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OR:LA

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INNELLEA

INNELLEA

VIVIENDO UN SUEÑO

Texto: Katherine Rodgers Traducción: Helena Bricio Desde organizar fiestas en edificios abandonados hasta actuar en los clubes y festivales más prestigiosos del mundo, el viaje de Or:la, DJ, productora y jefa del sello Céad, ha sido extraordinario. Mientras celebra su victoria como mejor DJ en los premios Best of British de DJ Mag, charla con Katherine Rodgers sobre las experiencias vitales que la han llevado hasta donde está ahora, sobre su álbum debut y sobre la influencia de los sueños que guían su camino.

A Orlagh Dooley se le ocurrió lo de convertirse en DJ en un sueño. En serio. Durante el primer año de universidad, Dooley tuvo una epifanía en forma de "un sueño en el que me veía pinchando... y no había pensado en pinchar nunca. Fue rarísimo.” Dooley se despertó, se descargó un software de DJ gratuito en su antiguo portátil y empezó a pinchar como Or:la. Quizás todos deberíamos elegir nuestras carreras por epifanías, porque parece que a Or:la le está funcionando bastante bien. Para ser una artista todavía en la veintena, ha conseguido hacer casi todo lo que se puede hacer dentro de la música electrónica: es DJ, produce su propia música, dirige sellos discográficos y lleva años organizando fiestas —incluso irrumpiendo en bloques de oficinas abandonados para hacerlo— y todo ello mientras consigue el apoyo de un público internacional cada vez mayor, especialmente en Reino Unido y en Europa.

Durante los últimos años, Or:la ha salido a la palestra con toda la fuerza que la pandemia le ha permitido. Ha estado al mando de la cabina de festivales del Reino Unido como Lost Village y Field Maneuvers, y en clubes emblemáticos como Circoloco en Ibiza, Berghain en Berlín, Bassiani en Tiflis, Printworks y Corsica Studios en Londres, y Nowadays en Nueva York. A pesar de las restricciones globales (y siempre cambiantes) que han frenado el ritmo de sus giras durante aproximadamente el último año, ha conseguido cautivar con su ritmo a miles de personas en grandes sets entre los Además, parece que la industria está recibiendo con los brazos abiertos la energía de Or:la. En 2020 grabó un Essential Mix para el legendario programa de Pete Tong de la BBC Radio 1, y a partir de este mes formará parte de la residencia de tendencias Dance Residency de Radio 1 —compartiendo protagonismo con Goldie, Sama' Abdulhadi, Scratcha DVA, Folamour y LCY— pinchando una mezcla ecléctica de temas dance en la franja prime time de la emisora.

En la edición de 2021 de los premios Best of British de DJ Mag, el público votó a Or:la como mejor DJ de Reino Unido entre los nominados. Se une así ahora a otros ganadores del premio al mejor DJ, entre los que figuran grandes nombres como Andy C, SHERELLE, Eats Everything y DJ EZ. Teniendo en cuenta que Or:la ganó la categoría de DJ revelación en Best of British hace sólo cinco años, esto es un claro indicio de la intensidad con la que brilla su talento.

Or:la es detallista y particular. Habla con un suave acento de Derry y una mirada firme que se desprende de su cabello castaño rizado. Dooley se ha mudado recientemente a Londres, algo que le está gustando, si no fuera por el misterioso ruido que proviene del piso de abajo y que le perturba el sueño. Durante nuestra conversación mientras tomamos un té con pastas, la casera nos informa de que el piso lleva bastante tiempo vacío, lo que deja a Or:la horrorizada.

