The Diocese of Knoxville Viviendo nuestra fe Católica Romana en el Este de Tennessee
La Cosecha
Noticias de la Diócesis de Knoxville
Desde mi ventana por Lourdes Garza
Nuevas metas
Comienza un año nuevo de esperanza
O
tra vez nos llega la oportunidad de renovar nuestras vidas. Ya habiéndonos regocijado una vez más por el Nacimiento de Nuestro Salvador, veamos dentro de nuestros corazones para confirmar que Él ocupa un lugar muy especial en ellos. Y como tal, el que Nuestro Señor Jesús reine en nuestros corazones debe ser reflejado en nuestras acciones. Al considerar nuevas metas para el año 2012, piensen en cómo pueden contribuir al bienestar de su parroquia—la corresponsabilidad. Muchas de nuestras parroquias no emplean servicio de limpieza si no que dependen de feligreses voluntarios para hacer toda la limpieza y parte del mantenimiento: ventanas, baños, pisos, alfombras y jardines. Consideren cuál será su contribución este año. También consideren cual será su contribución monetaria fija, es decir, preparada con anticipación, no nada más dar el dólar que nos sobra en el bolsillo o en el monedero sino planear por adelan-
tado y ser consistentes con la cantidad y frecuencia de su donación, porque nuestro tesoro celestial será más grande de lo que nos podamos imaginar y eso lo podemos comprobar en las Santas Escrituras: “No amontonen riquezas aquí en la tierra, donde la polilla destruye y las cosas se echan a perder y donde los ladrones entran a robar. Más bien amontonen riquezas en el cielo, donde la polilla no destruye ni las cosas se echan a perder ni los ladrones entran a robar. Pues donde esté tu riqueza, allí está también tu corazón” (Mateo 6, 19-21). La corresponsabilidad, o sea el cuidado por nuestra parroquia, es un mandato bíblico y asegura el patrimonio espiritual de nuestros hijos y de las generaciones futuras de católicos de EE.UU. Les deseo un feliz año nuevo y los reto a hacer que en sus corazones el mantenimiento y el apoyo de su parroquia sea la meta principal del 2012. n
Apostolado Hispano Católico Lourdes Garza, directora Blanca Primm, asistente administrativa 805 Northshore Dr. SW, Knoxville 37919 T 865-637-4769, F 865-584-7538 E-mail: lacosecha@dioknox.org www.lacosechadok.com
La Cosecha
enero 2012
Carta de los Obispos Hispanos/ Latinos a los inmigrantes Los obispos hispanos/latinos de Estados Unidos nos saludaron temprano el día de la Virgen de Guadalupe, con su propia versión muy especial de las mañanitas: una carta abierta a los inmigrantes. La carta está firmada por 33 obispos y fue publicada simultáneamente desde Los Ángeles y San Antonio, sede de los dos arzobispos hispanos de más alto rango. El texto completo de la carta con la lista de obispos que la firman se reproduce a continuación. Muy estimados hermanas y hermanos inmigrantes: ¡Que la paz y la gracia de Nuestro Señor Jesucristo estén con todos ustedes! Nosotros los obispos hispanos/ latinos de Estados Unidos abajo firmantes les hacemos saber a quienes se encuentran en nuestro país sin papeles que no están solos ni olvidados. Reconocemos que todo ser humano, documentado o no, es imagen de Dios y por lo tanto tiene un valor y dignidad infinitos. Les abrimos nuestros brazos y nuestro corazón y los recibimos como miembros de nuestra familia católica. Como pastores, les dirigimos estas palabras desde lo más profundo de nuestro corazón. De una manera muy especial queremos agradecerles los valores cristianos que nos demuestran con su vida—el sacrificio por el
