Conociendo a nuestros Diáconos: Diácono Salvador Soriano
El regalo de ser hijos e hijas de Dios “Mi alma tiene sed, sed del Dios vivo” -Sal 41,3 por Blanca Primm
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ue la paz de nuestro Señor Jesucristo esté con cada uno de ustedes. Soy el diácono Salvador Soriano, asignado a la parroquia Todos los Santos, de nacionalidad salvadoreña, casado por 35 años por lo civil y 10 años casado por la iglesia, con Cristina de Soriano, tenemos 2 hijos, Edwin de 33 años, Salvador de 30, y 5 nietos, 4 varones y una princesita. En el año 2011 fui invitado a una boda cristiana católica en Manassas, Virginia, donde el Señor Jesús tocó mi vida a través de las alabanzas. Desde entonces comienza mi camino de conversión. De ahí en adelante empecé a formarme en catequesis, grupo de oración y retiros espirituales carismáticos, y actualmente, desde hace 6 años formo parte del grupo de oración carismático “Fuerza y Fe” de la parroquia Todos los Santos como coordinador. Luego recibí una invitación de la hermana Isidora Sánchez a estudiar clases de Biblia de la Universidad de Dallas, Texas por 3 años. También recibí la invitación de la hermana Blanca Primm para las clases de formación Pastoral teológica del Southeast Pastoral Institute (Sepi). Nunca imaginé para qué el Señor me estaba preparando, pero Dios ya me había elegido desde que yo estaba en el vientre de mi madre para formar parte de la formación del diaconado.
Retiro continúa en la página 2
Diácono Salvador Soriano El Señor me hizo el llamado a la formación del diaconado en el mes de septiembre del 2016, a través del diácono Fredy Vargas, por lo cual fui aceptado como aspirante al diaconado por el obispo Stika en el mes de agosto en 2017 y fui ordenado el 11 de junio del 2022. Lo que más me impulsó es poder servirle a Dios, en el altar y a toda nuestra comunidad Hispana, aunque fue muy difícil aceptar el llamado por la barrera del idioma, pero gracias a Dios que el Diácono Tim me impulsó a que el idioma no sea un obstáculo, sino que lo importante era que yo pudiera servir en el altar. Gracias a Dios que tengo una esposa que me ha brindado todo su apoyo y mis hijos también. Estoy muy feliz de ser un Diácono permanente de la diócesis de Knoxville. Que Dios y mamita María les bendiga siempre les desea su hermano en Cristo. ■
VERÓNICA HERNÁNDEZ
oy quisiera hacer una invitación a las mujeres. Sin duda alguna, tanto el hombre y la mujer somos irreemplazables para el mundo, en nuestro rol en la familia y en la sociedad en general. ¿Qué podríamos hacer sin los hombres y sin las mujeres en este mundo? Nuestra naturaleza humana es la misma: hemos sido creados para amar y ser amados, ambos anhelamos la felicidad; tanto hombres y mujeres tenemos inteligencia, libertad y voluntad. Ambos tenemos la misma dignidad. Somos capaces de aprender, de estudiar, de reflexionar, de trabajar, de ser creativos, de llevar a cabo proyectos, tener metas, y participar en transformar este mundo para el bien y la gloria de Dios. Pero también los hombres y las mujeres somos diferentes en el aspecto esencial que nos identifica. Ya el hecho de ser hombre o mujer nos hace distintos y nos lleva a actuar, pensar, y sentir como lo que somos, y pone una diferencia en la manera de relacionarnos y de expresarnos. Y es algo tan bello ver que Dios lo quiso así. “Entonces Yahveh Dios hizo caer un profundo sueño sobre el hombre, el cual se durmió. Y le quitó una de las costillas, rellenando el vacío con carne. De la costilla que Yahveh Dios había tomado del hombre formó una mujer y la llevó ante el hombre. Entonces éste
