Medio Vínculo Año III N°2 "El Sentido Cualitativo"

Page 1

ISSN 0718-7750

ISSN 0718-7815


1/2 Medio Vínculo es editada por Doble Vínculo, Revista de Ciencias Sociales de Estudiantes de Sociología de la Pontificia Universidad Católica Cada artículo es responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la opinión de la revista. Esta organización es de carácter autónomo, sin fines de lucro, cuyo objetivo es el análisis y difusión de conocimiento. El Equipo 2012 está conformado por: Mariana Calcagni, Amelia del Villar, Bernardo Mackenna, Natalia López y Matías Valderrama

Diseño de Portada y Diagramación: Matías Valderrama


El Sentido Cualitativo


Índice 5

Introducción al número: El Vitalismo de los Métodos Cualitativos Manuel Tironi

7

Los Significados de la Muerte desde la Vejez. Cinco Historias Sofía Brahm, Florencia Moyano, Paula Serrano y Florencia Pina

13

Volviendo a la tierra Mariana Calcagni, Amelia del Villar y Cristián Valenzuela

19

Significados del éxito en la escena musical independiente en Santiago de Chile Ignacio Cid, Sofía del Valle, Hugo Montes y Felipe Rodríguez

23

La sacralización de sí mismo: un estudio sobre la vestimenta y prácticas del yoga Kundalini Vanja Munjin y Marisol Verdugo

27

Configuración de Relaciones Vecinales en Espacios Reducidos: Los Block Josefa Morales y Berenice Schiele


El Vitalismo de los Métodos Cualitativos: Introducción al número Profesor Invitado Manuel Tironi

ni abajo, sino ahí, en tiempo presente, sucediendo mientras se observa. Digamos que en todos los artículos nos encontramos con el mundo: fenómenos en ebullición y dinámicos, muchas veces irreductibles, enrevesados o recalcitrantes, sí, pero vivos, inquietos y frescos. Y enhorabuena: es ese vitalismo el que renueva la pasión de la sociología, esa pasión por la aventura de descubrir y entender un mundo que siempre será, esperemos por el bien de nuestra disciplina, improbable. Este vitalismo está relacionado con una segunda sensación que dejan los artículos: que de alguna manera, a veces explícita y a veces no, lo social va más allá de lo social. Las historias que cuentan los artículos están pobladas de muchas entidades, y no todas vinculadas a lo que tradicionalmente llamamos ‘hechos sociales’ – entiéndase, como lo definió Durkheim en su famoso tratado metodológico, hechos que sólo pueden ser explicados por otros hechos sociales. Vírgenes y espíritus, sedes sociales en mal estado, turbantes hindúes, patios traseros en Ñuñoa convertidos en huertas: lo social está vinculado a, permitido por y entrecruzado con una multitud de actores, mediadores y revulsivos que no se dejan catalogar de ‘sociales’ dócilmente. La investigación de Florencia Moyano, Sofía Brahm, Paula Serrano y Florencia Pina sobre la muerte es indicativa. Si bien el estudio analiza las percepciones sobre la muerte, deja abiertas una serie de fascinantes preguntas. Cuando la Sra. Marilú nos dice que aparte “del Señor y de la Virgen”, lo primero que verá cuando muera será a su hija, ya que como indica, “estoy absolutamente segura que la Rosario me va a estar esperando el día que yo me muera” (10), ¿cómo introducir la experiencia religiosa en sí, y no como un simple

5

El Sentido Cualitativo

Al revisar los cinco artículos que DOBLE VINCULO publica en el presente número corto de la revista impresa Medio Vínculo, me quedo con varias preguntas, reflexiones y sensaciones. Hay tres, sin embargo, especialmente poderosas. La primera es la agradable sensación que dejan los artículos de estar en presencia de una sociología viva. Efervescente. Inquieta. Vibratoria. Los artículos transpiran ese vitalismo tan propio de la práctica sociológica y que tan bien recogen los métodos cualitativos: aquel ejercicio, sencillo pero crucial, de ir dónde lo social sucede. Ponerse bototos, sacar la grabadora, cargar la Bip! y salir a explorar el fenómeno sociológico en estado puro y candente – con toda su complejidad, suciedad y desorden. Analizar el fenómeno del envejecimiento en Chile explorando cómo cinco adultas mayores viven, imaginan y piensan la muerte (Moyano, Brahm, Serrano y Pina); indagar sobre los cambios biográficos y culturales del Chile actual prestando atención a cómo distintas materialidades –ropas, objetos, espacios – ayudan a construir un self en la práctica de yoga Kundalini (Munjin y Verdugo); estudiar el fenómeno de la segregación urbana en Santiago dilucidando cómo los propios vecinos de una villa en La Pintana conciben las relaciones vecinales (Morales y Schiele); explorar las posibilidades de la ‘ciudad sustentable’ a través de un análisis situado de la gestión de tres huertas urbanas en Santiago (Calcagni, del Villar y Valenzuela); estudiar las dinámicas económicas, estéticas y organizacionales de las industrias culturales cartografiando el modo a través del cual miembros de la escena de música independiente de Santiago hacen sentido de la noción de éxito/fracaso (Cid, del Valle, Montes y Rodríguez). En todos estos casos lo social no está ni antes ni después, ni arriba


derivado cultural, en el estudio de la percepción de la muerte? ¿Debemos entender la poderosa convicción ontológica de la Sra. Marilú, aquella que le hace asegurar un encuentro post-mortem con su hija, como algo que ella ‘cree’ sentir (por defecto estructural de su culturalización) o, por el contrario, debemos respetar y aceptar esa fuerza no-humana (Dios) como empíricamente verídica, al menos para ella? Es decir, ¿podemos relegar a un plano a-sociológico la vivencia corporal y mental real que produce el misticismo o el éxtasis religioso? O dicho de otro modo, ¿sabemos nosotros más que la Sra. Marilú sobre las fuerzas no- o sobre-humanas de la divinidad? El vitalismo de las investigaciones que se presentan en este número abre preguntas sociológicas que, como éstas, me parecen fundamentales para la auto-reflexión de la disciplina. Por último, y en un plano más práctico, las investigaciones muestran una sana diversidad de técnicas. Entrevistas semi-estructuradas, historias de vidas, observación participante y no-participante: las investigaciones, en su mayoría, combinan creativamente dos o más técnicas, logrando buenas triangulaciones y trabajos de campo. Ahora bien, las investigaciones también dejan al descubierto algunos déficits metodológicos, sobre todo en relación al análisis de los datos. La lectura de los artículos deja, a ratos, una suerte de ‘gusto a poco’ y la sensación que se pudieron haber logrado, con el mismo trabajo de campo, descripciones más densas y ricas. Este impasse metodológico está

Revista Medio Vínculo Año III N°2

6

vinculado a los desafíos curriculares que ya ha detectado el Instituto de Sociología en relación a los métodos cualitativos, a saber, consolidar la línea con un curso de pregrado dedicado al análisis e interpretación. Pero la calidad de los artículos que aquí se presentan muestra que en nuestro Instituto se está produciendo investigación cualitativa robusta, innovadora y de alto vuelo.


Los Significados de la Muerte desde la Vejez. Cinco Historias Florencia Moyano, Sofía Brahm, Paula Serrano y Florencia Pina relevancia. A continuación presentaremos algunos objetivos planteados para el desarrollo de la investigación seguido por la metodología y los casos de estudio escogidos. Finalmente presentaremos algunas reflexiones a partir de los resultados obtenidos. Lejos de buscar abordar el tema de forma cabal y definitiva, nos interesa mostrar, a través de la reflexión sobre cinco casos particulares, la pertinencia del tema para la sociología. Se intentará ser un aporte para sacar el estudio de la muerte de los esquemas clásicos de la sociología que la ven como un fenómeno demográfico, abordándola interdisciplinariamente para así captar en mayor medida toda su complejidad de representación. Así, no se la tratará como una variable sino como una referencia conceptual que puede tener diversas caras dentro de las cuales se encuentra la muerte para los ancianos. Aproximación conceptual Definición temática al concepto de la muerte. No es posible admitir una única generalización acerca del concepto de la muerte: al ser un hecho global que abarca diversas perspectivas del ser humano (personal, social, religioso, físico), es preciso señalar desde que perspectiva se aproximará este estudio a la muerte. En primer lugar aclararemos que el estudio que se presentará a continuación no fue abordado ni desde el materialismo –que le otorga especial importancia a la materia, por ende, los fenómenos vitales son resultados de fuerzas físico-químicas-. Ni desde la psicología -que ve a la muerte como un concepto cognitivo-afectivo-. Por el contrario, la aproximación que se tendrá hacia la muerte será fundamentalmente cultural, analizándola como parte de un ideario social que le otorga significado. En palabras de Martha Ligia Caycedo, esta debe ser considerada como un hecho social: “La muerte parece un ejemplo paradigmático de lo que puede llamarse un “hecho social”. Sabemos que tiene lugar en un contexto social, en función de organizaciones, definiciones profesionales de rol social, interacción y significado social. El significado de la muerte

7

El Sentido Cualitativo

Introducción La muerte es la realidad ontológica más determinante en el hombre. Si bien los avances tecnológicos y el aumento en la calidad de vida han logrado enfrentarla o aplazarla, nunca han logrado vencerla. Es así como la muerte se impone como un hecho universal, sin embargo, la forma en que la comprendemos y en que nos enfrentamos a ella puede tener diversas perspectivas que no se acaban necesariamente en un simple hecho de la biología. A lo largo de la historia la imagen que tenemos sobre la muerte ha ido variando influida por las transformaciones sociales y culturales que ha sufrido la sociedad. En el mundo de hoy se habla de una “ausencia de la presencia” de la muerte en la vida cotidiana, un rechazo hacia ella muchas veces asociada con la racionalidad del mundo occidental y la planificación y predictibilidad que se busca en la vida para lograr seguridad. La muerte supera al hombre y trasciende su comprensión. “(…) con la técnicas modernas y las normas de esta nueva tanatología se quiere borrar todo patetismo para que el rostro de la muerte no se manifieste como es. Cualquier simbolismo que evoque su memoria habrá que alejarlo como un espectáculo deprimente, o darle una configuración distinta que cambie su significado y ofrezca otra imagen más suavizada” (López, 1999). En este documento pretendemos mostrar los resultados de un estudio realizado a través de entrevistas a cinco ancianas, para observar la muerte desde su perspectiva particular. El artículo está dividido en seis partes. En la primera se expondrá la aproximación conceptual que se tuvo a la hora de realizar la investigación. En la segunda parte se discutirá la necesidad y pertinencia que tiene la sociología para abordar el tema se la muerte como un área de trabajo sustantiva y con diversas implicancias sociales dadas las circunstancias de desarrollo histórico y cultura que explicarían en gran medida el desinterés por abordar el tema académicamente. Luego, se profundizará en la perspectiva específica que se intenta abordar: la perspectiva de la vejez, y la consiguiente justificación de su


se define socialmente, y la naturaleza de los rituales funerarios, del duelo y el luto refleja la influencia del contexto social donde ocurren. Así, diferentes culturas manejan el problema de distinta manera.”(Caycedo, 2007)

Revista Medio Vínculo Año III N°2

8

rios extensos y visibles, en los peregrinajes a las tumbas y en un “culto del recuerdo”. La muerte fue paulatinamente cobrando una imagen distintas, de ser visible y familiar se convirtió en un fenómeno “innominable”, externamente actuamos como si no fuéramos nunca a morir –a pesar de que todos Antecedentes sobre el estudio de la muerte sabemos internamente que algún día moriremos-. Síntesis de la historia del concepto La muerte se ha vuelto problemática y se ha ido Si bien desde los años cincuenta los estudios sobre alejando del mundo de las cosas familiares. Según la muerte desde las ciencias sociales han aumen- la tesis del autor lo que ha sucedido es una invertado (Rodriguez, 1998) aún no ha dejado de ser sión de la relación con la muerte, en el siglo XIX un tema tabú. Según Marta Allué (1983), la muerte se daba un desdén por el mundo y de ahí venía la nunca ha sido en sí misma un objeto de estudio visibilidad de la muerte, sin embargo hoy habría o un fin, aún cuando ha sido un medio y vehículo ocurrido un desdén por la imagen de la nada y para las investigaciones de prehistoriadores y ar- una exaltación consiguiente de todo lo mundano. queólogos: Hoy, la muerte llega por sorpresa, al individuo se lo debe preparar y por ello su aceptación depende La muerte es negada y continúa siendo desplazada especialmente de quienes lo rodean: no sólo en los campos de estudios sociales sino, “Cuanto más avanzamos en el tiempo y más ascendeespecialmente, en la sociedad. Según Eduardo Ló- mos por la escala social y urbana, menos proximidad pez, a la muerte la hemos expulsado de nuestra so- de la muerte nota el hombre, más hay que prepaciedad, no queremos descubrir ningún vestigio que rarlo y, por consiguiente, más depende de quienes lo nos recuerde su presencia. “Todos somos cómplices rodean.” (Aravena, 1993) de alguna manera, o nos dejamos seducir a gusto por Lo mencionado anteriormente justificaría el heese ambiente para que en cualquier caso, pase junto cho de que antiguamente la preparación para la a nosotros lo más inadvertida posible.” (López, 1999) muerte no constituía un proceso fundamental Pero así como se la evita, también fundamenta y pues –a diferencia de hoy- no tomaba por sorpreexplica, aunque sin darnos muchas veces cuenta, el sa al individuo sino que era siempre evidente lo tejido de nuestra sociedad. En el mismo proceso que hoy es un disimulo, era solemne lo que hoy ha de evolución del hombre, a éste se le comienza a quedado suprimido. considerar hombre antropológicamente maduro y El cristianismo es sin duda uno de los factores más acabado en el momento en que comienza a en- influyentes sobre la concepción de la muerte que terrar a sus muertos. La pregunta por el hombre tenemos hoy. La fe cristiana daría a la muerte un acaba muchas veces en la muerte y la vida misma sentido de trascendencia pues Cristo muere para se configura y comprende desde ese acontecer fi- salvar a los hombres del pecado y vencer así a la nal y definitivo. muerte. Este hecho no puede ser ignorado pues Si bien ha sido permanente la relación del hombre aunque la fuerza del cristianismo hoy no sea tan con la muerte –pues es un hecho ineludible-, dicha fuerte como fue en otras épocas, sus imágenes, relación ha ido cambiando a través de los siglos. conceptos, instituciones y legados siguen presenCada siglo con su respectivo sistema económico, tes en el mundo secular. político, cultural y religioso, le ha concedido a la muerte un lugar particular, la relación que se tiene Aproximación al estudio del concepto de la con ella ha cambiado así como la forma de perci- muerte en la vejez birla, la actitud frente a ella, las formas de recuerdo y el sentido que se le atribuye. Es así como la Justificación de la perspectiva escogida. muerte no se la puede considerar como un hecho Si bien es cierto que la muerte puede llegar en individual y aislado, sino, como un hecho que impli- cualquier momento o etapa de la vida, lo más coca también una perspectiva social. mún es que ésta aparezca al final del ciclo de la Como prueba de ello, la evidencia histórica nos vida. Esto ocurre especialmente en las sociedades ha mostrado diferencias creencias, rituales, cere- más avanzadas donde las principales causas de monias y conceptos. Philippe Aries (1977) no va muerte han dejado de ser las enfermedades epitan lejos y señala cómo en el siglo XIX la muerte démicas y son especialmente las enfermedades estaba siempre presente: se veían en los cortejos crónicas y tardías, elevando la esperanza de vida fúnebres, en las ropas de luto, en los cemente- de la población y aumentando la proporción de


