Iglesia Coria-Cáceres en
SEMANARIO DIOCESANO DE INFORMACIÓN Suplemento al Boletín Oficial del Obispado de Coria-Cáceres
www.diocesiscoriacaceres.es / N.º 3.418 – Fecha: 11 / 4 / 2021 Precio del ejemplar suelto: 0,25 euros
Monseñor Ciriaco Benavente preside la Misa Crismal en la catedral “Siento una singular emoción de estar ante este altar”. Así se expresaba monseñor Ciriaco Benavente Mateos, obispo emérito de Albacete, y quien fuese prelado de la Diócesis de Coria-Cáceres durante 14 años. En la Catedral de Coria, “de tantos y tan gratos recuerdos para vosotros y para mí”, indicaba Benavente, y rodeado de una nutrida representación del presbiterio, así como religiosos y religiosas y laicos, en menor medida que en otras ocasiones debido a las restricciones provocadas por la covid19, Benavente vivió por segundo año consecutivo “una de las celebraciones más significativas” para la Iglesia: la Misa Crismal, en esta situación especial de sede vacante en la Diócesis de Coria-Cáceres. Debido a la pandemia, el año pasado esta celebración tuvo que posponerse a junio de 2020, una vez que se levantó el confinamiento más estricto. En su homilía, monseñor Ciriaco Benavente se centró en la misión evangelizadora de todos para ser “testimonio acreditativo de que Su Espíritu vive y actúa a través de nosotros en nuestra Iglesia en Coria-Cáceres”. En la celebración se consagró el Santo Crisma que se usa en los sacramentos del bautismo, confirmación y orden sacerdotal y para la consagración de altares. Así como también se bendijeron los óleos que se usan en la unción de los enfermos y con los catecúmenos. Este gesto simboliza la unión de toda la Iglesia Diocesana. Cada arcipreste lleva esos óleos a las parroquias y, de esta forma, en todas las parroquias de la diócesis se utilizan los mismos óleos bendecidos por el obispo. Don Ciriaco Benavente quiso recordar en su explicación sobre los óleos y el Santo Crisma que
todos somos “crónicamente catecúmenos”, pidió que pensáramos “en los ancianos, en los heridos por la enfermedad, el hambre, la emigración o la marginación” y también aquellos que “sufren las consecuencias corporales, laborales o afectivas de la pandemia”. Y, sobre el Santo Crisma, que es “el más eminente para ser signo de la unción de Jesús que nos consagra a todos como bautizados”. “Llevadlos con veneración a cada una de vuestras parroquias, valorad su sentido, custodiadlos con esmero; utilizadlos con sentido reverente y pregonad la Buena Nueva de la Salvación que en ellos se significa”, dijo el prelado dirigiéndose a los sacerdotes. “Esta celebración expresa que es el mismo y único Espíritu el que actúa en toda la Iglesia, que es una y única la misión, aunque sean distintas las funciones. Será una grave distorsión el que los adjetivos o los apellidos, distintas pertenecías a la iglesia o sensibilidades eclesiales, empañaran está realidad substantiva de la comunión en el único y mismo Espíritu, la participación en la misma y única misión, la pertenencia a la misma Iglesia Diocesana”, expresó Benavente. También se unió a la oración de toda la diócesis por la llegada de un nuevo pastor para Coria-Cáceres. “Lamento una vez más que mi presencia sea debida a la falta de pastor propio, que esperamos que no se demore mucho más”, añadió Benavente Mateos. La recta final de su homilía, dirigida a los sacerdotes, fue un recordatorio del “don del sacerdocio”, con humildad para “reconocer nuestras debilidades”
y la “obligación de ser referentes evangélicos para nuestro pueblo”. También tuvo palabras para los hermanos difuntos del presbiterio y también para quienes tomaron otro camino y pidió una oración para que no falten sacerdotes a la Iglesia, “probablemente el problema más grave de nuestra Iglesia”. De los miembros más jóvenes del presbiterio “espera la diócesis disponibilidad generosa”, la misma que agradeció en los sacerdotes que “esconden historias de fidelidad, en el silencio, de más de 50 años de entrega”. Al finalizar la celebración, el administrador Diocesano, don Diego Zambrano, quiso darle las gracias por su disponibilidad para celebrar la Misa Crismal en la que fue su diócesis durante 14 años, al haber quedado la sede de Coria-Cáceres vacante. “Cuente con la oración de esta Iglesia a la que tanto ha querido y seguro que sigue en su corazón”, sentenció Zambrano. Monseñor Ciriaco Benavente agradeció el gesto y la oportunidad de vivir de nuevo esta celebración. La Misa Crismal se interpretó en lengua de signos, servicio que organizó la Delegación Diocesana de Personas con Discapacidad de nuestra diócesis, con la colaboración de la Asociación de Personas Sordas de Cáceres. Además, en la Eucaristía, se invitó a todos los presentes a participar generosamente en la colecta de la Limosna Penitencial Cuaresmal a favor del Fondo Diocesano de Emergencia Covid-19.