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bien de sus familias, la determinación y perseverancia, el gozo de vivir, su profunda fe y su fidelidad a pesar de la inseguridad y tantas dificultades. Ustedes contribuyen mucho al bienestar de nuestra nación en el ámbito económico, cultural y espiritual. La crisis económica ha impactado a toda la comunidad estadounidense. Lamentablemente, algunos aprovechan este ambiente de incertidumbre para despreciar al migrante y aun culparlo por esta crisis. Sembrar el odio no nos lleva a remediar la crisis. Encontraremos el remedio en la solidaridad entre todos los trabajadores y colaboradores—inmigrantes y ciudadanos—que conviven en los Estados Unidos. En sus rostros sufrientes vemos el rostro verdadero de Jesucristo. Sabemos muy bien el gran sacrificio que hacen por el bien de sus familias. Muchos de ustedes hacen los trabajos más difíciles, con sueldos miserables y sin seguro de salud o prestaciones salariales o sociales. A pesar de sus contribuciones al bienestar de nuestro país, en lugar de ofrecerles gratitud, se les trata como criminales porque han violado la ley de inmigración actual. Estamos también muy conscientes del dolor de las familias que han sufrido la deportación de alguno de sus miembros; de la Carta continúa en la página 2 enero 2012 1
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frustración de los jóvenes que han crecido en este país y cuyos sueños son truncados por su estatus migratorio; de la ansiedad de aquellos que están en espera de la aprobación de su petición de residencia permanente; y de la angustia de quienes viven cada día bajo la amenaza de ser deportados. Todas estas situaciones claman a Dios por una solución digna y humana. Reconocemos que en ocasión las acciones tomadas con respecto a los inmigrantes les ha llevado a sentirse ignorados y abandonados, incluyendo cuando no se han escuchado voces que se levanten ante las falsedades que se promueven dentro de nuestra sociedad. Por medio de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) hemos abogado ante el Congreso estadounidense por un cambio a la ley de inmigración que respete la unidad de la familia, e incluya pasos ordenados y razonables para que personas sin documentos puedan obtener la ciudadanía. La nueva ley deberá incluir un programa de visas para trabajadores que respete los derechos humanos de los inmigrantes, les provea las necesidades básicas para vivir y facilite su ingreso a nuestro país para trabajar en un ambiente seguro y ordenado. Así mismo, continuamos abogando por la justicia económica global que facilite el empleo de nuestros hermanos y hermanas en su tierra de origen y les provea lo suficiente para vivir con dignidad. El pueblo inmigrante es una fuerza revitalizadora para el país. La falta de una reforma migratoria justa, humana y eficaz debilita el bien común de toda la unión americana. Nos duele y nos apena que muchos de nuestros hermanos y hermanas católicos no hayan apoyado nuestras peticiones por un cambio a la ley de inmigración que proteja sus derechos, mientras ustedes contribuyen con su trabajo a nuestro país. Les prometemos que seguire-
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mos trabajando para obtener este cambio. Conocemos lo difícil que es el camino para llegar y para entrar a Estados Unidos. Por eso estamos comprometidos a hacer lo que podamos para lograr un cambio de ley que les permita entrar y vivir en este país legalmente, y no se vean ustedes obligados a emprender un camino peligroso para proveer a sus familias. Como pastores que se preocupan por el bienestar de todos ustedes, les debemos decir que consideren seriamente si es aconsejable emprender su camino hacia acá antes de que se logre un cambio justo y humano en las leyes de inmigración. Sin embargo, no vamos a esperar hasta que cambie la ley para darles la bienvenida en nuestras iglesias a los que ya están aquí, ya que San Pablo nos dice, “Ustedes ya no son extranjeros ni huéspedes, sino conciudadanos de los que forman el pueblo de Dios; son familia de Dios” (Ef. 2:19). Como miembros del Cuerpo de Cristo que es la Iglesia, les ofrecemos alimento espiritual. Siéntanse bienvenidos a la Santa Misa, la Eucaristía que nos alimenta con la palabra y con el cuerpo y la sangre de Jesús. Les ofrecemos programas de catequesis para sus hijos, y los programas de formación que nuestros esfuerzos diocesanos nos permiten poner a su alcance. Los ciudadanos y residentes permanentes de este país no podemos olvidar que casi todos, nosotros o nuestros antepasados, hemos venido de otras tierras, y juntos con inmigrantes de varias naciones y culturas hemos formado una nueva nación. Ahora debemos abrirles el corazón y los brazos a los recién llegados, como nos lo pide Jesús cuando nos dice, “Tuve hambre y ustedes me alimentaron; tuve sed y ustedes me dieron de beber; pasé como forastero y ustedes me recibieron en su casa” (Mt 25:35). Estas palabras del Señor Jesús se pueden aplicar a los inmigrantes entre no-
