BÁSTATE MI GRACIA
Lic. Juan José Vargas Fallas Animador de Vida San José, octubre 2012
860. 9 V297b
Vargas Fallas, Juan José Bástate mi gracia / Juan José Vargas Fallas -- 1ª ed. -- San José, Costa Rica: Juan José Vargas Fallas, 2012. 72 p.; 21 cm x 13.5 cm. ISBN 978-9968-47-597-6 1.LITERATURA RELIGIOSA 2.RELIGION EN LA LITERATURA I.Título
BÁSTATE MI GRACIA Derechos de Autor: Lic. Juan José Vargas Fallas. Derechos Reservados 2012 Tels. 2257-7910, 2221-9639 Fax: 2222-9667 clubdepaz@ice.co.cr www.clubdepaz.com Imagen de la portada: Creación: Juan José Vargas Fallas Diseño: Marcela Serrano Diseño e Impresión: Ediciones Serrano Elizondo S. A.
Este material no se vende, se entrega gratuitamente. Si usted siente en su corazón el deseo de ser parte de la difusión de «BÁSTATE MI GRACIA», difúndalo por su propia cuenta o bien, si quiere colaborar, para poder entregar GRATUITAMENTE ESTE MENSAJE a otros hermanos, hágalo a la cuenta 200-01-087-020651-8 BNCR. DIOS LE MULTIPLIQUE SU GENEROSIDAD. Juan José Vargas Fallas
DEDICATORIA Deseo dedicar este pequeño libro en páginas, pero enorme tesoro que Dios nos da, a mi amada madre Audely Fallas Quesada, quien vivió 89 años de amor a Jesús y María. A ella, quien me transmitió fe, esperanza y caridad; y que desde el cielo me sigue cuidando.
Juan José
Año de la fe 11 de octubre del 2012 24 de noviembre del 2013 "La fe crece cuando se vive como experiencia de un amor que se recibe y se comunica como experiencia de gracia y gozo". Benedicto XVI
PROLOGO Recuerdo todos los momentos, en donde mi madre Audely me decía que, nunca me olvidara de Dios. También tengo muy presente en mi mente todas las veces que me invitaba a rezar el Santo Rosario, pero hay algo que se me quedó grabado con mucha fuerza y hasta el día de hoy lo sigo haciendo y es, al pasar al frente de una Iglesia y hacer la señal de la Cruz, porque ella me decía y me ha quedado en mi mente y corazón: «RECUERDE QUE AHÍ ESTÁ JESÚS SACRAMENTADO». Han pasado los años y hasta después de 31 años voy a compartir con mis hermanos y hermanas unos sueños que he tenido desde el 1981, en donde he soñado con Jesús y que en los últimos años me ha llevado a adorarle en el Santísimo Sacramento del Altar, donde he experimentado que si hay poder en la oración, «más poder hay en la adoración a Jesús, y más si ésta se hace de rodillas y postrados ante el Señor». Sin embargo, los años han pasado y sinceramente nunca le di importancia a estos sueños, ya que los veo como algo normal de mi amor a Jesús, lo único que he hecho es copiarlos, una vez que los tengo los he guardado, no tenía nunca la intención de darlos a conocer, sabiendo lo que eso puede generar en algunos hermanos y hermanas y, la realidad es que no quería exponerme a tener dolores de cabeza por causa de esos sueños, además en el año 1993 tuve en Austria la experiencia del Rosario Blanco para la Paz, Personal, Familiar y Mundial y, a pesar de que mi amado Arzobispo Mons. Román Arrieta que de Dios goce, y el Canciller de la Curia Metropolitana me extendieran una carta donde después de un estudio serio concluyeron: -4-
«QUE NO HAY NADA QUE SE OPONGA A LA FE DE LA IGLESIA EN EL ROSARIO BLANCO», a pesar de ello, he pasado sufrimientos tremendos y hasta humillaciones durísimas, entonces con mucha más razón, no he querido publicar absolutamente nada de esto, ya que se pueden interpretar de muchas maneras y hasta afloran celos apostólicos desgarradores. No omito decir que, el gozo que he tenido con los miles de testimonios del Rosario Blanco y de ver como Jesús y María siguen bendiciendo a mis hermanos que lo practican han compensado todos mis sufrimientos y desprecios. Mi intención y mi deseo es: provocar el deseo ardiente del amor a Jesús, soy un pecador que desea ardientemente el amor de Dios, y en mis oraciones sinceramente le pido a Dios que me ayude a llevar una vida sencilla y que pueda pasar este mundo sin siquiera dejar rastro de nada, como me lo enseñaron los Padres Franciscanos, de quienes recuerdo, me decían: un verdadero cristiano ni deja rastros de sus huellas por donde pasa, pero que no se haga mi voluntad sino la de mi amado Señor Jesús y debo confesar que me ocurre cada cosa en mi vida que no sé cómo actuar, Dios me pone muchas cosas en la cabeza y en el corazón y como mal discípulo que soy, algunas ni les hago caso, porque me parecen muy grandes para mí, y no quiero ser el hazme reír de todos y me cuesta mucho hacer su voluntad. Por ello, me uno a la Santísima Virgen María, la llena de gracia para que me auxilie en esta misión y con ella de mi lado seguiré luchando, he venido aprendiendo y siendo dócil a mi amado Señor Jesús y si debo aprender siendo el hazme reír de todos y con ello, limpiar mi pecado pues que así sea, que se haga la voluntad de mi amado Señor Jesús. Llenándome de valor, les digo que con estos sueños que he venido teniendo desde el año 1981 hasta este año 2012, lo único que he hecho es guardarlos, LO VUELVO A -5-
REPETIR y jamás le comenté a nadie nada. Pero el último sueño, me sucedió que después de despertar, comenzó a carcomerme en el pecho, el hacer la voluntad de mi amado Señor Jesús, y me sentía muy mal porque no le había hecho caso a mi amado Jesús, me sentía después del sueño regañado y hasta avergonzado, entonces, como queriendo remediar mi error, con mucha calma y pasos muy cuidadosos, tomé la decisión de comenzar a dar a conocer este mensaje de «BÁSTATE MI GRACIA», fue así que, por primera vez, el último sueño del 31 de marzo del 2012, lo copié en la computadora y se lo envié por primera vez a mi amada hija Rosibel, para que lo imprimiera y le comenté no decir nada, absolutamente nada. Seguidamente el Señor Jesús me regaló la oración «BÁSTATE MI GRACIA» para recitar después del Ángelus del medio día, la envié a la impresora para hacer un tiraje de 1000 y las regalé, luego he sentido mucho dolor en mi alma, porque comencé a buscar los sueños anteriores, entre mis cosas, en mi taller y, pasé dos semanas buscando, acomodando, quitando papeles y libros, y ahí fueron apareciendo, unos todos doblados, otros escritos en hojas de portafolio grande, pero hay dos sueños que no encuentro por ningún lado, yo los escribí, después de soñar y como siempre hacía, los guardaba, por ahí o por allá, sinceramente sin darles importancia, sé que están entre algún libro, o en alguna gaveta, pero no los encontré y me he sentí muy triste por mi falta de atención, entonces, lo que hice con los que tengo fue entregarlos para que los pasen en limpio y con ellos hacer un libro para difundir la palabra de mi amado Señor Jesús: «BÁSTATE MI GRACIA». Comencé a trabajar en la voluntad de mi amado Señor Jesús y experimenté un gran contentamiento, primeramente imprimiendo la oración «BÁSTATE MI GRACIA» que es una oración para decir después del -6-
Ángelus del medido día, luego la publiqué en el Eco Católico precisamente en el mes de junio del 2012, mes del Sagrado Corazón de Jesús y comencé a regalarla para todas aquellas personas que la quisieran realizar todos los días. El 13 de agosto 2012 tuve un encuentro con la Sra. Olga Cozza de Picado, quien desde hace más de 30 años ha sido un ángel para mí, y le comenté de los sueños, a lo que ella me respondió: «difúndalo por el Canal 7», juntos al final del encuentro oramos e hicimos la oración: «Bástate mi gracia». Salí muy animado del encuentro con ese ángel que es doña Olga, siempre es una bendición poder orar y hablar con ella. Seguidamente me di a la tarea de llevar a la realidad la imagen que tuve en el último sueño de ver a Jesús vivo, lleno de luz y radiante, de cuerpo entero, en medio de una hostia grande y, para ello, busqué a Marcela Serrano, la hija de un buen hombre don Eugenio Serrano Elizondo, quien es un servidor de Dios y con su imprenta hace un gran bien a la iglesia costarricense, para que me hiciera el diseño de la imagen y después de varias veces, Marcela, que me tuvo una gran paciencia, al fin logró dar con la imagen que observé en el sueño. Por lo que, decidí escribirle al Sr. José Sancho, del Eco Católico, quien siempre me ha tratado de una manera muy hermanable y me ha permitido poder cumplir mis deseos de ayudar humildemente en la difusión del semanario Eco católico, le escribí para publicar por primera vez en toda una página en el Eco Católico del 9 de setiembre 2012 la Imagen tal y como observé a mi amado Señor Jesús, en medio de la Sagrada Hostia, de cuerpo entero, lleno de luz y radiante, con sus brazos abiertos queriendo abrazarnos como en el último sueño. Y ahora con este libro, quiero seguir haciendo la voluntad de mi amado Señor Jesús de difundir este mensaje: «BÁSTATE MI GRACIA». JESÚS ESTÁ VIVO -7-
LLENO DE LUZ Y RADIANTE EN EL SANTÍSIMO SACRAMENTO DEL ALTAR. Quiero dejar muy claro y hacer hincapié, que toda esta difusión de «BÁSTATE MI GRACIA», SERA TOTALMENTE GRATUITA, no se podrá lucrar con venta de libros, estampas, imágenes y oraciones, medallas o cualquier otra iniciativa, todo deberá ser entregado a los hermanos y hermanas, TOTALMENTE GRATIS. Mi amado Señor Jesús, que está vivo, lleno de luz y radiante lo mantendrá vigente, para la gloria de su santísimo nombre y será El quien tocará y buscará corazones que se encarguen de esta difusión, además dará los medios para que se realice. Este libro «Bástate mi gracia», contiene una serie de reflexiones, meditaciones personales, así como mensajes que Dios ha revelado a diferentes hermanos y hermanas, todos creyentes en un solo Dios y en su amadísimo Hijo nuestro Señor Jesucristo, por ello, quiero dar las gracias a: Saturnino Junquera, Enrique Monterrosa, Raphael Méndez, Mark Copelond, Nicolás Hernández, Valente Rodríguez, Gloria Copelond, Dorilo Murillo, quienes me han proporcionado el poder darle cuerpo a este libro y así facilitar la difusión de este mensaje: «Que mi amado Señor Jesús, que está vivo, lleno de luz y radiante y que su gracia lo puede todo, nos brinde su gracia y que escuchemos su voz que nos dice: «BÁSTATE MI GRACIA. SEA GLORIFICADO SU NOMBRE, HOY Y SIEMPRE, POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS AMEN». El autor
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CONFIDENCIAL: LOS SUEÑOS 1, 2, 4, 6, 7, Por lo general, duermo muy poco, casi siempre me acuesto de 12:30 am a 1:00 am y me levanto automáticamente a las 4:30 am, durante el día eso sí, aprovecho y práctico muchos ejercicios de meditación y respiración, lo que me ayuda mucho a pasar los días con muy buena actividad, sin embargo, siempre a eso de las 2:30 am a 3:30 am me he despertado muchas veces y siento en mi corazón que debo orar, esto es recurrente en mí, casi nunca recuerdo los sueños que tengo, aunque dicen los estudiosos que todos soñamos por lo menos siete veces durante la noche, pues bien, muy pocas veces he soñado y menos recordar mis sueños, pero me sucedió que desde el año 1981 cuando Dios me permitió viajar al Amazonas brasileño como misionero, tuve un sueño muy bello y difícil de entender con mi amado Señor Jesús, fue precisamente un 21 de junio de 1981, y cumplo la orden de darlos a conocer, además los comentarios a los sueños que vas a leer los escribí en el momento, inmediatamente después de tener el sueño. Pues bien estaba yo en la misión de Taracua en el alto Río Negro, cuando soñé:
SUEÑO 1 21 JUNIO 1981
Caminaba por calles muy estrechas y una multitud de gente no me dejaban ver, con mis brazos trataba de quitar las personas y me era imposible, escuché una voz que -9-
detrás de mí me decía: «No hagas lo que ellos hacen, grita que me miren así como estoy», entonces me volví y vi al Señor Jesús lleno de vida, con una mirada tan dulce y tierna y con una sonrisa suave que me llenó todo el alma, le pregunté al Señor Jesús: ¿cómo les voy a gritar, ni siquiera puedo moverlos de donde están? y me dijo: «Bástate mi gracia, yo te la doy» y de todo su cuerpo lleno de luz y resplandor, su luz me cubrió dándome un alivio maravilloso. Entonces comencé a gritar diciendo a la multitud: «Mírenlo así como está, mírenlo así como está», poco a poco algunos de los que miraban volvieron sus cuerpos y alababan al Señor Jesús y para mí fue sorprendente poder ver que lo que estaban mirando, era al Señor Jesús crucificado, entonces dije a mi Señor Jesús: «pero si te están mirando a ti, porque me dices que les grite, que te miren así como estás». Poco a poco, muchos volvieron a ver pero no me hacían caso, la gran mayoría, entonces ante mi Señor Jesús exclamé: «no me hacen caso, tú lo puedes ver» y el Señor Jesús me dijo: «Bástate mi gracia, sigue sin cansarte gritando, tú haz lo que yo te digo, que me miren así como estoy». Comentario del sueño, escrito inmediatamente después del sueño: Este fue mi sueño, el cual no entiendo, desperté con los brazos adormecidos y creo que por eso vi al Señor Jesús crucificado, en realidad me gustó este sueño, nunca me había soñado con mi Señor Jesús, hasta ahora aquí en el Amazonas, he soñado mucho con mi mamá y cuando lo hago, después lloro mucho, porque mi mamá me ha transmitido un gran amor y sé que ella sufre al estar yo aquí. Hoy estoy cumpliendo seis meses de haber llegado al Amazonas, junio 21, mes del Sagrado Corazón de Jesús y fui despertado a las 3 de la mañana, creí que era mi hermano el misionero Víctor Julio o el padre director Edmundo, que me habían lanzado algo a mi cama, que me - 10 -
hizo ponerme de pie y preguntar ¿qué era?, al no ver a nadie en la habitación y cerciorarme que la puerta estaba cerrada, me puse a hacer oración y de rodillas me volví a dormir y tuve este sueño.
