Gerencia por Desafíos y Sostenibilidad de Intervenciones para el Desarrollo Inclusivo1 Julio Santamaría Guerra2 Introducción La nueva institucionalidad que se requiere construir para el progreso social, debe establecer nuevos modos de intervención y nuevos roles a los actores del desarrollo desde una perspectiva social con equidad e inclusión, y crear espacios interactivos y de comunicación para la innovación hacia la sostenibilidad de las intervenciones y el manejo de los recursos naturales. El desarrollo concebido como la transformación productiva e institucional en un espacio geográfico, histórico y cultural, construido socialmente por actores individuales y colectivos, orientado al logro de objetivos negociados, requiere de modos de interpretación y teorías de acción inspirados en imágenes, conceptos, y enfoques sistémicos. Esto significa considerar el “lado blando” de desarrollo, comprehender su naturaleza compleja e interactiva, aceptar la innovación productiva e institucional como el resultado del aprendizaje social y entender la competitividad y sostenibilidad ambiental como propiedades emergentes de los sistemas de actividad humana y por lo tanto el resultado de
negociaciones, acuerdos, aprendizaje,
resolución de conflictos y acciones colectivas. Diferentes modos de interpretación y teorías de acción coexisten en cada época histórica, sin embargo, unos dominan y otros son subordinados, dentro de una jerarquía establecida por el conjunto de las “reglas del juego” (su institucionalidad hegemónica). En situaciones como la actual, que la humanidad transita por un cambio de época, mientras que la nueva época se establece, la institucionalidad hegemónica sufre una crisis de la legitimidad y los agentes individuales y colectivos experimentan una crisis de percepción e interpretación. El efecto combinado y simultáneo de esta crisis crea perplejidad, incertidumbre y
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Documento base para la asignatura “Gestión del Desarrollo: Limites y Posibilidades” del Doctorado en Ciencias Sociales con Orientación en Gestión del Desarrollo, de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, dictado del 02 al 06 de Agosto de 2010. 2 Ingeniero Agrónomo panameño con maestrías (MSc) en: Ciencias Agrícolas, en Economía Rural y en Gestión de Sistemas de Innovación y Conocimiento Agrícola y con Doctorado (PhD) en Innovación Institucional, por la Universidad de Wageningen – Países Bajos. Sus principales áreas de actuación profesional son la gestión de organizaciones de I&D rural, la gestión del cambio institucional, el desarrollo de estrategias organizacionales, la facilitación de procesos participativos y la gestión de los recursos rurales. Es el Director Presidente del Instituto Nacional de Estudios Sociales (INES), ha sido productor agropecuario, consultor internacional, Director Nacional de Investigación e Innovación de la Agricultura Familiar en el IDIAP. Desde 1996 forma parte del equipo regional de facilitadores de la Red Nuevo Paradigma. juliosguerra@gmail.com y consulte@cableonda.net
desorientación, que se expresan en la vulnerabilidad generalizada de los diferentes actores sociales. Una teoría de acción construida bajo una determinada filosofía de intervención en torno a un propósito negociado, articula elementos del modo de interpretación, valores, visiones de mundo y reglas internas del juego cuyas prácticas se traducen en comportamientos, significados, acciones y compromisos. Estos elementos del modo de intervención tienden a ser internamente y externamente consistentes -coherencia y correspondencia respectivamente. Con el objetivo de alcanzar un grado mayor de correspondencia con las demandas, necesidades y aspiraciones de los demás actores del desarrollo los agentes del cambio y la innovación, construyen una determinada coherencia institucional, cuya expresión más visible es la Teoría de Acción que orienta la manera en que su propósito, mandato o misión puede ser logrado. La Teoría de Acción Contextual que se comparte ofrece marcos de referencia para la innovación considerada como una propiedad emergente de la interacción de los actores sociales en el contexto de su aplicación e implicaciones y para contextualizar la crisis del desarrollo inclusivo en términos históricos, culturales y sociales, considerando también sus dimensiones filosóficas, políticas y ético-institucionales. Por otra parte, el enfoque de “Gerencia por Desafíos” articula los elementos y factores críticos para la negociación con los actores del contexto operacional, las estrategias, objetivos y acciones que generen productos y servicios pertinentes en respuesta a los desafíos del entorno. A continuación se presenta una breve caracterización del contexto regional, seguido de la fundamentación teórica de la dimensión institucional del desarrollo, que sirven de base para la presentación de un modelo de innovación institucional de organizaciones de desarrollo.
El contexto regional cambiante La integración subordinada de las economías latinoamericanas a los requerimientos de los capitales trasnacionales, está significando: la profundización de la vulnerabilidad social, económica y ambiental, la creciente pérdida de la soberanía y seguridad alimentaria de nuestros países y la depredación de nuestras riquezas naturales a un altísimo costo social. Como resultado la definición de las políticas nacionales es hoy fuertemente influenciada por actores supranacionales (Griffin & Rahman, 1992). A más de dos décadas de la imposición de las políticas neoliberales, la pobreza e indigencia han aumentado de manera alarmante en la región: de 1980 a 1999, la tasa de pobreza aumenta de 40,5 % a 43,8%, al pasar de 135,9 millones a 211,4 millones. Esto
significa que en las dos décadas de política neoliberal, se agregaron 75,5 millones de nuevos pobres a la región. El Producto Interno Bruto (PIB) latinoamericano, según la Comisión Económica para la América Latina (CEPAL), acumuló una tasa media de crecimiento de apenas 3,2% durante los años noventa, por lo que se encontró por debajo de la tasa registrada entre 1950 y 1980, la cual fue del 5,5%. El organismo reconoce que este crecimiento fue insuficiente para generar el empleo y los salarios que la población latinoamericana demandó en ese período. Asimismo, señala que en los años noventa, siete de cada diez nuevos empleos en las ciudades se generaron en el sector informal y que esta situación incidió directamente en los niveles de pobreza y en la profunda desigualdad de la distribución del ingreso (CEPAL, 2001). En ALyC cerca del 35 % de la población regional vive en condiciones de pobreza absoluta. Numerosos estudios sobre la pobreza en ALyC muestran su alarmante crecimiento. Echeverria (1998 y 2000) estima que entre 1980 y 1994, el número de pobres en pasó de 135.9 a 209.3 millones; Garret (1995) encontró que el numero de pobres entre 1980 y 1990 creció de 120 a 195 millones de personas. Por otro lado, la CEPAL concluye que entre 1990 y 1999, el número de desempleados pasó de 7.6 millones en 1990, a 18.6 millones en 1999 (CEPAL, 2001). Todavía en el informe del 2002 la CEPAL confirma que “la desigualdad e inequidad está siendo perpetuado en la mayoría de los países y ha empeorado en comparación con el mundo desarrollado. La pobreza relativa ha decrecido muy poco y el número de personas que no pueden satisfacer sus necesidades básicas por el contrario ha aumentado. Como resultado la situación en la región es hoy social y económicamente menos sostenible que hace 10 años atrás” (UNEP&ECLAC, 2002:25). De acuerdo con el PNUD, el avance hecho para cumplir con los llamados “Objetivos de Desarrollo del Milenio” no evidencia un progreso importante que indique con certeza que para el 2015, la pobreza se habrá reducido a la mitad (UNDP, 2005). En los últimos 15 años las políticas económicas gubernamentales han sido orientadas a la aplicación de las reglas del llamado “Consenso de Washington”. En particular, los siguientes
lineamientos
de
políticas
han
independientemente de los gobiernos de turno:
orientado
la
intervención
estatal
•
Disciplina fiscal (saneamiento de las finanzas, responsabilidad fiscal, reducción del gasto público, plan de retiro voluntario, etc.);
•
Reforma tributaria (universalización de los incentivos, reforma tributaria);
•
Liberalización de las importaciones (rebaja unilateral de los aranceles, tratados de libre comercio);
•
Privatización de empresas estatales productivas y de servicios (electricidad, comunicaciones y puertos);
•
Desregulación del mercado interno (liberación del sistema de precios y eliminación de subsidios);
•
Reforma del estado y flexibilización laboral (reformas al código de trabajo y creación de regímenes especiales para la inversión extranjera).
