Cuarto grado jose pardo

Page 1

El pájaro y el cazador

Había una vez un pájaro que volaba con sus Amigos por los cielos había gaviotas, Loros y palomas diferentes tipos de aves Todos iban en manadas la manada Del pájaro era la más Bonita de todos.

De pronto apareció un cazador que vio a Los pájaros y empezó a disparar al cielo Cayo un pájaro el más bonito de todos los Pájaros cuan do cayo el pájaro corrió a un Valle donde había muchas flores y se oculto


El cazador busco por todas partes y no en Encontró al pájaro al día siguiente siguió Buscando no lo encontró busco día, tarde Y noche no le encontraba siguió buscando Muchos días y no lo encontraba Mientras el pájaro seguía en el valle . Finalmente el pájaro se curó en pocos días Y fue con sus amigos todos los pájaros se pusieron felices dijeron dónde estabas, el pájaro les dijo es una historia muy larga pero les contare empezó desde el primer día cuando el cazador me disparo etc. Autor: Estudiante de JOSÉ PARDO del cuarto grado “A” Alber Daniel TELLO ROJAS


LA ORQUESTA La noche estaba estrellada y tranquila. En el teatro más importante de la ciudad se presentaría una orquesta muy especial, la señora rana tocaría el violín, el señor grillo cantaría y así otros animalitos tocarían otros instrumentos musicales. La señora luciérnaga con su luz iluminaría el espectáculo. A la hora del concierto, faltó el señor grillo; se había enfermado de tanto cantar la noche anterior.

Autor: Estudiante de JOSÉ PARDO del cuarto grado “A” Liz Katherine CUCHI PALOMINO


POESIAS De muchos colores y muy brillantes, en forma de cuerda hacen un millón. Decoran un árbol con mucha ilusión con villancicos todos incesantes.

Autor: Estudiante de JOSÉ PARDO del cuarto grado “A” Adrián Abel RAMIREZ TAIPE


MI CIELO LINDO Cuando al cielo miro, veo nubes y pájaros, y siempre me retiro si negras son, ¡fijaros! Los pájaros vuelan en un cielo grisáceo, una uve modelan tornándose malváceo. Cuando empieza a atardecer el cielo parece púrpura, es todo un placer, verlo con mucha ternura. Los tonos se ven calientes, si el horizonte amanece, amarillo y naranja yacientes, por la luz se desvanece. Las nubes de colores a lo largo de todo el día, como un jardín de flores con cariño se formaría. FIN

Autor: Estudiante de JOSÉ PARDO del cuarto grado “A” Ramiro ALATA CONTRERAS


LAS HUELLAS DE DOGUI Dogui, el perrito tranquilizador había crecido mucho desde que la niña de sus dueños nació. Ambos habían crecido el mismo número de años, y cada uno había aprendido cosas diferentes. La niña era muy buena, y ya sabía escribir y leer. Le gustaba escuchar loscuentos que sus abuelos le contaban los fines de semana, y aprendía con mucha rapidez. En este tiempo, tuvo un hermano, al que adoraba y al que enseñaba todo lo que ella sabía. Mientras tanto, Dogui, había crecido tanto que apenas cabía en la caseta que sus dueños tenían en el jardín de la casa, pero no era problema porque dentro de la casa tenía su propia camita. Autor: Estudiante de JOSÉ PARDO del cuarto grado “A” Iván ARCOS CASTAÑEDA


EL SABIO QUE DECIA NO SABER NADA Augusto, era un señor muy mayor con barba larga y blanca, gafas minúsculas delante de los ojos, y una sonrisa constante que dulcificaba su rostro y su mirada, era un gran sabio que nunca presumía de saber todo lo que contenía en su valorado cerebro, y eso le mantenía algo apartado de la sociedad, en el Valle de las Luces. Vivía solo desde hacía mucho tiempo, cuando su gato Valeriano se perdió en el Bosque Iluminado persiguiendo a una gata. Valeriano nunca volvió y Augusto entendió que su querido gato fue feliz con su familia, en un nuevo paraje natural. La casa del viejo sabio era una especie de museo de la vida. Todo estaba perfectamente clasificado, datado y guardado en vitrinas de cristal. La humildad reinaba su perfecta casa. Autor: Estudiante de JOSÉ PARDO del cuarto grado “A” Indira Stacy ACUÑA SALGUERO