Noticias Diocesanas EDITORIAL
LOS DERECHOS DE LAS FAMILIAS PROTAGONIZAN UN NUEVO CÍRCULO DEL SILENCIO
Es la segunda vez que hemos vivido la Semana Santa y viviremos la Pascua en el contexto de la pandemia: “el año pasado estábamos más conmocionados, este año estamos más probados, y la crisis económica se ha hecho más pesada”, dijo el papa Francisco en la Misa del Domingo de Ramos. “En esta situación histórica y social, ¿qué hace Dios?” preguntó. Y respondió: Toma la cruz. Jesús toma la cruz, es decir, asume el peso del mal que implica dicha realidad, el mal físico, el psicológico y sobre todo el mal espiritual, porque el Maligno aprovecha las crisis para sembrar la desconfianza, la desesperación y la cizaña. “¿Y nosotros? ¿Qué debemos hacer?”, preguntó el papa. Pues sembrar un camino de confianza, esperanza y semillas de futuro, que esta situación nos sirva para vivir la Pascua de otra manera. “Nos lo muestra la Virgen María, la Madre de Jesús, que es también su primera discípula. Ella siguió a su Hijo. Ella asumió su propia cuota de sufrimiento, de oscuridad, de desconcierto, y recorrió el camino de la pasión, manteniendo la lámpara de la fe encendida en su corazón. Con la gracia de Dios, nosotros también podemos hacer este camino. No pasemos de largo, dejemos que nuestro corazón se mueva a compasión y acerquémonos”. ¿A quién? A todos los que necesitan retomar la esperanza. En este segundo domingo de Pascua, domingo de la Misericordia, seamos amor, en cada paso del camino. Que como los discípulos de Emaús, sin conocer que somos cristianos «saboreen» nuestro amor. Lorena Jorna, delegada de Medios de Comunicación 2
Poco más de un año después de que se declarase el Estado de Alarma en el país, tras la grave pandemia provocada por la COVID-19, podemos afirmar que la realidad de las familias es muy preocupante. El impacto que ha provocado esta crisis nos ha devuelto en España a índices de desigualdad semejantes a los experimentados durante los peores años de la crisis anterior. El desempleo, la precariedad laboral, el drama de muchas familias sin ningún tipo de ingresos o ingresos insuficientes para poder afrontar los gastos básicos como es la alimentación, o los que provienen del mantenimiento de la vivienda (alquiler, hipotecas, suministros...), las dificultades de conciliación de la vida familiar y laboral, y la brecha digital que supone la pérdida de oportunidades (formativas, laborales...), y una mayor dificultad para aprovechar las oportunidades educativas, convirtiéndose en un factor de cronificación de las situaciones de pobreza. Todo esto ha provocado que las familias más frágiles y vulnerables estén viendo cómo empeoran con mayor rapidez e intensidad sus condiciones de vida. Nunca antes tantas familias se han empobrecido tan rápido como ha ocurrido en el último año. Pero queremos tener una mirada de esperanza, la familia es un bien del cual la sociedad no puede prescindir, pero necesita ser protegida. En este mes de marzo el papa Francisco inaugura el año “Familia Amoris Laetitia” celebrando así el 5.º Aniversario de la publicación de la Exhortación Apostólica dedicada a la belleza y la alegría del amor familiar. Poniendo en relieve el papel central de la familia como Iglesia doméstica y la importancia de los lazos comunitarios entre las familias. Desde Cáritas queremos alertar de las situaciones de vulnerabilidad y necesidad por la que están pasando muchas familias, y por lo que estamos multiplicando el esfuerzo en el trabajo centrado en mantener el apoyo a las familias con las que estábamos ya trabajando, y cuya situación se ha agravado con esta crisis, y acompañar a las familias que están acudiendo por primera vez debido a la precariedad sobrevenida ante esta realidad. Es necesario revisar la falta de protección del sistema de garantía de ingresos que no responde a la realidad que tenemos en estos momentos por ser insuficiente o no llegar las respuestas a tiempo. Recalcamos la importancia de invertir en políticas públicas para mitigar los efectos sociales de la desigualdad y que estas den respuesta a las necesidades específicas que tienen las familias. En palabras del papa Francisco: “La familia es un tesoro precioso. Hay que sostenerla y protegerla siempre”. Los derechos humanos no son secundarios. POR LOS DERECHOS DE TODOS. Tiende tu mano y enrédate.
El Círculo del Silencio es un gesto de denuncia ante la vulneración de los derechos de todos, que mensualmente viene celebrando Cáritas, en la Diócesis de Coria-Cáceres desde hace ya 13 años, y desde hace unos meses, debido a la pandemia, se desarrollan de forma virtual. Puedes verlos online en el Canal de Youtube de Cáritas Diocesana.