Or:la creció en Inch, una pequeña isla en la frontera irlandesa del condado de Donegal, en un tramo cinematográfico de costa salvaje conocido como Wild Atlantic Way, quizás apropiado para alguien que está en armonía con lo espiritual. Como era de esperar, en una isla con menos de 500 habitantes, creció rodeada de "pájaros salvajes, praderas, marismas y lagos", y su vecino más cercano era un santuario de aves silvestres. Dooley considera que su aislada educación activó su imaginación desde muy temprano. “En realidad me permitió ser creativa", dice. "Supongo que el aburrimiento es importante en ese sentido. Lo siento por los adolescentes que ahora no llegan a ese absoluto aburrimiento al estar entretenidos constantemente con TikTok, o lo que sea, porque de ahí puede surgir mucha creatividad".

Or: la

Sedientos de entretenimiento, ella y sus hermanos recurrieron a la música para mantenerse ocupados. Sus primeras creaciones estaban muy influenciadas por el "country y el western" —un género muy popular en la Irlanda rural—, pero su primer flechazo musical fue la canción de UK garage de 1999 'Sweet Like Chocolate', del efímero dúo musical Shanks & Bigfoot. Recuerda haberla escuchado en la radio mientras daba vueltas sin parar en el jardín emocionada en su bicicleta.

"Recuerdo que pensé que no se parecía a nada que hubiese escuchado antes", comenta Dooley. "Después me olvidé del tema durante mucho tiempo y luego todo el tema del Garage Revival volvió a resurgir; me hizo darme cuenta de que en realidad puedo unir los puntos entre aquella canción y el tipo de música que disfruto ahora. Vamos, que siempre ha estado ahí". A los 13 años Dooley se mudó desde la idílica Inch a la urbana Derry para ir al colegio. En Irlanda del Norte la escolarización sigue estando muy segregada por motivos religiosos y culturales, con un 93% de los niños norirlandeses yendo a escuelas de carácter religioso. Mudarte a una zona con colegios más afines a tu familia suele ser una experiencia bastante común.

"Su primer flechazo musical: fue el tema de UK garage de 1999 'Sweet Like Chocolate''". 54

Dooley fue a un colegio-convento católico, algo que detestaba. Al ser una joven mujer queer (en aquel entonces en el armario), sentía frustración por el antagonismo sin tapujos de la Iglesia hacia el colectivo LGTBIQ+, y al proceder de una familia no religiosa, estas inclinaciones del colegio hacían que se sintiese aislada. Cada lunes por la mañana sus profesores le inculcaban el sermón de la misa dominical — siendo sus amigos quienes le susurrarían las respuestas.

Años después canalizaría ese espíritu rebelde como Or:la, programando sus noches LGTBIQ+ friendly, un esfuerzo que describe dolorosamente como "un antídoto contra la vergüenza y la mecánica que desarrollé en el armario, y para liberar del poder de esa vergüenza.”

“[La vida rural] en realidad me permitió ser creativa… Supongo que el aburrimiento es importante en ese sentido. Lo siento por los adolescentes que ahora no llegan a ese aburrimiento absoluto al estar entretenidos constantemente con TikTok, o lo que sea, porque de ahí puede surgir mucha creatividad".

