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DOSSIER DE ARTE CONTEMPORÁNEO EN CHIAPAS
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ARTE Y ACTIVISMO PÁGINA26
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COCO FUSCO EN SAN CRISTÓBAL
CALEB DUARTE SOBRE EDELO Y ARTE URGENTE
EL CIERRE DE CENTRO Página 4 HEMISFÉRICO Aenean sit amet CONVERSACIÓN CON lacus in tortor DORISfermentum DIFARNECIOblandit.
Quisque at purus in
Duis Sed Sapien
EDITORIAL Los movimientos sociales de reivindicación de las minorías en las últimas cuatro décadas, han tenido una importante implicación política y social en el arte. La mayoría de las acciones activistas se desarrollan en el espacio público, son temporales y emplean medios de comunicación de masas, éstas acciones se realizan con una actitud crítica y frente a una amplia audiencia. Igualmente los artistas utilizan estas condiciones y espacios, así como las mismas reivindicaciones políticas, para crear piezas conceptuales; buscando incitar, transformar e intervenir mediante la acción, el espacio social para provocar cambios. Son diversos los autores contemporáneos que coinciden en ver la actualidad como una multitud plural de subjetividades productivas y creativas, desterritorializada y en perpetuo movimiento, donde la diferencia se establece como condición esencial de todo análisis, contrapuesta a otros discursos integradores. Esta condición híbrida, pluricultural, multinacional y en movimiento de la sociedad actual, permea la existencia de un arte rebelde a los espacios y los formatos tradicionales del arte. Las cámaras, los mass media, los muros urbanos y la publicidad, son las herramientas con las que trabaja el artista contemporáneo, pero así mismo, lo son desde los sesenta y setenta: el feminismo, los derechos humanos, la reivindicación de los pueblos negros, latinos, de las mujeres, los indígenas; el cuidado del medio ambiente, la soberanía alimentaria, la migración, entre otros temas de urgencia social y política. En este sentido también el papel del artista se ha transformado, siendo la colectividad y el quehacer multidisciplinar y comunitario otro componente del arte activista. Este número reúne conversaciones con tres figuras representativas de la confluencia entre arte y activismo: Coco Fusco, artista visual de performance radicada en Nueva York quien ha trabajado desde los ochenta temáticas como el racismo, la tortura y la explotación laboral, entre otros, a través de trabajos multimedia y figura pionera del performance contemporáneo a nivel internacional, quien visitó hace unos meses la ciudad para dar una serie de talleres; Caleb Duarte, integrante de Edelo, un laboratorio artístico que realiza obras de escultura social, performances e instalaciones en conjunto con niños chicleros, enfermos mentales, entre otras comunidades marginales y Doris Difarnecio activista, artista y gestora cultural quién ha trabajado durante varios años con el colectivo teatral indígena FOMMA (Fortaleza de la Mujer Maya) y quien dirigió durante unos años el Centro Hemisférico de Política y Performance en Chiapas, sede del Instituto Hemisférico de Nueva York dirigido por Diana Taylor. El objetivo de éste Dossier es propiciar un espacio de análisis del arte local, despertar el interés de la población por el arte y difundir la obra y la labor de creadores que trabajan en la región, así como aprovechar maravillosos visitantes que pasan por la ciudad muchas veces desapercibidos y cuyos testimonios son de gran interés para el arte y la cultura. DISEÑO GRÁFICO, EDITORIAL Y ENTREVISTAS: ANDREA BETANCOURT
CORRECCIÓN DEL ESTILO: ELENA BALDERAS WHITMAN 2 2
ARTE URGENTE 23 AGOSTO / 17 OCTUBRE 2013 A
INSTALACIÓN PERFORMANCE VIDEO
LA GALERÍA, MIGUEL HIDALGO NO3, SEGUNDO PISO.ANDADOR ECLESIÁSTICO .
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FUSCO
“Hay muchos ejemplos de entrelace entre el arte y el activismo, y hoy en día creo que hay muchos más ejemplos y más posibilidades. Creo que las redes han ofrecido otros canales de distribución y también de diálogo y de conexión con otros que apoyan causas a un nivel global, pero yo no estoy a favor de una visión del arte que lo reduce a la política” 4
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Coco Fusco es una de las artistas más
VideoBrasil y Performa05; ha realizado exposi-‐ ciones en importantes museos como el Tate de Liverpool, el Museo de Arte Moderno y el MACBA (Museu D’Art Contemporani de Barcelona) y publicado libros como “English is Broken Here: Notes on Cultural Fusion in the Americas “(1995), “The Bodies that Were Not Ours and Other Writings” (2001), “A Field Guide for Female Interrogators” (2008), entre otros. En el 2003 fue galardonada con el Herb Alpert Award in the Arts. El trabajo de Fusco combina medios electrónicos y performance en una variedad de formatos, donde incorpora desde grandes proyecciones hasta circuitos cerrados para crear performances en vivo, trasmitidos por internet, a través de los cuales invita a las audiencias a participar en la acción a través de la interacción del chat. Teórica, escritora y profesora en varias universidades importantes de arte en los Estados Unidos, hace un mes Coco estuvo en San Cristóbal invitada por el Centro Hemisférico de Arte y Política y Fortaleza de la Mujer Indígena FOMMA para ofrecer una serie de talleres y pláticas. En este marco se dio la posibilidad de conversar con ella. Tienes una relación de muchos años con México y no es la primera vez que visitas San Cristóbal. ¿Qué impresión te da, cómo percibes la ciudad en este momento? CF: Yo no soy de aquí, yo nada más puedo comparar mis recuerdos de cuando vine en los años 90 de lo que vi cuando volví, después de 15
destacadas en la escena del performance internacional, reconocida en muchos ámbitos a través de “la Jaula” (The Year of the White Bear and Two Undiscovered Amerindians Visit the West), de la que “20 años después no he podido salir […]” como ella misma afirma con humor, un performance que realizó en los años 80 con Guillermo Gómez Peña y que es, sin duda, un referente obligado dentro de la historia del arte político y la crítica al colonialismo a través del arte. La obra de Coco Fusco es muy extensa; crítica y multidisciplinaria, investiga y confronta al espectador mediante acciones y temáticas de contenido social y político bajo estrategias conceptuales y mediáticas originales y transgresoras. Ha trabajado el tema de los derechos laborales en las maquiladoras de la frontera entre México y Estados Unidos a través del performance “Dolores de 10 a 10”, el de la tortura en el performance y video instalación “A Boom of One´s One”, el de los prisioneros de guerra en “Bare Life Study //1” entre otros, donde a menudo está presente una crítica a la violencia económica, física y colonial bajo diversos tratamientos performáticos y multimedia. De origen cubano, nacida y establecida en Nueva York, desde 1988 Coco Fusco ha presentado performances en las Bienales de Whitney (2008 y 1993), Sydney, Johannesburgo, Kwangju, Shanghai, InSite O5, Transmediale, Mercosul, el Festival Internacional de Teatro de Londres,
