MarĂa, Madre del pueblo que
camina
Muestra de Personalizaciรณn para Parroquias...
Historia de los proyectos sociales Parroquia san Juan Bautista de LambarĂŠ
Los Claretianos asumieron la Parroquia de san Juan Bautista de Lambaré en el año 1983. Tres o cuatro años después se creó un Dispensario Médico -actual sacristía de San Juany una Farmacia en la zona de la Capilla San Isidro, en una casa del Dr. Secundino Núñez, que atendía una laica de esa capilla. Esta iniciativa duró como ocho años. En el año 1995 llegan a la Parroquia las Hermanas de la Caridad de Santa Juana Antida buscando una casa para la formación de sus jóvenes y un lugar pobre donde poder vivir su carisma. Se les asignó el Barrio San José I y II donde la Parroquia había construido una Capilla de paredes de tabla y techo de tejuelón y teja llamada “Capilla Jesús Misericordioso”.
Comenzaron las Hermanas a trabajar en el barrio. Y a medida que iban compartiendo con la gente descubrían los problemas y las necesidades de los pobladores: eran familias asentadas que se habían instalado en cualquier lugar baldío sin ningún título de propiedad. Conocieron dos comisiones vecinales que trabajaban por un lote de tierra para cada familia. Las Hermanas apoyaron una de ellas porque el grupo era gente que participaba en la Capilla y porque no tenían ningún cargo político ni buscaban ninguna remuneración personal. Y con las Hermanas los Sacerdotes de la Parroquia. La lucha duró como unos 15 años. Actualmente los moradores de San José I y II tienen su lote y su casa propia. En el año 1996, ante la demanda de la gente, se construyó un dispensario médico en la Capilla Jesús Misericordioso. Un doctor y voluntarias del lugar lo atendían todos los lunes y lo siguen atendiendo hasta el día de hoy. Los medicamentos los proveía y provee la Parroquia.
Muestra de Personalizaciรณn para Santuarios...
NUESTRA SEÑORA
DE
LOURDES
Inmaculada y bondadosa Madre, Virgencita querida de El Challao. Lleno de confianza he llegado hasta tu gruta. He venido a meditar tu santo nombre y a invocarte en las mil necesidades que me aquejan. Bien sé, celestial Señora, lo que San Bernardo dice de Vos: que ninguno de cuantos imploraron tu patrocinio con filial confianza jamás quedó sin consuelo. Por eso, Virgencita querida, he venido hasta tus plantas para escuchar las lecciones de vida que das a tus hijos, y a exponerte las necesidades de mi alma y las necesidades temporales propias y de toda mi familia. Es cierto, Señora, que no soy digno de levantar mis ojos a ese trono de pureza y santidad. Pero también es cierto que tu bondad y comprensión para con nosotros es tan grande y misericordiosa... Por eso, Madre querida de El Challao, cúbrenos con el manto de tu maternal protección, y haz que comprendamos tus enseñanzas, nos sometamos a tus consejos, los practiquemos con amor, alejemos de nuestra alma el enojo del Señor y merezcamos, en cambio, su gracia y su amor y por fin la vida eterna. Amén.
O R AC I Ó N
VIRGEN DE LOURDES E L C H A L L AO
A LA DE
SANTUARIO NUESTRA SEÑORA DE LOURDES EL CHALLAO - MENDOZA Allá por 1926, nadie podía pensar que, en un predio de cinco hectáreas tan áridas y pedregosas, sin la protección de un árbol y con una huella por camino, El Challao -nombre del cacique gobernante al llegar los españoles- se convertiría en un lugar de veneración a Ntra. Sra. de Lourdes. De día, la grandiosidad de los Andes, de noche, el misterio luminoso de la urbe que semeja una vía láctea, y siempre la presencia materna de Dios en la imagen de María acompaña a los fieles que se acercan al santuario. Por entonces, los rezos de una familia devota de la Virgen llevaron a congregarse a varios vecinos que decidieron colocar su imagen en un hueco en la ladera del cerro «El Bonete». Los acompañan fieles que vienen a rezar el rosario desde la ciudad, distante a 6 km. Esta imagen es bendecida por el P. Quintín Zamora, misionero claretiano quien a modo de predicción dice: «En este lugar miles de peregrinos proclamarán bienaventurada a la Virgen, y recibirán sus gracias y bendiciones.»
Muestra de Personalizaciรณn para Colegios...
Muestra de Personalizaciรณn para Comunidades...
Muestra de Personalizaciรณn para Diรณcesis...
LA ARQUIDIÓCESIS DE TEGUCIGALPA En el año 1527 el Papa Clemente VII erigió la Diócesis de Honduras como sufragánea del Arzobispado de México, pero sin sede fija. El 6 de de Septiembre de 1531 se fijó la sede en el Puerto de Trujillo, haciéndola sufragánea de Guatemala, y se nombró como primer Obispo a Don Juan de Talavera, quien nunca llegó a ocupar la sede episcopal y declinó la misma años más tarde. Cristóbal de Pedraza, será nombrado posteriormente obispo después de haber ocupado el cargo de “Protector de Indios” en el mismo territorio. Fue nombrado Obispo y llegó a Honduras en 1545, siendo el Primer Obispo Residente en Honduras. Años después Fray Jerónimo de Corella, que llegó al país en 1559, trasladó la sede episcopal a Comayagua.
