Tierra y agua interrelaciones de un acceso inequitativo isch zapatta

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Miembros del SIPAE Sistema de Investigación sobre la Problemática Agraria en el Ecuador Universidad Central del Ecuador (UCE) Universidad de Cuenca Central Ecuatoriana de Servicios Agrícolas (CESA) Institut de Recherche pour le Dévelopment (IRD, Francia) Agrónomos y Veterinarios Sin Fronteras (AVSF, ex-CICDA, Francia) Sistema de Capacitación para el Manejo de los Recursos Naturales Renovables (CAMAREN) Fundación para Desarrollo y la Creatividad Productiva (FUNDES) Instituto de Ecología y Desarrollo de las Comunidades Andinas (IEDECA) Centro de Investigaciones para el Desarrollo (CINDES)

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Tierra y Agua: interrelaciones de un acceso inequitativo

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Tierra y Agua: interrelaciones de un acceso inequitativo Edgar Isch, Alex Zapatta Editores Esta publicación es posible gracias al apoyo de Broederlijk Delen Revisión de textos: Mónica Hernández Diseño de portada: El Antebrazo Diseño y diagramación: Washington Ganchala C Impresión: Compugraf Marzo / 2010 © Sistema de Investigación sobre la Problemática Agraria en el Ecuador (SIPAE) Oficinas: Edificio Facultad de Ciencias Agrícolas - 2do. Piso, Ofic. 414 Ciudadela Universitaria - Universidad Central del Ecuador, Apartado Postal 17-10-7169, Quito – Ecuador Telefax (593 2) 2555 726 E-mail: sipae@andinanet.net www.sipae.com

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CONTENIDO Presentación Análisis introductorios Lo agrario y las tres “s” de la vida…………………………………………............... Jaime Breilh

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La acumulación en el agro: una realidad presente que no queremos en el futuro…… Edgar Isch

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“¿Mediación para la producción de alimentos o, mecanismo de acumulación?: el aprovechamiento agrícola del agua”……………………………………………… Alex Zapatta, Roberto Chiriboga

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Estudios de caso Dinámicas sociales en torno a la tierra y el agua en el eje cañicultor de la cuenca baja del río Guayas…………………………………………………….. Andrea Ojeda, Paulina Pérez, Alex Zapatta Capital social y desarrollo comunitario: El caso de las juntas de usuarios del Sistema de Riego del Valle del Daule……………………………………………

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Paúl Herrera, Katherine Jiménez, Graciela Prado, Ramón Espinel Concentración de Tierra y Agua: El caso del Canal de riego Cayambe – Pedro Moncayo…………………………………………………………. Judith Flores, Tomás Quevedo, Eduardo Rodríguez La problemática de los recursos: Agua y tierra, en la zona media del río Ambato….. Yiseña Tiaguaro, con la participación de Verónica Olovacha

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El proyecto Píllaro. ¿Iniciado por la voluntad del Estado, deseado por la de las comunidades rurales, terminado en favor de quién? Christine Récalt

Referencias generales de los autores

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PRESENTACIÓN

Múltiples, interdependientes y dinámicas son las interrelaciones sociales en torno a la tierra y agua: configuración de territorios, construcción de identidades, dinámicas de producción, de comercio, de organización social, etc., etc. De ésas múltiples interrelaciones, en el presente libro son resaltadas aquellas que hacen referencia a las modalidades de reparto social de la tierra y agua, en tanto que recursos fundamentales para la producción agraria. Desde luego, el agua y la tierra tienen otras dimensiones (culturales, ecológicas, etc.) sin embargo, en éste libro sus interrelaciones son analizadas en su especifica dimensión de recursos productivos. Históricamente, la tendencia general ha sido que el control de la tierra ha acarreado la concentración de las aguas. Pero como paradoja, podría decirse que la tendencia se ha verificado también en el sentido inverso: la presencia del agua susceptible de ser aprovechada en la producción agrícola, ha acarreado la concentración de tierras; un ejemplo claro de ello es el proceso de acaparamiento de tierras en torno a la infraestructura de riego del proyecto de trasvase de aguas en la península de Santa Elena. Con éste libro, el Sistema de Investigación sobre la Problemática Agraria en el Ecuador, SIPAE, pone a consideración de investigadores, académicos y organizaciones populares y

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movimientos sociales del agro, avances de la investigación agraria en el país (que no son los únicos, desde luego) para que los elementos, aportes, sustentos teóricos y metodológicos contenidos en éstos estudios y reflexiones, sean discutidos, analizados, procesados. A la vez, con el contenido de éste libro, el SIPAE quiere contribuir al debate en torno al nuevo marco legal en materia de aguas, tierras y agroindustria; no es, por consiguiente, mera coincidencia el aparecimiento de éste libro cuando la Asamblea Nacional está por iniciar el segundo debate en torno a la Ley de recursos hídricos, usos y aprovechamientos del agua. Éste libro está organizado en 2 partes: la primera parte, recoge 3 artículos que ponen en discusión y contexto, las interrelaciones sociales en torno a la tierra y agua; éstos artículos corresponden a Jaime Breilh; Edgar Isch; y, a Alex Zapatta y Roberto Chiriboga. Ciertamente cada artículo tiene su propio ángulo de reflexión; sin embargo, en conjunto, se puede apreciar tanto una complementariedad temática como importantes coincidencias en la perspectiva analítica. La segunda parte, recoge 5 estudios de caso, cada uno de los cuales, desde la particular perspectiva de sus autores y, sus propios ángulos analíticos, exploran las interrelaciones sociales en torno a la tierra y agua. Los 2 primeros estudios de caso abordan esas interrelaciones en la cuenca baja del río Guayas. El primero de ellos, se centra en el eje cañicultor de esa cuenca; sus autores son Andrea Ojeda, Paulina Pérez y Alex Zapatta, todos ellos investigadores vinculados al SIPAE. El segundo estudio de caso, enfatiza su reflexión en las articulaciones entre capital social y desarrollo comunitario, entre las organizaciones de regantes de la cuenca del río Daule (en realidad una de las subcuencas más importantes del río Guayas). Los autores de ésta investigación son Paúl Herrera, Ramón Espinel, Katherine Jiménez y Graciela Prado, todos ellos académicos e investigadores vinculados al Instituto de Investigaciones Rurales de la Escuela Politécnica del Litoral, ESPOL. Conviene resaltar que el momento de la publicación de éste libro, Ramón Espinel se encuentra ejerciendo las funciones de Ministro de Agricultura. El tercer estudio de caso, corresponde a la cuenca florícola del río Pisque, cuyas aguas decurren entre los cantones Cayambe y Tabacundo, al norte de la provincia de Pichincha. Éste estudio se

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desarrolló bajo la responsabilidad de Judith Flores, Tomás Quevedo y Eduardo Rodríguez, profesionales vinculados a entidades de investigación y desarrollo. Los dos restantes estudios de caso, corresponden a investigaciones desarrolladas en la provincia de Tungurahua y, dicho sea de paso, en dos subcuencas de la cuenca del río Pastaza: las dinámicas sociales del riego en Pasa, fueron estudiadas por Yiseña Tiaguaro investigadora asociada al SIPAE y, por Verónica Olovacha profesional originaria de la zona de estudio. Por otro lado, la investigadora francesa Christine Récalt, vinculada profesionalmente al IRD, nos presenta un interesante análisis de las dinámicas sociales e torno al sistema de riego Píllaro. Al final del libro, se encuentra información básica de cada uno de los autores de artículos y estudios de caso. La edición de éste libro, estuvo bajo la responsabilidad de Edgar Isch y Alex Zapatta. Frank Brassel, cooperante alemán del EED y, miembro de la Dirección Ejecutiva del SIPAE contribuyó con comentarios a algunos de los artículos y, mantuvo una constante presión para la materialización de éste esfuerzo. Los estudios en el eje cañicultor de la cuenca baja del río Guayas y, en la cuenca del río Pisque, se desarrollaron en el marco del proyecto “Tierra y Agua, interrelaciones de un acceso inequitativo” que contó con la cooperación de la entidad belga de solidaridad Broederlijk Delen. Ésta publicación también, se da en ese marco. Los demás estudios, se desarrollaron en el marco de investigaciones académicas o, de programas de formación. Para el SIPAE resulta satisfactorio que con ésta nueva publicación se refrenden los nexos académicos, de investigación y de perspectivas, con el equipo del Centro de Investigaciones Rurales de la ESPOL.

Quito, enero del 2010. La Dirección Ejecutiva del SIPAE 9


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ANÁLISIS INTRODUCTORIOS

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LO AGRARIO Y LAS TRES “S” DE LA VIDA Jaime Breilh

El Ecuador vive un momento promisorio para el impulso de un movimiento agrario a tono con los desafíos y amenazas que operan actualmente. En primer lugar el proceso constituyente impulsado por las fuerzas progresistas del país encarnadas en movimientos sociales y organizaciones políticas-, posicionó una nueva visión de lo agrario, comenzó a recobrar la lucha contra la profunda inequidad estructural que se apoderó de la agricultura, y sobretodo, selló en el articulado de la nueva constitución las bases conceptuales y derechos para sustentar la lucha hacia un nuevo modelo de sociedad. La nueva constitución consagra los derechos humanos sociales y de la naturaleza, a pesar de los reveses y reescrituras cometidos por diligentes tinterillos que fueron puestos para obstaculizar y vaciar las propuestas de Montecristi, y sobretodo, sienta caminos hacia un nuevo ordenamiento económico, político y cultural que hace posible la conquista histórica del “sumak kawsay”, que naturalmente abarca un buen vivir rural y agrario. En segundo lugar, las fuerzas campesinas del Ecuador, luchan para dar vida a los nuevos preceptos de la constitución, entre otras formas, mediante nuevas leyes como la de tierras y del agua. Su persistencia ha creado condiciones y presiones favorables para que se inicie una nueva y progresista gestión en el actual Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (MAGAP). Y en tercer lugar, el país cuenta con espacios de investigación e incidencia técnica, como el Sistema de Investigación sobre la Problemática Agraria del Ecuador (SIPAE), que ofrecen una plataforma consistente para un trabajo intelectual orgánico a la transformación. 13


Ante esas potencialidades, caben algunas reflexiones acerca del camino que parece abrirse.

Justicia Agraria: Mucho Más que Reparto de Parcelas En noviembre del 2009 el MAGAP hizo público su “Plan: Tierra y Territorios”1, subtitulándolo “revolución agraria en marcha”. Al margen de cualquier apreciación sobre el contenido y proyección neta del plan, no cabe la menor duda de que su aparición ahora, marca un quiebre prometedor respecto a las gestiones anteriores, puesto que vuelve a colocar en la palestra, y denota la voluntad del Estado de realizar acciones significativas sobre la distribución radicalmente injusta de la propiedad rural que, siendo un obstáculo al desarrollo, y un determinante masivo del mal vivir rural, fue invisibilizado ex profeso por las gestiones anteriores, y lo que es más, fue aun silenciado en los textos de varios de los más importantes ensayos agraristas durante las casi tres décadas de políticas agrarias neoliberales, respecto a las cuales la corriente funcionalista de la investigación sobre el desarrollo rural fue consonante. El documento oficial citado comienza por mostrar cómo el índice de concentración de la propiedad de la tierra en el país entre los distintos censos (1954, 1974 y 2000) se ha mantenido por encima de 0.80, como producto de un reparto radicalmente inequitativo. Muestra, por ejemplo, cómo en los tiempos actuales, el 2% de unidades productivas abarca casi la mitad (43%) de la superficie agrícola, mientras que la gran masa de pequeños campesinos pobres (64% de las unidades), controlan apenas el 6.26% de la tierra. Un indicador rotundo, que traduce mucho más que la injusta historia de la propiedad. El plan se propone afectar 2.5 millones de hectáreas en 4 años, entregando tierras a grupos organizados sin tierra, bajo un pago a “precio social”, con mecanismos que eviten la ulterior reconcentración y fragmentación de las tierras distribuidas, y propone acompañar las entregas de un sistema de crédito productivo, asistencia técnica, riego y apertura de mercados seguros. Según el plan, las tierras a las que podrán acceder los grupos prioritarios definidos por el Estado provendrán de tierras estatales; de la expropiación de propiedades que no cumplen la función social; y de la compra de tierras apoyada por un Fondo de Tierras oficial. También la provisión de alquileres garantizados de largo plazo –bajo garantía de los derechos del propietario como 1

MAGAP. Plan de Tierra y Territorios. Quito: Noviembre, 2009

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del productor inquilino-, así como la consolidación de parcelas pequeñas, se proponen como vías alternas de acceso. La proposición oficial establece además como mecanismo de presión redistributiva un sistema de regulación tributaria con impuestos prediales progresivos a las propiedades llamadas improductivas. Sería un error histórico desconocer las potencialidades que se abren con este plan, sin embargo resultaría igualmente irresponsable no establecer en esta etapa un cuestionamiento de sus falencias y limitaciones. Si bien la profunda inequidad en la propiedad de la tierra es un elemento central de la injusticia y los correctivos previstos son importantes, la falta de claridad de la propuesta gubernamental sobre la necesidad de un nuevo modelo agrario podría transformar una intención valiosa en un sistema populista de reparto de tierras a granel, y revivir mecanismos clientelares que no construyen conciencia agraria sino un pragmatismo pobre. No es suficiente la afirmación retórica de la meta de un buen vivir rural como marco de la reforma, sino que deben establecerse nociones y caminos claros para la construcción de un nuevo modelo agrario o desarrollo rural. Y complementariamente, no es correcto desencadenar verticalmente programas de reparto parcelario en redes clientelares, en lugar de constituir con los productores involucrados, espacios reales de participación organizada, informada y estratégicamente conciente, que permitan instaurar una verdadera conducción público social de la reforma agraria y sus complejos desafíos.

El Desafío de Construir un Mundo Agrario Sustentable, Solidario y Saludable (Las Tres “S” del Buen Vivir) En el paradigma dominante de la modernidad se impuso la comprensión de dos mundos prácticamente contrapuestos: la ciudad como rectora, cosmopolita, avanzada y pujante, y lo rural como un mundo atrasado, local, más simple, y secundario. En el marco de ese paradigma pervivió la tendencia -sobretodo en la política y las entidades de gestión-, de asumir el desarrollo como el paso de lo atrasado a lo moderno, de lo rural a lo urbano, de lo agrícola a lo

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industrial; una visión desde la cual lo rural es apenas residual y dependiente de las demandas industriales y dinámicas urbanas.2 La validez de esa visión se asentaba en dos concepciones que en este nuevo milenio han sido profundamente cuestionadas: la concepción antropocéntrica de la vida; y la noción del progreso como celeridad en el crecimiento económico. En ese marco, la acumulación de capital en el campo durante el siglo anterior, y la creciente desestructuración de las pequeñas economías campesinas, forjaron un mundo agrario de radical desigualdad y exclusión, pero de alguna manera, a lo largo de buena parte del siglo XX, la interrelación entre los dinámicos espacios urbanos de producción de bienes para el consumo de la fuerza de trabajo, y los laboriosos espacios rurales generadores de los alimentos, conformó un escenario de históricas compensaciones para la vida y la reproducción social. Hasta décadas anteriores en América Latina la distinción ciudad-campo era muy evidente y se expresaba, entre otras cosas, en la diferencia notable de los grados de artificialización de la naturaleza en los dos ámbitos. Las ciudades como zonas de producción industrial, con alta composición orgánica del capital y espacios de habitación de la fuerza de trabajo industrial, de los empleados privados y públicos, generaron una transformación más profunda de las condiciones naturales, una alta disminución de la biomasa (espacios verdes) y de la biodiversidad, mientras que los territorios rurales, se mantuvieron hasta décadas anteriores como espacios de abultada y diversa biomasa, bastante alejados de las transformaciones artificiales tecnológicas. Pero la acumulación de capital y la expansión de la economía monopólica de gran escala, provocó un desvanecimiento de la antípoda urbano-rural y comenzó a recomponer las condiciones de esa dinámica. En el marco del antedicho escenario histórico, la relación industria-agricultura, que siempre fue importante en la definición de nuestras sociedades, cobró nuevas formas que están transformando la relación ciudad campo. Miremos este problema.

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Pérez, Edelmira (2001). Hacia Una Nueva Visión de los Rural en “Nueva Ruralidad en América Latina” (Norma Giaracca, comp.) Buenos Aires: CLACSO, p.17-28

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Desde siempre existió una relación contradictoria, entre la industria y la agricultura; la primera dominó la agricultura, a la vez que profundizó su atraso o sus formas de impulso. El capital de punta impuso condiciones a los productores rurales, e integró a los campesinos al proceso de reproducción global de capital, descomponiendo sus formas productivas propias. Pero en los años de la globalización el modelo de acumulación se ha transformado en forma desigual y combinada, alterando ese dinamismo clásico entre la ciudad y el campo. Se ha dado el paso desde un sistema de acumulación articulada3 donde las ramas de punta, generalmente urbanas, producían básicamente bienes industriales de consumo popular, y la agricultura proveía alimentos baratos para un mercado interno -que el sistema protegía, defendiendo la capacidad de compra de la población, los ingresos y salarios de los trabajadores, por que su consumo estaba articulado a la realización y reproducción del capital-, pasándose entonces hacia un modelo desarticulado o modelo de acumulación neoliberal o secundario exportador, que se orienta a la producción de bienes agrícolas diferenciados, con un alto control de calidad y precios unitarios elevados para demandas específicas en el extranjero.4 En esa economía girada hacia la demanda exterior o hacia los nichos suntuarios del mercado nacional, se generan procesos que afectan la vida de las masas en la ciudad y el campo: en primer término, pierde terreno el pacto social y la defensa de los salarios urbanos como mecanismo de sustentación del mercado; y se provoca una descomposición y descapitalización de los pequeños agricultores, generándose dos tipos de reacciones de supervivencia de los afectados: la migración desde las ciudades hacia el exterior; y la migración desde el campo hacia las ciudades. De esa forma, los “equilibrios” mínimos de las ciudades y el campo se descompusieron velozmente y se destapó una creciente irracionalidad urbano rural. En las ciudades, se produjo la expansión del favelamiento (tugurización) y la profundización de un modelo urbanista basado en la segregación radical del espacio, organizada alrededor de la multiplicación de ejes de consumo y la drástica separación de espacios de habitación en zonas contrastadas: residenciales, barrios de la fuerza laboral y zonas tugurizadas para la población excedente subproletaria.

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Blanca Rubio, Ibidem, p.39 Blanca Rubio, Explotados y excluidos: Los campesinos latinoamericanos en la fase agroexportadora neoliberal, Quito, Talleres Gráficos El Quinde, 2009

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Mientras que en el campo apareció lo que hemos denominado la nueva ruralidad neoliberal5 caracterizada por una transnacionalización de la economía agraria y pérdida de soberanía; una marcada tendencia a la monopolización de tierra, agua, crédito e insumos; una intensificación tecnológica orientada a la reprimarización productiva (i.e los vastos monocultivos para la agroexportación); una descomposición de las relaciones sociales ancestrales y comunitarias con la pérdida creciente de los patrones culturales y su diversidad, todo lo cual conlleva lo que se ha llamado una desagrarización del campo. Dichos procesos se acentuaron especialmente a partir de fines de los 80, pues el Ecuador se sometió desde entonces a esa nueva forma de capitalismo supranacional –que subyace al fenómeno de la globalización-, caracterizada principalmente por una aceleración de la acumulación. La rápida expansión del capital se dio mediante tres procesos que encarnaron una profunda destructividad social y ecológica, directamente proporcional a la reproducción de sistemas de mal vivir en el campo: a) la recomposición del aparato productivo, con incorporación de esa nueva base tecnológica6 para el aceleramiento productivo; b) el despojo (incluso fraudulento) de recursos vitales y bienes públicos7 (recursos energéticos, vitales como la tierra, el agua, la radiofrecuencia, los servicios públicos, etc.) y; c) estrategias fundamentalistas para el control monopólico del mercado mundial, sobretodo en el campo de los alimentos. Como lo hemos argumentado en un ensayo reciente, la nueva tecnología productiva y comunicacional, no sólo multiplicó exponencialmente la producción, e instauró la instantaneidad de flujos económicos, sino que transformó radicalmente la experiencia espiritual de los seres humanos, sus nociones de espacio y de tiempo, y su directa exposición a la cultura dominante.8 La aceleración del capitalismo en el campo, resultó en esa nueva ruralidad agresiva que hemos descrito, la cual transformó el papel de la agricultura, acentuando la disparidad entre las empresas y clases agroexportadoras, frente a las cada vez más escuálidas economías campesinas. 5 6 7 8

Jaime Breilh, Francisco Hidalgo, Alex Zapatta et al, TLC en lo agrario: Evidencias y amenazas, Quito, Sistema de investigación de la problemática agraria, 2005, p. 15-76 Castells, Manuel (1996) The Information Age: Economy, Society and Culture. Oxford: Blackwell Publishers. Harvey, David (2003) The New Imperialism. Oxford: The Oxford University Press. Jaime Breilh e Ylonka Tillería.

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En términos ecológicos, la división entre la ciudad y el campo, históricamente produjo una fractura; la expansión de los territorios urbanos implicó la pérdida de energía social para la reproducción de la vida y el deterioro creciente de la fertilidad9. Pero con la eclosión neoliberal, a esa pérdida de sustentabilidad urbana, se sumaron los apetitos de las empresas agrarias, que aumentaron la fractura con las condiciones naturales en el campo, y reeditaron un fenómeno ya descrito por la economía política del siglo XIX: los países colonialistas robaron las tierras y recursos de los países colonizados, las condiciones de fertilidad de sus campesinos, y esquilmaron el campo para llenar las arcas de sus ganancias, impidiendo que se cumpla el principio proudhoniano de conservar los recursos “por el bien de la cadena de las generaciones humanas”.10 De ese modo la situación actual de los dominios rurales del Ecuador y América Latina, pone al descubierto la profunda irracionalidad de un modelo de desarrollo que cierra espacio a la vida, que magnifica los abismos entre los grandes y pequeños productores, y que multiplica patrones de vida malsanos, inscritos en sistemas ecológicos contaminados y en involución. En definitiva, el paradigma de la ruralidad neoliberal se perfila en inmensos campos de monocultivo, con grave pérdida de biomasa, destrucción de la biodiversidad, incorporación de cultivos genéticamente modificados, aplicación intensiva de agrotóxicos y la sobreexplotación de ejércitos de asalariados -o mejor subasalariados-, que laboran directamente o por medio del trabajo asociativo para las grandes empresas. En esas circunstancias, los excampesinos o pequeños propietarios, pierden su identidad y valores agroecológicos al entrar en la lógica de una agricultura despojada del sentido de alimentar, producir vida y cultura, y remplazada por una agricultura reducida a la lógica del lucro inmediatista. La comprensión de ese círculo de la muerte se completa, cuando pensamos que esas masas proletarizadas, laboran en escenarios productivos sometidas a una lógica productiva externa, aplicando tecnologías y productos peligrosos, en ausencia de medidas reales de protección de la salud humana, y en irrespeto absoluto a los derechos de la naturaleza. Un paradigma de acumulación acelerada, que se apoya

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James Anderson, A Calm investigation of the circumstances that have led to the present scarcity of grain in Britain en “La ecología de Marx: Materialismo y naturaleza –John Bellamy Foster-, Barcelona, El Viejo Topo, 2004, p.226

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Jaime Breilh. La Epidemiología Crítica y una Nueva Forma de Mirar la Salud en el Espacio Urbano. Bogotá: Conferencia magistral en la Alcaldía Mayor de Bogotá - Secretaría Distrital De Salud, Vi Jornadas Distritales, “La Epidemiología y la Salud Urbana, 2009

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en un modelo energético inviable, y se recrea y realiza en modos de vivir malsanos y no sustentables. Por todo lo dicho, la primera tarea de cualquier movimiento de reforma agraria, si no quiere condenarse a repetir un populismo reformista, de cambios aparenciales y frágiles, es implementar un nuevo modelo de desarrollo agrario, que no sólo revierta las tendencias destructivas que hemos descrito, sino que construya un auténtico sumak kawsay rural que sólo puede darse en un mundo rural sustentable, solidario y saludable; las tres “S” que fundamentan el buen vivir. Juzgada a la luz de los derechos humanos y de la naturaleza, la sustentabilidad se debe asumir como una base no negociable de cualquier sistema social y modelo de desarrollo rural. Lamentablemente se han manejado los conceptos en este campo con una evidente ambigüedad. Es especialmente importante la confusión creada por el uso indiscriminado de las nociones de “sustentabilidad” y “sostenibilidad”. La noción de lo sostenible, forma parte del paradigma de la sostenibilidad. El énfasis semántico de “sostener” se relaciona con las nociones de mantener o continuar. La noción de lo sustentable, en cambio, forma parte del paradigma de la sustentabilidad, y se relaciona con las nociones de sustentar o fundamentar. La sostenibilidad (paradigma del continuismo) es un concepto unidimensional referido básicamente al tiempo, y orientado a la mera satisfacción de necesidades, tal como éstas son definidas convencionalmente por el propio sistema hegemónico.11 Al otro lado, la sustentabilidad (paradigma de la transformación) es un concepto multidimensional que implica un conjunto de condiciones para que los socio-ecosistemas puedan fundamentar o sostener, no cualquier forma de vida sino una vida plena, digna, feliz y saludable. Una sociedad puede ser sostenible sin ser sustentable. Una sociedad puede sostener condiciones mínimas de sobrevivencia, dentro de cierto límite en el tiempo, y a la par ser concentradora/excluyente, discriminante, unicultural, y derrochadora; por lo tanto no sustentable. Una sociedad puede lograr hasta cierto punto abastecer e importar para su población ciertos bienes en respuesta a necesidades básicas de supervivencia, como por ejemplo alimentos, y llamarle a eso

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Abaleron, Carlos. Sostenible Versus Sustentable. http://www.omau-malaga.com/portal/index.php?id=199

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sostenibilidad, o seguridad alimentaria, pero eso no significa que haya construido bases sustentables para su señorío sobre dicha alimentación.12 Recogiendo los cuestionamientos esbozados, hemos propuesto una nueva categoría para medir la sustentabilidad que la denominamos capacidad vital o sustentable, la cual abarca la productividad integral de dicha sociedad, comprendiendo, a más de la generación de fertilidad y biomasa para sustentar la nutrición de los pueblos, la capacidad de sustentar las otras dimensiones de una reproducción social: trabajo y modos de vivir dignificantes; formas de recreación cultural e identitaria; formas de organización solidaria y soportes colectivos; y relaciones armoniosas con la madre naturaleza.13 Ligada a la condición anterior de relación con la naturaleza, está la organización solidaria de la vida en el campo; la segunda “s” del buen vivir. No solo en el sentido de superar la inequidad en la propiedad de la tierra, agua y crédito, sino en el de organizar una política de soberanía alimentaria e hídrica, que garantice la protección de la producción de alimentos y el control del riego de los productores para el mercado interno. Y finalmente, no puede haber sustentabilidad y equidad solidaria, si el mundo agrario no se constituye como saludable y supera los procesos y productos malsanos, que lesionan la salud humana actual y futura, no solamente de los campesinos afectados sino de los consumidores de productos contaminados o carentes. No puede haber vida sustentable, ni caben relaciones solidarias en el vivir, si la reproducción social se tiene que realizar en un ambiente patógeno, deteriorado por la polución, depredación y degradación de los ecosistemas.

El Triangulo de la Política: Desafío de Sabiduría e Interculturalidad Para enfrentar el desafío de una reforma agraria real y profunda entonces, no basta con repartir la tierra sino que se requiere trabajar por la transformación integral del modelo agrario y la 12 13

Boff, Leonardo. Citado en - AMÉRICA LATINA ¿Monocultivos sustentables? No gracias. Grain/Entorno [http://www.pazyjusticia.org/foro/printview.php?t=361&start=0], 12 de Septiembre, 2006 Breilh, Jaime. El Desarrollo Sustentable, La Soberanía y la Naturaleza en "La Transición Hacia un Desarrollo Sustentable y Soberanía Humana: Realidades y Perspectivas en la Región de las Américas" - Finkelman, Jacobo y Galvão, Guto -editores-. Rio de Janeiro: Fundación Oswaldo Cruz (FIOCRUZ) y Organización Panamericana de la Salud (OPS), 2009 (en prensa)

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conquista de un mundo agrario sustentable, solidario y saludable. Y en esa dirección se torna evidente la necesidad de integrar tres elementos decisivos que constituyen lo que se ha definido como el triangulo de la política: ideas revolucionarias, norteadoras; una estrategia política; y conocimientos técnicos (ver figura N° 1).14 Figura 1 Triángulo de hierro de la política

[A] Proyecto emancipador de reforma agraria

[B] Estrategia política (manejo político/ético de consensos y disensos)

[C] Gestión (Capacidad técnica)

[A] un proyecto político emancipador de reforma agraria enmarcado en una comprensión clara de la reforma como proceso mediador hacia una ruptura con la agricultura no sustentable, no solidaria y malsana; y en una formulación dinámica para la construcción de sustentabilidad y modos del buen vivir rural; [B] la estrategia política con un análisis realista de la estructura de poder, e ideas para manejar el proyecto y el grado de consenso o disenso que lo empuja u obstaculiza; y [C] la capacidad de gestión se refiere al acervo de técnicas, normas instrumentales, destrezas y habilidades indispensables según la naturaleza del programa de acción. Reconociendo en este último elemento que, muchos de los modelos técnicos y

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Carlos Matus, Adiós señor Presidente, Santiago, LOM Ediciones, 1998.

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basamentos conceptuales actualmente en uso, se oponen a una mirada emancipadora, por mero funcionalismo y formas camufladas de más de lo mismo. Finalmente, el modelo que aquí se esboza no debe confundirse ni con un agro-ecologismo simplista y focalizado, ni peor aun con un reciclado “capitalismo verde”. Especialmente esto último parece ubicarse en el horizonte agrario como salida que las empresas agroalimentarias buscan para superar los límites absolutos de ese capitalismo agrario salvaje que tocó fondo. En efecto, el llamado capitalismo verde no es sino una forma de implementar una nueva ronda de acumulación, basada en la apropiación selectiva de las demandas de movimientos ambientalistas, incluyendo temas posicionados por activistas del comercio justo, la salud del consumidor y la protección de los animales. Un régimen ambiental “verde” que pretendería reconfigurar la acumulación de capital, modificando las prácticas productivas para que se reduzcan los efectos ambientales nocivos, y para que sean satisfechos los cambios culturales en la demanda de mercancías y productos “verdes”.15 La hora actual es promisoria pero las confusiones y amenazas están a la orden del día. Debemos estar conscientes de que responder al desafío de construir un mundo agrario distinto, nos sitúa en una posición clave para la defensa de la vida.

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Harriet Friedmann. From Colonialism to Green Capitalism: Social Movements and Emergence of Food Regimes. Bingley: Emerald Group Publishing Limited, 2006 (resumken publicadio en http://www.propertytaskforce.org/files/3rdFoodRegime.pdf; traducción al castellano por Javier Rodríguez Sandoval)

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La acumulación en el agro: una realidad presente que no queremos en el futuro Edgar Isch L. La tierra agrícola es probablemente el primer recurso natural que empezó a ser objeto de apropiación y, con ella, vino también la apropiación del agua. En el momento previo, se trataba de patrimonios de propiedad y cuidado de todos y, en el tránsito a ser considerados como recursos, hay una transformación en la manera de pensar que se vincula a un cambio en la forma de organizar la producción social, lo que significa una conducta diferente al establecer la relación entre los seres humanos y entre estos y la naturaleza. Pero lo que sucede ahora es una manera específica de acumulación propia del sistema capitalista, diferente a la de otros modos de producción. Aquí entran en debate dos categorías relacionadas: acumulación y despojo. En otras palabras, para que alguien acumule es necesario que otro sea privado del objeto de acumulación. A nivel de la dominación imperialista internacional, André Gundrer Frank (1982) diría que se generaban de manera simultánea el desarrollo en el centro imperialista y el “desarrollo del subdesarrollo” en la periferia. A nivel incluso interno de un país, David Harvey (2004) plantearía que hay una “acumulación por desposesión”. Esta doble cara de la acumulación debe ser comprendida si se quiere tener una visión integral de lo que, en estos aspectos, está sucediendo. Ello implica observar la manera en la que hay quienes sobre-acumulan y sobre-consumen agua, tierra, productos, pero hay quienes tienen un infra-consumo, que involucra incapacidad de salir de la baja productividad y de la pobreza. Este acceso diferenciado a los recursos naturales y a la naturaleza en su conjunto, marca aspectos centrales de los conflictos sociales en nuestros días.

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Y el fenómeno no tiene manifestaciones aisladas, sino que se expresa de manera general y global. El carácter estructural ya estaría detectado desde hace mucho, vinculado a una perspectiva de relación entre los seres humanos y la naturaleza que es propia de regímenes basados en esa explotación dual de trabajadores y naturaleza, así como a una perspectiva epistemológica positivista que separa al sujeto del aprendizaje del objeto, como si no existiesen relaciones mutuas entre ambos. Esta visión, hegemónica hasta nuestros días, plantea la acción humana como “domesticadora” y dominadora de la naturaleza, ya que somos “los reyes de la creación”, que además no debemos preocuparnos por cuanto de ella obtenemos y cómo, pues siempre “dios proveerá”. Este análisis, por supuesto se lleva a cabo en el contexto socioeconómico actual, por lo cual es necesario recordar que: “Toda producción es apropiación de la naturaleza por el individuo, dentro de una forma social determinada por aquella” (Marx, 1980). La apropiación de la naturaleza está íntimamente ligada con el manejo que se hace de la misma, entendiendo por manejo el uso de los recursos naturales, lo cual queda muy lejos de una gestión que nos habla además de las formas administrativas, sociales y culturales que están presentes y, mucho más distante aún, de una gestión social de los recursos, que involucra la participación y que privilegie los derechos e intereses colectivos por encima de los intereses particulares. Recordar, por tanto, el contexto socioeconómico debe permitir comprender que la apropiación de la tierra, el agua y la naturaleza en su conjunto, no es un hecho aislado de la forma misma en la cual se ha organizado la sociedad. En palabras de Maurice Godelier (1990): “No existe una crisis en el uso la naturaleza que no sea una crisis en la forma de vida del hombre. En todas partes aparece un lazo estrecho entre la forma de usar la naturaleza y la forma de usar a los humanos”. El sistema capitalista es un sistema que destruye tanto la naturaleza como a los trabajadores. A la acumulación de cantidad de recursos, hay que sumar la de calidad. Desde la Reforma Agraria de los años 60 sabemos que se repartió “la peor tierra a los indios” y que la buena con mayor aptitud productiva quedó en manos de los viejos hacendados y quienes tenían vínculos con ellos. Lógicamente, de hecho una hectárea de tierra arable y con riego vale más que varias 26


hectáreas en zonas secas. Lo mismo puede decirse del agua, pues si los recursos hídricos están contaminados, la producción agrícola de quienes la usan se verá afectada y, de hacerse público que zona usa esa agua de riego, su producción tendrá dificultades de venderse en el mercado. La acumulación en calidad, entonces, no necesariamente va ligada a la acumulación de cantidad y ello debe considerarse en medida que los estudios se desarrollen y las perspectivas se agudicen. Legitimización de la acumulación, acumulando otras esferas de la vida social A la acumulación de cantidad y calidad, hay que añadir la acumulación en la toma de decisiones. Esta ya sale de la esfera estrictamente productiva para entrar en la esfera del poder político-administrativo, pero es tanto o más importante que las anteriores, porque las viabiliza, les da sustento y permanencia. En ese espacio se da legitimidad a la concentración de recursos en pocas manos y se establecen los mecanismos que la protegen. Si bien se trata de aspectos de la “superestructura”, las leyes, normas y resoluciones no han sido el producto democrático resultado de procesos participativos. Como dicen en esferas comunicacionales, aquí el número de actores que están a cada lado de una decisión no cuenta porque: “las opiniones no se suman sino que se pesan”. Y por supuesto tiene más peso la opinión del hacendado que la del campesino; la del dueño del ingenio, que la del proletario agrícola. Y podemos seguir reconociendo las distintas formas de inequidad presentes en el país, sabiendo que pesa más la opinión de un blanco-mestizo que la de un indígena o de un negro y que pesa más la opinión de un hombre que la de una mujer. El poder real se expresa también en este ámbito, lo que pone muchas veces a los funcionarios en la calidad de administradores y defensores de los intereses de otros, de unos pocos, porque de lo que se trata es de colocar a los intereses de los sectores poderosos como los intereses de todos. Es fácil verlo cuando se plantea a la agroindustria o a la minería como “asunto de interés nacional” olvidando el interés social y no solo de amplios sectores, en la agricultura campesina. Pero, además, ubiquemos una cuarta manera de acumulación, que se da en la capacidad de imponer un pensamiento hegemónico. Desde acá, se hará indiscutible aquella manera de relacionarse con la naturaleza y el sistema de apropiación de la riqueza en pocas manos. 27