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años, que era que San Cristóbal había crecido enormemente, que el turismo se había expandido mucho. Cuando llegué en los años 90, poco después del levantamiento zapatista, todavía casi todo el turismo que se veía que se hacía, era alrededor del zapatismo. Mucha gente de izquierda que venía de todas partes a los encuentros, muchos niños indígenas en el zócalo que vendían los muñequitos de los zapatistas, mucha propaganda zapatista por todos lados y el mundo de los coletos totalmente cerrado al otro; y, bueno, era agradable, bonito. Yo me acuerdo que lo pasé muy bien con mi amiga y conocí principalmente a fotógrafos que estaban aquí, como Antonio Turok, e intelectuales de ese momento que estudiaban la cultura indígena o que trabajaban con las cooperativas de mujeres tejedoras. Se veía que era un lugar un poco sui generis, en el sentido de que era una cuidad pequeña rodeada de comunidades indígenas, con un turismo que básicamente se enfocaba en conocer al mundo indígena, pero con muchos extranjeros viviendo en la ciudad. Muchos europeos, sudamericanos que se habían establecido aquí por una serie de razones. La impresión que tengo todavía es que muchos vienen, porque hay como una especie de burbuja; piensan que aquí amparan a los izquierdosos. Hay
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mucha gente trotamundos, hippies y anarquistas y con una religión neoindigenista que se vienen para acá, porque aquí pueden estar todos juntos. También hay muchos extranjeros que vienen por cuestiones de trabajo, que trabajan con las ONG, que tienen relación con las comunidades; pero, creo que también hay muchos otros que se quieren perder en un lugar bonito y quieren estar en la burbuja; entonces aquí vienen. Pero era un lugar más pequeño y más cerrado cuando vine en los 90 y, cuando regresé el año pasado, vi que la ciudad se había extendido mucho. El desarrollo urbano se ha extendido hasta el pueblo de Chamula. Hay más hoteles, más tiendas, más restaurantes; pero, hay menos enfoque en el zapatismo. Yo creo, que esa ya es una cosa entre muchas. Me han dicho que una de las cosas, que un fenómeno que influyó mucho, fue que construyeron la carretera entre San Cristóbal y Tuxtla, básicamente para que el ejército pudiera entrar y enfrentar a los zapatistas, pero que hizo que fuera más fácil el turismo. La gente llega en avión a Tuxtla y vienen en menos de una
Lourdes Portillo, la cineasta que hizo el documental de “Señorita extraviada”, que sería bueno que se mostrara acá. Doris pensaba que no se había visto y bueno así fue con eso y le dije que, en general, cuando voy de visita a una escuela de arte, me piden que vaya a ver el trabajo de los jóvenes, a dar mis comentarios y que eso se podía hacer individualmente o en grupo. Entonces ella organizó dos encuentros, uno en el Gimnasio del Arte y otro en el Paliacate, para plásticos por un lado y para actores por otro, y así fue. ¿Qué percibiste en estos encuentros? CF: Yo creo que, por un lado – bueno, y puede ser porque es gente que tiene relación con el centro o con FOMMA –, yo sentí que hay mucha gente que quiere usar el performance dentro del activismo político, que eso sí interesa, que hay mucha curiosidad, pero que no hay mucha formación y tampoco hay mucha información acerca de la historia del performance en el contexto artístico. Traté de balancear las discusiones entre cómo desarrollar un proyecto que tiene como punto de partida una inquietud política y, por otro lado, de ofrecer referencias que vienen de la historia del arte y de promover la noción de que hay que conocer el medio para poder usar sus tácticas con buenos resultados. Entonces yo sentí que sí, que hay mucho interés, pero sentí que también existe una actitud entre algunos que dicen “estamos muy apartados y por lo tanto no tenemos y que estamos muy aislados y por lo tanto no tenemos, y que nos falta y nos falta…”…” Y yo entiendo eso por un lado, pero por otro lado, yo siento que eso funciona como una excusa. Yo he estado en muchos lugares
hora; cuando yo hice ese viaje en los noventa, era de dos horas y pico para subir la montaña… Y, pues, nada, son las diferencias que veo. El Centro Hemisférico es una sede satélite del Instituto Hemisférico de Performance y Política, un consorcio multilingüe e interdisciplinario que trabaja en colaboración con instituciones, artistas, académicos y activistas en las Américas. En Chiapas, el Centro Hemisférico trabaja en colaboración con Fortaleza de la Mujer Maya (FOMMA), un colectivo teatral de mujeres indígenas. El centro es dirigido por Doris Difrancesco, una artista de origen colombiano formada en los EE.UU. Tu visita se debe a una invitación de Centro Hemisférico y FOMMA, ¿cómo se dio esta posibilidad de venir? CF: El año pasado estuve aquí y, casi a punto de irme, fui a saludar a Doris que la conozco de Estados Unidos y ella me dijo: “quisiera que vinieras en otro momento a dar talleres”. Entonces, cuando recibí la invitación para ir a SOMA en el DF a enseñar, le mencioné a Doris que ya tenía un viaje planeado a México y me dijo: “bueno, ahora sí te voy a traer a San Cristóbal y vamos a montar talleres”, y así se hizo. Los talleres surgieron de una conversación con Doris y con Rosy acerca de qué era lo que podía hacer en el tiempo que tenía, qué era lo que ellas querían abordar. Ya sabíamos que las mujeres de FOMMA querían una sesión para hablar de su trabajo, que Doris quería que yo hablara sobre el feminicidio, acerca del trabajo que he hecho como artista y como activista para apoyar a las madres en Juárez, desde un punto de vista más nacional e internacional cómo se plantea el proyecto de combatir el fenómeno del feminicidio. Entonces yo le hablé del trabajo de
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apartados del mundo donde hay mucha movida y también el internet nos llega a todos y uno puede informarse con más facilidad ahora que cuando yo era estudiante, que tenía que ir a una biblioteca o viajar a un museo para ver las cosas que ahora puedo ver apretando dos botones, y hay mucha información que circula por internet. Lo que falta realmente es tener cabeza para saber cómo buscar y también comprometerse a que informarse será parte de su práctica. Y me parece también, con la gente que ha llegado de otros países, que ha llegado porque se quieren perder; no quieren estar conectados al mundo. Pero, para mí es muy difícil. Se me hace muy difícil pensar que se puede hacer arte hoy en día sin estar informado de lo que está sucediendo en el mundo, en el mundo del arte y en el mundo en general. Esto pasa en muchos lados, si uno no tiene presión para producir o mucha competencia o muchas oportunidades de diálogo, a veces te estancas porque no hay las condiciones que favorecen la producción artística y la profesionalización de lo que uno hace; pero, sí hay otros contextos en México donde uno ve más producción, más disciplina, más entendimiento del contexto internacional.