sotros. Tuvieron hambre en su tierra de origen, tuvieron sed al pasar por el desierto, y se encuentran entre nosotros como forasteros (ver Daniel G. Groody, CSC, “Crossing the Line,” The Way, Vol. 43, No. 2, abril 2004, p. 58-69). Su presencia nos invita a ser más valientes en la denuncia de las injusticias que sufren. A imitación de Jesús y de los grandes profetas, debemos denunciar las fuerzas que los oprimen, y anunciar la buena nueva del Reino con nuestras obras de caridad. Oremos y luchemos para que estos hermanos y hermanas nuestras tengan las mismas oportunidades de las cuales nosotros nos hemos beneficiado. Vemos en ustedes migrantes a Jesús peregrino. La Palabra de Dios migró del cielo a la tierra para hacerse hombre y salvar a la humanidad. Jesús emigró con María y José a Egipto, como refugiado. Migró de Galilea a Jerusalén para el sacrificio de la Cruz, y finalmente emigró de la muerte a la resurrección y ascendió al cielo. Hoy día, sigue caminando y acompañando a todos los migrantes que peregrinan por el mundo en búsqueda de alimento, trabajo, dignidad, seguridad y oportunidades para el bien de sus familias. Ustedes nos revelan la realidad suprema de la vida: todos somos migrantes. Su migración es un fuerte y claro mensaje de que todos somos migrantes hacia la vida eterna. Jesús nos acompaña a todos los cristianos en nuestro peregrinar hacia la casa del Padre, el reino de Dios en el cielo (ver Tertio Millennio Adveniente, No. 50). Les rogamos que no se desesperen. Mantengan su fe en Jesús migrante que sigue caminando con ustedes, y en la Santísima Virgen de Guadalupe que constantemente nos repite las palabras dichas a san Juan Diego, “¿No estoy yo aquí que soy tu Madre?”Ella nunca nos abandona, ni nos abandona san José quien nos protege como lo hizo con la Sagrada Familia durante su emigración a Egipto.
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Como pastores queremos seguir abogando por todos los inmigrantes. Con san Pablo les repetimos: “No se dejen vencer por el mal; antes bien, venzan el mal con la fuerza del bien” (Rom 12:21). Que Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo los acompañe y los bendiga siempre. Sinceramente en Cristo Salvador, Los Obispos Hispanos/Latinos de Estados Unidos Reverendísimo José H. Gómez, Arzobispo de Los Ángeles Reverendísimo Gustavo GarcíaSiller, MSpS, Arzobispo de San Antonio Reverendísimo Gerald R. Barnes, Obispo de San Bernardino Reverendísimo Alvaro Corrada del Rio, SJ, Administrador Apostólico de Tyler Obispo de Mayagüez, PR Reverendísimo Felipe de Jesús Estévez, Obispo de St. Augustine Reverendísimo Richard J. García, Obispo de Monterey Reverendísimo Armando X. Ochoa, Administrador Apostólico de El Paso Obispo designado de Fresno Reverendísimo Plácido Rodríguez, CMF, Obispo de Lubbock Reverendísimo James A. Tamayo, Obispo de Laredo Reverendísimo Raymundo J. Peña, Obispo Emerito de Brownsville Reverendísimo Arthur Tafoya, Obispo Emerito de Pueblo Reverendísimo Daniel E. Flores, Obispo de Brownsville Reverendísimo Fernando Isern, D.D., Obispo de Pueblo Reverendísimo Ricardo Ramírez, Obispo de Las Cruces Reverendísimo Jaime Soto, Obispo de Sacramento Reverendísimo Joe S. Vásquez, Obispo de Austin Reverendísimo Carlos A. Sevilla, SJ, Obispo Emerito de Yakima Reverendísimo Oscar Cantú, S.T.D., Obispo Auxiliar de San Antonio Reverendísimo Arturo Cepeda, Obis-
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Él mora entre nosotros por el Obispo Richard F. Stika
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La gran procesión
V
La Misa, como Belén, es una llegada y una partida en nuestra peregrinación de fe.