Componentes de esta forma de acumulación se vinculan con un uso impropio de la ciencia, que planteándola como un producto estático y solo técnico, es utilizada para justificar la explotación de recursos naturales “por qué se usa tecnología de punta”, cuando en temas ambientales y otros de los que se trata no es de cuál es la tecnología “de punta” sino cuál es la tecnología adecuada, social – ambiental y económicamente, y por tanto la que debe emplearse. Con el cuento de “tecnología de punta” se llevó adelante la llamada “revolución verde”, cargada de agrotóxicos, provocando grandes afecciones a la seguridad y soberanía alimentarias de países como el Ecuador. La fuerza hegemónica del pensamiento neoliberal llevaría a sostener que se estaba formando un “pensamiento único”, frente al cual José Saramago aclararía que es más un “pensamiento cero” porque nos pedían no pensar y simplemente confiar en aparatos ideológicos tan fuertes como la CNN y la producción de Hollywood. En realidad, parte del éxito de los neoliberales en aplicar su esquema económico fue lograr que un alto porcentaje de la gente creyese que sus propuestas eran “técnicas y no políticas” y que no existía ninguna otra opción, que eran “inevitables”. En el campo ecuatoriano, fue esa también una realidad impulsada además con la fuerza de proyectos impuestos con endeudamiento externo, principalmente los créditos que alimentaron el Programa Sectorial Agropecuario, del cual emergería la Ley de Desarrollo Agrario de 1994. Esta Ley fue condición de créditos de deuda externa y generó un mercado de tierras, al mismo tiempo que de hecho impedía las expropiaciones y tomas de tierra, permitió la fragmentación y venta a terceros de tierras comunitarias y autorizó que las concesiones de agua puedan transferirse automáticamente con la venta del terreno. Estas cuatro esferas de acumulación están íntimamente relacionadas y se afectan unas a otras. Si se quiere combatir la inequidad en el acceso a la tierra, agua o cualquier otro factor productivo, es necesario comprenderlo y actuar en todas estas esferas con igual insistencia y vigor. Acumulación y seguridad alimentaria La acumulación de tierra y agua no es un fenómeno de exclusivo contenido nacional ni solo de los años de aplicación del neoliberalismo, pues forma parte del funcionamiento normal del 28


capitalismo, en el cual la acumulación del capital en pocas manos no es solo consecuencia de la inequidad, sino que es causa bendecida por los defensores del sistema que siempre dirán que es el interés en el lucro individual el principio que permite el desarrollo, el crecimiento económico y por efecto cascada, la distribución de algo de la riqueza a los más pobres. La acumulación a escala internacional, ligada hoy indisolublemente a la existencia del imperialismo, ha sido justificada en cualquier momento de la historia como un derecho de los poderosos. Así, Hernán Cortés, el descubridor de México, habría dicho que: "los españoles, tenemos una enfermedad del corazón para la cual el remedio indicado es el oro" (citado por Gunder Frank, 1965); mientras George Kanande (Maldonado, 2005), sostenía en los años cincuenta: “tenemos que defender nuestros recursos, los de Estados Unidos, el hecho que se encuentren en otro país es un accidente”. Ahora, con esa misma agresividad se invaden países, se colocan bases militares en todos los países posibles, pero se procede también a otros mecanismos que se presentan como más hábiles y engañosos. Uno de ellos, es la amplia, legal y financieramente justificada compra de tierras a nivel global. Más de 20 millones de hectáreas de tierras en el mundo en desarrollo están en manos de gobiernos y empresas extranjeras, una cantidad equivalente a la cuarta parte de tierras arables de Europa, que es ejemplo de una apropiación agraria que se disparó con la crisis alimentaria de 2008. Joachim von Braun, director del Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI, por sus siglas en inglés) calcula que esas adquisiciones implican inversiones de entre 20.000 y 30.000 millones de dólares procedentes de China, Corea del Sur, India y los estados petroleros. Se informa adicionalmente que: “alrededor de la cuarta parte de estas inversiones son para plantar vegetales destinados a elaborar biocombustibles” (Tierramérica, 2009). Pero esta suma no considera otra forma de apropiación a través de contratos de arrendamiento o compra por agentes privados como el firmado entre la compañía coreana Daewoo Logistics Corporation en Madagascar, sobre 1,3 millones de hectáreas para cultivar maíz y palma aceitera; el plan de Dexion Capital Global Farming de comprar mil doscientos millones de 29


hectáreas en países pobre; o de Cáliz Agro que tiene ya 60 mil hectáreas en Brasil (Grain, 2009). En el mismo artículo, la organización GRAIN resume este fenómeno señalando que: “Juntas, las crisis alimentaria y financiera actuales dispararon un nuevo ciclo mundial de apropiación de tierras. Los gobiernos con “inseguridad alimentaria”, que dependen de importaciones para alimentar a su población, están arrebatando tierras agrícolas fuera de su país en las que pretenden producir alimentos propios. Las corporaciones alimentarias y los inversionistas privados, ávidos de ganancias en medio de la crisis financiera, ven la inversión en tierras agrícolas extranjeras como una importante y nueva fuente de lucro. Las tierras agrícolas fértiles se privatizan y se concentran más y más. De no poner coto a este proceso, el acaparamiento mundial de tierras puede significar en muchos sitios el fin de la agricultura en pequeña escala como medio de vida y sustento”. Las implicaciones son multilaterales, al grado que el gobierno de Bolivia señalaría que son expresiones de agro-imperialismo (Viceministerio de Tierras, 2009) y un informe de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) publicado en mayo de 2009 plantea que: "El incremento de las compras masivas de terrenos en África y otros continentes aumenta el riesgo de que los pobres se vean desposeídos o se les impida el acceso a la tierra y el agua". Acumulación y despojo caminando visiblemente juntos. A estos factores, hay que añadir que la acumulación, tanto de carácter internacional como la plantea, cuanto la que se presenta al interior del Ecuador, está atada al mercado mundial y cadenas productivas en las que priman los intereses de lucro y no la garantía de derechos. Esto es de vital importancia cuando se habla de la seguridad y soberanía alimentarias. Sabemos bien que la soberanía alimentaria está amenazada por una producción agrícola de exportación y la imposición de formas de consumo que responde a una historia cultural diferente a la propia. No requiere mucho esfuerzo comprender que la acumulación de tierra y agua está ligada a ese tipo de producción y que, dado que la producción de alimentos para el mercado interno está en manos de los campesinos pobres y medios, va acorralando a la producción diversa con tecnologías alternativas y prácticas culturales diferentes. La 30


homogenización de la producción es necesaria para las grandes corporaciones como mecanismo de ampliar la productividad, pero es también forma de imponer una cultura única, anulando los rasgos propios. De igual manera, la seguridad alimentaria se pone también en peligro. Campesinos despojados a los que no les queda más opción que la de migrar a las ciudades o al extranjero, son el reflejo de hectáreas que dejan de producir los alimentos que la población ecuatoriana consume. Grandes extensiones prometidas para agro-combustibles u otras mercancías económicamente fuertes pero inútiles para sostener la vida misma, reducen la capacidad de los países para alimentar a su gente. Son múltiples los datos de cómo las medidas de la revolución verde, primero, y neoliberales después, aplicadas como receta infalible hicieron de países con suficiencia de alimentos unos países importadores que hoy dependen de las grandes transnacionales en lo más fundamental (el caso de México antes y después del TLC es dramático en este sentido). Soberanía y seguridad alimentaria son promesas de la nueva Constitución, pero no todas las promesas se cumplen si no hay compromiso, vigilancia y claridad en el resultado que se busca y los mecanismos que se requieren. Y uno de ellos, sin duda, es enfrentar los temas de la propiedad de la tierra y la acumulación del agua. Nos hemos centrado en la agricultura, pero acumulación de tierra y agua, despojando también por esa razón a los campesinos, existe en la producción extractivista de actividades petroleras y la minería a cielo abierto que se mantiene como amenaza sobre el país. Ello no debe ser olvidado. Acumulación y derechos Para el régimen mercantil, los derechos que deben ser considerados son los que hacen referencia a la propiedad individual y a las transacciones. Si esto fuera cierto, habría que creer que es en el mercado en donde se realiza la justicia, lo no tiene nada que ver con que muchos puedan decir que las Cortes también parecen un mercado. Las “fuerzas invisibles del mercado” son intereses y acciones de personas, empresas y clases sociales claramente identificables y su juego está hecho para que el “pez grande se como al pez chico”. El libre mercado puede llegar a ser 31


eficiente, pero no es justo ni siquiera en cuanto al mero intercambio de mercancías. Y el mercado de la fuerza de trabajo, lo es mucho menos. Pero hay otros derechos, aquellos que nos pertenecen por ser parte de la familia humana, participemos o no en el mercado. Son los derechos al territorio, al agua, a la alimentación, a condiciones básicas de vida y a un ambiente sano, entre muchos más, y que resultan afectados en el “libre mercado”, donde es más fácil comprar permisos para contaminar que dar respuesta a las necesidades de la mayoría. La acumulación se convierte en el motor generador de inequidad. El propio argumento de “libre competencia” queda muerto cuando se trata de comparar a quienes tienen accesos tan diferenciados a recursos fundamentales como tierra y agua. ¿Cómo puede competir el campesino con poca y mala tierra que casi no recibe riego, frente a aquel empresario que tiene abundancia de tierra y agua y puede hacer uso de tecnología moderna? Considerando que en gran medida la producción de alimentos en el Ecuador está en las manos de las mujeres, hay aquí además una carga de género indiscutible. Y lo mismo podemos decir de las poblaciones indígenas y montubias. Entre los productores de alimentos está buena parte de los mayores niveles de pobreza del Ecuador. La tierra y el agua son los ejes de la inequidad en el campo, ampliada a lo largo de la aplicación del neoliberalismo y con apoyo de los mecanismos colonizadores de la deuda externa que supuso también ajustes legales para que aquello fuera posible. Ahora, distintas organizaciones cuestionan nuevamente al Banco Mundial y sus socios por plantear nuevamente recetas flexibilizadoras y mercantiles que involucran nuevos cambios normativos “recomendados” para los “países en desarrollo”. Las similitudes en los ajustes de corte neoliberal en un país y otro, de este continente u otros más, plantea también que parte de la forma en que se expresa el fenómeno de la acumulación es la anulación de las diversidades culturales y legales. No se trata solo de las normas jurídicas a escala nacional, sino de la manera como se transforma la vida de comunidades, etnias y nacionalidades que tienen arraigo en el campo. El mercado uniforme tampoco permite normas 32


diversas, busca poner los mismos parámetros homogéneos sobre todo producto y proceso, presenta listas de chequeo validadas como sistemas de acreditación y abre las puertas solo a aquello que cumple las reglas. Incluso cuando se habla de formas alternativas que son realmente importantes, como el comercio justo y el comercio de productos orgánicos, hay muchas veces la tendencia a repetir esa modalidad de juego homogenizado, corriendo el riesgo de cambiar de una cadena de proveedores de insumos a otra. Acumulación y reforma agraria La existencia de un proceso de despojo masivo, simulado como procesos mercantiles, plantea los temas de tierra y agua como uno de los aspectos más importantes para una real transformación en la estrategia de desarrollo mantenida por décadas en el Ecuador. Esto, desde una visión global, habla de la importancia de asumir el Sumak Kawsay como perspectiva orientadora que permita convivir en torno al bien común y respetar a la naturaleza, otra cosa que se ha demostrado no sucede en la producción intensiva de monocultivos en grandes extensiones. Los textos presentados en este libro ratifican de manera clara y con estudios de caso a profundidad, que el fenómeno de la acumulación se agudiza al mismo tiempo que se justifica y enmascara. No importan la provincia o región geográfica, lo que está de trasfondo es la generación de nuevos conflictos sociales y de las contradicciones entre la economía campesina y su producción para el mercado nacional, frente a grandes empresas, transnacionales o ligadas a ellas, que emplean mano de obra para monocultivos de destino internacional. El análisis a nivel de ejes productivos, microcuencas o canales de riego, permite incluso identificar detalles de la manera en la que el proceso de acumulación se ha presentado a lo largo de los años. No es un fenómeno nuevo, pero hay manifestaciones nuevas y el nivel que va alcanzando profundiza las diferencias sociales. Esos materiales plantean también la necesidad de alternativas que fortalezcan la argumentación a favor de los intereses campesinos, que son al mismo tiempo, los de la seguridad y soberanía alimentaria, los de un país que quiere un destino marcado por su propia gente y los intereses de protección de la naturaleza.

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También se ratifica en los estudios que componen este libro, que la transformación en el área rural no podrá hacerse si no se enfrenta el problema de la tenencia de la tierra y el reordenamiento de los permisos de uso de recursos hídricos o concesiones (esto último es mandato constitucional) para romper con las formas de acaparamiento. Porque, hay que recordar que no solo está la posesión directa, sino también la mutipropiedad con nombres distintos y un solo poseedor real, el arrendamiento, la agricultura bajo contrato y las expropiaciones (más frecuentes en las actividades extractivistas). Por ello, muchos son los estudiosos pero sobre todo los movimientos sociales que vuelven su mirada al planteamiento de la Reforma Agraria Integral. En ello, se parte precisamente de la temática de la tierra, pero se pasa a la acumulación de otros recursos, las posibilidades reales de participar en el mercado nacional e internacional, el respeto a formas diversas de organizar la producción y la vida social, en fin, a entenderla dentro de una perspectiva de desarrollo alternativa y contrahegemónica. En esta dirección son importantes los estudios incorporados en la obra del SIPAE titulada “¿Reforma Agraria en el Ecuador?: viejos temas, nuevos argumentos” (Brassel et al, 2008), en los cuales se presentan razones válidas y potentes para reconocer en la reforma agraria una bandera de lucha que de ninguna manera está presente solo para los pobladores del campo. En un Ecuador en el que las clases y sectores sociales hacen cada día más visible su accionar y que en ello van identificando sus verdaderos intereses y aliados, la construcción del sujeto histórico capaz de llevar adelante esta transformación es un hecho factible a más de necesario. Por ello, como en todo, a los argumentos hay que sumar la organización y la unidad. Hay alternativas y hay que saber llevarlas al terreno de la realidad, en momentos en el que las definiciones implican el futuro.

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REFERENCIAS BRASSEL, F., HERRERA, S. y LAFORGE, M. (edit.) (2008). “Reforma Agraria en el Ecuador?: viejos temas, nuevos argumentos”. SIPAE, Quito. FRANK, André Gunder (1965). “¿Con qué modos de producción convierte la gallina maíz en huevos de oro?”. En: Debate Rodolfo Puiggrós –André Gunder Frank (sobre los modos de producción en América Latina) FRANK, André Gunder (1982). Capitalismo y subdesarrollo en América Latina. Siglo XXI editores, Buenos Aires. GRAIN (2009). ¡Se adueñan de la Tierra! El nuevo acaparamiento agrario. En: Biodiversidad, sustento y culturas, número 60, Quito. GODELIER, Maurice: “La apropiación material y social de la naturaleza” en: Maurice Godelier, Lo ideal y lo material, Taurus, Madrid, 1990. HARVEY, David (2004). El “Nuevo” imperialismo: acumulación por desposesión. En: Socialist Register 2004 MALDONADO, Adolfo (2005). América se escribe con sangre. Facultad de Cierncias Médicas, Cuenca – Ecuador. MARX, Carlos (1982). Elementos Fundamentales para la Crítica de la Economía Política. Introducción. Editorial Siglo XXI, España. Tierramerica (2009). Extranjeros a la http://www.tierramerica.info/nota.php?lang=esp&idnews=3274

caza

de

propiedades

agrarias.

Viceministerio de Tierras de Bolivia (2009). El Agroimperialismo se adueña de la tierra. Documentos de trabajo No. 2. La Paz, Bolivia.

Quito, diciembre de 2009.

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¿MEDIACIÓN PARA LA PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS O, MECANISMO DE ACUMULACIÓN?: EL APROVECHAMIENTO AGRÍCOLA DEL AGUA Alex Zapatta Roberto Chiriboga

EL REPARTO SOCIAL DEL AGUA EN LOS ESTUDIOS AGRARIOS En los años 90 y en la primera década de éste siglo, ingentes recursos financieros fueron canalizados a través de organismos que pretendieron enclaustrar la reflexión de la problemática de los recursos hídricos en torno a la “escasez del agua”, la “gobernanza del agua” o, su “gestión integrada”, desatendiendo una cuestión medular en las sociedades capitalistas: el acaparamiento del agua destinada a la producción agrícola; con ello, el análisis de la problemática de los recursos hídricos, corría el riesgo de verse distanciada del análisis general de la problemática agraria. Es mérito del Consorcio para la Capacitación en Manejo de Recursos Naturales Renovables (CAMAREN) y el Foro de los Recursos Hídricos, haber realizado un esfuerzo significativo por insistir en la necesidad de comprender la problemática del agua en el marco de la comprensión general de la problemática agraria en el Ecuador. Tal esfuerzo, que ha sido una constante desde los inicios del Foro, alcanzó mayor trascendencia con la publicación de la primera parte de un estudio en torno al acaparamiento agro empresarial del agua para riego bajo el título “El despojo del agua y la necesidad de una transformación urgente” (2008). Los hallazgos principales de éste trabajo, presentados en Portoviejo en el momento en que la Asamblea Nacional Constituyente elaboraba la nueva Constitución, fue una contribución para que los temas del acaparamiento y concentración de las aguas hayan tenido un tratamiento específico en el texto Constitucional aprobado en el 2008. 36


Desde luego, no es que la cuestión de una injusta distribución de las aguas no haya tenido un tratamiento con antelación a la existencia del Foro de los Recursos Hídricos. Importantes aportes en ésta línea de reflexión provinieron de la cooperación científica francesa materializada por el Instituto Francés de Investigación Científica para el Desarrollo en Cooperación (ORSTOM)1 que, en alianza con el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INERHI)2, desarrollaron una serie de estudios en los que evidenciaron las desigualdades sociales en el aprovechamiento del agua en el riego en las cuencas del ríos Mira, Esmeraldas y Pastaza. Los informes de la cooperación conjunta ORSTOM – INERHI se hicieron públicos en 1993. Luego, una serie de estudios vendría a confirmar la certidumbre de que, en la región interandina, ni el proceso de reforma agraria, ni la aplicación de la Ley de Aguas (1972), habían logrado que el reparto social del agua en el agro se democratice. Algunos estudios pusieron acento en el entorno general de la distribución social del agua; otros estudios, enfatizaron el reparto de derechos al interior mismo de los sistemas de riego. Entidades como la Central Ecuatoriana de Servicios Agrícolas (CESA), el Instituto de Ecología y Desarrollo de las Comunidades Andinas (IEDECA), el Servicio Holandés de Cooperación al Desarrollo (SNV), el Centro Internacional de Cooperación para el Desarrollo Agrícola (CICDA – Francia) contribuyeron a generar información sólida con respecto a la problemática de la distribución social del agua. Pese a la importancia de la agricultura bajo riego en la Costa, el análisis del reparto social del agua en ésta región del país, empezó a ser significativo solamente en los últimos años. Allí destacan los estudios del Instituto de Investigaciones Rurales de la Escuela Politécnica del Litoral (ESPOL), los estudios del Sistema de Investigación sobre la Problemática Agraria en el Ecuador (SIPAE) y, los estudios del CAMAREN a los cuales ya se hizo referencia. Los movimientos sociales indígenas y campesinos han hecho importantes contribuciones a la comprensión de la problemática de los recursos hídricos, enfatizando articulaciones que para el mundo académico, pasaban más o menos inadvertidas: las interrelaciones agua – cosmovisión 1

El ORSTOM, se transformó posteriormente en el Instituto de Investigaciones para el Desarrollo (IRD) y, continúa prestando cooperación científica al Ecuador.

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Parte de las funciones del INERHI fueron trasladas, en el año 1994, al entonces creado Consejo Nacional de Recursos Hídricos (CNRH), entidad que desde el año 2008, fue transformada en la Secretaría Nacional del Agua (SENAGUA).

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andina; agua – soberanía alimentaria; agua – derechos colectivos de pueblos y nacionalidades; agua – manejo y conservación de ecosistemas; etc. Si bien, la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) ha tenido un rol destacado en el posicionamiento de varios de ésos temas, las otras organizaciones de proyección nacional como la Federación Nacional de Organizaciones Campesinas Indígenas y Negras (FENOCIN), la Coordinadora Nacional Campesina “Eloy Alfaro” y, en general, todas las organizaciones y plataformas sociales con presencia en el agro, han aportado desde sus experiencias y preocupaciones específicas, para que la comprensión sobre la problemática del agua en el agro, revista mayor amplitud, pero al mismo tiempo, tenga mayor profundidad.

CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL APROVECHAMIENTO DEL AGUA EN LA PRODUCCIÓN AGRARIA3 Una revisión de los estudios sobre aprovechamiento del agua en la producción agraria de mayor desarrollo capitalista – algunos de los cuáles están insertados en éste libro –establecen elementos que permiten destacar la relación íntima entre el control sobre la tierra y acaparamiento del agua. En términos generales, la relación entre control de la tierra y acaparamiento del agua, se caracteriza por: a) el rentismo; b) la exclusión; c) el extractivismo y, d) la transformación del agua en commodities. El aprovechamiento rentista del agua, se expresa en la conversión de ése recurso natural en recurso productivo, cuyo control y uso abundante, contribuye a asegurar ganancias extraordinarias en la actividad agrícola, la llamada renta diferencia, tema que, más adelante se lo trata con algún nivel de detalle. De hecho, los productos agrícolas que asegurar mayor ganancia en los mercados, son aquellos que demandan abundante cantidad de agua en el ciclo productivo, en el caso ecuatoriano: banano, flores, brócoli, caña, etc.

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Ésta parte del presente artículo, redactado por Alex Zapatta, fue publicado en Europa con ligeras modificaciones, bajo el título “Water consumption in Ecuadorian Agroindustry” (2009).

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El proceso de reprimarización de la economía ecuatoriana, que se consolida a inicios de los años 90, se fue abriendo camino merced a la aplicación de políticas de ajuste. En materia de aguas, las llamadas “políticas del ajuste hídrico”, se orientaron a viabilizar el nuevo rol que debía cumplir el agua en la agricultura de exportación; el desmantelamiento de la institucionalidad de las aguas en 1994 que, entre otras cosas implicó la extinción del INERHI, representa un momento sobresaliente de ese proceso. Es necesario recordar que la justificación teórica del modelo de acumulación basado en la reprimarización de la economía tiene en el centro la noción de “aprovechamiento de las ventajas comparativas” que, supuestamente, tienen los países en función de de sus características ecológicas (suelos y clima favorables a unas actividades agropecuarias específicas), ventajas relacionadas con la existencia de infraestructuras de comunicación (pistas, puertos, etc.), etc. (Dufumier, 2004). Por la información de la que se dispone, todo parecería indicar que entre las “ventajas comparativas” – según el lenguaje de quienes se identificaban con ésa concepción - que “le permiten al Ecuador reinsertarse en los mercados internacionales”, estaría también el supuesto de contar con “suficiente agua” para cultivos exigentes en su consumo. La exportación de cultivos exigentes en agua, no es nada extraño en el marco de la nueva división internacional del trabajo y la configuración de un nuevo modelo de desarrollo de la agricultura; de hecho, el comercio agrícola mundial no es sino una gigantesca transferencia de agua, en forma de “commodities”, desde regiones donde se la encuentra en forma abundante y a bajo costo, hacia otras donde escasea, es cara y su uso compite con otras prioridades. Esto ya tiene un nombre, entre los estudiosos del tema, la denominan “agua virtual”. Éstos sostienen que este comercio se incrementará en el futuro, de la mano de una demanda creciente, paralela al agotamiento y contaminación de los recursos. Pero entre las “ventajas comparativas” del Ecuador no solo está, al parecer, contar con garantías de satisfacer las demandas de agua a los cultivos exigentes en su consumo; sino, además, el poder “absorber” – sin que implique costos adicionales - los efectos ambientales negativos del uso del agua en la producción de cultivos de alta rentabilidad. Es decir – utilizando los términos de los economistas neoclásicos- no se internalizan en los costos, las 39


externalidades negativas de los procesos productivos, pese a que, como se verá a continuación, tales efectos, en varios de esos productos, son de considerable magnitud. Pero además, no solo es un problema de volúmenes de agua consumida y efectos ambientales adversos, es también un problema grave de consumo de energía. Un estudio científico (Alfaro y Marin. 1990) advertía a inicios de los 90, que “la modernización de sistemas de riego en países en desarrollo ha implicado reemplazar sistemas intensivos de riego y el bajo consumo de energía, por sistemas más eficientes pero con un mayor consumo de energía y mayores costos de operación. Aunque existen sistemas de riego que funcionan en forma eficiente, como los de riego de plátano en Ecuador y de frutales en Chile, en muchos casos el funcionamiento de estos sistemas es menor a lo esperado, y con resultados pobres en relación a la conservación del agua y de energía.” La necesidad de asegurar el agua para rentabilizar la producción agrícola, ha implicado el desarrollo de mecanismos diversos para asegurar la suficiente dotación de agua. En las zonas en donde históricamente el Estado ha jugado un papel importante en la asignación y regulación del agua , en la región interandina especialmente, los grandes propietarios de tierra aseguraron para si los derechos de agua, formalizados según la legislación vigente; en regiones en donde el Estado no tuvo un rol significativo en la asignación y regulación del agua, en el Litoral y Amazonía particularmente, los propietarios y dueños de plantaciones, desarrollaron mecanismos de diversa índole para asegurar el control del agua, excluyendo o limitando su acceso a los campesinos. En cuanto al rol del Estado, no deja de llamar la atención, por lo paradójico, que algunos proyectos públicos de riego hayan contribuido reforzar las inequidades sociales en el agro, beneficiando a sectores vinculados a procesos de acumulación (Brassel ET AL. 2008). Sobre éste particular resulta interesante como incluso el acceso a información sobre proyectos de riego estatales a construirse, es asimétrica, en provecho de círculos empresariales que potencialmente podrían ser beneficiarios. Ramón Espinel, Paúl Herrera y G. Vanhuylenbroeck (2005), analizan el como se manejo la información en con respecto a la infraestructura de riego del proyecto de trasvase de aguas a la península de Santa Elena:

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“...se estudió el problema de la provisión de riego a través de una infraestructura pública en un entorno de información asimétrica (IA) sobre los potenciales beneficios de la disponibilidad del agua y el valor de la tierra. Debido al mal manejo de la información por parte del gobierno, una compra-venta masiva de tierras comunales empezó desde que se anunció la construcción de los canales. Luego de 8 años, menos del 20% de la capacidad de riego es usada y existen grandes problemas para asegurar la operación y mantenimiento de las obras y con ello la sostenibilidad de la actividad agrícola. El análisis consiste en probar si ciertas condiciones de optimalidad para la asignación de recursos naturales son aplicables cuando los ingresos de los individuos y los costos de acceso al bien público son información privada. El resultado más importante es que la presencia de IA induce un escenario en el cual los nuevos propietarios de tierras (no comuneros) demandan una cantidad menor de riego, debido a sus altos costos marginales de cultivar en grandes extensiones de tierra. Un segundo resultado importante sugiere que subsidiar a los nuevos propietarios de tierras (y algunos especuladores de tierras) a través de la provisión del riego, ha incrementado la inequidad con respecto a los campesinoscomuneros.”

RIEGO Y VALORIZACIÓN CAPITALISTA DE LA PROPIEDAD AGRARIA El carácter de la formación económica y social predominante en América Latina, en la que se desenvuelven, de forma paralela y contradictoria, una agricultura capitalista o empresarial, cuya forma de acumulación se basa en la extracción de la renta; y, una agricultura basada en la producción mercantil simple, generalmente denominada agricultura campesina; demanda un análisis sobre el desarrollo del mercado, esfera ésta - la de la circulación de las mercancías -, en la que se articulan contradictoriamente ambas formas del desarrollo de la agricultura. En la introducción a su trabajo sobre la renta capitalista del suelo, Marx señala que la propiedad del suelo presupone el monopolio de ciertas personas a disponer de determinadas porciones del planeta como esferas exclusivas de su voluntad privada, con exclusión de todos los demás. Esto supone que se trata de desarrollar el valor económico, es decir, la valorización de éste monopolio sobre la base de la producción capitalista (Marx. 1978).

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El monopolio de la propiedad territorial – continúa Marx - es una premisa histórica y se mantiene como base constante, tanto del modo capitalista de producción como de todos los modos de producción anteriores, basados en la explotación de las masas bajo una forma u otra. Cuando Marx aborda el estudio de la renta de la tierra lo hace a dos niveles: en primer lugar estudia la renta diferencial y posteriormente la renta absoluta de la tierra. Sobre la naturaleza de la renta capitalista del suelo, el pensador alemán destaca: 1. La renta del suelo, es la forma en que se realiza, se valoriza económicamente la propiedad inmueble; 2. Toda renta del suelo, es plusvalía, el producto del plus trabajo. Es directamente plus producto en su forma más rudimentaria, la renta en especie; y, 3. La cuantía de la renta del suelo (y, con ella, el valor de la tierra), se desarrolla en el curso del desarrollo social como resultado del trabajo social total. Por un lado, crecen el mercado y la demanda de productos agrícolas; por otro, crece directamente la demanda de la tierra misma, como condición de producción que compite con todas las ramas de actividad, incluso las no agrícolas. En ese marco, el autor de “El Capital” no dejó de reflexionar sobre el rol del agua en la valorización capitalista del suelo, “para no emitir nada, debe observarse que por tierra se entiende también el agua, etc., siempre que (...) se presente como accesorio de la tierra” advierte Marx al inicio del Tercer Tomo de su obra mayor. Luego, señala que “el capital puede fijarse en la tierra, incorporarse a ella, en parte de un modo más bien transitorio, como ocurre en las mejoras de índole química, abonos, etc., en parte de un modo más bien permanente, como es el caso de los canales de drenaje, obras de irrigación, desmontes, construcción de factorías, etc. (…) Entra en las categorías de capital fijo”. Teniendo en cuenta que la superficie del suelo está limitada, puesto que lo ocupan enteramente propiedades particulares, el precio de producción de los productos de la tierra no lo determinan los gastos de producción en los terrenos de calidad media, sino en los de calidad inferior; no lo 42


determinan las condiciones medias en que el producto se lleva al mercado, sino las condiciones peores. La diferencia existente entre éste precio y, el precio de producción en terrenos mejores (o en condiciones mejores) constituye la renta diferencial. Marx analiza en detalle la renta diferencial, demostrando que proviene de la diferencia de fertilidad de los distintos campos, de la diferencia de los capitales invertidos (Lenin. 1976). Debe tenerse presente que la elaboración teórica de Marx tenía como referencia a la Inglaterra de mediados del siglo XIX, en donde los capitalistas, para producir las mercancía agrícolas, arrendaban la tierra a los terratenientes. En ese esquema, los arrendatarios capitalistas, se veían obligados a entregar la renta diferencial al propietario de la tierra quedándose ellos, los capitalistas, únicamente con la ganancia media. Pero cuando el capitalista, es al mismo tiempo propietario de la tierra, no sólo asegura para sí la renta diferencial, sino también la renta absoluta, debido al monopolio de la propiedad agraria (Carmona, José María). Marx otorga un rol al uso del agua, como elemento fundamental en el proceso de constitución de la renta diferencial. A propósito del beneficio de uso del agua en la producción, dice “cabe que aumente la parte del producto del trabajo que representa la plusvalía frente a la parte que se transforma en salario. En la medida en que lo hace, eleva la cuota general de ganancia, pero no crea ninguna ganancia extraordinaria, la cual estriba precisamente en el excedente de la ganancia individual sobre la ganancia media. Así pues, el hecho de que el empleo de una fuerza natural (…) el agua, cree aquí ganancia extraordinaria, no puede surgir únicamente del hecho de que la incrementada productividad se deba aquí al empleo de una fuerza natural. Tienen que intervenir otras circunstancias modificativas capital invertido, modalidades de utilización de la fuerza de trabajo, calidad de los suelos, cercanía a mercados, etc. .” (Marx. 1978) Al realizar un balance histórico sobre las implicaciones de la renta del suelo, el académico mexicano Armando Bartra, señala que “el saldo de la imposición de los moldes capitalistas a la producción agropecuaria fue perverso. Monopolios naturales de un bien originario y escaso como la tierra, y diversidad en el espacio y el tiempo de los costos de producción, generaron rentas absolutas y diferenciales que distorsionaban la distribución del excedente económico, propiciando modalidades viciosas de acumulación. Algunos pensaron que era una herencia del viejo régimen, en realidad era el saldo de someter un proceso productivo basado en recursos preexistentes, diversos, desigualmente repartidos y escasos, al sistema de mercado absoluto; 43


era la resistencia de la naturaleza a la compulsión enajenadora del capital” (Bartra, Armando. 2000). DEMANDAS SOCIALES Y NUEVO MARCO INSTITUCIONAL Un efecto ni previsto ni deseado por los auspiciantes de las políticas de ajuste hídrico fue el de conseguir una reacción de las organizaciones populares y movimientos sociales del agro, que se vieron obligadas a tomar posición y a generar el más amplio debate – no siempre exento de “despistes” – en torno a la problemática de los recursos hídricos y del aprovechamiento del agua. Ciertamente, a partir de 1994, en el momento de consolidación institucional del ajuste hídrico, se politiza el debate en torno a las aguas – en el buen sentido del término – pasando a ser un tema de discusión nacional. El marco normativo e institucional de las aguas, empiezan a ser materia de análisis, discusión y generación de propuestas entre las organizaciones campesinas e indígenas de Loja, Morona Santiago, Manabí, Carchi, El Oro, Sucumbíos, Los Ríos… en todas las provincias del país. En 1996, por vez primera en la historia del país, un movimiento indígena, la CONAIE, presenta un proyecto de Ley de Aguas. En el año 2001, se conforma el Foro de Recursos Hídricos. Los análisis, estudios, proyectos de reforma legal, de nueva institucionalidad desde los intereses de los marginados y excluidos al agua para la producción agrícola, empiezan a incrementarse y ganar en términos de calidad. Ese acumulado logró que la nueva Constitución (2008) reconozca la necesidad de desmonopolizar el control ejercido por las fracciones agroempresariales de la tierra y agua para la producción agrícola. El artículo 282 del capítulo de soberanía alimentaria, expresamente señala que: El Estado normará el uso y acceso a la tierra que deberá cumplir la función social y ambiental. Un fondo nacional de tierras, establecido por ley, regulará el acceso equitativo de campesinos y campesinas a la tierra.

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Se prohíbe el latifundio y la concentración de la tierra, así como el acaparamiento o privatización del agua y sus fuentes. El estado regulará el uso y manejo del agua de riego para la producción de alimentos, bajo los principios de equidad, eficiencia y sostenibilidad ambiental. Constituye un avance significativo el hecho de que la nueva Constitución caracterice jurídicamente al agua como “patrimonio nacional estratégico de uso público, inalienable, imprescriptible, inembargable y esencial para la vida.” Ésta definición, contenida en el artículo 12, está ampliamente desarrollada en el artículo 318, en los siguientes términos: El agua es patrimonio nacional estratégico de uso público, dominio inalienable e imprescriptible del Estado, y constituye un elemento vital para la naturaleza y para la existencia de los seres humanos. Se prohíbe toda forma de privatización del agua. La gestión del agua será exclusivamente pública o comunitaria. El servicio público de saneamiento, el abastecimiento de agua potable y el riego serán prestados únicamente por personas jurídicas estatales o comunitarias. El Estado fortalecerá la gestión y funcionamiento de las iniciativas comunitarias en torno a la gestión del agua y la prestación de los servicios públicos, mediante el incentivo de alianzas entre lo público y comunitario para la prestación de servicios. El Estado, a través de la autoridad única del agua, será el responsable directo de la planificación y gestión de los recursos hídricos que se destinarán a consumo humano, riego que garantice la soberanía alimentaria, caudal ecológico y actividades productivas, en este orden de prelación. Se requerirá autorización del Estado para el aprovechamiento del agua con fines productivos por parte de los sectores público, privado y de la economía popular y solidaria, de acuerdo con la ley. En el artículo 314 se ratifica la responsabilidad que tiene el Estado de la provisión de los servicios públicos de carácter estratégico, señalando entre otros el servicio de riego, indicando que…. 45


El Estado garantizará que los servicios públicos y su provisión respondan a los principios de obligatoriedad, generalidad, uniformidad, eficiencia, responsabilidad, universalidad, accesibilidad, regularidad, continuidad y calidad. El Estado dispondrá que los precios y tarifas de los servicios públicos sean equitativos, y establecerá su control y regulación. Un aspecto que resulta particularmente importante para la economía agraria y la justicia social en el agro, es la restitución constitucional de la capacidad regulatoria – redistributiva del Estado con respecto a los derechos de uso y aprovechamiento del agua para riego. El numeral 4 del artículo 281 establece que es obligación del Estado “Promover políticas redistributivas que permitan el acceso del campesinado a la tierra, al agua y otros recursos productivos.”; mientras que la disposición transitoria vigésimo séptima del Proyecto, recoge una demanda social fundamental: El Ejecutivo, en el plazo de dos años desde la entrada en vigencia de esta Constitución, revisará la situación de acceso al agua de riego con el fin de reorganizar el otorgamiento de las concesiones, evitar el abuso y las inequidades en las tarifas de uso, y garantizar una distribución y acceso más equitativo, en particular a los pequeños y medianos productores agropecuarios. Por último, con respecto a los recursos hídricos y su importancia para la agricultura, cabe aludir que en el capítulo de Biodiversidad y Recursos Naturales, hay 2 artículos, el 411 y el 412, que se refieren de forma importante a la gestión ambiental del agua. En la primera de las disposiciones transitorias de la Constitución se dispone que… El órgano legislativo (...) en el plazo máximo de trescientos sesenta días (contados desde la entrada en vigencia de ésta Constitución) aprobará (…) la ley que regule los recursos hídricos, usos y aprovechamiento del agua, que incluirá los permisos de uso y aprovechamiento, actuales y futuros, sus plazos, condiciones, mecanismos de revisión y auditoria, para asegurar la formalización y la distribución equitativa de este patrimonio. El debate en torno a ésta Ley, se ha mostrado particularmente complejo y cargado de tensiones sociales. Al momento de la publicación de éste libro, el país está a la espera de que la Asamblea 46


Nacional apruebe, en segundo debate, el proyecto de Ley de Recursos Hídricos. Las expectativas están en que ésta Ley, en efecto, plasme el espíritu de las disposiciones constitucionales tendientes a garantizar una efectiva democratización del reparto social del agua.

REFERENCIAS ALFARO, J.F; MARIN J. (1990). “Uso de agua y energía para riego en América Latina”. PNUD, Brasil. ASAMBLEA NACIONAL CONSTITUYENTE (2008). Constitución Política del Ecuador. Montecristi. BARTRA, Armando (2000). “La renta de la vida”. En Revista “La Hojarasca” número 42, del mes de octubre. México. CARMONA, José María: “La transformación de las estructuras agrarias y agrícolas en México”. Versión digital en: http://www.economia.umich.mx/publicaciones/EconYSoc/ES03_12.htm DUFUMIER, Marc (2004). “Desafíos de la agricultura campesina en el proceso de globalización”. Documento inédito. FORO DE LOS RECURSOS HÍDRICOS (2008). urgente”. CAMAREN. Quito.

“El despojo del agua y la necesidad de una transformación

HERRERA, Paúl.; ESPINEL Ramón; VANHUYLENBROECK, G. (2005). “Información Asimétrica en la Provisión de Bienes Públicos: Riego y Uso del Suelo en la Península de Santa Elena (Ecuador)”. Ponencia Presentada en el Primer Encuentro Ecuatoriano de Investigación sobre la Sociedad Rural. FLACSO – ALASRU. LENIN, V. I. (1976). “Carlos Marx (Breve esbozo biográfico con una exposición de marxismo)”. En: Lénin, Obras Escogidas. Editorial Progreso. Moscú. MARX, Carlos (1978). “El Capital. Crítica de la Economía Política”. Libro III, Tomo III. Akal 74. SIPAE (2008). “Reforma agraria en el Ecuador: ¿viejos temas nuevos argumentos?”. Editores: Frank Brassel, Stalin Herrera, Michel Laforge. Quito. ZAPATTA, Alex (2009). “Water consumption in Ecuadorian Agroindustry”. En: “Latin American report on monocultures and violations of the human rights to adequate food and housing, to water, to land and to territory”. Compiled and edited by: Maria Silvia Emanuelli (HIC-AL); Jennie Jonsén (FIAN Sweden and SAL); Sofía Monsalve Suárez (FIAN International). Habitat International Coalition, Regional Coordination Office for Latin America (HICAL), FIAN International, FIAN Sweden, Latinamerikagrupperna - Solidarity Sweden-Latin America (SAL).