SUEÑO 2 25 JUNIO 1990
Esta vez soñé que estaba en Roma y estaba vestido de sacerdote, estaba con el Papa Juan Pablo II y era una sala muy grande, yo estaba como a 20 metros del Papa y en medio había muchos cardenales, entonces el Papa habló y preguntó: «¿Quien está evangelizando como Jesús lo pidió?», todos nos quedamos callados y en eso Jesús se apareció en medio de todos, el Papa siguió hablando con Jesús ante la sorpresa de todos nosotros que allí parecíamos niños llenos de contentamiento. El Papa volvió a preguntar: «¿Quien está evangelizando como lo pidió Jesús?», aquello era un silencio total, entonces mi Señor Jesús se volvió y nos llenó de luz, pero todos lo podíamos ver, la luz no nos cegaba, la luz de Jesús nos daba seguridad y tranquilidad, Jesús me señaló, yo sabía que me señalaba a mí, y Jesús me dijo: «No has hecho mi voluntad», sentí que todo aquel salón me caía encima, yo no podía hablar y el Papa Juan Pablo II me miró y me hizo una señal y al instante yo estaba junto a él y Jesús dijo: «No recuerdas mi voluntad, porque no has hecho lo que te dije», entonces levanté los brazos y agachando la cabeza me postré de rodillas y dije: «No sé lo que tú quieres que haga» y el Señor Jesús levantó su voz y dijo: «Quiero que les digas que me miren como estoy», entonces le dije al Señor: «pero si todos te están mirando como estás» y el Señor me levantó y todos los cardenales estaban viendo hacia otro lugar, yo comencé a decir: - 11 -
«Miren al Señor Jesús» y algunos volvían a ver al Señor Jesús, radiante lleno de vida y lleno de luz, los cardenales que se volvían me dejaban ver a Jesús crucificado, yo le dije a mi Señor Jesús: «No me hacen caso», Jesús me dijo: «Bástate mi gracia, sigue haciendo mi voluntad». Desapareció mi Señor Jesús, me quedé solo con el Papa Juan Pablo II y me dijo: «Cumple con la voluntad de Jesús, como yo estoy cumpliendo con lo que a mí me encomendó». Comentario del sueño número 2, escrito inmediatamente después del sueño: Mi sueño terminó con ese dialogo con el Papa Juan Pablo II. Soñé otra vez con mi Señor Jesús, algo siento dentro de mí que debo escribir este sueño, no sé para qué, pero es bonito soñar con Jesús. Es muy hermoso soñar con Él, quisiera soñar todos los días. Creo de todo corazón, que hacer la voluntad de Dios es lo más hermoso, lo difícil para mí, es no entender qué es lo que tengo que hacer. Creo que yo debí ser sacerdote y no le hice caso a mi Señor Jesús, pero soy misionero y soy feliz de tener una familia, mis hijos, y quiero morir siempre al lado de Jesús, con el Papa soñé porque es quien me ha hecho volver amar a la Iglesia, porque sinceramente no estoy a gusto con el ejemplo de algunos pastores.
SUEÑO 3
NO LO ENCUENTRO ENTRE MIS PAPELES
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SUEÑO 4
JUNIO 15 DEL 2008
Soñé que estaba en un lugar con mucha gente y estaba dando una conferencia o predicación y hablaba yo de la crucifixión y decía, que así sufrió el Señor Jesús, por todos nosotros, cuando al final en la parte de atrás veo a Jesús, lleno de luz, radiante en todo su cuerpo, su figura en el centro pero alrededor de él lleno de luz y me dijo: «No entiendes cuál es mi voluntad en ti, no entiendes que debes gritar que me miren como estoy». Pero mi Señor estoy anunciando tu muerte en la cruz y el Señor Jesús me dijo: «Esa no es tu misión, tu misión es que me miren como estoy, tú serás el mensajero que les recuerde a tus hermanos que me miren como estoy, vivo lleno de luz y radiante». Caí postrado ante mi Señor y le pedí que escogiera a otro, que yo no era sacerdote, que yo no podía y el Señor Jesús, me dijo: «Te voy abrir tu mente, te voy abrir tu corazón, te voy abrir el entendimiento», puso sus manos sobre mi cabeza y dijo: «Bástate mi gracia, mi voluntad es que digas a tus hermanos, que estoy vivo, lleno de luz y radiante que mi gracia les basta». Postrado de rodillas, solo sentía un fuego en mi pecho y le dije a mi Señor Jesús: «Yo no puedo, soy muy pecador, tú lo sabes», entonces el Señor Jesús me dijo: «A partir de ahora hablarás menos y te arrodillarás más, dobla rodillas que mi gracia te llenará, recuerda que mi gracia te basta, cumple con mi voluntad». Comentario del sueño número 4, escrito inmediatamente después del sueño: He soñado nuevamente con mi Señor Jesús, hoy como lo hago siempre, aprovecho la madrugada para orar, me - 13 -
siento y comienzo a orar, creo que me quedé dormido. Estos sueños a nadie nunca los he contado y creo que no lo haré, van a decir que estoy loco y como me van a poner a decirle a las personas, que vean a Jesús, que está vivo lleno de luz y radiante, si todo mundo está pensando en el acto supremo de Jesús al morir en la Cruz por cada uno de nosotros. Esto no me gusta para nada, lo que ahora, a partir de este día haré es: doblar rodillas y pedirle al Señor Jesús que me llene de su gracia. Y desperté como a las 4:55 de la mañana.
SUEÑO 5
NO LO ENCUENTRO ENTRE MIS PAPELES
SUEÑO 6
JUNIO 19 DEL 2011
Estaba sentado como en un tribunal y a mí alrededor habían doce hombres y en medio Jesús, yo sentí que eran los doce Apóstoles y creo que yo estaba siendo acusado, uno de los ancianos dijo: «Jesús mi Señor está vivo, lleno de luz y radiante» y Jesús levantándose tomó la palabra y pronunció: «ESTOY VIVO, LLENO DE LUZ Y RADIANTE, BÁSTATE MI GRACIA». Todos me miraron y me preguntaron: «¿POR QUÉ NO HAS HECHO LO QUE JESÚS TE DIJO?». Yo estaba angustiado, sudaba profundamente y con débil voz pregunté: «No sé lo que Jesús quiere de mí», entonces Jesús me miró y sentí su mirada que me quemaba todo mi ser y me dijo: «¿POR QUÉ TE EMPEÑAS EN NO HACER MI VOLUNTAD, A PARTIR DE AHORA CUMPLIRÁS CON TU MISIÓN, TÚ PREDICARÁS - 14 -
QUE ME MIREN COMO ESTOY: VIVO LLENO DE LUZ Y RADIANTE Y QUE MI GRACIA BASTA PARA LLEGAR A MÍ. A PARTIR DE HOY TODOS LOS DÍAS DE TU EXISTENCIA DIRÁS A LAS 12 MD. JESÚS ESTÁ VIVO LLENO DE LUZ Y RADIANTE BÁSTATE MI GRACIA PARA LLEGAR A MÍ». Comentario del sueño número 6, escrito inmediatamente después del sueño: Nuevamente soñé hoy con mi Jesús, estaba muy cansado el día de hoy, sinceramente no quería arrodillarme, ya había hecho oración en la mañana y en la tarde, pero esta noche estaba muy cansado, mi salud no ha estado bien, me siento como que no tengo ganas de nada. Me acosté sin arrodillarme y soñé. Cuando desperté estaba en mi oficina de rodillas, no sé cómo llegué ahí, encendí la computadora eran las 4:00 am , luego sentí el deseo de escribir y la frase que mi Señor Jesús me dijo que recitara todos los días al medio día, la acompañé de repeticiones de diferentes estados emocionales, que por lo general pasamos todos los seres humanos.
SUEÑO 7
MARZO 31 DEL 2012
Solo imprimir y no comentar nada mi amada hija Rosibel Ante mí, pude verme de rodillas, frente a Jesús Sacramentado, pero la hostia tenía impresa la figura de mi Señor Jesús. Jesús lleno de luz y radiante en forma visiblemente marcada, mi Señor Jesús sobresalía del - 15 -
círculo de la hostia, era como verlo vivo, de Él salía una luz radiante y Él estaba con sus brazos como queriendo abrazarme. Lo adoré y lo contemplé por largo tiempo y volví a mi oración: «Bástate mi gracia», constantemente: «Bástate mi gracia». En el sueño estaba adorando a mi Señor Jesús y me puse de pie y al volver mi Señor Jesús estaba de pie frente a mí, iba a caer de rodillas inevitablemente, porque sentí una debilidad tremenda en mis piernas y el Señor me tomó con sus brazos y mirándome a los ojos me dijo: «Ya no te doy más tiempo, debes anunciar y animar a tus hermanos, que estoy vivo lleno de luz y radiante, así como me has visto. Te ordeno que cumplas mi misión desde lo más alto hasta lo más pequeño». Mi respuesta fue: «¿Cómo, cómo, cómo si soy un pecador para hacer eso?» y mi amado Señor Jesús me dijo: «No conoces o no quieres reconocer el poder de la adoración, yo estaré contigo: Bástate mi gracia». Comentario del sueño numero 7, escrito inmediatamente después del sueño: Hoy abrí mis ojos y di gracias y le dije a MI SEÑOR JESÚS, QUE ESTÁ LLENO DE LUZ Y RADIANTE, desde mi cama me dije: «MI SEÑOR JESÚS QUIERE QUE ORE», pues así lo haré, me levanté muy despacio para no perturbar el sueño de mi esposa Silvia y doblé rodillas, comencé a decir las palabras de mi amado Señor Jesús: «BÁSTATE MI GRACIA», una y otra vez. De pronto comencé a sentir una presencia diferente en mi habitación, algo agradable y dulce, un olor como a jazmín, y mi oración se transformó en un: «Soy pecador mi Señor, perdona mi culpa, soy insignificante, no puedo levantar mi rostro frente a ti», y de ahí en adelante, sinceramente no sé, si me dormí o estaba despierto, pero
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tuve una experiencia encantadora que llenó mi alma de una profunda contemplación. Cuando desperté no sabía si soñé o fue real, solo que me llamó poderosamente la atención que estaba en mi taller y no en mi habitación y oré de rodillas nuevamente, hasta que volví a tener fuerza para levantarme y encender la computadora para escribir. Siento en mi alma un deseo tremendo de buscar todos los sueños que he tenido, que deben estar guardados en unos cajones de mi taller desde hace muchos años. Estoy tan lleno de contentamiento
que quisiera gritar de alegría.
CUMPLIENDO LO ENCOMENDADO Han pasado muchos años y, hasta ahora en el 2012 hago público estos sueños y, entiendo el día de hoy aquellas palabras de la MADRE TERESA DE CALCUTA, cuando pude reunirme con ella en su visita a Costa Rica y que muy humildemente mi amado Arzobispo Mons. Román Arrieta me aceptó ser el traductor, cuando dijo: «Cuando miras al crucifijo, comprendes cuando te amó Jesús. Cuando miras a la Eucaristía comprendes cuanto te ama hoy». En este sentido avancemos a su encuentro para oír sus palabras: «Bástate mi gracia», para tener la fuerza y la fortaleza de vivir con dignidad de hijos de Dios todo lo que la vida nos trae.
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LA SANTÍSIMA MADRE, LA VIRGEN MARÍA, LA LLENA DE GRACIA La fuerza poderosa que le dio Dios Todopoderoso a la Santísima Virgen María, fue la gracia, ella es LA LLENA DE GRACIA, porque el Señor está contigo, no sólo permaneció nueve meses en sus entrañas, sino que vivió con ella durante toda su vida. Y de seguro, en esos diálogos de madre e hijo, muchas veces el Señor Jesús le habló a María Santísima, que para enfrentar la vida, había que abandonarse a la gracia de Dios Padre y, que realmente cuando hacemos de nuestra vida, el depender únicamente de la gracia de Dios, lo que estamos cumpliendo es la voluntad de Dios, y así podemos superar todo lo que viene. En el caso de María Santísima, lo más duro, lo más desgarrador, lo más injusto, lo más doloroso, como lo fue la crucifixión de su amado hijo Jesús, nuestro Divino Redentor y Salvador. María lo pudo superar porque le bastaba la gracia de Dios. Debemos tener siempre presente en nuestras vidas que, no hay un solo pasaje en la sagrada escritura, que presente a la Santísima Virgen María: débil, derrotada, huyendo, diciendo por qué pasa esto, o pidiendo socorro. Ella tenía la GRACIA DE DIOS, y se mostró segura de que, aunque a su Hijo lo llevaran hasta la muerte, Él resucitaría y permanecería vivo, lleno de luz y radiante. Por eso, María la LLENA DE GRACIA, continúo adorando a su Hijo Jesús, porque Ella sabía que estaba vivo. Siempre mostró la Santísima Virgen María, un espíritu indomable para el mundo, lleno de valor y coraje, - 18 -
donde exclama con una confianza y seguridad y con fuerte voz: «PUSO EN SU LUGAR A LOS HUMILDES» (Lucas 1, 52), pero no solo eso, María tenía tanta fuerza y al ser la llena de gracia «vivía todos los acontecimientos y los guardaba en silencio» (Lucas 2: 19). Como debemos aprender de Ella, nosotros que en la menor tormenta o prueba, ya estamos gimiendo y llorando. Entonces mis hermanos y hermanas podemos deducir fácilmente que adorando a JESÚS QUE ESTÁ VIVO, LLENO DE LUZ Y RADIANTE EN EL SANTÍSIMO SACRAMENTO, estamos siguiendo el ejemplo maravilloso de nuestra SANTÍSIMA MADRE LA VIRGEN MARÍA. Con Ella, podemos acercarnos confiadamente a Jesús y decirle que le queremos adorar como su propia Madre lo adoró, que deseamos ser agradecidos como Ella lo fue, y nos acercamos a Él con la confianza que tenía la Virgen María, cuando le pidió ayuda en las Bodas de Caná y mi amado Señor Jesús, realizó su primer milagro, que en nuestra vida podamos oír y hacer realidad las palabras de Jesús: «BÁSTATE MI GRACIA» PARA COMO MARÍA SANTISIMA, RENDIRNOS A SU VOLUNTAD Y DECIR: «HE AQUÍ LA ESCLAVA DEL SEÑOR, HÁGASE EN MÍ SEGÚN TU PALABRA».
