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Arte Conceptual?

Introducción

¿ARTE

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CONCEPTUAL?

Amedio camino entre un movimiento y un estilo, el arte conceptual problematiza las nociones de tiempo y espacio, autoría, identidad y pertenencia. Denuncia todo aquello que punza o genera inconformidad en el artista quien confronta a los espectadores y les brinda la posibilidad de convertirse en el detonante que da sentido a la obra, proponiendo discusiones y desestabilizando referentes –tanto políticos como artísticos– que antes parecían intocables.

En general en Colombia y en Latinoamérica, el arte conceptual se presenta como una fuerza creadora con referencias al contexto en el que se gesta. Si bien no todas las producciones responden exclusivamente a situaciones políticas y sociales, la condición histórica de América Latina como “periferia” confiere a la lectura de las obras de arte un tono claramente politizado. Incapaz de escapar de su contexto, el arte en Latinoamérica se alimenta de su entorno —tanto local como global— para proponer discursos autónomos y coherentes que revelen una mirada aguda sobre la realidad. Dos posturas opuestas se enfrentan, por un lado, encontramos aquella que considera la persistencia de la categoría de “arte latinoamericano” como una consecuencia de narrativas anticuadas en las que se generan divisiones tales como lo central en oposición a lo periférico. Por otro lado, persiste la defensa de un regionalismo artístico, entendido desde la perspectiva del contexto social y político, y con rasgos singulares que caracterizan “lo latinoamericano”.

El arte conceptual se consolidó en América Latina en la década de los sesenta, en medio de un contexto político y social en el que emergieron ideas revolucionarias y dictaduras militares las cuales suscitaron nuevas reflexiones y nuevas miradas en el arte. Artistas jóvenes y revolucionarios, como los llamaría Marta Traba en algunas de sus entrevistas, encontraron en el Museo de Arte Moderno de Bogotá (mambo) un espacio para mostrar su obra que desafiaba el paradigma del arte establecido en Colombia.

La primera versión de la exposición Espacios Ambientales (1963) tuvo lugar en el mambo que para la fecha tenía sus instalaciones en la Universidad Nacional de Colombia. Esta se reconocería como la primera muestra oficial de arte conceptual así como lo afirma Marta Traba: “Lo que busca el espectador en el arte actual nunca lo encontrará; y encontrará todo lo que no busca y que ni siquiera sospechaba que existía” (Barrios et al., 2011, p. 18). Es un arte de sorpresas que rompe con paradigmas y suscita reflexiones que no se consideran tema para el arte tales como el valor de la obra artística, la reevaluación del propio artista sobre su papel como creador y las relaciones de éste con el lenguaje.

Fueron muchos los artistas que se sintieron relegados por no encajar en los parámetros del arte tradicional. La crítica y el público se escandalizaban cada vez que una de las obras —que luego se catalogarían como arte conceptual— participaba

La letra con sangre entra, 1979

Eduardo Hernández (Colombia)

Sangre sobre papel / 28 x 44 cm Colección mambo. Reg. 891

en algún concurso o era exhibida en algún lugar reconocido. En 1966, Bernardo Salcedo no fue aceptado en el Salón Nacional de Artistas ya que su obra no encajaba en ninguna de las categorías tradicionalmente premiadas como lo eran la pintura, la escultura y el dibujo. Ese mismo año, la embajada de Italia organizó el concurso de artes plásticas Concursos Dante Alighieri en conmemoración del séptimo centenario del nacimiento del poeta. El primer premio de pintura fue otorgado a Bernardo Salcedo con la obra Lo que Dante nunca supo, Beatriz amaba el control de la natalidad, premio que más tarde pediría ser reevaluado por la prensa y el jurado representante de la embajada por considerar que “la obra presentada por Salcedo no encajaba dentro del concepto pintura y porque no llenaba los requisitos señalados en las bases del concurso” (“Con salvedad de un jurado, Salcedo ganó el primer premio”, 1966).

“Lo que pasa es que yo no sé pintar, no sé dibujar, no sé hacer nada de eso; entonces, tengo que hacer cosas que pueda tocar, cosas que existan ya; además yo no sé crear cosas a partir de la nada, ¡yo tengo que hacer cosas a partir de otras que ya existan!”

- Bernardo Salcedo

En 1967, Beatriz González ganó el segundo premio al Salón Nacional con Apuntes para la Historia Extensa Tomo II. En esta obra la artista reproduce una pintura de Santander y una de Bolívar que habían sido impresas previamente en el periódico El Tiempo. El premio generó titulares polémicos en la prensa como el publicado por el diario El Espectador: “Segundo premio al Salón Nacional es una Copia” (Barrios et al., 2011, p. 44). Pero en realidad no era la primera vez que en Colombia se hacía una apropiación de otra obra, el problema radicaba realmente en que la obra era una burla y no un homenaje; una burla a los llamados próceres de la patria.

Dentro de este contexto, el mambo se propuso hacer exposiciones que dieran cabida a este arte polémico y no convencional y a sus autores. A partir de 1975 y hasta 1984, el mambo celebró muestras anuales llamadas Salones Atenas, espacios expositivos liderados por el curador Eduardo Serrano y su directora Gloria Zea, los cuales buscaban impulsar nuevos valores del arte nacional, invitando a artistas procedentes de todo el país a participar con su obra más reciente. Según Gloria Zea: “De esta manera, temáticas de género o ecologistas, obras procesuales o de carácter político, minimalistas o expresionistas, de empleo de medios tradicionales o de experimentación con nuevos soportes tuvieron cabida en él, convirtiéndose en un espacio crucial para la consolidación de un arte en transformación” (Serrano & Museo de Arte Moderno, 2003, p.5).