Mediante la aplicación de éstas políticas, el Estado en su función de captador de recursos de la sociedad, expropia a los ciudadanos a través de nuevas formas de tributación, vendiendo sus empresas, disminuyendo el gasto público social para utilizarlos en el servicio de la deuda. Aunado al pago de la deuda pública, la prevalencia de altas tasas de interés con relación al mercado financiero internacional contribuye a la transferencia de recursos generados por los sectores productivos hacia el sector financiero sin que la misma se refleje en expansión de la economía. Desde una perspectiva económica y comercial los EEUU, Canadá y algunos gobiernos latinoamericanos impulsan el libre comercio e inversión a través de los Tratados de Libre Comercio - TLC (ahora Tratados de Promoción Comercial - TPC). El libre comercio e inversión es la expresión regional de la globalización neoliberal que trata de establecerse por medio de un proceso de integración asimétrico y bajo el liderazgo de las compañías transnacionales. Esta integración asimétrica busca la reorganización de los factores económicos y de los recursos naturales de América Latina de acuerdo con los intereses del capital corporativo norteamericano. Esta reorganización se expresa en la intención de la protección total e indiscriminada de las inversiones de las transnacionales en detrimento de la soberanía del Estado-Nación. Como en el caso del NAFTA los estados perderían su capacidad de proteger el ambiente y la salud humana y sus ciudadanos perderían el derecho a participar de manera democrática en la determinación del curso y prioridades de su desarrollo. La dimensión institucional del desarrollo
En un cambio de época, los paradigmas que prevalecieron durante el periodo histórico aún vigente pero ya en declinación son transformados o reemplazados. Por ejemplo, en el siglo pasado, el modelo de desarrollo industrial/productivista privilegio la dimensión mecánica, tecnológica e instrumental sobre lo humano, ecológico y social, dejando como resultado más visible la vulnerabilidad ambiental, económica, energética y social del planeta, de las formas de vida y de los ecosistemas. También, en los últimos 60 años los Sistemas de Conocimiento, Ciencia y Tecnología Agrícola (SCCTA) fueron exitosos promoviendo la productividad y competitividad del sistema de producción convencional, especialmente en manos de medianos y grandes productores vinculados al mercado interno y de exportación, sin embargo dejaron de lado la reducción del hambre, la sostenibilidad ambiental, la eficiencia energética, la inclusión social y la afirmación cultural de los pequeños productores, comunidades indígenas y afro descendientes, cuya situación de vulnerabilidad actual compromete la viabilidad social, política y ambiental de la sociedad rural y de sus territorios. Las consecuencias negativas de ese desarrollo (industrial/productivista) han fragmentado la consistencia interna y externa de las organizaciones de desarrollo y por lo tanto, sus modos de intervención y su institucionalidad están bajo cuestionamiento. Con la crisis de la visión mecánica de mundo que condicionó el desarrollo de la ciencia moderna, otras visiones de mundo3 y paradigmas están compitiendo entre sí para prevalecer e influenciar la época histórica emergente. Las visiones de mundo más visibles en este forcejeo paradigmático son: cibernética, mercadológica, evolucionista y contextual (De Souza Silva et al. 2001; Santamaría, 2003). De la revolución tecnológica en marcha emerge una visión cibernética de mundo, que sustituye la visión mecanicista prevaleciente en la época del industrialismo. La metáfora de la máquina para imaginar el mundo, las organizaciones y los individuos, es reemplazada por la metáfora de una máquina más sofisticada, una especie de sistema de información autorregulado. Esta visión cibernética de mundo enfatiza el liderazgo de la tecnociencia en el aumento de la efectividad y eficiencia en los procesos productivos y de gestión de los recursos naturales. En contraposición, en el marco de la revolución económica emerge una visión mercadológica de mundo, donde la metáfora de la 3
Visión de mundo o Weltanschauung (Checkland, 1989; Wilson y Morren, 1990; Bawden, 1998, 2000) es el marco mental que influencia la forma en que las personas piensan, deciden y actúan. Wilson y Morren (1990) señalan que las visiones de mundo “están constituidas por las experiencias, sentimientos, emociones, actitudes, valores, moral, creencias, gustos y personalidad de los individuos, al igual que los patrones de razonamiento e inteligencia y su “stock” de conocimientos”.