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ACUDIENDO A LA FUENTE DE LA GRACIA LA ADORACIÓN EUCARÍSTICA Nuestro amado Señor Jesús, nos quiso dejar un tesoro a nuestro alcance, Él quiso permanecer con nosotros y que nos alimentáramos y le adoremos en el SANTÍSIMO SACRAMENTO, PARA PODER CADA DIA HACER REALIDAD QUE SU GRACIA NOS BASTE. «BÁSTATE MI GRACIA». Adorar al Señor es sublime, arrodillarse, postrarse ante Él, sumergirse en Él es una delicia para nuestra alma, y comulgar recibiéndole nos hace parecernos a Él. Decía San Francisco de Sales, porqué uno debía comulgar a menudo: «Los perfectos porque lo son y, los imperfectos para no serlo, los fuertes para no hacerse flacos y los flacos para fortalecerse, los sanos para no enfermar y los enfermos para ponerse sanos, los que no tienen muchos negocios porque están desocupados y, los que tienen muchos negocios para que el Señor les dé acierto». San Alfonso María de Ligorio escribía: «Adorar a Jesús Sacramentado es la primera de las devociones» y San Juan Bosco quien a la edad avanzada y con las piernas hinchadas jamás dejó de visitar a Jesús Sacramentado decía: «¿QUIERES VENCER AL DEMONIO? VISITA A JESÚS SACRAMENTADO. ¿QUIERES SER VENCIDO? DEJA DE VISITARLO». Y el Santo Cura de Ars decía: «¡Cuan consoladores y suaves son los momentos pasados con este Dios de - 20 -
bondad! ¿Estás dominado por la tristeza? Ven un momento a echarte a sus plantas, y quedarás consolado. ¿Eres despreciado del mundo? Ven aquí, y hallarás un amigo que jamás quebrantará la fidelidad. ¿Te sientes tentado? aquí es donde vas a hallar las armas más seguras y terribles para vencer a tu enemigo. ¿Temes el juicio formidable que a tantos santos ha hecho temblar? Aprovéchate del tiempo, en que tu Dios es Dios de misericordia y, en que tan fácil es conseguir el perdón. ¿Estás oprimido por la pobreza? Ven aquí, donde hallarás a un Dios inmensamente rico, que te dirá que todos sus bienes son tuyos, no en este mundo sino en el otro». La adoración a Jesús Sacramentado, es la fuente donde podemos obtener la gracia de Dios. Jesús está vivo, lleno de luz y radiante y tenemos la oportunidad de estar en intimidad profunda con Él, de ahí es donde usted y yo, podemos ser transformados por la gracia de Dios. Jesús no está muerto, no está crucificado, el diablo ha querido que muchas veces fijemos solo nuestra mente en ver a Jesús crucificado y que permanezcamos en ella, para así no dejarnos ser libres. Jesús murió en la cruz pero RESUCITÓ Y ESTÁ VIVO, LLENO DE LUZ Y RADIANTE Y SU GRACIA LO PUEDE TODO. Y ha querido «permanecer entre nosotros hasta el fin del mundo», como lo dice su palabra (Mt 28, 18-20). Pero el demonio quiere que tú sigas pidiendo clemencia, dando lástima, arrastrándote por la vida, con una actitud de pobrecito, como si Dios te hubiera dado un espíritu de timidez, como si DIOS ESTUVIERA CLAVADO TODAVÍA EN LA CRUZ, NO, EL ESTÁ VIVO, LLENO DE LUZ Y RADIANTE y nos dio un espíritu de fortaleza, de amor y de buen juicio (2 Ti 1, 7). ¿CÓMO ES QUE NO PUEDES VER? Él es el único que - 21 -
te da la fuerza para enfrentar los vientos contrarios que soplan sobre nosotros, solo Él nos mantiene en pie, solo quien sabe que Dios está vivo y lleno de luz puede exclamar estas palabras que San Pablo dijo: «Atribulados en todo, mas no aplastados; perplejos, mas no desesperados, perseguidos, mas no abandonados, derribados, mas no aniquilados, llevamos siempre en nuestros cuerpos por todas partes el morir de Jesús, a fin de que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo…. Aun cuando nuestro hombre exterior se va desmoronando, el hombre interior se va renovando día en día» (2 Corintios 4, 8-16). Y Jesús nos dice: «Bástate mi gracia, te doy ese poder para
enfrentar la tribulación, la soledad, el desprecio, la amargura, bástate mi gracia y podrás superar las limitaciones de este mundo». Quiero en este sentido compartir, la letra de una canción de mi amado hermano Humberto Vargas Fallas, del cual, he aprendido tanto en humildad y amor a Jesús y a María que dice: «Nosotros somos de los que creen, que con el poder de Dios se puede. Marchemos a la conquista que el Señor está a las puertas y tenemos que cubrir la tierra». Esa es la actitud que debe tener todo cristiano y, no debería ser que haya seres humanos que se dicen cristianos y, que pasen toda una vida quejándose, diciendo: no se puede, o ¿Por qué Dios no me escucha? ¿Por qué me pasa esto a mí? ¡Es que yo si he sufrido! Es cierto, para algunos la vida ha sido no dura, sino muy dura, pero han demostrado que la gracia de Dios se ha manifestado en sus vidas y son testimonio vivo de que Jesús está vivo, lleno de luz y radiante. Madres y padres que han perdido a hijos, madres y padres que les han matado a sus hijos, familias enteras se les ha muerto a - 22 -
algunos en un terremoto, otros que han perdido todo lo material, que enfermedades terminales, que accidentes entre sus seres más amados, cáncer y tumores permanentes en la cara, que nacieron sin piernas, sin brazos, que tienen más de veinte años sin moverse de una cama, que fueron violadas, que cayeron en la cárcel inocentemente, que fueron traicionados, engañados y ESOS HERMANOS QUE HAN HECHO REALIDAD EN SUS VIDAS «BÁSTATE MI GRACIA» no han perdido su fuerza y amor al Señor, POR EL CONTRARIO LAS TRIBULACIONES COMO DICE EL APÓSTOL SAN PABLO LES DAN UNA MEDIDA EN LA GLORIA ETERNA. Entonces ese problema, esa tragedia, esa enfermedad, esa situación por la que atraviesas no te puede condenar al fracaso, tú si CREES QUE JESÚS ESTÁ VIVO, LLENO DE LUZ Y RADIANTE, que se manifiesta de múltiples formas y para nosotros especialmente los católicos en el Santísimo Sacramento del Altar, entonces somos personas fuertes, llenas de ánimo, que enfrentamos todo lo que la vida nos da con valor y de frente, porque no estamos solos, JESÚS ESTÁ VIVO, LLENO DE LUZ Y RADIANTE.
«Bástate mi gracia», nos dice el Señor, directamente mirándonos a los ojos, y entonces nosotros postrándonos ante Él, sentimos como su gracia, su luz nos envuelven, y recibimos una fuerza que jamás teníamos, experimentamos la seguridad, que no hay problema ni obstáculo que no pueda ser superado con la gracia del Señor Jesús. «Bástate mi gracia», que mi gracia lo puede todo y yo te sostengo, porque mi gracia te basta para llegar a mí.
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Jesús está vivo, lleno de luz y radiante, y en la sagrada hostia se manifiesta todo su esplendor, Jesús está ahí presente, de cuerpo entero con sus brazos abiertos queriéndonos abrazar, lleno de luz y radiante, con esa luz que nos cubre pero no nos ciega, Él está vivo y queriendo únicamente que te dejes llenar de su palabra y su cuerpo, y que nunca olvides que: «BÁSTATE MI GRACIA» fue lo que le dijo al gran Apóstol San Pablo, quien padeció, sufrió, pero nunca se rindió. Porque la gracia de Dios lo sostenía. El amadísimo Santo Padre Benedicto XVI ha dicho, que debemos «renovar nuestra fe en la presencia real de Cristo en la Eucaristía. ¡La fidelidad al encuentro con Cristo Eucarístico en la Santa Misa dominical es fundamental para el camino de fe, pero tratemos también, de visitar con frecuencia al Señor, presente en el sagrario! Precisamente, mediante la contemplación en adoración, el Señor nos atrae hacia sí, nos hace penetrar en su misterio, para transformarnos como transformó el pan y el vino». En ese sentido, dicen nuestros Obispos en el Sínodo, reconociendo los múltiples frutos de la adoración eucarística en la vida del pueblo de Dios, en gran parte del mundo, ánima con fuerza a que esta forma de oración tan frecuentemente recomendada por el venerable siervo de Dios Juan Pablo II, sea mantenida y promovida, según las tradiciones, tanto de la Iglesia latina como de las Iglesias orientales. Reconoce que esta práctica brota de la acción eucarística la cual, en sí misma, es el mayor acto de adoración de la Iglesia, que habilita a los fieles a participar plena, consciente, activa y fructíferamente, en el sacrificio de Cristo, según el deseo del Concilio Vaticano II, y a la misma remite. Concebida así, la adoración eucarística mantiene a los fieles en su amor y - 24 -
servicio cristiano hacia los demás, y promueve una mayor santidad personal y de las comunidades cristianas. Es por ello, que cuando los católicos creemos en algo, no es porque a alguien se le haya ocurrido, sino porque tiene una fuerte fundamentación en la Biblia y en la tradición apostólica. En este caso la «presencia real de Jesucristo» en el Pan y Vino consagrado es un hecho que la Palabra de Dios nos muestra claramente. Leamos lo que Jesucristo dice: «Yo soy el pan de la vida. Sus padres comieron el maná en el desierto y murieron; este es el pan que baja del cielo, para que quien lo coma no muera. Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo» (Jn 6,48-51). Esas son las palabras de Jesús en todas las Biblias del mundo: «El Pan que yo les daré ES MI CARNE». Palabras textuales de nuestro Señor. Para comprobar que esto no era nada simbólico, sino algo real, lo mejor no es dar nuestra opinión, sino dejar que la Biblia hable por sí misma y nos muestre cuál fue la reacción de las personas que estaban alrededor de Jesús cuando dijo esas palabras.
El primer grupo que encontramos reaccionó de esta manera: «Discutían entre sí los judíos y decían: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?» Jesús les dijo: «En verdad, en verdad les digo: si no comen la carne del Hijo del hombre, y no beben su sangre, no viven de verdad. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida. El que come mi - 25 -
carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo en él» (Jn 6,52-56). Si leyó usted atentamente, notará que la reacción de los judíos es de una gran incredulidad. Era normal, porque al oír las palabras de Jesús las entendieron literalmente como las oyeron. Jesucristo estaba hablando de comer su carne y beber su sangre. Es como el primer nivel de fe ante las palabras de Jesucristo. Nada de simbólico como hoy en día lo dicen muchos. Tan real que por eso reaccionaron así. Para que les quedara claro que era algo real, Jesús les repitió a ellos cuatro veces la necesidad de comer su carne y beber su sangre.
El segundo grupo tuvo la siguiente reacción: «Muchos de sus discípulos, al oírle, dijeron: «Es duro este lenguaje. ¿Quién puede escucharlo?» Pero sabiendo Jesús en su interior que sus discípulos murmuraban por esto, les dijo: «¿Esto os escandaliza? ¿Y cuando vean al Hijo del hombre subir adonde estaba antes?...«El espíritu es el que da vida; la carne no sirve para nada. Las palabras que les he dicho son espíritu y son vida. «Pero hay entre ustedes algunos que no creen». Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían y quién era el que lo iba a entregar. Y decía: «Por esto les he dicho que nadie puede venir a mí si no se lo concede el Padre. Desde entonces muchos de sus discípulos se volvieron atrás y dejaron de seguirle» (Jn 6,60-66). Qué tremendo es lo que nos dice la Biblia: Muchos de sus discípulos inmediatamente reaccionan diciendo que no, que esas palabras que Jesús había dicho sobre comer su carne y beber su sangre eran «muy duras». Claro. Era algo real. - 26 -
Queridos hermanos y hermanas este segundo grupo es de discípulos de Jesús. Es decir, eran creyentes que habían aceptado antes las palabras de Jesús; creyentes que amaban a Dios y reconocían a Jesús como el Mesías; creyentes que ya habían oído antes de las promesas y exigencias del Reino; creyentes... sí creyentes, pero hasta un cierto nivel. Para esos «discípulos» todo iba bien, hasta que oyeron a Jesucristo hablar sobre «comer su carne y beber su sangre». Discípulos, pero a partir de ese momento, nos dice la Biblia en el verso 66, «se volvieron atrás y dejaron de seguirle». Si es tremenda su reacción de rechazo a esas palabras de Jesús, más tremenda es la reacción de Jesucristo cuando ve que muchos de sus discípulos deciden abandonarlo por esas palabras. Léalo usted en su propia Biblia, en cualquier idioma y en cualquier versión. ¿Sabe qué hizo Jesús?: NADA. No hizo nada y dejó tranquilamente que se marcharan. Como diciendo: «Si van a estar conmigo acepten mis palabras: «es mi cuerpo y es mi sangre», por más duras que sean, si no aceptan, váyanse»... y los dejó ir.