Correspondencia del Administrador Diocesano † Diego Zambrano López
LA DIVINA MISERICORDIA
Administrador diocesano
II DOMINGO DE PASCUA No es nuevo que los hombres acudan a la misericordia de Dios. El Antiguo Testamento está lleno de referencias que nos muestran cómo los diferentes pueblos imploraban a Dios su misericordia con la promesa de rectificar su vida y procurar no ofenderle con sus pecados. Nos encontramos casos como el de la liberación de la esclavitud de Egipto, el fin de la cautividad de Babilonia, el perdón al pueblo elegido tras haber adorado al becerro de oro, el perdón de David, etc., es decir, hay cientos de referencias —en el Antiguo Testamento— a la misericordia de Dios con el hombre pecador. En el Nuevo Testamento el rostro de la misericordia del Padre, es Jesucristo. Dice el apóstol san Pablo que en la plenitud de los tiempos, cuando todo estaba dispuesto según su plan de salvación, envió a su Hijo, nacido de la Virgen María, para revelarnos de manera definitiva su amor. Quien ve a Él ve al Padre. Jesús, con su palabra, sus gestos y toda su persona, revela la misericordia de Dios. Recordemos en este sentido las parábolas de la misericordia que nos cuenta san Lucas: la oveja perdida, el hijo pródigo, la moneda extraviada... En estas parábolas Jesús revela la naturaleza de Dios como la de un Padre que nunca se da por vencido hasta que absuelve el pecado y supera el rechazo con compasión y misericordia. Dios se presenta siempre lleno de alegría, sobre todo cuando perdona. Decía Santo Tomás de Aquino que “es propio de Dios usar misericordia y especialmente en eso se manifiesta su omnipotencia”. El papa Francisco dice que estas palabras no muestran la misericordia divina como un signo de debilidad, sino más bien la cualidad de la omnipotencia de Dios, es decir, que Dios manifiesta su poder con la misericordia; por eso la liturgia, en una de las colectas más
antiguas, invita a orar diciendo: Oh Dios que revelas tu omnipotencia sobre todo en la misericordia y el perdón. Pero, ¿qué ocurre?, que con el paso del tiempo los hombres no valoramos lo suficiente esta Misericordia Divina. Lo vemos claramente en nuestra época con su creciente secularización y con la pérdida de la conciencia de ser hijos de Dios. Por eso Dios Padre Misericordioso ha querido dirigir al mundo un llamamiento nuevo a la conversión y a abrazar su amor. Este llamamiento es la devoción a la Divina Misericordia, Jesucristo ha sido el portador del mensaje y una santa polaca su altavoz: santa Faustina Kowalska. Una devoción que tuvo como gran impulsor, tanto de su espiritualidad como de su apostolado, a San Juan Pablo II, quien instituyó esta fiesta litúrgica de la Divina Misericordia el II Domingo de Pascua cuando canonizó a Faustina el 30 de abril del año 2000; esta fue la primera santa canonizada en el tercer milenio. En su homilía dijo a toda la Iglesia: “Con Santa Faustina el gran mensaje de la Misericordia Divina atraviesa los sufrimientos del siglo XX para alcanzar a los cristianos del nuevo milenio... No es un mensaje nuevo, pero es de esencial necesidad e iluminación para actualizar en la Iglesia el Evangelio. Lo ofrezco como un rayo de luz y una fuente de vida para todos los hombres y mujeres de nuestro tiempo”. En estos tiempos de pandemia, y de tanto sufrimiento acudamos con confianza al trono de la misericordia. Como le confió Jesús a la santa polaca en una de sus revelaciones “la humanidad no tendrá paz hasta que se vuelva con confianza a Mi misericordia” (Diario de Santa Faustina, 300).
AGRADECIMIENTO DE LAS DONACIONES RECIBIDAS EN LA BIBLIOTECA DEL SEMINARIO La biblioteca del Seminario sigue prestando su servicio a profesores y alumnos del Seminario, del Instituto Teológico Santa María de Guadalupe y a cualquier persona que quiera utilizar sus fondos. Los libros de la sala donde están las publicaciones desde 1950 hasta la actualidad (Biblioteca Jesús Domínguez) cuenta ya con más de 10.500 volúmenes. La biblioteca del fondo antiguo, está siendo colocada y organizada por materias, como primer paso para futuras actuaciones. “La presente nota es para agradecer las donaciones que se han recibido últimamente y que han servido para enriquecer los fondos de nuestra biblioteca”, explica Antonio Pariente Gutiérrez, bibliotecario. En concreto quieren agradecer a los familiares de don Fermín Leo, don Ángel Teodoro y don Valentín Caro por los libros recibidos. Destaca también la donación de la parroquia de San Juan de Cáceres, con una estupenda colección, por su buen estado, de los boletines diocesanos desde 1854, o la colección de la revista Vida Nueva encuadernada, así como otros libros de la biblioteca de don Manuel Vidal.