máquina es sustituida por la del mundo como un mercado auto-regulado y por organizaciones como proveedoras de productos y servicios. Bajo esta visión de mundo las complejas relaciones sociales se reducen a la competencia entre desiguales y a la creación de “capital humano, social o intelectual”, regulados por las leyes del mercado. Por otra parte, la visión evolucionista de mundo considera el mundo y las organizaciones no como “máquinas” sino como “organismos vivos” (o ecosistemas) que nacen, crecen, se reproducen y mueren cuando son incapaces de “renovarse”. La innovación institucional es percibida como un proceso de adaptación y sobrevivencia de los más aptos, bajo la lógica del ambiente externo. Bajo esta visión de mundo, al igual que los sistemas naturales los sistemas sociales existen independientemente de nuestra voluntad y su lógica y coherencia interna solamente requieren ser descubiertas. Finalmente, bajo la visión contextual de mundo, la metáfora de la máquina es reemplazada por la metáfora del mundo como “una trama de relaciones entre diferentes formas de vida”, considerando la realidad natural y social en su totalidad y como resultado de un proceso de construcción colectiva. En la visión contextual los “Sistemas de Información y Conocimiento”4 existen solamente cuando los actores individuales y colectivos de una actividad o territorio adquieren conciencia de su interdependencia y de la necesidad de actuar como un sistema y por lo tanto llegan a acuerdos en cuanto a los objetivos, límites, membresía y utilidad. Es en este sentido que se puede considerar el territorio como una “construcción social” (Schejtman y Berdegué, 2004) Cada visión de mundo es más consistente con un determinado paradigma científico y con una racionalidad5. El paradigma tecnocéntrico que prevaleció durante la época histórica del industrialismo, consistente con la visión cibernética de mundo y con la racionalidad instrumental es desafiado por el paradigma ecocéntrico (neo-racionalista) que trasciende el reduccionismo e incorpora la teoría de sistemas desde una perspectiva 4
Sistemas de Información y Conocimiento (Knowledge, and Information Sistems- KIS); en la definición de Roling, 1988, se entiende como “Las personas, redes e instituciones , las interfaces y articulaciones entre ellos, que se ocupan de, o gestionan la generación, transformación, transmisión, almacenamiento, recuperación, integración, difusión y utilización del conocimiento y la información, los cuales tienen el potencial de trabajar sinérgicamente, para mejorar la relación entre el conocimiento, el medio ambiente y el uso de tecnologías, en un campo específico de la actividad humana”. 5 Habermas (1984, 1987) distingue entre distintas tipos de acciones: instrumental, asociada al mundo material (físico/biológico); estratégica, asociada con el mundo social (relaciones sociales); y comunicativa, asociada con el mundo interior (autorreflexión). Cada tipo de acción humana es asociada con un determinado sentido de “lo que es correcto”. Es a este sentido de lo correcto o vías preferidas de conseguir los propósitos a los que aquí se le llama racionalidad.
positivista y una racionalidad estratégica. Con la visión contextual de mundo se valoriza el paradigma holocéntrico centrado en la sostenibilidad de la humanidad y del planeta, a través del rescate y promoción de la relevancia de las dimensiones humana, social, ecológica, política e institucional del desarrollo bajo una racionalidad comunicativa. Por causa de estos y de otros cambios paradigmáticos, y frente a la crisis de significados que eso representa, antiguas premisas orientadoras de la tecnociencia y el desarrollo están perdiendo su vigencia y por lo tanto su legitimidad social. Por otra parte, otras premisas están emergiendo en correspondencia con las percepciones de la realidad que están siendo construidas por las nuevas posibilidades epistemológicas. Una institucionalidad puede ser entendida como la combinación de un discurso hegemónico, las reglas del juego que emergen de ese discurso, las prácticas sociales establecidas para implementar dicho discurso, las relaciones de poder que las viabilizan y las configuraciones (“mecanismos”) que las operacionalizan. Por eso, la coherencia de un discurso está determinada por la consistencia interna de su marco conceptual, visión de mundo, paradigma científico, racionalidad, y percepción del contexto. A cada nueva coherencia institucional emergente le corresponde un discurso, alrededor del cual nuevas reglas del juego son propuestas, nuevas prácticas sociales inician su consolidación, nuevas relaciones de poder empiezan a establecerse y nuevas configuraciones institucionales disputan los
espacios perdidos por el discurso en
declinación. Por lo tanto, el discurso hegemónico de la época histórica del industrialismo está en crisis, abriendo espacio para la emergencia de otros discursos, reglas, prácticas, relaciones de poder y configuraciones que compiten entre sí. En medio de toda esta confusión, agravada por antiguas y nuevas contradicciones, la mayoría de los dirigentes y agentes de cambio toman la iniciativa de cambiar sus organizaciones sin necesariamente comprender por qué deben cambiar, en beneficio de quiénes el cambio debe ocurrir, con quiénes el cambio debe ser realizado y cómo planificarlo y facilitarlo. Atrapada en la crisis de percepción propia del cambio de época, la mayoría de estos dirigentes son hoy rehenes de modelos instrumentales, como los de la calidad total, reingeniería y planificación estratégica, que prevalecieron en los años 80 y 90. La insuficiencia y obsolescencia epistemológica de estos modelos limita o impide la comprensión que dichos dirigentes necesitan para asociar el fenómeno de la vulnerabilidad-sostenibilidad institucional de sus organizaciones con el fenómeno
histórico del cambio de época que está en marcha desde los años 60. Por eso, cerca de 75% de todas las iniciativas de cambio institucional de las dos últimas décadas fracasaron. Cerca de 80% de los fracasos ocurrieron durante el momento de la implementación de las propuestas de cambio (Mato et al., 2001; De Souza Silva et al, 2006). La mayoría se preocupó apenas en formular un nuevo documento (Plan Estratégico, Mapa de Ruta, Plan de Mediano Plazo, etc.,) y en cambiar la dimensión dura de las organizaciones sin un esfuerzo dirigido a cambiar la forma de pensar y actuar de las personas que las integran. Bajo estas condiciones, la innovación no es más el resultado de la investigación orientada a transferir los mejores medios técnicos para el aumento de la productividad y la competitividad. En lugar de ser simplemente el resultado de la investigación básica y/o aplicada realizada por científicos, la innovación es considerada como una “propiedad emergente” de la interacción entre muchos interesados en el desarrollo humano, territorial, científico, social, económico y ambiental en los “teatros de la innovación” (Engel, 1997; Röling and Wagemakers, 1998). Estos diversos interesados en el desarrollo incluyen no solamente a los investigadores, tranferencistas, empresarios, y productores sino también y crecientemente a las ONGs, otros usuarios de los recursos rurales y ambientales como los operadores turísticos, industriales, comercializadores y consumidores entre otros. Para los formuladores de políticas, dirigentes y activistas del desarrollo esto implica el cambio del énfasis únicamente en la innovación tecnológica hacia la comprensión de la totalidad del contexto de la innovación y de las diferentes perspectivas de los múltiples interesados en ella. Esto significa que la innovación institucional adquiere ahora una importancia sin precedentes para los esfuerzos de desarrollo, por su potencial de construir un nuevo comportamiento individual y colectivo, cambiando las personas que cambian las cosas. La Innovación Institucional de las Organizaciones de Desarrollo A lo largo del tiempo, todo ser vivo se dedica a la búsqueda interminable de su coherencia—una forma de ser, sentir, pensar, decidir y actuar—en correspondencia con el contexto (entorno) operacional relevante que es el “dominio de su existencia”, su territorio. El concepto de coherencia se refiere a la consistencia interna entre los elementos de un determinado conjunto, mientras el concepto de correspondencia se
refiere a la consistencia externa entre dos o más conjuntos de elementos. La innovación institucional también es una búsqueda por coherencia y correspondencia como se explica en el modelo representado en la Figura 1.