El tercer grupo que reaccionó de manera muy diferente: «Jesús dijo entonces a los Doce: ¿También ustedes quieren marcharse?» Le respondió Simón Pedro: «Señor, ¿A quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna, y nosotros creemos y sabemos que tú eres el Hijo de Dios» (Jn 6,67-69). Qué maravilloso e increíble es nuestro Señor Jesucristo. Después de que se le van muchos, voltea, mira a los apóstoles, que sin deberla ni temerla lo ven y les suelta la pregunta: ¿También ustedes quieren marcharse? - 27 -
Lo hizo así, porque Jesús aprovechó la ocasión para definir de una vez por todas quién iba a aceptar realmente sus palabras. Aun corriendo el riesgo de que algunos de sus apóstoles también se le fueran, lo hizo. Sus palabras: «comer mi carne y beber su sangre» eran tan reales e importantes que no se podía «negociar» con ello. Nuestro Señor las pondrá como condición para ser un auténtico discípulo al 100%. Además, hay que resaltar que la reacción de ellos no es en grupo, como los judíos, ni como los que lo abandonaron. No. Aunque Jesús les pregunta a los doce, la respuesta es sólo de uno, representando a los doce: Pedro tomó la palabra y dio un sí personal y eclesial: «Tú tienes palabras de vida eterna». ¿Casualidad? No. Pedro, el primer Papa, la cabeza visible de la Iglesia; el pastor que Jesús nos dejaría, acepta las palabras de Jesús tal como son. Igualmente nosotros, católicos con una fe personal y unida al sucesor de Pedro. De ahí en adelante, los católicos aceptaremos siempre las palabras de Jesús tal como son: «Comer mi carne, beber mi sangre». El Mandato de Jesús: «Hagan esto en Memoria mía». Veamos ahora, cómo las palabras de Jesús no serían solamente para ese tiempo, sino un mandato para que los apóstoles y sus sucesores lo hicieran por siempre: «Tomó luego pan, y, dadas las gracias, lo partió y se los dio diciendo: Este es mi cuerpo que es entregado por ustedes; hagan esto en memoria mía» (Lc 22,19). Actualizando el único sacrificio de Jesús en la cruz. Cuando celebramos la Eucaristía, no estamos pensando en ofrecer a Jesucristo varias veces repitiendo su sacrificio, ni tampoco es que queremos crucificarlo - 28 -
permanentemente, no. Lo que nosotros pensamos es en «hacer presente el único e irrepetible sacrificio de nuestro Señor». Tal como Él lo dijo: «Hagan esto en memoria mía». Por eso, años después, el Apóstol Pablo dirá: «Porque yo recibí del Señor lo que les he transmitido: que el Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan, y después de dar gracias, lo partió y dijo: «Este es mi cuerpo que será entregado por ustedes; hagan esto en memoria mía». Asimismo tomó la copa diciendo: «Esta copa es la sangre de la Nueva Alianza. Cuantas veces la beban, hagan esto en memoria mía» (1 Cor 11,23-25). Más que un simple recuerdo o una repetición, para el Apóstol San Pablo y para nosotros, es un «hacer presente» la alianza que con su sangre selló nuestro Señor. Tan real, que tiene consecuencias reales. Si al llegar a este punto todavía hubiera alguien que dude que se está hablando de «cuerpo y sangre» como algo real, veamos cuál es la conclusión del Apóstol en su discurso eucarístico: «Por tanto, quien coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será reo del Cuerpo y de la Sangre del Señor. Examínese, pues, cada cual, y coma así el pan y beba de la copa. Pues quien, sin examinar su conciencia come y bebe el Cuerpo, come y bebe su propia condenación» (1 Cor 11,28). Es muy importante mis amados hermanos y hermanas, que no perdamos tiempo en discusiones, no pierdas ni un segundo en vanos cuestionamientos, recuerda que a Dios no se le ve con los ojos físicos porque el mismo Jesús lo dijo: «Pero llega la hora y ya estamos en ella, en que los verdaderos adoradores, adorarán al Padre en espíritu y en verdad». Son esos adoradores los que busca el Padre. DIOS ES ESPÍRITU; por lo tanto, los que le adoran deben adorarlo en Espíritu y Verdad (Jn 4, 23, 24) - 29 -
A Dios se le encuentra con los ojos de la fe, pues como el Apóstol Pablo dijo: «Nosotros andamos por fe y no por vista» (Rom 8,24-25) y aprovechemos todo el tiempo para adorar, aprovechemos el tesoro de Jesús
Sacramentado y adoremos desde cualquier lugar donde estemos, adoremos desde lo profundo de nuestro interior y digamos todos los días después del Ángelus del medio día como sigue la Oración: «Bástate mi gracia»,
ÁNGELUS - El Ángel del Señor anunció a María. Y Ella concibió por obra del Espíritu Santo. Dios te salve, María... - He aquí la esclava del Señor. Hágase en mí según tu palabra. Dios te salve, María... - Y el Verbo se hizo carne. Y habitó entre nosotros. Dios te salve, María... - Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. - Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Oremos: Derrama, Señor, tu gracia sobre nosotros, que, por el anuncio del Ángel, hemos conocido la encarnación de tu Hijo, para que lleguemos, por su pasión y su cruz, a la gloria de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. - 30 -
Y después del Ángelus repitamos: JESÚS ESTÁ VIVO, LLENO DE LUZ Y RADIANTE, PORQUE MI GRACIA TE BASTA, PARA LLEGAR A MI. YO SÉ QUE TU GRACIA LO PUEDE TODO, INFUNDE TU GRACIA. QUIERO ESCUCHAR TU VOZ, SEÑOR EN TU DEBILIDAD, BÁSTATE MI GRACIA EN TU TRISTEZA, BÁSTATE MI GRACIA EN TU TRIBULACIÓN, BÁSTATE MI GRACIA EN TU SOLEDAD, BÁSTATE MI GRACIA EN TU ANGUSTIA, BÁSTATE MI GRACIA EN TU PROBLEMA, BÁSTATE MI GRACIA EN TU TENTACIÓN, BÁSTATE MI GRACIA EN TU ENFERMEDAD, BÁSTATE MI GRACIA EN TU CONFLICTO FAMILIAR, BÁSTATE MI GRACIA EN TU IMPACIENCIA, BÁSTATE MI GRACIA EN TU DECAIMIENTO, BÁSTATE MI GRACIA EN TU DESANIMO, BÁSTATE MI GRACIA EN TU SUFRIMIENTO, BÁSTATE MI GRACIA EN TU QUEBRANTO, BÁSTATE MI GRACIA EN TU AMARGURA, BÁSTATE MI GRACIA EN TU FRACASO, BÁSTATE MI GRACIA EN TU INDECISIÓN, BÁSTATE MI GRACIA EN TU PREOCUPACIÓN, BÁSTATE MI GRACIA EN TU AGONÍA, BÁSTATE MI GRACIA EN TU ATADURA, BÁSTATE MI GRACIA EN TU VICIO, BÁSTATE, MI GRACIA EN TU INCOMPRENSIÓN, BÁSTATE MI GRACIA EN TU ABANDONO, BÁSTATE MI GRACIA EN TU INDIFERENCIA, BÁSTATE MI GRACIA EN TU EXCLUSIÓN, BÁSTATE MI GRACIA EN TU CRISIS, BÁSTATE MI GRACIA - 31 -
EN TU DESESPERACIÓN, BÁSTATE MI GRACIA EN TU DESILUSIÓN, BÁSTATE MI GRACIA EN TU DEPRESIÓN, BÁSTATE MI GRACIA EN TU NEGATIVISMO, BÁSTATE MI GRACIA EN TU FRUSTRACIÓN, BÁSTATE MI GRACIA EN TU NECESIDAD, BÁSTATE MI GRACIA EN TU OSCURIDAD, BÁSTATE MI GRACIA EN TU AFLICCIÓN, BÁSTATE MI GRACIA EN TU CALAMIDAD, BÁSTATE MI GRACIA EN TU LIMITACIÓN, BÁSTATE MI GRACIA EN TU ANSIEDAD, BÁSTATE MI GRACIA EN TU IMPOTENCIA, BÁSTATE MI GRACIA EN TU PRECIPITACIÓN, BÁSTATE MI GRACIA EN TU DESCONFIANZA, BÁSTATE MI GRACIA EN TU DOLOR, BÁSTATE MI GRACIA EN TU DESAMPARO, BÁSTATE MI GRACIA EN TU DIFICULTAD, BÁSTATE MI GRACIA EN TU OCUPACIÓN, BÁSTATE MI GRACIA EN TU DESALIENTO, BÁSTATE MI GRACIA EN TU INCERTIDUMBRE, BÁSTATE MI GRACIA EN TU SOFOCAMIENTO, BÁSTATE MI GRACIA EN TU MELANCOLÍA, BÁSTATE MI GRACIA EN TU DESENCANTO, BÁSTATE MI GRACIA EN TU RUINA, BÁSTATE MI GRACIA EN TU ESPERA, BÁSTATE MI GRACIA EN TU PECADO, BÁSTATE MI GRACIA EN TODO SEGUNDO DE TU VIDA, RECUERDA QUE MI GRACIA LO PUEDE TODO Y YO TE SOSTENGO PORQUE MI GRACIA TE BASTA, PARA LLEGAR A MÍ. AMÉN.
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Después de este momento tan hermoso de oración, es bueno que profundicemos en lo que le sucedió a San Pablo, dice la Escritura 2 Corintios 12: 7-9 «Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo». Si había alguien que podía gloriarse de haber experimentado cosas maravillosas y de ser casi perfecto en su caminar, era el Apóstol Pablo, ya que desde su conversión, Dios había tenido un trato especial con él, que sin duda había transformado su vida. Pero aun en medio de su caminar de servicio al Señor, el Apóstol Pablo experimentó debilidades, esas que le hacían recordar que estaba propenso a fallar y que no le permitía exaltarse como él dice: desmedidamente. Tal vez nosotros no tengamos el mismo caminar de Pablo, pero al igual que él, hemos experimentado un encuentro genuino con Dios, lo cual nos ha cambiado la vida. Pero aun cuando hemos tenido un encuentro con el Señor, hay ciertas áreas en nuestra vida que aun no hemos podido superar, ya sea porque no se la hemos entregado al Señor o porque él tiene un trato especial con nosotros referente a esa área. Pero no podemos negar que hay momentos en donde nuestras debilidades nos quieren llevar al fracaso espiritual. ¿Quién de nosotros no se ha sentido débil alguna vez?, a lo mejor no somos débiles en las mismas cosas, porque quizá para mí, alguna debilidad - 33 -
tuya me pudiera parecer risible, o quizá para ti, alguna debilidad mía, pudiera ser insignificante, pero lo que no podemos negar es que, debilidades todos tenemos. Pero, ¿Qué estás haciendo en medio de esas debilidades?, ¿Te estás dejando llevar por ellas?, ¿Te están causando problemas?, ¿Te están llevando al fracaso?, esas son preguntas que nos debemos hacer en este momento. Dios quiere que reconozcamos que en medio de nuestras debilidades Él está ahí. Pablo decía que le había rogado al Señor que quitara de él ese aguijón que se convertía en su debilidad, pero que el Señor no lo había querido hacer. Dios le contesta a Pablo: «Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad». Esas palabras alientan a cualquier corazón desanimado, esas palabras animan a aquella vida decaída. Dios te dice este día: «Bástate mi gracia», esa gracia que te permite encontrarte con Él cada día, esa gracia por la cual eres salvo, esa gracia que se manifiesta día tras día y que se renueva en cada momento. Dios te ama y el amor de Él es tan grande que jamás se ha olvidado de ti, si nosotros somos atraídos y seducidos por nuestros propios deseos, es porque queremos, no porque Dios no pueda hacer nada. Él quiere que entiendas de que cuando tú dices: «Ya no puedo más», Él está ahí para comenzar el trabajo que le correspondía y que tú estabas tratando de hacer en tus propias capacidades. Tu debilidad no es más nada que, una oportunidad para que el poder de Dios se perfeccione en ti. Dios tiene el poder para sacarte de cualquier situación en la que estés metido, sólo se necesita entender su gracia, esa gracia que significa «un regalo inmerecido», no es por algo que tú hicieras, sino que es el amor de Dios - 34 -
perfeccionándose en tu vida. «BÁSTATE MI GRACIA», TE DICE JESÚS. Ya no digas, que estás solo, ya no pienses que Dios te ha abandonado, mejor búscalo de corazón, y permítele actuar hoy en tu vida. Si hay áreas en ti que hasta hoy no has podido superar, es momento de entregarle la llave de esa área de tu vida al Señor, para que su poder se perfeccione ahí. «BÁSTATE MI GRACIA», TE DICE JESÚS. Posiblemente, estés totalmente desanimado por algún aguijón, pero no te preocupes, Dios viene este día sobre tu vida como un Salvador a perfeccionarse en tu vida. Solo permítele actuar. Y RECUERDA: «BÁSTATE MI GRACIA», TE DICE JESÚS. «Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera» (2 Corintios 12, 7). Por años el diablo se ha valido de la enseñanza tradicional del aguijón en la carne del Apóstol Pablo, para convencernos de que no necesitamos las bendiciones de Dios y, de que debemos aceptar desde las enfermedades hasta el pecado, pero que lo hagamos por voluntad propia. Quizás sea la interpretación errónea más destructiva y más ampliamente aceptada que existe en el Cuerpo de Cristo. He ido a países a predicar a gentes, que apenas tenían conocimiento de la Palabra, y me he dado cuenta de que había llegado hasta ellos la enseñanza acerca del aguijón de Pablo. Las Escrituras dicen, que el aguijón en la carne, era un mensajero de Satanás. No era de Dios, ¡sino de Satanás! El aguijón era literalmente lo que Pablo dice que era: un mensajero enviado de Satanás. - 35 -
Pablo predicaba el Evangelio a todo lado que iba, y cada vez que lo hacía, destruía un poco más el reino de Satanás. Éste le envió un mensajero, un espíritu malo, para impedirle que siguiera predicando. Cuando Pablo le pidió al Señor acerca de ese aguijón (véase 2 Corintios 12, 8-10), Dios no le contestó en forma negativa, sino que le dijo: «Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad». En otras palabras, cuando Pablo no tuvo más fuerzas para seguir adelante, el poder milagroso de Dios fue suficiente para él y lo capacitó para ser un vencedor a pesar de su debilidad. Y es que como dice el mismo Pablo al final del versículo 9, llenándose y bastándole la Gracia de Dios, habita en él la fuerza de Cristo. «BÁSTATE MI GRACIA», TE DICE JESÚS. No permita que el diablo le impida obtener la victoria. Atrévase a creer en la Palabra de Dios. Pelee la batalla de la fe, y al igual que el Apóstol Pablo, usted verá la salvación del Señor. «BÁSTATE MI GRACIA». Y es que, lo que aprendemos de la lectura de este hecho que le ocurrió a Pablo, es que al entregarse a la GRACIA DE DIOS, y dejar que se hicieran realidad las palabras de mi amado Señor Jesús: «BÁSTATE MI GRACIA», Pablo, lo que quiere enseñarnos es, que cada uno haga una evaluación sobria de su persona, de lo que tiene, y luego, hacer uso de la misma para hacer de su futuro en el Señor uno fructífero. Pablo nos estimula a que hagamos una evaluación personal equilibrada, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener. En este sentido debemos tener claro, los recursos que heredamos y nos preguntamos ¿De qué cosas nos dotaron nuestros padres? Ellos le legaron: aptitudes, temperamento, inteligencia.