ancianos en ella (Szot, 2003). Este hecho nos ha llevado incluso a referirnos a nuestro siglo como el “siglo de los ancianos”, la preocupación frente a este fenómeno sociológico nos muestra su trascendencia e importancia (López, 1999). Se puede pensar que es en la ancianidad donde se encuentra una mayor resignación respecto a la muerte, al menos eso es esperable cuando la vida ya está casi completa y se vive de recuerdos sin tener casi ansiedades ni expectativas futuras. Sin embargo el anciano no puede ser visto sólo como una etapa final y definitiva, sino que se quiere ver en toda su riqueza y complejidad, riqueza y complejidad que probablemente sea la misma muerte la que la define pues al parecer, como entendemos la muerte es también cómo entendemos la ancianidad. “Cuando un anciano muere, es una biblioteca que desaparece. Cuando los medios de comunicación y los testimonios escritos faltan, no existe otra posibilidad, para remontar hacia la historia pasada y el conocimiento de los orígenes, que las historias transferidas a través de relatos familiares.... Todavía hoy sabemos que hay que acudir a los mayores cuando se quiere conocer los misterios de muchos misterios que forman parte de la propia familia o tradición y q se escapan a los que viven preocupados por otros intereses inmediatos.” (López, 1999) Dentro del modelo cultural propuesto desde la sociología al análisis de la ancianidad, López (1999) ha propuesto tres perspectivas para ver la vejez: la vejez como condena o exclusión social, la vejez como retiro y pasividad social y la vejez como plenitud e inclusión social dado el valor del anciano como memoria viviente, como libro pare ser contado. Estas tres formas fueron tomadas en cuenta a la hora de realizar el estudio, tratando de contrarrestar la teoría con lo que verdaderamente sucede desde la perspectiva de los ancianos y cómo ellos ven la propia vejez.

a) Comprender la visión que tienen las ancianas sobre sí mismas y sobre la condición en la que se encuentran (vejez): Se buscó comprender la perspectiva que tienen las mismas ancianas sobre la vejez. A través de esto se pudo llegar a conocer de forma preliminar la visión que tienen de sí mis-

b) Conocer las trayectorias de vida por las que los ancianos han pasado para así comprender su visión sobre la muerte a la luz de dichas trayectorias: Una vez comprendida la visión de la propia vejez, pudimos ingresar en el terreno de la propia vida la cuál puede darle significado y sentido a la situación actual. Es así como, desde una perspectiva antropológica, se quiso saber cómo estas diferentes trayectorias de vida van marcando (o no) diferentes perspectivas sobre la muerte. c) Estudiar la forma en que la cosmovisión que tienen las ancianas sobre la muerte afecta la actitud y significados con respecto a ésta: Una vez abordados los planos personales y sociales, el plano religioso y trascendental fue el que completó la comprensión de los significados que las ancianas le atribuyen a la muerte. Es así como, integrando una perspectiva cultural se intentó estudiar la forma en que la sociedad en la que están insertas y la visión de mundo que poseen (fundamentalmente vista desde el plano religioso) puede hacer diferencias en la perspectiva que tienen de la muerte. Descripción de la metodología y de los casos de estudios La metodología escogida fue la entrevista en profundidad ya que lo que se buscó fue privilegiar la voz de los actores permitiendo que sean ellos quienes a través de sus relatos, problematicen el tema de la muerte y exterioricen sus significados con las diversas ramificaciones que éstos tienen. Tal cómo se ha visto la muerte es un tema evadido en occidente, no se habla de ella ni se la ve presente en la cotidianeidad, es por esto que consideramos que era posible que los informantes previamente a la entrevista no se hayan preguntado acerca de ella y por tanto en un esquema de preguntas y respuestas cerradas posiblemente la idea sobre la muerte no emergería. Para llegar al tema se dejó que el informante profundice en ella, priorizando el diálogo consigo mismo y con sus significados, a su vez pudimos adecuarnos a las nuevas interrogantes que fueron surgiendo estando abiertas a nuevos temas y subtemas. Todo esto privilegiando la mirada antropológica-cultural con la que se pretendió abordar el tema. Algunos inconvenientes planteados de antemano con los que nos podíamos encontrar en el desa-

9

El Sentido Cualitativo

Pregunta y objetivos La investigación realizada intentó responder a la pregunta sobre el significado de la muerte desde la perspectiva de las ancianas. Para responder a ello abordamos los siguientes objetivos:

mas ante la muerte en relación a su comprensión sobre la vejez.


rrollo de la entrevista fueron la dificultad de entrar en una confianza lo suficientemente robusta como para conversar de un tema como la muerte, esto especialmente porque podía develar muchos miedos de las personas, sus fracasos, alegrías, recuerdos. Por lo mismo se priorizó la confianza como un tema central para lo que se invirtió tiempo y disposición de parte del informante como del entrevistador.

Revista Medio Vínculo Año III N°2

10

cia, tal tabú escondido, tal miedo a hablar de ella. Si bien muchas veces para referirse de la muerte las señoras utilizaron palabras sutiles o simbólicas comprobándose en parte la tesis de López (1999) “hubieron muchas pérdidas” nos decía Carmencita, nuestras señoras no se mostraron reacias a hablar del tema, muchas lo trataron con soltura dejando en evidencia que ésta si era un tema presente, al menos en cierto sentido, dentro de sus vidas. Aravena (1993) indicaba que la aparente ausencia de Para el trabajo de campo se eligieron a los infor- la muerte en la vida de las personas hacía responmantes con las siguientes características: i) Muje- sables a otros por la preparación para ella, son los res, ii) Mayores de 70 años, iii) Con algún vínculo otros quienes nos deben decir y ayudar a morir ya con las investigadoras y iv) De tres comunas dis- que en un mundo absolutamente ajeno a la “imatintas de Santiago (Recoleta, las Condes y Macul). gen de la nada” (Aries, 1977) todos vivirían como Se llegó a las informantes por medio de contactos si no fueran a morir. personales y se les realizó la entrevista en sus pro- Sin embargo la muerte nos pareció que estaba pias casas buscando un ambiente de familiaridad. asumida, al menos se tenía conciencia de que todos algún día iremos a morir. Así, la preparación Presentación de algunos resultados: no está a cargo de los demás sino que se podría inRelato de las cinco historias vertir dicha relación y decir que la preparación de la propia muerte implicaría preparar a los demás para la partida propia. Así, al hablar de la muerte El tema de la muerte fue más fácil de abordar que no se podía evitar hablar de los demás, y la muerte lo pensado, especialmente con aquellas que ya ha- se nos presentaba entonces como una muerte inbían reflexionado sobre él, ya sea por experien- eludiblemente social. La sociabilidad de la muerte cias de vida de muerte de cercanos o por estudios la pudimos ver en tres aspectos: En primer lugar, realizados que les han permitido profundizar en en el deseo de despedirse de quienes han querido el tema. antes de morir “Yo quisiera morir así claro, mientras Las cinco historias, que nos contaron cinco ancia- más hijos cerca mejor” nos decía Helen, al igual que nas, tienen cada una su propia particularidad, sin Carmen, quien declara que “me gustaría que estuvieembargo hay aspectos en los que se parecen bas- ran ellos (sus hijos) al lado mío, ese día, para despedirtante también, sobre ellos nos referiremos a con- me de ellos.” En segundo lugar en el miedo a morir tinuación. Tres aspectos son los que considerare- donde se temía más a quienes quedaban atrás que mos con especial énfasis: a) las relaciones sociales a la propia muerte individual “Los que se quedan, que nos permiten comprender la muerte como un no los que se van... A mí los que se quedan me matan hecho social, b) las experiencias de vida y la com- el corazón, el alma” decía Marilú, no muy distinto prensión del mismo ciclo de vida que otorga a las de lo que declara la señora Helena “También me señoras una perspectiva particular y c) la religión gustaría que mis hijos no se pusieran tan tristes, pero como una constante transversal en la compren- bueno es normal que uno se ponga triste cuando alsión de la vida y la muerte. Revisaremos cada uno guien importante muere” y, en tercer lugar, en la esde estos aspectos desde las historias escuchadas. peranza de aquello que está después de la muerte: los seres queridos, el encuentro, el retorno a la a) Hacia las relaciones sociales sociabilidad perdida por la misma muerte, y el meLa sociabilidad no estuvo contemplada del todo a jor ejemplo es Marilú “ (…) Y mi mayor esperanza la hora de empezar el estudio, si algo pudimos ver es que el día que yo me muera, lo primero que yo voy revisando la bibliografía previa era que la muerte a ver fuera del Señor y de la Virgen, va a ser a mi hija. hoy en día se caracteriza precisamente por estar Yo estoy absolutamente segura que la Rosario me va a excluida de los social, ésta sería un “fenómeno in- estar esperando el día que yo me muera (…)” . nominable” (Aries, 1977) no estaría presente en la vida visible, sus signos serían eliminados (Baudri- Es así como la muerte dejaría de lado una forma llard, 1994) y nos encontraríamos así ante la “au- de sociabilidad para dar paso a una nueva, y, sin sencia de la presencia de la muerte” (Aries 1977). embargo, existiría cierta continuidad entre ambas Pero la experiencia nos hizo cuestionar tal ausen- formas de sociabilidad donde su vínculo podría ser


la fe, es decir, la fe sería aquella que perpetúa la sociabilidad poniendo en contacto a los vivos con los muertos. Esta sociabilidad que permanece podría verse por ejemplo en la confianza de Carmencita de que su hijo la ayudó a pasar sus exámenes o Marilú que cree poder ayudar a los vivos una vez que ya haya muerto “(…) Yo no creo que yo vaya a estar mirando a mi familia desde una nube, pero sí que los voy a poder ayudar si es necesario (…)”, esto comprueba lo indicado por Elías (En Basterra Pérez, A. 2009) quién señalaba que una relación puede permanecer a pesar de que una de las personas de dicha relación ya haya muerto. Todo esto nos lleva a pensar que hablar de la muerte como un hecho social, tal como lo hacía Caycedo (2007) es algo bastante cercano a lo que sucede en la realidad, al menos en la realidad vivida por estas 5 señoras.

c) La religión Sin generalizar a todas las religiones y sus concepciones sobre la muerte, las cinco mujeres si fueron reflejo de una tradición religiosa particular: la religión católica. La religión cambia absolutamente la concepción sobre la muerte la cuál no se ve como un estado de sueño tal como indicaba Aries (1977) sino que se ve como un fenómeno positivo, que puede ser aceptado, que a veces es querido y que trasciende la propia vida (tesis de López). Es así como el efecto que pudimos ver de la religión a lo largo de nuestras entrevistas, es un efecto radical, transformador y entrega una cosmovisión total y coherente sobre sus propias vidas. La fe, así como se mencionó anteriormente, constituye un vínculo de unión entre aquellos que ya murieron y aquellos que no han muerto, pero no sólo eso, ésta también podría explicar la forma tranquila y meditada en que hablaban de la muerte, como un evento que se sabe que llegará algún día y que no asusta lo que vendrá pues se cree que aquello que vendrá será un buen lugar “(…) Es como un paso a una vida mejor que esta; sin dolor, con felicidad, con paz. Me la imagino luminosa fíjate, no sé por qué con luz cálida (...)”. La preparación de la muerte pensamos que sólo podrías estar presente cuando está presente la religión, pues es un prepararse no para un fin si no para una nueva vida, nueva vida que se definiría y se ganaría en la vida terrena “(…) La verdad es que no pienso mucho en eso, no pienso mucho donde me voy a ir. Lo único que sé es que no voy, no quiero ir al infierno, confío, que voy a ir al Cielo (…)”

11

El Sentido Cualitativo

b) Experiencia y ciclo de vida Sin duda que uno de los aspectos más decisivos a la hora de seleccionar a la vejez como objeto de estudio para referirse a la muerte fueron los años vividos, las experiencias pasadas y la escaza vida por delante. Así, un camino de más de 70 años recorridos pone a las señoras en un lugar particular con una mirada particular sobre su propia vida y sobre la muerte. Fue interesante contrastar la noción que tenían sobre los ciclos de vida en general y la noción que tenían sobre la propia etapa de la vida, los cuales muchas veces no necesariamente coincidían. Así, las percepciones sobre la juventud/ adultez/vejez no son divisibles por determinados años sino más bien por diferentes estados y posturas frente a la vida. Mientras la juventud se relaciona con la alegría, con la energía y con el bien vivir al margen de las responsabilidades, la adultez sería aquel paso hacia la responsabilidad, hacia el asumir y vivir la realidad. La percepción que tenían las señoras sobre la juventud y la adultez coincidían con las clasificaciones realizadas por Eduardo López (1999) quién indicó que hasta los 25 años se viviría de ilusiones y entre los 25 y los 50 años se vive de realidades y se asume la vida. Sin embargo, la clasificación que se entrega para los períodos posteriores no coinciden con la imagen de las señoras, López indicó que entre los 50 y los 75 años se viviría sólo de recuerdos, pero la experiencia nos mostró como estas cinco mujeres tenían aún proyectos, proyectos de ver los frutos de sus años recorridos, de realizar nuevas cosas, de viajar, de terminar las metas propuestas, como la Carmencita que terminó su cuarto medio a los 66 años, o Helen, que esta

ahora remodelando su casa para poder vivir mas cómodamente. Este querer hacer y querer vivir podría ser contrario a la percepción que ellas tienen sobre la misma vejez alejándose muchas veces a ellas de dicha condición. La vejez se les presenta como cansancio, enfermedad, liberación de responsabilidades, perdida de vitalidad; pero ellas no serían aquellas cansadas ni aquellas enfermas si no que serían otras personas, quizás de la edad de ellas, que sí tendrían dichas características. Así, la mirada de la propia vida y la mirada de lo que significa la etapa que supuestamente estarían viviendo no siempre coincide, no siempre coincide pero a veces sí. La vejez se asume por experiencias, experiencias muchas veces referidas a una liberación de responsabilidades (regalonear nietos en vez de educar hijos, dejar el trabajo, etc) esto nos haría acercarnos una concepción particular de la vejez abordada por López (1999): La vejez como retiro, descanso, despreocupación.