amos a Belén a ver . . .” (Lucas 2,15). En respuesta al anuncio celestial, los pastores salieron en procesión sagrada a encontrar a su Salvador, al igual que lo hicieron los Reyes Magos al responder al anuncio de la creación en forma de una estrella (Mateo 2,1-12). Nuestra procesión de Adviento, como las suyas, nos ha traído nuevamente a la temporada de Navidad (de la víspera de Navidad hasta el 9 de enero) ofreciéndonos un hermoso respiro en la jornada del año que está terminando y nos prepara para continuar nuestra procesión al Año Nuevo: una procesión a Belén. La distancia de Nazaret a Belén es de unas 80 millas, un poco menos que la distancia de Knoxville a Kingsport. Yo no sé ustedes, pero a mí me sería muy difícil hacer un viaje de esa distancia a pie. Algunos podrían hacer el viaje con más facilidad que otros, pero uno se preguntaría cuán insoportable se convertiría el viaje una vez que se descarguen los teléfonos celulares y iPods. El silencio se ha convertido en casi una forma de sufrimiento para muchos, cuando debería ser una parte indispensable de nuestra procesión de fe. Debido a la importancia de la solemnidad de la Navidad, la Iglesia la celebra como una octava, más de ocho días, como con la Pascua Florida. Cada uno de los días desde Navidad hasta el Año Nuevo es para ayudar, aún más, a nuestra celebración. Pero podríamos preguntarnos por qué celebramos el martirio de San Esteban el día después de Navidad. La Iglesia siempre ha considerado el martirio como un día de nacimiento. Así como el niño Jesús fue perseguido por la espada de Herodes, San Esteban, como un “santo inocente,” representa a la Iglesia naciente y su sufrimiento de todos los tiempos. Pero ese tipo de persecución, en lugar de debilitar a la Iglesia, sólo le da nueva vida. Y con la fiesta, al día La Cosecha
siguiente, de San Juan, Apóstol y Evangelista, el único apóstol que no sufrió martirio, aprendemos, a través del Evangelio, a morir a nosotros mismos y a acercarnos cada vez más al costado de Cristo en el Banquete Eucarístico y en la cruz (cf. Juan 13,23; 19,27). La Fiesta de los Santos Inocentes, que se celebra el 28 de diciembre, recuerda a las víctimas inocentes de la envidia asesina de Herodes y a aquellos perdidos ante los Herodes de cada generación. Al día siguiente, la Iglesia celebra la vida de Santo Tomás Becket, obispo y mártir, quien, al negarse a poner en peligro la inocencia de su conciencia y al defender a la Iglesia de la persecución, despertó la justicia en los corazones de muchos. El 30 de diciembre la Iglesia celebra la fiesta de la Sagrada Familia de Jesús, María y José, que nos recuerda que cada vez que la Iglesia es atacada, lo es también la familia—la Iglesia doméstica. Para no desanimarnos por esta persecución, la Iglesia nos ofrece en el último día del año una fiesta para contemplar la vida de San Silvestre I, papa y confesor, a menudo conocido como el “Papa de la paz”. Después de haber vivido bajo la terrible persecución del Imperio Romano que había azotado durante tres siglos, fue bendecido al ser testigo del triunfo de la Iglesia y al dirigirla a una era de paz. Nos recuerda que cuanto más se sufre por la fe, más asegurada está la victoria de Cristo sobre el mundo. Es particularmente apropiado que comencemos cada nuevo año con la celebración de la Solemnidad de María, la Santa Madre de Dios. El Beato Juan Pablo II describió a la Iglesia como el pesebre donde la Madre Bendita coloca a Cristo para que nosotros lo adoremos. Así que comenzamos nuestro año nuevo, tomando su mano, para que no nos perdamos a medida que continuemos nuestro viaje, cuyo objetivo es “la