Desde ésta fecha, 1559, el Obispado de Comayagua fue la instancia jurídica eclesiástica para la Provincia de Honduras, y desde allí se efectuó la evangelización con muchísimas dificultades debidas sobre todo a la carencia de clero y a lo inhóspito del territorio. Dicha evangelización fue llevada a cabo fundamentalmente por dos comunidades religiosas: los Franciscanos y los Mercedarios. Después de que las Provincias Unidas de Centro América se independizaran de España en el año 1821 y de la anexión de éstas a México que finalizó en 1823, toda América Central pasó por una serie de avatares políticos y religiosos. El anticlericalismo de corte ilustrado y masón causó gran daño, desembocando en la formulación de leyes civiles que afectaron y afectan el país. A pesar de esto, el 9 de Julio de 1861 se firmó el Primero y único Concordato con la Santa Sede por el enviado del Presidente José María Medina, Don Carlos Gutiérrez y por el Cardenal Antonelli representante de Su Santidad Pío IX.
A fines del S. XIX, con el traslado de la Capital de Honduras de Comayagua a Tegucigalpa, también la Iglesia vió la necesidad de no estar lejos de los centros de influencia del país, sin embargo no llegó a tomarse en aquel momento ninguna decisión al respecto. Posteriormente, con la llegada del Representante de la Santa Sede para Centro América, el Cardenal Juan Cagliero, en 1909 se procedió a la restructuración de las Provincias Eclesiásticas de la región. Hasta 1916 Honduras tenía una sola Diócesis que dependía del Arzobispado de Guatemala. La falta de caminos y lo precario de los medios de comunicación hicieron casi imposible la adecuada atención pastoral de la grey hondureña, frente a lo que el 2 de Febrero de 1916 el Papa Benedicto XV crea la Provincia Eclesiástica de Honduras, con una Arquidiócesis (Tegucigalpa), una Diócesis (Santa Rosa de Copán) y un Vicariato Apostólico (San Pedro Sula). La sede Metropolitana de Tegucigalpa, en esa fecha estaba conformada
Personalizaciรณn para Congregaciones, Asociaciones, Movimientos y muchos mรกs. Comunicando un mensaje pensado para trascender y multiplicarse.
L E CTIO DI VI NA
El que no toma su cruz y me sigue no es digno de mí Meditación: Seguir a Jesús es la tarea de nuestra vida. En esa tarea tenemos que poner lo mejor de nuestro amor. No se trata de una obligación, sino que somos llamados a vivir en la verdad el amor más grande que podamos experimentar. Un amor mayor que todos los restantes amores y donde todos ellos tienen cabida. La forma concreta de traducirlo es cargar con la cruz todos los días, porque esa es la mejor manera de seguir a Jesús.Y después, confiar, confiar y confiar. Sabiendo que nada de lo que sea expresión de amor se perderá, aunque solo sea un vaso de agua fresca. Oración: Hazme, Señor, discípulo tuyo, capaz de la generosidad y entrega incondicional que tú me muestras. Habita en mi corazón. Acción: Acércate a un hermano que viva en la calle. Comparte con él una palabra, un alimento, un abrigo. Que conozca el amor de Dios a través de ti.
ju NIO
29 lunes
santos Pedro y Pablo, apóstoles
La confesión de Cesarea de Filipo es un momento central en la formación de los discípulos. Solo seremos de verdad discípulos de Jesús cuando respondamos a la pregunta: Y ustedes, ¿quién dice que soy? Debemos descubrir quién es Jesús y qué representa en nuestra vida. En el centro de la vida cristiana está Cristo, lo que sabemos de Cristo y lo que amamos en Él. El amor a Jesús vivifica todo lo demás en el camino del creyente. La misión es consecuencia de esa afirmación. Al celebrar la solemnidad de Pedro y Pablo, acogemos el testimonio de esos dos apóstoles, columnas vivas del cristianismo. Ellos nos animan a responder a la pregunta: ¿quién es Jesús para ti? Y a implicarnos vitalmente en la respuesta.
Hch 12, 1-11 | Sal 33, 2-9 | 2Tim 4, 6-8.17-18 Mt 16, 13-19
Al llegar a la región de Cesárea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: ¿Qué dice la gente sobre el Hijo del hombre? ¿Quién dicen que es? Ellos le respondieron: Unos dicen que es Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías o alguno de los profetas. Y ustedes, les preguntó, ¿quién dice que soy? Tomando la palabra, Simón Pedro respondió: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo. Y Jesús le dijo: Feliz de ti, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en el cielo. Y yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella. Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo.