Predicacion profunda

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PREDICACIร N

PROFUNDA Creando Sermones que van mรกs allรก de lo Superficial

J. Kent Edwards



“Muy a menudo, la predicación se hace con competencia técnica, pero sin la pasión y profundidad que viene de un tiempo significativo con Dios y Su Palabra. En el libro, “Predicación profunda”, Kent Edwards nos recuerda por qué nosotros predicamos, y ofrece poderosos comentarios acerca de desarrollar y predicar sermones que van más allá de lo superficial. Edwards ofrece a los predicadores consejos prácticos para entrar más a fondo mientras proclaman la Palabra de Dios, y nos recuerda que en el fondo el poder de un sermón depende de la obra del Espíritu Santo. Cualquiera que predique encontrará mucho valor en este volumen.” Michael Duduit Editor, Preaching Magazine Decano, Universidad del Ministerio y profesor del ministerio cristiano en Anderson University en Anderson, SC. “Es un gozo recomendar a “Predicación profunda: creando sermones que van más allá de lo superficial”. El Dr. Edwards enfatiza en obtener de vuelta la verdadera intención original de los autores bíblicos en el texto bíblico, y nos exhorta a que hagamos una predicación expositiva, dos de mis motivaciones favoritas para los predicadores y maestros de hoy. Aquellos que practican las sugerencias hechas en “Predicación profunda” de seguro que van a ayudar a terminar con la enorme hambruna espiritual de la Palabra de Dios en nuestros días.” Walter C. Kaiser, Jr. Presidente emérito, Seminario teológico Gordon-Cowell, S. Hamilton, MA “El libro “Predicación profunda” es el más práctico en predicación que alguna vez haya leído. Lleva a sus lectores a un recorrido que revela el arte de la exegetación y a comunicar creativamente las Escrituras. Yo no conozco otro libro en predicación que logre esto tan bien como este libro. Sobresale de los demás.” Dan Kimball Author, They Like Jesus but not the Church [Ellos gustan de Jesús, pero no de la iglesia] “Este libro es una poderosa extensión de teoría homilética más allá del aula del seminario y el estudio y los armarios de los predicadores y salas de las personas. Explica cómo conectarse a las “ideas principales” tanto de la historia de Dios como a mi propia historia y a las historias de las personas que se sientan frente a mí cada domingo. Este libro va a cambiar cómo hago la preparación de mi sermón. Es un verdadero regalo de Dios. Michael Krause Pastor de enseñanza, Southridge Community Church, St. Catharines, ON Canadá “El libro “Predicación profunda” habla con fuerza acerca de las habilidades para predicar y el alma para el predicador. Lea este libro con un corazón y mente abiertas y usted crecerá grandemente, como yo lo hice, en su ministerio de la Palabra. Brian Larsen Editor, PreachingToday.com


“Anclado en las Escrituras y la historia de la iglesia y aun así, ilustra ricamente en el lenguaje de hoy en día, “Predicación profunda” va más allá de la tarea de la exégesis y homiléticas al fundamento de la predicación efectiva, el alma del predicador. El Dr. Edwards magistralmente entrelaza las bases de la preparación del sermón y entrega en conjunto el “trabajo de armario” del predicador para que el texto invada y dé forma no solo a la mente, sino también al alma. Las congregaciones anhelan sermones que en su preparación hayan cambiado primero el corazón del predicador. Este libro provee una hoja de ruta destinada a ese fin.” Alice P. Matthews, doctora Decana académica y Lois W. Bennett, distinguido emérito profesor del ministerio educacional y el ministerio de mujeres, Seminario teológico Gordon-Conwell “El interesante libro del profesor Kent Edwards, “Predicación profunda”, lleva magistralmente al lector en un recorrido de la filosofía y práctica de la predicación efectiva. Tan importantes como son estos aspectos, la contribución única de este libro es el consejo específico, práctico y bien pensado que presenta acerca de cómo llevar al Espíritu Santo en el proceso de comprensión y predicación del texto bíblico. Solo esto da cuenta del valor que tiene el libro.” J.P. Moreland, Distinguido profesor de filosofía, Talbot School of Theology Y autor de The God Questions [Las preguntas de Dios] “La “Predicación profunda” es otro libro con trucos homiléticos para entretener a su congregación. Esto es acerca de su transformación por medio de la predicación profunda. Pero esta clase de prédica viene por medio de un alto costo a los predicadores, en lo cual Kent Edwards describe como “trabajo de armario”. Todos mis estudiantes de exégesis leerán este libro porque es una guía indispensable en el proceso de moverse de un profundo entendimiento del texto bíblico a una renovación profunda personal por el Espíritu Santo de Dios, a una profunda comunicación de las verdades de las Escrituras; así que el Espíritu produce una transformación profunda en las vidas de nuestra gente.” Michael J. Wilkins (doctor) Distinguido profesor de literatura y lenguaje del Nuevo Testamento Decano de la facultad, Talbot School of Theology “En un tiempo donde los sermones pueden ser bien preparados y pulidos pero superficiales, Kent Edwards nos llama a la “Predicación profunda”. La sección del trabajo de armario es una excepcional matriz para buscar en profundidad la Palabra de Dios y a fondo en el corazón y mente del predicador para asegurar que nosotros estamos predicando de nuestra mejor manera.” Dr. George O. Wood Superintendente general, Asambleas de Dios


PREDICACIร N PROFUNDA Creando Sermones que van mรกs allรก de lo Superficial

J. Kent Edwards


PREDICACIÓN PROFUNDA Edición en español publicada por CrossTalk Press - 2018 Yorba Linda, California © 2018 por CrosssTalk Press

Originally published in the USA under the title: DEEP PREACHING Copyright © 2009 by J. Kent Edwards Published by B&H Publishing Group Nashville, Tennessee All rights reserved. Traducción: Dixiie O. Barrios, Marga J. de Spencer y Suzzet C. Gonzáles Edición: Omaira Reina Diseño interior: Design AA Esta publicación no podrá ser reproducida, grabada o transmitida de manera completa o parcial, en ningún formato o a través de ninguna forma electrónica, fotocopia y otro medio, excepto como citas breves, sin el consentimiento previo del publicador. Citas Bíblicas han sido tomadas del Holman Christian Standard Bible® Copyright © 1999, 2000, 2002, 2003 por Holman Bible Publishers. Utilizadas con permiso. Citas Bíblicas marcadas NASB son del New American Standard Bible. © The Lockman Foundation, 1960, 1962, 1963, 1968, 1971, 1972, 1973, 1975, 1977. Utilizadas con permiso. Citas Bíblicas marcadas NVI son del Holy Bible, New International Versión, copyright © 1973, 1978, 1984 por International Bible Society. Utilizadas con permiso de Zondervan Bible Publishers. Imagen en la página 101 usada con permiso de El Paso County Historical Society. Caricatura en la página 132 es copyright © 2007 H. Schwadron. Utilizada con permiso. ISBN: 978-1-7320056-0-0 CATEGORIA: Predicación / Sermones IMPRESO EN COLOMBIA


Contenido

INTRODUCCIÓN: MÁS ALLÁ DE UNA “A”

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CAPÍTULO 1

LOS RETOS DE PREDICAR HOY EN DÍA

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CAPÍTULO 2

LAS RAZONES PARA PREDICAR HOY EN DÍA

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CAPÍTULO 3

MÁS RAZONES PARA PREDICAR HOY EN DÍA

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CAPÍTULO 4

INICIE CON SU CORAZÓN

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CAPÍTULO 5

COMPRENDA LA “IDEA PRINCIPAL”

67

CAPÍTULO 6

LLEVE LA IDEA DE DIOS A SU ARMARIO

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CAPÍTULO 7

RECONOZCA LA GRANDEZA

100

CAPÍTULO 8

INICIE EL “TRABAJO DE ARMARIO”

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CAPÍTULO 9

CONTINÚE “EL TRABAJO DE ARMARIO”

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CAPÍTULO 10

PREDICANDO SERMONES PROFUNDOS

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APÉNDICE 1

PREGUNTAS DEL ARMARIO

202

APÉNDICE 2

MEJORANDO LA PERFECCIÓN

208

APÉNDICE 3

SÓLIDAMENTE CONGELADO

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Dedicatoria A Haddan W. Robinson. Mi amigo, mi mentor, y el predicador más profundo que conozco.

Reconocimientos Muchas gracias a mi esposa Nola y a mis hijos Nathan y Jonathan, cuyos sacrificios me permitieron enfocarme para escribir este libro. Gracias a mis decanos Dr. Dennis Dirks y Dr. Mike Wilkins de la Escuela de Teología Talbot por el año sabático que permitió que se lograra escribir este libro. También a los ancianos y la congregación de la iglesia Woodland Hills por escuchar partes de este libro como sermones y darme el espacio que necesitaba para derramar mi corazón en las páginas de este libro. Muchas gracias también a Teri Wareing por complicarse su vida, en tantas ocasiones, para leer este manuscrito en su totalidad para poder hacer tantas buenas sugerencias. Gracias a Jeremiah Ebeling, Daniel Eng y Kris Cash por todo el apoyo que me dieron en este proyecto. Así mismo, me quito el sombrero antes los chicos de B&H Academic. Estoy en deuda con Jim Baird por creer en el valor de este proyecto (cuando más nadie lo hizo) y a Terry Wilder por darle seguimiento, ¡hasta el final! Gracias muy especialmente a Mike Krause. Valoro tu honestidad, integridad y pasión por comunicar la Palabra de Dios. Tus comentarios, preguntas y sugerencias fueron enormemente apreciados. Y estoy orgulloso de todo lo que ustedes han permitido que Dios haga a través de ustedes… ¡hasta ahora! Mayo 2009 - Yorba Linda, California


Introducción Más allá de una “A”

F

ue una de las peores experiencias que jamás haya tenido en el salón de clases. Estaba parado al fondo del salón, instalado cómodamente en una cabina insonorizada, escuchando por los audífonos a uno de mis estudiantes predicar un sermón a la clase. Yo había enseñado predicación por años y, en el proceso, escuchado cientos de sermones de principiantes. Les puedo asegurar que escuchar el primer sermón de un novato en la prédica es trabajo, es como ver a un joven Steven Spielberg en su primer intento de realizar películas. Está seguro que sus futuras películas van a mejorar, pero lo que está viendo en pantalla en ese momento no va a ganar un premio de laAcademia. Sin embargo, este predicador en particular tenía toda mi atención. Mientras escuchaba el mensaje, oí que el estudiante seguía los “pasos para preparar un sermón” que yo había detallado anteriormente en el semestre. Este era un mensaje técnicamente perfecto. Él había basado su mensaje en una legítima unidad natural de la Escritura. Tenía una clara “gran idea” que surgió legítimamente de esa unidad de la Escritura y fue reflejada en un claro esbozo homilético. Y mi estudiante estaba brindando un sermón con un nivel de pulimiento raramente visto en un curso de “Introducción a la Prédica”. Dado el desempeño del estudiante, usted esperaría que yo, como un profesor de prédica, estuviese radiante de orgullo. Después de todo, mi estudiante había seguido mis reglas. Se había sumergido en mi esquema. Tuve que reconocer que, 9


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de acuerdo con el plan de estudio que había escrito, este sermón merecía la nota más alta posible. Le iba a poner una A. Al darme cuenta de eso me dieron ganas de llorar. ¿Por qué? Porque ese sermón, a pesar de estar bien organizado y de ostentar las exégesis más sensatas, era trivial. Superficial. Emocionalmente vacío. Mi estudiante estaba manejando una de las verdades más profundas de la Escritura con el respeto que típicamente se le otorga a un contenedor de basura que va en camino a la acera. Lo que mi estudiante estaba predicando era verdadero pero banal. Había contemplado la verdad de las Escrituras sin haber sentido un torbellino de sensaciones. Había sostenido la verdad en sus manos, pero contrario a Jeremías, no se la había comido. Conocía la Palabra de Dios externamente pero no internamente. El sermón estuvo vacío. Me recordó un incidente que el fallecido J. Vernon McGee contó sobre un viaje que hizo a Sudáfrica. Mientras viajaba por un pequeño pueblo vio a un grupo de niños agrupados alrededor de un círculo dibujado en el polvo a la orilla del camino. El famoso predicador se dio cuenta de que los niños estaban jugando algo que él jugaba cuando era niño – estaban jugando canicas. A medida que McGee se acercaba se daba cuenta de que los niños habían sustituido las canicas tan comúnmente utilizadas en América del Norte por pequeñas piedrecitas que eran usuales en el área. Sin embargo, mientras McGee continuaba examinando las piedras se dio cuenta que no eran piedras ordinarias. Eran diamantes. Los niños no tenían idea cual era el valor de esas piedras. Estaban jugando con las piedras más preciosas en el mundo sin importarles su verdadero valor. Estaban jugando canicas con diamantes. Lo mismo hizo mi estudiante. No creo que cada película que sale de Hollywood deba ser tomada seriamente, pero cuando se trata de predicar, no puedo sacarme las palabras del señor Miyagi de la mente. Él fue quien dijo en Karate Kid: “No hay malos estudiantes, sólo malos maestros”. En este caso estoy de acuerdo. Mi estudiante no tenía la culpa. Él solo había hecho lo que yo le había dicho que tenía que hacer. El problema era mío. Mis mejores esfuerzos en enseñar a predicar estaban produciendo sermones superficiales. Había que hacer algo. No podía permitir que esto continuara. Me he propuesto en este libro, el reconsiderar la predicación – para ayudar a los predicadores a aprender cómo predicar la poderosa Palabra de forma que pueda cambiar radicalmente a quienes la escuchan. Cuando un sermón se predica, las palabras del predicador no deben asentarse cómodamente en la vida de quienes lo escuchan como el polvo en una mesa de centro. Los predicadores podemos recrear los mundos de quienes nos escuchan al repetir las palabras que Dios utilizó para crear el universo. Les invito a que se unan a mí para soltar las amarras que atan a nuestro ministerio al status quo y dirijamos su prédica lejos de la comodidad de las aguas poco profundas. Juntos podemos más allá de inspirar un bostezo, inspirar asombro -más allá de lo trivial- hacia lo transformador. Rehusémonos a conformarnos con un sermón de “A”. Aceptemos el reto y aprendamos la disciplina de la predicación profunda.

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Capítulo 1

P

Los retos de predicar hoy en día

redicar nunca ha sido fácil. La Biblia y la historia de la iglesia nos revelan que todo el que se ha parado a hablar la Palabra de Dios al pueblo de Dios ha enfrentado serios retos. Predicadores como Jeremías, Amós, Esteban, Agustín, Martín Lutero y Jonathan Edwards no se pasearon de manera casual por el fácil camino del ministerio. Todos los que han tomado la prédica seriamente han enfrentado serios retos. Pero no subestimemos los obstáculos que usted y yo estamos enfrentando. Aquellos que se atrevan a declarar la Palabra de Dios esta semana enfrentarán retos sin precedentes. Puede que sea más difícil predicar hoy más que nunca en la historia. ¿Por qué?

El reto de la información

Piense en todo lo que usted debe saber para predicar bien:

• Usted debe ser un experto en el texto antiguo. Ya que la predicación es “la 1 comunicación de un concepto bíblico,” usted y yo no podemos prepararnos para este domingo como Oprah se prepara para sus programas de entrevistas. Oprah le dice a la gente lo que ella piensa a medida que lee revistas o navega por Internet. Nosotros somos llamados a decirle a la gente lo que Dios piensa según se revela en el texto bíblico. Karl Barth dijo que él predicaba con un periódico en una mano ¡pero no en ambas! Debemos aferrarnos a la Biblia, y comprender lo que dice. 1

H. W. Robinson, Biblical Preaching: The Development and Delivery of Expository Messages [La predicación bíblica: desarrollo y presentación de mensajes expositivos] (Grand Rapids: Baker Academic, 2001), 21.

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PREDICACIÓN PROFUNDA

• Usted debe ser un experto en la cultura antigua. Comprender textos bíblicos es maravilloso, pero también debe conocer a las personas para quienes estos fueron escritos. Por ejemplo, ¿cómo elegían a un cónyuge? ¿Cómo se casaban? ¿Cómo educaban a sus hijos? ¿Cómo se preparaban para la vejez? ¿Cómo enterraban a sus seres queridos? Y no basta con conocer solo los detalles de la vida de los antiguos hebreos y griegos del primer siglo. También debe poder comparar y contrastar al pueblo de Dios con todos sus vecinos paganos. • El conocimiento de la historia de la iglesia también es útil, por ejemplo, cómo ha sido usado y abusado a través de las épocas el texto que está predicando y la idea que este contiene. La teología histórica puede ser de enorme ayuda para los predicadores contemporáneos. Recuerde el antiguo adagio: ¡el no aprender del pasado es condenarse a repetirlo! • El conocimiento de la actualidad también es crítico. Para poder hablarle a la gente de hoy usted debe conocer a la gente de hoy. ¿Qué conceptos controlan su toma de decisiones? ¿De dónde salieron estas ideas? Una formación sólida de la psicología del desarrollo, sociología, ética, filosofía y apologética no vendría mal. Pero no olvide que tiene que leer los diarios locales y regionales (en línea e impresos) al igual que los diarios más influyentes. Y no se olvide de las películas, MTV y South Park. La comunicación masiva está dándose con mayor frecuencia a través de medios no impresos. ¡No solo tiene que leer todo lo que vale la pena leer, sino que ahora tiene que ver todo lo que vale la pena ver! • El conocimiento del futuro también es importante. Si usted quiere ayudar a la gente a prepararse para lo que le viene tanto como para lo actual, entonces es importante que se familiarice con cuáles son las tendencias y hacia dónde es probable que nos lleven. ¿Quién es su futurista favorito? Los predicadores, como el resto de la gente, cuentan con más información que nunca antes. Richard Wurman en su libro Information Anxiety (Ansiedad informativa) dice: “una edición de día de semana del The New York Times contiene más información de la que probablemente una persona promedio haya encontrado en toda una vida en la Inglaterra del siglo diecisiete”2. Tenemos mucho más que leer que lo que John Owen o John Bunyan jamás hicieron. Y la cantidad está creciendo. Me dijeron que: En cada período de 24 horas, se graban aproximadamente 20,000,000 de palabras de información técnica. ¡Un lector capaz de leer 1,000 palabras por minuto requeriría de un mes y medio, leyendo ocho horas cada día, para completar el producto técnico de un día y al final de dicho período, estuviera atrasado por cinco años y medio en su lectura!3 R. S. Wurman, Information Anxiety [Ansiedad informativa], (New York: Doubleday, 1989), 20. H. Murray Jr., Methods for Satisfying the Needs of the Scientist and the Engineer for Scientific and Technical Communication [Métodos para satisfacer las necesidades de un científico y el ingeniero para comunicación científica y técnica] en un comunicado de prensa, 8 de marzo de 1966, Washington D.C., según fue citado por M.R. Nelson en: “We have the information you want, but getting it will cost you: Being held hostage by information overload” [Tenemos la información que usted quiere, pero conseguirla le costará mantenerse como un rehén por la sobrecarga de información], Crossroads: The ACM Student Magazine, http://www.acm.org/crossroads/xrds1-1/mnelson. html (accedido el 5 de noviembre de 2007). 2 3

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Los retos de predicar hoy en día

Usted no puede predicar bien sin conocimiento. Pero el conocimiento en sí no lo convertirá en un buen predicador. De hecho, puede afectar su prédica. El conocimiento puede ser una maldición para la comunicación porque mientras más sabe usted sobre un tema, más difícil le será presentarlo de una forma simple y memorable. A medida que su conocimiento crece, igualmente crece su tentación de hacerles partícipe del mismo a sus oyentes. Si usted no controla esta tentación hacia la sumisión, su prédica será o muy larga o muy complicada. O ambas. Los cursos que hemos tomado pueden quitarle la pasión a nuestra prédica. El cargar 500 libras de hechos en su cerebro puede tener el mismo efecto que enganchar un remolque de viaje Airstream de 25 pies a un automóvil de serie NASCAR. El conocimiento puede llevar a algo inherentemente interesante al carril de flujo lento. Puede hacerlo aburrido. Toma una gran destreza ser un experto interesante. Pero eso es lo que están buscando esos rostros receptivos cada domingo en la mañana. Ellos quieren que usted sepa tanto como un científico investigativo, que sea tan relevante como el conductor un programa de entrevistas de difusión internacional y que sea tan entretenido como un comediante. Los buenos predicadores son como los buenos chefs. No ahogan las ideas de Dios debajo de una simple salsa de datos. Solo utilizan las guarniciones necesarias para darle a su entrada un máximo efecto. Mantienen la idea principal del texto como la idea principal de su sermón. El uso y mal uso de la enorme cantidad de conocimiento disponible hoy en día, no es el único reto importante que los predicadores enfrentan. Otro es nuestro ambiente multimedia.

El reto de los medios

Existimos en un caleidoscopio de bombardeo sensorial. Es realmente sorprendente ver cómo la tecnología ha convergido para permitir que los medios nos bombardeen con mensajes muy sensoriales. ¿Alguna vez ha visto Parque Jurásico 3? No mucha gente la vio –y por una buena razón-. Cuando mi esposa se fue a un viaje de negocios hace algunos años atrás, alquilé el DVD y descubrí que la línea narrativa era impresionantemente mala. La única película de Parque Jurásico que no fue dirigida por Steven Spielberg, esta tercera parte –al igual que las anteriores– tenía humanos corriendo alrededor de una isla perseguidos por dinosaurios. La trama era tan predecible que me costó mantenerme despierto. Sin embargo, a pesar del aburrimiento, no solo vi la película ¡sino también el DVD extra! Lo que aprendí con el DVD extra es que los cineastas se habían gastado millones de dólares creando los animatrónicos más precisos y realistas jamás vistos en una película. ¡Esto culminó con un dinosaurio hidráulico de 44 pies increíblemente realista elaborado especialmente para esta película! ¿Cómo puede un predicador competir contra esto? Cuando aún las películas de segunda categoría gastan millones de dólares en efectos especiales, ¿cómo pueden los predicadores competir por la atención de sus audiencias? Y no es solo la industria del cine la que hace nuestro trabajo tan difícil.

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PREDICACIÓN PROFUNDA

¿Ha visto recientemente la televisión? El concepto de pantalla partida del cual fue pionera la exitosa serie 24, está siendo emulado en toda la industria. Las series policíacas del horario estelar no solo tienen opulentos estudios de grabaciones, impresionantes vestuarios y actrices de proporciones imposibles, sino que ahora tenemos también hasta cuatro diferentes escenas que se muestran simultáneamente. Y, ¿ha escuchado usted la música que tocan de fondo? Atrás quedaron los días de la música ambiental. Ahora tenemos éxitos musicales que suenan en el clímax de CSI, que concuerdan perfectamente con el tema del episodio. Y todo esto se transmite en alta definición en pantallas anchas de plasma con sistemas de sonido de teatro en casa. ¿Cómo pretende competir con eso el domingo en la mañana? Algunos de nosotros tenemos problemas para hacer que nuestros micrófonos de solapa funcionen correctamente y que el muchacho del sonido al fondo de la sala lo encienda. Me estremezco cuando los predicadores me dicen que están a la “vanguardia” porque utilizan PowerPoint. Si usted cree que un simple proyector es vanguardista entonces está más perdido de lo que piensa. ¡PowerPoint salió por primera vez al mercado en 1987! Si piensa que va a impresionar a la gente al hacer que sus imágenes giren, usted no solo está atrasado… sino que desde donde está ni siquiera puede ver el presente. Debemos asumir que cada persona que viene a escucharnos predicar acude después de haber pasado una semana expuesta a lo mejor en entretenimiento multimedia que nuestra sociedad tiene para ofrecer y esto para ellos, se ha convertido en lo normal. Competir es cada vez más difícil. Nosotros los predicadores no tenemos acceso a los recursos de la empresa de efectos visuales ni a los gráficos por computadora de “Industrial Light & Magic” de George Lucas. Tampoco le podemos pedir a la Filarmónica de Londres que nos suministre la banda sonora para el sermón del próximo domingo. Entonces, ¿cómo pueden los pastores locales cumplir con las altas expectativas de sus feligreses? Y se pone peor. No solamente los medios bombardean los sentidos de nuestra congregación, sino que también los presentan a nuestra competencia. Anteriormente, la gente que vivía en un pueblo podía solamente escuchar las prédicas de los predicadores que vivían cerca. Ya no. Aunque la introducción a las cintas de casetes amplió nuestra exposición a otros ministerios, la tecnología contemporánea ha desatado una avalancha de exposiciones. Sus feligreses escuchan a otros predicadores en la radio, los ven en la TV y en Internet y bajan Podcasts a sus iPods. Gústele o no, usted no es el mejor predicador que sus feligreses han escuchado durante esta semana. Su congregación lo ha comparado y contrastado con los mejores predicadores del día. Y gracias al poder de la edición, estos predicadores electrónicos con quienes lo comparan, nunca tienen dificultad encontrando una palabra ni cuentan un chiste que no cause gracia, ni tienen un cabello fuera de lugar. Ellos dan la impresión de ser comunicadores impecables. Y usted no. Las personas en la congregación quieren la perfección electrónica proyectada por las superestrellas religiosas de nuestros días. Y no podemos dárselo. Los medios electrónicos han hecho más fácil que nunca el comparar a los predicadores de hoy.

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Los retos de predicar hoy en día

Rodney Dangerfield se quejaba de que no lo respetaban. Gracias a los medios, muchos predicadores locales pueden unirse a ese coro.

El reto de la verdad

Además de los retos que presenta el crecimiento explosivo de información y el enorme poder e influencia de los medios, los predicadores de hoy también deben tratar con una fuerte aversión cultural: la idea misma de la verdad religiosa. Mucha gente hoy ni siquiera piensa que la verdad religiosa sea posible. Usted y yo estamos ministrando una de las culturas intelectualmente más esquizofrénicas de la historia. Nuestra cultura disfruta recibir las “absolutas verdades” de las ciencias duras. Por ejemplo, quieren saber si hay un enlace positivo entre la obesidad y la diabetes, o si tomar vino tinto y comer frijoles rojos les ayudará a vivir hasta los 98 años, o cómo los exámenes de ADN pueden establecer definitivamente lo que sea que queremos probar. La gente quiere que la investigación científica les proporcione una verdad sobre la cual ellos puedan tomar atinadas decisiones de vida. La única parte de la vida que la gente piensa que no podemos conocer con absoluta certeza es nuestra vida religiosa. En lo que se refiere a la religión, la gente habla sobre la “fe ciega” y la preferencia personal, no correcta o incorrecta. No es políticamente correcto referirse a las convicciones religiosas de otra persona como falsas. Nos gusta ser alentados a escoger nuestra fe de la misma manera en que seleccionamos nuestro helado Ben & Jerry’s, basándonos solamente en la preferencia personal. El helado Pastel de Duraznos de Willie Nelson no es mejor o peor opción que Cherry García o Chunky Monkey. De la misma manera, el seguir a Jesús no es mejor o peor opción que seguir a Mahoma o el sentimiento que tiene cuando va a practicar senderismo en las montañas el domingo en la mañana. Lo que sea verdadero para usted, está bien. Lo que sea verdadero para mí, de la misma manera está bien. Es cada vez más difícil para los predicadores hacer declaraciones absolutas sobre ciertos temas como la realidad del pecado, la singularidad de Jesucristo o la inerrancia de las Escrituras sin provocar protestas. A la gente no le importa si usted comparte su opinión –como los conductores de un programa radial de entrevistas–, mientras no declare que está hablando de la verdad absoluta. ¡Qué terrible es para un predicador estar en esa posición! Como representantes de Aquel que es el camino, la verdad y la vida, no tenemos más opción que hablar la verdad. La verdad es nuestro negocio, nuestro producto. La prédica bíblica, por definición, nos obliga a manejar la verdad absoluta de la Palabra de Dios. Sin embargo, cuando la hablamos, nos llaman arrogantes e insensibles. Cuando los predicadores cumplen el rol legítimo de portavoces del Señor del Universo nos etiquetan como extremistas fundamentalistas intolerantes y nos clasifican juntos con Al-Qaeda. ¡No es el tipo de comparación que ninguno de nosotros quisiera mantener!

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PREDICACIÓN PROFUNDA

El reto de la expectativa

Predicar es aún más difícil cuando no puede encontrar el tiempo que necesita para hacerlo de la mejor manera que puede. Si es un pastor, especialmente sénior o solo pastor, conoce de primera mano las abrumadoras exigencias que el ministerio le impone a su familia y a usted. ¿Qué quiere una iglesia? • Un líder visionario con gran poder que vea el futuro y sepa cómo llegar allí. • Una humildad personal que le haga sensible y responda a las preocupaciones de todos en la iglesia. • Un compromiso altamente visible de usted para reproducirlo en la próxima generación de líderes. • Usted juega un rol prominente en la comunidad en general y lidera con el ejemplo en el área del evangelismo de uno a uno. • Un excelente jugador en equipo que es amigo, que motiva y supervisa al personal de la iglesia. • Un modelo de hospitalidad que abre las puertas de su hogar para eventos de grupos juveniles cuando se le pida. • Un eficaz recaudador de fondos. • Un líder denominacional de considerable influencia en la iglesia universal. • Un pastor afectuoso que siempre está pendiente de las necesidades de la iglesia local (que paga su salario). • El tipo de consejero que James Dobson quisiera haber sido. • Un compromiso con el matrimonio que le incite a pasar seis semanas de consejería prematrimonial antes de celebrar el matrimonio de todo el que se lo pida. • Un compromiso con el matrimonio que haga que pase una gran cantidad y calidad de tiempo con su esposa y familia. • Que pase tiempo de calidad en oración buscando el rostro de Dios. • Que responda los correos electrónicos instantáneamente. • Que escriba un libro best-seller en sus vacaciones. Si esta lista le asusta, piense que está probablemente mejor que muchos de mis estudiantes en Asia. Por ejemplo, los pastores coreanos tienen que predicar cada mañana. ¡Cada mañana! También predican durante las reuniones de oración a la mitad de la semana y, ¡dos veces el domingo! Lo único más difícil en un horario de prédica que ser pastor sénior en una iglesia coreana es ser un pastor joven de la iglesia coreana. Estos pastores jóvenes aparentemente no pueden opinar sobre su horario. Y virtualmente no tienen vida. Las expectativas que los pastores séniores tienen de ellos hacen casi imposible que prediquen bien. Las iglesias de todas las etnias tienen expectativas de sus pastores. Igualmente las tienen cada uno de los que asisten. Estas expectativas juntas pueden combinarse y exprimirle tanto tiempo de su horario que no pueda encontrar el tiempo que necesita para predicar bien. La presión de estar en todos lados y en todo nunca ha

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Los retos de predicar hoy en día

sido mayor. Nuestra mentalidad de consumidores exige servicio de primera línea de sus sirvientes asalariados. Y este es el enemigo de la buena predicación. Nunca ha sido fácil predicar, pero hoy en día es particularmente difícil.

El reto del prestigio

Hace mucho tiempo atrás se consideraba que el clérigo era la persona que lideraba la comunidad. Los predicadores eran muchas veces los más respetados y educados miembros de su comunidad. Esa no es la realidad de hoy. Aunque dentro de la comunidad cristiana el predicador goza de cierto respeto, no es así en la sociedad. La predicación no es una ocupación culturalmente prestigiosa. Aunque sea injusto, usted y yo estamos asociados con un predicador muy desacreditado que estuvo en las noticias. ¿Recuerda a Jimmy Swaggart y Jim Bakker? Nuestra cultura sí. Cuando el reverendo Ted Haggard – pastor sénior de una destacada mega-iglesia y presidente de la Asociación Nacional de Evangélicos–, anunció en medio de las acusaciones de uso de drogas y vínculos con un prostituto: “soy culpable de inmoralidad sexual… Soy un impostor y un mentiroso. Hay una parte de mi vida que es tan repulsiva y oscura que he estado luchando con ella 4 durante toda mi vida” . Él manchó su reputación y la nuestra. Mientras escribo este capítulo, The New York Times publica una historia sobre cómo el senador Charles E. Grassley, el republicano de más alto rango en el Comité de Finanzas del Senado, está investigando seis prominentes ministerios evangélicos para determinar si han utilizado ilegalmente donaciones para financiar estilos de vida opulentos.5 Cuando predicadores de alto perfil son públicamente avergonzados, el brillo de nuestra profesión se opaca. ¿Cuándo fue la última vez que usted vio una película de Hollywood que presentaba a un predicador de forma positiva? ¿Cuándo ha visto una película en la que el protagonista –paralizado por un problema abrumador– haya ido a la iglesia y encontrado en las palabras del portavoz de Dios las palabras eternas que necesitaba para resolver su situación? Los guionistas que escriben los éxitos de Hollywood jamás podrían imaginarse esa situación. En tiempos de crisis, los protagonistas acuden a terapistas, ingenieros, contadores o entrenadores personales. Otras profesiones llegan a ser los héroes, pero no los predicadores. Los predicadores se escogen para representar cabezas huecas, charlatanes o depredadores de mujeres débiles y niños pequeños. No es el tipo de persona que quieres ser cuando seas grande. Solo pregúnteles a sus hijos. En el 2003, la organización Gallup encuestó a 1.200 jóvenes de los Estados Unidos entre las edades de 13 y 17 años y les preguntó qué querían ser cuando fueran grandes. Nuestros jóvenes quieren ser doctores, enfermeras, maestros y técnicos de computadoras, casi cualquier cosa menos predicadores. El clero ni siquiera llegó a clasificar entre los primeros diez. Clasificamos aún más bajo que los abogados. 4 T. Olsen, Christianity Today, http://www.christianitytoday.com/ct/2006/novemberweb-only/144-58.0.html, (accedido el 07/11/07). 5 NYTimes.com, http://www.nytimes.com/2007/us/07ministers.html, (accedido el 7/11/07).

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PREDICACIÓN PROFUNDA

PRINCIPALES OPCIONES EDUCATIVAS PARA LOS JÓVENES (ENTRE 13-17) 2003 Ahora mismo, ¿qué tipo de trabajo cree que estuviera desempeñando como carrera?

Doctor/Enfermera/Médico

10%

Maestro

8%

Industria de la computación

6%

Atleta

5%

Abogado y veterinario

4%

Ingeniero

3%

Chef

3%

Músico

3%

Militar

3%

Mecánico

2%

Si usted quiere ver qué tan alto percibe la mayoría de la gente a los predicadores, dígale a la persona que se sienta a su lado en el avión que usted es un predicador. Las probabilidades serán que usted dispondrá de mucho tiempo ininterrumpido en el vuelo para leer su libro o para trabajar en el sermón de la próxima semana. Hay poco prestigio en predicar.

El reto de la predicación profunda

Cada predicador afronta los retos que acabamos de discutir, pero estoy haciendo su trabajo más difícil. No le estoy pidiendo que predique con el resto. Le estoy pidiendo más. Le estoy pidiendo que predique profundamente. Le pediré que aparte el primer lugar de su agenda para predicar. Que le dedique su mejor tiempo y energía para comprender a cabalidad y comunicar la Palabra de Dios de forma creativa a su gente. Usted debe compartir su corazón al igual que su mente. Los sermones profundos surgen de su alma al igual que de su mente. El contenido bíblico no es suficiente. Estos sermones no aparecen de la nada ni están disponibles en un sitio de Internet. MasterCard está en lo correcto. Los sermones profundos no tienen precio. Y son un gran reto. ¿Entonces, para qué predicar? Conociendo los enormes retos que le esperan esta semana, ¿por qué molestarse en predicar? ¿Por qué debería usted entregar sus energías a la proclamación bíblica? ¿Por qué entregar su vida a eso? ¿Por qué no mejor hacer consejería? ¿O vender seguros de vida? ¿Por qué predicar?

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Capítulo 2

E

Las razones para predicar hoy en día

n el predicar, la pregunta “¿por qué?” es mucho más importante que la cuestión del “¿cómo?” Porque no hay una razón para aprender cómo predicar si usted no sabe por qué debería predicar. Si usted piensa que predicar es el componente crítico del llamado de Dios en su vida, entonces usted encontrará la manera de dominarlo. Si no está convencido de la prioridad que tiene el predicar, entonces no será tan efectivo en el púlpito como pudo serlo. Esta es una de las razones por la cual soy tan mal golfista. La razón principal por la que no soy un buen golfista es porque no creo que el golf sea tan importante. En mi opinión, dedicar seis horas a jugar 18 hoyos –tres veces a la semana lejos de otras actividades (así como de mi familia)- es una gran pérdida de tiempo. Mis prioridades explican por qué soy tan pésimo golfista. Juego tan mal al golf porque no creo que valga la pena dedicar mi tiempo a aprender a jugarlo adecuadamente. Si usted no comparte mi opinión sobre el golf, probablemente sea mejor golfista que yo. Establecemos nuestras prioridades y entonces nuestras prioridades nos constituyen a nosotros. Entonces, ¿qué tan importante para usted es predicar? ¿El predicar es opcional? ¿Es meramente una opción en el menú del ministerio? ¿Es una decoración que simplemente podemos hacer a un lado en el ocupado plato de la responsabilidad pastoral? ¿O es más? ¿Está en el “plato principal” de lo que usted hace? La prioridad que usted le dé a su predicar determinará, más que cualquier otro factor, qué tan profundo predica usted. Si usted navega en sitios de Internet y busca productos de software con la esperanza de encontrar alguno que le permita invertir 23 minutos en un sermón de 20 minutos, entonces sus prioridades están claras e impedirán que se convierta en un predicador en profundidad. 19


PREDICACIÓN PROFUNDA

Usted no adoptará las disciplinas necesarias ni hará los cambios de horario que se requieren para ser un predicador profundo, a menos que esté convencido hasta lo más profundo de su ser que predicar es su vocación principal. La predicación exige sus mejores horas y energía. Si usted clasifica la predicación como yo clasifico al golf, usted predicará tan bien como yo juego golf. La piedra angular de la predicación profunda es querer ser un predicador profundo, aún más que querer ser el próximo Tiger Woods. El primer paso para convertirse en un predicador profundo es que la predicación sea su principal prioridad pastoral. ¿Por qué debería usted poner a la predicación en el primer lugar de su lista de prioridades ministeriales? Permítame sugerirle tres razones por las cuales usted debería primordialmente invertir su ministerio de predicación. Yo predico por razones teológicas, razones históricas y razones pragmáticas. Es por esto que continúo predicando cada semana y que estoy convencido que cada iglesia en cada cultura en cada esquina del mundo necesita tener un vibrante ministerio de predicación.

Razones teológicas para predicar

Uno de los más grandes predicadores de nuestra época, John R. W. Stott, habló con tremendo discernimiento pastoral cuando dijo: “¿Cómo podemos ser persuadidos para continuar predicando y aprender a hacerlo eficazmente?” El secreto esencial no es dominar ciertas técnicas, sino ser dominado por ciertas convicciones. En otras palabras, la teología es más importante que la metodología.” 1 La teología es más importante que la metodología. Habrá tiempos en su ministerio cuando será tentado a dejar la predicación. Las temporadas de bendiciones van y vienen, y muchas veces son tan impredecibles como el clima. Lo único que es predecible es que tarde o temprano habrá tiempos de sequía en su predicación. Por semanas o meses usted abrirá las Escrituras y predicará con pasión y fidelidad y, aun así, parecerá que poco o nada está pasando en la vida de sus oyentes. No habrá lluvia de bendiciones. No habrá fruto espiritual brotando en la vida de quienes lo escuchan. No tendrá ningún resultado visible. Durante esos tiempos usted comenzará, así como yo, a pensar en invertir su energía en otras cosas. “Si esto no está funcionando”, nos decimos, “mejor me dedico a otra cosa”. ¿Pero a qué? El secreto para predicar es la perseverancia –y finalmente, excelencia en la predicación– yace en saber por qué predica usted. Continuará predicando dentro y fuera de temporada si comprende la imperativa teológica de la proclamación bíblica. Las técnicas del efecto retórico no lo sostendrán a través de sus periodos de sequías ministeriales. Los trucos no funcionarán. La teología sí. Al menos existen siete razones teológicas por las cuales estoy convencido que predicar es un elemento indispensable del ministerio cristiano. 1

J.R.W. Scott, Between Two Worlds [Entre dos mundos] (Grand Rapids: Eerdmans, 1982), 92.

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Las razones para predicar hoy en día

1. Porque Dios existe. “En el principio, Dios creó los cielos y la tierra.”2 La creencia fundamental en las Escrituras es que Dios es. La Biblia no intenta probar la existencia de Dios; simplemente presenta a Dios como una realidad -como la tierra y el airey prosigue. Dios no es presentado como algo debatible; Él solo es. Él prevalece sobre las vidas de toda la humanidad en la misma forma que el monte Everest se eleva sobre las montañas del Himalaya y usted no puede exitosamente recorrer la Biblia -o la vida- sin reconocer la presencia de Dios. Nuestras vidas dependen de la concientización de la existencia de Dios. Cuando la gente vive como si solo lo físico fuera real, está condenando su vida al fracaso total. Ignorar la existencia de Dios es como si los residentes de la isla de Vancouver ignoraran que viven rodeados de agua. Es imposible vivir exitosamente en una isla sin una percepción consciente de que uno está rodeado de agua. La ignorancia no es una bendición. Es la precursora de la catástrofe. Sin conocimiento del agua que les rodea es solo cuestión de tiempo, hasta que un desprevenido residente felizmente conduzca su automóvil al océano Pacífico y se ahogue. La innegable existencia del océano exige que los residentes de la isla modifiquen sus vidas. La existencia de Dios exige decisiones similares que modifiquen vidas. Pero usted no se puede ajustar a lo que no conoce. Una vida exitosa comienza con el conocimiento del Dios que nos rodea y permea cada elemento de nuestras vidas. Dios existe. Él es el tema que no queremos tocar. Y aquellos que intentan ignorarlo serán aplastados por Su enorme realidad. Sin el conocimiento de Dios, tomará decisiones monumentalmente estúpidas y fatales. Como conducir su vida hacia el océano. O abrir su alma a masivas infecciones morales. Es imposible vivir exitosamente sin entender que Él existe. Todos aquellos que lo intentan, fracasan. Yo predico porque el conocer de Dios es el conocimiento más importante que posee una persona. La gente no puede vivir sin eso. Ellos deben aprender sobre Dios. 2. Porque Dios no está en silencio. Dios no tenía que revelarse ante nosotros. Él pudo fácilmente permanecer escondido detrás de una cortina de ignorancia, y si lo hubiese hecho, estaríamos perdidos. Nuestro destino no hubiese tenido remedio. Como lo dijo el teólogo Carl F. H. Henry: Si Dios hubiese decidido en permanecer incomunicado, no conociéramos nada acerca de Él…Bajo ninguna circunstancia la curiosidad del ser humano podrá arrancarle los secretos a Dios…Fuera de la iniciativa divina el hombre no pudiese percibir la existencia de Dios, mucho menos sus perfecciones y propósitos…Ni siquiera los teólogos modernos armados con artefactos electrónicos sofisticados pudiesen espiar a una deidad reticente ni programar datos sobre Él… La única base confiable para hablar de Dios es la propia revelación de Dios como Él mismo.3 2 Génesis 1:1. A menos que se indique lo contrario, todas las citas de las Escrituras pertenecen a la Nueva Versión Internacional (NVI). 3 Génesis 1:1. A menos que se indique lo contrario, todas las citas de las Escrituras pertenecen a la Nueva Versión Internacional (NVI).

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PREDICACIÓN PROFUNDA

Dios se da cuenta que nuestra necesidad de conocerlo es literalmente un asunto de vida o muerte. Es por eso que Él ha ido tan lejos para hablarnos de Él mismo. Dios sabe que nuestras vidas dependen de esta información. Él ha respondido a nuestra desesperada necesidad con una gracia extraordinaria. Nos ha comunicado a través de lo que los teólogos llaman revelación “general” y “especial”. Revelación general. ¿Qué es la revelación general? Es información que Dios pone a disposición de todos, en todos los lugares y en todos los tiempos acerca de Él. Es el conocimiento universalmente disponible acerca de Dios. Dios ha utilizado una variedad de medios para hacernos llegar esta información. Por ejemplo, Él ha utilizado la creación para revelarse a nosotros: “Lo que se puede conocer acerca de Dios es evidente para ellos, pues él mismo se lo ha revelado. Porque desde la creación del mundo las cualidades invisibles de Dios, es decir, su eterno poder y su naturaleza divina, se perciben claramente a través de lo que él creó, de modo que nadie tiene excusa.”4 “Los cielos cuentan la gloria de Dios, el firmamento proclama la obra de sus manos. Un día transmite al otro la noticia, una noche a la otra comparte su saber. Sin palabras, sin lenguaje, sin una voz perceptible”.5 Todos los que han admirado la impresionante belleza de una rosa floreciendo o la majestad de las Montañas Rocosas han obtenido –en el mismo momento– un vistazo de su divino diseñador. Pero para reforzar esta comunicación Dios también habla a las personas a través de su conciencia. Nuestro sentido de lo que está bien y mal, por imperfecto que sea es el eco de estándares morales universales que se originan desde el Señor soberano: De hecho, cuando los gentiles, que no tienen la ley, cumplen por naturaleza lo que la ley exige, ellos son ley para sí mismos, aunque no tengan la ley. Estos muestran que llevan escrito en el corazón lo que la ley exige, como lo atestigua su conciencia, pues sus propios pensamientos algunas veces los acusan y otras veces los excusan.6 Algunos teólogos también ven la historia como una forma de revelación general –particularmente la historia de Israel-. A medida que vemos a Dios trabajando Sus eternos propósitos en y a través de esta nación, aparentemente sin importancia, vemos la mano de Dios labrando en la historia. La historia realmente es la historia de Dios. Mientras vemos el noticiero de las 6:00 de la tarde, podemos captar una vez más otro vistazo de Dios. Él se revela ante nosotros.

4 5 6

Romanos 1:19-20. Salmos 19: 1-3. Romanos 2:14-15.

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Las razones para predicar hoy en día

¿Por qué les estoy recordando esta teología tan básica? Porque necesitamos que nos recuerden lo serio que Dios toma la auto-comunicación. Dios está tan empeñado en que la gente aprenda sobre Él que Él hace todo lo posible para que se corra la voz. Dios está obsesionado con la comunicación teológica. Veinticuatro horas al día, siete días a la semana, Dios utiliza cada vehículo de comunicación disponible para contarle a cada persona, que alguna vez haya vivido, acerca de Él. Dios se esfuerza más por contarle a la gente sobre Él que un candidato presidencial tratando de ganar las primarias. Pero no piense que podemos disminuir nuestras responsabilidades de predicación porque la revelación general es suficiente. No es así. Revelación especial. ¿Qué es una revelación especial? Es información adicional –que usualmente no está disponible– que Dios ofrece acerca de Él a personas específicas en lugares y momentos específicos de la historia. Algunos ejemplos de revelación especial son: • Milagros. Mientras que ninguno de nosotros fue testigo de la separación del Mar Rojo, existieron aquellos que vieron el poder, la gracia y el juicio de Dios de manera inolvidable. Aquellos que han experimentado milagros aprendieron acerca de Dios a través de su experiencia. • Visitas angelicales. Cuando Gabriel se le apareció y le habló a Daniel, Zacarías y María, ellos aprendieron acerca de Dios y Su trabajo en el mundo. • Jesús. Aquellas personas que se encontraron a Jesús durante Su tiempo en la tierra, también aprendieron sobre Dios. Jesús lo dijo directamente: “El que me ha visto, ha visto (también) al Padre.”7 Y el escritor del libro de Hebreos estaba en lo cierto al decir que Jesús era una fuente viva de información acerca de Dios: Dios, que muchas veces y antepasados en otras épocas días finales nos ha hablado designó heredero de todo, y

de varias maneras habló a nuestros por medio de los profetas, en estos por medio de Su Hijo. A este lo por medio de Él hizo el universo.8

• Escritura. La Biblia es la fuente más clara y completa de la información que Dios nos ha dado. No cada persona que ha vivido, ha tenido o visto una copia de las Escrituras, pero a aquellos que han tenido una Biblia se les ha dado una maravillosa y rica oportunidad de aprender acerca de Dios. La mejor manera de poder conocer a alguien es escuchándole. En la Biblia, Dios habla y nos invita a sentarnos y escuchar Su corazón. Como señala el teólogo Millard J. Erickson: “Dios no sólo demuestra a través de sus obras cómo es Él; Él también habla, contándonos sobre sí mismo, Sus planes, Su voluntad.”9 Dios nos dice lo que piensa –persona a persona– en Su palabra. 7 8 9

Juan 14:9. Hebreos 1:1-2. M.J. Erickson, Christian Theology [Teología cristiana]¸ vol 1 (Grand Rapids: Baker, 1983), 187.

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PREDICACIÓN PROFUNDA

¿Por qué Dios no estuvo satisfecho solamente con una revelación general? ¿Por qué Dios hizo que merodeáramos por Su creación? ¿Había algo malo con la revelación general? El afamado teólogo B. B. Warfield tocó este tema al señalar: El propósito de una revelación especial no es corregir, ni mucho menos dejar a un lado la revelación general. La revelación general no necesita corrección – Dios no se ha revelado falsamente o de forma engañosa en ella…Dios hace todo bien. El motivo de una revelación especial es desconocido para el organismo de revelación en sí y yace en la necesidad de responder a circunstancias alteradas.10 No hay nada inherentemente malo con la revelación general. Pero la revelación general no puede tratar con aquello a lo que Warfield se refería como “circunstancias alteradas”, las circunstancias alteradas creadas por el pecado. La caída de la humanidad cambió todo, incluyendo el tipo de información que Dios necesitaba ofrecernos. Ahora Dios tiene que decirnos cómo salvarnos de nuestros pecados. Y este es un mensaje que la revelación general no puede entregar. El que la hermosura de un atardecer en la costa norte de Oahu le deje sin aliento no le salvará. Tampoco lo hará la magnificencia del Gran Cañón. De por sí, la revelación general nunca ha salvado a nadie. Por quedarse mirando una flor nunca entenderá que Jesucristo, el Dios-hombre, murió en la cruz como propiciación por nuestros pecados. La revelación general no tiene el ancho de banda requerido para comunicar la cantidad de información necesaria para salvarnos de nuestro pecado. Es por esto que Él nos dio una revelación especial. Es por esto que Él ha hecho milagros, envió a Su hijo y nos ha dado las Escrituras. ¿Por qué ha ido Dios más allá de la revelación general y se ha comunicado a través de la revelación especial? Amor. Dios sabe que a menos que aprendamos más sobre Él, moriremos. Sin el conocimiento divino moriremos en nuestra ignorancia empapada de pecado. Nada menos que la eternidad cuelga de la balanza. Nosotros los predicadores compartimos las prioridades de comunicación de Dios. Cuando predicamos, trabajamos en armonía con la permanente pasión de Dios y compartimos Su principal interés de contarle a la gente sobre Él. Cuando se levante para hablar sobre la Palabra de Dios este domingo, usted estará uniéndose a un inmenso y eterno coro que canta canciones con letras inspiradoras. letras de advertencia y de bienvenida de un Dios que los ama. Le he dedicado mi vida a la predicación porque la prioridad que Dios le da a la auto-comunicación demuestra qué tan desesperadamente la gente necesita escuchar lo que Él tiene que decirles. A no ser que la gente escuche acerca de la revelación especial de Dios, morirán en sus pecados. Predico porque quiero compartir la pasión de Dios.

10 J.E. Meeter, ed., Selected Shorter Writings of Benjamin B. Warfield [Escritos breves seleccionados de Benjamin B. Warfield], vol. 1 (Nutley: Presbyterian and Reformed, 1970), 27.

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Las razones para predicar hoy en día

3. Por la naturaleza de la Palabra escrita de Dios. La Biblia es ilusoria. Debido a que parece un libro cualquiera, puede ser fácilmente confundida con otro libro. Pero no lo es. La Biblia se diferencia de todos los otros libros, no sólo por su clasificación en Amazon: –es el Bestseller # 1 de todos los tiempos–, sino porque no es un libro ordinario. Es un libro sobrenatural. La Biblia es única por su autoría. Dios mismo lo escribió. Los escritores humanos también se han sentado y escrito los libros individuales de las Escrituras, pero no se sentaron solos. A medida que escribían, Dios escribió con ellos y a través de ellos. Fue un proceso conjunto al que llamamos inspiración. La “inspiración” se refiere al trabajo del Espíritu Santo durante el proceso de escritura. El Espíritu Santo cubrió y supervisó la escritura de cada palabra que los escritores humanos rasgaron sobre el pergamino para que cada palabra que se escribiera fuesen palabras de Dios a través de autores humanos. No tiene que pertenecer al laboratorio de CSI de Miami para encontrar huellas tanto humanas como divinas en los documentos de las Escrituras. El origen y la personalidad de los autores humanos están perfectamente preservados en su escritura. Aun así, el trabajo de Dios en estos libros es igualmente evidente. Él es quien aseguró que todos los 66 libros contengan un mensaje consistente, que cada anotación y título del texto estuvieran libres de error y que cada idea fuese exactamente la que el pueblo de Dios necesitaba saber hasta Su regreso. Como escribió el gran teólogo de Princeton, Charles Hodge, la inspiración es: “la influencia sobrenatural del Espíritu Santo en individuos elegidos a los cuales se les han dado los instrumentos de Dios para la infalible comunicación de sus pensamientos y voluntad.”11 La Biblia es más que solo literatura inspiradora. Es literatura inspirada. Es la palabra escrita de Dios. Por esto Pedro le dijo a quienes recibieron su segunda carta: “Ante todo, tengan muy presente que ninguna profecía de la Escritura surge de la interpretación particular de nadie. Porque la profecía no ha tenido su origen en la voluntad humana, sino que los profetas hablaron de parte de Dios, impulsados por el Espíritu Santo”. 12 Es de alguna manera, imposible enfatizar de forma suficiente la importancia que tiene la doctrina de la inspiración para el predicador. La inspiración verbal y plenaria de las Escrituras significa que lo que sea que el autor original del texto bíblico escribió para su audiencia original es verdadero. Es completo, total y absolutamente confiable. Como predicador, esto significa que mi reputación puede depender de lo que allí dice. Significa que puedo hablar con confianza y autoridad a las vidas de quienes me escuchan al igual que a la sociedad en general. La inspiración nos da una osadía que es crítica para predicar.

11 12

Hodge, Systematic Theology [Teología sistemática], vol. 1 (Grand Rapids, Eerdmans, 1981), 154. 2 Pedro 1:20-21.

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PREDICACIÓN PROFUNDA

Como dijo Donald Grey Barnhouse, fundador y editor en jefe de la revista Eternity y pastor de la histórica Décima Iglesia Presbiteriana de Filadelfia por más de 33 años: El factor más importante en la predicación expositora es la creencia que la Biblia es la Palabra de Dios. Puedo hablar de esto porque lo sé. Cuando tomo la Biblia en mis manos, pienso en ésta como que proviene de Dios, dada por Él a los hombres en el orden, término, frase y palabra en que Él quería que la tuviéramos.13 La doctrina de la inspiración garantiza que mientras limite mis prédicas a lo que dice la Biblia, nunca seré avergonzado. Las salas de los círculos académicos o las calles de la experiencia común jamás descubrirán que lo que dije está mal. No tengo que preocuparme si mis palabras lastiman inadvertidamente a mis oyentes. Cuando mis enseñanzas van de acuerdo con el texto bíblico, de manera automática van de acuerdo con la vida. La Biblia es el único libro cien por ciento garantizado por el Dios que la inspiró. La Biblia es tan verdadera como lo es Dios. Cornelius Plantinga Jr. lo plantea de esta manera: Lo que dice la Biblia, lo dice Dios. Es por eso que la Biblia es una experta en cómo debemos pensar y actuar. Por eso es que la Biblia tiene el poder de influir en nosotros y ayudarnos. Por eso es que la Biblia tiene el derecho de darnos órdenes que debemos obedecer. Dios habla a través de la Biblia. Y por supuesto, Dios es la autoridad suprema en el universo. Después de todo, en primer lugar, Él lo ideó todo.14 Yo predico porque la gente tiene una necesidad tan desesperada de conocer acerca de Dios que Dios hace todo lo posible para contarnos acerca de Él. Derrama información general acerca de Él a todas las personas en todos lados y eternidad, transformando la información a través de un libro muy especial, un libro único llamado la Biblia que nos da un mensaje en el cual podemos confiar completamente para predicar. Pero además de estar perfectamente escrito, la Biblia es increíblemente valiosa. 4. Por el valor de la Palabra de Dios. Exagera el salmista cuando dice: “Para mí es más valiosa tu enseñanza que millares 15 de monedas de oro y plata” ¿Vale cualquier libro tanto como para refinanciar su casa para comprarlo? ¿Quién necesita este libro? Todos.

13 D.G: Barnhouse, On Expository Preaching, en We Prepare and Preach: The Practice of Sermon Construction and Delivery [Predicación expositiva en Nosotros nos preparamos y predicamos: la práctica de la construcción y entrega del sermón] ed., por Clarence Stonelynn Roddy (Chicago: Moody Press, 1959), 29. 14 C. Plantinga Jr., A Sure Thing: What We Believe and Why [Una cosa segura: que creemos y por qué], (Grand Rapids: Bible Way CRC Publications, 1986),67. 15 Salmos 119:72.

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Las razones para predicar hoy en día

Los no salvos. El valor de la Biblia se extiende más allá del vestíbulo de su iglesia. Es un libro que tiene enorme relevancia para todo el mundo. El mayor valor de la Biblia para quienes no son salvos es decirles por qué necesitan un Salvador y cómo pueden salvarse de sus pecados. Su valor en llevar a la gente a la salvación es innegable. Pablo subrayó la importancia de predicar a los que no son salvos cuando le dijo a los cristianos en Roma: Porque «todo el que invoque el nombre del Señor será salvo». Ahora bien, ¿cómo invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán si no hay quien les predique? ¿Y quién predicará sin ser enviado? Así está escrito: «¡Qué hermoso es recibir al mensajero que trae buenas nuevas! 16 Jesús personalmente enfatiza el valor de la predicación cuando le dice a sus discípulos: “Vayan por todo el mundo y anuncien las buenas nuevas a toda criatura. El 17 que crea y sea bautizado será salvo, pero el que no crea será condenado.” De acuerdo, así que la Biblia es importante para Billy Graham y los misioneros. ¿Pero qué hay de nosotros que predicamos cada semana a los cristianos? ¿Tiene valor la Biblia para quienes ya han aceptado a Cristo como su Salvador? El pueblo de Dios. La Biblia es de suma importancia para todas las personas, aún para el pueblo de Dios. La Palabra de Dios nutre al pueblo de Dios. Alimenta nuestras almas. Las Escrituras son para nuestras almas lo que el oxígeno es para nuestros cuerpos. No podemos vivir sin ella. Y aquellos que intenten hacerlo, perecerán. Dios demostró la naturaleza crítica de Su Palabra a Israel con una dramática lección. Leemos al respecto en Deuteronomio 8, cuando Moisés le dijo a Israel: Cumple fielmente todos los mandamientos que hoy te mando, para que vivas, te multipliques y tomes posesión de la tierra que el Señor juró a tus antepasados. Recuerda que durante cuarenta años el Señor tu Dios te llevó por todo el camino del desierto, y te humilló y te puso a prueba para conocer lo que había en tu corazón y ver si cumplirías o no sus mandamientos. Te humilló y te hizo pasar hambre, pero luego te alimentó con maná, comida que ni tú ni tus antepasados habían conocido, con lo que te enseñó que no solo de pan vive el hombre, sino 18 de todo lo que sale de la boca del Señor. Dios mandó maná a Israel como un remedio para su arrogancia espiritual. El acto humillante de recoger diariamente el maná de Dios pretendía enseñarles una lección espiritual. Dios quería que aprendieran que ellos necesitaban de la Palabra de Dios tanto como necesitaban Su pan. Jesús subrayó esta lección para nosotros cuando fue tentado en el desierto, cuando nos recordó: “No sólo de pan vivirá el hombre, sino 19 de toda palabra que sale de la boca de Dios.” Esta lección no puede perderse. El 16 17 18 19

Romanos 10:13-15. Marcos 16:15-16. Deuteronomio 8:1-3. Mateo 4:4.

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PREDICACIÓN PROFUNDA

pueblo de Dios necesita la Biblia tanto como necesitan el pan. Su pueblo no puede vivir sin la Escritura esta semana al igual que no pueden dejar de comer. ¿Por qué? El pueblo de Dios necesita el alimento espiritual de la Escritura para crecer como los cristianos maduros que Dios quiere que sean. El derramar las Escrituras en el corazón de nuestros feligreses es como servir la cena en los platos de nuestros adolescentes. Les da lo que necesitan para crecer y ser adultos saludables. Esta es la razón por la cual Pablo le dijo a los lectores de su primera epístola: “deseen con ansias la leche pura de la palabra, como niños recién nacidos. Así, por medio de ella, 20 crecerán en su salvación, ahora que han probado lo bueno que es el Señor.” No hay un substituto espiritual para las Escrituras. En la mesa podría estar tentado a cambiar su Splenda por azúcar o su arroz por pasta, pero nada puede ocupar el lugar de la Palabra de Dios. Sólo las Escrituras son capaces de hacer que la gente madure en Cristo. Es por esto que el apóstol Pablo le recordó al joven predicador Timoteo21: “Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia, a fin de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado para toda buena obra.” La Biblia tiene todo lo que el pueblo de Dios necesita para convertirse en el pueblo que Dios quiere que sea. Ningún creyente será o hará todo lo que Dios pretende para él si no está alimentado con la Palabra de Dios. Nadie puede lograrlo solo. Es por esto que Pablo le pudo escribir a la iglesia en Éfeso que Dios le ofreció dones a: Él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; y a otros, pastores y maestros, a fin de capacitar al pueblo de Dios para la obra de servicio, para edificar el cuerpo de Cristo. De este modo, todos llegaremos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a una humanidad perfecta que se conforme a la plena estatura de Cristo.22 La madurez espiritual resulta de la proclamación del ministerio involucrado en todos los ministerios listados por Pablo. Pero observe el énfasis especial de enseñanza del pastor. Aunque la traducción de “pastores y maestros” podría llevar al lector a pensar que son dos dones separados, en el griego original, son probablemente un solo rol. Pablo de hecho está hablando de pastores-maestros. No puede ser un pastor a menos que sea un maestro. Los pastores enseñan las Escrituras. Ellos tienen que hacerlo. Porque solo cuando hacen lo que Dios quiere que ellos hagan, sus congregaciones crecerán unidas y madurarán. El apóstol Pablo practicaba lo que predicaba. Obtenemos un vistazo del rol prominente que jugó la enseñanza en su ministerio cuando le escribió a los Colosenses:

20 1 Pedro 2:2-3. 21 Timoteo 3:16-17 22 Efesios 4:11-13.

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Las razones para predicar hoy en día

A este Cristo proclamamos, aconsejando y enseñando con toda sabiduría a todos los seres humanos, para presentarlos a todos perfectos en él. Con este fin trabajo y lucho fortalecido por el poder de Cristo que obra en mí. 23 Pablo trabaja con su predicación para ayudar a sus oyentes a la madurez en Cristo. El gran apóstol le dedica su energía principal a predicar, aun cuando está completamente consciente de los retos inherentes de esta tarea. Pablo ha experimentado de primera mano lo difícil que es predicar. En el griego secular, la palabra que Pablo utilizó para el “trabajo” de predicar significa: “agotamiento como si uno hubiese sido golpeado” y el “esfuerzo” o “problema” que causa este estado. En prosa era: “la palabra adecuada para el cansancio físico provocado por el trabajo, esfuerzo o calor…expresando arduo 24 Aun así, ya que su palabra no fue lo suficientemente fuerte para trabajo.” expresar el esfuerzo que involucra predicar bien, Pablo también utilizó la palabra “lucha”. Una traducción literal de esta palabra es “agonizar”. Fue utilizada para describir el trabajo involucrado en físicamente “competir por la victoria en los juegos públicos…también llegó a significar soportar dolores, luchar como en una 25 competencia por un premio, esforzarse al máximo nivel para lograr el propósito.” ¿Por qué Pablo entrega su mejor esfuerzo y energía a la tarea de predicar? Porque es un ingrediente necesario para la madurez espiritual. La gente a la cual él ministra no puede madurar espiritualmente sin el ministerio de la palabra. Por favor no me malentiendan. Escuchar sermones no es suficiente para alcanzar la madurez espiritual. No hay un enlace absoluto entre el conocimiento bíblico y la madurez espiritual. Todos conocemos a sabelo todos espiritualmente inmaduros. Los fariseos, por ejemplo, conocían una gran cantidad de datos bíblicos, pero no estaban ni cerca de ser espiritualmente maduros. El solo conocimiento de la Biblia no garantiza la madurez, de la misma manera que tener harina no significa que tiene usted un pastel. Pero no puede tener un pastel sin harina. Y no puede ser espiritualmente maduro sin el conocimiento de la Biblia. La predicación bíblica tiene valor porque ayuda a darles a los cristianos el conocimiento que necesitan para obtener la madurez. La razón por la cual los predicadores deben ocupar un rol tan prominente en la vida de la iglesia es porque a medida que se predica la Palabra de Dios, quienes lo escuchan reciben el alimento espiritual que necesitan para obtener la madurez en Cristo. El predicar es al ministerio de la iglesia lo que las bujías son para el motor de un carro. Las bujías no son el motor completo –y el predicar no es de lo único que se compone el ministerio– pero sin las bujías el carro no funcionará. El carro no puede avanzar hacia su destino. Sin la predicación, una iglesia no puede avanzar hacia su mandato de lograr que los cristianos alcancen la madurez en Cristo. De 23 Colosenses 1:28-29. 24 G. Kittel, G.W. Bromiley, G. Friedrich, Theological Dictionary of the New Testament [Diccionario teológico del Nuevo Testamento], edición electrónica (Grand Rapids: Eerdmans, 1964-c1976), S. 3:827-28. 25 S.Zodhiates, The Complete Word Study Dictionary: New Testament [Diccionario del estudio completo de la palabra], edición electrónica (Chattanooga; AMG Publishers, 2000, c1992, c1993), S. G75.

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hecho, las consecuencias de no predicar son mucho peores que el estancamiento espiritual. La ausencia de una predicación bíblica es catastrófica para la iglesia. Solo pregúntenle a Oseas. Oseas ministró al reino del norte de Israel justo antes de su destrucción en 772 antes de Cristo. Estos fueron los días más oscuros de Israel. El gobierno había aprobado que se ofrecieran sacrificios e incienso abiertamente a los dioses paganos. El rey Ajaz quemó a su hijo en un sacrificio pagano y saqueó el templo de Dios para conseguir dinero para sobornar al rey de Asiria. ¿Qué causó este trágico estado espiritual? Oseas da su diagnóstico cuando dice: Pues por falta de conocimiento mi pueblo ha sido destruido. Puesto que rechazaste el conocimiento, yo también te rechazo como mi sacerdote. Ya que 26 te olvidaste de la ley de tu Dios, yo también me olvidaré de tus hijos. Cuando fallamos en predicar al pueblo de Dios, le fallamos al pueblo de Dios. Al nivel más profundo posible. El pueblo de Dios perece por falta de predicación bíblica. Se mueren de hambre. Los sacerdotes silenciosos del tiempo de Oseas debieron ser más listos que eso. Debieron haber aprendido de una tragedia similar que ocurrió mucho antes en la historia de su nación. Leemos en Jueces 2: “El pueblo sirvió al Señor mientras vivieron Josué y los ancianos que le sobrevivieron, los cuales habían visto todas las 27 grandes obras que el Señor había hecho por Israel.” Siempre es difícil perder un gran líder, pero lo que pasó después de la muerte de Oseas fue una tragedia mucho mayor: También murió toda aquella generación, y surgió otra que no conocía al Señor ni sabía lo que él había hecho por Israel. Esos israelitas hicieron lo que ofende al Señor y adoraron a los ídolos de Baal. Abandonaron al Señor, Dios de sus padres, que los había sacado de Egipto, y siguieron a otros dioses —dioses de los 28 pueblos que los rodeaban—, y los adoraron, provocando así la ira del Señor. La mayor tragedia en este texto no es la muerte de Josué. La mayor tragedia es que el pueblo de Dios perdió su conocimiento de Dios. Los niños que crecieron después de Josué no conocieron al Dios de Abraham, Isaac, Jacobo, José, Moisés o Josué. Estos no eran niños malos, pero estaban teológicamente desinformados. Y su falta de conocimiento los llevó a un desastre divino. La ignorancia los llevó inevitablemente al pecado y el pecado los llevó inexorablemente al juicio. Una vez más, el pueblo de Dios fue “destruido por falta de conocimiento.” Los predicadores de Israel quedaron mudos. Cuando no le predicaron a una generación, le fallaron a la generación. La ignorancia no es bendición. Es la última parada antes de la destrucción. 26 27 28

Oseas 4:6. Jueces 2:7. Jueces 2:10-12.

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Las razones para predicar hoy en día

Es común escuchar chistes sobre predicadores que predican por mucho tiempo. ¡Probablemente porque muchos de nosotros no sabemos cuándo parar! Pero cuando los predicadores deciden dejar de predicar por completo y se alejan de su llamado primario o cuando usted escucha que la gente va de iglesia en iglesia intentando en vano encontrar una en donde se pueda escuchar claramente la Palabra de Dios, el pueblo de Dios está en un terrible problema. Amós describió dichas condiciones con una terrible advertencia: Vienen días —afirma el Señor omnipotente—, en que enviaré hambre al país; no será hambre de pan ni sed de agua, sino hambre de oír las palabras del Señor. La gente vagará sin rumbo de mar a mar; andarán errantes del norte al este, buscando 29 la palabra del Señor, pero no la encontrarán. Yo escojo dedicarme a la ardua tarea de predicar por su valor inherente. El mundo entero, salvo y no salvo, desesperadamente necesita escuchar la Palabra de Dios. Cuando predicamos, se cambian destinos. La eternidad pende de una balanza. Cada vez que los líderes del pueblo de Dios han dejado de predicar, los resultados han sido catastróficos. Cada vez. Como lo señaló John Albert Bengel hace muchos años: Las Escrituras son las bases de la iglesia. La iglesia es la guardiana de las Escrituras. Cuando la iglesia está fuerte en salud, la luz de las Escrituras brilla; cuando la iglesia está enferma, las Escrituras son corroídas por la negligencia y sucede que la forma exterior de las Escrituras y de la iglesia, usualmente parecen exhibir simultáneamente ya sea salud o enfermedad; y como regla, la forma en que están siendo tratadas las Escrituras corresponde exactamente con 30 la condición de la iglesia. También decido predicar la Biblia por su inherente poder. 5. Por el poder de la Palabra de Dios. Si usted quiere hacer un cambio sustancial en las vidas de su pueblo y del mundo en general, no puedo pensar en una mejor manera que predicar las palabras de Dios. Sólo pregúntele a Jeremías. En Jeremías 1, Dios viene a Jeremías y lo nombra como “profeta a las naciones” (v. 5). La respuesta inicial de Jeremías a su nuevo trabajo no fue de emoción. Su mundo, como el nuestro, estaba en gran caos espiritual y moral. ¿Qué bien podría un hombre alcanzar en un mundo que estaba tan mal? ¿Qué bien podría él, un predicador, hacer con nada más que palabras? ¿Qué impacto podría tener Jeremías 29 Amos 8:11-12. 30 J. A. Bengel, Gnomom of the New Testament [Gnomom del Nuevo Testamento], 5 vols. (Edinburgh; Clark, 1857-1858), 1:7.