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ESTUDIOS DE CASO

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DINÁMICAS SOCIALES EN TORNO A LA TIERRA Y EL AGUA EN EL EJE CAÑICULTOR DE LA CUENCA BAJA DEL RÍO GUAYAS Andrea Ojeda Paulina Pérez Alex Zapatta1

1. PLANTEAMIENTO GENERAL DEL ESTUDIO Éste artículo sintetiza el reporte del estudio realizado por los autores en el marco del proyecto de investigación “Tierra y Agua, interrelaciones de un acceso inequitativo”, que el SIPAE, con apoyo de la entidad de cooperación belga Broederlijk Delen, desarrolló durante los años 2008 y 2009 en torno a las interrelaciones tierra y agua en la cuenca baja del río Guayas. El estudio tuvo los siguientes objetivos: 1.1 Objetivo general del estudio Comprender las particularidades de las dinámicas sociales en torno a la tierra y el agua como recursos productivos, y sus interrelaciones en el eje cañicultor del litoral ecuatoriano. 1.2 Objetivos específicos a) Comprender las particularidades históricas de la formación de la propiedad agraria y del desarrollo de la producción de la caña de azúcar y de los ingenios.

1

Los autores quieren agradecer el apoyo del abogado Jesús Zambrano en la elaboración de este estudio.

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b) Determinar la manera en que se encuentran socialmente distribuidos los recursos productivos tierra y agua en el eje cañicultor. Establecer una aproximación a las especificidades de la acumulación de capital en el sector cañicultor y agroindustrial del azúcar. 1.3 Preguntas de investigación a) ¿Cómo se articuló el régimen de propiedad privada sobre la tierra en la zona de estudio? b) ¿Cómo se desarrolló la producción de la caña de azúcar y de los ingenios en el último siglo y medio? c) ¿Cómo está socialmente distribuida la tierra y agua en el eje cañicultor del litoral? ¿Qué condiciones se dan las relaciones capital trabajo en la producción de caña y agroindustrial del azúcar? 1.4 Itinerario metodológico Revisión bibliográfica y documental que permita situar la problemática en torno a la propiedad agraria, del agua, de la producción de caña y de los ingenios azucareros en el litoral ecuatoriano. a) b) c) d)

Delimitación geográfica de la zona de estudio. Trabajo de campo para aplicación de estudio agrario y entrevistas a informantes calificados. Organización y sistematización de la información recogida. Elaboración de reporte.

1.5 Delimitación de la zona de estudio La zona de estudio corresponde a la cuenca baja del río Guayas, especialmente a su eje cañicultor, comprendido entre el sur este de las provincias del Guayas y Los Ríos y, el noroccidente de la provincia del Cañar. Debe anotarse que una pequeña parte del eje cañicultor se encuentra ubicado muy al sur de la provincia del Guayas, en el cantón Naranjal, en un área que corresponde al sistema hidrográfico del río Jubones.

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Gráfico 1. Ubicación de la zona azucarera, 2008 MAPA DEL ECUADOR

TERRITORIO DEL EJE CAÑICULTOR EN EL SECTOR COSTA

LOS RIOS

EL GUAYAS EL CAÑAR N CUENCA BAJA DEL RIO GUAYAS.

FUENTE: SIAGRO (Sistema ELABORADO: SIPAE.

de

información

geográfica

y

agropecuaria).

Ilustración 1.- Ubicación de la área azucarera. 2008

Para el desarrollo de la investigación de campo se delimitaron tres zonas. Tal diferenciación corresponde a la ubicación y la cercanía de los ingenios: una zona identificada en el área de influencia del ingenio Isabel María (parroquia Pimocha, cantón Babahoyo, provincia de Los Ríos); una segunda zona de estudio corresponde a la zona cañicultora de los ingenios Valdez y San Carlos (cantones Simón Bolívar, Marcelino Maridueña, Naranjal, Naranjito, Milagro, Alfredo Baquerizo Moreno, San Jacinto de Yaguachi, El Triunfo, Simón Bolívar); en tanto que una tercera zona de estudio fue identificada en torno al ingenio La Troncal – ex AZTRA- (cantón La Troncal, provincia del Cañar).

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Gráfico 2. Ubicación de los ingenios azucareros del litoral DISTRIBUCIÓN DEL CULTIVO DE LA CAÑA DE AZÚCAR E INGENIOS

INGENIO ISABEL MARIA

INGENIO VALDEZ

INGENIO SAN CARLOS N

INGENIO LA TRONCAL

FUENTE: SIGAGRO e Investigación de campo ELABORADO: SIPAE.

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1.6 Los estudios y análisis previos Hasta los años 70 del siglo XX, las relaciones sociales de producción en la cuenca baja del río Guayas y, de modo específico, en su eje cañicultor, fueron abordados críticamente por intelectuales vinculados a los partidos de izquierda, Socialista y Comunista. De esa vertiente podrían mencionarse algunos trabajos: de perspectiva sociológica, como “El Montuvio Ecuatoriano” (1937) de José de la Cuadra; de tipo literario, como “Nuestro Pan” de Enrique Gil Gilbert (1941); o, trabajos de proyección política, como los escritos de Pedro Saad (1971). Tras la masacre de trabajadores del ingenio AZTRA aquél fatídico 18 de octubre de 1977, Víctor Granda publicó un detallado trabajo sobre los conflictos laborales en esa agroindustria (1979). Recientemente, Andrea Ojeda (SIPAE, 2008) estudió las condiciones de trabajo en la agricultura y agroindustria en el cantón La Troncal. Más concretamente, el problema de la tierra en la zona de estudio ha sido abordado desde distintas miradas. A inicios de los 70, en el contexto del proceso de reforma agraria que se vivía en el Ecuador, Leonardo Vicuña (1970) y Rolando Vicuña (1972) estudiaron las particularidades del problema agrario en la zona. El Instituto Ecuatoriano de Recursos Hidráulicos (INERHI) y la Comisión de Estudios para la Cuenca del Río Guayas (CEDEGE), en el marco de la planificación de sus proyectos de riego, también le dedicaron atención al tema; de los varios trabajos de esas entidades destaca el generado por la CEDEGE titulado “La tenencia de la tierra en la cuenca del río Guayas” (1973). Pero sin duda, el estudio más prolijo sobre cambios en la estructura agraria en el eje cañicultor de la cuenca baja del río Guayas es el desarrollado por el norteamericano John Uggen. Con el objeto de realizar una tesis de doctorado para la Universidad de Miami, a inicios de los 70, Uggen desarrolló una cuidadosa investigación sobre las movilizaciones campesinas en torno a la lucha por la tierra en las zonas de Milagro, Yaguachi y Naranjal. La tesis titulada “Peasant Movilization in Ecuador: A case of study of Guayas Province” (1975), fue complementada con un estudio posterior realizado por el mismo Uggen en el año 1984, que dio como resultado un libro titulado “Tenencia de la tierra y movilizaciones campesinas” (1993). Adicionalmente, el SIPAE publicó recientemente un estudio acerca de la actual estructura de la propiedad sobre la tierra en el cantón La Troncal, en el marco de un conjunto de estudios sobre la estructura agraria en el Ecuador (2008).

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El desarrollo de la industria azucarera en el Ecuador ha sido minuciosamente estudiado desde una perspectiva crítica de las Ciencias Sociales, destacándose el trabajo de Rafael Guerrero “Los ingenios en el desarrollo del capitalismo en el Ecuador 1900 - 1954” (1978), y el trabajo de Sabine Fisher titulado “Estado, clases e industria” (1983). El Estado realizó un amplio estudio sobre el desarrollo de la industria azucarera dando como resultado un voluminoso trabajo integrado por cinco tomos bajo el título de “Estudios técnico económicos referentes a la industria azucarera del Ecuador” (1980), bajo responsabilidad de INCONEC (Ecuador), HVA International BV (Holanda), CODELCON BV (Holanda) y, Motorcolumbus (Suiza). El año pasado, el Foro de los Recursos Hídricos presentó el libro titulado “El despojo del Agua” (2008), amplio análisis sobre el reparto social del agua en el país, con importante información sobre la distribución del agua de riego en la cuenca baja del río Guayas.

2. ASPECTOS GENERALES DE LA PRODUCCIÓN DE CAÑA EN EL ECUADOR

2.1 El cultivo de la caña de azúcar en el Ecuador A escala nacional, el cultivo de caña de azúcar tiene diferentes fines según sea la variedad genética y según la región donde se cultive. De hecho, para la producción de azúcar, la mayor parte de la producción de la caña se concentra en el litoral, en la cuenca baja del río Guayas, especialmente en sur y sureste de la provincia de Guayas, en el sur de la provincia de Los Ríos y en el noroccidente de la provincia del Cañar. En menor proporción, se cultiva caña para los ingenios en la región interandina y en la región amazónica. En la región interandina y en la región amazónica, así como en los pie de montaña del litoral, la producción de caña se destina principalmente a la elaboración de panela, aguardiente y dulces artesanales. En la tabla 1, se puede apreciar lo señalado.

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Tabla 1. Producción nacional de azúcar y demás productos derivados de la caña. 2000 PRODUCCION

Región costa Región sierra Región amazónica TOTAL

AZÚCAR (ha)

PANELA AGUARDIENTE, FRUTA (ha)

51.919 30.830 0 82.749

4.277 32.596 5.733 42.606

SUPERFICIE TOTAL (ha)

56.196 63.426 5.733 125.355

FUENTE: III Censo Nacional Agropecuario. (2000) ELABORACIÓN: SIPAE

Según información del Censo agropecuario del año 2000, en el litoral existen diez cantones con producción de caña para ingenios. Estos cantones, de acuerdo a la provincia a la que pertenecen, son: en la provincia de los Ríos, Babahoyo; en la provincia Guayas, cantones Alfredo Baquerizo Moreno, El Triunfo, Milagro, Naranjito, Naranjal, San Jacinto de Yaguachi, Simón Bolívar y Marcelino Maridueña; y, en la provincia del Cañar, el cantón La Troncal. 2.2 Características climáticas en el eje cañicultor del litoral

Las condiciones climáticas en las zonas dedicadas a la producción de caña de azúcar, difieren entre sí. Por ejemplo, existen diferencias en los niveles de luminosidad. Así, en la zona de Milagro y Babahoyo se registran 1000 horas / sol / año, es decir 2,6 horas sol/día; a diferencia de la Troncal, que registra 589 horas / sol / año, teniendo por lo tanto menores rendimientos en la producción de azúcar. En cuanto a la precipitación anual, Babahoyo registra una menor cantidad de lluvia; sin embargo, este aspecto no incide en el desarrollo del cultivo porque esa zona dispone de un importante sistema fluvial.

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Tabla 2. Condiciones climáticas en diferentes localidades de influencia de la caña de azúcar (2005). LOCALIDAD LLUVIA TEMPERATURA HELIOFANÍA (mm/año) MEDIA (ºC) (horas/día) Babahoyo Milagro La Troncal

920 1.454 2.396

25,47 25,8 25,9

2,6 2,6 1,7

FUENTE: INAMHI (2005) ELABORADO: SIPAE

La topografía donde se desarrolla el cultivo de caña de azúcar tiene una altitud de 50 a 100 msnm, dando una ligera condición de planicie. A esto se añade que los suelos con caña de azúcar u otros cultivos han sido acondicionados con maquinaria agrícola. 2.3 La producción de azúcar La gran dinámica del sector azucarero en el litoral se produce en la época de verano - julio a diciembre -, “periodo de zafra”, a diferencia de la sierra que ocurre todo el año. Durante la cosecha, asegurando las condiciones óptimas de los cañaverales, los ingenios a través de mano de obra y/o maquinaria cortan los canteros propios y de productores; fuera de estos meses de cosecha, se da “el periodo de inter zafra”, época de invierno - enero a junio - donde se realiza el mantenimiento de los canteros y de la fábrica. La producción de caña de azúcar de ingenios autoabastece la demanda nacional, llegando incluso a producir un excedente destinado a la exportación. Según el Servicio de Información y Censo Agropecuario (SICA), para el año 2004 la producción nacional de azúcar fue de 462,303 TM.

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La producción azucarera esta diversificada, ofrece algunos tipos de azúcar cruda: rojo, rubio, sulfitado, blanco, refinado, dependiendo de la coloración, la misma que esta en función principalmente del porcentaje de sacarosa, azúcar impalpable, panela, panela granulada, miel de caña. La producción de azúcar es procesada por seis ingenios: Valdez y San Carlos, ubicados en la provincia del Guayas; La Troncal (ex AZTRA), en la provincia del Cañar; Isabel María en Los Ríos; IANCEN en Imbabura; y, Monterrey en la provincia de Loja. El 92.19 % de la producción nacional de azúcar está concentrado en los ingenios del Litoral. Según FENAZUCAR, la participación porcentual de los ingenios del litoral en la producción azucarera durante los años 2004 – 2005, fue la siguiente: Tabla 3. Ingenios: participación en la producción nacional de azúcar Ingenio Producción (%) Isabel María 1,45 Valdez 30,11 San Carlos 32,86 La Troncal 27,77 Total 92,19 FUENTE: FENAZUCAR (2006) ELABORADO: SIPAE

La venta de azúcar por parte de los ingenios es libre, no existen restricciones por parte del Estado, por zonificación, ni cupos de venta; se almacena el producto en sus bodegas, para posteriormente vender el azúcar al por mayor a industriales (confiterías2, gaseosas, alimentos y farmacéuticos), grandes mayoristas (los que adquieren el producto directamente), comisariatos, minoristas (tiendas, los mismos que se encargan de vender a los consumidores finales). 2

La industria confitera ecuatoriana se siente perjudicada por las políticas de protección estatal que rigen para el azúcar, debe comprar azúcar nacional cuyo precio es el doble del que se vende a nivel internacional. (Caravali, Jorge, 2006).

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El sector azucarero, por el poder económico y político alcanzado, se encuentra consolidado: con sistemas propios de comercialización; de hecho, la mayoría de los ingenios disponen de puntos directos de comercialización, reduciendo la presencia de intermediarios; en la última década se han creado centros de investigación para el desarrollo tecnológico. Los propietarios de ingenios y grandes productores de caña han desplegado una estructura organizativa en defensa de sus intereses: la Unión Nacional de Cañicultores del Ecuador (UNCE) creada en 1.987; la Federación Nacional de azucareros –FENAZUCAR-. Debe agregarse a lo dicho, que el sector azucarero ha logrado tener un posicionamiento importante frente las negociaciones comerciales, en el ámbito nacional e internacional; han conseguido beneficiarse del Sistema Andino de Franjas de Precios – SAFP; así como del mecanismo de indexación de los precios. 2.4 Variedades de la caña de azúcar Una de las variedades genéticas predominantes del cultivo de la caña de azúcar es la denominada Ragnar sembrada en el 74% del área cañera para azúcar. Desde el 2005 se han incorporado clones para complementar a la variedad Ragnar, que han sido desarrollados por el Centro de Investigación de la caña de azúcar. Tabla 4. Superficie sembrada por variedad en tres ingenios azucareros de Ecuador, 2005 Variedad Total hectáreas San Carlos Valdez La Troncal Ragnar 15.435 13.491 18.523 B76-78 4.118 838 CR74-250 3.716 CC85-92 2.256 PR67-1070 991 C132-81 541 VARIAS 1.128 778 2.303 Totales 23.526 18.388 22.205 FUENTE: CINCAE (2005). ELABORADO: SIPAE

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2.5 Principales industrias consumidoras de azúcar y subproductos La caña de azúcar es uno de los cultivos que más articulaciones posibilita entre la agricultura y la industria. En el siguiente cuadro se detalla el destino industrial que tiene el azúcar y los subproductos: Tabla 5. Principales industrias consumidoras de azúcar y subproductos Productos Empresas Orangine, Unión Vinícola Inter., Chivería, Trica S.A., Cervecería Bebidas y gaseosas Andina, Industrias Quevedo, Bebidas Andinas, E.B.C., C.B.C, Industria Conservera del Guayas, Ecuavegetal, Embotelladora Azuay, Pepsi, Sumesa, Begazuay, Pasteurizadora Quito, Schullo, Toni, Lácteos San Antonio, Cruz, Induquito, Alpina, Lácteos Nápoles, Fruit, Emprooro, Biela. Tía, Florandina, Ruales Donoso, Sociedad Frutera Nacional, Panificadora Comercio y Moderna, Incremar, Celnasa, Amyel, Falimensa, Levapan, Elito, Snob, fabricación de Fermepan, Agrícola Oficial, Productora Toscana, Panificadora alimentos procesados California, Norteéis S.A., Marcseal S. A. Industrial F.G.H., Harinosa, Camari, Pan Mariscal, Frescopan, Panadería Nacional, Hilton Colón, Figallo. Manina, Ferrero, Confiteca, La Universal, Nabisco Royal, Gustaff, Confites Chocolates Noboa, Ecuagolosinas, Chocolates la Perla, Nestle, Dulces y Caramelos Ecuatotianos, Kaumal, Galletas Pecosa, Confrunas, Dulcinea. Helados Industria farmacéutica Industria alcoholera

Servihelados, Pingüino, King Bolo, Halados Turrón, Induhelados S. A. Bristol Bayer, Lab. H.G., Lab. Kronos, Lab. Mopaz, Lab. Life, Lab. Bajrner, Farmayala Producargo S.A., Soderal, Codanasa, Alcohorsa

Papel

Papelera Nacional

FUENTE: www.embajadadelbrasil.org.ec ELABORACION: SIPAE

2.6 Reciclaje agroindustrial de la caña de azúcar 59


Los subproductos de la caña de azúcar procesada en los ingenios son: bagazo, melaza y cachaza. El bagazo, que es la fibra de la caña de azúcar, se clasifica en meollo y fibra. La primera se puede hidrolizar y obtener alimento para animales; en tanto que la fibra es un subproducto que desde el año 2005 viene siendo utilizado en la generación de energía; de hecho, durante la época de zafra, los tres ingenios más grandes venden energía al sistema interconectado. Debe resaltarse que también el bagazo se utiliza en la industria papelera; de hecho, parte del bagazo que sale de los ingenios Isabel María y San Carlos se utiliza en esa industria. La cachaza es un residuo compuesto por las espumas e impurezas que sobrenadan en el jugo de la caña de azúcar al someterlo a la acción del fuego. La cachaza se utiliza como alimento y fertilizante (abono orgánico). Por cada tonelada de caña, se obtiene 0,04 TM. La melaza es un producto residual de la industria azucarera, producto de la reducción del jugo de caña por evaporación, obteniéndose un líquido espeso, de color parduzco oscuro, ligeramente amargo. La melaza es usada como alimento para el ganado y también para producir alcohol; esto explica que algunas de las empresas productoras de alcohol estén vinculados a los ingenios. En el siguiente cuadro se detalla ésta articulación: Tabla 6. Relación de las empresas productoras de alcohol con los ingenios en la cuenca baja del río Guayas Empresa de alcohol Ingenio al que se Ubicación encuentra vinculado Isabel María Pimocha ALCOHORSA Valdez y San Carlos Milagro CODANASA San Carlos Marcelino Maridueña SODERAL La Troncal (ex AZTRA) La Troncal PRODUCARGO FUENTE: FENAZUCAR (2006) e Investigación de campo. ELABORACIÓN: SIPAE

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Debe señalarse que ALCOHORSA se dedica a la producción de alcohol antiséptico y, esta fábrica no pertenece al ingenio, ni a ninguno de sus accionistas. 3. CAMBIOS EN LA ESTRUCTURA DE TENENCIA DE LA TIERRA EN EL EJE CAÑICULTOR DE LA CUENCA BAJA DEL RÍO GUAYAS 3.1 Antecedentes John Uggen (1993), diferencia dos orígenes de la gran propiedad agraria: a) De origen colonial - relativamente pocas haciendas. b) De origen republicano - la mayoría de las haciendas. Con el pasar de los años, sobre todo luego de la crisis cacaotera, con los procesos de reestructuración de la propiedad agraria, las propiedades de origen colonial y las de origen republicano se dividen o fusionan; pero sin que ello signifique, en modo alguno – ni siquiera en el proceso de reforma agraria –, que las élites guayaquileñas hayan llegado a perder el control hegemónico sobre el tierra. 3.2 Las propiedades de origen colonial Las amplias tierras no cultivadas de la América colonizada por España fueron consideradas como regalía de la Corona y denominadas indistintamente como “baldías” o “realengas”. La forma que tenían los particulares para acceder a ellas fue evolucionando, según avanzó en el tiempo el proceso de colonización (Ots Capdequí, José María. 1968): a) Inicialmente, el acceso a esas tierras se realizó a través de los “repartimentos”, realizados por los jefes expedicionarios en los primeros años de la conquista. b) Más adelante, el acceso a las tierras fue posible a través de las “reales cédulas”, ordinarias o extraordinarias, “de gracia” o “merced”. c) Finalmente, consolidada la conquista, el acceso a las tierras “baldías” o “realengas” fue mediante la adjudicación pública en subasta.

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En los mecanismos señalados en los literales a) y b), el acceso a las tierras “baldías” o “realengas” era gratuito, “por méritos”; no fue así con el mecanismo señalado en el literal c), en donde el interesado debía cancelar el valor pactado en el remate. La consolidación del mecanismo de subasta o remate de tierras no significó el fin del acceso gratuito a la tierra gracias a las reales cédulas que, aunque en menor proporción, se continuaba dando hasta muy avanzado el régimen colonial (Ots Capdequí, José María. 1968). De hecho, los procesos de apropiación de tierras en la cuenca baja del río Guayas, al parecer está muy asociado a una Real Cédula de 1780, según la cual, de manera muy generosa, las autoridades reales ceden el dominio “de las propiedades de la Corona que estaban baldías” en beneficio de “cualquiera que pudiera cultivarlas”. Empezaron a constituirse desde entonces las llamadas “acciones de sitio o de montaña”. (Uggen 1993). Uggen afirma que en lo que hoy se denomina “eje azucarero”, no fueron muchas las propiedades de origen colonial; según él, están las haciendas que sobrevivieron a las guerras de la independencia, fueron apenas tres: –

La hacienda Tenguel, de los Caamaño que, como “Tenguel Estates Limited” – de capitales nacionales e ingleses - llegó a ser la plantación cacaotera más grande del mundo. Fue rematada en 1926 por el Banco Territorial, debido a deudas. En 1933, fue adquirida por la United Fruit que la mantuvo hasta 1962. La hacienda Papayal, de propiedad de Josefa Rodríguez De Bejarano (madre de Vicente Rocafuerte). A la muerte de la señora, la propiedad se dividió en tres haciendas: Conducta, Naranjito y Venecia. La hacienda Conducta, fue heredada por Vicente Rocafuerte. A la muerte de éste, su viuda, entregó en arriendo una parte de la hacienda a favor del Sr. Leonardo Yerovi, quien fundaría en 1884 uno de los primeros ingenios del país: el “Rocafuerte”. La hacienda Rircay, propiedad que en algún momento llegó a ser de un tal Bartolomé Serrano y, en otro momento del conocido hacendado cuencano Pío Bravo, se extendía desde Cañar hasta Boca de los Sapos (El Triunfo). Solo fue colonizada desde los años 40 del s. XX.

3.3 Las propiedades de origen republicano En cuanto a la conformación de la propiedad agraria en el período republicano en la zona de estudio, es necesario distinguir, diferenciar, los siguientes momentos: 62


– – – – –

1833 – 1869: Apropiación de tierras comunales 1870 – 1924: Consolidación de las propiedades cacaoteras y cañicultoras 1925 – 1960: Reestructuración de la propiedad agraria 1961 – 1981: Afectaciones en el marco de la reforma agraria 1982 – 2008: Ampliación de la gran propiedad agraria en las zonas de caña

3.3.1 La apropiación de tierras comunales En los últimos años de la Colonia, la Real Cédula de 1780 - a la que ya se hizo referencia - fue uno de los impulsos oficiales a la apropiación de tierras comunales. Tal impulso se vería complementado en los primeros años de la República, cuando Juan José Flores, con el pretexto de indemnizar los servicios militares de parte de la oficialidad y cubrir parte de las deudas adquiridas para las guerras de la independencia y la guerra con el Perú, dispusiera -mediante Decreto de enero 16 de 1833-, la reversión de “los sobrantes de los resguardos y demás bienes de comunidad”; en la práctica, ésta fue una medida de despojo de tierras de las comunidades indígenas con particular incidencia en la Costa. A la expropiación de tierras comunales, Flores agregó la obligación de un tributo - Ley de Contribución Personal – especialmente gravoso para la población indígena. (Núñez S. Jorge. 1978). Tales medidas, sumadas a contradicciones no resueltas en las guerras de la independencia, fueron respondidas por las comunidades indígenas de la costa, incorporándose a la llamada “Revolución de los Chihuahuas” (1833 – 1837), que hizo de casi todo el litoral, escenario de una insurrección popular. (Núñez S. Jorge. 1978). No obstante la resistencia indígena en el litoral, el proceso de despojo de las tierras comunales se mantuvo. Uggen (1993) ha logrado documentar algunos casos de despojo: En 1835, se produce el remate de la legua de Ñauza que es adquirida por un tal B. Cornejo quien, posteriormente la vende a Camilo Landín; y éste, en 1870 vende los terrenos de Ñauza a Ricardo Planas. Tras el remate de la legua de Chirijo se conformó la hacienda Milagro. Adjudicada por el Gral. Flores a favor de María Morán, posteriormente, en 1942, ésta hacienda pasó a poder de la Caja del Seguro. Transferida luego por venta al Banco Nacional de Fomento, éste lo parceló en favor de los finqueros. 63


La legua de Cone fue rematada en pago “por servicios militares al Gral. José Mires”; tras la muerte de éste, fue adquirida por Manuel Ycaza Silva. Una parte de estas tierras pasaron a conformar la hacienda “Maruja”, en tanto que el resto fueron incorporadas por Ycaza a la antigua hacienda Angélica (14000 ha.). Para 1890, los Ycaza Paredes consolidaron el dominio de las tierras que originalmente fueron propiedad de las comunidades de La Saiba, Cerro de la Ensenada, Palma de Pena, El Guasmo. De hecho, el núcleo inicial del ingenio Valdez, se asienta sobre el fundo antiguo San Jacinto del Chirijo y del primitivo sitio comunero “Caimito de las Varas”. 3.3.2 Consolidación de las propiedades cacaoteras Se constituye una clase terrateniente cacaotera a lo largo del siglo XIX, se abre la frontera y monopoliza las tierras de acceso más fácil. Para 1900 encontramos una clase plenamente constituida (Guerrero, Andrés. 1994). De acuerdo a las cifras catastrales, a escala nacional se contaban a comienzos del siglo XX con unos 4.837 fundos y más de 58 millones de árboles de cacao. Las grandes provincias cacaoteras (Guayas y Los Ríos) eran aquellas donde las condiciones de transporte presentaban mayores facilidades naturales, gracias a la red fluvial, para conducir la producción al puerto de Guayaquil (Guerrero. 1994). La importancia que tuvieron las vías de comunicación para las explotaciones de cacao, caucho y caña, explica el hecho de que en la “época formativa” de las haciendas, éstas se concentraron a lo largo de los sistemas fluviales; en tanto que las zonas que carecían de ríos quedarían “baldías” hasta bien entrado el s. XX. A decir de Andrés Guerrero (1994) la red fluvial densa del río Guayas elimina uno de los problemas esenciales de este tipo de producción agrícola de exportación, constituido por las fuertes inversiones en medios de transporte necesarios para acarrear el producto de las haciendas al puerto de exportación y que implican el alza de los costos. En esta misma línea de reflexión, debe enfatizarse la importancia que tuvo el ferrocarril en la rearticulación de la propiedad agraria en la zona de estudio. En 1875. Yaguachi y Milagro fueron las dos primeras poblaciones en estar interconectadas por el tren. A partir de entonces, la 64


historia de la propiedad agraria estará íntimamente ligada a la historia del ferrocarril (Uggen. 1993). Gráfico 3. Ubicación de los ingenios azucareros en 1930 y su correspondencia con la línea férrea

I INGENIOS AZUCAREROS UBICACIÓN DE LOS LÍNEA FERREA - 1930

FUENTES: SIGAGRO e investigación de campo. ELABORADO: SIPAE

Otro tanto sucede con las vías carrozables. A partir de mediados de los años 40 del s. XX, el vínculo “vías de comunicación – propiedad agraria”, se ampliará a las vías carrozables: Durán – Tambo (1948), la vía a Naranjal y Milagro; en donde se empiezan a verificar procesos de acaparamiento de tierras. La inauguración del tramo a Milagro en 1952 - a partir de la vía Durán – Tambo -, subió el valor comercial de las haciendas Maruja, Eugenia y San Miguel y fomentó el mercado de tierras. (Ibid). A partir de 1885 y hasta inicios de la Primera Guerra Mundial, el Ecuador va a disfrutar de un auge nunca antes conocido de las exportaciones del cacao. La situación favorable del 65


cacao ecuatoriano en el mercado mundial conduce a la extensión de grandes haciendas dedicadas al cacao (Guerrero, Andrés. 1994. Op. Cit.). En este período se consolida la gran propiedad cacaotera en la zona. De las diez más importantes familias cacaoteras: los Seminario, los Aspiazu, los Morla, los Caamaño, los Durán Ballén, los Ycaza, los Avilés, los Sáenz, los Aguirre, los Acevedo y los Puga, seis tenían propiedades en la zona de Milagro. Con las ganancias extraordinarias de la producción del cacao los propietarios de las plantaciones, para consolidar su poder político y económico, fundan bancos y compañías, siendo ellos parte de los directorios de tales empresas. 3.3.3 Reestructuración de la propiedad agraria Entre 1914 y 1925, el auge de la producción y exportación cacaotera entra en crisis. Lois Crawford de Roberts (1980) explica la crisis en los siguientes términos: El principal producto de exportación del Ecuador creció en desproporción, mientras sus condiciones favorables de mercado eran desafiadas por tres causas. En primer lugar, hubo severos ajustes de mercado, aunque de corta vida, producidos por la Primera Guerra Mundial. Más serio era el crecimiento de la competencia del África Occidental Británica y de Brasil en el mercado Mundial. Por último, estaban dos enfermedades fungosas que iban a arruinar verdaderamente las plantaciones de cacao: la monilia y la escoba de bruja. La crisis del cacao desencadenó una crisis generalizada de la economía ecuatoriana, siendo los trabajadores y sectores populares los más golpeados. El desempleo y el hambre extendían su reinado. Ello explica la movilización popular del 15 de noviembre de 1922 en Guayaquil, que será enfrentada por el gobierno liberal, con una masacre. El liberalismo placista y sus gobiernos, designados todos ellos con la anuencia del Banco Comercial y Agrícola, quedan entonces “sin piso político”. Es en ese contexto que el 9 de julio de 1925, los militares jóvenes encabezan una revolución que pasará a la historia como “La Juliana”. La crisis reseñada, explica los procesos de disolución de la hacienda cacaotera tradicional. Productores azucareros, compañías extranjeras, especuladores, terratenientes de nuevo cuño, empiezan a adquirir las haciendas de la zona. El capital extranjero aprovechó la crisis cacaotera. La norteamericana “Ecuadorian Corporation” compró las haciendas San Miguel, Panigón y parte de la hacienda Naranjito, en el sitio denominado Supaypungo (sector que más adelante será denominado como “Presley Norton”); en conjunto, las tres propiedades ocupaban una superficie superior a las 7.000 ha. 66


Otra norteamericana, la “W. R. Grace” compró el antiguo ingenio “Rocafuerte”. La compañía chilena “Echeverría Ltd.” adquirió catorce propiedades entre Naranjal y Milagro – entre otras propiedades, esa empresa adquirió lo que quedaba de la hacienda Papayal; solo los fundos Taura y Vainillo adquiridos también por la “Echeverría” sumaban en conjunto más de 30.000 ha.-. La norteamericana “United Fruit” adquirió la hacienda “Tenguel”. Su subsidiaria, la Cía. Agrícola del Guayas adquirió fraudulentamente los terrenos por donde iba a pasar la vía Durán – Tambo, además adquirió casi todas las propiedades que originalmente fueron adquiridas por la chilena “Echeverría”. Por su parte, otra empresa chilena, la “Frutera Sudamericana” compró las haciendas “La Elvira”, “Nueva América”, “María Esther”, “La Florida” y “Balao Chico”, siendo destinadas éstas a la producción bananera (Uggen. 1993). Tras la Revolución Juliana, el Banco Comercial y Agrícola empezó un lento y largo proceso de liquidación. Sin embargo antes, en 1923, el Banco adquiere el ingenio San Carlos. Concluido el proceso de liquidación, en 1937 los socios de ese Banco se rearticulan como “Sociedad Agrícola e Industrial San Carlos”, manteniendo el control de dicho ingenio. A partir de 1940, esa Sociedad comenzó a extenderse a expensas de las haciendas cacaoteras. Adquirió la mayor parte de la hacienda “Venecia” y, entre 1940 y 1976, adquirió 16 propiedades más. Cada compra estaba marcada por procesos de desalojo de finqueros campesinos. 3.3.4 Afectaciones en el marco de la reforma agraria Con respecto al proceso de reforma agraria en esta zona, es necesario señalar algunos antecedentes. Desde fines de los años 20, con el apoyo del Partido Comunista del Ecuador, se articulan diversas estructuras organizativas de tipo sindical, ejemplo de ello son la Central Sindical – Campesina en Milagro; y, el Sindicato Campesino de Naranjal. Entre 1934 y 1935, se conforman estructuras sindicales en el ingenio San Carlos; en la hacienda Angélica; en la hacienda Venecia; y, en la Isla de Rocafuerte en Milagro. Poco después, en 1939, se conforma el sindicato en el ingenio Valdez. Todas esas estructuras sindicales, bajo la orientación del Partido Comunista, van a confluir en 1954, en la conformación de la Federación de Trabajadores Agrícolas del Litoral (FTAL). Hasta 1958, entre las haciendas de Milagro, Yaguachi y Naranjal se llegaron a conformar 35 sindicatos con reconocimiento jurídico; se estima, sin embargo, que el movimiento sindical fue mucho más amplio. Los años 50 fueron también el momento de mayor apogeo de la lucha en contra de la penetración del capital monopólico transnacional (Uggen. 1993). 67


En medio de ese proceso de efervescencia organizativa de tipo clasista, en 1955, en el sector “Rosa María”, se reactiva el Comité de Expropiación de terrenos del ingenio Valdez, organización que va a jugar un rol destacado en la lucha por la tierra en la zona de Milagro. En “Rosa María” vivían en condiciones de hacinamiento los trabajadores agrícolas y sus familias que habían sido expulsados de las haciendas cacaoteras. El Comité impulsaba la lucha por la tierra en dos direcciones: por un lado, presionaba para que el ingenio Valdez ceda terrenos para vivienda popular; por otro lado, el Comité agrupaba a los finqueros de la hacienda “Maruja”, que estaban en conflicto con su propietario Jacinto Jouvín Cisneros, un funesto latifundista empecinado en desalojar a los finqueros de su hacienda. A los finqueros de “Maruja”, se adhirieron los finqueros de “La Eugenia”. Para el año 1961, el Comité de Expropiación se convierte en la “Cooperativa 5 de Junio” y en esta condición, en 1965, alcanza a recuperar las tierras de ambas haciendas aunque, con compensación económica de por medio. (Ibid.). A inicios de los años 60, las haciendas “Taura” y “Vainillo” de propiedad de la Compañía Agrícola del Guayas, subsidiaria de la United Fruit, fueron parceladas y vendidas a bananeros que se comprometían a entregar la fruta a esa empresa norteamericana. La “Sociedad Agrícola Buena Fe”, cuyo mayor accionista era Esteban Quirola, adquiere 11.570 ha. Ante esta situación, que cuestionaba las posibilidades de reasentamiento campesino, entre 1961 – 1963 se van a registrar un sinnúmero de tomas de tierras por parte de los campesinos. En 1962, la lucha por la tierra se vio impulsada por la invasión por parte de los ex trabajadores a la hacienda Tenguel. Frente a ello, la United Fruit, no tuvo más alternativa que vender la hacienda al Estado que, luego parceló el predio y vendió a los ex trabajadores. En ese contexto era inevitable la promulgación de una Ley de Reforma Agraria. Las discusiones entre las clases propietarias giraban en torno al carácter y alcance de esa Ley que debía equilibrar las visiones del sector más tradicional de los latifundistas y el más moderno y, entre los intereses de los latifundistas costeños y el de los latifundistas serranos. Al final, en 1964 se promulgó la Ley, cuidadosamente elaborada para no amenazar intereses de latifundistas. Ese mismo año -1965 - se promulgó la Ley de Tierras Baldías, que amplió un poco el alcance de la Ley de Reforma Agraria, al declarar nulos los títulos basados en “derechos y

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acciones de sitio o montaña”. Esto afectaba a muchos propietarios de la costa que, habían fundado sus propiedades en dichos títulos. En 1965, el IERAC abrió una oficina en Milagro y anuncio la liquidación de las relaciones precaristas. Por presión de la Cooperativa “5 de Junio” se expropió la hacienda “El Peligro” del ingenio San Carlos. Entre 1965 y 1976, el IERAC intervino en un total de 90.000 hectáreas en los cantones Milagro, Yaguachi y Naranjal (un 23% de la superficie total de los tres cantones). En el mismo período el IERAC intervino en otras 41.000 ha en la hacienda “Papayal” (Uggen. 1993). 3.3.5 Ampliación de la gran propiedad agraria en las zonas de la caña Los datos generados por el III Censo Agropecuario permiten tener una idea de cómo a inicios de esa década se encontraba la distribución social de las superficies dedicadas a la producción de caña para ingenios en el país: las unidades de producción (UPA) con superficies menores a 10 hectáreas, representan apenas el 3,2% del total de las UPA; aquellas propiedades de entre 10 y menos de 50 hectáreas, representan el 9,2% del total de las UPA; las propiedades comprendidas entre 50 y menos de 200 hectáreas representan el 11,93 del total de las UPAS, en tanto que las propiedades de 200 hectáreas y más, representan el 75,7 del total de las UPA dedicadas a la producción de caña para ingenios azucareros. Hay, como se puede apreciar en la información censal, un importante grado de concentración latifundista de las tierras en la producción de caña para ingenios. En lo que tiene que ver específicamente con las plantaciones de caña de los ingenios – dejando por fuera a los finqueros y cañicultores proveedores -, desde 1979 se registra un importante crecimiento de la superficie de los ingenios establecidos en la cuenca baja del río Guayas, que prácticamente duplicaron la superficie de sus cultivos. Tal es la realidad que se aprecia en el siguiente cuadro:

Tabla 7. Distribución superficie según ingenio azucarero. 1979 -2008 INGENIOS 1979* 2008 ** 16.044 25.000 La Troncal (ex - AZTRA ) 15.641 26.000 San Carlos 9.937 26.000 Valdez 69


Isabel María TOTAL

1.671 33.331

1.800 78.800

FUENTE:* Estudios Técnicos Económicos referentes a la Industria azucarera en Ecuador (1980); ** Investigación de campo (2008) ELABORADO: SIPAE

Como se puede observar en el gráfico insertado a continuación, la superficie de caña cultivada por los ingenios es superior a la superficie cultivada por los finqueros y cañicultores proveedores; esto, no obstante de que la mayoría de cañicultores – que producen caña para ingenios – son también, como ya quedó señalado, grandes propietarios. Gráfico 4. Superficie de caña de azúcar por ingenios azucareros

FUENTE: Estudios Técnico – Económico Referente a la Industria Azucarera en Ecuador (1980); Investigación de campo (2008). ELABORADO: SIPAE

Los mecanismos de expansión de superficie de caña de azúcar se realizan a través de la vinculación de nuevos productores (finqueros3 y cañicultores4), inicialmente con apoyo de los ingenios, así lo confirma un productor del ingenio VALDEZ “Para la década de los 80 VALDEZ si apoyaba a los cañicultores, con maquinaria, en créditos; en la actualidad ya no”. 3 4

Finqueros, que dependen de la producción de varios cultivos. Cañicultores, que dependen solo de la caña de azúcar.

