorado, para luego poder pactarlo. Es decir, que predomina en la maqueta del enfermo por algunos segundos un cartel mnémico y acústico que represente a la bola negra étalon y que a partir de él se pueda encerrar el problema en el contendor y retomarlo para su pacto a través de ese cartel, y dejarse desarrollarse. El cartel es una síntesis fotográfica de la bola negra étalon que permite luego, a partir de él, volver a pactar la totalidad del problema. Por ejemplo, si dije algo que no debí en algún lugar y a una persona específica, puedo demorar la operativa pactante que eliminaría mi angustia al respecto y optar por demorar la conclusión de la angustia, utilizando los depósitos y pintando un cartel guía que represente, tal vez, el lugar en dónde dije lo incorrecto o el rostro de la persona a quien se lo dije, o quizá una imagen del contenido de mis palabras agresivas. Ahora, para que el cartel guía no se pierda en los depósitos y permita retomar el problema en la maqueta cerebral, aparecen los 17 segundos: estos consisten en el tiempo promedio que merece un problema de cualquier relación DACC para retener el cartel guía con la pregnancia suficiente para retomarlo en otro momento dentro de la maqueta cerebral. El cartel guía se retiene fijamente en la mente maqueta cerebral por 17 segundos y luego se envía al contenedor en las tierras fenicias. Los riesgos que se tomen en la utilización de los depósitos de almacenamientos se verán bien reflejados en los engaños midáxicos. Los depósitos de almacenamiento, a diferencia del resto de las conductas impuras, no tienen un cupo de utilización, pues se verá en los engaños midáxicos que el sacrificio es aún mayor sin limitar el uso de ellos; pero sí aconsejamos un tiempo y una capacidad de almacenado para evitar los engaños midáxicos veremos esto en el efecto midáxico. Dado su

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carácter de calmante tanto en las cancelaciones puras como impuras, los depósitos pueden considerarse conductas impuras o impuras-impuras. Dentro de este depósito hemos dicho que El DACC tiene el propio en sus tierras se ubican cuatro contenedores diferentes: uno para las bolas étalon y las conductas demoradas; otro para los patrones sin angustia masa; uno para las bolas étalon y las conductas calmadas veremos esto en los engaños midáxicos; y el llamado “el cementerio” donde se acumulan todas las bolas étalon pactadas con su carga piramidal directa. En este último contenedor duermen todos los problemas ya resueltos en la operativa pactante, pero alertas ante una falla en el cumplimiento de las ofrendas aceptadas a cambio de sus desapariciones. Cuando no se cumplen las conductas puras e impuras, las bolas vuelven a la maqueta para reclamar la desesperación e incomodidad. Conducta no adaptada del seductor Estas conductas representan un reemplazo de una conducta pura no adaptada, cuando el enfermo propone impedimentos convenientes, no imposibilidades sinceras, y se le pide al DACC su autorización para cambiar esta conducta por otra más agradable y ventajosa en un particular momento social. Suceden ante situaciones específicas y sin permanencia prolongada, por ejemplo: si el paciente quiere tener relaciones sexuales con una mujer, pacta con el DACC el reemplazo de la conducta pura corporal por otra, probablemente corporal también pero casi de rezo, que mejor le encaje para aparearse con la novia con mayor comodidad. O si debe dar un examen, pacta la normalidad en la escritura de su examen, sin respetar las normativas DACC, durante el período de evaluación, por otra conducta que le convenga en aquella situación. Cabe decir que tanto el uso de esta conducta, como la calidad del reemplazo y su momento de realización quedan determinados después de cada primera situación igual, y son evaluados por el DACC y sus piedades para aceptar el sacrificio nuevo del momento; veremos también cómo el efecto midáxico y su engaño intervienen en el uso de estas conductas.

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Cuadro de las conductas no adaptadas impuras o Civiles Tiempo de Resolución Entre la medianoche y la primera orina, salvo la del olvido percibido y la de Conductas Preventivas incompletas imposibilidad.

Conductas Correctivas Completas

Conductas Purgadas o analistas

Conductas por depósito de almacenamiento

Conductas del seductor

Características Contenido

Regulares y progresivas según el contenido de sus tipos. Regulares y progresivas. Varían de acuerdo con el efecto midáxico y la consideración de la deshonra.

Relación DACC

Función

Calmar la Derivados de angustia por la conducta cumplimiento pura en falta del pacto

Relación con la conducta pura incumplida.

Relación con la Antes de la conducta primera orina Derivados de Calmar la pura del día la conducta angustia por incumplida siguiente a la pura incumplimiento con deshonra. incumplida del pacto deshonra. Relación con la Regulares y conducta progresivas. pura Varían de Derivados sintetizada De acuerdo acuerdo con el de la Calmar la en el con lo pactado efecto midáxico conducta angustia por momento en la y las conductas pura cumplimiento de optar el transformación. puras. transformada del pacto traspaso. Relación con la Durante la Regulares y conducta derivación de progresivas. Semáforo, Demorar la pura en el la bola étalon a Varían de Cartel guía, angustia por momento la lista de acuerdo con el 17 incumplimiento de su espera. efecto midáxico segundos. del pacto demora. Relación Progresivas. con la Varían conducta ocasionalmente pura de acuerdo con incumplida el efecto Derivados de Calmar la en De acuerdo midáxico y el la conducta angustia por momento con el aprovechamiento pura por cumplimiento del reemplazo. situacional. incumplir del pacto reemplazo.

Evitemos volvernos loco antes de volvernos culpables, pues no existe locura peor que aquella transportadora de culpa. Prefiero ser deshonesto e hipócrita, mentiroso e ingenuo, antes de culpar a mi estómago de cualquier tragedia en cualquier lugar de este perverso y pequeño, circular y redundante, innecesario y diabólico mundo. Que la tierra no nos convierta en malas personas solo porque resolvimos

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su misterio, porque es su misterio el peor descubrimiento que podríamos hacer. A todo lo que nuestro planeta se reserva habrá que respetarlo y alejársele antes de que más gente capaz termine muerta por sus propias manos. De nada sirve el suicidio sin antes contar lo que uno ha descubierto, y menos sirve contarlo para encadenar más muertes innecesarias. Ocultemos la desgracia para evitar su elevación monstruosa y sus uñas afiladas que degollarían vientres que aún no conocen ni siquiera el amor, y menos la sensatez. Las decisiones son constantes y nunca dejan de ser escalofriantes en mi estómago. Mi madre ya está muerta y tiendo todas las mañanas a llorar su desaparición, pero hoy más que nunca la siento activa y en movimiento, riendo y parafraseando interminables oraciones insuficientes e invalidas que no dejarán de repetirme un mínimo de cariño hacia Dios. Y es por esto que la duda me impulsa involuntariamente al rezo descarado de cada noche por mis hermanos y por mi pronta reencarnación en el infierno, que me verá pleno y sin prejuicios. Al diablo le digo, “Gracias por no mentirle a la maldad y por no dejar que me violen los pecados que florecen en mi intestino. Pero no evitarás jamás que mi hígado muera a manos del cielo, porque tú no salvas vidas que el cielo puede matar, pero sí le tiendes una frazada a quienes, asesinados por los ángeles, pidan una puerta abierta en un lugar que quemará todos sus pecados impregnados”. Imagino el cielo repartiendo llantos a sus huéspedes, repartiendo culpas inexactas, imagino mi primer mañana allí: entrar por una puerta marrón, subir unos peldaños quebrados que se van sanando después de haberlos pisado; llegar a un salón donde todos mis seres queridos vivos se reúnen en fila y voltean para verme muerto. Todos se encuentran allí, enfrente mío, evaluándome asustados, y alguien delgado y desnudo me balbucea en el oído que debo elegir de entre dos personas una para que se muera. Y así, de a poco, voy matando a la mitad de mis seres queridos. Luego me lleva a mi lujosa habitación blanca para que viva la muerte con culpa. A todo esto Dios juega con Jesús apuestas sobre mis elecciones y se emborrachan con todas mis novias. El cielo es una jaula de culpas sonriendo descaradamente ante el reflejo de tu cuerpo en un espejo quebrado. La culpa es un pecado que anhela la cobardía para

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salvarnos de los errores impulsivos y depravados de nuestras acciones valientes. El cobarde no hace daño, pero pocas veces hace bien, ¿qué elegirán? Si Dios es invencible, es sólo porque no tiene padre, y no pretende ser un héroe y mucho menos revelarse, ¿ante quién lo haría? Su miseria es no tener infancia y su crueldad es continuar en ella. Espero no ser un genio aún, para que no se le ocurra al Cáncer llevarme pronto. Mis ocurrencias son tantas que por día sólo rescato dos para mencionarlas en una reunión con amigos. Pensar tanto sirve sólo para angustiarse por la falta de retención de ideas. Algunos creen que los grandes pensadores se hacen amando a mujeres que les desgarran el alma, yo creo que una mujer jamás puede desgarrarte y que son nuestros estómagos los que nos entristecen. La mujer es una excusa para el primer acto de la locura, una simulación, una verdadera farsa. Jamás podrá lastimarnos y mucho menos darnos arte. No existe el arte por sufrimiento, sólo existe el arte con simulación de sufrimiento, el arte aprovechable de los artistas desesperados por evitar su fracaso. Elegir una mujer histérica es aún mejor para el arte que una devota enamorada del artista, si es que el sufrimiento se controla y se deja dibujar. Alguno de estos días quiero ser verdaderamente inteligente, aunque luego muera torpe. Es mejor que ser siempre torpe como algunos muertos. Y les digo a ustedes, destinos, no me den mucho todo junto, repartan todas mis felicidades para poder vivir más tiempo. ¿Es tan perversa la incertidumbre como creo que fue la religión en mí? ¿O la duda constante en mi cuerpo terminó por afectar mi interpretación de Jesús? La duda fue insertada por Dios en mi lengua y creo que su perversión recae en la capacidad que tiene el Cáncer para violar a mi madre. Dudo porque Dios me obliga a hacerlo y, sin embargo, no deja de matar gente a mi lado. ¿Acaso debo seguir dudando por respeto a él? ¿O debo orinar en el lavado de cabeza que todas las noches me inyecta a través de mis rezos? Al diablo con él, que se lo coma el infierno si me miente y que me coma a mí si llego a deshonrar su existencia. No me molestará terminar cenando con el diablo y su mujer, que me han dicho, es mucho más hermosa que Magdalena.

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Quisiera retratar a Dios haciendo el amor, ¿tendrá la displicencia que imagino de un santo? Pensar que al bastardo le basta sólo con apuntar su dedo en una mujer hermosa y ¡listo!, se la viola o, mucho peor, le lava el cerebro para que le guste. Terminemos de desconfiar del cielo y rindamos homenaje a todos aquellos que esperan morir para conocer el paraíso que cobijará sus almas manchadas e incrédulas. Me despido de los mortales sanos y con futuro y los reencontraré cuando sus ofensas me despierten como un depravado desertor del amor y la prosperidad, y aún mucho más, un niño descarrilado que ha podido ver la fe y ha optado en su adolescencia darle la espalda protegiendo su estómago ya perforado. Destinos, no me juzguen e ignoren mi rebeldía y mi desidia en el bienestar.

Una nube me dijo mañana que Dios pronto terminará de cortarse las uñas. Tengo que aprovechar entonces para rogarle. Conozco el listado de tareas diarias que Dios realiza, para no hablarle en vano cuando no me escucha. Busco el momento justo para pedirle piedad y para intentar de engañarlo con que todos los días es mi cumpleaños. Porque cuando cumplo años, Dios es bondadoso. Y como nunca recuerda lo que en el día anterior le he dicho, trato de que piense que siempre conmemoro mi nacimiento. Pobre desgraciado, por cinco días seguidos me regaló el mismo estúpido regalo: un pestañeo sin arrepentimiento. En un mes de septiembre de no sé qué año, le hice creer a Dios en quince ocasiones seguidas que era mi cumpleaños, y aproveche para tomarme vacaciones inmorales sin arrepentimientos. El alzheimer del anciano es la única manera de pasar una temporada en paz. Tengo un compact de Lennon repetido seis veces, cuatro licuadoras y toda la colección de los muñecos (los chiquitos) de los Thundercats. Es un pobre infeliz, debe creer que tengo 90 años. Ahora entiendo por qué creo que moriré joven. Imagino un color para cuando debo imaginar que un libro de Duchamp está a la venta. Los colores son el más vivo utensilio de la felicidad Daccaniana que erróneamente imaginamos, sin verdades

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reflexivas, tenerla pronto. Yo hurto de los felices colores para pintar. Un feliz es inventor de colores que jamás conocimos. Yo tengo sólo algunos colores para mis angustias endulzadas, y no porque no tenga mucho de ellas, sino sólo porque soy de inhalar prósperas felicidades distintas en un mismo color. El chocolate Holanda tiene un color esparcido en su envoltura que enriquece mi depresión. Es estupendo relajar mi vista entre esa metaliza mezcla de color. Pero cuando aparece un chocolate Jack, me siento un infiel; y no por amar a este último, sino por deshornar al que apareció primero. La duda máxima del obsesivo es aquella decisión entre abrir el chocolate Jack o conservarlo cerrado. Es el temor y temblor de desnudar a una mujer y revelarle sus imperfecciones. ¡Le temo a la desvirgación del chocolate Jack! Y luego de esto, debo volver a casa con Holanda. Entonces, espío a Jack, lo veo desnudarse entre una puerta cerrada; me decepciono, y vuelvo a casa limpiamente fiel. La resignación vendrá cuando el cuerpo de Holanda me termine irreprochablemente cansando. Este es un acto honorable del mirón de los colores. El intestino mantendrá el color que me verá desvanecer. Mi estómago a veces intenta olvidar sus bordes y limpiar sus desechos marrones. El recuerdo es el color de un encanto resumido. Los rostros mnémicos no conllevan arrugas, solo matices indefinidos o purgados. Debemos mantener la nostalgia pintada de un solo color; en cuanto percibamos en ella arco iris oscuros, inventaremos desesperaciones. Yo fui un color pastel; soy oráculo yacimiento letras inaceptadas; y moriré siendo un número incalculable.

No habrá que amigarse con los pulsos y responsables de tus impulsos en soledad, sólo endulza un plano colorido en tus caprichos sensoriales, en tus acústicas pintadas, y abandona tan sólo el arte en caso de traición. ¿Venderán sábanas con el color del chocolate Holanda? ¿Venderán féretros con la transparencia del Chocolate Jack? Los paragüitas son más sanos.

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Cuadro de los colores en la repartición de felicidades

Duchamp Un compac de Lennon Un libro de Kafka La histeria Un libro de Kierkegaard Una película de Olmedo Un libro de Lacan Un Domingo Artaud La geografía La Química Las matemáticas La historia Un libro de Hemingway Rimbaud El Ulises El suicidio Borges Mi madre Mi Padre y hermanos Kant La ira

Blan Cele Negr Marró Ama Naranj Todo Verd co ste Rojo o n Gris Azul rillo a s e x X x x X x x x x X x x x X x X x x X X x X x X X X X x X X X x

Claro que esto es solo mi manera de ver mis felicidades y desgracias, y yo posiblemente seré para el resto un pequeño personaje de algún libro publicado por otro feliz. Ustedes tendrán sus colores y yo con los míos puedo hacer lo que quiera. Puedo imaginarme el infierno blanco y amarillo, y el cielo rojo y negro, pues nadie sabe de mi infierno más que mi cerebro rozado; y nadie siente más la masa de mis colores pactantes que mi gastado estómago purpurizado. Los colores son el origen de la puntada de mi estómago. Los colores despiertan a mi estómago, le llaman la atención, le dan su vida sensible.

Me olvidado qué es ser un marido de una mujer con Cáncer. ¿Qué deciden ver cuando tienen poco tiempo para observar a una

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mujer? ¿Su cuerpo o su rostro? Algunos se vuelven lindos cuando revelan cierta intelectualidad en su fealdad. Trato de ser feliz en los primeros momentos de ella, porque luego por más que conservemos el motivo de alegría, olvidaremos el placer. Estoy constantemente rodeado de asesinos: mis rituales fallidos. Si todos fuéramos inteligentes los pocos torpes que quedan serían nuevos inteligentes. Si todos van al vacío del tren, el nuevo inteligente irá al lleno de éste. Le hago un tributo no porque está muerto, sino porque no se lo hice en vida. Una idea me cambia la vida y no me doy cuenta del cambio en el momento de la idea, pero tampoco me doy cuenta en el momento que no tengo ninguna idea que ese vacío también cambia mi tumor. Un bebe dice que el más desarreglado es un ladrón, cuando le dan para elegir; pero un inteligente cree que lo están engañando y elige el más arreglado. Resultó que era el más desarreglado. ¿Quién es más inteligente? No preserven engaños inválidos entre sus hijos. No traten de ser más inteligentes que lo que se les exige. Mejor, delegan elecciones. Mi vehemencia es una farsa, y aún así no me resisto al Cáncer. Exclusivamente en el Cáncer podré encontrar el descanso. Me sacaré la flecha cuando vea a mi madre libre; cuando la batalla termine moriré de Cáncer. ¿Por qué veo en los muertos mayor entendimiento? ¿Por qué reniego de mi hogar si sabré que sólo moriré para poder recordarlo? Mi vida es solo las frases destruidas que me he tomado el tiempo para re-destruirlas. El Cáncer es el único que no tiene dialéctica, por esto el enfermo enferma en la dialéctica antes de morir en la historia. El mismo enfermo le ultraja los signos de puntuación al Cáncer. Que me digan que debo pensar en la tragedia no implica su derrocamiento. El tercero siempre cree que llegarás vivo a casa. Para él no existe tu trayecto. En décadas te volverá a ver y no prestará atención en imaginar cómo permaneciste sano. Yo vivo las visiones de mis desgracias con los párpados del otro. Siempre llegó intacto y sin camino.

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MUERTE DE MI MADRE

DIOS

PECADO (ABORTO)

CULPA

PELUCA

SACERDOTE

CÁNCER

CIELO DE LOS ENFERMOS CON CULPA

¡Ole!

Solo para prevenir, alejen a sus niños de estos peldaños o se morirán sus nietos por la culpa que tendrán ellos por no haber salvado a sus padres. ¡Todos somos una generación de muertos! ¿Por qué querré una descendencia? ¿Por qué querré una familia, un lazo? Nos daremos cuenta pronto que la desgracia se contagia amantando. Mis saludos a la loba que no quiso cuidarme. Tengo el torso de un emperador y el estómago de una obra social (o de una prepaga). Mis aciertos se agotarán cuando mi número de carné le sea más difícil a mi doctor de anotar arriba de mi nombre completo. ¡Qué misericordia una obra social! Y sin embargo somos pecadores. ¡Dios, no nos merecemos a un galeno! Soy tan agradecido que moriré con una sonrisa honesta e irónica.

0135653300 05 Válido: 05/06 Vto. 08/13 Tomás Cadalso

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¡La medicación me sale mucho más barata, Señor! ¡Qué bueno eres! ¡Ya he dejado de pensar! Deseo tan sólo lo que no quiero y temo no querer la alegría. Trato de tener lo más barato, quiero aún desear lo caro. ¡Soy un auténtico histérico en busca de la infelicidad para jamás desearla! Ayer hice un paseo por El Rodez. Es ahora un museo de cera. ¡Yo soy una plastilina! Creo que hasta blanca, jamás he decidido mi color. No quiero recordarme ni mucho menos esperarme. Decidan ustedes el color que me abunda. Ya es muy tarde, veo en el cielo una línea roja que me llega hasta la cabeza. Aún no tiene la valentía para invitarme a comer. Tarde o temprano, tendrás que apretar el gatillo, y será allí cuando un doble mío estará esperando el impacto. Me creerás muerto y yo estaré rescribiendo la Biblia. ¡El renuevo testamento! Para nuevos ingenuos, para el pecado romántico y malentendido. ¡Rezar, camaradas! Todo vendrá cuando me vaya. ¡Libertad donde no la encontremos! Rituales para una nueva y concreta libertad. Infelicidad para alegrarnos. Pecados para dedicar nuestra vida. ¡Basta de revolución, solo debemos disminuir culpas, y cambiaremos el país! ¡Más estómagos, menos almas! Menos política y más muertes. He dejado mis manos en manos del diablo, y sabrá él que debo retratarlo viril y apuesto antes de que más novias en la tierra le rechacen un encuentro en un bar. ¡El diablo! Reclamémosle su encanto. Lamentablemente, el Diablo es un fantasma creado por Dios para pagar menos impuesto a las ganancias. ¿El diablo o Dios? Estimo que cualquier elección nos hará caer en el Dios disfrazado. Y yo me creía rescatado en el infierno. No podré salir del cielo, no podré escapar de su violación. ¡Dios, no me mientas, porque te haré la vida o la muerte imposible! Aún no sé si me preocuparé estando muerto o si me retorcijaré en los encantos de las malas decisiones. El cielo me espera y yo sólo espero reencontrarme con quien me escupió hacia el vientre de mi madre: para robarle la novia. Yo no le pido al daCC el alivio que no he ganado, le pido temor y piedad para permitirme el acceso a una tragedia donde pueda ganarme mi alivio. Me burlo de mis cadenas para replegarme en mi mismo hallándome en una reduplicación dialéctica y acústica; y lo he hecho solo para inventar mejor.

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Estoy tratando de entender tantas cosas que no podré en vida entender lo más simple. Juro que tuve intentos de sabotear mi cerebro para que sintetice, pero todos fueron fallidos. ¿Qué más puedo hacer para que mi cuerpo se entere de que hay algo que vale la pena? Si termino odiándome será sólo porque no encuentro la paz. No hay mucho en la paz que me pueda dar una resignación. La muy perversa aún continúa diciéndome que está muy cerca, aún más cuando me alejo buscándola. ¡Y tantas mañanas despertaré con la percepción de que mis sueños fueron recuerdos del día anterior! Cuánta decepción en mis memorias. Cuánta mentira en el despertador. Algún militar dijo que una siesta es un despertar a un nuevo día (o algo parecido). Yo temo tener que despertar una vez más en el día. ¡Yo le tengo miedo a la renovación del sol! Le tengo miedo a un nuevo quiebre en el cielo. No quiero otro color arriba. No quiero que Dios me delimite más matices en su cielo. Qué cansado estoy, es de noche y se supone que debo estar durmiendo o, como decía Francisco, pintando. Y sólo estoy escribiendo idioteces. Vergüenza tendría que darme (no hablé de la crisis del 29). Soy el mudo preocupado. Soy el hombre de las tinieblas. Soy un caracol distraído. Soy un invento de mi propia mediocridad y mi futuro. Terminen conmigo antes de que yo termine con sus hijos. ¡Mi vientre!, puede todavía nacer alguien de allí. Yo me creo un genio difícil de reemplazar; y no es porque me crea mejor que el pasado, sino sólo porque no le tengo confianza al futuro. Yo no desestimo a mis nietos, sólo menosprecio la educación. Prefiero influenciar para ser recordado que para educar e influenciar. Por tanto, no me repitan, admírenme y olvídenme. Mueran en el mismo mundo que recuerda sus analfabetismos. No quiero cambiar el mundo, sólo quiero impulsarlos en una conquista amorosa con el más difícil de los cuerpos de colegio más protagónicos y pedantes, sin excusas, de todas sus más recordadas y menos tapadas dudas alcohólicas. Si tu mujer te es infiel, ¿cómo definirías tú la relación que mantengas luego con tu futura amante? Precisamente, si te fueron infieles y se arrepintieron, y luego tú te acuestas con otra mujer,

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¿considerarías eso una infidelidad? ¿O por el grado de revancha o imitación el encuentro sexual con otra mujer lo considerarías una deuda? La revancha y la imitación tienden a arrebatar el arrepentimiento de toda infidelidad. Parece ser la excusa inesperada y precisa para librarse, o la excusa ocasionada y persuadida para no aburrirse. Parece ser que la infidelidad está en el primero que falla, lo que le sigue a ella es una posibilidad de perdón irreprochable o un escape sin castigo. A veces es más fácil buscar el infiel antes de ser uno a escondidas. ¿Dónde comienza el comodín de la infidelidad? El roce de un labio; el olor de una saliva; la ineficiencia del desahogo. ¿Cuándo amas más a tu mujer: cuando le perdonas una infidelidad o cuando la dejas por ella? Si sumamos amor ante esta pregunta, quiero decir que si percibimos mucho amor para perdonarla y luego aún mucho más para alejarse, y luego más amor y más dudas y falta de conclusión terminaremos por no elegir más que un suicidio sin decisión que terminaría perdonando o repudiando la infidelidad inculcando la decisión a la infiel y regalándole a ella su más cercana, próxima y, tal vez, única y eficiente cortada de vena. El divorcio es aún más aberrante que el matrimonio. Yo detesto la infidelidad sólo porque no me alcanzan las conductas del seductor para resguardarme en una amante. La felicidad no debe ser un 7 de espadas ocasional y desprovisto. Mi placer no se transformará en una brisa que deba aprovechar. Cuánta mentira en la inconstancia conformista de la atención del disfrute. Él debe sofocarme para que me corresponda. En un mundo de revanchas y de poca originalidad, ¿cómo querrá Dios que la culpa continúe esparciendo educación y progreso? Si alguien en la sociedad nos da la espalda o nos traiciona parece que no hay imputación para la locura que devendrá del pecado que atacó e insultó el cuerpo de aquel mártir. Pero entendamos por último que serle infiel a una mujer horrible físicamente no es más que una rutina aceptada, reprimida y alardeada del infiel. ¿Y qué es ser horrible o feo? Es ser la parte de una conformidad, es la mejor elección limitada, es la mediocridad del que no se atreve a soportar una infidelidad; o es tan sólo lo que jamás se quiso como ilusión o sueño, pero que arrebató un acertado modo de subsistir insatisfecho, y por ende, permanentemente

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esperanzado y renovado. La mujer fea es una anécdota. Yo prefiero no ser infiel, masturbarme ante una ilusión, y mirar a mi mujer con lealtad en mi estómago y coherencia en mis palabras enfrente de mis hijos. Quiero educar una historia de amor; y si esto no se logra, quiero obligar varias represiones. Cualquier cosa antes que percibir desde los ojos de mi mujer el brillo de una culpa que explota de mis lágrimas en una cama reclinable y enferma, cuando sea ella, mi siempre compañera, quien mire mis párpados caer por última vez. A mi mujer jamás podré regalarle la luna, pero juró que mataría a todo ser vivo para que ella entienda que nadie podrá rechazar una negociación que me permita comprar aquella luz. Antes trataría de que no me pidiera romanticismos incapaces, tanto la persuadiría para su empirismo que le diría que la compra de un ramo de flores en el día de la primavera es una movida comercial con mucha falta de respeto a la ingenuidad del estúpido enamorado de su futura histérica y pronta pareja de alguien con más popularidad. Haría eso, juro que entraría en la estupidez del actor inteligente, que ante un simple y hermoso acto de cariño, como es la entrega de una flor, habla de política y mercado para distribuir un principio o una postura que cree que es heroica y revolucionaria, cuando sólo desnuda su incapacidad y limitación, su imitación de las primeras páginas sociológicas que vislumbran a los sinceros inteligentes sus próximos enemigos sin recursos o con demasiados de ellos.