casa del padre” (Lucas 2,49). De manera única en este año, se presentan dos grandes celebraciones una tras otra, concluyendo la temporada de Navidad: la Epifanía (manifestación) y el Bautismo del Señor (8 y 9 de enero). Con éstas, no sólo se nos recuerda nuestra propia procesión hacia Dios, sino también la Suya hacia nosotros. En ninguna parte es esto más cierto que en la Misa. La procesión que marca el comienzo de la Misa concluye oficialmente la procesión que en realidad comenzó con la salida de nuestras casas y nuestro camino a la iglesia. Dios nos reúne y la cruz procesional nos lleva ante el altar. En la procesión del Evangeliario hacia el ambón, permitimos que la Palabra de Dios vaya en procesión a nuestro corazón. A nuestra vida, que debe ser una continua procesión de ofrendas, añadimos nuestras oraciones, sacrificios, obras de misericordia, amor y sufrimientos—todo nuestro ser—a lo que se lleva al altar. Y en nuestra procesión de la Comunión nos alimentamos con una anticipación de la meta de nuestra vida: la plenitud de la comunión con Cristo. La Misa no sólo representa una llegada en la procesión de nuestra vida, sino también una partida. Con las palabras de despedida, en sus fórmulas variadas, se nos manda “ir,” para continuar la procesión a Belén, anunciando “. . . el Evangelio del Señor” y “glorificándolo” con nuestra vida. En conclusión, quiero ofrecer un agradecimiento especial a aquellos que ofrecen su tiempo y talento a través del movimiento de Cursillos de Cristiandad, que en sus casi 15 años en nuestra diócesis ha ayudado a más de un millar de personas a continuar mejorando su procesión en la vida. Los animo a aprovechar estas oportunidades para fortalecer su caminar en la procesión hacia Belén. n
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po Auxiliar de Detroit Reverendísimo Manuel A. Cruz, Obispo Auxiliar de Newark Reverendísimo Rutilio del Riego, Obispo Auxiliar de San Bernardino Reverendísimo Eusebio Elizondo, M.Sp.S, Obispo Auxiliar de Seattle Reverendísimo Francisco González, S.F., Obispo Auxiliar de Washington, DC Reverendísimo Eduardo A. Nevares, Obispo Auxiliar de Phoenix Reverendísimo Alexander Salazar, Obispo Auxiliar de Los Ángeles Reverendísimo David Arias, OAR, Obispo Emerito Auxiliar de Newark Reverendísimo Octavio Cisneros, DD, Obispo Auxiliar de Brooklyn Reverendísimo Edgar M. da Cunha, SDV, Obispo Auxiliar de Newark Reverendísimo Cirilo B. Flores, Obispo Auxiliar de Orange, Reverendísimo Josu Iriondo, Obispo Auxiliar de New York, Reverendísimo Alberto Rojas, Obispo Auxiliar de Chicago Reverendísimo Luis Rafael Zarama, Obispo Auxiliar de Atlanta Reverendísimo Gabino Zavala, Obispo Auxiliar de Los Angeles Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, 12 de diciembre de 2011 n
‘Acogiendo a Cristo en el Migrante’ Semana Nacional de la Migración 2012 Del 8 al 14 de enero
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Noticias Parroquiales Misas en honor al Matrimonio
Estas Misas serán bilingües y oficiadas por el Obispo Stika: n Sábado, 11 de febrero a las 11 a.m., St. Jude Church, 930 Ashland Terrace, Chattanooga 37415. Inscríbase hasta el 3 de febrero con Tina LoTufo o Gail Campbell en el 423-8702386 o envíe un e-mail a Kyra Ross a kross@stjudechattanooga.org n Sábado, 3 de marzo a las 11 a.m., St. Mary Church, 2211 E. Lakeview Drive, Johnson City, 37601. Inscrí-
base hasta el viernes 24 de febrero con Katherine Angulo en el 423-2826367, ext. 20, pastoralministriesjc@ yahoo.com. Inscríbase con anticipación y reciba un certificado y una foto con el Obispo Stika en el almuerzo. Cuando se inscriba por favor proporcione sus nombres como desea que aparezcan en el certificado, cuántos años de matrimonio tiene y cuántas personas está planeando traer al almuerzo. n
Noticias de la Comunidad Rosario por la Vida