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al hablar de pequeños de soplos de aire? Los problemas son tan grandes y las palabras tan débiles. Tenemos una idea de cuán agobiado se sentía Jeremías cuando respondió a la designación de Dios diciendo: “¡Ah, Señor mi Dios! ¡Soy muy joven, y no sé hablar!” (1:6). “Dios”, está diciendo, “no tengo la experiencia. No tengo el entrenamiento. No tengo la habilidad. No puedo ordenar mis palabras y hablar con suficiente destreza para arreglar el mundo al que me estás enviando”. No creo que el corazón de Jeremías se sintiera alentado cuando leemos el versículo 10: “Mira, hoy te doy autoridad sobre naciones y reinos, para arrancar y derribar, para destruir y demoler, para construir y plantar”. ¡Mira el alcance del ministerio que Dios le da! Existen seis diferentes verbos aquí, cuatro de los cuales son destructivos. Dios aquí llama a Jeremías a arrancar y derribar, destruir y demoler. Dios le dice: “Te designo para que arrases con el pecado. Te designo para que batalles con los bastiones del maligno. Te designo para que destruyas los efectos que Satanás y sus malvados han creado en los corazones de la gente y de las naciones en general. Y cuando eso se haya logrado, tengo más tareas para ti. Tengo dos verbos más para ti. Quiero que construyas y siembres. Quiero que nutras y cultives y desarrolles a la gente. Quiero que provoques crecimiento y sanación.” Puedo ver a Jeremías levantando sus manos en desesperación. ¿Cómo podría él lograr una agenda tan ambiciosa con sus pequeños soplos de aire? ¿Qué pueden lograr nuestras palabras? Estoy de acuerdo con Jeremías aquí. Pienso que las expectativas de Dios de Jeremías –y nosotros– son poco realistas. Es imposible que nuestras palabras cambien nuestro mundo a menos que nos ayuden, a menos que Dios nos dé una herramienta para lograr esa tarea imposible. Fíjense qué herramienta es esa. “Vas a ir adondequiera que yo te envíe”, le dijo Dios a Jeremías en 1:7, “y vas a decir todo lo que yo te ordene”. Y luego leemos en 1:9: “Luego extendió el Señor la mano y, tocándome la boca, me dijo: «He puesto en tu boca mis palabras».” En una de las más conmovedoras descripciones de la tarea de predicar, Dios dice: “Jeremías, tú no entiendes la tarea que te estoy pidiendo que hagas. No te estoy pidiendo que hables tus palabras en este mundo retorcido por el pecado. Estoy tomando Mis palabras. Estoy poniendo Mis palabras en tu boca.” Parece que son las palabras de Dios las que hacen la diferencia. Son las palabras de Dios las que hacen a un predicador poderoso. ¿Por qué? William Barclay explica cuando dice: “En el pensamiento judío, una palabra era más que un sonido expresando un significado, una palabra realmente lograba 31 cosas. La palabra de Dios no es simplemente un sonido, es una causa efectiva.” Esa es la palabra que se le dio a Jeremías. La palabra de Dios es fundamentalmente diferente a su palabra –a mi palabra– de la palabra de un padre. La palabra de Dios es efectiva. 31

W. Barclay, New Testament Words [Palabras del Nuevo Testamento]¸ (Filadelfia: Westminster, 1974), 185.

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Si usted es padre puede comprender la debilidad de sus palabras. Como padre, a veces en las mañanas le dice ciertas palabras a sus hijos. Palabras como: “Levántate. Desayuna” o “haz tu tarea.” A veces esos soplos de aire dejan sus labios, quedan suspendidos en el tiempo y resultan en absolutamente nada. A menudo, las palabras de los padres llenan el aire, pero no resultan en un cambio de comportamiento. Cero. Pero las palabras de Dios no son como nuestras palabras. Las palabras de Dios están impregnadas con Su poder. Y cuando Dios habla, pasan cosas. Son una causa efectiva. Cuando Dios habla, las cosas suceden. Tienen una causa efectiva. Por esto es que Isaías puede decir: Así como la lluvia y la nieve descienden del cielo, y no vuelven allá sin regar antes la tierra y hacerla fecundar y germinar para que dé semilla al que siembra y pan al que come, así es también la palabra que sale de mi boca: No volverá a 32 mí vacía, sino que hará lo que yo deseo y cumplirá con mis propósitos. Porque el poder de Dios reside en las palabras de Dios, siempre logra el propósito de Dios, siempre. Considere el impresionante e irresistible poder de las palabras de Dios. Uno de los capítulos en el cual se puede ver más claramente el poder de la Palabra de Dios es en Génesis 1. En el versículo 3, por ejemplo, vimos que “Dios dijo: Sea la luz; y fue la luz.” Piense en ese versículo por un minuto. Con el poder de tan solo Su palabra, Dios creó la mayor explosión que el universo jamás haya experimentado. De repente, mundos y estrellas aparecieron de la nada solo por el poder de Su palabra hablada. Le tomó a Tomás Edison más de 10.000 intentos antes de lograr crear un bombillo eléctrico que funcionara. ¡Y Edison era un tipo brillante! Pero Dios hizo la luz en Su primer intento. Y tampoco necesitó un taller completamente equipado. Únicamente Su palabra hablada. Usted también puede ver el inmenso poder de la Palabra de Dios cuando Dios dice: “Y dijo Dios: «¡Qué las aguas debajo del cielo se reúnan en un solo lugar, y que aparezca lo seco!» Y así sucedió.” (1:9). Dios habló y así fue hecho. El texto deliberadamente logra que la creación de la tierra seca sonara fácil. Sin esfuerzo. Pero piense por un momento lo que debió haber ocurrido físicamente para que apareciera esa tierra seca. Piense en las placas geológicas cambiándose y moviéndose y las inimaginables fuerzas tectónicas que esto desencadenó. Imagínese los imponentes tsunamis que hubiesen arrasado con el planeta. Piense en los volcanes que hubiesen expulsado su agresivo líquido hirviente en el ruidoso océano y las montañas emergiendo hacia los cielos a medida que estas placas continentales se golpeaban unas con otras. Las fuerzas geológicas que se desatan por las palabras en este verso son humanamente inimaginables. Pero sucedieron –porque Dios dijo: “que así sea”. Este es el poder de la palabra de Dios–, inmensa e irresistible.

32 Is 55:10-11.

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“Por la palabra del Señor fueron creados los cielos, y por el soplo de su boca, las estrellas. porque él habló, y todo fue creado; 33 dio una orden, y todo quedó firme.” “Pero a tu reprensión huyeron las aguas;”

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“…desde tiempos antiguos, por la palabra de Dios, existía el cielo y también 35 la tierra, que surgió del agua y mediante el agua…” El Nuevo Testamento también habla del poder de la Palabra de Dios. Piense en los tiempos cuando Cristo hablaba. Jesús ve al paralítico y Él solo le dice: 36 “Levántate, recoge tu camilla y anda” y así lo hace. Incluso hoy el cirujano más talentoso y equipado no puede regenerar una espina dorsal muerta. Pero Jesús si puede. Y Él lo hace con sólo el poder de Su palabra. 37 Jairo viene a Jesús. Él dice: “Mi hijita se está muriendo”. Jesús después se 38 acerca a su cuerpo sin vida y le dice: “Niña, a ti te digo, ¡levántate!” Con tan solo el poder de Sus palabras, la vida fluye en el cuerpo de la niña muerta. Se abren sus ojos. Y lo primero que quiere es un batido. No podía esperar para comer. Eso es vida, ¡vida sobrenatural que ocurre porque el poder de Dios ha sido infundido a través de Sus palabras! El escritor del libro de Hebreos nos dice que Jesús “sostiene todas las cosas con su palabra poderosa”. 39 ¡Esa si es una palabra poderosa! Cuando Dios nos pide que hablemos, no nos pide que hablemos con nuestras palabras; nos pide que hablemos con Sus palabras. Y cuando hablamos Sus palabras, nuestras palabras tienen un poder y autoridad sobrenaturales que de ninguna otra manera hubiesen podido tener. Nosotros no hablamos con nuestra autoridad y poder; hablamos con la autoridad de Dios y el poder de Dios. Y con Su palabra podemos lograr cosas que con la nuestra jamás podríamos. Y todos los predicadores de Dios saben eso. Moisés conocía el poder de las palabras de Dios. Él era un líder fracasado en el medio de la nada, pero Dios vino y le dijo: “Voy a enviarte al faraón para que saques de Egipto a los israelitas, que son mi pueblo.” 40 Si alguna vez hubo una tarea imposible era esta. ¡Pero Moisés lo logra! ¿Cómo? Con la Palabra de Dios. Moisés entra en el tribunal del hombre más poderoso del mundo y le dice lo que Dios le dijo que le dijera: “Deja ir a mi pueblo” 41 y así lo hizo el faraón. Tenía que hacerlo. ¿Cómo podría el faraón resistirse a esa clase de poder? 33 34 35 36 37 38 39 40 41

Sal 33:6, 9 Sal 104:7a 2 Pe 3:5 Jn 5:8 Mc 5:23 Mc 5:41 Heb 1:3 Éx 3:10 Éx 5:1

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Natán, el profeta, llega a David y le habla de la Palabra de Dios a él. Cuando le dice: “¡Tú eres ese hombre!” 42 David se arrepiente. Una vida es transformada. Se rompe el pecado. La sanación y el crecimiento personal comienzan a ocurrir en la vida de un hombre de Dios caído porque la Palabra de Dios fue hablada. Jonás va a Nínive. En obediencia a Dios dice la Palabra de Dios: “¡Dentro de cuarenta días Nínive será destruida!”43 No es el más encantador sermón que haya escuchado, pero era la palabra de Dios. Y, ¿qué sucedió? La nación se arrepintió. El destino de una nación cambió porque se habló de la Palabra de Dios. Cuando los predicadores se paran a hablar de la Palabra de Dios están accediendo al mayor recurso de energía en el universo. La mayoría de las veces nuestros soplos de aire logran muy poco. Pero las palabras de Dios no son nuestras palabras. Ellas son imparables. Incluso pueden transformar las vidas torcidas por el pecado como las nuestras. Pues ustedes han nacido de nuevo, no de simiente perecedera, sino de simiente imperecedera, mediante la palabra de Dios que vive y permanece. Porque todo mortal es como la hierba, y toda su gloria como la flor del campo; la hierba se seca y la flor se cae, pero la palabra del Señor permanece para siempre. Y esta es la palabra del evangelio que se les ha anunciado a ustedes. 44 La convicción de que no hay nada más poderoso que la Palabra de Dios es crítica para una predicación efectiva a largo plazo. La mejor manera en la cual puedo causar un impacto en mi mundo es hablando de las palabras más poderosas en el universo. El saber esto, me mantiene predicando. Como lo que muy bien James Daane señaló: A menos que la gente perciba el misterioso poder creativo de la Palabra y reconozca que cuando se predica si hace cosas y crea personas que se convierten en hacedores de la Palabra, su deseo de predicar la Palabra en el púlpito… 45 no durará mucho. Mis palabras, mis pequeños soplos de aire, a menudo no logran nada. Pero los soplos de aire de Dios son irresistibles. Tienen más impacto que un huracán de categoría 5. Si mi meta en el ministerio es cambiar mi mundo para Cristo, no puedo hacer nada mejor que predicar las omnipotentes Palabras de Dios. Yo predico porque el Dios que debemos conocer le ha dado la mayor prioridad a la revelación, incluyendo darnos un registro escrito confiable sobre quién es Él y cómo debemos vivir en respuesta a Él. Este registro escrito es un libro lleno con palabras tan poderosas que nada en el universo puede evitar que logren su 42 43 44 45

2 Sm 12:7 Jon 3:4 1 Pe: 1:23-25. J. Daane, Preaching with Confidence [Predicando con Confianza]¸ (Grand Rapids, Eerdmans, 1980), 3.

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propósito. Pero eso no es todo. También predico porque mientras lo hago, entro en una noble herencia. 6. Por los ejemplos en las Escrituras. ¿Puede usted pensar en algún predicador en la Biblia? No toma mucho tiempo obtener una lista bastante impresionante. Nombres como Noé, Moisés, Elías, Jonás, Amós, Ezequiel, Jeremías, Isaías y Malaquías rápidamente nos saltan a la mente. Y hay muchos más. ¿Hay predicadores en el Nuevo Testamento? ¡Un cargamento de ellos! Todos los apóstoles fueron predicadores. Hasta Jesús fue un predicador. De hecho, nuestro Señor se tomaba tan en serio la predicación que en Lucas 4: 42-44 leemos: Cuando amaneció, Jesús salió y se fue a un lugar solitario. La gente andaba buscándolo y, cuando llegaron adonde él estaba, procuraban detenerlo para que no se fuera. Pero él les dijo: «Es preciso que anuncie también a los demás pueblos las buenas nuevas del reino de Dios, porque para esto fui enviado». Y siguió predicando en las sinagogas de los judíos. Jesús no se desviaba de Su ministerio principal. Aunque las multitudes le suplicaban que se quedara y expandiera Su ministerio de sanación, y aunque la popularidad de Jesús estaba por las nubes, Él no dejaba la predicación. Él tenía que predicar. Por eso Él fue enviado. Predicar era su propósito. Casi todos en la Biblia que disfrutaron de un papel importante eran predicadores. Una de las características que distinguieron a estos líderes es que ellos guiaban al decir: “Así dice el Señor”. Su autoridad venía de la Palabra de Dios. Ellos guiaban con las Escrituras. Cuando decidimos predicar escogemos caminar por un camino bien conocido, uno desgastado por los gigantes de la fe que dejaron su huella antes que nosotros. Estamos en buena compañía. 7. Por los mandamientos de Dios. Yo predico porque Dios no habla de proclamación bíblica como una opción adicional. No era una actividad temporal. La escritura explícita e implícitamente nos ordena proclamar públicamente la Palabra de Dios. No podemos escoger no predicar. Jesús lo afirma luego de Su resurrección cuando habla con un Pedro arrepentido después de cocinarle un pescado para el desayuno. Cuando terminaron de desayunar, Jesús le preguntó a Simón Pedro: -Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos? -Sí, Señor, tú sabes que te quiero -contestó Pedro. -Apacienta mis corderos -le dijo Jesús. Y volvió a preguntarle: -Simón, hijo de Juan, ¿me amas?

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-Sí, Señor, tú sabes que te quiero. -Cuida de mis ovejas. Por tercera vez Jesús le preguntó: -Simón, hijo de Juan, ¿me quieres? A Pedro le dolió que por tercera vez Jesús le hubiera preguntado: «¿Me quieres?» Así que le dijo: -Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero. 46 -Apacienta mis ovejas -le dijo Jesús-. En este pasaje cargado de emoción, ¡Jesús no le da a Pedro consejos sobre la cría de ovejas! A Pedro no le dan instrucciones de llevarles pacas de heno a animales de granja domesticados. Aquí Jesús, el buen pastor, le pide a Pedro que sea un sub-pastor para Su rebaño. Jesús le está pidiendo a Pedro que cuide a quienes Él compró a través de Su muerte en la cruz, alimentándolos. La principal responsabilidad de un pastor parece ser alimentar a las ovejas. Nosotros los pastores somos responsables del alimento espiritual de aquellas ovejas a las cuales Dios nos ha confiado su cuidado. Jesús le está pidiendo a Pedro –y a nosotros– que prediquemos a Su pueblo. Y mientras fielmente cumplimos con nuestra responsabilidad de alimentación/ predicación, demostramos nuestro amor por el Pastor en Jefe. Jesús nos llama, como llamó a Pedro, a predicar al pueblo de Dios. La iglesia primitiva ciertamente comprendió la importancia de la predicación. En Hechos 6: 2-4 leemos: Así que los doce reunieron a toda la comunidad de discípulos y les dijeron: «No está bien que nosotros los apóstoles descuidemos el ministerio de la palabra de Dios para servir las mesas. Hermanos, escojan de entre ustedes a siete hombres de buena reputación, llenos del Espíritu y de sabiduría, para encargarles esta responsabilidad. Así nosotros nos dedicaremos de lleno a la oración y al ministerio de la palabra. Los apóstoles tomaron una decisión en conjunto de que estaría mal que desviaran su atención del ministerio de la palabra para atender las mesas. El alimentar a las viudas, por más bueno e importante que fuera, no era tan importante como el ministerio de la palabra. Los apóstoles pensaron que estaría mal abandonar la predicación de la palabra por cualquier razón, aunque fuera una buena. Nosotros los pastores no podemos ser diferentes. El apóstol Pablo comunica la importancia crítica de la predicación en la forma que él ministra a la iglesia en Éfeso. Esta iglesia tenía un lugar especial en el corazón de Pablo. No solo inició la iglesia durante sus primeros tres meses de 47 visita, sino que volvió al año siguiente para comenzar un ministerio extendido 46 47

Jn 21:15-17. Hch 18:19-21

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de tres años. Por la inusual cantidad de tiempo que Pablo invirtió en esta iglesia, podemos ver las prioridades del ministerio del apóstol en acción. Sus comentarios de despedida a la iglesia en Hechos 20: 25-27 revelan un énfasis sorprendente en la predicación: Escuchen, yo sé que ninguno de ustedes, entre quienes he andado predicando el reino de Dios, volverá a verme. Por tanto, hoy les declaro que soy inocente de la sangre de todos, porque sin vacilar les he proclamado todo el propósito de Dios. Aquí el apóstol defiende su ministerio de los detractores con base en su extenso ministerio de predicación. Él dice: “Soy inocente de la sangre de todos,” porque prediqué “todo el propósito de Dios”. En conclusión, por lo tanto, podemos decir que si Pablo no hubiera predicado todo el consejo de Dios, hubiera tenido sangre de hombres inocentes en sus manos. Pablo sabe que hubiese pecado si hubiese permanecido callado. Era solo mediante la predicación a lo largo y ancho de la Escritura que Pablo pudo cumplir fielmente con su llamado pastoral. La prioridad que Pablo le dio a la predicación en Éfeso no se puede interpretar como una respuesta aislada a un problema localizado. Por el contrario, Pablo le escribe a Timoteo, un pastor joven que apenas empieza su ministerio, en donde él también debe darle una alta prioridad a la predicación. Que nadie te menosprecie por ser joven. Al contrario, que los creyentes vean en ti un ejemplo a seguir en la manera de hablar, en la conducta, y en amor, fe y pureza. En tanto que llego, dedícate a la lectura pública de las Escrituras, y a enseñar y animar a los hermanos... Sé diligente en estos asuntos; entrégate de lleno a ellos, de modo que todos puedan ver que estás progresando. Ten cuidado de tu conducta y de tu enseñanza. Persevera en todo ello, porque así te salvarás a ti mismo y a los que te escuchen. 48 Es difícil ver cómo Pablo pudo poner mayor énfasis en la importancia crítica de predicar en la vida de un pastor. Pero lo enfatiza aún más en su siguiente carta a Timoteo cuando dice: Predica la Palabra; persiste en hacerlo, sea o no sea oportuno; corrige, reprende y anima con mucha paciencia, sin dejar de enseñar. Porque llegará el tiempo en que no van a tolerar la sana doctrina, sino que, llevados de sus propios deseos, se rodearán de maestros que les digan las novelerías que quieren oír. Dejarán 49 de escuchar la verdad y se volverán a los mitos. Es claro en la Escritura que los pastores deben darle prioridad a la predicación. De todas las tareas que debemos cumplir para poder cobrar nuestro cheque, ninguna es más importante que la proclamación de la Palabra de Dios. ¡Qué trágico es 48 49

1 Tim 4:12-13, 15-16. 2 Tim 4:2-4.

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que tantos predicadores parecen haber olvidado su llamado principal! El símbolo del ministerio pastoral se ha alejado de la Biblia para dar paso al teléfono celular y el BlackBerry. Los pastores están más ocupados que nunca. Pero sus prioridades los están alejando cada vez más de los púlpitos. Como tan acertadamente decía un antiguo colega, David Wells: En este nuevo orden clerical, la competencia técnica y administrativa en la iglesia ha simplemente dominado la definición de servicio pastoral… El antiguo rol del pastor como agente de la verdad ha sido eclipsado por las nuevas funciones administrativas. 50 Mientras más se alejan nuestras prioridades de “mediador de la verdad”, más nos deslizamos en el rol de director ejecutivo de una organización religiosa sin fines de lucro. Nos arriesgamos a perder el derecho a ser llamados pastor de las ovejas de Dios. Dios quiere que los pastores prediquen. Es cuestión de obediencia básica. Los pastores que ignoran la predicación de la Palabra o lo toman a la ligera están siendo infieles a su llamado. Yo ofrezco mis mejores esfuerzos pastorales a predicar por razones teológicas. Pero también predico por razones históricas.

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D. F. Wells, No Place for Truth [Sin Lugar Para la Verdad], (Grand Rapids: Eerdmans, 1993), 233.

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Capítulo 3

M

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uchos de nosotros hemos vivido lo suficiente para ver modas ir y venir. ¿Recuerdan las camisetas “tie-dye”, los pantalones con botas acampanadas, alfombras de lana larga, muñecas “Cabbage Patch”, cubos mágicos y Pokémon? ¿Y más recientemente los vehículos ligeros de todoterreno? ¿Conoce usted a alguien que quiera llenar el tanque de un Hummer? Y piense en todos los cambios tecnológicos de los que hemos sido testigos. ¿Cuántos aparatos que “tenemos que tener” ha donado usted a los vertederos? ¿Recuerda las cintas de ocho pistas, cintas, discos de acetato y los Walkmans de Sony? ¿Qué tal los CD? ¿Las pantallas de TV que no eran planas? ¿Los teléfonos alámbricos? ¿Las máquinas de escribir? En nuestro mundo de constantes cambios, ¿cómo podemos asegurarnos que la predicación no va por el mismo camino que la locomotora a vapor? ¿Cómo podemos asegurarnos que vale la pena la disciplina y energía requeridas para dominar la predicación? ¿Cómo podemos estar seguros de que la predicación no terminará en una estantería al lado de una copia de Explosión de Evangelismo? Si las razones teológicas que hemos considerado aún no lo han convencido, quizás el peso de la historia lo persuadirá.

Razones históricas para predicar

Muchos deportes han construido salones de la fama para honrar a quienes han hecho contribuciones importantes a su deporte con su juego. El béisbol tiene su salón de la fama en Cooperstown, Nueva York. Allí puede usted admirar los logros de algunos de los más grandes jugadores de béisbol de todos los tiempos, incluyendo a Hank Aaron, Ty Cobb y Ted Williams. El hockey tiene su salón de la fama

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Más razones para predicar hoy en día

en Toronto, Canadá, en donde los jugadores estrellas tales como Henri Richard, Gordie Howe y Wayne Gretzky son inmortalizados. Si su preferencia es el tenis, entonces el Salón de la Fama y el Museo de Tenis en Newport, Rhode Island es para usted. Su museo ostenta la más grande colección de objetos de interés del tenis del mundo. Y en su “Salón de los Consagrados” encontrará placas honrando a personajes tales como Rod Laver, “Chrissie” Evert y John McEnroe. La predicación también pudiera tener un salón de la fama. A través de la historia del mundo, Dios ha escogido utilizar a los predicadores para causar un impacto significativo en el mundo para el cual ellos ministran. Dios ha escogido utilizar la “tontería de predicar” para cambiar el mundo. Hay una relación de causa y efecto que existe entre una dramática renovación espiritual y una efectiva predicación bíblica. De hecho, “cada renovación de la cristiandad ha sido acompañada por una renovación en la predicación. Cada renovación de predicación, a su vez, ha redescubierto la predicación bíblica.1 Cuando Dios escoge hacer un importante trabajo significativo en este mundo, escoge utilizar a los predicadores.

Crisóstomo

Cuando Dios quiso traer renovación a la iglesia primitiva, puso Su mano soberana sobre Juan Crisóstomo, uno de los mayores predicadores de todos los tiempos. Schaff escribe que Crisóstomo es general y justamente visto como el más grande orador de púlpito de la iglesia griega.2 Él tomaba el texto bíblico en serio, hablaba con un estilo atrayente y conversacional y llenó sus mensajes con vívidas metáforas. Fant y Pinson reportan que la gente estaba tan interesada en sus sermones ¡qué los carteristas podían hacer de las suyas con gran éxito! 3 Escogido como arzobispo de Constantinopla en 398 a. C., el “orador de la boca de oro” utilizó su púlpito para que la Biblia fuera testigo en contra de los pecados del Imperio romano al igual que de la iglesia. Los sermones de Crisóstomo crearon un gran impacto contra los pecados sexuales del clero y el laicado quienes llevaban un estilo de vida de extravagantes excesos. ¡Fue tan osado que llamó a su pecadora emperatriz una “Jezabel”! Aunque su función como arzobispo duró solamente un par de años y su muerte fue inoportuna, la influencia de su predicación fue vasta. “Pocos predicadores, antiguos o modernos, pueden competir con él en su elocuencia retórica o pasión por la reforma moral y justicia social.”4 La predicación de Juan Crisóstomo ayudó a encaminar a su iglesia y sociedad en dirección hacia la santidad.

1 L. Keck; The Bible in the Pulpit: The Renewal of Biblical Preaching [La Biblia en el púlpito: la renovación de la predicación bíblica], Nashville: Abingdon, 1978, 11. 2 P. Schaff, History of the Christian Church [La historia de la iglesia Cristiana], Peabody, MA: Hendrickson Publishers, 2006, 3:933. 3 C. E. Fant y W. M. Pinson Jr., eds., Biblical Sermons to Savonarola [Sermones bíblicos para Savonarola], vol. 1, Twenty Centuries of Great Preaching; vols. 13 (Waco: Word, 1971). 4 D. G. Hunter, Preaching in the Patristic Age: Studies in Honor of Walter J. Burghardt [Predicando en la era patrística: estudios en honor a Walter J. Burghardt, S. J. (Nueva York; Paulist Press, 1989), 119.

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Agustín

San Agustín es una de las figuras más importantes de la iglesia. Es descrito en la Enciclopedia de Filosofía de Stanford como “una de las figuras sobresalientes… 5 de la filosofía” y uno de los autores de mayor influencia de todos los tiempos. Sin embargo, como Peter Brown, profesor Rollins de historia en la Universidad de Princeton señala: “Durante su vida, las cartas y sermones de Agustín fueron tan importantes por su participación como obispo católico. Para ser un predicador, un seminator verbi, un “sembrador de la Palabra de Dios” para su congregación y no ser un teólogo era la descripción de trabajo de cualquier obispo romano de la antigüedad. Agustín no era la excepción. Son sus cartas y sermones los que nos llevan al corazón de su vida 6 como un líder cristiano en África del Norte. El compromiso de Agustín con la predicación se evidencia en el libro IV de su masivamente influyente “Sobre la doctrina cristiana”, considerada por muchos como el texto homilético más importante jamás escrito. El corazón del trabajo de Agustín y una de las más importantes maneras en que él influyó al mundo fue a través de su predicación. Más de un tercio de sus obras consiste en sermones; se le acredita haber predicado alrededor de 8.000 sermones. “Possidius, el primer biógrafo de Agustín y su amigo por casi 40 años, tenía la siguiente opinión del trabajo de Agustín: “Creo… que se beneficiaron aún más aquellos que pudieron escucharlo predicar en 7 la iglesia.” Agustín cambió su mundo con sus predicas. Lo mismo se puede decir de Martín Lutero.

Martín Lutero

El rol de Martín Lutero en la reforma protestante no podrá enfatizarse lo suficiente. Lutero tuvo una parte importante en una de las más dramáticas renovaciones que la iglesia cristiana jamás haya experimentado. La reforma comenzó con su concepto de sola scriptura como la nueva regla para la fe y la práctica. No es sorprendente, sin embargo, descubrir que su renovada preferencia por la Palabra de Dios lo llevara a darle una mayor prioridad a la predicación. Como señaló Kiessling: Los sermones que él desarrolló eran tan diferentes a aquellos de los últimos predicadores medievales como las obras de Shakespeare son diferentes de aquellas de sus predecesores…Su corazón estaba rebosante con una nueva idea que había rehecho su propia vida y estaba rehaciendo la de muchos de sus compatriotas y contemporáneos…Predicar nunca fue lo mismo…la nueva era comenzó en esa hora histórica cuando Lutero… aceptó el deber… [de] públicamente… predicar la Palabra de Dios .8 5 http://plato.standford.edu/entries/augustine/ (accedido el 22/02/08). 6 http://www.ctinquiry.org/publications/brown.ntm (accedido el 22/02/08). 7 G. Lawless, según es citado en la Concise Encyclopedia of Preaching [Enciclopedia Concisa de Predicación] de W.H. Willimon y R. Lischer, primera edición (Louisville; Westminster John Knox Press, 1995), 21. 8 E. C. Kiessling, The Early Sermons of Luther and Their Relation to the Pre-Reformation Sermon [Los Primeros Sermones de Lutero y Su Relación con el Sermón de Pre-Reformación] (Grand Rapids: Zondervan, 1935), 146-147.

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Más razones para predicar hoy en día

Martín Lutero tomó muy seriamente la predicación porque, en su opinión, predicar era la forma más efectiva de llegarle a la gente. En un sermón presentado el 21 de julio de 1532, Lutero predicó en contra de la idea de que la gente podía obtener lo mismo de una lectura privada de la Escritura que de escucharla proclamada por los labios de un predicador. “Aún si la leen… no es tan fructífera o poderosa como lo es escucharla través de un predicador público a quien Dios ha ordenado que diga y predique esto.”9 En sus comentarios en Malaquías 2:7, Lutero continuó defendiendo la predicación al decir: La Palabra es el canal a través del cual se da el Espíritu Santo. Este es un pasaje en contra de aquellos que menosprecian la Palabra hablada. Los labios son los depósitos públicos de la iglesia. Solo en ellos se guarda la Palabra de Dios. Verá, a menos que la Palabra se predique públicamente, se escapa. Mientras más se predica, más firmemente se retiene. La lectura no es tan provechosa como escucharla, porque la voz viva enseña, exhorta, defiende y resiste el espíritu de error. Satanás…huye ante la pronunciación de la Palabra. 10 Lutero tomaba seriamente la predicación porque quería crear una gran diferencia en su mundo. Y funcionó. Un erudito luterano, Daniel Olivier, afirma que: “la influencia de Lutero se debió al amplio carácter de sus predicaciones evangélicas.”11 La predicación de Martín Lutero ayudó a rehacer las vidas de una cantidad indefinida de personas. Y somos los felices beneficiarios de su trabajo en el púlpito.

Juan Calvino

Juan Calvino, otra prominente figura de la reforma protestante, es mejor conocido por su incomparable trabajo teológico “Institución de la religión cristiana”. Sin embargo, lo que muchos no saben, es que Calvino dedicó a menudo sus mejores energías al púlpito de su iglesia en Ginebra. Calvino predicaba dos sermones diferentes cada domingo, además de cada día en semanas alternadas (6:00am/7:00am en el invierno). Un promedio de 170 sermones por año.12 Olivier Fatio afirma el papel central que la predicación ocupaba en el ministerio de Calvino: “En las tres iglesias de la ciudad [su predicación] resonaba cada día de la semana… con sermones que duraban más de una hora.” 13 ¿Por qué le dio Calvino tal énfasis a la predicación? Porque para él, predicar “era como una ‘visita’ de Dios, a través de la cual Él extiende Sus manos para acercarnos a Él”; Calvino estaba convencido de que la principal tarea del predicador era exponer la Santa Escritura, lo que es, por así decirlo, la voz de Dios mismo.”14 Juan Calvino cambió su mundo para la gloria de Dios. Y la predicación fue una

parte importante de esta transformación.

9 M. Lutero, et al., Works [Trabajos], American ed. (Saint Louis: Concordia Pub. House, 1955), 64, n. 66. 10 Ibid., 401, 18. 11 D. Olivier, Luther’s Faith: The Cause of the Gospel in the Church [La Fe de Lutero: La Causa del Evangelio en la Iglesia] (St. Louis: Concordia, 1982), 110. 12 R. Reymond, John Calvin: His Life and Influence [Juan Calvino: su vida e influencia] (Evangelical Press), 84. 13 O. Fatio, Christian History [Historia Cristiana] (vol. 5, no. 4): 10. 14 T. H. L. Parker, Calvin’s Preaching [Las Predicaciones de Calvino] (Louisville: Westminster John Knox Press), 17.

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PREDICACIÓN PROFUNDA

Juan Wesley

Considere a Juan Wesley, el fundador del metodismo. A principios del siglo dieciocho, Inglaterra estaba en problemas morales. “Las diversiones populares eran bastas, un gran analfabetismo, ley de brutal imposición, las cárceles hedían a enfermedad e iniquidad. La embriaguez era más popular que en ningún otro período en la historia inglesa.”15 Inglaterra necesitaba ayuda y esa ayuda llegó en la forma de Juan Wesley. El número quince de diecinueve hijos, Juan Wesley fue educado en Oxford, en donde formó el “club santo” cuyos miembros ganaron el apodo de “metodistas” por sus regulares prácticas religiosas. En 1739, cuando la iglesia de Inglaterra se rehusó a permitir que Wesley predicara dentro de sus iglesias, Wesley, alentado por George Whitefield, comenzó a predicar afuera a las masas inglesas. Y no solamente a un puñado de personas. “En su primera ocasión al aire libre el 2 de abril de 1739, predicó para 3.000 personas – ¡en un lunes! Para junio de ese año estaba predicando para alrededor de 14.000 personas de Blackheath.” 16 De todos sus impresionantes logros, quizás el aspecto más fenomenal de su vida fue su riguroso horario de predicación. Se estima que viajó más de 200.000 millas a caballo por Inglaterra, Escocia e Irlanda y que predicó alrededor de 42.000 sermones. El impacto de sus sermones era innegable. Cuando murió en Londres en 1791, su trabajo “había revolucionado la condición religiosa de las clases medias y bajas de Inglaterra.”17 Sin embargo, el impacto de sus predicaciones iba más allá de solo la reforma espiritual. Sus denuncias de errores de la justicia en el sistema judicial, malas condiciones de sus cárceles, prácticas electorales corruptas, políticas gubernamentales que perjudicaban al pobre, al igual que sus llamados hacia una reforma educativa y la eliminación de la esclavitud y el comercio de esclavos transformaron a la sociedad británica. El historiador Earle E. Carins reconoce el enorme impacto de la predicación de Juan Wesley cuando señala: Los historiadores fácilmente reconocen que el metodismo está clasificado junto con la Revolución francesa y la Revolución industrial como unos de los grandes fenómenos históricos del siglo, y algunos comparten la idea de que la predicación de Wesley salvó a Inglaterra de una revolución similar a la de Francia.18 Nada mal para un predicador. Cuando Dios quiso transformar a Inglaterra envió a un predicador llamado Juan Wesley. Cuando Dios quiso hacer un trabajo similar en América, envió a un predicador llamado Jonathan Edwards.

15 W. Walker, A History of the Christian Church [Una historia de la iglesia cristiana], 4ta ed. (Nueva York: Scribner, 1985), 596-97. 16 P.S. Wilson, A Concise History of Preaching [Una historia concisa de la predicación] (Nashville: Abingdom, 1992), 130. 17 Walker, A History of the Christian Church [Una historia de la iglesia cristiana], 605. 18 E. E. Cairns, Christianity through the Centuries [El cristianismo a través de los siglos: una historia de la iglesia cristiana, rev. and enl. ed, (Grand Rapids, Zondervan, 1981), 382.

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Más razones para predicar hoy en día

Jonathan Edwards

Aunque las colonias americanas pudieron haber sido establecidas por puritanos profundamente espirituales que querían construir una “ciudad asentada sobre un monte”, que fuera un modelo para el mundo entero, este entusiasmo no duró. Durante los años 1700, América no tenía un firme deseo de rectitud. El historiador J. Edwin Orr describe este período de la historia americana como decadente. En este momento, la asistencia a la iglesia era aún más baja. Más niños nacían fuera de matrimonio que con el beneficio de una familia de dos padres. El alcoholismo era desenfrenado y, la iglesia tan debilitada, que muchos pastores tuvieron dificultad encontrando sus púlpitos los domingos por la mañana. Fue en este ambiente que un alto, delgado, miope y brillante pastor llamado Jonathan Edwards caminó hasta su púlpito en Northampton, Massachusetts. El sermón que predicó el 8 de julio de 1741 se titulaba “Pecadores en manos de un Dios airado.” Uno de los sermones más famosos de la historia americana, este sermón fue utilizado por el Espíritu Santo para transformar cientos de vidas y provocar el Gran Despertar. Este avivamiento fue impulsado por el trabajo de otro predicador George Whitefield, y el impacto fue innegable. De una población de 300.000 en Nueva Inglaterra, 30.000 recién convertidos se sumaron a las iglesias…150 nuevas congregaciones fueron formadas únicamente por pastores congregacionales en veinte años. La mejoría moral en los pueblos de Nueva Inglaterra fue generalmente reconocida. Un historiador llamó a la obra “el más glorioso y extensivo reavivamiento de la religión y transformación de costumbres” que el país haya jamás visto… El Despertar tuvo un efecto inmediato en la educación…[para la educación de los ministros]… Se establecieron nueve universidades en las colonias durante los treinta años siguientes a 1740 y seis de ellas surgieron directa o indirectamente del Despertar: Brown, Columbia, Dartmouth, Pennsylvania, Princeton y Rutgers. Los primero cinco presidentes de Princeton fueron evangelistas sobresalientes…La preocupación por las misiones aumentó con el Despertar y el movimiento fue motivo de grandes sacrificios para evangelizar a los aborígenes y negros esclavos…posturas de origen evangélico contra la esclavitud, apoyado por las fuerzas del humanitarismo liberal triunfaron finalmente sobre la reacción religiosa y secular.19 Es difícil sobrestimar el impacto revolucionario que el Gran Despertar tuvo en los Estados Unidos de América. Comparado con las muchas naciones del mundo que no han experimentado tal poderoso movimiento de Dios. América, con todas sus faltas es aún considerada como una nación cristiana. El legado del Gran Despertar continúa hoy. Y todo comenzó por un pastor en su púlpito. Cuando Dios quiere cambiar al mundo, Él envía a un predicador a hablar sobre su poderosa Palabra. La Palabra de Dios ha dado forma a los corazones humanos y la historia en el pasado y continuará haciéndolo en el futuro. La fuerza del sermón 19 J. E. Orr, The Re-study of Revival and Revivalism [El re-estudio del avivamiento] (Pasadena, CA: 1981), 6-7.

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PREDICACIÓN PROFUNDA

puede verse tanto tecnológica como históricamente. La forma en que usted y yo podemos tener un impacto más significativo en nuestro mundo es abriendo nuestras Biblias y hablando de ella. Pero si la teología y la historia no son suficientes para lograr que usted haga su mejor esfuerzo y energía en la tarea de predicar, quizás el pragmatismo sí lo hará. Yo predico por razones teológicas e históricas, pero también predico por razones pragmáticas. Predicar funciona.

Razones pragmáticas para predicar

Mi buen amigo y colega de la escuela Talbot de Teología, Donald Sunukjian, escribió en una de sus tesis doctorales:“El discurso oral es el medio más efectivo para comunicación religiosa, y… nada, por muy capaz y efectivo que sea, de forma impresa, radio, trabajo pastoral o alabanza litúrgica ocupará jamás el lugar del predicador.” 20 ¿Está Sunukjian en lo correcto? ¿O es culpable de exagerar el caso para los predicadores? Piense acerca de esta afirmación por un momento. Él no está diciendo que las otras formas de comunicación religiosa no son válidas o provechosas. Él está diciendo que ninguna otra forma de comunicación es tan efectiva como un predicador hablando personalmente la Palabra de Dios. Esta es una declaración osada. ¿Es verdadera? Después de todo, los libros dan sus mensajes por mucho más tiempo que los predicadores de carne y hueso. Los DVD nunca están muy cansados para predicar en varios servicios de alabanza y en varios lugares. Y las señales de radio pueden penetrar en partes del mundo en donde usted ni yo podremos obtener visas para entrar. La alabanza litúrgica puede ser impresionantemente importante. ¿Qué puede hacer un predicador local que un video de alta definición en un iPhone no pueda hacer, aun cuando esté equipado con el programa más reciente? La predicación pertenece a la encarnación. La predicación es una “aplicación” brutal porque es comunicación encarnacional. La mejor manera de comunicar un mensaje es hacerlo en persona. Digo esto porque una comunicación en persona es la manera que Dios escogió para expresarse a sí mismo. El Dios que puede hacer cualquier cosa escogió comunicarse de forma personal, encarnándose. Mi respuesta para aquellos que cuestionan el valor de la comunicación mediante la encarnación es preguntar: “¿Por qué Jesús no vino a la tierra sólo por un fin de semana largo?” ¿Si la única razón por la que Jesús se hizo humano fue para morir en la cruz, por qué sólo no vino a este planeta polvoriento por un fin de semana de cuatro días? Eso le hubiera dado suficiente tiempo para morir en la cruz y resucitar al tercer día. El sacrificio expiatorio de la cruz pudo haber sido cumplido con rapidez.

20 D. R. Sunukjian, The Homiletical Theory of Expository Preaching [La Teoría Homilética de la Predicación Expositiva] (sin publicar Ph. D. diss; Universidad de California, 1974), 36.

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Más razones para predicar hoy en día

¿Entonces por qué Jesús compartió este planeta con nosotros por 33 años? ¿Cuál era el propósito de quedarse por tanto tiempo? ¿Estaba aburrido del cielo? ¿Disfrutaba del estrés y tensión de la vida de campesino en el primer siglo? Difícilmente. Cuando Dios se quería expresar más claramente, se encarnó, vino en persona. Jesús, la imagen del Dios invisible, vino en carne para mostrarnos al Dios invisible. Por esto es que Jesús dice: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre.” 21 Cuando Dios quiso comunicar el mensaje más importante en la historia, utilizó la estrategia de comunicación más efectiva: comunicación encarnacional. ¿Por qué es tan efectiva la comunicación encarnacional? 1. Los sermones que se dan en persona están cargados de credibilidad personal. Cuando usted ofrece un mensaje en persona, es la viva representación del mensaje. Su persona importa. Cambia cómo las personas reciben el mensaje que están escuchando. Es por esto que la mayoría de las personas le creyeron a un mensaje que dio el General Colin Powell sobre Richard Nixon. Por esa razón usted le cree a su mejor amigo en vez de a un extraño en una parada de buses. El respeto que su congregación le tiene cubre sus sermones como la pintura en la pared de una habitación. Quien usted es, pinta todo lo que dice. Usted no es una representación electrónica de un extraño en una ubicación distante, como charlatanes en canal de compras por televisión. Cuando usted está en carne y hueso frente a personas que conoce y estas personas le conocen, está dando su garantía personal sobre la veracidad de su mensaje. Su integridad garantiza la integridad de su sermón. Es más probable que confiemos en quienes conocemos que en extraños que nos sonríen desde la portada de una revista. La gente confía en los mensajes dados por personas que conocen. 2. La comunicación encarnacional se adapta a la audiencia. Cuando yo predico a la gente en persona –y no en CD o DVD– puedo ver y escuchar hasta dónde las personas están entendiendo y aceptando mi mensaje. Puedo “ajustar” lo que estoy diciendo a una determinada audiencia basándome en su respuesta inmediata. Si pareciera que no están comprendiendo una parte de mi sermón, puede que añada una metáfora que no tenía planeada, o me tome tiempo adicional para explicar el contexto original del pasaje bíblico. Cuando estoy presente ante las personas que escuchan mi mensaje, puedo adaptar mi mensaje para una máxima efectividad. Uno no se puede adaptar a la audiencia en la radio porque las bocinas del radio no pueden recibir información simultánea de su audiencia. Ni tampoco uno se puede adaptar a la audiencia de un DVD o CD. Los medios requieren 21

Jn 14:9.

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PREDICACIÓN PROFUNDA

que la audiencia presente reciba una exposición que fue mostrada a una audiencia diferente (¡o a ninguna!) en un lugar y momento diferente. La ropa de tamaño genérico le entalla bien a muy poca gente. Los sermones genéricos sufren de la misma deficiencia. Preferimos sermones a la medida, sabiendo que el predicador está hablándonos específicamente a nosotros, de la misma forma que preferimos ropa hecha a la medida. Compramos ropa que se acomoda a nuestro cuerpo y compramos mensajes que se acomodan a las situaciones de nuestras vidas. 3. Su presencia ofrece evidencia de cuán valiosa piensa usted que es su audiencia. Es bastante fácil hacer una llamada. Es más fácil aún mandar un correo electrónico masivo. Pero cuando lo que usted quiere es que la persona con quien usted habla sepa que usted lo valora y que usted piensa que es muy importante que él comprenda y responda a su mensaje, tiene que presentarse en persona. Envíe flores si quiere, pero nada expresa más amor a su madre que cantarle el feliz cumpleaños en persona, ¡aún si canta desafinado! Los comunicadores a quienes mejor respondemos son aquellos que podemos ver, oír y tocar. Respondemos porque a ellos les importaba tanto que vinieron. Es imposible negar el valor de la comunicación encarnacional. Ciertamente el mundo secular reconoce el valor de la comunicación en persona. ¿Por qué otra razón, en nuestros días de altos precios de energía y costosos viajes aéreos, podrían las compañías exitosas gastar grandes sumas de dinero para enviar a un vendedor al otro lado del mundo? Porque quieren cerrar el trato. Y ellos saben que la comunicación más efectiva es la comunicación persona a persona. Si el cliente es valioso, mandan a una persona, no un correo electrónico para cerrar el trato. ¿De qué otra manera explica usted el fenómeno de los conciertos de rock? Hace algunos años mi esposa, Nola, compró un par de boletos para asistir a un concierto local de Paul McCartney. Yo soy fanático de Paul McCartney (¡para infortunio de mis hijos!) y tengo la mayoría de sus CD. En camino a su concierto, Nola y yo escuchábamos su más reciente álbum en nuestro carro y tengo que decir que la calidad del sonido allí es buenísima. También lo era la comodidad. Cuando llegamos al Honda Center para el concierto, no había duda de que la calidad del sonido sufriría. ¡Era una pista de hockey! No estaba diseñado para la excelencia acústica. Como si fuera poco, los asientos eran duros y no tenían mucho espacio para las piernas. ¡Y el estar rodeado de 17.000 fanáticos gritando no iba a mejorar la calidad del sonido! ¿Entonces por qué ir a escuchar canciones que ya me sabía, que no iban a sonar mejor de lo que sonaban en mi carro? Porque yo quería ver a Paul McCartney en persona. Yo quería verlo tomar su guitarra y tocar “Yesterday”. Como cualquiera que ha estado en un concierto le puede decir, ¡no hay nada como ver a una banda en vivo! Estoy además convencido del valor de la comunicación mediante la encarnación después de ver la más reciente campaña presidencial. ¿Por qué Hillary Clinton, John McCain y Barack Obama no dependieron de correos electrónicos y publicidad televisiva para tratar de ganar las elecciones? 48


Más razones para predicar hoy en día

¿Por qué gastaron millones de dólares volando a cada estado en la unión?¿Por qué trabajaron tan duro hasta el agotamiento tratando de estrechar la mano de cada votante en el país? Porque ellos saben que si usted los escucha hablar y lo miran a los ojos como ellos lo hicieron, es mucho más probable que usted crea en su mensaje. Ellos saben que si usted los ve y le estrecha la mano es muy probable que vote por ellos. Ese es el poder de la presencia, el poder de la encarnación, un poder que cada pareja de casados ha experimentado. Si usted está casado, hubo un momento en el cual usted decidió “hacer la gran pregunta”. ¿Dígame, cómo paso? ¿Cómo se hizo esa “gran pregunta”? ¿Lo hizo vía e-mail? ¿Escribió una postal? ¿Hizo una llamada? Probablemente no. Es muy extraño que cualquiera pregunte a larga distancia si alguien quiere ser su esposa. ¿Por qué? ¿Por qué, cuando es posible, escogemos presentarnos en persona a hacer tan importante pregunta? Porque usted quiere que la respuesta sea “sí”. Porque usted sabe intuitivamente que la forma más efectiva de comunicación. La mejor manera de obtener una respuesta positiva a su tan importante pregunta es hacerla en persona. Al presentarse, usted personalmente garantiza la autenticidad de sus palabras. Su presencia indica que usted está hablando en serio. Porque usted llegó en persona también pudo adaptar su mensaje dependiendo de la respuesta. ¿Tiene usted que decir más? ¿Ha dicho lo suficiente? Usted no lo sabría si hubiera programado que se enviara un mensaje electrónicamente pregrabado. Llegar personalmente y hacer la pregunta también comunica qué tanto valora usted a su futura compañera de vida. Usted estaba diciendo de forma no verbal que nada ni nadie es más importante para usted que ellos. La mejor manera de comunicar exitosamente mensajes importantes es hacerlo encarnacionalmente. Así es en temas de romance al igual que de fe. El apóstol Pablo estaba convencido de que la predicación tenía la habilidad única de lograr espiritualmente lo que ninguna otra forma de comunicación puede lograr. Por eso, él le escribió a la iglesia de Roma: “De allí mi gran anhelo de predicarles el evangelio también a ustedes que están en Roma.”22 No se pierdan lo obvio aquí. Pablo escribió este verso como parte de una Escritura inspirada, una verdadera forma de comunicación espiritual. Sin embargo, de acuerdo con el apóstol Pablo, predicar tiene una habilidad de comunicar la verdad que no puede ser reemplazada, ¡ni aún por la sagrada escritura! No hay substituto para el poder de la encarnación de una persona real hablando la palabra de Dios a la gente real. Don Sunukian estaba en lo correcto: “el discurso oral es el medio más efectivo para la comunicación religiosa.” 23 Sé que estamos viviendo en una época en que un creciente número de iglesias están escogiendo “predicar” electrónicamente en lugares remotos. La razón que se da para esta tendencia es que el predicador pregrabado es tan bueno que ningún predicador local pudiera igualar su habilidad. Pero tengamos cuidado al utilizar lo electrónico como una solución a largo plazo ante la escasez de predicadores de 22 23

Rom 1:15. Vea nota 20, arriba.

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PREDICACIÓN PROFUNDA

calidad. Sugiero que una mejor utilización de nuestros recursos es el desarrollo de más predicadores buenos. Los predicadores eficaces que hablan en persona tienen un potencial mayor de cambiar vidas que los monitores de pantalla ancha. Sólo piénselo. ¿Piensa usted que Billy Graham obtiene mejor respuesta cuando hace una campaña “en vivo” o cuando una campaña pregrabada sale al aire por televisión? Los predicadores más eficaces son los que se presentan ante sus congregaciones. Los mejores sermones predicados este domingo no serán dados por una súper estrella maquillada, vía satélite a un mundo que espera. Los sermones que tocarán vidas de forma más importante este fin de semana serán predicados por pastores de iglesias locales que conocen y son conocidos por sus congregaciones, quienes se paran y dan una garantía personal al mensaje que brindan, adaptan su mensaje para su congregación, y demuestran su amor por la gente al estar con ellos.

La predicación funciona

Haddon W. Robinson muchas veces dice: “Algo no es verdadero porque esté en la Biblia. Está en la Biblia porque es verdadero”. Con esto quiere decir que cuando Dios manda o prohíbe ciertas actitudes o acciones, no está siendo arbitrario o caprichoso. Cuando Dios nos dirige hacia algo o nos aleja de algo en las Escrituras, está haciéndolo por nuestro bien. Los mandatos de Dios vienen del corazón de quien solamente y siempre quiere lo mejor para nosotros. Aunque esto aplica para todo lo de la vida, también aplica para la predicación. Yo predico para ser obediente a las Escrituras como un pastor de la iglesia de Cristo. Pero también le dedico mis mejores energías a predicar porque sé que funciona. La carga de predicar se hace mucho más ligera cuando uno está convencido que predicar es la mejor manera de utilizar su tiempo. Es más fácil cuando estoy convencido que predicar no es solo fiel a las Escrituras sino también realmente efectivo en el ministerio. Dios llama a los pastores a predicar las Escrituras porque es la mejor manera de utilizar nuestro tiempo y energía. Esto es muy claro cuando examina los resultados de un nuevo estudio que le pregunta a la gente nueva de una iglesia por qué se unieron. En 2005-2006, mis colegas del Talbot School of Theology, Michael Anthony y Gary McIntosh realizaron un estudio con 1.081 personas que durante los últimos dos años se unieron a una iglesia evangélica. Las personas que analizaron venían de 741 iglesias: 55% de ellos habían nacido dentro de la tradición bautista, 16% de la tradición Wesleyana y 29% de otras tradiciones evangélicas. EL grupo estudiado era conformado por 40% de hombres y 60% de mujeres. También eran representativos de un amplio espectro de edades: Constructores (antes de 1945)

17%

“Baby Boomers” (1946-1964)

47%

Generación X (1965-1983)

40%

Del milenio (después de 1984)

6%

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Más razones para predicar hoy en día

Las 1.081 personas que estudiaron provenían de una amplia gama de lugares: Metrópolis

7%

Ciudad grande

8%

Ciudad mediana

28%

Ciudad pequeña

40%

Pueblo pequeño

15%

Rural

2%

¿Por qué estos 1.081 decidieron asistir a la iglesia que asistieron? Sorprendentemente, 51% de los encuestados dijo que la ubicación de la iglesia no era importante. ¿Qué era importante? Aquí están las cinco primeras razones:

1. Predicación del pastor 2. La posición teológica de la iglesia 3. Estilo de música y alabanza 4. Otro 5. Programa para grupos de cada edad Cuando se le preguntó a estas 1.081 personas específicamente si la predicación del pastor era un factor importante en su decisión de asistir a su iglesia, el 91% dijo que si lo era. El más grande factor en el crecimiento de una iglesia hoy es la predicación del pastor. El estudio de Anthony-McInctosh no es el primero en afirmar la importancia de la predicación. En 2001, la iglesia presbiteriana (EE.UU.) recolectó datos de más de 300.000 personas en los EE.UU. que alababan por un fin de semana en 2001 dentro de 2.200 congregaciones de más de 50 grupos religiosos. Ellos afirman haber llevado a cabo la encuesta más grande de fieles jamás llevada a cabo en los EE.UU. El propósito de su “Encuesta de vida de las congregaciones de los Estados Unidos” era identificar los factores claves relacionados con el crecimiento de la iglesia. Como parte de la misma, ellos entrevistaron a “nuevas personas” y les preguntaron qué los impresionó y les hizo querer regresar. La calidad del sermón estuvo clasificado como número uno. 24 Pastores, por favor noten y confíen en estos estudios. Ellos le dicen que no hay nada que usted puede hacer que tenga mayor impacto positivo en la salud y el crecimiento de su iglesia que predicar, y predicar bien. Le dicen que el mandato de Dios para que usted predique no es solo la verdad porque está en la Biblia; está en la Biblia porque es verdad. Dios escogió utilizar algo tan sencillo como predicar para hacer crecer Su iglesia. 24 Vea Congregaciones de los Estados Unidos, U.S. Congregational Life Survey [Encuesta de la Vida Congregacional de los Estados Unidos], ed. Research Services Presbyterian Church, USA (2001), http://www. uscongregations.org (accedido el 19 de julio de 2008).

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PREDICACIÓN PROFUNDA

La predicación no es algo que podemos tirar como las camisetas desteñidas o los pantalones con botas acampanadas de los 70. Predicar no es una moda. Es tan importante para la misión de la iglesia como oración y evangelismo. Predicar es una necesidad pastoral. Dios utiliza la predicación como retroexcavadoras para remover las montañas de pecado. Dios utiliza las predicaciones como cirujanos torácicos para reparar corazones obstinados. Dios utiliza a los predicadores como porristas para alentar a quienes se están cansando en Su servicio. Dios utiliza a los predicadores para lograr Sus propósitos. ¿Por qué predico? Yo predico por razones teológicas, razones históricas, y razones pragmáticas. Predico porque “tan difícil y desafiante como sea predicar en el mundo de hoy, sigue siendo central para la causa del reino de Dios, para la salud de la iglesia, y para el cumplimiento del ministerio” 25 Predico porque “predicar es indispensable para el cristianismo. Sin predicación se pierde una parte esencial de su autenticidad. Porque el cristianismo es, en su esencia, una religión de la Palabra de Dios.” 26

25 J. C. Barry, Preaching in Today’s World [Predicando en el mundo de hoy] (Nashville; Broadman Press, 1984), 7. 26 J. R. W. Stott, Between the Two Worlds [Entre Dos Mundos] (Grand Rapids; Eerdmans, 1982), 15.

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Capítulo 4

Inicie con su corazón El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca. 1

L

as implicaciones de las palabras de Jesús para el predicador son inmensas. Quiere decir que lo que somos impacta cómo predicamos. El carácter del predicador tiene un impacto profundo en el contenido de los sermones que predica.

La gente superficial no puede predicar sermones profundos. Los sermones profundos solo provienen de gente que disfruta una relación profunda con Dios. Aunque le guste o no, la condición de nuestra relación personal con Dios controlará nuestro ministerio público para Dios. Los vientos de Santa Ana del Sur de California soplan hacia los condados de Orange y Los Ángeles con un calor y ferocidad que tienen que experimentarse para creerlos. Son huracanes calientes que lo dejan sintiéndose como que está al final de un enorme secador de cabello. La razón por la que están tan calientes –y causan tantos incendios forestales – es obvia. El viento está soplando a través de los cañones en forma de embudos desde el desierto hasta la ciudad. Los vientos de Santa Ana son muy peligrosos porque vienen del desierto Mojave. De la misma manera, los climas fríos crean vientos fríos. Los vientos que soplan hacia el sur desde el ártico canadiense son muy fríos porque pasan sobre millas de hielo y nieve congelada. Los sermones tienen orígenes similares. Las palabras de cada sermón predicado vienen del corazón de un predicador. La temperatura del corazón del predicador 1

Lc 6:45.

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PREDICACIÓN PROFUNDA

determinará la temperatura de sus mensajes. Los corazones congelados siempre crearán una atmósfera de frígida espiritualidad. Pero los corazones de los predicadores que han estado “extrañamente calentados” crean una agradable atmósfera que estimulan el crecimiento espiritual de todos los que viven dentro de su influencia. Una gran predicación comienza con una gran relación con Dios. Es imposible que un predicador pueda compensar una relación que se ha enfriado, porque “de la abundancia del corazón habla la boca.” Así que déjeme hacerle una pregunta muy personal. ¿Cuál es su temperatura espiritual? ¿Dónde está usted con Dios? ¿Cómo describiría usted su relación con el Padre Celestial? ¿Qué metáfora sería más acertada? El segundo mandamiento podría ayudarlo a entender dónde está usted espiritualmente.

¿Quién es Dios para usted?

Por encima, el segundo mandamiento parece muy distante a nosotros: No te hagas ningún ídolo, ni nada que guarde semejanza con lo que hay arriba en el cielo, ni con lo que hay abajo en la tierra, ni con lo que hay en las aguas debajo de la tierra. No te inclines delante de ellos ni los adores. Yo, el Señor tu Dios, soy un Dios celoso. Cuando los padres son malvados y me odian, yo castigo a sus hijos hasta la tercera y cuarta generación. Por el contrario, cuando me aman y cumplen mis mandamientos, les muestro mi amor por mil generaciones.2

Muy pocas veces me encuentro con gente que lucha con la tentación de quemar incienso o de inclinarse a adorar imágenes de toros, águilas o monos, así que, ¿qué tan relevante puede ser esto para nosotros? Este mandamiento parece estar dirigido hacia tiempos, culturas, y tierras lejanas, más que para la gente acomodada, educada, del siglo veintiuno a quienes frecuentemente les hablamos. ¿Pero qué es la idolatría? En esencia, un ídolo es una representación de Dios. Es un intento de capturar Su esencia. Y ya que ninguna imagen física o mental puede capturar completamente el carácter completo de Dios, la idolatría lleva a la gente a darle menos valor a Dios de lo que realmente tiene. La idolatría es una vista disminuida de Dios. Pensándolo de esta manera, la idolatría no parece tan distante de nosotros. Muchos de nosotros sufrimos de una vista disminuida de Dios. ¿Cómo ve usted a Dios? Algunos consideran a Dios como un navegador satelital. Para ellos, Dios tiene una misión para que la cumplan y un destino a donde deben llegar. Y Él se sienta en el tablero de sus vidas diciéndoles qué hacer: “Gire a la izquierda aquí. Recorra 500 pies y gire a la izquierda. Luego avance 21 millas y tome la salida a la derecha.” Para estos individuos, Dios tiene un trabajo que nosotros debemos hacer, y nuestro trabajo es simplemente hacer lo que nos dicen. Aunque es verdad que debemos obedecer a Dios, Dios quiere mucho más de nosotros que solo una obediencia ciega. Dios escoge utilizarnos para Su gloria y promete guiar nuestras sendas, pero no somos sólo abejas obreras en el panal de Dios. Y Dios no quiere que seamos sus abejorros. 2

Éx 20:4-6.

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Otros piensan que Dios es el “Dios de la Biblia”, atado con cuero y cubierto en polvo. Una vez más, estas personas tienen algo de razón. Dios nos ha dado la Biblia, pero Dios no es la Biblia. Conocemos a Dios a través de las Escrituras, pero Dios no está contenido en la Biblia. Es erróneo pensar que podemos comprender completamente a Dios al comprender completamente el contenido de Su libro. El conocimiento de Dios no se mide en versos memorizados y libros teológicos aprendidos. Saber cosas sobre Dios no significa conocer a Dios. Satanás tiene buena teología, pero está muy lejos de Dios. Dios no es la Biblia. Dios quiere que lo conozcamos como persona, no como una materia en la escuela. Aun así, la imagen que tienen otras personas de Dios es la de un mal carro inglés. Yo amo los carros ingleses, pero no todos los carros que vienen de ese país merecen nuestra admiración. De adolescente tenía un amigo que poseía un Triumph TR6. ¡Él amaba ese carro! Era hermoso verlo y maravilloso manejarlo. El problema llegó cuando él decidió “actualizarlo” a un Triumph TR7. Ese carro era un perdedor. Destruyó su corazón y su cuenta bancaria. Era maravilloso manejar el TR7, pero rara vez funcionaba. ¡Su sistema eléctrico se incendió y tuvo que ser reemplazado por lo menos dos veces! Mi amigo amaba tanto ese carro que iba al mecánico y decía: “¿Qué tengo que hacer para que este carro funcione? ¡Haré (y pagaré) lo que usted me pida!” La gente piensa que Dios es como ese carro. Vienen a Dios a decir, “¿Dios, ¿qué tengo que darte para que hagas que mi vida funcione? ¿Qué tengo que darte para que mi vida avance? ¿Quieres más dinero? ¿Más oración? ¿Trabajo voluntario en la guardería? Yo haré lo que me pidas.” Pero Dios no es un carro temperamental. Él no quiere que dejemos nuestras cosas para complacerlo. Dios pide más, mucho más. ¿Quién es Dios? Es tan fácil para nosotros establecer una imagen idólatra de Dios que es mucho menos de lo que Él realmente es. Es fácil para nosotros adoptar una imagen que reduce a Dios a un tamaño y forma aceptables. ¿Pero cómo evitamos los peligros de idolatría que ha plagado al pueblo de Dios a lo largo de la historia? ¿Cómo podemos acertada y adecuadamente hacernos a la idea de la persona de Dios? Permítame sugerirle que adopte una imagen diferente de Dios. Él no es un navegador satelital, un libro ni un carro inglés. Déjeme sugerirle una de las imágenes dominantes utilizadas por Dios en las Escrituras. Sugiero que comience a pensar en Dios como su amante.

El amante divino

La imagen de Dios como un amante divino satura la Biblia. Consideren a Oseas. Cuando Dios quiso comunicar al pueblo de Dios que había caído profundamente en la idolatría, Dios envió al profeta Oseas al reino del norte con el mandato de hablar de Dios a través de palabras y obras. Para ayudar a esta obstinada nación a redescubrir al Dios verdadero, Dios le pidió a Oseas que se casara con una prostituta. El matrimonio de Oseas ejemplificaría el tipo de relación que Dios quería tener con el pueblo del reino del norte. Dios le estaba diciendo a su profeta: “Quiero

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que ames a esta mujer, apasiónate por esta mujer para que estas personas vean lo mucho que los amo y lo apasionadamente que deseo que ellos me amen de vuelta.” Me habló una vez más el Señor, y me dijo: «Ve y ama a esa mujer adúltera, que es amante de otro. Ámala como ama el Señor a los israelitas, aunque se hayan vuelto a dioses ajenos y se deleiten con las tortas de pasas que les ofrecen». Compré entonces a esa mujer por quince monedas de plata y una carga y media de cebada, y le dije: «Vas a vivir conmigo mucho tiempo, pero sin prostituirte. No tendrás relaciones sexuales con ningún otro hombre. ¡Ni yo te voy a tocar!». 3 El apasionado amor de Dios por Su pueblo es como el amor de un esposo por su esposa. De hecho, la palabra traducida como “hombre” en el verso final es a menudo mejor conocida como “esposo”. Uno de los usos más comunes…es en el sentido de “esposo.” La palabra por primera vez obtiene significado en este sentido en Génesis 2:23-24 donde se describe el origen de la mujer. Mientras que el origen de issa viene de is sugerido en este pasaje, es difícil filológicamente (ya que puede que solamente sea un juego de palabras), no hay duda de que las palabras: “Esta sí es hueso de mis huesos… Se llamará “mujer” porque del hombre fue sacada.” (v. 23), comunican una cercana e íntima relación que Adán no pudo hallar aparte de aquella que compartía su propio rango y naturaleza; de hecho, su propia vida. Esto refleja el deseo de Dios de proveer al hombre con una compañía que pudiese ser su contraparte intelectual y física.4 Dios está diciendo aquí que Él quiere estar en una relación que sea por lo menos tan apasionada e intensa y consumidora como aquella que disfrutaron Adán y Eva el uno con el otro mientras retozaban por el Jardín del Edén. Dios no es un Dios remoto y distante que opera como una súper computadora divina. Él no es nuestro abuelo, nuestro tío o nuestro jefe. Él es nuestro amante. Dios ama a su pueblo con un fervor casi vergonzoso. Y Él quiere que Su pueblo le pague con la misma moneda. Escuche la pasión absoluta en la voz de Dios cuando llama a su pueblo a través de Oseas: Por eso, ahora voy a seducirla: me la llevaré al desierto y le hablaré con ternura. Allí le devolveré sus viñedos, y convertiré el valle de la desgracia en el paso de la esperanza. Allí me corresponderá, como en los días de su juventud, como en el día en que salió de Egipto. En aquel día —afirma el Señor—, ya no me llamarás: “mi señor”, sino que me dirás: “esposo mío. 3 Os 3:1-3. 4 R. L. Harris, G. L. Archer, and B. K. Waltke, Theological Wordbook of the Old Testament [Libro Teológico del Antiguo Testamento], 2 vols., (Chicago: Moody Press, 1983) 38.

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Yo te haré mi esposa para siempre, y te daré como dote el derecho y la justicia, el amor y la compasión. Te daré como dote mi fidelidad, y entonces conocerás al Señor. Yo la sembraré para mí en la tierra; me compadeceré de la “Indigna de compasión”, a “Pueblo ajeno” lo llamaré: “Pueblo mío”; y él me dirá: “Mi Dios”. 5 Si esto suena como un pretendiente cortejando a su novia, lo es. Aquí Dios está seduciendo a su pueblo a que se rindan a sus insinuaciones. Él está llevándola a una relación más intensa con Él, el tipo de intimidad que una vez existió entre Dios y la humanidad en el Jardín del Edén. La creación testifica la pasión que Dios quiere tener con nosotros. ¿De qué otra forma se explica que Dios haya creado un mundo tan hermoso? Ciertamente no estaba obligado a hacerlo. No fue forzado a crear una variedad ilimitada de árboles, arbustos y flores. No tenía por qué crear tantos diferentes tipos pájaros, animales y reptiles en donde ningún zoológico en el mundo es capaz de tener un espécimen de cada especie. No tenía que crear los impresionantes paisajes que cubren nuestro mundo – montañas, desiertos, bosques lluviosos y praderas-. Pero lo hizo. Dios nos colma con sus recursos y creatividad ilimitada para producir un planeta que es la envidia de todo el universo. Y en el centro de todo estaba un jardín llamado Edén. Aquí, Dios cultivaba un jardín que era tan refinado en su belleza, así como el resto del mundo era diseñado en su majestad. ¿Por qué Dios hizo tan extraordinarios esfuerzos para lograr un mundo y jardín tan hermosos? Pasión. Dios trabajó en el mundo por la misma razón que un joyero trabaja la elaboración de un anillo: para portar y mostrar una joya aún más valiosa. Nosotros somos el ápice, el diamante de la creación de Dios. Somos la más preciosa de las creaciones de Dios, creados a Su propia imagen. Nos colocó como una joya en un ambiente que Él diseñó especialmente para nosotros, cuya belleza muestra la pasión de Su amor. Dios hizo un mundo y jardín espectaculares porque iba a ser el hogar de Su novia. De la misma manera que en la antigua cultura israelita un futuro esposo trabajaba durante su período de compromiso de un año para construir la casa a la cual llevaría a su esposa después del día de su boda, así que Dios preparó un mundo hermoso para que viviera el pueblo que Él amaba. Dios no creó nuestro mundo con eficiencia minimalista. No nos dio una casa en ruinas ni una de la peor calidad. Como cualquier hombre que está enamorado de su futura esposa, Dios le da lo mejor a quienes Él ama más. La belleza de la creación demuestra la profundidad de la pasión de Dios por Su pueblo. Así mismo, era su comportamiento en el jardín.