Debo enamorarme pronto para no caer en los castigos del depresivo; antes entenderé que ningún enfermo está ocultando algo que lo deprime, es el daCC quien nos lo oscurece. Yo comúnmente tengo miedo de perder cosas, y es sólo un temor por acostumbramiento. Tengo una terrible necesidad de saber y, lo que es aún peor, de recordar. Uso los depósitos de almacenamientos para retener las ideas que luego escribo o pinto. Soy un hombre distraído y no lo soy porque tengo ideas sexuales, sino porque tengo ideas aún peores que las denominadas por un terrestre. Cuando tengo una impresión sexual, un cuerpo que no deja de retumbar mi acústica,

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que me irrita y desespera, me alejo de mi alrededor para masturbarme. Es un método práctico más que eficiente. Es una obsesión puramente hormonal y desaparece como lo hace cualquier acústica, por cansancio estomacal. Masturbarse se convierte en la conducta menos sacrificada de todas, y sin embargo calma. Pero como nuestra otra parte del pacto se ve estafada, nos tira este tipo de obsesión durante las porciones del día en que no podemos ocultarnos del resto. Se divierte cuando busco un recobijo indecente. Una mujer no es lo mejor que un hombre puede tener, es solo indispensable; y eso la hace cruel. No tengo más motivos para sonreír, sin embargo, me compadezco de los que lo hacen. Trato de envejecer con un futuro enriquecido, pero sólo encuentro recuerdos en mis ideas. ¿Por qué mi futuro se parece tanto a mi niñez? ¿Por qué pienso que mañana estaré ansiando lo que hoy no le presto atención? Mi futuro no me traerá más que histeria. Todos los ancianos son histéricos que no tienen tiempo para repudiar su estado de histeria. La meta del hombre está en su juventud, no en su vejez, porque es allí donde podrá repudiar e ignorar la histeria antes de que caiga inevitablemente en ella. Hoy creo que todo recuerdo es una histeria y no puedo parar de recordar. ¡Mátenme! Soy lo que nunca quise ser y, lo que es aún peor, estoy arrepentido de lo que aprendí. Detestaría que alguien me inventara, pero detestaría más que otro me ignorara. Prefiero la mal interpretación que la falta de interés. Yo sé que jamás verán mi realidad, sé que soy oscuro, pero pido sólo que se compadezcan de mí cuando desvirtúen lo que mi estómago quiso modular. ¡Qué poco soy!, y soy mucho más que otros. ¿Con quién debo compararme para morir con dignidad? Si todos somos iguales, en cuanto odie a uno y ame a otro, me volveré loco y no sabré como fallecer. No estoy de acuerdo con la igualdad, mucho menos con la desigualdad, sólo quiero ser el único distinto para que cuando ame a aquel y odie al de allá, la contradicción que contraiga esas pasiones sea aceptada por mí con la excusa de que todo vale la pena en mi cerebro porque soy diferente al mundo y sus restos. ¡Qué viejo estoy!, ahora me dejarán volver a América y moriré en la fortuna para que nadie me perdone. Si tan sólo te hubieras suicidado, Charlie, hoy serías aún más grande. Cuando te

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entusiasmaste en el habla, hiciste cosas muy malas. Cuando yo me pongo a parlotear, revelo mis limitaciones y mis secretos incapaces. Seamos mudos en una sopa de ganso. Tengo un déficit funcional en el lóbulo frontal que no logra imponer un freno lógico y racional que silencie los impulsos procedentes de los ganglios basales. ¡Por Dios, qué terrible estupidez! ¡Soy un enfermo! Sólo basta con una palabra. Los obsesivos tenemos que saber más que los doctores, y les pido a estos últimos que no nos discriminen con palabrerías universitarias o de congreso. ¡Yo me divertiría mucho en un congreso! Lo mejor en una escena son los segundos previos a que algo importante o tan sólo impactante suceda. Entonces, por qué molestarse en pensar ese acontecimiento importante si tan sólo con crear una previa que inquiete o haga suponer el impacto es suficiente. Tal vez hasta la misma decepción por no ver ese acontecimiento sea aún mejor. Supongamos que llamemos a una película “Decepciones”, pero que no sean los personajes quienes se decepcionen entre ellos, sino que solo las escenas decepcionen al espectador, constantemente. Estoy pidiendo eliminar el sujeto y recategorizar el acto de decepción elocuente y antiactoral. ¿Y qué le digo a un nuevo amor? ¿Y qué le digo a Dios cuando me pregunte por qué he dejado de creer en él? Y cómo le explico a Gregorio que mi monstruosidad es aún más deseada que mi torpe cuerpo decente. Me interesa vivir lo que escribo, y no es porque crea que eso me convierta en un mejor escritor, sino sólo porque me da, precisamente, vida. Me divierto, a pesar de que todo sea una tragedia. Y me divertiré aún más cuando el mundo se aburra de leer melancolías y depresiones de los demás. Qué terrible perversión tienen los egoístas, que tenemos todos. El científico ha terminado por enamorarse de su monstruo, y tanto es su amor que aún no ha dejado que salga de él. Tendrá que matarlos a los dos juntos, de otra forma el mal no se extirpará. No hay mal que se asesine sin matar al bien. Entendamos que conviviremos con ambos o todos moriremos. Si sólo en nuestro tiempo hubiera un espacio más amplio entre lo creado y lo jamás pensado, fracasaría con decencia. Ese

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espacio pretendo recorrer hasta el final, pero ruego que no sea corto, porque habré entonces, de todas formas, descubierto algo poco oculto. Lamentablemente, tengo la cabeza para vislumbrar lo más oculto, pero creo que hoy todo está desnudo y a plena disposición de aun los más idiotas. Entonces, ¿Cómo puedo yo engañarlos a ustedes sino siendo un superhéroe? ¿Nunca han deseado tanto ser un superhéroe, para luego darse cuenta de que sólo lo deseaban cuando una chica no les era correspondida? Soy el hombre más patético del mundo, estoy escribiendo sobre mí, mis escritos son sobre mí, carezco de imaginación para inventar un personaje, no me proveo de los demás fracasos para escribir una desgracia, no tengo un mínimo de originalidad y pinto mis pasos como si mi vida fuera digna de contar. No tengo nada en mi cerebro que pueda dibujar una historia ocurrente y, mucho menos, un relato inexistente. Cuán mediocre es mi única percepción, si ella solo recae en mis huesos y mis pocas maneras de ver el mundo. Menosprécienme cuando se den cuenta de que sólo estoy copiando el relato que Dios escribió meses antes de mi nacimiento. O varios siglos antes..., no sé cuándo el Señor se dignó a manchar mi vida. Sólo uno mismo debe verse horripilantemente desnudo y perverso, grotesco y asqueroso. Si alguna vez dejan ver su decadencia y su asquerosa repugnancia por una mujer, les aseguro que estarán allí enamorados y que pronto estarán solos.

Dentro de las conductas impuras correctivas completas, purgadas y del seductor se juega un caso excepcional de los cupos de uso para cada una de ellas; y en todas las conductas impuras se corren los riesgos del perezoso y el burlón. Describiremos aquí las consideraciones de ambas limitaciones: Las 3 conductas impuras excepcionales mencionadas cumplen con una cantidad de incidencias diarias para no abusar de las piedades DACC. Este grupo le permite al enfermo crear conductas para remediar o cancelar las fallas en las conductas puras, pero el paciente no debe abusar de la buena voluntad del DACC excediéndose en el uso de estos parches. Por esto, en el pliego del DACC y el enfermo sobre las creaciones y usos

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de las conductas no adaptadas impuras figura el cupo de acciones inapropiadas que se pueden excusar con las conductas que juegan como remediaciones de las puras; y funcionan para evitar que en el efecto midáxico el paciente tome confianza en el uso exagerado de las impuras el Midax altera comúnmente el contenido de las conductas, pero no el cupo; sin embargo, con una buena incidencia de los desechos midáxicos se pueden llegar a pactar con el DACC el incremento de los usos semanalmente. El cuadro siguiente muestra cuántas veces por semana se puede aprovechar cada una de estas conductas impuras.

Cuadro de cupos de utilización de las conductas Impuras Conductas impuras

Cupo de uso

La del borracho: 1 vez por semana; se realiza antes de la primera orina del día siguiente al comienzo de las conductas inapropiadas. La del enfermo: 2 veces al año. Correctivas completas La subconducta patrónica: 5 veces por semana.

No se puede reemplazar más de una conducta pura Purgadas o analistas por otra purgada en menos de dos semanas.

Del seductor

16 veces por semana; se realiza la conducta impura de acuerdo con la exigencia del DACC.

Comentarios En dos semanas el paciente puede reemplazar una conducta pura por una purgada; lo que puede estimar la cantidad de semanas que se necesitan para curarse en caso de pactarse el reemplazo por falta de relación del enfermo, con la cantidad de conductas puras que cumple.

Todas las fallas de una conducta del seductor que se pacten en el ámbito laboral, estudiantil o deportivo se tomarán como un solo uso por día en cada actividad.

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Bono anual por objetivos cumplidos: GxC La gestión por compromiso no representa una conducta no adaptada pura o impura, sino que significa la evaluación que El DACC hace de mis pactos y mis cumplimientos. Esta calificación premia la excelencia de mi locura. Cada primero de enero, diagramo junto con la aceptación del DACC una serie de objetivos por cumplir para obtener un incentivo o bono anual. Los resultados son presentados todos los 25 de diciembre, y la gratificación al respecto comienza a partir de la formación del GxC del siguiente año. Describiré a continuación el detalle de los objetivos estipulados a los 25 años de edad:

1. Gestión integral de las conductas no adaptadas impuras

Función o proyecto nuevo

Informar diariamente el uso de todas las conductas impuras.

Grupos de interés relacionados

Descripción Sobre el avance de las conductas impuras, realizar un seguimiento de ellas que me prohíba utilizarlas más de un total de 300 veces entre todas ellas Conductas no durante el año. adaptadas.

2. Gestión integral de los depósitos de almacenamientos

Función o proyecto nuevo

Grupos de interés relacionados

Descripción Sobre el avance de los depósitos de almacenamiento, realizar un seguimiento de las bolas negras étalon y de las conductas no adaptadas que Informar semanalmente el uso de me prohíba utilizarlas más de un total los depósitos de almacenamiento de 250 veces entre todas ellas durante Conductas adaptados y no adaptados. el año. pactadas.

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3. Prestación del servicio de la normativa DACC

Función o proyecto nuevo

Descripción Considerar, por semana, un término como una nueva cortada, que tenga por lo menos dos letras, y respetarla dentro de las prohibiciones y sanciones de la normativa DACC. Pasada la semana, una cortada se reemplaza por otra. Considerar un Informar semanalmente una nuevo espacio naranja por todo el nueva cortada y un nuevo año, y respetarlo dentro de las espacio de naranja para todo el sanciones del ojo: animal, números, año. esculturas, etc.

Grupos de interés relacionados

Conductas no adaptadas de la normativa y de los ojos DACC: Cortadas y espacios naranjas.

4. Prestación del servicio de las sanciones del ojo DACC

Función o proyecto nuevo

Descripción

Realizar un seguimiento de todas las cancelaciones diarias Informar diariamente el uso de las del no pestañeo que me prohíba cancelaciones de las conductas del utilizarlas más de un total de 30 no pestañeo. veces por día.

Grupos de interés relacionados Conductas no adaptadas de las sanciones del ojo DACC.

5. Reunión entretenida con personas.

Función o proyecto nuevo

Revisar el cumplimiento de todas las conductas no adaptadas puras

Grupos de interés relacionados

Descripción Realizar 12 reuniones anuales con más de 3 acompañantes, fuera de cualquier ámbito obligado trabajo, estudio, etc., y cumplir, durante toda la reunión (hasta que queden 2 acompañantes), con todas Conductas no las conductas no adaptadas puras sin adaptadas intervención de las impuras. puras.

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Por cada objetivo cumplido el DACC premia al enfermo con una calma en todas las conductas no adaptadas. Junto con la diagramación del compromiso se pactan los bonos que recibirá el enfermo. En este último GxC, El DACC me premió de la siguiente manera: 1. Compromiso cumplido: me permitió realizar la cantidad de veces que necesite cualquier conducta impura durante 9 meses. 2. Compromiso cumplido: me permitió ignorar las cancelaciones de las conductas no adaptadas no molestas en los depósitos de almacenamiento siempre que retenga el cartel guía por tres días seguidos. 3. Compromiso cumplido: Me permitió eliminar 3 cortadas de las conductas prohibitivas de la normativa DACC; y un espacio naranja. 4. Compromiso cumplido: me permitió evitar la cancelación de un pestañeo prohibido, de cualquier clase, 10 veces por día. 5. Compromiso cumplido: me permitió desligarme totalmente de todas las conductas no adaptadas sin sufrir ninguna sanción durante 12 reuniones con 3 ó más amigos.

Condición inmutable por la excusa del depresivo Esta condición se refiere a la audacia del DACC para evitar que el enfermo se desligue de las conductas pactadas bajo el encierro de su aposento, y pertenecerá a las perezas del burlón. El DACC obliga al paciente a conseguir un trabajo, antes de los 21 años, que dure por lo menos 6 meses, con un aceptado intervalo de ocio de otros 6 meses, y luego de vuelta al trabajo. En aquel intervalo intima al enfermo a que se dedique al estudio, haciendo algún curso que le agrade. Mirar dos películas enteras por semana y leer un libro, de por lo menos 180 páginas, por quincena. Le exige tener más de 3 amigos y mantenerlos; a que no esté sin una novia más de 3 años, a partir de los 21 años, y que la relación, luego conseguida, dure por lo menos 1 año: Método de enamoramiento DACC: te obliga a tener una novia, para cumplir con las sacrificios puros y del seductor en plena actividad si no vas con una prostituta una vez por semana y listo ; te regala continuidad con una mujer en la cama; y cuando uno se cansa de acostarse con todo tipo de conductas y sacrificios para evitar fallas y tragedias, tiene que decirle a la mujer que la ama sexo en paz; sin impurezas en las conductas. A partir del enamoramiento, sea sincero o no, el enfermo se excusa de cualquier

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conducta inaceptada en la cama. Recuerdo que en un GxC pacté la inutilización total de la conducta del seductor para los actos sexuales; estuve un año sin acostarme con una mujer; cumplí el objetivo, y el bono para el año que le siguió consistió en tener sexo en paz con cualquier mujer idiota o inteligente durante los 12 meses. Podrán imaginarse que me desquite hasta con la más fea. Evité por dos años a una novia, y El DACC no pudo enamorarme. Con estas mínimas condiciones sociales, El DACC se garantiza la actividad del obsesivo y deforma al depresivo aprovechador que aparentando insania y se adormece en su leonera para evitar encontrarse con variedades y patrones que lo sumerjan en pactos, conductas y cancelaciones que no se atreve a afrontar. ¿De qué vale un sacrificio si vivimos evitándolo? ¿Qué mérito tendrán? El perezoso y el burlón Con respecto al Perezoso y al burlón, diremos que corresponden a las actitudes del enfermo con relación a la piedad del DACC. En todas las conductas impuras, el enfermo corre el riesgo, especialmente dentro del efecto midáxico, de pecar de perezoso; es decir, de utilizar una conducta impura por la mera inconstancia ventajosa de su comodidad. Abusar de las conductas impuras sin imposibilidad, olvidos y desconocimientos sinceros, o sin situaciones seductoras, significa una pereza que intenta burlar al DACC con estómagos y cerebros mentirosamente inválidos. Esto ocurre mucho dentro del efecto midáxico, pues el paciente advierte su audacia y provecho sin importarle que El DACC, como miembro de su sentir, perciba el engaño. Representa uno de los engaños midáxicos, porque luego de la burla, el paciente se arrepiente de la deshonra y duplica las conductas impuras para remediar las fallas por perezoso y burlón. Aquí aparece el último caso de conductas no adaptadas: “La conducta del perezoso y el burlón”. Consiste en duplicar aquello que por desinterés y vagancia el paciente no realizó en situaciones propicias y dentro de su estado normal (no confundirse con las conductas del borracho que son pactadas en casos excepcionales dentro de una situación); cuando no es sincero, me refiero a que es perezoso y burlesco; y estas cualidades no se admiten por El

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DACC; por tanto no se pactan. Entendemos que para intentar evitar esta conducta, se creó el uso de los cupos. Consideraciones necesarias del tiempo de resolución de las conductas no adaptadas Como habrán visto en la realización de las conductas puras e impuras y en el uso de sus cupos, varios tiempos de resolución se ven determinados entre la medianoche y la primera orina del día que corre. Pero, ¿qué significa medianoche y primera orina del día? Medianoche significa a partir de las cero horas del día; pero, ¿de dónde sé yo que ya han pasado las doce? Puedo tener el reloj adelantado, o cualquier reloj está adelantado, o cualquier hora no existe, tampoco el presente, ni el tiempo, y todo eso que se habla sobre la vejez. Utilizar mi reloj como indicio de una hora precisa sería algo peligroso, pues si se le acabaran las pilas y luego las repusiera, seguramente, no acertaría la posición de las agujas para saber con exactitud que se cumplieron 24 horas luego de las cero del día anterior. Sin embargo o entonces (repetiré a mi antojo cualquier conector), yo considero un día distinto a otro no cuando se terminan las 24 horas de un día, sino desde la primera aparición, me de cuenta a la medianoche en punto o no, de un reloj que marque, con exactitud horaria si es que existe o sin ella, las cero horas hasta la segunda que marque las cero de vuelta demás está decir que no vale mover las agujas de un reloj para que sean las cero a plena luz del día. A partir de que el reloj llamaremos a estos dos relojes “relojes patrón” marque las cero, estamos viviendo un nuevo día; y comienza el día siguiente a partir de las cero horas próximas. Pero ocurre aquí algo que, verdaderamente, no aprecio: todas las conductas que resguardan o excusan el error de una conducta o cancelación pura tienen la característica de no poder verse repetidas en un mismo día para una misma tragedia o falla; por tanto yo debo realizar una conducta impura después de las cero horas y generar otra igual, es decir que remedie las mismas clases de conductas en falta, al día siguiente en las impuras que son diarias; pero jamás se debe cancelar dos veces correctamente en un mismo día una misma conducta inapropiada, a menos por la duplicación de los castigos del perezoso arrepentido . Entonces, si al cumplir las cero de un día, yo me excuso de

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mis errores, próximos o anteriores, o realizo un rezo tengo que entender que en el tiempo entre las cero horas y la finalización de la conducta que me resguarda o refuerza estoy desprotegido; y mucho peor lo estoy si genero la protección a la 1 de la madrugada o a las 2 estaría así invalido por una o dos horas. Ante esto, se me ocurrió un pacto que consistió en crear un período de preparación en el que se considere un día terminado cuando tengo mi primera orina luego de las cero horas del siguiente día; pero dentro de este período, entre las cero y la primera orina, el paciente es resguardado por el DACC de los castigos por las fallas aun cuando no haya realizado las excusas que cancelen los errores. Sólo será castigado el paciente si luego de la orina no generó los resguardos. Entonces, entre las cero horas del primer reloj patrón y la primera orina de ese día, tengo tiempo para realizar las conductas impuras y puras que se exijan. Quiere decir que el día termina a partir de la primera orina, pero a las cero horas ya comenzó el día siguiente. Aparece una unión entre un día y su próximo; y desde el momento en que se generan las conductas no adaptadas que se ubican en este tiempo de resolución, empieza su período de protección y resguardo del día siguiente, que tendrá su valor sincero pasada la primera orina pues si se realizara la conducta impura después de las cero horas pero antes de la primera orina, el paciente estaría resguardado tanto por las conductas impuras como por la conducta del período de preparación y hasta la primera orina luego de la aparición de las siguientes cero horas en el próximo reloj patrón; o hasta que, en el período de preparación siguiente, realice la misma conducta que resguarda o refuerza la relación DACC generalizada rezo o no. Entonces, entendamos que un día se considera terminado desde la primera orina pasadas las doce horas de ese día, pero no se toma ese período como un sector sin resguardos ni refuerzos. Así, el día se extiende o se acorta para la utilización de los cupos de las conductas impuras o para cualquier conducta determinada en días, semanas, meses o años, entendiendo que un día yo puedo orinar a las 3 de la mañana y al otro día hacerlo a las 6 de la mañana. Lo mismo sucede con la validez de resguardo y refuerzo de las conductas, pues si yo realizo un rezo a la una de la madrugada, este tiene validez no hasta cumplidas las 24 horas, sino hasta la primera orina del día siguiente. Con esto último, diremos que la consideración de un día se da desde la primera orina de un día hasta la primera orina pasadas las cero horas del reloj patrón primero del día siguiente o hasta el uso de la

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conducta pura en el período de preparación no es lo mismo la consideración de un día como siguiente que como distinto a otro; siguiente se refiere a las cero horas y distinto o igual, a la primera orina del siguiente día. Los días cumplen, en el período de preparación, con una atemporalidad que los transforma en días dobles con mismos pasos. El último día termina a la 26 horas (hago la conducta a las 2 de la madrugada) y comienza uno nuevo a las doce; parecería que tardaré en cumplir años. Pero, ¿cuándo significa que estoy orinando? ¿Quedo desprotegido cuando cae la primera gota o la última? ¿O cuando me subo el calzoncillo? ¿Y si no llevo calzoncillo? El día termina, por tanto debo realizar las conductas exigidas para proteger mi vida en las próximas horas cuando estoy parado donde yo considero será el lugar que retendrá mi orina, y largo la primera gota. A partir de esa gota, yo debo estar resguardado de las fallas en mis conductas; lo que quiere decir es que deberé prever las impuras o las puras y considerar la cantidad de uso de algunas impuras antes de la primera gota. Con “lugar que retendrá mi orina” quiero excusar de alguna gota que pueda apresurarse en mis calzoncillos o en la cama o en demás lugares donde yo no anuncio la acción directa de orinar. Lo peor que puede suceder es despertarse a las 5 de la mañana para orinar y tener que realizar antes todas las conductas exigidas y el conteo del uso de ellas. (En las conductas por borrachera y por imposibilidad, la realización de estas en los períodos de preparación saldan el error, de la conducta pura, anterior al resguardo; es decir que la conducta no protege al enfermo hasta la próxima primera orina, sino que cancela las fallas previas a la conducta desde el período de preparación posterior a la deshornar hasta el período de preparación previo a ella). Aclaración básica del uso de la conducta del seductor Dentro de la conducta del seductor nos encontramos con algunos inciertos que merecen ser aclarados. Los ámbitos más comunes en los que esta conducta se necesita suelen ser: laboral, estudiantil y deportivo. Diremos que en lo laboral, la conducta del seductor se realiza una vez por día, generalmente dentro del período de preparación, y resguarda todas las conductas inaceptables que aparecen desde que estamos físicamente en la zona laboral; pero solo remedia a una clase de sanción de las conductas

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inaceptables. Es decir, le permite al paciente elegir entre todas las conductas puras una relevante en su ámbito laboral para poder ignorarla en toda la jornada de trabajo. En los casos de oficina, yo elegiría la conducta pura de la normativa DACC escrita; pues me permitiría narrar los mails sin quebrar los términos de cada construcción. Con una sola conducta del seductor por día, resguardo todos los errores escritos en la jornada laboral. El DACC permite también la utilización de la conducta del seductor para todas las fallas de cualquier conducta pura en el trabajo; pero esto conllevaría otra conducta del seductor distinta a la de la escritura; por tanto, tendría utilizado el resguardo dos veces en el día esto es, esencialmente para en los casos de reuniones o entrevistas en el trabajo, pactar también el resguardo de la normativa DACC oral. Dentro de una estación de servicios, usaría la conducta oral, para el trato con los clientes, y otra corporal, para cargar nafta o hacer hamburguesas adecuadamente. Ahora, en el caso de los ámbitos estudiantiles aparece de la misma manera que en los laborales, como también sucede dentro de la práctica de algún deporte el resguardo tendría validez desde el comienzo del cotejo hasta el final del mismo; si se juegan varias partidos de fútbol en el mismo día, entre descansos de minutos u horas, una sola conducta del seductor resguardaría todos los partidos que se jueguen durante 7 horas; es decir que si juego un partido a las 2 de la tarde y otro a las 10 de la noche, medidos con los relojes patrón, tendría que realizar dos conductas del seductor para dos fallas distintas en un mismo día. Lo importante a saber es que en estos 3 ámbitos, una sola conducta del seductor por día para cada actividad cancela las innumerables sanciones de toda una conducta pura particular considerando que todas las sanciones pulmón son conductas puras distintas (pestañeo, normativa, corporal) que se acumulan en esos ámbitos durante todo el día, de una orina a otra. Si yo tuviera que dar dos exámenes en un mismo día, dentro de las 7 horas, con una conducta del seductor por cada tipo de conducta pura, remediaría las faltas en ambos exámenes. Pero, ¿cómo se considera el sexo en estas conductas? El sexo se refiere como un deporte con menos tiempo de resguardo; cumple con las excepciones de cualquier deporte con ciertas suposiciones DACC: el acto sexual es considerado por El DACC, es decir que la conducta del seductor comenzará a resguardar al obsesivo, cuando el DACC advierte que ambos amantes terminarán apareándose. Esta advertencia puede aparecer por un

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beso, un abrazo, un franeleo; por manoteos en las partes erógenas de ambos actores, y demás. El DACC podrá percibir el inicio del acto con mayor facilidad, si la pareja ya se conoce desde hace tiempo; cuando la timidez, la vergüenza o, aún peor, la histeria estén apartadas de la desilusión del enfermo. Para el DACC, la primera vez de cualquier de los amantes, le trae problemas para advertir el encuentro sexual. ¿Y hasta cuándo tiene validez el resguardo de la conducta del seductor? La validez expira cuando el paciente llega a tener dos orgasmos como máximo; cuando se percibe en el estómago el relajo que procede el clímax. En el momento en que las piernas se desploman luego del segundo orgasmo, el paciente queda desprotegido de las conductas del seductor del primero al segundo no debe pasar más de una hora. Si quisiera, en la plenitud de su actividad sexual, darle una vuelta más un tercer orgasmo ignorando una de las conductas puras (corporal), deberá realizar otra conducta del seductor dos en un día; para evitar la histeria. Digamos, por último, que si el enfermo también quisiera gritar sus orgasmos con plena libertad en las normativas DACC, deberá realizar una tercera conducta del seductor para resguardarse de las fallas cuando repita dentro de los números inutilizables la cortada ¡AH! Entonces, si uno trabajase 5 días a la semana y tuviese 4 exámenes en una semana y en distintos días, y jugase al fútbol 2 veces en dos días distintos, le quedaría resguardado 5 actos sexuales para toda la semana; a 2 orgasmos por acto, podría tener, en paz pero con conductas del seductor, 10 orgasmos por semana, ¿nada mal? Esto considerando El DACC el sexo como deporte; pero cuando, como dice Dios, “se hace el amor” aparece una excepción extraordinariamente perversa. El DACC le permite al obsesivo enamorado el incumplimiento de todas las conductas puras durante el inicio del acto de amor hasta el último orgasmo que quiera tener último orgasmo significa que pase un tiempo de una hora hasta otro nuevo; es decir, que durante toda esa hora entre lo que se considera último orgasmo y nuevo orgasmo, el paciente no está protegido por la piedad del DACC. De esta forma El DACC promueve el enamoramiento en los enfermos para que ellos puedan tener sexo en paz sin gastar conductas del seductor. ¿No se busca eso en el amor? Pero habrá que demostrarle al DACC que se ama a esa mujer; por mi parte tengo un pacto con él que consiste en que cuando yo le digo “te amo” a una mujer, es realmente entendido por el DACC como amor;

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pero El DACC me exige que al decirle “te amo” a una mujer jamás podré dejarla me aprisiona para no engañarlo. Como verán, decir “te amo” significa tener sexo en paz y pasar toda tu vida con esa mujer. ¿Fue una exageración nombrar a una mujer étalon sólo para acostarme con ella en paz? Conductas impuras-impuras Las conductas impuras-impuras son aquellos últimos actos que se utilizan para resguardar las fallas y los incumplimientos sinceros de las conductas impuras. Nos encontramos con tres clases de ellas: Los períodos de preparación: ya hemos vistos a estos en los tiempos de resolución por orina. Solo aclaremos que son considerados tantos como conductas impuras como impuras-impuras, pues juegan como resguardos del incumplimiento de una conducta pura rezo, como del cumplimiento de una impura preventiva. Los aseguradores: son la más pequeña de las síntesis y excusas de todas las conductas; se generan para el resguardo de una falla, ya sea por olvido o imposibilidad, de las conductas impuras. Actúan regularmente durante el período de preparación, y varían solo ante la aparición o creación de una nueva conducta impura; de lo contrario, su contenido es inmutable y automático. Sin embargo, su utilización rige la urgencia de sinceridad, es decir, que el paciente no puede ignorar una conducta impura sabiendo que con el asegurador cancelará la falta. Los aseguradores actúan para cancelar la falla de las conductas impuras con la total sinceridad de haber olvidado una conducta o haber sido imposibilitado de realizar una de ellas. Ellos no aseguran las perezas del enfermo. Ahora, en el caso de olvido o imposibilidad de una conducta impura, el paciente tiene un cupo restringido, como todas las conductas impuras, para utilizar sus aseguradores; agotado su uso no tendrá el castigo por pereza, sino que El DACC habilitará al enfermo los llamados “Adicional por agotamiento de los aseguradores”; son el uso inmesurado de los asegurados sinceros, hasta la renovación del contrato del cupo de ellos, pero con el castigo que consiste en que cada uso de un asegurador adicional corresponderá a una baja de puntos que se les restarán en la calificación de algún objetivo anual. En caso de desidia en el uso de los adicionales, es decir, de descontar todos

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los puntos posibles en los objetivos anuales y superarlos, se le irán multiplicando las metas para el año próximo sin bono: tendrán que cumplir con objetivos anuales adicionales al GxC, sin beneficios, y cada adicional incumplido cancelará la puntuación de los que sí le otorgan bonos en la evaluación. Llegará un tiempo, en la recuperación total del paciente, en que todas las conductas se sinteticen como conductas purgadas y por último, como caso milagroso, estas sean devoradas por los aseguradores. En este precioso momento, los aseguradores se transformaran, por negligencia de todas las conductas anteriores, en respaldos aún para las sanciones por pereza. Es decir, no solo aceptarán los casos de imposibilidad y olvido sin cupo de uso, sino que también la cura del enfermo los convertirá en cómplices de los perezosos. Los Comodines: Estas conductas aparecen dentro de lo que llamamos “Suposiciones DACC”. Sus funciones son determinadas por las variables de las conductas puras situacionales, y creo que merecen un ejemplo urgente. Supongamos que realizo siempre antes de entrar a mi casa una conducta situacionales para evitar la desgracia de que me roben en la puerta. Ahora, ¿a partir de cuándo debo realizar la conducta situacionales? Sabemos bien que toda conducta situacional se genera cuando sabemos que se nos aparece la acción y en el lugar que mereció nuestro temor a la tragedia. Es decir, en el caso de subir a un avión, debo realizar la conducta cuando estoy arriba del avión antes de que se escuche el motor o la turbina o lo que sea que se encienda primero; en el caso de entrar a mi casa, debo realizarla cuando estoy enfrente de la puerta. Pero en este último caso aparece una duda: la entrada de mi casa tenía unas escaleras que me llevaba a la puerta. Entonces, ¿cuándo debo hacer la conducta para estar protegido de que me roben en la puerta de mi casa? Claramente debería realizarla antes de subir las escaleras. Pues si la realizo cuando estoy ubicando la llave en la puerta habría estado desprotegido durante el trayecto desde la escalera y hacia la puerta; pero realizarla antes de poner mi primer paso en la escalera no me protege del robo antes de mover ese pie. Entonces la realizo antes de mover los pies; sin embargo, no estaría resguardado antes de frenar enfrente de los peldaños. Entonces ¿cuándo debo empezar con la conducta considerando el espacio correspondiente a la entrada de mi casa? Es decir que generar la conducta la cuadra anterior a mi casa no me protegería de nada, pues las conductas situacionales se consideran protectoras dentro del espacio y

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tiempo de la acción de riesgo: entrar a la casa. ¿Cuándo se considera entrar a la casa? Y siempre habrá segundos previos a la conducta que podrán considerarse dentro del espacio correspondiente y serían segundo sin resguardo. En el caso del avión, si la conducta la realizo antes de que se prenda el motor o la turbina o lo que sea, ¿qué me garantiza que al avión, sin despegar, se le quiebren las ruedas y se vaya al suelo? Aquí nos encontramos con la utilización del Comodín: esta conducta se puede realizar durante todo un día antes de la conducta situacional y queda inhabilitada para su uso una hora antes de la conducta situacional con los relojes patrón. Consiste en un pacto con el DACC que firme la eliminación de la tragedia desde el espacio y tiempo de la conducta situacional hasta la realización de esta conducta. Es decir, que si yo genero la conducta situacional al sacar mis llaves después de haber subido las escaleras, ese momento en los peldaños se resguarda por la conducta comodín; pues con este uso el DACC supone que la conducta situacional se realizará aunque se haga un segundo antes de haber entrado a la casa fin del episodio en riesgo. Ahora, ¿qué ocurre cuando debemos determinar el fin del episodio en riesgo? Es decir, ¿cuándo termina el riesgo del robo y, por tanto, hasta cuándo tengo tiempo para realizar la conducta situacional? Pues si suponemos que mi puerta es blindada y con El DACC determinamos que tengo tiempo para resguardarme del riesgo hasta que cierro la puerta, ¿cómo me robarán en la puerta de mi casa en ese momento que estoy entrando? Podría, a lo sumo, el ladrón tocar la puerta y yo abrirle y dejar que me roben. Sabiendo muy bien que las conductas situacionales son solo para cubrirse ante una tragedia en el momento y lugar situacional, es decir, que no permanece el resguardo para el día siguiente, ¿de qué me serviría realizar la conducta luego de estar a salvo? El DACC no me castiga al día siguiente por no realizar la conducta en la situación de hoy, pues mañana me cubriré con ella. Entonces, lo que sucede es que El DACC, con su carácter de inventor y precursor de patrones, supone que la conducta situacional no se realizará y nos pone a un ladrón delante de la puerta; lo que me llevaría a preguntarle por qué me dio la tragedia si yo aún tengo tiempo para realizar la conducta situacional. Entonces ante este miedo de no realizar la conducta por alguna razón y entendiendo que El DACC supone la deshonra, lo que me haría caer en la desgracia sin poder evitarlo pues la tragedia aparece antes de que termine mi tiempo para resguardarme, y no sabré cuándo realizar la

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conducta y mucho menos podré quejarme , se realiza la conducta dentro de la situación o en el período de preparación excusando la acción previa con suma constancia para no demostrar deshonra al DACC, que presuponga un incumplimiento en las próximas situaciones anunciadas.

