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QUERIDO HERME:


Candela Iglesias Chiesa - Generación 89-92

Querido Herme: A "titantos" años de haberte tenido como maestro aún me hallo, a veces, repitiéndoles a mis estudiantes alguna de tus famosas frases: "El que nada sabe, nada teme", nos decías antes del examen. Pero más que tus frases, te aprendí el gusto por la historia, no aquella pre-masticada y repetida, la aburrida de los deprimentes libros de texto de la SEP. Sino la otra, la historia viva, política, discutida, la que indaga y busca entender. La de los pizarrones abarrotados de tus jeroglíficos, con flechas uniendo ideas desparramadas. Gracias, querido Herme, por todo lo que nos diste y que seguramente en aquellos años no sabíamos apreciar. Me da gusto hoy poder contribuir en una pequeña parte a este homenaje que tanto te mereces. Un abrazo fuerte para ti y otro igual para Margarita. Candela Iglesias Chiesa.


Toya - Maestra ECC 1993-1996

En la ECC empecé a dar clase por primera vez en mi vida. Descubrí que me encantaba. Sus retos, chavos, me ponían a prueba ante mí misma....todos los días! Herme, has sido un compañero ideal. Tu claridad y fuerza ante esos retos fueron una lección para mí. Has sido un gran compañero de trabajo y amigo y hoy estamos todos alrededor tuyo y de Margarita. Y eso es producto de la huella que dejan maestros como tú. Y Paula querida, has logrado este reencuentro desde donde estás! Eres una campeona. Toya.


Leon Ernesto Izquierdo - Generación 92-95

En la ECC empecé mi secundaria, de regreso de Nueva Orleans, era un mocoso de 13 años con la mente de uno de 11… recuerdo clarito un día que llegué tarde e intente colarme desapercibido mientras Herme estaba escribiendo en el pizarrón. Sin voltear me dijo : « Joven, se pide permiso para entrar. » Lección de vida. Como describir la importancia de un maestro tan claro y sereno, todo un caballero, a la vez torre, guía y ejemplo de masculinidad para un chamaco imberbe entre tantos otros adolescentes despistados : el Migue, el Cáscaras, Leo, Carlos David, Lalo, Gibrán... Bien lo dice Toya, Paula en su camino ha creado este reencuentro. Sol y luz eres. Abrazo profundo para Herme y Margarita, y para todos los retoños que sembraron en nosotros. Pues eso somos, ramitas de esos arboles-maestros de la Escuela de la Ciudad de Cuernavaca. ¡ Gracias a todos por sus lecciones de vida ! Leon Ernesto Izquierdo.


Isabel Enriquez - Generación 96-99 Tan querido Herme: Tengo el privilegio de conocerte desde siempre, eso me daba un poco de nervios en la escuela porque me tenía que portar bien para que no le dijeras a mi madre jeje Gracias a ti y a toda tu familia me he tirado al piso de la risa, he disfrutado de muchos mangos, conocí por primera vez un crucero, el crucero de Tejalpa; sé quien es Isabel Pantoja, conozco Tlaxcala y entiendo de qué hablan cuando dicen "Tierra Caliente" o "Pueblo bicicletero y rabón"; he tenido el privilegio de comer los manjares que todos los Mercado Hurtado cocinan; gracias a todos ustedes sé lo que es tener una familia que no necesariamente es de sangre. Me has dado tanto y de pronto no sé bien cómo expresar la gratitud y amor que tengo para ustedes, sobre todo para ti. Pero quiero que sepas un poco lo que guarda mi mente y mi corazón. Aparte de considerar que eres un gran maestro, ese maestro que con paciencia nos enseñó a juntar caritas para aprobar exámenes semestrales, que bromeaba pero también aleccionaba, ese maestro que no sólo enseña en el aula, sino todo lo contrario te saca de ahí, te hace pensar más allá. Eres ese maestro que cuando no nos dejaron hacer nuestro viaje de graduación de tercero de secundaria, se inventó una excursión a Guanajuato para que aprendiéramos de sobre la independencia... de México y una cierta independencia de adolecentes imberbes. Además de ser ese tipo de maestro, eres una gran persona, por ti me di cuenta qué es en realidad que una familia que gane el salario mínimo le suban 50 centavos en el transporte; investigué del 68 y del EZLN en secundaria, cuando no era lo común, según mi prima de la escuela de monjas, descubrí a Octavio Paz y a Benedetti en una clase de Historia, aprendí técnicas de educación que hoy trato de ...