Contexto operacional
Con
Marco valorativo
Marco Conceptual Reglas de juego (internas)
Configuraciones
Percepción del contexto
Contexto externo
Figura 1 Innovación institucional de organizaciones de I&D rural (Santamaría 2003, 2004). Este modelo de innovación institucional se basa en lo que los biólogos, filósofos, teóricos de sistemas y cientistas sociales llaman “cognición” la cual es la esencia de las acciones conscientes de los seres vivos. Durante los procesos de innovación los miembros de una organización interactúan para compartir teorías, enfoques, conceptos, visiones de mundo, valores, emociones, teorías de acción y percepciones de su contexto común, los cuales en última instancia moldean las “acciones conscientes” (la praxis) de la organización. Los componentes mostrados en la Figura 1 se definen de la siguiente manera: 1. Marco Conceptual. Incluye las teorías, enfoques y conceptos más importantes para interpretar y comprender la realidad. 2. Percepción del contexto. Se refiere a la forma como se percibe el contexto operacional y consecuentemente como el mismo afecta y es afectado por la praxis organizacional. 3. Marco valorativo. Consiste en los valores, paradigmas, racionalidad, y visiones de mundo que en gran medida determinan los modos de intervención para alcanzar los propósitos de una organización.
4. Configuraciones. Son los arreglos para las relaciones entre los individuos que fundamentan la organización y a los cuales se llega en su búsqueda por consistencia interna y por correspondencia con las necesidades de sus usuarios, beneficiarios y clientes en el contexto operacional externo. 5. Reglas del juego (internas). Son las normas de comportamiento y los sistemas de estímulos y premiación que regulan las relaciones interpersonales dentro de la organización y con los demás actores del desarrollo. La tendencia de los componentes del modelo de ser internamente consistentes dentro de una praxis organizativa es lo que se denomina de requisito de coherencia. Diferentes coherencias institucionales conducen a definiciones diferentes de lo que es considerado un problema, a un conjunto diferente de preguntas relevantes y por lo tanto a diferentes soluciones. Un concepto adicional, el requisito de correspondencia expresa la tendencia de dichos componentes a buscar la consistencia externa con las aspiraciones y necesidades de los beneficiarios y con las “reglas del desarrollo” del contexto operacional. La falta de coherencia por lo tanto afecta principalmente la eficiencia de una organización mientras que la falta de correspondencia afecta principalmente la relevancia de su desempeño desde la perspectiva de los demás actores del desarrollo territorial rural. El modelo de innovación institucional refleja la dialéctica de la contradicción y la convergencia entre coherencia y correspondencia. Por una parte cuando el contexto operacional –el territorio cambia, demandando una nueva correspondencia, esto deberá conducir a la reconstrucción de una nueva coherencia. Por otra parte la reconstrucción de una nueva coherencia institucional conduce a la necesidad de establecer una nueva correspondencia. En consecuencia, aquí se entiende la innovación institucional como un proceso interactivo de aprendizaje social en el contexto de su aplicación e implicaciones que conduce a sus participantes a negociar e implementar cambios transformacionales de la identidad de su organización. Con base en el cuestionamiento crítico de la identidad organizacional los participantes construyen una nueva coherencia institucional (marco conceptual, percepción del contexto, marco valorativo, reglas del juego y configuraciones alternativas) con el objetivo de alcanzar un grado mayor de correspondencia con las demandas, necesidades y aspiraciones de los demás actores del desarrollo.
Teorías de acción para la innovación institucional La generación, diseminación y transformación del conocimiento están imbuidos en y definidos por un complejo conjunto de prácticas y criterios sociales, técnicos e institucionales (Gibbons et al., 1994; Santamaría et al., 2004; De Souza Silva et al., 2006, Santamaría, 2007). En consecuencia, las ideas y cuerpos del conocimiento no existen ni como objetos discretos o mercaderías que pueden ser intercambiados ni como una colección de creencias individuales que un grupo puede simplemente llegar a compartir. El conocimiento socialmente relevante no es definido por criterios organizativos ni por centros de autoridad sino que es el resultado de interacciones, negociaciones, y arreglos que ocurren entre diferentes actores del proceso de su generación y apropiación. Por consiguiente es necesario antes que todo comprender cómo los grupos de interés (stakeholders), individual o colectivamente construyen y adaptan sus marcos conceptuales y valorativos, su percepción del contexto que influencian sus configuraciones y modos de intervención. Mientras que el conocimiento explícito es el conocimiento formal que puede ser encontrado sistematizado y disponible en diferentes formas: datos, formulas, procedimientos codificados, principios universales, reglas generales, normas y procedimientos estandarizados, textos escritos, etcétera, el conocimiento tácito es el conocimiento informal, individual o social, difícil de expresar en una forma sistematizada. El conocimiento tácito puede dividirse en sus dimensiones técnica y cognitiva. La dimensión técnica se relaciona con las habilidades y dominio del arte es traducido a través de la expresión “know-how” de una persona u organización. La dimensión cognitiva del conocimiento tácito incluye la visión de mundo, paradigmas, creencias, racionalidad, valores y percepciones que influencia la forma en que los actores de la innovación toman decisiones y actúan. El conocimiento tácito es el producto de la interacción entre individuos o grupos en el contexto de redes de relaciones y cadenas de eventos que ellos influencian en su trabajo diario, los cuales son condicionados por percepciones y acciones de esos actores. La intuición y la imaginación son dos de los ingredientes más importantes para la