El paso del campo a la ciudad fue el primer acercamiento de Dooley a la música electrónica y a la escena de clubs de Derry, pequeña pero muy activa. “Usaba un carné de moto falso que tenía y si eso me fallaba, mis amigos y yo nos enterábamos de las fiestas de cumpleaños por la mayoría de edad que había en la zona (por los rumores de la escuela), y nos colábamos en ellas para poder bailar y escuchar a un DJ. En algún punto, alguien decía: "¿Quién es el grupo ese de la esquina?" y teníamos que salir pitando”. Dooley se marchó por su cuenta de Derry al final de la adolescencia para estudiar un grado en Producción Audiovisual en la Universidad de Liverpool. Fue allí en Liverpool donde Dooley tuvo su epifanía como DJ y donde comenzó Meine Nacht, su primera fiesta nocturna que dirigió como Or:la junto con su compañero DJ Breakwave. Meine Nacht era la viva imagen de una noche autogestionada. "No teníamos un local, así que íbamos de un lado a otro buscando sitios que pudiéramos utilizar para la noche", recuerda. "Íbamos a buscar edificios abandonados o tocando puertas. Todo lo hacíamos nosotros mismos, desde trabajar en la entrada hasta limpiar después”. Una noche Or:la llegó a organizar una rave de 300 personas en un antiguo supermercado Co-op ("no creo ni que los propietarios lo supiesen”); también se aliaron otra noche con Felicity Wren, dueña de una galería de arte que a sus 70 años les dejó usar su espacio valientemente e incluso trabajó detrás la barra de la rave. "Lamentablemente ya no está con nosotros, pero era tan dulce y tan acogedora", recuerda. No todas las fiestas fueron algo positivo. Una noche un grupo de hombres empezó a lanzar piedras contra un almacén en el que estaban Or:la y sus amigos, forzando a la multitud a huir por un muelle de carga de camiones. En esos primeros años en Liverpool entendió muy bien qué tiene que tener una fiesta en condiciones. "Fue una experiencia súper formativa: aprendimos de todo, desde instalar sistemas de sonido hasta la limpieza y la seguridad. Hay muchos factores ambientales que intervienen en el montaje de una noche de club y, en definitiva, es nuestra responsabilidad de cara a los demás". No es de extrañar que la pasión de Or:la por crear espacios seguros y acogedores en los clubes se deba también, en parte, a su propia experiencia como mujer DJ solista itinerante.

"Cuando empecé a salir de gira tuve algunas malas experiencias. Había hombres que golpeaban las vallas delante de mí intentando distraerme. Alguien me gritó bien fuerte ‘¡chúpamela!’ durante un breakdown. Ha habido hombres que me han pedido que sonría cuando estoy pinchando... Esto me ha pasado bastante".

Pero una noche, Or:la decidió vengarse. "Me dije a mí misma que si alguien me pedía que sonriera una vez más, apagaría la música. Como era de esperar, algunos chicos empezaron a intentar distraerme diciéndome que sonriera, así que apagué la música y casi se cagan encima. La expresión de sus caras no tenía precio", dice con una gran sonrisa.

OR: LA

Hoy día, Or:la prefiere tocar en "locales queer e inclusivos", donde la gente "no se mete en tus cosas, y no está en tu espacio observándote o tratando de sacarte fotos". Es introvertida por naturaleza y prefiere mantener un férreo grado de concentración durante sus actuaciones, en lugar de hacer teatro para el público. Reconoce que su introversión no hace que ser DJ se convierta en la profesión idónea.

"En el caso de los extrovertidos, el flujo sanguíneo del cerebro se dirige más a la lectura de los datos sensoriales, mientras que en los introvertidos se dirige a la lectura hacia tu panorama interno. Así que para los extrovertidos, ver las caras de la gente durante un DJ set probablemente les llene de energía, cuando para mí es todo lo contrario". Al acabar la universidad, trabajó en bares, cafeterías y en un deprimente call center de la Agencia Tributaria (HMRC), todo ello en Liverpool y sus alrededores. "Los odiaba todos. Especialmente el de la Agencia Tributaria", dice. "Estaba en un edificio grande, lúgubre y plagado de amianto atendiendo reclamaciones durante todo el día". Después de dejar la oficina de la Agencia Tributaria, también probó suerte vendiendo entradas durante una temporada en Ibiza. "Fue una experiencia reveladora, pero era muy, muy mala en mi trabajo", se ríe. "Me apañé como pude, pero acabé quedándome sin dinero. Incluso me planteé robar patatas fritas en el Burger King del aeropuerto cuando íbamos de camino a casa".