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La tierra de los ingenios azucareros se incrementa existiendo una reconcentración de la misma. La adquisición de este recurso se da a través de varios mecanismos. Según un poblador de Marcelino Maridueña, “En 1985 [los empleados del ingenio San Carlos] presionaron a ciertos productores pequeños, los mismos que vendieron sus tierras. En la hacienda las Vegas, hostigaban a los finqueros, hoy sus hijos son trabajadores de San Carlos”. Privatizado el Ingenio AZTRA – al que se le cambió de nombre, pasando a denominarse “ECUDOS” – y, en su lógica de expansión, contribuyó a que se realice inversiones en el cultivo de caña de azúcar, pues requería caña de productores independientes. Para el año 1996 existe un pico de créditos tanto por el Banco Nacional de Fomento y así como de la banca privada para el cultivo de caña de azúcar. En el año de 1998 el fenómeno del niño afecta la producción de caña, no pudiendo realizar los cortes, ni pagar las deudas a los bancos. Esta crisis es aprovechada para fomentar un proceso de acaparamiento de tierras en provecho del Ingenio AZTRA (privatizado) así como de grandes y medianos propietarios. Tal situación ya ocurrió anteriormente (1994) con la crisis que sufrieron los pequeñas bananeros. El acaparamiento de la propiedad agraria tiene como contrapartida la exclusión del acceso a la tierra de muchos campesinos, aunque solo fuera para vivienda; ello ha derivado en tomas de tierra, como la que sucedió en el año 2005, cuando se invadieron las áreas adyacentes a las cunetas y canales de regadío del sistema de riego Manuel J. Calle. En el proceso de expansión del cultivo de caña de azúcar, en la década de los 90, se crean mecanismo de fortalecimiento de los grandes y medianos productores de caña: nuevas asociaciones de cañicultores; creación de centros de investigación: Centro de investigaciones de caña de azúcar (CINCAE), Centro Nacional de Investigación de la Caña de Azúcar (CNICA), Fundación para la Investigación Azucarera del Ecuador (FIADE). Pero además, los ingenios aumentaron su capacidad de molienda, así como también la implementación de otras agroindustrias como las alcoholeras - para ejemplificar, basta recordar que en noviembre de 1992 se inauguró SODERAL S.A., fábrica de alcoholes que utiliza la melaza de los ingenios como materia prima-. En cuanto al uso del agua, en el año 2000, el III Censo Nacional Agropecuario registró 82.749 ha dedicadas al cultivo de caña de azúcar para ingenios. De esa superficie, 78.303 ha tenían riego seguro, es decir, el 94,63 % del total de la superficie cultivada. Es decir, la gran propiedad agraria de la caña tiene garantizada el agua. 71


4. EL DESARROLLO DE LA INDUSTRIA DE LA CAÑA EN UNA RESTROSPECTIVA HISTÓRICA 4. 1 Orígenes y desarrollo de la industria azucarera Rafael Guerrero (1978) ubica en los siguientes términos el contexto económico en el que surge la industria azucarera en el Ecuador: Hacia fines del siglo XIX la formación social ecuatoriana inicia un período de profundas transformaciones, ligadas a una inserción más profunda en el sistema capitalista mundial en calidad de proveedor de materias primas. Contrariamente a períodos anteriores, esta inserción se desenvuelve alrededor de un proceso de concentración de la propiedad en la zona costera y de desarrollo de las relaciones de producción asalariadas. El cuadro de clases comienza a variar fundamentalmente, tanto por el nacimiento del proletariado de las fábricas y servicios de la ciudad de Guayaquil, como por la configuración de una nueva clase hegemónica: la burguesía agroexportadora y bancaria. Esta clase, a través de la revolución Alfarista accede al poder y luego de romper los signos más visibles de la dominación terrateniente eclesiástica, subordina a éstos en lo que sería el gobierno placista. Los ingenios azucareros surgen en ese contexto, sobre la base de la transformación de los artesanales trapiches del pasado para configurarse rápidamente en uno “de los principales canales de acumulación de la burguesía..” (Guerrero Rafael. 1978). En cuanto a los momentos históricos del desarrollo de la industria azucarera, quizá podrían identificarse cuatro grandes momentos: a) b) c) d)

Desarrollo incipiente – artesanal, hasta 1880. Capitalización inicial y primeros pasos hacia su desarrollo industrial, hasta 1914. Auge de la industria azucarera, hasta 1949. Monopolización de la producción de azúcar, desde la década de los 50 hasta la actualidad.

Hasta inicios de la década de los 80 del siglo XIX, cuando empiezan a fundarse los primeros ingenios con una significativa capacidad de molienda, la producción de azúcar estaba concentrada en trapiches artesanales, de tracción animal, sin mayor trascendencia económica. 72


En 1880, la compra de la hacienda Milagro por parte de Rafael Valdez y la consiguiente instalación de un ingenio cuatro años después, tras haberse obtenido un crédito por parte del Banco del Ecuador, dio origen a la primera producción significativa de azúcar: 18.429 quintales (Comisión Nacional del Azúcar. 1971. Citada por Guerrero, Rafael. 1978). Arrancaba entonces un incipiente proceso de capitalización y desarrollo industrial del azúcar. En 1892, tras comprar la hacienda “Santa Rosa”, Homero Morla, hacendado cacaotero y banquero, fundó el ingenio Santa Rosa del Chobo que posteriormente pasará a denominarse ingenio “Luz María”. Un año después, en 1893, el comerciante Carlos Lynch adquiere la propiedad que pertenecía a José Bermeo, ubicada en el sitio denominado Playa de Piedra, en donde había unas pocas matas de cacao y 800 cuadras de caña de azúcar, situadas cerca de la confluencia de los ríos Chimbo y Chanchan en el cantón Yaguachi. Para 1905, el ingenio contaba con un trapiche sistema Harvez de fabricación inglesa. (Guerrero. 1978). Gráfico 5. Superficie de caña de azúcar del Ingenio San Carlos MAPA 5. Superficie de caña de azúcar. Ingenio “San Carlos”. 2008

FUENTE: ? ELABORADO: SIPAE

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Rafael Guerrero (1978), a quien estamos citando, explica que el incipiente desarrollo industrial de la producción de azúcar, en buena medida obedecía a que, a diferencia de lo que ocurría con las haciendas cacaoteras, la composición orgánica de capital requerida para los ingenios era bastante alta; requerimiento que no podía ser satisfecho por la limitación de la fuerza de trabajo asalariada en la cuenca baja del río Guayas. De hecho, no es sino hasta inicios del siglo XX que la costa y la sierra se unen por la vía férrea, posibilitando el flujo de mano de obra hacia las plantaciones del litoral; mano de obra que, por otro lado, solo se vio “liberada” de las ataduras semifeudales con las haciendas serranas gracias a la Revolución Liberal. En el comercio internacional primaba en Europa el comercio de azúcar de remolacha; mientras que Estados Unidos se abastecía de Cuba – que junto a Haití – estaban entre los más importantes países productores de caña de azúcar en América. A finales del siglo XIX, el capital norteamericano empezó a centralizar y monopolizar la producción de azúcar en Cuba. El Ecuador no estaba entonces en condiciones de participar en el marcado mundial de azúcar; antes más bien, en 1907, se permitió la libre importación de azúcar. El inicio de la primera guerra mundial en 1914, como ya se ha señalado, va a repercutir negativamente en el comercio mundial del cacao; pero, al mismo tiempo va a repercutir favorablemente en el comercio mundial del azúcar, debido a la reducción de la oferta de este producto. Tal circunstancia dinamizó la producción nacional del azúcar. Este auge duró hasta 1920, cuando se experimenta una nueva caída en los precios del azúcar. Ese inicial auge, aunque corto, dio un impulso definitivo a la producción de azúcar en el país; en lo inmediato, permitió la capitalización de algunos de los ingenios, que ampliaron la superficie de sus propiedades y modernizaron su maquinaria. Con ello, su capacidad de producción se vio incrementada; tal es la realidad que se puede apreciar en el siguiente cuadro: Tabla 8. Situación de la industria azucarera en 1909 – 19225 Ingenio

Propietario

Cantón

Producción anual (En quintales)

5

En este cuadro hay que tener presente que al referirse a los ingenios de Homero Morla: “Luz María” y “Matilde”, la producción que corresponde al año 1909, suma la producción de los dos ingenios; en tanto que la producción referida al año 1922, sólo se refiere a la producción del primero de los ingenios señalados. Por otro lado, pudiera ser que el ingenio “María” que solo registra producción en el año 1909, sea el mismo que el denominado como “Adelina María” que solo registra producción en el año 1922.

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1909

1922

Valdez

Sucesores de Rafal Valdez

Yaguachi

45.000

90.000

San Carlos Luz María y Matilde Inés María Rocafuerte El Cóndor María Santa Ana San Pablo Esperanza La Compañía Supaypungo Adelina María Eulalia Chonana

Carlos Lynch Homero Morla Carrillo Hermanos Julián Aspiazu Félix Chevasco Darío Morla Herederos J.J. Gonzáles J. Puig Mir

Yaguachi Yaguachi Yaguachi Yaguachi Yaguachi Balao Daule Babahoyo

22.000 40.000 20.000 20.000 5.000 5.000 7.000 15.000

46.000 24.000 18.000 17.000 13.000

Total de la producción nacional de azúcar

134.000

5.000 17.000 4.000 9.000 12.000 19.000 10.000 5.000 289.000

FUENTES: Guía Comercial y Agrícola de la República del Ecuador (Guayaquil. 1909). Asociación de Agricultores del Ecuador (1923 – 1924) ELABORADO: Rafael Guerrero (1978).

La crisis de la producción del cacao en los años 20 posibilitó la expansión territorial de las plantaciones de caña y, al mismo tiempo, permitió engrosar ese “ejército industrial de reserva”, fundamental para el desarrollo de la industria azucarera, en tanto que condición para la sobreexplotación de la fuerza de trabajo. Como ya se indicó, en 1923, el ingenio San Carlos pasó a propiedad del Banco Comercial y Agrícola, dado que Lynch no pudo cancelar una deuda. A partir de entonces, el Banco comenzaría a expandirlo territorialmente y a incrementar la capacidad industrial. Entre 1940 y 1957 pasarían a control de la Sociedad Agrícola e Industrial San Carlos las haciendas Venecia, Paraíso, La Lidia, Pretoria, La Lola, Peligro, Papayal, La Luz, Pomaire, María Teresa, Teresita, San Luis y Ana María (Uggen. 1993).

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La expansión territorial de los ingenios, especialmente del San Carlos y Valdez implicaba, al mismo tiempo, un proceso de proletarización del campesinado establecido en las antiguas haciendas cacaoteras. Durante los años 40 – como resultado de la segunda guerra mundial – y, en lo posterior, el constante incremento de los precios del azúcar favorecería el desarrollo de la industria azucarera. Poco a poco, los dos ingenios mencionados fueron copando la demanda nacional de azúcar, desplazando a los otros ingenios que paulatinamente fueron desapareciendo (Fisher. 1983). En 1937, los ingenios San Carlos y Valdez controlaban el 64,4% de la producción nacional de azúcar, el saldo lo cubrían doce ingenios pequeños. En cambio, para 1954 la relación había cambiado radicalmente, los dos ingenios controlaban el 91,35 de la producción nacional y habían sido eliminados de la competencia siete ingenios (Guerrero. 1978). Ese proceso de monopolización se explica no solo por la expansión territorial de los dos ingenios, sino también por la permanente inversión en la modernización industrial y la preocupación que tuvieron por asegurar adecuados sistemas de irrigación en los cañaverales. De ese proceso de monopolización de la producción de azúcar, en el litoral solo se salvaron dos ingenios: el Luz María, ubicado en El Chobo - al cual ya se hizo referencia -; y, el Isabel María. Gráfico 6. Superficie de caña de azúcar del Ingenio Isabel María MAPA 6. Superficie de caña de azúcar. Ingenio “Isabel María”. 2008

FUENTE: Carta IGM. 1984 ELABORADO: SIPAE

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Fundado en 1936, el Isabel María en sus inicios fue conocido como “Hacienda Compañía”, con 200 ha de cultivo de caña para azúcar. El ingenio como tal lo fundó Alejandro Ponce Elizalde, casado con Isabel María Luque, de ahí surge el nombre del ingenio. Ponce tomó posesión del Ingenio a raíz de una deuda, de la cual recibió como parte de pago un molino y calderas, que posteriormente servirían para iniciar la industrialización de caña de azúcar. Para las décadas de los 60 y 70 el cultivo de caña del Ingenio se incrementó llegando a 600 ha, tierra que adquirió por la compra de haciendas cercanas al ingenio. Para evitar la acción del proceso de reforma agraria, los propietarios subdividieron las tierras del ingenio en haciendas menores. Contando con una mayor superficie de cultivo, la capacidad de molienda se incrementa a 500 toneladas métricas por día. La producción del ingenio Isabel María durante la zafra del año 1969 fue de 95.199 toneladas de caña molida. En el año 93 los accionistas de Isabel María compraron la maquinaria del ingenio Luz María (tanques, molinos, caldero) y que, para ese entonces, era propiedad de Juan Isaías. En 1949, el gobierno de Galo Plaza promulgó la Ley de Fomento para impulsar el desarrollo de las empresas. En los años 50, la industria azucarera se vio favorecida con esta nueva Ley, en término de créditos; así como en término de precios altos, debido a la prohibición de importación de azúcar (Fisher. 1983). En los años 50, una Ley que devendría en especial impulso a la industria azucarera fue la Ley de Fomento Industrial, de 1957. Con base en los criterios establecidos en esa Ley, todos los ingenios fueron clasificados en la categoría A, gozando de un sinnúmero de beneficios: liberación de impuestos a la importación de maquinaria, materia prima; reducción de impuestos al capital en giro (Fisher. 1983). Como es conocido, a inicios de los años 60 el embargo económico decretado por Estados Unidos en contra de la Revolución Cubana derivó en la rifa de la cuota azucarera cubana a los países de América Latina, que respaldaban la postura imperialista. Eso alentó la capacidad de exportación azucarera que para ese entonces habían desarrollado los ingenios Valdez y San Carlos. La expectativa de exportación del azúcar y la ampliación del mercado interno, crearon las condiciones para el surgimiento de un nuevo ingenio azucarero. En efecto, la dictadura militar de inicios de los 60, oficializa el proyecto de construcción de un nuevo ingenio azucarero, en el sector hoy conocido como La Troncal.

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Es necesario tener presente que la constitución de este ingenio en 1964, denominado Azucarera Tropical Americana (AZTRA), se da en medio de 2 procesos contradictorios entre sí: el de colonización terrateniente y el de reforma agraria. Uno de los objetivos de este proyecto – que hacían parte de su “agenda secreta” - fue el de garantizar las propiedades latifundistas basadas en los “derechos y acciones de sitio y montaña”, así como aquellas propiedades turbiamente adquiridas al ritmo de la construcción de la vía Durán - Tambo. De hecho, el primer paso para materializar el proyecto de nuevo ingenio fue la declaratoria de “inafectables” – del proceso de reforma agraria – a las tierras en donde se construiría el ingenio y, en donde empezaría a producirse caña. (Granda, Víctor. 1979). ¿Quiénes fueron los promotores del nuevo ingenio?: los Jouvín Cisneros, latifundistas ya mencionados; Piana Bruno, dueños de CEDOSA, la principal procesadora de grasas y aceites comestibles del país; y, los Andrade Ochoa, accionistas de la compañía INCA, constructora de la vía Durán – Tambo. (Uggen. Op. Cit.); (Granda, Víctor. 1979). Inmediatamente, todos los propietarios de las áreas próximas, sobre todo quienes habían adquiridos propiedades desmembradas de la antigua hacienda Taura – Vainillo, a cambio de acciones aportaron sus tierras al nuevo ingenio; con ello buscaban protegerse de la ofensiva campesina en pleno proceso de lucha por la tierra. La deuda adquirida con la empresa francesa Fives Lille Gail para la construcción de la planta procesadora y su equipamiento no pudo ser pagada, viéndose obligado entonces Andrade Ochoa a transferir sus acciones a Filanbanco, propiedad del grupo Isaías, a cambio de que este Banco pagara la deuda a la empresa francesa. A inicios de los años 70, los Isaías, transfirieron sus acciones al Estado, a través de la Corporación Financiera Nacional, entidad pública que llegó a poseer el 75% de las acciones de AZTRA. (Granda. 1979). En torno al ingenio AZTRA se fue conformando la población de La Troncal, hoy cantón de la provincia del Cañar. El 18 de octubre de 1977, en ese ingenio se produjo uno de los crímenes más abominables en contra de la clase trabajadora ecuatoriana, conocida como la “Masacre de AZTRA”, acción represiva de la dictadura militar del triunvirato, en el que perecieron acribillados cerca de un centenar de trabajadores en huelga y sus familias (Granda. 1979). 78


En el año 1993, en el marco de una política privatizadora del gobierno de Durán Ballén, el grupo Isaías recupera, de forma fraudulenta, el control de AZTRA. Este ingenio entonces pasó a denominarse ECUDOS. Recientemente, en el año 2008, para recuperar parte de las deudas adquiridas por la familia Isaías con el Estado, el Ingenio fue incautado por la estatal Agencia de Garantía de Depósitos (AGD). Los trabajadores y ex trabajadores del ingenio, así como el pueblo de La Troncal, saludaron esta acción del gobierno nacional. El peso político y económico de la burguesía azucarera ha garantizado que la industria del azúcar sea “la niña mimada del Estado”: políticas proteccionistas en materia de comercio exterior; indexación de precios; incentivos y beneficios legalmente establecidos. En 1970, el gobierno creó la Comisión Nacional del Azúcar, que más tarde se transformó en el Programa Nacional del Azúcar. El Programa, no obstante, nunca logró funcionar en términos eficientes, por lo cual dejó de existir tiempo después (Fisher. 1983). Entre otras normas dirigidas a favorecer la industria azucarera podrían mencionarse las siguientes: Codificación a la Ley de Fomento Industrial (Decreto Supremo 1414, de septiembre 22 de 1971); Declaratoria de Zonas de promoción industrial regional (Decreto Supremo 1248, de noviembre 3 de 1973); Lista de Inversión Dirigida (Decreto Supremo 989, de diciembre 14 de 1976). (HVA-INTERNATIONAL BV. 1980). Posteriormente, la Ley de Fomento y Desarrollo Agropecuario (1979) y la Ley de Desarrollo Agrario (1994) también beneficiarían a la industria del azúcar. La expansión del capital azucarero En 1993, el mismo año que se privatizó el ingenio AZTRA, la familia Valdez vende sus acciones al Grupo Noboa S.A., Grupo que posteriormente lo transfiere al Consorcio NOBIS cuya mayor accionista es Isabel Noboa, con lazos de consanguinidad con los mayores accionistas de Noboa S.A. NOBIS es el ejemplo de la conformación de estos holdings empresariales, estructurados de tal manera que permiten la transferencia de capitales acumulados en la agroindustria a otras ramas de la producción capitalista. De hecho éste Grupo, que además es propietario de la hacienda ganadera “San Rafael”, ha incursionado en actividades de generación de energía eléctrica, a través de Ecoelectric; en el aprovechamiento industrial del azúcar, a través de Universal Sweet Industries; en proyectos de construcción inmobiliaria, a través de Pronobis; en 79


actividades industriales diversas a través de empresas como Coca Cola. El Grupo NOBIS es además propietario de la franquicia “Howard Johnson” en el Ecuador (Información recabada del portal virtual de NOBIS). Es interesante como se van estableciendo vínculos entre proyectos con inversión pública, como por ejemplo la regeneración urbanística emprendida por el Municipio de Guayaquil en el sector de Puerto Santa, al pie del río Guayas, con los proyectos inmobiliarios de Pronobis. De hecho en Puerto Santa, esta empresa del holdig NOBIS, tiene pensado un ambicioso proyecto inmobiliario: “Ciudad del Río”, que tendrá entre trece y quince edificaciones, cuyo desarrollo está previsto para los próximos años. Durante ese tiempo la inversión ascenderá a USD 130 millones. El complejo incluye un hotel cinco estrellas y edificios con oficinas y apartamentos. En el caso del grupo empresarial propietario del ingenio San Carlos, sus accionistas en el año 1999 aprobaron una escisión del capital de la compañía para conformar una holding que se convierta en la propietaria de acciones de las nuevas compañías del grupo que han ido surgiendo como respuesta a la diversificación de inversiones y a la utilización de los subproductos de la caña de azúcar. Así nace Inversancarlos con el mismo grupo accionarial e integrada por las siguientes compañías: Papelera Nacional S.A. (100 % de las acciones), Codana (Compañía de Alcoholes Nacionales con participación del 50 % de las acciones), Soderal (Sociedad de Derivados del Alcohol con el 100 % de las acciones), Agritalisa (Agrícola Talismán S. A. con el 100 % de las acciones), Doconsa (Bodegas de Azúcar en Durán con el 100 % de las acciones), Intercia (Recicladora de Cartón y Papel con el 100 % de las acciones) y otras más que van surgiendo a partir del año 2003. (Información recabada del portal virtual del ingenio San Carlos). Algunos de los negocios son el resultado de inversiones compartidas por los dos grupos empresariales, San Carlos y NOBIS: ese es el caso, por ejemplo de CODANA – empresa ya mencionada-; o, de Carbogas, empresa dedicada a la recuperación de CO2 producido por las levaduras fermentativas como resultado de la transformación de los carbohidratos de las melazas de caña. En torno al Ingenio AZTRA, los Isaías conformaron el Grupo Azucarero ECUDOS, un conjunto de nueve empresas que se dedican al cultivo de caña de azúcar y a la producción, industrialización y comercialización del azúcar. Hacen parte de ese grupo las siguientes 80


empresas: Ecudos S.A., Sacorpren S.A., Podec S.A., Persol S.A., Agrícola Agriflorsa S.A., Broxcel S.A., Defaxcorza S.A., Esdestiva S.A. y Pracmax S.A. La Agencia de Garantía de Depósitos AGD, según Resolución de fecha julio 8 de 2008, procedió a la incautación de todos los bienes muebles o inmuebles, acciones, participaciones, derechos fiduciarios y/o títulos valores de cualquier especie, inversiones, depósitos y todos los activos de las empresas, los que fueron inicialmente transferidos a nombre de la AGD, para luego ser transferidos al Fideicomiso Mercantil AGD-CFN NO MÁS IMPUNIDAD, siendo la Corporación Financiera Nacional la Fiduciaria del Fideicomiso (Junta de Fideicomiso. 2009). Al momento de cerrar éste informe, se estaban valorando todos los activos de esas empresas para su venta. 5. LAS RELACIONES SOCIALES DE PRODUCCIÓN AL INTERIOR DE LOS INGENIOS Las dinámicas que se generan alrededor del eje cañicultor determinan relaciones sociales, entre ingenios, cañicultores, trabajadores, cuya interrelación se detalla a continuación: 5.1 La capacidad instalada

Los ingenios “Valdez”, “San Carlos”, “La Troncal”, disponen de una poderosa maquinaria industrial para el procesamiento de la caña de azúcar, a diferencia del “Isabel María” que mantiene una infraestructura antigua tanto industrial como de transporte (gabarra). Los ingenios controlan el ciclo producción – comercialización del azúcar, ya que estos producen la materia prima, la procesan, la comercializan y, en algunos casos la reindustrializan optimizando los productores residuales del proceso. 5.2 La fuerza de trabajo de los ingenios La provisión de mano de obra para este sector agroindustrial es de los pueblos de La Troncal, Milagro, Marcelino Maridueña, Naranjito, Triunfo, Boliche, Pimocha (Babahoyo), Chimborazo, Cañar y otros lugares de la costa y sierra, pero también existe un importante porcentaje de trabajadores provenientes de poblados del norte del Perú. Esta agroindustria ofrece empleo en diferentes actividades: en el periodo de cosecha o zafra, zafreros (cortadores de caña de azúcar), en la fábrica (para la 81


industrialización de la azúcar), choferes, capataces; cuando no se realiza la cosecha se entra a la época de interzafra, ocupando menos mano de obra, principalmente en actividades de mantenimiento de la maquinaria del ingenio o los canteros. Según Caravali (2006): “En cuanto a la mano de obra: en el período de zafra se incorporan 25.000 trabajadores en los diferentes Ingenios del país. […] Durante el período de julio a diciembre. Dentro de este período de zafra, 250 vehículos son utilizados para la movilización de la zafra; en tres turnos diarios de ocho horas cada uno laboran febrilmente 750 choferes y 750 controladores o ayudantes. Más de 600 tractores, bombas hidráulicas entran en acción y crece la demanda de combustible, repuestos, aceite, llantas, motores”. El ingenio “Isabel María” tiene 386 trabajadores fijos, entre fábrica y campo, la mano de obra temporal que es para campo mantiene relación a través de contratistas. La mano de obra temporal para la época de zafra y siembra es mayoritariamente femenina, de esta forma ayudan en sus hogares y apoyan a los esposos que trabajan para otros ingenios; en el sector agroindustrial de la Sociedad Agrícola San Carlos S.A., según el Comité de empresa para el 2007, trabajaban 6.600 trabajadores; en el Ingenio “La Troncal” en el periodo de zafra para el año 2006 se registraba entre 1500 - 1800 zafreros y, en fábrica aproximadamente 300 personas. Aunque es considerable el número de trabajadores absorbidos por este sector agroindustrial, al compararlo con el cultivo de banano no se puede dejar de observar que éste – el banano - registra 104 jornales por hectárea al año; mientras que el cultivo de la caña de azúcar es de aproximadamente 50 jornales por hectárea al año, lo que significa que es un cultivo con menos impacto en la generación de empleo; considerando la superficie sembrada de caña es el cultivo que absorbe más mano de obra en las áreas de influencia. Por otro lado, se debe considerar que la inserción de la maquinaria disminuye la demanda de la mano de obra. En la década de los 90 se amplia la utilización de maquinaria, especialmente de cosechadoras, “San Carlos posee ocho máquinas 82


cosechadoras, cada una puede reemplazar a 150 trabajadores de zafra.”(Trabajador de San Carlos), sin embargo la presencia de maquinaria no logra reemplazar totalmente la fuerza de trabajo humana, ya que generalmente la maquinaria se utiliza en suelos totalmente planos o canteros viejos que están próximos a ser renovados. En sus inicios los ingenios buscaban la manera de asegurar y mantener el aprovisionamiento de la mano de obra, a través de campamentos con la implementación de servicios: hospitales, escuelas entre otros, tales campamentos crecieron formando pueblos. “En la década de los 50, se construye el Hospital San Carlos, el primer mercado, el barrio San Vicente y cuatro barrios más con viviendas para los trabajadores, única forma de atraer la numerosa mano de obra que requería la industria.” (Poblador de Marcelino Maridueña). A inicios del siglo pasado, la mano de obra era retenida por las haciendas cacaoteras, lo que dificultaba la obtención de mano de obra por parte del sector azucarero, el trabajador serrano era buscado incluso en los sitios de origen movilizándolos hasta la Costa; con la crisis cacaotera existe una expulsión de la mano de obra y su consecuente absorción por parte de los ingenios. A medida que los ingenios incrementan su capacidad de molienda, aumenta la demanda de mano de obra. Después de cierto tiempo, con la importante oferta de mano de obra los campamentos fueron descartados por los ingenios azucareros, así lo hicieron los ingenios “San Carlos” y “Valdez”. El “Isabel María” todavía mantiene un campamento para la mano de obra de la zafra. Desde los años 90, en el marco de las políticas de flexibilización laboral, ha sido común en la industria azucarera la precarización del trabajo, a través de mecanismos como la tercerización o intermediación. Pese a que a mediados del 2008, a través de Mandato Constitucional 8 se eliminó esta modalidad de trabajo, algunos de los trabajadores entrevistados para este estudio opinan que no ha cambiado la situación significativamente; la estructura laboral cambió formalmente, ya no está supeditada a un contratista, sino que éste, el contratista, se integra al ingenio como un capataz. En el caso de Isabel María aún se mantiene este sistema de intermediación.

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Pero más allá de si los trabajadores dependen de un contratista o un capataz, las condiciones de trabajo siguen siendo precarias; muchos trabajadores ganan salarios inferiores al mínimo básico establecido por el Estado; no siempre se pagan las horas suplementarias, no todos los trabajadores tienen afiliación al Seguro Social; no siempre hay la dotación de herramientas o equipos de protección. Los trabajadores del campo están sometidos a labores duras, a la deshidratación por las largos horas de sol, amenazados por las mordeduras de culebras, y otros factores que afectan su salud. El sistema de contrato por avance6, prolonga las horas de trabajo y limita que las mujeres puedan ganar igual que los hombres. La presencia de trabajadores peruanos, que ofertan una fuerza laboral mas barata, se ha convertido en mecanismo de presión y chantaje para los trabajadores que exigen mejores condiciones de trabajo. Si bien la flexibilización laboral como política de Estado se inaugura a fines de los años 80, históricamente las relaciones capital trabajo en la industria azucarera se han desarrollando en condiciones de explotación. Ello explica la importancia que en éste sector llegó a tener la organización sindical. Rafael Guerrero (1978) reseña las formas de organización y resistencia sindical en los ingenios hasta el año 1954; mientras que Víctor Granda (1979) reseña la resistencia y acción sindical en el ingenio AZTRA durante la década del 70. En ese ingenio, el 18 de octubre de 1977, durante la dictadura militar “del Triunvirato” se produjo la masacre de los trabajadores que se encontraban en huelga. Pero en los años 70, no solo AZTRA sería el escenario de represión y lucha, también en el ingenio “San Carlos” se producirían hechos sangrientos en contra de los trabajadores, tal como lo recuerda un poblador de Marcelino Maridueña “en el Ingenio la huelga duro 3 meses y 2 semanas, vino el ejercito, cayeron abaleados muchos compañeros indígenas, no se puede saber cuantos muertos hubo. El dirigente sindical Eduardo Anangono, él fue el duro del sindicalismo. La estrategia del ingenio San Carlos era comprar a los trabajadores para romper la huelga, ¡estos se vendía!. Pero logramos una conquista, a través del contrato colectivo, en el cual, que incluía 6

Contrato por avance, o destajo.- es cuando el trabajo se realiza por piezas, trozos, medidas de superficie y por unidades de obra con una remuneración pactada para cada una de ellas, sin tomar en consideración el tiempo investido en su labor.

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beneficios sociales entre lo que estaba recibir 4 productos subsidiados (azúcar, carne, leche, arroz) para los trabajadores”. En la actualidad, la capacidad de organización y resistencia proletaria en el sector azucarero está disminuida. En la población de Marcelino Maridueña pese a que se encuentra una estructura sindical formal, en la práctica su capacidad de acción está congelada como resultado de las maniobras patronales, esto a pesar de que el Comité de Empresa de San Carlos llega a agrupar a 308 trabajadores. En el Ingenio “La Troncal” (ex - AZTRA) antes de la década de los 90 los trabajadores llegaron a constituir 21 sindicatos y el comité de empresa; el año anterior, con el paso de éste ingenio al Estado, se crearon muchas expectativas e interés por rearticular la organización sindical. En el Ingenio “Valdez” existe un comité de trabajadores y un sindicato que es asesorado por la FENACLE. 5.3 Los proveedores externos de materia prima Los ingenios azucareros para complementar sus necesidades de materia prima se proveen de productores cercanos a su área de influencia. Cada ingenio tiene sus propios proveedores; en general, no existe competencia por la materia prima. Si al final de la zafra existen cañicultores que no pudieron ser “zafrados” pueden vender a otro ingenio, (previa autorización). La inserción de los productores a la caña de azúcar se da a medida que la capacidad de molienda de los ingenios aumenta, esto es evidente en las décadas de los 60, 80 y 90, por tal razón existen productores de más de 30 años vinculados a los ingenios azucareros. Tal relación se viene manteniendo por medio de un contrato, que se renueva cada año hasta cuando el cantero se tenga que renovar - con un rendimiento de 50 ton/ha siendo económicamente ya no rentable -. Para tener una idea de lo que representa el aporte de materia prima para los ingenios, se puede señalar que, según información recogida en el trabajo de campo, en el año 1999 el ingenio San Carlos requería ser abastecido de 11.000 hectáreas de producción de caña desde los proveedores externos - esto al margen de su propia 85


producción -. ¿Cómo aseguró ésta provisión?: cerca de 2000 hectáreas de caña de azúcar fue abastecida por productores accionistas del Ingenio; en tanto que los productores “independientes”, cañicultores y finqueros, sumaron 612 productores con una superficie aproximada de 8.850 ha. Los proveedores son pequeños, medianos y grandes propietarios. Los pequeños son conocidos como “finqueros”, los medianos y grandes como “cañicultores”. El desenvolvimiento de la producción de los medianos y especialmente de los grandes propietarios, se da en un régimen de ausentismo; en éste caso, la mano de obra familiar no interviene en las actividades productivas; la intervención del cañicultor está relacionado con la supervisión del cultivo, estar pendiente de las reuniones de la asociación de los cañicultores o con el ingenio. Los productores pequeños, en cambio, dedican la mano de obra familiar a las actividades productivas. Sostener el cultivo de caña resulta complejo para los pequeños productores – propietarios, dado que el ingreso agrícola es de una temporada, no como otros cultivos como el banano o cacao, que tiene un ingreso permanente. Por lo demás, la relación con los ingenios, con alguna frecuencia suelen ser motivo de inconformidades, entre otras razones por cuestiones como las que se señalan a continuación: a) El peso de las toneladas cortadas y los grados brix de los canteros de los productores, no siempre es el mismo que registran los ingenios. A veces, el hecho de que los productores externos tengan su propia balanza no resuelve las cosas, porque finalmente se impone el registro de la balanza del ingenio, tomando en cuenta que la balanza es un logro de la asociación, no es el punto mas importante dado que lo que realmente se mide son los grados brix, porque el aumento o disminución de este es objeto de incentivo o penalización. b) Otro aspecto es el de los precios injustos por tonelada cortada, ya que los costos de producción son altos. Según un proveedor del ingenio Valdez “el costo de mantenimiento del cultivo es de 900 USD/ha; en relación a 1.330 USD/ ha que nos 86


paga el ingenio, nos queda 430 USD/ha; los productores consideramos que el pago es injusto.” c) Los pagos de la compra de caña de azúcar bruta se hace en dividendos con retrasos en los mismos. d) Canteros particulares que se quedan sin zafrar, si quieren ser zafrados el ingenio les exige 2 USD/ tonelada. e) Presentar su inconformidad es casi nula para ciertos productores, según un proveedor del Valdez: “Los productores proveedores no podemos decir nada porque el Ingenio ya no nos compra”. Una de las limitantes para algunos cañicultores u otros futuros proveedores de materia prima para el ingenio es la distancia de ubicación de sus canteros, pasado de un límite determinado (no más de 30km), estos tienen que asumir el costo del transporte. Los problemas mencionados ha llevado a algunos productores a una reconversión del cultivo de caña de azúcar a cacao CCN51, a arroz o a otros productos, productores consideran que es la mejor opción, ya que el ingenio no requiere de su producción. 5.4 Relación ingenios – entorno poblacional

Los ingenios azucareros han construido una ubicación estratégica a su alrededor están las extensas superficies de los cultivos de caña; el riego está asegurado, las plantaciones están cubiertas por importantes sistemas de distribución de agua que fueron creados por el Estado, así como propios de los ingenios; por otro lado, cerca de las industrias se concentran poblaciones que garantizan la mano de obra. De hecho, en ciudades como Milagro, Marcelino Maridueña o La Troncal, los ingenios representan parte de su identidad como “pueblos azucareros”. Son ciudades que han nacido y crecido con la agroindustria azucarera, que hace parte de su historia; con una importante población proletaria que por generaciones se ha dedicado a esta agroindustria, en la fábrica, en la zafra o en actividades complementarias. 87


Hay una dependencia económica, social y política de las poblaciones con respecto a los ingenios que, por otro lado, se han dado modos de crear un sistema de control sobre los pueblos manteniéndolos en cierto letargo; he ahí el caso de Marcelino Maridueña, poblado pequeño, tranquilo, con poco comercio, que tiene en el Ingenio San Carlos y empresas anexas – alcoholera y papelera - la única fuente de trabajo; ésta población no es otra cosa que un “pueblo de mano de obra de Ingenio San Carlos”. Totalmente rodeado por la caña de azúcar, la población de Marcelino Maridueña no tiene a donde expandirse. La permanencia del ingenio “Isabel María” en un sitio aparentemente no idóneo, genera perplejidad. Así y todo, el ingenio llega a ser la fuente principal de absorción de mano de obra en la parroquia Pimocha. Esta interrelación que se da entre el ingenio y la fuerza de trabajo, ha adoptado la modalidad clásica de los grandes ingenios que han desarrollado pueblos alrededor de la agroindustria; con el objetivo de asegurar la permanencia de mano de obra han implantando escuelas, campamentos y brindan ciertos servicios, para acoplarlos a las necesidades del Ingenio. Tal es la importancia de los ingenios para algunas poblaciones, que al desparecer el ingenio, el poblado pierde importancia económica y social, algo que por ejemplo, sucedió con Yaguachi, “Cuando desapareció el ingenio en Yaguachi, el pueblo se quedo en la pobreza.”(Poblador de Milagro). En el caso de La Troncal la privatización de ingenio AZTRA produjo el detrimento de la economía como resultado de los despidos intempestivos y, de que muchos trabajadores se quedaron sin pago por algunos meses. Éste aspecto tuvo repercusión en el fenómeno migratorio que sufrió ese cantón en los años 90 pues, muchos trabajadores emigraron hacia el exterior. 6. LAS DINÁMICAS SOCIALES DEL AGUA EN EL EJE CAÑICULTOR

6.1 El sistema hidrográfico Los principales ríos que recorren por el eje cañicultor del litoral y abastecen de agua a los sistemas de riego que irrigan las áreas de caña son el Babahoyo, Milagro, 88


Chimbo, Chanchán, Barranco Alto, Bulubulu, Cañar, Naranjal, Culebras, Taura; así como los esteros de Los Monos, Naranjito y, Cochancay. No obstante, también debe destacarse que, en general, “La cuenca baja del río Guayas es el reservorio de aguas subterráneas más grande e importante en el Ecuador, de los estudios realizados a través de algunos años se puede deducir que cantidades importantes de agua subterránea pueden ser explotadas en la cuenca a un costo relativamente bajo” (INERHI. 1982). 6.2 Los sistemas de riego En el área de influencia del sector cañicultor, el agua es administrada en forma privada y asociativa a través de varios sistemas de riego: a) Sistemas de riego construidos por el Estado: el “Manuel J. Calle” y el “Milagro Mariscal Sucre”; el primero riega la producción de caña para el ingenio La Troncal, el segundo riega la producción de caña para el ingenio Valdez. b) Sistemas construidos por los mismos ingenios, es el caso de “San Carlos” e “Isabel María”; c) Sistemas asociativos construidos por productores de caña, como el sistema de riego de la “Cooperativa Unión de Naranjito”. Cabe recordar que en el marco de la aplicación del Proyecto de Asistencia Técnica (PAT) cofinanciado por el Banco Mundial, a inicios de la década de los 90 los sistemas “Manuel J. Calle” y “Milagro” fueron transferidos a sus usuarios privados. Una de las características comunes en estos sistemas de riego es la presencia predominante del cultivo de caña de azúcar, aunque sirven también a la producción de otros cultivos como banano, arroz, cacao, entre otros. El funcionamiento de estos sistemas es más intensivo en los meses de verano julio a diciembre. Los cañicultores usan el riego solo tres veces al año. En la siguiente tabla se detallan las características de estos sistemas de riego: 89


Sistema de riego

Tabla 9. Sistemas de riego del eje cañicultor del Litoral Caudal Fuentes de Sup. bajo No. de Particularidades otorgado abastecimiento riego (ha.) usuarios (m3/s)

Manuel J. Calle

15,5

Ríos Cañar y Bulubulu

36.000

844

Milagro

9,5

Chimbo, Chachan y Milagro

9.766

623

8

Ríos Chimbo y Barranco Alto, entre otras fuentes Río Babahoyo y estero Colorado

2000

1

El agua que sale de la industria es transportada por un canal para ser reutilizada en el riego. En verano se succiona el agua del río; mientras que en invierno se realiza la acción contraria

Río Chimbo Rio Anapoyo

2000

50

De los 50 usuarios, 35 son cañicultores y 15 son bananeros

San Carlos

Isabel María

Cooperativ a Unión de Naranjito

No tiene legalizado uso del agua

0,56

Su construcción se proyectó a fines de los años 50. Actualmente la infraestructura está muy deteriorada Su construcción se inició a fines de los años 40. Hasta el 2006, el Estado había invertido USD. 17.548.293 Canales sin revestimiento. Cuenta con dos represas y un sistema de grandes reservorios

FUENTES: CNRH (2008) e investigación de campo. ELABORADO: SIPAE

6.3 Aplicación del riego Fundamentalmente son dos los tipos de riego aplicados en la producción de caña en la cuenca baja del río Guayas: 90


a) El riego por gravedad, el más utilizado b) El riego por aspersión, que generalmente se usa en terreno nivelado En la siguiente tabla se presenta las formas de aplicación del riego en cada uno de los ingenios estudiados: Tabla 10. Aplicación del riego en los ingenios de la cuenca baja del río guayas Ingenio Isabel María Valdez San Carlos La Troncal

% riego por gravedad 80 Sin datos 90 94

% riego por aspersión 20 Sin datos 10 6

FUENTE: Investigación de campo ELABORADO: SIPAE

Como se puede observar más adelante, los datos del III Censo Agropecuario ubican al bombeo como uno de las formas de riego más utilizadas en el eje cañicultor; en criterio de quienes han redactado éste informe, el bombeo no es un mecanismo de aplicación de riego, sino un mecanismo de captación de las aguas, bien sea de pozos subterráneos o, de aguas corrientes – ríos o esteros -.