Especialmente agradece a la esposa y familia de Don Jesús Benito del Valle, profesor de Filosofía del Brocense y del Seminario en la época en la que los seminaristas de BUP-COU daban clase en el edificio del seminario, por su buena colección de libros de filosofía y sobre todo por la gran cantidad de hagiografías (vidas de santos) y procesos de beatificación o canonización que han donado. Faltan por recoger donaciones de la parroquia de Casar de Cáceres, y de don José Calero, profesor de filosofía del Seminario en los años 70, que quiere donar sus libros, “lo cual enriquecerá la sección filosófica”, añade Pariente. “Los libros de la biblioteca, si hablaran, nos contarían la propia historia del Seminario, con sus idas y venidas de Cáceres a Coria y de Coria a Cáceres, así como sus paseos por las distintas localizaciones de la biblioteca en el edificio de don Manuel Llopis”. Por último, muestra un agradecimiento a todos los bibliotecarios, especiales para don Antonio Jiménez, “cuyas huellas aparecen en muchos volúmenes, así como a todos los que de seminaristas dedicasteis vuestro tiempo a estos libros”. 3
Inmatriculaciones e Iglesia ¿LAS INMATRICULACIONES DE LA IGLESIA SON UN PRIVILEGIO? La Iglesia está formada en España por más de 40.000 instituciones, registradas legalmente, y con capacidad de poseer bienes. Cada una de esas instituciones: diócesis, parroquias, comunidades religiosas (activas o contemplativas), institutos seculares, sociedades de vida apostólica, etc. pueden tener sus bienes para realizar la misión que se les ha confiado. Lo pueden hacer como cualquier otra institución civil, social, deportiva, científica, académica que concurren en el espacio público y trabajan en el tejido de la sociedad. Conocer la historia resulta imprescindible. La Iglesia llegó a la península Ibérica en el siglo I1. Durante siglos, el Pueblo de Dios fue construyendo lugares de culto, templos, parroquias o basílicas. Con la organización en diócesis fueron construyéndose las catedrales, y con la aparición de las órdenes religiosas comenzaron los monasterios, abadías y cenobios. Según crecía su presencia surgieron rectorías y seminarios, y la Iglesia recibía donaciones de tierras, fincas, etc. para el sustento de los sacerdotes y la ayuda a los necesitados. Entonces no se cuestionaba la propiedad de los templos, los edificios y las tierras. Lo mismo sucedía en el ámbito civil con los ayuntamientos y con los edificios públicos y con muchos otros bienes de particulares. No existía la necesidad de garantizar la propiedad de estos bienes porque nadie dudaba de quién era ni lo ponía en cuestión. En 1863 se crea en España el Registro de la Propiedad, a partir de la ley hipotecaria de 18612. Con él se pretende conseguir tres objetivos: dar certidumbre al dominio a los demás derechos reales sobre la cosa; posibilitar la libre circulación de la propiedad inmobiliaria; y asentar sobre sólidas bases al crédito territorial. La inscripción de bienes en este registro no otorga la propiedad, sino que tiene simplemente una función probativa o certificativa, lo que otorga seguridad jurídica, pero no tiene función constitutiva de la propiedad. En los dos primeros decretos que desarrollan el funcionamiento de este registro (en junio y noviembre de 1863) se anima a las instituciones públicas y a la Iglesia a registrar sus bienes, para que el registro acogiera ya desde el comienzo una buena parte de las propiedades que había en España. Desde ese momento, las instituciones públicas y la Iglesia tienen la capacidad de inmatricular por certificación, un sistema especial para inscribir aquellos bienes de los que no es posible mostrar un título de propiedad, por ejemplo, por su antigüedad o por razones históricas.
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Dejando de lado tradiciones arraigadas en la piedad popular, pero no documentadas, la historia eclesiástica hispana comienza con los datos de San Ireneo y Tertuliano sobre la existencia de iglesias en nuestras tierras y con la carta sinodal de San Cipriano y otros 36 obispos, del tiempo del papa Esteban (254-257), en la que habla de las comunidades cristianas en León, Astorga, Mérida y Zaragoza. Vicente Cárcel Ortí: Breve Historia de la Iglesia en España. Pág.18. 2 Promulgada el 8 de febrero de 1861, entrando en vigor en enero de 1863. 4
El decreto impedía a la Iglesia, ya entonces, inmatricular los templos (iglesias y ermitas), pues la propiedad era evidente y esos templos no podían ser objeto de comercio. Y así fue hasta 1998, esta restricción suponía una discriminación ya que la Iglesia católica era la única confesión religiosa en España que no podía inmatricular sus lugares de culto. El art. 206 de la Ley Hipotecaria permitió a la Iglesia la inmatriculación de los templos, superando así la discriminación. Es a partir de este momento (1998) cuando empieza a inscribir sus bienes para garantizar la identidad, finalidad y uso de estos inmuebles. La Iglesia ejerce el derecho a inmatricular sus bienes porque tiene la obligación de custodiar y mantener lo que le ha sido confiado. Así ha inmatriculados los bienes que durante siglos el pueblo “católico” ha construido y confiado a la Iglesia para que esta pudiera realizar su labor: el anuncio del Evangelio (apostolado), la celebración de la fe (culto) y el ejercicio de la caridad (servicio). Los bienes de la Iglesia se destinan precisamente a estos fines. Ha inmatriculado también otros bienes recibidos a través de legados y herencias, que han sido destinados, de un modo u otro, a los mismos fines. Para inmatricular un bien en el Registro de la Propiedad es necesario acreditar el título de propiedad, realizar un expediente de dominio, o mediante certificación. Así lo han podido hacer las instituciones de la Iglesia hasta el año 2015, con aquellos bienes que posee y mantiene desde tiempo inmemorial.