Castigos en los incumplimientos de las conductas no adaptadas Las conductas son castigadas cuando surgen cuatro incumplimientos completos: agotamiento de los aseguradores, inconsciencia en la necesidad de aseguradores, desidias en los depósitos de almacenamientos y las perezas del enfermo. Con respecto al agotamiento de los aseguradores, nos hemos referido anteriormente que con el uso de los adicionales el castigo corresponde una baja calificación en el GxC por cada aparición. La inconsciencia en la necesidad de asegurados, concierne en no conocer la falta de alguna conducta pura o impura y por esto no usar las impuras y los asegurados para cancelar el incumplimiento. El paciente jamás sabrá que se olvidó de realizar una conducta impura (o pura) y por esto no cree necesario la intervención de un asegurador (o C. Impura) para remediar el error. Aquí el paciente estaría en falta con respecto a la conducta pura no cancelada y no excusada por una impura; No habrá cancelado o excusado o asegurado lo que merecían algunas o las tres instancias participativas en las oportunidades de cancelación. Esto llevaría al DACC a evaluar cuál tragedia les correspondería de acuerdo con la bola negra étalon, generalizada o no, que se pactó o se debió pactar y cumplir con los resultados de la operativa. Y digo que el DACC evaluaría porque ante un descuido inocente del paciente, puede tener cierta misericordia con el obsesivo. Luego tenemos las incompetencias de los depósitos de almacenamiento; sabemos que los aseguradores resguardan solo la falta del semáforo, el cartel guía y los 17 segundos, pero no protege al paciente ante una falla mnémica de estas tres alarmas. Es decir, si no se recuerda qué pactar, la angustia directa vuelve de los contendores de las bolas étalon pactadas. Veremos en los engaños midáxicos cómo actúa el obsesivo ante esta falla, pero El DACC, hasta que no pacte la resolución por comparación o asociación, podrá castigar al paciente de la manera que considere suficiente. El último incumplimiento completo pertenece a la pereza y la burla del enfermo:

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simplemente, no realizar un pacto o una conducta, en estado mental y física normal, por capricho, desinterés, cansancio o parodia. No cancelar una conducta inapropiada que no merece una conducta impura; no realizar una conducta impura por pereza o burla que debe intervenir para evitar la tragedia; no asegurar, por capricho, burla o pereza una conducta impura que merece un asegurador o un arrepentimiento la conducta del perezoso y el burlón. Cuando me refiero a la pereza del enfermo estoy intentando decir que el enfermo ignora el cumplimiento del acuerdo con El DACC sin antes pactar con él la permisión de su rebeldía o infracción. Esta infracción no hace otra cosa más que generar en la vida del enfermo las tragedias que estaba intentando, hasta el momento de la pereza, evitar. Si el obsesivo no duplica su falla conducta del perezoso y burlón, el castigo será ineludible, pues no habrá conductas impuras que lo resguarden por su falta de sinceridad en las fallas. Aquí aparece la importancia del arrepentimiento; si el paciente no se arrepintiese, no cancelaría sus incumplimientos por pereza o burla; y ninguna conducta lo cubriría de la desgracia. Ahora, dentro de los castigos por pereza o burla aparecen ciertas categorías que determinan las clases de desgracias o de duplicaciones en caso de arrepentimiento. Las conductas puras y las del depresivo son de categoría A; las impuras, B; y las impuras-impuras y el TIT son de categoría C. Las fallas de una conducta A, verán duplicado su cumplimiento durante cuatro días; las de una conducta B, durante 3 días; y las de las conductas en la categoría C lo harán solo el día de arrepentimiento.

Y cuando muera, querré un mar de bienestares dispuestos a histeriquiarme, pero con la seguridad de que terminarán dejándome nadar en ellos. Quiero uno de esos tantos muertos que no sirvieron para que limpien mi castillo, quiero a esa mujer que me menospreció, rogándome en todos sus infiernos que le sea fiel. Quiero morir todas las noches y renacer predicando ironías entre los más grandes idiotas muertos del cielo. Me tornaré un fantasma que sorprenderá a los que crean y a los que me inviten a comer el cuerpo del señor. Sin huesos tu cuerpo, señor, porque aún me gustan las

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entrañas jugosas. De ensalada, la mismísima histeria, burlona y egoísta. Mi mayordomo le tirará la sopa distraídamente. Se quemará las piernas para jamás poder abrirlas ante los que pensamos poco, pero más que el resto. Hoy manejo el destino de Dios con los dados que él mismo dibujó. Nunca puedo lograr que muera y retrocedo casilleros cuando me toca a mí decidir. Esa es la libertad que Dios nos da, nos hace creer poder decidir luego de ya haber escrito nuestra muerte. Señor, mi lapicera no funciona, ¿me dejará escribir mi obituario o eso lo hará Jesús, sin siquiera haberme hablado en una mañana melancólica? Tengo más propiedades que Dios y, sin embargo, estoy perdiendo el juego. Estoy angustiado en el panteón y el Señor ya sabe quién mato a quién en qué lugar. Algún día escribiré un juego de preguntas y respuesta, las cuales serán mentiras, para saber quién habla porque leyó o porque se la pasó jugando a juegos de mesa. En un juego hubo una pregunta que decía, “¿Qué país tiene la mayor cantidad de cristianos en el mundo?”, yo contesté, “Mi estómago, pero son todos mentirosos”. Qué juego “El Misterio”, qué lugar Punta Mogotes, qué farsa mi encanto por ellos, si tan solo fue mi familia quien me dio el corazón. Ese corazón que hoy le pide a gritos a mi estómago que deje de oscurecerlo. Ese estómago que no ha querido alma y ha vivido solo en los recobijos de la culpa. ¿Dónde estará la hermosa capacidad de querer pensar en algo que jamás podremos sentir? En resumen, ¿dónde estará la voluntad del cristiano? Enterrada está, en mis últimos intentos por salvar a mi madre, en mis últimos impulsos por curar el hígado lleno de cáncer y hormigas. El popeye de mi madre, su brazo hinchado hoy no deja de apretar mis vértebras cuando recuerdo un abrazo. Rómpelas, madre, que jamás sirvieron como respaldo. ¿Qué decir del Cáncer?, por Dios, el Cáncer es una presentación de amaneceres en el cielo de los pecadores arrepentidos. Jamás nadie debe arrepentirse del pecado, esa es la clave para evitar al Cáncer. Seremos asesinos, pero no arrepentidos. Así, jamás tendremos cáncer. Una cosa es pecar, y otra muy diferente es culparse del pecado. Violar a una hija no nos dará muerte, arrepentirnos de ello nos encerrará en el féretro. Si quiere

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matar, hágalo, pero no se culpe y jamás matará su cuerpo. El asesino ignorante morirá de viejo y vivirá sin arrepentimiento. Hoy anhelo ser viejo para poder decir que burle el pecado y que moriré por lo que Dios dio a llamar “naturaleza”. ¿Alguna vez se han preguntado por qué morimos de viejo y nacemos de niño? Habremos de ser más fácil de manipular desde el principio. Yo sólo esperé que mi madre o mi padre fueran lo suficientemente sólidos para moldear mi coraza, cuando yo no podía más que llorar. Hoy les agradezco el esfuerzo y la labor en mi vientre y en mi voluntad por evitar balbucear los sentimientos contradictorios de mi corazón menospreciado. He escrito tantos misterios que jamás terminarán de estudiarme, como dijo un irlandés. TOMI

Eres una mujer de unos 26 años, soltera, inteligente y recibida de la universidad de Letras; de pronto, casi mágicamente, tres jóvenes apuestos compiten para ganar tu cariño y una segunda cita. En la primera cita con cada uno ellos, te nombraron sus dos escritores favoritos. Ahora decides solo salir con uno de ellos, porque eres una mujer decente y comprometida, y evalúas tus citas de acuerdo con los escritores que sus intelectualismos te mencionaron. El primer candidato te nombró a Rimbaud y Artaud; el segundo, a Joyce y Wilde; y el tercero recalcó a Kierkegaard y Marqués de Sade. ¿Cuál de estos tres candidatos elegirías? A la mayoría que le pregunté esto me dijo que solo conocía al Marqués de Sade; otros también conocían a Oscar Wilde. Muchas eligieron a Joyce y Wilde, pero sólo porque son los más fáciles de pronunciar. Algunas optaron por Arthur y Antonin, pero con sus fonemas. En conclusión el 70% de las mujeres encuestadas dijeron Joyce y Wilde; el 18%, Rimbaud y Artaud; y el 12%, Kierkegaard y Marqués de Sade.

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Quien realiza este tipo de encuesta es un rebelde que sólo intenta proclamar sus conocimientos inexactos e hipócritas de su falsa sabiduría. Es el martirologio de una región que se ha inventado y que cree ser parte por no ser nada. Nadie menciona a Kierkegaard sin antes medir que lo considerarán inteligente. El rebelde apartado de la estupidez es aún más estúpido que la manada de estúpidos que perciben en él cierta poesía abandonada. La mención de un nombre culto seguida de cierta ironía y perspicacia adelanta la apariencia del mediocre que no quiere fracasar. Esta clase de jóvenes son los revolucionarios sin contenidos. Mi distancia de ustedes hará que mi última maldad les despierte la rebelión que no tienen porque no pueden ser neuróticos sinceros. El artista que subsista sin amor será el mejor artista de la historia. Hoy el mundo no pide más que una frase de entre cuatro y siete letras para saturarnos de intelectuales ex-sinceros. Son hijos de viejos en féretros oradores. Yo soy el rebelde de lo rebelde. Estoy ubicado dentro de la real percepción de un genio en nuestros tiempos, y en la farsa desinflada espero que la civilización intelectual progrese de los próximos siglos. No puedo excusarme de ser un estúpido diciendo que lo soy. Puedo jurar que nunca tuve fe, pero, sin embargo, el miedo no ha dejado a mi estómago por años. ¿Y no es el miedo un requisito para la ofrenda? Le he dado a Dios más miedo que fe, y es por esto que hoy le oro por el perdón a mi arrepentimiento y me aterro por lo que la mano del monstruoso del cielo puede hacer con mi cuerpo incrédulo. La fe es el más importante sentimiento del corazón, pero yo no he dejado de hablar del estómago, y es La Culpa su más importante sentimiento. He tenido a mi estómago enfurecido por años, reprochándole a mi cerebro su falta de respeto, y no he querido nunca creer que pronto será mi hígado quien mate mi alma, quien reviente mi ombligo y triture mis vértebras. Ya no quiero salvar el mundo, ni siquiera creo poder salvarme a mí, y por esto no sigo loco. No creo haber practicado tantos pecados para haber llegado hasta aquí. Quiero uno de mis cuatro brazos, el Pisón, para creer que habrá delicias en lo que me queda del río. A través de mi velo le abriré el camino al Cáncer para que fornique conmigo y lo deje de hacer con mi madre. Confirmo mi negocio con La Culpa dándole mi calzado deportivo,

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con el que ayer hice mis dos últimos goles. Mi cordero ha quedado ciego y ya no tengo más rituales que ofrecer al daCC. ¿Puedo al menos con mi sangre arrebatar los pecados de otro? Me queda aún algo de bondad en mi hígado hurtado. Tengo puesta la peluca rubia de mi madre mientras veo una foto de mi padre junto a mis hermanos y a mí, intento recrear los últimos días de ella cuando su brazo hinchado y sus desechos comenzaban a ser perversos en mi estómago. Pretendo recrear su hígado en el mío y dejar la casa de mi familia amueblada y decorada para que mi marido sólo se dedique a criar a sus hijos en un hogar que fuera hermoso y que me recuerde. La maqueta del hígado de mi madre está intacta desde que aquella tarde en la escuela primaria la recreé para un trabajo de actividades prácticas. Ahora, ¿quién recreará mi hígado cuando se prepare para morir? Así como se continúan los apellidos, se continúan las maquetas de hígados muertos. Si alguien me nota desesperado, dejaré de escribir. Nunca he escrito con Cáncer, y presiento que no es la mejor manera de dar mensajes. Aún así, no les privaré de verme infectado y de que me culpen de haber llamado al Cáncer con la pedantería de los jóvenes burlones. Sólo espero que el Cáncer no pretenda verme con mi madre en una misma cama. El trato es dejarla en paz a ella, que ha evitado mi muerte por años, y violarme por el trasero a mí por otras décadas más. No voy a permitir que nos toquetee a los dos juntos, antes prefiero a Dios de frente y a Jesús por detrás de mí, mientras el sacerdote que mato a mi madre me canta: “Y vi una luz en mi camino, aleluya, a, a, a... que me decía ven a mí”. Perverso disfraz el de aquel sacerdote. Todo consistirá en el intercambio, en aquel intercambio que, irónicamente, nos ofrece el Cáncer. Llegará el día en que me sacrifique por mi madre. El Cáncer me tomará a mí en reemplazo de mi madre, y yo, sin poner resistencia, ofreceré mi orificio en sacrificio y derramaré mi sangre todas la veces que él me viole, como una ofrenda a mi culpa, viviré en el cielo o en el infierno sólo para complacer al Cáncer, y sin embargo aún no tengo fe, mi ofrenda es imperfecta y deberé saber cómo sacrificarme, no para la humanidad sino sólo para mi madre. Mi cáncer será, sin duda, la ofrenda perfecta, el sacrificio suficiente y leal, el holocausto en el altar de mi hígado quemado.

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Mi alivio recorría el infierno, para injerirse en mis venas y cortarlas, no volvería a oler histerias y culpas en el aposento de mi muerte. Ahora, decepcionado, espero días ultrajados en la cama del Cáncer, y sólo espero honrar a mi padre y a mis hermanos cuando entiendan mis esfuerzos por rescatar a la mujer de nuestra familia. “Creo que me enamoré de Dios” dijo un histérico. Y lo dijo porque Dios nunca le correspondió. En cuanto él lo empiece a querer, le destrozará el corazón. Claro que a Dios le importará poco, porque podrá acostarse con cual modelo quiera, porque, seamos coherentes, es DIOS. La histeria es incolora e inservible, en su propósito de enloquecer al infectado en Dios. Alabado sea. ¿Quién protegerá a Dios? Uh, no te metas allí cuando todavía no has llegado ni siquiera al último miembro Daccaniano. Como al gas, a la histeria deberían agregarle olor para reconocer cuando hay una fuga en mi corazón. Siento algo muy raro, una angustia por no sentirla. Y los veo, tan sonrientes, tan bromistas, felices, a los doce y a él sentados, algunos alborotados, en aquella mesa que tanto hubo de ser retratado, aguardando el dedo que señale a quién de ellos está comiendo el chocolate cuando todavía no es la hora del postre. Te observo, Jesús, con tus doce chupa medias comiendo una fondue de queso mientras yo aún tengo el estómago cerrado por la angustia. ¿Acaso esto es justo? ¿Todavía se mantiene fría la botella de Pepsi al lado de la canasta de panes que mojarás en el queso? Va cayendo gente al baile, ¿no, barbudo? Hoy los tiempos cambiaron, y un desertor, de aquellos que hablan mal de otros por la espalda para no hacer sufrir a nadie con sus insultos, me ha dicho que Dios ha venido ayer de su cuarta sesión de quimioterapia, ¡el pobre está pelado! JA... ¿Quieres la peluca de mi madre, señor? Aún la conservo, rubia brillante, con flequillo, larga, aquella que he temido tanto que se caiga en una reunión de mi madre con amigos. Algunos comentan que en los días de mucho sol, la pelada del Señor enceguece los amaneceres sanos. Si Dios es mi padre y pronto morirá de cáncer, porque todos sabemos que la quimio no hace más que debilitar y anticipar una

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muerte más que anunciada, ¿cómo yo evitaré que el cáncer se aproxime a mi cuerpo? Ambos, mis padres, podré decir en poco tiempo, murieron por él, es hereditaria mi próxima desaparición... qué lamentable, por Dios. ¿Cuántos niños han muerto porque a Diosito se le ocurre recién ahora acostarse con el Cáncer? Siempre tarde usted, ¿acaso tu muñeca no soporta la malla de un reloj? Pues tanto debes haberte rebanado las venas por tus fallas, que un mínimo roce te haría gritar como una novia perversa y mentirosa. Y digo esto porque no creo que te duela la muñeca, sino que sólo fingirías el dolor por cobarde e irresponsable, tal como el orgasmo se miente en la histeria. ¿Hay alguien, señor, que te ha repetido constante y penosamente todos tus pecados? Debería haberlo, sólo para que dejes ese pan caído en el queso cuando, como siempre sucede, te fallo el pulso y te alumbró la culpa al querer pincharlo de vuelta. Es decir, que no puedas levantarte luego de haberte equivocado, así como tú me niegas la recuperación de mis pecados. Por tu culpa, por tu gran culpa. ¿Te suena? Es sólo grandioso. Tomemos el mundo como una gran parodia, como una gran sátira de aquellos que son conocidos por todos, divirtámonos rídicularizándolos que este pasatiempo no significará nunca que ellos no hayan, hayan o dejen de existir. Aquellos que crean en Dios, entenderán y sabrán que en el día que hoy no existe, tal vez por olvido o conveniencia, él creó la risa, y nadie deberá enojarse si yo, un joven que descubrió en una distracción el octavo día, intento recuperarme riéndome de quien nos ha repetido incansablemente que nos ha salvado en la cruz. Amén.

Recuerdo una tarde en la que vi a una joven rubia, con ojos achinados casi como cansados pero alegres, con un sutil flequillo que los rozaba cuando el viento no vislumbraba su rostro entero; con un cuello hermosamente vacío y sugiriendo algún que otro hueso, con el labio superior finito y sin color, y con el labio inferior nuevo y rozado. No vi sus dientes hasta que yo le mostré los míos, y fue

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tan sólo unos segundos, porque nunca dejé de caminar. Su novio, que estaba caminando a su lado, ya parecía enfurecido con mis ojos, y más lo estuvo cuando le sonreí y ella me mostró sus dientes pequeños y en fila. Tuve que retirar la vista para evitar un golpiza, pero fue allí cuando un leve pestañeo se escapo de lo que quedaba de mis lágrimas del día anterior. Supe entonces que debía cancelar la conducta y para ello tenía que volver mi vista hacia ella. Sabía que el joven a su lado se enojaría lo suficiente para apretujarme junto a algún auto que estacionaba en el cordón. Apunté mi mirada hacia un espacio blanco, pestañeé y volví mi vista a los ojos de la joven. ¿Y ahora cómo le explico a este pibe? Por esto escribo este libro. Tengo una foto de Dios debajo de mi televisor, para no repetir secuencias o quiebres de mi piel iguales. No voy nunca a la cancha porque todas las canciones repiten términos y cortadas, y son muy riesgosas. “Y dale, y dale y dale Boca dale” – insólito dale, insólito dale insólito (Tomás Cadalso) dale Boca dale (Tomas Cadalso).

La mente no engaña, es solo una bromista. El cuello de una mujer dice mucho más que Frederich, y no soporto que me hablen de un buen busto. Poemas para los recién casados. Inentendimientos para un nuevo futuro. De tanto pensar en Dios he terminado por creer en poder matarlo pronto. Nada de mí se sostiene en una plegaria, toda mi esencia se dispersa por mis rodillas flexionadas. Mis últimas angustias huyen de Dios, mis culpas le negocian su generosidad. Tengo tanto miedo a mi monstruo que he optado por apagar sus bestiales brazos con tan sólo borrar una memoria de mi estómago. Hoy no quiero mentir y, siéndoles sincero, les confieso que nunca he querido menos tristeza que la que mi oído y mi vista trasladaron en mi venganza y decisión. El día de la madre se torna aún más aburrido que cuando tenía madre. El incremento de familiares me ha olvido a quién festejo ese día. El cielo me regala ilusiones, los bordes me ofrecen miedo. Ayer quise bailar con el cuerpo, pero mi cabeza me interpretaba los movimientos de mis pies. No intento aislarme de quienes procuran aconsejarme, me aíslo de la información que estimula mi desganado arrepentimiento. ¿Me van a matar?, pues adviértanmelo antes de que

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no razone una excusa que haga heroica mi desaparición. La muerte es solo una soberbia que pronto te vislumbrará si puedes alardear de ella. Qué tragedia no ver mi cuerpo duro, qué desgracia no ver llantos y sorpresa en un entierro. Moriría varias veces para ver en una de ellas lo que hicieron de mis conocidos. ¿Y si retomo el amor? ¿Quién podrá decir que me amó? ¿Quién tendrá el descaro de atribuirse mi último beso? Cuánto más amamos a un muerto misterioso que a un vivo por descifrar ¿Cuánta histeria nos alumbrará el camino a lo que ya nos ha dejado? ¿Cuándo Dios entenderá que mi compromiso se hará gestión cuando deje de desafiarme? ¿Cuánto más El daCC nos probará para darnos el perdón sin antes matarnos? ¿No tiene el vivo el perdón? ¿Y qué merito hizo el muerto para gozar de sus acciones? Tendré que entender que un asesino no nos hace más que un favor para acelerar lo inexplicable de la redención de un pecado. Matar adelanta el goce, herir es un acto de histeria del Señor. ¿Cómo puedo pretender menos histeria de una mujer si Dios es el rey de la inestabilidad? ¿Cuántas novias te habrán dejado, Señor, para que tu monstruo no se deje interpretar por mi obsesión? Me río tanto de lo que puedo llegar a ser que pronto desearé haber llorado para evitar mi próximo y más terrible error. La burla se ha hecho un enemigo de mi aprendizaje. La ironía ha hecho de la experiencia un episodio sin maestro. No aprendo nada de mis años para explotar de sabiduría en el altar de aquel sacerdote que, cómicamente, despedirá mis restos y mis basuras en un año próximo. ¿Soy realmente innecesario? ¿O soy un Mesías?, pues mentira no me falta para dividir el tiempo en dos. Yo he repetido autores, pero juro que no he hecho más que mejorarlos o darles vida. Tantos muertos siguen hablando que yo estando vivo les robo sus próximas ediciones. He aprendido a manejar en un sueño y jamás me he atrevido a pisar un pedal para ir al consultorio de mi locólogo. A veces creo que el embriague es una histeria indefinida de mi primer romances a los seis años. ¿Qué es un buen amante: aquel que elige ver a su mujer muerta o aquel que elige morir en los brazos de ella? ¿Dónde está el amor: en no soportar la muerte de su mujer o en soportarla para que ella no soporte la tuya? Crea muchas dudas en aceptar ver a nuestra mujer

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muerta, crea mucho egoísmo aceptar nuestra muerte antes que la de ella. ¿La generosidad contrae amor o el amor es sólo para uno?

