¿Gastar o no gastar? Ese es el dilema cuando está preparándose para salir de vacaciones y aunque pudiera parecer extraño esa pregunta, porque es iluso pensar que no se va a incurrir en gastos en las vacaciones, si se pueden disfrutar momentos gratis, como lo es el relajo, la entretención, el dejar los celulares de lado,(Una amiga, Isabel Dosal me decía una de estas tardes calurosas de verano: “A mí me suena el celular dos veces y lo apago, no estoy para estresarme¡”), olvidarse de la rutina.
Por eso si puede lo mejor es dejar la ciudad y disfrutar de esa casa de veraneo o de un rico hotel, o cabañas en contacto con la naturaleza, ya sea en la playa o en la montaña y que ojalá que ese lugar sea un espacio donde podamos dejarnos llevar, caminar, andar en bicicleta, salir a comer algo por ahí, por ejemplo, tomar nuestro perro y salir por la playa. (La mía se llama Tuka, es una labrador, y esta fascinada en la casa de la costa, nos espera todos los fines de semana).
La idea básica,