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DE UN TAL JESÚS (2005)

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Ggiroscopio

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Jesús era un tipo ordinario y bastardo, vivía en un motel viejo y apestoso a decadencia que se encontraba a las orillas de una carretera desértica.

En sus tiempos de ocio, consumía jachís y polvo de ángel triste, con el cual aliviaba sus penas y pesares; odiaba a su padre que lo abandonó desde muy chico, en un drenaje profundo y maldito.

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Creció entre zorras gordas de culo hediondo, y violadores de carne, sangre y hueso poroso. Así aprendió lo que era el gremio de la mentira, la cual escurre como mierda mal limpiada en todo el mundo.

Entre sus andares, se aventó malos viajes, a causa de excesos de droga barata, pero se los curaba con comida chatarra.

En sus botellas de wiskey encontró algunas veces el inframundo, otras tantas, salpicaba sus sábanas con semen nocturno, espuma de muerte, suplicio vacío.

Jesús desde la ventana veía las tardes teñidas de gris, en el suelo; pasaba un perro viejo y con sarna. Jesús tomaba su escopeta, y los sesos le reventaba.

Su barba era larga y sucia, y su locura medraba, sus ojos cansados, su cara arrugada, a sus 33 años, la vida se le esfumaba.

Un día decidió salir y matar a algunos con una escopeta de buen calibre. Dejó ese motel desolado, tomó su coche a la antigua, y comenzó la eucaristía.

Ilustración, fotografía y texto: Ecatl Lóp3z

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