Conclusiones Una de las mayores contribuciones del estudio ha sido identificar a la muerte como un fenómeno multidimensional, que no puede ser abordado únicamente desde una perspectiva biológica y de la salud. Comenzaremos buscando comprender la perspectiva que tenían las cinco señoras sobre la vejez para tener así un acercamiento preliminar de la visión de sí mismas ante la muerte. Pudimos ver que las señoras se refirieron a las características propias de la vejez como características no necesariamente propias de ellas, vieron la vejez tanto como impedimento como liberación de responsabilidades. Esto fue contrastado con la forma en que ellas se miran a sí mismas y la etapa que están viviendo, ellas se refirieron casi siempre de manera positiva, asumiendo que ya se estaba en la vejez pero no por la presencia de las características propias de la vejez sino más bien por ciertos hitos de sus vidas que las llevaron a liberarse de responsabilidades propias de la adultez y las llevaron a un estado distinto donde el vivir el presente es fundamental. ¿Cómo se podría relacionar todo esto con la muerte? Principalmente su condición se relaciona con la muerte pues lo que ya han vivido les entrega experiencias relacionadas con la muerte que las lleva a percibirla como más cercana, más presente. La muerte no se torna una escapatoria de una realidad y etapa que no quieren vivir si no que es un paso más a los que todos deben llegar y ante la que se enfrentan en igualdad de condición.

Revista Medio Vínculo Año III N°2

12

Por último, quisimos estudiar la cosmovisión que se tenía sobre la muerte, en este aspecto, el plano religioso y trascendental probablemente completaron la comprensión de los significados que las señoras le atribuyeron a la muerte. Es así como, la cultura principalmente cristiana en que las señoras están insertas, sus historias personales de fe, sus creencias y sus visiones del mundo ofrecen una perspectiva nueva para ver el fenómeno de la muerte. Así, en términos valorativos la muerte no es necesariamente negativa como se ve desde una perspectiva biológica o médica, si no que puede ser vista como algo positivo, bueno y querido; la actitud derivada de ello cambia pues, la muerte deja de ser temida y, si bien no es querida muchas veces, si es algo aceptado y asumido con tranquilidad. Referencias

Allué, Marta (1983) La muerte en las ciencias sociales: Una Bibliografía. Barcelona: Institut Catalá d´antropologia. Aravena (1993) La muerte desde el mundo de los niños. Santiago de Chile: Pontificia Universidad Católica de Chile. Aries, Philippe (1993) El hombre ante la Muerte. Madrid: Editorial Taurus. Baudrillard, Jean (1994) El intercambio simbólico y la muerte. Monte Avila editores, latinoamericana. Caycedo, Martha (2007) La muerte en la cultura Respecto a nuestro segundo objetivo que buscaba Occidental: Antropología de la muerte. Revista cocomprender las trayectorias de vida para com- lombiana de sicología, vol.32 prender la misma visión de la muerte en base a Elias en Basterra Pérez, Ángel (2009) La dichas trayectorias vimos la manera fundamental muerte a través del discurso del personal sanitario. en que todo lo vivido y todas las experiencias El caso de las instituciones hospitalarias de Alicante. (especialmente las más radicales como la muerte Alicante: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. de un hijo), llenan de significado la vida actual. La López Azpitarte, Eduardo (1999) Envejecer: experiencia de la muerte de cercanos es quizás Destino y misión. Madrid: Ed. San Pablo la experiencia más determinante, obliga a pen- Rodriguez Rioboo, F. (1998) La vejez y la muerte. sar en la muerte y a tenerla presente para tener Madrid: Universidad Complutense de Madrid. presente también a quién ha partido. La muerte, Szot Meza, Jorge (2003) La transición demográcomo hemos mencionado, no puede separarse de fica-epidemiológica en Chile de 1960-2001. Revista lo social, y así el ambiente que rodea a quién se Española de Salud Pública, vol.77, pág. 605-613. pregunta por la muerte le da respuestas sobre sus características, al pensar en los que podrían dejar, en los que ya dejaron y con los que se podrían reencontrar la muerte adquiere una nueva perspectiva desde la individualidad hacia las relaciones personales. La vida misma transforma los significados y transforma a su vez las relaciones sociales que envuelven dichos significados.


Volviendo a la tierra

Mariana Calcagni, Amelia del Villar, Cristián Valenzuela tudio de la agricultura urbana desde el punto de vista sociológico. Concentrándonos de forma particular en la huerta urbana, cabe investigar cómo este fenómeno modifica las significaciones, prácticas, relaciones y espacialidades que existen en la Ciudad en torno a la actividad agrícola en un entorno urbano. Marco Teórico La dicotomía entre ciudad y campo la encontramos enraizada desde la distinción moderno/tradicional que surge con Ferdinand Tönnies, quien plantea la diferencia entre Gemeinschaft (comunidad) y Gesellschaft (sociedad). En la Comunidad, típicamente asociada a lo tradicional, existe un predominio de relaciones primarias, de instituciones sociales sencillas, de creencias comunes, de un bajo nivel de diferenciación social y, por ende, “un alto nivel de relaciones significativas noinstrumentales” (Williams, 1973: 76). La Sociedad en cambio, está marcada por una fuerte diferenciación funcional y especialización, por relaciones que no son cara a cara y por un contexto de individuos que velan por intereses propios (Tonnies, 2001; Williams, 1973). La Sociedad, aquel espacio de la progresión de la Modernidad, se desarrolla de forma casi homóloga a la vida en la ciudad. Tal como plantea Matthew Gandy, “desde mediados del siglo diecinueve, la experiencia urbana se hizo crecientemente sinónima con la experiencia de la modernidad misma” (2006: 64) . A partir de la consolidación de la Ciudad/Modernidad, una serie de autores de inicios de siglo XX, tales como Georg Simmel o Louis Wirth, estudian el espacio de la ciudad y las cualidades que lo definen. Establecen que la vida urbana se caracteriza, entre otras cosas, por un el encuentro incesante con extraños en el día a día, y “se caracteriza principalmente por encuentros secundarios y no primarios” de carácter “impersonal, superficial, transitorio y segmentario” (Wirth, 2005: 35). Si bien esto supone individuos que actúan más por intereses personales y no para una colectividad, también implica una fuerte dependencia en el ámbito funcional. Como plantea Simmel, “la especialización hace a cada individuo incomparable con el otro, y a cada uno de ellos indispensable en el más alto nivel para el otro” (Simmel, 2005: 24). Dicho fenómeno tiene que ver con la Solidaridad

13

El Sentido Cualitativo

Presentación del Problema Históricamente se vincula a las huertas y a las prácticas de agricultura a espacios extra-citadinos, que se establecen geográficamente fuera de los límites del territorio urbano. Además, suelen asociarse a un estilo de vida, a un tipo de sociabilidad y a una serie de prácticas y funciones totalmente diferentes a aquellas de la ciudad. Sin embargo, en las últimas décadas las huertas urbanas han acrecentado su masividad y su presencia en los medios de comunicación de forma radical no sólo en el Mundo, sino también en nuestro País. Globalmente, una gran cantidad de países ha introducido paulatinamente el tema de la agricultura urbana en sus marcos regulativos y propuestas de políticas públicas, como Brasil, Perú, Holanda, Canadá (Smit, 2001), fomentando esta actividad tanto a nivel institucional como particular. Informes de la FAO (2006) estiman que actualmente aproximadamente 800 millones de habitantes de ciudades del mundo participan de agricultura urbana. Respecto a Chile, aún no existen grandes políticas públicas que lo regulen, no obstante una serie de proyectos de redes de agricultura santiaguina (como Cultivos Urbanos, Permaculturas Urbanas o Huertas del Encuentro), y la emergencia de temas controversiales respecto a la alimentación natural (manipulación transgénica, uso de pesticidas, etcétera) han aumentado el protagonismo de las huertas en el espacio urbano. Si bien, (sobre todo en los últimos años), ha proliferado muchísimo la investigación sociológica en torno a la relevancia de los espacios verdes y/o ecológicos en contextos urbanos, y la forma que influyen en la configuración de la ciudad, no hay gran presencia de bibliografía en las ciencias sociales que trate específicamente el tema de las huertas urbanas desde este enfoque. Si bien entrecruza cuestiones propias de la sociología urbana, sociología rural, sociología de la alimentación y de un serie de otras especialidades, las huertas urbanas han sido principalmente abordabas desde disciplinas más cercanas a las ciencias naturales. Por lo tanto, considerando las diversas controversias actuales que rondan en torno al cultivo de nuestras frutas y verduras, el drástico aumento de población urbana en nuestro país y la centralidad que tiene la actividad agrícola en la producción chilena, estimamos relevante ahondar en el es-


Revista Medio Vínculo Año III N°2

14

Orgánica estipulada por Durkheim, quien dice que la cohesión social se funda en la interdependencia de cada conocimiento diferenciado y especializado que poseen los diferentes sujetos de la sociedad. Supone así la decaída de la autosuficiencia, y la absoluta necesidad de otros para la satisfacción de necesidades a partir de su especialidad. En efecto, este tipo de relaciones se enmarcan en un sistema monetario capitalista, que tal como plantea Simmel, predomina en la ciudad. Hay un vínculo estrecho entre el desarrollo del capitalismo industrial del siglo XIX y el crecimiento y consolidación de grandes ciudades. Mediante la concentración de la producción y el consumo en zonas de alta aglomeración, el desarrollo mercantil se exalta en el contexto urbano (Clark, 1998). Este proceso supuso una radicalización de los fenómenos y las particularidades de la ciudad, tanto físico-espaciales como también psicosociales. Las propiedades típicamente adheridas a lo rural se vieron despojadas del espacio urbano. Como plantea Gandy, “la creciente asociación entre la ciudad industrial y la destrucción de la vida rural agudizó la antinomia entre ciudad y campo. La ciudad moderna se caracterizó como un espacio aberrante que amenazaba destruir los lazos sociales comunitarios” (2006: 65). Asimismo, la caída de áreas vegetativas en la ciudad y la agudización de la especialización laboral generaron una progresiva desaparición de espacios destinados al cultivo de alimentación y la producción agrícola. La agricultura fue expulsada de forma radical del espacio urbano y, en el marco de una economía capitalista globalizada y de una absoluta diferenciación funcional, se circunscribió a áreas espacios externos a las ciudades, dominados cada vez más por la grandes agentes de la industria alimenticia mundial (Susman, 1989). “En el contexto contemporáneo, las visiones anti-urbanas surgen como parte de una crítica ecológica hacia la modernidad (…) combinado con una nostalgia ecológica de un pasado imaginado” (Gandy, 2006: 65). Así, surge una serie de teóricos que hablan que la ciudad sufre una forma de “regreso a la naturaleza”. Si bien surgieron estrategias espaciales de recuperación vegetativa en las ciudades, la bibliografía muestra que se han concentrado principalmente en medidas estéticas vinculadas al paisajismo y al desarrollo de parques (Gandy, 2006). Lo “rural” vuelve en este formato únicamente, abordado desde los espacios públicos, pero no desde las prácticas en sí. Diversas investigaciones han demostrado que existen niveles significativos de hostilidad y desconfianza a la manipulación genética y la trans-

génesis en frutas y verduras (Hallman et al, 2003; Gaivoronskaia & Hvinden, 2006). A su vez, la industria alimentaria ha suscitado críticas debido a su gasto energético y su enorme cantidad de desechos (Horrigan et al. 2002); como también respecto a su enorme uso de pesticida y químicos en la producción de frutas y verduras (Torgnon et al. 1999; Arce & Marsden, 1993). En esta misma línea, ha adquirido un valor social especial aquellos alimentos tildados de “orgánicos”, “locales” y nointervenidos (Murdoch et al. 2000; Arce & Marsden, 1993; Nygard & Storstad, 1998). A pesar de que existe un vacío teórico respecto a la investigación sociológica en agricultura urbana, ésta abunda desde el punto de vista agroecológico y geográfico. La agricultura urbana local se ha visto como una herramienta para contrarrestar las tendencias de la producción industrial de alimentos. Se ha estudiado la manera que genera y re-genera lazos urbanos vecinales presenciales, intensifica la producción de cultivos orgánicos y elimina la dependencia de la cadena productiva (Moreno, 2007). Así, la huerta urbana, como figura epitome de la agricultura urbana, irrumpe no sólo el paisaje artificial y grisáceo de la ciudad contemporánea, sino también produce un quiebre con las lógicas sistémicas de la alimentación contemporánea en la ciudad. En este sentido vemos una resignificación de la huerta en el contexto urbano, dado que ya no existe a partir de una necesidad alimenticia como lo es/era en el entorno rural, sino como agente reconfigurante de lo que significa la ciudad en el contexto urbano (Moreno, 2007). En efecto, a diferencia de lo que ocurre en zonas rurales, la agricultura urbana no se considera relevante al momento de saciar necesidades de hambre, y tampoco supone un aporte significante a la economía de la ciudad (Moreno, 2007; Nugent, 1999). La irrupción del huerto urbano remite a una redefinición de muchos presupuestos incuestionados de la ciudad. Respecto a esta cuestión, Linda Pollack plantea una re-conceptualización del territorio urbano que “incluya a la naturaleza en los espacios cotidianos” (1997: 189) y deconstruya los binarismos existentes en el imaginario citadino (arquitectura/paisaje; ciudad/naturaleza, etc). Supone entonces una relectura de los conceptos definitorios de la urbanidad que fueron abordados en el inicio de este marco teórico. En este sentido, sería, el mismo huerto urbano el catalizador y articulador de fenómenos y efectos sociales, y resignificaciones espaciales. Nos aproximamos a este fenómeno desde los conceptos que nos aporta la Teoría del actor-red


(ANT), que considera lo social no como un factor antecesor de todo, sino como una asociación entre elementos que de suyo son sociales y objetos no-humanos. Lo social emerge a partir de la interacción relacional y el ensamblaje que existe entre dichos elementos, en donde todos tienen agencia, tanto los humanos como también los animales y objetos. Esto significa que cosas (como, en nuestro caso, una huerta) pueden incidir y causar efectos sociales (Latour, 2005). Desde este enfoque, investigadores como Losada et. al (1998), y Rachel Nugent (199), han planteado la manera que espacios verdes, a partir de su misma territorialidad física, reconfiguran la significación ciudadana y las prácticas sociales en la ciudad; desde su impacto en los encuentros entre extraños, en las formas de relajo y recreación, y en la manera de conseguir alimento. En el mismo sentido, Hinchcliffe et al. (2005) analizan el impacto que generan reservas biológicas en las políticas y dinámicas urbanas. No obstante, no encontramos ninguna investigación que abordase las huertas urbanas desde esta perspectiva: desde su cualidad de elemento urbano que influye en la misma configuración socio-espacial de la ciudad. Por lo tanto, nos planteamos el objetivo de identificar la forma que las huertas urbanas en nuestra capital influyen en la configuración de las significaciones, limitaciones y prácticas del espacio urbano.

lidades de la huerta en su contexto. Se efectuaron entrevistas semi-estructuradas en profundidad y observaciones participantes. Además, se llevó registro fotográfico del proceso. Resultados La ciudad se asocia fuertemente a la lógica del desarrollo capitalista industrial y de la producción en masa. Existe temor por parte de las gestoras de las huertas urbanas hacia la fragilidad de las cadenas productivas frente al colapso del sistema económico. Hay un rechazo a la dependencia de la producción masiva de alimentos basada en el anonimato de los actores involucrados en el proceso productivo, en el procesamiento industrial en la producción de alimentos y en la ignorancia de los ciudadanos respecto del origen de lo que se come. Desde esta perspectiva, la huerta urbana es una herramienta que responde a esta desconfianza y que permite disminuir la dependencia con redes de producción industrial y, de esta manera, abordar la desconfianza sistémica. Esto se observa en 3 ámbitos: Practicas, Limitaciones/desafíos y la subjetividad de los individuos.

