Semana Santa

Page 1


驴Con qu茅 expresamos las personas la importancia y centralidad de algo?

Palabras, actitudes y comportamientos de respeto, veneraci贸n, difusi贸n y amor especiales.


Pues Cristo es el centro de la historia, y la Pascua es el centro de la vida de Cristo. Y en Cristo nada hay tan importante como aquel acontecimiento: su pasión-muerte-resurrección, su «paso» (en hebreo pesaj, del latín pascae, y del griego pasja) o como dice San Juan su «hora». Así nos hace «pasar» con él al hombre y a la creación entera de la muerte a la vida, de lo viejo a lo nuevo, de las tinieblas a la luz, del dominio del pecado al de la gracia, de la enemistad a la amistad... abriendo un sentido de vida y un horizonte de esperanza insospechados.


Domingo de Ramos


Catequesis para aprender 1. La entrada histórica de Jesús en Jerusalén: es una presentación pública, que Jesús hace de sí mismo como Mesías, dispuesto a asumir su misión hasta el final. 2. Es una entrada de rostro triunfal y corazón amargo, donde unos lo aclaman y acogen, mientras otros lo rechazan y condenan ¿Quiénes?... 3. La originalidad de este Mesías contradice al pensamiento político y religioso tradicional: - no llega con poder y gloria - no se presenta como vengador de enemigos y salvador de amigos - sus armas son la humildad y sencillez - su meta: salvar a los pobres, curar a los enfermos y liberar al oprimido.

Subir a Jerusalén es un peregrinar hacia la Pascua…pasando por la cruz.


G

S

estos y ímbolos para celebrar

La procesión con las palmas

Es un ejercicio representativo: - de la entrada triunfal del Mesías. - la acogida gozosa de los sencillos. - del camino hacia el centro de la misión. Realizarlo antecediendo una celebración litúrgica supone la actualización y coimplicación de la comunidad en el acontecimiento.

La lectura de la pasión

Su intención es unir desde el principio las dos caras del misterio pascual: fracaso y triunfo, muerte y resurrección, dolor y alegría... Sólo que el orden en que se nos presenta en este domingo es original: primero el triunfo (procesión), y luego el fracaso (pasión).


S ugerencias Valorar más la procesión con ramos que la bendición de ramos. ¿Qué importa más bendecir unos ramos o guardar un signo de mi cercanía a Jesús? 3 posibilidades litúrgicas para la celebración: -bendición y procesión desde fuera del templo. - bendición y procesión dentro del templo. - bendición con procesión presidencial solemne. La lectura de la pasión bien hecha…creativa y clara.

Se debe tomar en cuanta la participación especial de los niños, el canto y algún signo que indique el inicio de la Semana Santa. Recordar que este día se celebra la JORNADA DE LA JUVENTUD… pensar en como hacernos uno con la Iglesia universal.




a) La pascua del pueblo hebreo: - Concepción primitiva naturalista – íntimamente familiar. - Concepción salvífica – simbólicamente liberador. - Evoluciones posteriores – pasa de ser familiar a ser fiesta nacional. b) La Pascua de Cristo: Toda la vida de Cristo es un «paso» hacia el Padre. La pascua de Cristo implica a la humanidad entera. Pero hay un momento culminante de la Pascua de Cristo… Es en la última cena cuando se realiza el «paso» de la antigua a la nueva Pascua. Jesús instituye la eucaristía como cena pascual de la nueva alianza y para todos aquellos redimidos en Él. c) La Pascua de la Iglesia: La Pascua de Cristo pasa a ser la Pascua de la Iglesia, con y en un nuevo rito: la eucaristía. La Misa necesariamente remite al nuevo acontecimiento de salvación en Cristo, vivido hoy, especialmente el domingo y la pascual anual.

