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Electrónica & Roll

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Regenerador

Folamour

Autor: SERGIO BIFEIS

El house dentro de la música electrónica es un género inmensamente amplio con multitud de ramificaciones de estilos y sub-estilos que además tiene ciertas características según su arraigo en determinadas escenas. Francia, sin lugar a dudas, es uno de los lugares en los que el sonido house se ha desarrollado con sus peculiaridades e idiosincrasia, tanto en un sentido más comercial o mainstream (el famoso French Touch de sonidos filtrados), como en un sentido más underground. Esta última siempre ha sido muy respetuosa con la tradición americana funky y disco, pero dotándola de cierta elegancia y distinción, desde la escena deep house parisina principalmente.

Sin embargo, la creatividad en este terreno parecía haberse estancado echando en falta una regeneración con nuevas figuras que presenten una música, que sin traicionar sus pilares, renueve el sonido con pasión y honestidad. Unas cualidades que suelen surgir desde los colectivos y

los artistas independientes y que podemos personificar en este momento en Bruno Boumendil, mejor conocido como Folamour. Hace menos de dos años este DJ y productor originario de Lyon, que posee conocimientos musicales que le permiten dominar la percusión además de tocar el bajo y la guitarra, era un absoluto desconocido con un par de EPs en sellos franceses y apenas unos cuantos bolos en su ciudad natal. Ahora recorre las cabinas de medio mundo con sesiones improvisadas y desenfadadas llenas de house y disco, que desprenden energía positiva y bastante hedonismo. Hace justamente un año, alguno tuvo que esperar más de una hora de cola para verle en directo en su segunda visita a Madrid, cuando en la primera apenas estuvimos 40 personas. Este es el mejor ejemplo gráfico de cómo ha despuntado la carrera de un artista al que el éxito no se le ha subido a la cabeza, manteniendo un feedback constante con sus seguidores en las redes sociales a los que trata como una familia.

La fórmula de Folamour como productor consiste ofrecer unos temas orgánicos y cálidos con la frescura que aporta su gusto por utilizar instrumentos y no quedarse solo en elementos sintéticos, además de su inteligencia a la hora de samplear. Todo esto quedó refrendado en su álbum ‘Umami’, que fue uno de los discos más destacados de 2017, en los que su espectro musical no se ajustaba exclusivamente a la pista de baile. Algo que volvió a demostrar el año pasado con su proyecto Kimosabe que comparte con su amigo Marc Bianco, adentrándose en la unión entre el house y el jazz.

Ese gusto por el jazz – y también por el soul – volverá a ser el principal protagonista de ‘Ordinary Drugs’, su próximo álbum en solitario que verá la luz en su sello, FHUO, el 1 de febrero. Un doble vinilo compuesto por once cortes que cuenta con varias colaboraciones como las de Wayne Snow, Elbi y Mark Fugazzi. Si ‘Umami’ representaba el equilibrio perfecto que había

alcanzado Folamour como artista y como persona, ‘Ordinary Drugs’ se concibe como una especie de autoterapia, refiriéndose a las pequeñas cosas que en le reportan alegría y felicidad en esos momentos de bajón que todos podemos tener. “Desde caminar por la noche y sentir el aire fresco en mis pulmones hasta fumar un porro en mi balcón viendo el mundo, pueden ser recuerdos, olores, comida, personas”, aclara el músico galo, con ese tono positivo y familiar con el que siempre habla.

Posiblemente estamos ante su trabajo más maduro y adulto hasta la fecha. Por la sensibilidad, finura y delicadeza que transmite podría presentarlo en una sala de jazz sin ningún problema. Un disco que gana enteros con cada nueva escucha y que transmite que en esto del house existen artistas con los mimbres suficientes para regenerar un sonido y que siga siendo atemporal. Folamour, desde luego, es uno de ellos.

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