¿Cómo percibes la relación entre arte y activismo? CF: Veo que hay una larga historia de arte comprometido y de artistas comprometidos con distintas causas. Hay desde los artistas que apoyaban a los anarquistas a principios de siglo, los surrealistas que eran comunistas, muchos artistas del siglo XX que trabajaban en talleres de gráfica, que apoyaban a los
movimientos sindicalistas, los artistas que se opusieron a la guerra en Vietnam y que hacían muchas obras. Hay muchos ejemplos de entrelace entre el arte y el activismo y hoy en día creo que hay muchos más ejemplos y más posibilidades. Yo creo que las redes han ofrecido otros canales de distribución y también de diálogo y de conexión con otros que apoyan causas a un nivel global; pero, yo no estoy a favor de una visión del arte que lo reduce a la política, de que yo soy buen artista porque apoyo esta línea política o no. Hay muchos artistas que no están interesados en la política que son muy buenos. También hay mucho arte muy malo que se hace para apoyar causas políticas. Yo veo, por ejemplo – siempre uso el ejemplo de los muralistas – los tres grandes y la calidad del muralismo que producían, con lo que se hace hoy en día en Estados Unidos que es como para cortarse las venas, que es horrible, que no hay ningún concepto, no hay calidad de pintura, que a veces incluso atrapan a los jóvenes haciendo grafiti y como castigo los ponen a pintar estos murales
Imagínate el resultado: son murales muy simplistas, pésimos; entonces, que haya gente aquí que quiera hacer activismo con el arte me parece bien; pero, yo solamente digo que si quieren impactar, hay que hacerlo bien porque el publico también tiene sus criterios, tiene sus prejuicios, también está condicionado a ver cultura visual muy sofisticada por la televisión y en la publicidad, en el cine, y a no acceder a cualquier cosa por simpatía o porque entienden la causa que el artista apoya. Hay que saber cómo hacer bien las cosas… Uno de los talleres trató el tema del Feminicidio, el cual ha cobrado un lugar de discusión importante en el Estado de Chiapas a raíz de un incremento en las cifras de mujeres asesinadas y torturadas y del establecimiento del término para el tratamiento al delito. Tienes una pieza acerca de los abusos que sufren las trabajadoras de las maquilas en Juárez y has participado activamente con el movimiento de las madres de las mujeres asesinadas. ¿Qué paralelismos encuentras en ambos casos? CF: Yo creo que hay cosas parecidas: mueren mujeres, número uno; la presencia del crimen organizado que está atrás del fenómeno de la violencia también creo que tiene que ver un tanto aquí. Pero, creo que hay también elementos que para mí son muy distintos. Aquí las que militan no son las familias, son feministas; la mayoría de ellas vienen de afuera y toman esto como su causa. Eso ya le da otro sentido completo al tema, porque la militancia en el norte fue encabezada por las familias, las madres que salieron a la calle, en principio en desesperación porque las autoridades no respondían, y se fueron ellas politizando a través del tiempo con la frustración, la falta de respuesta, la cultura de impunidad; y fueron investigando, indagando, para ver cómo, por qué no tienen pruebas, por qué no acusan a nadie
por qué no analizan bien, por qué no hacen las pruebas bien, por qué me dan una bolsa de huesos que no son de mi hija, por qué, por qué …. Y se fueron poco a poco politizando y llegaron a un momento en donde querían convertir casos individuales en un caso generalizado en contra del Estado Mexicano por impunidad. La diferencia aquí es que, en el caso de más del 30% de las muertas, se sabe que los responsables son miembros de la familia, o son novios, ya eso cambia por completo la naturaleza del crimen y también el papel del estado, porque el estado se lava las manos cuando se trata de que fue el marido; ya no es cuestión de política, la falta de respuesta por parte del estado está legalizada en ese caso. En contraste, en el caso de Juárez, las madres podían reclamar la falta de respuesta por parte de las autoridades porque se sabía que no eran los novios ni los maridos los responsables, sino que eran otros. Pero, también está la cosa de que en más del 60% de mujeres asesinadas en Chiapas no pueden siquiera investigar quienes son; pero, no hay un enfoque en ese problema político. El activismo se enfoca más en la indignación, en el no me toquen que es mi cuerpo.
Ojalá tuviéramos esa suerte de que no nos toquen; yo creo que muy pocas mujeres en el mundo pueden tener esa seguridad. Pero, por otra parte, el problema puede ser que sea un problema político; pero, más que nada, es un problema cultural y un problema sociológico eso del trato a la mujer en la cotidianeidad. El feminicidio en Juárez sí es un problema político, porque ahí hay un problema de que el Estado no responde, las autoridades están implicadas, el narcotráfico es el responsable y nadie lo quiere admitir y, también, que hay una falta de legislación en México que podría facilitar la identificación de los responsables y la identificación de los crímenes que se están cometiendo. Si no puedes reportar una desaparición hasta después de 72 horas, ahí hay un problema muy grave; hay que cambiar eso. Si no hay los requisitos básicos para la protección de las escenas de crímenes, si no hay expertos que pueden ir ahí, si la policía no responde porque siempre dicen que no, que eran prostitutas o que fue el novio, es decir, hay una serie de problemas legales y políticos. Y también a la larga, fueron 10 años de protestas. Hasta las madres de Juárez llevaron sus casos fuera del país a la Comisión Interamericana; ya se podía decir que había otro nivel de problema político, que era de cultura de impunidad. Se evidenciaba el fracaso gubernamental que no responde a un problema de violencia generalizada. Aquí todavía eso no está claro, qué esta pasando; bueno, ahora porque está de moda todo el mundo grita ¡feminicidio! Pero, las que están gritando son básicamente gente que viene de afuera, que no son ni familias de las víctimas, ni provienen de las comunidades. Ahí sí que yo veo una dinámica medio problemática. En qué se enfoca el activismo acá y quiénes son quienes están desarrollando estos proyectos y para qué y para quién, porque si se van a quedar en la indignación de que me tocaron, tocaron a ella o mataron a ella, no van a tocar los problemas políticos, ni los problemas de la cultura de impunidad, el papel del crimen organizado, la incapacidad del estado mexicano de obtener datos necesarios para identificar a todas las indocumentadas, los cadáveres indocumentados, ni hay interés en saber quiénes son.
Entonces, bueno, qué esta sucediendo en Chiapas. Yo creo que muchas que están muriendo aquí no son chiapanecas …. Hay que pulir mucho más de qué se trata el activismo, quién lo está haciendo, para qué, para quién, cuál es el objetivo y qué va uno a lograr simplemente expresando la indignación. También hay otra cuestión, en el 93, cuando empezaron a marchar las madres en Juárez, había narcotráfico; pero, el nivel de violencia hoy debido al narcotráfico no era como ha sido o como fue durante los años de Calderón, que aquí murieron más de 60,000 mexicanos. También hay que tomar en cuenta que hay muchas feministas que quieren decir que el problema es el feminicidio, pero yo digo que el problema es el crimen organizado y que las muertas son víctimas del crimen organizado, no de una campaña precisamente dirigida a las mujeres. Cuando tú tienes una cultura de impunidad y mucha violencia y tráfico de armas y tráfico de seres humanos y tráfico de drogas, pues van a haber muertos y ha habido muertos y sigue habiendo muertos.
