C uerpo, P llacer acer y D olor Diana Milena Rozo Espinosa
C uerpo, P lacer y D olor ®
Diseño Gráfico y Fotografía Diana M. Rozo Asesoria Gráfica e Investigativa. Andrés Mera. Vestuario. Sex Leather - Nando Arboleda Modelos. Sara María Perez Marcela Maldonado Marcela Espinosa Nataly Herrán Nicolás E. Rozo Sergio Mayorga Cristobal Sandoval ISBN. 000-000-000-0 Impreso en Colombia 2008 Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, ni registrada en, o trasmitida por un sistema de recuperaciónde información, en ninguna forma, ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electróptico, por fotocopia o por cualquier otro, sin el permisoprevio por escritode los propietarios del COPYRIGHT.
C reditos
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C ontenido Presentaci贸n Ataduras Azotes Personificaci贸n Reclusi贸n Zapateo Estimulaci贸n Externa Roles
P resentacion Todas las personas tienen en mente lo que podría denominarse fantasías, ya sea de tipo sexual o no, y la posibilidad de hacerlas realidad en algunos casos choca con hacerlas aceptables, porque no todos están dispuestas a asumir, respetar y tolerar dichas “fantasías”. Sigmund Freud al hablar de prácticas Sadomasoquistas asume que dichas prácticas “son hechas por personas con problemas sicológicos, y de cierta manera pervertidos y todo esto bajo la influencia del Foucault afirma que dichas practicas son “solamente formas de sondear el placer y todas sus posibilidades y no todos los practicantes sufrieron traumas en su infancia”. A través de la historia muchos fueron los términos usados para denominar las personas que practican el sadomasoquismo o cualquier sexualidad no tradicional, como fue el termino perversiones sexuales, desviaciones sexuales, anomalías sexuales, alteraciones sexuales, conductas sexuales, preferencias sexuales, variantes sexuales; pero ya que muchas de estas tienen alusiones morales, a finales del siglo XX todas las practicas sexuales se clasificaron como Parafilias, y de esta manera no ejercer un juicio moral. Cada persona tiene diferentes formas de ver y entender su propio placer sexual, y en muchos casos la razón queda meditada a la pasión, y puede tender a atentar física o psicológicamente contra si mismo o a la pareja. Se ha enseñado que el placer y el dolor no tienen relación alguna, pero si el dolor es voluntario y es la única forma en que se puede llegar a sentir
Presentación
sentimiento de culpa”, pero posteriormente Michel
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placer sexual, se podría ver como una expresión de la propia sexualidad. Quizá de los aportes más relevantes a la investigación es el que presenta Michel Foucault en su libro: Historia de la Sexualidad volumen 2, El uso de los placeres; menciona que “es bien sabido que no hay ninguna agresividad en las practicas de los amantes sadomasoquistas; inventan nuevas posibilidades de placer haciendo uso de ciertas partes insinuadas del cuerpo, erotizándolo. Se trata de una suerte de creación, de proyecto creativo, una de cuyas notas destacadas es lo que me permito denominar desexualización del placer. La creencia de que el placer físico procede simplePresentación
mente del placer sexual y de que el placer sexual es la
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base de cualquier posible placer es de todo punto falsa. Las practicas sadomasoquistas lo que prueban es que podemos procurarnos placer a partir de objetos extraños, haciendo uso de partes insinuadas de nuestro cuerpo, en circunstancias nada habituales. En Bogotá, se cuenta, como en muchas otras ciudades del mundo, con gran diversidad de pensamientos, géneros y sexos enfocándose en el estado sexual del ser humano, en donde se muestran de las muchas tendencias sexuales que tiene la persona, como se relaciona con ellas y como en cierta medida estas afectan a los demás, ya que muchas de ellas han sido inculcadas por la sociedad: iglesia, familia, entorno, grupo social, pareja o parejas, etc. En esta investigación no se pretende hablar del dolor por el dolor, sino del dolor como la posibilidad de conocer mas el propio cuerpo y el de la pareja, de esta manera entender como las personas practicantes ven en el la forma de entrega y confianza a su pareja, para que ellas ejerzan el poder sobre su seguridad personal tanto física como psicológica, por ende el poder es lo que esta en juego y lo que esta presente todo el tiempo en este tipo de relaciones.
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20 Ataduras
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Atar al sumiso o sumisa, ya sea a ĂŠl mismo o a algĂşn lugar
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Azote dado en cualquier lugar del cuerpo
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Sofocamiento, permitiendo el paso de aire a voluntad
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V inilpel
Sofocamiento prolongado, permitiendo solo la entrada de aire al retirar
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Limpieza de los zapatos de la ama por el sumiso.
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Pinzado con pinzas para ropa.
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Estimulaci贸n con cera caliente
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