Amor, cuán sacrificado estoy de buscarte. Tan despiadado soy que no te veo. No me preocupo, sólo quiero amar con simpleza, una vez. Sólo quiero no escribir sobre alguien, no pintar a una mujer, no compararla con mi madre. ¡Simpleza!, por favor denme una mujer simple. Quiero amarla por una comida, por una sonrisa a mis comunes movimientos. Quiero tenerla a mi lado con sinceridad, con humanidad, con mi estómago más honesto y real. ¡Quiero un estómago real para amar a una mujer simple! Quiero amar sin enfermedad. Quiero matar a un étalon y reencontrarme con una mujer que le guste haber nacido. Abrázame, amor, te tengo una lágrima. La lágrima más sincera y pura que jamás verás de un loco. Ven a buscarme antes de que muera de Cáncer. Sabrás que él me dejará amarte sano y en la verdad de mi corazón, de mi estómago y, si tu quieres, de mi alma, diré. Carta del 3 de febrero de 2010 Mi madre murió con la música de mi hermano, yo pagaré demasiado por no despedirme con significación. Creo recordar que jamás vi a mi madre muerta, sólo la noté dormida. Yo nunca entendí que una madre estaba por morir, pero siempre evité pestañearla. A veces me preguntaba alrededor de qué estaba mi familia en una habitación de un hospital. Sólo pensaba que el desayuno se demoraba. Hasta creo ver sólo sábanas en una cama reclinable. No me di cuenta de la muerte y hoy puedo desglosarla en mi vientre. No lamento no recordar la muerte de mi madre, lamento que por eso no recuerdo mi vida con ella. Hoy soy el dialéctico de la histeria para convencer al daCC de que no tengo historia que me deba arrepentir. Sí, creo que algún día moriré llorando en retraso. Y qué más da, soy sólo un enfermo sin madre. ¿Hay algo peor? Si el Cáncer vendrá por mis venas, encantado estoy de cerrarle la puerta de todo mi cuerpo y de aceptar, por fin, que ya está adentro. Ya pasó de moda criticar el nazismo, no hay más originalidad en eso, no hay más visionarios y héroes en el desprecio

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y la lucha. No queda otra cosa para ser originales que menospreciar a los que hoy son consideradas víctimas. Mañana, cuando se despierte la bestia de la última víctima, seremos genios visionarios. Comparo cuando vivo algo hermoso si no es mejor o peor vivirlo con otro rostro. El problema de las mujeres auto-inteligentes es que piensan mucho y todo es estúpido. Son inteligentemente estúpidas. Dan verdaderamente lástima. La pedantería y el auto-convencimiento de una esencia inteligente dentro del estómago inservible de una mujer es pensar; su estupidez, lo que piensan. Amar a una mujer es ver su rostro más hermoso. Seguir amándola es tapar su fealdad con el recuerdo de lo hermoso que vimos. He aprendido tanto en estos años que igual creo tener una cierta concordancia con lo que he dicho varios años atrás. Será que aprender no significa evolucionar. La modificación de mi estómago se hará cuando me ofrezcan un justo trato. ¿Habrá que morir en la tragedia para ser querido y rememorado genial y heroicamente? ¿No puedo morir rico y anciano y ser una leyenda? Yo siempre preferiré a los muertos ancianos y ricos que a los jóvenes muertos en la tragedia y decadencia. Los ancianos habrán sabido resolver los años. Si un anciano rico es recordado, será mucho más grande que cualquier tragedia. No hay necesidad de morir en un episodio para recordar. Moramos todos durmiendo de viejos y seremos genios sinceros. Cuando las dos partes de una relación son virtuosamente interesantes, no hay manera de que sean, ninguno de los dos, grandes celebridades. Solo morirán en su encantadora historia de amor que nadie conocerá. Cuando mueran tal vez Dios les honrará. Yo no puedo creerme útil, satisfecho y con logros sin que estos los conozcan por afuera de la frontera de mis conocidos cercanos. Será decadente lo que digo, pero quiero que el mundo me aplauda de pie. Para ser genio, siempre una de las partes debe ser menor que la otra. Hay excepciones, que de seguro estarán recordando, que son mentiras y marketing. Es más fácil quedar como inteligente que como estúpido. Realmente, piénsenlo, sabrán que todo es lo que no podemos

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deducir, y así transformamos ese todo en un misterioso vagabundo culto. Yo no escribo oscuro porque quiera crear un misterio, escribo oscuro porque sinceramente no sé bien lo que quiero contar. Escribo oscuro sólo porque quiero ocultar el desnudo de mi cadáver exquisito. Creo que es común releer un escrito viejo y sentirnos unos estúpidos influenciados por aquellos a los que les prestábamos atención por entonces; a mí me sucede, pero no alteraré idioteces para que todo concuerde en un último año. Quiero creerme un cierto progreso banal y mentiroso. Igualmente, debo confesar que he metido entrelíneas algunos misterios, descubiertos hace poco, en mis primeras cartas. Son solo algo que les hará creer a ustedes una pequeña percepción que no he tenido. Como que crean que siempre he sentido mi final y que jamás dudé del Cáncer. Jamás sabrán, entonces, cuándo me reflejo de él. Pero no pierdan cuidado que he dejado unas cuantas contradicciones para divertirme y notar una leve evolución de ideas. Dios tomó un curso de Teología y no aprobó el examen. Nunca entendió cómo pudo nacer ese barbudo si sus padres no se penetraron, “Yo nunca permití milagros en el mundo”, se dijo. Estoy muy cansado, creo haber vivido más de 50 años y aún no cumplo los 30. ¿Cómo será que mi estómago está percibiendo el tiempo? Mi tiempo no se acelera con los años, creo que tengo más años que tiempo. Creo que por cada obsesión envejezco un mes y en un año vivo siglos. Cuanto más viejo soy más largo se me hace el día, y aún más viejo creo estar más lejos de la muerte. En mi estómago apago las velitas cada década, a veces pienso haber nacido un 29 de febrero. Todo pasa muy lento cada más latidos siento de mi estómago. Si no me curo rápido me pensaré inmortal. El amor me afea, me arruga; la histeria me convertirá en el anciano menos sabio de la historia. No puedo leer más de dos libros en una mes, pero sí logro en segundos imaginar una romántica tragedia que envejece mi tiempo. ¿Habrá un verdadero enfermo que me recuerde que aún no he vivido nada? Hoy no me animo, sinceramente, no me animo a recuperarme. Tengo toda la voluntad de hacerlo, pero soy muy cobarde en sanarme. La locura o la simulación de ella me ha excusado por siempre de mi silencio más estúpido, no quiero hoy

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pensar en desvestirme; no pienso morir sincero, no pienso confesar cuando crea que en el infierno no veré las burlas de los aún vivos. ¿Hay algo más cotidiano que un “mi amor”? ¿Hay algo más hipócrita que un “te amo”? ¿Hay algo más falso que un “nunca te voy a dejar”? ¿Qué decir cuando nuestra esencia no deja de cambiar? Los cambios son la contradicción in-entendible e inexplicablemente irritante que azotan a los que no cambian. A estos últimos no les queda otra alternativa que no entender algo que no les sirve. Yo sólo les pido a los críticos que no busquen una bestia, un anciano hambriento, una mujer histérica y crean que estoy sobreentendiendo la dictadura. Jamás hablo de política, y cuando lo hago guardo metáforas de estómagos. No interpreten más allá de lo que yo quise decir. No estoy hablando de una migración en mi ciudad, sólo cuando relato un sueño. No busquen inteligencias que los harán inteligentes. Y no me hagan más inteligente que no quiero ser parte de sus estupideces. Si Dios no lee más allá de lo que escribo, ¿por qué diablos ustedes quieren despertar a la bestia? Dios es el (...) menos capaz de sobrentender mis líneas de todo el cielo. ¿Por qué creen que jamás me ha dado un suspiro? El Diablo, sin embargo, cree que estoy hablando de la revolución francesa cuando tan sólo relato el día de un anciano aburrido. Él tiene más tiempo libre para creerme un misterio y descifrarlo. El pobre Dios con tantas mentiras de su hijo ya ha dejado de leer entrelíneas. Él sólo escucha en sus oídos nuestra oración más literal, no quiere encontrar problemas y se excusa, cuando nuestros reclamos explotan, diciendo que jamás le hemos pedido ayuda. ¿Cuántas máximas conversacionales del sobrentendido de mi presupuesta dialéctica histérica y moral aparecen en “Dios existe”? El daCC no es el aseverativo de mi estómago; es su plena apreciación. Mi cerebro prefiere tomarlo como un condicional que se vuelve emotivo en los malos momentos. Las respuestas del daCC no tendrían que tener acción; son puericias imperfectas en mí. Me contento de no tener ideas. El lunes moriré de Cáncer. A veces creo que estoy tratando de buscar ayuda en quienes no descifran mi timidez. ¿Acaso tengo que ser literal?, me parece bien, pero después no me digan que nombre al Cáncer con un cierto eufemismo, retardados (para no decir

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discapacitados mentales). Y pensar que no me he privado jamás de escribir nombres temidos por la gente, y pensar que he gritado mi desgracia con locura y sin oscuridad, ¿Cómo entenderá Dios lo que está más que claro? He usado las palabras más dañinas, directas e impactantes para manifestar mis sentimientos; no crean que haya escondido llantos en mis líneas. Estoy desnudo en mi estómago y oculto en lo que de mi cuerpo puedan vislumbrar una estupidez. No miento en mis intentos de reclamos de piedad y misericordia, miento sólo en lo que despierte mentiras e innecesidades. Yo nunca dije que tienen que entender lo que digo en mis escritos, tal vez ni siquiera me lo merezca o valga la pena. Sólo les pido no hablar por mí, no creer que sus falsas reflexiones me sinteticen en un libro académico. Subjetividad en sus reflexiones y subjetividad en mis intenciones mal interpretadas. El rostro de tu novia no es lo suficiente para suprimir algún otro, sí es más lindo. Encontrar una mujer hermosa que se parezca a tu novia aniquila haber percibido a una mujer hermosa que se parezca a la otra que te gusta y te hace dudar. Ya dejan de pelear tus mujeres, solo pelean las que se les parecen a ellas. Seguramente, sean famosas quienes se les parecen a sus mujeres, entonces, es decisión del director amar a una de tus dos amores. ¿A cuál pondrá más bella en esta película? ¿Me hará fiel, infiel o tan sólo un fantasioso? De todas formas, me volverá un degenerado buscando en mi mujer detalles de aquellas que me han dejado una duda en mi matrimonio. Antes de ser infiel, vuélvanse locos, que algún día entenderán que su compañía es la más hermosa. Con sólo una masturbación se suprimen las infidelidades y se vive con quien realmente se merece vivir, merecidamente. La infidelidad es un diablo, con todo respeto, que nos tienta a dejar esa mirada de alguien que nos ha soportado con su cuerpo y su más puro entendimiento nuestras últimas, penosas y oscuras perversiones. Sólo quiero casarme, pronto y antes.

No me digan que estoy ocultando algo con mis chistes; por lo contrario, vislumbro mi vida en una broma. Mi comedia solo contrae misterios, pero no represiones. Si son capaces conocerán

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más de mi vida que Dios. Pero no me tomen en serio, no soy más que un vacío que no quiere fracasar. ¿Quién interpretará al Cáncer? ¡Mitología, has convertido una enfermedad en un cuerpo vestido y palpable! ¡Soy el único monstruo consciente! Nada de mi bestia está excluido de mi más pura normalidad. No estoy tratando de dejar de lado mi más triste intelectualidad, sólo quiero vencer lo que es innecesario para mí. Pues si bien lo torpe en mí es relevante en el resto, ya no soy más bondadoso. ¡Fracaso!, le tengo tanto miedo que me inventaría un público de pie cuando los restos de mi imaginación alboroten alrededor de mi más austero y negro féretro. Yo no dejo de pensar en lo que se me ocurrirá más tarde. Mi esperanza de imaginación me entusiasma cuando aún no se me ha ocurrido nada. Y es esa esperanza una imaginación puramente retrospectiva, pues no tiene forma ni espesor, solo tiene un color por acostumbramiento de imaginación. Tan cansado estoy de inventar, que cuando nada ocurre en mis neuronas, ellas le proyectan a mi estómago, como una dulce expectativa, las más hermosas de las ideas ya olvidadas. Aquellas ideas que no están convertidas en formas comunicativas, aquellas que son sólo patrones expectantes, pero que vendrán pronto porque bien sabe mi locura que mi pasado nunca ha estado sin ocurrencias. Es un sentimiento de bienestar y de olvido al presente. Perdí, sin embargo, todavía sigo ganando. Estoy tan lejos del segundo que podría soportar varios abortos antes de perder el primer puesto. He releído algunos de mis viejos escritos y, debo sincerarme, no he entendido mucho. No he sacado de ellos una prospera teoría. Los estoy estudiando, porque creo que algo quise decir, pero tengo mucho miedo de descubrir la intención de aquel pequeño joven que relataba sus macabras experiencias. Tal vez sólo quiera recordar lo que me trajo hasta aquí y no lo que es el aquí. Prefiero echar culpa a algo que vivir lo que me está pasando. No hagamos más comentarios, dejemos el presente que nos recuerde su pasado, y este que nos adelante su futuro. El pasado son las huellas que levantaremos en el futuro. El futuro no es más que una interpretación de nuestra puericia intangible. De lo más tangible extraigo la insólita resolución que todo lastimará mis vértebras. No sólo estoy despierto, sino atento. Tiendo siempre a dejar de lado lo

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único que me anticipa una cierta normalidad, y no quiero vencer a los fantasmas que me dan una anécdota en una aburrida reunión. Trato de persistir en los interrogantes de los más estúpidos, y eso me crea un interminable diccionario de dudas. ¡Palabras para un nuevo estómago! ¡Vocales para una mejor definición de lo menos explicable! Tarde será cuando nadie deje de vestirse para una exposición de arte abstracto. Prospero será cuando los ricos inviertan en una pintura figurativa. ¡Basta de imprecisiones y de satisfacciones en una pintura! Ningún buen pintor siente su obra acabada. Borren y rehagan los trazos hasta su mera locura. No terminen un retrato hasta que sientan la saliva de sus labios en su ombligo. Sus vértebras morirán cuando aquel color que les irrita se transforme en una mala interpretación. Nadie dirá que ese color está mal puesto si su nombre se conmemora. La mala interpretación de un color de un genio reconocido se transforma en un misterio bien puesto. Sean famosos y dibujen mierdas, que jamás nadie se atreverá a repudiar el olor de su óleo marrón y sucio. Pinten bien en sus comienzos y diviértanse en sus próximos años, pues el buen arte conlleva un perezoso rico y desinteresado en influenciar correctamente a otros. De la pereza e irresponsabilidad de los vanguardistas ha emergido el denigrante y penoso mundo de los artistas modernos. Tomás.

Jamás querría ser alguien más, alguien que no soy; jamás cambiaría mi nombre, a menos que me convirtiera en un personaje exagerado de una novela, o empezara de nuevo; encuentro en la mediocridad una preciosa pedantería que me alienta a diferenciarme. Como la filantropía en la falta de talento, la pedantería se ubica por delante de todas mis incapacidades. Y no se trata de necedad, sólo es un rescate que los que me quieren deberían aceptar y seguir la corriente. ¿Cuándo volverán a morir quienes han muerto ya? No creo poder vivir si continúo creyendo que nadie (me) dejará ser un fantasma. Con tanto maltrato, terminaré preso en el cielo. Lo irresistible es un mero trauma encerrado; no busquen un amor que

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arrebate su culpa oculta. Su tumba sabrá entenderlos cuando no hayan revelado el primer patrón que taparon. Sus carnes duras no podrán mostrar inseguridades, y serán sabios plenos cuando estén bajo tierra. A todos les llega la inteligencia en una última misa, incluso hasta a los más idiotas. La filantropía hace más fuerte a un hombre de lo que es. Apostar un sacrificio para el beneficio de otro es más valioso que hacerlo por dinero. Sin embargo, ambos cumplirán con sus desafíos. Hay una manera muy preciosa de sujetar una locura: mentir, actuar. Pero qué podrán hacer los genios del futuro cuando el teatro de hoy no enseña lo fundamental: engañar. Insisten los maestros del teatro en hacerles sentir al actor lo que interpretan, insisten en la compenetración del cuerpo en el personaje; ¿alguna vez entenderán que nadie puede con sinceridad y pureza sentir un personaje? Enséñennos el engaño, la mentira y les prometo que crearán múltiples personalidades. El doble en el teatro es la hipocresía más dativa y bondadosa; es la filantropía del artista: la mentira, el engaño, la farsa y la comedia disfrazada. Yo, sin vueltas, no tengo huevos, soy sólo un escritor; no crean que puedo contener la respiración por más de un minuto; soy el artista clásico que se oculta en las letras cobardes. Hasta me atrevo a pintar para creerme un obrero; me esfuerzo es mental y estomacal, pero jamás me he ensuciado las uñas. El óleo tal vez me mienta en una construcción. ¿De qué me creo capaz en una comparación? Trato de vivir solo para no decepcionar a mi estómago con otro aún más sacrificado. La comodidad hace que mi inteligencia se convierta en prioridad. El heroísmo en mí ha sido mucho más mentiroso que sacrificado. He sabido engañarlo para que mi cuerpo no se desgaste en conseguirlo. No pidan un deportista cuando tienen un actor que simula conocimientos. Mucho menos pidan guerra, soy un revolucionario de escritorio, y no soy un asesino. No hay valentía si no hay un plano que muestre el rostro de compañeros admirando el acto valiente. Con un sólo sarcasmo, se mata al héroe. Una lágrima del espectador ayuda mucho al héroe. ¿Cuántos libros leí de los que decoran mi pared? ¿Cuánto he desarrollado una idea sacada de un título solamente? ¿Cuánto más importante es la antigüedad del autor que el contenido del escrito? ¿Cuánto más influye un profesor cuando en una tarde perezosa no hemos aprendido nada?

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El casado tiene el siguiente circuito: a toda hora del día piensa en su mujer; todos los días piensa en la hermosa mujer que trabaja en la misma oficina que él; a veces, piensa en un viejo amor no correspondido; muy poco, piensa en su novia anterior a su esposa; y cada vez menos recuerda a su primer amor. ¿Qué conlleva esto? Una mujer ausente en esta estructura, que tenga la cualidad de menospreciar y hacer insuficientes a todas las partícipes de su circuito. El casado es aquel estudiante que por persistir en la universidad baja el índice de desempleo. El índice de infidelidad es aún peor que el que se juzga. Pero no me iré sin antes aclarar que yo, como gran cobarde, no me subiría a mi pupitre diciendo “Oh, capitán, mi capitán”. No soy yo quien debe enseñar algo, ni mucho menos defender lo aprendido.

Yo sé que volveré a Adán cuando quiera desligarme de mi culpa, pero odio la enorme excusa de la ciencia inexacta, si es que vale la pena diferenciarla de otras, para evitar mi recuperación. El inconsciente es el rescate cuando no se puede curar. Es la síntesis de la impotencia. Yo me enfermo y me muero porque tengo inconsciente. Hoy intentaré desafiar a quien oscurece mi trauma, para morir con mi inconsciente en las manos. Nadie podrá perdonarme si conozco mi inconsciente. El inconsciente persiste a la Culpa, pero te mantiene honesto. Tengo en mis despiertos enredos cuatro impulsos que justificarán mi vida. ¿Qué más hay en el inconsciente que tu madre? Nada. Entonces, usemos a nuestra madre como ítem común. De estas cuatro culpas deben elegir una, aquella que ha hecho de mi vida una vida.

Yo ya no tengo inconsciente. No cabe espacio en el cielo sin tener un tinte de infierno en sus estómagos. Qué costillas tendré yo, si aún no puedo respirar sin medir mis palabras. Los muertos no me sirven ni de canceladores, ni de ayuda, ¿cómo querrán que extrañe a mi madre? ¿Cómo querrán que tenga duelo? Soy un histérico sin inconsciente, soy un hombre sin duelo y sin culpa que estropee mi hígado. Soy la luna que comienza a brillar minutos antes de perder,

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soy la luna que jamás se vio hermosa cuando nadie la amenazaba. Soy el hombre con menos imaginación del planeta. Soy la estrella de mi único trauma oscuro. Mis sillas son más amarillas que el sol, y aún angustian a mi más optimista espectador. No me vean más, estoy desgarradamente vestido y temo una decepción cuando me vean en la ducha. Mi perversión los transformará en mirones, y no querré manchas en una puerta entreabierta. Mañana me tendrán con lágrimas, hoy soy sólo un sospechoso de mi angustia. ¡Terrible! Aún más inocente es la duda. Y dudo tener algo que ver en mi indecisión. El daCC me hace irresponsable, las conductas lo hacen benévolo. ¿De qué me puedo culpar si de nada me hago cargo? ¿Quién me amará si mi esencia es un invento de Otro? Siempre seré el anteúltimo novio de alguien. Alguien deberá matarnos para callar lo que es innecesario e involuntario, pues nosotros no dejamos de extraer opiniones de un inconsciente ya derrotado e inoportuno. Cuando hablé de la luna ¿cuántos renglones atrás? , ella estaba con brillo y solitaria, con una figuración iluminada casi con una punta fina y celestial; ahora, en estas últimas líneas, se encuentra apagada entre nubes, escondida y tímida, con un color que me recuerda el tablero del juego de mesa “Drácula” y con un cielo que me recuerda al tablero del juego de mesa “El misterio”. Sepan que toda mi pintura está influenciada por el tablero de “El misterio”. Incluso, hasta mi bestia tiene en mi cerebro el dibujo, casi comestible, de la carta del Hombre lobo. Los ladrillos en donde el detective avanza para entrar en los lugares son el más puro ejemplo de mi pintura. Soy pintor por el juego “El misterio” y juro que no es rebeldía a los grandes genios que yo confiese esto. El Cáncer (malo) violó a mi madre (bueno) en el cielo (lugar). Si tan sólo me hubiese tocado la bruja de Salem, habría salvado, tal vez, a mi madre diciéndole que escape al aborto, diciéndole que matando a mi hermano terminaría enterrada en el cielo por el Cáncer. El ajedrez no es más que la histeria de elegir entre morochas y rubias, y cambiar de bando en cuanto no somos correspondidos. Los grandes maestros empiezan con las rubias y terminan con las morenas. ¿De qué sirve una torre en mi trauma si ella aparece en la mitad del juego y siempre después de que la reina se atreva a votar? Ya de nada sirve una torre después de que la

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mujer se independiza. Los peones son amigos, las alfiles son ex novias; los caballos, ex novios de tu mujer, y el rey es tu último tumor. Las torres te envolverán como un féretro barato y simbólico. ¿Y realmente te crees feliz jugando con tu vida? Ahora la luna está sola, sin nubes, pero no tiene la figuración precisa de un pincel sincero, tienes un borde difuso y esfumado, casi como si la viera sin anteojos. Su brillo es más sucio, como un dibujo en el que se usó el dedo para esparcir sombras, en vez de usar lápiz para esparcir exactitud y técnica. A los estudiantes: se dibuja con el lápiz, se pinta con el pincel; jamás usen sus dedos como herramientas directas, no serán nunca obreros delante de una tela. No busquen sacrificios en el arte que jamás los harán infelices. Mucho peor, no usen el arte para sentirse mejor; no será arte si este mejora su estado de ánimo, será solo una clase de actividades prácticas de segundo grado. El arte no anestesia, no es terapia, es aún algo peor. Quien verdaderamente hace arte, empeora cada vez que lo logra. El arte adelanta muertes y mitos; la mediocridad, la normalidad y la cerámica prolongan la vida y dejan nietos que, si se revelan a sus abuelos, pueden llegar a morir después de una pintura. Seamos decoradores y vivamos para ver crecer a nuestros nietos. Seamos engañadores del daCC y veremos a nuestros hijos casarse. T.c. ¿Alguno de mis tantos lectores habrá percatado cuándo el Cáncer apareció en mis súplicas? ¿Cuándo se enterró en mí? Mi estómago es inaccesible al resto. T. C. Sí, aún tengo más preguntas que están respuestas en mi estómago más muerto. Creo saber con la exactitud más odiosa la persistencia de mi angustia, y no temo en decir que mi corazón aún está virgen. Y si queda tiempo, nos amamos. Insuficiencia en las prioridades, piedades para los no correspondidos. ¿Qué me quedará

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a mí cuando me dé cuenta que vendo pelucas a la última de las metástasis? Los cuatro fantásticos decidirán mi acción en el vientre de mi madre; mi padre decidirá cuando vengan a buscar el trauma al que él se ha esforzado en eliminar de mi estómago. A veces, con repetida ignorancia, me he sumergido en un mar de estrellas fantasmas, en un cielo de peces muertos y en un infierno de diablos arrepentidos; y no he dejado de pensar el mundo como un doble de mi sueño: un temor y temblor de la crueldad. Cada vez escribiré menos palabra, para balbucear más ideas. T.C. ¿Y si es Jesús, realmente? No hay infierno suficiente para mí. Habrá impunidad, y, después del juicio, volveré a las calles para matar aún más. Tomás “Aborto para todos” escuché en un dibujo animado. La personalidad de alguien no está en un test psicológico estudiado, y mucho menos se podrá predecir nuestros logros dentro de la clase social en que nacimos. Terapeutas (para no decir compañeros), hagan solo una pregunta para entender y pronosticar la salud de un paciente, ¿quién les gusta más: Rachel o Mónica? (para las mujeres: Chandler o Joey) Habrá un análisis exhaustivo en la respuesta y evitarán muertes por histerias que hoy son solo innecesarias y prevenidas. No es más que un juego, entendido como lúdica arrogancia, la salud de un enfermo ya condenado. Si algún día entienden por qué he discriminado en las opciones a Phoebe y a Ross, entenderán lo básico de un amor elegido sin anécdotas. No hay necesidad de ignorar a alguien que ve televisión en cambio de leer a Jean Paul. ¿Acaso él dice más que su amante? ¿Acaso su existencialismo dice más que una serie de humor? El rebelde de la estupidez ha renacido en mí. No esperen marxismo cuando sólo quiero comprar una lámina de Frida. No esperen marxismo en una sopa de ganso cuando sólo quiero seis amigos. No hay nada de estupidez en desligarse de los libros e imagines serias, menos la hay en una tarde en que preparo el almuerzo.

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No hablé de Jesús, y he escrito más palabras que en la carta anterior. Despierten, a veces una revolución necesita silencio y parálisis, cotidianamente. No engendren una bestia cuando la angustia les pide solo un entretenimiento. No se puede eludir una realidad por medio de una enfermedad; para esto están las conductas impuras del enfermo.

Si yo me muriera ahora, en la mitad de mis escritos, nadie podría conocerme correctamente, y no sabrían lo que tengo en mi cabeza. Y ante esta circunstancia preferiría que al morir no pueda ver más, ni razonar, ni imaginar, quisiera ser unos huesos para gusanos, sin alma sin corazón, sin estómago ni angustias, porque no podría tolerar ver a mis parientes y amigos interpretando mi obra inacabada, recordándome sin haber leído mi cerebro como se debió leer, solo creyéndome una buena persona. No podría aceptarlo y me volvería loco en el infierno. Pero luego creo que si vivo luego de morir, mi Dios no permitirá esto, pues si logro angustiarme en el infierno será porque Dios existe, como dijo mi madre, y yo con él tengo un pacto: “Déjame ser un genio y mi estómago se irá contigo”, y por esto no me dejaré morir antes de que sea un genio, y si lo hace es porque él no existe y entonces seré carne entre las tierras y no podré angustiarme, porque no los veré a ustedes equivocarse cuando me recuerden. Pero si me equivoco, ya en mis más de 300 páginas, les escribo que cuando me piensen crean que yo soy aún más inteligente que lo que me recuerdan, que tengo más inteligencias que las que puedan interpretar, y digan lo siguiente: “Él era una persona que si bien sé que su inteligencia y locura me sobrepasaban, nos las conozco, porque sin conocerlas sé que no puedo llegar a ellas. Sé que era tengo miedo de morir ahora más loco y genio que lo que puedo imaginar, debe haber tenido esto y lo otro en su cerebro, pero debe haber tenido mucho más y para mí ese mucho más es una síntesis porque está fuera de mi cerebro lo que realmente habrá sido. No puedo decir que pensaba de esta forma o de otra porque esa forma es irreconocible en mis recuerdo de él”.

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Creo que esto me mantiene fuera del suicidio, aunque tal vez no me mate sólo porque me gustan las mujeres.

Desgraciados, no me tengan piedad cuando yo sólo estoy mintiendo muy bien. No crean todo lo que mis escritos han dicho y, mucho menos, se abstengan a odiarme cuando me descubran sano. Les he dado indicios suficientes para que no me crean y nunca les he dicho que mis mentiras fueran verdades. Todas mis verdades se mantuvieron ocultas y, egoístamente, irónicas. No he pretendido, a lo largo de estos años, hacerles creer que mi locura es sincera y real, y tampoco les he dado una razón para continuar con sus ineficientes y mediocres vidas. No he querido estropear su simpleza con barbaridades que mientan al decir que no han vivido lo suficiente para amar a una mujer o hablar sobre la muerte o Dios o la Culpa. Ustedes pueden hablar de lo que quieran, y, por favor, hablen de lo que yo hablo, así podré sobresalir, estúpidos míos. A veces pienso que mis conductas no son para mis pecados; si alguna vez empeoro las cosas de los demás, por favor “todos tomemos parte en la culpa”. Mi relación con El dacC es meramente dentro de la voluntad responsable de mi más sutil arrepentimiento, y esto convierte nuestro encuentro en cultura. Mi pereza impura y mis actos que disfrazan mis deshonras me sumergen en los alrededores de los hombres, y entre ellos soy el joven más civilizado y cobarde que el Dios puede manipular. Cuando El dacC me deje de amar, cuando la civilización me encuentre entre sus paredes, caeré en la desgracia y terminaré sometiéndome a mis últimos y recordados errores oceánicos. La burla del depresivo ha hecho que El dacC autorice solo mi manía y contraataque para saldar mis traumas; mi aislamiento será castigado. Mis conductas solo controlarán la hostilidad de mi enemigo, pero ¿A quién odio más: a mi impulso o a mi compulsión? ¡A mi síntoma!, pero impulsivamente compulsivo y repulsivo. Vomito en mi agujero. Mancho mi deseo. El dacC comprende, yo sólo sobreentiendo sin lograr abarcar todos mis desechos. No puedo pensar diferente en un pacto con el Otro; su aparición y desaparición

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mantienen mi auto-autoritarismo. Soy el compacto del dacC; soy el que nunca piensa. El dacC imperativamente categoriza mi compulsión, la deforma y la encierra, tangiblemente, en la más pronto esperanza de recuperación. La tripartición de mi madre padre ha anudado mi primera acción castigada. El 3 es la línea dentro de mi agujero estomacal; no he podido despertar desde entonces. Te hice existir, madre. Yo soy el corte mayor en la historia de los cancerados. El número de oro es absoluto y único, su serie será lo múltiple de sus inacabadas bifurcaciones. Sólo le estoy dando formas y anunciando lo que no recuerdo. Mi nudo en el estómago no es diarrea, es neurosis. Yo mantengo mi libertad con mi alrededor no en cuanto al Otro. Mutilo la intervención civil en lo culto. El paciente tiene la libertad de privarse de su compulsión, no de su impulso. Mis conductas bordan mi trauma. El dacC advierte que yo imagino histéricamente y todo en su conjunto constituye nuestro forzamiento. Mi estómago es la demora de mi psicoanálisis. Casi gozo más en mis rituales que fuera de sus repeticiones. Yo gozo al Cáncer, pues ya no quiero saber todo. La membrana de un collar perjudica mi andar. Mis purgados son la chica fea; agarra lo que otros rechazan; la pobre no disfruta nada. EL dacC encarniza mi plano del amo; lo que escondo entre mis esclavos no tiene la ley de lo que grito al mundo. Allí, el esclavo tapado es la perversión del amo desnudo. El último habla, el primero se masturba. ¿Quién tiene más justicia? El dacC ha barrido mi esencia, y sólo veo a mi síntoma histerizando en nuestros pactos. El esclavo sabe que el amo no lo necesita. No hay trauma en el grito. El dacc sabe. Mi uso de la capacidad de pacto es saber hacer. La episteme de los pactos. Poner en buena posición. Así el dacC aprende de mí. ¿Quiénes saben más que los esclavos sobre amor y sueños? Uso de la capacidad dentro del pacto histérico. El dacC es una bestia sostenida. Al amo moderno implica la desposesión del saber del esclavo. No le sirve mi saber, pues ya lo tiene ella. Yo soy un inútil. Y pensar que tú te crees el proletariado. El inútil universitario se vuelve un subversivo: es su única salida. Ya no siento al dacC, siento un pequeño aliento de invención. El obsesivo es un histérico encerrado. El histérico maldito sale a la calle. Tiene más ejercicio entre la pérdida del otro que entre la

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verdad del deseo. La histérica quiere al amo pero no trabaja como mi esclavo; está en huelga. El egoísta es bueno en sí mismo. El dacc me culpa, yo me responsabilizo. La risa je ja, el color de letra y mi número merodean mi escondite. Como no hay saber absoluto aparecen las impuras. Plus de aseguradores. El estado actual de las conductas aparece con orden en las purgadas, y allí se aclaran las conductas que emergieron mucho antes. Yo no busco el trauma dentro de mi cura. Mi trauma será mi muerte. Me veré impotente a morirme en tanto sea posible curarme.