Está muy cerca la frontera, ahí también hay mucha violencia. Caminar por el zócalo con una máscara en la cara no va a resolver el problema; obviamente hay un problema de maltrato a la mujer que es una cuestión social, cultural, que tiene que haber concientización, obviamente hablando de eso en público y educando a la gente, sí; pero, también esa agresividad entre hombre y mujer tiene mucho
que ver con las tensiones económicas, con los problemas que sufre mucha gente, con el stress, la tensión; o sea que puedes concientizar todo lo que quieras; pero, si no hay trabajo, va a haber abuso. Pues sí, cómo priorizar los temas, de dónde vienen las cosas y en qué hay que enfocarse. En un momento en que hay grandes movilizaciones sociales en todo el mundo, ¿cómo percibes la conciencia social y política en México? CF: Llevo más de 20 años viniendo a México. Yo creo que la gente se ha politizado más a lo largo del tiempo y que enfrentar al PRI y al PAN y sacarlos del poder, votar en contra, manifestarse en contra de los resultados de las elecciones, marchar por la paz, todo eso impresiona, porque también son marchas masivas, movimientos masivos en contra del poder, cosa que me parece muy bien. También yo veo que el fenómeno de las maquilas en la frontera politizó a nuevos sectores, porque los sindicatos se encontraron con una nueva forma de industrialización donde ellos no tienen lugar, con una nueva fuerza de trabajo esencialmente femenina que no tiene historia de sindicalismo. Quiero decir que hay mucha gente que se ha politizado por esos cambios, porque ven cómo abusan de estos trabajadores en las maquilas. También yo creo que ha habido movimientos ciudadanos. Para mí la cosa comienza a cambiar con el terremoto del 85, porque hubo una reacción por parte de la población civil que veía que el gobierno no reaccionaba con suficiente fuerza o velocidad y se formaron grupos en Tepito, en otras colonias, para ayudar a sacar a los muertos, a reparar la ciudad y uno ve la explosión de una consciencia cívica, mejor dicho la separación de esa conciencia y esa actividad cívica de los canales oficiales del gobierno; eso me parece bien. Por otro lado, yo siempre me pregunto cómo aguantan los mexicanos, cómo es que aguantan tanta corrupción, tanta desigualdad , tanta polarización económica, tanto maltrato en el trabajo, y yo sé que es por necesidad por un lado; pero también, que si uno no se levanta
en contra, pues las cosas se pueden poner peor, cada vez se ponen peor, entonces a veces siento que aquí se lucha en contra de los abusos de poder, pero también de la parálisis del pesimismo del nada cambia por lo tanto no podemos organizarnos en contra de lo que no tenemos, porque no va a cambiar nunca. ¿Cómo percibes el arte latinoamericano, el arte mexicano actual? CF: En realidad no se puede hablar de un arte latinoamericano, porque la producción artística en distintas partes de América Latina es muy diferente; lo que se hace en Santiago de Chile o en Buenos Aires no tiene que ver con lo que se puede hacer en Bolivia o en Perú. Pero México tiene una larga tradición artística, tiene una larga tradición de intercambio a nivel
internacional, se proyecta, sobre todo lo que se hace en el DF, porque es la capital y donde hay mayor concentración de artistas. Se proyecta en cualquier parte; yo voy a cualquier feria de arte en Europa o en Estados Unidos y veo arte mexicano, no arte mexicano entre comillas, pero está Gabriel Orozco, está Damián Ortega, está Carlos A Morales. Puede haber otros y, en otra época o en otro contexto, puede haber un Cuevas, un Toledo. Pero, yo creo que desde los noventa ha habido mucha gente que ha hecho un esfuerzo muy grande para modernizar la imagen del arte mexicano en el mundo, de dar otra cara, no fijarse tanto en la tradición o en el indigenismo, sino como el arte que se produce en México puede ser tan sofisticado, tan conceptual, tan moderno y tan tecnológicamente avanzado como podrías encontrar en cualquier otro lugar del mundo; y es lo que ves cuando vas a los museos del D.F. Ahora, si vas al MUAC o vas al Tamayo o vas al Carrillo Gill, eso es lo que vas a ver, arte digital, los grandes artistas del momento a nivel
internacional son los que se presentan allá. Yo tengo muchos amigos artistas mexicanos. . A mí me gusta mucho, por ejemplo, el trabajo de Teresa Margolles; le tengo mucha admiración. Me gusta mucho el trabajo de Carlos A Morales, también de Damián Ortega; para mí es un gran artista. Y también creo que hay un sector de artistas contemporáneos en México que han hecho un gran esfuerzo para crear una movida, que no sea solamente que México me sirve de almacén, sino que yo voy a crear un circuito artístico aquí, un mundo con revistas y blogs y residencias para artistas, conferencias. También los curadores de los museos ahorita son gente que ha estudiado fuera. Yo conocí a muchos en
Nueva York o en Europa, como Cuauhtémoc que estudió en Inglaterra, Karla que dirige el programa de verano del SOMA y que vive en Nueva York o Julieta que está en el Tamayo y que también la conozco de Nueva York; o sea que se han movido por el mundo, conocen y traen sus conocimientos a México para internacionalizar un poco el circuito de los museos o de las galerías. Yo creo que eso ha creado, ha dado otra idea al mundo de lo que es México artísticamente; obviamente se sabe que todavía viajas por México y hay mucha artesanía, mucha tradición artesanal; pero, ya eso no representa lo principal del arte mexicano. El arte mexicano se globalizó en los últimos veinte años . ¿En qué trabajas actualmente? CF: Estoy preparando un nuevo trabajo de performance que retoma un personaje de la película “El planeta de los simios”, la chimpancé sicóloga, y quiero rescatar el personaje para poder analizar la violencia económica en la sociedad humana actual, pero desde el punto de vista, puede uno decir, ¿de simiología?...