DE LA PASCUA JUDÍA A LA PASCUA CRISTIANA


— Lavatorio de los pies: elocuente(conmemora) y profético (actualiza la actitud y el ejemplo de Cristo) — Reserva de la eucaristía en el monumento: destinada sobre todo al servicio de los enfermos (comunión) o de los moribundos (viático) o de aquellos que no han podido participar en la eucaristía. Además: provoca la admiración, contemplación y adoración del misterio de la eucaristía, como misterio de entrega y amor; significa la originalidad de una despedida que es al mismo tiempo permanencia, de una marcha que implica un nuevo quedarse con los amigos (Emaús). — El despojo de los altares: a partir de este momento los signos de alegría desaparecen (gloria), las campanas enmudecen, y el corazón de la comunidad creyente guarda un silencio emocionado participando en el «drama de Jesús».


— Favorecer la participación e intervención de diversos miembros de la comunidad (para preparar el lugar, el monumento, la comunión a enfermos, el lavatorio, los diversos servicios y ministerios litúrgicos) entonces se profundiza y vive mejor el sentido. — En cuanto a la misma celebración, se pueden destacar los siguientes elementos: el lavatorio de los pies (si es oportuno), o bien algún gesto de solidaridad-servicio con los más necesitados (colecta especial, testimonio profético...); presentación de ofrendas dando especial importancia al pan y al vino (pan especial hecho para la ocasión); proclamación «especial» de la plegaria eucarística (énfasis, tono, lentitud); comunión bajo las dos especies... — El traslado del monumento y la reserva sin perder su solemnidad no es el momento más importante. Sin por ello dejar de motivar a la participación en la «hora santa» o visita al monumento.


«Amar hasta el fin significa, pues, para Cristo, amar mediante la muerte y más allá de la barrera de la muerte. Amar hasta los extremos de la eucaristía. Antes aún de darse a sí mismo en la cruz, como Cordero que quita el pecado del mundo, se ha repartido a sí mismo como comida y bebida; Cristo se prepara a irse a través de la muerte, y a través de la muerte se prepara a permanecer» (Juan Pablo II).




— La pasión gloriosa: proclamación de un acontecimiento actual. El texto de Juan destaca: fuerza el triunfo en la muerte, la victoria en la cruz. Juan ve en la cruz el cumplimiento de la antigua alianza, la verdad de la nueva Pascua (Cristo es el cordero pascual).

— La Cruz: en el día de la cruz por excelencia toda la liturgia está centrada no en la eucaristía sino en la presencia y la adoración de la cruz. Se trata de la «cruz gloriosa», porque por ella ha venido la salvación al mundo entero, porque desde ella el mundo se ha llenado de esperanza nueva. — El Vía Crucis (procesiones): Aunque no se trata de símbolos litúrgicos propiamente dichos, es preciso valorarlos en relación con la liturgia, cual explicitación o expresión popular del drama y misterio del viernes santo. Lo audio-visual escenográfico de unas procesiones debería también ayudar a esta explicitación litúrgica, si bien requiere alguna revisión…


— Determinar la hora de la celebración - “hora nona”. — El ritmo o secuencias de la celebración debe seguirse según lo establecido: La proclamación de la pasión con un relieve especial. La oración universal con solemnidad – extensa y sentimental.

La adoración de la cruz – presentación, descubrimiento progresivo, adoración personal y no colectiva, significatividad de la misma cruz, la cual será el elemento central hasta la vigilia. La comunión – sobria y silenciosa, prolonga la eucaristía de ayer, y signo de la presencia del que ha sido arrebatado por la muerte. —estos días hay actos de religiosidad popular: Vía crucis, procesiones... Ayudar a equilibrar esas manifestaciones de fe…hay nque “liturgizarlas”.