generación de conocimiento tácito. La principal característica del conocimiento tácito es que su acceso es imposible sin la interacción directa y personal con los actores que lo poseen, debido a que su transferencia depende principalmente en el esfuerzo creativo para expresarlo a través de imágenes verbales, metáforas, símbolos heurísticos y analogías. El conocimiento tácito es también visto como “contexto-específico y relacional que es construido socialmente en la medida que es dinámicamente generado al nivel del sistema de interacción social” (Broekstra, 1998:168). En su búsqueda por soluciones innovadoras para los aún poco comprendidos desafíos emergentes, las organizaciones de desarrollo y los individuos generalmente han tenido acceso a teorías de acción que son relevantes principalmente para la gestión de la innovación tecnológica. Mas aún, como han señalado Argyris y Schön (1978): “las teorías creadas para comprender y predecir pueden ser muy diferentes de las teorías creadas para ayudar a las personas a hacer que los eventos ocurran de manera efectiva. Las últimas son las que hemos llamado teorías de acción las cuales pueden conducir a la comprensión y predicción, sin embargo ellas van mas allá de estas dos importantes funciones”. De acuerdo con estos autores “el aprendizaje organizacional puede ser entendido como la reestructuración y validación de las teorías de acción de una organización”. En este sentido, la innovación institucional debe conducir al cambio de la teoría de acción de la organización, por la que se entiende al conjunto de principios de comportamiento moldeados por paradigmas, visiones de mundo, racionalidad y por las premisas teóricas y metodológicas que orientan la forma en que un determinado propósito organizacional puede ser efectivamente alcanzado. Por esta razón, es imposible lograr el cambio institucional de una determinada organización sin un cambio profundo en su forma de pensar que influencia su marco valorativo y moldea las percepciones, decisiones y acciones individuales y colectivas. Esta perspectiva es congruente con la teoría del aprendizaje organizacional (Argyris, 1992; Kitchener, 1983; Broekstra, 1998; Bawden, 2000), de acuerdo con la cual dicho aprendizaje ocurre en las siguientes formas:
¾ Aprendizaje de bucle simple: ocurre cuando las prácticas organizativas son cambiadas sin cuestionar porqué las mismas no conducen a los resultados deseados; ¾ Aprendizaje en bucle doble: también conocido como cambio de segundo orden, en el cual el aprendizaje ocurre a través de un proceso de indagación conjunta sobre los marcos conceptuales y metodológicos de la organización para superar prácticas organizativas obsoletas; ¾ Aprendizaje epistémico o en bucle triple: el cual incluye el cuestionamiento del marco valorativo establecido, a través de una reflexión deliberada y autocrítica sobre las visiones de mundo, racionalidad, paradigmas, teorías, valores y otros elementos que rigen el comportamiento organizacional.
Con el objetivo de alcanzar un grado mayor de correspondencia con las demandas, necesidades y aspiraciones de los demás actores del desarrollo los agentes del cambio y la innovación, construyen una determinada coherencia institucional, cuya expresión más visible es la Teoría de Acción que orienta la manera en que su propósito, mandato o misión puede ser logrado.
De manera que si queremos fortalecer las organizaciones de desarrollo rural en un determinado territorio, a través de la innovación institucional es necesario reflexionar críticamente acerca de las teorías de acción (dominantes y emergentes) dado que estas orientan su praxis organizacional. En efecto, las teorías de acción que orientan (moldean) los procesos de cambio influencian la comprensión de lo que es la innovación institucional y la forma en que la iniciativa de cambio debe ser realizada. Las teorías que los dirigentes de desarrollo y facilitadores del cambio explicita o implícitamente utilizan para la innovación institucional difieren considerablemente en cuanto a su efectividad. A partir del estudio de procesos de cambio e innovación institucional en organizaciones de investigación y desarrollo rural en América Latina y el Caribe, fueron identificadas y sistematizadas cuatro teorías de acción que orientan la mayoría de los procesos de cambio e innovación institucional en organizaciones de investigación y desarrollo rural: mecanicista, económicista, evolucionista y contextual (Santamaría, 2003; Santamaría, 2004). Dichas teorías son presentadas en la Tabla 1 en la cual los componentes del modelo de la Figura 1 sirven como marco organizativo.
Tabla 1 Teorías de Acción para la Innovación Institucional en Organizaciones de Investigación y Desarrollo Rural Componentes
Marco conceptual
Marco Valorativo
Percepción del contexto operacional
Configuracione s y bases para la interacción
Reglas internas del juego
Teorías de acción Mecanicista
Economicista
Evolucionista
Contextual
Teoría de sistemas (pensamiento duro), gerencia científica, reingeniería
Economía institucional, planificación estratégica, teoría de sistemas (pensamiento duro) Racionalidad estratégica, paradigma ecocéntrico, visión mercadológica de mundo El contexto es una arena para la competencia, con oportunidades y amenazas. La planificación estratégica es la principal herramienta para manejar la relación con el contexto
Desarrollo humano sostenible, gestión de ecosistemas, conservacionismo
Teoría de la red de actores, teoría de sistemas (pensamiento blando), constructivismo, teoría crítica
Racionalidad comunicativa, paradigmas ego- y ecocéntricos, visión evolucionista de mundo El contexto es incierto y dominante. La naturaleza es frágil y harmoniosa. La adaptación es el medio para crear y mantener el “inputoutput equilibrium” de las organizaciones
Jerarquías burocráticas. Desarrollo tecnológico y cambio agro tecnológico
Jerarquías burocráticas e individualismo. Competencia, y dominación
Redes jerárquicas, y coaliciones. Cooperación interactiva para alcanzar e implementar acuerdos
Meritocracia científica, control de la naturaleza para propósitos humanos
Las fuerzas del mercado optimizan el uso de los recursos y definen la supervivencia de los más competitivos
Confianza, relación responsable con la naturaleza, equidad y respeto mutuo entre las personas
Racionalidad comunicativa, paradigma holocéntrico, visión holística/contextual de mundo El contexto es complejo y contradictorio. El cambio de época fragmenta las reglas del desarrollo. La deconstrucción y reconstrucción de coherencia y correspondencia contribuye a la sostenibilidad Redes democráticas y solidarias. Negociación e intercambio reconociendo la diversidad de perspectivas e intereses Compromiso social, co-responsabilidad, solidaridad, relaciones éticas con la naturaleza y entre las personas
Racionalidad instrumental, paradigma tecnocéntrico, visión cibernética de mundo El contexto es manejable, controlable y predecible. La ciencia y la tecnología son consideradas como cruciales para manejar y controlar el contexto
Fuente: Santamaría (2004).