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Necesitamos estar conscientes de lo que somos por medio del nacimiento, pues ello, tendrá un gran impacto sobre el producto eventual de lo que hagamos para extender el Reino de Dios. Pablo señaló una cualidad importante recibida por Timoteo a través de su nacimiento: «Trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también» (2 Ti 1, 5). La fe fue pasada de su abuela a su madre y de ella a Timoteo desde el nacimiento. Pablo identifica esto como «la fe genuina» que había en Timoteo, la cual, heredó por medio del nacimiento. La habilidad musical, talentos artísticos y liderazgo, son usualmente regalos de nuestros padres, quienes nos lo heredaron cuando nacimos. Ahora bien tenemos aptitudes. Cuando examiné el término aptitudes, formúlese esta pregunta: «¿En qué cosas soy bueno?» La respuesta que le viene a la mente es «mis aptitudes», dotes o talentos que uno recibe por vía de su nacimiento natural. Por ejemplo, un pianista dotado puede hacer sonar su instrumento musical. Este es el resultado de cierta aptitud que se nace con ella. Aun cuando recibamos mucho entrenamiento y práctica, los que no hayamos nacido con la aptitud musical natural, estaremos incapacitados para ejecutar un número como lo haría una persona que nace con tal talento. Aunque, Dios a veces puede que pase por alto nuestros talentos naturales, por lo general no lo hace. Normalmente Él obra a través de tales capacidades naturales. También tenemos: Temperamento. La pregunta a formularse aquí es la siguiente: « ¿Qué cosas me gusta hacer?» Algunos cristianos tienen la idea de que es pecado hacer cosas que sienten placer o de las cuales disfrutan. - 37 -
Hay cosas que tal vez esté haciendo porque disfruta de ellas que podrían ser pecados. Pero el hecho de que le guste hacerlas no significa que sea pecado. Lo que usted disfruta, a menudo puede ser una indicación de que eso es lo que debe estar haciendo. Esto es así, porque las cosas que disfrutamos y las que no disfrutamos, indican la mayoría de las veces si estamos o no temperamentalmente aptos para cierto trabajo. Con respecto a la Inteligencia que recibimos debemos preguntarnos «¿Cuán bueno soy al tratar de figurar la manera de hacer las cosas?» Toda persona tiene capacidad para hacer algo. Sin embargo, una de nuestras mayores dificultades radica en descubrir esa manera de hacer las cosas bien hechas o para lo que somos aptos. La inteligencia es la habilidad para hacer una contribución de utilidad a los demás y para cuidarse a sí mismo, una vez que vamos creciendo somos sometidos a un entrenamiento que influye tremendamente en nuestras vidas después del nacimiento y, precisamente esas tres áreas principales de influencia que tienen un tremendo impacto sobre nuestras vidas como cristianos lo son: la familia, la Iglesia, la escuela. La Familia: La primera y mayor influencia sobre la vida de cualquier persona es la familia. Las circunstancias de los parientes, esencialmente moldean al niño hacia ciertos hábitos y estilos de vida, cuando hay mala formación en los padres, cuando se nace en familias desintegradas, violentas, la vida se torna cuesta arriba. Si usted nace de una familia amorosa, en la cual los padres se llevan muy bien, hay buenas relaciones, hay solidaridad, respeto, definitivamente que eso le ayudará. Si le dieron estímulos positivos desde su nacimiento, de seguro que su persona tendrá una mejor oportunidad de crecer para ser más - 38 -
amigable, establecer mejores relaciones sociales con los demás y tener un buen éxito en la vida. Quienes estudian el comportamiento de animales y humanos han descubierto este «patrón», fenómeno que es muy marcado en los patos: Cuando un pato sale de su huevo, se unirá a lo primero que vea, y tratará de actuar o imitar a ese objeto. Por ejemplo si un pato ve a un perro manso, seguirá al perro y lo imitará, tratará de actuar como tal. Hasta cierto punto, todos somos así. Tenemos un patrón familiar. Pero puede ser que procedamos de un patrón familiar por debajo de lo ideal, de ahí es donde el noventa y nueve por ciento de nosotros procedemos; por ello, que tengamos un trasfondo negativo. Es vital que estemos conscientes de los elementos negativos que nos asaltan, de las carencias que tuvimos, de los vacíos que arrastramos. Los «Patrones» negativos no son excusa para violar la voluntad de Dios; no obstante, el estar consciente del patrón de entrenamiento familiar podría ayudarle (con la ayuda de Dios) a levantarse por encima de los aspectos negativos del nacimiento y entrenamiento posterior. El estar consciente de esto, le puede ayudar a ser más positivo y un obrero más dedicado a la obra de Dios. Si usted no está consciente de los efectos de la influencia de su familia, puede ser que vaya por toda una vida ofendiendo a la gente y previniéndose a sí mismo de realizar buenas obras de fe, pues sus actitudes impiden que las demás personas le presten su cooperación. Iglesia: La segunda gran influencia en su vida es la Iglesia. Ahora, una Iglesia también puede colocar una marca sobre su vida, dependiendo de la clase de Iglesia donde se crio. Puede ser que mi Iglesia o parroquia tuviese un enfoque excesivamente emocional. Tal parece, - 39 -
que si usted se cría en esa clase de ambiente eclesiástico, pensará que el «emocionalismo» es «espiritualidad», y eso es, todo lo que la Iglesia representará para su vida. El trasfondo de nuestra Iglesia, nos puede guiar a asumir que, el cristianismo es girar o dar vueltas al ritmo de ciertos tonos musicales, saltar al son de ciertos golpes rítmicos, levantar las manos y andar con una Biblia bajo el brazo. Si usted procede de una Iglesia muy conservadora, donde todo es liturgia y orden, todo es pecado entonces, es lo más obvio que eso tenga un tremendo impacto sobre su entendimiento de lo que es Dios, el cristianismo y la Biblia, y de su manera de vivir. Recordemos como le reclamaron el porqué de que sus discípulos no se lavaran las manos para comer: «¿Por qué tus discípulos traspasan la tradición de los antepasados, pues no se lavan las manos a la hora de comer? » (Mateo 15, 2) Escuelas: La educación formal es un factor extremadamente crítico durante todo este proceso. El entrenamiento que se recibe de la familia, la Iglesia y la escuela, en conjunción con las cualidades o rasgos con los que nacemos, hacen de nosotros lo que realmente somos. Por ello, es de suma importancia velar por las doctrinas que están recibiendo nuestros hijos e hijas, estamos llamados en este punto principalmente hoy en día, a un dialogo frecuente con nuestros hijos e hijas, de los que les enseñan en la escuela o el colegio. El entrenamiento es muy importante. El estar preparándonos desde que nacemos, la formación que recibimos, son necesarios a fin de cumplir con la voluntad de Dios. Ahora bien, hay algo que debemos tener muy presente en nuestro inventario personal, es la GRACIA DE DIOS. Para los verdaderos cristianos la gracia de Dios es el único factor compensador a nuestra disposición. - 40 -
Porque al igual que San Pablo, es que podemos decir: «Todo lo que soy es por gracia de Dios» (2 Corintios 15, 10). Si alguien hubiera hecho un inventario de la vida de muchos Santos y de nuestra propia vida sobre las bases de nuestro nacimiento y entrenamiento, habría computado cero posibilidades. Recuerdo el ejemplo en la vida de San Juan Bosco, parece que alguien le pidió que escribiera en un papel, y el objetivo era analizar su letra, pero le dijeron que no se identificara, el resultado fue: quien escribe este papel es un antisocial, que debería estar en la cárcel, etc., etc. Y vean lo que hizo la gracia de Dios en su vida, por lo que, estoy muy agradecido del abundante suministro de la GRACIA de Dios en mi vida. Sin ella, de seguro estaría muy lejos de mi amado Jesús ¡Esta es la gran compensadora para todos los que creemos! «BÁSTATE MI GRACIA», TE DICE JESÚS. ¿Qué quiero decir cuando hablo de la gracia de Dios? Quiero referirme a la gracia como San Pablo usa en varios lugares del Nuevo Testamento, como una «adjudicación divina» (Habilidad Divina). Pablo declara en 2 Corintios 12, 9 que el Señor le dijo: «Bástate mi GRACIA; porque mi poder se perfecciona en la debilidad». ¿Qué le estaba diciendo Él a Pablo? No le estaba diciendo: «Mi favor inmerecido» es suficiente para ti. No le estaba diciendo a Pablo: «Mi adjudicación de lo opuesto a lo que te mereces», es suficiente para ti. Por el contrario, le estaba diciendo: «Mi habilidad divina» es más que suficiente para que vivas una vida victoriosa, a pesar de las bofetadas que te dé el mensajero de Satanás. Si analizamos nuestro nacimiento y entrenamiento, puede que estemos descalificados, pero si contamos con - 41 -
la GRACIA DE DIOS, su habilidad divina, de seguro que podemos vivir victoriosamente. Para el creyente, esta es la dimensión remuneradora, que el incrédulo no tiene a su disposición. Esta gracia, don habilitado por Dios, puede ser un poderoso compensador. Usted puede ver esto en la vida de David, quien en su juventud salió a pelear contra Goliat. ¿Qué fue lo que le capacitó para vencer al gigante de Filistea? No fue otra cosa que la habilidad divina, la gracia de Dios en operación sobre su vida. ¿Qué fue lo que hizo que José tuviera éxito en Egipto? Él tuvo un buen trasfondo en su nacimiento, pero sólo tenía 17 años cuando fue llevado prisionero. Él no tenía mucha educación formal; fue criado en una familia nómada en las montañas de Judea. Pero había sido dotado de un revestimiento divino de parte de Dios, lo cual, le llevó a ocupar la posición de primer ministro sobre todo Egipto, segundo después de Faraón. Estos hombres experimentaron la suficiencia de la gracia del Todopoderoso. Jesús nos dice: «Bástate mi gracia». Fue a esta gracia que Pablo se refirió en 1 Corintios 15, 10 cuando dijo: «Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos, pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo». Pablo dijo que la gracia que le fue adjudicada por Dios no fue en vano: «Antes he trabajado más que todos, pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo». Él reconoció que la gracia divina fue el factor compensador para superar sus debilidades y deficiencias humanas. Desde el punto de vista judío, Pablo vino de una muy buena familia. Era descendiente de la tribu de Benjamín. - 42 -
En términos de entrenamiento, no se podía encontrar defecto en él. Estudió a los pies del mejor maestro de la época, Gamaliel; llegó a ser miembro del consejo judío más prominente de aquel tiempo, el Sanedrín. A fin de calificar para tal posición, tenía que citar de memoria los primeros cinco libros de la Biblia. Tenía un conocimiento sólido del Antiguo Testamento. Él dijo «Yo soy lo que soy, por la gracia de Dios», la excelsa compensadora. Lo que era por medio del nacimiento y por vía del entrenamiento, hizo de Pablo un homicida y perseguidor de la Iglesia de Dios. Él ordenaba matar y apedrear a los cristianos, los arrastraba por las calles y los ponía en la cárcel. Él presenció y asintió en la muerte del mártir Esteban, y retenía las vestiduras de los verdugos que le apedreaban. Por vía del nacimiento y del entrenamiento, había sido hecho un homicida. Pero la gracia de Dios, pudo dirigir miles hacia la salvación y la vida; fundó además muchas iglesias. Él fue un Apóstol fiel a la causa de Cristo, siempre conduciendo a los perdidos a la luz de la gloriosa gracia de Dios. Porque fue obediente y escuchó la voz del Señor: «BÁSTATE MI GRACIA». Ante esta realidad y este poder de Dios, que nos llena de la fuerza de Cristo y teniendo presente lo que el Señor Jesús quiere de usted y de mí, que no es otra cosa que escuchemos sus palabras que nos dice «BÁSTATE MI GRACIA», y es que en los tiempos que vivimos como lo dice nuestro amado Santo Padre Benedicto XVI, hoy a los cristianos ya no se les martiriza, ahorcándoles, ahora se les invisiviliza, se les ridiculiza, se mofan de ellos, se les quiere silenciar, se les ignora, por lo que, es necesario tener presente: «BÁSTATE MI GRACIA», y poder enfrentar una sociedad donde a toda costa no se quiere - 43 -
sufrir, y se ha malinterpretado el mensaje de la salvación, equiparándolo a estar en un bienestar económico y sin ningún problema, sin ninguna pena, se les ha hecho creer a los hermanos y hermanas en la fe, que estar con CRISTO ES SINÓNIMO DE PASÁRSELA BIEN, VIVIENDO SIN PROBLEMAS,Y CAMINAR POR UN LECHO DE ROSAS SIN ESPINAS, y definitivamente eso no es, ni tener a Cristo y mucho menos decir que somos cristianos, a usted y a mí se nos dio un espíritu de valor y no de temor, para enfrentar cualquier situación en la vida. Por ello, cuando usted realmente comprenda lo que es «BÁSTATE MI GRACIA», le dará un nuevo enfoque a lo que es el mundo y su sufrimiento. O mejor dicho lo que vive un cristiano verdadero en el mundo. Dice San Pablo: «Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera. Respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte. (2 Cor 12: 7-10) Alguien preguntó ¿por qué sufre el justo?... para muchos parece ser una incógnita sin repuesta... Que el pecador sufra no es difícil de explicar ya que «la paga del pecado es muerte». Pero que alguien que se entrega al Señor y trata de servirle con todo el corazón pase por tragedias y pérdidas irreparables... no es fácil de entender mucho menos de explicar.