Isabel Enriquez - Generación 96-99 mal copiar para mis clases o talleres, porque gracias a ti y a Mar se me metió en la cabeza que compartir conocimiento o algún saber es cuestión de humildad, de paciencia, pasión y querer crear un verdadero cambio en mi mundo. Pero además, súmale, que me intentaste dar clases particulares de matemáticas, ¡Pobre de ti! fuiste el primero en preguntarme ¿Qué era el feminismo? me enseñaste que está el ¿qué? y el que, el acento sí cambia la intención de la palabra, que los volantes y folletos tienen un montón de faltas de ortografía, me enseñaste tanto en tan diversas formas (unas a propósito y otras sin que te dieras cuenta) por ejemplo, por tu nariz entendí a que se referían cuando hacían referencia a "un guapo con nariz aguileña" porque no dejabas de describir a personajes de la historia con esa frase, mientras te ponías de perfil, o por ejemplo ahora sé que cuando tu mamá dice "es que se rompió un vaso de la nariz" no tiene que ver con frasco de vidrio sino con un vaso sanguíneo de alguna vez que te fuimos a ver porque tenías "el frasco roto", según yo; te recuerdo en clase, te recuerdo en Acapatzingo, en el CED, que por alguna razón, llevabas un montón de niños en un bocho, creo que a un curso de verano, recuerdo con títeres en mano, con sonrisa abajo de un bigote, con el ceño fruncido y, no estoy segura de por qué, pero te recuerdo agitando tus cachetes también resoplando cosas. Me has dado tanto que de verdad no sé cómo regresarlo, sobre todo en estos momentos me gustaría estar cerca, me gustaría poder abrazarte y a toda la familia y poder reconfortarlos, y no sé cómo lograrlo, pero sólo quiero que sepas que "Usted puede contar conmigo, no hasta dos o hasta diez sino contar conmigo"... Los amo de verdad con todo mi corazón, son mi familia y agradezco ser la prima, hija de la descocada Marrrrrgarita Saravia. Saludos y sonrisas Isabel la manguera Isabel Enriquez.


Eduardo Beltrán - Generación 92-95

"Herme me enseñó que un maestro puede ser amigo, y que no hay mejor amigo que mi maestro". Eduardo Beltrán.


Nuriyah Costa-Laurent - Generación 88-91

Mi queridísimo Herme, Sólo quiero que sepas que los tengo a ti y tu familia en mi corazón, en este momento y siempre. Fuiste una persona importante en mi formación; sigues presente, si bien a distancia, después de todos estos años y solamente quiero aprovechar para darte las gracias por haber compartido conmigo, con nosotros, tus enseñanzas y esa parte de tu vida. Sé que una parte de lo q soy hoy te la debo a ti. Te mando un abrazo tan fuerte que lo sientas a través de las palabras escritas y recuerda que si en algo les puedo ayudar, estoy, siempre. Con todo cariño, Nuriyah.


Ricardo Romero Grovas - Generación 94-97 A la ECC: Fuimos parte de un pequeño sueño. Una casona derruida, atrás en la terraza jugábamos los del Kinder entre raíces salidas. Adelante los de primaria se tiraban boca abajo esquivando piedras imaginarias en los simulacros herencia del 85. El bungalow era privilegio único de los de segundo de secundaria, mientras los de tercero y primero compartían unos cuartos largos con closets y vecinos a los baños. La alberca vacía era límite prohibido para todos. Javier hacía correr a los adolescentes para arriba y abajo de unas escaleras adoquinadas totalmente deformes. Crecimos juntos ahí, frente a la Casa de Campo aledaños al Parque Revolución. Ya iba en la secundaria, cuando un día nos sacaron de esa casa, el mural de los de tercero qudaría junto con los aros de basketball testigos del implacable tiempo. Cada vez que pasaba por ahí, me subía a la barda y miraba mi vieja casona llena de mensajes al futuro. Nos fuimos a Laurel, a un edificio real de escuela, sin raíces salidas ni vahos de casona señorial decimonónica. Rafael y Mónica se casaron, Oscar encaneció la barba, Herme creció en todos nosotros como ejemplo de esperanza. Arturo se quebraba con versos y un bigote anticuado al enseñarnos álgebra. Paty iba y venía. Rene irreductible nos enseñaba de estética, desterrando de nosotros en parte los estúpidos prejuicios. Los de Secundaria ocupábamos el segundo piso, dominábamos el patio a vista de águila. Herme nos metía el gusto por la lectura, me resuenan todas la columnas de la Jornada con ganas de dejar de una vez por todas el sistema de castas en nuestro jodido país, la lucha por los derechos indígenas con nombre de Zapatismo marcó al ritmo de Café Tacuba ese periodo. Los alumnos de las demás escuelas nos miraban con recelo; el pelo largo, los aretes, los libros, ya algún tatuaje y el ser amigos de nuestros profesores eran territorios solo nuestros.