Sí, porque es primatology en inglés, porque también somos simios; pero también, en esas películas la crítica que se le hacía a los seres humanos desde los simios, de los otros simios, es que los seres humanos eran los únicos que se mataban entre ellos. Entonces, ellos veían eso como un tabú; no querían volver a ser dominados por los seres humanos porque habían visto la violencia, la crueldad del ser humano hacia los otros y entre ellos mismos. Eso entonces es como un lenguaje científico dentro del contexto de la ciencia ficción que me permite hablar de un problema social actual, que Estados Unidos está polarizado económicamente como Nigeria, ¿no?, pero no lo reconocemos. En los últimos años, lo que hemos visto es la opresión económica por parte de los grandes poderes, de los que manejan las multinacionales que nos están aplastando; básicamente nos han robado a toda la ciudadanía. Son los banqueros que se quedan con toda esa plata, porque ellos declaran bancarrota y el gobierno les da el dinero que era nuestro, los impuestos que pagamos nosotros van a estos millonarios abusadores. Entonces, yo lo quiero ver como una violencia económica, uso el personaje de la sicóloga chimpancé que estudia al ser humano para poder abordar el tema. Por otra parte, desde hace tres años estoy haciendo trabajos que tienen que ver con Cuba, con la iconografía de Cuba en el panorama internacional, principalmente de la Revolución Cubana, porque yo veo que se está cerrando una época, o que ya viene el fin. Bueno, para mí, la Revolución pasó a la historia hace mucho tiempo; pero oficialmente hasta que se vayan los Castros, están en Revolución. La revolución Cubana ha tenido un impacto tremendo en el mundo entero. Todo el mundo puede que no haya ido a Cuba, pero sabe quién es Fidel y la idea de lo que fue la Revolución todavía juega un papel en la conciencia política de la izquierda a nivel internacional. Sin embargo, para el mundo, Cuba sigue siendo el enemigo de Estados Unidos, aunque también el héroe para muchos otros; pero, a lo largo de las épocas que han pasado, se han establecido una serie de términos políticos para hablar de esa Revo-‐
lución, aunque también hay una cultura visual, una iconografía oficial. Entonces en cada trabajo que voy haciendo, voy abordando otro aspecto de esa iconografía y es otra obra en la que estoy trabajando ahorita. Ya hice un video sobre la simbología de la plaza de la Revolución, otro video sobre el significado del mar, principalmente del estrecho de la Florida que es el mar que divide Cuba de Estados Unidos, y ahora voy a investigar otros temas para presentarse en forma de una instalación sonora con video.
ARTE URGENTE
CONO PABLO MILLAN 2013 El cono es un símbolo de ALARMA. Con la destrucción de los conos de cerámica, las reglas de enfrentamiento son canceladas , las ilusiones y conductas de comportamiento de la sociedad se quiebran. Poniendo de manifiesto como las ilusiones de la arquitectura que define nuestro entorno, funcionan como ícono de conducta de las sociedades. Con el simple acto de destruir el cono de barro, las ilusiones y conductas de comportamiento de la sociedad se quiebran.
BOLEROS SHOE SHINERS 2010-2012 San Cristóbal de Las Casas, Chiapas México Stills del performance de cuatro horas en 2010 y una intervención en la vía pública en 2012. Los Boleros construyeron réplicas de las cajas que utilizan diariamente en yeso a las que después tallaron detalles como parte de la acción en el espacio público. Estas acciones buscan crear una reflexión en torno al juego y al trabajo, y alientan al público a volver a considerar fenómenos sociales aceptados como “normalidad” dentro de nuestra sociedad.
BARTOLO Oaxaca, 2010 Esta pieza es el resultado de una semana de talleres con Bartolo Martínez y el Centro de rehabilitación Piña Palmera en Zipolite Oaxaca, en los talleres se trabajó a partir de la historia oral y la escultura social. Aquí, Bartolo comparte su experiencia de la vida, la muerte, la depresión y la supervivencia. Contempladas estas experiencias, al lado del acto creativo, demuestran la capacidad que tiene el arte para ayudarnos a enfrentar los traumas de nuestro pasado y encender las posibilidades de liberación, transformando situaciones trágicas en posibilidades de sanación.
CALEB DUARTE SOBRE EDELO Y ARTE URGENTE Bueno pues Edelo… desde el principio… bueno, pues llegamos en el 2008 a trabajar con artistas chiapanecos por parte del Museo Nacional Mexicano de Chicago; nos trajeron acá para buscar a artistas chiapanecos para llevarlos a Chicago, un intercambio de 3 exposiciones, 2 en Chicago y una aquí. Entonces empecé mi conexión. En 2006 ya había visitado varias veces Chiapas. Híjole, ¿cómo empezó? Pues… No sé cómo empezar. Nos fuimos como inmigrantes a California a trabajar en el 84 como familia, y como migrantes trabajamos allá. Ya luego me tocó estudiar 6 años en escuela privada. Esa experiencia
me hizo ver que ése no era el arte que quería buscar, europeo, estética muy minimalista, muy apartada de la vida real, del objeto. Entonces, fueron 6 años de resistencia al sistema artístico, al mundo del mercado del arte. Pude viajar a la India, al Foro Mundial Social del 2004; fui a Cuba, vine, fui a Japón, a Sri Lanka, a Centroamérica, a varios lugares, y poco a poco te das cuenta que el arte manifestado entre los pueblos está en nuestro derredor. Cuando entra el museo o la galería, ya es cuando se está tratando de documentar esa experiencia; ya necesariamente el arte no está vivo, pero está como resultado de la experiencia. Entonces me interesó más ese tipo de creación en el arte y empecé a ver los movimientos sociales: las panteras negras, el zapatismo, diferentes formas en que los pueblos se manifiestan, cómo se expresan y cómo eso es arte por sí mismo. Después de que saqué la maestría en Chicago, tenía muy pocas opciones, aplicar para galerías. Ya tenía una galería, ya había expuesto en varios museos y realmente para mí fue una experiencia muy vacía; la experiencia que me levantaba era estar en el taller esculpiendo, pintando, haciendo cosas en las calles con los migrantes, migrantes recientes que estaban en California. Comencé a trabajar con ellos.