5

Os 2:14-16, 19-20,23.

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En Génesis 3:8 descubrimos que Dios acostumbraba durante su período de luna de miel tomar “un paseo por el jardín cuando el día comenzaba a refrescarse”, mientras que después de su pecado “se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del jardín”. Anteriormente no se escondían de Dios. Habían caminado con Él. Parecía que, al antiguo estilo sureño, Dios tenía el hábito de venir a visitar a Su amante. Dios estaba teniendo citas con Adán y Eva. Ellos salían a citas, caminando y conversando y disfrutando la compañía el uno del otro. Dios se encuentra apasionadamente enamorado de nosotros y quiere que le correspondamos. Él es nuestro amante. En ningún lugar esto es mejor visto que en la cruz. Mel Gibson dio en el blanco cuando tituló su película sobre la muerte de Jesús como: “La Pasión del Cristo”. Si la cruz comunica algo, es pasión. Después de todo, ¿por qué decidió Dios llegar en carne y hueso y permitir a una humanidad pecadora –a la misma gente que había venido a salvar– que escupieran Su carne, azotaran Su carne, empalaran Su carne y perforaran Su carne? La decisión de Dios al venir a salvar a un pueblo tan deplorable como nosotros no es razonable. Un buen contador le hubiera aconsejado a Dios que disminuyera sus pérdidas, nos declarara en bancarrota y que empezara de cero en un planeta nuevo con una nueva creación. ¿Entonces, por qué Dios no declaró la bancarrota, y siguió adelante? Pasión. Pasión irracional e inexplicable. Dios nos ama de la misma manera que una esposa decide amar a su marido infiel. Si, ella pudiese seguir adelante. Si, ella pudiese declarar que el matrimonio terminó. Si, el esposo infiel no merece el amor de su esposa. Pero en el nombre de la pasión, algunas esposas han logrado que sus esposos descarriados vuelvan. Han logrado que se restaure su relación, de la misma manera que lo hizo Dios. El amor es tan poderoso como inexplicable. Y este es el tipo de amor que Dios tiene para usted. Si no comprendemos esto no comprendemos a Dios. No lo comprendemos del todo y no seremos utilizados por Él. Seremos como los fariseos. Los fariseos le dieron a Dios todo excepto su pasión. Redujeron su relación con Dios a obediencia mecánica. Ellos se conformaron con conocer a Dios abstractamente y teológicamente más que personalmente. Y Jesús le respondió a estas personas impresionantemente religiosas pero sin pasión con algunas de sus palabras más sarcásticas. Él los llamó sepulcros blanqueados y generación de víboras. Jesús rechazaba a quienes no le daban sus corazones y lo rechazaban a Él.

La gente que Dios utiliza

La gente que Dios escoge utilizar para Su gloria es gente que no solo sabe sobre Dios pero que tiene pasión por Él. Él utiliza a la gente que lo ama con un deseo irracional obsesivo. Piense en Moisés, David y Pablo. Moisés fue grandemente utilizado por Dios. Él fue la punta de lanza del rescate de Israel de Egipto, les dio su estructura religiosa y social e hizo todo lo necesario para prepararlos para la entrada a la tierra prometida.

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¿Por qué? ¿Por qué decidió Dios utilizar a Moisés de estas formas tan importantes? Ciertamente Dios no necesitaba a Moisés. Dios no necesita nada ni a nadie. ¿Entonces por qué Dios escogió utilizarlo a él? Yo creo que la respuesta la vemos en Éxodo 33. En Éxodo 33, Moisés acababa de volver de escalar el Monte Sinaí y entrar a la presencia de Dios. Mientras volvía a Israel, descubrió que durante su ausencia habían abandonado al Dios que los había acabado de salvar y se inclinaron a la idolatría. Después de un apropiado castigo, Dios le hizo ofertas inusuales a Moisés. El Señor le dijo a Moisés: «Anda, vete de este lugar, junto con el pueblo que sacaste de Egipto, y dirígete a la tierra que bajo juramento prometí a Abraham, Isaac y Jacob que les daría a sus descendientes. Enviaré un ángel delante de ti, y desalojaré a cananeos, amorreos, hititas, ferezeos, heveos y jebuseos. Ve a la tierra donde abundan la leche y la miel. Yo no los acompañaré, porque ustedes son un pueblo terco, y podría yo destruirlos en el camino». 6 La solución de Dios al pecado de Israel fue muy personal. Él los enviaría con un ángel a la tierra prometida que Él había prometido, pero Él no iría con ellos. Ellos podrían disfrutar de las cosas de Dios, pero no de Dios. Ellos serían acompañados por uno de los ángeles de Dios, pero no de Dios. La respuesta de Moisés fue un claro “no”. Moisés le suplica a Dios diciendo: “O vas con todos nosotros…o mejor no nos hagas salir de aquí.”7 Moisés está desesperado por Dios. Él quiere disfrutar el tiempo en la presencia de Dios. Él quiere a la persona de Dios, no solo los regalos que Él le da. Las bendiciones están bien, pero Moisés no cambia la amistad de la que disfruta con Dios (Éxodo 33:11) por las baratijas que Dios ha ofrecido. Moisés quiere conocer a Dios de maneras más profundas. Moisés está apasionado por Dios. Por esto hace una asombrosa petición para que Dios le muestre Su gloria: “Pues si realmente es así, dime qué quieres que haga. Así sabré que en verdad cuento con tu favor. Ten presente que los israelitas son tu pueblo.” 8 Es interesante que el verbo traducido aquí como “conocer” en el verso 13 es el mismo utilizado en el Génesis 4:25 para describir cuando Adán se acostó con su esposa –o la conoció– en un sentido físico/sexual. Es una palabra que describe la intimidad más profunda posible que pueden compartir los humanos. Esto es cuán cerca Moisés quiere estar con su Dios. Quiere mezclar su alma con la de Dios. Él quiere a su Dios como una esposa quiere a su esposo. Es amor apasionado en su más pura expresión. Y Dios respondió. Dios puso a Moisés en una grieta en la roca, lo cubrió con su mano y permitió que viera Su espalda mientras pasaba. Dios le dio a Moisés el deseo de su corazón. 6 7 8

Éx 33:1-3. Éx 3:15 Éx 33:13ª.

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Dios permitió que Moisés lo conociera tan profundamente como era humanamente posible. Ningún humano puede comprender completamente a Dios, de la misma manera que ningún humano puede consumir toda el agua de los Grandes Lagos o succionar todo el oxígeno en la atmósfera del mundo en sus pulmones. Dios es demasiado vasto, excesivamente inmenso, pero la gente que Él utiliza quiere tanto de Él como sus corazones y cabezas puedan soportar. ¿Quiere usted a Dios o las bendiciones de Dios? ¿Quiere usted avanzar personalmente o una intimidad personal con Dios? Su respuesta honesta a estas preguntas tendrá un gran impacto en la manera en que usted predica. Determinará si usted predica profundamente o si sus sermones apenas tocan la vida de sus oyentes, ya sea que usted predique clichés evangélicos o comparta un profundo entendimiento de la naturaleza de Dios. La gente que Dios utiliza en formas importantes siempre lo quiere a Él y se rehúsa a cambiar Su presencia por premios baratos de feria como un mejor salario, fama o ministerios más importantes. No, cuando estas personas dirigen su mirada hacia Jesús, se dan cuenta que las cosas del mundo se convierten insignificantes. Así pasó con Moisés y con el Rey David. Así como Moisés, la sombra de David a través de las páginas de las Escrituras es inmensa. Él es una figura central en la historia de la redención de Dios. ¿Por qué Dios utilizó a David tan significativamente? No porque él fuera el más grande, más fuerte o más talentoso en Israel. No lo era. Dios utilizó a David porque “Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.”9 Podemos echar un vistazo al corazón de David en el Salmo 27:4: Una sola cosa le pido al Señor, y es lo único que persigo: habitar en la casa del Señor todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura del Señor y recrearme en su templo. David tiene pasión. Para David, Dios obviamente no es un tema para dominar o una posesión para obtenerse y guardarse. Por el contrario, David está activa y continuamente buscando a Dios. No es que Dios se haga el difícil. No hay un juego divino de las escondidas aquí. Es solo que David, como cualquier amante, quiere más de su amante que lo que jamás ha obtenido. Note las palabras que son usadas aquí. David quiere “morar” en la presencia de Dios. Él quiere quedarse y disfrutarlo. Quiere saborear la compañía de Dios. También quiere “morar” en la casa de Dios, no solo visitarlo los sábados y durante las funciones ceremoniales. Él se quiere mudar allí para poder “contemplar la hermosura de Jehová”.

9

1 Sm 16:7.

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¡Si estas palabras no le suenan a usted como amor, entonces necesita desesperadamente algo de terapia romántica! Aquí David no está anhelando la felicidad conyugal personal o el éxito militar estratégico, o un triunfo de política exterior. No, la pasión en el corazón de David es la de conocer a Dios más íntimamente. Es por esto que David escribió en el verso 8: “El corazón me dice: «¡Busca su rostro!» Y yo, Señor, tu rostro busco.” 10 La pasión de David por Dios me recuerda al Salmo 42:1-2: Cual ciervo jadeante en busca del agua, así te busca, oh Dios, todo mi ser. Tengo sed de Dios, del Dios de la vida. ¿Cuándo podré presentarme ante Dios? La pasión del salmista es particularmente conmovedora aquí. La imagen utilizada es la de un animal sofocado bajo el sol del desierto, un animal tan abrasado que sabe que morirá a menos que pueda encontrar satisfacción consumiendo agua. Los riachuelos naturales se han secado y el animal sabe que morirá sin agua. ¿Qué haría un animal que sabe que va a morir sin agua para llegar al agua que necesita? Cualquier cosa. No hay enemigo que el animal no ataque, no hay barreras que no intente saltar o rodear. Hará lo que tenga que hacer para llegar al agua que necesita. ¿Alguna vez ha estado usted tan sediento? La respuesta es probablemente no así. Tenemos un Starbucks en casi cada esquina y un 7-11 entre una y otra. No podemos entender la imagen del salmista aquí. Para tener una idea, piense en un drogadicto. ¿Ha tenido algún amigo o familiar adicto a las drogas? De ser así, sabrá que la adicción empezó con muy poca “necesidad” de la droga de elección. Sin embargo, al pasar del tiempo ocurrió un cambio fisiológico. Se “enganchan” cuando sus cuerpos piensan que necesitan del ingrediente químico de la droga para sobrevivir. Cuando pasan por la abstinencia, tienen escalofríos, sus cuerpos tiemblan, sus ojos se enloquecen y se ponen extremadamente agitados. ¿Qué hará un adicto para obtener un poco de la droga de la cual está convencido que necesita para sobrevivir? Cualquier cosa. Los adictos harán cualquier cosa para obtener su droga, mentir, robar, engañar, prostituirse. Cualquier cosa. Lo único que importa es obtener su droga. Este es el tipo de intensidad que describe el salmista. El salmista le suplica a Dios, como un adicto. Le dice “debo tenerte o moriré.” Él no dice: “Me gustaría leer el libro más reciente o bajar el último CD cristiano de iTunes cuando pueda.” No, el salmista está convencido de que Dios es esencial para su supervivencia, no un extra opcional. Este hombre está adicto a su Dios y no permitirá que nadie o nada lo separe de su Dios. Esto es pasión, el tipo de pasión que vemos en la vida y el ministerio de Pablo. En Filipenses 3 el gran apóstol Pablo, el que plantó y cultivó iglesias por donde iba, el hombre que escribió literatura inspirada y motivadora, escribió: 10

Sal 27:8.

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Sin embargo, todo aquello que para mí era ganancia, ahora lo considero pérdida por causa de Cristo. Es más, todo lo considero pérdida por razón del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo he perdido todo, y lo tengo por estiércol, a fin de ganar a Cristo. 11 Repito, estas no son las palabras de alguien que “simpatiza con Dios”, el tipo de persona que frecuentemente escogería a Dios si Él estuviese en el menú. Dios es tan importante para Pablo como el oxígeno es para un buzo de profundidades. Es esencial para la vida. Es su propio aliento. Comparado con Cristo, todo en la vida es como basura en la calle. Aún más, Pablo continúa en el verso 10 diciendo: “a fin de conocer a Cristo, experimentar el poder que se manifestó en su resurrección, participar en sus sufrimientos y llegar a ser semejante a él en su muerte.” Pablo no sólo quiere conocer a Cristo en forma separada, abstracta o académica. Por el contrario, él quiere apretujarse contra Jesús como un niño apretuja su cara en la falda de su madre. Quiere “conocer” a Cristo en la manera más personal e íntima posible. Nada es más importante que esto para Pablo. Nada. Pablo quiere entremezclar su vida con la de Jesús hasta el punto de que compartan todo, aún sus destinos. Él quiere compartir Sus sufrimientos, siendo como Él en Su muerte. ¿Y usted? Esta no es una lógica fría y dura. Esta es una pasión ardiente. Dios es nuestro amante. Se nos dice que “de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito.”12 ¡Oh, eso es extremo! Yo puedo darle un par de dólares a alguien que está pasando un mal momento. ¿Pero le daría a esa persona mi carro? ¿Mi casa? ¿Mi primogénito? Difícilmente. Mi contador diría que esos actos de generosidad son tontos y desacertados. Pero Dios no necesita su consejo. Y tampoco lo necesitan aquellos a quien Dios escoge para utilizar de maneras significativas. Dios utiliza a la gente que rechaza lo moderado y le reflejan Su pasión a Él. Dios se rehúsa a utilizar a individuos o grupos que no están apasionados por Él. Considere la iglesia en Éfeso. Conozco tus obras, tu duro trabajo y tu perseverancia. Sé que no puedes soportar a los malvados, y que has puesto a prueba a los que dicen ser apóstoles, pero no lo son; y has descubierto que son falsos. Has perseverado y sufrido por mi nombre, sin desanimarte. Sin embargo, tengo en tu contra que has abandonado tu primer amor. ¡Recuerda de dónde has caído! Arrepiéntete y vuelve a practicar las obras que hacías al principio. Si no te arrepientes, iré y quitaré de su lugar tu candelabro.13

11 12 13

Filipenses 3:7-8. Jn 3:16. Ap 2:5.

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Dios amenaza con cerrar una iglesia activa plantada por el apóstol Pablo. ¿Por qué? Porque Dios no quiere gente que solo trabaje para Él. Y mientras Dios aprecia el hecho de que se rehúse a caer frente a los ataques de una cultura sin Dios y admira su insistencia en la ortodoxia teológica, eso tampoco es suficiente para Él. ¿Qué es no negociable para Dios? Amor. Y no solo cualquier tipo de amor, sino el primer amor. Dios es nuestro amante y quiere que lo amemos con la intensidad de una novia en la luna de miel. Encuentro fascinante que el Nuevo Testamento nunca se refiere a la iglesia como la esposa de Cristo, solo la novia de Cristo. Esto es porque en una típica relación de esposo y esposa, las chispas que marcan el comienzo de una relación muchas veces disminuyen con el tiempo. Decimos que el amor de una pareja ha “madurado”, pero Dios dice que Él no quiere desarrollar este tipo de madurez. Él quiere nuestra pasión de adolescentes. Él quiere que nunca dejemos de enamorarlo. Cuando intentamos substituir sudor por velas de olor, ortodoxia por citas de viernes por la noche y resistencia por escapadas de fines de semana, estamos más lejos de Dios de lo que nos damos cuenta. Dios no utiliza pastores o iglesias que no están apasionadamente enamorados de Él. El prerrequisito para una predicación profunda es una relación profunda y apasionada con el Dios por quien hablamos. Demasiados predicadores tratan los sermones como ponencias o trabajos finales. Muchos predicadores ven a Dios como una materia a entender, analizar y discutir. Ellos abren a Dios en una mesa de autopsia y se preguntan por qué sus sermones están muertos. Sus congregaciones se juntan para oír de un Dios vivo y amoroso que es más grande que el universo, y en su lugar escuchan discursos aptos para una deidad local muerta. Son predicadores zombis: los muertos vivientes. ¿Dónde está usted con Dios? ¿Qué tan candente es su relación con Él? ¿Está usted disfrutando de un amorío tórrido con su Salvador? Gústele o no, usted está tan cerca de Dios como quiera estarlo. Mel Shareski, mi antiguo pastor que ahora está con el Señor, contó la historia de un hombre que estaba llevando a su esposa a una cita. Los dos se sentaron en silencio por algunas millas hasta que la esposa se volteó hacia su esposo y comenzó a quejarse sobre la falta de fuego en su relación. Se lamentaba de que ya no disfrutaban de la pasión que tenían al principio de su relación. Para ilustrar la distancia que se había creado en su unión, señalaba que en años anteriores se sentaban juntos el uno del otro, sus piernas se rozaban y sus manos se entrelazaban mientras manejaban. “Míranos ahora”, decía, “¡hay por lo menos dos pies de distancia entre los dos!” Fue entonces cuando el esposo miró a su esposa desde el puesto del conductor y dijo: “Yo no soy el que se ha movido”. Esto es lo que Dios nos dice. Él no se ha movido. Él no ha cambiado. Él está tan apasionado por nosotros como el día que nos trajo hacia Él. Si hay alguna distancia en nuestra relación con Cristo, somos nosotros los que la hemos creado. Para nosotros, como la iglesia en Éfeso, Cristo dice: “¡Recuerda de dónde has caído! Arrepiéntete y vuelve a practicar las obras que hacías al principio.”

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¿Cuál es su propósito?

En su libro best-seller, Into Thin Air (en español, Mal de altura), John Krakauer cuenta la desventurada historia de la expedición a la cima del Monte Everest en 1996. En el libro menciona a un miembro del viaje llamado Yasuko Namba. La señorita Namba era una japonesa de 46 años quien laboraba para FedEx y que tenía pasión por escalar. Ella era una escaladora consumada, habiendo alcanzado las cimas de siete de las más grandes montañas del planeta. La única que le quedaba por conquistar era el Everest, la más alta del mundo. Ella quería desesperadamente llegar a la cima del Everest también. Este era su propósito. Tanto que Krakauer, quien también era miembro de la expedición cuenta: “Yasuko estaba totalmente enfocada en la cima. Era casi como si estuviera en trance. Ella presionaba fuertemente, abriéndose paso por delante de todos hasta el principio de la fila. Quería llegar a la cima del Everest.” Al final de ese día, lo logró. Logró su meta. Ella fue la persona de más edad en llegar al punto más alto del mundo. Sin embargo, esa tarde Yasuko y un número de otros escaladores se vieron atrapados en una terrible ventisca. Y mientras los helados vientos soplaban, Yasuko sucumbió ante el cansancio de su escalada y murió congelada. Yasuko Namba murió muy cerca de la hora y el lugar en donde había obtenido su más grande premio. Esto ayuda a explicar su trágico error. De acuerdo con Krakauer, el fatal fallo de Yasuko fue que adoptó la meta equivocada. Su meta era llegar a la cima de la montaña. Lo que más quería era pararse en la cima del mundo y todo Japón la aclamaba cuando lo logró. Este era el propósito equivocado, y un frecuente y a veces fatal error que cometen los escaladores. La meta de escalar nunca debe ser llegar a la cima de una montaña. Los escaladores exitosos saben que la meta no es llegar a la cima, es regresar abajo. La tragedia es que Yasuko logró su meta. En contra de increíbles probabilidades llegó a la cima de la montaña. Pero mientras derramaba su energía en llegar a la cima, no guardó suficientes fuerzas para volver abajo. Yasuko falló porque adoptó la meta equivocada. Muchos predicadores cometieron el mismo error. Si adoptamos la meta equivocada, podemos fallar, aunque cumplamos nuestros objetivos. Es crítico que los predicadores enfoquemos nuestras energías en la meta correcta.

¿El gran ministerio?

El propósito del predicador no debe ser tener un ministerio exitoso. No está mal que la gente aplauda su ministerio, pero es peligroso cuando comienzan a distraerlo de lo que es más importante. Cuando alguna medida de fama llega tocando su puerta, generalmente le abre la puerta al orgullo para que le haga una visita. Cuando el ego se enreda con el éxito de su ministerio y la popularidad comienza a ser importante para usted, usted está en serios problemas. No podemos permitir que nuestros ministerios sean acerca de nuestro progreso. Pase lo que pase, no podemos permitir que lo que hacemos en la plataforma se convierta más sobre nosotros que sobre Dios. Si nuestra reputación se convierte en una mayor preocupación para nosotros que la reputación de Dios, entonces ya Dios no está siendo glorificado. Y Dios no honrará nuestros ministerios, porque Él se rehúsa a compartir Su gloria con alguien.

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El orgullo es el tendón de Aquiles de muchos predicadores. No he conocido muchos predicadores que, como Juan el Bautista, estén felices de alejarse de un ministerio de alto perfil. De hecho, la mayoría de nosotros queremos ir a iglesias más grandes que a pequeñas. De hecho, la mayoría de nosotros queremos más visibilidad que menos visibilidad y más influencia en lugar de menos influencia. No muchos de nosotros encuentran fácil decir como Juan el bautista que: “A él le toca crecer, y a 14 mí menguar.” La mayoría de nosotros estamos interesados al menos en avanzar en nuestras propias carreras, así como avanzar en el reino de Dios. Por esto es que Jesús les pide a los discípulos que oren una oración de discípulos que incluya las palabras: 15 “Venga tu reino. Hágase tu voluntad”. Tenemos que recordarnos constantemente que ministramos para Él y para Su gloria, no para la nuestra. Se trata de Dios y Su gloria y Su reino, no de nosotros. Tenemos que mantener la vista fija en la meta correcta. No es nunca nuestro ministerio.

¿El gran sermón?

La meta del predicador no debe ser predicar un gran sermón. Es maravilloso si lo hace, y siempre debemos luchar por conseguir lo mejor que podemos dar, pero si su meta es un sermón bien recibido, se enfrentará a dos tentaciones. La primera tentación que surge cuando su meta es predicar sermones sobresalientes, es ajustar sus sermones para satisfacer las preferencias de sus oyentes. Usted será sometido a una dura prueba para decir en nombre de Dios lo que sabe que obtendrá una buena respuesta, aún si el sermón no cuadra exactamente con las Escrituras. Si su oído está sintonizado con el aplauso de las personas a medida que predica, estará tentado a sacrificar el contenido por esta respuesta. La segunda tentación que resulta de la meta de predicar grandes sermones es la de no predicar lo que su corazón le dice. Usted será tentado a fingirlo, a ser un hipócrita. En otras palabras, usted pretenderá tener una intimidad con Dios de la cual realmente no disfruta. Los predicadores cuya meta es predicar sermones maravillosos y profundos de un corazón superficial descubren que no se puede hacer. Y rápidamente recurren al plagio para poder fingirlo. Son como aquellos animadores que intentan y desarrollan una reputación internacional como cantantes aun cuando solo tienen un talento mediocre. Esos cantantes rápidamente descubren que no tienen más opción que hacer una sincronización labial. No tienen más alternativa que fingirlo haciendo mímicas de las palabras de otros. Esto aplica para los predicadores. Si usted no está disfrutando de una profunda relación con su Padre Celestial –y quiere predicar profundamente– entonces tendrá que fingirlo. Tendrá que encontrar la voz de otras personas y hacer la mímica. Se convertirá en la versión de iglesia de Milli Vanilli. Milli Vanilli fue un proyecto de música “dance” y “pop” creado en 1988 que inició con Fab Morvan y Rob Pilatus. Su álbum debut les hizo merecedores de un premio Grammy como Mejor Nuevo Artista en 1990. Vendieron más de 30 14 15

Jn 3:30 Mt 6:10.

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millones de sencillos, 14 millones de álbumes y se hicieron una de las atracciones pop más populares a finales de los 80 y principios de los 90. Como podrán recordar, su éxito se hizo amargo cuando se descubrió que las voces no eran las de Morvan y Pilatus. Su Grammy fue revocado. En 1998, diez años después del debut de Milli Vanilli, Pilatus fue encontrado muerto en un hotel en Frankfurt por una aparente sobredosis de drogas. Cuando usted quiere una reputación por cantar que sea mayor a su talento, no tendrá otra opción que hacer la sincronización labial. Cuando quiera una reputación como un predicador profundo –cuando no esté en una relación profunda y apasionada con el Señor– usted estará seriamente tentado a fingirla. Los cantantes que hacen sincronización labial a la larga son atrapados. También los predicadores. Los predicadores que pretenden ser profundos, eventualmente serán expuestos por lo que son, impostores, farsantes y buscadores de gloria. Para poder predicar un sermón profundo, usted debe ser como Moisés, David y Pablo. Debe comenzar con una pasión por Dios. Su meta final debe ser Dios mismo, conocerlo. Únicamente quienes lo conocen íntimamente pueden comunicar sus ideas con precisión. Solo si su hambre y sed de Él han sido satisfechas podrá usted ofrecer un banquete homilético para Su pueblo. Usted no podrá predicar sermones profundos si no conoce a Dios en profundidad. Él debe ser su anhelo principal.

Mantenga los ojos en el premio

Cuando uno de mis hijos estaba aprendiendo a conducir tenía problemas para mantenerse en el centro de su carril. Al manejar nuestra camioneta serpenteaba de un lado al otro de una forma desconcertante para sus pasajeros, así como para los demás conductores. Sin embargo, mientras lo observaba manejar descubrí su error. Estaba mirando la línea amarilla a los lados de la camioneta, pensando que, si se mantenía a una distancia constante de la línea junto a él, lograría manejar derecho. Fue difícil para él aprender a no mirar el pavimento donde se encontraba, en vez de mirar hacia adelante adonde quería ir. Usted no llegará hacia donde quiere ir en un vehículo si no fija la mirada en su destino. No llegará hacia donde se dirige en el púlpito si no fija su mirada en su destino final. Como predicador, su enfoque debe estar única y exclusivamente en Dios. Si Él no es su propósito, entonces como mi hijo, estará propenso a descarrilarse. La única forma de comunicar las ideas de Dios a la gente que Él hizo es haciendo y manteniendo a Dios como la prioridad final de nuestras vidas y ministerios. Como dijo una vez A.W. Tozer, un predicador en profundidad, por excelencia:

Si…su alma clama a Dios, por el Dios vivo, y su corazón seco y vacío está desesperado por vivir una vida cristiana normal…entonces debo preguntarle: ¿Es su deseo completamente absorbente? ¿Es lo más grande en su vida? Si su corazón grita “si” a las preguntas, puede estar en camino a un descubrimiento espiritual que transformará su vida entera. 16 Este tipo de descubrimiento podría transformar su predicación y a aquellos que la escuchan porque la predicación viene de su corazón. 16 A. W. Tozer, Keys to the Deeper Life [Claves para la vida más profunda], rev. and expanded, ed. (Grand Rapids: Zondervan, 1984), 38.

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Capítulo 5

Comprenda la “idea principal” En su libro, Ideas que cambiaron el mundo, Felipe Fernández-Armesto hace la pregunta, ¿cómo sucede el cambio humano? Teorías opuestas de cómo se desarrolla la historia han manchado la literatura... Este libro toma un enfoque diferente. Las páginas que siguen a continuación son acerca de la historia que sucede primero en la mente: historias impulsadas por ideas. Esta podría ser la razón por la cual nuestro registro humano está lleno de cambio. Comparado con otras especies…tenemos enormes y complejas capacidades de pensamiento. Los nuevos pensamientos son desestabilizantes, hasta peligrosos…Yo pienso que la mayoría del cambio histórico ha tenido orígenes intelectuales y que las ideas son agentes de cambio tan poderosos como las exigencias materiales, necesidades económicas, restricciones ambientales y otros factores decisivos.”1 Yo opino que Fernández-Armesto está en lo correcto. Más que cualquier otro factor, la historia del mundo ha sido influenciada por las ideas que ha sostenido. Los humanos somos creaturas racionales. Actuamos en armonía con los conceptos que consideramos importantes. La gente actúa de acuerdo con sus creencias. Hay una congruencia cognitiva entre nuestras mentes y nuestras manos. Si usted cambia el pensar de la gente, cambiará cómo actúan. El destino de las naciones y los individuos está determinado por las ideas que mantienen. Considere algunas de las ideas que han moldeado poderosamente nuestro mundo.

1

F. Fernández-Armesto, Ideas que cambiaron el mundo, (New York: DK Pub., 2007), 6.

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El poder de las ideas

Darwin propuso en sus escritos que todas las especies de la vida cambiaban con el tiempo de ancestros comunes a través del proceso que él llamó la selección natural. Él rechazaba la idea de que Dios creaba directamente a la gente y las cosas, y propuso que el “origen de las especies” resultaba de una combinación de tiempo, oportunidad y selección natural. El impacto de la idea de Darwin ha sido impresionante. Sin Dios, no hay base para la ética. En un mundo competitivo y despiadado en el cual “perro come perro”, al perro grande se le permite hacer lo que quiere. Los fuertes abusan de los débiles bajo el pretexto de “selección natural.” Y si Dios no creó únicamente a la humanidad a Su imagen, somos solamente un animal entre muchos, ¿así que a quién le importa? No existe una razón por la cual la gente deba ser valorada por encima de otras criaturas vivientes. Las personas muertas son el equivalente moral de gatos muertos. El aborto y la eutanasia se convierten en opciones aceptables. La moralidad se determina en la balanza del relativismo. No hay un Dios todopoderoso que provea una verdad absoluta. Darwin cambió nuestras vidas y la de innumerables personas en este planeta. Él utilizó una idea como una palanca para alterar el curso de la historia. Karl Marx fue un filósofo, economista político y sociólogo relativamente oscuro del siglo XIX. Aunque no cambió el mundo durante su vida, su idea si lo hizo. Su idea de que la historia del mundo es la historia de luchas de clases económicas y subsecuente llamado a una sociedad sin clases, a través de una reestructuración económica, alteró permanentemente el panorama político del mundo. El Manifesto Comunista que escribió Marx cambió el destino de miles de millones de personas. Lenin tomó la idea de Marx y la desarrolló. En 1998 la revista Time intentó ayudar a sus lectores a entender las fuerzas detrás del siglo que estaba por terminar.2 Los editores de Time identificaron a Vladimir Ilyich Lenin como uno de los mayores líderes del siglo XX. ¿Por qué? Un hombre instruido con hábitos de un erudito y los instintos tácticos de un general. Lenin introdujo al siglo XX la práctica de tomar una ideología general e imponerla a toda una sociedad con rapidez y despiadadamente; él creó un régimen que borró las políticas, borró la memoria histórica y borró a la oposición. En su corta carrera en el poder, desde 1917 hasta su muerte en 1924, Lenin no solo creó un modelo para su sucesor, Stalin, sino para Mao, para Hitler y para Pol Pot.3 Las ideas no son neutrales. Pueden ser poderosas fuerzas del mal, así como del bien. Los Estados Unidos de América en sí es un testamento al poder de las ideas. Los signatarios de la Declaración de Independencia comenzaron su histórico documento el 4 de julio de 1776, al declarar que: 2 3

13 de abril de 1998. D. Remnick, http://www.time.com/time/time100/leaders/profile/lenin.html (accedido 13/08/08).

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Comprenda la “idea principal”

Sostenemos como evidentes estas verdades: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre éstos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; que para garantizar estos derechos se instituyen entre los hombres los gobiernos, que derivan sus poderes legítimos del consentimiento de los gobernados; que cuando quiera que una forma de gobierno se haga destructora de estos principios, el pueblo tiene el derecho a reformarla o abolirla e instituir un nuevo gobierno que se funde en dichos principios, y a organizar sus poderes en la forma que a su juicio ofrecerá las mayores probabilidades de alcanzar su seguridad y felicidad. Las palabras de apertura de la Declaración están llenas de ideas poderosas. Ideas como: Dios le dio a toda la gente derechos básicos que ningún gobierno puede derogar. Y la idea que la autoridad de un gobierno se deriva del pueblo al cual gobiernan. Así que, si los ciudadanos de un país no creen que su gobierno esté actuando para su beneficio, tienen el derecho de cambiar gobiernos. Estas ideas impulsaron a los colonizadores y los llevaron a su rebelión contra Inglaterra y la creación de una nueva y gran nación. Más aún, han inspirado infinidades de naciones a incorporar la democracia. Las ideas de este documento han cambiado la historia. Nunca subestime el poder de una idea. Las ideas cambian el destino de naciones al igual que la vida de los individuos. Las buenas ideas hacen la vida mucho mejor. Las malas ideas hacen la vida infinitamente peor. Consideren el horror y el heroísmo del 11 de septiembre de 2001. En ese infame día, la atención del mundo estaba en dos grupos de personas muy diferentes. Al principio no podíamos apartar los ojos de la destrucción causada por diecinueve terroristas de Al Qaeda que secuestraron cuatro aviones comerciales, chocaron dos de ellos en las Torres Gemelas del World Trade Center, un tercero en el Pentágono y un cuarto en un campo en Pensilvania. Pero mientras el humo de estos horrores llenaba los cielos, nuestros ojos eran atraídos hacia el heroísmo de los socorristas. Fuimos paralizados por las imágenes de hombres y mujeres arriesgándose y dando sus vidas para intentar ayudar a las víctimas atrapadas dentro de los edificios en llamas. Ese día vimos la cruda diferencia entre los terroristas que estaban dispuestos a sacrificar sus vidas para lograr su propósito de asesinar gente inocente y los miembros de los departamentos de bomberos y policías dispuestos a sacrificar sus vidas para lograr su propósito de salvar a gente inocente. El contraste entre los terroristas y los socorristas no pudo haber sido mayor. La fuente del contraste se estableció con base en las ideas que tenían. La idea que impulsó a Al Qaeda era un imperativo divino de establecer un dominio “puro” islámico en todo el mundo. Todas las personas y culturas que entorpecían su objetivo fueron consideradas enemigos de Alá y debían ser tratadas de esa manera. Para los terroristas, las víctimas del 9/11 eran enemigos de Alá y ellos estaban dispuestos a dar sus vidas por destruirlos.

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¿Qué causó que los bomberos, policías y paramédicos de la ciudad de Nueva York entraran corriendo a edificios en llamas y a punto de colapsar? La idea de que la gente atrapada allí era valiosa y que su muerte sería una pérdida terrible. Para los socorristas, las víctimas del 9/11 eran gente tan valiosa que estaban dispuestos a dar sus vidas para salvarlos. La tragedia del 11 de septiembre de 2001 fue un choque de ideas. Las ideas cambian el curso de la historia. El destino de todas las personas –incluyendo a aquellos para quien predicamos– está determinado por las ideas que tienen. Nuestras madres estaban equivocadas cuando nos dijeron “somos lo que comemos”. Somos lo que pensamos. Nuestras vidas son un resultado directo de las ideas que creemos. Su vida es una expresión de sus ideas. Los predicadores están en una batalla por las vidas y destinos de sus oyentes. La única manera en la que podemos influir considerablemente en la vida de quienes nos escuchan es cambiando las ideas que ellos tienen. Las ideas son ejes de la historia. Nuestros destinos oscilan con base en lo que creemos. Toda la semana nuestra cultura está bombardeando a nuestros oyentes con mensajes falsos y potencialmente destructivos. Las ideas saltan de las revistas, programas de televisión, programas de entrevistas en la radio, sitios de Internet, vallas publicitarias, música y teatro. Nosotros, los predicadores, tenemos solo una hora a la semana para desafiar las falsas ideas que se han acumulado en las mentes de nuestros congregantes y tratar de reemplazarlas con la verdad de las ideas de Dios.

¿Puede una idea cambiar mi sermón?

Una buena apreciación del poder de una idea contribuirá de dos maneras a sus sermones. La primera contribución será la sencillez. Cuando usted comprenda el enorme poder que existe dentro de una idea, no pondrá más de una de estas en un sermón. Cada sermón tiene su propia idea por la misma razón que cada caballo de pura sangre tiene su propio establo. Si los pone muy cerca uno del otro, se lastimarán y ninguno ganará la carrera. Una relación inversa existe entre la efectividad de un sermón y el número de ideas que contiene. Mientras más ideas agrupe dentro de un sermón, menos impacto tendrá. La ley de la predicación profunda es simple. ¡Menos es más! Es como simultáneamente halar y empujar un carro varado; el tratar de comunicar dos ideas diferentes en el mismo sermón toma mucho esfuerzo. ¡Y no lo llevará muy lejos! Si usted quiere sermones más profundos deberá poner los suyos en una dieta estricta. ¡No más de una idea por sermón! Un sermón que intenta explicar por qué el pueblo de Dios debe orar y cómo descubrir la voluntad de Dios en su vida y por qué debemos diezmar no logrará nada. Cuando usted apunta en todas las direcciones no le atina a nada. Los sermones que incluyen múltiples ideas son muy largos, muy complicados e intentan lograr mucho. Su propio peso los hace colapsar. Mientras más estrecho sea su enfoque, más fuerte será su impacto.

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Comprenda la “idea principal”

Los predicadores que ofrecen sermones de múltiples ideas son como carpinteros que toman un puñado de clavos y los tiran contra una puerta de madera tan fuerte como pueden. ¿Qué sucede cuando todos esos clavos pegan en la madera? Caen al suelo casi con la misma velocidad. Lo mismo sucede con sermones que contienen un puñado ideas. Los sermones de múltiples ideas golpean las mentes de los oyentes como una ráfaga, pero rápidamente se olvidan. La única forma de hacer que un clavo se incruste profundamente en la madera es que un carpintero tome un solo clavo y lo martille individualmente en la puerta. De la misma manera, el predicador efectivo tomará una sola idea y la martillará en la mente de sus oyentes. Los clavos que son martillados de esta forma –y los sermones que son predicados de esta forma– durarán toda una vida. Los predicadores que entienden el poder de una idea predicarán sermones que son simples. Y sus mensajes durarán toda una vida. Apreciar el poder de una idea puede hacer una segunda contribución. Ayuda a que los predicadores creen sermones que están focalizados. Una de las mayores tentaciones que enfrentan los predicadores es incluir información interesante pero innecesaria. Pero los predicadores que han aprendido a predicar profundamente han aprendido a resistir esta tentación. Aunque sus sermones si comunican el contenido, se dan cuenta que la información de los antecedentes sobre los babilonios o el Éfeso del primer siglo son secundarios a la idea del texto. Los predicadores profundos saben que los hechos bíblicos, por sí solos, no salvan a nadie. Muchos ateos conocen el contenido de la Biblia y continúan alejándose de Dios. ¡Hasta Satanás puede citar las Escrituras! El conocimiento bíblico jamás debe ser nuestra meta. En una época de sobrecarga de información es más importante que nunca que podamos comunicar ideas importantes. Es tiempo de ir más allá de los “ejercicios de espada” y concursos de trivia bíblica. Es hora de predicar ideas. No complique sus sermones con “cosas” religiosas innecesarias. Predique sermones que estén enfocados en una idea central. Elimine todos los datos externos. Mantenga la idea principal como el punto principal de su sermón. La impresionante imagen y el sonido de un misil al ser lanzado pueden ser engañosos. A un ojo no entrenado, aquello que domina los sentidos parece ser lo más importante. Pero no lo es. La parte más importante de un misil no es la que arroja fuego y humo. La parte más importante de un misil es su carga útil, su ojiva que explota al impacto. El misil no hace la diferencia. La carga útil sí. La carga útil de un sermón es su idea. La idea es la carga útil crítica que explota en las mentes y vidas de aquellos que la escuchan. Lo que hace que un sermón sea poderoso –y profundo– no son los datos bíblicos que contiene, sino la idea bíblica que logra alcanzar a su objetivo. Diseñe su sermón de la misma manera en la que un científico militar diseñaría un misil: incluya los elementos de diseño necesarios para que la carga útil alcance su objetivo y elimine todo aquello que lo desviaría de su curso.

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Para lograr un diseño de misil efectivo los ingenieros deben lograr aerodinámicas eficientes, y esto es únicamente posible reduciendo carga innecesaria. El diseño efectivo de un sermón es similar. Para lograr el diseño efectivo de un sermón, los predicadores deben optimizar sus mensajes. La única manera de lograr un eficiente sermón aerodinámico es eliminando todos los datos externos. Enfóquese en lo que es necesario para comunicar la idea de Dios en su sermón. Ponga toda la información que no trate exactamente su punto en basurero de su oficina. Rehúse desviarse del tema. Diga solamente lo que necesita ser dicho. Enfoque su sermón en su idea principal.

¿Qué ideas debe usted predicar?

Pasamos nuestras vidas nadando en un mar de ideas. ¿Cuáles valen la pena predicar? ¿Cuáles nunca deben ser predicadas? De todas las buenas ideas que existen, ¿cómo decide usted cuál debe predicar a su iglesia, en esta semana en particular? El tomar esta decisión le hace sentir como un padre. “¿Qué serviré para la cena?” Los padres se hacen esta pregunta a diario. “¿Debo calentar una comida de microondas o hacer una ensalada? O quizás prepararé algo de espaguetis y abriré un frasco de salsa. O, olvidaré todo esto… el tráfico está terrible, creo que compraré Taco Bell para llevar.” La decisión sobre qué servir para la cena cada noche es importante. Sus opciones de menú afectan el desarrollo a largo plazo de cada miembro de su familia. Las decisiones saludables ayudan a la familia a prosperar. Planes de menús repletos de hamburguesas, macarrones y quesos de Kraft, Pizza Hut resultarán en problemas a largo plazo. Los pastores toman decisiones similares para sus familias de la iglesia cada semana. Cada semana, cada pastor se pregunta: “¿Qué hay de cenar? ¿Qué comida espiritual serviré a mi congregación esta semana?” La decisión sobre qué predicar no es incidental. Su decisión impacta la salud espiritual y el desarrollo de las personas que usted guía. ¿Cómo decide qué predicar? ¿Qué criterios guían su decisión? Aún si está comprometido a predicar las Escrituras, la pregunta permanece. ¿Qué porción de la Biblia predicará usted esta semana, mes y año? ¿Qué partes no predicará? ¿Por qué? Muchos predicadores deciden regularmente predicar sobre temas de actualidad, lograr que la Escritura trate un tema que el autor bíblico nunca tocó específicamente. Los sermones de actualidad sobre “cómo ir a una cita” o “cómo manejar el estrés” pueden ser bíblicos y de gran ayuda. Los sermones de actualidad no son necesariamente sermones de segunda categoría. Sin embargo, en más de 25 años de pastor, he decidido no alimentar a mi congregación con dieta exclusiva de prédica de actualidad. Mi práctica ha sido predicar a través de los libros de la Biblia. He escogido predicar las ideas que los escritores bíblicos han puesto dentro de las unidades naturales de la Escritura que fueron inspirados a escribir. ¿Por qué?

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Comprenda la “idea principal”

¿Tiene una buena idea?

Yo predico a través de los libros de la Biblia porque no soy tan listo. Algunos predicadores parecen estar inundados de ideas penetrantes y perspicaces que encajan perfectamente con las necesidades únicas de su audiencia. Yo no. Yo intento conocer bien a mi gente y, ocasionalmente, predico sobre temas de actualidad que creo son relevantes y necesarios, tomando en cuenta una situación cultural o congregacional en particular. En las mejores circunstancias los sermones parecen ser altamente efectivos. ¿Pero cada semana? En mi mente parece pretencioso que un predicador se jacte de tener una perfecta claridad sobre lo que su congregación necesita escuchar. Yo lucho por entender lo que necesita mi propio corazón; ¿cómo hacen los predicadores de actualidad para tener esta claridad espiritual sobre las necesidades únicas de sus congregaciones locales? He llegado a la conclusión de que muchos no la tienen. Un número considerable de predicadores de actualidad no luchan con Dios para entender la verdad única y profundamente significativa que su rebaño necesita escuchar. Por el contrario, me parece que muchos predicadores predican temas de actualidad para tocar temas “candentes” que “aumentarán sus calificaciones”. Si el mayor beneficio de predicar temas de actualidad es la oportunidad que nos da para que las ideas de Cristo lleguen a una congregación en un momento dado, ¿cómo explica usted que tantos predicadores de actualidad en todo el continente estén predicando el mismo tema? Algunos meses atrás manejaba cerca de una iglesia en mi pueblo cuyo letrero me llamó la atención. En ese letrero, el nuevo pastor estaba anunciando una serie de sermones nuevos llamados: “Esposas Desesperadas” (en inglés, Desperate Housewives). La serie era una interpretación de la exitosa serie de televisión “Esposas Desesperadas” y fue tan gracioso e ingenioso que mi mente voló. Pensé inmediatamente sobre cómo podría replicar la idea. Comencé identificando los sermones de actualidad que podría predicar como parte de una serie similar de sermones en mi propia iglesia. Estaba impresionado de que el pastor de una iglesia en mi pequeño pueblo tuviera la creatividad de inventar un título tan bueno para una serie de sermones… que debe estar tratando una necesidad urgente en esa iglesia en particular. ¿O no? Comencé a preguntarme si era demasiado creativo. Así que cuando llegué a casa, busqué en Google el título de las series del sermón del pastor. ¿Adivine lo que encontré? Cientos de pastores en Norteamérica estaban predicando la misma serie. Estaba a la venta en internet. También lo estaban los sermones diseñados para este “creativo” tema, al igual que diapositivas de PowerPoint, afiches y pancartas. Todo estaba a la venta como un paquete completo. ¡Por favor! No hay problema alguno con predicar un sermón de actualidad que trate una urgente necesidad de su congregación. Pero quienes compran o roban los temas de predicación de otras personas están acabando con el propósito principal para predicar ese sermón de actualidad. Los predicadores que compran “temas de actualidad” para predicar se parecen a aquellos ejecutivos de televisión que intentan adivinar cuál será la próxima serie televisiva exitosa. Su criterio de selección son los índices de audiencias. Accederán a cualquier cosa que aumente sus índices. 73


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A propósito, recientemente estaba conduciendo por esa misma iglesia. Esta vez vi un cartel que anunciaba una serie de sermones titulada: “CSI: Escenas de Crimen en la Biblia”. ¡Por favor! Ya tenemos suficientes series de Televisión de CSI al aire. No creo que necesitemos más de eso en la iglesia. A menos que tenga usted una necesidad congregacional urgente que atender, recomiendo que predique ideas que Dios pensó que eran lo suficientemente importantes como para inspirar las Escrituras.

¿Creará la santidad?

Predico a través de los libros de la Biblia porque no soy tan santo. El pecado es la mejor doctrina comprobada de la fe cristiana. Lo veo en mi cultura. Lo veo en mí. Estoy convencido de que cada parte de mi ser ha sido envuelta en pecado, incluyendo mi habilidad para seleccionar sermones acerca de temas de actualidad. Estoy convencido de que si me dejan solo podría perder demasiado tiempo en mis pasatiempos favoritos. Cuando surge una invitación a predicar como invitado en algún lado incluye las palabras: “comparta lo que haya en su corazón”, ¿qué escoge para predicar? Si usted es como yo, gravitará hacia esas ideas que resuenan con usted y estará lejos de aquellas ideas que lo hacen sentir incómodo. Si estoy luchando con un pecado en particular, generalmente intentaré evitar predicar al respecto. Me hace sentir muy incómodo. Si estoy enojado con alguien en mi iglesia o sobre alguna situación difícil en mi iglesia, puedo seleccionar un tema de sermón que me ayude en mis propósitos personales. ¿Realmente desea elegir cada idea que predica? Yo no. Yo soy pecador. No puedo pensar de otra manera más efectiva de transformar al pueblo de Dios en mi imagen en vez de la de Dios. Predicar libros de la Biblia me ayuda a asegurarme que son los propósitos de Dios y no los míos los que se cumplen en las vidas de mi congregación.

¿Será respetada la Biblia?

Predico a través de libros de la Biblia porque estoy ocupado. ¿Es posible predicar un sermón declarativo de actualidad? Por supuesto. Pero toma mucho trabajo. Si usted tiene tres puntos en su sermón de actualidad debe hacer por lo menos tres veces la exégesis requerida para predicar un solo pasaje bíblico. Se pone peor. Los predicadores de actualidad típicamente deciden lo que quieren decir y entonces van buscando pasajes que dicen lo que ellos quieren decir. Pero este proceso puede forzarlo a explicar varios pasajes antes de encontrar uno en el cual el autor original quería decir lo que usted quiere decir. Como muchos de mis estudiantes pueden contarle, encontrar pasajes bíblicos en los cuales la intención del autor sea la misma que la intención del predicador, no es fácil. Y cuando el tiempo apremia, es muy tentador predicar en nombre de Dios algo que Dios no dijo. Cuando predico a través de libros de la Biblia, solo tengo que exegetar un pasaje a la vez. Mientras trabajo en un libro de la Biblia, es mucho más fácil entender un texto en su contexto. La exegesis que doy para el sermón de una semana siempre

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contribuye al mensaje de la semana siguiente. El predicar consistentemente a través de los libros de la Biblia es una forma efectiva de utilizar mi tiempo. Escojo predicar a través de los libros de la Biblia no solo porque la predicación exegética de temas de actualidad es tan difícil, sino también porque tiene buen sentido pastoral y teológico para mí.

¿Se preservarán las tensiones bíblicas?

Predico a través de los libros de la Biblia para poder mantener el balance en mi predicación. Frecuentemente Dios presenta sus verdades en tensión. La oración frente a la soberanía de Dios. La elección frente al libre albedrío. El sufrimiento frente a la bendición. Uno de los beneficios de predicar a través de la Biblia es que hace más difícil para mí “rasurar” pasajes que me son desagradables. No puedo saltarme secciones que no encajan con mi personalidad o mi sistema doctrinal. El modelo de Dios se convierte en el mío. El predicar a través de los libros de la Biblia me ayuda a preservar las tensiones doctrinales que Dios intencionalmente puso en Su Palabra. Nuestra congregación tendría una teología personal más balanceada si predicáramos todos los planes de Dios. Podríamos también reducir la frecuencia e intensidad de las guerras doctrinales denominacionales. Un poco de balance logra mucho.

¿Será usted predecible?

Predico a través de los libros de la Biblia porque quiero ser creativo en el púlpito. Cocinar la misma comida todos los días aburrirá a la gente que se sienta en su mesa. Predicar el mismo tipo de sermones cada semana tendrá un efecto similar. Como regla, los sermones de actualidad tienden a ser muy predecibles. Hasta suenan parecidos. La mayoría comienza con una pregunta y tienen varios puntos –usualmente dos o tres– que responden a la pregunta. ¿Por qué debemos orar? Permítame ofrecerle tres respuestas. ¿Cómo puedo tener un gran matrimonio? Permítame ofrecerle tres respuestas. ¿Por qué son importantes las misiones? Permítame ofrecerle tres razones. ¿Cómo puede tener una gran vida sexual? Aquí hay tres claves. Deles a sus oyentes un descanso de la monotonía. Deles un poco de variedad al predicar a través de los libros de la Biblia. ¿Cómo es que predicar a través de libros de la Biblia estimula la creatividad? Porque Dios no solo inspiró las palabras de las Escrituras; Él también entrelazó esas palabras con un género inspirado. No fue por accidente que el Salmo 23 se escribió como un canto o que las verdades de Gálatas fueran escritas como una epístola. La inspiración de Dios en las Escrituras se extiende al género literario así como en sus propias palabras. Dios seleccionó la combinación perfecta de palabra y género para comunicar Su significado. La palabra y el género se fusionan para formar la idea de Dios.

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A muchos de nosotros nos enseñaron en el seminario a respetar el género del texto bíblico cuando lo interpretamos. Sin embargo, para ser consistentes debemos ser igual de respetuosos del género en nuestra comunicación del texto bíblico. Nuestros sermones deben reflejar tanto la forma como las palabras del texto bíblico. Cuando lo hacemos, nuestros sermones serán tan variados como la Biblia. La decisión de predicar los libros de la Biblia –y respetar por completo su inspiración a medida que lo hace–, lo obligará a expandir su creatividad homilética. Su repertorio homilético no tendrá más opción que expandirse para adaptarse a los géneros encontrados en las Escrituras. Deberá seguirle los pasos a la creatividad del mismo Dios. Ya no predicará un Salmo de la misma manera en que predica el libro del Apocalipsis. O Proverbios como Romanos 5. Las diferentes formas de literatura en la Biblia lo obligarán a aprender nuevas formas de sermones. La naturaleza misma de las palabras inspiradas por Dios obliga a los predicadores a salir de sus zonas de comodidad de actualidad y exige una creatividad inspirada en el púlpito.

¿Los alimentará con lo que necesitan?

Yo predico los libros de la Biblia para asegurarme de que mi predicación nutre. ¿Cómo sabe usted que su predicación le está dando a sus fieles la nutrición espiritual que necesitan para crecer sanos? Si “toda la Escritura es inspirada por Dios… útil… a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2 Tim 3:16-17), entonces mi congregación necesita de toda la Escritura para estar bien preparados. Si no obtienen toda la Escritura, no estarán obteniendo lo que necesitan para crecer. Ya que los libros de la Biblia están enriquecidos con todos los nutrientes necesarios para la madurez espiritual, he decidido apegarme al menú de Dios. Es mi intención decir lo que Dios dijo.

¿Será usted elocuente?

Predico los libros de la Biblia porque quiero que mis sermones hagan una gran diferencia en las vidas de mis oyentes. Permítame ser directo. Usted no podrá hacer explotar una montaña con petardos o construir rascacielos con palillos de dientes. Tampoco podrá causar un profundo impacto en la vida de las personas con ideas sin peso. Las ideas insignificantes producen cambios insignificantes en las vidas de las personas. Una de las razones por las cuales muchas iglesias están escuchando sermones superficiales es porque muchos predicadores están predicando ideas superficiales. ¡Cuando todo lo que usted tiene para trabajar son petardos y palillos de dientes, lo más probable es que no pueda hacer una gran diferencia! Arquímedes dijo: “denme un punto de apoyo y moveré al mundo.” Él sabía que la clave para cambiar al mundo era una herramienta de un tamaño adecuado. Nosotros los predicadores pudiéramos aprender de este antiguo griego y negarnos a llegar al púlpito sin una que sea adecuada para cumplir con este trabajo.

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Comprenda la “idea principal”

¿De dónde vienen las pequeñas ideas? De nosotros. Cuando las ideas que predicamos se originan de nuestra propia sabiduría –o de una búsqueda en Google– aumentamos grandemente la probabilidad de que el punto de apoyo de nuestro sermón sea inadecuado para impulsar un cambio profundo en las vidas de nuestros oyentes. Un cambio relevante solo puede ser alcanzado por una idea relevante. Este es uno de los peligros de una gran dependencia de la predicación de actualidad. Es poco probable que una serie de sermones de doce semanas sobre “Cómo manejar el estrés en el siglo XXI” resulte en un aumento significativo de santificación. Tampoco lo lograrán cuatro semanas de “Cómo encontrar a una buena esposa”. La mejor manera de asegurar que usted tiene una idea suficientemente importante como para lograr un profundo cambio es comenzar con la intención del autor de un pasaje o Escritura. Si, en la opinión de Dios, una idea era lo suficientemente importante como para ponerla en la Escritura, podemos estar seguros de que tenía el apoyo necesario para lograr un cambio importante. Cuando los predicadores profundos hacen el estudio gramático-histórico en el texto necesario para descubrir la idea original que los escritores bíblicos pretendían comunicar a sus audiencias originales, tendrán una idea que pueden utilizar para lograr un cambio significativo. Mis ideas podrían ser malísimas. Las de Dios nunca las son. Pablo le dijo a la iglesia que pastoreaba en Éfeso que era “inocente de la sangre de todos, porque sin vacilar les he proclamado todo el propósito de Dios.” (Hechos 20:26-27). Cualquier forma de predicación que prefiramos, asegurémonos que podamos decir lo mismo.

Comprenda las ideas que Dios puso en la Biblia

Los predicadores que reconocen cómo las ideas dan nuevas formas a las vidas se asegurarán de que las ideas que comparten son las ideas de Dios. Una de las diferencias más importantes entre un orador motivacional y un predicador es la fuente de las ideas que comunican. Los oradores motivacionales hábilmente organizan el material de su conferencia alrededor de una idea propia. Los predicadores son distintos. Como portavoces de Dios, ordenamos el contenido de nuestros sermones alrededor de las ideas de Dios. Los oradores motivacionales venden a las audiencias sus ideas. Los predicadores persuaden a las personas para adoptar las ideas de Dios. El objetivo del predicador bíblico debe ser primero comprender la idea que el autor bíblico pretendía comunicar a su audiencia original. Se preguntan: ¿Qué estaba diciendo Dios a través del escritor bíblico, a la audiencia original de esta porción de la Escritura? Uno de los primeros y más críticos pasos para predicar profundamente es comprender la intención del autor de un pasaje de la Escritura. Determinar la intención del autor no es fácil. Requiere un extenso entrenamiento en exégesis bíblica y un continuo esfuerzo para aplicar semanalmente a aquellas habilidades adquiridas en el seminario al texto bíblico. No es inusual que un pastor bien entrenado trabaje por 15 horas o más a la semana una labor exegética para poder determinar la intención del autor del pasaje. ¿Por qué?

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¿Por qué es tan crítico para los predicadores profundos que comprendan la idea original que los viejos escritores bíblicos pretendían comunicar a sus audiencias originales? La primera razón es un tema de integridad básica. Si no decimos lo que Dios inspiró, estaremos diciendo en nombre de Dios lo que Dios nunca quiso decir. Estaremos poniendo la firma de Dios en un cheque que Él no escribió. Esto es fraude. Y comprensiblemente, Dios no se complace cuando la gente dice en Su nombre algo que Él no dijo. La baja opinión de Dios de aquellos predicadores que falsamente afirman hablar Su palabra está clara. Como Él dijo a los falsos profetas en los tiempos de Jeremías: No hagan caso de lo que dicen los profetas, pues alientan en ustedes falsas esperanzas; cuentan visiones que se han imaginado y que no proceden de la boca del Señor. ¿Quién de ellos ha estado en el consejo del Señor? ¿Quién ha recibido o escuchado su palabra? ¿Quién ha atendido y escuchado su palabra? Yo no envié a esos profetas, pero ellos corrieron; ni siquiera les hablé, pero ellos profetizaron. Si hubieran estado en mi consejo, habrían proclamado mis palabras a mi pueblo; lo habrían hecho volver de su mal camino y de sus malas acciones.4 Los predicadores que no hacen su mejor esfuerzo para comunicar las ideas de Dios no son verdaderos profetas. Ciertamente no son predicadores profundos. Sólo son oradores motivacionales disfrazados. Si los desobedientes profetas de los tiempos de Jeremías hubiesen predicado la verdad de Dios hubieran logrado que sus oyentes dejaran sus actos malvados y perversos. Porque fallaron en comunicar lo que Dios dijo, no lograron causar un impacto en las vidas de aquellos a quienes predicaban. Dios le dijo a estos predicadores fraudulentos: Pero, si ustedes responden: “¡Mensaje del Señor!”, el Señor dice: “Por cuanto ustedes han dicho: ‘¡Mensaje del Señor!’, siendo que yo les había prohibido que pronunciaran esta frase, entonces me olvidaré de ustedes y los echaré de mi presencia, junto con la ciudad que les di a ustedes y a sus antepasados. Y los afligiré con un oprobio eterno, con una humillación eterna que jamás será olvidada. 5 Es un grave pecado predicar lo que Dios no ha dicho. Por eso es que Santiago nos advierte que “no pretendan muchos de ustedes ser maestros, pues, como saben, seremos juzgados con más severidad.” 6

4 5 6

Jr 23:16, 18, 21-22. Jr 23:38-40. Sant 3:1.

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Comprenda la “idea principal”

Para causar un gran impacto en la vida de nuestros oyentes para la gloria de Dios nuestros sermones deben construirse sobre la sólida base de un entendimiento exegético veraz de lo que Dios estaba diciendo a través de Sus escritores humanos a sus audiencias originales. Los fieles predicadores pasan las ideas de Dios a sus oyentes. Son plagiadores bíblicos. Hacerlo de otra forma es mostrar una gran falta de integridad, e invita al juicio de Dios.

La anatomía de una idea

¿Qué es una idea? Si usted pusiera un durazno en la tabla de picar de su cocina y lo cortara con un cuchillo afilado, descubriría que el durazno tiene cuatro grandes componentes: piel, pulpa suave, hueso y dentro del hueso, una semilla. Los pasajes bíblicos son construidos de forma similar. Si pudiese abrir un pasaje bíblico, pudiese ver cuatro elementos importantes: una unidad natural, un tema, un sujeto y un complemento. Primero note la “piel” o circunferencia de un pasaje. La piel del durazno es lo que le da unidad a la fruta. La piel separa a un durazno de otro y le permite a usted saborear cada durazno separadamente. Cada durazno tiene su propia piel. Los pasajes bíblicos también tienen “piel”. En términos exegéticos, la “piel” es la unidad natural de la Escritura. Para encontrar la idea principal de un texto, usted debe encontrar primero la piel de su texto: debe determinar las divisiones naturales del pasaje de la Escritura con el cual está trabajando. El tamaño de una unidad natural puede variar de acuerdo con la literatura bíblica con la cual está trabajando. Algunas narrativas, por ejemplo, pueden abarcar varios capítulos.7 En la literatura epistolar, la unidad más pequeña de la Escritura es un párrafo. Los Salmos se interpretan mejor individualmente. Los proverbios individuales son probablemente la única literatura bíblica que debe predicarse como versículos individuales. Es importante que usted identifique adecuadamente la “piel” que rodea su texto. Yo encuentro útil leer varias veces un libro bíblico para poder obtener un vistazo de lo que el autor está diciendo y cómo está organizando su libro. ¡Por favor, no se salte este paso! Al igual que con los duraznos, si usted no separa adecuadamente las unidades de la Escritura que está predicando, ¡tendrá un desastre en sus manos! El no dividir la palabra adecuadamente evitará que encuentre la idea principal del autor bíblico. Una vez haya identificado la unidad natural, podrá comenzar a determinar el tema de su texto. El tema de su pasaje es como la pulpa de un durazno. Como la pulpa de un durazno, el tema del pasaje está accesible a nosotros. El tema del pasaje es el amplio sujeto que el autor original estaba tratando. Algunas preguntas simples que frecuentemente utilizo para ayudarme a identificar el tema de un pasaje son: “¿Habla este pasaje sobre el divorcio? ¿Guerras nucleares?

7 Para mayores detalles sobre cómo interpretar y comunicar las narrativas bíblicas, vea J. K. Edwards, Effective First-Person Biblical Preaching: The Steps from Text to Narrative Sermon [Predicación bíblica efectiva en primera-persona: los pasos del texto al sermón narrativo] (Grand Rapids: Zondervan, 2005).

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PREDICACIÓN PROFUNDA

“¿Si no son estos temas, entonces cuáles son?” Usted debe conocer el tema general que está tratando el autor bíblico. ¿Está hablando acerca de la oración o del dinero? Si no puede responder, pregúntese de nuevo: “¿Por qué no? ¿Qué está evitando que comprenda este pasaje?” Entonces regrese al pasaje y haga la exégesis necesaria para responder a estas preguntas. Si usted ha llevado a cabo una razonable cantidad de trabajo exegético e identificado adecuadamente la unidad natural de su texto, el tema debe ser fácilmente accesible. Debe ser bastante fácil “meterle los dientes” al tema. Sin embargo, el problema con los temas es que, aunque identificarlos es un paso útil en la preparación de un sermón, son imposibles de predicar. Como la pulpa de un durazno, los temas son muy grandes para poder meterlos enteros a la boca. Un tema es muy grande para predicar en un solo sermón. Es imposible, por ejemplo, predicar un sermón sobre la oración. El tema de la oración es tan grande como el océano. ¿Cómo podríamos reducir algo tan grande en un solo plato? ¿Hablará sobre las razones de orar? ¿Los retos al orar? ¿Los beneficios de la oración? Ciertamente no puede decir todo sobre la oración en un solo sermón. Usted deberá reducir el enfoque de su sermón para poder alcanzar el máximo impacto. La manera en que usted reduce el enfoque de su sermón a porciones de tamaño “bocado”, es al identificar el tema del pasaje del cual está predicando. El sujeto de un pasaje, como el hueso del durazno, mantiene todo unido. Es el núcleo de su mensaje. El sujeto responde a la pregunta: “¿qué está diciendo el autor acerca de este tema? ¿De qué está hablando?” Está el autor respondiendo a la pregunta de: “¿por qué debemos orar?” o “¿cuándo debemos orar?” O quizás: “¿cómo debemos orar?” Ningún elemento de comunicación puede responder a todas esas preguntas, así que el predicador deberá identificar la pregunta que mejor resuma lo que el autor original dice sobre este tema. El proceso de identificar correctamente el núcleo o sujeto de una unidad natural de la Escritura sería mucho más fácil si usted siguiera dos simples reglas. Primero, convierta siempre su sujeto en una pregunta. El proceso gramatical de elaborar una pregunta le ayudará a agudizar su pensamiento. Segundo, cualquier pregunta que elabore, asegúrese que comience con un solo interrogante: quién, qué, dónde, cuándo, cómo o por qué. Crear esta pregunta no es fácil. De hecho, la elaboración de la misma siempre ha sido enormemente frustrante para mí. Pero cuando no puedo escoger una sola pregunta que está en el núcleo de una unidad natural de la Escritura, como el hueso está en el centro de un durazno, me pregunto: “¿por qué?” ¿Qué está evitando que comprenda el significado de este pasaje? Mi pregunta me lleva a exégesis adicionales. Para determinar el significado o la idea de un pasaje comenzamos por escribir el sujeto de una unidad natural de la Escritura en forma de pregunta. Pero no podemos detenernos allí. Debemos responder a la pregunta que acabamos de hacer. Además de un tema y sujeto, debemos encontrar un complemento en nuestra unidad natural de la Escritura.

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Comprenda la “idea principal”

Un complemento, como lo indica la palabra, completa un sujeto. Responde a la pregunta efectuada por el sujeto. Los complementos anidan dentro del sujeto como lo hacen las semillas de durazno dentro del hueso. Ambos están orgánicamente conectados y se encuentran dentro de la pulpa del texto. Ya que los sermones profundos comunican los pensamientos de Dios, los únicos complementos o respuestas que utilizaremos en nuestro sermón son los complementos que el autor original incluyó en sus escritos. ¿Cuántos complementos debe tener un sermón? Tiene tantos como haya en un texto. Solo asegúrese de entender el género bíblico con el cual está trabajando. Si, por ejemplo, usted está trabajando con literatura narrativa, descubrirá que las narrativas tienen solo un complemento.8 Por otro lado, la literatura epistolar casi siempre contiene múltiples complementos. Asegúrese que está predicando los complementos encontrados en la unidad natural de la Escritura que está predicando. ¡No invente cosas!

Encontrando la idea

¿Cómo encontramos el sujeto y el complemento en un texto bíblico? Veamos cómo funciona esto con un texto real. Veamos Romanos 5:1-5. Esta es una unidad natural de la Escritura. Como regla, la unidad más pequeña de pensamiento en una epístola es un párrafo. Así que aunque usted puede escoger predicar “pedazos” naturales más grandes de una epístola, no querrá reducirlo. Usted debe tener una unidad natural de la Escritura para tener una idea. Tome un momento para leer este pasaje: En consecuencia, ya que hemos sido justificados mediante la fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. También por medio de él, y mediante la fe, tenemos acceso a esta gracia en la cual nos mantenemos firmes. Así que nos regocijamos en la esperanza de alcanzar la gloria de Dios. Y no solo en esto, sino también en nuestros sufrimientos, porque sabemos que el sufrimiento produce perseverancia; la perseverancia, entereza de carácter; la entereza de carácter, esperanza. Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado. 9 Ya que esto es literatura epistolar, el tema es bastante fácil de determinar. Las epístolas son similares a un ensayo contemporáneo en estructura y los buenos ensayos siempre comienzan un párrafo con una oración del tema. En la primera oración de este párrafo se introduce el tema.

8 Las historias siempre tienen un punto. Pero no tienen puntos. Siempre hay “una moraleja de la historia”, pero no “moralejas”. Para mayor discusión sobre la narrativa, vea Effective First-Person Biblical Preaching: The Steps from Text to Narrative Sermon [Predicación bíblica efectiva en primera-persona: los pasos del texto al sermón narrativo]. 9 Rom 5:1-5.

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En consecuencia, ya que hemos sido justificados mediante la fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. También por medio de él, y mediante la fe, tenemos acceso a esta gracia en la cual nos mantenemos firmes. Así que nos regocijamos en la esperanza de alcanzar la gloria de Dios. Y no solo en esto, sino también en nuestros sufrimientos, porque sabemos que el sufrimiento produce perseverancia; la perseverancia, entereza de carácter; la entereza de carácter, esperanza. Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado.10 El tema del cual habla Pablo en esta unidad natural de la Escritura es la justificación por la fe. ¿Pero qué está diciendo Pablo sobre la justificación por la fe? No puede decir todo sobre este tema. ¿Qué pregunta en particular está haciendo aquí? Ya que la literatura epistolar es tan densa y compleja, encuentro de ayuda el volver a escribir un pasaje epistolar de manera que exponga sus oraciones independientes y subordinadas. Escribo las ideas más independientes a la izquierda de mi papel y las más subordinadas a la derecha. Siento que esto es de ayuda para distinguir el sujeto y el complemento de la literatura epistolar. Así se ve Romanos 5:1-5 cuando lo vuelvo a escribir para exponer sus ideas independientes y subordinadas. En consecuencia, ya que hemos sido justificados mediante la fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. También por medio de él, y mediante la fe, tenemos acceso a esta gracia en la cual nos mantenemos firmes. Así que nos regocijamos en la esperanza de alcanzar la gloria de Dios. Y no solo en esto, sino también en nuestros sufrimientos, porque sabemos que el sufrimiento produce perseverancia; la perseverancia, entereza de carácter; la entereza de carácter, esperanza. Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado.*

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Ibid, la negrita es nuestra.