6.4 Acceso a los derechos de agua El que hayan productores que no puedan acceder al agua o exista desigualdad entre quienes han accedido tiene que ver con un proceso histórico de apropiación del recurso que se ha verificado desde el nacimiento mismo de la industria azucarera. Para asegurar la dotación de agua, los ingenios y los medianos y grandes cañicultores han desarrollado una serie de mecanismos: a) Acaparamiento del agua que decurren por los sistemas estatales de riego 91


b) Bombeo de aguas corrientes y aguas subterráneas, con y sin autorización del Estado c) Interrupción o desvío de causes de agua, sin autorización del Estado En las siguientes líneas se describen cada uno de estos mecanismos. 6.4.1 Acaparamiento del agua que decurren por los sistemas estatales de riego El acaparamiento del agua sigue la misma tendencia del acaparamiento de las tierras; en el eje cañicultor; indiscutiblemente quien concentra tierras, concentra el agua. El sistema de riego “Manuel J. Calle”, según información propia (2006), presenta una estructura agraria heterogénea: las unidades menores a 5 hectáreas, con un número de productores de 273, que representan el 33,2% del total de los productores de ese Sistema, ocupan 641.3 hectáreas, es decir, apenas el 1,8% del total de la superficie regada; las unidades de entre 5 y 50 hectáreas, son regadas por 440 productores, que representan el 53,5% de los productores, éstos riegan 6728,21 hectáreas, es decir el 18,5% del total de la superficie regada por ese Sistema; las unidades entre 50 y 100 hectáreas, son regadas por 88 productores, que representan el 10,7% de los regantes, quienes en total ocupan 8025,38 hectáreas, es decir el 22,1% de la superficie regada; mientras que las unidades mayores a 100 hectáreas, son regadas por apenas 21 productores, esto es, el 2,6% del total de los productores, pero ocupan una superficie de 20.900,5 hectáreas, es decir el 57,6% de la superficie regada por el Manuel de J. Calle, dentro de este grupo se encuentra al Ingenio “La Troncal”. Esta estructura no ha cambiado significativamente en los últimos 30 años, pese a los procesos de colonización y lucha campesina por el acceso a tierra. Tal es la realidad que se puede observar en las siguientes tabla y gráfico:

92


Tabla 11. Evolución de la distribución de la tierra, en el Sistema de Riego “Manuel de J Calle” (1976 – 2006). RANGO 1976 (%) * 2006 (%)** SUPERFICIE UPA SUPERFICE UPA (ha) (ha) 2,8 37,40 1,8 33,2 < 5 ha 18,0 45,10 18,5 53,5 5 - <50 ha 12,0 7,10 22,1 10,7 >50 -100 ha 67.20 10,40 57,6 2,6 >100 ha 100,0 100,0 100,0 100,0 TOTAL: FUENTE: * MAG. Proyecto Manuel de J Calle. 1976. ** SISTEMA DE RIEGO. Manuel de J Calle. 2006 ELABORADO: SIPAE

Gráfico 7. Distribución de la tierra en el Sistema de Riego "Manuel de J Calle". 2008 Distribución de la tierra en el Sistema de Riego "Manuel de J Calle". 2008

PORCENTAJE %

SUPERFICIE

UPAS 57,6

53,5 33,2 18,5

22,1 10,7

1,8

< 5 ha

5 - <50 ha

>50 - 100 ha

2,6

> 100 ha

FUENTE: SISTEMA DE RIEGO “Manuel de J Calle”. 2008 ELABORADO: SIPAE

93


El sistema de riego “Manuel de J Calle”, tiene una importante presencia en el cultivo de la caña de azúcar, según los datos del sistema de riego para el 2006: este cultivo es el de mayor relevancia con una superficie de 23.120,3 ha (63,70%), siendo el Ingenio “La Troncal” el mayor usuario; otros cultivos suman 1.526,38 ha (4,21%) con 85 productores (10,34%). A diferencia de la caña de azúcar el cultivo de arroz posee 4.721,45 ha las cuales representan el 13,01%; y cultivo de banano 4.891,5 ha (13,48%); cacao 2.035,76 ha (5,61%). En todo el sistema de riego existen 159 productores de caña, 236 arroceros, 68 bananeros y el cacao tiene 274 productores; porcentualmente representan el 19,34%, 28,71%, 8,27% y 33,33% respectivamente; lo que indica que los cultivos con mayor numero de productores poseen la menor cantidad de tierra. Tabla 12. Evolución del uso del suelo en el Sistema de Riego “Manuel de J Calle” (1976 – 2006) Superficie (%) Cultivos 1976 * 2006 ** 4,00 13,01 Arroz 44,00 13,48 Banano 2,00 5,61 Cacao 47,50 63,70 Caña de azúcar 2,50 4,21 Otros 100,00 100,00 Total FUENTE: * MAG. Proyecto Manuel de J Calle. 1976. ** SISTEMA DE RIEGO. Manuel de J Calle. 2006 ELABORADO: SIPAE

94


Gráfico 8. Uso del suelo. Sistema de Riego "Manuel de J Calle" (2006) Uso del suelo. Sistema de Riego "Manuel de J Calle" (2006) SUPERFICIE

NÚMERO DE PRODUCTORES

PORCENTAJE %

63,70

33,33

28,71 13,01

Arroz

13,48

19,34 8,27

Banano

5,61

Cacao

4,21

Caña de Azucar

10,34

Otros

FUENTE: SISTEMA DE RIEGO “Manuel de J Calle”. 2008 ELABORADO: SIPAE

En la tabla 13, según la comparación entre 1976 y 2006 se evidencian cambios representativos: 1. El cultivo de banano, ha disminuido en un 30% de la superficie, debido a que el sistema de riego esta cerca del pie de monte con condiciones de suelos pedregosos y poca luminosidad lo que afecta el desarrollo de este cultivo, por lo cual los productores se dedicaron al cultivo de cacao (pequeños productores), o el cultivo de caña de azúcar (pequeños, medianos o grandes productores); 2. El cultivo de caña de azúcar, ha aumentado en un 16%, este se debe al aumento de capacidad de molienda y la necesidad de superficie de caña de azúcar -materia prima- tanto de cañicultores y con mayor presencia la propia superficie del Ingenio.

95


Tabla 13. Distribución de la tierra para el cultivo de caña de azúcar, Sistema de Riego “Manuel de J Calle. 2008 SUPERFICIE UPAS RANGO (ha) 35,35 19 < 5 ha 1840,95 88 5 - <50 ha 1790 25 >50 -100 ha 19454 27 >100 ha 23120,3 159 TOTAL: FUENTE: SISTEMA DE RIEGO “Manuel de J Calle”. 2008 ELABORADO: SIPAE

Gráfico 9. Distribución de la tierra en el cultivo de caña de azúcar. Sistema de Riego "Manuel de J Calle" 2006 Distribución de la tierra en el cultivo de caña de azucar. Sistema de Riego "Manuel de J Calle" 2006 SUPERFICIE

UPAS

PORCENTAJE %

84,14

55,35

11,95 0,15

< 5 ha

7,96

5 - <50 ha

7,74

15,72

>50 - 100 ha

16,98

>100 ha

FUENTE: SISTEMA DE RIEGO “Manuel de J Calle” ELABORADO: SIPAE

96


Como indica el gráfico 9, según los datos del sistema de riego “Manuel J Calle” para el año 2006, la distribución de la tierra en el cultivo de la caña de azúcar establece que los productores entre 5 a 50 ha son relevantes por el número de productores con 88 unidades productivas (55,35%) y un total de 1.840,95 ha (7,96%); mientras que productores mayores a 100 ha ocupan una superficie de 19.454 ha (84,14%) con 27 productores (16,98%). Para tener un mayor acercamiento: el mapa 1, permite ver la inequitativa distribución de la tierra; el mapa 2, permite evidenciar como el ingenio desde 1984 al 2006 ha incrementado sus áreas privadas de caña de azúcar. Según un usuario del Sistema de riego “Manuel J Calle” entrevistado por PROMAS (Programa de Manejo de Agua y Suelo ) menciona que: “El ingenio es el mayor poseedor de tierras, incluso arrienda y/o compra la producción a medianos y pequeños productores-usuarios de la ASUR. (Asociación de usuario de riego “Manuel J Calle”) Para los usuarios, la política del ingenio es ir adquiriendo en forma paulatina la mayor cantidad de área destinada al cultivo de la caña, por lo que, “se estaría monopolizando la tenencia de la tierra” Por su parte el PROMAS (2006) menciona que: “por parte los propietarios de la fabrica; esto preocupa a los usuarios, en la medida de que temen que a mediano plazo, se desplace a los pequeños productores, desatando graves consecuencias sociales en el Cantón”. Por ultimo el mapa 3, permite ver que el cultivo de la caña de azúcar es predominante incluso en el año 1984 según el ex INERHI.

97


655 00 0

660 00 0

665 00 0

670 00 0

675 00 0

680 00 0

685 00 0

690 00 0

9745000

N

V i a s p r i n c ip a l e s .s h p R io s , e s t e ro s , 1 9 8 4. s h p In g e n i o u l ti 1 9 8 4 . s h p L a e n v i d ia 8 4 . s h p R u id o s o , i n g e n io , r a n c h o g r a n d e . s h p 4 0 c u a d r a s .s h p 10 de a go s to 1 9 8 4.s h p

9735000 9730000

9730000

9735000

9740000

9740000

9725000

9725000 9720000

9720000

9745000

MAPA 1. DISTRIBUCION DE LA TIERRA. SISTEMA DE D IS T R IB U C IO N D E L A T IE R R A S IS T E M A J DE R I E G O M A .N 1984 U EL J C ALLE 19 84 RIEGO “MANUEL CALLE”

FUENTE: EX INERHI. (1984) ELABORADO: SIPAE. (2007) 655 00 0

660 00 0

2000 665 00 0

670 00 0

675 00 0

680 00 0

0

2000 685 00 0

4000

M e te rs 690 00 0

MAPA 2. DISTRIBUCION DE LA TIERRA. SISTEMA DE RIEGO “MANUEL J CALLE” . 1984; CAÑA DE AZÚCAR DEL INGENIO “La Troncal” 2005

FUENTE: EX INERHI. (1984); SISTEMA DE RIEGO “Manuel J Calle” 2006 ELABORADO: SIPAE. (2008)

660 00 0

665 00 0

670 00 0

675 00 0

680 00 0

685 00 0

690 00 0

1979

9730000 9725000

9725000

9730000

C a n ale s . s hp Via s p rin c ip a le s .s h p R ios , es t e ro s , 1 9 8 4. s h p In g en io u lti 1 9 8 4. s h p U s o c ultiv o s 79 . s h p C A Ñ A D E A ZU C A R La en v id ia 8 4. s h p R u id o s o , ing e n io , r a nc h o gr a nd e . s hp 40 c u ad r as .s h p 10 de a go s t o 1 9 8 4. s h p

9735000

9735000

9740000

9740000 9720000

9720000

9745000

9745000

655 00 0

MAPA 3. DISTRIBUCION DE LA CAÑADDE AZÚCAR . SISTEMA DE RIEGO IS T R IB U C IO N D E L C U L T IV O D E C A Ñ A D E A Z U C A R E N E L 1979. S I S T E M A D E R IE G O D E M A N U E L J C A L L E . “MANUEL J CALLE”

FUENTE: EX INERHI. (Distribución de tierra 1984; Cultivo caña de azúcar 1979); SISTEMA DE RIEGO “Manuel J Calle” 2006 ELABORADO: SIPAE. (2008) 3000 655 00 0

660 00 0

665 00 0

670 00 0

0 675 00 0

300 0 680 00 0

60 00

M e te rs 685 00 0

690 00 0

98


En lo que respecta al Sistema de riego Milagro – Mariscal Sucre, presenta también una gran heterogeneidad: las unidades menores a 5 hectáreas suman 385 productores, esto es, el 61,8% del total de los productores de éste Sistema, en conjunto éstos riegan 885 hectáreas, esto es, el 9,06% de la superficie regada; las unidades entre 5 y 20 hectáreas suman 189 productores, esto es el 30,34% del total de los productores quienes, en conjunto, riegan 1.530 hectáreas, esto es, el 15,67% de la superficie regada del Sistema Milagro; las unidades entre 20 y 50 hectáreas suman 38 productores, esto es, el 6,10%, con una superficie bajo riego de 1.017 hectáreas, esto es, el 10,41% del total de la superficie regada; mientras que las unidades mayores a 50 hectáreas están en manos de 11 productores, esto es, el 1,77% del total de los productores de éste Sistema (entre ellos el Ingenio “Valdez”), con una superficie de 6.334 hectáreas, esto es, el 64.86% del total de la superficie regada por éste Sistema. Tabla 14. Evolución de la distribución de la tierra (1976 – 2007) 1976 (%)* 2007 (%)** RANGO SUPERFICIE UPA SUPERFICIE UPA (ha) (ha) <5 5 - < 20

19,2

62,2

9,06

61,80

36,3

31,4

15,67

30,34

>20 – 50

18

5,5

10,41

6,10

>50 TOTAL:

26,5 100,00

0,9 100,00

64,86 100,00

1,77 100,00

FUENTE: * Ex INERHI. (1976). ** SISTEMA DE RIEGO “Milagro – Mariscal Sucre” (2007). ELABORADO: SIPAE

99


Gráfico 10. Distribución de la tierra en el Sistema de Riego "Milagro – Mariscal Sucre" 2007

PORCENTAJE %

Distribución de la tierra. Sistema de Riego "Milagro Mariscal Sucre" 2007 SUPERFICIE

UPAS

61,80

64,86

30,34 9,06

< 5 ha

15,67

5 - < 20 ha

10,41

6,10

> 20 - 50 ha

1,77

> 50 ha

FUENTE: Sistema de Riego “ Milagro Mariscal Sucre” ELABORADO: SIPAE

El cultivo de la caña es representativo, de las 9.766 ha del sistema de riego “Milagro – Mariscal Sucre” 8.071 ha (82,64%) son de caña de azúcar con 240 unidades productivas (38,52%). Tabla 15. Uso del Suelo. Sistema de Riego “Milagro – Mariscal Sucre”. 2007 CULTIVOS SUPERFICIE (ha) UPA Arroz 35,00 3,00 Banano 1102,00 186,00 Cacao 379,00 135,00 Caña de Azúcar 8071,00 240,00 Maíz 84,00 31,00 Otros 95,00 28,00 TOTAL 9766,00 623,00 FUENTE: Sistema de Riego “Milagro – Mariscal Sucre” (2007) ELABORADO: SIPAE

100


Gráfico 11. Distribución de la tierra por tipo de cultivo. Sistema de Riego "Milagro – Mariscal Sucre" 2007 Disrtibución de la tierra. Sistema de Riego "Milagro Mariscal Sucre" 2007 SUPERFICIE

UPAs

PORCENTAJE %

82,64

38,52 29,86 21,67 11,28 3,88

0,36 0,48

Arroz

Banano

Cacao

0,86

Caña de Azúcar

4,98

Maíz

0,97

4,49

Otros

FUENTE: Sistema de Riego “Milagro Mariscal” (2007) ELABORADO: SIPAE

Como muestra la tabla 16 y gráfico 12, es evidente que existe una importante participación de los pequeños productores de caña de azúcar, sin embargo estos ocupan poca superficie: donde productores menores a 5 ha suman una superficie de 885 ha (9,06%) con 385 unidades productivas (61,80%), en contraste con superficie mayores a 100 ha donde suman 5904 ha (60,45%) son cuatro unidades productivas (0,64%).

101


Tabla 16. Distribución de la tierra para el cultivo de caña de azúcar, Sistema de Riego “Manuel de J Calle. 2007 SUPERFICIE (ha) 885,00 2547,00 430,00 5904,00 9766,00

RANGO < 5 ha 5 - <50 ha >50 -100 ha >100 ha TOTAL:

UPA 385,00 227,00 7,00 4,00 623,00

FUENTE: Sistema de Riego “Manuel de J Calle”. 2007 ELABORADO: SIPAE

Gráfico 12. Distribución de la tierra para el cultivo de caña de azúcar. Sistema de Riego “Manuel de J Calle” 2007 Distribución de la tierra en el cultivo de caña de azucar. Sistema de Riego "Manuel de J Calle" 2007

PORCENTAJE %

SUPERFICIE

UPAS

61,80

60,45 36,44 26,08

9,06

4,40

1,12

< 5 ha 5 - <50 ha >50 - 100 ha FUENTE: Sistema de Riego “Milagro – Mariscal Sucre” (2007) ELABORADO: SIPAE

0,64

>100 ha

El mapa 4, a pesar de ser de 1980, permite evidenciar la inequitativa distribución de la tierra del sistema de riego “Milagro – Mariscal Sucre”, donde el Ingenio azucarero “Valdez” requiere de riego para 5500 ha que representa el 56.31 % del total del abastecimiento de riego. 102


650000

655000

660000

665000

N

675000

MAPA 4. Distribución de la tierra. Sistema de riego “Milagro – Mariscal Sucre” 1980

E S

9775000

9775000

W

670000

DISTRIBUCION DE LA TIERRA SISTEMA DE RIEGO DE MILAGRO- MARISCAL SUCRE. 1980

s/n 9765000

9765000

9770000

9770000

Río M ilagro

s/n

Vias-estudio-caña.shp

INGENIO VALDEZ PARCELAS PARTICULARES

4000

AREA SIN DISTRIBUCION DE TIERRA 650000

655000

660000

665000

FUENTE: EX INERHI. (Distribución de tierra 1980; ELABORADO: SIPAE. (2008) 0

4000

670000

9760000

9760000

Rios-estudio-caña.shp Canales1.shp

8000 Meters

675000

El ingenio Valdez recibe 5000 litros/segundo del sistema de riego Milagro, es decir, capta el 50% de las aguas que decurren por ese sistema. Existen casos de productores que pese a haber realizado las gestiones correspondientes, no pudieron acceder al riego, pese a que el canal pasa en frente de ellos; “Cuando el canal pasaba en frente de nosotros pedimos que se nos deje coger agua y no nos dejaron, pese que en aquel tiempo este sistema de riego pertenecía al Estado, actualmente para nuestro cultivo cogemos del agua subterránea” (Productor del cantón La Troncal). 6.4.2 Bombeo de aguas corrientes y aguas subterráneas El bombeo de agua subterránea es intensivo para complementar los requerimientos de agua para irrigación. La utilización de agua subterránea permite que productores con desventajas, sin acceso a ríos, esteros o, canales de riego, puedan obtener agua para sus cultivos e incluso para el consumo humano. “El Ingenio “La Troncal” riega el 60% en forma directa de los canales y 40% por medio de pozos profundos” (ZAMBRANO, J. 2006). “Para 1967, el Ingenio “San Carlos” contaba con 103


el pozo más profundo de toda esta cuenca, pero aún, con sus 120 metros no se llega a la roca consolidada [el número de pozos] 23, sin contar con la posibilidad que tenga más pozos, 12 producen 190 l/s y resto entre 60 y 80 l/s. de los cuales desde 1956 se usaban para irrigación de los cuales en su mayoría funcionaron en su totalidad en 1975. Dos o más de los pozos del Ingenio San Carlos, están destinados para abastecimiento de agua potable del Ingenio” (CHAS T. MAIN INTERNACIONAL.ING, 1.967) La importancia del agua subterránea en el eje cañicultor, queda relevada en el información del III Censo agropecuario (2000), que da cuenta que el riego que aprovecha el bombeo del agua es el más utilizado. En la siguiente tabla y gráfico se puede observar lo señalado: Tabla 17. Tipos de riego. Área de influencia de la caña de azúcar. 2008 SUPERFICIE % UPA % (ha) Goteo 1825 0,96 91 0,83 Aspersión

47448

24,96

697

6,39

Bombeo

55.477

29,18

6.690

61,35

Gravedad

83.045

43,68

3.121

28,62

2316

1,22

305

2,80

190111

100,00

10904

100,00

Otro sistema Total FUENTE: III Censo Agropecuario. 2000 ELABORADO: SIPAE

104


Gráfico 13. Tipos de riego en el área de influencia de la caña de azúcar Tipos de riego. Área de influencia de la caña de azucar SUPERFICIE

UPAs

PORCENTAJE %

61,35 43,68 29,18

24,96 6,39

0,96 0,83

Goteo

28,62

Aspersión

1,22 2,80

Bombeo

Gravedad

Otro sistema

FUENTE: III Censo Agropecuario. 2000 ELABORADO: SIPAE

6.4.3 Desvío de los cauces En algunos sitios donde no existen concesiones o el acceso al agua es difícil, e incluso donde hay concesión como en San Carlos - “en verano baja el caudal del rio, ingresa maquinaria para provisionar un by pass y llevar toda el agua que sea posible a los grandes reservorios” (habitante de Marcelino Maridueña)-, se han implementado algunos mecanismos, al margen de lo legal, entre estos el desvió de los causes de los ríos y represamientos que impiden abastecer de agua a sitios posteriores, o disminuyen el caudal para los usuarios concesionados, además cuando a “el río Chanchan lo secan o desvían”, se ha producido la inundación de ciertos pueblos (productor de Marcelino Maridueña). Un ejemplo de lo que las mermas del caudal han provocado, es que las labores agrícolas para los usuarios del sub canal Zarama, se compliquen debido al desecamiento del potrero; por la presencia de tecas en terrenos de la compañía Valdez, a más de esto han tapado el cauce natural del agua, y a la postre en estas zonas hay productores de 105


90 ha (dos productores), 2 ½ ha, 2-4 ha, 15 ha, que son usuarios del sistema de Riego Milagro Mariscal Sucre. 7. CONCLUSIONES Ubicada en una zona agro - ecológicamente privilegiada, con las mejores tierras productivas del Ecuador, el 89% de la superficie total de caña se encuentran en la cuenca baja del río Guayas. En ese espacio territorial, los ingenios y empresarios cañicultores han asegurado el control de los recursos productivos, fundamentalmente la tierra y el agua. Las inversiones públicas en la infraestructura de riego en ésta parte del país, han beneficiado particularmente a los grandes propietarios azucareros, convertidos en fracción monopólica de la burguesía agroindustrial. Su condición de fracción monopólica está reflejada en el control casi exclusivo del mercado del azúcar, en donde los ingenios instalados en la cuenca baja del río Guayas controlan el 90.74% del mercado nacional de ese producto. El desarrollo de la industria azucarera es uno de los puntales del desarrollo del capitalismo en el Ecuador. De hecho, el desarrollo de los ingenios Valdez y San Carlos en la primera mitad del siglo XX, ejemplifican adecuadamente los procesos de desarrollo capitalista del agro, adecuadamente sintetizada por Rafael Guerrero en los siguientes términos: Tal desarrollo, “se explica por la presencia de un conjunto de fenómenos que se combinaron: en primer lugar, la superexplotación de la fuerza de trabajo, consecuencia del incremento de la desocupación; en segundo lugar, el proceso de concentración de tierras desencadenado a partir de la crisis del cacao; en tercer lugar, la renta diferencial que obtenían debido a la buena calidad de sus tierras; y en cuarto lugar, por las ganancias extraordinarias que obtenía debido a la maquinaria que poseía.” El monopolio de la propiedad territorial es su premisa histórica. De allí que las interrelaciones tierra y agua en el eje cañicultor; en última instancia, termina siendo la relación obligada entre dos elementos fundamentales para la generación de la renta capitalista sobre la tierra, renta que no es otra cosa que el mecanismo mediante el cual se valoriza económicamente la propiedad inmueble. 106


Si bien, la buena calidad de los suelos de la cuenca baja del río Guayas y, el enmarañado sistema hidrográfico que atraviesa el eje cañicultor – asegurando el riego - serían suficientes para garantizar la obtención de una renta diferencial, el control monopólico de las tierras por la burguesía azucarera, posibilita a ésta fracción la obtención de una renta absoluta.

Desde otra perspectiva analítica, debe tenerse presente que el sector de la caña no puede ser entendido sino a condición de entender todo el entramado de las articulaciones agricultura e industria, con todas las complejidades que tiene ésta relación. Blanca Rubio (2009) señala que en ésta fase agroexportadora del capitalismo, el predominio de las agroindustrias, su control sobre la comercialización y transformación de los bienes básicos, su papel en el impulso de la nueva tecnología de vanguardia y, sobre la exclusión y marginalidad de los productores de alimentos básicos, ha puesto a la orden del día el papel crucial que tiene la industria en el desarrollo agropecuario de la región. Blanca Rubio ubica una condición de subordinación de la agricultura a la industria en la economía capitalista, afirmación que propone la imposibilidad de analizar la agricultura separadamente de la industria - menos en una zona en donde predomina la producción de la caña de azúcar, como la estudiada -. En éste campo, la investigación agraria, todavía tiene, entonces, retos pendientes. Otro reto que queda pendiente para una posterior investigación, son las perspectivas que tiene la producción de caña en ésta zona, para la producción de agrocombustible. Si bien, en éste estudio se generó alguna información, la complejidad del tema, demanda un tratamiento específico. 8. REFERENCIAS 8. 1 LIBROS OJEDA, A. (2007). “Concentración azucarera: El caso de La Troncal”. En: BRASSEL, F., HERRERA, S., LAFORGE, M. (edit.) “¿Reforma Agraria en el Ecuador?: Viejos temas nuevos argumentos”. SIPAE. Quito.

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8.2 DOCUMENTOS ABAD, Ricardo (2006). Historia de La Troncal. La Troncal. CHAST. MAIN INTERNACIONAL. ING (1967). Investigación De Aguas Subterráneas del Área Milagro- M de J Calle. Quito. CARRERA, Luis (1970). Las Obras Hidráulicas y la Supervivencia Del Ecuador. INHERI. pág.185 186. CEDEGE (1973). La tenencia de la tierra en la cuenca del Guayas. Guayaquil. CEDEGE (1996). Proyecto De Riego Manuel D J Calle. Evaluación Del Sistema Dirección De Desarrollo Regional. Guayaquil. pág. 3 CEDEGE (2006). La tenencia de la tierra en la cuenca del Guayas. Guayaquil. pág. 11 - 12. HVA - Internacional BV, INCONEC, MOTORCOLUMBUS (1978). Estudios Técnicos Económicos referentes a la Industria azucarera en Ecuador. Tomo 5. Estudios Especiales. Ámsterdam, Quito, Badén. MAG (1976). Proyecto de Riego Manuel de J Calle. Quito MARINOD, Jacques (1966). Proyecto de estudios de Milagro y Manuel de J Calle. Quito. OJEDA, Andrea. (2008). Estudio de la Mano de Obra en el cantón la Troncal. SIPAE. Quito. ZAMBRANO, J. (2006). Conflictos de agua en los ríos Cañar y bulo. Documento preparado para e Foro de los Recursos Hídricos.

ARTÍCULOS Y PUBLICACIONES VARIAS Junta de fideicomiso mercantil AGD-CFN NO MAS IMPUNIDAD (2009). Bases para la Selección y Contratación de una Consultora para la Valoración, propuesta Estratégica y promoción para la Venta del Grupo de Empresas ECUDOS OTS, Capdequi José María (1968). Sobre las “Confirmaciones reales” y las “Gracias a sacar” en la historia del derecho indiano. Revista de Estudios de Historia Novohispana. UNAM. México. PINCAY, Astolfo. (2007). Calentamiento Global. Revista: El bananero. pág. 14. EL COMERCIO (2008). En Ingenio La Troncal hubo confusión y apoyo. Artículo publicado en la sección ESPECIAL, edición de fecha, 9 de julio del 2008. Guayaquil.

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8. 3 PORTALES VIRTUALES Embajada de Brasil: Ingenio San Carlos: Proyecto SICA.

www.embajadadelbrasil.org.ec

www.sancarlos.com.ec/quienessomos.htm www.sica.gov.ec/agronegocios. Trayectoria de “la unión nacional de cañicultores del Ecuador - UNCE”. RIZZO Pablo

Proyecto SICA.

www.sica.gov.ec/agronegocios. El Entorno Azucarero Ecuatoriano. RIZZO Pablo.

Proyecto SICA

www.sica.gov.ec/cadenas/azucar/docs/monitoreo2.pdt Análisis Clúster de la Cadena Agroindustrial de la Caña De Azúcar y Azúcar. CAMACHO, Víctor.

8. 4 ENTREVISTAS 8.4. 1 A funcionarios públicos CAMACHO, Víctor:

MAGAP. Entrevista realizada el 14 de marzo del 2008

CARAVALI Jorge:

MAGAP. Entrevista realizada en el año 2006.

8.4.2 A funcionarios de ingenios y/o empresas

PONCE, Alejandro:

Ingenio Isabel María. Entrevista Realizada el 18 de agosto del 2008

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CAPITAL SOCIAL Y DESARROLLO COMUNITARIO: EL CASO DE LAS JUNTAS DE USUARIOS DEL SISTEMA DE RIEGO DEL VALLE DEL DAULE Paúl Herrera Katherine Jiménez Graciela Prado Ramón Espinel

1. INTRODUCCIÓN La importancia fundamental de los estudios de capital social es que permiten conocer el mundo de las organizaciones sociales y sus relaciones con los procesos de desarrollo. Más allá del debate teórico sobre la definición de este término, las investigaciones dan resultados sobre la formación de redes de confianza, conexiones, normas, y todo lo que pueda facilitar la cooperación entre grupos sociales. (Bebbington y Torres, 2001). Se considera que las zonas de riego son apropiadas para realizar investigaciones sobre capital social porque estas se delimitan socialmente, es decir, que encierran un número finito de miembros1. Por otro lado, estos proyectos combinan diferentes formas de capital como el físico (construcción de canales, reservorios), humano (formación para manejo del agua) y el social. Finalmente, se trata de proyectos relativamente fáciles de evaluar porque se pueden usar criterios simples para hacerlo, según Bebbington y Torres (2001). Podemos hablar del capital social como un concepto que pretende ser una suerte de teoría unificada que integra aspectos de diversos campos como los de la reciprocidad, las redes sociales, el desarrollo participativo y la gobernabilidad. Promete ser una valiosa herramienta para el análisis y la promoción del desarrollo de las propias organizaciones sociales, el Estado y el mercado. 1

Para el caso de las Juntas de Riego del Valle del Daule, se estiman alrededor de 2.570 usuarios: 783 en América Lomas, 653 en Higuerón, 522 en San Jacinto y 612 en El Mate.

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La presente investigación pretende identificar las formas concretas a través de las cuales el capital social afecta a los usuarios de las juntas de riego, así como entender la formación de capital social en la zona de riego del valle del Daule, provincia del Guayas en Ecuador, de manera que sirva de base para implementar proyectos que fomenten su desarrollo y aprovechamiento para beneficios de orden social y económico. Este artículo está dividido en seis secciones: la primera sección desarrolla ciertos conceptos básicos y su relación con la presente investigación, con el objetivo de definir la línea teórica del presente análisis. Esto es importante por cuanto aún existen muchas divergencias conceptuales sobre CS; en la segunda sección se exponen estudios previos que han sido realizados en el Ecuador; la tercera sección describe la ubicación de la zona de estudio y sus problemas; en la cuarta sección se describe el proceso estadístico para el análisis de los datos; en la quinta sección se presentan los resultados obtenidos y finalmente, las conclusiones y recomendaciones.

2. FUNDAMENTOS TEÓRICOS 2.1 Definiciones básicas Coleman y Bourdieu son los dos sociólogos que más tempranamente expresaron el concepto de capital social en una forma relativamente detallada y completa. La definición de Bourdieu se basa en dos elementos claves: las relaciones sociales que permiten a los individuos estar conectados mutuamente y, las ventajas que se derivan de esta asociación deliberada. (Durston, 2000). Por su parte Coleman manifiesta que el capital social es productivo, y posibilita el logro de ciertos fines que no se alcanzarían en su ausencia. Su definición está caracterizada por crearse en la estructura social, facilitando las relaciones entre las personas que están dentro de esa estructura. Uno de los principales exponente sobre el tema de capital social ha sido Putman (1994) con el desarrollo de su investigación “Making Democracy Work: Civic Traditions in Modern Italy”. Este autor otorga especial importancia al impacto de los ciudadanos en los asuntos que conciernen a sus grupos o comunidades, y que influyen en gran medida en el logro de ciertos objetivos comunes, gracias al grado de confianza y reciprocidad, así como a las normas de comportamiento cívico y el nivel de asociatividad. 112


Debido a esto es entonces que se puede asegurar que hay distintos niveles de desarrollo de CS, pues se trata de un recurso de las personas, los grupos y las colectividades en sus relaciones sociales, con énfasis, a diferencia de otras acepciones del término, en las redes de asociatividad de las personas y los grupos. No necesariamente de forma deliberada, sin embargo es evidente que el CS resultas ser un recurso que, al igual que la riqueza y el ingreso, está desigualmente distribuido en la sociedad (Atria, et al, 2003).

2.2 Clasificación del capital social La clasificación de mayor aceptación y, que se presenta en diversos documentos, es la propuesta por Michael Woolcok quien propone tres divisiones: 1) Capital social de nexo.- Existe en relaciones socialmente estrechas, generalmente se basa en puntos de coincidencia heredados o creados como resultado de compromisos para toda la vida y un contacto personal frecuente. 2) Capital social de vínculo.- Se refiere a relaciones medianamente estrechas y en la mayoría de los casos se basa en puntos de coincidencia adquiridos. 3) Capital social de aproximación.- Es aquel que existe en las relaciones asimétricas entre personas que tienen pocos puntos de coincidencia, un contacto personal limitado y a menudo diferencias importantes en cuanto a los recursos que poseen, caracterizándose por sentimientos asimétricos de conexión. (Atria, et al, 2003). El caso del capital social en las juntas de riego del valle del Daule, lo podemos ubicar dentro de la segunda categoría de clasificación descrita anteriormente, que se denomina “capital social de vínculo” ya que la relación entre los miembros de las juntas de riego se caracteriza por sentimientos moderadamente intensos de conexión como: el respeto, la confianza y el compañerismo. A diferencia del capital social de nexo que se basa en sentimientos de preocupación, afecto, mismos que se desarrollan con mayor frecuencia dentro del grupo familiar, mientras que la tercera clasificación hace referencia a la asociación que puede existir entre individuos solo por interés y logro de objetivos personales de mediano plazo.