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Se tiene la idea falsa de que, al convertirnos a Cristo todos nuestros problemas se van a acabar y parece que en algunos casos es todo lo contrario. Nos hemos acostumbrado solo a mirar a Jesús crucificado como una acción masoquista de nosotros mismos, al verlo crucificado nos identificamos con el Señor y entonces caemos en la trampa que como el venció la muerte y superó toda humillación, nosotros también lo podemos hacer, y creemos que por sí solos lo vamos a lograr, y pasan los años y seguimos atormentados, atribulados, vivimos haciendo oraciones de súplica y clamamos desesperadamente para dejar de sufrir, con ello, nos alejamos de lo que verdaderamente significa el ser redimidos, nos hemos olvidado que JESÚS ESTÁ VIVO, LLENO DE LUZ Y RADIANTE. Que su palabra dicha a San Pablo, cuando este le pidió que le quitara sus males fue: «BÁSTATE MI GRACIA» o sea que, debemos vivir esta vida enfrentando lo bueno y lo malo, y siempre debemos estar con Dios, porque nada nos separa de su amor, y es ahí entonces, donde la venida de Jesús además de salvarnos, redimirnos, enseñarnos que Él estaría con nosotros hasta la consumación de los tiempos, vivo, lleno de luz y radiante, también nos permitió entender que este mundo no es nuestro destino final, aquí podemos perder la vida, de hecho el propio Jesús nos dice: «No teman a los que matan el cuerpo… pero sí, que hay que tener cuidado con los que pueden matar el alma» (Mt 10, 28). Entonces, Él nos enseña que aunque estemos pasando por un calvario y una crucifixión en esta vida, podremos salir victoriosos porque su gracia nos basta para vencer al mundo, «BÁSTATE MI GRACIA». Desde el Antiguo Testamento, hace miles de años, el salmista nos recuerda «muchas son las aflicciones que el justo padecerá... más de todas ellas lo librara el - 45 -
Señor» (Sal 34, 19). Que el justo sufra no es solo normal sino que es anticipado (se espera que sufran). Si usted y yo sufrimos, es muy probable que sea una prueba viviente de que estamos agradando a Dios. Y entonces, en nuestra manera de sufrir nos conmiseramos, teniéndonos lástima de nosotros mismos y diciéndonos que somos pobrecitos. ¡De ninguna manera!, «BÁSTATE MI GRACIA» es lo que mi amado Señor Jesús quiere que entendamos. Nuestra actitud debe ser siempre la de los primeros mártires, que iban cantando, llenos de gozo, nosotros debemos pasar por la vida, demostrando que Dios vive lleno de luz y radiante entre nosotros. Jesús dijo enfáticamente a sus discípulos y por consiguiente a nosotros también: «En el mundo tendréis aflicción... mas confiad yo he vencido al mundo...» (Juan 16: 33) Pablo mismo dijo: «Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución» (2 Tim 3, 12). Si no hemos recibido el mensaje que Jesús nos da de «BÁSTATE MI GRACIA», seguiremos nosotros en nuestra humana manera de ver las cosas, visualizamos el sufrimiento como algo negativo, trágico, ilógico, irónico e indeseable. Dios por su lado, en su inconmensurable sabiduría, ve en el sufrimiento un caudal de bendiciones y beneficios. Y nos dice «BÁSTATE MI GRACIA». Mientras que nosotros vemos en el sufrimiento muerte, Él ve vida y nos dice: «BÁSTATE MI GRACIA». Cuando nosotros miramos en el sufrimiento solo destrucción, Él está vislumbrando una nueva criatura. Y nos dice: «BÁSTATE MI GRACIA». Al nosotros mirar en el sufrimiento solo dolor, Él contempla sanidad y nos dice: «BÁSTATE MI GRACIA». - 46 -
Nosotros esperamos en el sufrimiento derrota, no obstante Él anticipa oportunidad y nos dice: «BÁSTATE MI GRACIA». Nosotros captamos en el sufrimiento ironía, Él por su lado percibe perfecta armonía y nos dice: «BÁSTATE MI GRACIA». Mientras que nosotros en nuestra espiritual miopía tratamos de evadir y evitar el sufrimiento, Él constantemente nos da su gracia para que lo enfrentemos. El sufrimiento existe en este mundo en que vivimos y el demonio se vale de ello, para querer alejarnos de Dios, esto es de esperarse en todo cristiano, por lo que, en lugar de evadirlo, debemos volver nuestros ojos a JESÚS QUE ESTÁ VIVO, LLENO DE LUZ Y RADIANTE Y NOS HA DICHO: «BÁSTATE MI GRACIA». Lo entendamos o no, Dios tiene un propósito para todo lo que Él hace. Y el permitir que nosotros como cristianos pasemos por sufrimientos no está exento de propósito, hay uno o varios según la Escritura. Si vemos al sufrimiento por los ojos de Dios encontraremos algunos propósitos que Él tiene para este:
1- Revela nuestro carácter, lo bueno o malo (Pablo, Job, su esposa) «El sufrimiento no te hace ni deshace, solo revela quien en realidad eres». El aguijón con el que Pablo sufría le enseñó que era orgulloso y que era propenso a ensoberbecerse. Es casi imposible hablar de sufrimiento sin mencionar a Job. En el caso de Job el sufrimiento que le causó perder - 47 -
todo lo que tenía incluyendo a todos sus hijos, sacó a relucir lo que había en él, su carácter, su firmeza, su fidelidad, su espiritualidad y madurez. En la historia tan conocida de Job, Satanás llega ante la presencia de Dios y… dijo a Satanás: «¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?» Respondiendo Satanás: «¿Acaso teme Job a Dios de balde? ¿No le has cercado alrededor a él y a su casa y a todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto, sus bienes han aumentado sobre la tierra. Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia. Dijo Yahvé a Satanás: He aquí, todo lo que tiene está en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre él. Y salió Satanás de delante de Yahvé» (Job 1: 8-12). Es muy fácil vivir cristianamente cuando no hay problemas; cuando todo marcha viento en popa. Es sumamente fácil agradecerle a Dios cuando todo lo que recibimos son bendiciones, salud, y tranquilidad. Pero la realidad de lo que somos saldrá a flote tan pronto como comiencen a presentarse los problemas. Nuestro verdadero nivel y peso espiritual se ponen en la balanza de la realidad cuando algo malo, terrible, o aun devastador nos suceda. En el caso de Job, Dios no tocó nada de lo que tenía Job y permitió es cierto que el diablo pusiera mano en lo de Job y que perdiera todo incluyendo a sus 10 hijos en un mismo día y hora. La realidad de su carácter no se hizo esperar y se dejó ver inmediatamente. Ante la escalofriante realidad de tal tragedia, Job se levantó, y rasgó sus vestidos, [en señal de dolor], se rasuró su cabeza, (mostrando luto y duelo) se postró en tierra y adoró a Dios diciendo: «Desnudo salí - 48 -
del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Yahvé dio, y Yahvé quitó; sea el nombre de Yahvé bendito». Y en todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno. Aunque no entendía lo que le estaba sucediendo, sabía que en todo Dios tenía un propósito para él. El Señor permitió que Job sufriera y este más bien demostró que era un hombre fiel, y que el dolor en lugar de moverlo a maldecir a Dios, pondría al descubierto su madurez espiritual. Por otro lado, cuando la tragedia llegó a la esposa de Job, esta mostró lo que había en ella. Aunque sin duda adoraba y servía a Dios juntamente con Job, el sufrimiento descubrió que todo era hipocresía, como la nuestra cuando solo alabamos a Dios cuando todo sale bien, pero llega el dolor, el sufrimiento, la critica, la mentira, la calumnia, la traición y al contrario de Job, su esposa no solo maldijo a Dios sino que le dijo a Job, al ver la fidelidad de este hombre, «¿aun retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete». Job cubierto de una espantosa sarna maligna le responde: «como hablan las personas que no conocen a Dios, has hablado». Nos olvidamos que nos BASTA LA GRACIA DE DIOS y nos perdemos en vidas estériles e inútiles. Con tu manera de hablar y reaccionar muestras lo que realmente hay en ti. ¿Recibiremos de Dios solo el bien y el mal no? Cuando el hombre que sufre es fiel en verdad y su amor por Dios es real, no hay dolor, prueba, aflicción o carga, que lo haga reaccionar negativamente ante Dios; porque el sufrimiento revela nuestro verdadero carácter. Por otro lado, cuando el hombre o la mujer no viven una relación sincera con Dios, el dolor lo revela. Su reacción es siempre negativa; se quejan, reniegan, se revelan, y hasta dejan a Dios. No así el verdadero cristiano, quien cuanto más sufre más alaba, más busca a Dios, más desea servirle; porque «EL DOLOR REVELA NUESTRO CARÁCTER». - 49 -
2- Quebranta nuestro orgullo y nos mantiene humildes. El Señor, le reveló a Pablo que el propósito de su sufrimiento era el de mantenerlo humilde; pues los humanos tenemos la tendencia a ensoberbecernos cuando Dios nos da o nos usa. Pablo aunque fue un gran hombre de Dios y que amaba la obra del Señor, no estaba exento del orgullo. Cuantos hombres se han perdido a causa de este tirano perverso llamado orgullo. Cuando fueron bendecidos por Dios, cuando Dios los usaba no pudiendo resistir, sucumbieron ante los poderosos tentáculos del orgullo que, sin darse cuenta los asfixió. Salomón el hombre más rico y sabio se enorgulleció y dejó a Dios. Sansón el hombre más fuerte y poderoso se envaneció y murió en oprobio y vergüenza por ello. Por eso, Agur dijo a Dios: «Dos cosas te he pedido, no me las niegues antes que muera. Vanidad (orgullo) palabra mentirosa aparta de mí; no me des pobreza ni riqueza mantenme con el pan necesario. No sea que siendo rico me sacie y te niegue, y diga: ¿Quien es Yahvé?» (Proverbios 30, 7-9). Gracias a Dios por ese sufrimiento que nos mantiene humillados, dependiendo de su misericordia, reconociendo que pueblo suyo somos y ovejas de su prado, que Él nos hizo y no nosotros a nosotros mismos. Y que su gracia lo puede todo en nosotros si aceptamos su mensaje: «BÁSTATE MI GRACIA».
3- Nos motiva a acercarnos a Dios. El sufrimiento que Pablo estaba sintiendo lo llevó a buscar el rostro de Dios con insistencia. Tres veces he rogado a Dios que me lo quite, dijo; o sea que dedicó tres - 50 -
períodos de profunda búsqueda en oración y probablemente ayuno. Estos tres períodos de intensa consagración fueron provocados por este sufrimiento que él tenía. Job quien era un hombre que obviamente conocía a Dios y le servía, el pasar por tan intenso sufrimiento, lo empujó a buscar a Dios aun más, en una manera fuera de lo que estaba acostumbrado. Esto le trajo como resultado que se profundizara en el conocimiento de su Dios. Tal fue la experiencia que tuvo con Dios que tuvo que expresar «Antes de oídos te conocía más ahora mis ojos te ven». Cuando la gracia de Dios nos envuelve y tenemos presente «BÁSTATE MI GRACIA», el sufrimiento nos empuja a buscar más a Dios.
4. Perfecciona la obra de Dios en nuestras vidas. El dolor de alguna forma moldea nuestro carácter, nos da forma, allana las asperezas, y quema lo indeseable en nosotros. Dios le dijo a Pablo que, su poder se perfecciona en la debilidad; a veces lo que Dios quiere hacer en nosotros, nos hace pasar por sufrimiento. «El siervo no se corrige con palabras porque entiende, más no hace caso» (Pro. 29,19). Cuántas veces Dios nos ha invitado a buscarle más y, a servirle más de cerca, pero ignoramos su voz. Cuántas veces hemos pasado por el sufrimiento, porque no entendemos por las buenas y, por nuestra mala cabeza cometemos errores que nos lanzan al sufrimiento, no hacemos caso. Al faraón en Egipto, Moisés le habló y rogó por las buenas, y no hizo caso. Dios mandó plagas, enfermedades y pestes, pero no obedeció, hasta que el - 51 -
dolor y el sufrimiento le atravesaron su alma al morir su mismo hijo. Cuántos de nosotros llegamos a Él por medio de algún problema, un sufrimiento o dolor, cuántas personas encontramos que sostenidas por la GRACIA DE DIOS, han hecho realidad el «BÁSTATE MI GRACIA», y son ejemplos vivos de que con JESÚS TODO ES POSIBLE.