Empecé a trabajar en las escuelas en Oakland, California, con la comunidad afroamericana, la comunidad musulmana. Oakland es una ciudad de puros inmigrantes, entonces ahí estaba trabajando de maestro de arte con los niños. Empezamos a explorar la identidad, la migración, el lenguaje, porque había una clase de 40 niños que venían todos de diversas partes del mundo: de Kenia, de Irán, de Yemen. Para mí fue una experiencia muy rica. Con los niños comenzamos a hacer escultura social, construir ladrillos de cemento, bloquear las paredes de las escuelas, porque las condiciones en las escuelas son peores que las de Cuba. Entonces ahí comenzaron a darse cuenta los niños cómo eran arquitectos de su propio ambiente, que no eran víctimas del sistema, que ellos pueden destruir y construir a través del arte su realidad. Eso empezó a cambiar la práctica personal de mi taller y de mi pintura y mi escultura. En Chicago conocí a Mía 6 meses después de su accidente, el cual la dejó muy lastimada. 6 meses después de su accidente regresó
accidente regresó a la maestría y ahí fue donde nos conocimos y empezamos a usar el cuerpo como material, porque es todo lo que ella tenía, porque ella tuvo que recrear su vida, aprender cómo ponerse los pantalones, cómo comer, cómo moverse en las calles de Chicago en la nieve, en el frío. Su cuerpo se convirtió en un material para redefinir su derredor, su existencia. Comenzamos a amarrarnos las piernas, con otra pareja empezamos a jalarnos; para eso era la maestría, para explorar, y estuvimos haciendo de todo en las calles arrastrándonos con la silla de ruedas. Hizo un saco con ruedas y empezó a caminar como víbora por las calles y a ver cómo reaccionaban; entonces el arte era un experimento de vida. Siempre tienes que arriesgarte, hacer el ridículo para descubrir cosas bonitas. Y cuando salimos no sabíamos cómo seguir con esta investigación. Entré a la galería, residencias, becas; se nos hizo una hueva entrar a ese sistema de competición. Entonces yo ya tenía la mirada puesta en Chiapas y nos vinimos con la idea de abrir un espacio para que los colectivos que ya existían aquí pudieran tener un lugar, no necesariamente venir a definir un arte, nada de eso. La idea era tener un espacio para la conversación, que funcionara como un laboratorio. Hasta la fecha, tres o cuatro años después, no hemos tenido pláticas públicas; no tenemos un manifiesto ni nada. Era nada más abrir un espacio y hacer el laboratorio para ver qué pasa. Se llama las Naciones Unidas, porque ahí estaban las Naciones Unidas, y parte de la idea es que los artistas, activistas, académicos, intelectuales, miembros de la comunidad tomen ese rol que supuestamente las Naciones Unidas deben tener de crear empatía, entendimiento, diálogo. Entonces la idea es invitar a residentes de todas partes para que vivan en Edelo de 3 a 6 semanas, tres a seis meses para trabajar con gente de otras disciplinas, danzantes, payasos, doctores, nos han llegado de todo, y vivir en la misma casa y a ver qué pasa. Colaborar, pelear, a veces funciona y a veces no; pero, ésa era la idea de quebrar las divisiones entre hacer la misma cosa; pero, vivimos en una ciudad tan
las disciplinas. El jardinero, el curandero y el artista podrían hacer la misma cosa; pero, vivimos en una ciudad tan dividida que no nos da la oportunidad de imaginar otras alternativas cuando estamos todos en nuestros círculos, el circulo artístico, el circulo académico, el político, y ésa era la idea de Edelo. ¿Cómo surge la propuesta de Arte Urgente? CD: Arte Urgente surge conversando con Pablo Millán, que está dando clases en la escuela de artes de Tuxtla, y surge de conversaciones con sus estudiantes, de la urgencia de crear arte en tiempos como los de hoy y explica la urgencia de las necesidades de vivir una vida creativa. No importa quiénes somos, cuál es nuestra profesión, si somos contadores o si trabajamos en el Oxxo o si trabajamos en el banco o si trabajamos en un restaurante, es la necesidad de que la humanidad sienta la urgencia de vivir, de explorar la creatividad, porque sentimos que es parte del proceso de evolución de la humanidad; sin la creatividad no hubiéramos llegado a este punto. Pero, en los últimos 100 años, los sistemas que se han logrado establecer
alrededor de nuestras vidas no permiten al ser humano vivir creativamente; entonces hay una depresión, un pánico, una frustración, un sentido de pérdida de identidad como seres humanos que en algún momento va a explotar. Ya lo vemos en diferentes países y ciudades donde hay una inquietud social y no nomás es por la economía o lo político, es también en lo personal. La tierra está sufriendo un montón de cosas y eso es porque no nos hemos dejado imaginar otras cosas. Entonces de ahí sale la urgencia. Arte Urgente nomás es una palabra, una frase para iniciar una conversación, no es un colectivo o un movimiento; es para que podamos pensar en la urgencia que existe ahorita de hacer arte. Mucha gente deja de hacer arte porque no estudió o porque el artista es especial, pero hay que liberarnos de todo eso. ¿Quiénes se involucraron? Íbamos a hacerlo más grande en Edelo, porque íbamos a abrir la convocatoria; pero, como salió esa oportunidad de hacer algo más íntimo, más organizado, entonces estábamos trabajando con Dalia y Adriana. Pablo estaba trabajando con estudiantes. Ya habíamos hecho intervenciones en
Piña Palmera tres meses en Oaxaca; así que las obras ya se estaban armando. Tenemos 3 años trabajando con los boleros del centro, ya tenemos 3 o 4 proyectos con ellos, y cabía dentro de la idea de la urgencia en el arte, de la participación; entonces ya era tiempo de presentarlo en público, porque nunca se había presentado. Se esta presentando de forma simultánea en? Se está presentando en una galería de San Francisco en California, que ya tiene 40 años de existencia. Se llama Galería de la Raza; es conocida por el movimiento de los años 60, el movimiento civil de los chicanos y los afroamericanos, los filipinos campesinos de allá. La galería se estableció en los años 60 para enseñar el arte de protesta, el arte chicano, el arte no blanco, porque allá al mexicano chicano lo miran como el otro. De vez en cuando buscan algún artista afroamericano o mexicano para exponer en galerías para que no se mire muy blanca. Así es el sistema de allá, es muy racista, muy exclusivo, como aquí también.
¿Y aquí el otro? Por eso, trabajar con Adriana y los boleros y trabajar con Dalia me recuerda el mismo sistema de allá: vamos a ver qué están haciendo los indígenas en el arte, a ver si los podemos meter en esta exposición para ser más contemporáneos. Es decir, la experiencia que yo tenía como migrante fue que yo siempre era el
otro y, al moverme para acá, ya de repente soy blanco y privilegiado, y entiendo el privilegio que viene de ser hombre y de ser blanco y privilegiado, y ya me pone en otro escenario. Hasta tengo que tener cuidado de cómo manejarme, porque me acusan de racista y quién sabe qué. Entonces ya veo los dos papeles en el extremo y también me libera, me libera de las dos experiencias. En las formas más sencillas, trabajando con los chavos, los boleros en la semana vienen a Edelo y trabajamos con el material, trabajamos con dibujo, platicamos, comemos también. Trabajando recientemente con inmigrantes chiapanecos en San Francisco vivimos juntos dos semanas y ése era el arte, convivir. Creamos un problema en Chiapas, se trataba de alzar 30 metros una casa de madera en dos semanas. Hicimos modelitos chiquitos y a través de la creación contamos historias de cómo llegamos, de dónde venimos, cuándo llegamos tú y yo, cuántos días en el desierto, 6 meses acá, y tus ilusiones, desilusiones, cuánto
le mandas a tu familia; todo sale mientras estamos tratando de armar esculturitas. Lo más sencillo y ya el último día lo llevamos al campo y empezamos a filmar; lo alzamos como 15 metros, porque se quebró. Pero eso no era el punto, el punto era la experiencia de conversación de historia oral, de escultura social. Con los niños también esas dos semanas las pasamos así, saliendo a la calle con sus obras, y ya el público los comienza a mirar diferente. Es el modo en que el arte cambia las nociones de normalidad en la sociedad; o sea, si son niños trabajando en las calles, ya es aceptado. Es parte de nuestro paisaje cultural aquí, que tengamos niños obscuros trabajando en la calle; pero, si están haciendo arte, la gente se ofende, se hace para atrás, de los más progresistas a los más racistas. Las reacciones a veces son iguales; se sorprende uno porque, cuando un niño se convierte en actor de su propio ambiente, el público tiene que enfrentar la historia del racismo, porque ahí está en tu cara. Ya no está escondido en el paisaje de los trabajaros, ya lo tienes en tu cara y eso, ya desde iniciar una conversación, se convierte en política; ya se convierte en activismo. Si contrato a seis niños blancos de boleros y los pongo en el centro, también va a ser una reacción muy fuerte para el público, los coletos, los extranjeros, los turistas, y eso ya es una obra de teatro, de escultura social muy fuerte. Entonces jugar con el teatro, con la escultura, los talleres, las intervenciones públicas ya se convierte en un acto político, porque la intención es agarrar nuestras nociones de normalidad en la sociedad y eso te causa un poco de… La idea con los conos es que la arquitectura define nuestra realidad y ¿quién creó todo esto? Pues nosotros y ahí empieza el activismo, ¿no? A una amiga crítica le decía que, en tiempos como hoy, a lo mejor puedo estar mal, pero es mejor crear mucho arte malo que no crear; es decir, la presión del artista de hacer piezas bonitas es que tenemos que hacer unas 100 piezas bien feas que a nadie le van a gustar para que empiece un lenguaje visual de la región, de lo individual. Entonces, Arte Urgente también es para iniciar ese deseo de hacer obra, de hacerlo, hacerlo; y ése es mucho riesgo también, porque todo el mundo esta listo para criticar, ¿no? Y eso es todo, hacer más obras.