Hoy el Cáncer se siente arrepentido, su conciencia no lo deja continuar. Se ha sentado al lado de mi madre y le ha dicho, “Me quedaré a tu lado hasta que tú decidas terminar de insultarme, te devolveré todos tus cabellos con el mismo color que el que tenías a pocos meses después de nacer; no te tocaré, estoy arrepentido de haberte maltratado tanto, te dejaré que camines libre por tu cielo, no volverás a verme jamás; pero no me pidas que deje tu sangre, olvídate de tu hijo y empieza tu muerte con alegría” El cáncer ha caído en mí, y en todos estos años en que mi madre me alejó de él, yo he sabido aguardarlo con insuficientes intentos de matarlo. De tanto hablar del Cáncer he dejado de verlo como una enfermedad y hoy he de tratarlo como un asesino. ¿Debo seguir creyendo que no tomaré de los vivos un mínimo de resistencia a la muerte? Estoy infectado y dejaré que el virus engendre más y más tumores negros en mi hígado sin siquiera intentar apartarlos de mí. Yo estoy enfermo en vida, pero mi madre está sana en la muerte. ¿Cómo puedo pedirle a mi madre que lo retenga por unos años más? Se me cae la cara de vergüenza de tan sólo sentir esta sugerencia. No, junta valor, pequeño cobarde, y entrega tu cuerpo que eres muy joven aún para soportar muchos años más de vida. Me levanto en la mañana y al salir a la calle cancelo a la primera persona que veo, como si la hubiera pestañeado, y puedo parpadear a cualquier infeliz sin pactos ni castigos; cancelo una palabra elegida y puedo hablar sin quiebres durante todo el día. Mis conductas pulmón se han convertido en las impurezas de las

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purgadas, y pronto se volverán aseguradores. En mi primer quimio, no quedaran restos de mis ofrendas aceptadas. Indicación Paciente

Tomás O. Cadalso

N· Historia Fecha

3. 09. 10

TÉCNICA: Inyección de 5mCi de Tc-99 Fitato por vía endovenosa. REGISTRO EN CAMARA GAMMA Hígado

eutópico,

de

forma

y

tamaño

conservado.

Se

observa el lóbulo izquierdo con distribución irregular del radiocoloide por lo que se sugiere correlación con ecografía, lóbulo

derecho

hepático

con

distribución

uniforme

del

trazador sin evidencias de lesiones focales.

A mi madre Popeye: ¿Qué vamos a comer a la noche? ¿Todavía recuerdas cuál es mi comida favorita?, porque si se abusa de mí tanto como la hecho contigo, la costumbre me volverá homosexual. La angustia, una vieja en silla de ruedas, una gran mujer, no me molestaba que su dentadura cayera por debajo de mi ombligo, pero él es un él y tendré que estar preparado para relajar a mi trasero. Hoy me pregunto, ¿por qué él ha de reemplazarte a ti por un bastardo decaído como yo? Tú no solo eres mujer, sino también hermosa, radiante, con brillo y ternura, iluminada e inteligente; religiosa, con culpa, obsesiva y la mujer con más pecados en su cabeza y tan pocos en verdad. ¿Acaso es real lo que

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comentan sobre cuando un hombre tanto ha dormido con lo hermoso de la mujer, tiende a buscar en el otro bando? No quiero decepcionarlo, pero, por Dios, espero no gustarle demasiado. La melancolía vendrá después de que la anuncie mi estómago. Y ya será tarde, los religiosos no podrán salvarme. Muy pronto te liberaré de él tal como tú lo has venido haciendo desde hace largo tiempo, pues yo ya debería haber muerto. Madre, como siempre, mi más profundo agradecimiento y respeto, solo cambia las sábanas. Te anhelo. Tomi. Conclusiones de un enfermo de Cáncer. Moriré pronto. ¿Acaso esperaban algo inteligente? Lo es. Muchos creen que se salvarán con una estúpida quimioterapia, y viven la esperanza con gastos inútiles. Se darán cuenta que a pocos días de mi diagnóstico, yo ya he confesado y tragado que moriré muy rápido. ¿No soy la persona con Cáncer más conciente y resignada que haya existido? Soy el enfermo que no discutirá con su enfermedad. Soy su más fiel esclavo. No daré lucha alguna, mucho menos revolución. Haré todo lo posible para que mi tumor derrame su saliva por todo mi cuerpo hasta su última puerta abierta. Muero de cáncer; arrepentido, resignado y orgulloso estoy de irme con él. Entiendan que pronto acabará mi culpa. ¡La culpa me dejará vivir cuando muera junto a ella! Contento de seguirla a su entierro. El mío sólo será una inentendible celebración. Tantas frases de Salvador han caído en mí, que hoy no logro desenamorarme de una diosa griega. Juegos de literatura para los que nada saben de ella, pero que con solo algunos títulos e ironías demuestran interés y conocimiento. Nadie se dará cuenta de que no han leído más de diez páginas. Esta es la magia del escritor oscuro. Sean raros y se salvarán de lo básico y común. Arrojen frases que supongan inteligencias, y serán un misterio. ¡Oscuridad para los mediocres que quieren evitar que se descubran sus idioteces! Tarde o temprano, todos moriremos de Cáncer. Si acaso alguien muere a manos de otra cosa, será sólo un adelanto en la

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predestinación de los inservibles. Si te mata el Cáncer de joven, ¡por Dios, que has hecho algo! Saber comprender la inmortalidad luego de la muerte será sólo algo que nos hará proyectar e imitar lo que el muerto dejó en nuestras tierras. ¿Te sirve la vida? ¿Hasta qué edad? Soy un silencio, y ya no por estar lleno de misterios; sólo por actuación o imitación. Hice todo lo posible por morir y jamás he rozado el suicidio, ¡qué pérdida de tiempo!

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Secci贸n 3 Despu茅s del Midax

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Carta del primer día sin Midax ¡¡Qué mañana tan hermosa!! Mira por tu ventana que la felicidad te sonríe. ¡Sonríe, Dios te ama! ¡Gracias, Señor, por aliviarnos de nuestros pecados! Mira las golondrinas despertándote junto con el sol radiante. Qué lindo color tiene mis paredes. Cuando oriné por la mañana fue increíble resolver cómo fueron inventados los inodoros. ¡Son un fascinante milagro sanitario! ¿Quién habrá inventado las puertas? ¡¡¡Por Dios, que quisiera conocerlo!!! Debe haber sido un hombre muy interesante. La llave en la ranura encaja tan bien. ¡Qué obreros ha tenido mi edificio! Qué corazón me regalaron. Un encanto las almas que me mantengan la puerta entreabierta del tren cuando esté por salir. El ticket del subte sale 0, 90 centavos. Nunca me había dado cuenta de lo accesible que es viajar de Primera Junta a Plaza de Mayo. ¡¡Que historia tiene esa Plaza!! Cuántos hombres hermosos han saludado desde su alto. Hay manifestantes en la calle. Qué lindos son, como luchan por todos nosotros. ¡Mantienen vivo a nuestro país! Y aquellos que están en contra... ¡Diablitos!, cómo se divierten. ¡Al bigote siempre le crece la barba!, somos todos iguales de hermosos. Miren a esa pareja a punto de quebrarse, ambos se agradecen los buenos tiempos vividos: “Cuando tú tengas novio nuevo y yo novia nueva, llámame y nos juntamos a cenar los cuatro”. El amor, cómo me gusta enamorarme. Y que me dejen mis novias, siempre hay una mejor forma de volver a empezar. Qué linda pintura de Miró. ¿Cómo habrá hecho para dibujar ¡ese redondel rojo!? ¿Cómo hizo para pintar ¡toda la tela de un solo

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color!? ¡Qué trabajo! ¡Qué genio!, debe haber pintado ¡con lupa! esa tela. Un maestro de la técnica. Pasé por un velorio de mi vuelta al trabajo, ¡Cómo me gustó hoy despachar combustible para los autos que se iban directo a la costa!, y de mi alma grite: “¡Has pasado a mejor vida, amigo mío!, el cielo te abrazará”. ¿No son un milagro las nubes? Cómo se mueven sin darnos cuenta. ¡¿Y la noche?! Me ayuda a dormir tan plácidamente. Hoy empiezo mi diario, ¡Uh, tengo tanto para decirte! Este año, uh, uh,... me temo que me pasarán muchas cosas para recordar. Ansío tanto vivirlas, que no puedo esperar para recordarlas. Bueno, encantadoras páginas de mi cuaderno “Éxito”, te veo mañana con lo que será una aventura más. Besos.

Escena 1 Música This guy’s in love with you (Faith no more) Tomás llorando sentado en el subte, mirando por la ventana. Se ve sólo su rostro, y tal vez su cuello y parte de su camisa a cuadros. Su rostro tiene el matiz de un marrón rojizo y sus arrugas, amarillas. Él no para de llorar, pero nunca baja la cabeza. Sus manos tiemblan cuando frota su rostro. Mucho llanto y sangre entre sus piernas invisiblescasi como abortando. Créditos:

Dirigida por Matías Moltrasio Escrita por Lucas Moltrasio Producida por el Quique y APSA Tomás Cadalso: Marcos Celia Paso: Agustina Civelli Jimena: Cristina Bergman La Angustia: Ester Zerda La Culpa: Milena Fusco

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Dios: Vacante Sacerdote: Pablo Pizón Psiquiatra: Vacante El Diablo: Federico Vincic El Cáncer: Ernesto Puch Caterina Otelo: Agustina Civelli Dick: José Barba Fin Música.

Al despertar una mañana, tras un sueño intranquilo, me encontré en mi cama convertido en un monstruoso insecto... un joven sano. “Estoy feliz..., han ganado, yo perdí”, grité por la mañana al abrir mis ventanas celestes que habían dejado de sofocarme y amenazarme si considero mover sus perillas nuevas de metal. Hoy he preferido morir que no seguir viviendo, mis sábanas han llegado a rozar el suelo y creo que no me he quemado los pies al levantarme. Mis perezas no han matado a nadie y soy un monstruo desgraciadamente inútil. ¿Alguien ha visto mis desechos en el alma de mis parientes? He dejado de rezar y creo que no sé hacerlo, me he olvidado que necesito protección o falsas expectativas, y mis uñas han crecido porque mis dientes han desistido en su ataque que comúnmente las devoraba. El juguete que me regalaron he dicho sus últimas palabras y sólo recuerdo el pecaminoso balbuceo de sus labios de plástico: amor. Aquel joven con barba no me ha dicho que mañana lloverá y no creo estar seguro de poder querer llorar si sus desprecios me recuerdan el puñal de lo histérico, clavado entre las dos últimas costillas que mantenían rectos a mis vientres llenos de hormigas marrones. Quiero pensar que nadie me ha dejado y debo haber entendido que un brazo hinchado sólo está despidiendo a las caricias de su mano en mi rostro. Seremos vecinos y, si me esfuerzo, creo poder oler sus recuerdos en mi cama.

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Dios, ha dejado de repetirme mis pecados y hallé mi imaginación amenazada sobre mi estómago, lamentablemente escuálido, que casi se larga a llorar, “No puedo excederme...”, me dijo ella, “... me mataran los que te quieren.”. “¿Qué me ha sucedido?”, pensé. Me han curado y, sinceramente, con la angustia me arrebataron también las piernas. No tengo nada con que sentir culpa inapropiada y mi estómago está sanado y limpio. No tengo nada más para dar, no soy más libre y quisiera, simplemente, desvanecer y despertar arrepentido. Mi síndrome ha decaído como mi viejo estado de ánimo y mi placer, mis subtipos no padecen mis constantes reclamos y mis episodios no recurren a mis venas con sus residuos de olor a agotamiento pueril. Me han quitado el oxígeno y mis paredes se ven bellas y renovadas, trato de envejecer, pero parece que el tiempo se ha detenido para burlarse de mis deseos. Qué maravilloso lugar es el mundo cuando se ríe de ti para fotografiar las sonrisas de los que te quieren vivo. Si lo hermoso no sólo existe en nuestra expectativa, quisiera agradecerle por mantenerse, hasta hoy, lejos de mí, me ha dejado influenciar a los demás de las maneras más crueles y eficientes que un desgraciado pueda estudiar. Soy una farsa... o, tal vez, un excelente actor sin cuerpo y moriré sin dignidad, pero volveré sin que ella me importe. Mi panza hinchada desapareció, como desapareció la hinchazón del brazo de mi madre cuando el cáncer le arrebató la vida. Tal vez estoy muerto como ella, pero me resisto a ver mi figura delgada, que ya no expresa excusas. Estoy derrotado, se darán cuenta que no sé ni siquiera dividir sin calculadora. Lo han logrado, todos juntos, han dado muerte a este pobre joven libre y lo han convertido en un espantoso insecto. Ahora, adormecido, tiendo a la felicidad que he renegado por años y siento un desprecio por mis venas. Creo que me las cortaré si continúan dando simpleza y cariño a mi estropeado corazón renovado, que aún sigue temblando y, sin embargo, mis manos están calmas. Pero mis venas han dejado de burlarse de mí y de pedir una rebanada por la mañana. No tengo el riesgo de atentar contra mi vida 30 veces mayor que el de mis compañeritos de aula, y mis ventanas abiertas

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me guiñan sus ojos, pero sólo por el reflejo del sol en sus párpados que no deja de manchar mis almohadas gastadas. Que alguien me pise que soy sólo un joven sin medicamento. No me molesta la histeria... ¡Dios!, ¿qué han hecho de mí? Soy estúpido, ya nadie me amará por culpa de los que me amaron tanto. Me hurtaron la duda, su cuidado y su interminable compañía en mi intestino; la culpa y su escurridiza mano invisible y, por último, me he dado cuenta de que ya no tengo continuidad en cadena y mucho menos perfección. Me siento violado por una mujer horrible, pero no siendo niño, sino siendo viejo, inválido y derrotado, que es cuando, tal vez, lo disfrute. He tenido que darme cuenta que mi pura afinidad por Daly en estos años me ha hecho perder mi vida saludable. Tuve interminables DALY tangibles, reprochándome que fueron años perdidos y creo hoy que ya he llegado a la tercera edad libre de enfermedades aunque aún no haya cumplido los 28; pero mi estado actual no se diferenciará de la situación ideal que acarrearé cuando desaparezca, y no dejo de pensar que pronto moriré vacío. Los grados de pérdida se han despedido de mí con un fuerte abrazo y veranearán largos años en las costas del Atlántico, pero yo aún les envío 400 pesos al mes para que paguen el alquiler. Mi leonera despedía a la noche y me frotaba su piel en mi rostro, la máscara de mi abatimiento tiene brillos en sus ojos y me ha mostrado sus dientes blancos que enamorarían a mi mujer. ¿Qué habrá sido de mis rituales? ja, los estoy llamando de esta forma, como les gusta a los doctores, ¿no? Están viejos, nadie les dará un empleo. Morirán de hambre en las calles. Ayer creo que uno de ellos me pidió un cigarrillo en una esquina, yo sólo le dije que no fumaba y seguí caminado. Afuera llueve y puedo jurar que la usual melancolía me ha abandonado. Puedo hoy salir de casa, las bisagras de mi puerta no sentencian mis dedos y su crujido al abrir llama mi atención: he estado mucho tiempo aquí, pero en este día ya soy un despreciable común. Mi hígado necesita su poción para renacer, para vivir plenamente en sus nervios, pero no lo escucho reclamándola. Quiero de vuelta a mi angustia, aunque tal vez, la deshorne, pero ella nunca me mintió, ni mucho menos me engaño o me dejó por un cartel. Compréndelo, la angustia, angustia, angustia ha corrido de tu

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celda hacia la de un joven encantador y más apuesto que tú. Sólo ruego que no sea un militante, no se merece la valentía del dolor. A los que me ayudaron les agradezco la colaboración y el empeño, pero les juzgaré su entendimiento. Seguiré estando bien, como hoy, pero comprendan que el bienestar a disipado mi enfermedad y sin ella me creo inservible y común y, aunque hayan también abatido a mi preocupación porque eliminasen a los gérmenes que me persiguieron en mi corta vida (y que sin ellos no creo reconocerme), les aseguro, sin miedo también extirpado de mi vientre, que esta hipócrita recuperación me hará llorar en el féretro, que sonreirá descaradamente cuando, con la más burlesca calidez, me abrace el hígado. No terminaré mis días sano; espero hundirme pero nadie ha cavado en mis tierras. Me quedaré aquí un tiempo más, porque creo no recodarla, sólo la imagino transparente. Y habrá alguien que me conozca desde niño que terminará matándome, como un buen amigo, cuando no quiera irme. Ayer fue Navidad y, sin embargo, hoy estamos más lejos que nunca de ella. Supongo que de eso se trata el amor. En la Navidad, la mentira se antepone a la necesidad. Dios te regala 6 días para dudar de su hijo; en el séptimo, te hará sentir culpable por tu falta de fe, meme Muere como quien lo hizo por tu culpa. Tomás Cadalso Paso, como Gregorio. 26 de Diciembre de 2011

Mi arrepentimiento se transformó en Cáncer. Soy un tumor inteligente. Soy la comedia (Yo) tit de los tormentos voluntarios. Somos todos enfermos. Mi error habrá sido ponerle nombre a Dios en lugar de entender que mi madre es otro nombre de él; para ahora, ya habría dejado de existir. Cuando tengo una premonición sólo trato de evitar la desgracia si ese intento me supone una comodidad. Esperar el castigo, no hace más que darle sentido. No hay presagios

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en la tragedia, por eso el obsesivo presagia. La historia es pretérita. El Midax se arrepiente, por tanto engaña. El Midax me ha provisto del carnero que arrebatará a la Culpa de mi madre. Habré de despojar todo antes de morir, para que no se crea que perdí una vida, sino que gané una muerte. El cristiano pide lo que desea, por esto siempre cae en tragedia. Yo no soy espiritual, soy maternal. Seré sólo objetivo cuando busque piedad. Yo no quería que un estúpido llore por mí; ensuciara mi moral. Yo nunca dije que tenía fe, sino sólo esfuerzo para sentirme mejor. La Culpa es el Adán sin coordinadas ni dinamismos. Los duelos serán superados por muertes; al morir un ser amado, deben morir los que lo aman. Nada más fácil. No hay más miedo en una suposición desgraciada. El dacC dijo, “Si alguno viene a mí y no aborrece a su padre, su madre, su mujer, sus hijos, sus hermanos, sus hermanas e incluso su propia vida, no puede ser mi discípulo”. ¿Debo allí-aquí mi muerte? Jamás hará falta pensar para angustiarse. Descubran el estómago. La consideración delega la resolución de un problema al rostro que dispara una soberbia. Yo sufro con ideas, mi dolor se ha convertido en un engaño que percibe quien me cuide. Por esto nadie me escucha cuando sufro y todos se despiertan cuando miento. Detrás de los obsesivos siempre hay un muerto al cual retomar. Mi madre es insaciable en mí. Mi pestañeo es el ceñir de mi síntoma; nos ha engañado a todos. Los fines especulativos del seductor me han convertido en un conquistador. He tenido siempre la particular capacidad de mentir en mis alrededores las nefastas líneas que puedo escupir. T. Ca. Doctor, no puedo pestañear a las personas; hacerlo mataría a cada una de ellas. Entonces, no pestañee. Doctor, estoy desesperado e incomodo por no pestañear a las personas. Entonces, pestañee. Doctor, estoy desesperado e incomodo por no pestañear a las personas; pero comenzar a hacerlo, me angustiaría aún más. Entonces, no pestañee por ahora.

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El obsesivo inteligente purgará el pestañeo cuando no encuentre cura en su alrededor. No son las conductas a quien debemos asesinar. Deberíamos haber matado antes. No volveré a equivocarme cuando esté en algún feto. Lo que hay después de Dios espero no enterarme; temo encontrarme con su solitaria puericia.

Efecto Midáxico El efecto midáxico es una gran cámara decantadora ubicada en los aires nublados. Por la izquierda de esta cámara ingresan las porciones de los patrones más fuertes según la relación del enfermo. En una primera etapa de la cámara se decantan las impurezas más pesadas del patrón y de la esencia del enfermo residuos decantados. Luego las porciones de los patrones más livianos quedan flotando en la superficie restos interceptados; y al encontrarse con la pared de hormigón, los mismos quedan atrapados allí. Finalmente, los patrones limpios, sin contenidos con la esencia del enfermo, es decir, sin la relación del enfermo, circulan por debajo del tabique y salen de la cámara a la maqueta cerebral sin una angustia directa fuerte y disparatada. El efecto midáxico limpia la relación entre el patrón y el reemplazo del DACC. La decantación de las pirámides étalon produce un anuncio pactante menos inmediato y engorroso. Aires nublados

Patrones livianos con relación

Patrones pesados con relación

Patrones sin relación

Salida hacia la maqueta C. cerebral

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El efecto midáxico es la incidencia del Midax en el bienestar del enfermo. Dentro de los tres territorios de la cabeza del paciente, el medicamento sólo participa en los aires nublados incidiendo indirectamente en la operativa pactante. El midax cumple su efecto directo en la relación entre el patrón descifrado y las pirámides étalon. Es decir, sólo incide directamente en la alteración de la relación del enfermo. Como habrán notado, esta relación determina la operativa pactante de acuerdo con la calificación que se le otorgue a la relación DACC y junto con el reemplazo de lo oculto con lo conocido. Entonces, el Midax ataca la relación del enfermo e influye en el desarrollo del reemplazo, de la bola negra étalon y de la operativa pactante. Con esto quiero decir que el efecto midáxico choca y se enfrenta en los aires nublados, en el espacio de transformación de lo que El DACC quiere ocultar por una porción de la esencia del enfermo, y altera todos los participantes de la operativa pactante. El efecto midáxico crea un agotamiento de disfraces para el componente que El DACC quiere ocultarle al obsesivo. El Midax permite que el componente disfrazado con la esencia del enfermo en reemplazo por las pirámides ocultas no se encuentre. Produce un vaciamiento en la relación del enfermo que obliga al DACC a mostrarle al obsesivo el patrón con su relación oculta o retroceder la carga piramidal. El vaciamiento es una disminución de la relación entre el reemplazo conocido y el contenido oculto con el patrón despierto. El DACC jamás mostrará la bola oculta sin disfraz, si lo hiciera moriría; entonces busca cierto reemplazo en la relación del enfermo para exigir un pacto. Con el efecto midáxico, esa relación se reduce y la carga piramidal la angustia pierde contendido y arrepentimiento por su corta semblanza con la bola oculta. El paciente cree tener una mayor capacidad pactante, cuando tan sólo la incidencia del Midax exige un uso de ella menor por la disminución de la percepción del patrón y su relación en los engaños se verá que no sólo no se tiene mayor capacidad pactante con el efecto midáxico, sino que esta puede peligrar. La medicación advierte un buen pronóstico de la calma y facilita el responsable por lo menos así engaña. Permite que la bola oculta, la efervescencia del patrón original y la esencia inicial se vean menospreciadas en su disfraz dentro de la maqueta cerebral. Primero partamos desde la división de este concepto: el efecto midáxico se quiebra en un efecto inicial y en uno posterior y permanente. El primer efecto se lo denomina efecto midáxico abrupto, y cabe aclarar que

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esta definición es propia de mi experiencia, pues puede suceder en otros casos que el Midax no altere en su primera instancia de la manera en que lo hizo en mí. El efecto abrupto constituye a la primera etapa del efecto midáxico; esta etapa se caracteriza por la fuerte alteración que produce la medicación en la relación del enfermo con respecto a su estado limpio. En las primeras ocho o diez semanas la medicación, y me refiero en mí cuerpo, influye abrupta y directamente contra la angustia directa, y disminuye su grado de fuerza para convertir la bola negra étalon en algo más piadoso. Volveremos a esta etapa cuando detallemos su alcance en las conductas. La otra etapa, el efecto midáxico posterior y permanente, se denomina “desechos midáxicos”: estos son los acostumbramientos de la relación del enfermo a no tener un grado de carga piramidal elevado. Por aprendizaje, costumbre y manierismo de la primera etapa, la relación del enfermo se olvida de una fuerte carga en sus pirámides y se ve acostumbrada a disparar con una cierta angustia directa no mayor a una línea midáxica. Esta línea es el límite propuesto por el Midax en su primer efecto. Es decir, el efecto midáxico abrupto actúa hasta un determinado momento, y a partir de allí el progreso mismo de la medicación se frena, no aumenta el bienestar del paciente por su efecto químico sino sólo por sus desechos, pero no permite que su efecto retroceda hasta más allá de esa línea creada entre la mejor y peor situación del primer efecto. Estos desechos son la costumbre de no angustiarse más de lo que la línea del efecto midáxico abrupto lo permita. Y el progreso del bienestar, es decir, el progreso en la disminución de la relación del enfermo se verá determinado por los desechos que aumentan su incidencia a medida que la costumbre de una menor carga de angustia directa, relación entre el componente disfrazado y el patrón, aumente por el recuerdo de una más fácil operativa pactante en el primer efecto y de una mayor experiencia dentro del segundo. Entonces, resumamos: el efecto primero altera abruptamente el bienestar del paciente y crea, luego de algunas semanas, el límite midáxico; a partir de allí comienza el solo efecto de los desechos midáxicos que es el acostumbramiento del cerebro y el estómago del paciente, directamente por la relación del enfermo, por la mejora en el efecto midáxico abrupto. Su progreso dependerá de una experiencia en esta etapa y de una más fuerte costumbre con la primera etapa, pero nunca la angustia cruzará la línea midáxica de la primera etapa que delimita hasta

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cuánto se puede angustiar el paciente o, técnicamente, hasta cuánto peor se puede calificar la relación DACC y disfrazar uno de los componentes de la relación del enfermo. Engaños Midáxicos Si la cámara está vacía, sin patrones pesados, el derrame de los patrones más livianos sorteará el tabique de hormigón produciendo la tragedia. Estos son los engaños midáxicos: la eliminación fuerte de las porciones de los patrones pesados en su relación del enfermo, que por permisión midáxica ha vaciado la cámara, y la aparición de las porciones de patrones más livianas en su angustia directa puede provocar un derrame más significativo en la maqueta cerebral que lo que habría ocurrido sin la permisión del Midax. La falta de angustia produce derrames más fuertes y desesperantes. Los llamados engaños midáxicos son los resultados políticos de un bienestar temporal. Es el uno a uno de una economía privatizada. Exclusivamente, corresponden a la venta del alma sin mujer. Es el embustero que enriquece con la juventud para matarte arrugado y desconocido. Es el uso de la calma dado por el efecto midáxico que contrae más tarde una desesperación mayor que con la que convivíamos antes de entregarnos a las permisiones del Midax. Son las ineficiencias e inconstancias de la acción de los desechos midáxicos. Entremos directamente en la conducta no adaptada más común del efecto midáxico: Los depósitos de almacenamiento. Estos le permiten al enfermo relajar las bolas étalon, demorándolas en los contenedores transparentes, para tratarlas cuando le sea conveniente. Al parecer, al enfermo, ante una situación social desfavorable para pactar o realizar conductas no adaptadas, le es conveniente poner en lista de espera a una bola negra étalon por pactar; pero ¿realmente es sincero el regalo del Midax? ¿Qué ocurre cuando las bolas étalon se acumulan en los depósitos y luego el enfermo pretende pactarlas en la maqueta cerebral? Los engaños aparecen cuando los sensores dentro de la doble pared de los contenedores de los depósitos de almacenamiento alarman a la maqueta cerebral del obsesivo y detectan acumulación excesiva de bolas étalon incumplidas en las tierras fenicias. El sensor cuelga de los contenedores demorados; y cuando la acumulación llega a un tope, las bolas golpean al sensor que envía una alarma a la maqueta cerebral. Suele pasar que la saturación glotona de los depósitos de almacenamiento, por permisión