5. Nos lleva a la reflexión personal. Y llegamos al convencimiento que muchas veces sufrimos inmerecidamente, y otras por nuestra propia causa. Pero de cualquier manera que sea, al tener claro que «BÁSTATE MI GRACIA» es un regalo maravilloso de Jesús, para superar todo aquello que nos quiera alejar de Dios. Dice la palabra: «Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro» (Hebreos 4, 15-16). Nosotros servimos a un sumo pontífice que se compadece de nosotros porque Él mismo fue tentado en todo, o sea que experimentó toda clase de sufrimientos al igual que nosotros. Por eso, es que Él sabe lo que es el sufrimiento y es capaz de entender el nuestro. No solo lo sabe porque es omnisciente sino porque Él mismo lo experimentó en carne propia. Cuando pasamos por sufrimiento nunca se nos olvide que Él, cuando se hizo - 52 -
humano y vino a la tierra experimentó el dolor y el quebranto. Si pasamos por escasez y nos agobia la incertidumbre del mañana... recuerde que Él siendo rico se hizo pobre. Nació pobre en un establo y vivió sin nada ni una piedra donde recostar su cabeza. Aun en su muerte alguien tuvo que prestarle una tumba. Él conoce nuestras debilidades y se identifica con la escasez, porque el sufrió pobrezas. «BÁSTATE MI GRACIA» TE DICE JESÚS. Si eres traicionado por los amigos, seres queridos o aun los familiares, recuerde que Él fue traicionado por aquellos que se decían ser sus amigos. Quien lo entregara fue en quien más confianza tenía, tanto que le había hecho tesorero; de quien menos lo hubiera esperado. «BÁSTATE MI GRACIA» TE DICE JESÚS. Zacarías 13, 6 dice que cuando le pregunten al Señor ¿qué heridas son estas en tus manos? El responderá «con ellas fui herido en casa de mis amigos». Si se han burlado o han hablado mal de ti... de Cristo dijeron hasta que era hijo de fornicación, que lo que hacía lo hacía por ayuda de Belzebú. Lo acusaron de cosas que Él no había hecho; le dijeron mentiroso, torciendo lo que Él decía para acusarlo. «BÁSTATE MI GRACIA» TE DICE JESÚS. Lo injuriaron, lo desnudaron, se burlaban de Él; aun ya en la cruz sufriente le gritaron «si en verdad eres lo que dices ser... bájate de ahí». «BÁSTATE MI GRACIA» TE DICE JESÚS. Si experimentas soledad... vayamos a Él que fue abandonado por sus seres queridos precisamente cuando más los necesitaba. Él dijo: «Pisado he solo el lagar y de los pueblos nadie fue conmigo», en el momento más critico de su vida como hombre colgado en el madero de - 53 -
la cruz, hasta su padre le abandonó y exclamó ¡Padre por qué me has desamparado! Él sabe lo que es sentirse solo... completamente solo. Él comprende nuestra soledad y sabe lo amargo de su sabor. «BÁSTATE MI GRACIA» TE DICE JESÚS. Si llegaras a padecer enfermedad... Él, aunque fue perfecto en su humanidad, al ser azotado y crucificado experimentó el dolor y la agonía de la enfermedad. La fiebre que le causaron las muchas heridas, los golpes y azotes fueron una realidad que Él vivió. Él sabe lo que se siente pasarse las noches en medio del dolor, la impotencia y la desesperación. Él siente cada una de nuestras lágrimas, Él se identifica con ellas, Él y nadie mejor que Él puede entenderte. «BÁSTATE MI GRACIA» TE DICE JESÚS. Él sabe lo que es la oscuridad en medio de los problemas. En medio de todos sus padecimientos hasta el sol pareció darle la espalda pues hubo tinieblas en aquella hora. «BÁSTATE MI GRACIA» TE DICE JESÚS. Tal vez, nunca en esta vida, entenderemos la razón ni los porqués del sufrimiento que estemos atravesando. No obstante, Romanos nos recuerda que: a los que amamos a Dios y a los que hemos sido llamados conforme a su propósito todas las cosas nos ayudan para bien. Todas las cosas incluyendo los sufrimientos. «BÁSTATE MI GRACIA» TE DICE JESÚS. Todos los dolores, penas, desengaños, amarguras, tristezas y soledad, traiciones, por los que tengamos que pasar, si amamos a Dios y buscamos su propósito para nuestras vidas, nos ayudan para bien. Hebreos, nos recuerda que como Él se identifica con nuestros dolores los entiende. Además de eso, nos invita a acercarnos a su - 54 -
trono de gracia, confiando en que Él simpatiza con nuestro dolor, pues Él se nos provee de la misericordia y gracia que necesitamos para ser fortalecidos de parte de Él. «BÁSTATE MI GRACIA» TE DICE JESÚS, Y SU GRACIA TRANSFORMARÁ TODO. Pensemos por un momento ¿Por qué alguien como Pablo, que fue salvado por gracia y cuyos pecados habían sido perdonados y que sirvió a Dios, es colocado en tales circunstancias como las que experimentaba en prisión? La respuesta se halla en varios pasajes de las propias epístolas de Pablo, y por lo menos, se pueden enumerar cuatro razones principales sobre por qué los cristianos sufren. Primeramente, el sufrimiento puede entrar en la vida del creyente a causa de su propio fracaso, en no juzgar el pecado en su vida. Pablo se refiere a esto en 1 Corintios 11, 31-32, donde escribe, después de llamar la atención al juicio de Dios sobre los Corintios: «Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados; más siendo juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo». En otras palabras, la Iglesia de Corinto había experimentado debilidad física, e incluso muerte, debido al fracaso de ellos al no juzgar sus propios pecados. No obstante, éste no parece ser el caso de Pablo. Segunda, Pablo menciona otra razón del sufrimiento en Romanos 5, 3-5, y aquí presenta el sufrimiento como un medio para adquirir experiencia espiritual. Pablo escribió allí: «Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha - 55 -
sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado». Una sobresaliente ilustración de esto, es el caso de Job en el Antiguo Testamento, que es descrito como un hombre perfecto y justo, pero al que en cambio se le permite sufrir, con el fin que, por medio del sufrimiento pudiera aprender más de la naturaleza de Dios y de sus tratos con el hombre. Tercera, otra causa de sufrimiento es que constituye un instrumento para prevenir el pecado en la vida del cristiano. Pablo alude a esto en 2 Corintios, donde afirmó su propia experiencia de un aguijón en la carne: «Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. Y me ha dicho: «Bástate mi gracia»; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo». (2 Corintios 12, 7-9) No hay ninguna evidencia que Pablo hubiera sido encarcelado para prevenirle de pecado, no siendo su encarcelamiento el aguijón en su carne. Cuarta, una importante razón para sufrir, es a fin de poder incrementar la efectividad del testimonio cristiano. Esta parece ser la mejor razón por la cual Pablo se hallaba encarcelado. Dios utilizaba esta peculiar circunstancia para darle los medios que necesitaba para presentar el evangelio a muchos que no hubieran podido escuchar a Pablo de otra manera. A pesar que, no se mencionan todos los detalles, Pablo afirma que gracias a las prisiones en Cristo, aludiendo al hecho que estaba encadenado a un soldado romano, se había manifestado el Evangelio por - 56 -
estos medios «en todo el pretorio, y a todos los demás». La traducción «en todo el pretorio», (vs.13) puede referirse a un palacio o lugar de residencia del gobernador. Hay otras posibilidades como las de referirse al campamento de la guardia pretoriana. Una tercera posibilidad a la cual puede referirse, es que se refiera a los mismos guardias. Ya fuera en Roma o en otra parte, según la costumbre establecida, el Apóstol estaría encadenado las veinticuatro horas, con toda probabilidad a un soldado romano, con cambio de guardia cada seis horas. Sin duda alguna, ésta fue una dura experiencia para Pablo, porque estaba sujeto a todas las malvadas características y caprichos de su guarda. A pesar de todo, las circunstancias también le dieron la oportunidad inapreciable de testificar y cada guarda oyó la historia de Pablo. El relato de la gracia de Dios y de la transformación que ésta efectúo en su vida, lo sujetó al más penetrante escrutinio de cada guarda, para ver si su testimonio era genuino. La sinceridad del Apóstol y su radiante relato de la gracia de Dios manifestada a él, fue un instrumento eficaz para la gloria de Dios, porque muchos de los guardas llegaron así a conocer a Cristo como Salvador. Las cadenas de Pablo se transformaron en una efectiva línea de comunicación con los soldados del Imperio Romano, quienes convertidos a Cristo llevarían el evangelio hasta los confines de la tierra. La prisión de Pablo se había transformado en un púlpito. Un efecto del consistente y fiel testimonio de Pablo fue que «la mayoría» de los hermanos en el Señor cobraron ánimo, para hablar la Palabra sin temor. Si Pablo podía predicar en la prisión sin temor alguno, ellos podían predicar la Palabra fuera de la prisión. Su influencia era - 57 -
tal que, la mayor parte de los cristianos en Roma, cobraron ánimo para testificar. Esto nos hace reflexionar y recuerda, que cada circunstancia de la vida es una plataforma sobre la cual la gracia transformadora de Dios se puede manifestar en la vida de aquellos que pertenecen al Señor. PORQUE DICE EL SEÑOR: «MI GRACIA LO PUEDE TODO Y YO TE SOSTENGO, PORQUE MI GRACIA TE BASTA PARA LLEGAR A MÍ».
EL AGUIJÓN DE SAN PABLO EN LA CARNE En 2 Cor 12,7-10, Pablo habla de «un aguijón en la carne» que lo molestaba mucho... Fue algo por lo que él oró al Señor, para que se lo quitara, el Señor no lo hizo así, sino que dio a Pablo una respuesta que lo animó mucho. No podríamos ser capaces de conocer con exactitud lo que era el «aguijón», pero hay algunas lecciones valiosas por ser recogidas mientras consideramos. A- ¿Por qué fue dado éste «aguijón» a Pablo? B- La reacción inicial de Pablo al «aguijón». C- Su reacción a la respuesta que le dio el Señor. ¿CUÁL ERA EL «AGUIJÓN EN LA CARNE» DE PABLO? HAN SIDO PROPUESTAS VARIAS POSIBILIDADES: 1- Un dolor en el oído o en la cabeza. 2- Deseos carnales irrefrenables. 3- Tartamudeo. 4- Fiebre palúdica. 5- Problemas intensos en los ojos. 6Tal como una forma severa de oftalmia (inflamación del globo ocular).
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OTROS CREEN QUE ERAN LAS «DOLENCIAS» SUFRIDAS POR PABLO... En este caso, las persecuciones que sufrió como Apóstol de Cristo, Este era el punto de vista propuesto por San Juan Crisóstomo: «Y así por el «mensajero de Satanás», él da a entender... los que contendían y peleaban con él, lo que lo llevó a la muerte; porque ellos hacían negocios de Satanás». (Homilías 26) también Peter H. David, en Hard Saying Of The Bible, ofrece varias razones para este punto de vista. En el Antiguo Testamento los adversarios eran referidos algunas veces como «espinas en vuestros costados» (Núm. 33, 55); no hay uso metafórico de «aguijón» para enfermedades o tentaciones, El término «mensajero» en los escritos de Pablo, siempre se refiere a una persona y el tópico básico de 2 Cor 10-13 es los oponentes de Pablo, los que estaban inquietando a los Corintios y al mismo Pablo, quien compara el «aguijón» con una «debilidad» en la que se gloriaba; en el contexto de 2 Cor 10-13 él conecta sus padecimientos o debilidades con la persecución 2 Cor 11, 30-33; 12, 10; 13, 3-4 y una última versión con Peter David que concluyó que el «aguijón» eran «los oponentes que acosaron los caminos de Pablo a lo largo de toda su misión, confundiendo a las iglesias, cada vez que él dejaba a una iglesia para plantar otra». (Hard Sayings Of The Bible) Lo que fuera el «aguijón», era «un mensajero de Satanás». Era alguien que procedía de Satanás con intento maligno. ¡Sin embargo, es evidente que Dios le permitió mantenerse! Esto nos guía a preguntar... ¿POR QUÉ FUE DADO EL «AGUIJÓN»? Y surgen algunas respuestas: A. NO SEA QUE PABLO SE «EXALTASE DESMEDIDAMENTE» (2 Cor 12, 7). Recordemos que Pablo había sido bendecido al recibir muchas - 59 -
revelaciones. En el camino a Damasco: Hech 9, 3-6. En Jerusalén: Hech 22, 17-21. En Troas: Hech 16, 8-10. En Corinto: Hech 18, 9-1. De nuevo en Jerusalén: Hech 23, 11. En su camino a Roma: Hech 27, 22-24. La visión del paraíso: 2 Cor 12:1-6. Y como humano que era Pablo, habría sido bastante fácil… ser llenado con orgullo sobre estas revelaciones o bien que los hermanos de la iglesia exaltarlo demasiado alto. B. PARA «ABOFETEARLO» (2 Cor 12, 7) La palabra «abofetear» significa «golpear con el puño»; de allí luchar en contra, contender, Pablo se «golpeaba» a sí mismo para mantener su cuerpo bajo control, ver 1 Cor 9, 27. Pero, esto fue algo traído sobre él, por Satanás, este «abofeteo» externo fue permitido para permanecer, para mantener humilde a Pablo. C. HAY UNA LECCIÓN PRÁCTICA RELACIONADA CON LA HUMILDAD. La humildad es una característica para el pueblo de Dios (Luc. 18, 13-14; 1; Ped. 5, 5-6). ¡Algunas ocasiones es útil tener «ayuda externa» para mantenernos humildes!
LA REACCIÓN DE PABLO AL «AGUIJÓN» SIENDO HUMANO, ¡DESEABA LIBRARSE DE ÉL! Tres veces rogó al Señor que lo quitara (2 Cor 12, 8). Así como el mismo Señor oró en el jardín de Getsemaní (Luc 22, 39-43). a. Ambos oraron tres veces b. Ambos no recibieron la respuesta por la que oraron. c. Pero ambos recibieron respuestas que fueron suficientes. - 60 -
c1.
Un ángel vino a fortalecer a Cristo.
c2. El Señor le dijo a Pablo: 1. «Bástate mi gracia». 2. «Mi poder se perfecciona en la debilidad».
LA REACCIÓN DE PABLO A LA RESPUESTA DEL SEÑOR A. EXAMINÓ MÁS DE CERCA LA RESPUESTA DEL SEÑOR (2 Cor 12, 9a). 1. «Bástate mi gracia». a. El Señor le daría a Pablo lo que Él «necesitaba». b. ¡Pero no necesariamente lo que él «deseaba»! 2. «Mi poder se perfecciona en la debilidad» a. ¡En este caso, es en el tiempo de debilidad y de tribulación que la fortaleza del Señor puede ser experimentada más completamente! b. ¡Porque en tal tiempo realmente llegamos a depender del Señor, y no sobre nuestra propia fuerza o sabiduría!