Ricardo Romero Grovas - Generación 94-97 Estaba teóricamente castigado en el salón del fondo, donde podía leer y estar sólo, desde ahí veía un partido de kickball, Diego sobre una llanta custodiando la tercera base, brincaba a intervalos con su enorme cuerpo, fue la última vez que lo vi. Partió en un accidente de tránsito. Lorena ya nos había enseñando el dolor de la pérdida, y ese año nos caló hondo, murió mucha inocencia, tuvimos que crecer demasiado rápido. Después escuché de Chamoy, él era de la vieja guardia, de esas oscuras generaciones de nuestros hermanos mayores: Rodrigo, Carolina, Danida, Adam, etc. La muerte visitaba más de lo que debería a nuestro pequeño sueño. Hoy me entero de otro golpe, y la noticia no me deja ya trabajar, tengo una urgencia por escribir, tengo que decir algo, aunque esté lejos. Tengo que decir algo por Paula, porque compartió ese pequeño sueño conmigo, porque su padre fué la figura más importante de mi época secundaria. Tengo que escribir porque hasta hoy no puedo hablar de las cosas duras, estoy lejos geográficamente, quisiera estar ahí, con esa gente que sé comparte el recuerdo de sensaciones e imágenes. Con esa gente que sé que hoy comparte el dolor que me llena y que me hace llorar sobre este tablero. Que estúpidos somos para esperar que el dolor nos invada para decirnos las cosas, Herme joder no tengo pinche idea de como agradecerte tanto y tampoco tengo idea de como darte ánimos para darle para adelante. Chaqueto, Kimberly, Pompa, Doble, Isra, Patrón, Xóchtil, Marisa, Danaida, Chiara, Isa, Cáscaras, Pujols, Zitzi, Circe, y decenas de etcéteras, gracias por haber crecido conmigo en esa vieja casona o en ese edifico feo de San Antón. P.D. Carnalita, como muchas de las extrañas cosas de nuestras vidas de herradura, este pequeño sueño también lo compartimos nosotros. Ricardo Romero Grovas.


Paloma del Razo - Generación 93-96

"Sin duda marcaste mi adolescencia y gracias a ti amé la geografía, la historia y tuve buena ortografía. Recuerdos son los que quedan grabados en el corazón y tengo muchos. Gracias gran maestro por tenerle paciencia a estos imberbes ... Hiciste historia en cada uno de nosotros. Te queremos y te tenemos en nuestro pensamiento con toda la buena vibra y mucho cariño!!!! .." Paloma del Razo.


Pamela Suarez - Generación 91-94

Hace veintitantos años éramos unos niños. Unas esponjitas que escuchaban y aprendían. Los años nos hicieron hombres y mujeres y de repente sin saber y sin pensar, lo que aprendimos de niños resuena fuertemente en nuestra mente. Nos ayuda a tomar decisiones y nos recuerda cuánto amor tuvieron para nosotros en nuestra escuela. Tuvimos la enorme fortuna de ser importantes. Tuvimos la ventaja de aprender a pensar y a defender nuestros puntos de vista. Los años pasan, la distancia nos separa, ya casi nada tenemos en común. Pero el recuerdo, el amor y el agradecimiento nos vuelven a unir. Como si fuéramos otra vez esos niños inocentes escuchando a nuestro maestro. Cada éxito y cada pena que pasamos cualquiera de nosotros, es de todos. La vida es dura y ahora para aprender hay que tropezarse una y otra vez. Pero si volteas a tu alrededor, verás que no estás solo. Hay toda una legión de hombres y mujeres a tu lado. Estás en nuestros pensamientos, estás en nuestro corazón. Formas parte de nuestra vida porque al ser nuestro maestro, lo hiciste con amor y con verdad. Te diste a ti y nosotros te recibimos. No importa la distancia, el amor no la conoce. Por todo el mundo, estos hombres y mujeres que ahora somos adultos, estamos unidos gracias a ti. Gracias a los buenos maestros como tú que nos enseñaron a pensar. Que nos hicieron hombres libres y con la certeza de que no nos debemos conformar con migajas si no luchar por nuestra felicidad. Pamela Suarez.


