ÍNDICE
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OTROS OJOS
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HISTORIAS EN TORNO A LOS CINECLUBES Y LAS SALAS ALTERNATIVAS
FORMAR PÚBLICOS Y TAMBIÉN CUADROS La militancia y la movilidad desde el Cine Club Economía Javier Morett
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AQUELLA DÉCADA, AQUELLA LUZ Cultura y emancipación en el Cine Club de Ciencias Marcelino Perelló
19
PELÍCULAS QUE TATÚAN A CUALQUIERA Las proyecciones de Ismael Rodríguez y los cine clubes del cuc y la Ibero Leopoldo Soto
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EL CINE CLUB ES GUANAJUATENSE Tributo a don Eugenio Trueba Olivares en los 55 años del Cine Club de la Universidad de Guanajuato Jorge Pantoja Merino
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LA EVOLUCIÓN SOLAR DEL CINE ITINERANTE Ecocinema en México Miguel Ángel Mendoza
EN PORTADA: Interior del Cine Morelos, de Cuernavaca, durante una proyección cinematográfica. Fotografía: Laurette Flores, editora de la revista Soy Chef.
FE DE ERRATAS: En el texto introductorio al dossier de La fuerza cómica. La catarsis de la risa y las carcajadas, en la página 5, del número 31, de noviembre-diciembre de 2013, no aparece el origen de la cita del filósofo alemán Arthur Schopenhauer: “la percepción de la incongruencia entre el objeto real y el concepto, pues ante el conflicto entre lo pensado y lo percibido, gana la percepción y la comprobación de este hecho causa placer y risa”, que es la página 257 del tomo segundo de la magnífica La risa loca. Enciclopedia del cine cómico (Filmoteca de la unam/Conaculta, 2008), de Paco Ignacio Taibo I. Y en el número 30, que circuló durante septiembre y octubre de 2013, en la sección Fotofijas, dedicada al Fondo Fotográfico de la Fundación Héctor y María García, titulado Miradas descubiertas, en la página 68, se atribuye erróneamente a Guadalupe Martínez como nieta de los fotógrafos y directora del Archivo, por lo que solicitamos una disculpa a la autora, Mayra Citlalli Rojo, a María García y a todo el equipo de la Fundación Archivo por este error atribuible sólo a la redacción de la revista. Y por ambas cosas ofrecemos disculpas a nuestros lectores.
EN DEFENSA DEL CINE HUMANO Y ARTÍSTICO ¿Qué es un cine-club? Manuel González Casanova
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UN ESPACIO JOVEN Y PÚBLICO La Cineteca Zacatecas, Cinco años de apoyo al cine mexicano Gabriela Marcial
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UN ESPACIO SIMBÓLICO A TRES HORAS DE HOLLYWOOD Dos años de la Cineteca Tijuana Carlos Fabián Sarabia
40
LA MISIÓN DE FORMAR ESPECTADORES ANALÍTICOS OaxacaCine, dos años de formación y exhibición audiovisual Isabel Rojas
43
DEL ESFUERZO PÚBLICO A LA REALIDAD OFICIAL De los cineclubes a la cineteca en San Luis Potosí Alex Valencia
46
EL CINE NOS HIZO SER MEJORES VECINOS Las Sociedades Fílmicas desde Tamaulipas y el norte de Veracruz Fabián Ramos
49
UNA SALIDA MODESTA PERO CONTUNDENTE A MUCHAS PELÍCULAS Tres años de La Casa del Cine mx en el Centro Histórico Carlos Sosa
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EL IRREMPLAZABLE CONTACTO HUMANO El Film Club Café. cultura fílmica al norte de la ciudad Claudia Luz Vega UN MUY RARO MERCADO PARA CONOCEDORES Tres dècadas de difusiòn cinematogràfica en el Chopo Juan Heladio Ríos Ortega
61
A CADA QUIEN SU CINE Apuntes sobre la vida y muerte de los maratones nocturnos del Martí Jorge Grajales
64
LAS DEMENCIALES NOCHES DEL REY DEL OTRO CINE Réquiem por el último gran cine-club de la Ciudad de México José Luis Ortega Torres
67
DESDE LA FIMOTECA DE LA UNAM CAMPO FÉRTIL PARA LA CULTURA CINEMATOGRÁFICA Gabriel Rodríguez Álvarez
72