exclamó: «Esta vez sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada mujer, porque del varón ha sido tomada».” Gen 2, 21-23 Dios nos habla y nos interpela de manera personal, te habla a ti y a mi según nuestra propia realidad, aquí y ahora, con tus sueños y preocupaciones, con tus retos y problemas, con tus logros y fracasos. Pero sobre todo nos ama con un amor sin condición. ¿Te has puesto a pensar en las veces en que Dios te ha mostrado su amor? A veces somos un poco ingratos en reconocer la presencia de Dios en nuestra vida. Pero Dios siempre está a nuestro lado. Y a ti mujer, que llevas sobre tus hombros muchas cargas en tu rol como mujer y como madre, seguramente has pasado por muchas experiencias de dolor e injusticia, por pérdidas en tu vida, traiciones o tragos amargos. El Señor te conoce y te llama para que descanses en El y como dice el Papa Francisco, “para que vivas la verdadera alegría cristiana, que está unida a una experiencia de paz que permanece en el corazón incluso cuando estamos rodeados de pruebas y aflicciones, porque sabemos que no estamos solos sino acompañados de un Dios que no es indiferente a nuestra suerte”. Quisiera aprovechar la oportunidad para invitar a todas las mujeres al Retiro sobre la Fuerza del Perdón
Por Diácono Salvador Soriano
SEPI Seis líderes de nuestras parroquias tuvieron la bendición de participar en el Seminario de Liderazgo Pastoral en el Instituto Pastoral del Sureste, en Miami, Florida donde tomaron cursos de Biblia, Liderazgo pastoral, Espiritualidad y Pastoral Hispana. Juntos con muchos otros participantes del Sureste de Los Estados Unidos tomaron una semana, este pasado mes de julio para formarse y practicar la pastoral de conjunto. De izquierda a derecha: Alejandro Samano, parroquia de Todos los Santos; Verónica Hernández, de San Patricio, Morristown; Doctora Olga Villar, Directora Ejecutiva del SEPI, Luis Gallardo, Joel Palafox y Leticia Monterrosas, también de San Patricio y Elogio Pérez, representando a la parroquia Santa Trinidad en Jefferson City.
Librería Católica Favor de ver la pág. A18 con información sobre la tienda de libros y artículos religiosos The Paraclete que cuenta con materiales en español incluyendo una gran selección de CDs de audios que contienen temas muy interesantes. ■
Apostolado Hispano Católico Blanca Primm, directora Maria Hermon, asistente administrativa 805 S. Northshore Dr., Knoxville 37919 T 865-637-4769, F 865-584-7538 E-mail: lacosecha@dioknox.org www.dioknox.org, FB: lacosechaDOK
Procedimiento de la Diócesis de Knoxville para reportar casos de abuso sexual Cualquier persona que tenga conocimiento real o que tenga una causa razonable para sospechar de un incidente de abuso sexual debe reportar primero tal información a las autoridades civiles apropiadas, luego a la oficina del Obispo, 865-584-3307. Para asistencia en español durante el contacto inicial, favor de comunicarse con Blanca Primm, llamando al 865-862-5743. ■
Él Habita Entre Nosotros por el Obispo Richard F. Stika
Camilleros para Dios Nuestros sufrimientos tienen un significado salvífico y un propósito, en los sufrimientos de Cristo, cuando “los ofrecemos” “Ahora me gozo en lo que padezco por ustedes, y completo en mi propia carne lo que falta de las tribulaciones de Cristo a favor de su cuerpo, que es la iglesia”. —Colosenses 1:24-25
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espondiendo al llamado. Una de las mayores bendiciones de ser obispo y sucesor de los apóstoles es la de ordenar hombres llamados por Dios al sacerdocio y al diaconado. Y en las últimas semanas, 26 hombres fueron elevados a la dignidad del altar: 23 como diáconos permanentes y 3 diáconos transitorios, los cuales, Dios mediante, serán ordenados sacerdotes el año que viene. Y como el sacerdocio existe para la Eucaristía, el diaconado existe para ayudar a llevar a Jesús a todos los hijos de Dios, con sus muchas hambres, corporales y espirituales. Lo que hace presente el sacerdote sobre el altar en la misa, el diácono está llamado a hacerlo presente en los muchos altares de los corazones de aquellos a