Uno de los requisitos para participar en el Salón Atenas era que los artistas debían donar una obra al mambo y fue de esta manera que se nutrió una colección que hoy reúne una cantidad significativa de obras conceptuales de un gran número de artistas que en la época se atrevieron a cuestionar distintas instituciones como el arte, el museo y los entes políticos, entre otros. El arte conceptual es posible, en gran medida, gracias al diálogo constante de los artistas con su entorno, su contexto geográfico y social, el pasado histórico, la política y la escena artística de la cual surgen y a la cual cuestionan diariamente a través de su práctica. Dentro de los artistas que participaron en los Salones Atenas se encuentran Bernardo Salcedo, Álvaro Barrios, Beatriz González, Antonio Caro, Gustavo Sorzano, Miguel Ángel Rojas, Feliza Burstyn y Sandra Llano, artistas que

pasarían a ser recordados como pioneros del arte conceptual en Colombia. Como consecuencia, el mambo se convirtió en custodio de una de las colecciones de arte conceptual colombiano más importantes del país.

Los Salones Atenas resultaron útiles y necesarios para que se conocieran en el país muchas de las tendencias, conceptos y producciones de un gran número de artistas jóvenes que buscaban una perspectiva más acorde y aterrizada a la realidad de su contexto. Fue de esta manera que el mambo abrió un espacio que dio cabida a temáticas de carácter político, de sexualidad y género, de experimentación —con medios no tradicionales y materiales no convencionales—, de body art, performance, instalaciones, ambientes, ensamblajes y happenings, entre muchos otros. Interpretaciones

Lo que Dante no sabía, Beatriz amaba el control de la natalidad, 1966

Bernardo Salcedo (Colombia)

Madera, yeso y esmalte / 120x90x50 cm Colección mambo. Reg. 54

que surgieron de la dificultad de dar a entender de manera verbal las intenciones del artista, interpretaciones encaminadas a la crítica social y a la autobiografía, que mantuvieron en constante cambio y renovación la escena artística nacional.

Con el término arte conceptual los críticos e investigadores pretenden definir un grupo de obras y artistas que comparten ciertas características tanto formales como históricas, pero lo cierto es que este mismo no deja de ampliarse, cuestionarse y evolucionar. ¿Qué es entonces el arte conceptual? ¿qué determina que una obra se enmarque en este término? ¿qué periodo histórico abarca? Son múltiples las discusiones en torno al arte conceptual y asimismo múltiples sus definiciones. Es así como el mambo, teniendo en cuenta la complejidad del concepto, invita a artistas, músicos, académicos, coleccionistas y especialistas de múltiples disciplinas y con diferentes intereses a compartir su mirada en torno a este concepto. A lo largo de esta publicación se presentan diferentes propuestas teóricas, producciones visuales y escritas que hemos denominado “Miradas”. Todas ellas corresponden a diversos puntos de vista que reflexionan en torno al arte conceptual, a sus definiciones, manifestaciones y su incidencia en las prácticas contemporáneas, generando conversaciones entre diversas disciplinas y desdibujando prejuicios.

Mirada 1 “El Museo”:

A partir de la exposición realizada en el mambo durante julio del 2017 que llevó el nombre Miradas: arte conceptual latinoamericano en la colección del mambo y en colecciones privadas, resultó necesario ampliar las definiciones sobre el arte conceptual lo que dio pie a esta publicación. Dicha exposición se presenta en este libro como una selección de obras de la colección del mambo las cuales se proponen como “conceptuales” y de catálogos que hacen referencia a dichas obras. Además de las piezas inicialmente expuestas, se desarrolló una investigación que culminó con una selección más amplia de obras. Este conjunto de imágenes estará acompañando las diferentes propuestas durante la publicación.

Mirada 2 “Otras Miradas”:

Andrés Zuluaga indaga por la relación entre la música y el arte conceptual. Juan Pablo Pacheco propone reflexiones en torno a la definición misma del arte a través de los conceptos de repetición, autenticidad y autoría. Valentina Medina describe a un artista que investiga y analiza el mundo y su existencia, para luego representarlo. Daniel Salamanca examina la realidad presentada a través de los diarios colombianos, cuestionando si ésta representa al arte, a la sociedad y a la historia de un país. Juan Sebastián Peláez trae al presente la obra Primera lección de Bernardo Salcedo. Alejandro Castaño nos cuenta sobre el coleccionismo de arte conceptual. Paulina Pardo hace un análisis visual de tres obras que hacen parte de la colección del mambo. David Escobar relata la pugna de un grupo de

intelectuales y políticos que se debatían entre el arte de vanguardia representado por los nadaístas y el arte moderno encabezado por Marta Traba. Jaime Cerón reflexiona acerca de lo incomunicable dentro de la obra de Jonier Marín. Carmen María Jaramillo responde a la entrevista de Catalina Delgado en la que se hace una exploración a la cuestión del género en el arte conceptual colombiano y su cabida en la colección del mambo.

Mirada 3 “El público”:

A través de dos obras del artista Gustavo Sorzano, se invita a los lectores a dar su propia mirada y a crear sus propias obras o textos.

Esta es Colombia, 1977

Juan Camilo Uribe (Colombia, 1945-2005)

Litografía, P/A / 43 x 30 cm Colección mambo. Reg. 567

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