FOTOFIJAS SÓLIDA PRESENCIA EN PANTALLA Los rostros de Arturo de Córdova Eduardo de la Vega Alfaro
77
INDUSTRIA NO ESTÁ TERMINADA PERO LO ESENCIAL FUNCIONA Alejandro Pelayo, nuevamente director de la Cineteca Nacional Sergio Raúl López
81
ENLATAMIENTOS Y EMBOTELLAMIENTOS El Estado mexicano y los apoyos a la exhibición Kenya Márquez y Luis Gallardo
85
PREGUNTAS, RESPUESTAS Y DEBATES La discusión académica dentro y fuera de los festivales cinematográficos Israel Tonatiuh Lay Acevedo
89
LA ACTUACIÓN EN EL SET O ERES SINCERO O NO LO ERES Las diferencias técnicas entre la actuación para cine y teatro José Sefami
91
IN MEMORIAM SIEMPRE UN AMIGO SOLIDARIO Una despedida al crítico Gustavo García Federico Dávalos Orozco y Guillermo Rivera Escamilla
94
FESTIVALES UN ESPACIO FILOSO PARA EL CINE CONTEMPORÁNEO Cuarto Festival Internacional de Cine unam Eva Sangiorgi
98
CURADURÍA RIGUROSA PARA UN PÚBLICO DIVERSO Novena Gira de Documentales Ambulante Elena Fortes
ARENA Y MUCHO CINE 102 SOL, Octavo Festival Internacional de Cine Acapulco Fabián de la Cruz y Judith Bonfil
105 ESTRENOS UNA FAMILIA DEBE SER DISFUNCIONAL Los amores tardíos en Gloria, de Sebastián Lelio Sergio Raúl López
108
JUAN GABRIEL ES MÉXICO ¿Qué le dijiste a Dios?, el cine musical de Teresa Suarez Sergio Raúl López
110
PIZARRA
DIRECTORIO EDITORIAL
APORTAR EN LA FORMACIÓN DE MENTES CRÍTICAS
E
ste número está dedicado a los cine clubes y a los espacios alternativos de exhibición fílmica. Hay quien me advirtió: “puede ser un tabicazo”, y me sorprende, después de leer lo que aquí presentamos, que no, que resulta interesante esta pequeña muestra de los diversos esfuerzos que existen, en distintos lugares del país, con el objetivo de exhibir buen cine, mostrar las producciones mexicanas que no logran exhibirse en las salas comerciales o bien las producciones nacionales o extranjeras fuera de los estándares de las grandes cadenas de distribución o exhibición hollywoodenses. Estos esfuerzos cobran forma en los cine clubes, las cinetecas, los festivales y los espacios alternativos que realizan sus programaciones con el fin de atraer a aquellos públicos cansados de la cartelera comercial, o bien, con la intención de llegar a poblaciones que ni siquiera tienen acceso a alguna sala de cine. Buscan crear públicos con referencias más amplias que sólo aquellas que proporciona la televisión. El buen cine puede detonar una vida interna más rica, permite cuestionar los distintos contextos. No es pura fórmula afirmar que el cine es el mejor embajador, pues permite conocer otros países, sus gentes y sus costumbres, ver que se puede entender el mundo y la realidad de distintas maneras, algunas afines, otras no. El cine aporta en la formación de mentes críticas y, por ende, de mejores ciudadanos. Estas batallas no son tareas fáciles, ni tampoco son fruto de la generación espontánea. Hay una larga historia en nuestro país que, si no me equivoco, se ha investigado muy poco. Ahora es relativamente fácil conformar un espacio alternativo, pero hace algunas décadas había que trasladar varias latas, tener un proyector, el sonido siempre era un problema, sin contar con que la copia podía estar ya muy rayada. ¿Quiénes coordinaron estos afanes que tanto bien hicieron? Me platicaron que Paul Leduc, Premio Nacional de Ciencias y Artes 2013 —aprovecho este espacio para reconocerlo públicamente: ¡Muchas felicidades!