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Comprenda la “idea principal”

El tema de este pasaje es la justificación por la fe. ¿Cuál es el sujeto? En la forma de una pregunta, el sujeto es: “¿Cuáles son los beneficios de la justificación por la fe?” En este pasaje, Pablo explica a los cristianos en Roma los beneficios tangibles que resultan de ser declarados legal y moralmente inocentes por el Santo Dios. ¿Cuáles son estos beneficios? ¿Cómo ha cambiado la vida para los cristianos romanos como resultado de ser justificados por la fe? Ahora que el texto ha sido reescrito para revelar las ideas independientes y subordinadas, los complementos son muy fáciles de ver. Tema: Justificación por la fe. Sujeto: ¿Cuáles son los beneficios de ser justificado por la fe? Complemento: Tenemos ahora paz con Dios, esperanza de la gloria de Dios y la perspectiva que necesitamos para gloriarnos en nuestras tribulaciones. ¿Cómo sabe que ha identificado adecuadamente la “idea principal” correcta de una unidad natural de la Escritura? Cuando su sujeto y complemento explican o conectan todos los detalles de un texto bíblico. He utilizado la metáfora de una rueda de carreta para explicar cómo funciona esto. El borde de la rueda es la unidad natural de la Escritura. Los rayos de la rueda son los detalles exegéticos contenidos dentro de esa unidad de la Escritura. El centro de la rueda es la “idea principal”. Esta es la idea central del texto bíblico. El trabajo del predicador es identificar la “idea principal” que conecta toda la información contenida dentro de una unidad natural de Escritura en una sola pregunta y respuesta que satisfacen. Si usted crea una “idea principal” que no no le da sentido a los elementos relevantes en su texto, entonces no puede estar en lo correcto. Usted debe volver a su exégesis y hacer todo el trabajo necesario que le permita moverse hacia adelante. Pregúntese: “¿Qué necesito comprender de este texto? ¿Qué me ayudaría a escribir un sujeto y complemento que conecten todos los rayos de este pasaje?” Me doy cuenta que esto es más fácil decirlo que hacerlo. Las pocas veces que intento lograr y elaborar una “idea principal” para un pasaje de la Escritura usualmente me equivoco. Mis primeras ideas a menudo conectan con algunos de los hechos del pasaje, pero no a otras. He trabajado por muchas horas intentando articular la idea que vincule todos los detalles del texto bíblico. Pero ya no puedo predicar una idea que no conecta con los hechos de mi unidad natural de la Escritura mejor de lo que puedo montar una bicicleta con la mitad de los rayos no conectado a las ruedas. Si intento moverme sin colocar los rayos, el desastre es inevitable. No se dé por vencido. Existe una idea en el centro de cada unidad natural de la Escritura… tal como hay un hueso en el centro de cada durazno. Mi trabajo, como comunicador de la Escritura, es encontrarlo. Los sermones profundos comienzan con una cuidadosa exégesis de la Escritura, y el propósito de la exégesis es la “idea principal” que tiene el autor. Free y Stuart lo expresaron claramente: * Rom 5:1-5. NIV

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La exégesis es el estudio cuidadoso y sistemático de la Escritura para descubrir el significado original y deseado…es el intento de escuchar la Palabra como la hubiesen escuchado quienes originalmente lo hicieron, para encontrar cual fue la intención original de las palabras de la Biblia.11 La convicción de que la idea yace dentro de cada unidad natural de la Escritura es de enorme ayuda a medida que usted intenta conectar los rayos de un pasaje a una idea principal. Pero no piense que es fácil. En ocasiones un pasaje es como un Golden Retriever que se acuesta de espaldas suplicándole que le rasque el estómago. Se entrega sin esfuerzo. Pero otras veces el texto se parece a un oso pardo que defiende a su cría. Usted entra en la lucha con muchas dudas de poder ganar. John Henry Jowett estaba en lo correcto cuando dijo: Yo encuentro el comprender de esa oración la labor más difícil, rigurosa y fructífera en mi estudio. El obligarse a entender esa oración, para descartar cada palabra vaga, irregular, ambigua, para pensar uno mismo en la forma de palabras que defina el tema con escrupulosa exactitud – este es seguramente uno de los factores más vitales y esenciales de elaborar un sermón y no creo que ningún sermón deba ser predicado, ni siquiera escrito, hasta que esa oración haya salido tan clara como una luna sin nubes.12 Llevar a cabo el difícil trabajo exegético necesario para identificar la intención del autor de una unidad natural de la Escritura en la forma de un sujeto y un complemento es un paso necesario en la creación de sermones profundos. Pero no es el último paso. Aún queda un muy largo camino que recorrer. Para ser bíblicos, cada sermón necesita tener una clara idea exegética en su núcleo. Este es el punto de partida de un sermón. Pero no es el destino. Es muy distinto. Para los predicadores profundos, una idea bíblica es como un jugo de uvas recién cosechado, limpio, fresco y refrescante, pero muy distinto de lo que pudiese ser. Con una atención de expertos y suficiente tiempo, este jugo puede convertirse en un fino vino. Puede hacer más que solo calmar una sed temporal; puede explotar en su paladar con un buqué de sabores que le quitarían el aliento. ¿Qué más hay que hacer? ¿Qué queda después que se completa la exégesis? Mucho, mucho más. Hasta ahora usted ha utilizado sus recursos. Ahora usted debe permitir al Espíritu Santo que haga su trabajo. Ahora usted debe ir a lo profundo.

11 G. D. Fee y D. K. Stuart, How to Read the Bible for all its Worth: A Guide to Understanding the Bible [Cómo Leer la Biblia por todo su Valor: Una Guía para Entender la Biblia], 2da edición (Grand Rapids: Zondervan, 1993), 19. 12 J. H. Josett, The Preacher: His Life and Work [El predicador: su vida y trabajo] (Nueva York: Doran, 1912), 133.

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Capítulo 6

Lleve la idea de Dios a su armario No soy muy inteligente. Dios me recordó esto, algunos meses atrás. Estaba en una desesperada lucha por determinar la idea principal del pasaje sobre el cual iba a predicar el domingo, cuando Dios me mostró lo ignorante e intelectualmente arrogante que era. Él me reveló mis limitaciones. Estaba sentado en el sofá en mi sala familiar con mi computadora portátil Mac abierta y a todo trabajar. Además, tenía cuatro o cinco ventanas abiertas en Internet, mi MacBook Pro tenía la más reciente versión de PowerPoint al fondo y una copia de Microsoft Windows, desde la cual yo estaba trabajando con cuatro de los más respetados programas de estudio bíblico disponibles hoy. El Espíritu Santo me llevó a reflexionar sobre la impresionante cantidad de poder de las computadoras y herramientas de referencias bíblicas contenidas dentro del brillante pedazo de metal y plástico que tenía en mi regazo. Y las preguntas que inundaron mi mente fueron: “¿Por qué Dios me necesita? ¿Qué “valor agregado” le doy al proceso exegético? ¿Por qué soy siquiera necesario?” Los programas en mi computadora portátil pueden exegetar un texto más efectivamente de lo que yo puedo lograr. Tienen un conocimiento muy superior al que tengo, que quizá jamás tendré, sobre la gramática de las lenguas antiguas. Y pueden instantáneamente referirse y hacer referencia cruzada a miles de libros electrónicos cargados en el disco duro y acceder a recursos informativos virtualmente ilimitados en Internet. Contrario a mí, estos programas nunca olvidan lo que se les ha enseñado y pueden computar los datos a la velocidad de un electrón. ¿Quién soy yo? ¡Yo ni siquiera funciono bien antes de mi café de la mañana! 85


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Para empeorar las cosas, los no creyentes también eclipsan mis habilidades exegéticas. Puedo ir a cualquier universidad secular y encontrar a cualquier profesor cuya facilidad en las lenguas originales excede la mía. ¿Entonces por qué Dios no utiliza a paganos para comunicar la Escritura? Algunos de los lingüistas más talentosos no se han convertido. Tampoco algunos de los más respetables arqueólogos. De hecho, tengo varias herramientas exegéticas en las repisas de mi librería cuyos autores son personas que se han negado a confiar en Jesucristo para su salvación. La pregunta que me atormentaba era: “¿Por qué Dios necesita que yo interprete la Biblia?” Claramente no soy la herramienta más afilada de su caja de herramientas, así que, ¿por qué Dios no usa mi computadora portátil o a un erudito lingüista? ¿Por qué Dios me necesita a mí? ¿O a usted?

El Espíritu Santo nos enseña

La razón por la cual Dios escoge utilizarnos a usted o a mí para interpretar y comunicar Su libro es porque solo nosotros podemos entenderlo adecuadamente. Únicamente las personas que están espiritualmente vivas y disfrutan el trabajo del Espíritu Santo en sus vidas pueden entender de manera apropiada el libro de Dios, porque el libro de Dios no es como ningún otro libro jamás escrito. El libro de Dios tiene una dimensión tanto humana como espiritual, porque tiene una autoría doble. La Escritura consiste en las palabras exactas que sus autores humanos escogieron escribir. La Escritura también consiste en las palabras exactas que el Espíritu Santo escogió escribir. De la misma manera, los hombres y Dios escribieron la Biblia. Ambos escritores lograron completamente sus propósitos al escribirla. Como lo señaló el apóstol Pedro: Ante todo, tengan muy presente que ninguna profecía de la Escritura surge de la interpretación particular de nadie. Porque la profecía no ha tenido su origen en la voluntad humana, sino que los profetas hablaron de parte de Dios, impulsados por el Espíritu Santo.1 Los cristianos no son necesariamente los mejores intérpretes de Ernest Hemingway, William Wordsworth o Sinclair Lewis. Sin embargo, cuando se trata de las Sagradas Escrituras los cristianos tienen una clara ventaja. Porque a diferencia de las computadoras portátiles y los ateos, los cristianos tienen al Espíritu Santo, el coautor de la Biblia, residiendo en nosotros. Y una de las cosas que hace el Espíritu Santo es darnos conocimiento y entendimiento de Su Palabra. Jesús sabía que necesitábamos más que una educación de seminario con un promedio alto para entender adecuadamente la Escritura. Por esto Él les prometió a Sus discípulos en Juan 14: Y yo le pediré al Padre, y él les dará otro Consolador para que los acompañe siempre: el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede aceptar porque no 1

2 Pe 1:20-21.

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lo ve ni lo conoce. Pero ustedes sí lo conocen, porque vive con ustedes y estará en ustedes.2 ¿Qué hará el Espíritu de verdad? Uno de sus principales ministerios es revelarnos la verdad de Su Palabra. El enseña. El Espíritu Santo le da una profundidad al entendimiento de la Palabra de Dios que no se puede lograr con el simple intelecto humano o un procesador de computadora Pentium solamente. Muchas cosas me quedan aún por decirles, que por ahora no podrían soportar. Pero, cuando venga el Espíritu de la verdad, él los guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que dirá solo lo que oiga y les anunciará las cosas por venir. Él me glorificará porque tomará de lo mío y se lo dará a conocer a ustedes. Todo cuanto tiene el Padre es mío. Por eso les dije que el Espíritu tomará de lo mío y se lo dará a conocer a ustedes.3 Jesús se dio cuenta que, aunque consistente y efectivamente, les enseñaba a sus seguidores las Escrituras iba a necesitar mucha más enseñanza después de su ascensión. De acuerdo a Jesús, el Espíritu Santo seguiría la labor de Jesús. Lo que Jesús hizo con sus discípulos camino a Emaús, así mismo lo hará el Espíritu Santo con nosotros. Nuestros corazones también pueden arder con un entendimiento sobrenatural del texto bíblico. El gozo que todos los discípulos sintieron cuando el Cristo resucitado “les abrió sus mentes para comprender las Escrituras” 4 puede ser nuestro a través del ministerio de enseñanza del Espíritu Santo. El Espíritu Santo hace para nosotros lo que Jesús hizo para Sus discípulos. El Espíritu nos ayuda a extendernos cognitivamente más allá de la capacidad de nuestras habilidades exegéticas humanas. Los programas de computadoras y los paganos bien educados son capaces de entender los elementos rudimentarios de un texto bíblico. Pueden rechazar los sustantivos y analizar un verbo muy bien, pero necesitan la capacidad sobrenatural del Espíritu Santo para ir más allá de la simple exégesis a un entendimiento más completo de la Escritura que Dios tiene para sus hijos. Requiere de una habilidad sobrenatural del Espíritu Santo para comprender y recibir todo lo que Dios pretendía que recibiéramos cuando inspiró las Sagradas Escrituras. Como lo señaló Juan Calvino en sus Instituciones: El testimonio que da el Espíritu Santo es mucho más excelente que cualquier otra razón. Porque, aunque Dios solo es testigo suficiente de sí mismo en su Palabra, con todo a esta Palabra nunca se le dará crédito en el corazón de los hombres mientras no sea sellada con el testimonio interior del Espíritu. Así que es menester que el mismo Espíritu que habló por boca de los profetas, penetre dentro de nuestros corazones y los toque eficazmente para persuadirles de que los profetas han dicho fielmente lo que les era mandado por el Espíritu Santo.5 2 3 4 5

Jn 14:16-17. Jn 16:12-15. Lucas 24:45. Institutes 1:7, 4-5.

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Yo concuerdo con Millard J. Erickson en que el Espíritu Santo ayuda al creyente a comprender el significado del texto bíblico. Un entendimiento insuficiente de la verdad de Dios es una consecuencia del pecado. El pecado limita nuestra habilidad para comprender completamente la Escritura. El pecado nubla nuestra visión e inyecta premisas inconscientes que influyen nuestro entendimiento de la Escritura. Sólo el Espíritu puede superar estos efectos noéticos del pecado.6 Es imposible entender adecuadamente la Biblia sin la ayuda del Espíritu Santo de Dios. La inteligencia humana no es suficiente. Ningún software es adecuado. El Espíritu Santo es un componente crítico del proceso interpretativo bíblico. El apóstol Pablo en definitiva, sabía la importancia del trabajo de iluminación del Espíritu Santo. Tan innegablemente brillante como era, Pablo sabía que su intelecto era inadecuado para los rigores de la interpretación bíblica. Él sabía que nadie es lo suficientemente inteligente para comprender las Escrituras por sí solo. Por esto Pablo escribió en la primera de Corintios que “el que no tiene el Espíritu no acepta lo que procede del Espíritu de Dios, pues para él es locura. No puede entenderlo, porque hay que discernirlo espiritualmente.”7 El entendimiento espiritual se requiere para comprender lo que Dios está diciendo en Su Palabra. Necesitamos el Espíritu Santo de Dios para ayudarnos a comprenderlo. Pablo sabía que, además de nuestras facultades naturales, también necesitamos las facultades sobrenaturales del Espíritu Santo. Él enfatizaba el importante papel que tenía el Espíritu Santo en la exégesis cuando escribió: (...) Más bien, exponemos el misterio de la sabiduría de Dios, una sabiduría que ha estado escondida y que Dios había destinado para nuestra gloria desde la eternidad. Ninguno de los gobernantes de este mundo la entendió, porque de haberla entendido no habrían crucificado al Señor de la gloria. Sin embargo, como está escrito: «Ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado, ninguna mente humana ha concebido lo que Dios ha preparado para quienes lo aman». Ahora bien, Dios nos ha revelado esto por medio de su Espíritu, pues el Espíritu lo examina todo, hasta las profundidades de Dios. En efecto, ¿quién conoce los pensamientos del ser humano sino su propio espíritu que está en él? Así mismo, nadie conoce los pensamientos de Dios sino el Espíritu de Dios. Nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que procede de Dios, para que entendamos lo que por su gracia él nos ha 6 M. J. Erickson, Interpretación Evangélica: Perspectivas sobre Temas Hermenéuticos (Grand Rapids; Baker, 1993), 44-45. 7 7 1 Cor 2:14.

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concedido. Esto es precisamente de lo que hablamos, no con las palabras que enseña la sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, de modo que expresamos verdades espirituales en términos espirituales.8 Pablo comprendió las limitaciones de la exégesis del poder humano. Él se había especializado en ellas antes de su dramática confrontación con el Cristo resucitado. Él recordaba lo que era estudiar las Escrituras sin la ayuda del Espíritu Santo. Y ya no quería eso. Los resultados de la exégesis humana practicada por los fariseos no eran lindos y no llevaban a la santidad. El fruto de su trabajo en el texto mataba el alma. La exégesis que se lleva a cabo sin la iluminación del Espíritu Santo resulta en la manipulación del intérprete de la Palabra en lugar de permitir que Dios de forma a la vida del intérprete. Resulta en alejar a la gente de Dios en lugar de atraerlos hacia Él. Está claro que mientras escribía a los Corintios, el apóstol Pablo había logrado practicar una forma distinta de exégesis. Ahora Pablo permitía que el Espíritu Santo fuera su maestro. Ahora le permitía al Espíritu que le instruyera en las Escrituras. Es por el trabajo de iluminación del Espíritu Santo en su intelecto que Pablo puede decir en la primera carta a los Corintios 2:16: “quién ha conocido la mente del Señor para que pueda instruirlo? Nosotros, por nuestra parte, tenemos la mente de Cristo.” Pablo también deja claro que el trabajo de iluminación del Espíritu Santo lo disfrutan más que solo los apóstoles. Esto quedó claro cuando Pablo le escribió a la iglesia en Éfeso que: Pido que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre glorioso, les dé el Espíritu de sabiduría y de revelación, para que lo conozcan mejor. Pido también que les sean iluminados los ojos del corazón para que sepan a qué esperanza él los ha llamado, cuál es la riqueza de su gloriosa herencia entre los santos.9 Pablo oraba para que el Espíritu Santo les enseñara a los laicos sobre su iglesia. La carta que él estaba escribiendo pretendía darles importante información teológica de donde pudieran ganar un nivel de entendimiento basado en su entrenamiento anterior. Pero Pablo sabía que ellos necesitaban más que habilidad humana. Es por esto que él oraba para que el Espíritu Santo les enseñara. Ellos necesitaban el Espíritu de sabiduría para poder conocer a Dios mejor, para conocerlo en profundidad. Las personas que son guiadas por el Espíritu Santo piensan de forma diferente cuando estudian la Biblia. Pueden entender las Escrituras en formas que las computadoras portátiles y los profesores de lingüística seculares nunca sabrán. Son llevados a una mayor comprensión del texto bíblico por el autor de la Escritura. 8 9

1 Cor 2:7-13. Ef 1:17-18.

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El Espíritu Santo nos ayuda a comprender la Biblia

Por favor no me malentiendan. No estoy diciendo que el Espíritu Santo nos enseñará nuevas verdades fuera de la Escritura. En la Biblia, Dios nos ha dado Su completa y suficiente revelación y ninguno de nosotros debería estar buscando la Tercera de Corintios ni la Primera o Segunda de Los Ángeles. El canon se cerró. Tomo la advertencia del apóstol Juan en Apocalipsis 22 muy seriamente: A todo el que escuche las palabras del mensaje profético de este libro le advierto esto: Si alguno le añade algo, Dios le añadirá a él las plagas descritas en este libro. Y, si alguno quita palabras de este libro de profecía, Dios le quitará su parte del árbol de la vida y de la ciudad santa, descritos en este libro.10 No necesitamos revelaciones adicionales. Pablo estaba en lo correcto cuando escribió: “Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia, a fin de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado para toda buena obra.” 11 A la Biblia no le falta nada. Está completa. El Espíritu de Dios hace todas las cosas bien. Esto incluye escribir libros. Cuando el Espíritu Santo inspiró las Escrituras no solo escribió el libro más vendido de todos los tiempos y el único libro libre de errores jamás escrito, sino que también escribió un libro completo. Su libro contiene todo lo que Él sabía que se necesitaría para ser completamente maduro en Cristo. La Biblia fue escrita por el Espíritu Santo para enseñarnos quién es Dios y cómo vivir en respuesta a Él. Y como la mayoría de los maestros publicados, el Espíritu Santo escoge utilizar el libro de Su autoría como nuestro libro de texto espiritual. El Espíritu Santo no nos alejará de la Escritura. Él lo escribió para darnos la verdad que Él sabía que necesitábamos. La Biblia contiene todo lo que requerimos para vivir en una profunda relación con nuestro Padre celestial.

El Espíritu Santo nos ayuda a entender lo que significa la Biblia

El hecho de que el Espíritu Santo es su maestro no significa que puede saltarse el duro trabajo exegético en el texto necesario para determinar la intención del autor del texto que va a predicar. Todos los sermones deben basarse en la Escritura. Si no lo están, no son sermones bíblicos. Toda la preparación de un sermón debe comenzar con un minucioso análisis gramatical-histórico de una unidad natural de la Escritura para poder determinar la idea principal que el autor humano original y el Espíritu Santo han puesto allí. El Espíritu Santo extiende sus facultades mentales; Él no las reemplaza. El Espíritu Santo no le enseñará lo que el autor original no pretendía comunicar a su audiencia original. Para ser realmente bíblico, toda la exégesis debe tener como propósito la verdad objetiva contenida en el texto bíblico. Haddon Robinson está en lo correcto cuando dice: “un texto no puede significar lo que nunca significó”. 10 Ap 22:18-19. Juan hablaba sobre el libro de Apocalipsis cuando escribió estas palabras; sin embargo, el principio puede ser extrapolado para aplicarse a toda la Escritura. 11 2 Tim 3:16-17.

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Si Moisés estuviera escuchando un sermón que usted predica del libro de Éxodo, no debería sorprenderse de su exégesis. Si Moisés se asombra por lo que usted dice, entonces usted no está predicando un sermón bíblico. El Espíritu Santo no lo guiará a una interpretación que Él no planeó. Coincido con G. B. Caird: No tenemos acceso a la mente de Jeremías o Pablo, excepto a través de sus palabras escritas. Con mayor motivo, no tenemos acceso a la palabra de Dios en la Biblia excepto a través de las palabras y las mentes de aquellos que decían hablar en su nombre. Podemos no creerles, es nuestro derecho, pero si intentamos, sin evidencia, penetrar a un significado distinto al que pretendían los escritores, entonces es nuestro significado, no el de ellos o el de Dios.12 La intimidad y dependencia en el Espíritu Santo no eliminarán el arduo trabajo exegético del texto. Muy por el contrario. Pero el trabajo exegético solo es inadecuado. Es solamente el primer paso en el proceso interpretativo. Y, tan desafiante como pueda ser este primer paso, es a menudo el paso más fácil. La predicación profunda requiere que la visión de las Escrituras que usted predica sea asistida por el Espíritu Santo. La predicación profunda requiere más. Mucho más.

La ayuda homilética del Espíritu Santo

Mi creciente aprecio por el trabajo de enseñanza del Espíritu Santo me ha llevado a reconsiderar y ajustar el proceso homilético que enseño y empleo. Antes veía el proceso de predicación como se ve a continuación:

1. Inicio

2. Final

12 G.B. Caird, The Language and Imagery of the Bible [El lenguaje y metáforas de la Biblia], (Filadelfia: Westminster Press, 1980).

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PREDICACIÓN PROFUNDA

1. Hay un momento en que el acto de la predicación inicia. Esto es cuando

se entera por primera vez que va a predicar en una fecha específica. En ese momento comienza el proceso de predicación.

2. Hay un momento cuando termina el sermón. Allí es cuando se hace la oración

final, se canta la canción final y todos salen del auditorio. Su responsabilidad final como predicador es pararse en el vestíbulo y saludar a la gente y responder a los comentarios de su congregación. En este punto no hay nada que pueda hacer para cambiar el sermón. Se acabó. 3

1. Inicio

2. Final

4. Trabajo Exegético

5. Trabajo Homilético

4a. Idea Pricipal

3. Sin embargo, es crítico notar que existen dos tareas discretas en el proceso

de crear un sermón. Yo pongo una pared vertical a través de este camino (con alambre de púas en la parte de arriba) para mostrar que este proceso debe ser dividido en dos partes discretas: la tarea exegética y la tarea homilética.

4. La tarea exegética es, como lo hemos visto, para identificar la idea principal que el autor original pretendía comunicar a la audiencia original. Esta idea debe expresarse en la forma de un sujeto y un complemento: pregunta y respuesta. El objetivo de la tarea exegética (4a) es una correcta comprensión del texto.

5. La tarea homilética es muy diferente a la tarea exegética. En este lado de la

pared determinamos la forma más efectiva de retransmitir la idea del autor bíblico. Aquí nos hacemos preguntas como: “¿Qué es lo que debo explicar de este texto a mi audiencia? ¿Cómo debería aplicar este texto a mi audiencia? ¿Cuál es la forma más efectiva de ordenar mi material?” El objetivo de la tarea homilética es la comunicación.

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Lleve la idea de Dios a su armario

La razón de que este diagrama tenga una pared con alambre de púas separando las tareas exegéticas es para enfatizar que estas tareas deben permanecer discretas. Es imperativo que no se dupliquen. Un error común de quienes han predicado regularmente por algunos años es la tendencia a ver un pasaje y tratar inmediatamente de identificar la estructura homilética que pudieran utilizar para predicarlo. Este es un gran error. ¿Por qué? Porque para los predicadores es fácil precipitarse a un texto y con su apuro para salir del sermón del domingo, terminan cambiando el texto y dicen otra cosa que no es lo que el autor quería comunicar originalmente. Para hacerle justicia al texto, encuentro importante primero pasar una cantidad considerable de tiempo en el texto haciendo trabajo exegético, mientras imagino que nunca tendré que predicarlo. Me digo a mí mismo que esto es solo un ejercicio académico. Me imagino que estoy de vuelta en el seminario haciendo un reporte. Sé que a mi profesor no le importa qué idea presente en la conclusión de mi trabajo, mientras pueda probar exegéticamente que es la idea principal del texto bíblico. Mi único enfoque en esta etapa es determinar la idea que pretendía comunicar el autor original a la audiencia original. Nada más. Únicamente cuando esto se haya logrado puedo seguir adelante. Al mantener este enfoque único, permito que el autor bíblico controle el contenido del sermón. El sujeto y complemento de la unidad natural de la Escritura se convierten en la llave que utilizo para abrir la puerta en la pared. Solo cuando tengo la idea firme en una mano puedo abrir la puerta y cruzar la barrera para comenzar el proceso homilético. Por muchos años he estado contento con el proceso de predicación que les acabo de delinear. Siento que le hace justicia a todo el proceso de predicación. Trata las tareas exegéticas y homiléticas con la integridad que se merecen. Ayuda a producir sermones fieles al texto bíblico y relevantes para los oyentes. No estoy solo. Un número importante de libros de predicación urgen a los lectores a utilizar una metodología similar. Los homiléticos evangélicos frecuentemente emplean alguna variación de esta metodología para enseñar a quienes aspiran a ser ministros para saber cómo predicar. Sin embargo, el problema que he descubierto con este modelo homilético es que no da cabida adecuada al rol de enseñanza del Espíritu Santo. No bosqueja cómo puedo disfrutar del aporte sobrenatural que necesito para proclamar plenamente la Palabra de Dios. ¿Pero qué modelo es mejor? ¿Cómo puedo yo, como Pablo oró en Efesios 1:18, tener los ojos de mi corazón sobrenaturalmente alumbrados mientras me preparo para predicar? ¿Cómo me abro al ministerio de la enseñanza del Espíritu Santo sin sacrificar mi respeto por el significado objetivo del texto bíblico?

Estas preguntas llevan al desarrollo del modelo a continuación.

Permitirle al Espíritu Santo que nos ayude a comprender

En el modelo de predicación diagramado a continuación, se mantiene la primacía de la Escritura. No abandona la Escritura para favorecer algún 93


PREDICACIÓN PROFUNDA

conocimiento gnóstico divino que llegue directa y privadamente comunicado de Dios al predicador. Toma la advertencia de J. I Packer de “insuficiencia” ya sea del Espíritu sin la Palabra o de la Palabra sin el Espíritu muy seriamente.13 El modelo de “predicación profunda” delineado a continuación reconoce la importancia tanto de la Escritura como del Espíritu. En este modelo las tareas exegéticas y homiléticas retienen su integridad al permanecer separadas. La tarea exegética permanece siendo la primera tarea del predicador. No se evade la interpretación gramatical-histórica del texto bíblico para conseguir un significado “místico”. El propósito del proceso exegético sigue siendo la identificación de la idea principal del texto bíblico y requiere de riguroso trabajo en el idioma y cultura original. Esta idea principal debe ser la misma idea que el autor original pretendía comunicar a su audiencia original. Cualquier idea principal que no pueda sostenerse por la aplicación rigurosa de la examinación gramatical-histórica del texto no debe ser predicada. No debemos decir en el nombre de Dios lo que Dios no dijo.

1. Inicio

2. Final

4. Trabajo Exegético

5. Trabajo Homilético

4a. Idea Pricipal

El obvio cambio en el modelo es que la pared fue reemplazada por un armario. ¿Por qué un armario? Esta metáfora la tomamos de la enseñanza de Jesús en el Sermón del Monte donde, en Sus comentarios sobre disciplinas espirituales, le dice a Sus discípulos que cuando oren no deben ser como los hipócritas: “Pero tú, cuando te pongas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará.”14

13 “Un sinnúmero de posibilidades de auto-decepción y de envenenamiento satánico se abren en el momento en que hacemos a un lado la Palabra para seguir supuestas guías del Espíritu aparte de la Palabra.” J. I. Packer, The Holy Spirit and His Work [El Espíritu Santo y Sus Obras], actualización del Consejo Internacional de Inerrancia Bíblica (agosto 1985): 3. 14 Mateo 6:6

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Lleve la idea de Dios a su armario

La predicación profunda requiere que el predicador tome la idea del texto bíblico a un lugar de soledad e intencionalmente invite al Espíritu Santo a participar. El armario es donde el predicador suprime los comentarios y escucha a Dios. El armario es donde el Espíritu Santo nos ayuda a movernos más allá del entendimiento elemental del texto bíblico. Aquí el Espíritu nos da un entendimiento del texto bíblico más completo que el que jamás hubiéramos conseguido únicamente con energía y habilidad humanas. ¿Qué hace el Espíritu Santo con nosotros en el armario? • El trabajo de armario hace por el exégeta lo que un turbocompresor puede hacer por un automóvil para viajes diarios. Mejora radicalmente nuestro desempeño exegético. • El trabajo de armario nos ayuda a ir más allá de la granulada imagen en blanco y negro de los televisores de los años 1950 a la impresionante claridad de la imagen digital de alta definición en una pantalla plasma de calidad de estudio. Vemos lo que Dios dice en el texto bíblico con muchísima mayor claridad que nunca antes. • El trabajo de armario permite que el Espíritu Santo haga por nosotros lo que hace un equipo de auriculares por los visitantes de un museo. Los visitantes de un museo que aprovechan los auriculares ven las mismas exhibiciones que el resto de los visitantes, pero su comprensión de esas exhibiciones será mucho mayor. Los visitantes con auriculares le han añadido el beneficio de tener al curador del museo susurrándoles al oído detalles de las exhibiciones que están observando. Solo aquellos que utilicen los auriculares apreciarán completamente las exhibiciones que observan. Aquellos que deciden hacerlo por si solos observarán admirados, pero sin comprender las maravillas que les rodean. Durante el trabajo de armario, el Espíritu Santo nos susurra al oído sobre las maravillas que nos rodean en las Escrituras. El trabajo de armario nos da un entendimiento total de lo que vemos en el texto bíblico. • Con nuestros propios recursos exegéticos, miramos fijamente la Biblia como turistas en el centro de Denver mirando las Montañas Rocosas. Por nosotros mismos, solo podemos ver que hay montañas en el oeste. Pero durante el trabajo de armario, el Espíritu Santo nos eleva como un helicóptero y nos lleva al centro de Vail. El Espíritu Santo nunca nos llevará a una montaña distinta que la que vimos en la Biblia. Pero el Espíritu nos ayudará a ver esas montañas con una claridad que nunca hubiéramos podido experimentar por nosotros mismos. Con la ayuda del Espíritu Santo podemos comprender en su totalidad lo que vimos a la distancia. 95


PREDICACIÓN PROFUNDA

Durante el trabajo de armario, el Espíritu nos lleva de la mano y nos da un recorrido guiado de Su creación. Paseamos mano a mano con Él por las praderas, olemos las flores, sentimos la calidez del sol, chapoteamos en un arroyo y probamos el hielo de un glaciar. Mientras salimos del armario diremos: “Por mí mismo, sabía que existían Montañas Rocosas, pero ahora comprendo completamente estas montañas. Lo abstracto se ha vuelto real. Lo que estaba distante ahora es personal. Me siento cómodo viviendo allí.” Cualquier pagano con buena educación pudiera entender la gramática de un pasaje de la Escritura, pero necesitamos al Espíritu Santo para comprender adecuadamente lo que el texto significa. A. W. Tozer entendió esto. Habló duramente contra la arrogancia intelectual del textualismo humano. Tozer comprendía el textualismo como: La creencia que la mente humana es la autoridad suprema en el juicio de la verdad...es la confianza en la habilidad de la mente humana para hacer lo que la Biblia declara que nunca fue creado para hacer y consecuentemente es incapaz de hacer... El núcleo interno de la verdad tiene la misma configuración que la capa externa. La mente puede entender la capa externa pero sólo el Espíritu de Dios puede comprender la esencia interna. Nuestro gran error ha sido que hemos confiado a la capa externa y hemos creído que estábamos bien en la fe porque fuimos capaces de explicar la forma externa de la verdad tal como se encuentra en las letras de la Palabra. De este error mortal está muriendo el fundamentalismo.15 Estoy sugiriendo que le ponga atención a la advertencia de Tozer. Le exhorto a que deliberadamente utilice al Espíritu Santo en su predicación al tomar una idea del texto bíblico en un lugar solitario. Vaya a su armario espiritual, en donde solo con Dios utilice las disciplinas espirituales clásicas de la meditación, oración y ayuno para invitar al Espíritu Santo a hablar. Esto es lo que yo llamo “trabajo homilético de armario”. Y es un rompimiento deliberado del esquema mental moderno del pasado. Aunque no soy un gran fanático de la postmodernidad, si nos enseña dos lecciones. Primero, que nadie es completamente objetivo. Todos tenemos enfoques sobre temas y textos bíblicos que distan de la absoluta neutralidad. Ninguno de nosotros se encuentra completamente imparcial. Nuestra perspectiva individual necesariamente inclina nuestros puntos de vista. Una segunda lección de postmodernidad es la limitación de la modernidad racionalista. En la edad moderna, la gente creía que eran lo suficientemente listos 15 A. W. Tozer, God’s Pursuit of Man [La búsqueda de Dios por el hombre], (Camp Hill, PA: WingSpread Publishers, 2007), 79-80.

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Lleve la idea de Dios a su armario

para resolver los problemas del mundo. Con la tecnología adecuada y suficiente educación, los modernistas creyeron que no había problemas que no pudieran conquistar. “Podemos resolver cualquier cosa y todo”. Los postmodernistas escucharon las audaces afirmaciones de la modernidad y observaron la evidencia. Vieron el fruto de la modernidad –terror nuclear, calentamiento global y disparidad económica masiva– y afirmaron lo obvio: la modernidad es bancarrota. No cumplieron lo que prometieron. Los postmodernistas señalan que la gente no es lo suficientemente lista como para resolver los problemas del mundo. La inteligencia humana tiene serias limitaciones. Es el colmo de la arrogancia que pretendamos que tenemos los recursos para resolver los grandes temas de la vida. Nuestras limitaciones humanas claman por ayuda. Cuando entramos en nuestro armario estamos reconociendo nuestras limitaciones humanas. En la humildad nos alejamos de la fachada modernista que pretende por su práctica que la educación del seminario es todo lo que se requiere para comprender totalmente el divino libro de Dios. El armario es un reconocimiento de nuestras limitaciones y un clamor por ayuda. Es una petición para que el Espíritu Santo sea nuestro maestro de la Biblia. El trabajo de armario acepta la humildad que el postmodernismo nos ha enseñado. No somos omnicompetentes. Necesitamos ayuda para entender las ideas principales de la Escritura. Es un reconocimiento de que la única manera en que podemos entender adecuadamente el significado de un pasaje de literatura inspirada es preguntándole a Dios, quien lo inspiró. Evite la tentación de correr a esquemas, ilustraciones y demás. Hasta que su “trabajo de armario” esté completado, no haga nada de trabajo homilético. No piense en cómo arreglará su material antes de comprender lo que usted va a decir.

El Espíritu Santo nos lleva a lo profundo

El secreto de la “predicación profunda” es el Espíritu Santo. Aquellos predicadores que permiten que el espíritu Santo sea su maestro son capaces de alcanzar las profundidades del océano de la Palabra de Dios y adentrarse en un entendimiento increíblemente más rico de la Escritura. Aquellos que se apoyan exclusivamente en su propia pericia exegética se quedan atorados en la superficie del significado de la Biblia. Se quedan flotando en la superficie del texto bíblico intentando vanamente obtener un vistazo de las maravillas que yacen debajo. Como exégetas regenerados, ¡tenemos un recurso intelectual sorprendente! El Espíritu Santo quiere enseñarnos. Quiere encender Su luz en nuestras mentes y dejarnos ver completamente lo que está escrito en los pasajes de la Escritura. Aun así, ¿con qué poca frecuencia dependo del Espíritu Santo para que me enseñe? ¿Y qué tan fácil encuentro encender mi computadora portátil, abrir un libro de estudio de la palabra o hacer algún comentario? ¿Por qué no tomo el ministerio de la predicación del Espíritu Santo tan seriamente como lo hicieron Jesús y Pablo? ¿Qué pasaría si dependiera del Espíritu tanto como de mi entrenamiento exegético? ¿Qué le haría esto a mi entendimiento de la escritura? ¿Mi relación con Dios? ¿Mi predicación? 97


PREDICACIÓN PROFUNDA

El trabajo de iluminación del Espíritu Santo hizo una gran diferencia en la predicación de Pablo. El Espíritu permitió que Pablo profundizara en dos formas. Primero, permitió que Pablo ahondara en el contenido de la Escritura que estaba predicando. Es por esto que Pablo comentó en su propia predicación en 1 Corintios 2:13: “Esto es precisamente de lo que hablamos, no con las palabras que enseña la sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, de modo que expresamos verdades espirituales en términos espirituales.” Los sermones de Pablo no son solos clichés cantados en canciones familiares. Como las enseñanzas de Jesús, el material de los sermones de Pablo era fresco y autorizado, porque Dios le enseñó las verdades directamente. El trabajo de iluminación del Espíritu Santo tuvo una segunda influencia en la predicación de Pablo. Además de influir directamente en el contenido de sus sermones, el Espíritu Santo también influyó la respuesta de quienes escuchaban los mensajes del apóstol. Sus sermones, inspirados por el Espíritu Santo, recibían una respuesta dramática de quienes los escuchaban. Positiva o negativamente, pocos terminaban aburridos de las predicaciones del apóstol Pablo. El Espíritu Santo trabajaba de tal manera en la verdad de los sermones que había iluminado, que la gente era obligada ya sea a aceptar completamente o a rechazar dramáticamente lo que habían escuchado. Y Pablo sabía eso. Dijo a quienes les predicaba en Tesalónica: “porque nuestro evangelio les llegó no solo con palabras, sino también con poder, es decir, con el Espíritu Santo y con profunda convicción.” 16 Pablo no se sorprendía porque sus sermones provocaran respuestas tan dramáticas. ¿Y por qué no lo harían? Dios siempre había utilizado Su Palabra para hacer una diferencia dramática en su mundo y en la vida de quienes lo poblaban. El poder inusual de los sermones de Pablo surgía de su fuente inusual. Contrario a la mayoría de los predicadores de ese tiempo, Pablo predicaba lo que le enseñaba el Espíritu Santo de la Palabra de Dios y veía a Dios utilizar sus palabras para transformar vidas. Pablo dice en Colosenses 1:28: “A este Cristo proclamamos, aconsejando y enseñando con toda sabiduría a todos los seres humanos, para presentarlos a todos perfectos en él”. Pablo predicaba con la confianza de una persona que sabía que lo que estaba diciendo venía directo de la mente de Cristo. Sin embargo, lo sorprendente es que el trabajo de iluminación del Espíritu Santo no está limitado solo a los apóstoles. Todos podemos disfrutar de la mente de Cristo en nuestro proceso de preparación de sermones. De hecho, Pablo quiere que cada creyente, ordenado y laico, disfrute del trabajo de iluminación del Espíritu Santo. Esto queda específicamente claro en su carta a los Colosenses. Él quiere que los creyentes sepan que:

16

1 Tes 1:5.

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Por eso, desde el día en que lo supimos, no hemos dejado de orar por ustedes. Pedimos que Dios les haga conocer plenamente su voluntad con toda sabiduría y comprensión espiritual.17 Y exhorta a esta gente querida a: Que habite en ustedes la palabra de Cristo con toda su riqueza: instrúyanse y aconséjense unos a otros con toda sabiduría; canten salmos, himnos y canciones espirituales a Dios, con gratitud de corazón.18 El trabajo de iluminación del Espíritu Santo está disponible para todos los creyentes. Está disponible para usted. ¡Aprovéchelo!

Solicite ayuda

Cuando las únicas herramientas exegéticas que usted utiliza para comprender las Escrituras son libros polvorientos escritos por académicos que han fallecido hace mucho tiempo atrás, no deberá sorprenderle que sus sermones tengan un olor a moho. Si el software instalado en su plástica computadora portátil domina la preparación de su sermón, sus sermones sonarán falsos. Cuando nos limitamos a exégesis humanas, escogemos llevar mensajes de arcilla. Estoy convencido que muchas de las predicaciones superficiales que se extienden por América pueden ser trazadas a exégesis hechas con el poder de la carne. Los sermones anémicos fluyen de nuestro rechazo a permitir que el Espíritu Santo nos enseñe. Por favor no lo intente y “haga por sí solo”. El Espíritu Santo no solo estaba personalmente involucrado en la escritura inspirada de la Sagrada Escritura, sino que continúa ayudando personalmente a que sus hijos comprendan lo que Él escribió. Él inspiró la Escritura en el pasado y la ilumina en el presente. ¿Por qué no preguntarle al autor del libro que usted está predicando que le ayude a entender lo que Él escribió? No apresure su idea exegética al púlpito. Primero vaya a su armario e invite al Espíritu Santo a hablar. Pídale que le ayude a ganar un mayor entendimiento de Su Palabra. Y escuche lo que el Espíritu Santo le susurra de vuelta. Usted no es lo suficientemente listo para predicar un sermón profundo. Nadie lo es. Necesitamos que el Espíritu Santo nos ayude.

17 18

Col 1:19, énfasis añadido. Col 3:16, énfasis añadido.

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Capítulo 7

Reconozca la grandeza En una hermosa noche de 1901, un vaquero que trabajaba en Nuevo México llamado Jim White notó algo extraño saliendo del suelo y subiendo hacia el cielo. Al principio pensó que era una columna de humo, pero no había ningún fuego. ¿Qué era? Como Jim lo contaría más tarde: “Durante mi vida en el campo había visto suficientes torbellinos de pradera, pero esta cosa no se movía: se mantuvo en un solo sitio, brotando hacia arriba. Lo miré quizás por media hora hasta que mi curiosidad pudo más que yo. Después comencé a investigar.” Lo que Jim encontró en el suelo fue un enorme hueco y una innumerable cantidad de murciélagos volando hacia el cielo nocturno. “Yo…me senté quizás por una hora viendo a los murciélagos volar. No pude estimar el número, pero sé que oscilaba entre los millones. Entre más lo pensaba más me percataba que cualquier hueco en el suelo que podía alojar tan gigantesco ejército de murciélagos debía ser una enorme cueva. Me deslicé entre los cactus hasta que quedé al borde del abismo y miré hacia abajo. Durante todos los años que había conocido el lugar, nunca me había tomado la molestia de hacer esto. ¡No había fondo a la vista! Nunca olvidaré la sensación de asombro que sentí.”1 El “asombro” de mirar la desembocadura de la enorme cueva creció exponencialmente cuando él pudo descender bajo tierra. Lo que Jim White observó bajo tierra cambió el curso de su vida. 1

http://www.pbs.org/weekendexplorer/newmexico/carlsbad/calsbad_white.htm (accedido el 27/9/08).

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Reconozca la grandeza

“Regresé a la cueva con algunas herramientas rudimentarias y una linterna de queroseno. Corté palos de madera de arbustos cercanos y construí una escalera de soga para poder descender a la desembocadura de la cueva.” Cuando a White se le terminó la cuerda encendió su linterna y vio un túnel hacia su derecha como veinte pies hacia abajo. Aferrándose a la pared, descendió a la enorme cámara. “Primeramente exploré el túnel hacia la izquierda encontrando la cueva de murciélagos. Cuando regresaba al salón grande, me dirigí por el túnel hacia mi derecha donde vi al país de las maravillas. Enormes estalagmitas rosadas brotaban del suelo, racimos de estalactitas en una variedad de colores colgaban desde arriba y piscinas forradas de ónix llenas de agua pura brillaban luminosamente en el suelo.” Jim White había descubierto las cavernas de Carlsbad. Regresó una y otra vez a las cuevas, quedándose a menudo hasta tres días dentro de ellas. Con el tiempo decidió dedicar su vida a explorar su belleza. Los años que pasó en sus profundidades hicieron que Jim se convirtiera en la máxima autoridad en las cuevas. Pero el vaquero no quiso guardar su hallazgo para sí mismo. Mientras más veía debajo de la superficie, más era su deseo de mostrárselo a otros. Él construyó e instaló una serie de escaleras y caminos que hacían las cuevas más accesibles. Incluso inventó un “elevador de cubos” para darle la oportunidad a los visitantes de tener acceso total a las maravillas que yacían bajo tierra. Y aquellos que no contaban con dinero conseguían su recorrido de manera gratuita. Jim White no podía evitarlo. Se sentía obligado a mostrarle a la gente la belleza que había descubierto bajo tierra, y ayudarlos a apreciar la grandeza bajo su mirada. Los predicadores profundos hacen con el texto bíblico lo que Jim White hizo con las cavernas de Carlsbad. Así como él, no estamos satisfechos si nos mantenemos en la superficie del texto. Los predicadores profundos se adentran en el mismo y pasan su tiempo explorando su impresionante belleza. No nos sentimos satisfechos con la lectura de libros y la vista de documentales sobre las exploraciones de otras personas. Nosotros invertimos nuestro propio tiempo y energía buscando personalmente lo profundo de las maravillas de Dios en beneficio de otros. Los predicadores profundos comprenden la grandeza cavernosa de la Palabra de Dios para que otros queden boquiabiertos de lo que Dios ha hecho.

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PREDICACIÓN PROFUNDA

Las herramientas que necesitamos para descender a la riqueza de la palabra de Dios no son escaleras de soga o linternas. Nuestras exploraciones requieren el uso de las disciplinas espirituales clásicas. El trabajo de armario es un requisito previo de la predicación profunda.

La “armariofobia”

Muchos de nosotros sufrimos de un profundo miedo personal a los armarios espirituales. La “armariofobia” no se deriva de la claustrofobia, porque el trabajo de armario ¡no requiere que uno se sienta realmente en un armario! La “armariofobia” surge del temor a la quietud. Nos da temor el trabajo de armario porque no estamos tan familiarizados con la soledad. Bernie Krause es un bioacústico. Él graba los sonidos naturales de animales, tormentas, olas rompiendo en la playa, hojas volando en el viento y similares. En una entrevista en el 2007, Krause dijo: “el 30 por ciento de mi librería de 30 años de trabajo viene de hábitats extintos. Hábitats que ya no podemos grabar porque no hay un sonido natural.” ¿Qué le pasó con el sonido natural? Fue destruido por la contaminación acústica. Nuestro mundo es cada vez más ruidoso. Para una persona tratar de grabar el sonido de un petirrojo cantando –sin el ruido de un carro o un martillo neumático de fondo– puede ser un gran problema. “Cuando empecé en 1968, me tomaba de 14 a 15 horas de grabación obtener una hora de material utilizable (inmaculado por el ruido de fondo). Ahora me toma un año obtener esa misma cantidad de material.”2 Bernie Krause pasa su vida vagando hacia y alrededor de lugares remotos buscando en vano el sonido del silencio. Si le toma un año conseguir una hora de silencio, ¿cuáles son las posibilidades de que usted y yo tropecemos con el silencio esta semana? Estamos inundados de ruido. Vivimos en una algarabía de ruido. ¿Cuándo apagamos nuestro iPod y le removemos la batería a nuestro celular? ¿Acaso tiene Dios la oportunidad de hablar suavemente a nuestras vidas o nuestras vidas ruidosas lo ahogan? El silencio no es el único aspecto de nuestro armario espiritual que nos produce temor. También sentimos temor de su habilidad a obligarnos a enfocarnos. Un armario espiritual no solo nos aleja del ruido de la vida, sino que es el único lugar donde no podemos hacer dos, tres y cuatro cosas a la vez. El armario nos obliga a enfocarnos en una sola cosa. Y eso se siente extraño. Las multitareas definen el estilo de vida del siglo veintiuno. No sabemos hacer una sola cosa a la vez. Premiamos la eficiencia y valoramos el “utilizar doblemente nuestro tiempo”. ¿Por qué solo manejar si podemos ponernos al día con nuestras llamadas telefónicas? Lleva su iPhone a la reunión de personal; si las cosas se tornan lentas puede responder a sus correos electrónicos que se están acumulando en su buzón. Lleva su BlackBerry en su bolsa de playa. Escribe un memorando en la noche con el televisor encendido. 2

http://emusician.com/em_spotligt/bernie_krause_interview/ (accedido el 29/9/08).

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Reconozca la grandeza

Los padres que trabajan pasan un cuarto de sus horas despiertos realizando multitareas. Conectados a nuestros celulares, manejamos como ebrios; aún si esto nos mata, contestamos esa llamada. Los mensajes instantáneos desarticulados, el botón de pausa lo convierte en el medio perfecto de comunicación multitarea. Más de la mitad de los usuarios de mensajería instantánea dicen que siempre navegan en la web, miran la televisión, hablan por teléfono o juegan en la computadora al mismo tiempo que chatean.3 Pasamos nuestras vidas como controladores de tráfico aéreo, dividiendo nuestra atención entre mil distracciones circulando en lo alto y apenas concentrándonos en una sola tarea. Nuestra aversión cultural hacia el silencio y enfoque nos mantiene fuera de nuestros armarios espirituales. Haríamos bien al aprender de la prioridad que le dio Jesús al buscar lugares de soledad para enfocarse en las cosas de Dios. “Jesús hizo del silencio y aisló a sus compañeros especiales…Su enseñanza y ministerio ajetreado fue siempre interrumpido por estos momentos de aislamiento.”4 Jesús inició Su ministerio en el desierto.5 Él escogió a sus discípulos después de permanecer una noche solo en oración. 6 Jesús buscó el consuelo de la soledad después de la muerte de Juan El Bautista.7 Y Jesús no hubiese enfrentado los horrores de la cruz sin antes tener un tiempo serio a solas en Getsemaní.8 A través de toda su vida Jesús se aseguró de dedicar tiempo serio de “cara” con Su Dios. Y le enseñó a Sus discípulos a hacer lo mismo. Para convertirse en un predicador profundo tendrá que ser más como Jesús y menos como la norma cultural. La predicación profunda requiere que sea contracultural. Requiere que aproveche la tranquilidad y enfoque esa espera en su armario espiritual. ¿Qué llevará consigo a su armario silencioso? Olvide los últimos aparatos que le confunden y distraen. Todo lo que necesita para el trabajo de armario son las disciplinas espirituales clásicas.

Comprendiendo las disciplinas espirituales

La Biblia asume que el pueblo de Dios practica regularmente las disciplinas espirituales. Estas son las ordenanzas particulares que deberían ser parte de la vida de cada cristiano, pero tienen que ser parte de la vida de un predicador. Si sus oyentes fallan en practicar las disciplinas, ellos empobrecen sus propias vidas espirituales. Pero si usted falla, toda la congregación sufre.

3 M. Jackson, Distracted: The Erosion of Attention and the Coming Dark Age [Distraído: la erosión de la atención y la llegada de la era de las tinieblas] (Amherst, NY: Prometheus Books, 2008), 74. 4 D. Runcorn, A Center of Quiet: Hearing God When Life is Noisy [Un centro de quietud: escuchando a Dios cuando la vida es ruidosa] (Downers Grove, IL: InterVarsity Press, 1990), 4. 5 Mt 4:1-11. 6 Lc 6:12. 7 Mt 14:13. 8 Mt 26:36-46.

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PREDICACIÓN PROFUNDA

Mientras continúa el debate relacionado con los méritos de algunos de los ejercicios espirituales más contemporáneos, el valor de las disciplinas básicas es incuestionable. Las disciplinas espirituales de meditación, oración y ayuno ocupan un lugar indiscutible en la vida del cristiano. Mientras que algunos pueden argumentar que la lista de disciplinas podría ser alargada, nadie sugiere que debe ser acortada. La meditación, la oración y el ayuno son prácticas fundamentales de la vida cristiana. Ellas deben ser injertadas dentro de su vida.

La meditación

La meditación bíblica no es exégesis. No está tratando de entender lo que la gramática de un texto bíblico está comunicando. La meditación inicia cuando la exégesis ha terminado. El significado básico de las palabras hebreas traducidas al inglés como meditación es “un sonido bajo, característico del gemido de una paloma (Isa 38:14; 59:11) o el gruñido de un león sobre su presa (Isa 31:4).” 9 Meditar es “gruñir” sobre un texto como lo haría un león sobre el cadáver de su presa. Los leones gruñen con satisfacción sobre el cadáver de su víctima después de una caza exitosa. Ellos ronronean con autocomplacencia cada vez que toman un bocado. El león se regocija en su posición como el “rey conquistador de la selva” cada vez que saborea el sabor de su presa. Y los gruñidos continúan durante su comida, a veces por días o incluso semanas. Dios nos llama a meditar la Escritura de la forma en que el león gruñe sobre su presa. Para comprender cómo funciona la meditación, trate de imaginar a un marino sirviendo a su país en un destino lejano en el extranjero. Suponga que ese marino decide, en la soledad de su cuartel, escribirle una carta a su novia de secundaria y pedirle la mano en matrimonio. ¿Cuánto tiempo cree que le tomaría componer esa carta? ¿Veinte horas? ¿Treinta? Y durante ese tiempo, ¿cuántas veces la reescribiría? ¿Quizás una docena de veces? Pero cada vez que soltaba la pluma se obsesionaba de nuevo con lo que había escrito. ¿Lo habría escrito correctamente? ¿Podría ser expresado mejor? ¿Cómo le sonará esto a ella? Podría tomar una semana entera obsesionándose con esta carta hasta que estuviese satisfecho con esa simple hoja de papel. Lo que ese marino hizo cuando escribió esa carta es lo que debemos hacer cuando leemos la carta de Dios. Lo que ese marino llamó obsesión es lo que la Biblia llama meditación. Significa pensarlo y considerarlo desde todos los ángulos posibles. La meditación bíblica significa que luego de que hemos sometido el significado de un pasaje bíblico, nos tomamos el tiempo de murmurar sobre el mismo. La meditación significa tomarse el tiempo, esfuerzo y energía para detenerse en lo que Dios nos está diciendo —murmurar sobre eso de la manera en que un adolescente 9 R. L. Harris, G. L. Archer, B. K. Waltke, Theological Wordbook of the Old Testament [Libro de Vocabulario Teológico del Antiguo Testamento], edición electrónica (Chicago: Moody, 1980; reproducido 1999, c1980), S. 205.

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murmuraría después de decirle que tiene que aspirar la casa antes de poder salir con sus amigos. ¿Qué hacen los adolescentes cuando sus padres les dicen que tienen que hacer tan “onerosa” tarea? Ellos meditan en lo que les acaban de decir. Ellos empujan la aspiradora mientras murmuran entre dientes—y el ruido de la aspiradora—que injusta es toda esta situación. Durante todo el tiempo que toma completar la tarea murmuran entre dientes cosas como: Estoy seguro que los padres de los demás son tan malos como los míos. ¡Recién aspiré el fin de semana pasado! A mi hermano le dan tareas más sencillas. ¿Me pregunto si mis amigos van a esperarme? Las alfombras ni siquiera necesitan aspirarse. ¡Se ven bien! La meditación bíblica involucra tomar el tiempo de examinar la verdad bíblica desde cada ángulo para considerar sus implicaciones, revisar, reflexionar, sentir el texto, y entrar en la emoción del texto. Cuando Dios llamó a Ezequiel a ministrar a los israelitas, Él le entregó a Ezequiel un pergamino con Sus palabras. Pero el mandato de Dios a Su profeta era distinto de cualquier plan de estudio de seminario que alguna vez hubiera leído. Dios no le dijo que interpretara el pergamino o que se lo memorizara o que lo comparara o contrastara con otros pergaminos antiguos. En su lugar: Y me dijo: «Hijo de hombre, cómete este rollo escrito, y luego ve a hablarles a los israelitas». Yo abrí la boca y él hizo que me comiera el rollo. Luego me dijo: «Hijo de hombre, cómete el rollo que te estoy dando hasta que te sacies». Y yo me lo comí, y era tan dulce como la miel.10 La meditación bíblica involucra un entendimiento académico de un texto pero va más allá de eso. Significa que internalizamos el texto. Lo digerimos. Permitimos que sea parte de quienes somos. La meditación va más allá de la objetividad distante. Cuando meditamos, sacamos la verdad del plato de Pretri exegético y lo ponemos en nuestra lengua. Cuando meditamos, tratamos la verdad de la escritura como un niño devoraría una paleta hecha en casa. Cuando era niño, mi madre solía hacernos paletas vertiendo jugo en un molde de plástico y dejando que se solidificara en el congelador de nuestra cocina. No podíamos esperar que el “jugo congelado en un palito” saliera del congelador para tomarnos el tiempo y disfrutarlo. No solamente lo masticábamos; también lo chupábamos. Nos gustaba chupar la parte de arriba de la paleta lo más fuerte que podíamos. La chupábamos hasta cuando todo el color y el sabor habían desaparecido. La chupábamos hasta cuando no quedaba más que 10

Ez 3:1-3.

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una columna de hielo en el palito. Invertíamos el tiempo y la energía necesarios para extraer cada partícula de sabor que mi madre le había puesto. Esto es lo que Dios quiere que hagamos con Su Palabra. Él quiere que la succionemos y le extraigamos todo lo que le ha puesto. Él quiere que rodemos su verdad alrededor de nuestra lengua para poder experimentar plenamente todo lo que un pasaje bíblico contiene. Esto es lo que el salmista está hablando en el Salmo 1: Dichoso el hombre…que en la ley del Señor se deleita, y día y noche medita en ella. Es como el árbol plantado a la orilla de un río que, cuando llega su tiempo, da fruto y sus hojas jamás se marchitan. ¡Todo cuanto hace prospera!11 El hombre feliz es el que se “deleita” en la instrucción del Señor. No es un deber para él leer la Escritura. No es una carga para él exegetar una parte de la Escritura. Es un gozo, un deleite. Es tan grato que la medita “día y noche”. El hombre feliz no puede mantenerse sin pensar en lo que ha descubierto. “Gruñe” sobre ella mientras conduce a su trabajo. La contempla mientras busca el almuerzo. La chupa como una paleta en una ola de calor de verano. ¿Qué significa esto sobre la manera en que trabajo? ¿Debería cambiar mis inversiones? ¿Por qué Dios diría esto? ¿Será de mayor beneficio que obedezca esta verdad? En un próximo capítulo le daré una serie de preguntas que puede utilizar para guiar su meditación, pero por ahora, solo tome nota de lo que Dios está pidiendo cuando Dios nos pide que meditemos. Él nos pide que rumiemos Su Palabra y que la exploremos desde todos los ángulos posibles. Dios personalmente enfatizó la importancia de la meditación bíblica a Josué. Después de la muerte de Moisés, Dios fue al nuevo líder de Israel y le prometió que lo ayudaría en su nuevo rol. Qué reconfortante debe haber sido para Josué escuchar a Dios decir: “Durante todos los días de tu vida, nadie será capaz de enfrentarse a ti. Así como estuve con Moisés, también estaré contigo; no te dejaré ni te abandonaré.” 12 Sin embargo, al mismo tiempo Dios le señaló a Josué lo que le tocaba hacer en su nueva relación. La responsabilidad de Josué era meditar en las Escrituras. Solo te pido que tengas mucho valor y firmeza para obedecer toda la ley que mi siervo Moisés te ordenó. No te apartes de ella para nada; solo así tendrás éxito dondequiera que vayas. Recita siempre el libro de la ley y medita en él de día y de noche; cumple con cuidado todo lo que en él está escrito. Así prosperarás y tendrás éxito.13 11 12 13

Sal 1:1-3; inserción propia. Jos 1:5. Jos 1:7-8, NVI.

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Tome nota, una vez más, que la meditación es por definición un proceso prolongado. La forma regular que a muchos de nosotros nos enseñaron a tener nuestras “devociones” no se aproxima a lo que la Biblia se refiere con meditación. La meditación no puede ser completada en los “Siete minutos con Dios.” Esos siete minutos pueden ser maravillosos y beneficiosos, pero no incluyen meditación. La meditación empieza en la soledad, pero no termina allí. Llevamos nuestro armario espiritual con nosotros a través de la vida. La meditación ocurre cuando somos un reflejo de la Escritura durante el día. No debemos dejar de pensar en ello. Aquellos que meditan en la Escritura cosecharán frutos de manera significativa. La meditación regala a quienes la practican dos recompensas: intelectual y moral. Intelectualmente la meditación te da una comprensión superior, un entendimiento más profundo del texto bíblico. El salmista resalta este hecho en el Salmo 119:97-99: ¡Cómo amo tu voluntad! La medito todo el día. Tus mandatos me hacen más hábil que mis enemigos, Siempre van conmigo. Soy más sagaz que todos mis maestros, porque medito tus preceptos.14 De acuerdo con el salmista, la mejor forma de comprender la Biblia es considerándola desde cada ángulo, reflexionando sobre ella e incubando sus preceptos hasta que nazcan. Si lo hace, su visión bíblica excederá aquello que se encuentra en la lengua de sus maestros, o en los estantes de las bibliotecas de las escuelas que los utilizan. Considere esto la próxima vez que corra hacia los comentarios que están en su estantería o en su disco duro. Cuando omite la meditación, se pierde de una visión profunda que el Espíritu Santo quiere entregarle. Pero la meditación promete mejorar mucho más que solo su intelecto. La meditación también resulta en transformación moral. Las Escrituras que murmuramos dejan una marca indeleble en nuestras vidas. Así como el salmista continúa con sus comentarios en la meditación del Salmo 119:100-102, sus comentarios se mueven de la cabeza hacia los pies. Parece que de acuerdo a como nuestra comprensión de la Escritura crece, las perspectivas de la devoción disfrutan de una mejora proporcional. ¿Cómo puede el joven llevar una vida íntegra? Viviendo conforme a tu palabra. Yo te busco con todo el corazón; no dejes que me desvíe de tus mandamientos. En mi corazón atesoro tus dichos para no pecar contra ti.15 14 15

Sal 119:97-99. Sal 119:9-11.

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Entre más tiempo pasamos en la meditación, más profundo penetran sus verdades en nuestras vidas. La meditación hace para su alma lo que un tinte hace para la madera en bruto. Si es un trabajador de la madera sabe que tiene opciones cuando se trata de tinte. Puede verter tinte en un pedazo de mueble prefabricado e inmediatamente limpiarlo. Si lo hace, el impacto del tinte es leve. El tinte que no se deja por largo tiempo no tiene un cambio significativo en el color de la madera. Sin embargo, si toma el tinte y pasa horas frotándolo con un paño en la madera, el efecto es completamente diferente. Cuando invierte suficiente tiempo y “arduo trabajo” el tinte no solo se queda en la superficie. El tinte penetra en lo más profundo de la fibra de la madera. Mientras pasa tiempo meditando en la verdad de la Escritura, la frota cada vez más hondo en su alma. Está profundizando en lo superficial de su vida. Está siguiendo la tonalidad de Su Salvador. Se está convirtiendo cada vez más en devoto. Y los resultados serán eternos. Por favor no cometa el error de creer que la disciplina espiritual de la meditación es una tarea onerosa o desagradable. Nada podría estar más lejos de la verdad. La meditación de la Escritura nos lleva a una mayor comprensión, que a su vez nos lleva a una mayor obediencia, que nos lleva a tener mayor éxito en la vida. Es más, el salmista declara en el Salmo 19:9b-10 que: Las sentencias del Señor son verdaderas: todas ellas son justas. Son más deseables que el oro, más que mucho oro refinado; son más dulces que la miel, la miel que destila del panal. El salmista descubre en su tiempo de meditación lo que Ezequiel encontró; ¡qué las Escrituras son una delicia! Es un placer poder saborear las ideas de Dios porque podemos hacerlo con confianza. No solo Dios nos da exactamente lo que necesitamos, sino que Sus ideas jamás podrán lastimarnos. Por el contrario, enriquecerán nuestra vida más allá de nuestra imaginación. ¡Seguirlas es nuestra mayor recompensa! El escritor del Salmo 1 coincide: “¡Todo cuanto hace (la persona que medita) prospera!”16 Meditar en la Escritura ha sido comparado con una vaca regurgitando su alimento, ¡y resulta que la analogía funciona! De acuerdo con Donna M. AmaralPhillips, División de Nutricionista de Lácteos de la Universidad de Kentucky, cuando una vaca mastica su alimento, está regurgitando, masticando y deglutiendo nuevamente el alimento que ya ha comido anteriormente. Así de poco apetecible como suena, las vacas trabajan duro en asegurarse que obtienen todos los beneficios nutricionales del alimento que comen. ¿Qué tan duro? Las vacas lecheras pasan 16

Sal 1:3; inserción propia.

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ocho horas al día masticando su alimento con un total de 30,000 masticadas al día.”17 ¡Esas son muchas masticadas! Mientras, yo prefiero comer mis alimentos solo una vez, podríamos aprender una o dos cosas de nuestros amigos de cuatro patas cuando se trata de la Escritura. Son frecuentes las veces en que nos engullimos las verdades de la Escritura tan rápido como las hamburguesas de 99¢ de un restaurante de comida rápida. ¿Cuánto mejor estaríamos —como también nuestros oyentes—, si lo hiciéramos de manera más lenta y masticáramos la verdad de la cual acabamos de exegetar? Es tiempo de pensar seriamente sobre la verdad que predicamos. Es momento de devolver la disciplina espiritual clásica al proceso de preparación del sermón. ¿Cuánto tiempo debemos invertir en la meditación? Todo depende. Cuando mi esposa se percata que un corte de carne es duro, ella lo marina por más tiempo. Su regla es: entre más dura la carne, más tiempo debe pasar en la marinada. El mismo principio se aplica a la meditación. Entre más complicado sea para usted comprender un pasaje de la Escritura en su mente y corazón, más tiempo va a necesitar invertir en el mismo. Sin embargo, es bueno resaltar que tanto el Salmo 1:2 y Josué 1:8 se refieren a la meditación de “día y noche”. Estos pasajes no solo se refieren a un tiempo establecido para la “meditación” en nuestra agenda diaria. Eso sería una buena idea, pero no agotaría la instrucción de estos pasajes bíblicos. En el Salmo 1 y en Josué 1 somos exhortados a vivir con un constante espíritu de meditación. Luego que nuestra exégesis ha concluido, debemos chupar la verdad bíblica como si fuera un caramelo. Debe mantenerla en su lengua durante el día y cubrirla con su sabor. Meditarla. Murmurar sobre ella. Masticarla. Y esto lo puede hacer mientras está en movimiento, corta la grama o limpia los platos. Pase sus días meditando en la verdad. Esto es lo que Moisés le dijo a Israel cuando le mencionó: “Grábense estas palabras en el corazón y en la mente; átenlas en sus manos como un signo, y llévenlas en su frente como una marca.”18 No solo lea su capítulo diario de la Biblia y continúe con su día. Mantenga siempre presente lo que ha leído durante todo el día. ¿Vale el esfuerzo de la meditación? Antes de comenzar a recortar la disciplina de la meditación, seríamos sabios si escucháramos las palabras del respetado puritano William Bates: “Si me preguntaran que es lo que pienso que es la mejor forma y manera de avanzar las facultades, para hacer que las ordenanzas sean fructíferas, para aumentar la gracia, ampliar nuestra comodidad, producir santidad y similares, mi respuesta sería la meditación, meditación, meditación.”19 17 D.M. Amaral-Phillips, División de Nutricionista de Lácteos, Universidad de Kentucky. http://www. uky.edu/Ag/AnimalSciences/ dairy/extension/nut00014.pdf (accedido el 29/9/08). 18 Dt 11:18. 19 W. Bates, A Discourse of Divine Meditation [Un discurso de la meditación divina], en The Works of the Late Reverend and Learned William Bates [Las Obras del Fallecido Reverendo y Culto William Bates] (Londres: Para B. Alymer y J. Robinson, 1700; Ann Arbor: Microfilms Universitarios, 1981, microfilm), 893 como citado en G. K. Daniel, “La Escalera Puritana de Meditación” (no publicado M.A. dis.: Escuela de Teología Evangélica Trinity, 1993), 34.

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Por el bien de nuestras almas, así como por la de aquellos que vendrán a escucharnos predicar, seríamos sabios al meditar los pasajes bíblicos que vamos a predicar.

