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Asma Síntomas y Tratamiento; Los pacientes asmáticos sufren episodios recurrentes de sibilancias, disnea, presión torácica y tos que pueden afectar significativamente a su vida profesional, social, física y emocional, pero además, estos síntomas pueden agravarse a periodos de deterioro más graves denominados “exacerbaciones del asma”. (Consulta siempre a tu médico).
¿Qué es el Asma? 4,5 / 5
El asma es una enfermedad inflamatoria crónica de las vías respiratorias que impide el paso del aire por los bronquios. Se caracteriza por episodios repetidos de tos y/o sibilancias, y es reversible de forma espontánea o mediante la administración de broncodilatadores. Es muy frecuente en los niños, pero no siempre se diagnostica correctamente, lo que dificulta su control. Se calcula que entre el 6 y el 11% de los niños menores de 11 años padecen asma. Los primeros síntomas aparecen antes de los 5 años. Es más frecuente en los niños que en las niñas.
Causas del Asma 1/6
Antecedentes personales de alergia (a las proteínas de la leche, los huevos, el pescado, reacciones exageradas a las picaduras de insectos, eczemas…). Antecedentes familiares de asma o alergia. Exposición temprana al humo del tabaco y otros aeroalérgenos (durante y después del embarazo). Infecciones víricas de las vías respiratorias.
El asma también puede ser desencadenada por los siguientes factores: Alergias: son una causa muy importante de las crisis de asma. Una persona es alérgica cuando reacciona de forma anormal a determinadas sustancias. Estas sustancias hacen que el organismo predispuesto produzca anticuerpos en abundancia, que en combinación provocan la liberación de sustancias químicas que pueden provocar el estrechamiento de los bronquios. Infecciones víricas: son responsables de muchos ataques de asma, especialmente en niños pequeños. Los estornudos, la secreción nasal y la fiebre aparecen antes que la tos y las sibilancias. La inflamación causada por el virus probablemente irrita las vías respiratorias, provocando la contracción de los músculos bronquiales. Factores climáticos: el aire frío, la niebla, una bajada brusca de la temperatura y la humedad en el ambiente también provocan ataques de asma. Contaminación e irritantes: también tienen un efecto desencadenante en las vías respiratorias. El humo del tabaco es al menos diez veces más potente como irritante que los niveles más altos de contaminación que se encuentran en las ciudades. Factores emocionales: hay que tener en cuenta los problemas emocionales del niño. El estrés y las tensiones familiares pueden agravar la enfermedad y, en ocasiones, facilitar su ataque. Es necesario tener un buen conocimiento de la enfermedad para poder afrontarla. Medicamentos: Algunos medicamentos como la aspirina, el ibuprofeno, etc. pueden provocar ataques de asma. Dieta: no es habitual que provoquen ataques, pero si se observa cierta alteración asmática con la ingesta de determinados alimentos o al tomar ciertas bebidas, hay que eliminarlos. Los alimentos más asociados a los problemas alérgicos son los frutos secos. Es aconsejable evitar los colorantes, conservantes y aditivos. Consulte a un especialista en cada caso. Ejercicio físico: Muchos niños sufren de asma inducida por el ejercicio. Sin embargo, los niños asmáticos no deben evitar el ejercicio físico y no deben ser excluidos de las actividades deportivas. Es necesario estudiar qué actividades son las más adecuadas para ellos.
Síntomas de padecer asma
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Los síntomas más comunes son los siguientes: Sibilancias. Presión o dolor en el pecho. Toser. Dificultad para respirar y tener que hacer respiraciones cortas. Falta de energía para las actividades diarias.
Los síntomas más graves son los siguientes: Sibilancias, incluso después de tomar la medicación. Malestar y dificultad para respirar sin sibilancias, lo que puede indicar un punto más agudo y crítico de la enfermedad. Dificultad para caminar o hablar, detenerse mientras se juega y falta de energía para volver a empezar. Contracción del pecho y del cuello cada vez que se respira. Labios y uñas grises o azules. Si esto sucede, el paciente debe ser llevado a la sala de emergencias. El objetivo principal del tratamiento del asma es controlar el asma hasta que se consiga una mejora espontánea, que en el 81% de los casos se produce a medida que el niño crece. Con un tratamiento adecuado, la mayoría de los niños con asma deberían poder llevar una vida normal, hacer deporte e ir al colegio con regularidad.
Los principales objetivos del tratamiento del asma son los siguientes Controlar los síntomas en la medida de lo posible con la menor medicación posible. Participar regularmente en actividades deportivas. Para ir a la escuela normalmente. Para prevenir ataques agudos. Para evitar los ingresos hospitalarios. Mantener valores normales de capacidad pulmonar. Para evitar los efectos secundarios de la medicación. No se despierte durante la noche.
¿Cómo se trata el asma? Existen diferentes medicamentos para tratar el asma. La elección dependerá del grado de la enfermedad. Algunas se utilizan de forma intermitente (aliviadoras o curativas), sólo cuando aparecen los síntomas, y otras se administran de forma continua (preventivas). Todos los estudios recientes recomiendan la vía inhalatoria, tanto para el tratamiento regular de mantenimiento como para el tratamiento de la crisis de asma y también para su prevención. Además, existen formas preventivas orales que pueden ser útiles si la vía inhalatoria presenta dificultades y el tratamiento no se realiza adecuadamente.