15

El Sentido Cualitativo

Prácticas Dentro de las prácticas que se desarrollan en torno a la huerta urbana, reconocemos dos grandes focos: el desarrollo de prácticas sustentables y el desarrollo de prácticas comunitarias. La práctica Casos de estudio y Marco Metodológico sustentable refiere a la reutilización de desechos Se realizó una investigación de tipo cualitativa, tanto orgánicos como no orgánicos. “Todo sirve” en donde se estudiaron tres casos de huertos a la hora de trabajar en una huerta, “uno se va diferentes en Santiago. La selección de estos fue alimentando de los nutrientes que se van descoma partir de una estrategia de bola de nieve. No poniendo y todo es más nutritivo”. La reutilización obstante, al momento de haber realizado el tra- de materiales permite la optimización del cultivo bajo de campo, notamos que un patrón común orgánico, mejora la calidad del sustrato y permite de las diferentes huertas elegidas fue su ubicación también optimizar el uso del espacio que en la ciugeográfica: las tres ubicadas en las comunas de La dad es más reducido en comparación con zonas Reina y Ñuñoa, cercanas a la Av. Tobalaba. Por otra rurales. La huerta permite conocer el desarrollo parte, todas las huertas consideradas tienen más de cada especie que se siembra, cuál es su crecide ocho años de existencia. Estudiamos el Huerto miento, el cuidado necesario, etc. Hada Verde (Ñuñoa), que fue creado por Stepha- Las prácticas comunitarias de trabajo y cooperanie Holiman el año 2006; el Huerto Las Niñas (La ción se dan no sólo entre quienes participan actiReina), proyecto iniciado por Bertina Soto el año vamente de tener un huerto, sino también con los 2004; y los Huertos de la Aldea del Encuentro, ad- vecinos. La huerta se transforma una estrategia de ministrados por Julia Franco (iniciativa municipal). ruptura del anonimato entre vecinos de una misNos aproximamos a las visiones de las gestoras ma cuadra y generar instancias para conocerse. y su influencia de la huerta, como también la in- Se crea una relación especial entre quienes tienen fluencia de la huerta misma sobre los actores. Me- huertos y productos orgánicos. Se crea una red diante la investigación cualitativa pudimos captar pequeña de comercio e intercambio de semillas los discursos asociados a las huertas urbanas y, al y productos. Así, vemos que, en realidad, en torno mismo tiempo, contrastar esta información con a la huerta urbana se van generando prácticas que observaciones en torno a las prácticas y materia- cambian el modo de enfrentarse a la ciudad.


Revista Medio Vínculo Año III N°2

16

Limitaciones y Desafíos La huerta urbana inaugura nuevas problemáticas en la ciudad que involucran limitaciones sociales, prácticas, institucionales, y generan nuevos desafíos que buscan construir un nuevo paradigma de vivenciar y hacer “lo urbano”. En relación a las limitaciones espaciales, se afirma que la ciudad tienen muchos impedimentos materiales o físicos para la realización de las huertas: se hizo referencia a la calidad de la tierra que se pretendía cultivar como una de las dificultades mayores, así como la disponibilidad de espacios cultivables. Sin embargo estas limitaciones son superadas mediante la utilización de nuevas estrategias de preparación de suelos u otras que no requieren que optimizan el espacio urbano y no requieren de siembra en el suelo, como los cultivos verticales. Estas estrategias requieren de infraestructura simple, por ejemplo, en la huerta “Hada verde”, la calidad del suelo impedía el cultivo directo desde la tierra pues estaba con baldosas, por lo mismo cultivaban en cajas, con tierra de hojas y compost. El espacio, si bien se considera limitado, siempre aparece la posibilidad de revertir esa condición. En relación a las limitantes institucionales, la huerta se impone como un objeto controversial, en medida que las lógicas comunitarias que circulan a su al rededor, la hacen entrar en conflicto con lógicas de privatización que imperan en la ciudad. En primer lugar, existe el conflicto sobre la propiedad de los terrenos y la dependencia municipal de los mismos. En referencia a esto es que Estela (de la Aldea del Encuentro en La Reina), se quejaba del poco control que tienen quienes cultivan en las huertas, sobre el mantenimiento económico y la continuidad de las huertas, pues ésta depende de la voluntad política del Alcalde. Otro aspecto relevante, es la falta de reconocimiento que existe institucionalmente hacia las organizaciones que hacen agricultura urbana, así la huerta es como un “caballito de batalla”. Para promover un nuevo paradigma de vida urbana, y en ese sentido es que hay una inquietud por ampliar los espacios cultivables. En relación a esta limitación institucional es que surge un desafío relevante o una aspiración de parte de quienes están involucrados en las huertas urbanas: la apropiación de espacios públicos, expansión de áreas cultivables y socialización de espacios privados: mediante la creación de huertas públicas se puede lograr que las personas se involucren y se hagan cargo del espacio público y una manera de que las personas pueden relacionarse entre desconocidos

y hacer comunidad. Por último, es interesante la apertura del espacio privado que se da en el caso de la “Huerta Hada Verde” (huerto instalado en el patio trasero de una casa) hacia la comunidad y la funcionalidad que se le da al espacio. Las huertas instalan un cuestionamiento en relación a la utilización tradicional de los patios caseros, un cuestionamiento en relación a la apertura de espacios privados, y al mismo tiempo un agente de apropiación de espacios públicos. Experiencia subjetiva de la huerta y la tierra La huerta urbana es capaz de transformar la manera en que los sujetos comprenden la ciudad. Es un proceso circular desde la persona como sujeto que crea la huerta y la huerta como objeto que transforma la vivencia de la experiencia urbana. Esa nueva vivencia urbana, genera un cambio subjetivo, una manera distinta de enfrentar la ciudad y de motivar la acción de aquellos individuos que están en contacto con la tierra. La huerta es un objeto de lucha, que al verse en contraste con lo urbano, permite ver los hábitos que la ciudad crea en la persona. A través de la huerta se ve a la sociedad urbana como una sociedad enferma, con preocupaciones banales y sin cuidado por algo fundamental; sus alimentos. Se piensa que hay una sobre posición de los ritmos urbanos sobre los ritmos de la naturaleza, que terminan por dañar y “enfermar” a las personas. En este sentido es que las huertas urbanas, en contraposición a la enfermedad de la ciudad, son un espacio terapéutico, en el sentido psicológico, y medicinal, en el sentido físico. Una ruptura esencial, que provoca la huerta gira en torno a una revalorización del suelo urbano. Esta revalorización, está relacionada a una des objetivación de la tierra. Esta des objetivación implica ver a la tierra como un agente con vida. En este sentido la tierra pasa a ser como un objeto no comercializable ni reducible a lógicas mercantiles. Hay una conciencia muy marcada sobre un ciclo de reciprocidad entre la tierra y quienes la cultivan, por lo mismo hay una fuerte crítica a la sociedad de lo “desechable” y una obligación de reutilizar desechos Conclusiones Las huertas surgen y se constituyen como un agente no humano de subversión a las lógicas relacionales y funcionales de la ciudad. Esto se puede explicar mediante tres fenómenos importantes que se desprenden de la


ni económicamente utilitario. Se genera un nuevo espacio de encuentro, marcado por ambientes espaciales y temporales distintos, que busca propiciar un bienestar y encuentro comunitario y colectivo que trasciende los intereses personales. Por consiguiente, se generan lazos fuertes con todos quienes forman parte de esta red de cultivo de alimentos orgánico; una lógica personal no-conocida en el marco de la alimentación industrial. Este conocimiento personal y presencial intensifica aún más la valoración del cultivo local de alimentos y el rechazo a la producción masiva de alimentos. , Las huertas estudiadas de nuestra ciudad presentan las cualidades disruptivas habituales de las conductas urbanas y de las conductas alimenticias propias de la contemporaneidad, y generan una nueva forma de entender la espacialidad que en la ciudad. Esta investigación nos permite dar cuenta de la importancia fundamental que tienen, no sólo los seres humanos en las interacciones, sino también los objetos y los espacios, como una huerta como ejemplo. Quien está inserto en la práctica de cultivos urbanos es capaz de enfrentar la ciudad desde otro punto de vista, otorgándole agencia a los objetos con los que trabaja. Esta investigación invita a repensar la influencia que tienen los espacios y objetos sobre el actuar humano, y a su vez, la influencia que tiene el actuar humano por sobre estos. En un contexto urbano, muchas veces el individuo pareciera estar atomizado, sin embargo, al dar cuenta del tipo de relaciones que se desarrollan en torno a objetos o espacios, también centramos nuestra atención en las nuevas formas de relacionarse entre los mismos seres humanos. La huerta, en ese sentido, forma parte de una red de relaciones, y media, muchas veces, relaciones entre individuos: las posibilita y fortalece. Por otra parte, el estudio sobre huertas urbanas pone en el tapete una discusión fundamental para los estudios de sociología urbana: cómo se vive la ciudad por parte de sus habitantes. La huerta es condición de posibilidad para que surjan nuevas concepciones y motivaciones para habitar el espacio urbano. La ciudad no es simplemente entendida como un cúmulo de personas atomizadas e individualistas, que velan por el bien propio en el marco de un sistema económico dominante, sino que en ella también se desenvuelve relaciones de cooperación, amistad, cuidado por la na-

17

El Sentido Cualitativo

constitución de las huertas: la desconfianza sistémica que rodea el origen del proyecto, los desafíos materiales que la huerta logra superar, y la articulación de una red de relaciones sociales de carácter comunitario que surgen en torno a la huerta. La desconfianza sistémica básicamente se basa en un rechazo a confiarle la alimentación a la industria agrícola, pues se desconfía de el tratamiento industrial, con insecticidas y usos de transgénicos en los alimentos Junto con esta critica a la producción industrial de alimentos, se critica también la ignorancia de quienes se entregan al sistema, y “ni saben lo que comen”. Frente a esta desconfianza, la huerta se presenta como una salida: la huerta es lo que permite revertir esta relación de dependencia con las lógicas comerciales e industriales de la obtención de alimentos, y es lo que hace que las personas superen la ignorancia, sean autosustentables, y formen nuevas redes sociales de cooperación. Esta desconfianza genera practicas y comportamientos que van contra la ciudad Las prácticas asociadas a las huertas urbanas son fundamentales para lograr realizar esta subversión contra el modelo de producción hortícola. A pesar de que el espacio urbano no es propicio para el cultivo, esas limitaciones físicas son revertidas, mediante la utilización de desechos y realización de simples estrategias que permiten generar las condiciones de cultivo. Hay una nueva forma de concebir las áreas verdes y espacios públicos: se deja de lado la visión decorativa de las plazas, y de los jardines privados, y se reemplazan por la idea de hacer de ellos espacios cultivables. Así en esos espacios lograr generar una comunidad por medio del trabajo en equipo, la cooperación y los intereses comunes. La huerta enfrenta sus limitaciones y cambia la manera de concebir y de usar los espacios urbanos, hace de un espacio decorativo un espacio cultivable. Y es en la misma acción de cultivo que se escapa de la rutina espaciotemporal de lo urbano, y emergen patrones temporales diferentes y experiencias sanadoras y revalorizadoras de lo vegetativo. Socialmente, se produce en torno a la huerta una articulación de relaciones comunitarias entre las distintas personas que integran estas huertas. Hay actitudes de cooperación, apertura a lo desconocido e integración de todo tipo de personas, sin un condicionamiento funcional


turaleza y por el otro. Para los participantes y gestores de huertas urbanas, la concepción de ciudad da un giro, ya no se ve como una limitante, sino como es espacio de encuentro para la cooperación y fomento de proyectos entre quienes tienen un interés común. Así, para ellos resulta fundamental lograr expandir este tipo de proyectos en contextos urbanos. No sólo para vivir de modo más saludable, sino también vivir mejor al estar formando lazos entre quienes antes eran desconocidos, y saber que en la ciudad también se puede estar en contacto con la tierra y con la naturaleza. Referencias