Yáshua Medina - Generación 90-93 Hola Herme Me gustaría compartirte que mi estancia en la escuela ECC fué mi primer encuentro con una escuela libre, abierta y cariñosa, me permitió ser y saber más de mí, pude sentirme más segura protegida y querida, mi experiencia en otras escuelas había sido muy distinta y tú como parte de mis profesores colaboraste mucho a que yo sanara mi relación con los estudios y los retomara desde otro enfoque y lugar, siempre recordare mi año en esta hermosa escuelita como algo sanador para mí, sin saberlo Cuernavaca y esta escuela significarían un gran cambio en mi vida y siempre serás parte de eso. Después fui al Tec y de ahí a la UIA y por fin me convertí en muy buena estudiante jajajaja, encontré mi gran amor la psicología y de ahí no paré, estudie una maestría en psicoterapia Gestalt y varias especialidades que me ayudan a desempeñarme como terapeuta individual y de parejas, soy muy feliz haciendo lo que hago. Vivo en Morelia con mi esposo, un investigador de la UNAM, me case hace 2 años pero ha sido mi pareja por 16, es un español que conocí en un intercambio en Madrid que ama México y lo adopto como su tierra, aun no nos animamos a tener hijos a mis 39 jajaja pero tenemos 4 perros gigantes que hacen feliz nuestros días. Sigo bailando, la danza sigue siendo mi amor platónico y una parte muy importante de mi vida, ahora me dedico al flamenco y al bellydance. Esto es un pequeño resumen de mi vida y te lo comparto con el ánimo de darte una sonrisa al saber lo que con tu aportación ayudaste a construir… Sé que ahora estas pasando por un momento que ni siquiera logro vislumbrar, sólo te diré que a lo largo de tu vida diste mucho de ti, mucho amor y estoy segura que esa energía de amor ahora vuelve a ti con fuerza para sostenerte y bendecirte.


Yáshua Medina - Generación 90-93 No sé si creas en Dios o en la vida tras las vidas, pero en mi experiencia esto no termina aquí, y lo que sigue sin duda es mucho mejor, el encuentro con los que amas y han partido será algo inminente, es solo cuestión de esperar y tolerar la ausencia sabiendo que ahora un bello ángel acompañará tu vida. Deseo que el amor de todos los que te pensamos le dé aliento y alegría a tus días… lo deseo con fuerza y lo deseo de corazón. Con mucho cariño, Yáshua Medina.


Adriana Pérez Niño - Generación 92-95

¡Hola Herme! Encontré esta foto tuya entre mis recuerdos... Espero tu corazón se alegre y reconforte con tantas lindas memorias. ¡Gracias por compartir tanto con nosotros! Te envío un fuerte abrazo desde Cd. Victoria, Tamaulipas. Adriana Pérez Niño.


Xóchitl Zúñiga - Generación 93-96

A Herme; Han pasado más años que los que teníamos siendo tus estudiantes en la Escuela de la Ciudad de Cuernavaca. A partir de entonces hemos seguido con nuestra vida, estudiado una carrera no necesariamente en Historia, pero para muchos de nosotros, y me cuento entre ellos, eso no fue lo único que nos enseñaste, en gran medida fuiste una figura muy importante en nuestra formación como individuos. Si hiciera una lista de mis mejores maestros definitivamente formas parte de ella. Pau figura también entre una de las grandes amistades que mantendré siempre presente y vivirá por siempre en los recuerdos que compartimos juntas. Ta mando un gran abrazo a ti, a Margarita, a Rodrigo y a Pato. Xóchitl.



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