quienes está llamado a servir. En los Evangelios, leemos de un paralítico llevado por cuatro camilleros que, incapaces de atravesar por las multitudes que se habían reunido alrededor de Jesús en la casa donde se alojaba, hicieron algo muy audaz y asombroso. Después de subirse al techo de la casa, hicieron un gran agujero en él, sin duda con gran descontento del dueño de la casa, y bajaron al paralítico ante Jesús. Y al ver su gran fe, Jesús perdonó los pecados del paralítico y luego lo sanó de su parálisis (Marcos 2:1-12; Lucas 5:17-26). ¿Quiénes eran esos cuatro camilleros? Los Evangelios no ofrecen detalles. Pero cada uno de nosotros puede ser un “camillero” de almas cuando ofrecemos nuestros sufrimientos en unión con los de Cristo en la Cruz. Tres palabras para los sufrimientos de la vida. Todavía recuerdo cuando era niño, que una de las hermanas religiosas de la escuela parroquial a la que asistía me decía: “Ofrécelo” como una forma de animarme después de mostrarle entre lágrimas mi codo despellejado por una caída en el patio de recreo. Y con una voz compasiva mientras secaba mis lágrimas, explicó lo que significaban esas palabras, diciendo: “Puedes regalárselo a Jesús en la cruz, y también puedes regalarlo para ayudar a otros”. Esas tres simples palabras y su breve explicación representan uno de los consejos espirituales más grandes de la Iglesia: El del “sufrimiento salvífico”. La única respuesta al sufrimiento. “¿Por qué?” Estas dos únicas palabras, esta única pregunta, resume la reacción universal al misterio del sufrimiento humano en todas sus formas e intensidades para las que el mundo no tiene respuesta. Es posible que incluso nos hayamos identificado, en algún momento de nuestra vida, con el clamor angustioso de Job a Dios: “¿Por qué, pues, me sacaste del vientre?” (Job 10:18). Pero la respuesta de Dios a esta pregunta universal es también una palabra: ¡Cristo, la Palabra de Dios! Sólo Cristo da la única respuesta que satisface verdaderamente el “por qué” de nuestros sufrimientos: ¡sus propios sufrimientos! Pero si Cristo es la respuesta de Dios al misterio del sufrimiento, Dios también nos invita a ser parte de esta respuesta al mundo como ayudantes de Jesús en su obra de salvación y paz. Abrazando a nuestra cruz. ¡Nuestros sufrimientos no son inútiles! Todo lo contrario si los abrazamos como Cristo abrazó su cruz. Pero el mundo nos está tentando constantemente con esas palabras que Jesús escuchó en el Calvario: “Baja de la cruz” (Mateo 27:40). Sin embargo, en las hermosas palabras del Concilio Vaticano II, se nos anima a encontrar en nuestros sufrimientos su significado y propósito salvíficos: “Ante el (sufrimiento) y la muerte, el enigma de la existencia humana se agudiza. Por Cristo y en Cristo, los enigmas del dolor y la muerte cobran sentido. Aparte de Su
Evangelio, nos abruman”. Porque solo a través de Cristo y en Cristo nuestros sufrimientos pueden ser ungidos sobrenaturalmente con Su amor y poder redentores de tal manera que puedan ayudar a otros de la manera más milagrosa. ¿Cómo es eso? Ofreciendo nuestros sufrimientos y cruces a Cristo. Propósito y significado. Así como es Cristo Jesús quien “nos revela plenamente quiénes somos y manifiesta nuestra suprema vocación” (parafraseando al Concilio Vaticano II), así también es Cristo Jesús quien, en sus sufrimientos, nos revela el significado y propósito de nuestros propios sufrimientos—un significado y propósito salvífico. La historia de los cuatro camilleros que bajaron al paralítico ante Jesús ilustra esto. Y cuando ofrecemos nuestros sufrimientos a Cristo, nos comprometemos a la obra más importante para Jesús: la salvación de las almas. Colaboradores de Cristo. Hay tantas personas hoy que están “paralizadas” por el pecado y el vicio, las adicciones, las heridas y los miedos, que son incapaces de presentarse ante Cristo sin la