DORIS DIFARNECIO EL CIERRE DEL CENTRO HEMISFERICO DE POLITICA Y PERFORMANCE EN CHIAPAS Doris Difarnecio es una afrocolombiana crecida en la ciudad de Nueva York, directora de teatro y activista, ha trabajado con el grupo FOMMA (Fortaleza de la Mujer Maya) desde 1999 , colaborado con Kacqla (un grupo de mujeres Quitzche de Guatemala) y con las mujeres Mezquitas artesanas de Nicaragua en la creación y dirección de sus obras de teatro. Dirigió el Centro Hemisférico, sede satélite del Instituto Hemisférico de la Universidad de Nueva York en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México, enfocándose en el arte, la política , el activismo y el performance creando así un espacio que vinculaba culturas y modos de expresión. Las ponencias, proyecciones, acciones públicas y políticas, performances y, exposiciones de arte, que se realizaron durante su programación contribuyeron en gran parte al fortalecimiento de un consorcio colaborativo, multilingüe e interdisciplinario de instituciones, artistas, académicos y activistas en la ciudad de San Cristóbal de las Casas. Continúa su trabajo con acciones públicas en contra del Feminicidio con un consorcio colaborativo de artistas nacionales e internacionales que componen el consorcio llamado ARTE/ACCIÓN.
Conversamos con ella sobre el cierre del Centro Hemisférico, su labor durante estos años y el trabajo del colectivo ARTE/ACCIÓN. ¿Cómo llegas a un interés en el teatro desde lo social, o como herramienta de transformación social? Inicia mi interés en el teatro como práctica de autoreconocimiento desde que comencé a actuar en Nueva York. Recuerdo siempre en mi carrera artística combinar el teatro con proyectos sociales y educativos. En 1999 tuve la oportunidad de ser invitada por Ralph Lee y Mimi Laughlin a visitar a FOMMA ( Fortaleza de la Mujer Maya), un grupo de mujeres actrices indígenas Mayas que utilizan el teatro popular como instrumento social, terapéutico y político. Buscan con su labor artística una forma alternativa de representación, de dialogo y justicia social con su trabajo teatral. Inclusive, por medio de sus experiencias y vida personal politizan las realidades sociales que golpean a sus comunidades como el alcoholismo, la droga, las adicciones, la muerte materna, la migración y la violencia hacia la mujer. El proceso creativo basado en el testimonio con las mujeres, me permitió de alguna manera entrar en el contexto de vida de las actrices y ver cómo el teatro provee una oportunidad de recuento y de apertura desde lo traumático a lo
a lo público al canalizar el trauma personal hacia una reflexión colectiva con sus espectadores. Me interesa el teatro desde la visión de Boal quien dice que “Una vez que el ser humano conozca y torne expresivo su cuerpo, estará pues habilitado para practicar formas teatrales que lo liberen de su condición pasiva, y lo transformen en sujeto de la acción: actor y protagonista.” Este es mi eje fundamental en como el teatro transforma lo social. ¿Y cómo decides quedarte aquí con FOMMA? Vine a realizar un taller de teatro con FOMMA en el 99 no con la intención de quedarme, pero sí de ver otras formas de pensar, de vivir y de ver el mundo desde otra óptica. Deseaba empaparme de técnica diversas en el teatro y de crear de formas alternativas. Buscaba ejercer la dirección de una forma menos vertical, diferente a la tradicional donde el director manda y controla todo aspecto de la creación, sin necesariamente incluir al actor en el proceso creativo. FOMMA decidió invitarme cada verano después del primer taller y desde entonces hemos creado cerca de 15 obras en repertorio. He viajado con ellas en sus giras a nivel regional, nacional e internacional. Al mismo tiempo, la oportunidad de dirigir el Centro Hemisférico en colaboración con FOMMA y como satélite del Instituto Hemisférico de Nueva York me permitió quedarme aún más tiempo de lo que esperaba.
¿Existen otras sedes del Instituto en el mundo? No existen otras sedes, pero el Instituto es un consorcio multilingüe e interdisciplinario que trabaja en colaboración con instituciones, artistas, académicos y activistas en las Américas. Como consecuencia de dicho foco geográfico, el Instituto fomenta interacciones en la práctica artística y la pedagogía en torno al performance y la política por todo el hemisferio. Cada dos años se organizan encuentros de ocho días en un lugar distinto de las Américas. Cada encuentro promueve la experimentación, el dialogo y la colaboración al reunir quinientos participantes en torno a un programa de conferencias, performances, instalaciones, mesas redondas, exposiciones, muestras de video, grupos de trabajo y talleres prácticos de performance. Este propósito de trabajar el cruce entre arte y política permitió que el trabajo del Hemisférico pusiera en contacto y abriera un espacio de encuentro para la academia, los artistas y el público. ¿Cómo se dio este proceso? El origen de este cruce pedagógico viene del Instituto y su directora Diana Taylor. El Centro Hemisférico en Chiapas desarrolló su propia versión con la intención de archivar las prácticas performáticas locales y desarrollar programación cultural e investigación académica con comunidades, artistas y activistas locales, nacionales e internacionales.