Or:la se juró que solo volvería a Ibiza si la contrataban para pinchar — algo que ocurrió apenas unos años más tarde, en 2019 en el DC10—. Como en la mayoría de trabajos horribles, aunque sus inicios profesionales fuesen desagradables, también le resultaron instructivos. "Al final me alegro de algún modo de que todo fuera tan horrible, porque si no, no me habría esforzado tanto por intentar triunfar en la música”. Cuando volvió a su casa en Derry, Dooley siguió haciendo música como Or:la. Consiguió llamar bastante la atención después de subir su despojado remix del clásico himno de Beyoncé al amor propio, "Me, Myself & I", a un portal de descargas gratuitas. Y en 2016, encontró el oro: los tres temas originales que envió al dueño del sello Hotflush, Scuba, se firmaron y se convirtieron en ‘UK Lonely', su primer EP como Or:la.

En muchos sentidos, ‘UK Lonely’ es una carta de amor a la música electrónica de Reino Unido. Suena al mismo tiempo al pasado y al presente, tomando elementos familiares de la música dance y fusionándolos hacia nuevas y distintas direcciones. 'Limbosoup' tiene sus raíces en el funky del Reino Unido, aunque introduce algunos giros sonoros inquietantes: hay un sintetizador arpegiado fuera de lo normal, y un sample repetitivo de lo que parece un teléfono sonando bajo el agua. En la época del lanzamiento de ‘UK Lonely’, Or:la se lanzó a la idea de convertirse en jefa de un sello, fundando el sello exclusivo de vinilos Deep Sea Frequency (junto con Breakwave), que publicó música de Carlton Doom, DJ Seinfeld y la propia Or:la. Más tarde, fundó Céad, donde se publican trabajos de artistas difíciles de encontrar, como Lewski y Blu Terra. En Céad hay peculiaridades y artimañas divertidas: la ilustración de uno de los lanzamientos incluye una cita oculta de un filósofo griego, mientras que otros están diseñados con código binario —"¡por si acaso uno de nuestros fans sabe leer código binario!”— y diversos mensajes ocultos.

El lanzamiento más reciente, el séptimo de Céad, es un recopilatorio de cuatro pistas titulado 'MMXXI Inferno'; en él participan los artistas FAFF, Mary Lake, Supreems y Splash Pattern, y todos los beneficios de las ventas se destinan a Afghan Aid. Cuando se publicó en septiembre de 2021, DJ Mag describió el recopilatorio como "un equilibrio perfecto entre robustez y delirio; los ritmos electro y techno desbocados galopan y se sacuden, mientras que las descargas de ciencia ficción, los subgraves y los cortes vocales cibernéticos chisporrotean para lograr el máximo impacto”. Or:la se aventuró a dirigir sellos independientes en un intento de mantener el control creativo sobre su carrera —"no quería tener que depender de otras personas para que me dieran la oportunidad de publicar mi música”— y porque se sintió inspirada por un "cambio de paradigma" que se estaba produciendo en la escena musical de Reino Unido. Hace unos seis años, los sonidos ondulantes del lo-fi house despegaron a lo grande abriendo paso a una nueva generación de artistas con un agudo sentido del humor, una gran tolerancia a la imperfección y un gran respeto por la vieja escuela.

Tras su paso por Derry y Liverpool, Or:la se trasladó a Berlín durante dos años y medio. Sin embargo, no conectó demasiado con la capital alemana de la fiesta. La describe como "una ciudad de almas perdidas y de irrealidad”, y desde entonces se ha asentado cómodamente en Brixton, al sur de Londres. Le encanta su barrio de adopción, y siente una conexión entre éste y otros lugares en los que ha vivido, ya que se describe como alguien que se siente “atraída por lugares con una rica cultura musical así como una historia de conflicto o agitación. Puedes sentirlo en la gente local, y en cómo valoran reunirse para disfrutar de la música".

