“Los tres rasgos distintivos del creyente” Lucas 7:36-50 Introducción Durante le ministerio de Jesús nos encontramos con un Maestro cercano, íntimo y “sin pelos en la lengua”. Jesús a sanó a los enfermos, resucitó a muertos, dio de comer al necesitado y cuando la gente dudaba de quién Él era, siempre les remitía a sus frutos: “los ciegos ven, los sordos escuchan, los mudos hablan, los muertos viven y es anunciado el reino de los cielos”. Jesús tenía fama y esto hizo que muchos se acercaran a Él, pero no por quién era sino porque les hacía sentirse importantes y reconocidos entre el pueblo. 1ª Enseñanza: ¿Por qué te has acercado a Jesús?
Desarrollo V.36 Un fariseo le ruega a Jesús que coma en su casa. ¡Le ruega!... ¿Qué intención tendría? ¿Quería agradar a Jesús? ¿Quería estar en la boca de todos? Jesús acepta el ruego – invitación y se sienta a la mesa junto con sus discípulos. V.37 Aparece una mujer pecadora con un frasco de alabastro: mármol traslúcido, piedra blanca y fina. Contenía perfume. V.38 Jesús estaría recostado con los pies hacía fuera… 2ª Enseñanza: Acércate al Señor con lo mejor que les puedas ofrecer. Los rasgos distintivos del discípulo: 1º Lavaba sus pies. 2º Besaba. 3º Ungía con perfume. ¡Le unge con lo mejor! 1) Lavaba sus pies con sus lágrimas. Arrepentimiento El fariseo le rogó que fuera a su casa, pero no le ofreció agua para lavarse. Esta mujer se humilló por amor. Al lavarle los pies con sus lágrimas manifestaba que quería que Jesús se sintiera cómodo y bien recibido. [Muchos aceptan a Jesús, pero no se preocupan por el bienestar de su Señor] Esta mujer manifestó con su actitud que Jesús lo era todo para su vida, por eso hizo que se sintiera lo mejor posible. Las lágrimas del arrepentimiento limpian el corazón pecador. 2) Lo besó. Esta mujer amaba a Jesús. El beso se da como muestra de cariño, afecto y disposición. El fariseo no quería a Jesús, quería lo que Jesús podía entregarle o darle, es decir, fama, prestigio, consideración social. Esta mujer no paró de besar a su Salvador. Las lágrimas le hacía reconocer su pecado y que sólo a los pies de de Jesús podía hallar limpieza y sanidad, por eso le besaba, porque Él es el único que se merece la alabanza y
la adoración. 3ª Enseñanza: Lo más preciado para esta mujer es su frasco de alabastro, pero ante la presencia de Jesús, se dio cuenta que lo único preciado, el único tesoro que debe tener un hombre o una mujer en su casa es Jesús. “Porque donde está tu tesoro, allí está tu corazón”. Esta mujer cambió de tesoro y lo entregó TODO a los pies de Jesús. Cuando uno ama con sinceridad y honestidad: 1) Derrama lágrimas por su pecado ante el Jesús Santo. 2) Besa al único que puede perdonar. 3) Entrega los tesoros de su vida, lo más preciado, porque acaba de encontrar lo más grande y más poderoso que el ser humano puede tener, EL TESORO de los tesoros, Jesús de Nazaret.
Conclusión ¿Fariseo? ¿Quién eres? ¿Mujer pecadora? ¿Por qué te acercas a Jesús? ¿Qué tienes para ofrecerle a Jesús? Llamamiento a la Salvación