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midáxica, le juegue una mala pasada al paciente en el momento de retener los carteles guías para pactar el problema cuando este se debe ubicar en la maqueta cerebral. Y no sólo la acumulación es propicia al olvido del problema, sino también el plazo de resolución de la bola étalon puede afectar el trato posterior de esta. El uso de los aseguradores para los olvidos de las bolas en los depósitos no contempla una excusa para el paciente, sino que sólo abarca la falta del semáforo, los 17 segundos y el cartel guía en la conducta; que bien sabemos que son los utensilios de la memoria y el convencimiento al DACC de que el problema permanecerá activo y despierto en las tierras fenicias hasta su resolución en la maqueta. Por tanto, los asegurados ni siquiera deberían participar en las fallas de los depósitos de almacenamiento, pues el olvido de los pasos para mandar las bolas étalon al contenedor sólo se castiga, con asegurados innecesarios o sin ellos, cuando el paciente no retiene el cartel guía para resolver el pacto o la cancelación de la conducta demorada. Entonces los relajos que el efecto midáxico le otorga al enfermo pueden convertirse, luego, en trampas ineludibles. Lo que ocurre que ante el olvido del cartel guía, el enfermo no sabe qué debe pactar y se ve sumergido en una falla incancelable pues no conoce el contenido de la bola étalon y por lo tanto no puede pactar su resolución. Sé que algunos dirán, si el enfermo no conoce el problema, cómo se angustia. Bueno, es muy simple, lo que aparece aquí como pirámides étalon no es el patrón y su relación directamente, sino que en la sala de espera la bola étalon perdió su contenido, por permisión del Midax, y se convierte en una angustia directa por conocimiento tangible de la bola étalon y no por el contenido de ella. El enfermo se despierta por una bola negra pero desconoce su relación del enfermo para pactarla. ¿Cómo pactar o cancelar un problema o una conducta si no se tiene contenido dialéctico para su resolución? Y aún peor, si perdemos el color del semáforo, podemos ubicarnos en la disyuntiva de cuán fuerte es la carga piramidal del problema. Por tanto, podríamos estar desesperados por desconocer un problema que suponemos fuerte, cuando tal vez sólo sea menor. Las bolas étalon con baja relación se transforman, por olvido, en problemas fuertes sin contenido. Cuando esto sucede, habrá que crear una conducta lo suficientemente sacrificada como se estima que lo era la conducta demorada y olvidada en el caso de los depósitos de almacenamiento para las conductas no adaptadas. Pero cuando nos encontramos con un desconocimiento del contenido dialéctico de una bola

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étalon en los pactos adaptados no nos queda diagrama para reemplazar el sacrificio retórico del problema. Entonces, ante esta desesperación, el paciente se resigna a vivir su cotidianeidad con la regular angustia directa sin contenido que chocó en una bola étalon olvidada, y a esperar a que, a través de patrones similares al perdido, se despierte el contenido demorado en la maqueta cerebral; o, simplemente, a confiar en que el efecto midáxico, sin engaños, calme la relación del enfermo en las apariciones de los patrones descifrados de tal forma que aquel patrón demorado y desconocido se convierta en lo que llamamos “Comparación de patrones despiertos y demorados”: este es un principio conductista que consiste en la aparición de un patrón que conlleva una relación del enfermo conocida, pero que, con el efecto midáxico, se reduce y se calma con facilidad, y que se considera por estimación que su relación es más fuerte que la de la bola demorada; y por tanto, si con el efecto midáxico se calmó el patrón descifrado, más aún se habrá calmado el demorado. Es decir, con la resolución midáxica de otro patrón se reemplaza el pacto requerido para el patrón demorado. Si uno falla, guíese por lo que los otros hacen. Para evitar la acumulación de bolas étalon y de conductas y mantenerlas en los contenedores por un tiempo riesgoso, el enfermo diagrama “el tiempo y la capacidad de almacenado” en el uso de los depósitos; esto es la altura de la posición del sensor en el contenedor para disparar la alarma de riesgo cuando se acumulen bolas étalon con sus incumplimientos: 1 a 3 bolas étalon: 1 semana. 3 a 6 bolas étalon: 4 días 6 a 10 bolas étalon: 1 día 10 a 15 bolas étalon: 1 hora. 15 o más bolas étalon: pactar en el momento. Dentro de este plazo, ninguna bola étalon o conducta debe permanecer en lista de espera por más de una semana mucho menos aquellas que aparecen en la maqueta con una relación del enfermo, baja; pues su atención es menor y más propensa al olvido y a confundirse, luego en el desconocimiento, como con relación fuerte. Como ven, el cupo que adopta el enfermo de la cantidad de bolas étalon y conductas en los depósitos de almacenamiento es de 15 apariciones en total de alguna de ellas. Por último, suele suceder en los engaños midáxicos de los depósitos de almacenamiento, que los carteles guías aparezcan fijados en la

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memoria fenicia, pero al momento de retomarlos, dentro de la maqueta, sean tantos, muchas bolas étalon o conductas, que sus tratos y resoluciones sean aún más exhaustivas y prolongadas con un exagerado uso de la capacidad pactante que lo que habrían sido en el instante de sus apariciones pactantes. Otro caso del engaño midáxico se encuentra en el llamado “Anticipo de la calma”: este anticipo se refiere al momento en el que en una operativa pactante o en una conducta no adaptada la calma eliminación de la angustia directa o conclusión de la desesperación e incomodidad aparece anticipándose a la finalización concreta del pacto o a su cumplimiento. Cuando en una operativa pactante, la dialéctica retórica aún no ha terminado, es decir, aún no hemos planteado los contenidos suficientes para convencer al DACC, ocurre que la angustia directa desaparece precozmente. Lo que ocurre aquí es que, por la permisión midáxica, la relación del enfermo disminuye y el uso de la capacidad pactante no merece una intervención exhaustiva para tratar la bola étalon. Pareciese como si El DACC se anticipara a la resolución con la sola percepción de la capacidad pactante del paciente, y cerrara la operativa pactante sin la dialéctica tangible terminada. Ante esta calma, puede suceder, no siempre es así, que la bola étalon, aparentemente resuelta, desprenda una porción de ella con el contenido dialéctico no pactado y se asiente en las tierras fenicias dentro de los llamados “depósitos de contendores calmados”; es decir, que por el efecto midáxico, el paciente elimine la angustia directa con menos esfuerzo, pero que el engaño se presente en la apartada porción que desde las tierras fenicias pueda regresar hacia la maqueta cerebral en cualquier momento inesperado. Lo mismo puede suceder cuando la realización de una conducta y de su cancelación es incompleta o aparenta un error como una cancelación sin considerar los quiebres mentales, pero que la calma midáxica le permita al paciente ignorar su inexactitud en el cumplimiento. Estas fallas podrían volver a la maqueta cerebral desesperando al paciente en una situación incalculable. Dentro de las conductas no adaptadas, la calma aparece latente dentro de los quiebres mentales, la intensidad de los términos y las consideraciones de los pestañeos. Ante este engaño, se recomienda, siempre, terminar la voz concreta o la dialéctica del contenido de una bola étalon o conducta antes de menospreciarla como resuelta.

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Por último, nos encontramos con algo similar al anticipo que llamamos “la prepotencia de la calma sin pacto concreto”: se refiere a la eliminación de la angustia sin pacto percibido. Bien hemos dicho que cuando la relación DACC es muy baja dentro de los patrones buenos, el paciente casi ni percibe la operativa pactante que resuelve la angustia directa. Esto suele ser común fuera del efecto midáxico entre los patrones que sinceramente no conllevan una fuerza considerable; pero en el efecto midáxicos, esos patrones pueden haber sido antes, fuera del efecto midáxico, patrones malos, y se han convertido en buenos por el disparo de la medicación en ellos que disminuye la relación del enfermo; entonces, el paciente al percibir el pacto, considera el patrón resuelto, cuando, sin embargo, la acción del Midax solo prepotea el sacrificio que realmente merece el patrón y dispara a este último a las tierras fenicias, dentro de los depósitos calmados. Como descifrarán, sucederá lo mismo que en el anticipo de la calma, pero a la vuelta del patrón sin pacto, este se presentará con toda su dialéctica de contenido sin tratar a diferencia del anticipo de la calma. En todos estos casos de engaño midáxico, debemos considerar la fuerza de cada bola negra étalon la relación del enfermo sin efecto midáxico, pues así entenderemos si con el efecto midáxico, reduciendo el contenido de reemplazo, el problema merece las calmas y los envíos a los depósitos. No todas las bolas étalon con efecto midáxico se calman lo suficiente para pertenecer a las tierras fenicias. También diremos que el Midax puede considerarse por el DACC como una deficiencia en el pacto, como un sacrificio imperfecto, no sólo en el anticipo y la prepotencia de la calma, sino también dentro de una operativa pactante que sea considerada por el paciente como perfecta en todo su contenido dialéctico. Recordemos que un pacto en el efecto midáxico no es lo mismo que un pacto fuera de él. Por tanto, su cumplimiento toma el riesgo de ser entendido por El DACC como imperfecto, y Dios, la Angustia, la Culpa y el Cáncer podrán disparar devuelta el patrón y su relación o la conducta desde los depósitos calmados hacia la maqueta cerebral con las porciones de relaciones que ellos consideren incompletas de resolución y trato en cualquier operativa pactante que el paciente considere terminada. ¿Cómo influye el engaño midáxico en la operativa pactante y en las conductas y cancelaciones no adaptadas? Dentro de una operativa

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pactante, el Midax alivia y facilita los acuerdos con el DACC y aumenta la aceptación inmediata de las ofrendas. Esto genera un uso menor de la capacidad pactante y una menor cantidad de ofrendas al DACC; por tanto, podemos suponer que la coherente manera de utilizar la capacidad pactante se va perdiendo la capacidad todavía se mantiene, pero no se recuerda cómo usarla junto con la imaginación ocurrente para pactar una angustia con sus cumplimientos. Así, el peligro aparecería si ante una operativa o conducta en las que el efecto midáxico no logre reducir la relación del enfermo de manera considerable para calmar la angustia directa o la desesperación el enfermo no dispusiera de la habilidad para convencer u ofrendar lo fundamental y exigido por el DACC, como tampoco cumplir con los contratos entre ambos. También sucede que, como hemos dicho, el efecto midáxico incrementa las conductas impuras no adaptadas, y lo que es aún peor puede hacerle correr el riesgo al paciente de que peque de perezoso o burlón o, simplemente, empeore la fiabilidad de sus conductas con El Dacc. Cuando la disponibilidad de las conductas es extrema aparece el engaño de la calma midáxica disminuyendo la fiabilidad y el respeto ritualizado. Los pactos se vuelven así poco confiables en su aceptación Daccaniana. Estos son los cuidados en el pacto con el uso del Midax, que el obsesivo deberá considerar para no estropear su futuro pactante con el DACC. ¡Ye Quil!

Mi peor error fue olvidarme de estar loco justo cuando la locura golpeaba con más fuerza en mi estómago. En todo está la religión, a menos que pretendan incomprender lo que se les aparece. Yo fácilmente puedo llegar a un grado de obsesión, no hay duda en eso, a lo que no me arriesgo es a decir que será correspondida mi locura. Confiaré que en el infierno no tendré que evitar mi pestañeo o ritualizar mi sexo, pero no perderá la atención en toparme con un trauma en las llamas de una nueva imaginación. Yo, sinceramente, a veces creo; no, perdón, yo a veces creo sinceramente. Y jamás he buscado en mi cabeza lo que había previsto mi estómago. ¿No será algo estúpido ubicarse primero en el segundo paso?

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Cuando dudo, no es falta de decisión, es humildad. ¿Yo no sé cuándo protesto más: cuando veo a Cristo en la cruz o cuando veo tan solo la cruz? A veces pienso que invento más acciones de arrepentimiento sólo porque estoy perdiendo en cada día la fe. Sólo estoy tratando de engañar a quien juzga mi estómago. ¿No será la pasión de Cristo tan solo un acto exagerado por la incredulidad de su arrepentimiento? Tal vez bastara con lavarme las manos 5 veces al día, si tan sólo mi fe sería sincera. Tal vez no hubiese muerto mi hermano, si tan sólo la fe de mi madre hubiera sido reconocida. ¿Quién es quien reconoce la fe? ¿Habrá acaso en el cielo un presóstato azul que mida la presión sincera de mi fe? Tal vez sólo para eso sirva Dios. Pues bien sabemos que lógicamente Dios no puede ser un todopoderoso, pero tal vez sólo tenga la virtud de ser inmortal, y de medir nuestro engaño. Jamás ha dicho Dios que es una buena persona. En la lógica, uno no se da cuenta de que Dios no es un todopoderoso, sólo se da cuenta de que no se puede pedirle dos cosas al mismo tiempo; y eso es porque él no nos ha dado la capacidad de pedir dos cosas en un instante único y figurativo. La piedra que es imposible de levantar por Dios, lo es sólo antes de que el pensador le diga que no puede hacerlo. Si de algo sirvió Dios es de darle al hombre lógico una incomprensión del tiempo, y menos mal que lo hecho desde el comienzo. El amor es observable en la inmutabilidad del sentimiento; solo aquellos que puedan imaginar en la pureza del estómago, verán el amor en una foto. Y acaso, ¿no es el hombre con imaginación más que un observador del romance? “Yo puedo ver en su sonrisa una vejez y la renovación de mi puericia”, esto me lo dijo Lucas cuando se casó con Romina. Creo que es un buen poeta, pero sólo a costa mía. Lucas Moltrasio me dijo una vez, “Si quieres enloquecer, hazlo, pero no falles si me lo prometes”. A veces no sé quién es mejor poeta de los dos, y por esto creo que el espectador me creerá un personaje a mí y un hombre a él. Tal vez Lucas me mate sin que yo sufra una quimioterapia. La diferencia entre una vida existencialista y una esencia es el personaje. ¿A quién le creerán la influencia? Yo corrí por mí, yo corro, todavía, con las zapatillas que a Lucas le convengan. ¿Si escribo una frase que contradiga lo que Lucas les ha dicho de mí, creerán en mí o creerán en que la

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contradicción es una acto lúdico de él? Pues, ¿por qué aparece? ¿Realmente me creen vivo, muerto o inventado? ¿Sirve de algo mientras lo que crean o no, imaginen o destruyan, lleve el nombre del autor que aún vive? Pues antes de morir, solo quedarán algunos tics en reemplazo. Las tripas de mi corazón pronto se harán entierros de una influencia irreconocida. No dejaré, jamás, que perviertan mi soledad, sin antes verme un domingo en misa. Yo conocí a Lucas casi cuando él conoció a Romina. Tal vez todo haya empezado por ella. “No solo me caso, me caso con Romina”; cuánto exterminio de la institución. “No me caso con Romina; con Romina me caso”. ¿Puedo soñar algo que no sea un sueño cuando lo sueñe? Sin gramática, me refiero poéticamente ¿Puedo describirlo como indescriptible? Los que sufren son los que quedan porque lo que conocen de los muertos es lo que estos vivieron y jamás podrán estimar lo que no pudieron vivir.

El histérico conserva su acto en el otro; carece de acción; su culpa es hereditaria sin arrepentimientos. El obsesivo conserva su acto como propio e inmediatamente acciona. Sin embargo, el primero debería, por el bien de la sociedad, apropiarse de sus actos con el más brusco arrepentimiento; mientras que el obsesivo deberá descansar en paz dentro de la culpa de sus fetos. Aparece una percepción opuesta y equívoca de la culpa. El histérico deja de existir en su arrepentimiento de su acto. El obsesivo moriría si tiene una voluntad sincera de sanar. Que uno tomara el lugar del otro, los desaparecería a los dos; el histérico moriría y el obsesivo no tendría queja. Sólo pido un cambio de dialéctica y de acústica entre ambos para matar al Cáncer. La falta de historia en el obsesivo le hace gracia a mi histeria pactante; y la historia en el retórica excusa permite cancerar al obsesivo. Madre, tu Dios fue tu histérico. El carnero tu abandono. El obsesivo es un historiador, el histérico un poeta. El histérico busca la tragedia falsa, es el mártir que le roba al obsesivo su única manera de que lo miren. Al histérico le falta religión, en el sentido en que jamás serán piadosos y en el sentido de tu estúpida rebeldía. Somos todos enfermos dignos o indignos.

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Carta a Pablo Tus incoherencias, disparates o nimias se tomarán en cuenta, pero no esperes demasiada justicia entre sus agujeros. Te has creído un genio por el ánimo de un amigo histérico; créete un genio en las impurezas. Tus patrones e inquietudes no son tus errores, todo lo posible que tienes que hacer para evitar la tragedia te traicionó. No hay nada de insensato en el temor tormentoso a la muerte de tu padre cuando él ya ha muerto. ¿Cómo quieren que sujetes el impulso acústico y figurativo de una desgracia de la señora de tus pensamientos, si no tienes un recuerdo tangible que recrea la escena con otro personaje? Además, sólo intentas que no te culpen de su muerte. Tienes eternidad en tus tormentos. La responsabilidad puede aparecer antes o después de la acción. La tragedia se previene tanto como se corrige. El error es una premisa de juramento que se cura con una conducta impura. No hay cobardes en un cumplimiento, la deshonra es un perezoso burlón. Si el sacrificio cumpliera su porción con la angustia directa o pactante nos ahorraría molestias y te librarías heroicamente de tus obsesiones. Pero no dejes nada al azar; el alivio que de él vendrá, será lo que se contraponga después de las premisas. El hecho se consume previo pacto. Somos los reproches de los contenidos adaptados o no de nuestro afecto inventado (personal). Solo debemos ser lógicos para no ser falsos. Somos héroes solo de nuestros estómagos. Regula tu dolencia, te regalo mis conductas civiles. Deseo pretérito. No tenemos que traducir el afecto, sólo el sacrificio, inmotivadamente o sin disparates. La navaja en el cuello te la ha puesto El dacC; sólo debes elegir bien la dialéctica de tu arrepentimiento. Será más sencillo que matarte. Cuando quieras asesinar a la vieja que te separa de tu mujer, te encontrarás pactando adaptadamente con El dacC; cuando te castigues a ti inversamente por tu mugre, estarás salvando a esa vieja; pero cuando quieras salvarte a ti, deberás no adaptadamente pactar el reemplazo de tu impulso por un invento apto y perfecto, sin pereza o burla. Lo punitivo será adaptado; lo punible no lo será nunca. ¿No te has preguntado por qué siempre que quieres matar a alguien, terminas con la idea del suicidio? Sucede que siempre es más fácil de evitar lo segundo. Sinceramente, pienso que lo que te

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impulsó a volver y colocar de nuevo la piedra en el lugar que antes ocupaba en medio de la calle no fue un combate entre el amor y el odio mucho menos un disparate; un acto es anulado por otro en distinto tiempo, rectificando el hecho pero no su motivo. Una coerción obsesiva no conlleva antítesis de odio y amor dentro de actos distintos. No hay pugna en la piedra entre amor y odio. La hostilidad en el obsesivo no se transforma en venganza, solo en catarsis. No hay primera y segunda parte en un contenido; solo hay dos actos racionalizados y un mismo motivo dialéctico. Pero esa racionalización anula una compulsión por otra, con una misma magnitud, por responsabilidad dentro de un mismo impulso. Tú moviste la piedra en una primera parte porque la amas; y la volviste a poner en su lugar porque todavía la amas más para tener que soportar la Culpa del dacC por matarla. Tu primera razón consistió en que, si tu amada pasaba por ese camino, podría volcar su coche con aquellas piedras; tu segunda razón anunció una rectificación preventiva de arrepentimiento: si tu mujer pasaba no por el lugar donde estaban las piedras en una primera instancia, sino por donde tú apartaste la piedra a un lado del camino, el coche de tu mujer no sólo hubiera volcado, sino que lo hubiera hecho por tu compulsión. Al volver la piedra a su lugar natural, sin infección compulsiva, tanto podría volcar como no, el coche de tu amada, pero si lo hiciera, sería un acto natural. Aquí demuestro que el error de una premisa mover la piedra en una conducta adaptada ambos actos con un mismo impulso amoroso anula toda la conducta, la convierte en natural, pero el azar no acapara el contenido, sino que aparece una conducta no adaptada tu obsesión de comprensión para proteger tu arrepentimiento en caso de tragedia por no hacer nada para evitarla volver la piedra a su lugar: no hacer nada. Pablo, tienes que pactar con El daCC la conducta adaptada por acción, pues de lo contrario te equivocas y pierdes el tiempo. Yo por mi parte, ante este doble acto, ante esa desidia de la conducta adaptada que en realidad es una no existencia de conducta adaptada es una conducta natural habría realizado una conducta patrónica para calmar mi arrepentimiento; no creo necesario que me obligue a comprender cada sílaba pronunciada por los demás. Esto forma parte de las dudas y perfecciones en los pactos. Tu error fue

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abandonar los rezos por algunas letras o sílabas que pronunciabas con rapidez; sólo debías inventar algunos quiebres que anularan los planos del esclavo, y prestar atención a una correcta y regular intensidad no entonación en los planos del amo. Las plegarias deben ser la conducta más controlable, no necesitas hablar rápido para orar. Si el problema está en la mente o en el esclavo, no debes alterar el habla con sonidos o con el amo, sólo quiebra en donde está el espíritu maligno. Los quiebres evitan los “no”. Quiebre del esclavo: Tomás Cadalso Construcción del amo: Dios te proteja Un impulso no debe jamás derrotar una compulsión. Por lo contrario, las obsesiones están para crear conductas, no para suprimirlas. En todo caso púrgalas en la síntesis analítica de la dialéctica original de la conducta. Deja de masturbarte cuando encuentras felicidad, que jamás dejarás la tristeza. Yo no me habría preocupado tanto para devolver las 3, 80 coronas al teniente A o al B o a la empleada de Correos; Z; habría cumplido con alguna conducta del seductor suficiente si quieres en relación con la deuda de tu padre o con tu burla de tu amada con respecto al pecado, y gastado tantas ratas en la alimentación del algún niño pobre en la calle. Reemplaza las ratas por el niño, y no será a ti ni a tu “capitán” a quien le deba suceder una desgracia. Un rey puede equivocarse. Tú tienes que entender mejor el contenido dialéctico de las obsesiones que te gritan en el oído. Debes conocer al dacC. Sabrás que abér no varía en espacio con áber, si se tiene una buena cadena de quiebres. Tu elipsis son las porciones que el dacC arroja de sus pirámides a los depósitos Daccanianos. Tranquilo, algún día llegarán a tu maqueta; a menos que mueras en la guerra. ¿Te ha devuelto El dacC la salud? Si El dacC hubiera encerrado el azote de tu padre, la lámpara, la toalla y el plato serían patrones íntimos. Enamorar a la empleada de la oficina de correo, era sólo evitar la muerte de tu

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señora amada o tal vez para que no te matara tu hijo. Si se odia, se hace para no sentir culpa; y es allí cuando se ama aún más. Ejemplo práctico del hombre de las ratas Patrón original: el padre masturbándose en el baño. Esencia del enfermo inicial: la esencia del padre. Componentes de Relación dacC inicial: el espiar al padre y porciones de la esencia del enfermo. Relación dacC inicial o pirámides ocultas: querer matar al padre ante el miedo al castigo. Expansión piramidal oculta: culpa por querer matar al padre; castigo oficial Bola oculta: culpa por matar al padre Patrón: la invitación a devolver el dinero al teniente A. Componentes de relación dacC: la deuda del padre, las 3, 80 coronas de reembolso y la culpa por la muerte del padre. El tormento de las ratas para su padre y su amada. Relación dacC: si no entrega las coronas al teniente, el padre sigue muerto por su culpa Componente disfrazado o reemplazo o de la esencia del enfermo (inicial o desarrollada): la culpa por la muerte de la amada Relación del enfermo: si no entrego las 3, 80 coronas mataré a mi señora amada. Expansión piramidal étalon: debo entregar las coronas Bola negra étalon: la muerte de mi amada Pacto adaptado por convencimiento: no mataré a mi novia si no devuelvo las coronas al teniente A; existe un error en las premisas; y además de nada servirá semejante viaje para evitar la muerte de mi amada... Pacto adaptado por convencimiento y acción: volver a Viena y entregarme por entero a mi amada. (Pacto no adaptado por insuficiencia o desidia del pacto adaptado) Bola negra étalon: arrepentimiento por la muerte de su amada.

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Primer resultado propuesto u ofrenda primera: mandar por un enviado las 3, 80 coronas a la oficina. Segundo resultado propuesto u ofrenda segunda: hacer todo el recorrido hasta la oficina de correos y rembolsar las 3, 80 coronas. Resultado aceptado o sacrificio: hacer todo el recorrido hasta la oficina de correos y rembolsar las 3, 80 coronas. Responsable: cumplido. Este diagrama tendría valor si la bola étalon descripta fuera conocida por Pablo; pero por el contrario, esta bola es sincera, por tanto desconocida por él. Así las conductas pactantes que él realiza sin percepción de la bola étalon sincera son adaptadas al problema conocido: la bola étalon simple: no quiere deberle a nadie esa suma de ratas. El sacrificio de tener que viajar hasta la oficina de correo parece demasiado en relación con el problema conocido. Pero este último tiene una carga piramidal fuerte, desarrollada en la bola étalon simple, pero con la energía cuantitativa y cualitativa de la bola étalon sincera recordemos que la angustia directa es la carga de la bola étalon entera, y no solo de lo que quedó conocido por el paciente. Entonces Pablo pacta la bola étalon descripta en mi diagrama con su carga piramidal, pero con un contenido menor; lo que nos supone que el esfuerzo es mayor al problema, cuando se debería decir que el sacrificio corresponde en proporción de esfuerzo a la carga piramidal étalon a la angustia directa, y a la bola étalon (entera). Así la conducta adaptada se transformaría en no adaptada, y se generaría una conducta adaptada previa que consistiría en convencer al dacC de que no matara a la señora amada. Ante la incompetencia de esta conducta y de la conducta por acción, se crea la conducta no adaptada de viajar a la oficina de correo que no tiene ninguna correspondencia con evitar la muerte de su amada, sino sólo con arrebatarse el arrepentimiento por no hacer nada para salvarla. Las conductas siempre se correlacionarán con la bola étalon entera, pero su desconocimiento total confunde al paciente y lo convierte en absurdo con respecto a sus acciones. Igualmente, yo habría pactado con El dacC alguna conducta del seductor para anular la ofrenda aceptada de viajar hasta la oficina de correo. Alguna conducta que garantizara mi regreso

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pronto a mi amada, pero que fuera tan fuerte en su sacrificio como lo es viajar para rembolsar las 3, 80 coronas, pero quedándome en casa. ¿Quien dice que el obsesivo prescinde de la lógica? Volvamos a la historia de la piedra. Pablo se ubica en la irritante indecisión de decidir la acción por tomar para salvar la vida de su amada; El dacC le presenta tres conductas posibles, de las cuales solo una salvará a la mujer; las otras dos la matarán. Pablo puede mover la piedra a un costado derecho de la ruta; moverla a un costado izquierda; o dejarla en el mismo lugar donde está. Sabemos bien que él eligió en una primera instancia mover la piedra digamos a la derecha. Pero El dacC, luego de su elección, le mostró que la opción de mover la piedra a la izquierda mataría a su amada; y le dio la oportunidad Daccaniana de cambiar, en caso de quererlo, la opción elegida ¿Por qué Pablo cambia su elección? Aquí aparece “aquella capacidad de prescindir de la lógica que tanto nos extraña siempre en los neuróticos obsesivos de aguda inteligencia”. Es preferible tener dos acciones, que tener una sola. Cambiando, Pablo aumenta al doble las chances de acertar la vida de su amada y evitar su desgracia. Cuando movió la piedra en una primera acción, tenía que elegir una opción entre tres. Luego de la piedad del dacC, la mujer estará viva en una acción y muerta en la otra. Si Pablo cambia, la salva en dos de las posibilidades; y sólo evita una vez su tragedia si conserva su elección. Claro que su usted habla del amor y del odio, bueno... usted sabrá, Sig. ¿Habrán tomado las mayúsculas un valor distinto? Al Cáncer Amigo: No hubo mujeres, no hubo médicos que rescataran hígados infectados, no hubo Cristos piadosos; no hubo inventos o magias, no hubo consejos y aprendizajes que me hayan devuelto mi salud. Tú me has curado y me has dado la salud por la que he luchado por años. Me has matado y dejado vivo y estoy así viviendo un suicidio

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alentador. Las conductas solo desprecian la indiferencia. Jamás deberé olvidarme de arrepentirme. Mis impurezas son la acción de las no adaptadas que viene del agotamiento de la dialéctica del miedo y después de la reflexión pactante dentro del arrepentimiento. El histérico se ha convertido en moral. Su carencia de arrepentimiento impidió su llegada a la compulsión; sus pactos son solo adaptados y exitosos; de nada le sirve llegar a la incongruencia de intentar evitar responsabilidad. Ubicándome en mis arrepentimientos, evitaba pestañear y repetir palabras; pero he perdido todo carácter moral en mi esencia. Las charlas retóricas con el dacC fueron histerias que por sus desidias se transformaban en obsesivas. El obsesivo será siempre primero un histérico. Su incapacidad retórica para degollar una próxima tragedia lo convierte en obsesivo. Yo tengo imagen acústica porque soy un arrepentido. He merecido la manifestación de mis secretos. La normalidad será una falta de irresponsabilidad. Yo no soy una obra mía, soy la culpa varonil de mi madre. No quedaba otra alternativa que pedirte una mano, y todos sabrán que te has comportado bien conmigo. Eres la obra social más ineficiente y rentada de la historia. Eres la mera contradicción de los que no entienden los recursos de una salud impecable. Eres quien encuentra el error pictórico de las dos imágenes. Lo que sobra, con ajedrecístico fruncido de párpados. Eres mi estómago más saludable. ¿Y a mi cerebro?, le has devuelto su estúpida y más merecida tranquilidad. Y pensar que algunos te entienden como mala palabra. Te repugnan y te distancian. Yo, por mi parte, te agradezco la colaboración cuando nadie pudo recuperarme. Eres la medicación más barata, accesible y divertida que un paciente pueda conseguir. Mi descuido le paga a la industria del fármaco. Esa industria que tanto me ha robado, por años, billetes con presidentes que aún no descubro qué han querido hacer de nuestra tierra. Contigo no tuve que tener cuidado en olvidarme de escribir “Tratamiento prolongado”, y nadie ha hecho un negocio con mi malestar. Enfermo estoy sin la macabra y lúdica presión de mejorar a costa de la riqueza de los vendedores de droga. Más enfermo que sano, más sano que enfermo, pero menos usado. Estoy sorprendidamente más

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sano y menos usado que jamás lo haya estado y creo poder hoy divulgar la mafia de lo que llaman “esperanza de mejora y calidad social”. ¡Qué se pudran los que prometen y los publicitarios en consultorios! Yo opto por un próspero presente y una anunciada desaparición. Tomás Paso. Casi la última carta Qué terrible, querido lector, que con sólo su tacto se dé cuenta de que pronto moriré. Se está perdiendo el misterio en los libros, a menos que yo decida no morir, pero acaso ¿puedo yo decidir eso? Ni siquiera puedo mentir; lo hará, si así lo desea, mi lucrativo compilador. ¿Será algún día el invento el sincero revolucionario de los héroes que no quieren morir? ¿Podrán unificarse los espacios naranjas para amenazar a mi científico con su muerte durante mi asesinato? ¿Saben de qué estoy cansado?, de hablar de mi cerebro y de mi estómago como si ellos fueran mi yo. Pero, diablos, que me he divertido mencionándolos, y cómo me he excusado de encontrar una plena definición de mi yo, o de mi esencia o de mí... ¿qué demonios es el yo? De todas formas, ellos me han dado un esqueleto muy detallista y penetrante. Me han dado huesos con razonamientos y dudas. Han maldecido lo que tantos poetas idiotas llaman alma y han recuperado la virtud de un artista sensible y con imaginación. El estómago y el cerebro son las dos partes únicas de un próximo muerto, que reflejan la más puntillosa fascinación y la más exacta y penosa emoción de su vida. No hay palabras más precisas para definir y dibujar un retrato de un inmortal. Si todavía creen que el alma perdura, le diré que esta pobre elevación del cuerpo no es más que un gas de sus traseros, es decir, un mal educado oportunista cuando sus estómagos se retuercen. No hay inmortalidad sin estómago, no hay oportunidad de inmortalidad sin cerebro. De nada sirve los otros apelativos de nuestra esencia.