ayuda de los demás. Pero en virtud de nuestra vida sobrenatural en Cristo como miembros bautizados de Su Cuerpo Místico, no estamos limitados al tiempo, espacio, salud física y habilidades para ayudar a los demás. Aquí es donde nuestros sufrimientos y sacrificios pueden entrar particularmente en juego. Porque cuando los ofrecemos a Cristo, Él los abraza como suyos y los inviste con el valor redentor de sus sufrimientos. Como tales, trascienden el tiempo y el lugar en cómo y a quién aplica Jesús su valor para el bien de los demás. “Ofrecemos” nuestros sufrimientos para ayudar a “levantar” a los muchos paralíticos en sus enfermedades espirituales y corporales y llevarlos a Cristo para que puedan escuchar a Jesús decir: “Tus pecados te son perdonados” y tomarlos de la mano para que puedan volver a estar erguidos ante Dios en su dignidad. El ejemplo de Santa Madre Teresa. Para llevar el amor de Cristo a los más pobres y rechazados del mundo, Santa Madre Teresa de Kolkata (Calcuta) quiso hacer aún más de lo que ella y sus Hermanas podían hacer. Así que hizo un llamado a las muchas personas que querían ayudar a las Misioneras de la Caridad en su increíble trabajo, pero no pudieron hacerlo debido a sus propios sufrimientos y enfermedades paralizantes. Aunque físicamente no podían unirse a ella para ayudar, les pidió que entablaran una relación espiritual con las Hermanas de su comunidad y que ofrecieran sus sufrimientos por su trabajo entre los pobres y los desamparados. Llamó a estos ayudantes especiales sus “gemelos espirituales” y sus “compañeros de trabajo enfermos y sufrientes” de quienes dijo: “Cada Hermana tiene un segundo yo—para orar y sufrir por ella. A menudo, cuando el trabajo me resulta muy difícil, ofrezco su sufrimiento y descubro que la ayuda llega de inmediato: de su continuo sufrimiento, el trabajo de las Hermanas... da fruto” (“Ven, se mi Luz”, 146) Vestimenta sagrada del sufrimiento. Consideren esto también. Cuando ofrecemos nuestros sufrimientos y sacrificios, ¡Profesamos nuestra participación “común” en el sacerdocio de Cristo! Y cuando lo hacemos, Jesús los transforma en sus más bellas vestiduras sacerdotales de color rojo carmín. ¿Cómo podría ser de otra manera? Porque por virtud de nuestro bautismo, somos comisionados para ofrecer adoración a Dios. La forma más grande de adoración, ya que es por amor, es el sacrificio. Ejercemos nuestro sacerdocio bautismal de manera más privilegiada en el santo sacrificio de la Misa cuando ofrecemos nuestros “sacrificios espirituales” y que Jesús los une a su ofrenda al Padre. Aunque el sacerdote ordenado del altar está ves-
James Tissot (Francés, 1836-1902). The Palsied Man Let Down through the Roof (Le paralytique descendu du toit) (El paralítico bajado por el techo), 1886-1896. Opaque watercolor over graphite on gray wove paper (Acuarela opaca sobre grafito en papel gris) Image: 9 5/16 x 6 9/16 in. (23.7 x 16.7 cm). Brooklyn Museum, comprado por subscripción pública, 00.159.123 tido para ofrecer el santo sacrificio de la Misa, nosotros también estamos vestidos de los sufrimientos y sacrificios que ofrecemos, particularmente en la Misa que debemos vivir a lo largo de la semana. Los otros colores de nuestras vestiduras. Y que las vestiduras de la Misa que vivimos incluyan los demás colores litúrgicos, el “blanco” que representa la vestidura bautismal de nuestra pureza en Cristo como Su novia; el “oro” que refleja nuestra dignidad real de la vida moral que vivimos en Cristo; el “verde” por los sacrificios ordinarios que hacemos en las diversas diligencias de la vida y trabajos cotidianos; y el morado para las prácticas penitenciales que nos ayudan a decir “sí” a Dios y a todo lo que Él nos pide en las diversas circunstancias de la vida. Pero no debemos olvidar la vestidura “rosa” de nuestro “sacrificio de alegría” (Salmo 27,6) que debe acompañar