Revista Medio Vínculo Año III N°2

18

Arce, A. & Marsden,T. (1993) The Social Construction of International Food: A new research agenda. Economic Geography. (69, 3), pp. 293-311. Belasco, W. (1989) Appetite for Change: How the counterculture took on the food industry. New York: Pantheon. Clark. D. (1998) Interdependent Urbanization in an Urban World: An Historical Overiew. The Geografical Journal (164), pp. 85-95. FAO: Food and Agriculture Organization (1999), Agricultura 21, Revista del Departamento de Agricultura, Bioseguridad, Nutrición y Protección del Consumidor. Rescatado el 09 de Diciembre del 2011 de http://www.fao.org/ag/esp/ revista/9901sp2.htm. Gandy, M. (2006) Urban nature and the ecological imaginary, en Heyen, N. et al. In the Nature of Cities: urban political economy and the politics of urban metabolism. Gaivoronskaia G, y Gvinden, B. (2006) Cosumers with Allergic Reaction to Food: Perception of the response to food risk in general and genetically modified food in particular. Science, Technology & Human Values (31, 6), pp. 702-730. Gauzin-Müller, D. (2002) Sustainable Architecture and Urbanism: Concepts, Technologies, Examples. Basel: Birkhäuser. Hallman, W et. al (2003) Public Perceptions of genetically modified foods: A national study of knowledge and opinion. Rutgers, State University of New Jersey: Food Policy Institute. Rescatado el 08 de Diciembre del 2011 de www.foodpolicyinstitute.org. Hinchliffe, M. et al. (2005) Urban wild things: a cosmopolitical experiment. Environment and Planning D: Society and Space. (23), pp. 643-658. Horrigan et. al (2002) How Sustainable Agriculture can address the environmental and human

health harms of Industrial Agriculture. Environmental Heal Perspectives. (110, 1) pp. 445-456. INE: Instituto Nacional de Estadísticas (2003) Síntesis de Resultados. Rescatado el 08 de Diciembre del 2011 de http://www.ine.cl/cd2002/ sintesiscensal.pdf Latour, B (2005) Reensamblar lo social. Una introducción a la teoría del actor-red. Buenos Aires: Manantial. Losada, H. (1998) Urban agricultura in the metropolitan zone of Mexico City: changes over tine in urban, suburban and peri-urban areas. Environment and Urbanization (10, 2) pp. 37-54. Moreno, O. (2007) Nuevas Estrategias de Integración Social y Recuperación Ambiental en la Ciudad, en  Revista Electrónica DU&P. Diseño Urbano y Paisaje (4, 11) Universidad Central de Chile. Murdoch et. al. (2000) Quality, Nature and Embeddedness: Some theoretical considerations in the context of the Food Sector. Economic Geography. (76, 2), pp. 107-125. Nygard, B. y Storstad, O. (1998) De-globalisation of food markets? Consumer perceptions of safe food: the case of Norway. Sociologia Ruralis (38), pp. 35-53. Nugent, R. (1999) Is urban agriculture sustainable in Hartford, Connecticut?, Furuseth, O y Lapping, M. Contested countryside: the rural urban fringe in North America. London: Ashgate. Pollack, L (1997) Urban Garden, Journal of Architectural Education Vol. 50, No. 3, pp. 189-196 Simmel, G. (2005) The Metropolis and the Mental Life, en Li, J. y Mele, C. Urban Sociology Reader. New York: Routledge. Smit, J. (2001) Urban Agriculture. The Urban Agriculture Network, Inc, with financial support of UNDP. Rescatado el 09 de Diciembre del 2011 de http://www.jacsmit.com/book/Chap02.pdf Susman, P. (1989) Exporting the crisis: US agricultura and the Third World Economy. (65), pp. 293-313. Tönnies, F. (2001) Community and Civil Society, Cambrige University Press. Torgon, L et al. (1999) Consumers’ attitudes towards regional food products: a comparison between five different European countries. Paper presented for Supply Chains Conference. INRA: Le mans. October 1999. Williams, R. (1973) The Country and the City, Oxford: Oxford University Press. Wirth, L. (2005) Urbanism as a way of life, en Li, J. y Mele, C. Urban Sociology Reader. New York: Routledge.


Significados del éxito en la escena musical independiente en Santiago de Chile

Ignacio Cid, Sofía del Valle, Hugo Montes, Felipe Rodríguez

Introducción Muchas veces, al escuchar bandas de música independientes en bares, tocatas o escenarios similares, surge la pregunta intuitiva: ¿por qué estos músicos, si son tan buenos, no tienen éxito? Este cuestionamiento inicial en torno a la existencia o no de una relación entre calidad y éxito en las producciones musicales de Santiago es el que dio lugar a esta investigación. La problematización de esta relación hizo necesaria, a su vez, una reflexión sobre la noción de éxito, ya que al afirmar que una determinada banda tiene o no éxito, implícitamente se está asumiendo ya una definición de este concepto. Es por esto que la pregunta que guía esta investigación fue formulada de la siguiente manera: ¿Qué conciben como éxito las bandas independientes de Santiago de Chile?

19

El Sentido Cualitativo

Esta pregunta de investigación emerge intrínsecamente con problemáticas por abordar, tanto en el campo, como en la teoría, pues tanto la escena musical independiente, cómo el éxito, son conceptos sumamente diversos y con múltiples interpretaciones. Por un lado, la revisión de investigaciones en el

campo, o en campos similares (Chávez & Fajnzylber, 1997; Batlle, 2010) ilustra cómo el éxito en la música independiente aparece como algo heterogéneo y subjetivo, ya que se relaciona con las motivaciones, opiniones, relaciones y expectativas de los actores respecto a la carrera musical. Por otro lado, Hall (2002, 2005) describe que existen distintos tipos de éxito: éxitos más objetivos o extrínsecos y éxitos subjetivos o intrínsecos. En el caso musical, siguiendo con esta idea, el éxito objetivo sería aquél que agrupa variables que responden a motivaciones extrínsecas, llámese dinero, cantidad de público, eventos realizados, premios obtenidos, apariciones en la prensa, etc. Por otra parte como éxito intrínseco o psicológico se entiende el conjunto de variables que responden a expectativas subjetivas como satisfacción personal, autorrealización, compromiso, cumplimiento de expectativas personales en cuanto a la carrera musical, logro de intención musical, etc. Esta variedad intrínseca del concepto de éxito se ve aún amplificada en el caso de la música, ya que está es también, de por sí, diversa: está compuesta por múltiples géneros, escenas, medios, motivaciones, en suma, es indefinible, como postula Cruces (2004), lo que da lugar a una infinidad de músicos distintos, cada cual con sus propias motivaciones y por ende, sus significados de éxito serán múltiples, sin que no exista un significado de éxito generalizable a los músicos independientes.


Es en estos espacios donde se realizó, por tanto, el trabajo de investigación. El acceso se realizó mediante contactos hechos tanto en las observaciones participantes en tocatas y bares, como a través de contactos con amigos y conocidos. Para responder a la pregunta sobre el significado del éxito investigando estas bandas, se utilizaron entrevistas grupales no estructuradas. La elección de la metodología utilizada obedeció a la necesidad de ocupar herramientas que se acomodaran a las limitaciones presentadas, pero al mismo tiempo que contemplara la complejidad de los conceptos a conocer y no desvirtuara los eventuales significados que se buscaba encontrar en el campo, dando protagonismo a las voces de los actores. Se buscó dar espacio a la improvisación, a que aparecieran interrogantes y definiciones no esperadas, mediante la forma de una conversación no estructurada, sino solo guiada por algunos temas. Además, se optó por la forma grupal de la entrevista, pues los significados que se buscaba recabar eran los de las bandas, significados construidos colectivamente, no solo pertenecientes a Estrategia metodológica un individuo. Estas entrevistas se realizaron todas en un contexto de ensayo de las bandas, por lo Con el fin de responder a la pregunta de investiga- que incluyeron, además de la conversación entre ción, más que delimitar un escenario específico a dos investigadores con todos los integrantes de la estudiar, como típicamente se hace, optamos por banda, una observación de la dinámica de ensayo, elegir ciertas bandas que se encargaron de definir y un conocimiento de la música que cada banda y describir sus propios escenarios. Esta decisión si- toca. Se realizaron cuatro entrevistas grupales, de gue la caracterización hecha por Tironi (2010) so- duración aproximada de una hora, a las bandas Sobre la escena musical emergente, que se da como bresaturado, Tú no eres Sylvia, La Bélica y Magaly. algo temporal, nómada y dinámica. La opción de Estas entrevistas se analizaron mediante la crearealizar el trabajo sobre actores nómadas en lugar ción de códigos para agrupar temáticas presentes de determinar un escenario, es una decisión que en la conversación. Se clasificaron segmentos de conlleva varios desafíos y dificultades, a saber, las las entrevistas según estas categorías, y luego, mebandas independientes tocan esporádicamente, en diante la observación, agrupación y reflexión en lugares cambiantes y con frecuencias irregulares, torno a estas categorías, se desarrollaron conclues decir, estas no están permanentemente tocan- siones. Esta reflexión se basó en buscar patrones do sobre un escenario, y menos aún sobre un es- comunes, o bien diferencias entre las bandas indecenario único, y por lo tanto, no están siempre pendientes entrevistadas, generando conclusiones a disposición del investigador. Al ser altamente que se presentan a continuación. diversas y heterogéneas las bandas no son sustituibles unas con otras, es decir, si la banda objeto Presentación de análisis y resultados de la investigación no se encuentra disponible en un momento que la requiera el investigador, este En primer lugar, las respuestas obtenidas nos perno puede remplazarla, analizando a otra que pre- mitieron caracterizar a las bandas independientes sente similitudes y semejanzas. Siguiendo la noción como aquellas compuestas por músicos no profede Latour de que “no hay grupos, sino formación de sionales, es decir, que no estudiaron música, y que grupos” (Latour, 2008), las bandas independientes no ven en ella su sustento económico, sino que se presentan como una realidad performativa, es solo una fuente de diversión, a la que se busca dar decir se constituyen sólo en la medida en que es- toques de profesionalismo. tán actuando, ya sea tocando en público, ensayan- La primera conclusión que se desprende, luego do, grabando o negociando. del proceso metodológico realizado, tiene relaDado lo anterior, la presente investigación buscó aproximarse al concepto de éxito de las bandas musicales independientes de Santiago a través de significaciones que provinieran principalmente de los mismos individuos involucrados, que desde el momento en que emprenden una carrera musical, hacen emerger significados de conceptos como el éxito o el fracaso de su empresa. En este sentido, se utilizó un prisma teórico con un tinte constructivista que devela la condición performativa del concepto del éxito, dando prioridad a la voz de los actores por sobre la del investigadores. Siguiendo la misma línea, los conceptos teóricos revisados en este marco no se fueron a buscar como tales al campo de investigación, sino que se buscó que éstos emergieran desde los significados de los actores, y la teoría revisada se utilizó sólo como marco para posteriores análisis de los resultados obtenidos en el campo. Este prisma es funcional ya que da cuenta cabalmente del nivel de complejidad del problema planteado.

Revista Medio Vínculo Año III N°2

20


ción con un rasgo característico de la identidad de las bandas, a saber, la diversidad de estilos musicales que comprenden en su proceso creativo. Un ejemplo de esta situación se ve reflejada en las palabras de la vocalista del grupo “Tú no eres Sylvia”, que al referirse a su estilo lo definió de la siguiente manera: “como bien juguera la hueá. Así como... se me imagina como el zapping, cachai? Así como, vai cambiando música.”. En ese sentido, una caracterización como esta, da cuenta de la centralidad, en primer lugar, del estilo musical como un “multi-estilo”, en palabras de los propios músicos, en la medida en que, según un integrante de “La Bélica” “vamos fusionando todos los estilos así como sin tener uno en específico”. En segundo lugar, y como consecuencia de lo anterior, destaca la importancia de la originalidad del grupo. Dentro de las bandas independientes, hay múltiples estilos, “ondas”, que las diferencian unas a otras y los escenarios en los que se mueven, el público al que apuntan, entre otros elementos. “Hay muchos lugares donde tocar pero pocos que sean fieles a la onda de la banda o estilo (…) No sé, puta tenemos unos amigos que son medios rockeros y que están tocando en el Papagayo [salsoteca] puta puede ser entretenido pero nada que ver la onda.” (Diego y Tomás, Magaly). Estos hallazgos respecto a la identidad de las bandas entrevistadas, coinciden con los resultados del estudio de Batlle (2010) sobre las bandas musicales de San Joaquín: no existe una identidad única y generalizable a todas las bandas musicales, no obstante, lo que poseen en común es el autocomprenderse como músicos “underground” e independientes de la industria de la música. Podríamos agregar, en base a lo descrito, que las bandas también comparten la idea de tener un estilo propio, caracterizado por ser una mezcla de múltiples estilos, “una juguera”.

gica independiente, como para su mantenimiento. Es por esto que la hemos catalogado como condición de latencia, necesaria para la subsistencia del desarrollo.

21

El Sentido Cualitativo

Por otro lado, en relación con la pregunta inicial de investigación, una de las presunciones más poderosas que teníamos radicaba básicamente en el hecho de pensar que este alto grado de diversidad en la escena musical emergente se replicaría en una diversidad en la concepción de fracaso. Sorprende, sin embargo, constatar que a pesar de que en alguna medida toda la diversidad que se ha descrito influyó en que cada banda presentara rasgos distintivos respecto al fracaso, un número importante de bandas, la mayoría, presentaron una matriz común respecto a lo que definirían como fracaso. El principal punto en común se deriva a partir de una de las principales conclusiones de la investigación: el hecho de que el “pasarlo bien” sea condición de posibilidad para la existencia de una banda. Producto de esta cláusula podemos afirmar que no existen los grupos fracasados. Una afirmación tan poderosa se entiende desde la lógica de formación de grupos planteada por Latour: la banda fracasada solo es tal en la medida en que no lo pasan bien, cuestión que es justamente su condición de posibilidad, en ese sentido una banda que no lo pasa bien, tiende naturalmente a la desintegración o directamente no es una banda. Pero evidentemente que esta no es una concepción exclusiva de fracaso. Para las bandas que siguen la lógica de mercado el fracaso musical está más asociado a las motivaciones extrínsecas o resultados. El éxito por su parte, en la lógica independiente, es un estado extremo donde debe satisfacerse la condición de latencia de “pasarlo bien” y además de eso, según los reportes en la entrevista al sumarse con un segundo elemento se logran Otro elemento en común entre las bandas es su “tocatas exitosas”. “…como que nuestra idea, y en origen: todas se formaron a partir de un grupo esto estamos todos de acuerdo, es que en el escenario de amigos, que tocaba música para “pasarlo bien”. y haciendo música, la idea es pasarlo bien nosotros y Esta es una condición relevante no solo a la hora los que estén al borde, pasarlo bien” (Tú no eres Sylde la formación, sino que también para la manten- via). En este sentido el concepto de éxito se alcanción del grupo. “Matías: Y salió la raja, lo pasamos za cuando son tomados en cuenta por un público, la raja. Chagal: Sí, estuvo bacán. Drago: Lo pasamos cuando son capaces de transmitirles un mensaje bacán. Rubén: estuvo muy muy buena” “de repente “se conectan” y cuando al mismo tiempo disfrutan tocábamos y había re poca gente pero lo pasábamos de tocar música. la raja” (Sobresaturado). Estas y otras citas apoyan De lo anterior se desprende entonces que el éxito la idea de que pasarlo bien es fundamental en el de las bandas independientes es una situación límimantenimiento de la carrera musical. Es por eso, te que contempla, aparte de “pasarlo bien tocando”, que la condición necesaria de “pasarlo bien” es tan lograr ser tomados en cuenta por un público, o en importante para la creación del grupo en una ló- palabras de los músicos: “si se produce algo en esa


situación unilateral que es tocar una música ante un público, creo, creo que me doy por satisfecho” (Músico de La Bélica).