CERTIFICACIÓN La Iglesia católica pudo utilizar el modo especial de inmatriculación —por certificación— desde el comienzo del Registro de la Propiedad hasta la reforma de la Ley Hipotecaria, en junio de 2015. Esa inmatriculación por certificación pudo aplicarse a los templos desde que estos pudieron inscribirse, en 1998. Desde 2015, solo las administraciones públicas y las entidades de derecho público con personalidad jurídica propia pueden inmatricular los bienes de su titularidad mediante este mecanismo. La autorización para que la Iglesia Católica utilizara este procedimiento especial se relaciona con el hecho de que la presencia de la Iglesia en España es muy anterior a la existencia del registro y por tanto es creíble que los títulos de propiedad no existieran o nunca hubieran existido. Al mismo tiempo, las leyes desamortizadoras del S. XIX, especialmente de Mendizábal y de Madoz, y la posterior recuperación de parte de los bienes por la Iglesia católica, en muchos casos sin una titulación auténtica, habían desprovisto a la Iglesia de la capacidad de registrar sus bienes de manera ordinaria. Es cierto que el procedimiento era excepcional, pero la situación también, ya que nos encontramos con que muchas realidades de Iglesia son las instituciones más antiguas de nuestro país, como las iglesias de Toledo o Tarragona con una tradición muy consolidada que data del siglo I. La desaparición progresiva de las circunstancias históricas a las que respondió su inclusión, así como el transcurso de un tiempo suficiente desde la reforma del Reglamento Hipotecario de 1998 que ya permitía la inscripción de los templos, ha propiciado que desde 2015, la certificación no pueda ser un modo de registrar propiedades a nombre de la Iglesia. Desde ese momento, la Iglesia dejó de inmatricular por certificación. SITUACIÓN DE LA DIÓCESIS DE CORIA-CÁCERES La Diócesis de Coria, a partir del día 9 de abril de 1957, por Bula de Pío XII, denominada Diócesis de Coria-Cáceres, es una de las más antiguas de España, estando documentada desde el Siglo VI. Después de la Reconquista, en el 1142, se restaura la Sede Episcopal Cauriense. El Privilegio fundacional de la Catedral de Coria, dado el 30 de agosto de 1142 y confirmado por Alfonso X en Sevilla el 30 de abril de 1261, Alfonso VII concede al obispo Navarrón y, perpetuamente a la Iglesia de Coria, todas las iglesias de dentro y fuera de los muros de dicha ciudad, las iglesias del Obispado, y los monasterios, edificados o que se edificaran, para que a su voluntad, siempre lo juzgue y disponga de ellos... junto con tierras, huertos, casas y heredades. A lo largo de los siglos hasta nuestros días, muchos han sido los obispos, miembros del Cabildo Catedral, párrocos y laicos cristianos los que han donado propiedades rústicas y urbanas a la diócesis, como consta en los fondos históricos de los Archivos Parroquiales, Diocesano y Catedralicio. Desde
los primeros siglos del cristianismo la comunidad cristiana construyó edificios, exclusivamente para el culto: templos, basílicas, ermitas, etc.; en la actualidad, la comunidad cristiana sigue colaborando con sus aportaciones económicas en la construcción de los nuevos templos que están ubicados en nuestros núcleos urbanos y rurales. Este patrimonio eclesiástico de siglos, ha derivado hoy, y es así considerado, como parte del Patrimonio Histórico-Artístico. La Diócesis de Coria-Cáceres, desde 1998 viene realizando y actualizando los inventarios que, en los años 1947 y 1982, ya se habían realizado por los párrocos en sus parroquias (1947) y por el Obispado en 1982, para todo el territorio diocesano. Dentro de esa regularización, comprobando los datos de Catastro y, dentro de la legalidad vigente, acogiéndonos al Artículo 206 de la Ley Hipotecaria que permitía inmatricular en el Registro de la Propiedad propiedades a instituciones, públicas y privadas, que no tenían escritura de dominio y sujetas, dicha inmatriculación, a las limitaciones del artículo 207 de dicha ley, se procedió a la inmatriculación de dichos bienes; para ello, antes de proceder a la inmatriculación, se comprobó la documentación que tenemos en nuestros archivos —Catedralicio, Diocesano y Parroquiales— cuyos fondos documentales recogen la memoria de estas Instituciones a lo largo de los siglos: Libros de Cuentas de Fábrica, Visitas Pastorales, Fondo de Cofradías, Fondo de Obras Pías y Capellanías... complementando con los Protocolos Notariales, del Archivo Histórico Provincial, donde se documentan los contratos para la realización de retablos e imágenes, así como la consulta en otros archivos de carácter nacional o local que tienen fondos de instituciones religiosas. En algunos casos, ante la duda y la falta de documentación de algunos edificios religiosos, aun figurando en Catastro y, por lógica, sabiendo que sería de Titularidad Eclesiástica, no hemos inmatriculado hasta no tener la documentación necesaria para proceder a la misma. Por último, indicar, al igual que se ha hecho desde la propia Conferencia Episcopal, que la Iglesia no tiene ningún interés en mantener inmatriculados bienes que no sean suyos, por lo que estamos a disposición de cualquier persona o entidad que considere que pueda haber algún error en el proceso realizado, con la seguridad de que se podrá llegar a un entendimiento entre las partes.