La oración

Escribir a los predicadores sobre la oración es como hablar a los banqueros sobre el dinero. Debido a que nuestra profesión nos obliga a que la manejemos a diario, pensamos que somos expertos en ella. Oramos en el púlpito. Oramos cuando llevamos a feligreses a almorzar. Oramos durante las visitas a los hospitales. A través de los años hemos predicado muchos sermones sobre “la necesidad de la oración”, “el poder de la oración” y “cómo orar.” Hemos citado a Santiago 5:16: “La oración del justo es poderosa y eficaz” y tantas veces suenan en nuestros oídos como un cliché. Hemos predicado con gran entusiasmo sobre el método de la oración de Elías en el monte Carmelo. Nuestros feligreses nos consideran expertos en la oración. Y a veces coincidimos con esta percepción. Pero, ¿oramos? ¿Usted ora? No le estoy preguntando si “dice sus oraciones.” Estoy indagando más allá de un “chequeo” de su vida devocional. Estoy preguntando si la oración es un elemento diferenciador en su vida. Por los evangelios sabemos que la vida de Jesús fue llevada con la oración y, esa oración, caracterizaba a la iglesia en sus inicios. Lo que quizás hemos pasado por alto es que en el Nuevo Testamento, la oración no se limitaba a momentos y lugares específicos. Aunque había lugares y momentos destinados para la oración, no existía la oración en cuarentena en estos lugares y momentos. La oración cristiana trasciende los límites del tiempo y el espacio. La iglesia del Nuevo Testamento oraba constantemente. Y así debemos hacerlo nosotros. La palabra más utilizada por los escritores del Nuevo Testamento para expresar la naturaleza continua de la oración cristiana es proskarterõ. El término fue utilizado diariamente en el hablar del primer siglo. De acuerdo con diccionario teológico del Nuevo Testamento de Kittel: Su significado básico es “permanecer por,” “persistir en,” “mantenerse con.” 1. En conjunto con personas significa “ser leal a alguien,” 2. En relación con objetos significa: “ocuparse uno mismo diligentemente con algo” o “prestar atención permanente a.” 20

20 G. Kittel, G. W. Bromiley, G. Friedrich, Theological Dictionary of the New Testament [Diccionario Teológico del Nuevo Testamento], edición electrónica (Grand Rapids: Eerdmans, 1964-c1976), S. 3:618.

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En Romanos 13:6, proskarterõ es utilizado por el apóstol Pablo para explicar la razón por la cual pagamos impuestos al estado. De acuerdo con Pablo, debemos pagar impuestos porque “las autoridades son funcionarios al servicio de Dios, encargados de cumplir a tiempo completo con este oficio.”21 El argumento de Pablo es que debemos pagar los salarios de los funcionarios ya que ellos no tienen tiempo de ganar dinero de ninguna otra forma. Están constantemente involucrados en sus responsabilidades gubernamentales. La palabra proskarterõ es utilizada por Jesús en Marcos 3:9 cuando “le dijo a sus discípulos que le tuviesen preparada una barca para que el gentío no lo apretujase” (NVI). ¿Por qué pidió Jesús una barca? El consenso entre los comentadores es que “parece ser un medio de escape físico temporal”22 en caso de que la multitud fuese una amenaza. La barca era el plan de escape de Jesús en caso de que fuese rodeado. La barca era para Jesús lo que un carro para escapar representaría para un ladrón de banco. En Marcos 3:9, Jesús le pidió a sus discípulos que mantuvieran la barca en un constante estado de preparación. La orden de Jesús significó que los discípulos continuaran en estado de alerta mientras que Jesús predicaba. Así es como debemos orar, a tiempo completo, constantemente, incesantemente, sin descanso. La palabra proskarterõ es utilizada diez veces en el Nuevo Testamento, en su mayoría en el contexto de la oración. En Hechos 1:14, aprendemos que los antiguos creyentes “permanecían íntimamente (proskarterõ) unidos en la oración, con algunas mujeres, incluyendo a María la madre de Jesús y sus hermanos.”23 Aquí la palabra proskarterõ es utilizada con referencia a la oración. El énfasis que Lucas le da a la vida de oración de estas personas es obvio. Estas personas no solo eran devotas, se entregaban a sí mismos en constante oración. Y esto no era una situación temporal. Leemos en Hechos 2:42, “se mantenían firmes (proskarterõ) en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en el partimiento del pan y en la oración.”24 Aquí Lucas enfatiza la constante naturaleza de sus acciones. La iglesia post-Pentecostés que tanto admiramos era muy estricta en cuanto a la oración. Estas personas no estaban satisfechas con solo “ir a la iglesia”; ellos llevaban la iglesia a su paso por la vida. En caso de que se sienta tentado a pensar que esta constancia en la oración era solo una aberración de la iglesia primitiva —así como el enamoramiento contemporáneo en la adolescencia que a menudo resulta temporalmente en un número estratosférico de llamadas a celular y mensajes de texto—, el apóstol Pablo mueve el énfasis de la oración de lo descriptivo a lo prescriptivo.

21 Rom 13:6, NVI; cursivas añadidas. 22 R. T. France, The Gospel of Mark: A Commentary on the Greek [El Evangelio de Marcos: Un Comentario sobre el Texto Griego], Comentario del Nuevo Testamento Griego Internacional (Grand Rapids/ Carlisle:Eerdmans/Paternoster, 2002), 154. 23 Palabra griega insertada. 24 NASB; Palabra griega insertada.

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En Romanos 12:11-12, Pablo le dice a sus lectores: “Con celo incansable y fervor de espíritu sirvan al Señor. Alégrense en la esperanza, sean pacientes en el sufrimiento, perseverantes (proskarterõ) en la oración.”25 Él subraya la importancia de darle esta prioridad a la oración en Colosenses 4:2 cuando nos instruye a “perseverar (proskarterõ) en la oración, velando en ella y dando gracias.”26 Esto es un énfasis doble en la importancia de enfocar una atención especial a la oración. Él hace un llamado a la oración constante y continua. Pablo conocía las implicaciones de poner tan altas expectativas en las vidas de oración de sus oyentes porque él practicaba lo que predicaba. Él vivía su vida de oración como la que nos pide que adoptemos. En Efesios 1:15-19, Pablo escribió: Por eso yo, por mi parte, desde que me enteré de la fe que tienen en el Señor Jesús y del amor que demuestran por todos los santos, no he dejado de dar gracias por ustedes al recordarlos en mis oraciones. Pido que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre glorioso, les dé el Espíritu de sabiduría y de revelación, para que lo conozcan mejor. Pido también que les sean iluminados los ojos del corazón para que sepan a qué esperanza él los ha llamado, cuál es la riqueza de su gloriosa herencia entre los santos, 19 y cuán incomparable es la grandeza de su poder a favor de los que creemos. Ese poder es la fuerza grandiosa y eficaz.27 La palabra traducida como “no he dejado” en la versión NVI significa: “llegar a un final, tomar un descanso, un cese dispuesto.”28 De acuerdo con las propias palabras de Pablo, él no ha cesado de orar por sus amigos en Efesios. Él continuamente los recuerda ante su Padre Celestial. ¿Es la confesión del armario de Pablo a la iglesia en Éfeso la excepción más que la regla? ¿Es ésta una anomalía de su práctica regular? Yo no lo creo. Colosenses 1:9-10 reverbera con el mismo sentimiento: Por eso, desde el día en que lo supimos, no hemos dejado de orar por ustedes. Pedimos que Dios les haga conocer plenamente su voluntad con toda sabiduría y comprensión espiritual, para que vivan de manera digna del Señor, agradándole en todo. Esto implica dar fruto en toda buena obra, crecer en el conocimiento de Dios. 29 25 Palabra griega insertada. 26 Palabra griega insertada. 27 Énfasis propio en negrita. 28 S. Zodhiates, The Complete Word Study Dictionary: New Testament [El diccionario completo de estudio: Nuevo Testamento], edición electrónica (Chattanooga: Editores AMG, 2000, c1992, c1993), S. G3973. 29 Énfasis propio en negrita.

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Pablo no solo oraba al final del día. Oró hasta el último de sus días. Mantenía contacto constante con el Dios que amaba. Él hablaba con Dios de manera permanente como chateamos con nuestros mejores amigos. Y Pablo nos pide que imitemos su ejemplar vida de oración. Pablo es claro en las epístolas en que su constante patrón de oración debe convertirse en nuestra práctica. Oren en el Espíritu en todo momento, con peticiones y ruegos. Manténganse alerta y perseveren en oración por todos los santos.30 No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.31 Estén siempre alegres, oren sin cesar, den gracias a Dios en toda situación, porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús. 32 Pablo nos llama a renunciar a nuestra vida de oración de aficionados. Él quiere que vayamos más allá de tener una “actitud de rodeo” y consideremos la oración como una disciplina necesaria. Podemos ser “guerreros de fin de semana” cuando se trata de jugar tenis o trotar, pero no con la oración. Pablo nos está diciendo que vayamos más allá de darle un lugar nominal a la oración en nuestras agendas. Nos está pidiendo que hagamos de la oración la atmósfera de nuestras vidas, para vivir en ella y para que la oración sea lo más natural y sin esfuerzo alguno como lo es respirar. La oración debe ser un elemento autónomo de nuestras vidas espirituales y parte de todo lo que hacemos. Tan esencial que sería como la muerte si nos detenemos. Pablo quiere que la oración irrumpa en los límites del grupo de oración de los miércoles. Él nos pide, como lo hizo el hermano Laurencio, que “practiquemos la presencia de Cristo.” Nos llama a que vivamos una vida en oración. ¿Dónde aprendió Pablo su actitud radical acerca de la oración? Creo que la obtuvo de Jesús. En Lucas 18, Jesús contó la parábola de la viuda persistente, alentándonos a ser persistentes con la oración. No cesen, Jesús decía. ¡Sigan así! Manténganse en oración. Persistan en la oración. Es importante describir que una de las pocas situaciones que causaba que Jesús perdiera su paciencia era cuando los hijos de Dios demostraban una baja opinión de la oración. Lucas nos indica como Jesús, después de su entrada triunfante: (…) entró en el templo y comenzó a echar de allí a los que estaban vendiendo. «Escrito está —les dijo—: “Mi casa será casa de oración”; pero ustedes la han convertido en “cueva de ladrones”»!33 30 31 32 33

Ef 6:18, NVI, énfasis propio. Flp 4:6-7, énfasis propio. 1 Tes 5:16-18, énfasis propio Lc 19:45-46.

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Jesús se irrita cuando la gente sacrifica la práctica de la oración en favor del negocio de la vida. Él quiere que tratemos la oración de manera tan seria —y la practiquemos de manera constante—, como Él lo hizo. Él quiere que hagamos lo que hizo Pablo y no solo saber lo que dijo Pablo. El constante llamado de Dios a la oración se extiende a todos Sus hijos. Sin embargo, es especialmente importante que los predicadores vivan en una atmósfera de oración. ¿Por qué? Considere el rol de la oración en la predicación de la iglesia primitiva.

La vida de oración del predicador

Los primeros capítulos de Hechos de los Apóstoles nos traen a la memoria una de las más excitantes épocas de la historia de la iglesia. En estos capítulos testificamos a los apóstoles ministrando con gran poder y disfrutando de una inmensa responsabilidad. La iglesia se expandía exponencialmente. Los no creyentes se arrepentían y eran miles los que ponían su confianza en Cristo Jesús, mientras que los creyentes ddaban grandes pasos hacia la madurez en Cristo. ¿Por qué? Una razón principal para este acelerado crecimiento espiritual fue la poderosa predicación de los apóstoles. Quizás está familiarizado con el incomparable sermón de Pedro en Pentecostés registrado en Hechos 2. Este sermón tuvo un rol importante en el nacimiento de la iglesia del Nuevo Testamento. Dado que estamos acertadamente impresionados con los 3.000 que respondieron ese día, no debemos olvidar que el sermón de Pedro en Pentecostés no fue su único sermón durante esos días. En Hechos 2:42, leemos que los primeros creyentes “se reunían frecuentemente para escuchar la enseñanza de los apóstoles, tener comunión, participar en la fracción del pan y en las oraciones.” Obviamente se predicaba de manera constante. Esta iglesia gozaba de una dieta constante de buenos sermones. En Hechos 3, leemos que Pedro predicó un sermón en el “Pórtico de Salomón” que fue tan asombroso que produjo temor en sus líderes religiosos. Vemos en Hechos 4 que ellos estaban tan asustados del poder que tenían las palabras de Pedro que pensaron que la única manera de ponerle un alto a esto era arrestando a Pedro y a Juan, llevarlos a la cárcel. Mientras Pedro y Juan le hablaban a la gente, se les presentaron los sacerdotes, el capitán de la guardia del templo y los saduceos. Estaban muy disgustados porque los apóstoles enseñaban a la gente y proclamaban la resurrección, que se había hecho evidente en el caso de Jesús. Prendieron a Pedro y a Juan y, como ya anochecía, los metieron en la cárcel hasta el día siguiente. Pero muchos de los que oyeron el mensaje creyeron, y el número de estos, contando solo a los hombres, llegaba a unos cinco mil.34

34

Hch 4:1-4.

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¡Esto es una predicación poderosa! ¿Cuándo fue la última vez que las autoridades temían sus sermones? ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que hemos visto que Dios utiliza nuestras palabras para transformar comunidades? La predicación poderosa parecía ser un lugar común cuando los apóstoles predicaban. En Hechos 4 aprendemos que la estrategia de arresto utilizada por las autoridades religiosas se volvió contra ellos. Al día siguiente Pedro utilizó sus derechos en la corte para predicar otro sermón. En este sermón, “lleno del Espíritu Santo,”35 Pedro proclamó: “De hecho, en ningún otro hay salvación, porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres mediante el cual podamos ser salvos.” 36 Y la gente estaba atónita. Día tras día, los apóstoles predicaban “maravillosos” sermones. Ellos predicaban sermones tan poderosos que merecían estar registrados en la Sagrada Escritura. ¿Cuál era el secreto de esta predicación poderosa? Parte de la respuesta es la oración. Al salir de la prisión, Pedro y Juan se reunieron con sus compañeros y tuvieron una reunión de oración. “Después de haber orado, tembló el lugar en que estaban reunidos; todos fueron llenos del Espíritu Santo, y proclamaban la palabra de Dios sin temor alguno.”37 “…con gran poder seguían dando testimonio de la resurrección del Señor Jesús. La gracia de Dios se derramaba abundantemente sobre todos ellos.”38 Es un error subestimar la influencia homilética de la oración. John Piper estaba en lo correcto cuando aseguraba: Dios ha hecho que su fama se conserve en la predicación de Su Palabra y Él ha hecho que la predicación de Su Palabra se conserve en la oración de los santos…el triunfo de la Palabra no vendrá sin la oración. 39 Pero la oración por sí misma no explica totalmente la razón de por qué la predicación de los apóstoles fue tan efectiva. Algunos de los más grandes guerreros de la oración que he conocido no pueden guiar un estudio de la Biblia y mucho menos predicar solos. Así que, ¿por qué fue tan profunda la predicación apostólica? ¿Cuál era su secreto? Ciertamente no creo que haya sido “suerte de principiantes.” Al final de Hechos 5 y al principio de Hechos 6 algún tiempo había transcurrido desde Pentecostés. Los apóstoles mantenían un ministerio de predicación agotador: “Y día tras día, en el templo y de casa en casa, no dejaban de enseñar y anunciar las buenas nuevas de que Jesús es el Mesías,”40 mientras continuaban siendo poderosos y efectivos: “Para entonces . . . el número de los discípulos aumentaba.”41 36 37 38 39 40 41

Hch 4:12. Hch 4:31. Hch 4:33. J. Piper, The Pleasures of God [Los Placeres de Dios], (Portland: Multnomah, 1991), 225. Hch 5:42. Hch 6:1.

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En este punto, el cansancio del ministerio debió alcanzar a los apóstoles. Para entonces, a ellos se les debió agotar cualquier sermón que habían aprendido mientras escuchaban a Jesús predicar. Ahora estaban solos. Y, como cualquier pastor de experiencia podría decirle, es mucho más difícil predicar excelentes sermones semana tras semana. Si solo predica cada seis semanas, debe poder presentar un sermón bastante decente. Pero, ¿cómo “bateamos jonrones” cada semana? ¿Cómo lo hicieron los apóstoles? ¿Cómo predicaban tan seguido y tan poderosamente? No es ningún secreto. Los apóstoles anunciaron su modus operandi detrás de sus predicaciones en Hechos 6:2-4: No está bien que nosotros los apóstoles descuidemos el ministerio de la palabra de Dios para servir las mesas. Hermanos, escojan de entre ustedes a siete hombres de buena reputación, llenos del Espíritu y de sabiduría, para encargarles esta responsabilidad. Así nosotros nos dedicaremos de lleno a la oración y al ministerio de la palabra.42 La clave de la consistente predicación profunda y efectiva de los apóstoles está escrita en Hechos 6:4. Aquí los apóstoles declaran claramente las prioridades del ministerio que se mantendrán en su poderosa predicación. Eliminarán tareas dignas, pero que distraen, para liberar sus horarios para lo que es más importante. Ellos quieren mantener su constante atención43 en dos tareas primarias. La primera tarea es la oración. La segunda es la Palabra de Dios. El significado de “oración” en el verso 4 es simple, pero observe con cuidado la frase traducida en la versión NVI “el ministerio de la Palabra.” La palabra griega detrás de esta frase en inglés es logos. Literalmente significa “palabra”. ¿Qué es lo que los apóstoles y Lucas, quien registró sus palabras, nos quieren decir aquí? ¿Cuál es exactamente este ministerio de la palabra en el cual los apóstoles estaban continuamente comprometidos? Debido a que la palabra logos se utiliza en otra parte del libro de Hechos para referirse al acto de predicación,44 puede que, muy legítimamente, se comprenda aquí como una referencia a la predicación. Pero logos no es una palabra comúnmente utilizada en Hechos para referirse a la predicación. De hecho, cuando Lucas quiere hablar específicamente del acto de hablar acerca de un sermón, él usualmente escoge un número de palabras que específicamente se refiere a esta tarea.45 Así que, ¿por qué utilizaría aquí una palabra relativamente rara para referirse a la predicación? Especialmente cuando el lector se da cuenta que la palabra logos es usualmente utilizada dentro del libro de Hechos para referirse a la Escritura.46 42 Hechos 6:2-4, NVI; énfasis propio. 43 De nuevo se utiliza la palabra proskarterõ en este verso. 44 Ej., Hechos 2:41; 4:4; 10:44; 13:15; 14:12; 17:11; 20:2, 7. 45 Las palabras comúnmente utilizadas para predicación en el libro de Hechos son kerussõ, utilizada 8 veces; katangellõ, utilizada 11 veces; euangelizõ, utilizada 15 veces; y didaskõ, utilizada 16 veces. 46 Ej., Hch 1:1; 4:29,31; 6:7; 8:4,14,25; 11:1; 12:24; 13:5,7,44,46,48,49; 14:3,25;15:15,3 5,36; 16:6,32; 17:13; 18:11; 19:10,20; 20:32.

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¿Qué está sucediendo en este texto? ¿Están los apóstoles continuamente dedicándose a la oración y a la Escritura, o a la oración y a la predicación? La respuesta es “sí.” Yo creo que la palabra logos fue específicamente seleccionada para su uso en Hechos 6:4 porque fue lo suficientemente amplia para abarcar la prioridad que pusieron los apóstoles en pasar el tiempo en las Escrituras, y la prioridad que le daban a proclamar las Escrituras. La palabra logos es lo suficientemente amplia para incluir tanto la meditación de la Escritura y de la predicación. Mientras que la primera prioridad de los apóstoles era estar en continua oración, su segunda prioridad era pasar sus vidas sumergidos en la palabra —viviendo continuamente dentro de la Escritura—, saturándose de ella, meditando en ella—y luego predicando de esta abundancia. Cuando Lucas nos dice en Hechos 6:4 que los apóstoles estaban ocupando su tiempo incesantemente (proskarterõ) en la palabra (logos), él está mezclando la disciplina de la meditación con la tarea de la predicación. El secreto de la predicación poderosa de los apóstoles residía en la utilización de las disciplinas clásicas espirituales de la oración y la meditación. Los apóstoles no utilizaban las Escrituras como “profesionales” sermoneando los viernes en la tarde tratando de tomar un sermón de las páginas de la Escritura. No eran águilas descendiendo en picada fuera de su elemento natural, tratando de obtener alimento para su cría, capturando un pez y a su vez tratando de no mojarse. Lejos de eso. Su elemento natural era la Palabra de Dios. De la misma manera que una semilla sembrada crece en la tierra hasta que se convierte en una planta de fruto, los apóstoles plantaron las Escrituras en sus corazones y permitieron que su verdad creciera y madurara en sus corazones y mentes hasta que madurara en un sermón. Ellos predicaban cuando la fruta estaba madura. Los apóstoles insistían en que la iglesia les permitiera dedicar sus días pensando y orando su dirección por medio de la Escritura. Mientras lo hicieron, ellos combinaron el irresistible poder de la Palabra de Dios con la obra iluminadora del Espíritu Santo y el resultado fue la predicación. Esta combinación potente llevó a la predicación extraordinaria. Y resultó en una “predicación profunda”. Ahora se torna clara la razón por la cual los apóstoles tuvieron que despejar sus calendarios de otros asuntos. Nadie puede entregarse a la oración continua y al ayuno mientras se ocupa también de las necesidades de una congregación creciente. La predicación no era parte de su ministerio. Era el enfoque principal de su ministerio. Ellos se dedicaban a la Palabra de Dios. Los apóstoles rehusaban desviar su atención del enfoque principal de su ministerio —la predicación— aún para hacer el trabajo admirable de darle de comer a las viudas. Sin embargo, es importante notar que la verdad de Hechos 6:4 no está huérfana en ese texto. Es más, todos los apóstoles usaron la estrategia homilética contenida en ese pasaje. Incluso Pablo, cuya conversación más tarde le impidió estar en los eventos de Hechos 6:4, utilizó el secreto de éxito homilético. En Hechos 18:5 leemos: “Cuando Silas y Timoteo llegaron de Macedonia, Pablo se dedicó

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exclusivamente a la predicación, testificándoles a los judíos que Jesús era el Mesías.” Una vez más Lucas nos da una visión del proceso apostólico homilético. La frase traducida como “ocupado” en Hechos 18:5 viene de una sola palabra griega sunechõ que significa dejarse llevar por algo. En Lucas 22:63 sunechõ es usado para describir cómo Jesús estaba bajo constante vigilancia mientras le tapaban los ojos, se burlaban de él y lo golpeaban, luego de su arresto en el Getsemaní. Sunechõ es usado para comunicarle al lector que la atención de los captores era intensa e ininterrumpida. En el contexto de Hechos 18:5, la palabra significa que “Pablo es dominado/ ocupado, por su tarea de proclamar la palabra.”47 No solo era Pablo devoto, él era devoto, ¡devoto! Su mente estaba enfocada en una sola cosa. ¿De qué estaba Pablo tan obsesionado? Una vez más la preocupación apostólica era la Palabra (logos). Ya que el inspirado escritor escoge utilizar el mismo término que usó en Hechos 6:4, llegamos a la misma conclusión. Una de las razones por la cual los apóstoles podían predicar sermones profundos y poderosos de manera consistente era por la devoción que le daban a la Palabra de Dios. Ellos estudiaban y meditaban la Palabra. Y predicaban la Palabra. La razón por la cual los apóstoles podían predicar sermones profundos y efectivos de manera consistente era porque ellos vivían inmersos en la oración y en la palabra de Dios. Ellos mezclaban estas disciplinas espirituales complementarias y, como consecuencia, los sermones surgían de sus almas. Con esto ellos seguían el ejemplo de su Salvador. En Lucas 4, Jesús rehusó ser desviado hacia el ministerio de sanación. A pesar de las necesidades apremiantes y de las demandas de la multitud, Jesús estableció los parámetros de Su ministerio: “Es preciso que anuncie también a los demás pueblos las buenas nuevas del reino de Dios, porque para esto fui enviado.”48 Y se mantuvo predicando. Creo que Jesús rechazó las legítimas necesidades físicas de las multitudes porque —como los discípulos— Él sabía que las disciplinas de la meditación y de la oración eran muy exigentes y era imposible enfocarse en ambas. El llamado a predicar es un llamado a estudiar, y luego a meditar y a orar sobre la verdad de la Escritura. Para el predicador, la oración es un diálogo divino que fluye fuera de la exégesis. La discusión inicia con la meditación mientras masticamos la verdad de la Escritura. Meditamos cuando murmuramos preguntas sobre el texto bíblico mientras avanza el día. Y cuando nos preguntamos, por ejemplo, que significa para nuestra vida, el contexto de nuestro ministerio, y para la comunidad más amplia, es natural que le preguntemos al Espíritu Santo lo que Él piensa. Cuando meditamos entramos en una tranquila conversación entre nosotros y el Espíritu Santo. 47 H. R. Balz y G. Schneider, Exegetical Dictionary of the New Testament [Diccionario Exegético del Nuevo Testamento] (Grand Rapids: Eerdmans, 1990-c1993), S. 3:306. 48 Lc 4:43-44, NVI.

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En la quietud del “armario”, la oración y la meditación están soldadas juntas. Están fundidas por la intensidad de nuestro anhelo de comprender el pasaje que vamos a predicar. La meditación y la oración deben ser como hermanas gemelas más que primas lejanas. Las Escrituras nos llaman a meditar “día y noche.” También insisten en que “oremos constantemente.” ¿Cómo podemos llenar nuestros días con ambas actividades? La respuesta es: haciéndolas de manera simultánea. Así como la verdad de la Escritura marca el ritmo, debemos balancearnos entre estas dos disciplinas como un bailarín. Durante este baile espiritual, nos aferramos al Espíritu Santo como cuando un novio toma a su novia en el baile de su boda. Mantenemos al Espíritu abrazado fuerte en nuestro pecho, moviéndonos suavemente por el piso de baile y desplazando rítmicamente nuestro peso de la meditación a la oración y de vuelta, esperando de manera paciente que el Espíritu se incline hacia delante y nos susurre la verdad en nuestro oído. Durante este baile, nos alejamos de la ciencia de la exégesis hacia la mente de Cristo. Aquí lo que buscamos es sabiduría espiritual en lugar del análisis de un manuscrito. Aquí tejemos las profundas revelaciones que convertirán la estructura de nuestro sermón. Y lo hacemos trabajando el telar de las disciplinas espirituales para atrás y para adelante entre la meditación y la oración. Vivimos en la atmósfera de la oración moviéndonos de manera natural y sin esfuerzo de la meditación a la oración y de vuelta. Eso no es nuevo. No estoy abogando por una metodología homilética “nueva y mejorada” que le guiará a un territorio peligroso y desconocido. Los puritanos abogaban por la unión de la meditación y la oración. “Cuando leo las Escrituras, pienso en como Dios me está hablando a mí y, por lo tanto, dándome temas de conversación para cuando le hablo en oración. Este pasaje se adapta a mi caso, lo mejoraré durante la confesión, petición o en el agradecimiento…y llegará al hábito de hablar libremente con Dios. Leyendo (la Escritura) y orando son parientes: uno es de ayuda para el otro. . .Emplee su tiempo en ambos.49 Desafortunadamente, “el hábito de conversar libremente con Dios” se ha perdido en gran medida entre los predicadores de hoy. La mayoría de nosotros nos sentimos contentos con una breve oración antes de iniciar con nuestro sermón —“¡Dios ayúdame!”— y cuando hemos terminado —¡Por favor bendice este enredo!— pero no mucho más que esto. La manera como oramos tiene un impacto directo en la forma como predicamos. Si deseamos predicar con el impacto que tuvo Martyn Lloyd-Jones, seríamos sabios en prestar atención el consejo que ofreció sobre la vida de oración de un predicador: 49 R. W. Williams, The Puritan Concept and Practice of Prayer: Private, Family and Public [El Concepto Puritano y la Práctica de la Oración: Privado, Familia y Público], (Ph.D. dis.; Universidad de Londres), 32, como citado en S. A. Ratliff, The Strategic Role of Prayer in Preaching [El Rol Estratégico de la Oración en la Predicación], (no publicado D. Min. diss.; Escuela de Teología Evangélica Trinity, 2000), 18.

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Por encima de todo—y esto, ante todo, lo considero como lo más importante— siempre responda a cada impulso de orar. Puede sentir el impulso de querer orar cuando está leyendo o batallando con un texto. Yo haría una ley absoluta sobre esto—siempre obedezca ese impulso. ¿De dónde proviene? Es obra del Espíritu Santo; es una parte del significado de “lleven a cabo su salvación con temor y temblor, pues Dios es quien produce en ustedes tanto el querer como el hacer para que se cumpla su buena voluntad” (Fil 2:12-13).50 Charles Spurgeon dio un consejo similar a los aspirantes predicadores de su época: Sus oraciones serán nuestros asistentes más capaces mientras que sus discursos todavía están sobre el yunque. Mientras otros hombres, como Esaú, están en la caza por su parte, usted, con la ayuda de la oración, encontrará los guisados cerca de la casa y podrá decir en verdad lo que Jacob dijo falsamente: “El Señor me la trajo.” Si puede sumergir sus plumas en sus corazones, apelando sinceridad al Señor, escribirá bien; y si puede reunir sus cosas en sus rodillas a la entrada del cielo, no fallará en hablar correctamente. La oración, como un ejercicio mental, traerá muchos temas a la mente, y ayudará en la selección de un tema mientras que, como un compromiso altamente espiritual, le limpiará el ojo interior para que vea la luz de Dios. Los textos casi siempre rehusarán revelar sus tesoros hasta cuando los abra con la llave de la oración.51 Los sermones que tienen la fuerza de tocar los más profundos recesos del corazón humano están forjados en un horno alimentado por la meditación y la oración. Ellos surgen de lo que Eugene Peterson llama “exégesis contemplativa” y explica el porqué, como predicador, Peterson vino a saber que “la oración está en el verdadero corazón de la vocación a la que yo entré.”52 A. W. Tozer dijo que “para llegar a la verdad yo recomiendo un texto simple de la Biblia y la diligente aplicación de las dos rodillas en el piso…unos minutos de oración sincera casi siempre dan más luz que horas leyendo comentarios.”53 ¿Anhela predicar sermones profundos? ¿Y se pregunta por qué no lo hace? ¿Por qué no puede?

50 D. M. Lloyd-Jones, Preaching and Preachers [La Predicación y los Predicadores], (Grand Rapids: Zondervan, 1971), 170-71. 51 C. H. Spurgeon, Lectures to My Students: Complete and Unabridge [Charlas a mis Estudiantes: Completas e Íntegras, nueva edición (Grand Rapids: Zondervan, 1954), 43. 52 E. H. Peterson, Working the Angles: The Shape of Pastoral Integrity [Trabajando los ángulos: la forma de la integridad pastoral] (Grand Rapids: Eerdmans, 1987), 64. 53 A. W. Tozer y J. L. Snyder, The Early Tozer: A Word in Season, Selected Articles and Quotations [El primer Tozer: una palabra a tiempo, artículos y citas seleccionadas], (Camp Hill, PA: Publicaciones Cristianas, 1998), 39.

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La razón por la cual muchos de nosotros predicamos sermones superficiales es porque escribimos nuestros sermones como trabajos trimestrales. Eso es lo que hice cuando inicié como pastor a tiempo completo. Después de decidir cuál libro de la Biblia iba a estar predicando, compraba cada comentario disponible sobre el libro. El contenido de esos comentarios se convirtió en lo esencial de mis mensajes. Los ponía sobre una mesa inmensa y los examinaba cuidadosamente para conocer que sabían los autores acerca de mi pasaje. Mientras recogía las mejores ideas de los mejores comentarios alguna vez escritos, pensé que terminaría con nada menos que con el mejor sermón alguna vez predicado. No fue así. No pasó mucho tiempo hasta que fui dueño de una de las bibliotecas teológicas más grandes en mi denominación, y algunos de sus sermones más secos. Pasaba mis semanas buscando y rasgando las verdades de estos libros para introducirlas en mi olla de homilías —calentándolas con la ansiedad que aumentaba mientras se acercaba el domingo—, y sirviendo a mi gente un desagradable caos de información. Este alimento los mantuvo espiritualmente vivos, pero no era buen alimento. Los sermones no son ensayos académicos. Son más bien notas de amor que Dios nos escribe y nos pide que compartamos con Su novia. No pueden ser predicadas hasta que las escuchemos de Dios mismo. Los sermones importantes brotan de una tierra de meditación y oración significativa. Con la ayuda de la tecnología, más sermones son escuchados esta semana, más que en cualquier otra semana en la historia de la humanidad y, probablemente, causando un menor impacto que nunca antes en la historia humana. ¿Por qué? ¿Cuál es la razón por la cual nuestros sermones carecen de la profundidad que tanto anhelamos? Santiago contesta a esta antigua pregunta de los predicadores cuando dice: “No tienen, porque no piden.”54 Dios no responde preguntas de Su libro a aquellos que no preguntan. Ni tampoco ayuda a quienes quieren predicar bajo su propio poder. Cuando los predicadores no toman seriamente su devota meditación, su ministerio en el púlpito es gravemente atenuado, y lo mismo ocurre para quienes están en ese ministerio. No soy el primero que llama a los predicadores a una vida en oración. Hace muchos años E. M. Bounds escribió: El poder de un predicador recae en el poder de la oración y en su habilidad para orar hasta llegar a Dios y obtener grandes resultados. El poder de la oración es rara vez probado, sus posibilidades son pocas veces comprendidas, nunca agotadas. El púlpito fijo y estimulado con santos deseos que presionan estos deseos hacia Dios con una fe incansable será el púlpito de poder. Nada es más débil, más insípido y no productivo como una pequeña oración tediosa. Orar sobre nuestros sermones del mismo modo que oramos por nuestros alimentos no es bueno. Cada parte del sermón debe nacer de la agonía de 54

Sant 4:2.

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la oración; su comienzo y el final debería ser vocal con la súplica y el canto de la oración. Su entrega debe ser apasionante e impulsada por el amor de la hoguera de la oración. La oración, ardiente con un intenso deseo e instada por una fe que no dobla sus alas hasta que llegue a Dios, es la más poderosa de las fuerzas. La oración que lleva al cielo por la tormenta y mueve a Dios por su irresistible abogacía hace al púlpito un trono y su salvación como los decretos del destino.55 Bounds nos llama a ir más allá de “decir nuestras oraciones.” Nos pide que tomemos la oración de manera tan seria como lo hace Dios. Él nos recuerda que “lo profundo llama a lo profundo.” Los sermones profundos son un desbordamiento de una comunión profunda con el Dios que escribió el libro que predicamos. Los sermones superficiales resultan cuando la verdad es como una cucharada de corazones pocos profundos. Ian Pitt-Watson concuerda. Lo que decimos cuando predicamos se convierte en una parte de nosotros solo si le hemos otorgado un tipo especial de pensamiento donde el pensamiento y la oración se vuelven casi indistinguibles. Los pensamientos se convierten de manera natural en oraciones y las oraciones en pensamientos. A veces el elemento devocional en la preparación de nuestro sermón se puede degenerar en algo más que variaciones del tema, “Dios dame un sermón.” Estaríamos mejor si oráramos con el Libro de Horas de 1514: Dios, está en mi cabeza y en mi entendimiento, Dios, está en mis ojos y mi mirada; Dios, está en mis labios y mis palabras; Dios, está en mi corazón y mis pensamientos.56 Los predicadores profundos comprenden lo que Ana estaba haciendo en el templo de acuerdo con el pasaje de Samuel 1. Ana, una mujer piadosa y angustiada por ser estéril vino al templo cuando Elí era sacerdote de Israel. Ana le lloraba desconsoladamente a Dios. Ella le pedía, le imploraba a Dios sobre qué hacer y cómo lidiar con esta situación. Elí la creyó borracha porque, aunque movía sus labios, no se oía su voz. Ana le explicó que no había bebido ni vino ni licor y que solo estaba desahogándose ante el Señor. Aquellos que quieren predicar de manera profunda aprenderán a orar sobre su idea bíblica como oró Ana en sus momentos de angustia, murmurando y orando,

meditando e intercediendo, acercándose al trono de la gracia, sin importar las apariencias. Ellos están ansiosos por escuchar a Dios. Esta es la clase de desesperación que lleva al ayuno.

55 E. M. Bounds, Powerful and Prayerful Pulpits [Púlpitos poderosos y de oración] (Grand Rapids: Baker, 1993), 19-20. 56 I. Pitt-Watson, A Primer for Preachers [Manual para predicadores] (Grand Rapids: Baker, 1986), 73.

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El ayuno

El ayuno no es un tema tan popular como lo es comer. Es mucho más fácil que la gente haga fila para una mesa de bufé que para que se unan con usted a un día de ayuno. Hoy en día es difícil vender la idea del ayuno, incluso entre predicadores. Una de las razones por la cual el pueblo de Dios no ayuna —además del hambre— es porque Dios no nos pide que lo hagamos. La Biblia no nos obliga al ayuno. En el Antiguo Testamento, Dios le pedía a Israel que ayunara un solo día al año, en el Día de la Expiación. Y el Nuevo Testamento no incluye ninguna petición de ayunar. Ni una sola. A pesar de la libertad que Dios le da a su pueblo relacionada con el ayuno, las Escrituras contienen varios ejemplos de hombres y mujeres piadosos que ayunaban. ¿Por qué? ¿Qué significa ayunar? Ayunar no es estar a dieta. No es el sistema bíblico de pérdida de peso de Jenny Craig. Tampoco es una forma deliberadamente desagradable de ascetismo cristiano exigido por Dios. Dios no se complace en ver a sus hijos sufrir innecesariamente. Ayunar es una respuesta reflexiva a situaciones abrumadoras e involucra tanto la cesación de comer y la búsqueda de alguien que nos ayude en la crisis. Las situaciones que nos provocan ayunar son similares a un circuito eléctrico del hogar que experimenta un repentino aumento de la electricidad. ¿Qué sucede cuando esto ocurre en tu hogar? El interruptor del panel de electricidad se dispara y la electricidad se apaga inmediatamente. El interruptor le da suficiente tiempo para buscar a un electricista que repare el daño eléctrico. De la misma manera, cuando experimenta un pico abrumador de estrés en su vida, el interruptor del “hambre” en su cuerpo se dispara y el deseo de comer se apaga. Podría utilizar ese tiempo que usaría para cocinar y para comer compartiéndolo con alguien que podría ayudarle con su problema. ¿Le ha pasado esto alguna vez? Probablemente. Ayunar es una respuesta humana común en una crisis de la vida “secular”. Piensa un momento lo que la gente —incluso ateos— hacen si sus esposas son diagnosticadas con cáncer; si después se torna terminal; si el doctor los tiene que apartar y decirles que el tiempo es corto, y tienen que llevar a casa a sus seres queridos para que mueran allí. En este punto el estrés de estos ateos saludables se torna en una carga pesada. Ellos están obviamente angustiados con la inminente pérdida de sus esposas. Están abrumados por el estrés de la vida. Entonces, ¿a quién recurren? ¿Quién es el que mejor puede sanar sus almas heridas? Sus esposas moribundas. Ellos quieren pasar cada momento con la amada que pronto se irá. Cada momento se torna precioso. Los minutos se convierten en diamantes y nadie quiere que ninguno se le escape de sus dedos. Las personas pasan cada momento posible con sus cónyuges moribundos porque les duele aún más cuando se separan de su lado. Todos queremos la presencia de nuestro ser amado más que cualquier otra cosa, incluso más que la comida. Así que, sin darse cuenta, están ayunando. Esto se conoce como un ayuno secular.

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Es común que los cuidadores atiendan a sus seres queridos con tal intensidad que hasta se olvidan de comer. Esto no está mal; es humano. Cuando las personas se encuentran en una situación traumática que sobrepasa la capacidad natural y los mecanismos de superación para afrontarlo, ellos ayunan. El ayuno es una respuesta humana normal a situaciones abrumadoras en la vida. Pero para el pueblo de Dios, el ayuno puede también ser una experiencia intensamente espiritual. El ayuno espiritual usualmente ocurre cuando las personas piadosas se enfrentan a dos tipos de crisis: un encuentro abrumador con Dios o sentirse abrumado con situaciones de la vida. Veamos algunos ejemplos: 1. El trauma de sentirse abrumado por Dios • Cuando Moisés se enfrentó al trauma de pasar 40 días en intimidad con Dios escribiendo sus mandatos, él no comió por 40 días.57 ¿Quién piensa en ordenar pizza cuando se encuentra solo en la presencia de Dios recibiendo las bases morales para la civilización? • Cuando Israel recobró el Arca de la Alianza de los Filisteos en 1 Samuel 6, ellos se enfrentaron al trauma de la presencia de Dios. Algunos individuos en el pueblo de Bet-Semes decidieron echar un vistazo dentro del arca y Dios respondió a su desobediencia e irrespeto con la muerte de setenta de ellos. La gente lloraba: “¿El Señor es un Dios santo? ¿Quién podrá presentarse ante él?” 58 Estaban tan traumatizados por la persona de Dios que enviaron el arca al pueblo vecino de Quiriat Yearín, donde permaneció por veinte años. Israel estaba paralizado por la presencia de Dios. No fue hasta que Samuel condujo al pueblo en un tiempo de ayuno y confesión que la relación fue restaurada. • Cuando las “amenazas y asesinatos en contra de los discípulos del Señor”59 de Pablo fueron interrumpidas por el Cristo resucitado quien dijo: “Yo soy Jesús, a quien tu persigues,” su reacción fue no comer, ni beber por tres días.60 Este encuentro personal con Jesús destrozó tanto la cosmovisión espiritual de Pablo que la comida era lo último que tenía en mente. • Ana era una profetisa piadosa que “no se apartaba del templo, sirviendo noche y día con oraciones y ayunos.”61 Su experiencia con Dios era tan intensa que la llevaba al ayuno. 2. El trauma de estar abrumado por la vida • Cuando Israel se entera del grave pecado sexual de la tribu de Benjamín, ellos lloraron y ayunaron para saber si debían desistir o volver al combate en contra de Benjamín.62 57 58 59 60 61 62

Éx 34:28. 1 Sm 6:20. Hch 9:1. Hch 9:1-9. Lc 2:37. Jue 20:26.

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• Cuando los moabitas, los amonitas, y los meunitas vinieron a combatir un ataque y Josafat escuchó que “una gran multitud…se dirige contra ti,”63 atemorizado, Josafat decidió consultar al Señor y proclamó un ayuno en todo Judá. Los habitantes de todas las ciudades de Judá llegaron para pedir juntos la ayuda del Señor.”64 • Cuando la comunidad judía se enteró del plan de Amán para “exterminar, matar y aniquilar a todos los judíos,”65 ellos respondieron con el ayuno. • Cuando Nínive escuchó de Jonás que Dios arrasaría con ella en cuarenta días, ellos respondieron al declarar “un ayuno y se vistieron de sayal pequeños y grandes.”66 Hay algo en la amenaza de la aniquilación divina que hace que la atención de una nación se enfoque en el Señor. • Mientras Esdras se preparaba para dirigir a unos 5.000 exiliados israelitas desde Babilonia de regreso a Jerusalén, él proclamó un tiempo de ayuno.67 • Cuando Saúl se dejó caer sobre su espada en el monte Gelboé, su parentela de Yabés de Galaad rescató su cuerpo de la humillación de ser colgado en la muralla de una ciudad de Palestina y, ayunaron por siete días. Estos hombres valientes estaban tan traumados por la tragedia de la muerte de Saúl que el ayuno era la respuesta apropiada.68 • David ayunó cuando el hijo, de su relación ilícita con Betsabé, se enfermó. Luego que Dios hiere a su bebé y cae gravemente enfermo,69 ¿a quién más acude? David no tiene otra opción más que ir al origen de la enfermedad de su hijo. David va a Dios a suplicar por la vida de su descendiente. Cuándo la vida de su hijo pende de un hilo, ¿a quién le importa comer? • Antes que Jesús iniciara su ministerio, el Espíritu Santo lo dirigió al desierto donde ayunó por cuarenta días.70 Jesús sabía que el destino espiritual de toda la humanidad descansaba en el ministerio que Él estaba por iniciar. Él sabía que tenía que hacer su ministerio en unidad con, dependiendo de, Su Padre Celestial. Así que empezó por ayunar. • Cuando el Espíritu Santo le pidió a la iglesia que enviaran a Pablo y a Bernabé en su primera salida misionera, a lugares desconocidos y por un período indeterminado, ellos ayunaron.71 El número abrumador de variables contenidas en este ministerio debió ser desconcertante. ¿Cómo podían prepararse para esta misión tan incierta? La naturaleza del mandato del Espíritu Santo los llevó a que ayunaran.

63 64 65 66 67 68 69 70 71

2 Cor 20:2. 2 Cor 20:3-4. Est 3:13; 4:3. Jon 3:5. Esd 8:21, 23. 1 Sm 31:13. 2 Sm 12:15-17. Lc 4: 1-2. Hch 13:2-3

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El ayuno, en y fuera de sí, no es de hecho una evidencia de la intimidad con Dios. En Lucas 18, Jesús les contó la parábola de los fariseos y el recaudador de impuestos. Y durante su oración auto-complaciente e infame, el fariseo, de pie en el templo, se jactaba ante Dios y la humanidad sobre su práctica de ayuno “dos veces a la semana.”72 Y salió del templo como un pecador. Pablo advierte en Colosenses 2:23 sobre las doctrinas que, aunque tienen “apariencia de sabiduría por su religiosidad afectada, su mortificación y su desprecio del cuerpo, no sirven para satisfacer la sensualidad.”73 Sin embargo, sería un error trágico desestimar el ayuno como una reliquia de la historia religiosa. Jesús ayunó y Él claramente esperaba que sus seguidores practicaran esta disciplina espiritual. Sus comentarios sobre el ayuno están frecuentemente precedidos por “cuando ayunas” en lugar de “si ayunas.”74 Cuando Jesús fue criticado por el discípulo Juan El Bautista por no ayunar lo suficiente, Él le respondió que sus discípulos ayunarían más cuando Su ministerio en la tierra hubiera terminado.75 Jesús asumió que sus seguidores ayunarían. Así que, ¿por qué no lo hacemos? ¿Por qué será entonces, que tantos de nosotros vemos esta disciplina como el dominio exclusivo de los místicos antiguos vestidos con cilicios? En su mejor momento, el ayuno es un acto espontáneo provocado por la desesperación. Se practica durante momentos de crisis extrema donde nuestra necesidad de Dios es tan grande que nos olvidamos de comer. El ayuno genuino es una reacción espontánea del corazón. No puede ser forzado ni fingido. El ayuno es la reacción visceral de nuestras almas a una situación traumática. Ayunamos cuando enfrentamos una situación espiritual tan desesperante que solo Dios basta, cuando necesitamos de su presencia más que cualquier otra cosa. Incluso comida. Los predicadores no deben sentirse obligados a ayunar cada semana. O, incluso cada mes. No ayunamos para conseguir favores de Dios. Ayunamos para alcanzar Su presencia. Ayunamos cuando no comprendemos por qué Dios escribió lo que escribió en su Palabra, cuando su verdad no parece tener sentido o cuando será mal escuchada por aquellos a quienes Dios nos ha pedido que se la prediquemos. Ayunamos cuando estamos desesperados por comunicar fielmente la Palabra de Dios y no sabemos cómo hacerlo, cuando nos encontramos en nuestro juicio final, y cuando todas nuestras habilidades, adiestramiento y experiencia no son suficientes. Ayunamos cuando el fracaso es tan cierto como lo es inaceptable, y cuando la fuerza imparable de nuestra obligación de predicar bien se encuentra con obstáculos inalterables como nuestros seres pecaminosos, horarios y ministerios. Si el líder de su denominación pasa un edicto solicitando el ritual del ayuno, esta disciplina perdería fuerza. Cuando obligaciones sociales o un compromiso agendado requieren que ayunemos una cierta cantidad de veces al año, semana, o mes, la disciplina 72 73 74 75

Lc 18:12. Col 2:23. Mt 6:16-17. Mt 9:15; Mc 2:18-20; Lc 5:33-35.

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se degenera. Los musulmanes son obligados a ayunar durante los 29 o 30 días del mes de Ramadán. Los cristianos no. Nuestro llamado a ayunar viene de nuestros corazones, no de un reglamento religioso. Pero esta observación puede ser tan contundente como liberadora.

¿Qué ocurre si no ayuno?

La buena noticia es que como predicador cristiano nunca tiene que saltarse el almuerzo. La mala noticia es que si no ayuna hay, desafortunadamente, tres implicaciones sobre su ministerio de predicación. La primera implicación es que no está experimentando una intimidad real con Dios. Debido a que el ayuno es una respuesta automática al trauma de una intimidad insoportable con Dios, la ausencia del ayuno puede indicar nuestra lejanía de Dios. Qué triste es tener que admitir que el Dios de la Escritura nunca nos agobia. Qué acusación de nuestra propia relación con Él. Qué influencia tan escalofriante debe tener esto en nuestra predicación y en las vidas de quienes nos escuchan. Cuando el Dios que se vislumbra sobre toda la creación nunca le abruma mientras estudia Sus Escrituras, entonces las está estudiando incorrectamente. Mientras que su exégesis de un texto bíblico puede estar correcta, también es una frialdad científica. El tiempo que ocupa en la Palabra de Dios debe asemejarse a la disección eficiente de un examinador médico más que a una novia leyendo una carta con rastros de lágrimas de su esposo. Si no se encuentra ayunando involuntariamente durante la preparación de su sermón, entonces está manteniendo a Dios a una distancia “segura”. No está permitiendo que la belleza de su santidad invada su espacio personal. Está sosteniendo a Dios a la distancia de sus brazos. Ha reducido a Dios a un tema que debe dominar en lugar de un Dios al cual debe amar. Dios no es tan silvestre, bello e impredecible como una mariposa. Lo ha capturado en la cuadrícula de su sistema teológico y lo ha clavado en un tablero de anuncios en el museo de historia natural. Conoce mucho acerca de Dios, pero Él no le agobia. Cuando Dios agobia a las personas, ellas ayunan. Solo aquellos que se paran frente a la luz solar directa necesitan utilizar gafas de sol. Aquellos que deciden utilizar gafas de sol durante la noche solo están haciendo una declaración de moda. De la misma manera, solo aquellos que están en la presencia de Dios tienen una necesidad legítima de ayunar. Aquellos que ayunan por cualquier otra razón, están haciendo una declaración de moda. Ellos quieren que la gente los vea como espirituales. La segunda implicación que surge de la ausencia del ayuno es un ego del tamaño de la vía láctea. Piénselo. ¿Por qué las personas ayunan? Una de las razones del ayuno es la respuesta visceral a los abrumadores retos de la vida. Una y otra vez la Biblia muestra como el pueblo de Dios ayunaba cuando llegaban al borde del abismo. Así que, si nunca ayuna cuando se prepara para predicar, solo puedo asumir que siempre se siente completamente adecuado para la tarea. Semana tras semana se considera lo suficientemente capaz de realizar plenamente los retos homiléticos

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de su ministerio. Su fracaso de ayunar es un indicador calórico preciso de su inquebrantable fe en su competencia exegética y homilética. No creo que deba ayunar todas las semanas. Los predicadores pueden y deben aprender las habilidades requeridas para realizar las demandas comunes del ministerio. ¿Pero acaso no hay situaciones cuando estamos abrumados por un texto, particularmente difícil o, desconcertados sobre la mejor manera de presentar la idea del texto bíblico a sus oyentes? ¿Alguna vez se ha encontrado en una situación donde ha colgado los guantes y dicho: “¡Me rindo! ¡No sé qué decir en esta situación tan difícil!” ¿Quién es adecuado para esta tarea?” Si no lo ha hecho, ¡entonces que Dios ampare a su pueblo de predicadores tan arrogantes! Si nos tomamos la tarea de predicar con la seriedad que merece y, si contamos con una evaluación realista y humilde de nuestra destreza exegética y homilética, entonces, nos encontraremos ayunando, y no porque alguien nos dice que lo hagamos. Tampoco ayunamos para obtener una reputación “espiritual”.76 Ayunamos porque es impensable dejar de predicar correctamente la Palabra de Dios, pero no sabemos cómo tener éxito. El ayuno es una recompensa espontánea donde se siente como “que no ve la salida,” reconociendo que no lo puede lograr. Así que, si nunca ayuna, es porque no se ha visto al final del abismo. Es el último regalo a la predicación de Dios o tiene un ego del tamaño del universo. Sospecho que es esto último. La tercera implicación de una ausencia de ayunar es que nunca ha experimentado el poder completo de Dios liberado en su ministerio. En casi todos los ejemplos citados anteriormente, Dios se conmovió de manera dramática y milagrosa cuando las súplicas de su pueblo se intensificaron con el ayuno. • Cuando Josafat llamó a Dios por medio de la oración y el ayuno, el profeta le dijo, “No tengan miedo ni se acobarden cuando vean ese gran ejército, porque la batalla no es de ustedes, sino mía… porque yo, el Señor, estaré con ustedes.”77 Y Dios, fue fiel a Su palabra. Y los ejércitos enemigos comenzaron a pelear, y para cuando el ejército de Josafat entró a la batalla, “no vieron sino los cadáveres que yacían en tierra. ¡Ninguno había escapado con vida!”78 Dios respondió a su oración y ayuno con una intervención sobrenatural y de forma dramática. • El plan de Amán de “exterminar, matar y aniquilar a todos los judíos”79 no se desarrolló como Amán había esperado. El pueblo de Dios ayunó, Esther actuó, y “Los judíos mataron a filo de espada a todos sus enemigos. Los mataron y los aniquilaron, e hicieron lo que quisieron con quienes los odiaban.”80 Dios respondió a su oración y ayuno con una intervención sobrenatural y de forma dramática. 76 77 78 79 80

Ver Mt 6:16-18. 2 Cor 20:15-17. 2 Cor 20:24. Est 3:13. Est 9:5.

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Reconozca la grandeza

• Cuando Nínive respondió a las noticias de una destrucción inminente, “proclamaron ayuno y, desde el mayor hasta el menor, se vistieron de luto en señal de arrepentimiento.”81 Al ver Dios lo que hicieron. . . (Él) no llevó a cabo la destrucción que les había anunciado.”82 • Como resultado de la oración y del ayuno, Esdras fue capaz de liderar de manera segura a 5.000 exiliados israelitas desde Babilonia de regreso a Jerusalén porque “Durante todo el trayecto Dios nos acompañó y nos libró de enemigos y asaltantes.”83 Además, Dios usó a Esdras para completar una considerable renovación espiritual a toda la nación. • Mientras que el ayuno de los hombres de Yabés de Galaad no cambió la difícil situación de Saúl, de la devastación que ocurrió ese día, surgió el mejor rey que Israel haya tenido. David inmediatamente asumió la posición que le correspondía como líder. Estos valientes hombres no podían imaginarse el mejor futuro que nacía de su ayuno. • El ministerio que Jesús comenzó con ayuno84 fue un éxito completo. Cuando Él anunció en la cruz: “¡Todo se ha cumplido!”85 Él había logrado, con el poder de Dios, cada uno de los objetivos que el Dios tenía para su ministerio. Nada mal. • A Pablo y Bernabé les fue bastante bien en su viaje misionero. El gobernador de Pafos se convirtió después de un milagro86 “Casi toda la ciudad se congregó para oír la palabra del Señor” en la Antioquía de Pisidia después del primer sermón de Pablo,87 y “La palabra del Señor se difundía por toda la región.”88 En Iconio Pablo y Bernabé “hablaron de tal manera que muchos judíos y griegos abrazaron la fe.”89 En Listra, Pablo realizó un asombroso milagro y atrajo la atención de toda la ciudad.90 En Derbe después de “anunciar las buenas nuevas en aquella ciudad y de hacer muchos discípulos.”91 Luego Pablo y Bernabé volvieron a Listra, Iconio y Antioquía, y “en cada comunidad nombraban ancianos y con oraciones y ayunos los encomendaban al Señor en quien habían creído.”92 De cualquier manera, el primer viaje misionero de la iglesia cristiana fue un éxito contundente. Y finalizó con ayuno. El ayuno no garantiza que Dios responda siempre a nuestras oraciones de la manera que lo esperamos. Dios, por ejemplo, no consintió a la súplica de David de que el hijo que concibió fuera del matrimonio con Betsabé viviera, a pesar de que David le imploró con una oración ferviente y con ayuno. 81 82 83 86 87 88 89 90 91 92

Jon 3:5. Jon 3:10; inserción propia. Esd 8:31. Hch 13:12. Hch 13:44. Hch 13:49. Hch 14:1. Hch 14:8-18. Hch 14:21. Hch 14:23.

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PREDICACIÓN PROFUNDA

No cabe duda, desde luego, que Dios responde frecuentemente a nuestras oraciones aun cuando son intensificadas con el ayuno. Un estudio de la Escritura revela que aquellos que ayunan experimentan casi siempre un movimiento poderoso de Dios. Cuando el pueblo de Dios ora y ayuna, Dios responde de manera obvia con un poder sobrenatural. El ayuno hace para el pueblo de Dios lo que un sistema de óxido nitroso puede hacer para su carro en su estacionamiento. Si tuviese que instalar un sistema de óxido nitroso a su carro, podría incrementar sus caballos de fuerza por 50, 75 o hasta unos 100 caballos de fuerza.93 Los corredores de la calle han utilizado este secreto por años. Ellos saben que, al abrir una válvula de una botella de metal instalada en el baúl, permiten que el gas nitroso entre al sistema de combustible del carro. Y el resultado es una instantánea e impresionante sacudida de poder. El “fluido” nitroso les permite ganar carreras que normalmente perderían. Les da un acceso al poder que personas que manejan carros sin modificar nunca imaginarán ni experimentarán. A pesar de que los corredores de calle no utilizan el sistema de gas nitroso todo el tiempo --como cuando están en camino al trabajo—, ellos sienten alivio de saber que cuentan con un arma poderosa en su maletero cuando se encuentran en situaciones de carrera a alta presión. Pueden “arrancar con el fluido” y dirigirse camino a la victoria. El ayuno tiene el mismo impacto en el ministerio. Cuando ayunamos abrimos la válvula a los recursos ilimitados de Dios. Le pedimos a Dios que le dé un impulso sobrenatural a nuestros ministerios, que intervenga de forma asombrosa para que podamos tener éxito en lo que usualmente fallamos. Obtenemos el poder que aquellos que no ayunan no pueden imaginar y nunca van a experimentar. Aunque los predicadores no van a ayunar cada semana –cuando se encuentran en alto riesgo, situaciones de alta presión, cuando ellos saben que no tienen el poder para ganar su carrera- ellos tienen una fuente secreta de poder. Al ayunar ellos pueden pedir a su Dios a “arrancar con el fluido”. Ellos pueden pedirle a Dios que le dé un empuje sobrenatural a la victoria. Y Dios a menudo responde cuando Su pueblo ayuna y ora.

Su socio en la predicación

La preparación del sermón no debe ser una tarea solitaria. Dios no nos pide que lo “hagamos solos.” Él anhela que nosotros lo involucremos en el proceso homilético y que lo busquemos de manera constante, a través de la oración dialógica mientras meditamos día y noche en Su palabra. Y, en aquellas ocasiones cuando golpeamos la pared de manera exegética u homilética, podemos clamar de desesperación mientras ayunamos. Él hace una gran diferencia en nuestra predicación. ¿Cuánta diferencia hace Él?

93

Chevy Rumble (febrero 2006): 84; http://www.zex.com/ (accedido el 27/10/08).

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Reconozca la grandeza

Imagine que un hermoso jardín se encuentra detrás de su casa. Es una plantación magistral, llena de una gran variedad de las plantas más bellas del planeta. Su belleza y olor es tan maravilloso que pasa horas caminando por allí y a la vez admirando la habilidad con la cual fue creado y contemplando su hermosura . Ha pasado tantas horas en él que puede fácilmente encontrar su camino a través del jardín. Algunos le llamarían el experto en el jardín. Usted incluso da excursiones. Pero imagine que un día el creador del jardín (el Espíritu Santo) se le acerca y dice: Toma mi mano y camina junto a mí. Quiero mostrarte todas las maravillas de mi jardín. Quiero que comprendas lo que he sembrado y el porqué. Por qué seleccioné las plantas que están aquí y por qué las coloqué de tal manera. Y permite que te explique la característica única de cada una de las plantas. Tú conoces mi jardín lo suficientemente bien para encontrar el camino, pero permíteme ayudarte a comprenderlo plenamente. Déjame mostrarte cosas que has visto pero que nunca has notado. Permíteme presentarte mi jardín en toda su gloria prevista. Esto es lo que el Espíritu Santo quiere hacer con nosotros. Él quiere mostrar su magnífico jardín de la Escritura. Él comprende mejor que nadie lo que escribió. Todo lo que tenemos que hacer durante el recorrido, para mantenernos a paso con Él, es meditar y ayunar cuando afrontamos una necesidad particular de ayuda. Profundice con Dios y permita que le lleve a lo profundo de Su jardín para que comparta con otros lo que Él le ha revelado.

El mundo no requiere de más personas ocupadas y quizás tampoco de más personas inteligentes. Se necesitan “personas profundas.” Personas que saben que necesitan de soledad si quieren saber dónde se encuentran; silencio, si sus palabras han de significar algo; reflexión, si sus actos han de tener algún significado; contemplación, si han de ver el mundo tal y como realmente es; oración, si han de estar conscientes de Dios y han de “conocerlo por siempre.94

94 D. Postema, Space for God: The Study and Practice of Prayer and Spirituality [Espacio para Dios: el estudio y práctica de la oración y espiritualidad], 3era. edición, (Bible Way: Grand Rapids: Publicaciones CRC, 1997), 18.

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Capítulo 8

Inicie el “trabajo de armario” ¿De dónde obtiene sus sermones? Demasiados de nosotros somos homiléticos de comida chatarra. Debido a nuestras vidas ultra ajetreadas, les damos de comer “Pop-Tarts” espirituales a nuestros feligreses antes de tomarnos el tiempo y prepararles una comida gourmet. Preferimos las conexiones de Internet wifi antes que nuestros armarios espirituales. ¿Por qué no comprar la serie de “Una vida con propósito”? ¿Por qué no enciende su software Logos, entra a Passage Guide y hace un clic en SermonCentral. com? Continúa con Powerpoint.com y ¡ni siquiera tendrá que crear sus propias gráficas! “Tendría que ser un idiota para gastar su tiempo preparando un sermón gourmet.” Nos decimos “Todo lo que tiene que hacer es acceder. ¡Piense en el tiempo que se puede ahorrar!” “La mayoría de mi sabiduría viene de buscar cosas en Internet”

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Inicie el “trabajo de armario”

Pero los sermones son como comidas: las de calidad requieren esfuerzo. ¿Cómo describiría a una madre que sirvió a sus hijos nada más que mantequilla de maní marca Jiffy y Pop-Tarts de Kelloggs? Negligente. Usted y yo sabemos que los niños necesitan la nutrición proveniente de una comida hecha en casa para que se desarrollen en todo su potencial. ¿Cómo describiría a un pastor que sirve a su congregación una continua dieta de sabiduría de Internet? Negligente. Los sermones Pop-Tarts son fáciles, pero impiden el crecimiento espiritual. La comida chatarra espiritual que puede encontrar en Internet es similar al tipo de comida disponible en el servicio de auto-rápido de un restaurante de venta de comida chatarra. Esta le hace sentir lleno sin cumplir con sus auténticas necesidades nutricionales. Los sermones de comida chatarra llenan la mente sin nutrir las almas. Los buenos sermones, así como la buena comida, no provienen de Texas, no salen de la línea de ensamblaje en China y no de deslizan en los mostradores de comida rápida. Las comidas gourmet son preparadas por horas de trabajo de armario. Y la meditación, la oración y el ayuno son los utensilios utilizados por los chefs homiléticos expertos.

Iniciando su trabajo de armario

Pero ¿qué tenemos que hacer exactamente en nuestros armarios? Conocer la importancia de la meditación, la oración y el ayuno no es lo mismo que saber qué hacer con ellos. ¿Acerca de qué oramos y meditamos? Le sugiero que considere la idea de su pasaje bíblico desde cinco perspectivas diferentes y cinco preguntas diferentes. Cada pregunta será un desafío en forma distinta. Cada pregunta le llevará más hacia la profundidad del pasaje bíblico y la idea que contiene. En este punto, por favor mantenga presente que no está escribiendo su sermón. Las cinco preguntas son el contenido del trabajo de su armario. Son el resultado de su meditación y oración en el armario. Las cinco preguntas le dan enfoque y propósito a su tiempo con Dios. Todavía no piense en las homiléticas. No se preocupe de cuantos puntos de vista tendrá o cuales serán. No pierda su enfoque preocupándose por su introducción o conclusión. Saque deliberadamente esas preguntas de su mente. Eventualmente tendrán que ser contestadas, pero todavía no. El único objetivo del trabajo de armario es permitir que el Espíritu Santo le guíe a una mejor comprensión de su pasaje bíblico. Tómese su tiempo. Disfrute de la oportunidad que tiene de estar con Él. Medite y ore. Escuche y aprenda. Le recomiendo que haga estas cinco preguntas con una nueva libreta de rayas para que mantenga el hilo de lo que el Espíritu Santo quiere mostrarle. Asegúrese de anotar cada pregunta que cruza por su mente, cada idea, como también cada introspección/respuesta que el Espíritu Santo le muestra a lo largo del proceso.

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Los adeptos más tecnológicos entre nosotros preferimos una grabadora en lugar de lápiz y papel. Cualquiera que sea el método de registro que prefiera, elija alguno. No piense que recordará todo. No lo hará. Nuestras mentes son como coladores en la playa y las ideas son granos de arena que se deslizan, tan fácilmente, por agujeros de regreso a la oscuridad. Un resumen de las cinco preguntas está incluido en el apéndice, pero empecemos por ver la primera pregunta en este capítulo.

Mire hacia atrás

La primera pregunta que debe hacerse en su armario es: “¿Por qué era necesaria esta idea exegética para sus primeros destinatarios?” Asegúrese de tener una idea exegética claramente establecida sobre el texto bíblico. Escríbala en la primera hoja de su libreta. Como todas las ideas, esto debe ser establecido en formato de sujeto y complemento, pregunta y respuesta. Dado que es exegético, la descripción debe ser precisa y concisa sobre lo que el inspirado autor bíblico comunicó a su audiencia original. Es imperativo que inicie con una idea exegética escrita. La escritura aclara el pensamiento. Estoy apenado de admitir la cantidad de veces que tuve una idea en mi mente e invertí horas pensando en ella mientras manejaba en el tráfico o me aguantaba alguna mala reunión. Pero cuando llegaba a mi armario, lo que previamente se veía tan claro, desaparecía de mi mente como un gato en una exposición canina. Mi lema ahora es: si no está escrito, no es real. Inicie con una idea exegética derivada de una investigación gramatical/histórica del texto bíblico. El trabajo de armario aumenta el trabajo de la Escritura; no la reemplaza. Aquí hay unas sub-preguntas que querrá hacerse sobre su texto para confirmar que realmente comprende lo que el autor original comunicó sobre el pasaje que está predicando. Pregunta #1: “¿Por qué era necesaria esta idea exegética para sus primeros destinatarios?”. 1. ¿A quién dirigía el mensaje el autor bíblico? 2. ¿Cuál tipo de problema abordó? 3. ¿Por qué ellos necesitaban escucharlo? ¿Qué tan urgente era? ¿Por qué? Su meta aquí es determinar “cómo se veía” el problema en la vida de los destinatarios originales. Visualice la situación que requería de esta verdad bíblica. Véala en su mente. Asegúrese que el problema que ve es tangible. Si no es real en su mente, pregúntese el porqué. ¿Qué información adicional necesita para concretarlo? ¿Es exegético? ¿Es cultural? Vaya y encuentre lo que necesita. 4. ¿Es de ayuda la historia de los antecedentes de los destinatarios en la explicación del por qué era necesaria esta instrucción para esas personas en ese tiempo? 5. ¿Habrá algunos factores culturales que se hayan incubado o acelerado la necesidad de esta instrucción? ¿Por qué estaban tan vulnerables los corazones

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de estos destinatarios originales a vagar en esta dirección? ¿Por qué pensaba Dios que específicamente ellos necesitaban de esta idea? 6. ¿Cuál cree que fue la respuesta emocional de los destinatarios originales de esta verdad bíblica? ¿Cuál fue la reacción visceral cuando la escucharon por primera vez? ¿Por qué lo cree así? 7. ¿Qué hicieron los destinatarios originales con este mensaje? ¿Le prestaron atención o lo ignoraron? ¿Qué sabemos acerca de eso? 8. ¿Cómo transformó esta verdad, o de qué manera pudo transformar la vida de los destinatarios? Haddon W. Robinson dijo que: “algo no es verdadero porque está en la Biblia; está en la Biblia porque es verdadero.” En otras palabras, la verdad de la Escritura es verdad a la vida. Y nuestra decisión de obedecerla o desobedecerla determina si nuestras vidas florecen o se tambalean. Con esto en mente, desarrolle dos escenarios: a. ¿Qué habría sido de la vida de los destinatarios originales si ellos hubiesen respondido plenamente a la verdad de este pasaje? b. ¿Cómo habría sido la vida de los destinatarios originales si hubiesen ignorado o hecho caso omiso a esta verdad? 9. ¿Es esta la única vez que este principio es mencionado en la Escritura? ¿Han luchado otros con este problema a lo largo de la historia bíblica? ¿Quién? ¿Cuándo? ¿Por qué? ¿Con qué resultado? 10. ¿Cuáles metáforas capturan mejor el significado de este pasaje?

Comprenda la historia

Mi objetivo para estas preguntas iniciales es llevarle de manera más profunda al texto bíblico donde nunca antes ha estado. Quiero que comprenda más allá de la gramática del texto bíblico. El software en su computadora portátil puede hacerlo por usted. Como una persona habitada por el Espíritu Santo, usted puede y debe ir más allá en el texto, mucho más allá. Quiero que pulse de nuevo la idea a su contexto original, empuje más allá de lo abstracto a lo concreto. En otras palabras, para comprender la situación del mundo real de esa audiencia original que causó que Dios inspirara al autor original a desarrollar y entregar la idea exegética de su pasaje. El concretismo es un elemento crítico de una predicación efectiva. Los predicadores poco profundos hablan la verdad de la Escritura de manera tan abstracta que son totalmente insensatos. Ellos hablan, por ejemplo, de la “importancia de la santidad” pero nunca toman el tiempo para mostrar cómo se ve realmente la santidad. Sus oyentes escuchan la verdad pero no tienen idea que hacer con ella. Es irrelevante. Cuando predicamos abstracciones, nuestras palabras se esfuman de la vida de los oyentes, así como saltan las piedras sobre el agua de una laguna. Para hacer el tipo de chapoteo que Dios intenta, la verdad debe sumergirse en las vidas diarias de nuestra gente. Esto es lo que hizo Jesús en Sus sermones.

