El Turismo Consciente constituye un pacto de convivencia y respeto mutuo entre el turista y las comunidades ligadas al patrimonio natural y cultural. Va un paso más allá de los principios de sostenibilidad, sustentabilidad, responsabilidad y ética, concibiéndolos de manera integral y promoviendo la paz, la amistad, el respeto y el amor a la vida como la esencia del turismo. Es un concepto vivo, dinámico y en constante construcción, una experiencia del dar y recibir.
Desde el cráter del Volcán Pululahua, en la Mitad del Mundo, se abre esta propuesta reflexiva, respaldada en la Constitución de la República del Ecuador y en los objetivos del Plan Nacional del Buen Vivir, que brinda una nueva oportunidad para mejorar el mundo en el que vivimos.