Referencias

Batlle, B. (2010). La escena y su escenario: una aproximación a las redes musicales de la comuna de No obstante esta forma general de concebir el San Joaquín. Santiago: Pontificia Universidad Catóéxito, cada banda cuenta con aspiraciones propias, lica de Chile, Instituto de Sociología. que en caso de ser cumplidas, aumentan la satis- Chávez, L., & Fajnzylber,V. (1997). Análisis comfacción de los músicos, pero el no cumplimento no parativo de ocho espacios culturales en torno al exito y implica un fracaso de la banda. Estas aspiraciones sus determinantes. Santiago: Pontificia Universidad tienden a dividirse temporalmente. De ese modo Católica de Chile. Instituto de Sociologia. Taller de una forma de ejemplificar lo anterior deviene de la titulación. entrevista al grupo La Bélica, que señala la impor- Cruces, F. (2004). Música y ciudad: definiciones, protancia de plasmar un trabajo como una aspiración cesos y prospectivas. TRANS: Revista Transcultural a corto plazo son “tener como un registro de la de Música. hueá po hueón (…) que no este como tan en el aire la Hall, D. T. (2002). Careers in and out of organizahueá, hacer videos, no se cualquier hueá”, y que “aho- tions. Thousand Oaks, CA: Sage. ra en el fondo también lo que nos esta motivando es Hall, D.T., & Chandler, D. E. (2005). Psychological plasmar el disco po hueón sacar el disco” (La Bélica). Success: when the career is a calling. Journal of OrgaEsto es congruente con otras bandas que señalan nizational Behavior, 155-176. que plasmar el trabajo y tener medios para difun- Latour, B. (2008). Reensamblar lo social: Una introdirlo permite ampliar los horizontes de la banda, ducción a la teoría del actor-red. Buenos Aires: Mallegar donde no se había llegado “queremos empe- nantial. zar a tratar de tirar, lo que tenemos, los videos pa Tironi, M. (2010). ¿Qué es un cluster? Geografías afuera, porque es como la oportunidad de presentar- y prácticas de la escena de música experimental en nos pa varios festivales y como puta hay festivales pa Santiago, Chile. EURE,Vol 36, 161-187. todo tipo de música, entonces...”. (Tú no eres Sylvia) Esta difusión permite que el público de la banda se amplíe, que más personas “los pesquen”, lo que sumado al pasarlo bien, los lleva a tener éxito.

Revista Medio Vínculo Año III N°2

22

En conclusión, se logró establecer que el éxito está principalmente constituido por dos condiciones, a saber, la condición de latencia, la que representa el gusto intrínseco por tocar y pasarlo bien realizando la actividad, y la condición necesaria de poder efectivamente compartir el mensaje con un público, ser tomado en cuenta por un público. Estas dimensiones diferencian la escena independiente de las de las lógicas de mercado, en el sentido que estas últimas operan más en función del gusto popular, la venta y la fama del grupo, respondiendo a plazos de retornos, propios de las dinámicas de mercado.


La sacralización de sí mismo: Un estudio sobre la vestimenta y prácticas del yoga Kundalini Vanja Milena Munjin Paiva y Marisol Olaya Verdugo Paiva

A partir de nuestra involucración en el centro, se fueron articulando en el camino los tres ejes principales de la investigación: la configuración del espacio y el tiempo en el centro de yoga, las relaciones tanto de los practicantes como de lo profesores que asistían a este centro, y finalmente la filosofía del yoga Kundalini. Espacios y Tiempos En el centro de las amplias salas acomodadas para la práctica de yoga existe una tarima con cuatro astas adornada con telas blancas, junto a la tarima hay una foto de yogui Bhajan, el creador del yoga Kundalini. Desde aquí es donde el profesor se sitúa y desde donde dirige la clase para que todos lo vean. El movimiento por los pasillos del centro es usualmente rápido y despreocupado, por el contrario, el ritmo en las salas de clases es calmado y sigiloso, en un ambiente de silencio y respeto. Al comienzo de cada clase se introduce en el yoga Kundalini aquellos que nunca han participado de una clase de este yoga, y luego se recita el “Adi Mantra” que se usa para lograr sintonizarse o sincronizarse al linaje de sabiduría que enseño yogui Bhajan (“ong namo, guru dev namo”). El profesor explica el “kriya” (serie de posturas) y la reflexión del día, durante la clase hay un constante manejo de los tiempos y los tonos de voz por parte del profesor según el momento.Terminado el kriya, se realizan los mantras de cierre, llevando a cabo la meditación y relajación, restaurando el silencio. Las prácticas rituales de sacarse los zapatos y bolsos a la entrada del centro, apagar o silenciar celulares, cubrirse la cabeza y lavarse los pies además de la limpieza del lugar y del vestir siempre blanco e impoluto, configuran al espacio como sagrado, como lo platea Douglas “Las cosas y lugares sagrados han de ser protegidos de contaminación” (Douglas 2002, traducción propia). También los objetos simbólicos como el cuarzo, la blancura, las fotos de los maestros designan al lugar como sagrado. Cantar mantras de apertura y cierre sacra-

23

El Sentido Cualitativo

Durante los últimos años, en nuestro país se ha generado un creciente y masivo interés por prácticas originarias de la cultura oriental tales como el yoga, el reiki, el vegetarianismo, la meditación, terapias alternativas, entre otros. En conjunto a la masificación de estas prácticas, se ve aparejado la importación de ciertos estilos de vida, que son resignificados por los contextos locales donde son apropiados. En esta investigación nos enfocamos en el estudio de estas re-significaciones específicamente para el caso del yoga Kundalini en Chile, pues dentro de los diferentes estilos de yoga masificados en el país es aquel que conlleva las transformaciones más apreciables tanto en las costumbres y practicas cotidianas, como son la forma de vestir, los hábitos alimenticios y hábitos de higiene, como también en la manera de relacionarse con el entorno social, lo cual implica además una educación o culturización en ámbitos desconocidos para el santiaguino común. Nuestra investigación busca comprender qué papel juega dentro de esta práctica espiritual la materialidad, particularmente la vestimenta y la apariencia corporal, los cuales se vuelven relevantes a la hora de comprender cómo se ven y construyen a sí mismos los practicantes de yoga Kundalini. Metodológicamente, la investigación estuvo guiada por la idea de “nodo” de Bruno Latour (2005) ya que un centro de yoga podía funcionar como articulador de prácticas y redes de relaciones asociadas entre los practicantes de yoga que no se darían necesariamente en la privacidad de los hogares. Para esto nos inscribimos y asistimos a clases de yoga de manera periódica en la escuela de yoga Narayan, el centro más importante y emblemático de yoga Kundalini en Chile. Complementario a esta observación participante, se realizó una entrevista semi-estructurada a su fundadora y directora Nam Nidam Kaur Khalsa, así como conversaciones informales con los practicantes y profesores, revisión de archivos sobre el yoga Kundalini, así como contacto de los profesores de yoga por medio de las redes sociales.


lizan la temporalidad dentro del cual se desarrolla los practicantes de yoga Kundalini en gradualmenla práctica, formando parte de esta conformación te incluidos en un círculo (ver Ilustración 1). colectiva, tanto material como espiritualmente, del centro como un espacio y tiempo sagrados, en ruptura con el espacio y tiempo profano del trabajo y la rutina. Es a través de esta ruptura que “se hace posible el tránsito de orden ontológico, de un modo de ser a otro.Y es una ruptura semejante en la heterogeneidad del espacio profano lo que crea el “Centro” por donde se puede entrar en comunicación con lo trascendente” (Eliade, 1981, 39). Los Practicantes

Revista Medio Vínculo Año III N°2

24

“Nosotros nos regimos por una estética y una ética particular” nos explica un profesor del centro que viste de polera y pantalón blancos e impolutos, ambos fabricados con fibras naturales, que le quedan sueltos y despegados del cuerpo permitiéndole realizar sin molestias las distintas posturas de la clase. Además llevaba puesto su turbante blanco, y calzaba sandalias artesanales.Tenía una barba larga, frondosa y descuidada. En el centro circulan tipos de personas muy distinguibles: los que llegaban por primera vez, usando un buzo deportivo, con la mirada perdida y movimientos inseguros. También los que llevaban más tiempo, usan ropa más adecuada, sus movimientos son desenvueltos y ocupan los espacios con absoluta confianza. Otros más experimentados, tienen expresión de tranquilidad, ya conocen las rutinas y cánticos, no miran hacia los lados, no se fijan en lo que el resto hace. Algunos usan toda la ropa de color blanco y llevan un turbante sobre sus cabezas y, nos enteraremos después, siguen una religión o “camino espiritual”, como ellos le llaman, conocido como “Sikh Dharma”. Y así siguen, en grados, hasta llegar a los profesores, quienes se visten de impecable blanco, se dejan crecer la barba y usan turbantes más pomposos. Un factor fundamental que marca diferencias entre los practicantes es la apariencia física: la vestimenta, los accesorios, los pañuelos y turbantes. Las formas de vestir constituyen un modo de diferenciación fundamental, un estar “más adentro” o “más afuera” de la práctica, de la filosofía y de la comunidad. La apariencia corporal aparece en su importancia que, como veremos, se manipula de acuerdo a una coherencia de cada sujeto en cómo vive la filosofía del yoga y su “compromiso” con la práctica (asistencia a la oración de la mañana o Sadhana y a actividades y talleres). Lo mismo actitudes y conductas al desenvolverse en la sala de clases. Es por esto que podemos comprender a

En definitiva, de lo que se trata es de distintos grados de un envolverse en una cierta apariencia. La dificultad de llevar un estilo de vida acorde a esta práctica, se comprende en el énfasis que nuestros informantes daban a la palabra “compromiso”, visto por ellos como el valor humano fundamental y, de la misma manera, el papel que jugaba el centro en articular modos de vida, ya que permite mantener unidas a personas que podrían no estarlo, y que contribuye a ir paulatinamente transformando sus vidas, que de forma solitaria sería imposible. Filosofía y Conducta: Ética y Estética Una “estética y una ética particular” implica que se vistan de blanco para irradiar pureza hacia los demás, que dejen que su cuerpo fluya y que su pelo corporal crezca naturalmente porque son canales energéticos, todas las mañanas se lavan con agua fría y se desenredan el pelo, son vegetarianos, ya que no comen nada que provenga o contenga de crueldad, no tienen relaciones sexuales fuera del matrimonio como una manera de respetar el vínculo entre hombre y mujer. El turbante y cubrirse la cabeza es el signo del estudiante que quiere aprender y muestra respeto al maestro y la divinidad. Una joven profesora nos explica que el “camino de la rectitud” es el de la “esencia”, el camino de la calamidad consiste en no poder deshacerse de los patrones del pasado que se arrastran, que condicionan el actuar. El yoga, en este sentido permite “reformatear” (dice la fundadora) la mente, y crearla uno mismo. Esto es posible sólo porque


para ellos mente y cuerpo están profundamente conectados, más aún, que todo lo existente forma una misma realidad, y de esa manera el alma puede estar conectado con el todo. Plantean al yoga como una “tecnología psico-física”, es decir, que utiliza tanto cuerpo y mente para llegar a la plena conciencia, al conocimiento del alma. Para lograr esto, dentro del yoga, se utilizan dispositivos específicos tales como la “meditación” (trabajos de atención mental), “kriyas” (serie de posturas físicas), los “mantras” (cánticos sagrados), la alimentación y la vestimenta. En este sentido se vuelve relevante el modo de vida que se adopta. La estética va en correspondencia con la ética por la que se rigen (ver la siguiente Tabla).

Ahora bien, habría que investigar cómo esta transformación es vivida en la intimidad y cotidianidad de las vidas de los practicantes. En el centro era posible darse cuenta que no todos estaban tan “comprometidos”: varias conversaciones informales se trataron sobre como alumnos de la escuela iban y volvían por periodos, buscaban otras cosas, luego volvían practicando diariamente, y después abandonaban y así constantemente. Este compromiso fluctuante presente en nuestras observaciones se diferencia de lo que Smith plantea en su estudio del Ashtanga Yoga en Estados Unidos como una práctica ascética constante (Smith, 2004, pág. 5). Creemos que esto no se debe tanto al tipo de yoga, porque ambos promueven la práctica diaria, sino más bien de las particularidades en donde se insertan: siendo Chile un país influido por una cultura católica en que el yoga es meramente un punto de inflexión en la rutina, intermitente, a diferencia de la disciplina y cambio de vida ascético

25

El Sentido Cualitativo

El envolverse de una cierta vestimenta, nombre y apariencia, no solo ocurre como producto de una coherencia con una ética y filosofía que han adoptado, sino que permite crearlas y reproducirlas en sí mismos. Constituyéndose una constante dialéctica entre una ética (interior) y una estética (exterior) que conforman a la persona, no como dos ámbitos aparte, si como dos lados de lo mismo. En continuidad con la creación de un espacio y tiempo sagrados, esta dimensión se interioriza en cada practicante a través de su forma de vestir, que pone en sintonía la ética propia anteriormente descrita con su apariencia corporal, de esta manera, cada practicante se auto-re-constituye a través de esta sacralización de sí mismo. En este sentido, la práctica de yoga puede comprenderse como una decisión voluntaria y deliberada de los practicantes por transformarse a sí mismo a través de una práctica constante, esto es lo que Foucault plantea como práctica de sí que permite “efectuar por cuenta propia o con la ayuda de otros, cierto número de operaciones sobre su cuerpo y su alma, pensamientos, conducta o cualquier forma de ser, obteniendo así una transformación de sí mismos con el fin de alcanzar cierto estado de felicidad,

pureza, sabiduría, inmortalidad” (Foucault 1996, 48). Si bien se contrapone a la idea de habitus de Bourdieu, ya que hay un esfuerzo por cambiar los antiguos patrones de origen social, lo interesante es la centralidad que tiene en este cambio las prácticas corporales, y su contacto con la vestimenta, como el punto donde el ser humano “está en condiciones de adquirir disposiciones que también son apertura al mundo…” (Bourdieu, 1999, pág. 186). Lo anterior de forma similar a lo que plantean Banerjee & Miller en su estudio de la prenda de vestir india, el Sari, y su relación con la mujer india, que la consideran no solo como una presentación para los otros, si no que al mismo tiempo constituye a la persona en sí misma, en sus creencias, en lo que es y lo que desea ser (Banerjee & Miller, 2003). Por esto mismo, podemos comprender y estudiar la vestimenta y apariencia corporal de los yoguis kundalini en una red de otros mecanismos de distinción que utilizan estas personas como la alimentación y la posesión de una cultura particular, para posicionarse a sí mismo en distinción con el resto (Bourdieu, 1988). Distinción, no referido de manera esencial a la estructura social, sino más bien respecto a un orden moral. De esta manera el yoga, como práctica de sí, se inserta dentro de un marco simbólico coherente dentro del cual es indispensable la configuración de una nueva ética que le rija, lo que plantea que detrás del yoga se esconde una lógica práctica en el sentido bourdieuano de la palabra, en las que subyacen maneras de hacer, pensar y existir en el mundo, configurando totalmente una forma de vida.