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Reflexiones y Opiniones
OVEJAS, NO BORREGOS
En estos días en los que se empieza a manifestar la primavera, uno contempla con cierta envidia sana, a las ovejas pastando tranquilas por nuestra hermosa tierra. Junto a ellas, a veces sentado en una piedra, a veces de pie apoyado en su bastón, siempre atento, está el pastor. Ya llueva, ya arda la tierra, vigilará de cerca a sus ovejas. En su rostro se percibe el paso de los años y el cansancio de los días, pero aprecia agradecido el hermoso amanecer y la llegada de la noche. Él sabe que a pesar de la pandemia y del destello de muerte que va dejando, la primavera llega. No hay nada que la detenga. Tras un rato de silencio y contemplación, llegan a mi memoria algunas frases del ya pasado, pero no olvidado, Congreso de Laicos al que la diócesis tuvo a bien invitar a alguna de sus ovejas para representar a este rebaño, todavía sin pastor. Y de la mezcla de melancolía, ilusión y al mismo tiempo apatía por la falta de concreción en las cosas, me surgieron algunas ideas que quisiera compartir con mis hermanos y hermanas, en un intento de responder a la generosa y no siempre valorada invitación. • El pastor cuida de sus ovejas, las conoce y las llama por su nombre. Para que el pastor conozca sus ovejas, tiene que estar cerca de ellas, pisar la tierra en la que pacen, abrir su morral y comer el pan junto a ellas, aunque el olor les incomode. Porque si el pastor nos está cerca de sus ovejas, difícilmente se dará cuenta de cuáles son sus debilidades y fortalezas. Mirará a las ovejas como cualquier extraño, aunque eso no signifique que no les tenga cariño y aprecio. Se trata de estar a una distancia, en la que el olor a oveja se pegue. No existen perfumes, ni colonias con olor a ovejas que puedan comprarse. Quien quiera oler a oveja tendrá que estar con ellas
LOS ECOS DEL CONGRESO DE LAICOS, UN AÑO DESPUÉS en el campo. Tampoco es bueno que el pastor esté cerca y huela a ellas, pero se le sienta lejos. En esos casos las ovejas no lo reconocerán y él no distinguirá sus ovejas de cualquier otra. Como laicos tenemos que convencer y persuadir a nuestros pastores, de la necesidad de oler a oveja y de sentirlos cerca, para que nos podamos conocer y reconocer mutuamente, porque lo que no se conoce resulta difícil amar. • Las ovejas se comprometen y dan la vida. Para eso han nacido y esa es la razón de su existir. Una oveja que no se compromete, con el tiempo se endurecerá su carne y seguramente será pasto de los buitres, pues nadie querrá meter carne dura y con olor a viejo en un buen guiso. Los laicos estamos llamados a ser no solo las manos y el corazón de la iglesia, sino también la cabeza y para eso no es necesario pedir permiso. Nadie pide permiso para abrir la puerta de su casa. No debe el laico pedir permiso para aportar ideas a esta sociedad e iglesia nuestra, necesitada de ideas que hagan todo nuevo, sin renunciar a lo esencial. • Nada es el pastor sin sus ovejas y nada son las ovejas sin su pastor. Todos somos uno, cada uno con sus dones, cada uno con su rol. De nada sirve un pastor que no tiene ovejas y perdidas estarán las ovejas sin un pastor que las cuide. Y ambos son importantes, porque un mal pastor puede hacer un mal rebaño con buenas ovejas, así como un buen pastor hará buen rebaño de malas ovejas, si trabaja y se empeña en ello. Si las ovejas no tienen pastor, quién las cuidará, quién las agrupará y resguardará antes de que llegue la noche. Pastarán perdidas por el campo y llegará el lobo para devorarlas sin resistencia. Todos somos necesarios y somos parte de este Pueblo de Dios que camina hacia senderos de Justicia y Esperanza, más necesarias que nunca en este mundo injusto y desesperanzado. Estamos llamados a ser buenas ovejas y no borregos que siguen sin rechistar a sus pastores. No hacerlo, nos hace a nosotros malas ovejas y a ellos malos pastores. Francisco Manuel Delgado, participante en el Congreso Nacional de laicos