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No creo que muchos de aquellos escuchando el Sermón del Monte hubiesen sido terriblemente ofendidos cuando Jesús dijo que a menos que su justicia supere “a la de los fariseos y de los maestros de la ley.”1 Pero imagine las miradas de asombro cuando Jesús comenzó a dar ejemplos específicos y concretos sobre lo que significaba esta rectitud. Cuando Jesús igualó el homicidio con el enojo,2 el adulterio con la mirada lujuriosa,3 y el amor al prójimo con el amor a los enemigos y la oración por sus perseguidores.4 No lance las ideas de Dios en la órbita de la vida de sus oyentes. Traiga esa verdad hacia la tierra. Aterrícela en medio de sus vidas.

La verdad a la vista

Estas preguntas que le he sugerido le ayudarán a comprender su idea exegética de manera concreta forzándolo a entender la idea del pasaje bíblico que estará predicando como parte de una narrativa más grande. Cada porción de la Escritura tiene una historia detrás y, las historias son inherentemente específicas. Las historias no debaten la verdad; ellas demuestran la verdad. El apóstol Pablo sabía esto. En Romanos 3, por ejemplo, el apóstol Pablo debate el concepto abstracto de la justificación por fe. Pero en Romanos 4, él utiliza la historia de Abraham para mostrar cómo se ve la justificación por medio de la fe. Su fe no flaqueó, aunque reconocía que su cuerpo estaba como muerto, pues ya tenía unos cien años, y que también estaba muerta la matriz de Sara. Ante la promesa de Dios no vaciló como un incrédulo, sino que se reafirmó en su fe y dio gloria a Dios, plenamente convencido de que Dios tenía poder para cumplir lo que había prometido. Por eso se le tomó en cuenta su fe como justicia. Y esto de que «se le tomó en cuenta» no se escribió solo para Abraham, sino también para nosotros. Dios tomará en cuenta nuestra fe como justicia, pues creemos en aquel que levantó de entre los muertos a Jesús nuestro Señor. Él fue entregado a la muerte por nuestros pecados, y resucitó para nuestra justificación.5 Al utilizar historias, Pablo arraiga su verdad abstracta en la vida real. A medida que avanzamos con la narración de Abraham, vemos cómo trabaja la justificación de la fe. Las historias, por su propia naturaleza, son concretas. Y lo concreto es realista. No le estoy exigiendo que elabore una historia para su idea exegética. Le estoy solicitando que utilice estas preguntas para recrear la historia de la audiencia original y así determinar la razón por la cual era necesario para ellos recibir esta verdad. A medida que desempolva la historia antigua de su texto, descubrirá la importancia de la idea. La historia le mostrará cuándo y por qué la verdad es tan crítica para vivir en santidad. 1 2 3 4 5

Mt 5:20. Mt 5:22. Mt 5:28. Mt 5:44. Rom 4:19-25.

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Un beneficio secundario de descubrir la narrativa de la idea bíblica, es que la historia le ayudará a detectar las similitudes entre la historia de los antiguos destinatarios y la historia de la audiencia contemporánea a la que le estará hablando. Cuando conoce y demuestra estas similitudes en su sermón, va a estar creando una relación entre su audiencia y el texto bíblico. Estará predicando de manera más efectiva. Pero quiero que vaya más a fondo de solo descubrir la historia original de su idea exegética. Para asegurarnos que comprende concretamente su idea exegética, quiero que haga algo más con ella. Quiero que la utilice como una metáfora.

Observe y aprenda

Las metáforas son cruciales para una predicación profunda. No puede comprender bien un pasaje bíblico y predicarlo, a menos que la pueda convertir en una metáfora. Si no puede exponer la idea de un pasaje bíblico en una metáfora, entonces realmente no lo comprende. Y ciertamente no está preparado para predicarlo. Un sustantivo es una palabra que usted utiliza para referirse a una persona, lugar o cosa. Usted ve y toca sustantivos todos los días de su vida. Se sienta en un sustantivo cuando desayuna. Vierte un sustantivo en su plato de cereal. Conduce un sustantivo a su trabajo. Su esposo y perro son sustantivos. Como también lo es el emparedado que va a almorzar. Entendemos los sustantivos. Son los bultos en el horizonte de la vida. Las metáforas utilizan los sustantivos concretos que ya entendemos para ayudarnos a comprender conceptos abstractos al sugerir una semejanza o analogía entre ellos. La palabra “metáfora” se origina de la palabra griega “metapherein” que significa “transferir.”6 Las metáforas transfieren lo que conocemos a lo que no conocemos. Ellas comparan dos objetos o ideas diferentes y enfatizan en las similitudes que existen entre ellas. “La esencia de la metáfora es cuando entendemos y experimentamos un tipo de cosa en términos de la otra.”7 Y “porque ellas hacen uso de las cosas concretas de la vida diaria para ilustrar aspectos intangibles, complejos y relacionales de la vida, se consideran vívidas y memorables.”8 Considere lo siguiente: Olvidarse de nuestros ancestros, es como un arroyo sin una fuente es como un árbol sin raíces.” Proverbio chino 9 6 Merriam-Webster, Inc, Merriam-Webster’s Collegiate Dictionary [Diccionario colegiado de Merriam-Webster], 11va edición (Springfield, MA: Merriam- Webster, Inc., 2003). 7 G. Lakoff y M. Johnson, Metaphors We Live By [Metáforas por las que vivimos], (Chicago: Universidad de Chicago Press 2003), 5. 8 J. Lawley y P. Tompkins, Metaphors in Mind: Transformation through Symbolic Modelling [Metáforas en mente: la transformación a través del modelo simbólico], (Londres: Developing Company Press, 2000), 9. 9 E. Sommer y D. Weiss, Metaphors Dictionary [Diccionario de metáforas], (Canton, MI: Visible Ink Press, 2001), 19.

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Aquí el valor de nuestra familia (un concepto abstracto) es equivalente a sustantivos que conocemos: arroyos y raíces. El autor está diciendo de una manera vívida y memorable que nuestros ancestros son esenciales en nuestra vida como lo es el agua a un arroyo y las raíces a los árboles. Olvidarnos de nuestros ancestros es como olvidarnos de lo que hace posible nuestra vida. Además, las metáforas no solo son interesantes sino también valiosas educativamente. Las metáforas son herramientas de enseñanza altamente efectivas en el proceso de aprendizaje porque encajan perfectamente con la manera en cómo aprenden las personas. Como lo señalaron Lawley y Tompkins, desde que nacemos hasta que morimos, todos creamos modelos mentales de cómo funciona el mundo.10 Creamos estos modelos mentales al examinar lo que encontramos que es verdadero en la vida. Estas “verdades” se convierten en suposiciones de fundamento que usamos para construir nuestras vidas. Intelectualmente son incuestionables. Todo cuanto aprendemos en la vida se construye sobre estas suposiciones previas. Berman y Brown señalan que: Es nuestra habilidad hacer conexiones metafóricas que nos permitan aprender nada en absoluto. Cuando algo nuevo es como algo que hemos hecho antes, tomamos lo que sabemos de la primera situación y transferimos ese conocimiento a la nueva situación.11 ¿Recuerda cómo aprendió a sumar en la escuela primaria? Su maestro quizás le preguntó cuántas manzanas tenía si tomaba tres manzanas y su mamá le regalaba otra. Aprendió que tres manzanas más una manzana suman cuatro manzanas. ¿Por qué aprendió esa lección? La aprendió porque ya sabía lo de las manzanas y que su mama le regalaba cosas. Lo que hizo su maestra fue construir sobre lo que ya sabía. Los buenos maestros insertan deliberadamente su material nuevo en sus modelos mentales existentes. Construir modelos mentales es similar a construir un edificio de apartamentos. Ningún contratista construye un edificio comenzando por el penthouse. Eso sería imposible. Hasta cómico. ¿Por qué? Porque están situados en la parte superior de la estructura. Y a pesar de que un penthouse se considera algo independiente de los apartamentos de abajo, no puede flotar en el aire. Deben estar bien sujetados a los apartamentos de abajo. Cada piso de un apartamento descansa sobre el apartamento previamente construido. Lo que es cierto de los penthouse es también cierto del conocimiento. Por eso hay requisitos previos para los cursos. Los educadores saben que no pueden salir bien en un curso si no conocen el material en el cual se apoyan. Todo lo que aprendemos es una extensión de lo que sabemos. Aprender información nueva es como usar una escalera de extensión. Usted comienza usando la escalera al colocarla en una base sólida donde actualmente se encuentra parado. Y luego desliza la escalera hacia adelante y arriba dónde quiere llegar. Las metáforas funcionan de la misma manera. Ellas están con usted en su conocimiento y le ayudan a escalar intelectualmente al siguiente nivel. 10 Lawley y Tompkins, Metaphors in Mind [Metáforas en mente], 21-22. 11 M. Berman y D. Brown, The Power of Methaphor: Story Telling and Guided Journeys for Teachers, Trainers and Therapists [El Poder de la Metáfora: Narración de Cuentos y Recorridos Guiados para Profesores, Formadores y Terapeutas] (Williston, VT: Publicaciones Crown House, 2000), 3-4.

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¿Pudo notar las metáforas que acabo de utilizar? Aritmética de primer grado, penthouse y escaleras de extensión. Lo único que une estas cosas es que son parte de su vida. Usted comprende que los niños aprenden a sumar usando manzanas, que los penthouses no se suspenden en el aire y cómo utilizar una escalera. Aprendemos cuando tomamos elementos que ya conocemos y los extendemos a lo que estamos tratando de aprender. Los buenos educadores utilizan metáforas. Por eso, Dios las utilizó generosamente a través de la Biblia. El crecimiento de la teología moderna y sistemática animó a la gente a ver la Escritura como proposiciones y abstracciones. Una innumerable cantidad de horas han sido ocupadas y millones de galones de tinta derramados por los teólogos buscando ampliar sus teorías y explorando las implicaciones de varios sistemas de creencias. Pero nuestra implicación moderna de la abstracción se encuentra con un marcado contraste incluso con la propia Biblia. La Biblia habla “en gran medida con imágenes. . . las historias, las parábolas, los sermones de los profetas, las reflexiones de los sabios, las imágenes de los tiempos venideros, las interpretaciones de eventos pasados tienden a ser expresados con imágenes que surgen de la experiencia. No suelen surgir de un lenguaje técnico abstracto.”12 Solo un vistazo al masivo y magnífico Diccionario de Imágenes Bíblicas13 le convencerá del amor de Dios por la comunicación concreta. ¿Quién es Jesús? Vaya a una biblioteca teológica y encontrará miles de tomos complejos dedicados a contestar esta sencilla pregunta. Pero Jesús usó las cosas de la vida para decirle a la gente quien era Él. Soy el agua viva. Soy el pan de la vida. Soy la luz del mundo. Soy el buen pastor. Soy la vid.14 Jesús usó metáforas como descriptores por su enorme valor educacional. Él sabía que las metáforas ayudarían a las personas a tener una idea de quien era Él. Él no limitó su uso a una auto-revelación. Para Jesús, cualquier momento era bueno para una metáfora. De hecho, Jesús estaba tan convencido de su valor, que cuando predicaba Él diseminaba metáforas tan libremente como el arroz en una boda.

Predicar como Jesús

El Sermón del Monte en Mateo 5-7 abre una ventana a la forma en como Jesús predicaba. Considera la prominencia que las metáforas disfrutan en esta obra maestra homilética. 12 J. A. Fischer, How to Read the Bible [Cómo leer la Biblia] (Englewood Cliffs, NJ:Prentice-Hall, 1981), 39. 13 L. Ryken, et al., Dictionary of Biblical Imagery [Diccionario de Imágenes Bíblicas] (Downers Grove, IL: InterVarsity Press, 1998). 14 Comparar Jn 4:10; 7:38 y vea Jn 6:35; 8:12; 10:11,14; 15:5.

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Jesús ensalzó a “los pobres de espíritu,” y a los “que tienen hambre y sed de justicia.”15 Él llama a sus seguidores “sal” y “luz” y les urge que “acumulen tesoros en el cielo” en lugar de “tesoros en la tierra.”16 Él dice que “la lámpara del cuerpo es el ojo” y que el dinero quiere ser nuestro “maestro.”17 Jesús nos dice que no nos preocupemos porque si Dios puede vestir a los lirios del campo, Él puede velar por usted. Jesús nos pide, “¿Por qué te fijas en la pelusa que está en el ojo de tu hermano y no miras la viga que hay en el tuyo?” y nos recomienda que no tiremos “perlas a los cerdos.”18 En cuanto al tema de la oración nos pide que preguntemos, busquemos y toquemos porque “¿Quién de ustedes, si su hijo le pide pan, le da una piedra? O ¿si le pide pescado, le da una culebra?”19 Y todos debemos ser cuidadosos para “entrar por la puerta estrecha; porque es ancha la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición.”20 Hablando de cautela, cuídense de los falsos profetas. Son como lobos rapaces “disfrazados de oveja.”21 Y por sus frutos los reconocerán porque “un árbol sano da frutos buenos y un árbol enfermo da frutos malos.”22 Y en todo lo que haga, no descarte la enseñanza de Jesús porque “quién escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a un hombre prudente que construyó su casa sobre roca. . . pero quien escucha estas palabras y no las pone en práctica se parece a un hombre tonto que construyó su casa sobre arena.”23 El sermón concluye con Mateo diciendo que “la multitud estaba asombrada de su enseñanza porque les enseñaba con autoridad, no como sus letrados.”24 La palabra griega traducida aquí como “autoridad” es la palabra griega exousia es una palabra que puede ser traducida como “libertad, capacidad, poder, autoridad.”25 Sí, Jesús predicaba con autoridad. Pero en este sermón Jesús también demuestra una increíble retórica libertad, capacidad y poder. Su habilidad de hablar de manera directa, decisiva y clara era asombrosa. ¿Por qué era Jesús un predicador tan efectivo? Una parte importante del éxito homilético de Jesús era debido a Su extravagante uso de metáforas. El dominio de Jesús de la metáfora le ayudó a crear sermones que han resonado por siglos. Compare su uso de metáforas con las de Él. Puede que jamás lleguemos a predicar tan profundo como nuestro Salvador, pero podemos aprender de Él. Podemos ser mejores.

15 Mt 5:3,6. 16 Mt 5:13-14; 6:19-20. 17 Mt 6:22,24. 18 Mt 7:3,6. 19 Mt 7:9-10. 20 Mt 7:13. 21 Mt 7:15. 22 Mt 7:17. 23 Mt 7:24,26. 24 Mt 28,29. 25 H. R. Balz y G. Schneider, Exegetical Dictionary of the New Testament [Diccionario exegético del Nuevo Testamento], (Grand Rapids: Eerdmans, 1990-c1993), S. 2:9.

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No es tan fácil como parece

No permita que la facilidad que usó nuestro Maestro con las metáforas le engañe en pensar que las metáforas son fáciles de dominar. No lo son. Lo que los expertos hacen que muchas veces parezca fácil, hasta que lo intenta y lo hace. Tiger Woods hace ver que jugar golf parezca fácil, pero mis amigos que lo juegan dicen que es más difícil jugarlo que como lo hacer ver Tiger Woods. Ellos no se encuentran en el tour profesional ganando millones de dólares en premios. Bob Villa hace ver en televisión que hacer muebles parezca fácil, pero los libreros que hice ni siquiera están cuadrados. Las buenas metáforas son sencillas y lo simple parece sencillo. Pero no lo es. Cualquier idiota puede ser complicado. Tiene que ser un genio para ser sencillo. Reducir una idea abstracta compleja a una metáfora libremente accesible es un tremendo reto. Solo pregúntele a Aristóteles. Él escribe en Poética que: “la cosa más grande, por lejos, es tener un dominio de la metáfora. Esto solo no puede ser impartido por otro; es la marca de un genio, ya que crear buenas metáforas implica un ojo para las semejanzas.”26 Lo que hace a las metáforas efectivas es lo que también las hace difíciles. Estando parado “a mitad de camino entre lo incomprensible y la trivialidad, es la metáfora que más produce conocimiento.”27 Las metáforas son mucho más que “figuras retóricas”; son fundamentales para la forma en que damos sentido a la realidad. Las metáforas son el andamio mental que las personas necesitan para llegar al próximo nivel intelectual. Son un componente crítico de la comunicación y de la enseñanza. Debe aprender a utilizar bien las metáforas para poder predicar la Escritura de manera efectiva. No puede ser un predicador profundo sin desarrollar competencia en el desarrollo y uso de las metáforas. Los predicadores profundos siempre han sabido eso.

Lo que los maestros dominaron

Marcel Danesi, profesor de la Semiótica y Teoría de la Comunicación de la Universidad de Toronto, señala que “Santo Tomás de Aquino. . . dijo que los escritores de la Sagrada Escritura presentaron ‘verdades espirituales’ bajo la ‘semejanza de las cosas materiales’ porque esa era la única manera que los humanos pudieran comprender tales verdades. Para él, la metáfora era una herramienta de cognición. . . (Aquino mismo dijo eso). Es apropiado con la Sagrada Escritura poner por delante las verdades divinas y espirituales por medio de la comparación con las cosas materiales. Dios provee todo de acuerdo a la capacidad de su naturaleza. Ahora es natural para el hombre alcanzar verdades intelectuales por medio de cosas sensibles 26 Aristóteles, Poetics [Poética], 9.4. 27 Aristóteles como citado en M. Danesi, Poetics Logic: The Role of Metaphor in Thought, Language and Culture [Lógica poética: el rol de la metáfora en el pensamiento, lenguaje y cultura], (Madison, WI: Publicaciones Atwood, 2004), 9.

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porque, todo nuestro conocimiento se origina del sentido. Por lo tanto, en la Sagrada Escritura las verdades espirituales son adecuadamente enseñadas bajo la semejanza de las cosas materiales.28 Charles Haddon Spurgeon, uno de los más grandes predicadores de todos los tiempos, era un experto en las metáforas. Como Richard Lischer señala, “Spurgeon utiliza su propio don de crear metáforas, la imagen de una ventana, para explicar la función de la ilustración en el sermón. Él sugiere limitar el uso a ocho metáforas por cada sermón, regla que el mismo rompió con exuberancia.”29 Si ha leído varios de los sermones de Spurgeon, podrá darse cuenta que las metáforas goteaban de su lengua como agua de un grifo defectuoso. Una de las razones detrás del éxito de Spurgeon como predicador fue la forma en como utilizaba las metáforas para ayudar a sus oyentes a ver lo que dijo. El más famoso sermón jamás predicado en los Estados Unidos de Jonathan Edwards llamado “Pecadores en las manos de un Dios airado”, está repleto de metáforas. Una de las razones por las cuales tuvo un tremendo impacto en sus oyentes fue por el poderoso uso de Edward de las metáforas. Consideren el siguiente extracto: No hay falta del poder de Dios para echar hombres malvados al infierno en cualquier momento. Las manos de los hombres no pueden ser fuertes cuando Dios se levanta. Los más fuertes no tienen el poder para resistirlo, ni nadie puede librarse de sus manos. No solo puede echar hombres malvados al infierno, sino que puede hacerlo muy fácilmente. A veces un príncipe terrenal se encuentra con mucha dificultad para someter a un rebelde, quien ha encontrado la manera de fortificarse, y se ha hecho fuerte por el número de sus seguidores. Pero así no es con Dios. No hay fortaleza que sea de defensa del poder de Dios. Aunque esté mano sobre mano y amplias multitudes de los enemigos de Dios se combinen y asocien entre ellos, fácilmente son destruidos en pedazos. Son como grandes montones de pajas ligeras ante el torbellino; o grandes cantidades de rastrojo seco ante llamas devoradoras. Para nosotros es fácil pisar y aplastar un gusano que se arrastra sobre la tierra; así que es fácil para nosotros cortar o chamuscar un hilo delgado por el cual cualquier cosa penda de él; así que es fácil para Dios, cuando le plazca, lanzar a sus enemigos al infierno. ¿Quiénes somos nosotros, para pensar qué debemos pararnos en frente de Él, el cual al reprender tiembla la tierra y ante el cual las rocas se tiran hacia abajo?30

28 Ibid., 14. 29 R. Lischer, The Company of Preachers: Wisdom on Preaching, Augustine to the Present [La compañía de predicadores: la sabiduría sobre la predicación, Agustín hasta la actualidad], (Grand Rapids: Eerdmans, 2002), 316. 30 http://www.ccel.org/ccel/edwards/sermons.sinners.html (accedido el 10/11/08).

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En este mensaje, Edwards asoció la pura teología con poderosas metáforas. Esta poderosa combinación ayudó a perforar profundamente en los corazones de las personas. Esto ayudó a traer una nación descarriada de vuelta a Dios. Los predicadores profundos siempre han reconocido el poder de las metáforas. Y todavía lo hacen.

Creando metáforas

Una pregunta frecuente que hacen los estudiantes acerca de las metáforas es: “¿Dónde puedo comprar el libro?” La respuesta, por supuesto, es que no hay tal libro. Y si lo hubiera, no debería comprarlo. Utilizar metáforas pre-empacadas en su púlpito hace tanto sentido como enviar por correo una papa de México al estado de Idaho. Su metáfora pre- empacada llegará a sus oyentes de la misma manera que la papa llegaría a un restaurante en Idaho, rancia e irrelevante. Las mejores metáforas siempre son cultivadas localmente y nacen de la vida de sus oyentes. Y siempre son cosechadas frescas para la ocasión precisa donde va a estar hablando. Con el riesgo de sonar como Martha Stewart, lo mejor es siempre lo hecho en casa. Déjeme mostrarle cómo puede crear sus propias metáforas. Existen tres tareas que debe mantener presente al crear una metáfora efectiva: 1. Encuentre la similitud. 2. Seleccione la emoción. 3. Decida sobre la longitud.

1. Encuentre la similitud.

Como hemos visto anteriormente, el elemento más básico de una metáfora es que comunica una similitud entre lo concreto y lo abstracto, entre lo que conoce y lo que aún no conoce, entre la vida de sus oyentes y la idea de su pasaje bíblico. Para crear una metáfora para un sermón puede iniciar en uno de dos lugares. Puede iniciar con la idea en su pasaje bíblico y luego buscar una metáfora en el mundo o puede iniciar con una idea que vio en el mundo y luego encontrar esa idea en su pasaje bíblico. Las metáforas funcionan porque “algo no es cierto porque está en la Biblia, está en la Biblia porque es cierto.” Debido a que la Biblia es fiel a la realidad, puede esperar que la realidad corresponda a la verdad de la Biblia. Cuando se trata de metáforas, tomo los dos caminos. Muchas veces veo una realidad en el mundo que me parece muy interesante, como en una valla, calcomanía en un parachoques o sitios web como nytimes.com o reuters.com. Cuando eso sucede, lo primero que hago es capturar el momento. Las páginas web son fáciles de guardar en su computadora portátil y muchas veces le tomo fotografías con mi celular a las vallas o calcomanías. Si esto no es posible, lo que inmediatamente hago es anotarlo en mi iPhone. Ni siquiera voy a intentar y recordar la metáfora hasta más tarde porque de seguro lo olvidaré.

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Una vez capturada la verdad en el mundo, voy en búsqueda de un pasaje bíblico que contenga el mismo sujeto y complemento. A veces un pasaje bíblico simplemente viene a la mente; otras veces, tengo que atormentar mi cerebro y buscar en mi software bíblico. Pero cuando la mezcla perfecta se ha logrado, he encontrado la similitud. Sin embargo, cuando trabajo en un sermón inicio con la idea de un texto bíblico y luego comienzo a buscar la misma idea en el mundo. Debido a la manera como trabajan nuestros cerebros, encontrar imágenes desde esta perspectiva funciona mejor si se da el tiempo necesario. Déjeme explicarlo. ¿Alguna vez ha estado en el proceso de la compra de un carro? Yo sí. El verano pasado mi antigua camioneta F-150 llegó a un fin prematuro y tenía que comenzar a buscar un nuevo vehículo. En ese momento, sucedió la cosa más extraña. De repente comencé a notar montones de F-150. ¡Parecían estar en todos los lugares donde iba! No estaba buscándolos conscientemente; simplemente aparecían. Me di cuenta en lo que estaba pensando. Después comencé a pensar en reducir de tamaño de un F-150 a un Ford Mustang. Lo mismo volvió a ocurrir. Una vez tenía a los Mustangs en mi mente, parecía que veía Mustangs en cada semáforo. Me di cuenta en lo que estaba pensando. Mientras que en California los precios de gasolina aumentaban y llegaban a 5 dólares por galón cambié de enfoque. ¿Quién podía permitirse seguir llenando el tanque de gasolina de un carro tan sediento? ¿Qué tal un Mini Cooper? ¡Adivinó! Mientras conducía por mis alrededores, los Mini Coopers llamaban mi atención donde quiera que fuera. Cuando considera una idea, comienza a notar esa idea por todas partes. Se da cuenta en la vida en lo que está pensando. Luego de que ha descubierto la gran idea de su pasaje, comenzará a notar esas ideas “repentinas” a medida que avanza por la vida. Solo asegúrese de estar pendiente de lo que pasa a su alrededor. Algunas personas toman cruceros alrededor del mundo y no ven casi nada. Otras personas caminan al supermercado y ven el mundo. Preste atención a lo común. Piense en lo que está ocurriendo y el porqué. Yo leo regularmente las noticias en línea. Leo las revistas Time y National Geographic. Me detengo en mi librería local y llevo un libro solo porque es interesante. Si hace esto y se permite el tiempo entre el momento cuando descubre su idea y cuando da el sermón, no tendrá problemas en encontrar metáforas para su sermón. Por cierto, la búsqueda de metáforas se da de la mejor manera cuando practica las disciplinas espirituales. Medite y ore de manera constante sobre la pregunta #1: ¿Por qué fue esta idea exegética necesaria para los destinatarios originales? A menudo me encuentro conversando con Dios y conmigo mismo, durante días, sobre la idea que voy a predicar. “Dios, ¿qué dijiste aquí? ¿Por qué era tan importante? ¿Cómo se ve esta idea? ¿Dónde puedo encontrarla en la vida?” Es en este proceso de diálogo divino cuando Dios me da mis mejores metáforas. Si nada sucede, entonces ¡es momento de clamar a Dios con ayuno!

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Una vez es lo suficientemente raro. Mantenga siempre presente que cuando se trata de metáforas, una no será suficiente. Necesita una serie de metáforas para ayudarle a señalar su punto de manera adecuada. Se necesita tiempo para que la verdad penetre profundamente en nuestras cabezas y en nuestros corazones. Cuando combina diferentes metáforas en una sola idea, obliga a las personas a comprender su punto de vista. Entre más tiempo permanece en una idea, más profundo puede esa idea penetrar en sus vidas y más profundo puede ser su sermón para impactar sus vidas. La técnica de combinar metáforas no es algo que yo inventé. Es algo que hizo Jesús. Cuando combina diferentes metáforas para lograr un punto de vista, es como si se pusiera las sandalias homiléticas de Jesús. En Lucas 15, el objetivo de Jesús es explicarle a los fariseos y a los maestros de la ley porqué Él recibe y come con los pecadores y recaudadores de impuestos. ¡Una tarea nada fácil! Por esta razón, Jesús no está contento de usar una sola metáfora para Su punto de vista. • Jesús comienza contando la parábola de la oveja perdida. Él explica como un pastor dejaría a las noventa y nueve ovejas que se encontraban bien en el campo, para ir a buscar a la oveja extraviada. Todos estaban tan contentos de ver a la oveja perdida que se dio una gran fiesta cuando esta llegó a casa. • Luego Jesús cuenta la historia de una mujer que pierde una de sus • preciosas diez monedas de plata. La ansiedad por su pérdida, aunque tenía muchas otras, era tan grande que buscó por toda su casa con mucho cuidado para encontrarla. Sus amigos y vecinos se gozaron y celebraron porque fue encontrada. • Luego Jesús cuenta la historia de un hombre que tenía dos hijos que estaban alejados de Él. El hijo menor regresó a casa luego de su insensatez durante una temporada. La alegría de su padre fue tan grande que dio una inmensa y extravagante fiesta. Todas estas historias tienen el mismo punto de vista. En cada una, algo precioso fue perdido y recuperado. Y en cada caso la respuesta apropiada era celebrar con desenfreno. Lo que Jesús le decía a los fariseos era que cuando el pueblo perdido regresaba, la respuesta no debía ser ira ni desaprobación. ¿Cómo podían ellos reaccionar a la inesperada recuperación de este pueblo rebelde con cualquier cosa menos que un gran júbilo? Su desaprobación era tan vergonzosa como la del hermano mayor que públicamente avergonzó a su padre al rehusar unirse a la fiesta. En este pasaje Jesús nos da tres de las mejores imágenes de reconciliación que el mundo haya visto. Tres imágenes apiladas una encima de otra para lograr un punto. Múltiples metáforas tienen un impacto máximo. Para encontrar múltiples metáforas no puede descubrir su idea exegética un viernes en la tarde. Debe mover su agenda de predicación hacia adelante. Planifique por adelantado. Organícese. Establezca prioridades. Permita que el Espíritu Santo le ayude con su predicación mientras que medita, ora y ayuna. No lo deje para el último minuto y no lo haga usted solo. 145


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Sin embargo, para ser efectivas las metáforas necesitan más que una similitud cognitiva con la idea de su pasaje bíblico. También deben compartir la misma emoción que el pasaje que está predicando. Seleccione la emoción apropiada A menudo se ha dicho que los predicadores pueden hacer solamente tres cosas con las ideas de la Escritura: explicar, evidenciar y aplicar. Las tres preguntas funcionales son: ¿Qué significa la idea? ¿Cómo sé que la idea es verdadera? ¿Qué diferencia hace? Mientras que cada sermón bíblico debe, hasta cierto grado, referirse a estas tres preguntas funcionales, los sermones efectivos se enfocan ante todo en una de estas tres preguntas. Aunque estas preguntas son de gran ayuda, sugiero una cuarta pregunta funcional: ¿Cómo me debe hacer sentir el pasaje? Además de explicar, evidenciar y aplicar una idea bíblica, los predicadores bíblicos deben asegurarse que sus oyentes resuenan emocionalmente con el texto bíblico. Ocasionalmente, el enfoque principal de un predicador debe ser querer cambiar la manera de cómo sus oyentes se sienten sobre la idea bíblica. Los sentimientos importan. A menudo se formula la acusación de que “la iglesia está veinte años atrasada”, pero cuando se trata de apreciar y aprovechar el papel de la emoción, la homilética se queda aún más rezagada. Han pasado más de tres décadas desde que Benjamín Bloom publicó su: Taxonomía de objetivos educativos en donde da una idea general de tres dominios de aprendizaje: cognitivo, psicomotor y afectivo. De acuerdo con Bloom, los maestros efectivos desarrollan sus planes de lecciones sabiendo que para ser entendidos, la materia debe ser tratada a nivel intelectual, nivel de habilidad y nivel emocional. Para que un aprendizaje efectivo se dé, debemos abordar los tres elementos. Piense en cómo funcionaría esto para un entrenador de baloncesto de una escuela secundaria al tratar de enseñarle a su equipo novato el cómo ganar. Para ser efectivo, el entrenador primero trata con el aprendizaje cognitivo. Él usará un tablero para explicar la teoría del juego de baloncesto. Cada jugador aprenderá las diferentes posiciones y cuáles son los objetivos profesionales cuando entran al juego. Aprenderán sobre la teoría de juegos y por qué la zona defensiva es tan efectiva. Un buen entrenamiento involucra un contenido de la enseñanza, pero no termina allí. Los buenos entrenadores también deberán conseguir que los jugadores en la cancha desarrollen sus habilidades psicomotoras. Ellos comprenden que no es suficiente que los jugadores de baloncesto sepan en sus cabezas lo que tienen que hacer. Ellos también deben desarrollar las habilidades necesarias para ejecutar el plan de juego. Los buenos entrenadores harán infinidades de ejercicios de habilidad con su equipo, porque sin el elemento psicomotor del juego, el equipo no ganará ningún juego. Pero el tercer dominio de aprendizaje que los buenos entrenadores utilizan es el afectivo. Los excelentes entrenadores hacen algo más que ofrecer teoría y destrezas. Ellos les inculcan a los jugadores amor por el juego. Ellos desarrollan

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un sentido de orgullo en la manera cómo juegan. Para lograr esto, ellos hacen que sus jugadores usen corbatas el día de juego. Les enseñan a reunirse en la cancha central, formar un círculo, tomarse de las manos y ovacionar el equipo. Les dan discursos emocionales con “hurras” que concluyen con los jugadores queriendo salir y “ganar uno para el jefe.” ¿Cuál es el punto de todo esto? Los buenos entrenadores saben eso para ganar, un equipo necesita más que conocimiento y habilidad. Ellos deben salir a la cancha con las emociones a niveles elevados. Él necesita que ellos “jueguen con todo el corazón.” La mayoría de los predicadores podrían aprender algunas cosas de los entrenadores de baloncesto de sus antiguas escuelas secundarias. La gente a la que le predicamos no son máquinas cognitivas. Los investigadores han reconocido por algún tiempo que lo que las personas aprenden de su enseñanza está relacionado en cómo se sienten con lo que les ha sido enseñando. Las experiencias emocionales previas de una persona relacionadas con su sujeto tendrán un impacto profundo en si aprenden o no lo que le está enseñando.31 Si, por ejemplo, un adolescente en su congregación ha estado activo sexualmente por un largo tiempo, su exégesis de Tesalonicenses 4 no va hacer que deje de acostarse con su novia. No estoy diciendo que no debe predicar acerca del sexo premarital; pero si quiere que su sermón cambie su comportamiento, tendrá que cambiar cómo se siente él sobre su pecado y no solo decirle que está mal.32 Él no es una computadora. La información por sí misma no va hacer que él cambie su comportamiento. Si, por el contrario, puede también cambiar sus sentimientos sobre el tema, será mucho más probable que él elija la santidad.33 Nuestro objetivo como predicadores no puede ser solamente descargar datos bíblicos, sin importar lo valiosa que es esa información. La información por sí sola no es suficiente para transformar. En este caso, la fama de Joe Frida de Dragnet estaba equivocada. Cuando predicamos, debemos mostrar “algo más que los hechos.” También debemos comunicar la emoción apropiada, porque enseñar con una actitud estéril es ineficaz y puede ser de gran perjuicio al Dios que servimos. Nuestro objetivo como predicadores no es solo comunicar información sobre Dios, sino también atraer a las personas hacia el amor con Dios. Una respuesta cognitiva a Dios es inadecuada. No podemos conocer a Dios verdaderamente sin comprometer plenamente nuestras emociones. Así lo señala Alice Mathews:

31 A. Bandura, Human Agency in Social Cognitive Theory [Agenciación humana en la teoría cognitiva social], American Psychologist, 44.9 (1989): 1, 175-84. 32 A. R. Damasio, Descates’ Error: Emotion, Reason, and the Human Brain, [El error de Descartes: emoción, razón y el cerebro humano (Nueva York: Penguin Books, 2005). 33 Cognitive Assonance [Asonancia cognitiva] es un término comúnmente utilizado para referirse al rol de la emoción en la toma de decisiones.

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El “saber” no es un conocimiento abstracto de la doctrina de Dios; es una relación personal con el Dios mismo. Es la diferencia entre el verbo francés savoir, que significa conocer un hecho y, connaître, que significa conocer a una persona. La espiritualidad no es menos que cognitiva, es más que cognitiva. Es el crecimiento de una relación con el Dios viviente.34 ¿A cuál actitud llama el pasaje bíblico? Cada pasaje bíblico tiene un estado de ánimo. Algunos, como el Salmo 150, se desbordan en alabanza. Otros pasajes, como Mateo 23 donde Jesús castiga a los fariseos, están llenos de ira y condenación. Todavía otros, como 1 Samuel 31 donde el Rey Saúl comete suicidio, son francamente deprimentes. Para cumplir con su responsabilidad como predicador bíblico, asegúrese de preservar el significado y estado de ánimo del autor original. Mientras que explicar, evidenciar y aplicar son obviamente importantes, cada uno puede ser frustrado a menos que la nota emocional adecuada sea alcanzada. No se debe ignorar la cuarta pregunta funcional: ¿Cómo me siento acerca de este pasaje? Existen muchas maneras de influir en cómo las personas se sienten acerca de su sermón. Por ejemplo, su tono de voz o la manera en cómo usa los gestos le ayudarán a establecer la emoción de su sermón. Pero también lo serán las metáforas que elija. Las metáforas son poderosas porque simultáneamente comunican el estado de ánimo y el significado. Y, lo hacen con tanta fuerza, que pueden convertir su explicación ortodoxa en herejía. Déjeme mostrarle cómo: Cuando las metáforas lastiman. Supongamos que estoy predicando la doctrina de la selección de Romanos 9 y me centré en el texto: Sin embargo, antes de que los mellizos nacieran, o hicieran algo bueno o malo, y para confirmar el propósito de la elección divina, no en base a las obras, sino al llamado de Dios, se le dijo a ella: «El mayor servirá al menor». Y así está escrito: «Amé a Jacob, pero aborrecí a Esaú». ¿Qué concluiremos? ¿Acaso es Dios injusto? ¡De ninguna manera! Es un hecho que a Moisés le dice: «Tendré clemencia de quien yo quiera tenerla, y seré compasivo con quien yo quiera serlo».35 El significado de este texto está claro. Pablo está diciendo que nuestra salvación es una cuestión de la elección divina de Dios; que ninguno de nosotros hizo nada para merecer el favor soberano de Dios. Estamos totalmente en deuda con la gracia de Dios. Pero ¿qué si el estado de ánimo quebrantó el significado de mi pasaje? ¿Podría sabotear una idea hermosa con una metáfora fea? ¡Sí! Suponga que le sugiero que: 34 A. Mathews, Preaching that Speaks to Women [La predicación que habla a las mujeres], (Grand Rapids: Baker, 2003), 95. 35 Rom 9:11-15.

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La elección es como encontrar un billete de lotería en el piso y descubrir, que lejos de ser basura, este billete tenía los números requeridos para que usted ganara la lotería Powerball del estado. ¡Tenía un valor de $296 millones de dólares! Ahora usted es más rico de lo que alguna vez imaginó. Ve, no compró el billete; ¡no hizo nada para ganarlo o merecerlo! ¡Pero Dios le proporcionó el billete que usted necesitaba para vivir como un rey espiritual! ¡Ahora, que usted está manejado por aquellas personas aún atadas a su miseria pecaminosa, recuerde agradecerle a Dios que usted no tiene que vivir allí! ¡Usted se ganó el mayor premio espiritual! La doctrina de la elección es una hermosa, mentalmente ejercitante y humilde verdad de la Escritura. Pero mi metáfora la manchó con una actitud de farisaísmo. Mi exégesis puede haber estado correcta, pero mi metáfora habría llevado al pueblo de Dios por el camino equivocado. Asegúrese de solo seleccionar aquellas metáforas que amplificarán el estado de ánimo de su pasaje bíblico. Demasiados predicadores trabajan sus mensajes como madres nuevas queriendo servir a sus hijos nada más que comida ciento por ciento orgánica. Estos predicadores invierten horas cocinando sermones y usando los lenguajes originales de cero y luego terminan contaminando la comida entera cuando la revuelven con la emoción equivocada. Cuando las metáforas ayudan. Recientemente estaba predicando una serie de sermones acerca de las siete iglesias del Apocalipsis 2-3. Cuando llegué a la carta dirigida a la iglesia de Tiatira, encontré un pasaje muy sobrio. ¡Aquí Jesús no se retrata como el Jesús “gentil, manso y dulce”! ¡Aquí Jesús se retrata como “el que tiene los ojos como llamas de fuego y los pies como bronce lustrado”!36 ¿Por qué está Jesús tan molesto? Porque a diferencia de otras iglesias que han batallado contra la herejía, Tiatira escogió “tolerar a la mujer Jezabel que se declara profetiza.”37 Lo que separa a Tiatira de otras iglesias es que esta iglesia escogió tolerar la falsa enseñanza y el pecado que genera. Ellos estaban dispuestos a vivir con eso. Ellos decidieron que el pecado no era tan serio. Ellos escogieron pasarlo por alto. Jesús es claro en que la toleración es un error. Él indica: ¡Por eso la voy a postrar en un lecho de dolor, y a los que cometen adulterio con ella los haré sufrir terriblemente, a menos que se arrepientan de lo que aprendieron de ella! A los hijos de esa mujer los heriré de muerte. Así sabrán todas las iglesias que yo soy el que escudriña la mente y el corazón; y a cada uno de ustedes lo trataré de acuerdo con sus obras.38

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Ap 2:18. Ap 2:20. Ap 2:22-23.

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Este no es un pasaje feliz. Es una declaración clara de que la elección de ignorar la herejía traerá como resultado la muerte. ¿Cómo encuentra metáforas que muestren esto? Yo primeramente enseñé que la tolerancia de un mal comportamiento siempre resulta en el aumento de un mal comportamiento. La tolerancia no es una estrategia efectiva para reducir el pecado de la herejía: • ¿Qué sucedería si los policías de tránsito decidieran tolerar el exceso de velocidad? Habría más exceso de velocidad y no menos. • ¿Qué sucedería si los oficiales fronterizos decidieran tolerar la inmigración ilegal? Habría más inmigración ilegal, no menos. • ¿Qué sucedería si los maestros de escuela decidieran tolerar el hacer trampa? Habría más estudiantes copiándose, no menos. Todas estas metáforas tenían un estado de ánimo negativo que yo estaba buscando. La repetición de estas cortas metáforas continuaba llevando la idea más profundamente a la mente de mis oyentes. Luego hice una transición a una metáfora extendida que resaltaba la emoción del texto. Yo quería que las personas sintieran el estado de ánimo de las palabras: “Yo voy a matar a sus hijos.” Para comunicar este estado de ánimo como también la idea de que el pecado tolerado resulta en la muerte, utilicé esta metáfora. Supongamos que va a su doctor para un examen físico en su cumpleaños número 30 y su doctor le pregunta acerca de su dieta. Usted reconoce que está mal, pero le confiesa que le encanta la comida chatarra. El menú económico, las hamburguesas dobles con queso y las papas fritas colmadas con salsa son su comida más frecuente y favorita. Su doctor le dice que eso es un problema. Él le explica que esas comidas contienen colesterol y están obstruyendo sus arterias. “Necesita hacerle frente a eso,” su doctor le dice: “Necesita dejar de comer comida chatarra.” Pero supongamos que ignora la instrucción de su doctor. Que decide tolerar su hamburguesa con queso, salsa y papas fritas. Supongamos que decide vivir con eso. Que decidió que no era tan serio. Supongamos que decidió pasar por alto su dieta. ¿Qué cree que pasaría? No tiene que suponerlo porque lo sabe con seguridad. Un día colapsará en el piso de un McDonald´s apretándose el corazón con una agonía intolerable. Tolerar un nivel estratosférico de colesterol es una sentencia de muerte.

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Tolerar el pecado hará lo mismo. La paga del pecado no es $32 la hora con un plan 401K. El pecado nunca paga. Nunca. Y si decide tolerarlo, seguirá acumulándose hasta que le mate. Aquellos que toleran el pecado serán asesinados por él. Crear metáforas apropiadas requiere que encuentre una similitud entre el pasaje bíblico y el “mundo real” en donde vive su gente. También requiere que iguale el estado de ánimo de su metáfora con la del texto. Pero aún hay que tomar una decisión final.

3. Decida la duración.

Como ya debe haber notado, las metáforas pueden variar en su duración. Pueden oscilar entre una pocas palabras como “eres la sal de la tierra” a similitudes extensas como “la historia de Jesús acerca del hijo prodigio o la historia del robo de ovejas que Natán le dijo a David después de asesinar a Urías. Hasta las historias generalizadas pueden ser consideradas metáforas. Berman y Brown señalan: La narración de cuentos es. . . donde los “ajás” de las metáforas se desarrollan. . .Un cuento puede ser llamado una metáfora si los oyentes se pueden relacionar con él y dibujar un paralelo entre la acción en él y sus propias vidas. Ha sido sugerido que, si una imagen vale mil palabras, entonces tal vez podamos considerar el valor de una metáfora como la de 1,000 imágenes.39 “Las ejemplificaciones concretas y narrativas son, por su propia naturaleza, estrategias metafóricas. Son estrategias de una explicación efectiva porque nos permiten hacer visible al mundo.”40 Las metáforas empiezan por crear imágenes en las mentes de las personas, pero van más allá, permitiendo que ellos se visualicen en la imagen, para experimentarla. Las historias que ayudan a las personas a comprenderse a ellos mismos pueden ser consideradas metáforas. Estas metáforas extendidas pueden ser usadas como poderosas herramientas de aprendizaje. Esto es evidente en los libros de nuestros hijos. Les leemos a nuestros hijos, Huevos verdes con jamón del Dr. Seuss, para que ellos aprendan a probar comidas nuevas. Cuando son mayores los hacemos que lean El león, la bruja y el armario de C.S. Lewis, para que comprendan el significado de la muerte y resurrección de Jesucristo. ¿Cómo decide qué tan larga debe ser su metáfora? Hay dos factores que debe mantener presentes:

a. Entre más larga la metáfora, mayor será su énfasis. Si invierte 10 minutos

desarrollando una metáfora más vale que esté seguro que el punto de la metáfora es el punto principal de su mensaje. Si no lo es, la metáfora extendida le alejará de la idea central de su pasaje bíblico.

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Berman y Brown, The Power of Metaphor [El Poder de la metáfora], 4. Danesi, Poetic Logic [Lógica poética], 9.

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Piense en el sistema solar. La razón por la cual los planetas giran alrededor del sol es porque el sol es más grande que ellos. La inmensa masa del sol crea una atracción gravitacional tan fuerte que los planetas no pueden evitar esa atracción. Cuando las metáforas crecen en tamaño, ellas ejercen una influencia similar en su sermón. Cuánto más crecen, mayor es su influencia. b. Entre más larga la metáfora, mayor debe ser su impacto emocional. ¿Recuerda las tres metáforas que Jesús utilizó en Lucas 15? La oveja perdida, la moneda perdida y el hijo pródigo. La última metáfora es mucho más larga. Su tamaño empequeñece a las demás, ¡cuatro o cinco veces más larga! Pero fíjese también que es la más emocional. Cualquier padre le dirá que la pérdida de un hijo es mucho peor que la de un animal o moneda. Si decide señalar un punto relevante extendiendo su metáfora a un tamaño más importante, asegúrese de incrementar también su poder emocional. Sin una pasión significativa, una metáfora muy larga puede ser muy aburrida. Las metáforas largas pueden terminar mal fácilmente. ¿Recuerda el sistema solar? El sol domina su universo por su gran tamaño. Pero también quema con una increíble intensidad. Y todos los planetas en su órbita se benefician de la luz y calor que genera. La metáfora más larga de Jesús, la del hijo pródigo, también quema con gran intensidad. Y su pasión proporciona una iluminación útil de los pasajes circundantes. Los predicadores profundos no solo piensan acerca de la verdad de la Escritura; ellos la ven. Luego de analizar y resumir el significado de un texto, ellos lo visualizan. Ellos ponen la verdad en una metáfora.41 Iniciamos nuestro “trabajo de armario” mirando hacia atrás. Nos preguntamos exegéticamente y pedimos en oración: ¿qué comunicó Dios en este pasaje? ¿Por qué fue esta idea exegética necesaria para sus destinarios originales? Esta pregunta crítica aún no se ha respondido hasta que: • Conozca la historia de la verdad. • Pueda transmitir la verdad en una metáfora. Solo cuando esto se conozca podremos avanzar a la segunda pregunta.

41

Dos ejemplos de metáforas extendidas están incluidas en los apéndices.

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Capítulo 9

Continúe el “trabajo de armario” Todo el mundo es un escenario, y todos los hombres y mujeres meramente actores; Tienen sus salidas y entradas; Y un hombre en su tiempo actúa en muchas partes.1 Si Shakespeare estaba en lo cierto, usted y yo no gozamos del papel estelar en la historia de la Escritura. Dios sí. Él es el protagonista. Él dirige la acción. Él determina su resultado. Dios es una estrella sin igual del mayor espectáculo de la tierra y no es de sorprender ya que, ¡Él también creó el teatro! La Biblia es acerca de Dios. Dios la escribió para revelarse a sí mismo y la forma en cómo debemos vivir en respuesta a Él. Cuando estudiamos las verdades de la Escritura vemos diferentes aspectos de Su carácter desde una variedad de perspectivas; pero siempre lo vemos a Él. La Escritura fue escrita por Dios y acerca de Dios. En 2 Timoteo 3:16 aprendemos que “toda la Escritura es inspirada por Dios” (NVI). La frase “inspirada por Dios” es un adjetivo que viene de la palabra griega theopneustos. Dios exhaló el libro que usted va a predicar. Al usar esta extraña palabra, Pablo está diciendo que la Biblia es muy diferente a cualquier otro libro.

Otros autores escribieron sus libros al escribir en papel o golpeando un teclado. 1

W. Shakespeare, As you like it [Como les guste], Acto 2, Escena 7

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PREDICACIÓN PROFUNDA

Pero la Biblia no es un documento externo escrito a mano; salió de Dios. Nació del vientre de Su persona. Las palabras de la Escritura y las ideas que contiene, fluyen de la esencia de Su ser. Una de las implicaciones del origen “inspirado por Dios” de la Escritura es que las ideas que contiene han salido de la persona de Dios. La inspiración echa raíces de la verdad de la Biblia en el carácter de Dios. Su contenido es requerido por y basado en la esencia de Dios, Su personalidad. Cada unidad natural de la Escritura contiene el ADN de la moral de Dios. La naturaleza “inspirada por Dios” de la Escritura significa que los predicadores pueden iniciar una investigación similar a la realizada en los programas de crímenes de la tan popular serie de televisión: CSI. Podemos tomar las ideas de la Escritura y rastrear su ADN moral de regreso al Dios que las creó. Podemos igualar cada verdad de la Escritura con el aspecto específico del carácter de Dios, que causó que Dios lo respirara a la existencia. ¿Requirió la santidad de Dios esta idea? ¿O Su misericordia? ¿Quizás Su amor? Algún elemento del carácter de Dios requirió que la verdad del pasaje que exégeta fuese escrito. ¿Cuál? ¿Por qué? Luego de mirar hacia atrás a la idea que usted identificó en su pasaje de la Escritura, puede examinarlo desde una perspectiva completamente diferente. Luego de mirar hacia atrás, mire hacia arriba.

Mirando hacia arriba

La segunda pregunta para meditar y orar acerca de su armario es: “¿Qué está revelando Dios sobre Su persona en el texto?” Anote esta pregunta en la parte superior de una hoja de papel en blanco en su libreta. Pregunta #2: ¿Qué está revelándole Dios acerca de Su persona en este texto? Los mandamientos de Dios nunca son artificiales o arbitrarios. Son una salida inevitable y lógica de Su carácter moral en la situación de los destinatarios originales de la idea que usted ha descubierto. Mientras observa la idea, ha descubierto como resultado de su exégesis, que está mirando a cómo la personalidad de Dios responde a la situación específica que fue enfrentada por la audiencia original. Las ideas exegéticas son la respuesta natural de Dios a sus circunstancias particulares; Su carácter moral lo requería: 1. ¿Qué revela este texto acerca del carácter de Dios? ¿De cuál de los atributos de Dios emana esta idea? Nadie actúa sin una razón. Lo que escoge hacer en un día sale de muy adentro de usted. Sus acciones son una expresión de sus valores. Los de todos lo son. Solo los discapacitados mentales actúan irracionalmente en su totalidad. Para el resto de nosotros, hay un vínculo causal de quiénes somos y cómo actuamos. Si está casado, ha aprendido a comprender la relación que existe entre el carácter y el comportamiento, entre quién es alguien y cómo actúa. Es esta congruencia la que nos permite predecir de forma fiable la conducta de las personas que mejor conocemos. 154


Continúe el “trabajo de armario”

Si su esposa dice: “la limpieza va de la mano de la piedad” como si ella pudiese encontrar su referencia bíblica, ya sabe que los sábados son, de ahora y para siempre, los días que pasará la aspiradora y limpiará el polvo de la casa. Su edicto nunca cambiará (y no podrá) porque está arraigado en quien ella es. Si la convicción fundamental de su esposo es que su tarea más importante es proveer para su familia, sabrá que pasará una impía cantidad de horas en la oficina, incluso en los días feriados. Ninguna cantidad de ruegos o súplicas cambiará su programa porque su conducta está arraigada en sus valores fundamentales. Las acciones de todos están arraigadas a su carácter, inclusive las de Dios. Por consiguiente, su tarea aquí es establecer un vínculo causal entre Dios como persona y Su revelación. ¿Qué hay acerca del carácter de Dios que requería que Él revelara esta verdad? ¿Por qué la verdad de su pasaje bíblico era la única manera en que Dios pudo haber respondido a la situación de la audiencia original que recibió este comunicado? ¿Cómo es que esta verdad se ancla en la persona de Dios? Algunas veces la relación entre el carácter de Dios y el texto bíblico está muy claro dentro del mismo pasaje. Por ejemplo, en el segundo mandamiento vemos las palabras: “No te hagas ningún ídolo... No te inclines delante de ellos ni los adores.” ¿Por qué? “Yo, el Señor tu Dios, soy un Dios celoso.” 2 Aquí el mandamiento de Dios está vinculado con Sus celos. ¿Qué son celos? Es la respuesta legítima de amor a la infidelidad. Los celos son la salida lógica de la apasionada devoción de pacto que Dios le ha extendido a Israel. Los celos no pueden arder a menos que sean alimentados por el amor. Cuanto mayor sea el amor, más fuertes son los celos. Es obvio en este mandamiento que Dios quiere mucho a su pueblo. Ningún esposo que ama genuinamente a su esposa quiere compartir su afecto con otro. Sin embargo, usualmente la relación entre el carácter de Dios y la verdad de Dios está implícita. No todos los diamantes se encuentran en la superficie. La mayoría están enterrados y requieren que excavemos en el texto y en el contexto para encontrarlos. Tome el primer mandamiento como ejemplo. “No tengas otros dioses además de mí.” 3 Visto de manera aislada, este mandamiento parece grosero e intolerante. “¿No sabe Dios que no se puede forzar el amor?” ¿Qué clase de Dios trataría de obligar nuestros afectos?

2 3

Éx 20:4-5. Éx 20:3.

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PREDICACIÓN PROFUNDA

Pregúntese lo siguiente: 2. ¿Por qué es la verdad de este texto teológicamente necesario? ¿Por qué le pediría o haría Dios esto a Su pueblo? ¿Está siendo Dios irrazonable e injusto? ¿Tiene Él sus mejores intereses en el corazón? ¿Cómo lo sabe? Es muy importante que sea honesto aquí. No ceda a la tentación de usar clichés. No utilice “palabrerías religiosas.” Aquí puede y debe ser honesto con Dios. No se preocupe de la ortodoxia teológica mientras lucha con pasajes difíciles y con el Dios cuyo carácter requiere la idea que usted estará predicando. No hay nada que pueda decir que impresione o sorprenda a Dios. Él le conoce y todo lo que ha estado pensando. Además, no es la única persona que ha hecho estas preguntas tan serias. Si David pudo decir: “Escucha, oh Dios, la voz de mi queja,” 4 ¿Por qué no puede hablar lo que tiene en mente? Asaf escribió en el Salmo 73: “Así son los impíos; sin afanarse, aumentan sus riquezas. En verdad, ¿de qué me sirve mantener mi corazón limpio y mis manos lavadas en la inocencia?”5 El salmista no termina su salmo sumido profundamente en duda, pero tiene que ir por el camino del escepticismo para poder decir con convicción total: “Para mí el bien es estar cerca de Dios. He hecho del Señor Soberano mi refugio para contar todas sus obras...”6 Las preguntas honestas que desafían a la ortodoxia no son pecaminosas y no causan pecado. De hecho, no podrá combatir o corregir una conducta pecaminosa, en usted o en los demás, hasta que comprenda su núcleo teológico. Este no es el lugar para decir: “Dios lo dijo, yo lo creo, y ¡eso es todo!” Los predicadores profundos necesitamos conocer el porqué. Ellos hacen todo lo posible para ver el carácter de Dios en Sus palabras y acciones. Mientras que Dios es claro al decir: Porque mis pensamientos no son los de ustedes, ni sus caminos son los míos —afirma el Señor —. Mis caminos y mis pensamientos son más altos que los de ustedes; ¡más altos que los cielos sobre la tierra!7

4 5 6 7

Sal 64:1. Sal 73:12-13. Sal 73:28. Is 55:8-9

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Los predicadores profundos hacen lo mejor para comprender al Dios quien, desde una perspectiva humana, es a veces inexplicable. Ninguna persona ha entendido completamente a Dios, y muchos como Job, han luchado intensamente en cómo conciliar las acciones y el carácter de Dios. Pero Dios le da bienvenida a preguntas difíciles. En dos ocasiones, Dios le dijo a Job: Prepárate a hacerme frente; yo te cuestionaré, y tú me responderás. 8 Dios acoge, anima y participa en debates sanos y en cuestionamientos teológicos honestos. C. S. Lewis también nos anima hacer preguntas difíciles sobre Dios cuando señala: Si nuestra religión es algo objetivo, entonces nunca debemos apartar nuestra vista de aquellos elementos que son desconcertantes o repelentes; porque serán precisamente los desconcertantes o repelentes los que ocultan lo que todavía no sabemos y necesitamos conocer.9 Invierta su tiempo aquí en la presencia de Dios. Clámele a Él por conocimiento. Pídale a Dios que se le revele más plenamente. Pídale que se lleve todas sus ideas menores sobre quién es Él. Su meta aquí es ver a Dios como realmente es y no necesariamente como Él ha sido tradicionalmente descrito en la iglesia y en las vidas y palabras de los hermanos cristianos. Dios es santo. Él está aparte y separado de todas las personas y cada institución. Siéntase animado por el hecho de que esta pregunta será más fácil de contestar mientras crece en su relación con Dios. Entre mejor conoce a alguien, inclusive a su esposa, más fácil es predecir y explicar su comportamiento. Sé que es difícil mirar hacia arriba, pero la única manera en que podemos crecer en nuestro conocimiento de Dios es mirándolo. Por cierto, ¿por qué sabe qué Dios dio su primer mandamiento? El mandato estaba precedido por la declaración: “Yo soy el Señor tu Dios. Yo te saqué de Egipto, del país donde eras esclavo.”10 Dios no estaba formando el amor de un Israel reacio. Por el contrario, Él les recuerda a ellos que Él había sido el que milagrosamente los había redimido por generaciones de una horrible esclavitud. Luego Dios le dice a Israel que Él no es un “amante a corto plazo.” Si Israel responde a la gracia especial de Dios con ellos, dándole un estatus especial a Él, Dios continuaría siendo su Dios. Este mandamiento no es una coerción. Es el mejor trato en el universo. ¿Por qué alguien no querría seguir a un Dios tan bueno?

8 Job 38:3, 40:7. 9 C. S. Lewis, The Weight of Glory and Other Addresses [El peso de la gloria y otras direcciones], 1era edición HarperCollins (San Francisco: Harper San Francisco, 2001), 34 10 Éx 20:2.

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PREDICACIÓN PROFUNDA

Mire hacia adentro

Iniciamos nuestro trabajo de armario mirando hacia atrás y preguntándonos: “¿Qué comunicó Dios en este pasaje?” Luego miramos hacia arriba a lo que nuestro texto nos dice acerca de Dios. Ahora debemos mirar hacia adentro y preguntarnos: “¿Qué me dice Dios en este texto?” Pregunta #3: ¿Qué me está diciendo Dios en este texto? Me guste o no, si no hago un intento significativo de practicar lo que predico, soy un hipócrita. Ninguna cantidad de competencia homilética puede compensar mi propio rechazo a escuchar lo que Dios está diciendo. Fue Juan Calvino quien dijo: “El verdadero y sano juicio consta de dos partes: el conocimiento de Dios y de nosotros.”11 Pero “lo cierto es que el hombre nunca llega a tener un claro conocimiento de sí mismo al menos que haya buscado primeramente el rostro de Dios, y luego descienda de esa contemplarse a examinarse a sí mismo.”12 Si Calvino está en lo cierto acerca de que el auto-conocimiento verdadero es solo posible a través del conocimiento de Dios y el conocimiento de Dios solo puede venir por medio de la Biblia, entonces los predicadores deben estar más conscientes de sí mismos que cualquier otra persona. Después de todo, nuestras descripciones de trabajo requieren que conozcamos a Dios y somos remunerados por estudiar la Biblia. ¿Pero conoce el verdadero estado de su corazón? No le estoy preguntando si siente la seguridad de salvación, pero sí conoce que tan cerca está cada área de su vida a Dios. Es muy fácil para nosotros predicar a los demás, pero no a nosotros mismos. Es tentador rascarnos la cabeza pensando cómo nuestro texto puede aplicar a nuestros oyentes, pero no preguntamos cómo debe tocar nuestras propias vidas. Pero “la primera y más importante tarea del predicador es prepararse a sí mismo y no a su sermón.”13 Una causa principal de una predicación superficial es el profesionalismo. Cuando la homilética es vista como una responsabilidad ocupacional y cuando vemos nuestro trabajo como la búsqueda y divulgación de la verdad bíblica a otros, nos sentenciamos a una larga vida de ministerio superficial. Philips Brooks definió la predicación como “la verdad a través de la personalidad” y no alrededor de nuestra personalidad. El camino que lleva a sermones profundos nos conduce a través de nuestros propios corazones. A menos que coloquemos a propósito nuestras propias vidas bajo el peso de la Palabra de Dios que le predicamos a nuestra gente, nuestros sermones serán irrelevantes y no auténticos.

11 J. Calvin, Institutes, Libro Uno, Capítulo 1:1 (p.3). 12 Ibid., Libro 1, capítulo 1:2 (p. 37). 13 D. M. Lloyd-Jones, Preaching and Preachers [Predicación y Predicadores], (Grand Rapids: Zondervan, 1971), 166.

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Antes que piense en cómo la idea que descubrió impactará la vida de otros, primero debe preguntarse cómo debe impactar la suya. Aquí hay una serie de preguntas que le pueden ayudar con eso. ¿De qué maneras soy similar a, o cómo es mi vida paralela a los destinatarios originales de este libro? 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7.

¿Son mis debilidades sus debilidades? ¿Son mis tentaciones las de ellos? ¿He sucumbido como ellos? ¿Se ha deformado mi vida como resultado? ¿En qué maneras? ¿Con cuales consecuencias? ¿Cuándo era más probable que yo cayera en este pecado? ¿Qué hábitos/prácticas existen en mi vida que contribuyen a este problema? ¿Qué hay en mí que me hizo vulnerable a este particular ataque del enemigo (ej., ¿cuál es la raíz del problema que se manifiesta en este pecado?) 8. ¿Cómo han sufrido mi vida y ministerio como resultado de este pecado? 9. ¿Cómo han sido otros afectados por esto? 10. ¿Cómo hubiesen sido mi vida y ministerio exaltados al haber evitado esta tentación? 11. ¿Cómo podría la idea de este texto impulsar su vida espiritual hacia adelante? 12. Visualice las diferentes realidades que su gente y usted podrían estar experimentando en este momento, si hubiesen tomado otras decisiones. Piense en esto por un momento. Permita que estas preguntas penetren en su alma. Practique la presencia de Cristo. Permita que el Espíritu Santo ilumine su mente con el conocimiento de quien realmente es detrás del rol que ocupa y la imagen que representa. Nuestras figuras públicas pueden ser engañosas. Nuestra reputación pública puede distorsionar nuestro parecer privado de quienes realmente somos. Podemos comenzar a creer en nuestros propios comunicados de prensa. Clame a Dios como el salmista: “Examíname, oh Dios, y sondea mi corazón; ponme a prueba y sondea mis pensamientos. Fíjate si voy por mal camino, y guíame por el camino eterno.” 14 Estas son quizás las palabras más conmovedoras de toda la Biblia. Hay tanto en estos dos versos. Vemos al salmista pidiéndole a Dios que lo examine, que lo examine hasta en la parte más profunda de su ser, su propio corazón. ¿Por qué el salmista pediría esto? Y, ¿por qué cualquiera de nosotros lo pediría? La razón es simple. No podemos conocer tan bien a nuestros corazones como lo puede hacer Dios. Él mora en nosotros, Él conoce cada pensamiento, Él está consciente de cada sentimiento y Él nos entiende mejor que nosotros mismos. Si alguna vez necesitamos que alguien llegue a lo más profundo de nuestros corazones y encuentre lo que es impío para ser removido, ese es Dios.

14

Sal 139:23-24.

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Cómo aplicarlo

Una herramienta que ha probado ser útil en mi vida ha sido el libro: My Heart, Christ’s Home (en español: Mi corazón, el hogar de Cristo).15 En este sencillo libro, Roberto Boyd Munger utiliza la metáfora de una casa para ayudarnos a ganar conocimiento en nuestro corazón. La historia empieza cuando el autor invita a Jesús a su corazón. “Señor, quiero que mi corazón sea tuyo.” Munger le dice a su nuevo Salvador: “Quiero que te establezcas aquí y te sientas como en casa… Déjame mostrarte alrededor y señalarte algunas de las características de la casa para que te sientas más cómodo.”16 A medida que Munger lleva al Señor a un recorrido por su corazón, empiezan por entrar a su estudio, a una habitación que representa su mente. “Mientras van entrando, Jesús miró los libros en los libreros, las revistas en la mesa, las fotos en las paredes. Mientras lo contemplaba, me sentí incómodo. Curiosamente, no me había sentido mal acerca de este cuarto antes, pero ahora que Él estaba allí conmigo mirando estas cosas, me sentía apenado. Había algunos libros en los libreros que sus ojos eran demasiado puros para ver.”17 De allí van a: •El comedor---el cuarto de los apetitos y deseos •La sala---un lugar tranquilo y aislado para las buenas conversaciones y compañerismo con Jesús •El taller---donde las cosas se elaboran para el reino de Dios •El cuarto de juego---donde voy a relajarme y divertirme •La habitación---donde mi matrimonio se celebra •La habitación familiar--- donde las relaciones con la familia de Dios son desarrolladas y enriquecidas •La cocina---donde me reúno con otros para servir a la familia de Dios •El armario del pasillo--- donde tratamos de esconder nuestros pecados secretos A medida que Munger camina con Jesús de cuarto en cuarto, es forzado a ver la selección de su estilo de vida a través de los ojos de su Salvador. El recorrido lo obliga a una revisión comprensiva de las elecciones que ha hecho a la luz de su compromiso con el señorío de Cristo. Este sencillo libro, con su simple metáfora, me proporciona una metodología clara para aplicar la idea del pasaje a mi vida. ¿Cuáles habitaciones de mi vida son afectadas por esta verdad? ¿Me sentiría avergonzado si Jesús se asomara por esta esquina de mi vida y viera lo que estaba haciendo? My Heart, Christ’s Home puede ayudarle a aplicar a su propia vida la verdad que está tratando de aplicar a los demás. 15 R. B. Munger, My Heart, Christ’s Home [Mi corazón, el hogar de Cristo], 2da revisión ed. (Downers Grove, IL: InterVarsity Press, 1992). 16 Ibíd., 10, 11. 17 Ibíd., 11.

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Pero, ¿por qué tratar y hacerlo todo solo? Todos tenemos puntos ciegos, áreas de nuestras vidas que, por nuestras propias razones pecaminosas, preferimos ignorar o encubrir. Pero el beneficio de ser parte de un pequeño grupo de creyentes bondadosos es que podemos ayudarnos mutuamente en nuestro viaje a la santificación. Le será de ayuda encontrar o crear un grupo de personas afines que compartan su compromiso de irradiar a Cristo. Ellos pueden ayudarle a que se vea a sí mismo en la luz de la idea que va a predicar. Solo o con la ayuda de otros, la pregunta clave que se tiene que hacer es: “¿Qué me está deteniendo para aplicar radicalmente esta verdad a mi vida?” ¿Por qué me niego a actuar en ella, cuando sé que debería? ¿Por qué tiene tal poder en mi vida? Pase tiempo clamando a Dios en confesión y en arrepentimiento. Pídale a Dios por el conocimiento de poder descubrir las estrategias del enemigo en esa área. Luego suplíquele que le dé fortaleza para soportar los ataques del demonio. De acuerdo con la Escritura, el objetivo del conocimiento bíblico siempre es la renovación de nuestras vidas. El propósito de la información bíblica es la transformación ética. Esta es la razón por la cual Pablo le escribió a los Colosenses: Por eso, desde el día en que lo supimos, no hemos dejado de orar por ustedes. Pedimos que Dios les haga conocer plenamente su voluntad con toda sabiduría y comprensión espiritual, para que vivan de manera digna del Señor, agradándole en todo. Esto implica dar fruto en toda buena obra, crecer en el conocimiento de Dios.18 Lo que sea que haga, no predique santidad a otros sin practicarla usted mismo. Es muy fácil estar por encima de nuestros sermones en vez de en ellos. Nuestra vieja naturaleza quiere que demos lecciones a los demás sobre santidad, mientras permanecemos en el hedor de nuestra propia iniquidad. Nos anima a detectar la partícula que hay en el ojo de nuestro hermano mientras pasamos por alto la viga que tenemos en nuestro ojo, a ministrar hipócritamente. Podemos evitar este obstáculo en el ministerio al llevar primeramente la verdad que vamos a predicar por un recorrido en nuestro propio corazón.

Lo que la Biblia debe hacerle a los predicadores

¿Podemos saber si estamos aplicando apropiadamente las verdades que predicamos en nuestras vidas? Sí. Me siento complacido de poder decirle que hay una prueba que es tan sencilla como lo es confiable; una prueba que puede revelar con un ciento por ciento de confiabilidad si practica lo que predica.

18

Col 1:9-10.