En la mayoría de las organizaciones de desarrollo los componentes de sus teorías de acción pueden aparecer entremezclados, sin embargo un análisis más exhaustivo mostrará sus características dominantes y su ubicación esencial. En la Tabla 2 las cuatro Teorías de Acción anteriormente presentadas son comparadas en cuanto a sus premisas (racionalidad), ventajas y limitaciones.
Tabla 2 Comparación de cuatro Teorías de Acción Teorías de Acción Mecanicista
Premisas (racionalidad)
Ventajas
Limitaciones
La innovación institucional es una actividad explicita, deliberada, simple y controlada de búsqueda de nuevas oportunidades, de concebir nuevas estrategias e implementar cambios en los productos y servicios de una organización
Puede ayudar a mejorar la calidad de los productos y servicios, reducir la burocracia, monitorear los procesos de producción, fortalecer las relaciones jerárquicas y temporalmente reducir la vulnerabilidad organizacional
Restringe el análisis al mundo de los “hechos”, ignorando los valores, ideas, ideales, relaciones, compromisos y aspiraciones de los actores internos y externos. Reduce la complejidad a su dimensión técnica ignorando otras dimensiones y factores Estimula a los actores sociales a competir y desincentiva la practica y promoción de la solidaridad. Crea un alto grado de resistencia interna lo que hace difícil el cambio de la cultura organizacional
Promueve el cambio institucional como un instrumento para alcanzar la competitividad. Descansa principalmente en las ciencias exactas y en las fuerzas del mercado para enfrentar los nuevos desafíos impuestos a las organizaciones Evolucionista La organización es considerada como un organismo vivo (o ecosistema) el cual nace, crece y va a morir cuando sea incapaz de auto renovarse. La adaptación al medio ambiente es la mejor vía para sobrevivir La innovación institucional Contextual es un proceso complejo e interactivo de construcción y apropiación colectiva mediante el cuál los talentos humanos de una organización negocian tanto los fines como los medios para crear una nueva coherencia institucional en correspondencia con las necesidades y aspiraciones de sus clientes, usuarios, socios y beneficiarios Fuente: Santamaría, 2004
Economicista
Estimula el pensamiento discontinuo, los cambios estructurales y el reconocimiento de la importancia del contexto. Mejora las relaciones con los clientes, socios y usuarios aumentando su grado de satisfacción Reconoce las relaciones sociales entre individuos y entre organizaciones. Favorece el establecimiento de configuraciones en red para la innovación institucional
Incluye pero trasciende los aspectos promovidos como importantes por las otras teorías de acción. Mejora la comunicación entre los actores internos, genera compromiso con la organización y acomoda los diferentes intereses a través de la negociación interna y con los actores del contexto.
Deja poco o ningún espacio para la iniciativa y la creatividad ya que el ambiente determina siempre en última instancia la sobrevivencia de las organizaciones Requiere más tiempo para su implementación y esfuerzos de largo plazo para alcanzar consistencia interna y externa y para la emergencia de una nueva cultura organizacional
Como puede apreciarse, solamente bajo la orientación de la Teoría de Acción Contextual es posible construir una coherencia institucional comprometida con las necesidades, demandas y aspiraciones de los actores relevantes y en consecuencia
aumentar las posibilidades de éxitos y la sostenibilidad de las intervenciones para el desarrollo inclusivo. La teoría de acción contextual y el desarrollo inclusivo Los componentes de las teorías de acción se traducen en premisas conceptuales y metodológicas que orientan las prácticas sociales de los actores del desarrollo inclusivo: el aprendizaje social, las configuraciones, la participación, el desarrollo de estrategias, entre otras. Veamos algunas de estas prácticas y sus implicaciones para el desarrollo inclusivo. Aprendizaje Social para el Desarrollo Inclusivo Los programas de educación formal son la fuente principal de teorías de acción que de manera explicita o implícita orientan las prácticas de los dirigentes del desarrollo territorial rural y facilitadores de cambio institucional. Los educadores que forman a los profesionales han sido también educados bajo la influencia de ciertas teorías de acción adoptadas por sus instructores. Por lo tanto, lo que es más importante para la innovación institucional no es saber cómo aprender sino cómo y porqué desaprender las premisas y supuestos previamente aprendidos. Será por lo tanto necesario el aprendizaje en “bucle doble” y “bucle triple”, ya que es a través de ellos que se develan las reglas, normas, principios, hipótesis, marcos conceptuales y metodológicos, así como los paradigmas establecidos para su cuestionamiento a través de un proceso deliberado de reflexión autocrítica. De acuerdo con el enfoque contexto-céntrico de generación y apropiación de conocimiento (Figura 2), innovaciones importantes emergen de procesos de interacción social y conocimiento socialmente relevante es generado en el contexto de su aplicación e implicaciones dentro de espacios democráticos —Ágoras— o interacciones entre talentos externos y locales (Santamaría 2003, Santamaría et al., 2004, De Souza Silva et al., 2006). A la creación de estos espacios y a la facilitación de las interacciones de los actores relevantes para la innovación le hemos llamado Gestión Integrada del Conocimiento y la Innovación (Pérez Guardia et al., 2004; Santamaría 2007).