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Para vivir la liturgia La mesa de la Palabra Primera Lectura, Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles, Hch 4, 32-35 El grupo de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma: nadie llamaba suyo propio nada de lo que tenía, pues lo poseían todo en común. Los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor. Y se los miraba a todos con mucho agrado. Entre ellos no había necesitados, pues los que poseían tierras o casas las vendían, traían el dinero de lo vendido y lo ponían a los pies de los apóstoles; luego se distribuía a cada uno según lo que necesitaba. Salmo responsorial, Sal 117, 2-4. 16-18. 22-24 (R/.: 1) R/. Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. O bien: R/. Aleluya. Diga la casa de Israel: eterna es su misericordia. Diga la casa de Aarón: eterna es su misericordia. Digan los fieles del Señor: eterna es su misericordia. R/. «La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es excelsa». No he de morir, viviré para contar las hazañas del Señor. Me castigó, me castigó el Señor, pero no me entregó a la muerte. R/. La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente. Este es el día que hizo el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo. R/.
Segunda Lectura, Lectura de la primera carta del apóstol San Juan, 1 Jn 5, 1-6 Queridos hermanos: Todo el que cree que Jesús es el Cristo ha nacido de Dios; y todo el que ama al que da el ser ama también al que ha nacido de Él. En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios: si amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos. Pues en esto consiste el amor de Dios: en que guardemos sus mandamientos. Y sus mandamientos no son pesados, pues todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo. Y lo que ha conseguido la victoria sobre el mundo es nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? Este es el que vino por el agua y la sangre: Jesucristo. No solo en el agua, sino en el agua y en la sangre; y el Espíritu es quien da testimonio, porque el Espíritu es la verdad.
Aleluya, Jn 20, 29 R/. Aleluya, aleluya, aleluya. Porque me has visto, Tomás, has creído, —dice el Señor—; bienaventurados los que crean sin haber visto. R/.
Evangelio, Lectura del santo Evangelio según San Juan, Jn 20, 19-31 Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: “Paz a vosotros”. Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: “Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo”. Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: “Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos”. Tomás, uno de los doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: “Hemos visto al Señor”. Pero él les contestó: “Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo”. A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: “Paz a vosotros”. Luego dijo a Tomás: “Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente”. Contestó Tomás: “¡Señor mío y Dios mío!”. Jesús le dijo: “¿Porque me has visto has creído? Bienaventurados los que crean sin haber visto”. Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Estos han sido escritos para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre.
El Pan de la Palabra de cada día Lunes, 12: Martes, 13: Miércoles, 14: Jueves, 15: Viernes, 16: Sábado, 17:
Hch 4, 23-31 • 2, 1-9 • Jn 3, 1-8. Hch 4, 32-37 • 92, 1-5 • Jn 3, 7b-15. Hch 5, 17-26 • 33, 2-9 • Jn 3, 16-21. Hch 5, 27-33 • 33, 2-20 • Jn 3, 31-36. Hch 5, 34-42 • 26, 1-14 • Jn 6, 1-15. Hch 6, 1-7 • 32, 1-19 • Jn 6, 16-21.