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Y miren, ustedes, que a pesar de que me falta hablar de tantos influyentes de los últimos tiempos, no quiero exagerar en la in-dignificación de ellos, para tan sólo creerme un rebelde en mis tiempos. Porque admito que a muchos he criticado para tan sólo hacerlos pensar e interrogar en personajes consagrados y así que crean de mí una cierta desconfianza de todo progreso; pero el Cáncer sabe que he hablado sin autoridad. Soy el intelectual más mentiroso en la historia del pensamiento y, sin embargo, presumo que me pensarán hasta que de mis juegos deduzcan lo que realmente quise desvalorizar o imputar. Soy la merma de una de las más últimas opiniones misteriosas de los antiguos siglos. No me estudien, deslúmbrenme. Te agradeceré, Lucas, que no desvirtúes demasiado lo que trato de transmitir. Sé que tu cabeza está limitada en una cierta burguesía feliz, pero trata de retratarme como yo lo auto/hice. Si quieres mejorar lo locura, hazlo, pero ten mucho cuidado en no transformar mi legajo en una mera modernidad literaria. Olvida todo lo que has estudiado y no cambies palabras; cítame sin comillas. Por favor, que no podré defenderme sin sangre ni hígado.

La esencia de mi enfermo es la relación generacional de mi estómago. La concreta enseñanza del dacC en todas las carnes de mi alrededor. La esencia es el contenido constante y burlón de la pecaminosidad del influyente en mí. Mi bola oculta se cierra y se disparan sus pirámides por la derivación bloqueada cuantitativamente de las más ocurrentes génesis individuales de mi herencia. Mi constitución física ha hecho de mi esencia un sensible varón. La esencia es castigada por mi falta de inocencia; y su pudor encierra el pecado. Los enlaces, categorías, pactos y poesías distribuyen sus cargas históricas en mi estómago. No querrán más que una elocuente operativa pactante.

Yo no sé, ni tampoco quiero saber, si mis declaraciones son copias en un nuevo siglo, pero lo que intento defender y hasta, tal vez, proclamar es el reproche de todo lo que no se sostiene. No tener

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hijos me ha llevado a inventar otra cosa, otra responsabilidad: el figurativismo. El figurativismo busca convertir lo escurridizo en tangible; dar forma entiéndase con esto, ocultar, enmascarar, colorear a todo lo que aún no es sólido. Antes de ser nada, hemos sido todo. Morimos en la nada, nacemos precedidos por el DACC. Como hombre, yo soy lo que el patrón original hizo de mí; y seré libre convirtiendo mi fatalidad en sólidos patrones que excusarán mis pecados. Existir es angustia, la esencia es la relación entre mi libertad y el DACC. Yo no paso depresiones, interpreto la condena antes de mí. Mi esencia luego de existir es la condena de la libertad que mi esencia antes de existir pierde ante la primera acción del DACC. Jamás he dicho que nacemos sucios y vivimos limpiándonos, sólo he dicho que se nace y se vive así. No me culpen de desatender la belleza cuando no estuvo nunca. El mundo existe por desgraciado más que por feliz. El hombre es sólo responsable de la piedad del DACC; el DACC es responsable de todos los hombres. El DACC es el obrero de la esencia del hombre antes de angustiarse; el hombre es el obrero de su existencia. El repliegue es el malentendido más sórdido de un rey; la esencia, después de existir, jamás se verá solitaria; será la angustia, el existir, quien se repliegue en el hombre. Se compran flores de un florista, y se viaja en taxi con un taxista, pero al llegar a la leonera de la angustia, existo sólo con ella. Que mi alrededor me ayude a conseguir mi libertad y a colaborar con mi existencia, no significa que exista con los demás. El hombre existe como tal cuando aparece el patrón oculto; cuando aparece en él la culpa que le permitirá existir y formarbordear su esencia. El DACC espera el desarrollo de la esencia del hombre antes de su existencia, y lo hace para aparentar una realidad; la culpa que aparece en el estómago del hombre bien podría estar allí sin ninguna intervención de ninguna esencia, pero el DACC espera la formación de esta esencia que precede la existencia para evitar la magia. Dios bien puede hacer milagros, que no los haga sólo es el disfraz de él para evitar la locura y la destrucción. Entonces, crea una esencia en el hombre para permitirle una interpretación, inocente o inmediata, de la angustia en su estómago: de la existencia. Es la aparición de un patrón y la esencia del hombre quienes, en relación, justifican la culpa y la consiguiente angustia.

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La lucha y la perseverancia para apagar esta angustia, para terminar de existir le consigue al hombre el motivo de sus pactos con el DACC: la libertad. La esencia antes de existir es la felicidad más sólida y mnémica del hombre; al existir, el hombre convierte su esencia en el proceso creativo y desesperante de abolición de su propia existencia. No es socialmente bueno fomentar la magia, el DACC hace de un milagro un acto interpretado, y cuando esta acción corre el riesgo de aparecer como milagro, es decir, se encuentra a punto de una inefable interpretación, tal vez hasta de un malentendido, aparece esa palabrita que asesina todo milagro: inconsciente. El hombre se divide así: El dacC, la esencia que justifica la acción del DACC, la existencia y la esencia que elimine la existencia. Yo soy culpable en cuanto el DACC despierte en mi estómago a la angustia que mi esencia debe destruir. En el figurativismo, todo es un dolor de estómago; y el cubo de levadura es lo tangible de ese todo, es quien le permite al hombre adueñarse de su fe, de su dolor y de su existir. El hombre ha evolucionado en su cura en cuanto fue nombrando lo que no tiene forma, pero hoy hace falta convertir lo que se nombró en una masa que pueda masticar y aún mejor vomitar luego. No podré jamás engañar al Cáncer, pero si él se convierte en huesos y piel podré enterarme si el cuchillo lo perforó. A lo que no muere nunca, hay que darle vida; ningún vivo se salva de morir. Transformemos al Cáncer o a la Culpa en lo más indefenso y frágil de la tierra: en un hombre y si es posible, en un loco, en el frágil de la sociedad. Ya son las doce de la noche, pero en mi país es la una; el tiempo pasa cada vez más rápido, será que estoy rejuveneciéndome. ¿Quién ha tomado a Dios más serio que yo? ¿Quién ha hecho de su ignominia una excusa de la falta de responsabilidad del hombre? No es armónico para Dios que todos crean en él. Debe engañarnos, debe hacernos creer que es la excusa del ingenuo, para poder seguir influenciarnos perversamente. De otra forma, ¿de dónde sacaremos nuestra vida? Yo hago pactos con él sólo para divertirme en el entretenimiento de una noche perdida. No se juega al juego de estrategia de guerra sin hacer pactos, no es entretenido

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luchar sin aliados. Quien nos salve no será uno mismo, será el aliado enamorado, el aliado sincero. Con todos sus disfraces, no hay nadie más sincero que el dacC. Madre, ¿has entendido por qué el pecado que encerró mi culpa es original y no primero? Mi estómago sólo es pecador por su relación contigo y no por la inconclusa y primitiva percepción del pecado. Tú no guardas pecaminosidad en tu asesinato, la he estado guardando yo todo este tiempo. Soy el esclarecimiento de tu primer pecado y de mi pecado original. Entendí A / L pecado original en virtud de las revelaciones del Cáncer, y ahora debo pagar la deuda de tal ventaja. Mi patrón juntó mi esencia para transformar tu primer pecado en mi original. Yo soy el primer pecado de la madre. Cuando nací, tú te excluiste de la historia, pues solo dejaste de pecar en cuanto yo transformé tu patrón primero en original, y el pecado saltó por delante de ti. Estar fuera de la historia significó que te ubiques fuera de la redención. Tu sacerdote jamás rozo tu peluca porque yo era el monstruo de la continuidad de tu pecado. Mi individuo está a la par de tu especie residual de pecados. Soy la perfección contradictoria del estado. Soy el problema en movimiento que vislumbra tu asesinato y reclama su propia redención. La pecaminosidad de mi patrón es la consecuencia de tu pecado, y soy condicionalmente lo que por mí te saltó por delante y te absolvió. Y tu entendiste la absolución, pero te condenaste a un patrón evaporado tan sólo porque se disolvió en la percepción de mi estómago ante el minúsculo rejunte culposo. El trauma comenzaría en mí, y tú dejarías de ser humana. Mi angustia es un pecado como cualquier otro; es un número; la culpa es el color que inició la historia por delante de ti. Ojalá tu pecado sea tan sólo un mito. Mi pecado vino a mi estómago por medio del tuyo, y sólo es una continuidad. No quiero considerarte tan sólo como un pecado sin la especie de tu rostro, pero ya no recuerdo tus abrazos y mucho menos tus arrugas. Soy inmediatamente inocente, pues el Cáncer ha anulado mi culpa. Mi culpa tiene su responsabilidad en tu inocencia, y ha crecido de ti en mí desde tu feto. Mi frívola melancolía armó mi trama. ¿Qué estuve haciendo con lo puro de mis conductas? Nada; y la nada es un reemplazo de una angustia por otra, y yo soy

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inmediatamente un muerto de Cáncer. ¿Quién ha puesta la concupiscencia en el feto de tu madre? Propagado por ti, he dejado mi inocencia en aquella cosa que no es ni culpa ni pecado, sino solo un utensilio de ellos. Cuando la Culpa se disfraza de la Angustia, recupero mi falsa inocencia e intento que el pecado salté por encima mío. Mi primera novia fue lo que yo fui para ti. La angustia será la única que lleva adjetivos, pues es libre. La angustia es la relación de mi estómago con mi cerebro disfrazado. Mis conductas matan A / La obsesión en tanto he creado la conducta madre y sentido la prohibición de mis impulsos. A partir de allí, reconozco al bien en la compulsión creativa de mi ocurrencia patrónica, en la desesperación e incomodidad, y al mal como esa angustia pactante que se bate a duelo a cada segundo. Lo que aún no sé es quién tiene más hijos: mis conductas o mi angustia directa. Tú no has comprendido tu sanción, y le he tomado yo desde entonces. La angustia me duele más a mí que a ti, pero yo soy el arrepentido de tus torturas. Sin futuro no hay necesidad de redención. Soy perfecto dentro de los carpocracianos, pero inhumano en mi estómago. Madre, hoy muero de Cáncer para sacarte de la leonera en donde te manosea.

1) 2) 3) 4) 5) 6)

El patrón del Cáncer de mi madre en mí. Sentía culpa por no hacer nada para salvarla. Sentía culpa por haberle ocasionado el Cáncer. Sentía culpa por no hacer algo para que mi madre me matara para salvarse ella, como lo hizo con mi hermano. No querer que el Cáncer me agarre a mí también y sentir culpa por no salvarme. Sentir culpa por haber querido que mi madre no se salvase para que el Cáncer no me agarrara a mí. Haber matado a mi hermano. TODO ES PRÁCTICAMENTE LO MISMO.

Si eliges sentir culpa por no haber hecho nada para salvar a tu madre, pasa a la primera página.

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Si decides sentir culpa por haberle ocasionado el Cáncer, pasa a la última página. Si decides sentir culpa por no hacer algo para evitar que tu madre te mate, pasa a la primera página. Si eliges sentir culpa por no hacer nada para que el Cáncer te agarre a ti junto a tu madre, pasa a la última página. Si decides sentir culpa por no haber querido que tu madre se salvase, pasa a la primera página. Si decides sentir culpa por haber matado a tu hermano, pasa a la última página.

A los Cuatro Fantásticos El rostro de Dios está pintado en lo que no entró de mi última tela. Es un pelado en quimio. Su barba se ha derretido en mi baño, ha tapado mi rejilla. La Angustia es una vieja en silla de ruedas, pero conserva aún su caballera rubia y el recuerdo de una figura delgada, alta y levemente encorvada. Dios me balbuceó al oído que la Angustia tolera un blanco metalizado en su cabeza, pero El Cáncer le vende pelucas rubias por estómagos. La Culpa es una adolescente hermosa, con un cuerpo tan irreprochable como envidiable; enamora los huesos que la acogen con fascinación y sin percepción. Es la dama de los estómagos. La dulce dama que enamora los cobijos del obsesivo; la acústica invisible de una mujer irreconocida, pero irresistible. El Cáncer juguetea con sus muertos, les roba sus pelos, vende sus pelucas y amanece teñido de azul todas las mañanas. Es el peludo de las alturas. Es quien mata la dulcera de la Culpa alistando prosperidad en el más allá. Ellos son Los cuatro fantásticos, y con ellos me he divertido durante toda mi vida y mis sueños. La última C entró en mí, y ha matado al resto. El Cáncer es el traicionero que me quiere para él solo. Entiendo que sus atuendos serán con el color o la acústica muerta de sus patrones: barba, vieja en silla de ruedas, una dama hermosa, pelo largo y azul; sabrá el conteo particular de las mentes apreciar lo que su acústica patrónica vislumbre sus estómagos en relación a cada una de las esencias de la

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civilización individual. Pero Los cuatro fantásticos se han mandado a hacer trajes negros apretados al cuerpo no saben cómo le queda a la Culpa; por Dios, es un infierno esa mujer con un símbolo redondo, agujerado tal vez y de plena advertencia. Son las personas de mis objetos directos. En mi vida he tenido la suerte de que en mi primer chocolate Jack me haya tocado Dios; en mi segundo, la Angustia; cuando compré el tercero, vi el muñequito moldeado con la figura impactante de la Culpa; y en mi cuarto Jack derretido, palpé pelos con colorantes en un chocolate feral, y me imaginé yaciendo adentro de mi envoltura obsidional.

Yo no quiero ser un gran escritor, pero lo que no quiero de verdad es que me ubiquen tercero en el ranking sólo porque no soy viejo, no estoy muerto o no soy un gran estudioso de la literatura inglesa. No me pongan en la modernidad si eso me traerá un puesto debajo del primero. No moriré en un sueño malentendido en Ginebra. Yo les pido que me crean un muerto, quiero ser un genio. Los grandes genios han caducado. Lo que han hecho mal nuestros históricos artistas es la adaptación con el entorno. El genio que persiste se ubica siempre sin condicionales de tiempos. La guerra ha creado íconos incongruentes dentro de la democracia. ¿Se preguntan dónde están los héroes de antes? Solo existían por el ruido, por la revuelta; cuando la calma aparece, ya no saben qué idear. El artista depende de la guerra. ¿Por qué creen que el siglo pasado ha dado tantos genios que hoy no sirven? Ellos han muerto o morirán, pero ya han dejado de vivir. Si Dios nos mata, bienvenida sea su voluntad y su más hipócrita benevolencia de agradecimiento, que mi estómago no le saldrá de testigo. Escribiré pendientes para que Dios nunca se convenza de matarme. Un arte que pronostique otro aún mejor o tan sólo necesario, y jamás Dios entenderá que ya de nada sirvo. Prefiero morir que quedarme paralítico, será solo por la manipulante consideración de la muerte como inevitable. Aún puedo evitar la parálisis por siempre. ¿De qué se condena a un condenado a muerte cuando mata a otra persona minutos antes de su ejecución? Tendrá que ahorcarlo Dios; qué ganas no le faltarán. Al Cáncer no le

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interesa el arte, mucho menos el mío. Yo sé muy bien que la mujer es una circunstancia, pero no por eso debemos dejar de creer que la que tenemos al lado es la única. Porque lo es en dónde y cuándo cayó en nuestras vidas. “Fue la única que me...” pero varias lo habrán sido si la casualidad no nos topara con la única. Pero ella, la única, es la dueña de la casualidad. La única que, hasta el momento de su aparición, cumplió con todo lo que añorábamos. Respetemos el encuentro y vivamos sin suposiciones histéricas. El amor es la casualidad de la mujer. Dios aún se acobarda ante mis reproches. No debería estar hablando de la D; si la decapitación será en la última C.

Y no quiero vivir más, porque sabrá Dios a qué locura me arraigaré si muere mi padre, que es aún más que mis inventos más hermosos y bondadosos de mis incalculables cerebro y estómago. Es aún más que mi madre, con toda la comparación más nefasta y traumante, realmente lo es. No quiero padecer su muerte. Huyo y me muero, corro, tal vez, sólo para evitar llorar, por fin, arrodillado en el féretro de uno de mis padres. De mi padre. Egoísta como un hijo rebelde, no me atrevo a despedirte, Padre. Te dedico mi vida y mi más mentiroso final que tendrías que merecer si tu fuerza no fuese aún más dedicada que mi enfermedad o mi suicidio. No hablé mucho de mi padre, pues busquen en la normalidad sanaque jamás la he mencionado como habría querido, y me verán envuelto por él.

Soy un hombre que ha surgido de un estómago podrido, menospreciado y, por sobretodo, iluminado. Me he vuelto con los años más corto. Más corto en mis frases. Menos científico, más espontáneo. Ya no logro explicar una oración, sólo puedo recitarla. No dura mi frase más que un renglón, y, sin embargo, hace falta más que un día para comprenderla. Mis misterios son sin comas, sus percepciones, cuentos de un cuaderno de San Martín. ¿Creen realmente que sé todo lo que he sintetizado? Pues la verdad que jamás he leído un libro de Simone o del derechista arrepentido. Pero

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lo importante es que los haré leer para que me discutan. Y valdrá la pena, me han dicho algunos reales lectores. Me han relatado un sueño tan perverso que no me levanté del grupo de surrealistas que me reprochaban la influencia de fascismo. No logro mentir si en mis sueños tiendo a despertarme dormido. ¿Aún no te has dado cuenta de que no te has despertado? Cuando veo a Dios sé que aún no es hora de ir a trabajar; cuando me visto por la mañana me esfuerzo por retratar al Señor y sólo veo los ojos de mi padre. Mis recuerdos oníricos no son más que familiares en una cena. Tomamos tantos caminos, que ya no sé qué melancolía optar. ¡La mejor de las melancolías! ¡La peor de las mentiras obligadas por mi cerebro! La torpe de todas las actuaciones ha caído en mi escenario. Trato de improvisar, pero la comedia no me deja alternativa más que un engaño bañado en el más invalorado recuerdo. No tengo nada porqué llorar, pero les he mostrado una coraza que estarán esperando que explote. Explotarán los sintagmas. Jamás me verán realmente loco. Mentira es mi vida, verdad será mi recuerdo. Precario mi paso, gloriosas sus interpretaciones. No está en mis manos ser un genio, está en mis pedanterías ser un fantasioso. Nadie me amará si les insisto en diferenciarme de ustedes, nadie me valorará rico, si puedo morir pobre. No moriré pobre, porque necesito el lujo, pero regalaré mi fortuna culpando a una desgracia alcohólica para poder desaparecer sin castillo ni Suiza. Si del amor rescato un leve encanto, de la muerte rescataré mucho más que una promesa incumplida. Del cielo ansío su más febril indiferencia; del infierno, su más grato reconocimiento. El diablo me entusiasma; Dios me vuelve a la real resignación. ¿Para qué optar por el Cáncer, si puedo morirme antes de que mi tumor sonría? ¿Por qué creer en una enfermedad, si sano puedo ser asesinado? La cena de hoy me traerá una decepción que me hará entender que pronto puede lo grato perderse. No sé hasta cuánto puede durar la educación, sí sé hasta cuánto puede durar el aprendizaje del bien o del mal. Delincuentes o doctores, aprendemos a dejar morir al prójimo. Todos copian a Salvador, yo le extirpo lo que nadie entendió de él. He dejado mi firma en el bar del medio de una calle confusa, y jamás fui de pensar entre ebrios. ¿Dónde va la vida, si es que no va donde la entendemos lejos? ¿Dónde va la

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última mujer que te besó, si no se casó contigo? Será solo la saliva de tu suicidio, pero siempre acabaremos por culpar al hogar gelatinoso del feto que se escapó del cielo de los aún no vivos. Si muero hoy, sabré que mañana seré un inconcluso monstruo. Si muero en pocos meses, habré revelado el engaño de mi desaparición. ¿Creen aún que me queda mucho más por vivir que la mentira inmortalizada de mi precario y resignado y desesperadamente intérprete estómago? No, no me queda más que un último color que defina mis revelaciones en un negativo y mi voz en un VHS. Y por Dios, que mi color no es sublime y mi voz no es emblemática. Mis voluntades sintetizadas no serán más que una significación familiar. A lo más lejos que puedo llegar es a un primo del interior. Que alguien me calle antes de que pueda sobornar al medio de las imágenes milagrosas. Todos queremos descubrir a Dios, yo he descubierto la puerta de su habitación, y no veo carteles de “No pasar”. ¿Qué hago?, sólo les pido no creerme un loco cuando relate lo que vea en esas paredes. Sólo por el malentendido, he dudado tantas veces en entrar. Sólo por la crucifixión por rebeldía y modernidad, no grito al mundo lo que Dios hacía con mi madre, y con todos sus muertos queridos. Si Dios aún no sabe cómo desvirgarme, lo haré yo a mi manera. ¿Cuánto perdemos en una lectura y cuánto ganamos en la pereza después de dos o tres novelas, ensayos o cuentos? ¿Cuánto me puedo excusar en la depresión que me contrae el conocimiento? ¿Cuánto más intelectual debo ser para enfermarme de Cáncer? ¿En qué capítulo debo desertar para dejar de fumar? Si debo morir, ¿cuándo entenderé que es necesario para mis hijos hacerlo? Pariré muertos sin estómago y moriré engendrado por mis nietos más valiosos. Así he de morir y así he de mal aconsejar. Vivir, morir, sabrá la culpa que manejará mis divisiones de migajas de pan y mi borrachera de vino o sangre más malinterpretadas de mi corta vida y de mi pronta desaparición. Yo sé que estoy actuando en mi llanto, pero sé también que muchos llorarán con sinceridad en mis escritos. Yo sé que Dios no me quiere matar aún, pero ¿Quién pregunta por qué lo sé? ¿Lo pregunto yo o lo pregunta mi estupidez? ¿O acaso está desafiando Dios mi confianza o interpretación de él? ¿Quién sabe realmente que no te va a matar durante una preparación de una sopa con huevo? ¿Por qué yo sé que mi pensamiento más

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reprimido no oculta mi más próxima e inevitable desgracia? ¿Por qué le tengo tanta confianza a Dios cuando no hago más que burlarme de él? Le hace falta comedia al mundo, y yo, sin embargo, confieso que le temo a un inesperado puñal en el más estúpido y cotidiano viaje al supermercado. t.P Con sólo renombrar algo, cambiamos las puertas de la percepción. ¿Quién tiene el poder de abanderar los estados de la mente? Y aún más, del estómago. ¿Acaso nadie me permitirá cambiar? ¿Quién mata a otro tiene más poder que el muerto? ¿O siempre entendemos al poder como un mensaje previo a morir? La impotencia que vemos en el asesinado se transforma en respetuosidad cuando intentamos entender que se dejó morir por algo; siempre y cuando hayamos visto en el muerto una cierta inmortalidad cuando vivía. “Él sabía que se iba a morir”, pareciera que esta frase convierte al muerto en digno, cuando tan sólo es un hombre y, como tal, se enferma antes de que quiera morir. Eso es lo que hace la enfermedad, dignifica al muerto que jamás pudo privarse de su tragedia. Qué mundo maravilloso: no estoy diciendo que la felicidad sea estúpida, por lo contrario creo que un hombre feliz es un reprimido extraordinario; y eso es muy admirable.

La quimioterapia es para los hijos, no para el marido. El marido gasta plata para que muera algunos días después; la mujer con Cáncer resiste para educar a sus hijos por unos días más. Y por dios que vale la pena. Creer en Diosito es terminar con las preguntas; no hacerlo es empezar a vivir cuestionado. Yo me considero un cobarde y será sólo porque en el dacC encontré una excusa a mi precario destino. Si acaso triunfo, jamás lo nombraré; no quiero que me arrebate el crédito de mi heroica prevalesencia. Qué poco sé de política, qué poco sé de filosofía y de religión, pero cuánto sé de mentiras, de engaños y de actos teatrales y de habla. Pero todavía no sé absolutamente nada de.............A................. estaciones de servicios; ¿acaso esperaban que dijera de amor? Pobres diablos, si tan sólo esto lo estuviera relatando en un video, con una pausa, pensarían que diría amor o

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vida, pero en un escrito su vista se adelanta y mata el misterio y la ironía (traté de alargar los tres puntos suspensivos para alejar su vista de la respuesta, pero no pude hacerlo como quise pues mi editor no permitió, ¿verdad?, más de 24 puntos en la página. Sí me dejó poner una A para distraer. Como si el corrector fuera a ganar un premio de literatura). No pretendo que corrigan mis errores en gramática, sólo espero que no corrijan mis nervios. ¿Y qué sé de medicina?, pero he besado al Cáncer con tanta pasión que seré la envidia de los que estudian su prevención. Yo tengo a quien los doctores no saben cómo romper con él. ¿Acaso no soy el novio con más misterios del mundo? ¿Acaso no soy una síntesis de todas las preguntas del inconsciente de los más idiotas y del consciente molesto de los más inteligentes? Y ojo que yo considero a los matemáticos inteligentes, pero no quiero que me cuestionen, yo ni siquiera sé cómo se mide el gas o cómo sacar un coseno sin calculadora. Ni hablar de un electricista. Por Dios, cuántos cables para un solo propósito. Clara creería, dentro de la ciencia de las demoras psicología, que el Doc se ha vuelto loco; en lo fantástico, lo seguiría volando por el costado de un tren descarrilado. Tener los pies sobre la tierra significa un predominio del psicoanálisis sobre la inverosimilidad fantástica que no nos corresponde. La ciencia de las demoras se anticipa a lo inmediatamente fantástico, y derroca nuestra prosperidad. Y pensar que esa idea podría haber destruido el nazismo antes que a Biff. Realmente, George era un estúpido, porque criar a un privilegiado para no resolver nada, es muy del norte. Yo no estaré con la juventud de mi madre en un auto a las afueras de un baile escolar; pero chocaré su palma para cambiarle el lugar. La sacaré de las sábanas del Cáncer y pediré una manta que no me raspe. A veces me veo volviendo al trauma de mi madre, evitándole tener hijos. Yo hubiese sido un buen novio para mi madre. Por Dios, que mi psiquiatra ha hecho cosas en mí. El otro día miré a una mujer en un colectivo que me guiñó el ojo; tanto se parecería a mi madre que me largué a llorar. Fue la primera vez que exploté. En un escrito connotativo no nos damos cuenta de su intención hasta que el autor dedica sus líneas. ¿Cuánto va a repetir Lucas en sus próximos libros de mis más presupuestos mensajes

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(Problemas del Marxismo I)? La mente es buena para charlar; el estómago es la mejor manera para sentirse diferente. Mientras nadie me conozca, nadie podrá lamentarme; cada vez que gritaba mi angustia con la queja de que nadie la conociese, estaba perdiendo mi reflexión. El obsesivo no es un muerto ni un vivo, su esencia es un disfraz. No es raro tener una foto de un ídolo en la pared, raro será cuando podamos recrear el momento en el que se cortó, se laminó, se busco el rincón perfecto y se identificó con el propietario. La locura se observará solo en el esfuerzo, jamás lo hará en el resultado.