EL VAGABUNDO FELIZ ALFREDO Había una vez un señor con barba blanca y ojos azules que vivía en la calle. Era un vagabundo muy querido por la zona, ya que antes de encontrarse en esa situación trabajaba de payaso en el circo del barrio. La peculiaridad de Alfredo era que a pesar de su situación de pobreza, siempre sonreía y tenía buenas palabras a quien se cruzaba con él. Alfredo era un señor muy feliz y un apasionado del ajedrez, y lo único que aún conservaba de su época circense era ese juego. Los niños cuando lo veían por la calle, le daban comida porque sabían que pasaba mucha hambre, y Alfredo lo agradecía enormemente. A la vuelta del colegio, los niños que más le apreciaban siempre se quedaban un rato jugando con él al ajedrez, y los que no sabían jugar, se fueron apuntando en una lista de espera, para que Alfredo les enseñara.


En cuestión de semanas, la lista era kilométrica, y Alfredo tuvo que plantearse dar salida a tal acontecimiento, así que decidió ser profesor de ajedrez a partir de las cinco de la tarde. Los niños que empezaron a recibir las clases, lo contaban en sus casas, y los padres con una actitud encontrada entre desconfianza y agradecimiento, iban a hablar con Alfredo. Cuando lo veían con esos harapos, tan delgado de apenas comer, pero con una sonrisa en la boca y una ternura en los ojos que jamás habían visto, enseguida empatizaban con él, ya que era difícil no devolverle la sonrisa o no estar de buen humor a su lado. Todos los padres de los niños que recibían clases se reunieron porque tenían que formalizar la situación, ya que comenzaba el frío y las clases no se podían dar en la calle. Los padres decidieron aportar una cantidad mensual para alquilar un pequeño local donde Alfredo pudiera vivir y dar sus clases por la tarde. La idea fue un éxito y Alfredo ya tenía casa y un trabajo con el que vivir más dignamente que en la calle. Poco a poco, se corrió la voz de tal noticia, y niños de otros colegios y otros barrios, acudían con sus padres a que Alfredo les enseñase a jugar al ajedrez. Fue entonces cuando empezaron a pagar por cada clase impartida.


Al cabo de unos meses, Alfredo se presentó con sus mejores alumnos a un concurso de ajedrez. Iban muy bien preparados, tanto que ganaron el premio a los mejores jugadores de la ciudad. El premio no fue sólo económico, sino también de prestigio, de forma que el ayuntamiento se hizo cargo del local que los padres habían alquilado, lo adecentó y promocionó la labor de Alfredo por todo el país. Alfredo se convirtió en el mejor profesor de ajedrez del mundo, y para todos los que le fueron conociendo, era la persona más humilde, bondadosa e inteligente que se habían encontrado en sus vidas. El vagabundo feliz estuvo siempre contento con su vida, y todos los niños alumnos suyos, aprendieron a superar los obstáculos de la vida con una amplia sonrisa y muy buen humor. FIN Autor: Estudiante de JOSÉ PARDO del cuarto grado “A” Rossy LLACSA MARTINEZ


LA PEQUEÑA SEMILLA En un pequeño jardín de una casa en el campo había muchas plantas, flores y hortalizas. Este jardín estaba dividido por unas cercas de madera. En uno de los lugares estaban las flores y las plantas y en el otro extremo había una huerta en la cual Don Jacinto, el dueño del jardín, plantaba verduras y hortalizas. En el rincón de las plantas y flores había una pequeña semilla. Era la más pequeña de todas y sólo tenía el brote de una diminuta hojita. A su alrededor crecían una infinidad de flores: rosas, lirios, calas, violetas, tulipanes y margaritas.