113


2.3 Capital social versus otras formas de capital Las juntas de riego, para su operación, necesariamente combinan las tres formas de capitales que son: el físico, mediante la construcción de canales, reservorios, bombas de riego, entre otros; el capital humano que se encuentra presente en el conocimiento que deben poseer los miembros de las juntas para el manejo de distribución del agua, llevar el control financiero de cada junta de riego, para el caso específico de esta zona el conocimiento sobre la forma de producción del arroz; y finalmente el capital social, que se refiere a las relaciones sociales y organizativas entre los miembros de cada junta. Dado lo anterior, y al realizar una aplicación de las propiedades esenciales del capital físico al capital social tenemos que: 1) Capacidad de transformación. El capital social puede ser combinado con otros inputs para producir beneficios para obtener un trato preferencial y otros beneficios. 2) Durabilidad. El capital social presenta diferentes grados de durabilidad. Puede ser de afinidad débil (sólo es capaz de producir una cantidad limitada de servicios antes de desintegrarse), o puede ser extremadamente durable. Este tipo de relaciones están asociadas principalmente a la familia. Al igual que el capital humano, pero al contrario del físico, el capital social necesita mantenimiento, pues las relaciones sociales requieren una renovación o confirmación periódica para evitar la pérdida de eficacia. 3) Flexibilidad. El capital social es un recurso en el cual se pueden invertir otros recursos con la expectativa de beneficios futuros, a través de la inversión en formar grupos o asociaciones. 4) Sustituto y complemento. Como sustituto, los agentes pueden compensar la carencia de capital financiero o humano mediante el establecimiento de buenas relaciones. El capital social es también complementario con las otras formas de capital, puesto que por sí solo no es suficiente para el desarrollo. 5) Depreciable. Al igual que el capital humano, no tiene un índice fiable de depreciación, puesto que no se deprecia con el uso, sino que mejora, ya que si no se usa se deteriora rápidamente. (Glaeser, Laibson, & Sacerdote, 2001). La creación de capital social no es tan diferente de la creación de capital humano: se lo consigue mediante la educación y, por tanto, exige inversiones en capacitación y una infraestructura institucional donde pueda impartirse. A diferencia del capital humano convencional, que entraña la transmisión de ciertas aptitudes y conocimientos específicos, el capital social exige inculcar normas y valores compartidos.

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3. CAPITAL SOCIAL EN EL ECUADOR Son relativamente pocos los estudios conducidos en Ecuador en esta temática, en su mayoría asociados a resultados obtenidos en proyectos productivos. Bebbington ha realizado diversos estudios sobre capital social en el Ecuador. Uno de ellos llevado a cabo entre los cantones de Colta y Guamote (en la provincia de Chimborazo) en donde el acceso a una técnica que permite la transformación de productos básicos en artículos procesados y de alto valor, ha sido de suma importancia para que grupos de pequeños productores acceda a mercados especializados. Esto gracias a una relación entre la comunidad y un profesor agrónomo de la universidad provincial que facilitó el acceso a estas nuevas tecnologías. La organización social ayudó a crear condiciones que favorecieron un proceso de intensificación, que si bien se ha desarrollado y pareciera que también ha generado capital social, bien podría desaparecer en la medida en que se extingan los medios o la transferencia provistos por medio de un proyecto. Otro de sus importantes trabajos fue desarrollado en Guamote. En términos organizativos y políticos, el cantón Guamote estaba dominado por la hacienda, el control de labor y el Estado local. De hecho, había pocas comunidades indígenas independientes hasta los sesentas y setentas y la relación más importante para las estrategias de la supervivencia era la unión “vertical” de la hacienda, en lugar de la “horizontal” entre familias. La capacidad organizativa de base era muy baja. Hoy, sin embargo, no queda ninguna hacienda grande, el gobierno local está en manos indígenas, el uso de la tierra se ha intensificado significativamente, y mucha de la tierra en la que antes había pasto, ahora tiene uso agrícola. Es en Guamote donde se produjeron presiones que llevaron a la legislación de la reforma agraria en 1964 y 1973 que habilitó a los campesinos indígenas a demandar que se les venda esa tierra. La formación de capital social en Guamote, y sus impactos en vidas, recursos naturales y las políticas de desarrollo, probablemente no se los habría tomado de la misma manera o hubieran adelantado tanto, si no habría sido un proceso relacionado con organización indígena y con movilización a nivel nacional en Ecuador. (Bebbington y Torres, 2001). Bebbington además realizó otra investigación en las juntas de aguas de Porotog, ubicadas al sur de la ciudad de Cayambe, en la sierra norte ecuatoriana. Este estudio examina la magnitud en la que las intervenciones de dos organizaciones no gubernamentales (ONGs), el Centro Andino de Acción Popular (CAAP) y el Instituto de Ecología y Desarrollo de las Comunidades Andinas (IEDECA), ayudaron a formar el capital social en las juntas, una 115


organización de segundo grado con miembros de once comunidades indígenas involucrados en el manejo de un sistema de riego. (Millán & Gordon, 2004). Martínez en el año de 1999, por su parte realizó un análisis crítico de capital social en el medio rural ecuatoriano aplicado a las juntas de agua, presentado en su trabajo “Capital social y desarrollo rural”. Afirma que para que el capital social tenga alguna utilidad en el desarrollo rural debe ser definido en dos dimensiones: la relacional y la procesual. La primera nos dice que las relaciones sociales que se generan entre los productores rurales se concretiza entre grupos, comunidades, familias e individuos diversos y diferentes. La segunda indica que se trata de un proceso que puede implicar un crecimiento o decrecimiento de las relaciones sociales. Nombra las ventajas que ha tenido el caso de la Organización de Segundo Grado (OSG) Tucayta en la provincia de Cañar, las cuales son: la homogeneidad étnica, presencia de energía social acumulada, presencia de capital humano en la zona, vínculos con el Estado y agencias de desarrollo y el apoyo de varias ONG. Recalca el rol importante que juega y debe jugar el Estado en el proceso de desarrollo rural en este caso, ya que afirma que el capital social es mas bien el resultado de un conjunto de acciones institucionales (capital puente) en un entorno favorable que incide en la potenciación de la energía social; es un capital social inducido y no tanto el resultado de una dinámica organizativa campesina. (Martínez, 2003).

4. LAS JUNTAS DE USUARIOS DE AGUA DEL VALLE DEL DAULE En el año 1965 se crea la Comisión de Estudios para el Desarrollo de la Cuenca del Río Guayas (CEDEGE), para conducir diversas investigaciones con el fin de determinar las potencialidades del Régimen Hídrico de la Cuenca del Guayas. Este organismo fue el encargado de iniciar en 1982 la construcción del Proyecto Jaime Roldós Aguilera y, un año más tarde se diseña un Plan Hidráulico, que da una lógica multipropósito a este proyecto. Sobre la base del represamiento del río Daule, se pretendía: a) almacenar agua para regar tierras secas de supuesta gran productividad en el valle bajo del río Daule y la península de Santa Elena; b) facilitar el suministro de agua potable a ciudades importantes como Guayaquil y un conjunto amplio de poblaciones ubicadas en las riberas del río; c) controlar las inundaciones; y d) generar energía hidroeléctrica barata. De esta manera, se ejecuta dicho proyecto a lo largo de los siguientes 20 años hasta el 2002, a través de un imparable endeudamiento externo.

116


A raíz de la preocupación del Gobierno Nacional y de las entidades multilaterales de crédito, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, sobre el escalamiento de los costos de operación y mantenimiento de los sistemas de riego del país, se decidió transferir los sistemas de riego a los agricultores. En 1999, con la asistencia financiera del Banco Mundial, a través de un Proyecto de Asistencia Técnica (PAT), se creó una Unidad Ejecutora para llevar a cabo los programas de entrega de los sistemas de riego a los agricultores y para establecer las tarifas que permitan mantener y operar dichos proyectos. La CEDEGE determinó que la presa Balzar, el canal de aducción y el sifón trans-Daule podrían ser reemplazados por estaciones de bombeo, en cada margen, para servir individualmente a cada sistema de riego. Así surgieron los sistemas de riego del valle del Daule, uno de 17.000 ha y otro de 33.000 por un costo aproximado de USD 118’800.000. De las 50.000 ha con infraestructura de riego que se puso como meta del Proyecto “Jaime Roldós”, se han materializado solamente 13.269 ha, en la margen derecha del Daule hasta la fecha. De esta superficie bajo riego efectivo solo estaban 9.200 ha hasta el año 2000. Las juntas de riego que se formaron hasta el 2000, año en el que concluyo el proceso de transferencia de los sistemas a las juntas son: San Jacinto, Higuerón, El Mate y América Lomas, servidas cada uno por sus propias estaciones de bombeo (ver tabla 1). Tabla 1: Áreas de las juntas de riego del valle del Daule Zonas de Riego San Jacinto Área, Ha Estaciones de Bombeo Estaciones de Drenaje

Higuerón

El Mate

2,446 2

3,49 2

2,018 2

AméricaLomas 5,315 1

2

2

2

2

Total 13,269 9 8

Al entregar el Estado los sistemas de riego a los agricultores de la zona del valle del Daule, estos adquirieron la responsabilidad de la administración y distribución del agua entre los usuarios, así como el mantenimiento del sistema, por lo que el progreso y desarrollo comenzaron a depender mucho más de la organización que pudieran tener al interior de la junta, sea esta obtenida en conjunto o mediante liderazgos individuales, siendo más la individualidad de antiguos líderes y sus descendencias las que ha prevalecido. 117


No obstante, desde la época en que se realizó la transferencia, ha sido evidente el desarrollo de una junta en particular: América Lomas, tanto en su infraestructura física, organización de sus miembros, así como que se han convertido en la zona de mayor productividad en la siembra de arroz en el país. Es justamente de este aspecto clave de dónde surge la principal interrogante de esta investigación, sobre si dichas diferencias puede o no ser atribuidas a distintos inventarios de Capital Social (CS), o son otros los factores.

5. METODOLOGÍA 5.1 Diseño de la encuesta y plan muestral Por medio del Centro de Investigaciones Rurales (CIR) de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (ESPOL) se diseñó y aplicó un cuestionario que combina preguntas desde distintos enfoques de capital social, incluyendo la encuesta que propone el Banco Mundial para medir el capital social2. Más que seguir una línea específica, se utilizó distintas escalas adaptadas un poco a la realidad de la zona y a la necesidad de combinar preguntas de manera que permitan obtener indicadores de confianza, participación en organizaciones e indicadores de desarrollo. La encuesta del CIR puede ser dividida en cinco secciones: 1) Características demográficas, ocupación agrícola e información de ingresos y activos del encuestado; 2) Instrumentos de Putnam, mismos que tratan de medir la densidad de organizaciones voluntarias, se planteaban 15 alternativas de grupos o asociaciones más conocidas de la zona; 3) Indicadores de confianza; 4) Redes locales, conexiones con terceros y acciones voluntarias; 5) Nivel de desarrollo en la junta. Se consideró como unidad muestral al grupo familiar. Las encuestas fueron realizadas a las cabezas de la familia o en su defecto, a un adulto en capacidad de responder las preguntas y que sea miembro de la familia. La técnica de muestreo fue no probabilística por conveniencia. Para determinar el tamaño de la muestra se utilizó la fórmula basada en la proporción de la población, en donde el nivel de confianza utilizado fue del 95% (con un valor z = 1,96) y que a su vez permitió tener un error muestral de alrededor de 5%. En la tabla 2 se muestra que el 2

Social Capital Integrated Questionnaire (SOCAP IQ)

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tamaño muestral de 400 encuestas fue repartido en forma proporcional entre las cuatro juntas de riego de acuerdo al total de hectáreas de cada una de ellas. Tabla 2: Distribución de la muestra por área agrícola Junta de Riego América Lomas Higuerón San Jacinto El Mate Total

No de encuestas 164 120 68 48 400

% 41% 30% 17% 12% 100%

No de Hectareas 3.762,15 2.800,86 1.596,75 1.091,19 9250,95

% 41% 30% 17% 12% 100%

5.2 Análisis de datos Se dividió el trabajo en tres fases: 1) Estadísticas descriptivas, con el propósito de explorar y conocer ciertas características de los respondientes; 2) Análisis factorial, para el propósito de determinar la existencia de algún tipo de relación entre las diferentes preguntas que se realizaron en la encuesta y poder encontrar los factores comunes que influyen en la existencia de capital social entre las juntas de riego. Se empezó empleando algunas preguntas, que estudios previos relacionan con la acumulación o disminución de capital social. Con este análisis se espera que los resultados concuerden con la teoría existente de que el capital social depende de: la confianza, redes, asociatividad, entre otras cosas; 3) Análisis de conglomerados (Cluster) con el propósito de determinar la existencia de diferencias de capital social entre las juntas de riego.

6. RESULTADOS DE LA ENCUESTA 6.1. Estadísticos descriptivos De las 400 encuestas realizadas, se obtuvo que el 95% de encuestados eran de género masculino y el 5% de género femenino. Estas encuestas fueron aplicadas en proporción a las hectáreas de cada junta, de manera que en América Lomas se encuestó al 41% de la muestra, siguiendo Higuerón con 30%, San Jacinto con 17% y por último la junta El Mate con 12%. La edad mínima de los encuestados fue de 22 años y la máxima de 81 años. Los promedios de edad por cada junta: América Lomas presentó un promedio de 52,38 años de edad, San Jacinto de 119


44,06 años de edad, Higuerón de 49,93 años y El Mate tiene un promedio de 49,78 años de edad. En cuanto al nivel de educación, se tiene que en América Lomas el 76,22% de la población terminó la primaria, en San Jacinto el 36,76% de la población terminó la secundaria y el 35,29% son analfabetos, en Higuerón el 68,33% concluyó hasta la primaria y en el Mate el 79,17% también. El principal producto de ciclo corto que se cosecha en esta zona es el arroz. Los ingresos obtenidos por la venta de la gramínea varían entre $90 y $52,800. Así podemos observar el promedio de ingreso por cada junta de riego, sus mínimos y máximos ingresos en la siguiente tabla (ver tabla 3). Tabla 3: Ingresos promedio, máximo y mínimo por junta de riego Junta De Riego América Lomas San Jacinto Higuerón El Mate Elaborado por: K. Jimenez y

Media 4798,99 8417,59 5340,11 1035,23 G. Prado

Mínimo 200 1140 99 90

Máximo 52800 30000 27216 6450

La extensión de tierra que poseen los usuarios varía entre: 0,07 ha y 60 ha. Así se obtuvo que, América Lomas tiene una media de extensión de tierras de 3,8 ha, en San Jacinto de 4,96 ha, Higuerón de 5,3 ha y en el Mate 0,75 ha (ver gráfico 1). Mediante un análisis de contingencia se obtuvo que, al 5% de significancia, se rechazó la hipótesis nula de independencia de variables entre “la propiedad de la tierra” y las juntas de riego a la que pertenecen. Esto quiere decir que no se puede afirmar que haya una relación entre pertenecer a una junta y tener más o menos tierra.

120


Gráfico 1: Propiedad de la tierra

120% 100% 80% 60% 40% 20% 0%

Propiedad de la tierra 32% 40%

Otros

61% 83%

63%

40%

29%

El Mate

América Lomas

Título Herencia

4%

San Jacinto

Higuerón

Junta de riego

Elaborado por los autores.

En San Jacinto el 63% de sus usuarios tienen la propiedad de la tierra mediante la forma jurídica de herencia y otro 32% mediante título de propiedad. En la junta El Mate el 40% de la población tiene la propiedad de la tierra con título y otro 40% mediante herencia. En América Lomas un 61% de la población obtiene la propiedad de la tierra con título y otro 29% mediante herencia. Finalmente en Higuerón un 83% de la población tiene la propiedad de la tierra mediante título. En cuanto al factor de educación, con los resultados obtenidos, se comprobó la hipótesis de que entre mayor sea la edad de un individuo en esta zona, su nivel de educación alcanzado es menor. Para ello se planteó una tabla de contingencia entre las variables “edad” y “números de años que dedican las personas a estudiar”, rechazando al 5% de significancia la hipótesis nula de independencia de las variables, empleando el estadístico chi-cuadrado. En cuanto a la percepción de confianza entre los miembros de la junta se tuvo que (ver gráfico 2): en El Mate, el 96% de sus miembros perciben que no pueden confiar. En América Lomas el 54% de su población perciben que si se puede confiar, pero otra parte de su población que es el 46% perciben desconfianza entre sus miembros. Las juntas San Jacinto e Higuerón son las que tienen porcentajes muy altos con respecto a la confianza en los miembros de la junta con un 100% y 96% respectivamente. 121


Gráfico 2: Confianza en miembros de la junta

Confianza en los miebros de las juntas de riego 120% 100% 80% 60% 40%

53,75% 100%

95,83%

95,83%

Si se puede confiar No se puede confiar

46,25%

20% 0%

4,17%

San Jacinto

El Mate

América Lomas

Higuerón

Junta de riego

Elaborado por los autores.

Respecto de la confianza en la administración de riego, tenemos que en la junta El Mate, el 35% de su población confía medianamente en la administración de la junta de riego y el 25% de esa misma población no confía en absoluto. En San Jacinto e Higuerón, se tuvo porcentaje altos de la población que confían medianamente y totalmente en la administración de la junta de riego con porcentajes del 83% y 95% de la población respectivamente. En América Lomas se encontró que el 44% de su población desconfía de la administración de la junta de riego y un 55% sí confía. El sentirse parte de la junta de riego (ver gráfico 3) puede influir en la decisión de participar en la elección de los directivos de la junta, sobre todo al no tratarse de un proceso de carácter obligatoria como lo son las nacionales. La participación en ellas en inminentemente voluntaria. Al testear la relación entre estas variables, dio como resultado que resulta una dependencia significativa sólo para el caso de América Lomas, con un nivel de explicación del 43.8% de acuerdo al estadístico Eta. Para el caso de las demás juntas no se encontró relación alguna entre las variables expuestas.

122


Gráfico 3: Sentirse parte de la junta

Me siento parte de la junta 100% 80% 60%

85,30%

46,67%

71,77% 94,96%

40% 20%

42,22%

Parcial y total acuerdo Neutro Parcial y total desacuerdo

0% San Jacinto

El Mate

América Lomas

Higuerón

Junta de riego Elaborado por los autores.

La percepción que tienen los miembros de la junta acerca de sentirse parte de ella, pudiera depender de la junta de la cual forman parte los respondientes. Así, se testeó la relación entre estas variables, encontrando que es significativa y explicada en un 57.6% de acuerdo con los resultados. Sólo en El Mate existe una posición neutra de la mayoría de los encuestados respecto de esta pregunta. Esto evidencia que las relaciones que puedan existir entre la juntas no es igual para todos los casos y que hay algunas donde un mejor grado de organización puede llevar a los individuos a sentirse parte de la junta. Con la encuesta que se empleó para este estudio, se buscaba obtener indicadores de asociaciones, grupos o gremios que estén formalmente organizados o en su defecto, que se traten simplemente de grupos de personas que se reúnan con regularidad para llevar a cabo alguna actividad. Con este fin, se plantearon 15 alternativas de grupos o asociaciones, previa una indagación de aquellas más conocidas en la zona. Las organizaciones que resultaron con mayor nivel de participación de los miembros son: para el caso de los padres de familia, las juntas de riego. Para el caso de las madres de familia, la mayoría participa en el comité de padres de familia, mientras que los hijos participan en su mayoría en grupos o asociaciones deportivas. 123


6.2 Análisis factorial Con el propósito de determinar la naturaleza del CS en el área de estudio, se procedió a realizar un análisis factorial (AF). Un AF parte de la premisa de que existen un número de variables interdependientes entre sí y que por tanto es difícil establecer relaciones causa-efecto que generen una explicación al comportamiento de una variable dependiente. Por el contrario el análisis factorial considera a todas las variables interdependientes entre sí, al tiempo que las agrupa para formar constructos (factores comunes) que explican la naturaleza de la variabilidad de los datos generados por las preguntas de capital social del cuestionario. Para realizar este análisis, se emplearon aquellas preguntas de la encuesta que se las asocia con capital social. En un principio fueron empleadas 33 preguntas del cuestionario. A partir de un primer análisis, las 33 preguntas planteadas formaron 10 factores (constructos) que, al momento de ser analizados, se identificó que por lo menos uno de ellos agrupaba preguntas que no estaban relacionadas a un mismo tema o concepto, por lo que se procedió a eliminar variables bajo los siguientes criterios: 1) un valor de comunalidad bajo, entendida la comunalidad como el coeficiente de correlación lineal múltiple de cada variable con los factores. Si ésta es alta implica que todas las variables están muy bien representadas en el espacio de los factores; 2) una carga factorial baja, entendida esta como el peso atribuido de cada variable en el factor; y, 3) el nivel de correlación de dicha variable con las demás del modelo. Luego de este primer paso, se realizaron tres análisis factoriales que tenían como propósito seguir eliminando variables no significativas y/o que no se agrupen bajos los factores correspondientes. Al realizar el quinto análisis factorial, se incluyó una variable que agrupara el nivel de participación de los individuos en grupos o asociaciones dentro de la junta, esta variable no había sido considerada inicialmente al tener un bajo nivel de observaciones para la muestra (364 respuestas). Además, se reintegraron variables que a pesar de tener baja carga factorial, era importante no eliminarlas para que el factor al que pertenecen cuente con un mayor número de variables y sea significativo en el análisis. Para el análisis factorial final se emplearon las siguientes 20 variables que fueron el resultado del proceso de eliminación de variables al que se procedió según lo descrito anteriormente. Las variables se muestran en el siguiente cuadro: 124


Cuadro 1: Preguntas incluidas en el análisis factorial final No. Preguntas relacionadas a capital social 1 Se puede confiar en los miembros de la Junta de Riego 2 Cuánto confía en el sistema de justicia 3 Cuánto confía en la policía 4 Cuánto confía en los administradores de la Junta de Riego 5 Cuánto confía en el gobierno local 6 Cuánto confía en el gobierno provincial 7 Cuánto confía en el gobierno nacional 8 Cuántos amigos de confianza tiene 9 Me siento parte de la Junta de Riego 10 Esta zona ha prosperado en los últimos 5 años 11 La gente por aquí es más confiable que en otras zonas 12 La gente por aquí es honesta 13 Ha contactado algún medio de comunicación 14 Ha contactado a autoridades cantonales 15 Ha organizado a personas de su zona 16 Ha contribuido en algo para mejorar la zona 17 Ha contribuido para obras de caridad 18 Ha contactado a alguien influyente en la zona 19 Ha notificado a la policía acerca de algún problema 20 Número de organizaciones en que participan los miembros de familia Elaborado por: K. Jiménez y G. Prado

Con los resultados obtenidos, al correr el Análisis Factorial mediante la opción “Reducción de datos” del programa estadístico SPSS3, se identificó que el determinante de la matriz de correlación fue de 0.002 con un Kaiser-Meyer-Olkin (KMO) que arrojó un valor de 0.82, significativo al 5% a partir de la prueba de Esfericidad de Barlett. Esto significa que el análisis realizado es robusto en términos estadísticos. Con cuatro factores, se logró explicar el 50,81% de la varianza total de los datos. Finalmente, con relación a la matriz de componentes rotados, esta matriz muestra los coeficientes que se conocen con el nombre de pesos factoriales (por ese motivo se llama análisis factorial). La carga factorial se mide en términos de valor absoluto, y entre más altos éstos sean nos indican una relación más estrecha de esa variable dentro de cada factor.

3

Statistical Package for Social Sciences

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Lo que se busca en el análisis factorial es que todas las variables tengan pesos altos en unos factores y bajos en otros, de tal manera que se pueda ubicar en el factor de mayor peso. Por ejemplo la variable “Me siento parte de la junta” se puede expresar de la siguiente manera: B 11

0 , 84 F 1

0 , 04 F 2

0 ,12 F 3

0 , 05 F 4

donde F1 , F 2 , F 3 yF 4 son los cuatro factores del análisis, por lo que se puede decir que esta variable se ubica en el primer factor dado su peso de 0,84. El criterio empleado en el estudio es que el valor mínimo de carga factorial sea de 0,50. En la tabla siguiente se muestra la matriz de componentes rotados, donde se puede apreciar las 20 variables usadas y su agrupación en 4 factores de acuerdo a las cargas factoriales de cada variable en cada factor. Tabla 4: Matriz de componentes rotados Componente 1 2 3 Me siento parte de la Junta de Riego 0,84281764 0,044542987 -0,12152592 Se puede confiar en los miembros de la Junta de Riego 0,76404963 0,151082275 0,029813895 Esta zona ha prosperado en los últimos 5 años 0,74539086 0,035143095 -0,0717942 La gente por aquí es más confiable que en otras zonas 0,7120095 -0,02565805 -0,03911193 Cuánto confía en los administradores de la Junta de Riego 0,663779 0,356587726 0,088155431 Cuántos amigos de confianza tiene 0,57716617 0,034355042 0,094368108 La gente por aquí es más confiable que en otras zonas 0,53657904 0,024413702 -0,18140306 Número de organizaciones en que participan los miembros de familia 0,50372344 -0,03908132 0,216349374 Cuánto confía en el gobierno provincial 0,46154524 0,698500301 -0,07235455 Cuánto confía en la policía -0,20693045 0,692997348 0,194093151 Cuánto confía en el gobierno local 0,49794939 0,648510982 -0,02546673 Cuánto confía en el sistema de justicia -0,17286274 0,626717693 0,17184568 Cuánto confía en el gobierno nacional 0,26468006 0,519572984 0,028552815 Ha contactado a autoridades cantonales 0,10793652 -0,01351331 0,641333187 Ha contactado algún medio de comunicación -0,07127997 0,047803719 0,638708698 Ha organizado a personas de su zona 0,03792173 0,025537221 0,625711013 Ha contactado a alguien influyente en la zona 0,02975543 0,195154817 0,438689564 Ha notificado a la policía acerca de algún problema -0,36004918 0,048626065 0,41243373 Ha contribuido en algo para mejorar la zona 0,02622019 0,011206283 0,074768037 Ha contribuido para obras de caridad 0,12346978 0,052049314 0,02005946 Método de extracción: Análisis de componentes principales. Método de rotación: Normalización Varimax con Kaiser. La rotación ha convergido en 5 iteraciones. Elaborado por: Resultados del Programa Estadístico SPSS Pregunta de capital social

4 0,051238829 0,136670486 0,221555425 -0,0110319 0,113893132 -0,10178524 0,125398074 -0,05378224 0,096667608 -0,14146595 0,057237403 -0,02809234 0,195579372 0,165684671 -0,00593567 0,000451073 -0,02236473 -0,05007783 0,871396596 0,849110957

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En el primer factor, como puede observarse, se agruparon ocho variables que básicamente hacen relación a la “confianza al interior de la Junta de Riego”. Dos de las variables que forman parte de esta factor no se encuentran en estricta relación a la referencia del factor, como son: “prosperidad de la zona en los últimos cinco años” y “el número de organizaciones en que participa la familia”; sin embargo, dada su carga factorial no era prudente excluirlas del análisis. Pueden ser consideradas como dos características que aportan al desarrollo de la confianza al interior de cada junta. En el segundo factor se han agrupado cinco variables relacionadas con la “confianza al exterior de la junta” en específico se hace referencia a la confianza en instituciones de justicia, gobiernos seccionales y gobierno nacional. En el tercer factor se agruparon cinco variables que pueden ser definidas bajo el concepto global de “redes”, pues entre estas se encuentra la capacidad de organización de las personas para realizar actividades así como si han empleado a sus contactos en medios de comunicación o alguna institución para resolver conflictos al interior de la junta. En el cuarto factor sólo se agruparon dos variables que están relacionadas a la “disposición que tengan los miembros de la junta para participar en actividades” como obras de caridad y otras que ayuden a mejorar la zona. Los resultados obtenidos concuerdan con la teoría existente acerca de los factores que influyen en el capital social. Se puede concluir que en la zona de las junta de usuarios del valle del Daule están presentes los factores que contribuyen al desarrollo del capital social, de manera específica este estudio demuestra que los factores principales son sólo cuatro.

6.3. Análisis de conglomerados Para el caso del capital social en las juntas de riego del valle del Daule, se buscaba determinar además si los datos de las encuestas formaban clusters y estos a su vez guardaban alguna relación –mediante un análisis de datos cruzados- con la junta de riego a la que pertenecían los encuestados. En una primera etapa se esperaba encontrar diferencias de capital social entre las juntas de riego. Sin embargo, los resultados mostraban que la mayoría de los 127


casos se unían en un determinado cluster; por lo que, se llegaba a concluir que el capital social era igual entre las juntas de riego. De esta manera en una segunda etapa se procedió a dividir la base de datos de acuerdo a las características de ingresos y tamaño de finca, tomando como base para su división la medida estadística de percentiles, para determinar si existía alguna característica en particular que marcara diferencias en el capital social entre las juntas de riego. Las variables empleadas fueron aquellas que resultaron del análisis factorial, es decir cuatro variables. Cluster en base a la variable “extensión o tamaño de finca” Basados en la división general que se aplica para estudios de investigaciones rurales en que se determinan tres categorías para los productores: grandes, medianos y pequeños, se procedió a dividir la base de datos en tres partes empleando el estadístico de percentiles. Se ajusto el análisis a cuatro cluster y los percentiles se dividieron de la siguiente manera: percentil 1 “entre 0 y 1,5 ha”, percentil 2 “entre 1,51 y 4 ha” y percentil 3 “entre 4,01 en adelante”. Para el primer percentil se encontraron diferencias en las juntas de riego de acuerdo a los cluster que se formaron. De esta manera las juntas América Lomas e Higuerón se unen en un mismo grupo y las juntas el Mate y San Jacinto en diferentes clusters. Por lo que se puede concluir que a esta división de “productores pequeños” existen diferencias de capital social. En el segundo y tercer percentil en donde se hace referencia a los “medianos y grandes productores” se ajustaron los resultados de la siguiente manera: América Lomas e Higuerón se unen en un mismo grupo y San Jacinto se ubica en otro grupo. En el caso del Mate no existe mucha información que sea relevante. Por lo que se puede concluir que existe diferencias de capital social entre las tres juntas pero no para el caso en que se compara entre las juntas América Lomas e Higuerón. Cluster en base a la variable “ingresos” Para la división de la base de datos en base a los ingresos de los individuos, se dividió la base de datos en cuatro partes de acuerdo a los percentiles. Se ajusto el análisis a cuatro cluster y los percentiles resultantes fueron: percentil 1”entre 0 y 1.300 USD”, percentil 2 “entre 128


1.300,01 y 3.475 USD”, percentil 3 “entre 3.475,01 y 6.793 USD” y percentil 4 “de 6.793,01 USD en adelante”. Para el percentil 1 las juntas América Lomas e Higuerón coinciden en el mismo cluster, y el Mate se ubica en otro grupo. La información de San Jacinto es poco relevante en este percentil. Para el percentil 2 las juntas América Lomas y San Jacinto coinciden en un mismo grupo, y el Mate e Higuerón en diferentes clusters. Para el percentil 3 y 4 América Lomas e Higuerón se ajustan en el mismo cluster, mientras que San Jacinto en otro grupo. La información del Mate es poco relevante en el análisis. Se puede concluir que segmentando la base de datos en esta variable de “ingresos” se obtuvieron resultados interesantes de diferencias de capital social. Los miembros de las juntas con las características de cada percentil se ajustan en diferentes clusters. También se resalta la similitud de los miembros de las juntas de América Lomas e Higuerón, ya que en tres de los cuatro percentiles coincidieron en los mismos grupos.

7. CONCLUSIONES Esta investigación buscaba determinar la existencia de capital social en el valle del Daule y determinar su proceso de formación en la zona. Se procedió a la elaboración de un cuestionario basado en la encuesta modelo propuesta por el Banco Mundial. Este cuestionario fue dividido en cinco secciones. Las juntas de riego que forman parte de este estudio son: América Lomas, San Jacinto, Higuerón y El Mate, en total fueron realizadas 400 encuestas que fueron aplicadas en forma proporcional al número de hectáreas. Los resultados obtenidos concuerdan con la teoría existente acerca de los factores que influyen en el capital social que, para el caso de las juntas de usuarios son: la confianza, las redes y la cooperación. La confianza, principal variable que incide sobre el capital social, resulta ser una expectativa del comportamiento de la otra persona que participa en una relación en el afecto que existe entre ambos. Esta variable ha sido empleada en diversos estudios como un proxy para medir el capital social dentro de un grupo, comunidad o asociación. Por otro lado, tenemos las redes interpersonales como factor del capital social. Es a través de estas redes que lo individuos logran compartir sus habilidades, conocimientos y más 129


con los miembros de una determinada asociación o grupo para cumplir con objetivos en beneficio personal o del grupo al que pertenece. El último factor está relacionado con acciones de cooperación, estudios sobre el capital social se refieren a la cooperación como la acción complementaria orientada al logro de los objetivos compartidos de un emprendimiento común. La cooperación emerge, en conjunto con la confianza y los vínculos de reciprocidad, como un resultado de la frecuente interacción de estrategias individuales. En términos generales se concluye que existen diferencia de capital social entre las juntas siempre y cuando este sea medido entre subgrupos dentro de las juntas, estos subgrupos pueden formarse en base a variables tales como cantidad de extensión o nivel de ingresos que para este caso, eran las variables con las que se contaba y que permitían segregar la base de datos. Al realizar el análisis cluster para toda la base de datos, no se obtuvo diferencias de capital social entre las juntas.

REFERENCIAS Atria, R. ET AL. (2003). Capital Social y Reducción de la pobreza en América Latina y el Caribe: en busca de un nuevo paradigma, Michigan State University, Santiago de Chile. Bebbington, A., Torres, V., (2001). Capital social en los Andes, Ediciones Abya-Yala, Quito. Durston, J. (2000). Qué es el capital social comunitario, Serie Políticas sociales- división de desarrollo social, CEPAL, Santiago de Chile. Glaeser, E., Laibson, D., & Sacerdote, B. (2001). The Economic Approach to Social Capital, Discussion Paper N°1916, Harvard Institute of Economic Research, Cambridge - United States of America. Millán, R. & Gordon, S. (2004). Capital social: una lectura de tres perspectivas clásicas, Revista Mexicana de Sociología, Publicación del Instituto de Investigaciones Sociales -Universidad Nacional Autónoma de México, año 66, núm.4, 771-747, México D.F. Martínez, L. (2003). Capital social y desarrollo rural, Revista ICONOS, Publicación FLACSO Ecuador, núm.16, Quito. Woolcok, M. (1998). Social capital and economic development: towards a theoretical synthesis and policy framework, Theory and Society, Nº 27.

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Concentración de Tierra y Agua: el caso del Canal de riego Cayambe – Pedro Moncayo Judith Flores Tomás Quevedo Eduardo Rodríguez 1. INTRODUCCIÓN El objetivo del presente estudio fue determinar la inequidad existentes en el acceso a tierra y agua existentes en la zona del Canal de riego Cayambe – Pedro Moncayo, identificando mecanismos y estrategias utilizados por los empresarios florícolas para asegurar la gran cantidad de agua y tierra requeridas para su actividad productiva. La zona geográfica corresponde a la Sierra centro norte del Ecuador, provincia de Pichincha, cantones Cayambe y Pedro Moncayo. Al momento de definir un área de estudio que permitiera observar la concentración de tierra y agua, se propuso analizar el área que recorre el Canal de riego Cayambe – Pedro Moncayo, antiguamente conocido como Acequia Tabacundo. Las aguas que corren por el canal pertenecen a la cuenca del Río Pisque y la sub – cuenca del Río La Chimba. La construcción de la acequia Tabacundo tuvo sus inicios en el siglo pasado, constituyéndose hasta la actualidad en una obra fundamental para la producción de la zona. Una larga lista de conflictos sociales marca su historia. De manera reciente, la disputa por la administración del canal entre las organizaciones campesinas e indígenas que agrupan a la mayoría de usuarios/as del canal y el Municipio de Tabacundo, dio paso a una serie de pugnas políticas y legales que determinaron, al finalizar el año 2006, el traspaso de la administración que estaba a cargo del Municipio, a manos del Consorcio de Desarrollo para el Manejo Integral de Agua y Ambiente Cayambe – Pedro Moncayo – CODEMIA CPM, instancia conformada por cinco organizaciones campesinas e indígenas beneficiarias del riego en los dos cantones.

El estudio se orientó específicamente a: 131


a) Comprender las particularidades generales del desarrollo y transformaciones agrarias en el canal del río Pisque, de manera particular los cantones Cayambe y Pedro Moncayo influenciados económica, ambiental, social y políticamente por la producción florícola. b) Identificar, a partir de una breve mirada histórica, las articulaciones existentes entre los resultados de las leyes de Reforma Agraria y de contrarreforma que se dieron entre las décadas de 1960 y 1990, en las cuales se ratificó la implementación del modelo neoliberal en el sistema legal ecuatoriano l. c) Caracterizar los mecanismos y estrategias que utilizan las empresas de producción florícola para exportación, en lo referente a ocupación de la tierra, agua y mano de obra asalariada, y cómo éstas fortalecen la tendencia de acceso inequitativo a los recursos productivos: agua y tierra. d) Recoger las visiones alternativas al modelo de desarrollo agrario actual y las propuestas de resistencia campesina en las organizaciones usuarias del canal. La zona de Cayambe es una de las más estudiadas debido a que la actividad florícola tiene fuerte presencia económica a escala nacional y local. Los impactos en las esferas ambiental, de salud, social y cultural no tardaron en hacerse presente en las poblaciones de campesinos y campesinas, fuente de mano de obra para estas empresas. De ahí que esta zona siempre esté siendo observada. La investigación, por tanto, pretendía recoger elementos históricos y técnicos trabajados por otras instituciones; pero a la vez buscar articulaciones en los temas observados, de alguna manera los estudios revisados enfatizan en ciertos aspectos, sin considerar articulaciones como: tierra y agua, propuestas y políticas locales con nacionales. El tiempo en el que se realizó la investigación estuvo cargado de las reflexiones nacionales de soberanía alimentaria dadas a propósito de la elaboración de la nueva Constitución en el país y ese entorno enriqueció mucho nuestras percepciones. a) ¿Cuáles son las transformaciones agrarias más importantes registradas en la zona con la llegada de la producción florícola para la exportación?