Contexto de aplicación e implicaciones
6 Reconfiguració n Diseminación
1 Intercambio de experiencias Diálogo de “saberes”
2 Conceptualización reflexiva Conocimiento socialmente relevante e innovaciones pertinentes
5 Sistematización Interpretación
Contexto de aplicación e implicaciones
Contexto de aplicación e implicaciones
3 Operacionalización para uso práctico 4 Aplicación Validación
Contexto de aplicación e implicaciones
Figura 2. El Modo Contexto-céntrico de Generación y Apropiación de Conocimiento (Santamaría et al., 2004) La Gestión Integrada del Conocimiento y la Innovación consiste en la articulación coherente e integración de los procesos de generación y apropiación del conocimiento socialmente relevante para la innovación, en sus diferentes dimensiones (social, económica, ambiental, política e institucional), en el contexto de su aplicación e implicaciones (local, nacional) y en correspondencia con los eventos, procesos y arreglos institucionales emergentes en el territorio y en el entorno nacional, regional y global (Pérez Guardia et al., 2004; Santamaría, 2007). En el marco de la teoría de acción contextual la Gestión Integrada del Conocimiento y la Innovación desde una perspectiva holista, sistémica y comprometida con el contexto de su aplicación e implicaciones ofrece alternativas a la necesidad de mejorar los niveles de eficiencia y relevancia de las organizaciones de desarrollo y su contribución a la innovación productiva e institucional de los territorios. Las Configuraciones Organizacionales para el Desarrollo Inclusivo Cuando se crean espacios para la participación y modelos interactivos como base de la innovación, los
actores involucrados crean configuraciones organizacionales
cualitativamente nuevas, tales como plataformas, coaliciones, alianzas y redes que
pueden ser vistos como formas de innovación institucional. Los dirigentes de las organizaciones y facilitadores de la innovación institucional a lo interno de estas configuraciones precisan desarrollar un amplio espectro de habilidades y cualidades, incluyendo habilidades de comunicación, de ser consistentes, de articular y canalizar el coraje político, para la negociación y para el manejo de dinámicas grupales. Diversas configuraciones organizacionales pueden ser vistas como sistemas de información y conocimientos en los cuales tiene sentido hablar de una red (trama) de relaciones. La dinámica de redes emerge solamente cuando un creciente número de participantes comienza a tener conciencia de la necesidad de pensar, decidir y actuar como parte de una iniciativa basada en una red de relaciones. Las redes por lo tanto, pueden constituir un conjunto de relaciones interconectadas construidas por personas que han aceptado previamente un propósito y desarrollan acciones para lograrlo bajo un conjunto de reglas (implícitas y explícitas) que guían su actuación. Adicionalmente las configuraciones en red permiten unir a actores geográficamente dispersos que de otra manera no estarían en condiciones de interactuar. Sin embargo, la construcción de redes no es solamente acerca de conectar personas físicamente. La teoría de acción, la naturaleza del problema que será afrontado y las relaciones internas de poder, entre otras consideraciones también definen las características de la red. Por lo tanto, más importante que la dimensión objetiva—dura—de una red es su dimensión subjetiva—blanda. La dimensión dura de una red se refiere a la dinámica de la interacción humana derivada de su base material-tecnológica y forma organizativa. La dimensión blanda se refiere a la naturaleza de una red derivada de la motivación, intención, finalidad, propósito, valores, creencias, compromisos, en fin, de la dimensión subjetiva de la red. La Práctica de la Participación para el Desarrollo Inclusivo Como se entiende aquí, la innovación institucional no es el producto de un genio individual que trabaja aisladamente, sino que emerge de las interacciones humanas. Son por lo tanto necesarias nuevas capacidades para la participación en las emergentes formas sociales de organización de la innovación (los grupos de trabajo inter- y transdisciplinarios y las redes de compromiso social) tanto a lo interno como a lo externo de las organizaciones de desarrollo inclusivo.
Hasta que un nuevo consenso sea alcanzado alrededor de la importancia del esfuerzo conjunto para construir una nueva coherencia institucional, el camino es largo y extremadamente difícil, porque el modelo racionalista de gestión y las teorías de acción dominantes nos ha programado para actuar individualmente. Los procesos participativos dependen más de la intención de las personas que de los métodos y prácticas usadas. Obviamente, si hay una intención sincera y el proceso es bien manejado, entonces los mismos pueden agregar valor colectivo. De hecho, hay diferentes tipos y grados de participación tales como: participación pasiva o noparticipación, participación informativa o seudo-participación, participación por incentivos materiales, participación liberal, participación funcional, participación crítica interactiva y participación por auto-movilización (Pretty, 1994; Salazar et al., 2001; Alvarez et al., 2005). La teoría de acción que las personas han adoptado (de manera consciente) afecta la forma en que ellas participan en el proceso de cambio. En efecto, la no-participación, la seudo-participación y recientemente la participación virtual son comúnmente las practicadas en el marco de intervenciones orientadas por la teoría de acción mecanicista. En estas circunstancias las personas “participan” solamente en el sentido de que son informados acerca de lo que va a ocurrir o ya sucedió. Estas prácticas no participativas asumen que las relaciones humanas están determinadas por la dicotomía entre los que son capaces de pensar y los que no. Por lo tanto, los límites de y las condiciones para la participación han sido decididas por los “expertos” quienes manipulan los resultados de las “consultas” desplegadas por los que detentan más poder para dirigir los procesos de acuerdo con su teoría de acción e intereses. La participación liberal y la orientada por incentivos son regularmente practicadas en procesos influenciados por la teoría de acción economicista. Dado que se asume que las reglas, premisas y promesas del sistema social dominante son correctas, no hay espacio para la discusión acerca de las causas y consecuencias de los fenómenos como la globalización, el desarrollo rural, la degradación ambiental, etc. La teoría de acción subsumida en estas intervenciones simplemente no es expuesta a la crítica y al cuestionamiento. Finalmente, la participación crítica e interactiva es promovida por facilitadores y activistas que conscientemente han adoptado la teoría de acción contextual y el pensamiento de sistemas blandos. En estas formas de participación las personas se