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Medicamentos aliviadores o mitigadores (salbutamol, terbutalina). Son broncodilatadores de acción rápida y corta. Se utilizan para la prevención inmediata del asma inducida por el ejercicio. Un consumo elevado de estos fármacos indica un mal control de la enfermedad. Preventivo. Los más utilizados son los corticoides inhalados (beclometasona, budesonida, fluticasona). Tienen una potente acción antiinflamatoria local y son muy bien tolerados. Están indicados cuando el paciente presenta síntomas repetitivos que requieren el uso frecuente de «calmantes». Para obtener el efecto de estos fármacos, deben utilizarse de forma continua. (consulte siempre a su médico). Los medicamentos mencionados están disponibles en las farmacias en forma de aerosol y de polvo. Se debe buscar el sistema de inhalación más adecuado para cada paciente.
¿Puedo realizar deporte si tengo asma? El ejercicio puede provocar un ataque de asma, pero se puede prevenir.
El ejercicio no está prohibido para los asmáticos. Por el contrario, se recomienda hacer ejercicio. Pero consulte siempre a su médico que nivel de deporte o ejercicios puede realizar. La presencia de asma inducida por el ejercicio puede indicar un mal control de la enfermedad. Muchos deportistas tienen asma Muchos atletas sufren de asma inducida por el ejercicio. Muchos atletas que han ganado medallas olímpicas sufren de asma inducida por el ejercicio, pero con la ayuda adecuada y mucha autodisciplina, han resuelto el problema.
¿Por qué el ejercicio puede empeorar el asma? La causa desencadenante del ataque es el enfriamiento rápido e intenso de los conductos que llevan el aire a los pulmones. Para evitarlo, es muy importante calentar bien y hacer ejercicio en ambientes cálidos y húmedos.
Algunos tipos de ejercicio son mejores que otros Hay diferentes tipos de ejercicios, y cada uno requiere una cantidad diferente de oxígeno. Algunos provocan más sibilancias u opresión en el pecho que otros. En general, nadar es mejor que correr. La natación es uno de los mejores deportes para los asmáticos porque no provoca una presión excesiva en el pecho y se realiza en un entorno húmedo. Sin embargo, correr en estadios o en una cinta de correr o en una 4/6
bicicleta no son ejercicios muy adecuados para los asmáticos. Seis minutos de ejercicio son suficientes para desencadenar el asma; ejercicios más cortos pueden prevenirla. Las carreras de relevos o los deportes de equipo son muy adecuados para las personas con asma.
Un tratamiento adecuado mejora el asma y la tolerancia al ejercicio. Normas generales para el ejercicio Tomar la(s) medicación(es) prescrita(s) por el médico antes de cualquier actividad física (en el vestuario antes de cambiarse). Realiza un calentamiento prolongado y progresivo. Intenta hacer ejercicio a intervalos. No haga ejercicio a la máxima intensidad. Si es posible, los deportes en un ambiente cálido y húmedo son más beneficiosos. Si es posible, intente respirar por la nariz. Lleve siempre un broncodilatador de acción rápida en la bolsa de deporte (descarga). No te descuides cuando estés solo o en situaciones de riesgo. Especialmente cuando se practican deportes peligrosos como el alpinismo, la escalada, el ciclismo, el rafting… ¿Qué evitar y qué no hacer? Evite la actividad física intensa cuando el asma no esté controlada. Evite el ejercicio intenso si tiene una infección respiratoria (resfriado, bronquitis, etc.). Nunca haga ejercicio intenso si tiene sibilancias o tose mucho. Evite en lo posible los ambientes fríos y secos. Si tiene que hacer ejercicio en estas condiciones, utilice una máscara como la que usan los cirujanos. Evite los ejercicios muy intensos o de larga duración, especialmente si no está en buena condición física y no conoce sus límites personales para el ejercicio. Evite hacer ejercicio en ambientes contaminados o con humo. Evite hacer ejercicio al aire libre durante los períodos de alta polinización. ¿Qué sucede si una convulsión comienza durante el ejercicio? Intenta mantener la calma. Si se han seguido las reglas básicas, el ataque no debería ser muy fuerte. Deja de hacer ejercicio. Permitir una buena respiración. No permita que los compañeros de trabajo estén cerca de la persona que ha tenido la convulsión. Tome la medicación broncodilatadora lo antes posible.
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Empieza a resoplar. Dobla los labios como si fueras a resoplar. Este tipo de respiración permite que el aire salga de los pulmones y evita la respiración rápida y superficial y la «hinchazón» del pecho. Cuando la convulsión se haya resuelto, intenta volver a la clase para terminarla si no estás demasiado cansado, pero haz el ejercicio con más suavidad. Si el paciente no se recupera como en otros casos, tome otra dosis de broncodilatador y acuda a un médico o a un centro de salud.
¿Se puede curar el asma? Por el momento, no hay cura para el asma, pero cada vez hay más medicamentos que pueden detener la inflamación que causa los síntomas. La mejor medicación actual es controlar la inflamación con un corticoide inhalado. Algunos pacientes con asma grave necesitan tomar corticoides orales.
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