Aunque el sonido de Or:la es quizás demasiado iconoclasta para encajar en este movimiento, le sirvió de inspiración. "Me demostró que la música de baile no tenía que ser tan rígida ni tomarse tan en serio" dice, "y me permitió tener más confianza en mí misma al darme cuenta de que no hay que hacer mezclas totalmente limpias, ni ser una experta en compresión y ecualización, para publicar música". Su atención al detalle dentro de sus sellos y su propia música se expande mediante su apreciación del misticismo, llenando su trabajo de síWmbolos arcanos e iconografía celta. "Incluyo referencias encubiertas de la historia y la mitología irlandesas en todo lo que hago. Para mí es muy importante mostrar la cultura irlandesa". En las camisetas de Or:la hay ilustraciones de libros de mitos y leyendas irlandesas, y en sus producciones mezcla referencias sonoras muy peculiares. En un tema reciente sin título producido para la banda sonora de la nueva colección del diseñador de moda irlandés Robin Lynch, samplea un telediario irlandés de 1993 donde hablan de una ley que prohíbe la circulación de "caballos en libertad" en Dublín; cosa que parece que debería haberse prohibido mucho antes de 1993.

La música como un instrumento de sanación y reconciliación es un concepto que tiene especial fuerza en la escena musical norirlandesa. Durante y después del conflicto norirlandés, conocido como The Troubles, las noches en clubes desempeñaron un papel fundamental al ofrecer experiencias interculturales a las comunidades católica y protestante, convirtiéndose en una salida para ese hedonismo reafirmante que suele filtrarse en las sociedades post-conflicto.

Esto es algo que ha marcado profundamente a Or:la. Durante nuestra conversación, cita de memoria una frase de “Dancing On Narrow Ground”, un documental norirlandés de 1995 que versa sobre dos grupos de ravers de clase trabajadora (uno católico y otro protestante) cuyos mundos colisionan en el Kelly's, un legendario club nocturno de la costa norte: "Bailaban como nunca antes lo habían hecho. Bailaban para ahuyentar a los malos espíritus, bailaban para salvar sus almas. Bailaron hasta la hora más oscura antes del amanecer”.

Esta tradición de encontrar la liberación y la resistencia a través del hedonismo es algo que Or:la pretende continuar con su propia fiesta nocturna, La Potion. Aunque todavía está en pañales —cuando hablamos, acababa de organizar su primera sesión en Londres y estaba planeando la siguiente—, está dispuesta a convertirla en "un espacio en el cualquier persona pueda ser ella misma y donde sea totalmente libre de etiquetas e identidades impuestas por la sociedad”.

ORLAGH DOOLEY

Este espíritu de rebeldía está presente en la diversidad de artistas que Or:la presenta. Entre los cabezas de cartel figuran el DJ israelí queer Roi Perez, la ecléctica selectora holandesa Elena Colombi y la DJ y productora canadiense Peach, una estrella emergente en la escena club de Reino Unido que tiende a los ritmos dinámicos y enérgicos. Aunque todos los artistas se encuadran dentro de los géneros electrónicos, Or:la combina sus actuaciones con una mezcla variada de artistas en directo, como drag queens y acróbatas, para celebrar febrilmente la vibrante creatividad queer.

Or:la está convencida de que las personas queer y no binarias deberían "tener la oportunidad de ver que pueden ser artistas y quienes están detrás de las fiestas, en lugar de ser sólo parte de la multitud", y señala que, incluso el material artístico de temática mística del evento fue creado por diseñadores queer. Este entusiasmo quizás se deba a su experiencia de crecer sintiéndose "la única gay del pueblo" en Derry, una ciudad escasa de locales y eventos LGBTQ+ históricamente. De hecho, tiene planes de llevar La Potion a Derry, en un intento de aumentar el número de fiestas queer en la ciudad.

"El público irlandés es el mejor, tanto por su energía como por su mentalidad abierta...la escena irlandesa está en un momento increíblemente saludable, así que sólo puede ir a mejor”.