incorporan activamente a los análisis conjuntos que conducen a la formación de nuevas configuraciones institucionales y nuevas reglas del juego para la innovación. La corresponsabilidad y el sentido de pertenencia permiten a los actores influenciar los fines y las decisiones y apropiarse de los resultados de los procesos innovadores. Formulación de Estrategias para el Desarrollo Inclusivo Los estrategas como todos los demás actores del desarrollo son influenciados por el marco interpretativo y valorativo dominante en la organización a la cual pertenecen. Los grandes estrategas, antiguos y contemporáneos, son mejor conocidos por la teoría de acción que inspira su originalidad y pensamiento crítico, que por los instrumentos que ellos aplican. Después de una revisión exhaustiva de los diferentes enfoques para el desarrollo de estrategias la Red Nuevo Paradigma propuso el enfoque contextual para el desarrollo de estrategias para la innovación institucional. De acuerdo con este enfoque, la estrategia es una configuración alternativa de macropasos para movilizar diferentes grupos de acciones a lo largo de un eje convergente para el logro de un objetivo (De Souza Silva, et al. 2001, Alvarez et al., 2005). La teoría de acción contextual no puede ni debe ser reducida a procedimientos o normas, como ocurre en otros enfoques de corte positivista. Inclusive, la mayor parte del enfoque metodológico planteado no es presentado en la forma de reglas, sino en la forma de premisas para inspirar y orientar la forma de pensar y actuar de los estrategas: ¾ El desarrollo de estrategias es un proceso dialéctico de negociación mediante la interacción social, en el contexto de su aplicación e implicaciones; ¾ La regla crítica para una perspectiva interactiva del desarrollo de estrategias es la negociación; ¾ Sin negociación no hay participación, sin participación no hay interacción y sin interacción no hay negociación; ¾ La teoría de acción adoptada por los estrategas influencia fuertemente la naturaleza, el curso y las prioridades de la estrategia; ¾ El resultado de la negociación es un conjunto de decisiones éticas y políticas; La estrategia perfecta no existe. Toda estrategia desarrollada para contextos complejos sólo puede ser perfeccionada en el contexto de su aplicación e implicaciones mediante la interacción. Su éxito está fuertemente asociado a las implicaciones combinadas de la
estrategia en las dimensiones política, económica, técnica, cultural, social, etc. que no siempre son convergentes entre sí. En el marco de la teoría de acción contextual, el proceso de formulación de estrategias para el desarrollo inclusivo debe incluir al menos los siguientes momentos de negociación de: ¾ La teoría de acción; ¾ El objetivo de la estrategia; ¾ El contexto interno y externo relevante para el objetivo; ¾ Los actores relevantes para el éxito de la estrategia; ¾ Los factores relevantes para el éxito de la estrategia; ¾ Las acciones para articular los actores y factores relevantes; ¾ La consistencia interna entre la naturaleza de las acciones, la actitud de los actores y el estado actual de los factores; ¾ La configuración (alternativa y flexible) de pasos para realizar un grupo compatible de acciones; y ¾ El conjunto de macro-pasos que es técnica, política, económica, institucional y éticamente más pertinente para alcanzar el objetivo. Estos momentos del proceso de formulación de estrategias para el desarrollo territorial son apenas indicativos; cada contexto y la dinámica de cada proceso pueden indicar la fusión de algunos de ellos, o el desglose de otros en momentos más específicos imposibles de anticipar. Lo importante es el mensaje explícito en la palabra negociación, que está presente en todos los momentos del proceso. Eventualmente, algunos pasos pueden empezar de forma independiente de otro u otros pasos, mientras otros sólo pueden empezar después que algunos ya fueron realizados, porque necesitan de la contribución de estos pasos anteriores. En resumen, mientras una configuración tiene una direccionalidad temporal la “dirección hacia el logro del propósito en el tiempo”, esta nunca será una secuencia lineal y mecánica de pasos. Solo la dinámica del proceso de implementación de una estrategia puede revelar lo que necesita ser mejorado, cancelado, adicionado o reemplazado. El Cambio Conceptual para el Desarrollo Inclusivo La teoría de acción contextual para la innovación institucional integra entre otros, conceptos y marcos interpretativos de la teoría del aprendizaje experiencial, del
pensamiento sistémico blando y del pensamiento crítico. Se reconoce por lo tanto que los individuos perciben el mundo de manera particular y usan de manera diferente los procesos meta cognitivos y de desarrollo epistémico para derivar lecciones y significados de sus experiencias para cambiar su forma de pensar y actuar. El cambio conceptual de los individuos ocurre en interacción con otras personas y con el territorio (dominio de su existencia), mientras tratan de comprender colectivamente, situaciones que se perciben como problemáticas y que se busca mejorar en conjunto. Como los actores sociales tienen historias locales condicionadas por su formación pasada, desafíos presentes y aspiraciones futuras, la búsqueda conjunta por comprensión debe incluir la concienciación sobre el propio proceso de aprendizaje, la naturaleza de las premisas y supuestos que lo condicionan y el carácter sistémico de sus interrelaciones con otras jerarquías del mundo circundante (sistemas y suprasistemas). Estos elementos de la teoría de acción contextual son válidos para la construcción de capacidades para la innovación institucional donde las personas interactúan generando y reconfigurando conocimiento socialmente relevante y negociando visiones y paradigmas en conflicto, objetivos y perspectivas. En el caso del desarrollo inclusivo, esto implica un cambio conceptual que transforma las formas de ser, sentir, pensar y actuar de los que deben superar la vulnerabilidad de sus modos de vida, construyendo su sostenibilidad.
Suprasistema
Contexto Operacional - el Territorio
Sistema
Organización de desarrollo
Subsistema
Comunidades de aprendizaje
Figura 3. Niveles de intervención para la innovación institucional y el desarrollo inclusivo (Santamaría 2003; Santamaría 2004; Alvarez et al., 2005) La identificación y fortalecimiento de las comunidades de aprendizaje existentes a lo interno de las organizaciones es un elemento clave para la innovación institucional bajo
una teoría de acción contextual. Esto permitirá que la iniciativa de transformación institucional tenga como propósito cambiar las personas que cambian las cosas en lugar de cambiar las cosas (productos, servicios y procesos) para que luego las personas cambien (Alvarez et al., 2005). Gerencia por Desafíos La comprensión y manejo de las diferencias en percepciones, decisiones y teorías de acción de los actores, resulta clave para los esfuerzos de desarrollo inclusivo. Es en ese sentido que la participación crítica e interactiva se convierte en uno de los temas centrales en la colaboración con las organizaciones de desarrollo. En este tipo de participación, las personas se incorporan activamente a los esfuerzos interpretativos de la problemática territorial, lo que conduce a la formación de nuevas configuraciones institucionales, nuevas reglas del juego, modos de interpretación y teorías de acción para la innovación.
Figura 4. Gerencia por desafíos para la eficiencia y relevancia institucional
La percepción negociada del territorio, los desafíos, la visión de futuro que trasciende los intereses y visiones individuales y el consenso crítico sobre las estrategias para alcanzar los propósitos negociados permite la emergencia de la corresponsabilidad y el sentido de pertenencia en un proceso genuinamente participativo donde los actores relevantes pueden influenciar los fines y las decisiones y apropiarse de los resultados de los procesos innovadores. Más allá de las organizaciones de desarrollo, en el contexto regional la teoría de acción contextual y la gerencia por desafíos es consistente con la visión del mundo como una trama de relaciones entre diferentes formas de vida y por lo tanto la sostenibilidad de la humanidad y el planeta depende de nuestra capacidad para globalizar la solidaridad, para lo cual la participación crítica e interactiva es imprescindible.
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