El arte de dar C
uando mis hijos eran pequeños, cada año hacían algo en la escuela para regalarme en el día de la madre. Generalmente era una manualidad tierna y creativa que incluía su fotografía o huella. ¡No era requisito que fuera algo sofisticado o perfecto! Para que esto ocurriera, sus profesores les recordaban que se acercaba el día de la madre y les proveían de materiales y ayuda para hacer el regalo. Los niños se iban a casa con su tesoro, irradiando amor y llenos de emoción por tener algo que regalar.
Dios es generoso
Dios hace con nosotros lo mismo que hacían los profesores de mis hijos. Nos recuerda que debemos ser generosos y nos muestra a algunas personas con las que debemos serlo en especial. También nos explica la actitud con
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DISCERNIR
Toda buena dádiva y todo don perfecto provienen de Dios, y Él quiere que lo imitemos y aprendamos el arte de dar de corazón. ¡Dios ama al dador alegre!
la que debemos dar y nos da todo lo necesario para que compartamos con los demás —¡todo! ¿Por qué lo hace? Y ¿por qué nos dice en 2 Corintios 9:7 que debemos dar con alegría? Como nuestro Padre, Dios quiere que aprendamos el delicado arte de dar y que nos volvamos expertos en ello. Pero no quiere que demos sólo porque es un requisito; quiere que lo hagamos con gusto, que demos con un corazón dispuesto.
Toda buena dádiva y todo don perfecto
¿Qué pasos debemos seguir para ser buenos dadores? En primer lugar, aprender a ser buenos receptores. Todas las cosas buenas que tenemos son regalos de Dios. Él creó todas las cosas y nos da todo: cada respiración, cada bocado, cada oportunidad, cada habilidad e in-
Septiembre/Octubre 2021