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b) ¿Cuáles son las condiciones económicas, ecológicas, productivas y sociales en las que se desarrolla la producción de flores para exportación y cómo se han transformado durante las dos últimas décadas? c) ¿Cómo se han organizado estas empresas para mantener – mejorar sus ganancias? d) ¿Cómo hacen estas empresas para acceder a grandes cantidades de agua y tierra para ampliar la superficie cultivada? e) ¿Cómo están socialmente distribuidos los recursos productivos tierra y agua en la zona? f) ¿Cuáles son y cómo se expresan las lógicas de resistencia social a la expansión de las agroindustrias? Son preguntas que de manera flexible fueron organizando la observación y análisis de la zona. El itinerario metodológico consideró trabajo de campo y de gabinete: e) Revisión bibliográfica y documental previa, que permita situar la problemática en torno a la propiedad agraria, problema del agua, floricultura en la zona y conflictividad social en torno a las aguas del canal. f) Delimitación geográfica de la zona de estudio. g) Trabajo de campo para aplicación de lectura del paisaje, entrevistas y encuestas a informantes calificados. A través de historias de vidas hechas a compañeros y compañeras dirigentes o ex – dirigentes de las organizaciones del canal se obtuvo información valiosa. h) Organización, sistematización y discusión de la información recogida.

2. CONTEXTOS GENERALES Los cantones Cayambe y Pedro Moncayo constituyen una de las zonas con mayor desarrollo de agronegocios, especialmente de flores y de leche. En este marco, en el cual el capital transnacional determina cómo se va a producir se han creado obstáculos al campesino y su supervivencia ya que no solo es explotado por estas empresas sino que también es excluido de la producción, porque al no contar con los recursos necesarios como tierra, agua, créditos, tecnología, entre otros, para producir en su tierra, entonces se ve obligado a vender su fuerza de 133


trabajo, que es mal remunerada y acarrea consecuencias para su salud y la de su familia, provocando además la ruptura de la lógica comunitaria y organizativa. Uno de los elementos importantes de esta investigación es la reflexión que se realiza en torno al agua y ese proceso de apoderamiento que a lo largo de la historia se dio por parte, primero de los hacendados y luego de los empresarios florícultores, cuya acción despertó, en unos casos, y, fortaleció, en otros, la lucha organizada de las comunidades por la administración del agua, lo que trajo como resultado la creación del Consorcio de Desarrollo para el Manejo Integral del Agua y Ambiente Cayambe Pedro Moncayo (CODEMIA – CPM) para distribuir de manera equitativa este recurso y hacer que llegue a los productores que la necesitan. Se pone énfasis en la producción florícola y en sus dinámicas de acumulación tanto de tierra como de agua versus las necesidades de pequeños y medianos productores/as. Finalmente, se discutió propuestas alternativas para la pequeña agricultura, para mermar la expansión de los agronegocios y hacer que los campesinos cuenten con los recursos necesarios para la producción de la tierra; este puede ser un aporte importante en el diseño y construcción de otra forma de entender la economía campesina en el país, y colocar en su justo lugar a los campesinos y campesinas como actores fundamentales de la soberanía alimentaria.

3. ZONA DE ESTUDIO El canal de riego Cayambe-Pedro Moncayo, antiguamente denominado Acequia Tabacundo, está ubicado en los cantones Cayambe y Pedro Moncayo de la provincia de Pichincha, en la sierra centro del Ecuador. Ubicada a 70 kilómetros de Quito, esta zona se caracteriza por un acelerado desarrollo económico y sus concernientes cambios culturales, dado que el agro negocio, manifiesto en las empresas floricultoras, constituye la actividad económica más importante, no solo en el cantón sino también a escala nacional. El cantón Cayambe tiene una extensión de 1.196 km2, cuenta con una población de 69.800 habitantes (INEC, Censo 2001). El 56,3% de su población reside en el área rural. La población femenina es más alta que la masculina, representa el 51,0% del total, siendo el índice de

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feminidad 103,928 (SIISE 2008). Se caracteriza por ser una población joven, donde el 46,6% de la población tiene menos de 20 años (INEC, Censo 2001).

Pedro Moncayo tiene una superficie es de 333 km2. Cuenta con una población de 25.594 habitantes. Según el Censo Nacional de 2001, el 76,1% de su población reside en el área rural. De manera similar a Cayambe, también posee una población joven, con un 46,9% de sus habitantes menores de 20 años. Cayambe y Pedro Moncayo son cantones con altos porcentajes de población indígena, población rural y joven a la vez, estas condiciones de manera paradójica se entrelazan con indicadores que dan cuenta de las difíciles condiciones de vida de sus habitantes: altos porcentajes de pobreza y extrema pobreza, analfabetismo. La acequia Tabacundo, ahora llamada acequia o Canal de Riego Cayambe – Pedro Moncayo, nace el cantón Cayambe en las faldas del nevado del mismo nombre, al nororiente de la provincia de Pichincha, y termina en la parroquia La Esperanza del cantón Pedro Moncayo, en la comunidad Tomalón Bajo teniendo un tramo aproximado de 65km. Los afluentes de esta acequia son los ríos Angurreal y San Pedro que forman un caudal aproximado de 450 l/s, el mismo caudal que se distribuye en cinco parroquias: Tabacundo, La Esperanza y Tupigachi del cantón Pedro Moncayo; y Ayora y Olmedo del cantón Cayambe.(Heifer, 2008: 2). La historia de la acequia remite el inicio de su construcción en 1903 con la adjudicación que se le hace al pueblo de Tabacundo. Pero al constituirse Pedro Moncayo en cantón pasa a ser el municipio quien disputa las gestiones para que se le entregue la adjudicación, lo que se concreta en 1914. De 1914 a 1930 se trabaja en la construcción de la acequia, acorde a la estructura socio-económico son las comunidades indígenas quienes colocan su fuerza de trabajo en la acequia. Es así que la administración de la acequia Tabacundo quedó a cargo del Municipio de Pedro Moncayo, cuya cabecera cantonal es Tabacundo. “El Municipio gestionó el reparto del agua con predominio político del gamonalismo. Hasta los años setenta, las principales beneficiarias del riego de la acequia Tabacundo fueron las haciendas, especialmente las 28

Cantidad de mujeres por 100 hombres.

135


ganaderas. A partir de la década de 1980, cuando se produce el proceso de reconversión de las haciendas en empresas agrícolas, las dedicadas a la floricultura heredan la condición de mayores beneficiarias del riego. La dotación de caudales de agua para los productores campesinos era menor y ocasional.” (Poats y otros, 2008: 144). Esta forma de administración que ha sido permanentemente cuestionada por las comunidades y usuarios pequeños, en los últimos años fue trastocada con el fortalecimiento de las iniciativas de gestión comunitaria del riego. ¿El agro-negocio de la floricultura, una actividad floreciente? A finales de los años 70 se inicia en el país el cultivo no tradicional de flores, y su exportación comenzó a partir de los años 1980. Como lo plantea Rubio, esto se da “en el marco de la expansión de los cultivos no tradicionales de exportación, que emergió como una tendencia general con el ascenso del modelo neoliberal en América Latina. Condiciones favorables como la luminosidad que le otorga su ubicación geográfica, así como a la presencia de temperaturas estables durante todo el año” (2008: 41). El desarrollo florícola responde de manera exclusiva a las iniciativas privadas tanto de capitales nacionales como extranjeros, condición que marca a la vez la acumulación de las ganancias de este negocio en las pocas manos de los dueños del capital. Con esta premisa se explica con mayor claridad los altos índices de pobreza que tiene esta zona. La presencia de la floricultura genera empleo tanto para las poblaciones de las comunidades indígenas y campesinas de la zona como para una creciente población migrante que llega de diferentes puntos del Ecuador y del sur de Colombia. Esta concentración alta de población migrante que llega a laborar en las empresas florícolas trae consigo un conjunto de transformaciones sociales, económicas y culturales. Un acelerado cambio en los patrones de comportamiento de las comunidades indígenas es otro de los efectos de la ocupación de su población en las florícolas, dado que son las mujeres el segmento de la población más contratado, que más adelante se explica por qué las transformaciones al interior de la familia y la misma comunidad son más drásticas y explícitas. Las tareas del cuidado de los/as hijos/as son trasladadas a los/as abuelos/as, a las mujeres mayores y a los/as niños/as mayores que aún no pueden trabajar. En suma se puede decir que la actividad florícola está influenciando en alto grado las actividades de las comunidades, como bien lo reporta CEAS en uno de sus informes de trabajo (CEAS s/f: 5). 136


Por otra parte, la zona en estudio Tabacundo – Cayambe presenta un dramático cambio de paisaje en cuestión de pocos años, como lo reportan compañeros y compañeras de las comunidades. Ahora a esta tierra se le conoce por la gran cantidad de plantaciones y plásticos. La implementación de los cultivos de flores se ha hecho con la utilización de un paquete tecnológico altamente contaminante; además, el agua es un recurso que se usa en grandes cantidades en estos cultivos, lo que provoca conflictos con los/as campesinos/as por el acceso al líquido vital. Es en este contexto conflictivo que desde la década del 90 del siglo pasado surgió la propuesta de implementar un gran proyecto hídrico que pretendía, y aún pretende, ampliar la acequia Tabacundo, permitiendo la captación de mayor cantidad de agua. El proyecto, de acuerdo con lo informado en 1998 en el primer folleto de promoción pública, contemplaba un total de 5.000 familias como beneficiarias directas y proyectaba un caudal de 8.500 litros de agua para 14.000 ha.” (Poats 2008: 144). El Proyecto, que fue impulsado por el municipio de Tabacundo bajo el discurso de posibilitar la expansión productiva y garantizar el bienestar de las zonas más secas, llevaba en sí el acuerdo de impulsar la producción florícola en el cantón. Sin embargo, debido a que es una necesidad sentida en las comunidades, es acogido con buenos ojos. En el proceso se ha develado una serie de irregularidades en la construcción del canal y de disputas sobre los actores y sus roles en el desarrollo mismo del Proyecto, dando como resultado los esfuerzos y espacios organizados desde los pequeños y medianos usuarios del canal, que han tenido su momento de mayor concreción en la constitución del CODEMIA-CPM, espacio que agrupa a cinco parroquias de los cantones Cayambe y Pedro Moncayo y abarca 49 comunidades. Esta entidad es en la actualidad la encargada de administrar el agua del canal, luego de una fuerte disputa con el Municipio de Tabacundo.

4. CONCENTRACIÓN DE LA TIERRA CAYAMBE – PEDRO MONCAYO

EN TORNO AL CANAL DE RIEGO

La hegemonía de la producción florícola se mantiene a través de la explotación y sobreexplotación laboral de la masa de trabajadores/as, pero también se sustenta en “una concentración de los recursos productivos como capital, agua y los servicios, más que en la concentración de la tierra” (Rubio, 2008: 25). La demanda del recurso por parte de las 137


empresas es cuantiosa y continua. Estos procesos de concentración de recursos se dan en detrimento de la agricultura campesina. En la zona de estudio se identificaron indicadores que, a más de determinar con mayor precisión el acceso, uso y control de tierra y agua, pretenden ofrecer argumentos al debate nacional que se está dando actualmente en torno a la construcción del marco jurídico en el que la soberanía alimentaria constituye un eje de desarrollo nacional.

Tenencia de la tierra en el sistema de riego Cayambe-Pedro Moncayo El sistema de riego Cayambe-Pedro Moncayo está compuesto por 2.339 usuarios, cuyos predios en total suman 5.800 ha (Tabla 1). Las dimensiones de las unidades de producción agropecuaria – UPA’s – presentan grandes diferencias, razón por la que se consideraron los siguientes rangos29: menor de 2 ha, de 2 a 5 ha, de 5 a 10 ha, de 10 a 20 ha, de 20 a 50 ha, y más de 50 ha. Las UPA's que se ubican en el rango entre 20 y 50 ha y en el rango de más de 50 ha, representan el 2% de los usuarios que controlan el 30% de la tierra; Las UPA's con menos de 2 ha, representan el 77 % de usuarios y tienen el 22 % de la tierra. Se observa que la inequidad respecto a la tenencia de la tierra se mantiene en la zona de influencia del canal, existe mayor control de la tierras en manos de pocos usuarios del sistema de riego en comparación con un alto número de usuarios que tienen predios menores a 2 ha. Las UPA's de 10 a 20 ha, representan al 3% de los usuarios y tienen el 18% de la tierra. Y las UPA's de 2 a 10 ha, representa al 18% de usuarios y tienen el 30% de la tierra.

29

Esta división respondió al criterio del equipo en un afán de conectar con las percepciones locales y nacionales respecto a las extensiones de tierra que pueden ser considerados latifundios; si bien 50 ha pudieran ser consideradas, bajo otras condiciones agroecológicas, una cantidad pequeña o moderada, para la zona de estudio (Sierra ecuatoriana), esta misma cantidad representa una propiedad que podría ser considerada un latifundio. Este es el espíritu que acompaña las ponderaciones que se realizaron tanto para el tema tierra como agua.

138


Tabla 1. Tenencia de la tierra en el sistema de riego Cayambe-Pedro Moncayo en el 200730 UPA’s

Usuarios Superficie total N° % ha % 9 0 710 12 50 ha 20 a 50 ha 36 2 1.069 18 10 a 20 ha 68 3 1.016 18 5 a 10 ha 86 4 675 12 2 a 5 ha 333 14 1.068 18 1.807 77 1.262 22 2 ha TOTAL 2.339 100 5.800 100 Fuente: Base de Datos del CODEMIA-CPM, 2007. Elaboración: Eduardo Rodríguez

Para tener un mejor panorama del control sobre la tierra en el sistema de riego, se procedió a dividir a los propietarios en tres sectores: el florícola, el agropecuario y el ganadero con el objetivo de determinar en qué sector se concentra más la tierra. Es pertinente recordar que el agua del sistema riega a diferentes tipos de unidades productivas y que ha sido, precisamente en torno a esta consideración, que el Municipio de Cayambe, repartía el agua cuando esa entidad administraba el canal. El sector floricultor está constituido por 124 usuarios, representan el 5% del total de usuarios, tiene bajo su control el 20% de la tierra. Dentro de este sector, las UPA's que se encuentran en los rangos que van de 5 a más de 50 ha, se encuentran empresas florícolas que representan el 2% del total de usuarios, y controlan el 18% del total de la tierra. El sector agropecuario está constituido por 2.120 usuarios, que representan el 91% del total de usuarios y tiene el control del 54% de la tierra. En este sector se ubican la mayoría de pequeños productores, ya que el 75% del total de usuarios tienen predios de menos de 2 ha, pero solo controlan el 21% de la tierra. El sector ganadero constituido por 95 usuarios, que representan el 4% del total de usuarios y tienen el control del 26% del total de la tierra. En este sector los predios que van del rango 30

No se consideró dentro de los usuarios totales a 80 usuarios por tener datos incompletos de superficie total o superficie regada. Del sector florícola 8 usuarios, del sector agropecuario 59 y del sector ganadero 13.

139


10 ha a 50 ha representan el 2% del total de usuarios y tienen el control del 23% de la tierra. Tabla 2. Tenencia de la tierra por sectores en el sistema de riego Cayambe-Pedro Moncayo en el año 200731 Sector Florícola

UPA´s

> 50 ha 20 a 50 ha 10 a 20 ha 5 a 10 ha 2 a 5 ha < 2 ha Subtotal Agropecuario > 50 ha 20 a 50 ha 10 a 20 ha 5 a 10 ha 2 a 5 ha < 2 ha Subtotal Ganadero > 50 ha 20 a 50 ha 10 a 20 ha 5 a 10 ha 2 a 5 ha < 2 ha Subtotal Total

Usuarios Nº 1 16 26 10 31 40 124 0 4 30 68 260 1758 2120 8 16 12 8 42 9 95 2339

% 0 1 1 0 1 2 5% 0 0 1 3 11 75 91% 0 1 1 0 2 0 4% 100%

Superficie Total ha % 60 1 443 8 417 7 87 1 113 2 35 1 1155 20% 0 0 104 2 444 8 526 9 817 14 1218 21 3109 54% 650 11 523 9 155 3 63 1 138 2 9 0 1538 27% 5802 100%

Fuente: Base de Datos del CODEMIA-CPM, 2007. Elaboración: Eduardo Rodríguez

31

No se consideró dentro de los usuarios totales a 80 usuarios por tener datos incompletos de superficie total o superficie regada. Del sector florícola 8 usuarios, del sector agropecuario 59 y del sector ganadero 13.

140


Los datos muestran que el sector donde se concentra más tierra es el ganadero, lo que se explica porque el sector lechero, actividad importante en la zona después de las flores, requiere de mayores superficies para la siembra de pastos que garanticen la producción de leche. Después está el sector florícola que ha visto en la expansión de superficie la vía para incrementar su rentabilidad. Y, por último, el agropecuario donde se ubican la mayoría usuarios que son pequeños productores que realizan una agricultura de subsistencia.

Concentración de la tierra por parte de las empresas florícolas Las fincas florícolas han aumentado de manera acentuada desde los años 80. Tal crecimiento se logró por vía de la compra de tierras a las haciendas y a los/as campesino/as e indígenas productores de la zona. Estas compras estuvieron dirigidas a zonas con vías de comunicación y acceso al agua. Es por eso que la mayoría de plantaciones florícolas se concentran en la parroquia Tabacundo, que está atravesada por la panamericana, vía de primer orden que cruza la parroquia y que conduce al aeropuerto de Quito; le siguen la parroquia de Tupigachi y, en Cayambe, las parroquias Cayambe y Ayora. Uno de los métodos de las empresas florícolas para concentrar tierras es la compra de pequeños predios de agricultores circundantes a la plantación. Se suma la estrategia de ir encerrando a campesinos que tienen buenas tierras y acceso a agua, para de esta manera empujarles a vender sus propiedades. Aunque no se pudo recabar datos estadísticos, también se observó que la estrategia de cultivo y compra de flores a los/as campesinos/as en sus tierras propias, sin necesidad de venderlas, modalidad también conocida como agricultura por contrato, está ampliándose al parecer de manera acelerada. Tabla 3. Fincas florícolas y hectáreas cultivadas de flores en las parroquias por donde cruza el canal de riego Cayambe-Pedro Moncayo Fincas Florícolas Número de fincas florícolas registradas Hectáreas cultivadas

Pedro Moncayo Cayambe Tabacundo Tupigachi La Esperanza Cayambe Ayora

Total

88

28

7

9

22

154

945,53

309

24,9

103,6

422,66

1.805,69

Fuente: EXPOFLORES, 2009. AGROCALIDAD, 2009. SIGAGRO, 2009.

141


Cuando se caracteriza la actividad florícola, se dice que es un cultivo intensivo que centra su desarrollo en la utilización de otros recursos como agua y agroquímicos; y de servicios como vías de transporte para asegurar su desarrollo. Producción que requiere bajas cantidades de superficie de tierra y son, en todo caso, intensivas en capital y tecnología. Estos elementos se han verificado en la zona y en la información precedente; pero además se observa una fuerte tendencia a la ampliación de los cultivos en grandes extensiones, con la información existente de las fincas floricultoras de la zona de estudio se procedió a elaborar rangos que muestran esta tendencia: Tabla 4. Rangos por superficies cultivadas de flores en los cantones Cayambe y Pedro Moncayo (en porcentaje) Rango por superficie cultivada de flores 0 – 9 ha

Cayambe

Pedro Moncayo

35 % propiedades

57 % propiedades

10 – 19 ha

35% propiedades

24 % propiedades

20 – 49 ha

19 % propiedades

18 % propiedades

50 – 180 ha

11 % propiedades

1 % propiedades

Fuente: EXPOFLORES, 2009. AGROCALIDAD, 2009. Elaboración: Judith Flores / Tomás Quevedo

El otro método utilizado para el acaparamiento de tierras es el llamado de multipropiedad, el cual consiste en comprar tierras en zonas diferentes para formar empresas florícolas con otros nombres pero que son del mismo propietario o grupo económico. Es un sistema que tiene éxito, debido a que no se puede determinar cuántas empresas pertenecen a un solo dueño, ya que las empresas registradas ante AGROCALIDAD, entidad del Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca -MAGAP, que sustituye al Servicio Ecuatoriano de Seguridad Agrícola, tienen como representante legal al gerente general, presidente ejecutivo o al representante legal de las empresas, no necesariamente a los dueños de las plantaciones.

142


Pese a esto, al tomar como base al gerente general, se pudo determinar que varios de ellos eran los representantes legales de varias fincas florícolas que se ubican en el mismo sector o en diferentes sectores. Tabla 5. Sistema de multipropiedad Parroquias

Una finca Nº

La Esperanza

ha

Dos fincas

Tres fincas

ha

Cinco fincas

ha

ha

Total Nº

ha

8

25

0

0

0

0

0

0

8

25

Tabacundo

81

637

5

131

2

112

1

90

89

969

Tupigachi

26

249

2

97

2

44

0

0

30

390

Ayora

23

388

1

70

0

0

0

0

24

458

138

1299

8

298

4

156

1

90

151

1842

Subtotal

Fuente: AGROCALIDAD, 2009. SIGAGRO, 2009.

Elaboración: Eduardo Rodríguez

Desde el año 1996 hasta el 2009 el número de florícolas creció de manera acelerada como se muestra en los mapas (Ver Figura 1 y 2). Crecimiento que se dio de manera paralela, es decir siguiendo la ruta del canal de riego Cayambe-Pedro Moncayo, comprando tierras de agricultores y de algunas haciendas para acceder al agua que proporciona el canal.

143


Figura 1. Florícolas en el año 1996

Fuente: SIGAGRO, 2002. CEAS, 2006.

Elaboración: Eduardo Rodríguez

144


Figura 2. Florícolas en el año 2009

Fuente: SIGAGRO, 2002. AGROCALIDAD, 2009.

Elaboración: Eduardo Rodríguez

En el afán de bajar la reflexión a la realidad de la zona, surgen varias inquietudes sobre la tenencia de la tierra en la zona: ¿Cómo entender la categoría de concentración – reconcentración de tierras en esta zona? Como se observa en las tablas, las estrategias utilizadas por los empresarios floricultores son diversas y consiguen el objetivo de ampliar la superficie de cultivo de flores. ¿Es pertinente leer la concentración de tierras solo con los datos de hectáreas que se posee, o se debería considerar las tierras que, siendo de los/as campesinos/as, también son utilizadas para la producción florícola? 145


¿Cómo entender el acaparamiento de tierras en Cayambe y Pedro Moncayo, por parte de las florícolas? ¿Es un proceso circunstancial o una tendencia a nivel nacional para el caso de la producción de flores? Los mapas y tablas presentados evidencian que hay efectivamente una ampliación de la superficie cultivada, lo que suple la incapacidad de las empresas florícolas para subir sus niveles de productividad; que la concentración de la tierra está conectada con las fuentes de agua. Condiciones que se muestran al menos diez años atrás. Los gobiernos posteriores a la Ley de Desarrollo Agrario en 1994 no han cambiado esta tendencia, y se presume que al menos por vía estatal este modelo no está en cuestión. Sin embargo, en la Constitución 2008 se coloca la tarea de poner límites en la propiedad de la tierra y al acceso al agua, presentando a las organizaciones campesinas un margen de apoyo para conseguir respuesta a esta demanda. 5. CONCENTRACIÓN DE AGUA: FLORÍCOLA vs. PEQUEÑAS PROPIEDADES CAMPESINAS

La importancia del riego para campesinos y comunidades indígenas en Cayambe y Pedro Moncayo Dado que la fuente de mayor cantidad de ingresos en las comunidades de la zona estudiada está en la venta de mano de obra en las floricultoras, los ingresos de las familias campesinas se complementan con los que genera la familia en actividades agrícolas; por tanto la agricultura y – por ende - el riego que garantiza la producción, resulta vital. De ahí la importancia de administrar bien el recurso, de evitar robos, evitar pérdidas, respondiendo a esta necesidad se han desarrollado experiencias en las comunidades con el propósito de mejorar la gestión del agua, a nivel comunitario y en las propiedades campesinas; sistemas de aspersión y de goteo, se construyen reservorios comunitarios o familiares, se instalan hidrantes y sistemas móviles de aspersión, se utiliza PVC para evitar pérdidas múltiples, son los mecanismos y herramientas utilizadas por los comuneros.

Acceso al agua en el cantón Pedro Moncayo Como la mayoría de empresas florícolas se concentran en el cantón Pedro Moncayo, el análisis se centra en este cantón. 146


En el cantón las concesiones de agua otorgadas por el CNRH32 han sido en su mayoría para riego el 54%, le sigue el uso doméstico el 32%, el uso para abrevadero representa el 10% y el resto el 4%. El caudal otorgado para riego asciende a 2.322 l/s, llegando a representar el 90% del caudal total concesionado para el cantón, este caudal sirve para regar 4.412 ha (CNRH 2007).

Acceso al agua en el sistema de riego Cayambe-Pedro Moncayo33 El sistema Cayambe – Pedro Moncayo riega 4.415 ha de las 5.800 ha que comprenden la zona, es decir, el 76% de las tierras de los usuarios son regadas. De las UPA's que van en los rangos de 20 a más de 50 ha que están en manos del 2% de los usuarios poseen el 29% del total de la superficie regada. En cambio, las UPA's de menos de 2 ha, que abarca al 77% de usuarios tienen el 25% del total de la superficie regada. Como se mencionó, el sistema de riego no se compone de un solo sector. En la Tabla 6 se resume la información existente de los tamaños de UPA's por sector para determinar en qué sector del sistema de riego se encuentra la mayor superficie regada.

32 Consejo Nacional de Recursos Hídricos (CNRH) actualmente Secretaria Nacional del Agua (SENAGUA). 33

Datos del CNRH, 2007.

147


Tabla 6. Superficies regadas por sectores en el sistema de riego Cayambe-Pedro Moncayo en el año 200734 Sector Florícola

UPA's

> 50 ha 20 a 50 ha 10 a 20 ha 5 a 10 ha 2 a 5 ha < 2 ha Subtotal Agropecuario> 50 ha 20 a 50 ha 10 a 20 ha 5 a 10 ha 2 a 5 ha < 2 ha Subtotal Ganadero > 50 ha 20 a 50 ha 10 a 20 ha 5 a 10 ha 2 a 5 ha < 2 ha Subtotal Total

Usuarios Nº % 1 0% 16 1% 26 1% 10 0% 31 1% 40 2% 124 5% 0 0% 4 0% 30 1% 68 3% 260 11% 1758 75% 2120 91% 8 0% 16 1% 12 1% 8 0% 42 2% 9 0% 95 4% 2339 100%

Fuente: Base de Datos del CODEMIA-CPM, 2007.

Superficie Total ha % 60 1% 443 8% 417 7% 87 2% 113 2% 35 1% 1155 20% 0 0% 104 2% 444 8% 526 9% 817 14% 1218 21% 3108 54% 650 11% 523 9% 155 3% 63 1% 138 2% 9 0% 1538 26% 5800 100%

Sup. Total Regada ha % 5 0% 363 8% 376 9% 77 2% 100 2% 32 1% 952 22% 0 0% 71 2% 177 4% 358 8% 647 15% 1051 24% 2304 52% 424 10% 405 9% 130 3% 57 1% 137 3% 7 0% 1158 26% 4415 100%

Elaboración: Eduardo Rodríguez

El sector florícola tiene un importante acceso al agua de riego. De las 1.155 ha, el 82% tiene riego. Dentro de este sector, las UPA's que van de los rangos 10 ha a más de 50 ha, conformado por el 2% de usuarios que son empresas florícolas, tienen el 17% de la superficie total de riego. La pregunta es: ¿Cómo suplen el déficit de agua para el cultivo? Lo observado, porque no existen registros oficiales, es la existencia de pozos de los cuales se extrae el agua. 34

No se consideraron dentro de los usuarios totales a 80 usuarios por tener datos incompletos de superficie total o superficie regada. Del sector florícola 8 usuarios, del sector agropecuario 59 y del sector ganadero 13.

148


Cabe señalar que, en la mayoría de casos, ésta es una actividad ilegal dado que necesitan permisos de la autoridad del agua para extraer el agua. En el sector agropecuario de las 3.108 ha, el 74% de las tierras tienen riego, un índice inferior al anterior. Dentro de este sector, las UPA's que tienen menos de 2 ha, que son el 75% de usuarios tienen el 24% de la superficie total de riego. En el sector ganadero, de las 1.538 ha, el 75% de las tierras tienen riego, siendo un poco más alto que el agropecuario. Dentro de este sector, las UPAś que van del rango 10 ha a más de 50 ha, el 2% de usuarios, tienen el 22% de la superficie total de riego. Con esta información se puede determinar que el acceso al agua para el sector floricultor es superior, siendo los mayores beneficiarios en tierras regadas con respecto a su superficie total. El acceso al agua para el sector ganadero también es importante: las tres cuartas partes de sus tierras tienen riego. Dentro de los mayores beneficiarios se encuentran medianos productores lecheros y haciendas lecheras, que entregan su producción de leche a agroindustrias como Nestlé, Reypac y otros. Para el sector agropecuario el acceso al agua es más restringido. Dentro de este sector se encuentra la mayor cantidad de usuarios compuestos de pequeños productores agrícolas que mantienen pequeñas parcelas agrícolas para el autoconsumo. No todos los usuarios tienen acceso al agua del sistema de riego, en especial los pequeños productores del sector agropecuario, que llegan al número de 137 usuarios, y suman una superficie de 76 ha sin regar. De estos pequeños productores, el 62% de ellos se ubican en el sector de Ayora, el 36% en el sector de Tabacundo y el 2% en Tupigachi. (CODEMIA - CPM, 2007).

Concentración de agua por las florícolas Para asegurar las ganancias de las empresas florícolas no basta tener el capital, los recursos productivos y mano de obra barata: “Las empresas florícolas de la zona se han asociado para satisfacer sus necesidades y para exigir servicios de los municipios en los que se ubican sus empresas. Estas asociaciones también se preocupan de lograr la satisfacción de sus demandas de agua” (Poats y otros, 2008: 132). 149


En las parroquias por donde atraviesa el sistema de riego existen 151 fincas de flores registradas ante AGROCALIDAD35 (Ver Figura 3)36, que suman en total 1.843 ha de flores cultivadas, y consumen mensualmente 1'842.790 m3 de agua, mucho más de lo que consume un pequeño productor (de 5 a 25 m3 por mes). Figura 3. Florícolas parroquias La Esperanza, Tabacundo y Tupigachi, 2009

Fuente: SIGAGRO, 2009. AGROCALIDAD, 2009. Elaboración: Eduardo Rodríguez

35 36

Antes Servicio Ecuatoriano de Sanidad Agropecuaria (SESA) No se ingresaron 20 fincas florícolas por no existir coordenadas geográficas dentro de la base de datos de AGROCALIDAD.

150


La parroquia donde se concentra la mayor cantidad de fincas y hectáreas de flores cultivadas es Tabacundo. En ella se encuentran 89 fincas, que tienen cultivadas 969 ha de flores que consumen mensualmente 969.340 m3 de agua37, cifra muy cercana al millón de m3. Tabla 7. Consumo de agua de parte de las floricultoras

Parroquias

Nº de Fincas

Promedio de Consumo de Agua para Flores (m3/ha/mes)

Hectáreas de Flores (ha)

Promedio de Consumo de Agua (m3/mes)

La Esperanza 8 25 1000 Tabacundo 89 969 1000 Tupigachi 30 390 1000 Ayora 24 458 1000 Total 151 1842 4000 Fuentes: EXPOFLORES, 2008. SIG AGRO, 2008. AGROCALIDAD, 2008. CEAS, 2006.

25450 969340 390000 458000 1842790

En los registros de CODEMIA se hallan registrados en total 132 usuarios que tienen 1.102 ha de flores cultivadas y consumen 1'101.810 m3 de agua por mes. Tabla 8. Consumo de agua por parte de las floricultoras en el sistema de riego CayambePedro Moncayo

Parroquias

Nº de Fincas

Hectáreas de Flores (ha)

Promedio de Cosumo de Agua para Flores (m3/ha/mes)

La Esperanza Tabacundo Tupigachi Ayora Total

24 100 4 4 132

60 978 20 44 1102

1000 1000 1000 1000 4000

Fuente: Base de Datos del CODEMIA-CPM, 2007.

37

Promedio Consumo Agua m3/mes 60320 978190 19800 43500 1101810

Elaboración: Eduardo Rodríguez

De acuerdo al CEAS y al CODEMIA el consumo promedio de agua por parte de las florícolas es de 1000 m3 por mes

151


En este nivel de este consumo, las fincas38 de más de 2 ha de flores cultivadas llevan la pauta, ya que entre las 86 fincas –o empresas florícolas- consumen el 96% del total del agua. En cambio, las fincas que se encuentran en el rango menor a 0,5 ha, en el que se ubican pequeños floricultores que por lo general son campesinos/as, apenas consumen el 1% del total. Tabla 9. Consumo de agua por tamaño de finca florícola en el sistema de riego Fincas

Nº de Fincas

Hectáreas de Flores (ha)

Promedio de Consumo de Agua para Flores (m3/ha/mes)

Promedio de Consumo de Agua (m3/mes)

%

FG > 2 ha FM 0,5 a 2 ha FP < 0,5 ha Total

86 22 24 132

1061 34 7 1102

1000 1000 1000 3000

1060940 33550 7320 1101810

96% 3% 1% 100%

Fuente: Base de Datos del CODEMIA-CPM, 2007.

Elaboración: Eduardo Rodríguez

El CODEMIA tiene a su cargo el manejo del sistema de riego desde finales del 2006 y se considera que existe un mayor control en la distribución del agua. Del 100% del agua que va por el canal, aproximadamente el 70% es utilizado por las florícolas, es decir el acceso aún sigue siendo inequitativo, lo que ha llevado al directorio de CODEMIA junto con las organizaciones de usuarios/as a del canal a plantearse la necesidad de construir estrategias que impulsen una redistribución del agua que vaya de la mano con la reactivación de la economía campesina. Como el caudal del agua del canal varía en el transcurso del año y existe en la actualidad un control en la distribución del agua, entonces la estrategia tomada por las florícolas son las concesiones. En las concesiones otorgadas por el CNRH en el 2007 para el cantón Pedro Moncayo, se han otorgado un caudal total 216 l/s a 20 empresas floricultoras, que al comparar con la concesión otorgada para el sistema de riego Cayambe-Tabacundo llega a ser casi la mitad de ella.

38

El CODEMIA tiene clasificado a las florícolas por el tamaño de la finca, en fincas grandes (FG), fincas medianas (FM) y fincas pequeñas (FP).

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Figura 4. Ubicaci贸n de las concesiones de riego de empresas flor铆colas

Fuente: SIGAGRO, 2009.

AGROCALIDAD, 2009.

Elaboraci贸n: Eduardo Rodr铆guez

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Otro dato interesante es que la mitad de estas empresas tienen fuentes del agua que provienen de pozos construidos dentro de las fincas. Se estima que la mayoría de empresas florícolas tienen pozos dentro de sus predios y, si esta información se verifica, se estaría hablando de un gran robo de agua, puesto que de existir esos pozos han sido construidos sin autorización legal. A esto se debe sumar la contaminación por el uso de aguas subterráneas y una disminución de la capa freática, situación que debe ser estudiada con detenimiento por las autoridades estatales.

6. A MANERA DE CONCLUSIONES Los mapas elaborados con el apoyo de técnicos de CODEMIA muestran de manera clara que la superficie cultivada para la producción florícola se ha incrementado de manera significativa en la última década. No se analizó la primera década de producción florícola en el país. La floricultura ha generado un fuerte control de la producción de los pequeños y medianos agricultores. Ya sea a través de mecanismos que tienen el principio de agricultura por contrato, o por imposición al cercar las pequeñas fincas no florícolas. El incremento de tierras destinadas a la producción florícola no se hace al azar, las zonas están cerca al canal, esta es una manera de asegurar tierra y agua a la vez. La producción en las propiedades de los y las campesinas poco a poco va disminuyendo, este dato debe considerarse si la apuesta de redistribución del recurso agua se va a impulsar en las nuevas leyes a construirse. La búsqueda de tierra en los sectores campesinos ha desaparecido, a pesar de que la producción se garantiza en tanto existen suficiente cantidad de tierra a más de agua, esta no es una demanda presente. El sistema administrativo y de gestión del agua no responde a las necesidades de los y las campesinas; por tanto será de poca utilidad, o en el mejor de los casos el primer paso, hacia el rediseño administrativo y político para una gestión equitativa y justa del agua. En las tablas presentadas se observa con claridad que la distribución inequitativa del agua es la tendencia que marca la zona, empresarios floricultores y grandes ganaderos han garantizado su acceso al recurso en detrimento del grupo de pequeños/as productores/as. 154


Debería leerse en detrimento de una propuesta de soberanía alimentaria. El uso ilegal del agua por parte de las florícolas está presente a través de la perforación de pozos sin los respectivos permisos, pero también a través de la búsqueda permanente de nuevas concesiones. Estos mecanismos deben se primero cuantificados y luego normados para evitar conflictos a futuro. La conformación del CODEMIA demuestra que la gestión tanto de los gobiernos locales como de la autoridad del agua son poco reconocidas por las poblaciones afectadas, quienes esta vez han encontrado en sus dirigentes la garantía para una administración transparente y justa.

Elementos para la construcción de propuestas desde las organizaciones campesinas e indígenas de la zona En la nueva Constitución se plasman debates y propuestas que sectores sociales, académicos, privados del país han llevado adelante durante, al menos, tres décadas. De ahí que se valore las definiciones tomadas sobre el tema soberanía alimentaria y reconocimiento del derecho a la tierra y recursos productivos que tienen las comunidades y pueblos indígenas y campesinos. Sin embargo, como bien lo expresan los/as campesinos/as y técnicos entrevistados la construcción y/o redefinición de las políticas públicas de agua, tierra, comunas, agrobiodiversidad y más son temas muy conflictivos. Las discusiones deben abordar el juego de roles entre Estado, sector privado, comunidades campesinas e indígenas y la capacidad del mercado para adjudicar el agua y la tierra. Discusión que se da en un contexto político complejo ya que ahora se debe asegurar que las leyes de agua y las leyes conexas de soberanía alimentaria se enmarquen en los avances de la nueva Constitución La relación Estado – comunidades en la disputa por la redistribución del agua y la tierra y las formas de gestión comunitaria, de manera necesaria requieren acuerdos entre sus actores. Siendo que la ausencia del Estado en el campo durante las últimas décadas ha fortalecido las propuestas de que el manejo del agua debe descentralizar y desconcentrar las funciones y atribuciones desde las autoridades a nivel nacional, lo que implicaría que las decisiones sobre el 155


manejo del agua quedan a nivel local. Es justo reconocer que esta propuesta podría ser aplicada en ciertas regiones donde las poblaciones tienen experiencia en el tema; pero esta realidad no es la de todas las organizaciones a nivel nacional. ¿Cómo la experiencia exitosa hasta el momento del CODEMIA puede desprender orientaciones a otras regiones? Se habla de gestión integral, comunitaria, territorial del agua con la aspiración de resolver la inequidad existente en el acceso a este recurso; pero estas propuestas no están exentas de conflictos entre las propuestas de las comunidades, juntas, organizaciones de segundo grado y más. ¿Cómo se entiende la gestión del agua en la propuesta de gobierno territorial comunitario que están impulsando algunas organizaciones filiales de Ecuarrunari? ¿Qué instancias asumen la administración del agua: parroquias, organizaciones de segundo grado, juntas de agua? ¿Cómo se acoplan las diferentes miradas sobre el agua: indígenas, mestizos, mujeres, mayores, y más?, ¿Qué acuerdos se puede construir entre los sectores empresariales y los sectores campesino-indígena, para el acceso equitativo y responsable del agua? Por otra parte es acertado reconocer que las propuestas de redistribución del agua deben ir de la mano con la redistribución de la tierra. ¿Con qué argumentos proponemos una redistribución del agua a los floricultores si en la comunidades se ha dejado de producir?, pregunta que se hace la gente de CODEMIA, y que al intentar contestarse podría llevar a una mirada profunda de la necesidad de retomar la producción agropecuaria, en un marco de reconocimiento de las economías campesinas, pero de manera fundamental de redistribución. En este contexto intentan reproducirse y ampliarse las experiencias de rescate de la agrobiodiversidad, que cuestionan el modelo basado en el monocultivo que bajo la demanda de mayor ganancia de un grupo, coloca en serio riesgo a un amplio sector de pequeños y medianos productores, pero también de consumidores.