Encuentro y experiencia del Resucitado — El acontecimiento pascual de Cristo es el centro de la historia y de su historia, núcleo de la predicación, razón de nuestra fe, de la vida cristiana y de la Iglesia. Contenido de la celebración litúrgica. La resurrección de Jesús e historia. — A lo largo de la historia se han formulado diversas dificultades por distintos autores…pero hoy la gran dificultad contra la resurrección de Cristo no suele ser su negación, sino la indiferencia ante el acontecimiento y, sobre todo la falta de fe en la resurrección de los muertos. La resurrección exige siempre la fe. — La resurrección de Cristo no debe entenderse como la «reanimación de un cadáver». Su nueva vida no cae bajo categorías biológicas, donde reina la muerte, sino que pertenece a la esfera divina de la vida eterna. El Jesús viviente participa de una nueva forma de ser y de estar por su corporeidad.


La luz: El fuego, la luz del cirio, las luces de la asamblea son símbolos elocuentes de la Vigilia, celebrada cuando caen las tinieblas de la noche. Velamos en la noche de Pascua para celebrar la memoria, la presencia y el anuncio de la nueva Pascua de Cristo. La luz es el signo gozoso de la llegada del Señor resucitado.

La Palabra: su importancia radica en su densidad y belleza, por proclamar de forma admirable la historia de la salvación, por el diálogo que van tejiendo (lectura, canto, oración) entre Dios y su pueblo, por la renovación de la fe que suponen, por contener ya en el Nuevo Testamento el anuncio más gozoso y esperanzador para el cristiano: la resurrección. La palabra se une al Pregón Pascual y al Aleluya.


El agua bautismal: Se trata no sólo del bautismo ritual, sino del bautismo espiritual, base de la unión esponsalicia de Cristo con la Iglesia. Meterse en las aguas bautismales (baño de agua) es ser consepultado con Cristo; salir de las aguas es con-resucitar con Cristo. Las letanías, la bendición del agua, baño de agua y renovación de las promesas bautismales acompañan todo el acontecimiento pascual.

El gloria y el Aleluya pascual: el gloria, solemne y gozoso al que acompaña el toque de campanas; y el Aleluya, que brota del gozo, como aclamación que prepara el gran anuncio, y como confirmación de la presencia viva del Resucitado.

La eucaristía o conmemoración pascual: concentra la conmemoración más significante por el pan y el vino, que son banquete pascual, signo de entrega y permanencia de muerte y vida... de resurrección.


Aunque la Vigilia es la celebración más importante del año, requiere recomponer o repensar las condiciones de celebración, preparando al pueblo en su ánimo para apreciar y participar en esta gran fiesta del año. El lucernario: el rito del fuego fuera de la Iglesia. El Pregón debería hacerse bien cantado y con sentido gozoso, sin que sea necesario que lo cante el presidente ni otro ministro ordenado. La liturgia de la Palabra: en la medida de lo posible todas si no es posible, elijan las más significativas a partir del mínimo de dos del A.T. y las dos del N.T. El ritmo de la proclamación puede ser: monición para cada lectura, proclamación por diversos lectores, salmo interpretado variadamente (cantado, rezado, solista, todos...), oración. La liturgia bautismal: con bautismo o sin bautismo debe realizarse con letanías, bendición del agua con aclamación, renovación solemne de las promesas, aspersión rememorativa del bautismo, oración de los fieles. La liturgia eucarística puede concluir con un pequeño ágape de alegría y fraternidad.


La Vigilia Pascual es el mismo corazón de la Pascua, donde se condensan todos los aspectos y dinamismos implicados, en su punto de referencia principal que es la resurrección. Se trata de un único misterio con pluralidad de dimensiones, que pueden concretarse así: •La Pascua tiene dos vertientes: la humana y la divina. •La Pascua tiene dos caras: la de la muerte en la cruz y la resurrección del sepulcro. •La Pascua tiene dos momentos vitales: el de la vida entera de Cristo y el de la «hora» o «tránsito», de la muerte a la vida. •La Pascua tiene dos polos: el de la historia concreta y el de la escatología. •La Pascua tiene tres tiempos: el del pasado histórico,

el del presente concreto, el del futuro escatológico. •La Pascua tiene dos movimientos: el del descenso y el del ascenso.


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.