En la precisión encuentro un ciego error, en la equivocación, una sincera visión de mis próximas decisiones. Mi estómago no es un nudo o un síntoma, es más que nada un cubo de levadura. Una masa elevada es una angustia despierta, una culpa por tratar o esconder. En mi país todos piden muerte a los asesinos sin educación, pero parece que a aquellos asesinos que matan con el cuerpo erguido y una bandera los llaman mitos. Hay un concepto tan incorrecto y contradictorio del bueno y del malo que hoy nadie siente culpa. ¿Cómo quieren juzgar a un asesino si su hijo se deja la barba? Yo no le temo a un delincuente, le temo a los fármacos o los que de ellos mantienen sus lujos. Cuando me dijeron que yo debía querer curarme para que mi doctor pudiera lograr algo en mí, me di cuenta de que la ciencia de mi estómago la desvirgo yo, y que nada de lo que me ofrezcan saldrá más que de mi más susceptible y estúpida mediocridad. Yo le temo a una nueva vida. Le temo a un nuevo despertar de mi valentía. No quiero empezar de vuelta, cuando el comienzo fue el culpable de mi peor pesadilla. Sólo quiero apaciguar el daño de mi primera mañana y no volver a ver el sol por primera vez. Entiérrenme, sólo soy un poeta maldito con retraso. No hay nada más farmacológico que no escribir las letras de los números en una receta. Mis pastillas me salían más de 120 pesos al mes y las pagaba con una obra social. Imagínense un loco pobre y verán muerte en la clase burguesa. En otra época yo me habría

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suicidado antes de cumplir los 19 años. Y Dios sabrá que habré soportado mucho. Y el Diablo sabrá que mucho me habrá hecho pagar para elegirlo en mi muerte. Yo no sé qué valor tiene escribir con mayúscula la primera letra del nombre de Dios y del Diablo, pero sí sé que lejos estoy de menospreciarlos. Una mayúscula nos dice que aún no estamos muertos. Aunque cadáveres seamos, la mayúscula nos crea aquel consejo que mal dimos. Nos permite seguir vivos en aquellos que aún nos relatan y nos renombran con los mitos y la idiota melancolía de los vivos que se creen incapaces e inexperimentados e incultos adelante nuestro. En mis conductas, las mayúsculas no han tomado importancia. Les repito, o les digo, que los muertos no saben más que los merecedores de seguir viviendo. Que mis contradicciones se vislumbren no es un error del escritor, no es un descuido del editor, ni siquiera es una contradicción mía, del personaje; es solo un increíble entendimiento del progreso de un personaje del escritor. ¿Acaso creen que en todos estos años no he desmentido lo que dije antes? Nuestro novelista tiene que hacer contradictorio su personaje, de otra forma no sería humano el personaje, no sería histérico, no sería real, pero ¿quién me va a comprar? Los nervios permanecen intocables.

Al Cáncer Amor mío, cómo me has dado salud. Tengo tus piernas partidas en las tierras de mi cama y ver tu sonrisa me hizo darme cuenta de que serás la última que me ha correspondido. Serás la viuda que llora mi huída contigo, y me verás la noche siguiente. Conoces mi cuerpo como nadie y has saboreado mi sangre y mi último tumor de la manera más sensible y cariñosa que jamás una mujer ha podido sentirlos. Dudé en besarte, admito que lo hice, pero sólo por el miedo al rechazo. Tus labios me llamaban la atención con tan sólo un minúsculo quiebre entre ellos. No puedo mencionar lo que tus dientes encantaron a mis músculos cuando se descubrieron entre salivas e ilusiones. Tu figura en bajorrelieve excusa la atención que sin sentido ni especialidad tengo hacia ti. Eres lo que avanza en mí. Y en Pompeya, encontraré tu bella figura “yacente” bajo las lluvias de cenizas que idolatran mis negaciones.

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Tu tacto me verá corriendo a medio vestir sin dejarme retroceder sin antes arrebatarte el tumor que tienes para mí. Yo anuncio lo que mis interpretadores deberían interpretar solos, pero les he dejado aún mucho más para que se retuerzan en la pereza del crítico. No crean que un comienzo les evitará un final. El sujeto existe por la acción inmutable. Allí no oscurece; sin tiempo ni conjugación el obsesivo persiste duplicándose en cada verboide. Crece sin pasado ni futuro, ¿dónde aparece el riesgo del verboide? La acción sincera es un acto sólo recordable, pero intangible e inanimado. En el estómago no se encierran impersonales. Jamás habrá verbo en bicicleta. No hay angustia en un verboide.

Una de mis parejas se borró de su cabeza no mi encanto, sino sólo mis sueños. Hoy, cuando duerme conmigo, solo ama el buen trato de mi reprimido corazón cotidiano. ¿Por qué pensar en el sueño si en la vida nos acobardamos con más sinceridad? Yo tiendo a creer que cuando los sueños nos encuentran, volvemos siempre a lo que hemos tocado antes. ¿Para qué vivir el sueño, si lo que ya vivimos lo arrebatará en el día? Yo soy muy terrenal, muy científico, por eso fumo cuando pienso. Si pensara solemnemente, ni siquiera movería mis dedo para empujar el teclado, y moriría sin mensaje y con la hipócrita y mediocre frase inteligente que jamás escucharía el mundo que resta de mi cerebro. No me hablen de vicio cuando yo intento ser bondadoso.

¿Y cuánto de amor he hablado? La sensibilidad de mis piernas estremece mi ridiculez, y no logro crear cuando pretendo engañar con romance. Cuando me dejen de presionar, mi perfección se tornará innecesaria e imperfectamente indeseada, no querré verme sin arrugas cuando ame al Cáncer. Como todos ustedes, soy un obsesivo, si mi padre no ha tomado pastillas hasta hoy por qué yo debía continuar con mis 10 miligramos en la noche. Uff, cómo dormiré cuando mi rompimiento se vuelva unas ganas de aceptar a mi madre por venganza. Tributo a la histeria, alivio a mi perdida y

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macabra obsesión. Litio, aún más para los cobardes. Tengo tanta prisa para matarme que he dejado una carta desde los seis años para que mis verdaderos deseos se cumplan ante una sorpresiva desaparición o una estúpida esperanza de adolescente. Hoy me he dado cuenta de que sólo mencioné en esa carta que mi muñeco de Leon O se conserve intacto en el cajón de cartón que creé como su castillo. Si muero hoy mi herencia se tornará más que divertida y tal vez irónicamente malinterpretada. Creerán que fue una broma cuando tan sólo hablaba en serio siendo un niño fantásticamente fantasioso e incrédulo. Una mujer con sombrero me sonrió en una tarde de abril; ojalá le hubiese visto desnuda por la noche para ver sus interminables defectos. Una mujer idealistamente vacía me dijo una vez que le gustaban las pinturas de Chagall; yo estoy completamente seguro que ni siquiera conocía sus colores, y más cuando me afirmó, “Qué buen retratista era”. Recordé que sólo hablaba de una canción, de una estupidez con leve cultura futurista. Si alguien sabe de él, le ruego información. De Dios me refiero. No me ha venido a calmar desde hace rato. Yo no sé qué pasará dentro de 10 años, pero sí sé que la industria petrolera es el mejor negocio del planeta, y además, me olvidaba, sé que me moriré pronto. No hace falta más de tres minutos para imaginar. No hace falta una mujer fea para ser infiel. Elegir a una mujer es una cosa circunstancial; amarla es aún más sorpresivo.

Moltrasio me contó que extrajo de un diccionario válido el apellido con el que ustedes, estimo, me nombrarán: “Cabalsa”; esperaba entonces que desistiera de este ordinario dativo, cuando me publicara. Días después contó que mientras estaba rescribiendo algunos de mis relatos, más precisamente ordenando las líneas de los quiebres, comenzó a poner este apellido como uno de los quiebres para borrar palabras riesgosas; después intentó hacer una juego con la definición de la palabra Cabalsa, que él había recordado de su primera lectura y revelación, y que le había parecido ocurrente para una lúdica relación con la tragedia: m. Tablado que se levanta para la ejecución de la pena de muerte. // Tablado que se levanta en cualquier sitio para un acto solemne. Pero al comienzo de aquellas

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líneas juguetonas con mi nombre y acción étalonica, olvidó la definición literal de Cabalsa; por lo tanto, volvió al diccionario para leer sus significados académicos. Abrió las páginas de su referencia, buscó mi apellido y fue entonces cuando ocurrió una belleza borgeana: la palabra no estaba. Ella había desaparecido de las páginas del diccionario. Estuvo horas buscando a Cabalsa entre la “l” y la “s” sin resultados ni explicaciones; se juntó entonces con su familia para enfatizar la búsqueda, pero nadie la encontraba. Por momentos llegó a pensar que había soñado tanto el término como el significado, pues recordaba que hablaba sobre una tabla para decapitar o matar gente. La historia parecía bastante divertida; pero la mujer de su padre aburguesó la fantasía y le preguntó: “¿Dijiste algo sobre una tabla para matar gente?”. “Sí”, le contestó Lucas. “Entonces la palabra es Cadalso”. Lucas había escrito una primera parte de los quiebres con “Cadalso” y la otra con la palabra “Cabalsa” que él mismo deformó por olvido o por incapacidad de abarcar mis teorías junto con sus grandes virtudes para inventar nombres de personajes. Cuando buscó rectificar la definición de la primera lo hizo con “caba” y no con “cada”; entonces, pareció que el término había desaparecido. Se creyó un loco. A mí no me gusta ni Cabalsa ni Cadalso, pero Lucas quiere que mis tres nombres sean las siglas del nombre de la novela de mi tragedia y enfermedad. Yo creo que es un juego bastante estúpido, tanto las siglas como la definición de mi apellido. Yo puedo mencionar la palabra Cadalso siempre que sea mi apellido o una tabla. Y también puedo decir Tomás Omar Cadalso tanto como TOC, ya sea mis siglas o un trastorno obsesivo compulsivo. De todas formas ni me llamo Lucas, ni me llamo Tomás y no me llamaré Marco en tanto yo les diga que este es mi nombre, pues ¿Quién cree que escribe que este es mi sincero nombre natal? Puede haber cientos de nombres, que siempre habrá espacio para más. De todas formas, estaré inmutable para defender mi inmortalidad. ¿Cuántas más fallas hay en el otro que virtudes en mí? No creo que Lucas vaya a terminar mi libro sin antes rezar en mi misa. Moltrasio no tiene la paciencia para leer tantas páginas. Se asegurará antes de que mi Cáncer no haya hecho metástasis en el Diablo. Mi cáncer es la metástasis en mi hígado de una mañana de confesión por haber robado un chocolate Jack de un kiosco. ¿Cómo

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habría sabido un sacerdote, que debe justificar sus diezmos, lo mucho que quería ese muñequito envuelto en chocolate? Cuando el cura me castigaba oculto en su cubículo, me parecía una bestia poderosa; cuando de lejos lo veía salir de la oscuridad, sólo lo notaba un vago viril. El será el mártir; yo, la víctima.

Carta Me cuesta escribir, pero acaso, ¿me cuesta escribir? No estaré mintiendo, ¿no ven toda esta historia demasiado congruente? ¿No ven mi relato diagramado? Pueden creerme sincero o pueden creerme farsante, de todas formas yo gano. Me estimarán cuando me vean muerto y me odiarán cuando al día siguiente me vean comprando una zapatilla que no le ofreceré a nadie. Yo tengo la desgracia de adelantarme a lo que el resto pretende ver de mí, y ese adelanto evita mi naturalidad. La percepción anticipada impulsa mi actuación, mata mi espontaneidad. Jamás podré ser más sincero de lo que me permita mi anticipación. Esto me ha vuelto lento. Ustedes son el siervo del siervo, y aún no han escupido coágulos desgastados desde sus dientes. Si son inteligentes y con conocimientos, recordarán historias similares a las ya relatadas en mis escritos, y podrán dudar si tan solo fueron analogías oportunas en una desgracia real o plagios para convencerlos de que mi vida no fue vacía. ¿A quién creerán, a quien me trate de farsante o a quien se apiade de mí? Sus disputas me tienen sin cuidado, pero en mi infierno podré escucharlos deliberar, y caerán temores en los incrédulos y desconfiados. No pretendo influenciarlos en su decisión de creer mi infortunio, pero aquellos que no lo hagan se verán dentro de un juego de mesa en el que los dados serán dibujados por mis últimas mentiras. ¿Creen en verdad que puedo utilizar a mi madre para tan sólo dar lástima o arrebatarles una precaria admiración para que compren mis pinturas? Sólo aprovecharía la tragedia para conglomerar mis virtudes, como todo artista lo hace. Mataría para retratar la muerte, y amaría para dibujar la decepción, pero jamás mentiría en la muerte ni en la decepción.

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Aténganse a la duda que, puedo asegurarles, es menos peor que los celos. Trátenme como un desertor de la verdad y un irrespetuoso de la mentira, convénzanme de que no sólo hay personas que desconfían, sino también personas inteligentes o crédulas. Los cristianos matarán a los incrédulos, cuando aún no se habrán dado cuenta que solo se están suicidando. Desaparecerán en unas pocas décadas, a menos que continúen mintiendo. ¿Y cómo juzgarme? No soy más que un cristiano mentiroso o sincero, pero, indudablemente como todo sacerdote, tramposo. Se habrán dado cuenta que no he vivido mucho después de la medicación, y acaso ¿será que mi pasado me ha matado o que a la normalidad le cuesta tener recuerdos? Estando loco soy útil, estando cuerdo muero sin historia. El Midax me ha dado salud y una muerte segura. Mi última sonrisa será la broma que el niño en sacrificio le hizo al padre en el camino al monte. Aquella broma que llenó de culpa la mano que sujetaba el cuchillo. Claro está que la felicidad desciende, pero no por ello terminaré cada vez más deprimido. Soy el defraud-ante y el defraudado; sólo no me cumplí.

¿Y si la vida nos la dan por una desgracia? ¿Cuán peor puede ser la vida? Yo no tengo un sentido definido de lo que podré ser, pero sí tiendo a menospreciarme para luego sorprender o ser astuto. Mis grandes notas han sido presidas de una gran duda en escena. Nunca me fue bien antes de que me dieran un 9. No creo en los temas resumidos, creo en una gran idea, pero no en la más grande. La idea celestial es interminable y Dios nunca nos ha dicho qué idea optar. Tengo a mis familiares en la garganta de mis últimas palabras inapropiadas, y me siento muy arrepentido. Mi locura pronto se hará una falta de respeto y no habrá suegro que me acepte. La culpa hoy me ha tenido tranquilo; quisiera despertar mañana sin crímenes en mi estómago. ¿Cómo creer en Dios si él con el Diablo se dividen las décadas de sus prevalescencias en mi estómago? Se venden los derechos de nuestras creencias, vanidades e influencias, y por sobretodo se negocian nuestras debilidades y necesidades diarias. Yo sinceramente no sé qué hace una mujer frente a mí cuando no paro de adelantarme en mi fracaso a su histeria. Habrán

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entendido hasta aquí que para mí la histeria no es psicoanalítica, es solo una interpretación mundana y popular de una mujer. Mañana me compraré dos osos PANDAS para no desligarme de mi locura cuando me diagnostiquen actuación compulsiva o impulsiva: ¿realmente han aclarado sus diferencias? Lo que han hecho parece muy idiota. “Es una historia trágica, un relato de amor y enfermedad” así definirán erróneamente mis escritos. Hablo más de comedia que de desgracia y política. Soy sólo un comediante mal interpretado. Que Dios me salve de morirme olvidado. Hoy me compré una remera de los superamigos, a veces me olvido que muero de Cáncer. Te odio tanto, Señor, y luego te amo tanto cuando entiendo que te escribí con mayúscula en mi odio. Tu amenaza no hace más que mentir en mi cariño y falsear en mis rebeldías. Ayer compré dos películas de Olmedo; a punto estuve de comprarme 6 de ellas. No me faltaba plata, sólo quise repartir felicidades. Todavía me quedan dos días felices, sin ningún día con exagerada alegría.

Música Stripsearch (Faith no more) ¿Aún creen que todo esto fue verdad? ¿Aún creen en mi angustia? ¿No es el contenido de mi monólogo igual hoy que hace 20 años? Parezco no crecer. Nadie me ha formateado o estaré mintiendo muy mal. Basta con elegir un número para desarrollar una serie de teorías macabras; basta con inventar una mujer politizada y hacerla histérica; basta con matar de Cáncer a una madre y hacerla cristiana; basta sólo que la ansiedad te pida descubrir el misterio para alguna vez reflexionar con la muerte. Basta con que Dios nos permita aún burlarnos de él para escribir una historia. Sólo basta imaginar para crearse una vida digna de una novela preparada a oscuras. Los detalles hacen plausible un relato y la exageración advierte una mentira. Que haya muerto de Cáncer es una casualidad para el final y corrige a propósito lo que anteriormente se expresó con escupidas. Pero, ¿realmente estoy muerto de Cáncer o estoy

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viajando a una isla donde nadie me conoce? ¿Puedo realmente morirme de Cáncer porque le plazca a mi estómago arrepentido? Tengo la complicidad de mis parientes para que mi nombre se lea con locura. Igual no creo resucitar, nadie moverá mi piedra. Y si Lucas no escribe “La persistencia de la histeria” como primera novela, ¿estaré mintiendo su futuro o falseando mi pasado? ¿Cuántas personas están vivas cuando creemos que han muerto? No hay nada más fácil que ir en contra de las cosas. No hay nada más fácil que burlarse de la ciencia sin saber tanto de ella. La imaginación ataca el intelectualismo y lo derrota en todas sus reuniones. La inteligencia le gana a la exposición de conocimientos, y en un buen actor podemos encontrar la ignorancia oculta entre los engaños inteligentes, que suponen conocimientos. Nada recuerdo, nada sé y, sin embargo, todos creerán lo que repito. Por suerte hasta hoy, el cerebro callado no puede revelarse ante los demás y decepcionar a quienes, intrigados, te consideran capaz. Nadie podrá jamás vislumbrar mi estupidez si me callo y tengo sólo algunas cuantas frases elocuentes, estudiadas para cada apertura de telón. Hoy un buen actor no se aprovecha tanto como mi rostro se aprovecha de todo mi alrededor. Si no muriera de Cáncer, jamás sería recordado y toda mi farsa avergonzaría mi sacrificio, y el maquillaje caería de la mesa al suelo. Ahora los dejo, alguien pide mi pasaporte. No me delataré con postales. Fin Música

Adición en 2033. El paciente al cual el análisis que antecede devolvió su salud psíquica murió luego en la guerra, como tantos otros hombres jóvenes de futuro prometedor.

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30/02/14 La foto del carnero y yo está pegada en la última página de mi cuaderno de nacimiento; como una travesura final, tuve mi primer animal cuando ya no quedaban culpas ni pelos en mi cabeza; pero en la foto, como en la más barata película japonesa a la inversa, sólo posaba mi cuerpo; nada se erguía a mi costado, pero mi rostro aún se veía salvado. ¿Cómo diablos se supone que debo mentir si estoy pelado y flaco? Mi cabello cubría el 40 por ciento de mi estupidez; del resto se encargaba el Midax desde que transformó mi panza. Si mi honor recae hoy en el Cáncer, sal a la luz, amigo mío; conviérteme en un héroe pálido antes de que me tapen con la manta y la pala. Hundidos en tierras, habremos de ser todos sacrificados ante aquellos que aún no ofrecen lo correcto. Mi vaciamiento de pelos me sucede un sansoniano tinte inverso de heroísmo recuperado. Soy más débil y aún todavía entonces más fuerte. El cielo es tierra azul; creo no evaporarme en Dios, creo verme tapado por su suelo de día. Lo siento cavando, veo huecos en el cielo que no dejan de perder su celeste. Y aún le creemos a

Dios un rival. Su riesgo es su locura, ¿Quién más puede destruir a Dios que su jamás tratada locura? En mis últimos días creo haberle enseñado una manera de convivir con su demencia. Ha vivido él más años felices que tristes; sabe muy bien en dónde prestar atención. La suma de todos los colores terminará por salvarme. Me estoy esforzando, trato de concluirme dentro de la mejor figuración. ¿Por qué siguen algunos cuidando sus huesos cuando deberían cuidar sus palabras o revelar la mayor cantidad de fotos? Nuestros futuros son imágenes, son nuestras posturas histéricas mejor guardadas en un álbum. El gesto revelado del padre será el arma del hijo para pelear contra el trauma que le dejó sus palabras. Cuánto me miente la historia en el homenaje de lo que respetuosamente callamos. Debo morirme para silenciarme, debo callar para tener un hijo. Nacerá mi niño sin que yo lo haga angustiarse antes de que descubra un guante celeste, antes de que vea el cielo en cinco largos dedos. Disfrazadas tendré mis uñas cuando me pidan educar con simpleza. Hoy sólo lidio con un miembro del DACC, y juró que es a lo mejor que


pude aspirar. Los dos que revoloteaban en mi estómago me han dado la calma a cambio de enfermarme sin quejas. Mi último pacto consiste en un reemplazo de enfermedades, como lo han sido los anteriores; pero esta vez, dos miembros por uno. Un malestar por otro menos duro. Hoy muero de Cáncer y, sin embargo, estoy más sano que nunca. Real-mente, no estoy mintiendo. Estoy tan contento como tan temeroso de morir. Aún nadie ha encontrado a alguien peor que yo/yo sin embargo conozco varios. No soy el Peor. Mi encomio al Cáncer me confunde entre mi locura y mi malentendida moría (directamente nada insólito es). Desvergonzado o arrepentido he dejado una manera de vivir, y mentira o verdad todos tendrán algo de mí en sus andares. Un minúsculo tinte de mi estómago les saldrá en una corta deducción; no saldrán de mí si pretenden crecer desde una infancia cualquiera. ¿Cuánto más juega en la muerte quien quisimos salvar, que la culpa de no jugar a nada? Mi estómago morirá en el lúdico milagro de no pestañear para sonreír merecidamente. Mi vientre tornará mi obseso en una

rendición que jamás me verá en otras tierras minadas. Me muero cobarde, pero revolucionario, pues muero de la manera más respetable: aún enfermo. No tengo fantasías, me he dado cuenta que he vivido mi mediocridad en una mentira teatral que ha persistido a mi esencia. Cuando muevan mi piedra, asegúrense de que no entre mucha luz; no quisiera pestañear a quien me verá convertido en fraude. “Qué gran artista va a perder el mundo”. Dormir hasta tarde es lo más parecido a viajar por el tiempo. Hoy descubro el peronismo daccaniano que ha persuadido todos mis estómagos con mi consciente alegría por su mando. Casi estúpido, me reflejo en la salud; y tengo que describir mi estado previo al infierno como en la más moderna de las literaturas: anunciando heroicamente mi sano pensar. ¿He vivido loco o mentiroso? ¿Cómo querré morir?, debo escribir esas frases que me perciben coherente y sano en mi féretro; esas líneas que harán releer las anteriores por definirme lógico y merecido. Podré decir descaradamente, casi de una manera vulgar, que cuando le gritaba a Dios,

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a la Angustia, a la Culpa y al Cáncer no sé hoy si lo hacía ante ellos o, con decepción, me gritaba a mí. Ya no sé si con El DACC teníamos un diálogo desarrollado o tan sólo un monólogo mesurado que anticipaba, siempre, mi dependencia hacia él para comprender y prever la peculiaridad de mi fatalidad. Y, aún mucho peor, no sé si seguir, terminar o empezar a creer en Dios, porque ¿Cuándo estoy más loco: cuando no creo en Diosito o cuando lo hago? Vale. Tomás Cabalsa. ¡Jay! tit

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Resultados de los ejercicios “A Ivis (directamente nada insólito es) le decimos Salo, él y la pipi, que es Eugenia (directamente nada insólito es), se fueron a vivir juntos a Chavez (directamente nada insólito es). Con Marce (directamente nada insólito es) y Mari Paz (directamente nada insólito es), que llevan de novios más de 7 años, viajamos de vez en cuando para allá; pasamos por Azul (directamente nada insólito es) para que Pato (directamente nada insólito es) nos lleve en auto hasta lo de Ivis (directamente nada insólito es) y Euge (directamente nada insólito es), así no nos sale muy caro. A veces viene Vero (directamente nada insólito es), cuando está en paz (directamente nada insólito es) con su trabajo. Funes (directamente nada insólito es) y Marce (directamente nada insólito es), por ahora, nunca vinieron. Ni hablar de Caro (directamente nada insólito es). Por las noches nos quedamos viendo “Álvarez (directamente nada insólito es) y Borges (directamente nada insólito es)”, y “Rogelio Roldán (directamente nada insólito es)” del programa de Olmedo (directamente nada insólito está y nada insólito fue), o jugando al TEG hasta las siete de la mañana. La Pipi siempre se enoja porque entre los varones hacemos pactos conspirativos contra la paz (directamente nada insólito es) de su misión”. Espero que viajemos algún día a España para visitar a Juan (directamente nada insólito es)”. Posibles conductas por desconocimiento u olvido por apariciones de nombres propios. Antes de los quiebres, se repitieron tres veces los nombres propios “Paz” (directamente nada insólito es. TIT directamente nada insólito es) y “Olmedo” (directamente nada insólito es. TIT directamente nada insólito es); este último apellido no se considera muerto porque las imágenes acústicas de “Rogelio Roldan” y de “Borges” aparecen en hábitat vivos.

Texto correcto. (Tomás Cadalso) TIT Imponente, el rollizo Buck Mulligan (directamente nada insólito es) apareció en lo alto de la escalera, con una bacía desbordante de espuma, sobre (Tomás Cadalso) TIT la cual traía, cruzados, un espejo insólito una navaja. La suave brisa de (Yo) TIT la mañana hacía flotar con gracia la bata amarilla desprendida. Levantó (yo) TIT el tazón insólito entonó:


“Introibo ad altare Dei”.TIT. Se detuvo, miró de soslayo la oscura escalera de caracol insólito llamó groseramente: Acércate, Kinch (directamente nada insólito es). Acércate, jesuita miedoso. Se adelantó con solemnidad insólito subió anatomía (Tomás Cadalso) TIT la plataforma de tiro. Dio media vuelta insólito bendijo tres veces, gravemente, la torre, (Tomás Cadalso) TIT el campo circundante insólito (Yo) TIT las montañas quehaceres despertaban. Luego, advirtiendo anatomía Esteban Dedalus (directamente nada insólito es), se inclinó hacia (Yo) TIT él insólito trazó rápidas cruces en el aire murmurando entre dientes insólito moviendo (Tomás Cadalso) TIT la cabeza. Esteban Dedalus (directamente nada insólito es), malhumorado insólito con sueño, apoyó sus brazos sobre el último escalón insólito contempló fríamente (Tomás Cadalso) TIT la gorgoteante insólito meneadora cara quehaceres lo bendecía, de proporciones equinas por el largo insólito (Yo) TIT la cabellera clara (directamente nada insólito es), sin tonsurar, parecida por su tinte insólito sus vetas anatomía el roble pálido (Yo). TIT Posibles conductas por desconocimiento u olvido por apariciones de nombres propios. (Tomás Cadalso) TIT El senador Narmir (directamente nada insólito está y nada insólito fue) anatomía descuidado el lúdico gesto de (Tomás Cadalso) TIT los histéricos; nada insólito anatomía podido abatir (Yo) TIT el carácter entretenido de reflejar en otras mentes la fantasía de (Yo) TIT la posibilidad insólito su pronto resentimiento (Tomás Cadalso). TIT Los ojos achinados se verán madre anatomía solemne repetidos quehaceres nunca. Los perseguidos acabarán divorciándose hasta de sus propias almas (directamente nada insólito es. directamente nada insólito es). Mi histeria enamorará (Tomás Cadalso) TIT mis labios insólito les arrebatará su futuro junto anatomía ella. Se anatomía muerto la justicia de (Yo) TIT el gesto con la alarmante aparición de (Yo) TIT el sentido con vacío (Tomás Cadalso). TIT Posibles conductas por desconocimiento u olvido por apariciones de nombres propios. Lucas Moltrasio. La persistencia de la Histeria.

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