Resulta difícil no sorprenderse por el inmenso sentimiento de orgullo y protección que tiene Or:la hacia su identidad irlandesa, aunque está claro que crecer allí no fue la experiencia más fácil. Es más, la escena irlandesa ha sido amable con ella. Destaca varias organizaciones, como Skin & Blister, un colectivo que sirve de plataforma para las mujeres, personas trans y no binarias en la vida nocturna de Dublín; y Celtronic, un equipo de promotores de música electrónica con sede en Derry, que Or:la reconoce como uno de los primeros colectivos que apostaron por ella y que la apoyaron con entusiasmo desde el principio de su carrera. Lo que a la escena underground irlandesa le falta en escala, lo compensa en vitalidad. El público irlandés es "el mejor, tanto por su energía como por su apertura mental", insiste, y describe la escena de la música electrónica como "un lugar increíblemente saludable que sólo puede ir a mejor". Or:la tuvo una especie de vuelta a casa en el verano de 2021, a pesar de las severas restricciones de la vida nocturna relacionadas con la pandemia, tras pinchar un emocionante y contundente set en el AVA Festival de Belfast.

Sin embargo, de momento Or:la es feliz en Londres y está inmersa en la producción de nueva música. Su álbum de debut, su primer lanzamiento en solitario desde ‘Farewell 24’ de 2017, está previsto para que salga en verano de 2022. Como a muchos artistas, el descanso que le proporcionó la pandemia le ha otorgado ese espacio necesario para centrarse únicamente en su creatividad, en lugar de tener que estar compaginándola con las fechas de sus giras. "Nunca podría haber hecho el disco mientras estaba de gira. Esta situación me ha permitido vivir el momento en lugar de planificar constantemente el futuro, lo que me hace sentir como faros en la niebla. Para ser sincera, antes estaba a punto de quemarme del todo. Pero sé lo privilegiada que soy al poder sacar algo positivo de la pandemia".

"para mi es muy importante mostrar la cultura irlandesa".

Al hablar de la inspiración de su próximo disco, Or:la menciona a Remedios Varo, artista surrealista activa en los años 50 y 60. La obra de Varo fusiona el arte y la ciencia, inspirándose en conceptos y prácticas espirituales como la alquimia, el misticismo y el ocultismo, además de disciplinas científicas como la química, la hidráulica y la física.

Inspirándose en este enfoque multidisciplinar de Varo para crear sus obras, Or:la se metió en un pozo sin fondo, indagando en extraños rincones de Internet y en interminables hilos de Reddit, en un intento por investigar cómo la música "podría utilizarse para crear un bucle entre tu entorno externo y tu subconsciente”.

De toda esta entusiasta búsqueda, Or:la se compró una máquina mental: unos auriculares de aspecto tosco que utilizan ritmos binaurales y luces parpadeantes para inducir diferentes estados cerebrales en los usuarios, popularizados por primera vez en los años 60 y 70 como una forma de "drogas digitales" (ella lo describe "como tomar setas sin tomarlas”).

Or:la tiene la ambición de utilizar estas máquinas mentales en su futuro trabajo y se siente especialmente cautivada por las posibilidades que ofrecen para crear nuevas experiencias musicales comunitarias. La posibilidad de que grupos de melómanos escuchen la misma música a través de estas máquinas mentales "envueltos en sus propios capullos, mientras acceden a una experiencia que es al mismo tiempo personal y comunitaria”, es una idea evidentemente atractiva para cualquiera que se identifique como introvertido.

Otra fuente de inspiración fueron los sueños. Como muchos de nosotros, los sueños de Or:la fueron inusualmente vívidos durante la pandemia, y empezó a prestarles especial atención con la intención de explorar "la dinámica entre los mundos de la consciencia y el inconsciente". Muchos de los temas de su próximo álbum están inspirados en sueños que ha tenido; describe un inquietante sueño recurrente "en el que tengo un chicle atascado en la boca, y estoy tirando de él y tirando de él". Durante nuestra conversación sobre los sueños, Or:la se refiere sin esfuerzo a conceptos como el Automatismo (estilo de arte que utiliza la asociación libre —un tema freudiano—), y el inconsciente colectivo (la idea de que todos los humanos comparten una memoria ancestral común —un tema junguiano—).