DOMINGO II DE PASCUA O DE LA DIVINA MISERICORDIA ¡FELICES PASCUAS Y FELIZ DOMINGO DE LA MISERICORDIA! No hay límites al amor de Dios que perdona. Esta es la realidad que nos transmite este Domingo de la Misericordia. Los discípulos, nos dice el Evangelio que se lee este domingo en la Eucaristía, “al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban encerrados en una casa, con las puertas cerradas por miedo”. También Jesús sintió miedo la noche antes de su pasión, cuando oraba al Padre diciendo: “haz que pase de mí este cáliz”. Pero una vez afrontada la prueba, una vez que desde la cruz ofrece su perdón: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”, llega la liberación: “entregó su Espíritu” y la victoria en la resurrección. Los discípulos se llenan de paz y alegría al ver al Señor resucitado. Ellos también han sido perdonados por su abandono. Por eso ahora reciben el Espíritu Santo y quedan capacitados para derramar la misericordia de Dios sobre todos los que los escuchen: “Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo”. “A quienes les perdonéis los pecados les quedan perdonados”. Desde ese momento, “bienaventurados los que crean sin haber visto”. A lo que habría que añadir con la segunda lectura: “Todo el que cree que Jesús es el Cristo ha nacido de Dios; y todo el que ama al que da el ser ama también al que ha nacido de él”, es decir, que quien ama a Dios, ama a los hermanos, “que han nacido de Él”. La primera lectura nos recuerda cuál es la manera de vivir el amor: “los creyentes tenían un solo corazón y una sola alma: nadie llamaba suyo propio nada de lo que tenía, pues lo poseían todo en común”. “Entre ellos no había necesitados”. El mensaje de la Divina Misericordia, dice el papa Francisco, “no es otro que el Evangelio de Jesucristo, muerto y resucitado, que nos da la misericordia del Padre”. Vivamos, pues, el Evangelio y que nuestro corazón se llene de paz y alegría como el de los discípulos para sembrar misericordia en este mundo tan necesitado de la comprensión, el amor y la esperanza que en gran parte nos ha robado esta pandemia. Jesús Luis Viñas Párroco de San Eugenio - Cáceres 7
“HOMO FACTUS EST - CRISTO EN EL ARTE” EXPOSICIÓN TEMPORAL EN CÁCERES
La iglesia de San Francisco Javier (Preciosa Sangre) acoge la exposición temporal “Homo factus est. Cristo en el Arte”. Se trata de una muestra propiedad de la Hermandad de Cofradías de la Pasión de la Ciudad de Logroño, que fue inaugurada en aquella ciudad en el año 2019 y que ahora se traslada a Cáceres de la mano de la Diócesis de Coria-Cáceres. El rvdo. don Fermín Labarga, prior de la Hermandad de Cofradías de Logroño, es el comisario de la exposición, que ha contado con el diseño gráfico de don Jaime Ocón, secretario de la misma institución. La exposición iba a exhibirse en la capital cacereña el pasado año, pero la situación sanitaria obligó a posponer su muestra en Cáceres al presente curso. El acto de inauguración previsto no ha podido celebrarse ante la imposibilidad de que los miembros de la Hermandad de Cofradías de la Pasión de Logroño pudieran desplazarse a Cáceres a causa del vigente cierre perimetral de las comunidades autónomas. En dicho acto la delegación de Logroño hubiera sido recibida por la Unión de Cofradías Penitenciales de Cáceres para desarrollar un acto de confraternización entre ambas entidades. La muestra haceXtantos_Pueblo_210x74,25+5.pdf un repaso desde las primeras AF_Faldon representaciones paleocristianas de Cristo como
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Buen Pastor y Filósofo hasta la actualidad, pasando por el Cristo en majestad del Románico, el Cristo sufriente del Gótico, el perfectus Deus et perfectus homo del Renacimiento, el Cristo triunfante que propone el Barroco después del concilio de Trento, o las propuestas historicistas del siglo XIX. Es un recorrido histórico para conocer como se ha reflejado la teología y la espiritualidad de cada época aplicados en el arte. Una representación a tamaño natural de una obra cumbre y representativa de cada época centran la atención a lo largo de la exposición. Un total de ocho obras, todas ellas representadas a tamaño natural, llegando incluso a pasar en algunos casos de los 5 metros de largo, ocupan toda la nave de la iglesia de San Francisco Javier. El recorrido comienza con el espacio dedicado al arte Paleocristiano y Bizantino, en el que encontramos como obra principal a Cristo bendiciendo, un icono del siglo VI conservado en el monasterio de Santa Catalina del Monte Sinaí (Egipto). En relación al arte románico se puede ver a tamaño real el gran Pantocrátor de la iglesia de San Clemente 15/3/21 17:34 de Taull (Lérida), fechada en torno a 1123.
Del arte gótico encontramos el Retablo de Isenheim de Mathis Grünewald (1513-1515). En el lugar dedicado al Renacimiento podemos contemplar el majestuoso Cristo del fresco del Juicio final, pintado por Miguel Ángel (1537-1541) en la Capilla Sixtina del Vaticano. En relación al Barroco se exhibe el gran lienzo de Cristo Crucificado de Velázquez (1632). El espacio dedicado al arte del Siglo XIX lo protagoniza el lienzo titulado “La sombra de la muerte” de William Holman Hunt (1870-1873). La visita termina con dos lienzo de arte contemporáneo: el “Ecce Homo” de Lovis Corinth (1925) y, cerrando el recorrido, la XI estación del vía crucis pintado por Jerzy Duda Graez en 2001 en el Santuario de Czestochowa (Polonia). La exposición podrá visitarse hasta el final del tiempo estival en el siguiente horario: de lunes a domingo (incluidos festivos), de 10:00 a 14:00 h y de 17:00 a 20:00 h. Para más información sobre la muestra pueden ponerse en contacto con el responsable de la Iglesia de San Francisco Javier (Centro de Fe y Cultura de la Diócesis de Coria-Cáceres): Jorge Rodríguez Velasco, teléfono: 927 24 52 50.
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