El Obispo Richard F. Stika invita a todas las parroquias a que se unan a él para rezar un “Rosario por la Vida” el sábado 14 de enero de 2012, a las 10 a.m. Se llevará a cabo enfrente de la clínica de abortos que se encuentra en el 313 S. Concord St. en Knoxville. Este será el tercer evento anual guiado por el Obispo Stika que será una muestra impresionante de solidaridad y el cual será cubierto por la prensa. Por favor asegúrense de que todas las parroquias sean representadas. Para más información llamar a Paul Simoneau al 865-584-3307. Formación en la Fe
Asista a la Escuela de Ministerios para acrecentar su formación como cristiano católico. Las clases se dan en la Escuela St. Joseph (1810 Howard Drive, Knoxville 37918) de 8 a.m. a 5 p.m. Las siguientes fechas son: el 21 y 22 de enero de 2012, Cristología: El Mensaje y Proyecto de Jesús, por Julio Alvarez, M. A y el 17 y 18 de marzo de 2012, Principios de Pastoral Hispana, por Hilda Noya, M.A. Para inscribirse llamar a Oswaldo Cárdenas después de las 4 p.m. al 865-7424519. El costo es $30 dólares por los dos días e incluye el almuerzo. Clases de Ciudadanía
Preparación para la prueba para la Ciudadanía en la Escuela Sacred Heart (711 Northshore Dr., Knoxville), salones 207 y 211; sábados
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del 14 de enero al 24 de marzo de 2012, de 10 a.m. a 1 p.m. Costo: $50 por persona, incluye libro de estudio y materiales. Para más información, llamen al 865-971-3550 ó visite www. TIESknoxville.org.
Inscripción para Recibir ETC/La Cosecha en su hogar Nombre ____________________________________________ Dirección ___________________________________________ Ciudad ______________________ Estado _______________ Código Postal ___ ___ ___ ___ ___-___ ___ ___ ___
Para más información sobre cada parroquia, visite www.dioknox.org/parishes/alphabetical-list/ o llame a la oficina del Apostolado Hispano al 865-637-4769.
Clases de Computación
Aprenda computación básica, procesamiento de texto, correo electrónico. Asista a una serie de ocho clases todos los lunes del 9 de enero al 5 de marzo de 6 p.m. a 8 p.m. en el East Tennessee History Center 601 S. Gay St., tercer piso, al otro lado del Tennessee Theatre. Estacionamiento gratis en Locust St. Garage. Para preguntas llamar a Emily al 865-215-8763. Comentario de una feligrés:
No sabes lo que disfrutamos el domingo con Ernesto Vega (un amor de hombre). [Presentador de la Conferencia Guadalupana]. Esto que está pasando en Knoxville es asombroso. ¡Qué este lugarcito perdido en el interior de los EE.UU sea un faro espiritual de esta magnitud, no puede ser casualidad! He vivido en muchos lugares, pero en ningún sitio como aquí he tenido acceso a una formación para adultos tan rigurosa y fiel a la Iglesia, a la vez que transmitida con tantísimo cariño. No deja de conmoverme. Dios os bendiga a todos los que trabajáis en la Diócesis y en CCET [Caridades Católicas], y a vuestras familias. Elena Morales-Ayuso n
Retiro de Adviento en Alcoa Más de 325 personas asistieron al Retiro de Adviento con el cantante Pablo Castro y el Padre Adalberto Cortes, en la parroquia Nuestra Señora de Fátima, en Alcoa, el 19 y 20 de noviembre. Foto de Cortesía de Juan Hernández
Procedimiento de la Diócesis de Knoxville para reportar casos de abuso sexual Cualquier persona que tenga conocimiento real o que tenga una causa razonable para sospechar de un incidente de abuso sexual debe reportar primero tal información a las autoridades civiles apropiadas, luego a la oficina del Obispo, 865-584-3307 ó a la coordinadora diocesana de asistencia a las víctimas Marla Lenihan al 865-482-1388. Para asistencia en español durante el contacto inicial, favor de comunicarse con Lourdes Garza, llamando al 865-637-4769. n
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