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Puede evaluar de manera veraz, que tan atentamente se mira al espejo luego de examinar la Palabra de Dios, al escuchar la forma en que describe su vida espiritual a otros. Cuando está con un grupo pequeño ¿qué admite? ¿Admite tener defectos espirituales? Muchas personas no lo hacen. Muchos desvían la atención de su propio estado espiritual al preguntar constantemente por oraciones para otros o solo por dolencias físicas. Pero ¿cómo se ve eso cuando aborda el estado de su propia alma? ¿Confiesa con lágrimas cosas muy oscuras y personales? O, ¿es especialista en “confesar” sus fortalezas como debilidades? Prefiere ir a lo seguro diciendo cosas como “mi problema es que oro demasiado; por favor oren por mí,” o “no puedo dejar de pensar sobre las cosas profundas de Dios luego de mis tres horas diarias a solas con Él.” Esto no es una confesión verdadera; es una jactancia mal disfrazada. Esta es la regla: entre más espiritual se considere, más lejos de Dios usted realmente se encuentra. Piénselo. La gente con la mejor reputación espiritual en el Nuevo Testamento fueron los fariseos. Ellos honestamente se veían como la élite espiritual, superiores a todo el mundo. Su inquebrantable confianza en su propia rectitud y superioridad moral les daba la confianza de predicar discernimiento a todos los demás. Pero Jesús declaró que la auto-confianza y la auto-evaluación espiritual de los fariseos estaban horriblemente mal. Sus corazones estaban alejados por completo. Dios no estaba satisfecho con sus santidades. Sus vidas en apariencia piadosas ante los ojos de los demás eran como sepulcros blanqueados. Sus corazones estaban podridos hasta la médula. Ahora considere al apóstol Pablo. Cerca del final de su vida le escribió a Timoteo, un predicador joven al cual estaba instruyendo en el ministerio, y le confesó: “Este mensaje es digno de crédito y merece ser aceptado por todos: que Cristo Jesús vino al mundo a salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.”19 ¿Era Pablo el peor de todos los pecadores? Yo leo esa declaración con incredulidad. ¿Cómo podía eso ser cierto? ¿Qué hay de Judas? ¿Qué hay de Hitler? ¿Cómo podía Pablo, quien es el principal plantador de iglesias del mundo, un predicador extraordinario, un apóstol estimado, hacer tan descabellada confesión? Pero lo hizo. Y no solo lo hizo una vez. Él confesó a la iglesia entera de Roma que: …Yo soy meramente humano, y estoy vendido como esclavo al pecado. No entiendo lo que me pasa, pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco. Ahora bien, si hago lo que no quiero, estoy de acuerdo en que la ley es buena; pero, en ese caso, ya no soy yo quien lo lleva a cabo, sino el pecado que habita en mí. Yo sé que en mí, es decir, en mi naturaleza pecaminosa, nada bueno habita. Aunque deseo hacer lo bueno, no soy capaz de hacerlo. De hecho, no 19

1 Tim 1:15

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hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero. Y, si hago lo que no quiero, ya no soy yo quien lo hace, sino el pecado que habita en mí. Así que descubro esta ley: que, cuando quiero hacer el bien, me acompaña el mal. Porque en lo íntimo de mi ser me deleito en la ley de Dios; pero me doy cuenta de que en los miembros de mi cuerpo hay otra ley, que es la ley del pecado. Esta ley lucha contra la ley de mi mente, y me tiene cautivo. ¡Soy un pobre miserable! ¿Quién me librará de este cuerpo mortal?20 No conozco ni un solo pastor que le dijera a su congregación lo que Pablo dijo. ¡Él se considera a sí mismo no espiritual y vendido al poder del pecado! Sin embargo, no hay duda que el apóstol Pablo disfrutó de una relación cercana con Dios. No solo le fue dado el ministerio a Pablo personalmente por el Cristo resucitado, sino que sus propias experiencias con Dios fueron literalmente fuera de este mundo. Pablo describió persuasivamente tal experiencia en 2 Corintios 12 cuando él admite que fue: Conozco a un seguidor de Cristo que hace catorce años fue llevado al tercer cielo (no sé si en el cuerpo o fuera del cuerpo; Dios lo sabe). Y sé que este hombre (no sé si en el cuerpo o aparte del cuerpo; Dios lo sabe) fue llevado al paraíso y escuchó cosas indecibles que a los humanos no se nos permite expresar.21 Sin embargo, no es accidente que inmediatamente en el siguiente versículo, Pablo diga que no haría alarde “sino de mis debilidades.”22 Si alguien podía haber proyectado una imagen de una súper impresionante espiritualidad, ese era Pablo. Pero no lo hizo. ¡Él prefirió alardear de sus debilidades! ¿Por qué estaba Pablo tan preocupado de sus pecados? Porque estaba muy cerca de Dios. Debido a que Dios es luz, entre más cerca estamos de la luz de Su santidad, más evidente se torna nuestro pecado. Entre más cerca estamos de Dios, más conscientes estamos de nuestra propia iniquidad. Es por esto que entre más espiritual piensa que es, más lejos se encuentra de Dios. Solo aquellos que están lejos de la luz de Dios piensan que están espiritualmente presentables. Usted tiene que acercarse a la luz de la santidad de Dios para darse cuenta que su rectitud es tan sucia como un trapo de inmundicia.

20 21 22

Rom 7:14-24. 2 Cor 12:2-4, NVI. 2 Cor 12:5.

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PREDICACIÓN PROFUNDA

Conózcase a sí mismo

La predicación que no nos lleva a tener mayor conciencia de nuestra propia depravación y a una dependencia bajo de la gracia de Dios, no es una predicación profunda. Cada semana, cuando estudiamos la santa Palabra de Dios, debemos encaminarnos a tener mayor conciencia de nuestro propio pecado. Si esto no sucede nosotros, como los fariseos, estamos desarrollando un peligroso exceso de confianza de nuestra propia rectitud. Nos estamos alejando del Dios de quien predicamos. Estamos caminando hacia la hipocresía, y aún peor, estamos llevando a toda nuestra congregación con nosotros por este terrible camino, así como lo hicieron los fariseos del primer siglo. Jesús les dijo: “¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos, hipócritas! Recorren tierra y mar para ganar un solo adepto, y cuando lo han logrado lo hacen dos veces más merecedor del infierno que ustedes.”23 Nos guste o no, vamos a reproducirnos de acuerdo con nuestra propia especie. Las personas que se sienten bajo nuestro ministerio llevarán nuestro ADN espiritual. Ilion Jones escribe que: “los sermones no pueden ser desprendidos de las personas que los predican. Están condicionados a lo que él es, a lo que hace, a lo que piensa, y a lo que siente.”24 Richard Baxter les rogó a los pastores en su famoso libro The Reformed Pastor (en español, El Pastor reformado) que: Prediquen a ustedes mismos los sermones que estudian, antes que lo prediquen a otros…Cuando sus mentes están en un marco celestial y santo, su gente estará lista para participar de los frutos de ellos…Ellos seguramente sentirán cuando han estado mucho con Dios; eso que está en sus corazones es como estar más en sus oídos…Yo confieso…que revelo a mi rebaño las destemplanzas de mi alma. Cuando dejo que mi corazón se enfríe, mi predicación es fría; y cuando es confusa, así será mi predicación; y así observo muy a menudo entre lo mejor de mis oyentes, que cuando me he enfriado al predicar, de igual manera ellos también se han enfriado y, las siguientes oraciones que he escuchado de ellos han sido muy parecidas a mi predicación.25 La única manera en que podemos asegurar que la cosecha de nuestro ministerio es como Cristo es aplicando radicalmente la Palabra de Dios a nuestras vidas, todas las semanas. Necesitamos comprometernos con Dios y con nuestras congregaciones para practicar lo que predicamos. Debemos suplicarle a Dios que trabaje Su santidad en nuestras vidas. Hacer lo contrario es elegir el pecado. Y usted y yo conocemos las consecuencias ministeriales de esa horrible elección. Isaías nos dice: “La mano del Señor no es corta para salvar, ni es sordo su oído para oír. Son las iniquidades de ustedes las que los separan de su Dios. Son estos pecados los que lo llevan a ocultar su rostro para no escuchar.”26 El pecado sabotea nuestros ministerios alejándonos del Dios al que queremos servir. 23 Mt 23:15, NVI. 24 I. T. Jones, Principles and Practice of Preaching [Los principios y prácticas de la predicación] (Nueva York: Abingdon, 1956), 49. 25 R. Baxter, The Reformed Pastor [El Pastor reformado], (Richmond: John Knox Press, 1956), 33. 26 Is 59:1-2.

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Cuando manejamos las verdades de la Palabra de Dios, pero no les llegan a ellos al corazón, debemos tener miedo. Tenga mucho miedo. Proverbios 28:9 dice: “Dios aborrece hasta la oración del que se niega a obedecer la ley.”27 Dios no usará vasijas impías. Si elegimos decirle no a la voluntad revelada de Dios, entonces Dios usará a alguien más. No podemos detener los propósitos eternos de Dios, pero podemos escoger mantenernos al margen. Es trágico saber que el lema de “conocerse a sí mismo” es mejor conocido fuera del púlpito que dentro de él. La predicación profunda requiere que examinemos profundamente las Escrituras y también dentro del estado de nuestras almas. Luego aplicaremos la Palabra de Dios a nuestras vidas con rigor implacable. Robert Murray McCheyne, el gran predicador escocés del siglo XIX, declaró: “La mayor necesidad de mi gente es mi santidad personal.”28 Y aún lo es. Ninguna cantidad de competencia homilética puede compensar nuestro rechazo de escuchar a Dios y de actuar según lo que Él nos está diciendo a nosotros.

Mire hacia afuera

Después de invertir tiempo en el armario mire hacia atrás, hacia arriba y hacia adentro en la idea del pasaje que vamos a predicar, es hora de ver hacia afuera y preguntar: “¿Qué quiere Dios lograr a través de este texto?”. Pregunta #4: ¿Qué quiere Dios lograr a través de este texto? Después de examinar en primer lugar, como quiere Dios que la idea de su pasaje bíblico impacte su propia vida, ahora empiece a pensar cómo su idea debe impactar la vida de otras personas. Mi suposición aquí es que está de acuerdo con que los sermones deben hacer algo en la vida de sus oyentes. Solo aquellos sermones que logran un propósito específico en las vidas de los que los escuchan son exitosos. Debe haber resultados visibles en la vida de nuestros oyentes luego de haber predicado fielmente la Palabra de Dios. Sin embargo, me doy cuenta que no todo el mundo está de acuerdo conmigo. Con demasiada frecuencia los sermones se presentan como versiones de vidrios manchados del History Channel. Tengo algunos amigos que realmente disfrutan ver el History Channel en la televisión. Mientras sintonizan los distintos segmentos, están fascinados con la poquita información que aprenden de esos programas. El índice de la audiencia en episodios como: “¿Cómo se hundió realmente el Titanic?,” “¿Por qué la tragedia de la nave espacial Challenger fue inevitable?,” “¿Cómo saboteó Hitler los esfuerzos de su propia armada durante la Segunda Guerra Mundial?,” indican que muchas personas disfrutan aprendiendo los hechos fascinantes y muchas veces olvidados de la historia. La humanidad parece tener una fascinación por las trivialidades, especialmente cuando involucran aprender de los errores que otras personas han cometido. Es divertido señalar con el dedo los errores de otros. 27 Prov 28:9, énfasis propio. 28 T. Sargent, The Sacred Anoiting: The Preaching of Dr. Martyn Lloyd-Jones [La Unción Sagrada: La predicación del Dr. Martyn Lloyd-Jones],1era edición U.S.A. (Wheaton, IL: Crossway, 1994), 128.

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PREDICACIÓN PROFUNDA

Pero eso no es predicar. Nuestro objetivo como predicadores no es simplemente regodearse con el heroísmo de Daniel o David o clamar en contra de la estupidez de Nabot, el orgullo de Saúl y el materialismo del gobernante joven rico. Nuestro objetivo no es comunicar historia sagrada, pero utilizarla para comunicar verdades transformadoras. Nosotros los predicadores debemos ir más allá de las trivialidades a lo transformacional. Cuando lo hacemos, seguimos los pasos de uno de los predicadores más grandes de la historia. Cada sermón registrado en la Escritura llama a una respuesta conductual específica. Nunca nadie predicó un mensaje solo para que lo oyentes aumentaran su conocimiento cognitivo de la doctrina bíblica. Cada uno de los sermones registrados en la Escritura fue predicado por razones transformacionales. Fueron predicados para lograr objetivos específicos de comportamiento. La pregunta que ahora debe hacerse es: “¿Qué le gustaría que Dios hiciera en la vida de sus oyentes como resultado de su sermón?”. Debe preguntarse qué verdad quiere que su pasaje bíblico logre en la vida de sus oyentes y en el mundo en el que viven. Este enorme poder está a su disposición. Como predicador, sostendrá la Biblia en una mano y las riendas de la vida de su gente en la otra. Sus palabras ayudarán a trazar la dirección de la vida de las personas. Así que, ¿en cuál dirección deben girar sus vidas? Este es el lugar para soñar sueños y vislumbrar un mejor y más brillante mañana. ¿Cómo se vería si la gente a la que le predica implementara por completo la idea de su pasaje? ¿Qué diferencia causaría en la vida de sus oyentes el próximo martes en la mañana si esta idea fuera completamente operacional? ¿Cómo se vería si su pasaje, en la agenda de Dios, fuera a realizarse plenamente? Un buen lugar para empezar es mirar cómo el autor original aplicó inicialmente la verdad. Si conoce como esta verdad fue originalmente aplicada a la gente en el contexto original y puede identificar las similitudes que existen entre la audiencia original y aquellos que le estarán escuchando, tendrá un punto de partida para su aplicación. Aquí hay algunas preguntas que le pueden ayudar a enfocar sus pensamientos en las similitudes y diferencias de su audiencia y la audiencia original. 1. ¿De qué maneras son similares las personas que lidera con la audiencia original? Considere las similitudes que pueden existir. Considere factores como: a. Socio-económicamente — ¿pobres o adinerados? b. Socialmente — ¿unidades familiares confortables o viudas/huérfanos? c. Moralmente — ¿viven rodeados de libertinaje? ¿Opulencia? ¿Hedonismo? ¿Secularismo? d. Políticamente — ¿está su país liderado por alguien tratando de seguir la dirección de Dios o por un pagano?

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e. Espiritualmente (cantidad de tiempo que han caminado con Dios, la herencia espiritual que pueda disfrutar, la temperatura de su pasión espiritual — ¿por ejemplo, fría, tibia, hirviendo?). Ahora invierta tiempo pensando en la receptividad que sus oyentes muy probablemente tendrán sobre la idea de su pasaje: 1. ¿Cree que su congregación quiere vivir en armonía con las enseñanzas de este texto? ¿Por qué sí o por qué no? ¿Cuáles serían sus objeciones? 2. ¿Qué le impide a su congregación y a usted vivir lo que dice el texto? ¿Hay algunas barreras estructurales/organizacionales? Le recomiendo que tome a un grupo de personas de su congregación y obtenga “retroalimentación por adelantado.” Usualmente queremos recibir la retroalimentación después de haber predicado, pero el problema obvio con eso es el tiempo. La buena noticia es que aprende a predicar su pasaje más efectivamente. La mala noticia es que el sermón ya finalizó. La información llegó muy tarde para que la utilice. Por esta razón recomiendo que obtenga retroalimentación antes de predicar. Pídale a un grupo de personas si ellos estarían dispuestos a ayudarle con su sermón. Cinco o seis es un buen número. Solo asegúrese que su grupo sea una sección representativa de su congregación. Si no tiene grupos considerables dentro de su congregación representados en su grupo, no conocerá la opinión de ellos. Si, por ejemplo, tiene a un buen número de mujeres en las bancas de su iglesia, entonces asegúrese que estén proporcionalmente representadas dentro del grupo de retroalimentación. Si tiene a personas solteras, recién divorciadas en su iglesia, invítelos a la discusión. La regla aquí es ser inclusivo en lugar de excluyente. Será más fácil para usted hablarle a la diversidad de su audiencia si los escucha a ellos. A medida que se van reuniendo, dígales que está interesado en su perspectiva singular de lo que estará predicando. Luego tome el tiempo para mostrarles el pasaje con el cual estará tratando. Explíqueles la idea del pasaje y por qué lo cree así exegéticamente. Esto es importante porque el propósito de esa reunión no va a ser para que la gente opine: “¿qué significa este pasaje para mí?” No estoy tratando de facilitar la ignorancia combinada. Cada unidad de la Escritura tiene un significado fijo único previsto por el autor original. Esto es determinado por exégesis y no por consenso. Luego de describir brevemente la idea exegética de su pasaje, convide a sus invitados a que compartan cómo esta idea ha impactado específicamente sus vidas. Usted quiere saber qué opinan los desempleados automotrices de mediana edad acerca del diezmo enseñado por Malaquías 3; o cómo responden las jóvenes, adineradas y aburridas amas de casa, a la Gran Comisión; o cómo una minoría visible de víctimas de violación interactúa con la “Parábola del siervo despiadado” en Mateo 18. Debe aprender cómo interactúan las personas de diferentes edades, razas, culturas, visiones del mundo, géneros, profesiones, niveles de ingresos y

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educación, situaciones familiares y niveles de compromiso espiritual y madurez con la idea de su pasaje. Usted necesita que estas personas le ayuden a ver la idea de Dios desde la perspectiva de la audiencia. A continuación, algunas preguntas que pueden serle útiles a medida que se reúne con su grupo: • ¿Esta idea le atrae o repele? ¿Le emociona o le asusta? ¿Por qué? • ¿Esta idea le parece sin sentido o con sentido común? • ¿Eminentemente práctica o irremediablemente idealista? ¿Por qué? • Si le pudiese decir a Dios frente a frente lo que piensa de esta idea, ¿qué le diría? ¿Qué tendría miedo de decirle? • Si pudiese hablarle a las personas sentadas en la congregación sobre esta idea, ¿qué le diría? ¿A quién se lo diría? ¿Por qué? • ¿Quién de la comunidad secular necesita desesperadamente escuchar esta verdad? ¿Por qué? • ¿Quién de la comunidad secular reaccionaría violentamente ya sea a favor o en contra de esta idea? ¿Por qué? • Si hoy tomara la decisión de tomar muy en serio esta verdad, ¿qué diferencia haría en su vida? ¿Por qué? ¡Le garantizo que usted y aquellos que son parte de su grupo disfrutarán de la experiencia! A todos nos gusta ser escuchados. Todos disfrutamos de ser escuchados y valorados. Y mientras usted pueda pensar que aquellos que participan en la reunión no querrán escuchar su sermón sobre el pasaje que comentaron, sucede lo contrario. Su grupo de “retroalimentación por adelantado” estará ansioso de escuchar su mensaje y luego ver cómo lo que se habló en el grupo impactó lo que predicó. Le recomiendo que cambie la composición de su grupo regularmente. Esto le asegurará que obtenga aportes significativos de una gran variedad de personas. Y también le enseñará indirectamente a mucha gente cómo ver dentro del corazón de un pasaje bíblico. Cambiar la composición de su grupo también es importante para prevenir qué personas con carácter fuerte tratan de absorber su púlpito. ¡Usted quiere escuchar a estas personas más no entregarles su ministerio!

1. ¿Qué personas en su congregación han vivido en obediencia a este texto? (Piense en personas específicas).

2. ¿Qué personas en su congregación han vivido en violación de este texto? (Otra vez, piense en personas específicas).

El punto de estas dos preguntas no es mencionar nombres desde el púlpito. Sin embargo, es útil pensar en por qué existen algunas personas que luchan con la implementación de una verdad en particular, mientras otras no. ¿Es este un asunto

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de las etapas de la vida? ¿Existe alguna predisposición genética del comportamiento en cuestión? ¿Puede el comportamiento “atribuirse” a la autodisciplina? ¿A la educación? ¿Al apoyo de su cónyuge? Contestar estas dos preguntas puede ser una contribución importante a la comprensión de su pasaje y su idea. Vale la pena dedicarles un poco de tiempo.

3. ¿Cómo podría esta verdad transformar a su congregación y/o comunidad donde usted y su congregación viven y ministran? ¿Cuáles son los efectos en cadena que podrían resultar de adherirse a la verdad de este texto?

¡Aquí es donde consigue soñar en grande! ¿Qué pasaría si esta idea fuese adoptada fuera de su comunidad de fe? ¿Qué diferencia haría esta idea si fuese adoptada en grande dentro su comunidad, condado, estado y país? ¿Cómo cambiarían los destinos individuales y corporativos para el bien? Los misiólogos se refieren a la diferencia que la verdad de Dios crea en las vidas de las personas seculares como un estímulo redentor. Dado que “algo no es cierto porque está en la Biblia; está en la Biblia porque es cierto”, la verdad bíblica que exegeta y que está viviendo en su trabajo de armario mejorará la vida de todos. Mejorará la vida de aquellos que están fuera de la familia de Dios, así como la de aquellos dentro de ella. Por ejemplo, Pablo dice en Efesios 5:18: “No se emborrachen con vino, que lleva al desenfreno.”29 El mandato de no embriagarse fue claramente escrito para los cristianos que asistían a la iglesia. ¿Pero podrían los no cristianos beneficiarse de obedecer a estas palabras? ¡Claro que sí! Si no se embriagan, estarán más lejos de comprometerse con acciones estúpidas, peligrosas o dañinas, acciones que podrían costarle su dinero, sus trabajos, sus familias y hasta sus vidas. Todos los que aplican las ideas contenidas en la Escritura se benefician de ella. Todos. Ya que esto es cierto, ¿cómo podría la comunidad secular donde vive ser transformada por esta verdad? ¿Puede imaginarlo? Si pudiese filmar un documental mostrándole al mundo los beneficios maravillosos de vivir esta verdad, ¿cuál sería la trama de su película? ¿Quién sería el protagonista? ¿Cómo sería el final?

Mire hacia delante

Después de invertir tiempo en el armario mirando hacia atrás, hacia arriba, hacia adentro y hacia afuera en la idea de lo que va a predicar, es momento de mirar hacia delante y preguntarse: “¿Qué podría invalidar el progreso que acabo de lograr a través de este texto?”

29

Ef 5:18.

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Pregunta #5: ¿Qué podría invalidar el progreso que acabo de lograr a través de este texto? En “El arte de la guerra”, uno de los estrategas militares más grandiosos de todos los tiempos, Sun Wu dijo: “La Guerra es un camino de subterfugio.” Su descendiente, Sun Wu, elaboró sobre esto cuando les urgía a sus comandantes: Deje que ellos piensen que usted carece de una solución, finja que le falta capacidad y aparente tener una actitud derrotista, como para seducirlos en la arrogancia y en la pereza, asegurándose que no reconozcan los hechos reales. Luego, sobre esta base, ataquen cuando estén desprevenidos, ataquen donde no estén defendiendo, presionen aquellos que se han aflojado y ataquen aquellos que están inseguros o confundidos.30 Por siglos, guerreros sabios han permitido que sus oponentes piensen que ellos están más adelantados y que han logrado más de lo que realmente han hecho. Ellos animan a sus adversarios a subestimar la ferocidad de su determinación, y en el proceso: “seducirlos en la arrogancia y pereza.” Seríamos sabios al recordar que, aunque usted y yo no nos hemos amarrado botas de combate, aún somos guerreros de una feroz batalla espiritual. Pablo nos recuerda: “Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales.”31 Nuestro ministerio se está dando en un campo de batalla espiritual y nuestro enemigo no es estúpido. Si podemos leer The Art of War (en español, El arte de la guerra), Satanás también lo puede hacer. Satanás puede utilizar el subterfugio para hacernos bajar la guardia. Puede engañarnos a flojear para que no estemos preparados para su próximo ataque. ¿Realmente piensa que si predica un sermón que logró todos sus objetivos, Satanás va a permanecer de brazos cruzados? ¿Piensa que él permanecerá de brazos cruzados permitiendo que usted disfrute el terreno espiritual que acaba de tomar sin reto alguno? No lo creo. Prepárese para un contraataque. Un contraataque es una táctica del campo de batalla utilizada por una fuerza defensiva contra sus atacantes. El propósito del lanzamiento de un contraataque es para reversar las ganancias del enemigo. No permita que Satanás le engañe. Tan cierto como que mañana por la mañana vendrá temprano, Satanás lanzará una despiadada contraofensiva para recuperar cualquier terreno perdido como resultado de su sermón. Satanás tratará y negará cualquier santidad que pudiese resultar de su mensaje.

30 B. Sun and T. F. Cleary, The Lost Art of War [El arte de la Guerra], 1era edición (San Francisco: Harper San Francisco, 1996), 143. 31 Ef 6:12.

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Estar prevenido es estar preparado. Así que pregúntese, si usted fuese el archienemigo del Señor de amor, ¿cómo contraatacaría usted? Para derrotar a un enemigo en el campo de batalla, necesita adelantarse a su oponente. No le pido que sea tan perverso como Satanás, pero le digo que necesita ser más astuto. Y esto no es fácil. Lucifer tiene muchos atributos, pero la estupidez no es uno de ellos. El infierno está abundantemente poblado con personas que pensaban que eran más listos que Satanás. Hasta Pablo suena impresionado de la astucia de Satanás cuando señala que “la serpiente sedujo a Eva con astucia.”32 Sin embargo, a pesar del desafío planteado por la destreza intelectual de Satanás, Jesús quiere que nos elevemos a la destreza intelectual del maligno. Jesús les dice a sus discípulos: “Yo los envío como ovejas en medio de lobos. Sean astutos como serpientes y sencillos como palomas.”33 ¿Cómo podemos hacer esto? ¿Cómo podemos averiguar los próximos pasos de Satanás? ¿Cómo le sacamos sus planes estratégicos? Forzando el cerebro que Dios nos dio y, suplicándole a Dios por intuición y respuestas durante nuestro trabajo de armario. Ayuna si lo necesita, pero no debe ser atrapado con la guardia baja de cómo Satanás decide retroceder contra la luz que da cuando predica la Palabra de Dios. Aquí hay algunas preguntas que pueden ayudarle a empezar: 1. ¿Qué método es probable que utilice Satanás para realizar el contraataque? a. ¿Dirá mentiras? (Él es el padre de las mentiras—Juan 8:44) b. ¿Utilizará el desánimo? c. ¿Tratará y causará división para avanzar su causa? d. ¿Tratará de aprovechar alguna circunstancia o condición pre-existente? 2. ¿Cuáles circunstancias podrían hacer que la obediencia continua a esta verdad resultara difícil? (ej., soltería súbita [divorcio/muerte], recesión económica/ pérdida de trabajo, pérdida de salud). 3. ¿Qué grupo de edad (ej., niño, adolescente, estudiante universitario, joven casado, de edad mediana, jubilado reciente, anciano) encontrará más difícil la aplicación de esta verdad? ¿Por qué? ¿Cómo podrían ayudar aquellos que no lucharán tanto con esta verdad a los que sí lo harán?

¿Por qué molestarse?

El trabajo de armario es un trabajo arduo. Requiere que invierta una enorme cantidad de tiempo y energía para examinar la gran idea del pasaje de la Escritura de cada ángulo posible. Mental, espiritual, intelectual y personalmente, el trabajo de armario es una de las tareas más difíciles de emprender. Pero, si su deseo es predicar sermones profundos de manera consistente, entonces usted va a poder aguantar constantemente esta carga. ¿Por qué molestarse? Respuesta: porque cuando meditamos y oramos en nuestro armario el Espíritu Santo viene a nuestro lado. Él se convierte en nuestro consejero, nuestro maestro. ¡Y qué maestro es Él! 32 33

2 Cor 11:3. Mt 10:16.

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“Porque el Espíritu lo escudriña todo, incluso las profundidades de Dios... Nadie conoce lo propio de Dios sino es el Espíritu de Dios.”34 Nadie conoce a Dios íntimamente como Él lo conoce. Ni usted, ni yo. Solo el Espíritu Santo está al tanto de las cosas profundas de Dios. El Espíritu Santo es el secreto de la predicación profunda. Solo con Su ayuda podemos esperar predicar sermones que impactarán vidas por la eternidad. Al menos que Él ilumine nuestras mentes, nuestro tiempo en el púlpito lo gastaremos tropezando en las sombras de la superficialidad e irrelevancia. Seremos culpables de jugar canicas con los diamantes de las palabras de Dios. Le reto a ir más allá de los recursos de su formación en el seminario, libros académicos y geniales programas de software. Le desafío a que los ponga a un lado después que su exégesis esté completa y busque inspiración más allá del café de Starbucks. Entre en la soledad de su armario, medite y ore sobre lo que Dios está diciendo. Suplíquele al Espíritu Santo que le ilumine el corazón y la mente. Pídale una mente como la de Cristo para que pueda ser llenada de toda sabiduría espiritual. Pídale que el Espíritu le permita captar poderosa y personalmente la grandeza de la Palabra de Dios para que cuando predique, las personas escuchen las palabras de Dios, vean el rostro de Dios, sientan la presencia de Dios y, con gusto, rindan su voluntad a Dios. Pídale a Él que le ayude a predicar sermones profundos. Cuando Dios responda por primera vez a esta oración usted sabrá que las horas que pasó haciendo su trabajo de armario fueron bien utilizadas. No hay nada en la tierra tan dulce como ser usado por el Espíritu Santo de Dios para comunicar la Palabra de Dios y remodelar las vidas del pueblo de Dios a la imagen de Cristo. Nada.

34

1 Cor 2:10-11; inserción propia.

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Capítulo 10

Predicando sermones profundos Es temprano en la mañana en el Día de Acción de Gracias y estoy sentado en el comedor de la cocina rodeado de comida. En anticipo a la fiesta tradicional de hoy, pasé el día de ayer haciendo supermercado con mi esposa en Costco, Safeway y una tienda de alimentos de especialidades. Tenemos pavo, jamón, café de Starbucks Gold Coast, aceitunas rellenas de ajo, papas, antipasto, espinacas, camarones, piñones, crema de batir, rodajas de naranja mandarina, queso crema Philadelphia, vinagreta balsámica, Coca Cola, pimienta negra Tellicherry (lo que sea que es eso), y mucho, mucho más. No tengo escasez de ingredientes. ¡Lo que tengo es una falta de conocimiento de cómo ponerlos juntos en una comida que mi familia disfrutará! ¿Qué hago con todas estas cosas? Ahora mismo puede sentirse de la misma manera acerca de las “predicaciones profundas.” Tiene una fuerte motivación teológica y personal para predicar. También ha descubierto —a través del duro trabajo de la exégesis— la gran idea del pasaje que intenta predicar. Y ha invertido horas de armario con esa idea: orando, meditando, quizás ayunando mientras ha caminado con el Espíritu Santo y, le ha pedido que le abra la mente y le permita comprender su significado de manera plena. ¿Ahora, qué debe hacer? ¿Cómo toma el montón de material que ha reunido y lo arma en un sermón que tendrá un impacto profundo en la vida de las personas? Ahora ha llegado a la etapa final de la predicación profunda. Es el momento para juntarlo todo. Ahora comienza a pensar en cómo todos los ingredientes de su exégesis y el trabajo de armario deben unirse para sus oyentes. ¿Así que cómo lo hace? ¿A qué se parece un sermón profundo? 173


PREDICACIÓN PROFUNDA

1. Inicio

2. Final

4. Exegético

5. Trabajo Homilético

Idea Pricipal

Cómo reconocer un sermón profundo

Los sermones profundos no son tan fáciles de identificar como usted cree. Los sermones profundos son como las personas profundas; vienen en todo tipo de formas, tamaños, colores y géneros. Lo que hace a una persona espiritualmente profunda es quiénes son en el interior, no en el exterior. Es imposible identificar personas espirituales enfocándonos en cosas externas como cabello, altura, color de ojos o estilo de ropa. No existe ninguna correlación entre lo que vemos en el exterior y lo que sucede en el interior. Lo mismo se puede decir de los tipos de sermones. Un sermón deductivo “tradicional” de tres puntos en el cual usted “le dice a ellos lo que les va a decir, dígales, y luego les dice lo que ya les dijo” —y luego lo termina con un poema, eso no es necesariamente un sermón profundo. Asimismo, un sermón inteligente y atractivo que es entregado con una enorme habilidad dramática no es automáticamente un sermón profundo. ¡O poco profundo! Los sermones profundos, como la gente profunda, vienen en todas las formas y tamaños. Las cosas externas son irrelevantes. Lo que está en el interior es lo que cuenta.1 1 Debido a que los sermones profundos pueden ser encontrados en muchos diferentes tipos de sermones, no le puedo enseñar la manera homilética para construir un sermón profundo. Pero permítame sugerirle unas cuantas referencias que incrementarán su capacidad homilética. Invierta tiempo leyendo, marcando y digiriendo internamente el libro “La predicación bíblica: desarrollo y presentación de mensajes expositivos” de H. W. Robinson, 2da edición (Grand Rapids: Baker Academic, 2001). Este libro es un clásico contemporáneo en el mundo de la predicación evangélica — ¡y por una buena razón! También firmemente endorso al libro “Volvamos a la predicación bíblica: cómo se proclama la verdad con claridad y vigencia” de D. R. Sunukjian (Grand Rapids: Kregel, 2007). No conozco a nadie que conozca la mecánica de un sermón efectivo mejor que Donald Sunukjian. Dónde quiera que se encuentre en su recorrido homilético, Robinson y Sunukjian le ayudarán a continuar. ¡Ellos comprenden acerca de la predicación y la práctican a un nivel muy alto! Si está particularmente interesado en los retos únicos de la literatura narrativa, podrá encontrar apoyo en mi libro “La predicación bíblica efectiva en primera persona: los pasos del texto al sermón narrativo” (Grand Rapids: Zondervan, 2005). Mientras que el libro se enfoca en el estilo de los sermones en primera persona, encontrará este libro muy útil con todo tipo de predicación narrativa.

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Predicando sermones profundos

Sin embargo, esto no quiere decir que su compromiso con la predicación profunda no va a influir en su homilética. Por el contrario, los compromisos que acompañan este tipo de predicación se manifiestan homiléticamente en varias maneras. Los sermones profundos tienen un contenido único y son dados por personas únicas. 1. El contenido de un sermón profundo Los sermones profundos son bíblicos. Para calificar como un sermón, debe ser presentada la verdad del pasaje que está predicando. Una tentación enfrentada por los predicadores profundos es abusar de la lírica del antiguo coro infantil y ser “profundo y amplio”: amplio de la marca exegética. Algunos predicadores “profundos” parecen valorar la percepción de la profundidad por encima del impacto de la fidelidad de la Escritura y el impacto de la audiencia por encima de la intención del autor. Cuando los predicadores “expanden” la verdad bíblica ellos tienden a hacerlo de una de dos maneras. Una manera en que el contenido de nuestro sermón puede estar “desencaminado” es cuando los pasajes de la Escritura son utilizados como trampolines para que los predicadores reboten a un “tema candente.” Los predicadores que a menudo disfrutan mostrándose profundos quieren abordar temas de actualidad y con carga emocional. Sin embargo, desafortunadamente, no saben dónde —o talvez sí— si su tema del mes está mencionado en la Biblia. Así que utilizan un pasaje forzado que les sirva de punto de partida en lugar del destino de su sermón. Es muy fácil sucumbir al enfoque de “este pasaje me recuerda a…” en la preparación del sermón. Estos sermones a menudo crean un zumbido y atraen multitudes. Pero los predicadores que rebotan de la Escritura a temas candentes tangenciales ya no son vistos como profundos. Comienzan a verse como aspirantes de un programa de radio y disfrutan de una notoriedad similar. La segunda manera de cómo los “aspirantes a” predicadores profundos están “desencaminados” es cuando pasan el tiempo de armario pidiéndole al Espíritu Santo que les dé una “palabra fresca” (leído como: inspirar nueva revelación) en lugar de iluminar el criterio de la Escritura que Él ya nos ha dado. Por su puesto que el Espíritu Santo no consiente estas oraciones para revelación adicional —la Biblia está completa— pero algunas personas son expertos en convencerse a sí mismos y a otros de que Él lo hace. Estos predicadores “expertos de la Biblia” utilizan su conocimiento especial para que sus sermones sean más espirituales que los de predicadores bíblicamente ortodoxos. La práctica de reclamar una revelación única y directa siempre engendra orgullo espiritual y es un claro rechazo a la afirmación de Pablo sobre que las Escrituras que tenemos son suficientes para hacer “el hombre de Dios...formado y capacitado para toda clase de obras buenas.”2 Pero aquellos que eligen “desencaminarse” por este camino a menudo desarrollan reputaciones de “super espiritualidad” y atraen multitudes significativas y, frecuentemente, grandes sumas de dinero.

2

2 Tim 3:17.

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Ambos caminos llevan a los predicadores demasiado lejos de la Palabra de Dios. Aquellos que van por ese camino perderán la marca con sus sermones. Ellos pecarán cuando prediquen y digan en el nombre de Dios cuando Dios no dijo aquello. Esa es la marca de un falso profeta. Y los falsos profetas siempre han sido tan populares como peligrosos. ¡El mercado siempre está listo para la predicación que no procede de la Biblia! Jesús les advirtió a sus discípulos en el Sermón del Monte: “Cuídense de los falsos profetas que se acercan disfrazados de ovejas y por dentro son lobos rapaces.”3 Y los discípulos tomaron muy en serio la advertencia del Salvador. Es fascinante ver la cantidad de veces que los discípulos advierten a la iglesia primitiva sobre los peligros de estos falsos comunicadores. Es de igual forma interesante notar el fuerte lenguaje que utilizan. Pareciera que cuando los predicadores son “profundos y amplios” sobre la Escritura, se convierten en una amenaza para la iglesia. Pedro advirtió sobre el atractivo inherente y el peligro de estos proveedores de falsedad cuando dijo: “En el pueblo judío hubo falsos profetas, y también entre ustedes habrá falsos maestros que encubiertamente introducirán herejías destructivas, al extremo de negar al mismo Señor que los rescató. Esto les traerá una pronta destrucción. Muchos los seguirán en sus prácticas vergonzosas, y por causa de ellos se difamará el camino de la verdad. Llevados por la avaricia, estos maestros los explotarán a ustedes con palabras engañosas. Desde hace mucho tiempo su condenación está preparada y su destrucción los acecha.”4 Asimismo, el apóstol Pablo instó a los ancianos de la iglesia en Éfeso a: “Tengan cuidado de sí mismos y de todo el rebaño sobre el cual el Espíritu Santo los ha puesto como obispos para pastorear la iglesia de Dios, que él adquirió con su propia sangre. Sé que después de mi partida entrarán en medio de ustedes lobos feroces que procurarán acabar con el rebaño. Aun de entre ustedes mismos se levantarán algunos que enseñarán falsedades para arrastrar a los discípulos que los sigan.”5 Y a la iglesia de Galacia, Pablo, en términos muy claros, escribe: “Me asombra que tan pronto estén dejando ustedes a quien los llamó por la gracia de Cristo, para pasarse a otro evangelio. No es que haya otro evangelio, sino que ciertos individuos están sembrando confusión entre ustedes y quieren tergiversar el evangelio de Cristo. Pero, aun si alguno de nosotros o un ángel del cielo les predicara un evangelio distinto del que les hemos predicado, ¡que caiga bajo maldición! Como ya lo hemos dicho, ahora lo repito: si alguien les anda predicando un evangelio distinto del que recibieron, ¡que caiga bajo maldición!”6 3 4 5 6

Mt 7:15. 2 Pe 2:1-3. Hch 20:28-30. Gál 1:6-9.

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Predicando sermones profundos

La iglesia de Colosas recibió una advertencia similar: No dejen que les prive de esta realidad ninguno de esos que se ufanan en fingir humildad y adoración de ángeles. Los tales hacen alarde de lo que no han visto; y, envanecidos por su razonamiento humano, no se mantienen firmemente unidos a la Cabeza. Por la acción de esta, todo el cuerpo, sostenido y ajustado mediante las articulaciones y ligamentos, va creciendo como Dios quiere.7 Pablo también animó al joven Timoteo a predicar bien: Porque llegará el tiempo en que no van a tolerar la sana doctrina, sino que, llevados de sus propios deseos, se rodearán de maestros que les digan las novelerías que quieren oír. Dejarán de escuchar la verdad y se volverán a los mitos.8 Siempre que los predicadores dicen lo que Dios no dijo o pretenden que Dios les dio una revelación directa adicional, ellos no serán profundos. Ellos van por mal camino, llevándose con ellos a otros. Siempre que vamos desencaminados en el contenido de nuestros mensajes, nos perdemos los propósitos de Dios. Somos culpables de falsificar la firma de Dios durante nuestra preparación del sermón y luego de manera fraudulenta cobramos el cheque cuando predicamos el sermón. La predicación auténticamente profunda siempre va a contener una verdad exegéticamente válida, iluminada por el Espíritu Santo a través de las disciplinas espirituales clásicas. Los predicadores auténticamente profundos siempre llevarán a sus oyentes al significado legítimo de un pasaje bíblico, nunca lejos de él. Los sermones profundos son interesantes. No solo es un pecado aburrir a las personas con la Palabra de Dios; también es contraproducente. Si las personas a quienes les está hablando no tienen ningún interés en escucharle, el proceso de comunicación ha fallado. No puede impactar a las personas que no le están prestando atención. El interés de la audiencia es especialmente importante en una cultura como la nuestra que está frente a la sobrecarga de información. Todos nos sentimos abrumados por la cantidad de datos. Nuestra era de información genera una cantidad de datos cada vez mayor y amenaza con enterrarnos bajo su abultamiento. La única manera en que las personas pueden defenderse por sí mismas es desarrollando la habilidad de filtrar información irrelevante y procesar información útil. Como las

7 8

Col 2:18-19. 2 Tim 4:3-4.

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computadoras portátiles, las personas en esta era de la información han instalado “filtros antispam” en su conciencia. Si detectan alguna información irrelevante, ellos automáticamente la consideran “basura informática” y la borran de sus memorias. Para que nuestros sermones tengan un impacto profundo en la vida de los oyentes, tenemos que encontrar una manera alrededor de estos filtros de basura informática. Los sermones profundos tienen que ser fascinantes para que las personas nos den uno de los regalos más raros de esta generación: toda su atención. Si no somos convincentes, algunos de nuestros oyentes pondrán sus mentes en pausa. Los demás encenderán sus BlackBerrys y iPhones y comenzarán a ponerse al día con su correo electrónico. De cualquier forma, ha perdido a sus oyentes y malgastado una excelente oportunidad de tocar sus vidas con la Palabra de Dios. ¿Qué puede hacer para ser más interesante? Organice su información como un embudo. Empiece por hablar de manera amplia. Hábleles a sus oyentes sobre los asuntos y preocupaciones que impactaron sus vidas la semana pasada, y lo harán de nuevo la siguiente semana. Quiere iniciar su sermón en el ambiente secular en el que sus oyentes viven. Inclusive inicie hablando de sus ansiedades, preguntas y preocupaciones en lugar de las suyas. Sus “filtros antispam” les estarán preguntando: “¿Por qué debo escuchar este sermón? ¿Es esto importante? ¿A quién le importa?”, así que más vale que tenga respuestas. Usted quiere que su sermón tenga un sentido de urgencia e importancia. Las personas deben estar pensando, ¡yo necesito escuchar esto! No puede esperar que la gente le escuche si no les está hablando a ellos. Segundo, proceda por el embudo e identifique la pregunta o problema central que es la piedra angular de su ansiedad. ¿Cuál es el impulso detrás de lo que ellos están sintiendo en estos momentos? Aclárelo. Nómbrelo. Defínalo. Su objetivo es que sus oyentes asientan con sus cabezas en acuerdo cuando mencione el problema central detrás de su preocupación. Usted quiere que ellos sepan que comprende su problema. Tercero, presente el pasaje bíblico que va a estar predicando y explíquele a su audiencia por qué este texto es especialmente apropiado para hablar de la necesidad que acaba de identificar. Usted comprende su problema, y la Biblia habla de este tema. La respuesta a su angustia necesita ser claramente arraigada en el texto bíblico. Con esto no estoy diciendo que la preparación del sermón debe iniciar con el oyente. De hecho, he sugerido de manera consistente que la preparación del sermón inicie con el texto bíblico. Pero estoy diciendo que mientras organiza su material, lo haga teniendo a su oyente en mente. Cuando empiece a hablarle a su congregación sobre las Escrituras, empiece con ellos. Todo el mundo está interesado en —y le da su atención a— aquello que afecta sus vidas. Muéstreles a sus oyentes como el pasaje que está predicando va cambiar su realidad, y escucharán lo que tiene que decir. Ellos querrán escuchar lo que Dios está diciendo con su Palabra. Usted será interesante.

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Los sermones profundos son magros. Si su objetivo es predicar profundo, sirva carne magra; no trate de comunicar todo lo que sabe de su pasaje y su idea. Eso sería como tomar todo lo que tengo en mi mostrador de cocina para el Día de Acción de Gracias, verterlo en una sola olla y llamarlo cena. La consecuencia de verter todo en un solo sermón es que termine con un mensaje —como la cena mencionada en una olla— que en el mejor de los casos es poco apetecible y en el peor de los casos desagradable. Si se pone demasiado, terminará creando un revoltijo. Su sermón estará corriendo a todas partes sin ir a ningún lado. Vaya por lo magro. Sea despiadadamente selectivo sobre lo que incluye en su mensaje. Las mejores comidas incluyen solamente los más finos ingredientes. Diga lo que se necesita decir y nada más. La duración del tiempo que predica variará dependiendo de la idea que está comunicando y pasaje del cual procede. Por ejemplo, algunos pasajes narrativos extensos no pueden estar contenidos en un sermón de 20 minutos. ¡Hay demasiado material que cubrir! Pero la tentación es que los predicadores se tomen más tiempo del que se necesita. No lo rellene. No infle el contenido en un vano intento por parecer espiritual. Eso es como el carnicero inyectándole agua a la gallina de manera que el ave “más pesada” se pueda vender por más dinero, y así mismo es de insípida. Tome el tiempo necesario para comunicar la verdad profunda de su pasaje y ni un minuto más. ¿Alguna vez ha visto los “contenidos adicionales” al finalizar una película de DVD que acaba de ver? A menudo incluyen escenas eliminadas. Estas son escenas que tenían sentido cuando estaban rodando la película pero que no fueron incluidas en la versión final de esta. Tan doloroso como debe haber sido, el director las dejó en la sala de montaje. Lo que me impresiona cuando veo estas escenas eliminadas, en retrospectiva, es cuánto más fuerte fue la película sin estas escenas. Con estas escenas eliminadas, la película fue más precisa y estuvo mejor enfocada. Algunas veces menos es más. Tome un consejo de Hollywood. Después que su sermón haya finalizado, repáselo como un director lo hace con una película en la implacable atmósfera de la sala de edición. ¿Qué escenas deben ser eliminadas? ¿Cuál contenido dificulta el enfoque? ¿Cuáles son “pérdidas de tiempo”? Dios es eterno, pero nuestros sermones no tienen que serlo. Los sermones profundos no necesariamente son sermones largos, solo espiritualmente significativos.

Elimine la grasa. Los buenos sermones son magros. Los sermones profundos son claros. No confunda fangoso con profundo. Demasiados predicadores cometen este error. Un ejemplo de esto fue, hasta su muerte en el 2005, un predicador de televisión muy conocido por los espectadores en California. Después de compartirle a su audiencia acerca de haber obtenido un doctorado de una prestigiosa universidad, este predicador procedía a llenar numerosas pizarras y tableros blancos con estadísticas. Cuando predicaba, él

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señalaba en gran parte del griego, hebreo y arameo original, debatiendo los matices de los lenguajes bíblicos y sus interpretaciones. No tengo idea lo que este predicador de televisión estaba tratando de decir a través del enredo de información que presentaba, ¡pero esos tableros y esas palabras de veinte dólares cada una sí que se veían impresionantes! Él debe haber recaudado millones de dólares con su rutina, pero no era un predicador profundo, más bien fangoso. La predicación profunda es clara y directa. Es profunda en su simplicidad. La predicación profunda no arroja una luz difusa en el predicador; abre una ventana a la Palabra de Dios para permitir a las personas ver —sin distorsión— el rostro de Dios. El mejor ejemplo de la predicación clara y profunda procede de Jesús mismo. Los sermones de Jesús no incluían extensas notas a pie de página, citando a los rabinos líderes de su tiempo. Tampoco usaba Sus mensajes como vitrinas para su conocimiento enciclopédico del Antiguo Testamento. Jesús no decía todo lo que Él sabía; Él decía lo que Él sabía que iba hacer que su significado fuera claro. Y Él lo hizo utilizando el lenguaje y el conocimiento común de su tiempo. Jesús era impresionantemente sencillo. Él era claro porque era sencillo. Cuando terminamos nuestros sermones las personas no deben estar sorprendidas de lo inteligentes que somos. Ellos deben decir, “¡Claro! ¡Es obvio!”. Cualquier idiota puede ser complicado, pero se necesita un genio para ser sencillo. Los sermones profundos son altamente visuales. Las personas no comprenden lo que usted está hablando a menos que “puedan ver a lo que se refiere.” Necesita crear una imagen de la verdad que está predicando. Una imagen en un sermón es como un ícono en el escritorio de su computadora. Sus íconos en la computadora son una simple gráfica que visualmente representa un altamente complejo y abstracto código de computadora que se encuentra debajo de la superficie. Si usted y yo pudiésemos ver los códigos de los programas que están debajo de la superficie, estaríamos totalmente perdidos. Pero no necesitamos verlos. Lo único que debemos recordar es el ícono visual. ¡Solo le hace clic y listo! De la misma manera, necesita resumir la compleja información exegética del pasaje que está predicando en una imagen fácil de comprender. Dar a sus oyentes una representación visual que puedan usar para tener acceso a la verdad de su pasaje. Esto no significa una presentación en PowerPoint o un video en cada sermón. ¡Muy rara vez utilizo alguno! Como mencioné en el capítulo 8, las metáforas son una de las vías más efectivas de mostrarles a las personas el significado de un texto bíblico. Las metáforas convierten la verdad abstracta en concreta. Ellas hacen que lo complicado sea claro. Ayudan a las personas a comprender de qué estamos hablando.

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Cuando los comunicadores aficionados ven miradas perdidas en las caras de sus oyentes, ellos dicen “déjeme repetirlo.” Los predicadores efectivos muestran y enseñan las ideas de la Escritura. Los sermones profundos tienen un propósito claro. Cuando el Espíritu le guía, sus sermones no vagarán por el desierto de la irrelevancia. Los sermones profundos tienen un destino, un objetivo de comportamiento claro que intentan lograr en la vida de sus oyentes. Regrese al trabajo de armario donde miró hacia afuera y se preguntó: “¿Qué quiere Dios lograr con este texto?” También, revise sus notas de los debates de la “retroalimentación por adelantado” donde estuvo involucrado. Después de todo el trabajo que ha invertido en esta área, debe poder identificar el cambio más notorio que Dios quiere lograr en la vida de sus oyentes como resultado de su sermón. ¿Cuál es? Indíquelo con claridad y luego organice su material para asegurarse que todo lleva a su audiencia a un punto de decisión clara y de transformación final. Los predicadores profundos rechazan dejar que la verdad bíblica permanezca sin ser utilizada en la superficie de la mente de la gente. Los sermones profundos cambian la forma como vive la gente. Los sermones profundos reflejan el género del texto. La comunicación no es solo hablar palabras sino ordenar esas palabras en una forma literaria. La forma en como organizamos nuestras palabras se llama género. La poesía es un género. Un obituario en el periódico es un género. También es narrativo. También lo es una disertación de un doctorado. Cada género literario tiene sus propias fortalezas y debilidades. Por ejemplo, no conozco a muchas personas que hayan querido expresar su amor a la novia por medio de una disertación de doctorado. La poesía parece ser el género preferido para expresar el amor romántico. Los comunicadores sabios reconocen las fortalezas y debilidades relativas de cada género e igualan la idea que quieren comunicar con el género cuyas fortalezas inherentes le ayudarán mejor a lograr sus propósitos. Es decir, ellos no tratan de decir “Te quiero” ¡escribiendo un obituario! Como comunicador experto, Dios combinó las mejores palabras con el mejor género posible para comunicar efectivamente Su significado en su texto bíblico. La combinación de Dios de palabra y género no pueden ser mejoradas. Las palabras inspiradas y géneros de la Biblia juntos comunican con precisión las ideas de Dios. Reconocer cómo las palabras y géneros trabajan juntos en el proceso de comunicación tiene grandes implicaciones para el predicador.

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Significa que, para poder retransmitir con precisión el significado de un pasaje bíblico, los predicadores deben preservar tanto las palabras como el género del texto bíblico en sus sermones. Si los predicadores manipulan las palabras como el género de un pasaje bíblico, están manipulando el significado de ese pasaje bíblico. Solo si ambos son reconocidos y preservados podrá ser comunicado correctamente la intención del autor. Lamentablemente, una gran cantidad de predicadores evangélicos no hacen eso. Muchos predicadores se sienten conformes al tomar un sermón “aceptable” que aprendieron durante su seminario y tratan de imponer cada género de la Escritura en él. Ellos confunden la metodología tradicional homilética con la ortodoxia teológica. ¡Qué error! Cuando trata de predicar las dramáticas historias de la Escritura en el formato de disertación de doctorado, el resultado es tanto horrible como tedioso. Los géneros de la Escritura necesitan ser preservados homiléticamente en forma de sermones personalizados. Los predicadores que hacen esto logran mucho más que preservar la intención del autor. ¡Ellos también les proporcionarán a sus oyentes ricas y refrescantes experiencias de comunicación que los lectores de la Biblia han disfrutado por siglos! Los sermones profundos reflejan la forma del pasaje del cual vienen. Los sermones profundos tienen un crescendo emocional. Un sermón profundo no debe estar emocionalmente vacío. No son lecturas secas dadas por académicos apasionados que se enfocan completamente en lo cerebral. La Palabra de Dios no vino en la forma de un directorio telefónico; fue dada por hombres que se preocupaban apasionadamente de aquellos a quienes les ministraban. Llevaban la Palabra de Dios en sus labios y Sus emociones en las mangas de la camisa. ¿Por qué Jeremías fue el único profeta llorón? Ciertamente Pablo no estaba temeroso de las emociones. En su discurso de despedida a la iglesia de Éfeso, Pablo les recordó a los ancianos que él servía “al Señor con toda humildad, con lágrimas”9 y que “durante tres años no he cesado de aconsejarlos con lágrimas ni de día ni de noche.”10 No estoy sugiriendo que debemos disolvernos en un charco de lágrimas cada semana, pero sí creo, que el estado de ánimo del texto bíblico debería ser evidente en nuestros sermones. Y, nuestros sermones, no deben concluir con un lamento. Con demasiada frecuencia escucho a las personas concluir sus sermones con declaraciones como: “Vamos a continuar de nuevo la próxima semana con el verso 11.” ¿Qué tan desmotivador puede ser eso?

9 10

Hechos 20:19 Hch 20:31.

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Cuando Dios escribe un libro (la Biblia), este se concluye con Jesús regresando a la tierra como rey vencedor en un semental blanco:

Sus ojos resplandecen como llamas de fuego, y muchas diademas ciñen su cabeza. Lleva escrito un nombre que nadie conoce sino solo él. Está vestido de un manto teñido en sangre, y su nombre es «el Verbo de Dios». Lo siguen los ejércitos del cielo, montados en caballos blancos y vestidos de lino fino, blanco y limpio. De su boca sale una espada afilada, con la que herirá a las naciones. «Las gobernará con puño de hierro». Él mismo exprime uvas en el lagar del furor del castigo que viene de Dios Todopoderoso. En su manto y sobre el muslo lleva escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES. 11

¡Ahora ese si es un final climático emocional! Y cuando Jesús concluyó con su pieza maestra del Sermón del Monte, Él lo hizo con una tormenta tan salvaje y lluvia tan intensa que una casa que se veía firme “se derrumbó”.12 Cuando Dios está por concluir Su comunicación, tiene el entusiasmo emocional de una película de James Bond o de Duro de Matar. ¿Por qué no concluyen nuestros sermones con una emoción similar? Más de nuestros sermones necesitan culminar con la emoción expresada por una ráfaga de fuego de cañón al finalizar la película de Overture de Tchaikovsky de 1812, en lugar de la emoción de la repetición de C-SPAN. Nuestros sermones deben hacer más que culminar; necesitan llegar a su punto culminante. Los sermones profundos revuelven nuestras emociones mientras animan nuestras almas. 2. La mirada de un predicador profundo Los predicadores profundos vienen en una variedad de tamaños, edades, antecedentes educativos, denominaciones, culturas, géneros y preferencias retóricas. Pero la característica que mejor distingue a los predicadores profundos de otros es cómo se ven a ellos mismos. Un elemento crítico en la formación de un predicador profundo es la autoimagen bíblica. Los predicadores profundos saben quiénes realmente son. Las predicaciones tienen sus elementos obvios de rendimiento. No puede predicar sin pararse frente a las personas y hablarles. Cuando se para solo bajo la luz de los reflectores, con sus palabras siendo amplificadas y grabadas, la presión comienza a aumentar. No hay lugar para esconderse y nadie más a quien culpar. ¡Cada ojo está puesto en usted y hay mucho en juego! Sabe que, si sus palabras tocan los corazones de las personas, ellas hablarán altamente de usted, y a su vida y ministerio les irá mejor. 11 12

Ap 19:12-16. Hch 20:31.

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Pero también sabe que, si sus palabras no son bien recibidas, hablarán mal de usted. Una mala reputación comenzará a esparcirse y el camino de su vida y ministerio será más pronunciado. Ser un predicador se siente un poco como ser un concursante en el programa de televisión American Idol. Los concursantes en este popular programa. Conocen lo altas que son las expectativas. Si lo hacen bien, ellos serán lanzados a un mundo de fortuna y fama musical. Si no lo hacen bien, Simon Cowell podrá hacerlos el hazmerreír de todos. Todo depende de lo bien que se ven y actúan. ¿Se ve bien su cabello? ¿Podrán alcanzar esa última nota? Toma una gran cantidad de valor para un concursante de American Idol y para un predicador, simplemente salir al escenario. Actuar en el escenario requiere de una confianza —una audacia— que muchos no tienen. Pero bajo la implacable presión de actuar, la audacia es frecuentemente transformada en arrogancia y egocentrismo. ¡No es de sorprender que algunos de los mejores animadores (y predicadores) tengan reputaciones muy bien-ganadas por ser difíciles para trabajar con ellos! Sus egos altaneros han crecido en la atmósfera del entretenimiento de actuación o perdición. La iglesia evangélica en América hace que sus predicadores sean celebridades. Comparado con otro personal pastoral, los predicadores disfrutan de una remuneración, visibilidad e influencia considerablemente mayor. Los predicadores en conferencias sobre la Biblia son perseguidos para firmar autógrafos y tomarse fotografías. La gente compite por llevarlos a cenar. Las conferencias comienzan a asemejarse a conciertos de rock. El orgullo del predicador es tan común, pero cuando la audacia se hincha de orgullo, un ministerio efectivo se hace imposible. El orgullo destruye la predicación profunda. Mientras que los predicadores profundos pueden hablarles a grandes multitudes en eventos de celebridades, ellos tienen una visión sobria de lo que traen al púlpito. En lugar de verse como el “regalo de Dios a la iglesia,” los predicadores profundos minimizan la importancia que ellos juegan en el evento de la predicación. Ellos toman su ejemplo del apóstol Pablo quien dijo: No nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor; nosotros no somos más que servidores de ustedes por causa de Jesús. Porque Dios, que ordenó que la luz resplandeciera en las tinieblas, hizo brillar su luz en nuestro corazón para que conociéramos la gloria de Dios que resplandece en el rostro de Cristo. Pero tenemos este tesoro en vasijas de barro para que se vea que tan sublime poder viene de Dios y no de nosotros.13

13

2 Cor 4:5-7.

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¿Notó como Pablo se ve a sí mismo? Él se describe como “una vasija de barro.” ¡Qué imagen! Me han dicho que esta es la referencia de los recipientes caseros comúnmente utilizados en el primer siglo. Tan común de hecho, que aun cuando se han desenterrado, son dejados a un lado por su irrelevancia arqueológica. Pablo está diciendo que él es el equivalente ministerial a un recipiente ordinario de cocina. Él se ve como un vil recipiente que sería considerado totalmente inapropiado para el uso en una ocasión especial. Nosotros tenemos un recipiente así en nuestra casa. Es un recipiente de plástico desgastado que mi madre nos regaló cuando mi esposa y yo nos casamos hace 27 años. Es un pequeño y feo tazón de color chocolate. La única tapa que le tenemos es de color naranja. Y la tapa está rota por lo que no sella herméticamente. Francamente, es una vergüenza. Nosotros consideramos este recipiente de plástico aceptable para guardar las sobras de arroz en el refrigerador por un día o dos, pero no para ponerlo en nuestro comedor en una comida familiar. ¡Y ciertamente nunca sería puesto en nuestra mesa del comedor con platos de porcelana de lujo para una comida en un día especial! Es prácticamente inútil, casi como basura. Es el equivalente del siglo XXI de la vasija de barro de un corintio. Esta es la forma de cómo Pablo se ve como predicador. Sí, su predicación ha cambiado innumerables vidas y ha sido instrumento en la plantación de muchas iglesias. Sí, aún hoy, siglos después de su muerte, la influencia del ministerio de Pablo aún permanece. Y sí la predicación de Pablo es considerada por haber sido inusualmente poderosa y efectiva. Pero Pablo rebaja su rol en la predicación de su ministerio. Él sabe que el poder de su predicación no viene de Él. Pablo quiere que todos sepamos que sus grandes mensajes no provienen de sus grandes habilidades. No, Pablo no es nada especial. Él es solo un recipiente de plástico de color chocolate con una tapa rota de color naranja. Él sabe que él es la vergüenza mejor guardada en la cocina. Así que, si su ministerio le toca, no puede ser por el envase plástico en que lo encuentra. El poder de su predicación debe venir de un gran Dios que fue condescendiente al poner algo tan maravilloso en un envase tan insignificante. ¿Por qué pondría Dios tal tesoro en estos envases de peatones? ¿Por qué no buscó Dios algunos de sus platos de porcelana de lujo para esta asignación? Dios escoge usar predicadores como vasijas de plástico desechadas para que “este poder extraordinario proceda de Dios y no de nosotros.”14 Pablo no utiliza las palabras “vasijas de barro” ligeramente; él realmente cree en ellas. Su humildad es tan profunda como lo es genuina.

14

2 Cor 4:7.

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Pablo sabía que el poder real detrás de un sermón profundo no es el predicador. Tan importante como puede ser la habilidad humana y aptitud homilética, Pablo sabía que el verdadero poder de la predicación estaba más allá de su ámbito de competencia. Es por esto que él dijo: “No me avergüenzo del evangelio, pues es poder de Dios para la salvación de todos los que creen: de los judíos, primeramente, pero también de los gentiles.”15 La palabra traducida como “poder” (dunamis) en Romanos 1:16 significa la habilidad de producir un fuerte efecto; de lograr algo. El término es de donde sale la palabra de origen inglés “dynamite”. Cuando Pablo admite que el evangelio es “el poder de Dios” en su ministerio, está confesando que él no lo es. Pablo es personalmente impotente; su fortaleza recae en el mensaje que él predica. Pablo puede tirar la vara de dinamita cuando predica, pero es la dinamita que cambia al mundo. Lo único que hace el predicador es traer la dinamita al lugar de trabajo. Pablo sabía que Él no era la fuente del poder detrás de su predicación. Él no podía serlo. Él era solamente una vasija de plástico con una tapa rajada de color naranja. Aquellos predicadores que insisten en ponerse adelante, pensando que son esenciales para el trabajo de Dios en el mundo, no gozarán de la bendición de Dios. Dios lo deja muy claro cuando Él dice en Isaías 42: Yo soy el Señor, ¡ese es mi nombre! no entrego a otros mi gloria a nadie ni mi alabanza a ídolos.16 Y para aquellos que lo pueden haber pasado por alto, Dios se repite unos capítulos más adelante diciendo: Y lo he hecho por mí, por mí mismo. ¿Cómo puedo permitir que se me profane? ¡No cederé mi gloria a ningún otro!17 Si tratamos y entramos al centro de atención de Dios, Él nos sacará del escenario. Si nuestra determinación se convierte en orgullo predicador, Dios nos pondrá a un lado. Los predicadores profundos saben que Dios no necesita de ellos. Ellos saben que son vasijas de plástico que Dios decide utilizar porque sus deficiencias obvias ayudarán a desencadenar Su poder “extraordinariamente magnífico”. 15 16 17

Rom 1:16. Is 42:8. Is 48:11.

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El catecismo corto está en lo correcto cuando dice: “El principal fin del hombre es glorificar a Dios, y disfrutar de Él para siempre.”18 En nuestra vida y ministerio no se trata de nosotros; es acerca de Dios. Siempre lo fue y siempre lo será. Los predicadores profundos saben esto. Los predicadores profundos leen con deleite la historia de Gedeón, un campesino que les tiene tanto temor a los madianitas que cuando él es presentado, está limpiando el trigo mientras se esconde en el lagar. Y para asegurarse que nadie pensara que esta clase de hombre fuese capaz de destruir a las aliadas armadas de los madianitas, amalecitas y los orientales, Dios se rehusó a permitir que Gedeón atacara con su armada original de 32.000. De hecho, para que nadie diera por sentada la victoria de Gedeón, Dios recortó el tamaño de la armada de Gedeón a solo 300. ¡¿300?! Era imposible que un grupo tan pequeño como este ganara con una victoria decisiva contra un ejército aplastante. Pero lo hicieron. ¿Por qué Dios usó a un guerrero tan improbable como Gedeón y un pequeño puñado de hombres para lograr tan tremenda victoria? Él hizo esto para que el crédito del éxito de este campo de batalla se le diera a la persona obviamente responsable de la victoria de Israel: Dios mismo. Dios usó a Gedeón para ganar la batalla, pero Él no necesitaba a Gedeón para ganar esa batalla. La contribución de Gedeón fue su inutilidad. Dios lo usó porque quien viera a Gedeón ni siquiera podría pensar que Él había derrotado a los ejércitos enemigos. Dios usó a Gedeón para que el mundo supiera que era el poder de Dios —no la habilidad de Gedeón— lo que hizo la diferencia en esta batalla. Aunque Dios nos escoge a usted y a mí para usarnos como predicadores, Él no nos necesita. Dios nos usa a usted y a mí en el púlpito porque quien nos mira no podría ni siquiera pensar que fuimos nosotros los responsables de los sermones profundos que predicamos. Es obvio para el mundo que el poder de nuestra predicación debe venir de Dios, no de nosotros. Nosotros somos vasijas de plástico viejas. Él es Dios. Hay dos maneras para aprendernos esta lección: la forma fácil o la forma difícil. La forma fácil es creyendo en 2 Corintios 4. La forma difícil es cuando Dios nos obliga, a través de las circunstancias de la vida, a confiar completamente en Él y en Su poder para hacer ministerio. Esto es lo que el apóstol Pablo en 2 Corintios 12 confesó que Dios le había hecho a Él: (. . .) Para evitar que me volviera presumido por estas sublimes revelaciones, una espina me fue clavada en el cuerpo, es decir, un mensajero de Satanás, para que me atormentara. Tres veces le rogué al Señor que me la quitara; pero él me dijo: «Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad».

18 R. Steel, The Shorter Catechism with Proofs, Analyses and Illustrative Anecdotes [El catecismo corto con pruebas, análisis y anécdotas ilustrativas] (Londres: T. Nelson e Hijos, 1885), 9.

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Por lo tanto, gustosamente haré más bien alarde de mis debilidades, para que permanezca sobre mí el poder de Cristo. Por eso me regocijo en debilidades, insultos, privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo; porque, cuando soy débil, entonces soy fuerte.19 El secreto del poder de Pablo fue el de darse cuenta que no tenía alguno. Entre más dejaba de ministrar bajo su propia fuerza, más era capaz de disfrutar del poder ilimitado y abrumador de Cristo. Este enfoque contra-intuitivo al ministerio fue tan exitoso que, con el tiempo, Pablo comenzó a deleitarse de sus propias debilidades porque sabía que era entonces cuando Dios actuaría con su poder. Los predicadores profundos saben que son vasijas de plástico. Ellos saben que cualquier cosa y todo lo que realizan en el púlpito es debido al poder de Dios y no al de ellos. Dios usa a los predicadores profundos porque no intentan quitarle la gloria a Dios para ellos. Los predicadores profundos son públicamente vulnerables. ¿Alguna vez se ha preguntado porque existe una desconexión entre quiénes son las personas en nuestra congregación y quiénes dicen ellas que son? ¿Por qué tantos pretenden vivir en victoria espiritual cuando en realidad están moralmente a la deriva? ¿Cómo vinieron a valorar imagen sobre sustancia? ¿Por qué premian una reputación de piedad en lugar de su realidad? En muchos casos la respuesta somos nosotros. Las personas se convierten en lo que son sus líderes. Demasiados predicadores están más preocupados de cómo se ven más que de quiénes son. Nos miramos en el espejo mucho más a menudo de lo que miramos en nuestros corazones. La ropa que usamos, los autos que conducimos, las casas donde vivimos, las películas y programas de televisión que admitimos que vemos, están todos calculados para proyectar la “imagen” pastoral correcta. Actuamos más como políticos mientras nuestros cónyuges funcionan como asesores de políticos. ¿Quiere prueba de esto? ¿Por qué será que después de una década de ministerio en una iglesia, nuestros feligreses pueden saber tanto acerca de nosotros: ¿cuáles son nuestros equipos favoritos de béisbol y fútbol, la música que nos gusta, nuestras comidas favoritas, nuestros lugares preferidos para las vacaciones y hasta el carro con el que soñamos? ¿Así que por qué, en la mayoría de los casos, esos feligreses no saben dónde ni cuándo hemos luchado con Dios? O, ¿cómo nos va en la práctica de nuestras disciplinas espirituales clásicas? O, ¿cuándo hemos hecho avances y retiros espirituales estratégicos y dónde hemos fracasado moralmente? ¿Por qué nadie de nuestra iglesia realmente sabe quiénes somos espiritualmente?

