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Editorial
l domingo 3 de junio, el país se estremeció con la violenta erupción del volcán de Fuego. Poco a poco, con el transcurrir de las horas, nos fuimos enterando de la magnitud de la tragedia. Horrorizados vimos y escuchamos, a través de los medios de comunicación televisiva y radial, la enorme catástrofe causada por los flujos volcánicos, llamados piroclásticos, que arrasaron comunidades enteras, dejando consigo un panorama de devastación, muerte y dolor. La incertidumbre sobre las características de este suceso — inédito en nuestra historia reciente— así como sobre el sufrimiento y condiciones de los afectados, sacudió a todo el país y al mundo, y las muestras de solidaridad nacional e internacional no se hicieron esperar.
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Los eventos sucedidos y la posibilidad de un mayor daño por la incesante actividad del coloso y los posibles lahares en plena temporadas de lluvias, desnudan la vulnerabilidad que sufren amplios sectores de nuestra población, ya de por sí precaria.
Como academia, la Usac debe propiciar espacios para informar y reflexionar en torno a la tragedia, los escenarios, el manejo e intervención posibles. De esta manera, a propuesta del Programa Universitario de Investigación en Asentamientos Humanos, con la anuencia y respaldo del Director General de Investigación se organizaron programas radiales con profesionales especializados en las diversas disciplinas relacionadas
con la temática como geociencias, gestión de riesgos, antropología forense, entre otras. El primero sobre el Uso de aeronaves autónomas de largo alcance durante la emergencia del volcán de Fuego; el segundo, denominado ¿Estamos en emergencia? Atención del riesgo y crisis humanitaria por la erupción del volcán de Fuego y el tercero, llamado El duelo social y el derecho a sepultar a las personas fallecidas durante la erupción del Volcán de Fuego. Al igual que esta iniciativa, la Digi, desde sus diversos programas, contribuye con el país, en el desarrollo de la ciencia pública.
En este orden de ideas, no se puede dejar de mencionar que este 30 de junio culmina la gestión del maestro Gerardo Arroyo como Director General de Investigación, quien deja un importante legado de programas y proyectos implementados, en lo científico, académico y administrativo, como las revistas centroamericanas de investigación y postgrado, Ciencias Sociales y Humanidades y Ciencia, Tecnología y Salud, el Programa de Incentivos Económicos para Investigadores, Programa de Ayuda Económica para Tesis, Programa Universitario de Asesoría Estadística para Investigación, el Registro Universitario de Investigadores, el Boletín de Investigación y Postgrado y la Editorial e-Digi. Este boletín agradece al maestro Arroyo su iniciativa y apoyo para su creación y le augura muchos éxitos en sus futuros emprendimientos.