propia de países protestantes. Ante estos antecedentes, cabe preguntarse si es posible entender al yoga no como un elemento contrario a la modernización: si acaso estas filosofías de origen pseudo-oriental son una alternativa a occidente o simplemente se insertan en las mismas lógicas occidentales. Para esto basta pensar en la importancia de la construcción del yo individual que observamos en la práctica del yoga Kundalini. Es por esto que se vuelve relevante el estudio sobre la inserción de prácticas y modos de vida foráneos en el contexto del Chile actual. En esta investigación fue estudiado lo que ocurría en el centro de yoga kundalini, las relaciones entre los practicantes, y cómo estas relaciones eran conformadas en gran medida por la “estética” asociada al vestir y la apariencia corporal, como una segunda cara de un orden moral objetificado en un espacio, tiempo y persona sagrados. En este sentido, queda abierta la pregunta sobre la vida cotidiana de las personas que asisten al centro de yoga Kundalini, cómo integran la instancia del yoga del centro, con otros que no participan o comprenden la practica ni su filosofía. Por lo pronto, sólo podemos observar cómo el yoga no es meramente un ejercicio físico, sino que viene asociado a un cierto estilo de vida, a un cierto modo de mirar el mundo. Más aún, un centro de yoga, al compartir filosofía y prácticas que nadie más comprende, puede convertirse en un espacio importante de sociabilidad al crear una comunidad en base a una creencia sobre algo trascendente.

Revista Medio Vínculo Año III N°2

26

Referencias Banerjee, M. & Miller, D. (2003). The sari. Oxford: Berg. Bourdieu, P. (1988). La distinción: criterios y bases sociales del gusto. Madrid:Taurus. Bourdieu, P. (1999). Meditaciones Pascalianas. Barcelona: Anagrama. Douglas, M. (2002). Purity and Danger. New York: Routledge & Kegan Paul. Eliade, Mircea (1981) Lo sagrado y lo profano. Guadarama. Barcelona, España. Foucault, Michael (1996) Tecnologías del yo y otros textos afines. Paidos. Barcelona, España. Latour, B. (2005). Reensamblar lo social: Una introducción a la teoría del actor-red. Buenos Aires: Manantial. Smith, Benjamin Richard (2010) Adjusting the Quotidian: Astanga Yoga as everyday practice. The Australian National University.


Configuración de Relaciones Vecinales en Espacios Reducidos: Los Block Josefa Morales y Berenice Schiele

1 Basado en estudio hecho por Verónica Acevedo, Josefa Morales, Berenice Schiele y Ignacia Smart

segregadas y la ciudad de Santiago es mayor, como porque el alto precio fijado por el sector inmobiliario, obliga a mayores niveles de segregación y hacinamiento (Ducci, 2000). El estudio que aquí se presenta se centra particularmente en un contexto de desigualdades, segregaciones, hacinamiento y marginalidades que se plantean como problemáticas en la sociedad chilena y que se encarnan en la figura del block. Estas problemáticas tienen diversas manifestaciones que afectan la calidad de vida de los habitantes, donde las relaciones sociales y las redes de apoyo vienen a ser muy relevantes para el bienestar social. Es así como la pregunta que guió la investigación se centra en cómo caracterizan las “relaciones vecinales” los mismos habitantes de conjuntos habitacionales block Zona P dado su contexto de espacios limitados (se mantendrá reservada la información que identifica la Villa). Diversos autores, como Marín plantean que la misma configuración de los block “no fomenta el desarrollo de la identidad colectiva; las poblaciones no están hechas para facilitar la organización y la comunicación entre los vecinos” (Marín, 2006). Es por esto que se realiza un estudio de caso, para comprender en alguna medida si el diseño habitacional implicaba limitaciones para el desarrollo de la comunidad de la villa en La Pintana. El estudio pretende describir (y denunciar) una realidad de una manera más acabada y multidimensional; entender cómo las condiciones y el contexto del espacio block se traducen en los problemas cotidianos de diversa índole que los habitantes rescatan respecto sus relaciones vecinales. La relevancia sociológica del estudio que se presenta gira en torno a tres principales argumentos. El primer lugar el estudio presenta un aporte teórico importante ya que se aborda el concepto de relaciones vecinales de manera multidimensional al rescatar la percepción respecto a distintas prácticas en la comunidad. Un segundo aporte se relaciona con la descripción de una realidad social compleja y multifactorial a partir de

27

El Sentido Cualitativo

Chile ha sido elogiado y presentado como un ejemplo de éxito a nivel Latinoamericano respecto a su tasa de crecimiento económico, sin embargo lamentablemente este éxito no ha implicado una mejora para la población general. Esta es la paradoja fundamental que vive Chile, respecto a su distribución económica y sus implicancias sociales: en los últimos años Chile ha desarrollado su economía a ritmos sorprendentes, pero a la vez sigue presentando profundas desigualdades sociales. Las desigualdades sociales manifiestan una evidente expresión en el plano urbano, configurando espacios excluidos no sólo en sentido territorial. El estudio que se presenta en este artículo “Configuración de relaciones vecinales en espacios reducidos: los block”1, pretende dilucidar cómo los mismos vecinos conciben las relaciones vecinales desde la vida en viviendas marginales. Los últimos 25 años el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU) ha facilitado la construcción de más de medio millón de viviendas sociales, disminuyendo en un gran porcentaje el déficit habitacional del país. Este desarrollo plantea nuevos desafíos e interrogantes, instalando nuevas demandas principalmente relacionadas con la calidad de los hogares entregados. Diversos investigadores han planteado que estos techos presentan variadas problemáticas: el espacio es limitado dentro y fuera de la vivienda, lo que lleva a que las posibilidades de un desarrollo social familiar y vecinal se vean muy coartadas (Rodríguez & Sugranyes, 2005). La mayor parte de las viviendas sociales construidas en nuestro país poseen la configuración tipo block. Los blocks, se ubican en zonas de bajo valor, segregadas de las ciudades con poco acceso a bienes y servicios; esto es especialmente notorio en la Región Metropolitana, tanto porque el contraste entre las zonas


la perspectiva de los propios habitantes sobre las relaciones vecinales que se viven en el block como zonas urbanas vulnerables (lo que hace necesario posicionarse desde la metodología cualitativa). En tercer lugar, como hemos repetido los block representan la tipología de soluciones habitacionales más utilizadas en las áreas metropolitanas, por tanto podría, este estudio de caso, extrapolarse a fenómenos de contexto similar, ofreciendo ser un insumo para la reformulación de las políticas públicas de manera de enfrentar los fenómenos con mayor especificidad. A continuación se presenta la importancia de la metodología utilizada para realizar la investigación y los principales resultados encontrados. Vecinos que expresan qué entienden ellos por vivir en block, qué significa para ellos estar en esas condiciones y qué importancia le dan ELLOS MISMOS a estos vínculos sociales. El estudio pretende entender lo macro desde lo micro, volver a lo más básico para entender este fenómeno desde lo esencial: la mirada de las propias personas respecto al fenómeno que se pretende investigar.

Revista Medio Vínculo Año III N°2

28

Metodología La investigación propone una metodología cualitativa, ya que pretende rescatar la imagen colectiva de lo que representan las relaciones vecinales para los habitantes de blocks. Se pretende conocer a partir de los discursos y las expresiones cotidianas cómo conciben ellos mismos las relaciones vecinales desde la vivencia en su espacio. Es por esto que se realiza, un estudio de caso llevado a cabo en la comuna de La Pintana, en villa “Z”, y cuyo trabajo de campo se efectuó entre mayo y junio de 2012. Se realiza el levantamiento de información a partir de entrevistas y observaciones participante y no participante. Esta villa está conformada por tres naves y 190 departamentos, de 40 m2 cada uno y con 190 familias. La selección de los sujetos entrevistados se realiza a lo largo del trabajo de campo, para tener una mejor y mayor información acerca de cómo éstos se organizan dentro de la comunidad. Es por esto que se efectúan observaciones participantes con informantes clave. Estos informantes fueron personas que han trabajado dentro de “Un Techo para Chile” en conjunto con los habitantes de la villa durante los últimos dos años. Por otro lado, se llevaron a cabo observaciones no participantes dentro del espacio físico de la villa, con el fin de conocer el contexto físico de la misma y dar cuenta de su cotidianeidad. Lo anterior refiere al “pre-campo” que per-

mitió guiar y dar paso a la ejecución de entrevistas semi-estructuradas y en profundidad con 9 habitantes de la villa. Se comienza con la selección de dos personas de manera intencional, a través de informantes clave, la elección de los demás sujetos a entrevistar se realiza por medio del método de bola de nieve, según la información dada de los primeros entrevistados. Para indagar en las relaciones que se entablan dentro de la villa, - se presentará en detalle más adelante – se da cuenta de que existen diversas concepciones del “otro” (tomando otro como vecino) dentro de la comunidad. Las investigadoras se presentan como cuatro mujeres universitarias y se menciona que una de las integrantes de la investigación posee vínculos con el sector por su trabajo en “Un Techo Para Chile”. Este “link” es considerado como positivo ya que facilitó entablar ciertas interacciones. Pero por otro lado generó influencias sesgadas, ya que algunos discursos le dieron mayor énfasis en su discurso al hablar de UTPCh. Para las investigadoras el hecho de que fuesen universitarias afectó de manera positiva, ya que permitió a los sujetos de estudio, según sus propias consideraciones sentir mayor libertad en sus discursos. Extremadamente relevante se presenta el hecho de que en el pre-campo se rescata una tipología de relación con el vecino según las diferentes concepciones del otro. Así, los sujetos a entrevistar fueron seleccionados teniendo en cuenta estas distinciones, para lo cual se realizan tres entrevistas a personas pertenecientes al “círculo”; dos a cooperadoras del “círculo”; una a alguien que coopera pero se opone al “círculo”, dos a hombres; y por último, una a un adulto mayor. Presentación de resultados Los resultados se presentaron bajo ciertas temáticas que se establecen como objetivos de investigación, y también, por sobretodo, según lo que a través de la expresión de los vecinos se constituye como determinante en los tipos de relaciones vecinales cuando se vive en blocks. El “Otro” a través del discurso: Caracterizaciones y relaciones Los vecinos dentro de su discurso dan cuenta que el alter no es una categoría única, sino que existen diferentes tipos de relaciones con los demás vecinos. Al respecto se distinguen cuatro categorías principales que los mismos vecinos expresaron a través de las entrevistas y que se confirman con la observación de campo. Entre el-


Uso del espacio común: ¿Nos beneficiamos todos? Según la bibliografía sobre los conjuntos habitacionales “block”, y como se observó en el trabajo de campo, es recurrente la presencia de ampliaciones ilegales. La mayoría de los vecinos plantea que no existen mayores conflictos, pero distinguen formas de apropiación de los espacios públicos que sí generan conflictos entre ellos. En lo referente a las ampliaciones, los vecinos demuestran una comprensión relativamente generalizada en lo que refiere a las limitaciones espaciales de sus departamentos y la necesidad de ampliarse, además de cierta preocupación respecto del modo en que los terceros serían afectados por las modificaciones, por lo cual se les consulta previamente. Este grado de empatía, vislumbrado en múltiples entrevistas y referido a diversos temas, permite que los vecinos puedan ponerse fácilmente de acuerdo y convierten a los conflictos en eventos excepcionales, que pueden usualmente ser resueltos a través del diálogo. En lo que refiere a los otros modos de apropiación, la diferencia principal reside en si restringen o no el espacio compartido. En los casos que el espacio público es utilizado para beneficio comunitario o individual pero con previo acuerdo, no se generan conflictos. En cambio en aquellas apropiaciones que sí restringen la utilización de los espacios, es posible percibir molestias, que pueden mantenerse por largo tiempo, llegando incluso a la ruptura en las relaciones. Otra posible fuente de conflicto nombrado de modo recurrente en las entrevistas es el ruido y los pelotazos de los niños que juegan al interior de la nave - pues Villa “Z” no cuenta con espacios recreativos. Como en otras probables fuentes de conflicto, en éstos hay una tolerancia inicial pero que reconoce límites, que los vecinos la explican por el reconocimiento de que se habita en un entorno limitado espacialmente: “…cuando los niños juegan, por ejemplo, con la pelota, y de repente llegan los pelotazos a la ventana aquí, yo salgo y digo “tengan cuidado” le digo yo, “con las ventanas, que se sueltan las protecciones, se sueltan los vidrios” “ya vecina disculpe”. (Claudia, 39) Otro tema recurrente en los discursos es el cuidado de los espacios comunes, se nombra la poca atención puesta a la limpieza de aquellos sectores de la villa que pertenecen a todos. En este sentido es posible notar un claro y marcado resentimiento desde aquellos que sí se preocupan hacia los que no lo hacen: “Y nadie más barre, ¿cachai?, y yo ahora barro este cuadrado, de aquí pa allá, hasta el frente, mi lado, si la de allá no barre ya es