¿Quiénes han visitado el Hemisférico en estos años? Hemos tenido una gran suerte de haber colaborado con una variedad de artistas, académicos y activistas tanto locales como internacionales, como Moisés Zuñiga, Cecilia Monroy, Rafael Baca, Santiago Armengod, Alfonso Rodriguez “Poncho,” Maruch Santiz, Dolores Santiz y Daniel Xinix, Caleb Duarte, Jesusa Rodriguez, Liliana, Regina Galindo, Emory Douglas. Regina José Galindo, Yes Man, Reverán Billy Coco Fusco, Yujaskani, Diana Taylor, Claudio Lomnitz, Mari Louise Pratt, Lourie Novak, Martha Figueroa, Norma Cacho, La Julio, los jóvenes teatreros de Acteal, Kacqla, FOMMA y otros… ¿Cómo comienza el trabajo del Hemisférico sobre el tema del feminicidio? Hace dos años Itzel Janet Méndez, una joven de 16 años fue violada y asesinada, su cuerpo fue cortado, abandonado en un baldío y fotografiada por la prensa amarilla. Los padres sufrieron con las imágenes y la poca atención del ministerio público para movilizar la investigación. Alguien que conocía el trabajo de activismo y performance del Centro se puso en contacto conmigo y me pidió apoyo. Convocamos una marcha con los padres y la familia de Itzel, con la sociedad civil , la prensa libre y la familia de las víctimas de violencia feminicida.
Regresamos al baldío donde se hallo su cuerpo y realizamos un ritual con los padres colocando velas y carteles con su nombre. Más de mil personas participaron en la marcha. Así nos nació la conciencia sobre la violencia feminicida y las acciones públicas contra el feminicidio son y serán parte de nuestro compromiso político con ARTEACCIÓN: NI PERDÓN NI OLVIDO EN CONTRA DEL FEMINICIDIO. No he estado sin apoyo en la organización y realización de las acciones sino ayudada por un gran equipo de colaboradores, específicamente Lydia Reich, Rosy Velasco, y Grace Remington, quien dice lo siguiente sobre el impacto de nuestro trabajo: “La personalización de la acción y su uso como foro público para los familiares de las víctimas quizá no parezcan tan eficaces en combatir el problema como un juicio u otro proceso legal. Sin embargo, al abrir esos espacios públicos a la gente y al invitarle a expresarse, las acciones le da un sentido de justicia que los otros sistemas sociales le deniegan. El tema de cada acción es única, dependiendo del contexto y de las organizaciones participantes, pero cada performance intenta manifestar la tensión entre las estructuras sociales, culturales, políticas y económicas y las realidades de la gente que viven bajo su control. Al poner eso en escena, las acciones da al público la oportunidad de reclamar su ciudadanía, de manifestarse y de insistir en su vigilancia y su presencia.”
¿Cómo ves tú la relación entre arte y activismo? Como una intersección que permite mover las relaciones entre prácticas cotidianas y cuerpos y rituales políticos. Cuando las personas intervienen un espacio, colocando velas y flores en el camino del andador o en la plaza de la resistencia para nombrar las víctimas, les hace parte de esa denuncia, de no participar en el silencio. La creatividad alrededor de las velas, los nombres y las flores son artísticas y recogen el ritual del día de los muertos que se celebra aquí en los panteones, cuando los seres queridos visitan a sus muertos con música , comida y flores. Las intervenciones provocan e impactan por su presentación y atrae a las personas hacia los objetos artísticos donde al mirarlos se confrontan con el espejo, de la violencia, al ver nombres de mujeres muertas entre la belleza de
las flores y las velas. Martha Figueroa, nos dice que estas acciones “nos permite recobrar el tejido social al espantarle el miedo y crear espacios de duelo y acompañamiento a los familiares de las víctimas.” Es una manera, como dicen aquí en los pueblos, “ de recoger el alma”, de hacer presente lo que se nos ha arrebatado por la violencia y la impunidad. Pienso que estas acciones artísticas son un perfecto conducto para la denuncia y para la resistencia, estoy convencida que sirven como arma contra la indiferencia en todas sus esferas. La condición de frontera, mujeres centroamericanas que se quedan en el anonimato, ¿esta reflexión es parte también del trabajo que han venido realizando? Es interesante tu pregunta… es sobre mujeres asesinadas por ser mujeres y nosotras
lanzamos el foco a este tipo de violencia que incluye mujeres que mueren en el anonimato cruzando la frontera. ¿A qué se debe el cierre de Centro Hemisférico? Todo llega a su final y este es un cierre con broche de oro que despide al Centro hacia otro consorcio de artistas activistas académicos ARTEACCIÓN y que viendo que ahora las mujeres integrantes de FOMMA ya no necesitan de acompañamiento en su labor artístico como al inicio hace unos años, nos despedimos para seguir nuestros trabajos por caminos separados, dando gracias a una colaboración que ha fortalecido a todos y todas en múltiples maneras. ¿Y ahora qué sigue? Creo que este es un momento de apogeo y movimiento político y artístico en San Cristóbal de las Casas. Hay una multitud de artistas y activistas que están plasmando su trabajo por medio de la fotografía, esténcil, arte callejero, cine documental, pintura y teatro. Me imagino una corriente innovadora de activismo en esta ciudad ocupando calles, espacios, cuestionando políticas arrasadoras y violentas. Nos queda ver qué se plasma, dónde y cuándo…qué se politiza. Pienso que veremos un movimiento artístico tenaz aquí y aunque algunos nos vayamos siempre habrán los otros que continúan marcando el tiempo y los espacios con el Arte en Resistencia generando las formas alternativas de representación política, social, cultural. Nos queda mucho por ver, por crear….
LAS IMÁGENES QUE APARECEN EN ESTA PUBLICACION PERTENECEN A DIVERSOS AUTORES Y ESTAN PUBLICADAS EN ALGUNOS DE LOS SIGUIENTES SITIOS. AGRADECEMOS A SUS AUTORES EL EMPLEO DE LAS MISMAS PARA FINES DE DIFUSION CULTURAL. http://www.cocofusco.com/ http://fomma-chiapas.org/ http://centrohemisferico.wordpress.com/ https://www.facebook.com/doris.difarnecio?fref=ts http://www.edelo.org/ http://www.calebduarte.org/ https://www.facebook.com/caleb.duarte?fref=ts https://www.facebook.com/edelo.residencia?fref=ts AGRADECEMOS DE MANERA ESPECIAL A DORIS DIFARNECIO Y A ROSY VELASCO POR LAS IMÁGENES Y EL APOYO PRESTADO PARA LA REALIZACIÓN DE ESTE NÚMERO, ASI COMO A COCO FUSCO Y A TODO EL EQUIPO DE EDELO POR SU TIEMPO Y SU DISPOSICION .
DOSSIER DE ARTE CONTEMPÓRANEO es una publicación independiente sin fines de lucro. San Cristóbal de Las Casas, Chiapas. Enero 2014.
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