El Detective Fisgonetti en
El Cangrejito
Pica
s e c i r a N
© 2014 Derechos Reservados “EL Cangrejito Pica Narices” por Diego López Narro
Dedico este cuento a mi esposa Verónica y a mis hijos Paz, Poing y Pum que son lo más importante en mi vida.
Esta historia surgió gracias a mi hijo mayor, y fue por que una mañana su hermanito lo despertó dandole un pellizco en la nariz y al abrir los ojos le dijo, — ¡Ha ese niño picanarices que me despertó!.
Personajes
El Detective Fisgonetti
El Cangrejito Picanarices
El Jefe Nari Gote
El Niño Nari Guín
n una isla lejana en el mar del Caribe vivía una tribu con una característica muy singular: todos tenían la nariz grande y roja, algo que no se podían explicar, ya que de repente aparecían con la nariz de esa forma cuando dormitaban en la playa.
Un d铆a decidieron llamar al Detective Fisgonetti para que los ayudara a resolver ese misterio que intrigaba a toda la aldea. Al llegar en avi贸n lo primero que observ贸 el Detective Fisgonetti desde las alturas fue que la isla ten铆a curiosamente la forma de una nariz.
El Detective Fisgonetti fue recibido por el Jefe Nari Gote. —¡Bienvenido!, Detective Fisgonetti, confiamos en que usted será quien resuelva el gran problema que ha afectado a todos.
El Detective Fisgonetti se dio a la tarea de investigar el origen de las narices de pelota, y buscó en los alrededores de la aldea y en las montañas, pero no logró encontrar alguna pista. Un día, muy temprano, decidió ir hacia la playa, que era donde le faltaba buscar.
De repente en una zona rocosa donde golpeaban las olas,encontr贸 un hoyo...
¡Y cuál sería su sorpesa que, al iluminar el interior del hoyo, un cangrejo saltó y le pellizcó con tanta fuerza en la nariz que salió corriendo! —¡OUCH!, esto sí que duele, –dijo el Detective Fisgonetti, así fue como descubrió cual era la causa de lo que estaba sucediendo en la isla.
Muy orgulloso, el Detective Fisgonetti le mostró el Cangrejito Picanarices al Jefe Nari Gote, y le dijo que era el causante del problema. El Jefe Nari Gote decidió que había qué hacerle un juicio al Cangrejito Picanarices por todo el desorden que había causado.
El Consejo de la tribu acord贸 que era mejor que el detective Fisgonetti se llevara al Cangrejito Picanarices, ya que se hab铆a portado muy mal y no era digno de vivir en la Isla Narigona. As铆 que fue encerrado en una jaula, en la que iba a ser trasladado al zool贸gico que estaba cerc de la casa del detective.
Entonces entró a la choza un niño llamado Nari Guín, quien liberó al Cangrejito Picanarices para que volviera a sus escondrijos en la playa. Nari Guín convenció al Jefe Nari Gote de que el Cangrejito Picanarices era parte esencial de la isla, que sin él ya no habría más narices hinchadas y gordas y perderían su atractivo mundial. El Jefe Nari Gote habló con el Detective Fisgonetti y le comentó que dejaría libre al Cangrejito Picanarices.
Muy contento, el Detective Fisgonetti dej贸 la Isla Narigona y regres贸 a su oficina, al menos se qued贸 con un recuerdo de aquella gran aventura. (Hasta se sinti贸 orgulloso de haber sido pellizcado por el Cangrejito Picanarices).
Y el Cangrejito Picanarices regres贸 a su hoyo a la orilla de la playa, y todos los aldeanos se quedaron muy contentos con las narices grandes e hinchadas gracias a las travesuras del Cangrejito Picanarices.
El Detective Fisgonetti se enfrenta a una de sus mĂĄs peculiares aventuras, esta vez en el mar del Caribe en una isla con una caracterĂstica muy singular: Quienes la visitan ven crecer sus narices como pelotas.