todos nuestros sacrificios por amor a Dios y al prójimo. Y cada vez que nos mortificamos y “morimos” al egoísmo y al pecado, existe la vestidura “negra”, que a veces se usa para los funerales, que nos recuerda no solo la brevedad de la vida, sino también la vestidura de “luz y alegría” que nos espera al morir en Cristo, para resucitar con Él a la vida eterna. Sacrificio con amor. Por lo tanto, sigamos el consejo de San Pablo y “Vestíos del Señor Jesucristo” (Romanos 13:14), y permitamos que Él “ponga” nuestros sufrimientos en los Suyos para que podamos ofrecernos como un “sacrificio vivo” y “completar lo que falta en las aflicciones de Cristo”, es decir, Su Cuerpo, la Iglesia (Hebreos 9:11; Romanos 12:1; Colosenses 1:24). Al comprender el valor redentor de nuestros sufrimientos con Cristo en la Cruz, podremos convertirnos en colaboradores y ayudantes “sufrientes” de Cristo en Su obra de salvación para las almas. Como observó el venerable arzobispo Fulton Sheen: “El sacrificio sin amor es dolor; el dolor con amor es sacrificio”. Que el amor de Cristo transforme sus sufrimientos en el amor redentor de Cristo en acción. ■
Bienvenida Zulay Por Brittany Garcia, Directora de la Oficina del Ministerio de Jóvenes Adolescentes y Jóvenes Adultos
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a Oficina del Ministerio de Jóvenes Adolescentes y Jóvenes Adultos está feliz de poder anunciar que tenemos una nueva coordinadora de Pastoral Juvenil Hispana. Ella se llama Zulay Navarro Pickering. Zulay nació y creció en Caracas, Venezuela. Ha vivido en Los Estados Unidos desde 1990. Durante su infancia tuvo la oportunidad de viajar en el interior de Venezuela con su familia, así como también a otros países. Esto le abrió las puertas a diferentes culturas, y observar y entrar en contacto directo con familias de escasos recursos. Zulay ha hecho una maestría en Ortodoncia, ha realizado investigación en la Universidad de Vanderbilt, y ha trabajado en las escuelas públicas como intérprete. En los 2 agosto 2022
pequeños a padres y abuelos. En la actualidad está muy emocionada de tener la oportunidad de trabajar más de cerca con los jóvenes y adultos jóvenes como la Coordinadora de la Pastoral Juvenil. ¡Ayúdanos a dar una calurosa bienvenida a
Zulay! Si desea comunicarse con ella su correo electrónico es zpickering@dioknox.org y su número de teléfono de la oficina es 865-584-3307, ext. 5742. Y únase a nosotras en orar por todos los jóvenes de nuestra diócesis. ■
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Será una experiencia que nos encaminará a sanar nuestras heridas y a renovar nuestro amor por Dios, un amor sano a nosotras mismas y a los demás. ■
que nos dará la Sra. Brenda Hernández, Licenciada en Teología, quien nos visitará desde Guatemala. Ver el volante en la página uno.
Anuncios Diocesanos y Parroquiales Pickering últimos tres años ha ejercido como profesora de español en una de nuestras escuelas católicas. Además, Zulay ha estado muy involucrada en su parroquia Todos los Santos (All Saints) y en el Ministerio Hispano en los últimos 10 años, trabajando con una variedad de edades desde niños
Consulado de México – Knoxville El consulado de México estará del martes 9 al viernes 12 de agosto de 8 am a 3 pm en la parroquia de Todos los Santos (620 N Cedar Bluff Rd., Knoxville, TN 37923). Llamar a hacer sus citas al 424-309-0009 a partir del jueves 4 de agosto. Rosario Multilingüe – Knoxville
Diócesis de Knoxville Viviendo nuestra fe Católica Romana en el Este de Tennessee
Los invitamos a un Rosario por los Inmigrantes y Refugiados el 23 de septiembre a las 7 p.m. la Catedral del Sacratísimo Corazón de Jesús para celebrar la Semana Nacional de la Migración. Ven con tu familia. Confirma tu asistencia llamando al 865-637-4769. Habrá recepción después, trae un platillo para compartir. ■ lacosechadok.com