—, coordinaba, en los años sesenta, el cine club de la Escuela de Arquitectura, que apoyaba a otros cine clubes de la unam e, incluso, que se elaboró un reglamento y que eran los propios estudiantes quienes estaban al frente de dichas organizaciones. En la década de los setenta, yo iba mucho al cineclub del cuc (Centro Universitario Cultural), gestionado por curas dominicos, así como al Cine Club del Auditorio “Che Guevara”, en la Facultad de Filosofía y Letras de la unam; sin olvidar que ya se había fundado la Cineteca Nacional —con sus dos salas: El Salón Rojo y la Sala Fernando de Fuentes— y que ya existían las salas del productor Gustavo Alatriste. En fin, en estas páginas encontramos textos como el de Marcelino Perelló, que diserta sobre el contexto y la importancia de los cine clubes de los años sesenta como lugares de encuentro de jóvenes llenos de inquietudes culturales, políticas y existenciales, escrito desde la visión aguda de un protagonista de esos años; el de Fabián Ramos, sobre los esfuerzos realizados en Tamaulipas; el de Isabel Rojas, en Oaxaca; el de Elena Fortes, en la muestra itinerante de documentales Ambulante; el de Eva Sangiorgi, en el ficunam; el de Miguel Ángel Mendoza, en las ecopantallas itinerantes; el de Alex Valencia, en la Cineteca Alameda en San Luis Potosí; el de Carlos Sosa, en La Casa del Cine mx, el de Judith Bonfil y Fabián de la Cruz, en el Festival de Acapulco… Una pequeña muestra, como dije antes, de los empeños que existen en nuestro país para ofrecer alternativas de exhibición fílmica, de los que, sin duda, aún no estamos a distancia suficiente para evaluar sus frutos.
Directora general: Ángeles Castro Gurria Director administrativo: José Sefami Director fundador: Flavio González Mello Subdirector general: Jaime Chabaud Subdirector editorial: Sergio Raúl López Consejo editorial: Armando Casas, Fernando Eimbcke, Roberto Fiesco, Leonardo García Tsao, Everardo González, Alfredo Joskowicz, Mónica Lozano, Lorenza Manrique, José Ramón Mikelajáuregui, Elisa Miller, Beatriz Novaro, Ignacio Ortiz y Víctor Ugalde. Arte y diseño visual original de Irasema Chávez Santander Corrección de estilo: Reyna Yunuhen Ponce Navarrete Asistencia editorial: Paloma Cabrera Yáñez Publicidad: Hugo Wirth Jefe de distribución: Noé Martín Nieves Cano Distribución: Adriana Nájera, Sergio Sánchez y Daniel Castanedo Asistencia general: María de la Paz Zamora y Verónica Cruz Correos electrónicos: Redacción: cinetoma@gmail.com Diseño: disenopasodegato@gmail.com Ventas: publicidad@pasodegato.com Suscripciones: adriana.pasodegato@gmail.com CINE-TOMA Año 6, Núm. 32, enero-febrero de 2014. Es una publicación bimestral Editada por José Sefami Misraje: Eleuterio Méndez 11, Col. Churubusco-Coyoacán, C. P. 04120, México, D. F. Teléfonos: (0155) 5601 6147, 5688 9232, 5688 8756. Editor responsable: Jaime Chabaud Magnus. No. de certificado de reserva al título: 04 - 2008 - 080418121600 - 102. ISSN: 2007-3305 No. de certificado de licitud de título: 14265. No. de certificado de contenido: 11838. Ambos otorgados por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Distribución: PasodeGato Sepomex, pp09.1673 Distribuido por dimsa en locales cerrados. Impresa por: Editorial Innova Año de Juárez 343, Col. Granjas San Antonio, C.P. 09070 Distrito Federal Este número se terminó de imprimir en octubre de 2013 con un tiraje de 10,000 (diez mil) ejemplares. El contenido de los artículos es responsabilidad de los autores. Prohibida su reproducción total o parcial sin previa autorización.
Ángeles Castro Gurría AGRADECIMIENTOS: Fundación Televisa, Festival Internacional de Cine de Morelia, Filmoteca de la UNAM, División de Ciencias y Humanidades y Cine Club de la Universidad de Guanajuato, Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, Instituto Mexicano de Cinematografía.
Cineteca Nuevo Le贸n. Vista a los interiores de la Cineteca Nuevo Le贸n, un recinto construido para albergar no s贸lo proyecciones, sino exposiciones y conferencias, en el Parque Fundidora de Monterrey.