El problema era que la pequeña semilla no crecía, a diferencia de las plantas y flores que la rodeaban. Autor: Estudiante de JOSÉ PARDO del cuarto grado “A” Jhon Carlos GUTIERREZ QUISPE


MI PLANTA Y SUS RAICES VERDES Érase una vez un jardín enorme con todo tipo de plantas, árboles y flores. Ese jardín tan grande era el museo natural más grande de la ciudad, y lo llamaban el Jardín Botánico. Allí residían todas las especies más curiosas de vegetación que se pudiesen imaginar. Cada ejemplar tenía sus peculiaridades, y por ejemplo un árbol era el más alto del mundo y otro era el que tenía el tronco más raro que nadie había visto jamás. Y las flores ornamentales eran preciosas, con mucho colorido, y algunas con muchas púas. Así pasaban la tarde los visitantes del famoso jardín, disfrutando del color y la tranquilidad que todas las plantas despedían. Aquellas visitas eran muy valoradas por el árbol más especial del jardín, que acababa de llegar a su nuevo hogar Autor: Estudiante de JOSÉ PARDO del cuarto grado “A” Nelsy Salome DAVALOS CUCHILLO


¡VAMOS A COGER SETAS! Era un sábado por la mañana, y Aurora y su hermano Eduardo estaban un poco aburridos. Desde hacía varios días, sus padres les habían prometido ir a coger setas al campo, querían organizar una excursión con ese motivo, coger setas y aprender a diferenciarlas, pero tenían tanto trabajo que empezaron el fin de semana muy cansados y sin muchas ganas de moverse de casa. Así que los niños se vistieron muy campestres, se pusieron las botas de montaña, desayunaron muy sano y fuerte para tener energías para toda la mañana, y fueron a despertar a sus padres que apenas podían levantarse de la cama. Cuando lo consiguieron, en cuestión de veinte minutos estaban saliendo por la puerta del garaje con sus cestas y su mochila de picnic preparadas. Iban todos muy contentos, porque al final todos estaban haciendo lo que querían, y en la mejor compañía, aunque hubiera costado arrancar al principio. Autor: Estudiante de JOSÉ PARDO del cuarto grado “A” Alex Andy ACHAICA SOTO


La mariposa, la tuna y la flor Un día una mariposa andaba distraída Miraba unas flores hermosas y decidió Ir a recoger 5 flores bellas De pronto estaba recogiendo la última Flor y le pincho una grande espina

La mariposa estaba herida y dolida Llorando. Finalmente una flor buena le ayudo hasta que se recupere y fueron amigos por Siempre.

Autor: Estudiante de JOSÉ PARDO del cuarto grado “A” Lessli Camila CUCCHI CONCHA


La flor más linda Había una vez una flor muy hermosa y muy inteligente sus hermanas no le querían

y ella se sentía muy triste y ayudaba a todas las flores en todo i ella se sentía mui orgullosa por su trabajo i su mama de ella era orgullosa i su papa por eso sus hermanas tenían envidia después se disculparon i fueron mui felices. Autor: Estudiante de JOSÉ PARDO del cuarto grado “A” Lucero VARGAS SARMIENTO


LA ABUELITA Y EL NIÑO PERDIDO Había una vez una abuelita que vivía con su nieto en un pueblo que recién se estaba Poblando , la abuelita era muy feliz con su nieto en aquel pueblo cerca de Chalhuanca y el niño estudiaba y ayudaba a su abuelita y también jugaba con su perro en el patio de su casa. De pronto su perro se fue a la calle mientras el niño iba a miccional y luego regreso Ya no estaba su perro y decidió ir a lo, después de largas horas no le encontró, La abuelita estaba muy preocupada porque no regresaba su nieto y se fue en busca de él, Lo busco por todas las calles del barrio le encontró y dijo: Canchu ilcay,

y no

y le respondieron con un… no y la abuelita le siguió buscándolo en la calle se resbalo


y se chanco el cerebro y falleció. Finalmente el pueblo se quedó con el nombre de CANCHU ILCAY. Autor: Estudiante de JOSÉ PARDO del cuarto grado “A” Mayli Antonela SÁNCHEZ ANTONIO


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.