29

El Sentido Cualitativo

los se encuentra: El otro “hola y chao”, aquel vecino que no tiene mayor injerencia en la vida cotidiana del otro, con el que se establecen relaciones de cordialidad a través del saludo y otros gestos: “Buenos días y buenas tardes, hasta luego y nada más. Yo no, no tengo conversación con ninguno, pero son todos muy respetuosos” (Claudia, 39 años) Otra categoría que se presenta es la del amigo, aparece como una relación que se entabla con una cantidad limitada de personas, es decir, con personas “contadas con la mano”. La mayor parte de las veces esta relación se construye desde un inicio con las personas que llegaron primeramente a la villa “Z”: “Mira yo tengo aquí: 1, 2, 3 amigas...” (Paz, 50 años). Dentro de las mismas entrevistas se observa que la participación en la directiva o en cursos y actividades organizadas tanto por los mismos vecinos, como por agentes externos, es otro de los puntos fundamentales para constituir estas relaciones más profundas. Por lo tanto, resulta esperable el constatar que estas relaciones con el “otro amigo” se dan más entre mujeres que entre hombres, pues son ellas las que participan más en coordinar asuntos de la villa. De manera transversal, se dan relaciones funcionales, en las cuales los vecinos se apoyan mutuamente formando vínculos de información y apoyo material para sacar adelantes sus proyectos ya sean económicos o de otra índole, como también el apoyo ante emergencias: “…de repente cuando hay una emergencia no se po....un duelo po que se yo ahí siempre aporta la gente...” (Paz, 50) Por otro lado, los vecinos declaran que existen vínculos que son problemáticos. Así se presenta el “otro conflictivo”, son consideradas por los propios vecinos como escasas y excepcionales. Algunos de los motivos, identificados a lo largo de las entrevistas, son la “apropiación de espacios comunes con restricción” (por ejemplo la instauración de estacionamientos por parte de un vecino), los pelotazos y el ruido; temáticas de las que se hablará más adelante. Relacionado con esto podemos establecer que, cuando los conflictos no se solucionan discursivamente, muchas veces recaen en roses que perduran durante el tiempo. Un caso especial de esto es cuando las confrontaciones llegan a ser físicas, lo que marca con fuerza un antes y un después en la interacción. Este último tipo de reacciones no sólo se da por problemas referidos al espacio público, sino que también algunos de los entrevistados indican la presencia de situaciones violentas derivadas de conflictos familiares y amorosos.


problema de ella (…) las de allá no barren” (Marjorie, 46) Totalmente ajeno al contexto de “Z” como villa, está la calle, el exterior de las naves y de la sede vecinal, el espacio no compartido por los vecinos. Es en esta zona donde se constituye “el otro ajeno”. Según el discurso de los propios vecinos, se reconoce como un otro violento, principalmente por el establecimiento de pandillas en los alrededores, además, algunos de los entrevistados indican a este otro como consumidor de sustancias ilícitas, estableciendo una diferencia explícita entre “ellos” los que consumen y “nosotros” los que no consumimos. En todo caso, existe una opinión generalizada respecto de que al interior de los blocks la violencia constituye una excepción, y son “los otros” los violentos. Participación, liderazgo y actividades comunes Todos los entrevistados llevan 11 años, como mínimo, viviendo en la villa, elemento importante ya que se indaga en las variaciones que podían concebir los vecinos en referente a las relaciones y la participación de actividades de la comunidad en el tiempo.

30

Revista Medio Vínculo Año III N°2

El antes y el después En lo que respecta a la participación de los miembros de Villa “Z” y la organización de actividades colectivas por la misma comunidad, en general los entrevistados distinguen un “antes” y un “después”. Los primeros habitantes llegaron hace 18 años a la villa, y los entrevistados declaran que en un inicio la participación era mayor y organizaban más actividades: “Antes como te digo, lo pasábamos chancho, participan, pucha todos niun’ problema... pero ahora participan pero mmmh les cuesta” (Paz, 50) La pérdida de un vínculo original respecto de una experiencia colectiva La menor participación es relacionada con la pérdida de un vínculo original de una vivencia colectiva que se da por llegar a “Z” como mejor solución habitacional: “Como que todos queríamos estar unidos, que esto fuera bonito, cerráramos ahí con las rejas, no se po, que los niños lo pasaran súper bien.” (Paz 50) “El círculo” Las actividades colectivas que se dan en el presente están organizadas principalmente por “el círculo”; con el principal objetivo de organizar actividades para los niños, y para la recaudación de

fondos para el mantenimiento de la Sede social. Tal como se explicita en las concepciones sobre “el otro”, los entrevistados distinguen un conjunto de mujeres, parte de la directiva que son quienes organizan las actividades de la comunidad y al que se le denomina “el círculo”. La molestia de ser “siempre las mismas” Las vecinas que integran el círculo plantean que son pocas las que organizan constantemente a pesar de que sean actividades para toda la comunidad, lo que les genera ciertas molestias (incluso desligarse) ya que la cooperación en la organización es escasa: “Es que si nosotras no hacemos nada, no hay nada... esa es la verdad de las cosas...” (Paz, 50) Cooperación monetaria sin organización Respecto a la participación de los demás miembros de la comunidad se declaran diferentes perspectivas. Los entrevistados que no se consideran parte del círculo plantean que realizan una cooperación económica “a veces organizan pa los niños ahí… y piden cooperación… pero ahí también… si hay que ayudar a los niños: yo me pongo…” (Vivianne, 58), pero para las mujeres del círculo en general las personas cooperan poco y presentan ciertas trabas para la cooperación “a veces organizan pa los niños ahí… y piden cooperación… pero ahí también… si hay que ayudar a los niños: yo me pongo…” (Vivianne, 58). Hombres poco participativos Respecto a lo que los entrevistados señalan sobre la participación en hombres, las principales razones de por qué no participan son que no les gusta, que no tienen tiempo, por el trabajo y prefieren juntarse a beber: “No… es que los hombres son más reticentes… pero póngale una botella de vino…“ (Guillermo, 50) Adultos mayores: factor edad Tanto para los entrevistados en general como para el adulto mayor que se entrevistó, se establece que el factor edad y sus implicancias estarían determinando la escasa participación de las personas de este grupo etario: “Porque ya están viejos como te digo, la edad, el frio” (Paz, 50) Opositores al “círculo” Existen ciertas personas que plantean cierto rechazo a algunos comportamientos de las mujeres de la directiva. En torno a dos principales críticas. Una está relacionada con la concentración de los


beneficios en la directiva y la otra, tiene relación con una crítica meritocrática, en el sentido de que las mujeres buscan recibir beneficios a partir de su práctica directiva sin realizar esfuerzos sólidos en sus trabajos, además sobre ellas se dice que malgastan el dinero.

31

El Sentido Cualitativo

frente a los hechos, como con la, ya nombrada, empatía respecto de la situación compartida: “yo no hago nada po, o sea, yo no reclamo, no... Que no nos gusta estar con problemas con las personas. O sea una... una tiene una fiesta familiar y es también...” (Claudia, 39) Drogas y alcohol El ruido: decibeles de tensión En la mayoría de los discursos de los vecinos exSe explicita que los eventos privados son prob- presan que sí existe consumo de alcohol y drolemáticos para la comunidad y son la principal gas en el espacio privado y en el público. En este fuente de tensión dentro de la misma, determi- último, existe una diferencia entre la percepción nando en cierta medida las relaciones que se en- de los vecinos: respecto de quién es el que contablan entre los vecinos. Estos eventos pueden sume. Más entrevistados concuerdan en que el dividirse en dos tipos según la frecuencia: los que consumo proviene de aquellos que no viven en la se presentan en el día a día y los esporádicos. El villa, es decir, los que ocupan el espacio son los de elemento que genera las molestias es el ruido; lo “afuera”, pero también hay vecinos que plantean que resulta comprensible al tener en cuenta la que son los mismos habitantes los que consumen infraestructura, espacios reducidos y falta de ais- en la vía pública. A modo de consenso se aprecia lamiento de los departamentos. “No nos llevamos que para los entrevistados deviene irrelevante el mal, pero igual hay hartas peleas, por el ruido sobre consumo de alcohol dentro de las casas. Sin emtodo, porque se escucha todo acá” (Lidia, 50). bargo, los vecinos mencionan dos críticas relacionadas a estas conductas: una más bien valórica y En los discursos se aprecia que aunque el ruido otra meritocrática. La crítica en términos valórisea un punto de tensión importante, al igual que cos se da por lo que se transmite a los niños, es con los pelotazos, en una primera instancia existe decir, que existe una preocupación en proteger a cierta comprensión, debido a la consciencia de los los menores de dichas conductas. Por otro lado, espacios limitados: “no me molesto con la música, la crítica meritocrática se da por la valorización si,tu también la poní… Si a la señora le molesta que del trabajo: el hecho de generar recursos y luego yo ponga la tele, pero cuando le toca a ellos… no… gastarlo en estas sustancias. Aún así, esta crítica yo no me hago ataos” (Vivianne, 58). El modo en que no genera un problema mayor en la relación ense solucionan este tipo de problemas configuran tre vecinos, ya que sólo establece una razón para en gran medida las relaciones de los vecinos, así no crear lazos con aquellas personas a las que se existen diferencias en las reacciones dependiendo critica, marcando un principio de “no - relación”. de la frecuencia y temporalidad de la problemática. En una primera instancia se conversa y se intentan Conclusiones solucionar mediante el diálogo - “aquí uno va a La historia de la vivienda social en Chile deja como le dice al vecino que la baje un poquito y todo bien” resultado la superación en gran medida del déficit (Manuel, 70) -. Posteriormente, si el conflicto no habitacional, se han construido millones de viviense soluciona, se generan, eventualmente, instancias das para darle un techo a los que no los tenían. Sin en las que la violencia (verbal o física) es partícipe. embargo, se deja de lado la calidad de las viviendas Esta violencia constituye un punto de quiebre, otorgadas; una infraestructura poco adecuada y pues genera un antes y después en la relación, espacios reducidos, las que tienen consecuencias que se manifiesta en indiferencia y aislamiento del importantes para sus habitantes. otro. “Una vez yo estuve a punto de agarrarme con Retomando la pregunta guía de la presente invesalguien... pero porque le pegaron a mi hija..[...] Sabes tigación -“¿Cómo se dan las relaciones vecinales, en que aquí tu pones la tele y se escucha la música de los conjuntos habitacionales blocks, dado un contexto arriba, y de allá, y de allá... y mi hija ponía la música y de espacio reducidos?”- se puede dar un primer la señora de arriba la molestaba [...] de ahí la Sra. de acercamiento y concluir, en primera instancia, que ahí no le dijo nada más, ehhh... se saludan después, y las relaciones vecinales y la interacción social no también la saludaba... si me saludan yo saludo... pero se pueden comprender al margen del contexto de ahí nunca más” (Marjorie, 46). Otra forma de donde están insertas. De este modo se aprecia resolución a estas problemática es la renuncia, que que los vínculos creados entre los vecinos se constituye como un modo de evitar conflictos de Villa “Z” están muy ligados a las condiy que está muy ligada, tanto con la costumbre ciones físicas y materiales de su vivienda y


entorno. En relación al balance general de las relaciones vecinales, los habitantes señalan que no son “ni buenas, ni malas”, expresando bastante indiferencia en lo que respecta a la interacción entre los vecinos: la relación vecinal ya no aparece como relevante para el desarrollo de sus vidas. Se declara que existen relaciones conflictivas que se presentan excepcionalmente, y se enuncia que no es fácil mantener relaciones afables cuando existen conductas que no contribuyen a solucionar los problemas propios de la configuración del espacio. La indiferencia o cierta “cordialidad” que se mantiene entre vecinos viene a ser un acostumbramiento a las consecuencias de este modo de vida, un “no hacerse más problemas”. Lo anterior se argumenta desde la comprensión de los vecinos respecto a consecuencias inevitables de esta determinada disposición del espacio. Es así como los habitantes señalan una comprensión de la ampliación ilegal como una necesidad, y por tanto no presenta un motivo de tensión general dentro las relaciones vecinales. Sin embargo los vecinos distinguen, como ya se mencionaba, que la apropiación de los espacios que implica una restricción para el uso de los demás habitantes, genera un debilitamiento de los vínculos en razón de que se considera injusto que sólo algunos se beneficien de dicha apropiación.

Revista Medio Vínculo Año III N°2

32

Es así como los vecinos distinguen vínculos débiles con el otro cuando éste no internaliza a la comunidad en sus decisiones o simplemente a un tercero. Cómo se mencionó con anterioridad se rescata que mientras mayor era la preocupación, participación y colaboración con los problemas de la villa mejores eran las relaciones vecinales: la pérdida del vínculo original por la intención de maximizar el beneficio habitacional que estaban recibiendo generó un debilitamiento de las relaciones y la identidad comunitaria. Es de esta forma, como la organización colectiva quedo reducida a los que diversos vecinos etiquetan como “el círculo”. Los participantes de la organización de las actividades comunitarias se redujeron a integrantes del género femenino casi en su totalidad, una minoría que se siente sobrepasada por el peso del trabajo en tan pocos hombros. Así, las problemáticas que se generan en la comunidad son resueltas de forma más bien individual intentando llegar a acuerdos bilaterales más que con normativas colectivas, esto mismo influye también en el distanciamiento con los vecinos y la constitución de una comunidad fuerte.

Se puede concluir que los motivos que sí afectan a las relaciones de manera más problemática son causados casi en su totalidad por las características propias del espacio, tales como las áreas reducidas, y especialmente por los eventos llevados a cabo dentro del hogar y sus resultas: por ejemplo el ruido, la falta de espacios de recreación para los niños, lo que genera la presencia de ‘pelotazos’ en las puertas y ventanas de los departamentos. Aún así, en general estos temas son resueltos mediante el diálogo, pero en más de alguna ocasión han generado problemas mayores entre los vecinos, llegando a la violencia verbal o física. Dichas tensiones marcan un punto de inflexión en las relaciones, provocando indiferencia y aislamiento del otro. Es el espacio y sus características el gran mitigador del desarrollo de las relaciones vecinales. Esta investigación deja abierta interrogantes respecto del precio que pagan día a día los beneficiarios de esta política de vivienda. Preguntas que no son fáciles de responder, pero cuya dificultad no puede llevar a omitir el hecho de que este tipo de vivienda implica situaciones problemáticas dado su diseño. Los habitantes de “Z” se enfrentan todos los días a condiciones poco dignas; se les fue entregada una solución, pero ésta resultó de una calidad deficiente, tanto por su infraestructura como por las consecuencias que derivan de ella en la cotidiana interacción social. Referencias Ducci, M. (2000). Santiago: territorios, anhelos y temores. Efectos sociales y espaciales de la expansión urbana. EURE (Santiago), 26(79), Extraído de http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext &pid=S0250-71612000007900001 Marín, C. (2006). Capital social y desarrollo barrial en conjuntos de viviendas sociales SERVIU. (Monografía para optar a Postítulo, Universidad de Chile, Santiago, Chile) Extraído de www.cybertesis.cl/tesis/uchile/2006/marin_c/sources/marin_c. pdf Rodríguez, A., & Sugranyes, A. (2005). Aportes para un debate. In A. Rodríguez & A. Sugranyes (Eds.),Los con techo (pp. 13-19). Santiago, Chile: Ediciones SUR.




Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.