19

2 Cor 12:7-10.

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Esta condición existe porque no somos honestos con la gente cuando predicamos. Trabajamos duro en la construcción y preservación de una fachada espiritual socialmente aceptable que todo el mundo sabe que es falsa. ¡Tiene que ser! ¿Acaso no somos todos pecadores que todavía luchamos con el pecado? Este tipo de espiritualidad nos hace ver como un hombre calvo usando un tupé barato, engañando a nadie y viéndose estúpido en el proceso. Cuando pegamos un enchapado espiritual barato en nuestras vidas, nadie quiere comprar lo que estamos vendiendo. Nos vemos cursis y falsos. A los predicadores que realmente saben quiénes son, no les es difícil estar públicamente vulnerables. Aunque ellos no sienten placer en los pecados que ven en sí mismos, odian la hipocresía con pasión. Ellos quieren ser honestos con Dios y su congregación más de lo que desean una reputación imposiblemente perfecta. Por esta razón, los predicadores profundos no temen admitir sus debilidades, fracasos e inseguridades. Como el apóstol Pablo, los predicadores profundos se abstienen de pretensión. Ellos por mucho tiempo se han detenido en querer ser el “pastor perfecto”, pretendiendo que son adecuados para el ministerio en el que se encuentran. Los predicadores profundos conocen la verdad sobre sí mismos y libremente admiten sus fracasos y limitaciones. Ellos saben que la doctrina del pecado es la doctrina mejor probada de la fe cristiana y asumen su responsabilidad por su parte en ella. Los predicadores profundos se rehúsan a usar la vulnerabilidad como un truco de comunicación. Ellos genuina y apasionadamente quieren enfocar sus vidas en Dios y solo se acercan a su congregación cuando esto ha ocurrido. La predicación profunda es la rica nata que se eleva a la superficie de las vidas de aquellos que han conocido a Dios de una manera especial. La predicación profunda gotea de los labios de las personas cuya pasión es conocer a Dios en la plenitud de su gloria. Los predicadores profundos toman la tercera pregunta de su trabajo de armario muy en serio. Ellos no tienen temor en mirar adentro y preguntar: “¿qué me está diciendo Dios en este texto?” Como Pablo en Romanos 7, los predicadores profundos se enfocan en el pasaje que están predicando con una audacia casi aterradora. Son despiadadamente honestos en su auto-evaluación y le piden al Espíritu Santo que les muestre lo que ellos no ven. Los predicadores profundos quieren ser transparentes con Dios y con la humanidad. Los predicadores profundos examinan sus corazones con confianza porque saben que, a pesar del pecado que han encontrado escondido en las grietas oscuras de estos, Dios no los va a rechazar. Dios no les va a dar la espalda, sin importar lo terrible que hayan hecho para echarlo a perder. Como David dijo sobre Dios luego de su pecado con Betsabé:

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Tú no te deleitas en los sacrificios ni te complacen los holocaustos; de lo contrario, te los ofrecería. El sacrificio que te agrada es un espíritu quebrantado; tú, oh Dios, no desprecias al corazón quebrantado y arrepentido.20 Dios quiere que traigamos sacrificios de espíritus quebrantados y corazones magullados. Él quiere que vengamos donde Él y digamos: “¡Padre, perdóname porque he pecado!” Dios se deleita en la honestidad, así como detesta la hipocresía. Por esta razón nosotros los predicadores seríamos sabios si escucháramos y prestáramos atención al desafío de D. A. Carson: ¿Ha llegado a ser la fluidez del desempeño algo más importante para nosotros que el temor a Dios? ¿Ha desplazado el pulimiento. . . a la sustancia? ¿Ha llegado a ser la competencia profesional y la suave espectacularidad más valiosa que un cálculo sobrio sobre lo que significa centrarse en Cristo crucificado? No le tema a la debilidad, enfermedad o a una sensación de estar abrumado. La verdad del asunto es que tales experiencias son a menudo las ocasiones cuando Dios muestra grandemente su poder. Con tal de que la gente esté impresionada por su poderosa personalidad y regalos impresionantes, hay muy poco espacio para que usted los impresione con un Salvador crucificado.21 No pretenda ser perfecto con Dios o su pueblo. Todo el mundo sabe que no es perfecto, porque nadie lo es, y tratar de parecer perfecto solo le hace ver tonto. Los predicadores profundos arraigan sus ministerios públicos de una honestidad personal. Ellos le remueven el maquillaje evangélico y permiten que la gente los vea como realmente son. Y mientras lo hacen, son modelos para los feligreses sobre lo que es la verdadera rectitud. Los predicadores profundos toman riesgos. Cuando sabe quién es realmente y escoge integridad pública sobre la gestión de imagen, va a estar dispuesto a tomar riegos en su púlpito. Jeremías compró un cinturón de lino, lo usó públicamente por un tiempo y luego lo escondió entre unas rocas. Varios días después excavó y descubrió que “estaba podrido y no servía para nada.”22 Luego usó el cinturón deteriorado como una lección en su 20 Sal 51:18-19. 21 D. A. Carson, The Cross and Christian Ministry: An Exposition of Passages from I Corinthians [La cruz y el ministerio cristiano: una exposición de pasajes de 1 Corintios] (Grand Rapids: Baker, 1993), 38. 22 Jr 13:7.

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sermón a Judá para decirles cómo Dios arruinaría su orgullo y como aquellos que se niegan a obedecerlo serán como ese cinturón inservible. ¡Caray! Eso es algo fuerte. Y la forma radical de cómo el mensaje fue entregado ayudó a llevar el punto a casa. Estoy casi seguro que la ropa con moho no era una práctica común en la predicación rabínica de aquellos días. Esto es predicación por el lado salvaje. Es la proclamación de la Palabra que se sale de las líneas de lo que era considerado como “normal”. Luego Jeremías sí que se sale de los carriles. El profeta les dice “las vasijas se llenarán de vino.”23 Esto es equivalente en lo antiguo a que usted le dijera desde el púlpito a los miembros de su iglesia que vayan a la licorera y compren una caja de cerveza. ¡No es lo que normalmente esperaría escuchar de un verdadero profeta de Dios! ¿Entonces por qué Jeremías dijo esto? Para poner el punto de que Israel está tropezando en una borrachera hacia el juicio divino. Mientras que tambaleamos en horror por los excesos homiléticos de Jeremías, necesitamos recordar que no solo permitió Dios esta predicación culturalmente inapropiada, ¡sino que fue Su idea! Dios la ordenó. Las homiléticas de Dios no están limitadas por las sutilezas culturales de Su tiempo. Comprenda aquí la idea de que Dios quiere que Su profeta haga lo que sea necesario para comunicar la Palabra de Dios al pueblo de Dios. Dios no se preocupa de la reputación de Su predicador más que de la sensibilidad de la congregación. Todo lo que le preocupa a Dios es la comunicación efectiva de Su mensaje. Todo lo demás es secundario. Si quiere ser tan fiel portavoz de Dios como lo era Jeremías, debe estar dispuesto a hacer cualquier cosa, excepto pecar, para lograr esta tarea como predicador. Debe estar dispuesto a sacrificar su orgullo como también su reputación. Tiene que ser una persona homilética que asume riesgos. ¿Desde cuándo el ministerio de la iglesia se convirtió en un refugio para el statu quo? ¿Por qué es el púlpito tan a menudo el refugio de antaño? Demasiadas de nuestras iglesias tienen la apariencia y sentir del conjunto del programa de televisión Happy Days y demasiados pastores parecen y suenan como Richie Cunningham. Pero el ayer ya se fue y hemos sido llamados por Dios para comunicar Su palabra de la forma más efectiva posible a nuestra generación. ¿Está dispuesto a continuar? ¿Está dispuesto a mantenerse firme en la punta de lanza de la homilética?

23

Jr 13:12

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Cuando sabe quién es realmente y no se preocupa de su reputación, será mucho más probable que se mantenga alejado de las trampas del tradicionalismo. ¿A quién le importa si usamos o no jeans? ¿O si usamos o no corbatas? ¿O si predicamos un sermón narrativo en lugar de uno de tres partes? ¿O si nos extendemos o nos acortamos más de lo normal? ¿O si usamos un montaje de video similar al del segmento de Jay Walking en el programa de televisión The Tonight Show para crear nuestro sermón? ¿Qué si el sermón fuese dominado por una inmensa metáfora como evitando prender las luces de un auditorio para enfatizar la oscuridad espiritual de nuestro mundo? ¿O, darles a todos una tarjeta de regalo de Starbucks con cinco dólares, con la salvedad de que solo la pueden usar cuando están compartiendo el evangelio con alguien? ¿Qué tal si los domingos no fueran predecibles? ¿Y si el único criterio que usáramos para juzgar la efectividad de nuestra predica fuese que la Palabra de Dios haya sido comunicada de la manera más efectiva posible? ¿Está dispuesto a decir que hará cualquier cosa —sin importar lo profesionalmente vergonzoso o personalmente humillante que sea— para comunicar la Palabra de Dios más efectivamente? ¿Cualquier cosa? ¿Qué dice acerca de nosotros cuando nos rehusamos a contestar preguntas con menos de un inmediato “sí”? Jesús estuvo dispuesto a humillarse a sí mismo al convertirse en carne. Juan El Bautista estuvo dispuesto a comer bichos. Pablo estuvo dispuesto siendo del todo libre a hacerse: …de todos me he hecho esclavo para ganar a tantos como sea posible. Entre los judíos me volví judío, a fin de ganarlos a ellos. Entre los que viven bajo la ley me volví como los que están sometidos a ella (aunque yo mismo no vivo bajo la ley), a fin de ganar a estos. Entre los que no tienen la ley me volví como los que están sin ley (aunque no estoy libre de la ley de Dios, sino comprometido con la ley de Cristo), a fin de ganar a los que están sin ley. Entre los débiles me hice débil, a fin de ganar a los débiles. Me hice todo para todos, a fin de salvar a algunos por todos los medios posibles. Todo esto lo hago por causa del evangelio, para participar de sus frutos.24 Los predicadores profundos siempre han estado dispuestos a salir de sus zonas de confort para comunicar la Palabra de Dios efectivamente. ¿Y usted? Los predicadores profundos acogen a la comunidad. ¿Por qué consideramos la predicación una competencia deportiva? ¿No le parece extraño que tan poca genuinidad comunitaria exista entre los predicadores, especialmente cuando tenemos tanto en común? 24

1 Cor 9:19-23.

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He pasado todo mi ministerio pastoral como parte de una denominación, pero solo fue durante los primeros días que me sentí emocional y espiritualmente conectado con otros pastores denominacionales. Todos parecían estar absorbidos por sus iglesias y profesiones. Los pastores ven a otros pastores como un orgulloso león macho en la sabana vería a un joven león soltero, como amenazas tratando de quitarles su orgullo. Los predicadores profundos se niegan a ver a otros predicadores como rivales. Ellos saben quiénes son ante Dios y no tienen ego que proteger; lo único que quieren es que Dios sea glorificado. Los predicadores profundos resuenan genuinamente con Juan El Bautista que “está bien si mi ministerio disminuye, con tal de que el ministerio de Jesús aumente.” Ellos ven a otros predicadores como compañeros trabajadores en el reino, y entienden que nuestro objetivo común es traer la cosecha para el Dios que conjuntamente servimos. Y, están dispuestos a sostener la escalera mientras que sus colegas recogen los frutos. ¿Por qué entonces preparamos solos el sermón? ¿Por qué no tratamos de buscar a otros predicadores profundos en nuestra área y nos reunimos con ellos regularmente? Este podría ser uno de los “Clubes Santos” de John Wesley mientras combina un enérgico tiempo de discusión del sermón con una vigorosa aplicación sin descanso de la Palabra de Dios en sus propias vidas. Si está interesado en iniciar un “Club Santo” contemporáneo, le recomiendo que establezca que el propósito principal de estos grupos es hacer vida espiritual juntos. El segundo propósito de estos grupos debe ser el apoyo a los sermones. Para poder preservar la intimidad y permitir que todo el mundo participe, yo restringiría el tamaño del grupo a una media docena de personas. Debido a que este grupo estará trabajando en las cinco preguntas del trabajo de armario, usted estará practicando junto con ellos las disciplinas espirituales y responsabilizando a cada uno por una vida santa mientras trabaja por los pasajes bíblicos. Por consiguiente, la membresía de este grupo requerirá absoluta transparencia, honestidad y confidencialidad. Aquellos que no quieran comprometerse a esto deben ser eximidos muy cortésmente del grupo. Estos “clubes santos” podrían reunirse tan seguido como cada dos semanas, pero sospecho que la mayoría de los pastores encontrarán que reuniones mensuales funcionan mejor. Yo pondría una cafetera y separaría una mañana entera (8:00 de la mañana a 12:00 del mediodía) para la reunión. ¡Tiene bastante trabajo por delante! Cuando se reúnan, empiece por compartir la exégesis que los miembros del grupo han hecho por adelantado en sus pasajes previamente asignados. Dependiendo de qué tan frecuente se reúne su grupo, podrá tener de dos a cuatro pasajes para debatir. Sin importar la cantidad de pasajes en los que planea trabajar,

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asegúrese que todos lleguen con sus tareas completadas. Yo sería muy estricto con esto y les negaría a las personas asistir o participar a menos que su exégesis haya sido completada. Con “completada” me refiero a que la idea central de cada pasaje programado para esa mañana esté escrita y lista para ser defendida exegéticamente y debatida. Ese grupo no es un lugar donde las personas pueden evitar el trabajo duro en el texto bíblico. “¿Qué significa este pasaje para usted?” no debe estar permitido. El mundo tiene suficiente “ignorancia combinada”; no necesitamos contribuir con eso. Idealmente, los participantes trabajarían los textos bíblicos todos al mismo tiempo. Esto significa que los predicadores y sus iglesias, estarían predicando los mismos pasajes bíblicos al mismo tiempo. Yo nunca he escuchado de esto anteriormente, pero ¿por qué no? ¿Por qué no podrían los predicadores e iglesias trabajar juntos para proclamar la Palabra de Dios en una región? Inicie su reunión de “club santo” haciendo que las personas por turnos presenten una de las ideas exegéticas asignadas. Invierta tiempo logrando el consenso de grupo sobre sus ideas en el contexto del intercambio de la discusión de grupo. Si no se logra un acuerdo con una idea, no se quede atascado. Solo siga. Si un miembro del grupo está constantemente perdido o lejos de las ideas, entonces su grupo tiene un problema. Este puede que no sea el grupo correcto para esta persona. No permita que las luchas exegéticas de una persona saboteen el trabajo de todo el grupo. A medida que el grupo concuerde en las ideas exegéticas, anote esas ideas en un tablero. Ahora está preparado para iniciar su trabajo de armario. Use el resumen de las cinco preguntas del trabajo de armario incluido en el apéndice del libro para guiar su discusión. Cuando mire hacia atrás, asegúrese de poner su idea en su relato histórico original. Luego cerciórese de crear una metáfora de esa idea. Tener al grupo creando metáforas puede ser muy útil. El proceso de decidir cuáles son las metáforas que trabajan mejor y su porqué realmente acentuará el conocimiento de las personas sobre la idea bíblica. Mi corazonada es que su grupo encontrará la segunda pregunta, donde mira hacia arriba a Dios, para que sea lo más fácil. No porque la pregunta sea sencilla o porque Dios lo es, sino porque se siente seguro mirar hacia el otro lado de nuestros corazones. Por esta razón es importante no permitir que el grupo invierta todo su tiempo aquí. Trate con él y siga adelante. La tercera pregunta es la más difícil. Mirar hacia adentro no es la preferencia de un predicador. Preferiríamos examinar la vida de otros que la nuestra. Pero el debate crítico es: “¿Qué me está diciendo Dios en este texto?” Es aquí, y quizás solo aquí, donde el texto bíblico y nuestros miembros de grupo se asegurarán de que no están solo “jugando a ser predicadores.” Aquí es donde somos “honestos con Dios” y con su pueblo. Aquí es donde la intimidad genuina puede forjar relaciones con una calidad de 14 quilates. Aquí es donde los extraños se convierten en amigos, donde leones amenazantes se convierten en aliados amistosos. Oren, lloren y rían juntos, solo no mientan. Y nunca, nunca rompan una confianza. 194


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Aquí es donde la idea de Dietrich Bonheoffer sobre la comunidad puede convertirse en una realidad.25 La cuarta pregunta es donde nos preguntamos lo que Dios quiere lograr a través de este texto en la vida de otros; también será útil para su debate, pero si ya ha recibido retroalimentación por adelantado, no tendrá que invertir mucho tiempo aquí. Y asegúrese de no confesar los pecados de otras personas o permitir que el tiempo juntos degenere en una sesión de quejas. Sí, el ministerio es duro y nuestros congregantes son todos pecadores; ahora debemos seguir adelante. La quinta pregunta será muy útil para que la discuta en su “club santo”. Encontrará que aquellos miembros de su grupo que han caminado con Dios y han conducido a Su pueblo por más tiempo tendrán importantes ideas que compartir. Ellos han estado lo suficientemente cerca para saber cómo trabaja Satanás; han aprendido su modus operandi. ¡Un significativo aprendizaje y enseñanza pueden darse aquí! Concluya su debate con la idea de un texto particular hablando, en términos generales, de cómo la idea puede ser predicada. La idea no es que todos salgan de la reunión del “club santo” con sermones idénticos. Todos son personas diferentes predicando en situaciones diferentes a personas diferentes; así que todos sus sermones deben ser únicos. Pero es útil torcer las cosas un poco para que todos las consideren. Pueden ayudarse mutuamente a ser más creativos homiléticamente. Juntos pueden animar a los predicadores cautelosos a tomar los riesgos necesarios y advertir a los predicadores impulsivos a no ser estúpidos. Cada uno será responsable de los sermones que escojan predicar, ¿pero no sería maravilloso tener un grupo de amigos predicadores de confianza a quienes les pueda compartir sus ideas? Los predicadores profundos comprenden la importancia de estar solos con Dios para hacer un serio trabajo de armario. Pero ellos también valoran la comunidad. Debemos trabajar y orar para que el reino de Dios venga, no el nuestro. Y estamos dispuestos a trabajar juntos por la gloria de Dios. Los predicadores profundos viven sus prioridades. Uno de los grandes problemas de la predicación profunda es el tiempo que se invierte. La mayoría de los pastores preferirían pasar una o dos horas en la preparación del sermón. Invierten miles de dólares en herramientas de predicación para reducir el tiempo requerido para crear un sermón. Ellos necesitan otra cosa en sus agendas, así como necesitan otra factura en su correo, lo que explica parcialmente por qué muchos pastores están ahora mismo recorriendo Internet buscando sermones que hurtar.

25 D.

Bonheoffer, Life Together [La vida juntos], 1era edición (Nueva York: Harper, 1954).

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Sé que tiene más cosas en su lista de tareas pendientes de las que espera poder cumplir esta semana. ¡O incluso en este mes! ¿Así que cómo espera exprimir las exigencias del trabajo de armario y de predicación profunda en su agenda? No puede. Es imposible que le agregue el contenido de este libro a lo que está haciendo ahora mismo. No le estoy pidiendo que haga más cosas. Le estoy pidiendo que haga las cosas de manera diferente. Regrese y lea otra vez los capítulos 2 y 3. Recuerde las convincentes razones teológicas, históricas y pragmáticas para predicar. Recuerde su vocación. No es solo un pastor. De acuerdo con Efesios 4 es un pastor-maestro. La predicación está incrustada en su vocación pastoral y el bienestar y futuro de la iglesia dependen de que cumpla con las responsabilidades dadas por Dios. No es lo suficientemente bueno tirarle sermones “Pop-Tarts” a sus feligreses espiritualmente hambrientos, eso es lo que los mercenarios hacen. Los buenos pastores van más allá. Como nuestro Señor, ellos dirigen sus ovejas a los verdes pastos. Los buenos pastores alimentan bien a sus ovejas. Y eso toma tiempo. No agregue predicación profunda a su horario actual. Reorganícelo y remueva cosas de él para tener el tiempo necesario para la predicación profunda. Los predicadores profundos tienen el mismo número de horas en sus días y días en sus semanas como el resto de nosotros. La diferencia es que los predicadores profundos no tratan de hacerlo todo. Ellos reconocen la prioridad que la Escritura pone en la predicación y responden a esa prioridad alternando sus horarios como corresponde. Ellos viven sus prioridades como lo hizo Jesús. En Lucas 4:31-33 hay una fascinante historia acerca de Jesús en el inicio de Su ministerio. Cuando empieza enseñándole a la gente: “Estaban asombrados de su enseñanza porque hablaba con autoridad.”26 No es de sorprenderse que Jesús estaba predicando sermones increíbles en las sinagogas locales. Sin embargo, lo que es sorprendente es que Satanás interrumpió uno de los sermones de Jesús con un mensaje inusual. En lugar de sólo interrumpir, leemos que: Había en la sinagoga un hombre que estaba poseído por un espíritu maligno, quien gritó con todas sus fuerzas: ¡Ah! ¿Por qué te entrometes, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé quién eres tú: ¡el Santo de Dios!27 Y Satanás lo vuelve a hacer en Lucas 4:41 cuando: “…de muchas personas salían demonios que gritaban: «¡Tú eres el Hijo de Dios!»”. En efecto es un extraño mensaje. ¿Por qué anunciaría Satanás la verdadera identidad de Jesús? ¿Cuál era el punto? Después de todo, Jesús no temía decirle a las personas quién era Él. Cuando fue bautizado, Dios El Padre anunció al mundo: 26 27

Lucas 4:32 Lc 4:33-34.

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“Tú eres mi Hijo amado; estoy muy complacido contigo.”28 Y en el sermón que Jesús predicó en Nazaret, Jesús citó el pasaje mesiánico Isaías 61:1-2 y dijo: “Hoy, en presencia de ustedes, se ha cumplido este pasaje de la Escritura.”29 Entonces, ¿por qué le está dando Satanás publicidad gratuita a Jesús? Y, aún más extraño, ¿por qué le continúa diciendo Jesús a Satanás que deje de estar revelando su identidad? ¿Qué está sucediendo aquí? La clave de comprender este pasaje es observar la reacción de las multitudes cuando escuchan los anuncios mesiánicos de Satanás. La gente responde a los anuncios satánicos —y subsiguientes exorcismos— estando bien impresionados con el poder de Jesús. De hecho, la gente comenzó a llegar en un gran número para experimentar el poder de Jesús en ellos, en forma de sanación física. Primero, la suegra de Simón fue sanada. Luego, “al ponerse el sol, todos los que tenían enfermos con diversas dolencias se los llevaban. Él ponía sus manos sobre cada uno y los sanaba.”30

¿Se da cuenta de la transición que acaba de ocurrir en esta historia? Comenzó con Jesús haciendo una predicación increíble y con autoridad en la sinagoga de Cafarnaúm, pero ahora, gracias a la campaña publicitaria de Satanás, Jesús está invirtiendo la mayoría de su tiempo demostrando Su poder en la sanación de las personas. Ahora, no hay nada malo con sanar a las personas. La sanación es algo grandioso. Pero ahora Jesús estaba tan ocupado haciendo la buena labor de sanación que no tiene tiempo para predicar. Satanás ha vencido en desviar el ministerio de Jesús. Ahora la agenda de Jesús está demasiado llena para realizar el objetivo principal de Dios destinado para Su ministerio. No es que Jesús no conocía Su misión principal. Él lo había dicho claramente en Su sermón en Nazaret cuando citó a Isaías 61:1-2: El Espíritu del Señor omnipotente está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres. Me ha enviado a sanar los corazones heridos, a proclamar liberación a los cautivos y libertad a los prisioneros, a pregonar el año del favor del Señor y el día de la venganza de nuestro Dios, a consolar a todos los que están de duelo…31

28 29 30 31

Lc 3:22. Lc 4:21. Lc 4:40. Lc 4:18-19.

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Jesús sabía que Él causaría Su máximo impacto en el ministerio al predicar. Y también lo sabía Satanás. Por eso Satanás mandó a todas esas personas que sufrían indefensas al camino de Jesús. Satanás quería que Jesús se entretuviera tanto haciendo cosas buenas que no tendría tiempo para hacer cosas grandiosas. Satanás estaba tratando de mitigar la efectividad del ministerio de Jesús al tratar de mantenerlo ocupado y no poder lograr Su mayor impacto. La lección que nos da este pasaje es clara: Dios no manda a cada ministerio una oportunidad. Algunas oportunidades legítimas y de valor de los ministerios son enviadas por Satanás para alejarnos de nuestra vocación principal. Satanás nos manda trabajo bueno para evitar que causemos nuestro máximo impacto para Dios. Esta fue una lección difícil de aprender para mí. Todos los fines de semana me quejaba a mi esposa acerca de que mi semana de pastorear había estado muy ocupada para permitirme pasar el tiempo que yo quería en mi sermón. Le explicaba cuántas personas había visitado en los hospitales en esa semana y cuántas horas había invertido sirviendo en consejería matrimonial y cómo todavía otros, habían solicitado consejería prenupcial. Entonces también estaban las reuniones de comité a las que tenía que asistir y el retiro para ancianos que tenía que planificar. ¡Me sentía agobiado! Semana tras semana mi esposa me miraba y me decía: “¿Pero no es la predicación tu don principal? ¿Por qué no les estás dando el mejor tiempo a tu predicación?” “No lo entiendes,” yo le respondía: “¡Soy el pastor, no puedo decirle que no a una persona que tiene una necesidad legítima en la que puedo ayudar!” ¡Qué tonto era! Si solo hubiese notado como Cristo les respondía a las personas que lo trataban de mantener muy ocupado para predicar. Cuando amaneció, Jesús salió y se fue a un lugar solitario. La gente andaba buscándolo y, cuando llegaron adonde él estaba, procuraban detenerlo para que no se fuera. Pero él les dijo: «Es preciso que anuncie también a los demás pueblos las buenas nuevas del reino de Dios, porque para esto fui enviado». Y siguió predicando en las sinagogas de los judíos.32 Si solo hubiese escuchado a mi esposa. Si solo hubiese mirado cómo Jesús manejaba la sutil estrategia de Satanás para desviarlo lejos de su principal llamado.

La estrategia de Satanás de marginar el ministerio de Jesús era brillante. Y casi funcionó. Leímos en Lucas 4:42 que Jesús necesitaba de un tiempo especial para la oración para recobrar su balance luego de que una avalancha humana estuvo a su paso. Él necesitaba tiempo de armario para reajustar Sus prioridades. 32

Lc 4:42-44.

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Predicando sermones profundos

Aunque Jesús nunca paró del todo de ayudar y sanar a las personas, Él nunca volvió a permitir que las buenas actividades evitaran que hiciera Su tarea principal de predicar. En primer lugar, Jesús sabía que Él era un predicador y que todo lo demás era secundario. Necesitamos aprender la crítica lección de este pasaje. Saber que está bien decir que no. Necesitamos saber que nuestros ministerios solo serán completamente efectivos si ellos reflejan plenamente nuestras prioridades. Necesitamos saber cuándo decirle que no a las personas, aun cuando podamos satisfacer sus necesidades. Esto es lo que los discípulos hicieron. Los discípulos miraron a cómo Jesús organizaba su agenda y aplicaron esta lección a sus ministerios. Es por esto que ellos pudieron decir: No está bien que nosotros los apóstoles descuidemos el ministerio de la palabra de Dios para servir las mesas. Hermanos, escojan de entre ustedes a siete hombres de buena reputación, llenos del Espíritu y de sabiduría, para encargarles esta responsabilidad. Así nosotros nos dedicaremos de lleno a la oración y al ministerio de la palabra.33 Piense en lo radical que fue esto. ¡Los discípulos dijeron no, a darle de comer a las viudas! ¡Viudas! ¿No es acaso eso cometer suicido ministerial? Usted y yo podemos imaginar cuánto dolor tendríamos que soportar de los miembros de nuestra congregación por comportarnos de una manera tan “fría” e “indiferente.” Le tenemos tanto miedo a la campaña de correo electrónico que resultaría de nuestra decisión que trataríamos de hacerlo todo. Le damos de comer a las viudas camino al hospital, asistimos a las reuniones de comité que podamos y luego buscamos SermonCentral.com el sábado en la noche para encontrar algo que predicar, mientras oramos: “¡Dios ayúdame!” Pero Él no lo hará. Él quiere que cambie la manera de cómo hace ministerio. Él quiere que reorganice su agenda del ministerio para que refleje las prioridades ministeriales. Puede que sea el momento de hablar con los líderes de su iglesia para que ellos comprendan su verdadera vocación. Puede que sea el momento de ayudar a las personas en su iglesia a descubrir sus dones espirituales para que ellos puedan darle de comer a las viudas y presidan las reuniones de comité. Dios quiere que el trabajo del ministerio se haga. Él no quiere que usted lo haga todo solo.

33

Hch 6:2-4.

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PREDICACIÓN PROFUNDA

Si trata de hacer demasiado, va a querer abarcar tanto, que los sermones profundos serán imposibles. Los sermones profundos vienen de predicadores profundos y toma una gran cantidad de tiempo hacer el trabajo de armario para entrar en lo profundo. Si quiere predicar sermones profundos, tiene que vivir sus prioridades. Debe estar dispuesto a decirle “no” a las necesidades legítimas de la gente y dar su mejor tiempo a la predicación que Dios le ha llamado a hacer. Esto es el supremo llamamiento en su vida. Es hora de intensificar el desafío. La recompensa del predicador profundo. Los profetas falsos predican por un salario. Los predicadores profundos predican porque lo tienen que hacer. La predicación es parte del ADN espiritual de los predicadores profundos. Ellos predican la Palabra de Dios por la misma manera que los peces nadan; es la manera de cómo Dios los hizo. Ellos morirían si lo dejan de hacer. Los predicadores profundos resuenan con Jeremías cuando él se quejaba ante Dios: ¡Me sedujiste, Señor, y yo me dejé seducir! Fuiste más fuerte que yo, y me venciste. Todo el mundo se burla de mí; se ríen de mí todo el tiempo. Cada vez que hablo, es para gritar: «¡Violencia! ¡Violencia!» Por eso la palabra del Señor no deja de ser para mí un oprobio y una burla. Si digo: «No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre», entonces su palabra en mi interior se vuelve un fuego ardiente que me cala hasta los huesos. He hecho todo lo posible por contenerla, pero ya no puedo más.34 Los predicadores profundos saben que su vocación de predicar viene del trono de Dios mismo y Dios es al que tenemos que complacer. Cuando abrimos la Palabra de Dios, no solo estamos cumpliendo con la obligación contractual de la iglesia que nos emplea, tan duro como ellos puedan ser. Mientras predicamos que tenemos una obligación superior y más aterradora que es la de honrar al Dios que nos comisionó a predicar. Por lo tanto, no es suficiente medir el éxito por los elogios de la tierra. “¡Buen trabajo, pastor!” nos dice una persona al terminar el servicio religioso. “Una palabra inspiradora, hermano” dice otro feligrés. Tan útil y alentador como esas palabras puedan ser, nunca debe ser lo suficiente para nosotros. Los predicadores profundos quieren más. 34

Jr 20:7-9.

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Predicando sermones profundos

La recompensa de un predicador profundo empieza en esos momentos dorados cuando el Espíritu Santo repentina y poderosamente empieza a circular a través de nuestras palabras a medida que predicamos, impactando profundamente la vida de nuestros oyentes. Inicia cuando nos damos cuenta que lo que Dios está haciendo en ese momento va más allá de cualquier cosa que podamos haber diseñado; lo natural ha sido opacado por lo sobrenatural. Nos damos cuenta en ese momento que Dios nos está usando para ejercer Su Palabra “viva y poderosa, y más cortante que cualquier espada de dos filos”35 como un bisturí para realizar una cirugía espiritual. Mientras estamos en el borde de la plataforma vemos la Palabra de Dios cortando y remodelando las vidas de nuestros oyentes a la imagen de Cristo. ¡Este realmente es un dulce momento! Pero tan maravilloso como lo es, esta no es nuestra recompensa final. Más allá de lo que sucede aquí en la tierra, anhelamos la aprobación de Aquel que nos llamó y nos regaló este don. Estamos escuchando los aplausos del cielo. El objetivo final de nuestra predicación es complacer al Dios que nos ama como Su novia. Queremos ser una fuente de placer para el Dios que amamos más que a la vida misma. Llegará el día en que nos apareceremos delante de Su trono para rendir cuentas de las cosas que hemos hecho. En ese momento cuando estemos postrados en el suelo, abrumados por Su santidad, el predicador profundo anhelará sentir la mano de Dios levantándolo. Y escuchar a Dios susurrarnos en el oído: “¡Muy bien, sirviente honrado y cumplidor!”36 Corramos bien la carrera del ministerio. Corramos para complacer al amante de nuestra alma. La predicación profunda es un trabajo de amor.

35 36

Heb 4:12. Mt 25:21.

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Apéndice 1

Preguntas del armario Le recomiendo que pase el trabajo de armario meditando, orando y ayunando si es necesario sobre la idea que descubrió en su exégesis. Para guiarse durante ese tiempo le sugiero que se enfoque en la idea de su pasaje desde cinco perspectivas diferentes, haciendo cinco diferentes preguntas. Cada pregunta le va a desafiar de una manera diferente. Cada pregunta le llevará más profundo en el pasaje bíblico y en la idea que contiene. Por favor mantenga en mente que a medida que trabaja en estas preguntas no está escribiendo su sermón. Las cinco preguntas son el contenido de su trabajo de armario. Es lo que ha meditado en, orado por y ayunado cuando era necesario mientras se encontraba en el armario. Estas cinco preguntas están destinadas a darle el enfoque y propósito a su tiempo con Dios. Las homiléticas no deben iniciar hasta que su trabajo de armario no se haya completado.

Mire hacia atrás

La primera pregunta para meditar y orar en su armario es: “¿Por qué era esta idea exegética necesaria para la audiencia original?” Pregunta #1: “¿Por qué era necesaria esta idea exegética para sus primeros destinatarios?” 1. ¿A quién dirigía el mensaje el autor bíblico? 2. ¿Qué tipo de problema abordaba? 3. ¿Por qué ellos necesitaban escucharlo? ¿Qué tan urgente era? ¿Por qué? Su meta aquí es determinar “cómo se veía” el problema en la vida de los destinatarios originales. Visualice la situación que requería de esta verdad bíblica. 202


Preguntas del armario

4. 5.

6. 7. 8.

Mírelo en su mente. Asegúrese que el problema que ve es tangible. Si no está de manera real en su mente, pregunte por qué. ¿Es de ayuda la historia antecedente de los destinatarios en la explicación del porqué era necesaria esta instrucción para esas personas en ese tiempo? ¿Había algún factor cultural que se habría incubado o acelerado la necesidad de esta instrucción? ¿Por qué estaban tan propensos los corazones de estos destinatarios originales a vagar en esta dirección? ¿Por qué pensaba Dios que ellos específicamente necesitaban que se les diera esta idea? ¿Cuál cree que fue la respuesta emocional de los destinatarios originales de esta verdad bíblica? ¿Cuál fue la reacción visceral cuando la escucharon por primera vez? ¿Por qué lo cree así? ¿Qué hicieron los destinatarios originales con este mensaje? ¿Le prestaron atención o lo ignoraron? ¿Sabemos algo acerca de eso? ¿Cómo transformó esta verdad o de qué manera pudo transformar la vida de los destinatarios?

Algo no es verdadero porque está en la Biblia; está en la Biblia porque es verdadero. Nuestra decisión de obedecerla o desobedecerla determina si nuestras vidas florecen o se tambalean. Con esto en mente, desarrolle dos escenarios: a. ¿Qué habría sido de la vida de los destinatarios originales si ellos hubiesen respondido plenamente a la verdad de este pasaje? b. ¿Cómo habría sido la vida de los destinatarios originales si hubiesen ignorado o desechado esta verdad? 9. ¿Es ésta la única vez que este principio es mencionado en la Escritura? ¿Han luchado otros con este problema a lo largo de la historia bíblica? ¿Quién? ¿Cuándo? ¿Por qué? ¿Con qué resultado? 10. ¿Cuáles metáforas captan mejor el significado de este pasaje?

Mire hacia arriba

La segunda pregunta para meditar y orar en su armario es: “¿Qué está revelando Dios acerca de Él mismo en este texto?”. Pregunta #2: ¿Qué está revelando Dios acerca de Él mismo en este texto? 1. ¿Qué revela este texto sobre el carácter de Dios? ¿De cuál de los atributos de Dios emana su idea? Aquí usted quiere relacionar las acciones y el carácter. Quiere comprender por qué el carácter de Dios necesitaba que esta verdad fuese revelada a los destinatarios originales en el momento que fue revelada. 2. ¿Por qué es la verdad de este texto teológicamente necesaria? ¿Por qué le pediría Dios esto a su gente o le haría esto a su gente? ¿Está Dios siendo irrazonable o injusto? ¿Tiene Él sus mejores intereses en el corazón? ¿Cómo lo sabe?

203


PREDICACIÓN PROFUNDA

Mire hacia adentro

Iniciamos nuestro trabajo de armario mirando hacia atrás y preguntándonos: “¿Qué comunicó Dios en este pasaje?” Luego miramos hacia arriba a lo que nos dice nuestro texto acerca de Dios. Ahora tenemos que mirar hacia adentro y preguntarnos, “¿Qué me está diciendo Dios en este texto?”. Pregunta #3: ¿Qué me está diciendo Dios en este texto? Antes que piense en cómo la idea que descubrió debe impactar la vida de otros, primero debe preguntarse cómo debe impactar la suya. Aquí hay una serie de preguntas que le pueden ayudar a hacer eso. ¿De qué manera soy similar o es mi vida paralela a los destinatarios originales de este libro? 1. ¿Son mis debilidades sus debilidades? 2. ¿Son mis tentaciones las de ellos? ¿He sucumbido como ellos lo hicieron? 3. ¿Se ha deformado mi vida como resultado? 4. ¿En qué maneras? ¿Con qué consecuencias? 5. ¿Cuándo era más probable que yo cayera en este pecado? 6. ¿Qué hábitos/prácticas existen en mi vida que contribuyen a este problema? 7. ¿Qué hay en mí que me hizo vulnerable a este particular ataque del enemigo (ej. cuál es el problema raíz que se manifiesta en este pecado)? 8. ¿Cómo han sufrido mi vida y ministerio como resultado de este pecado? 9. ¿Cómo han sido otros afectados por esto? 10. ¿Cómo podrían haber sido exaltados mi vida y ministerio de haber soportado esta tentación? 11. ¿Cómo podrá la idea de este texto forzar su vida espiritual hacia adelante? 12. Visualice las diferentes realidades que su congregación y usted podrían estar experimentando en este momento si hubiesen tomado otras decisiones. Piense en esto por un tiempo. Permita que estas preguntas penetren en su alma. Practique la presencia de Cristo. Permita que el Espíritu Santo ilumine su mente con el conocimiento de quien realmente está detrás del rol que ocupa y la imagen que da. Mi corazón, hogar de Cristo.1 En este sencillo libro, Robert Boyd Munger utiliza la metáfora de una casa para ayudarnos a profundizar en nuestro corazón. Como lo hizo Munger, lleve a Cristo por un paseo en su vida a la luz de la idea que descubrió en el texto. • El estudio—su mente • El comedor---el cuarto de los apetitos y deseos • La sala---un lugar tranquilo y aislado para las buenas conversaciones y compañerismo con Jesús 1 R. B. Munger, Mi Corazón, hogar de Cristo, 2da revisión editada (Downers Grove, IL: InterVarsity Press, 1992).

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Preguntas del armario

• El taller---donde las cosas se fabrican para el reino de Dios • El cuarto de juego---donde voy a relajarme y divertirme • La habitación---donde mi matrimonio se celebra • La habitación familiar---donde las relaciones con la familia de Dios son desarrolladas y enriquecidas • La cocina--- donde me reúno con otros para servir a la familia de Dios • El armario del pasillo---donde tratamos de esconder nuestros pecados secretos ¿Está complacido con lo que encontró a su paso? ¿Hay áreas de incongruencia entre su vida actual y lo que Dios está pidiendo en la idea de su texto? Solo o con la idea de otros, la pregunta clave que tiene que hacerse es: ¿Qué me está deteniendo para aplicar radicalmente esta verdad a mi vida? ¿Por qué me niego a actuar en ella, como yo sé que debería? ¿Por qué tiene tal poder en mi vida? Recuerde la regla: entre más espiritual piensa que es, más lejos realmente está de Dios. La gente que piensa que ha “logrado” una relación con Dios está más lejos de Él.

Mire afuera

Después de invertir en tiempo de armario hacia atrás, hacia arriba y hacia adentro de la idea del pasaje que vamos a predicar, es hora de ver hacia afuera y preguntar: ¿Qué quiere Dios lograr a través de este texto?”. Pregunta #4: ¿Qué quiere Dios lograr a través de este texto? Un buen lugar para empezar es mirar lo que el autor original quería lograr en las vidas de los destinatarios originales de esta verdad. ¿Se aplica a sus oyentes de la misma manera? Aquí hay algunas preguntas que le pueden ayudar a enfocar sus pensamientos en las similitudes y diferencias de su audiencia y la audiencia original. 1. ¿De qué maneras son similares las personas que lidera con la audiencia original? Considere las similitudes que pueden existir. Considere factores como: a. Socio-económico— ¿pobres o afluentes? b. Socialmente— ¿unidades de familiares confortables o viudas/huérfanos? c. Moralmente— ¿viven rodeados por libertinaje? ¿Opulencia? ¿Hedonismo? ¿Secularismo? d. Políticamente— ¿es su país liderado por alguien tratando de seguir la dirección de Dios o por un pagano? e. Espiritualmente (cantidad de tiempo que han caminado con Dios, la herencia espiritual que disfruta, la temperatura de su pasión espiritual— (ej., ¿fría, tibia, hirviendo?)

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PREDICACIÓN PROFUNDA

Ahora invierta tiempo pensando en la receptividad de sus oyentes sobre la idea de su pasaje: 1. ¿Cree que su congregación quiera vivir en armonía con las enseñanzas de este texto? ¿Por qué si o no? ¿Cuáles serían sus objeciones? 2. ¿Qué le impide a usted y a su congregación vivir lo que dice el texto? ¿Existen algunas barreras estructurales/organizacionales? Pídale a un grupo de personas si ellos estarían dispuestos a ayudarle con su sermón. Luego de esbozar brevemente la idea exegética de su pasaje, convide a sus invitados a que compartan cómo esta idea ha impactado sus vidas específicamente. Aquí hay algunas preguntas que pueden ser útiles a medida que se reúne con su grupo: • ¿Esta idea le atrae o repele? ¿Le emociona o asusta? ¿Por qué? • ¿Esta idea le parece sin sentido o con sentido común? ¿Eminentemente práctica o irremediablemente idealista? ¿Por qué? • Si le pudiera decir a Dios en Su cara lo que piensa de esta idea, ¿qué le diría? ¿Qué tendría miedo de decir? 1. Si pudiera hablar con las personas sentadas en la congregación sobre esta idea, ¿qué les diría? ¿A quién se lo diría? ¿Por qué? • ¿Quién en la comunidad secular necesita desesperadamente escuchar esta verdad? ¿Por qué? • Si hoy decidiera tomar muy en serio esta verdad, ¿qué diferencia haría en su vida? ¿Por qué? 1. ¿Qué personas en su congregación han vivido en obediencia a este texto? (Piense en personas específicas). 2. ¿Qué personas en su congregación han vivido en violación de este texto? (Otra vez, piense en personas específicas). 3. ¿Cómo podría esta verdad transformar a su congregación y/o la comunidad donde usted y congregación vive y ministra? ¿Cuáles son los efectos dominó que podrían resultar de aprovechar la verdad de este texto? Estas preguntas ayudan a determinar si la aplicación de su pasaje bíblico está significativamente influenciada por la etapa de la vida de una persona, predisposición genética, auto-disciplina, educación, manutención del cónyuge o algún otro factor. ¡Y los enormes beneficios que resultaran si lo obedecemos!

Mire hacia adelante

Después de invertir su tiempo en el armario mirando hacia atrás, hacia arriba, hacia adentro y hacia afuera de la idea que va a predicar, es el momento de mirar hacia adelante y preguntarse: “¿Qué podría invalidar el progreso que acabo de lograr a través de este texto?”

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Preguntas del armario

Pregunta #5: ¿Qué podría invalidar el progreso que acabo de lograr a través de este texto? ¿Realmente piensa que, al predicar un sermón logró todos sus objetivos, que Satanás va a permanecer de brazos cruzados? ¿Piensa que él permanecerá de brazos cruzados permitiendo que usted disfrute el terreno espiritual que acaba de tomar sin reto alguno? No lo creo. Prepárese para un contraataque. ¿De qué manera tratará él de recuperar el terreno espiritual que acaba de tomar para Cristo y Su reino? Aquí hay algunas preguntas que pueden ayudarle a empezar: 1. ¿Cuál es el método probable que utilizará Satanás para realizar el contraataque? a. ¿Dirá mentiras? (Él es el padre de las mentiras—Juan 8:44) b. ¿Utilizará el desánimo? c. ¿Tratará de causar división para avanzar en su causa? d. ¿Tratará de aprovechar alguna circunstancia o condición pre-existente? 2. ¿Cuáles circunstancias podrían hacer que la obediencia continua a esta verdad resultara difícil? (ej., soltería súbita [divorcio/muerte], recesión económica/ pérdida de trabajo, pérdida de salud). 3. ¿Qué grupo de edad (ej., niño, adolescente, estudiante universitario, joven casado, de edad mediana, jubilado reciente, anciano) encontrará más difícil la aplicación de esta verdad? ¿Por qué? ¿Cómo podrían ayudar a aquellos que no lucharán tanto, a aquellos con dificultades?

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Apéndice 2

Mejorando la perfección (Metáfora extendida)

¿Cómo mejora la perfección?1 ¿Tendría la audacia de agregarle una o dos pinceladas a un Rembrandt? ¿O renovar una casa construida por Frank Lloyd Wright? ¿O darle consejos a Tiger Woods? ¿O qué tal agregarle unas cuantas barras al Mesías de Handel? Algunas cosas son tan buenas, que lo mejor que podemos hacer es mantener nuestras manos lejos de ellas. Están mejor solas. Sin alterar. Sin tocar. Si este principio de “mirar pero no tocar” fuese cierto en cualquier cosa, parecería ser cierto en el caso de una vasija fina de cristal que recién descubrí. Esa vasija es de 4.25” de alto y 13.25” de ancho y cuesta unos impresionantes 6.100 dólares. ¿Por qué es tan cara? Porque fue diseñada por Michele Oka Doner y fabricada por la compañía de cristal Steuben. Es una obra maestra conjunta. Michele Oka Doner es una artista y diseñadora aclamada internacionalmente, cuya carrera se extiende por cuatro décadas. Su arte puede ser encontrado en las colecciones del Museo Metropolitano de Arte y en el Museo de Diseño Nacional Cooper-Hewitt en Nueva York y en el Instituto de Arte en Chicago. Sus numerosos encargos de arte público incluyen la Estación del Metro Herald Square de Nueva York y el Aeropuerto Internacional de Miami. La Sra. Doner es tan respetada en su campo que inclusive ha tenido ¡dos libros escritos acerca de ella!2 Así que cuando ella decide crear una vasija de cristal, ¡ya sabe que los resultados van a ser espectaculares! 1 Este artículo apareció por primera vez en The Voice (verano 2008), publicación de la iglesia Woodland Hills, Woodland Hills, California. J. Kent Edwards es el pastor. 2 Ver http://www.micheleokadoner.com/back.html.

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Mejorando la perfección (Metáfora extendida)

Sin embargo, lo que hace que esta vasija de 6.100 dólares sea aún más impresionante es que el concepto de la Sra. Doner fue creado por la famosa compañía de cristal Steuben de Nueva York. La tienda de Steuben en la ciudad de Nueva York fue construida en el 2000 en la avenida Madison, calle 61. Pero no deje que la magnificencia moderna de 6.100 mts² y tres pisos le engañe. Esta compañía tiene una larga historia de compromiso de la más alta calidad. Fundada en 1903, el cristal de Steuben siempre ha sido fabricado en su fábrica en Corning, Nueva York. El cristal es hecho a mano de una sobresaliente fórmula óptica. El proceso de fusión es de tecnología de punta el cual asegura que el cristal es excepcionalmente puro y libre de las más diminutas imperfecciones visuales. Artesanos calificados trabajan en grupos alrededor de hornos recalentados llamados “hoyos de gloria”, dirigidos por un maestro “soplador.” Cada acumulación de vidrio fundido es llevado de un tanque al hoyo de la gloria, donde es formado “en el fuego” con sopletes, varillas, cizallas, pinzas y otras herramientas cuyos cambios han sido pocos durante siglos. Las piezas terminadas son enfriadas lentamente en hornos de recocido, luego cortadas, pulidas y grabadas a mano. Cada obra es inspeccionada minuciosamente antes de ser firmada con una pluma de punta de diamante. Los artículos defectuosos son destruidos. No hay piezas de segunda en Steuben. ¡Solo venden productos perfectos!3 Michele Oka Doner y la compañía de cristal Steuben son lo mejor de lo mejor. Ellos trabajaron mano a mano, combinando su formidable experiencia, para crear una vasija de cristal que es una verdadera obra de arte. Si tuviera que disponer de 6.100 dólares por esta vasija de cristal con pedigrí, podría ser perdonado por creer que no había nada que adicionarle a esta impresionante obra más que su admiración. Después de todo, ¿cómo mejora en la perfección? Sí, en este caso si puede. Y Doner y Steuben le piden que lo haga. Aquellos que compran esta vasija descubren que viene con un escribano de plata esterlina con punta de diamante. Y las instrucciones que la acompañan no dicen: “no toque” o “manos fuera.” Por el contrario, los compradores están incentivados a hacer exactamente lo contrario. Los creadores de esta bella obra de arte sugieren: Por las memorias que nunca se desvanecen, convide a sus invitados que hagan constar su presencia en una importante reunión firmando sus nombres en el Gran Tazón de Firmas con su escribano de plata esterlina con punta de 3

Ver http://steuben.com/acb/article.cfm?section=9&subsection=62&subsubsection=70&aid=328.

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PREDICACIÓN PROFUNDA

diamante. El escribano tiene una punta especial de diamante que escribe en vidrio y viene con una tarjeta que muestra como sostener la pluma. En lugar de firmar un libro estándar de visitas al salir por la puerta, los creadores conjuntos de la vasija piden que le diga a sus invitados que tomen el escribano y graben sus nombres —dejen su huella única— en su bella vasija de cristal. Michele Oka Doner y la compañía de cristal Steuben saben que la única manera de hacer que su hermosa vasija sea mejor es permitiendo que otros dejen en ella su huella única e indeleble. Dios dice lo mismo con su creación maestra. De la misma manera como Michele Oka Doner hizo con su vasija de cristal, Dios el Padre diseñó perfectamente a Su pueblo. En Génesis 1 y 2 aprendemos como Dios no solo hizo un bello universo, sino que se encorvó hacia abajo y se ensució Sus manos al hacer la joya de la corona de Su creación: la humanidad. Fuimos creados por los dedos de Dios a la imagen de Dios. Y cuando Dios vio lo que había creado, nos declaró como buenos. ¡Dios no crea basura! Sin embargo, como cristianos nos beneficiamos de las manos de un segundo diseñador maestro: el Espíritu Santo. No solo nacimos, sino que nacimos nuevamente. “Lo que nace del cuerpo es cuerpo; lo que nace del Espíritu es espíritu” (Juan 3:6). Y, como la compañía de cristal Steuben, el Espíritu Santo no hace un trabajo a medias. El fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, dulzura y autocontrol. ¡El Espíritu Santo hace personas verdaderamente hermosas! ¿Cómo podríamos mejorar tan exquisita obra? Seguramente Dios nos proveerá, a sus creaciones doblemente-diseñadas, con pequeñas tarjetas de instrucción donde se lee: “No tocar. Manos arriba. No molestar.” ¿Quién se atrevería a meterse con lo que Dios, el supremo diseñador, ha creado? Suena inapropiado inmiscuirse con el trabajo de Sus manos. Se siente como un sacrílego. Pero no lo es. De la misma manera como Michele Oka Doner y la compañía de cristal Steuben ponen un escribano de plata esterlina en las manos de invitados ordinarios y los invitan a que graben en su bella vasija, Dios pone un escribano espiritual en nuestras manos y nos invita a grabar en las vidas de compañeros cristianos quienes son la preciosa y bella creación de Dios. Cuando Dios nos dio nuestro regalo espiritual, Él nos dio una habilidad supernatural, una herramienta con punta de diamante capaz de grabar en la vida de otros.

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Mejorando la perfección (Metáfora extendida)

Nuestros dones no son todos iguales. “Existen diversos dones,”4 pero Dios intenta que cada don sea usado para el mismo propósito: para el beneficio espiritual de los demás. “A cada uno se le da una manifestación del Espíritu,” Pablo dice, “para el bien común.”5 Los dones de Dios son para el bien común —el bien de los demás— no solo para nuestro propio gozo. Como Doner y la compañía de cristal Steuben, el Padre y el Espíritu nos han hecho maravillosamente. Somos espiritualmente impecables. Pero Dios también distribuyó dones espirituales — escribas espirituales— que Él quiere que usemos para grabar dentro de la vida de otros. Debemos hacer más que solo admirar la obra de arte de Dios en las personas a nuestro alrededor. Dios quiere que pongamos nuestra firma espiritual en Sus preciosas, y bellas creaciones. Que mejoremos Su perfección. Tome su escriba. Comience a hacer su marca.

4 5

1 Cor 12:4a. 1 Cor 12:7.

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Apéndice 3

Sólidamente congelado (Metáfora extendida)

Hace quinientos años una bella niña inca de 15 años se vistió con su ropa más fina y fue a una excursión al Monte Nevado de Llullaillaco en Argentina.1 Logró llegar a la cima de los 22.000 pies. Y nunca regresó. Ella fue una de los cientos de niños Incas que fueron sacrificados como parte de un ritual religioso, conocido como capacocha. Solamente niños bellos, saludables y físicamente perfectos fueron seleccionados para este ritual y era un honor ser seleccionado. Los elegidos fueron llevados a la cima de la montaña, y dejados para que murieran congelados. El frío y el aire ligero y seco de la montaña hicieron el resto. En 1999, el cuerpo congelado de esta joven, apodada La Doncella, fue descubierto en la cima de esta sombría y fría montaña increíblemente bien preservado. Su ropa se veía como nueva. Sus órganos internos estaban intactos. Todavía había sangre en su corazón y pulmones. Su cabello todavía estaba peinado. Hasta su piel se veía bien. Quinientos años después de su excursión, se ve como una niña durmiendo, y no como una momia. El aire frío y delgado de la montaña de gran altitud ayudó a que ella se viera como si estuviera viva. La Doncella fue reubicada en un nuevo lugar dentro del Museo de Arqueología de Gran Altitud de Argentina. Aquí, dentro de una caja de vidrio de triple acristalamiento que se encuentra dentro de un cilindro acrílico, el sistema computarizado de control de 1 Este artículo apareció por primera vez en The Voice, invierno 2007, una publicación de la iglesia Woodland Hills, Woodland Hills, California. J. Kent Edwards es el pastor.

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Sólidamente congelado (Metáfora extendida)

clima asegura que los niveles de oxígeno, humedad y temperatura sean idénticos a lo que ella experimentó durante los últimos cinco siglos. Los visitantes de la exhibición del museo entran a una habitación que ha sido oscurecida por respeto. Sin embargo, al presionar un botón las luces comienzan a brillar y La Doncella emerge de la oscuridad. Sentada con las piernas cruzadas con su vestido chocolate y sus sandalias de tiras, pedazos de hojas de coca aún colgando de su labio, su cabello largo trenzado en varias trenzas delgadas y un pliegue en una mejilla donde se apoyaba su manto mientras dormía. La vista es espeluznante y enervante. El director del museo, Gabriel E. Miremont, dijo que se parecía tanto a una niña durmiendo que se sentía “casi más como un secuestro que una obra de arqueología.” La Doncella se ve perfecta. Se ve como si estuviera viva. Como si se pudiera despertar en cualquier momento. Sin embargo, le puedo asegurar que esta joven está bien muerta. Y lo ha estado por 500 años. Las apariencias pueden ser decepcionantes. Esta pobre niña me recuerda a un número de cristianos que he conocido. En lo exterior parecen ser la foto de salud espiritual. Tienen cada apariencia de vida. Bajo la luz correcta podría fácilmente cometer el error de pensar que aún están tibios y respirando. Pero la horrible realidad es que han estado espiritualmente muertos por años. Ellos se encuentran sólidamente congelados. Los cristianos congelados no se nutren de las Escrituras. Ellos no caminan con el Espíritu. Ellos no hablan con su Padre celestial en oración. Ellos no abrazan la santidad. Sus corazones no palpitan con emoción durante el culto. No tienen pasión por su Dios. Y se pone peor. La atmósfera que rodea a los cristianos congelados es tóxica. Si se le acerca mucho a la gente congelada y comienza a respirar sus actitudes y valores, se dejará llevar por el sueño espiritual. Su actitud acabará con usted. De la misma manera que los mató a ellos. Se puede congelar hasta la muerte espiritualmente, así como físicamente. En Apocalipsis 2, el apóstol Juan le da una reprimenda a la iglesia en Éfeso porque, a pesar de su gran apariencia externa, había perdido su primer amor a Dios. El ardor se había enfriado. Su relación con Dios se había convertido en racional y disciplinada en lugar de húmeda y calurosa. Sus corazones se habían helado. No permita que esto le ocurra a usted. 213


PREDICACIÓN PROFUNDA

El Dios del universo le ama. Su amor por usted es irrazonable e insondable. Es apasionado y caluroso. Él le ha escogido a que sea Su novia, no su empleado. Él quiere ser el amante de su alma, no solo un amigable vecino a quien saluda cuando pasa. Él quiere escaparse con usted. En la iglesia Woodland Hills queremos ayudarle a “arder en llamas”. A ventilar su fe hasta que explote como un incendio arrasador en el alto desierto. Nuestro propósito es presentar a las personas a una relación apasionada con Jesucristo. Por eso contamos con los servicios de adoración que tenemos. Y los grupos pequeños. La pasión por Dios es la fuerza impulsadora detrás de todo lo que hacemos. Únase a nosotros en nuestra búsqueda apasionada del Hijo. Juntos, caigamos perdidamente enamorados del amante de nuestras almas.

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Índice de Nombres Amaral-Phillips, D. M.................................108 Anthony, M…………...50 Archer, G.L……...56, 104

Harris, R. L……...56, 104 Henry, C. F. H………...21 Hogde, C……………...25 Hunter, D. G…………..41

Pitt-Watson, I………..122 Plantinga, C., Jr……….26

Balz, H. R………118, 140 Bandura, A…………..147 Barnhouse, D. G……....26 Barry, J. C......................52 Bates, W……………..109 Baxter, R…………….164 Bengel, J. A…………...31 Berman, M……..138, 151 Bonhoeffer, D……….195 Bounds, E. M…..121, 122 Bromiley, G. W….29, 110 Brown, D……….138, 151

Jackson, M…………..103 Johnson, M…………..137 Jones, I. T…………....164 Jowett, J. H……………84 Keck, L……………......41 Kiessling, E. C………..42 Kittel, G………….29, 110

Ratliff, S. A………….119 Reymond, R…………..43 Robinson, H. ….....11, 50, 90, 135, 174 Runcorn, D………..…103 Ryken, L…………..…139 Sargent, T…………....165 Schaff, P…………..…..41 Schneider, G……118, 140 Shakespeare, W…………. Snyder, J. L……….…120 Sommer, E……….…..137 Spurgeon, C. H....120, 142 Steel, R……………....187 Stott, J. R. W………….20 Stuart, D, K……….83, 84 Sun, B………………..170 Sunukjian, D. R……....46, 49, 174

Caird, G. B…………....91 Cairns, E. E…………...44 Calvin, J……………..158 Carson, D. A…………190 Cleary, T. F…………..170 Daane, J……………….35 Damasio, A. R……….147 Danesi, M………141, 151 Daniel, G. K…………109 Edwards, J. K……3, 4, 79 Erickson, M. J…….23, 88 Fant, C. E……………..41 Fatio, O………………..43 Fee, G. D……………...84 Fernández-Armesto, F...67 Fischer, J. A………….139 France, R. T………….111 Friedrich, G……...29, 110

Lakoff, G……….........137 Lawless, G……….……42 Lawley, J……….137, 138 Lewis, C. S……..151, 157 Lischer, R………..33, 142 Lloyd-Jones, D. M….119, 120, 158 Luther, M……………….. Matthews, A……………4 Mazzuca, J……………… McIntosh, G…………..50 Meeter, J. E…………...24 Munger, R. B…...160, 204 Murray, H., Jr…………12 Nelson, M. R………….12 Olivier, D……………...43 Orr, J. E……………….45 Packer, J. I…………....94 Parker, T. H. L………...43 Peterson, E. H……….120 Pinson, W. M., Jr……...41 Piper, J……………….115

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Postema, D…………..131

Tompkins, P……137, 138 Tozer, A. W….66, 96, 120 Walker, W……………..44 Waltke, B. K……..56, 104 Weiss, D……………..137 Wells, D. F…………....39 Williams, R. W…..40, 119 Willimon, W. H…….....42 Wilson, P. S…………...44 Wurman, R. S…………12 Zodhiates, S……...29, 112


Índice Bíblico Génesis 1………..........…..33, 210 1:1………….................21 2…………....................56 2:23-24………........…..56 3:8………….................58 4:25…………...............59 Éxodo 3:10…………...............34 3:15…………...............59 5:1………….................34 20:2………….............157 20:3………….............155 20:4-5…………..........155 20:4-6…………............54 33:1-3…………............59 33…………..................59 33:11………….............59 33:13………….............59 33:15…………................. 34:28…………...........124

Salmos 1………......................106 1:1-3……....................106 1:3……...................…108 19:1-3…........................22 19:9-10…....................108 27:4…….............……..60 27:8……….............…..61 33:6…………...............34 33:9…………...............34 51:16-17………..........….. 64:1…………................... 73…………................156 73:12-13……..........…….. 73:28………...............….. 104:7………...........…..34 119:9-11………..........107 119:72…………............... 119:97-99………........107 119:100-102……........107 139:23-24………........…..

Deuteronomio 8…………....................27 8:1-3………............…..27

Proverbios 28:9………….............165 61:1-2………..............…..

2 Crónicas 20:2…………................... 20:3-4…………................ 20:15-17………..........….. 20:24………….................

Isaías 31:4….........................….. 38:14…........................…. 42……........................186 42:8………….............186 48:11……….........…..186 55:8-9……........……..156 55:10-11……......……..33 59:1-2…………..........164 59:11…………................. 61:1-2………….........197

Esdras 8:21………….............125 8:23………….............125 8:31………….............129 17…………...................... Ester 3:13……….........125, 128 4:3………...................125 9:5………...................128 Job 38:3…….....................157 40:7…...................…..157

Jeremías 1…………........................ 1:5………….................... 13:7………….............190 13:12…………...........191 20:7-9………........…..200 23:16………….............78 216

23:18………….............78 23:21-22…………........78 23:38-40…………........78 Ezequiel 3:1-3………................105 Oseas 2:14-16……..............…57 2:19-20…….............….57 2:23…………...............57 3:1-3…………..............56 4:6…………..................... Amos 8:11-12……................….. Jonás 3:4……….....................35 3:5…….........…..125, 129 3:10……................….129 Malaquías 2:7……….....................43 3………......................167 Mateo 4:1-11…………..........103 4:4……………................. 5:3…………...........…140 5:6…………...............140 5-7…………..................... 5:13-14………............140 5:20………….............136 5:22………….............136 5:28………............….136 5:44………….............136 6:6………...................….. 6:10…………...............65 6:16-17……..........…..126 6:16-18……..........…..128 6:19-20………............140 6:22………….........…140 6:24…………….........140 7:3……………...........140 7:6……………...........140 7:9-10…………..........140


7:13………….........…140 7:15………….....140, 176 7:17………….............140 7:24………............….140 7:26………….............140 7:27…………................... 7:28-29……............…140 9:15………............….126 10:16………...........…171 14:13………..........….103 18…………...........….167 23…………...........….148 23:15………...............164 25:21……….........…..201 26:36-46……..........…103 Marcos 2:18-20………............126 3:9…………................111 5:23………...................34 5:41………...................34 16:15-16………......…..27 Lucas 2:37………….............124 3:22………….............197 4…………..................118 4:1-2………................125 4:18-19…..............…..197 4:21……….............…197 4:31-33……...........….196 4:32………….............196 4:33-34………............196 4:40………….............197 4:41………….............196 4:42………….............198 4:42-44………......36, 198 4:43-44………............118 5:33-35………............126 6:12……….................103 6:45………...............…53 15…………........145, 152 18………….........113, 126 18:12………...............126 19:45-46……..........…113 22:63…………...........118 24:45………….............87

Juan 3:6………...................210 3:16………...................62 3:30…………...............65 4:10………….............139 5:8………….................34 6:35……….................139 7:38……….................139 8:12……….................139 8:44……….........171, 207 10:11………...............139 10:14………...............139 14…………..................86 14:9………….........23, 47 14:16-17………............87 15:5………….............139 16:12-15………............87 19:30………................…. 21:15-17……............…37 Hechos 1:1...............................116 1:14..............................111 2…………..................114 2:41………….............116 2:42......................111, 114 3……...........................114 4…………...........114, 115 4:1-4…………............114 4:4…………...............116 4:8-18…………..........129 4:12………….............115 4:29………….............116 4:31…………......115, 116 4:33………….............115 5…………..................115 5:42………….............115 6…………..................115 6:1…………...............115 6:2-4…………......37, 116 6:4…………........116, 117 6:7…………...............116 8:4…………...............116 8:14………….............116 8:25………….............116 9:1…………...............124 9:1-9…………............124 217

10:44……….........…..116 11:1………….............116 12:24…………...........116 13:2-3…………..........125 13:5………….............116 13:7………….............116 13:12…………...........129 13:15…………...........116 13:44…………...116, 129 13:46…………...........116 13:48-49…………......116 13:49…………...116, 129 14:1………….............129 14:3………….............116 14:8-18…………........129 14:12…………...........116 14:21…………...........129 14:23…………...........129 14:25…………...........116 15:15…………...........116 15:35-36…………......116 16:6………….............116 16:32…………...........116 17:11…………...........116 17:13…………...........116 18:5…………......117, 118 18:11…………............116 18:19-21…………........37 19:10…………...........116 19:20…………...........116 20:2………….............116 20:7………….............116 20:19…………...........182 20:25-27………......…..38 20:26-27…………........77 20:28-30…………......176 20:31…………...........182 20:32…………...........116 Romanos 1:15…………...............49 1:16………….............186 1:19-20…………..........22 2:14-15…………..........22 3…………..................136 4…………..................136 4:19-25…………........136


5…………....................76 5:1-5…………..81, 82, 83 7…………..................189 7:14-24…………........163 9…………..................148 9:11-15…………........148 10:13-15…………........27 12:11-12…………......112 13:6…………..............111

Efesios 1:15-19…………........112 1:17-18…………..........89 1:18…………...............93 4…………..................196 4:11-13………........…..28 5:18………….............169 6:12………….............170 6:18………….............113

1 Corintios 2:7-13…………............89 2:10-11…………........172 2:13…………...............98 2:14…………...............88 2:16…………................... 9:19-23…………........192 12:4………….............211 12:7………….............211

Filipenses 2:12-13…………........120 3…………....................61 3:7-8………...........…..62 4:6-7…………............113

2 Corintios 4…………..................187 4:5-7………..........…..184 4:7…………...............185 11:3………….............171 12…………................187 12:2-4…………..........163 12:5………….............163 12:7-10………….............. 20:2………….............125 20:3-4…………..........125 20:15-17…………......128 20:24…………...........128 Gálatas 1:6-9…………............176

Colosenses 1:9………….................99 1:9-10…………..112, 161 1:28…………...............98 1:28-29………........…..29 2:18-19…………........177 2:23………….............126 3:16……….............…..99 3:23………….............126 4:2……….............…..112 1 Tesalonicenses 1:5………….................98 4…………........................ 5:16-18……......……..113 1 Timoteo 1:15………….............162 4:12-13…………..........38 4:15-16…………..........38

218

2 Timoteo 3:16………….............153 3:16-17………..…..76, 90 3:17………….............175 4:2-4…………..............38 4:3-4…………............177 Hebreos 1:1-2…………..............23 1:3………….................34 4:12………….............201 Santiago 3:1………….................78 4:2…………...............121 5:16………….............110 1 Pedro 1:23-25………........…..35 2:2-3…………..............28 2 Pedro 1:20-21…………....25, 86 2:1-3…………............176 3:5………….................34 Apocalipsis 2…………..................213 2:2-5………................….. 2-3…………...............149 2:5………….................62 2:18………….............149 2:20………….............149 2:22-23…………........149 19:12-16…………......183 22…………..................90 22:18-19……......……..90



LLEVE SU PREDICACIÓN LEJOS DE LA SUPERFICIALIDAD

H

ay una historia muy conocida sobre unos niños de Sudáfrica que una vez fueron vistos jugando en el suelo a las canicas con diamantes verdaderos. Las piedras preciosas estaban siendo manipuladas sin tener en cuenta su valor real. J. Kent Edwards teme que lo mismo está sucediendo hoy en día cuando los predicadores relatan la verdad de las Escrituras a los oyentes sin que ellos mismos se sientan completamente abrumados por su grandeza inherente. Predicación Profunda es su llamado a “repensar” la predicación. Edwards ayuda a los pastores a que aprendan a compartir la Palabra de Dios en formas que cambiarán poderosamente las vidas de los oyentes, afirmando que los sermones “no deben asentarse cómodamente en la vida de quienes lo escuchan como el polvo en una mesa de centro.” A lo largo, él fomenta el “trabajo de armario” para la preparación del sermon: orando, meditando, ayunando, y confiando en el Espíritu Santo. “Les invito a que se unan a mí para soltar las amarras que atan a nuestro ministerio al status quo y dirijamos su prédica lejos de la comodidad de las aguas poco profundas. Juntos podemos más allá de inspirar un bostezo, inspirar asombro-más allá de lo trivial-hacia lo transformador. Aceptemos el reto y aprendamos la disciplina de la predicación profunda.” “La predicación profunda ocurre cuando uno tiene una pasión al rojo vivo por Dios, una idea transformadora de su Palabra, y un mensaje inspirado por el Espíritu Santo a través de la meditación y la oración. Ese es el tipo de predicación que queremos lograr, y Kent Edwards nos muestra cómo hacerlo.” DONALD SUNUKJIAN. Profesor de Predicación. Escuela de Teología Talbot.

J. Kent Edwards (D.Min., Seminario Bautista Conservador de Denver) es profesor de Predicación y Liderazgo y director del programa de Doctorado en Ministerio en la Escuela de Teología Talbot, el seminario de la Universidad de Biola en La Mirada, California


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