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ENERO-FEBRERO 2014
DOSSIER
OTROS OJOS HISTORIAS EN TORNO A LOS CINECLUBES Y LAS SALAS ALTERNATIVAS
N
o todas las salas de cine son iguales, claro está. Están aquellas lujosas, con olor a producto nuevo –a plástico sobre plástico, recién desempacado–, en la que arrellanados en amplios sillones –no para nuestra comodidad, sino para que quepan las amplias charolas y hondos envases en que consumiremos fast food a precio de oro–, atestiguaremos, anonadados, el último hito de la tecnología cinematográfica, con pantallas tamaño estadio –aunque el tamaño de la sala apenas sea el de un departamento pequeño–, bocinas que emiten señales desde cinco o siete lugares diferentes y poderosos proyectores digitales de resolución 2K o 4K y hasta 8K, para consumir películas de argumentos predecibles y reiterativos, sosos y moralinos, con imágenes tan veloces que acabarán por marearnos y volumen tan alto que acabarán por ensordecernos. No debiéramos esperar mucho más de aquellas salas comerciales, pues su objeto último no es, de ninguna manera, propiciar el gozo absoluto en los amantes del medio fílmico, sino generar la mayor cantidad posible de ganancias, de lucrar con las masas ansiosas por consumir los estrenos de la temporada y no mucho más que eso. En este caso el cine es comercio, claro, dado su carácter de industria y su capacidad de repetirse masivamente en toda clase de pantalla. Pero esa no es la única manera de concebir al cine. Están también aquellas otras salas, mucho más pobres, si se quiere, en recursos tecnológicos y en instalaciones, despreciadas por las mayorías, pero cuyo fin último no es el económico, sino el disfrute de la cultura cinematográfica. Por eso, no sólo tendrán precios más accesibles, sino un público mucho más heterogéneo. A cambio de las butacas rígidas, de pantallas pequeñas y de pobres sistemas de sonido, hallaremos una mayor variedad de títulos, de realizadores, de países, de lenguas y de paisajes. Un abundante festín fílmico, ni más ni menos. Aquellos cinéfilos que organizan sus actividades se tornan cineclubistas, herederos de una añeja tradición europea para asociarse y congregarse en torno a una pantalla para exhibir, sí, pero también para discutir, para compartir(se) y para
descubrir(se) la cultura fílmica los unos a otros. Para discutir, debatir, reflexionar, ampliarse las miras. En dos párrafos escuetos, la Ley Federal de Cinematografía contempla, en su artículo 31, que quienes exhiban en cine clubes y circuitos no comerciales de películas extranjeras con valor educativo, artístico o cultural, contarán con estímulos e incentivos fiscales que establezca el Ejecutivo Federal. A cambio, la Legislación Universitaria, contiene un amplio reglamento para las proyecciones cinematográficas públicas en la Universidad Nacional Autónoma de México – aprobado por el Consejo Universitario el 12 de enero de 1972–, que no sólo define las proyecciones cinematográficas públicas, sino que define a los cine-clubes como “organizaciones culturales autónomas independientes de todo grupo político y deberán contribuir a la formación de un criterio y una cultura cinematográficos entre los estudiantes, personal académico y el público en general”. Estipula, además, que no puede funcionar más de un cineclub por facultad o escuela, de carácter cultural y no lucrativo, registrado ante el Consejo Coordinador y sometido a concurso, que ha de disolverse si se mantiene inactivo por más de cuatro meses. También advierte que deben programarse ciclos con tema unitario y con al menos tres títulos, que en cada proyección es obligatoria la presentación de la película y el debate. Que además deben rendir cuentas a ser revisadas por un contador público, que las cuotas se obtienen por un abono personal obligatorio, que pueden adquirir o realizar películas y que son sujetos a prestamos para su funcionamiento A esa actividad no lucrativa, sino cultural, del cineclub, entendido no solamente como lo concibieron sus padres fundadores ni como se desarrolló política e ideológicamente en los años setenta, sino incluso de la manera en que sobrevive en las sombras en esta época de las pantallas que se multiplican en casi cualquier sitio y de filmes digitalizados disponibles a cualquier hora y lugar, es que recolectamos los testimonios que siguen. Sergio Raúl López