El resultado de toda esta profunda reflexión es un sonido notablemente más contemplativo y complejo que sus primeros temas. Mientras que ‘UK Lonely’ es un estimulante viaje a través de la historia dance de Reino Unido, los nuevos temas se alejan de las pistas de baile sudorosas, algo que tiene sentido dado que la mayor parte se hizo durante las profundidades de la cuarentena, cuando salir de fiesta era inviable.

Si bien hay un nuevo tema en producción que se puede describir razonablemente como una bomba —que combina ritmos de batería dub, una línea de sintetizador irregular y un sample vocal del tipo “let me hear you scream!”— la mayoría de los nuevos temas de Or:la tienen otro tipo de enfoque. Una de las demos fusiona relajantes oleadas de sonido electrónico con un fondo que se agita con un ruido sordo en un paisaje sonoro cinematográfico que no sonaría fuera de lugar en una banda sonora de ciencia ficción; otra combina fragmentos irregulares de sintetizador con un patrón de batería nervioso y frenético.

Mientras que gran parte de su música original rinde homenaje a géneros reconocibles de la música de baile fusionándolos, es más difícil identificar las influencias musicales claras de este nuevo trabajo: resulta resbaladizo, futurista y, en algunos puntos, realmente impredecible. Tal vez el único hilo que conecta la nueva música de Or:la con ‘UK Lonely’ son los patrones de batería oscuros con influencias dub, que reaparecen en varias pistas como anclaje para la dispar gama de sonidos.

Dado su interés por la tecnología, no es de extrañar que Or:la se muestre cautelosamente abierta al metaverso y al potencial que tienen las nuevas tecnologías para dar paso a nuevas formas de arte y experiencias comunitarias. "A mí me interesa la forma en la que el metaverso podría presentar entornos más inclusivos en lo que respecta a las discotecas. Podría erradicar por completo la necesidad de seguridad física".

Dicho esto, es escéptica sobre las prestaciones de la tecnología de realidad virtual en la actualidad, y no entra en sus planes a corto plazo montar fiestas virtuales; cree que faltan "unos 10 años" para que las fiestas del metaverso rivalicen con las de la vida real, a pesar de lo que diga Mark Zuckerberg. También está abierta al potencial de la web3 para "transformar la forma en que los artistas se ganan la vida”, aunque, una vez más, se mantiene escéptica y señala que "por otro lado, estas tecnologías perpetúan las ideas del individualismo y dan mucha importancia a la propiedad, lo que obviamente va en contra del espíritu colectivo de las raves”. Es innegable que ser artista es un negocio cada vez más complicado en la actualidad. La caída de los ingresos, los míseros pagos por streaming y el creciente monopolio (y maltrato) que suponen los contratos de los sellos discográficos hacen que muchos artistas busquen vías de escape a la incesante rutina de las giras y de los contratos discográficos en decadencia. Artistas como Or:la presentan una alternativa genuina al status quo, labrándose un nicho mediante un amplio abanico de intereses creativos, conservando su sentido de la curiosidad y un carácter abierto.

Este revoltijo disperso de creatividad que ha desplegado en el último año está dando lugar a una nueva etapa en su carrera, uniendo una serie de proyectos y disciplinas —musicales, artísticas, tecnológicas— con una serie de temas y asociaciones unificadas. En este nuevo año, veremos y escucharemos mucho más de Or:la. Arrancó el 2022 con el inicio de su BBC Radio 1 Dance Residency desde medianoche hasta la 1 de la madrugada; junto con su residencia, también organizará más fiestas La Potion y preparará su álbum y una exposición. "No me limito a un solo estilo", dice, "pero es importante que todo se conecte y se cruce. En un mundo tan binario, es importante abrazar las zonas grises".

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