B. LA REACCIÓN DE SAN PABLO. 1. «Me gloriaré más bien en mis debilidades» (2 Cor 12, 9b) a. En vez de quejarse de sus circunstancias ¡se glorió en ellas! b. ¡Porque es en tales debilidades que él tiene la oportunidad de experimentar el poder de - 61 -
Cristo en su vida, mientras Él lo ayuda a lidiar con ellas! 2. «Me gozo en las debilidades... por amor a Cristo. Porque cuando soy débil, entonces soy fuerte». (2 Cor 12, 10) a. ¡Las debilidades pueden ser un tiempo para regocijo! – ver Rom 5, 3a b. ¡Porque ese puede ser un tiempo en el que experimentamos la fuerza dada por Cristo, y el desarrollo del carácter que a Él le agrada! – ver Rom 5, 3b-5; también Sant 1, 2-4
Podría ser imposible determinar con exactitud la naturaleza de «El Aguijón de Pablo en la carne». Algunos comentaristas creen que esta ambigüedad fue a propósito. Por otro lado, aquellos con otras «debilidades» podrían pensar que las lecciones espirituales no son para ellos. Pero de un pasaje confuso, podemos recoger principios poderosos aplicables a todos... En tiempos de debilidad: ¡orar!. Pero no debemos sorprendernos si la respuesta a nuestras oraciones son similares a aquellas dadas a Pablo: «Bástate mi gracia». «Mi poder se perfecciona en la debilidad» y es que mis hermanas y hermanos, el Señor podría escoger no quitarnos la debilidad... en vez de eso, podría escoger darnos la fuerza para resistir y sí es así, ¡regocijémonos entonces que el poder de Cristo descansa en nosotros! «BÁSTATE MI GRACIA».
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OFRECIMIENTO DE MI AMADO SEÑOR JESÚS DE DARNOS SU GRACIA «Y con gran poder, los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y ABUNDANTE GRACIA era sobre todos ellos» (Hch 4, 33). «De allí [Atalia] navegaron a Antioquia, desde donde habían sido ENCOMENDADOS A LA GRACIA DE DIOS para la obra que habían cumplido» (Hch 14, 26).
EL SIGNIFICADO DE GRACIA La definición más común de la palabra gracia es: el favor inmerecido de Dios hacia los hombres. En otras palabras, aun cuando éramos pecadores, merecedores de juicio, Dios nos contempló con su amor y nos perdonó. Sin embargo, esto es sólo la mitad de su significado, también significa «el poder capacitador de Dios». «Y el mismo Jesucristo Señor nuestro, y Dios nuestro Padre, el cual nos amó y nos dio consolación eterna y buena esperanza por gracia, conforte vuestros corazones, y os confirme en toda buena palabra y obra» (2 Ts 2, 16, 17). Su gracia no sólo nos hace aceptados en la familia de Dios, sino que también provee el poder que necesitamos para vivir la vida cristiana. Dos escrituras explican los dos aspectos de la gracia de Dios en cada creyente:
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1. El Don Inmerecido de Dios «Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no es de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe» (Ef 2, 8-9).
2. El Poder Capacitador de Dios «En amor, habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado» (Ef. 1, 4-6). Y podemos leer todo este capítulo que describe todo lo que hemos recibido por gracia (por su poder capacitador). En la salvación, no sólo es expresado el favor inmerecido de Dios (en que recibimos perdón y la restauración de la comunión con Él, aun cuando no seamos merecedores de ello), sino que también es el poder capacitador de Dios, ya que, es únicamente por la vía de su poder que podemos ser transformados. «De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas» (2 Co 5, 17). Este principio de la gracia continúa a través de todo nuestro caminar con Dios. En cada área de nuestra vida cristiana, es la gracia de Dios la que nos hace creer y estar firmes, es decir, el poder capacitador de Dios otorgado a nosotros sin ningún mérito de nuestra parte. «Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo» (2 P 3, 18). «BÁSTATE MI GRACIA».
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OTORGAMIENTO DE LA GRACIA A LOS HÉROES DE LA FE Esta fuerza operante de la gracia, es revelada en las vidas de los hombres y mujeres a través de toda la Biblia. Todo héroe de la fe comenzó su vocación con Dios, consciente de su propia debilidad e incapacidad. Fue únicamente a través de él, al permitir la operación de la gracia de Dios: Su poder capacitador, que pudo llegar a ser la clase de persona que Dios quería que fuera y, de esa manera, cumplir el plan y propósito que Él tenía para su vida.
LA GRACIA EN LA VIDA DE MOISÉS Lea Éxodo 3, 11-13; 4, 1-13. El mandato que el Señor le dio a Moisés no fue una tarea pequeña. Egipto era el imperio dominante en todo aquel territorio. Era una nación impía, y el Faraón su líder, tenía una autoridad catalogada como divina. Cada nación en el mundo conocido, vivía atemorizada del Faraón, el Emperador de Egipto. Cuando Dios le dijo a Moisés que descendiera a Egipto y le dijera a Faraón que dejara ir a su pueblo de tres millones de personas que, vivían bajo su esclavitud, la respuesta inmediata de Moisés, a causa de su propia humanidad e incapacidad, fue como sigue en el libro del Éxodo: 3, 11: «¿Quién soy yo?» 3, 13: «¿Quién eres Tú?» 4, 1: «Ellos no me creerán». - 65 -
4, 10: «No soy elocuente». 4, 13: «Señor, envía a otro». Pero con la gracia de Dios, «BÁSTATE MI GRACIA» Moisés salió para Egipto, y con las señales y maravillas sacó a los israelitas de la esclavitud, exactamente como Dios se lo había dicho.
LA GRACIA EN LA VIDA DE GEDEÓN Lea Jueces 6, 1-24. El llamado de Dios, vino sobre Gedeón, para librar a su pueblo de los ejércitos conquistadores de Madián. Israel había experimentado derrota tras derrota durante muchos años. La respuesta de Gedeón a la palabra de Dios en el versículo 13, revela su incredulidad inicial: «… Ah, Señor mío, si JAVHÉH está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo ésto? ¿Y dónde están todas sus maravillas, que nuestros padres nos han contado, diciendo: ¿No nos sacó JAVHÉH de Egipto? Y ahora JAVHÉH nos ha desamparado, y nos ha entregado en mano de los madianitas» (Jue 6, 13). Aun cuando el mismo Dios le animó y prometió que estaría con él, Gedeón contestó: «¿Con qué salvaré yo a Israel? He aquí que mi familia es pobre en Manasés, y yo el menor en la casa de mi padre» (vea el v 15). Pero a pesar de su temor e incapacidad, con la gracia de Dios: «BÁSTATE MI GRACIA». Gedeón salvó a Israel. Y lo hizo con un pequeño grupo de 300 hombres. ¡Fue la GRACIA de Dios lo que hizo la diferencia!
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LA GRACIA EN LA VIDA DEL APÓSTOL PABLO Lea Hechos 15, 40. Antes de que Pablo y Silas salieran en su primer viaje misionero, la iglesia de Antioquía oró por ellos y los «encomendó a la gracia de Dios…», para la obra que estaba delante de ellos. Porque las experiencias de lo que vivió San Pablo son tremendas, como él mismo nos narra, en la descripción que expone Pablo de sus experiencias en 2 Corintios 11, 22-33. Es comprensible que primeramente fueran encomendados a la gracia de Dios. Ellos la necesitaban, a fin de sobrevivir. La respuesta del Señor, a la confesión que hizo Pablo, respecto a la debilidad, es su promesa para nosotros también: «Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad» (2 Co 12, 9).
LA GRACIA ES LIBERADA SOBRE NUESTRAS VIDAS En nuestra relación con Dios, a medida que caminamos con Él día a día, nos encontramos con situaciones que constantemente tratan de agobiarnos. Nuestra respuesta a Dios es confiar en su palabra. Expresamos nuestra confianza por medio de la obediencia. «BÁSTATE MI GRACIA». Esto comprueba que nosotros creemos lo que dice la palabra de Dios a pesar, de lo que las circunstancias puedan indicar. La respuesta de Dios a nuestra fe es su gracia: «BÁSTATE MI GRACIA». Su poder capacitador, el cual, hace que obtengamos la victoria en cada situación. - 67 -
DOS PROMESAS MUY IMPORTANTES 1. Tenemos pleno acceso al trono de la gracia: «Acerquémonos, pues, confiadamente al TRONO DE LA GRACIA, para alcanzar misericordia y HALLAR GRACIA PARA EL OPORTUNO SOCORRO» (He 4, 16).
2. Dios es poderoso: «Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra» (2 Co 9, 8). Es por ello, que decido recibir la gracia de Dios, que es su poder capacitador, «BÁSTATE MI GRACIA» en cada área y problema que emerja en mi vida, y me entrego al deber de enseñar a otros, para que hagan también lo mismo. Y me ha dicho: «Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad» (2 Corintios 12, 9). Y es que muchas veces nos aferramos a los problemas, a las dificultades económicas a tal punto, que comenzamos a dudar y a olvidarnos de las promesas que Dios nos ha hecho, anhelamos tantas cosas y nos desesperamos al no tenerlas y comenzamos a reclamarle a Dios y a renegar ¿por qué pasa esto? ¿Por qué no te da lo que le pides? Pero sabes que cada dificultad de nuestra vida, cada enfermedad, cada necesidad y angustia, cada lágrima que derramas es una oportunidad para que Dios manifieste su gracia sobre nosotros y su misericordia - 68 -
incomparable, porque su poder se perfecciona en nuestra debilidad. El problema está en que nosotros no le permitimos que Él actué al comenzar a dudar de su poder y al darle la espalda por pensar que no nos escucha. Nos alejamos de Él en vez de acércanos cada día más, para que esa hoja de nuestra vida sea pasada; ¿se te ha olvidado que es un Dios de propósitos? «BÁSTATE MI GRACIA». Y es que es necesario, que pasemos por pruebas y luchas para ser moldeados por el Espíritu Santo, y que entendamos que sin Dios nada es posible, que necesitamos de su gracia para sobrellevar toda carga, que solo en Dios está el poder para poder vencer todo aquello que se levante contra nosotros. Y para que pongamos nuestra fe y confianza únicamente en Él. «BÁSTATE MI GRACIA». Muchas veces no entendemos, que por la gracia de Dios estamos en pie, y que es por su gracia que vivimos. La gracia de Dios va más allá de una bendición económica, de una vida sin problemas o sin enfermedades, o tragedias. La gracia de Dios es la oportunidad que tenemos de estar delante de su presencia, de poder adorarle sin limitaciones. Postrados de rodillas y dejando que su palabra se haga realidad en nosotros, Y QUE POR SU GRACIA, PODEMOS PASAR POR ESTA VIDA VERDADERAMENTE VICTORIOSOS Y DECIR COMO ÉL: « YO HE VENCIDO AL MUNDO». PORQUE EN REALIDAD, LA VICTORIA DEL MUNDO Y SUS ALIADOS, QUIENES SIRVEN AL MAL, ES QUE EL CREYENTE NO HAGA LA VOLUNTAD DE DIOS. «BÁSTATE MI GRACIA», PARA HACER LA VOLUNTAD DE DIOS Y PASAR POR ESTA VIDA, COMO VICTORIOSOS Y BENDECIDOS DE NO SEPARARNOS DE JESÚS. - 69 -
ORACIÓN FRENTE A JESÚS SACRAMENTADO QUE ESTÁ VIVO, LLENO DE LUZ Y RADIANTE PARA OBTENER SU GRACIA Te adoro mi Señor Jesús, yo sé que estás vivo, lleno de luz y radiante, vengo a adorarte, porque de ti brota la gracia, quiero recibir de ti toda la fuerza, todo el entrenamiento como se lo distes a San Pablo, quiero escuchar tu voz decirme: «Bástate mi gracia». Quiero acomodarme a lo que tengo, si es necesario pasar privaciones, como vivir en la abundancia. Quiero estar entrenado para cualquier momento o situación: estar satisfecho o hambriento, en la abundancia o en la escases. Todo lo puedo en ti que me fortaleces. (Filip. 4, 11-13) Yo sé que tú estás vivo, lleno de luz y radiante y que tus brazos están abiertos para abrazarme en este momento, porque sólo con tu gracia me puedo mantener en pie, sólo con tu gracia supero todo obstáculo, todo trago amargo, todo aquello que inesperadamente llega a mi vida. Te adoro en este momento, e imploro tu gracia sobre mí, para mantenerme firme, como un verdadero discípulo tuyo. Te adoro y reconozco frente a ti mis equivocaciones, mis pecados y mis malas acciones, acepto las pruebas, los dolores y sufrimientos, que la vida trae consigo, ante ti me postro para poder levantar mi frente al mal y a los - 70 -
aliados del mal que están en el mundo, y poder con tu gracia decir contigo: yo he vencido al mundo. Te adoro mi amado Señor Jesús, y me pongo en tus manos, diciéndote: Ojos de Jesús, mírenme Labios de Jesús, háblenme Oídos de Jesús, escuchadme Pies de Jesús, síganme Manos de Jesús, llévenme Corazón de Jesús, acógeme Que en todo momento de mi existir, yo pueda escuchar tu voz decir: «Bástate mi gracia».
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CONCLUSIÓN Recuerda decir todos los días después del Ángelus del medio día, la oración «BÁSTATE MI GRACIA», teniendo presente que estás adorando a Jesús Sacramentado en el sagrario de tu corazón. Visita en el templo a Jesús Sacramentado siempre que puedas, pasa horas de adoración con Él si te es posible, y así tu alma se tornará eucarística. Recuerda que Jesús está vivo, lleno de luz y radiante, de cuerpo entero con sus brazos abiertos para abrazarte y, cuando adoras a Jesús en el Santísimo Sacramento, es para llenarte de gracia. «Bástate mi gracia», te dice Jesús, para que enfrentes todo en tu vida. Para que te mantengas de pie, como se mantuvo nuestra madre la Virgen María y, al igual que Jesús seas un vencedor: «Bástate mi gracia» nos dice Jesús. Y REAFIRMANDO QUE TODO ES POR GRACIA DE DIOS, TERMINO CON ESTAS PALABRAS DE NUESTRO AMADO SANTO PADRE BENEDICTO XVI : “el mensaje es claro: el Reino de Dios, aún si exige nuestra colaboración, es, ante todo, don del Señor, la gracia que precede al hombre y sus obras”. “Nuestra pequeña fuerza, aparentemente impotente ante los problemas del mundo, si se inmerge en la de Dios, no teme ningún obstáculo, porque la victoria del Señor es segura”. Para la gloria de Dios. Juan José Vargas Fallas Animador de vida - 72 -