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Es primordial incidir en las políticas estatales de desarrollo del país y de manera particular en las políticas para el campo ecuatoriano impulsando políticas integrales que consideren los múltiples factores para la producción. Se recoge, a continuación algunas propuestas el desarrollo agrario de la zona, que salieron a lo largo de la investigación: Desarrollar una propuesta de redistribución de tierras. Fortalecer la organización comunitaria. Planificar un ordenamiento productivo comunitario participativo: ¿qué sitios deben estar destinados para la producción de flores, de leche y de alimentos? Reordenar el sistema de riego para garantizar la soberanía alimentaria, bajo los principios de equidad para los que tienen tierras y agua; de solidaridad para los que no pueden acceder a esos recursos. Pensar y diseñar sistemas de riego integrales para tiempos largos, al menos en 50 años. Pensar en infraestructura para las comunidades que no tienen riego. Agroecológica como alternativa sustentable, viable y rentable. Acoplar la gestión comunitaria del agua con la producción agropecuaria.

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REFERENCIAS CNRH. (2007). Base de Datos. CODEMIA-CPM. (2007). Base de Datos del CODEMIA-CPM. INEC (2001). VI Censo de Población y V de Vivienda. 2001. POATS, Susan V.; ZAPATTA Alex; y, CACHIPUENDO, Charles (2006). Estudio De Caso: La Acequia Tabacundo Y Las Microcuencas De Los Ríos Pisque Y La Chimba En Los Cantones Cayambe Y Pedro Moncayo, Provincia Del Pichincha en El Norte Del Ecuador. Corporación Grupo Randi Randi. Quito. RUBIO, Blanca (2008). Formas de explotación y condiciones de reproducción de las economías campesinas en el Ecuador. Ediciones La Tierra. Quito. SIISE (2008). Indicadores sociales del Ecuador. Quito.

PORTÁLES VIRTUALES AGROCALIDAD (2009)

http://www.agrocalidad.gov.ec/ Registro de fincas florícolas en AGROCALIDAD

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La problemática de los recursos: agua y tierra, en la zona media del río Ambato Yiseña Tiaguaro, con la participación de Verónica Olovacha 1. INTRODUCCIÓN

La distribución inequitativa de la tierra y del agua ha causado una gran diferenciación social en el país. Por un lado están los latifundistas, quienes poseen las mejores tierras y disponen del 50% al 60% de los caudales disponibles; y por otro, muchos pequeños campesinos, con poca tierra y con solo el 20% de los caudales totales disponibles. La provincia de Tungurahua, al igual que muchas provincias de la Sierra, tiene una inequitativa distribución de los recursos de producción agrícola (tierra y agua): el 70% de los pequeños productores (con menos de 1 ha) poseen sólo el 0.14% de las hectáreas bajo riego por unidad productiva, considerando que estas pequeñas economías son las que generan la mayoría de los alimentos para la población. La microcuenca del río Ambato es la más grande de la provincia de Tungurahua y el uso del agua está destinado para riego, producción de energía y agua para consumo humano; sin embargo, en los últimos años la demanda del recurso sobrepasa a la oferta, provocando un déficit hídrico. Hasta hace poco la provincia era reconocida a escala nacional principalmente por su producción de frutas, hoy en día la superficie ha disminuido reorientando más bien a productos de la canasta básica. A pesar de que sus productos son de importancia para la soberanía alimentaria no cuenta con las garantías suficientes de riego. Al mismo tiempo, la parcelación excesiva que se presenta en la provincia ha conllevado a un impacto social, económico y cultural en las familias campesinas, sin dejar de mencionar

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que la falta de acceso a los recursos tierra y agua está causando un impacto ecológico debido al incremento de la frontera agrícola en ecosistemas frágiles como son los páramos.

2. LA MICROCUENCA MEDIA DEL RÍO AMBATO: UNA ZONA DIVERSA La microcuenca del río Ambato está situada en las faldas orientales del volcán Chimborazo entre 2.600 y 5.000 msnm, en la provincia de Tungurahua. (Girard, Sabine. 2004). La microcuenca cubre el 60% de la provincia, con una superficie aproximada de 1.300 km2 y una población de 310.000 habitantes.

Gráfico 1. Microcuenca del río Ambato

Fuente: Boletín “Cuencas Andinas” Nº 6, 2005.

160


Está delimitada al oeste por una cadena montañosa cuyos nevados (Chimborazo 6.310 msnm y Carihuairzo 5.028 msnm) alimentan la red hidrológica de la provincia y se cierra cerca de la ciudad de Ambato, al desembocar el río Ambato en el río Patate, a 2.200 msnm. Presenta tres pisos bioclimáticos diferenciados, una zona alta de páramo propia de las comunidades indígenas; una zona media donde coexisten comunidades indígenas y mestizas con una producción diversificada; y, una zona baja de clima templado donde existe una producción exuberante de frutas y hortalizas. Tabla 1. Zonas altitudinales de la microcuenca del río Ambato

RANGO DE ALTITUD

SISTEMA PRODUCTIVO

Zona alta Páramo

3.500 – 4.200 msnm

Ganadería extensiva de carne

Zona media

2.800 – 3.500 msnm

Ganadería de leche y cultivos de cereales y tubérculos

Zona Baja

2.100 – 2.800 msnm.

Cultivo de frutas, hortalizas, crianza de animales menores (gallinas), pequeña industria y artesanías.

ZONA

Fuente: Comisión Ejecutiva Provincial 2001; Andes System of Basins 2006; Guamán 2007

Este estudio se centra en la zona media de la microcuenca del río Ambato, que cubre parte de los cantones Ambato, Cevallos, Tisaleo, Mocha, Quero y San Pedro de Pelileo, que concentran el 25% de la población. El acceso a la tierra en esta zona es limitado, la superficie promedio de las unidades productivas es de 1 ha, donde la mayoría de familias campesinas se dedican a actividades agrícolas y pecuarias, siendo ésta en mucho de los casos su principal fuente de ingresos. La actividad lechera es una de las más importantes dentro de esta zona, caracterizada por el manejo de animales de baja y mediana calidad genética, cuya producción está destinada al mercado local. 161


La actividad agrícola se centra en la producción de productos andinos como papa, habas, maíz, cebada, arveja y en menor importancia frutal, destinada tanto para la venta como para el autoconsumo. El acceso al agua es un limitante dentro de la microcuenca, pues depende de la ubicación de las unidades productivas en función del canal de riego, así se ven beneficiados los que se encuentran debajo de éste, mientras los que están sobre el canal presentan mayor dificultad de acceso y por ende mayor déficit hídrico. En esta zona se presenta una topografía colinada con pendientes suaves a fuertes que pueden llegar a sobrepasar el 45%. De igual manera, los suelos son diversos pero en su mayoría son arenosos y secos o limo – arenosos profundos secos. Existen afloramientos muy puntuales de cangahua (Pasa, San Fernando). Gráfico 2. Microcuenca media del río Ambato

N

Fuente: SIGAGRO 2009.

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3. LAS POLÍTICAS DE AGUA EN EL PAÍS Y SU INFLUENCIA EN LAS DESIGUALDADES DE ACCESO AL AGUA

Con la primera Ley de Aguas, promulgada en 1832, se suprime el obstáculo principal al desarrollo del riego y se autoriza la construcción de canales sobre tierras de otros, a cambio de un pago (Ley de Tránsito o Servidumbre). El levantamiento de la obligación de negociación para obtener el acuerdo del propietario, para construir un nuevo canal permite una fuerte extensión de los perímetros regados, pero implica también una multiplicación del número de los pleitos por el agua. (Récalt, Christine 2007). El agua juega un rol fundamental en la valoración de la tierra y se vuelve un mecanismo de usurpación de tierras tanto privadas como comunales. En el Ecuador, durante los siglos XIX y XX, se tenía dos tendencias marcadas en cuanto a los sistemas de riego. En el caso de la Costa ecuatoriana se ampliaron los sistemas de riego para la producción agroexportadora; mientras que en la Sierra la situación económica y social evolucionó en función a la distribución de la tierra y por ende al agua. Las grandes haciendas comenzaron a dividirse, lo que generó conflictos en la distribución del recurso. Por otra parte, las agrupaciones de agricultores, mestizos o indígenas, reclamaban los derechos de agua, alegando su participación preponderante en la construcción y el mantenimiento de las redes. (Récalt, Christine 2007). Al mismo tiempo se construían las acequias, aumentaba la población de las zonas campesinas, indígenas y de mediana propiedad de las zonas altas que reclamaban el agua que compartían con las haciendas de la zona baja (esto ocurrió en la zona occidental, en las nacientes del río Ambato). (Ospina, Pablo et al. 2009). En algunos lugares de la microcuenca media se conforman cabildos para la construcción de nuevos canales para acceder al agua, recurso importante para la producción agropecuaria, ya que denota un acaparamiento por parte de los hacendados y grandes propietarios, especialmente en la parroquia de Pilahuín, mientras que la gran propiedad se hallaba ausente en las parroquias Santa Rosa, Tisaleo, Pasa del cantón Ambato. Para el período de 1870 a 1914, basado en catastros de propiedad, se tiene que la mediana propiedad era dominante en Quero (58%) y cerca de ser predominante en Tisaleo (49%). (Ospina, Pablo et al. 2009). 163


La primera participación del Estado en el sector de riego fue en 1944 con la creación de la Caja Nacional de Riego, la que tenía por objetivo la realización de estudios y construcción de proyectos a escala nacional. En el Ecuador, hasta la década de 1960, el modelo económico se basaba en la concentración de la propiedad de la tierra y la agro-exportación, modelo asociado a la propiedad privada del agua. A raíz de la reforma agraria destinada a redistribuir los medios de producción (1964), el riego permitió aumentar y diversificar la producción agrícola. (Girard, Sabine. 2006). En 1966 se crea el Instituto Ecuatoriano de Recursos Hidráulicos (INERHI), entidad encarga de la administración de agua, planificación y construcción de sistemas de riego. La creación de esta entidad influyó en ciertos zonas del área de de estudio, sólo en la denominación de acequias existentes y mas no en una verdadera planificación y administración del agua. En 1972, con la Ley de Nacionalización de Agua, se declara que todas las aguas continentales del país son de dominio público, no se pueden vender ni tampoco se pierde su naturaleza jurídica de bienes nacionales, aunque exista un uso sostenido en el tiempo por particulares. Los conflictos entre los grandes propietarios y las comunidades indígenas eran frecuentes, pues todavía se mantenían una relación de tipo servil, donde los indios trabajaban a cambio de obtener comida. Estos grandes propietarios eran dueños del agua y de la tierra, e incluso algunos de los habitantes cuentan que tenían que pagar un “impuesto” para tener acceso al agua, caso contrario no se les era permitido. Estas inequidades motivaron a los pobladores a despresar su resistencia, como en los hechos ocurridos en la parroquia Pasa, que llevaron incluso a la muerte de un terrateniente. De cierta manera estas expresiones aminoraron los abusos y sobre todo las relaciones partidarias. Éstas últimas fueron perdiendo fuerza con la Ley de Reforma Agraria, donde se promulga la Ley de los Precaristas, que elimina las formas precarias de tenencia de la tierra en 1973. Esta ley manifiesta: “se prohíben las explotaciones precarias. Sin embargo, si con violación de la Ley se mantuvieren formas precarias de tenencia de la tierra, ningún precarista está obligado a pagar por el uso de la tierra ajena…”

164


Los campesinos comenzaron a organizarse y crearon las Juntas de Agua de Riego para solicitar concesiones al INERHI para los diferentes caseríos, los mismos que fueron concedidos en años posteriores. Desde la década de 1980, a raíz de la crisis de la deuda externa y con presiones internacionales (Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional), se aplicaron reformas estructurales: la descentralización, la desregulación de la economía, la apertura de los mercados y la privatización. En cuanto a la gestión del agua, el modelo también cambió. El INERHI es desmantelado en 1994 y sus funciones se atribuyen a estructuras descentralizadas: las Agencias del Agua, la Empresa de Desarrollo Regional (1994) y los Consejos Provinciales (1998). El papel del sector privado se ve reforzado al garantizar los derechos legales de agua (transferencia automática y vínculo entre la propiedad de la tierra y los derechos de agua en virtud de la Ley de Desarrollo Agrario, 1994) y la transferencia de los sistemas públicos de riego a los usuarios (1994) (Girard, Sabine 2004). En la provincia de Tungurahua, los pequeños productores (con menos de 1 ha), representan el 70% de los agricultores y poseen 0.14% de las hectáreas bajo riego por unidad productiva, mientras que para los grandes productores (con más de 100 ha), que representan el 0.08% del total, poseen el 46% de las hectáreas bajo riego por unidad productiva. (SIPAE, 2008). La Reforma de la Ley de Aguas del 2004, incentiva aún más al sector privado y por ende el incremento de las desigualdades sociales en torno al acceso al agua. En ésta se elimina de la base imponible el precio del agua de los sistemas públicos de riego, que fue impuesto proporcional al área de riego y de propiedad, que permite al Estado cubrir los gastos de la pesada infraestructura de riego. Estas políticas implementadas en el Ecuador se ven reflejadas en la desigualdad al acceso a los recursos, tierra y agua, provocando un diferencial social campesino bien marcado. En los últimos años, en la microcuenca se ha venido trabajando en la gestión integrada del recurso con la participación de entidades públicas y privadas, que se la analizará posteriormente.

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4. LA PROBLEMÁTICA DEL AGUA EN LA MICROCUENCA MEDIA DEL RÍO AMBATO

La importancia de mantener los ecosistemas como fuente fundamental de recurso hídrico para la vida en general ha movilizado a varios actores que de una u otra manera tratan de controlar el deterioro de estos ecosistemas. En este sentido se han identificado como problemas más relevantes: -

Disminución en la disponibilidad de agua

En los últimos años, los cambios climáticos adversos han influenciado fuertemente en la disponibilidad de agua. La presencia de sequías, dadas por fluctuaciones climáticas, están caracterizadas por un prolongado período de escasez de agua en forma de precipitación, reducción o desaparición de cursos y cuerpos de agua, o de no disponibilidad de agua en el subsuelo. (Kuroiwa. 2002. Citado por Galárraga G y Guamán C). La baja disponibilidad del recurso se denota en la oferta y demanda. En la provincia de Tungurahua se estima que la demanda hídrica supera en un 40% a la oferta con un déficit aproximado de 800 millones de m3 al año. (Portal digital: www.emapa.gov.ec). El incremento de la frontera agrícola es otro factor importante en la disminución de la disponibilidad de agua. Según reportes de los pobladores de los páramos, la oferta de agua ha disminuido en un 40% en los últimos 20 años, debido a que el 71% de los páramos están intervenidos y utilizados como unidades de producción agropecuaria (1.898 UPA’s). En muchos casos se evidencia en el secamiento de vertientes (Portal digital: www.emapa.gov.ec). -

Infraestructura rudimentaria que influye en las técnicas de riego

En la microcuenca media del río Ambato existe una predominancia de sistemas de riego cuya infraestructura rudimentaria, provoca grandes pérdidas por infiltración, los mismos que se ven reflejados en sistemas deficientes. Además, el riego es distribuido principalmente por gravedad cuya administración está en manos de las Juntas de agua; sin embargo, se presentan graves conflictos sobre todo en época de estiaje. 166


Tabla 2. Métodos de riego en la microcuenca del río Ambato Unidad hidrográfica Río Alajua Río Calamaca Río Colorado Alta del río Pachanlica

Cantón Ambato Ambato Ambato Mocha Tisaleo Quero

Métodos de riego (%) Aspersión Goteo Gravedad 8,6 0,0 90,9 7,5 0,0 92,5 0,0 0,0 100,0 0,7

0,0

99,3

Fuente: Modificado de Salomón M, Galárraga R et al.

El método de riego por gravedad es el más generalizado en la microcuenca media del río Ambato. Esto conlleva a una baja eficiencia de riego, lo que quiere decir que existe un rango del 40 al 60% aproximadamente del agua que es utilizada por el cultivo con respecto al total aplicado (Portal digital: www.catarina.udlap.mx). Además, es uno de los métodos que causa una mayor destrucción de la estructura del suelo. -

Baja producción agropecuaria

Por las condiciones agroecológicas y los sistemas de riego rudimentarios, la baja productividad de las actividades agropecuarias es evidente, cuya producción está destinada para el autoconsumo y venta de excedentes. Los cultivos principales son cereales (maíz, cebada, trigo), tubérculos, leguminosas y la producción lechera. Para citar un ejemplo, en la parroquia Pasa los rendimientos de los cultivos como maíz y papa, productos importantes en la dieta de los habitantes, son casi tres veces más bajos que los obtenidos en la provincia y en el país. En el caso de la cebada, ligeramente supera los rendimientos a nivel provincial y del país. Con respecto a la arveja, el rendimiento supera en 8 qq/ha con relación a la provincia y en 13 qq/ha en relación del país, esto se debe a que algunos productores de la parroquia están innovando su sistema de producción mediante la siembra de nuevas variedades, de mejor rendimiento y de menor tiempo de cosecha.

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Tabla 3. Comparación de los rendimientos de los principales cultivos de la parroquia Pasa vs. Provincia y País Cultivos cebada maíz arveja papa

Pasa 15 17 35 103

Rendimientos (qq/ha) Tungurahua A escala nacional 11 13 43 40 27 22 154 128

Fuente: III Censo Nacional-Provincial Agropecuario (2002); Entrevistas de campo

En la misma parroquia la producción lechera, que también es otra de las actividades primordiales de la microcuenca, está por encima de la producción nacional, superándolo en 1.1 litros/vaca/día, mientras que a nivel de la provincia se encuentra por debajo, como se visualiza en la Tabla 4. Tabla 4. Comparación de la producción lechera de la parroquia Pasa vs. Provincia y País Producción lechera (litros/vaca/día) Pasa 5,5

Tungurahua

País

5,8

4,4

Fuente: Portal digital: www.siga.gov.ec

-

Falta de normativas claras dentro de las Juntas de Riego

La administración del agua para riego está a cargo de las Juntas de riego que tienen como funcionalidad velar por el mantenimiento, operación, distribución y administración del agua. Se evidencia que en algunos casos la administración no ha cumplido su rol y se ha limitado al cobro de tarifas y multas. Por ejemplo, en la parroquia Pasa falta una normativa clara de regulación de uso del agua para riego, esta limitante genera graves conflictos entre los usuarios, quienes han optado por una distribución de recursos por un mecanismo denominado 168


“por golpe”. Este mecanismo es complejo, ya que para regar una parcela es necesario traer el agua desde la bocatoma (zona de páramo) o de un lugar específico (un repartidor). Se conforman grupos de 2 a 10 personas que suben al repartidor y se ubican en puntos estratégicos para conducir el agua hasta su predio; sin embargo, deben tener especial cuidado en este proceso para evitar que accedan otros usuarios sin permiso. De esta manera, el usuario tiene un cierto tiempo para regar su parcela, sin importar la superficie. Concluido este tiempo, el siguiente usuario corta el agua y la desvía hacia su terreno.

5. ORGANISMOS QUE PARTICIPAN EN LA GESTIÓN DEL AGUA EN LA MICROCUENCA

A escala nacional las funciones y competencias en cuanto a la gestión del agua está en manos de los ministerios, corporaciones y gobiernos locales como: Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (MAGAP), Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (MIDUVI), Ministerio del Ambiente del Ecuador (MAE), Corporación Regional de Desarrollo de la Sierra Central (CORSICEN), Consejo Nacional de Recursos Hídricos (CNRH), Consejo Superior de la provincia de Tungurahua (HCPT), un municipio encargado de los problemas de agua potable en zonas urbanas y otros cuatro municipios encargados de la gestión común de sus recursos naturales. En cuanto a la administración del agua potable, la responsabilidad está en manos de la Empresa Municipal de Agua Potable (EMAP); y la encargada del agua para la generación hidroeléctrica es de HydroAgoyan. Estas dos entidades actúan en la microcuenca, sobre la base de sus propios intereses, garantizando el funcionamiento y rentabilidad de sus negocios en el largo plazo. En los últimos años ha existido una gran participación de organizaciones no gubernamentales (ONG) y empresas privadas, que de alguna manera han servido como agentes sustitutivos del Estado. Las ONG han realizado proyectos en cuanto a infraestructura, asistencia técnica, resolución de conflictos, fortalecimiento organizativo, proyectos productivos y de comercialización, entre otros. 169


En este sentido, en la microcuenca han actuado algunas instituciones como la Central Ecuatoriana de Servicios Agrícolas (CESA) y el Instituto de Ecología y Desarrollo de las Comunidades Andinas (IEDECA) y la cooperación internacional a través de la Deutsche Gesellschaft fur Technische Zusammenarbeit (GTZ): - CESA, es una fundación de derecho privado que ha trabajado por más de 40 años en el país. Desde 1972 ha realizado trabajos en varios sectores de la microcuenca (Quero, Chibuleo, Santa Rosa, Juan Benigno Vela, Pilahuín). Actualmente está apoyando a las parroquias de Píllaro, Quisapincha y Pasa. (Convenio de Cooperación entre HCPT, CESA et al. 2007). En la parroquia Pasa viene trabajando en la producción, la comercialización y el manejo sostenible de los recursos naturales, teniendo como eje dinamizador el agua, para lo cual se ha mejorado la infraestructura con el trabajo conjunto de la fundación y de los habitantes. Hasta el momento no se evidencia claramente los efectos de esta intervención, dado que aún no se utiliza la infraestructura mejorada. - IEDECA, es una organización no gubernamental que trabaja en el país desde 1990, promoviendo y ejecutando proyectos direccionados a la producción campesina y mejoramiento de los recursos naturales. Dentro de la microcuenca, desde 1997, se ejecuta el proyecto Conservación de los Recursos Naturales y Riego Campesino en la Cuenca Alta del río Ambato (CORICAM). Ha trabajado mayoritariamente en la zona alta; sin embargo, está pendiente Pilahuín y Chibuleo, donde se evidencian mayores bloqueos y vacíos de la intervención. (Portal digital: www.cosude.org.ec). - GTZ, es una empresa del sector privado, propiedad del Gobierno Federal Alemán que coopera para el desarrollo en todo el mundo y en el Ecuador ha venido trabajando desde 1973. Dentro de la microcuenca ha realizado importantes trabajos como la gestión de cuenca hidrográficas, con su Programa de Manejo de Cuencas Hidrográficas (PROMACH), cuyo objetivo radica en: “Gestión sostenible de la zona de captación a través de la consolidación de una estructura institucional y la participación de todas las partes interesadas” (GTZ, 2001, citado por Girard, Sabine, Sabine. 2004). A nivel de comunidades, las Juntas de Riego son las principales autoridades encargadas de la administración del agua, cuyo mantenimiento se debe en gran parte gracias a los mismos usuarios; a pesar de ello esto no es suficiente para cubrir todas las necesidades de los usuarios, 170


como infraestructura, mantenimiento y gestión de sus sistemas de riego. Para mitigar en algo estas debilidades se han acogido al apoyo de organismos no gubernamentales o gobiernos locales, que en mucho de los casos no han mejorado la calidad de vida de los habitantes. Las Juntas de Riego han jugado un papel clave en la organización de las comunidades, pero han trabajado de manera aislada y sin ninguna o poca coordinación entre ellas, lo que ha imposibilitado una presencia y participación en la toma de decisiones.

6. HACIA UN NUEVO MODELO DE DESARROLLO…

Las entidades públicas, privadas y demás involucradas en la gestión del agua en la microcuenca han venido trabajando de manera aislada, siguiendo su propia ideología e intereses. En el 2003, el HCPT impulsa un nuevo modelo de gestión para la provincia con la participación de todos los actores1 con un enfoque integral, cuya prioridad está orientado en tres ejes: agua, trabajo y gente. Este nuevo modelo busca entre otras cosas, “…el desarrollo a largo plazo, donde todos participen y se comprometan”; “fortalecer un poder hacia fuera, para negociar con el gobierno central y un poder hacia adentro, para adelantar propuestas provinciales, donde todos deciden, todos acatan” (Gobierno Provincial de Tungurahua, 2003). En febrero de 2008, la Junta del Gobierno Provincial ratifica seguir con este modelo de gestión (HCPT, 2008). Este nuevo modelo de gestión es una iniciativa importante que trata de integrar a todos los actores inmersos en la problemática provincial, sin embargo está a merced de los gobiernos de turno. A pesar de que la administración del Consejo Provincial ha sido reelecta, pero esto no quiere decir que se garantice la continuidad del proceso de cambio. Sería importante analizar a profundidad el efecto que ha causado las diferentes líneas de intervención del modelo de gestión vigente, en los ejes de agua, trabajo y gente, pero de forma articulada.

1

El “Equipo Promotor” estaba constituido por: Consejo Provincial, AME (Asociación de Municipalidades Ecuatorianas) Regional Centro Sierra, Movimientos Indígenas, Asociación de Juntas Parroquiales, Diócesis de Ambato, Universidad Técnica de Ambato, Municipio de Ambato, Foro de la mujer, COE (Comité de Operaciones de Emergencia) y el PROMACH.

171


Además, conocer ¿hasta qué punto ha existido una verdadera participación y empoderamiento de todos los actores? Especialmente de las juntas de regantes, movimientos indígenas - campesinos y usuarios, quienes conviven día a día con la problemática del agua de riego, en este caso. La pregunta es: ¿son parte real en la toma de decisiones? En la zona de estudio, y concretamente en la parroquia Pasa, el grado de participación en temas de riego se restringe en la administración de la Junta Central, ya que los miembros son los encargados de las resoluciones en torno al tema y los usuarios en muchas de las veces se limitan a la participación en mingas, pago de multas, mas no en la toma de decisiones. De allí, que la participación de los usuarios es limitada, sobre todo de la mujer, a pesar de tener un rol fundamental en la producción y reproducción de la finca.

El manejo de páramos… En la microcuenca media han existido estrategias de manejo del páramo bajo el principio de la valoración económica de los recursos, esto sucedió con el EMAP y la Organización de Comunidades Indígenas de Quisapincha (COCIQ) en el 2004, quienes firmaron un convenio de servicio de tres años por un pago de 30.000 USD/año. Otras estrategias han derivado de ONG, que ofrecen alternativas socioeconómicas para el manejo de este ecosistema. Dentro del nuevo modelo de gestión en el eje “Agua” se busca trabajar en propuestas enmarcadas en ambiente, producción y vida, cuyo objetivo radica en el aseguramiento de la oferta hídrica en cantidad y calidad a través de un fondo económico (Fondo Económico para el manejo de páramos), alimentado por recursos locales, nacionales e internacionales para el manejo adecuado de los páramos, que resuelvan tanto problemas ambientales como sociales y económicos de los sectores poblacionales vinculados con estas áreas. Las organizaciones que tienen áreas de páramo en la microcuenca media del río Ambato son: UOCAIP (Unión de Organizaciones Campesinas e Indígenas de Pasa), KIPU (Pueblo Kichwa Kisapincha), UNOCANT (Unión de Organizaciones Campesinas del Nor-Occidente de Tungurahua), UNOPUCH (Unión de Organizaciones del pueblo de Chibuleo), las cuales estarían involucradas dentro del Fondo económico para el manejo de páramos, pero no se conoce aún con claridad los primeros efectos de este Fondo. 172


Gráfico 3. Ubicación de zonas en la provincia de Tungurahua que tienen relación con el páramo

Fuente: Unidad y Desarrollo de los Movimientos Indígenas y Campesinos de Tungurahua, 2007.

El apoyo de los organismos no gubernamentales ha vinculado a las comunidades indígenas y campesinas de los páramos para la protección de las fuentes de agua, a través de proyectos orientados al manejo de los recursos naturales, como lo viene realizando CESA. Se han realizado talleres, mingas, capacitaciones, para concienciar acerca de la importancia del mantenimiento de los páramos. Sin embargo, ¿hasta qué punto estas acciones lo vuelve sustentable? Cada vez más los campesinos buscan espacios para sembrar porque el fraccionamiento de la tierra ya no da más. Y a cambio de este cuidado, ¿qué reciben?; o, ¿sólo son agentes de protección para que otros ubicados en las zonas bajas aprovechen del recurso?

173


7. LA MAXIMIZACIÓN DE LOS LIMITADOS RECURSOS AGUA Y TIERRA

El acceso al agua y a la tierra permite una mayor diversificación de cultivos en las unidades productivas, generando mayor rendimiento en términos económicos. Las estrategias productivas de maximización de estos recursos limitantes ayudan a incrementar los ingresos, resultado de diferentes lógicas productivas, que marcan una diferenciación social entre los mismos campesinos. Para analizar el impacto del acceso a la tierra y al agua, se ha tomado como estudio de caso a dos comunidades pertenecientes a la parroquia Pasa, que corresponden a la zona media de la microcuenca del río Ambato antes descrita.

Acceso limitado a la tierra y poca disponibilidad de agua La estructura agraria de la parroquia indica un claro predominio de la pequeña propiedad, el 92% de las Unidades Productivas Agropecuarias (UPA) poseen superficies menores a 2.5 ha, mientras que el 2% corresponden a las UPA que tienen más de 4.5 ha. Es decir, que son pequeñas economías campesinas que tienen graves limitaciones de acceso a la tierra. Tabla 5. Distribución de la tierra en la parroquia Pasa – Tungurahua Nº UPA Superficie 0.5 a 2.5ha 2.5 a 4.5ha Más de 4.5ha Total

UPA 1521 96 40 1657

% 92 6 2 100

Fuente: Proyecto Pasa – Cesa, 2006

En cuanto al acceso al agua, es necesario en primera instancia, analizar la geografía de la red hidráulica de la parroquia. En este sentido, las aguas que irrigan a la parroquia provienen 174


del río Pumahua y de la quebrada El Tingo, originadas por el ecosistema páramo, como se observa en el Gráfico 4. Éstas a su vez son captadas por tres ramales o acequias: primera, segunda y tercera coronaria. 2 Gráfico 4. Geografía de la red

Fuente: La importancia de los sistemas de Riego campesinos, SIPAE 2008

2

Son llamadas acequias coronarias por estar originadas en las partes altas de la parroquia.

175


El sistema de riego de las acequias unificadas de Pasa se ha llevado desde hace años atrás de una manera tradicional; es decir, por canales abiertos de tierra, desde su captación (páramo) hasta su distribución en las ocho comunidades que conforma el sistema, se estima que presenta una eficiencia del 32%. Su recorrido es de 25 km aproximadamente, con tramos en su mayoría sin revestimiento que influyen en la pérdida de agua, por la infraestructura rudimentaria que presenta. El agua que es captada del sector el Tingo por la primera y segunda coronaria corresponde a un caudal 72.3 l/s, mientras que la tercera coronaria es captada del sector Pumahua con un caudal de 11.7 l/s, dando un total de 84 l/s de los tres ramales, para ser distribuido a ocho comunidades de la Parroquia Pasa (Tabla 6). Tabla 6. Asignación y disponibilidad del agua para riego en la parroquia Pasa Sistema de riego coronarias Primera Coronaria Segunda Coronaria Tercera Coronaria Total

Caudal adjudicado (l/s) 53.5 18.8 11.7 84.0

Superficie regada (ha)

N º de usuarios

Caudal/ha

Caudal /usuario

308 150 65 523

923 430 180 1410

0.17 0.13 0.18 0.16

0.06 0.04 0.07 0.06

Fuente: Inventario RRHH Tungurahua. (2004); Proyecto Pasa – CESA (2006)

El sistema de riego de la primera coronaria es el que mayor número de usuarios abarca y mayor superficie regada presenta, a diferencia de las otras dos coronarias. Dentro de las comunidades que se abastecen de agua proveniente de la primera coronaria se encuentran Chillipata y Mogato, zonas a analizar en el presente estudio. La ausencia de estatutos y normas claras en el sistema de riego ha conllevado a un sinnúmero de conflictos sociales entre usuarios y comunidades para la distribución equitativa del agua de riego.

176


En el sistema de riego unificado de las coronarias y principalmente de la primera coronaria, que es la que recorre casi las ocho comunidades de la parroquia, se tiene por costumbre en las comunidades como Mogato, Pucaucho, Llullaló, Pasa Centro, Chillipata y Playa Pucará, el llevar el agua por grupos, ya sea entre familias o vecinos; es decir, que quienes llegan primero al lugar de captación del agua (óvalos), se distribuyen en puntos estratégicos a lo largo del canal, evitando el robo de agua por otros usuarios de la misma comunidad o de otra. Captan todo el volumen por una hora aproximadamente, luego de lo cual llegan otros usuarios que hacen lo mismo, esto generalmente lo realizan en épocas de estiaje cuando el agua es indispensable para la producción agropecuaria. Comunidades más altas Cuatro Esquinas, Castillo y Tiliví no realizan esta actividad por estar más cercanas a los óvalos de distribución. Tabla 7. Asignación y disponibilidad de agua para riego en las comunidades Chillipata y Mogato Caudal adjudicado litros/segundo Comunidad Chillipata 17,38 Mogato 13,90

Superficie bajo riego ha 76,00 211,00

Usuarios Nº 160,00 350,00

Caudal/ ha 0,23 0,07

Caudal/ usuario 0,11 0,04

Fuente: Olovacha V. 2007.

En estas dos comunidades se puede visibilizar la disponibilidad de agua. La comunidad de Chillipata presenta un caudal por hectárea de 0.23 y una disponibilidad por usuario de 0.11 litros por segundo, en contraste con lo que sucede en la comunidad de Mogato, cuyo caudal corresponde a 0.07 y una disponibilidad por usuario de 0.04 litros por segundo, es decir, casi tres veces menos que lo disponible para los beneficiarios de la comunidad de Chillipata.

Chillipata, una zona con tendencia ganadera Para que el agua llegue a la comunidad de Chillipata, se la capta de la primera coronaria por un ramal denominado Playa Pucará3, cuyo caudal corresponde a 0.11 l/s para cada usuario. 3

Este ramal también irriga las comunidades de Castillo y parte de Centro Pasa.

177


Esta comunidad se caracteriza por presentar lotes que no exceden la 0.5 ha, destinados principalmente a la producción de forraje para la alimentación del ganado vacuno. Los cultivos que se encuentran son: alfalfa, asociación avena – vicia, kikuyo, holco, trébol. Además del ganado vacuno, también se pueden encontrar algunas cabezas de ganado ovino y equino. Esta zona presenta una topografía irregular, con pendientes que pueden llegar al 30% de pendiente y suelos francos arcillosos. Mogato, una zona diversificada La comunidad está ubicada a la cola del canal principal, recoge las aguas del ramal que lleva su mismo nombre, de la cual corresponden 0.04 l/s para cada usuario. A nivel de la parroquia, Mogato es conocida por ser la comunidad más productiva, a pesar del predominio del minifundio. La zona se caracteriza por un relieve menos pronunciado que la zona ganadera, de alrededor del 20% de pendiente. Los suelos son franco arcillo-limoso. Aquí se puede observar un sinnúmero de lotes que van de 0.25 ha a 0.7 ha, aproximadamente, destinadas para la producción de diferentes cultivos, entre los que se encuentran: frutales, pasto, hortalizas, maíz, cebada, arveja, papa. En cuanto a los animales, se pueden encontrar pocas cabezas de ganado vacuno y equino, y algunos chanchos criollos. En esta comunidad los productores practican rotaciones y/o asociaciones que permiten el mantenimiento de la fertilidad de los suelos y es complementado permanentemente con abono animal. Al término de cada cosecha los animales son incorporados a la parcela con la finalidad de: alimentarse, aprovechando de los residuos de la cosecha; y, abonar el suelo, para las próximas siembras. Los productores y sus lógicas campesinas De acuerdo a criterios analíticos como el acceso al medio explotado y al agua, sistemas agropecuarios, actividades externas a las fincas, se identificaron cuatro tipos de productores en las comunidades anteriormente mencionados. 178


i) Productores doble activos: Este tipo de productores se caracteriza por tener acceso a una superficie promedio de 2 ha en propiedad, las mismas que se destinan para la siembra de diferentes cultivos y pastos. Estos productores se dedican a otras actividades extra finca, una de las más importantes es la sastrería (actividad tradicionalmente practicada). La fabricación de camisas es la más característica de la comunidad, que son comercializadas localmente o fuera de la ciudad y distribuidos a los centros comerciales.4 ii) Medianos ganaderos: Estos productores tienen una superficie promedio de 7 ha, de las cuales el 51% es propio y el resto de la superficie es arrendado. Un gran porcentaje de la superficie total, está destinado a pasto y lo demás a cultivos como frutales, asociación maíz-fréjol, arveja y tomate de árbol. La migración es uno de los factores que influyen en la poca disponibilidad de mano de obra5; por tanto, estos campesinos han optado por sistemas extensivos como la ganadería. Cuando son actividades de siembra y cosecha, tienen la capacidad de contratar mano de obra principalmente para los cultivos. iii) Productores familiares: Son productores que tienen un promedio de 3 ha., en total, distribuidas en pequeños lotes que no exceden las 0.7 ha. La mayoría de sus unidades productivas se encuentran bajo los canales secundarios donde practican actividades agrícolas y pecuarias que son destinados para el consumo familiar y el mercado. Estas actividades se encuentran relacionadas entre sí, los animales son importantes al término de la cosecha y su abonadura a inicios de la siembra, de esa manera conserva la fertilidad de los suelos. La familia es la base fundamental de la mano de obra, todos trabajan en la parcela y tienen derecho a una cierta cantidad de producto en época de cosecha. iv) Minifundistas: Tienen una superficie promedio de 1 ha, donde una superficie importante se encuentra por encima del canal de riego, limitando la realización de nuevos ciclos de cultivo, sobre todo en época de estiaje. El poco acceso a la tierra y al agua limita las actividades agropecuarias por lo que la producción está destinada para el aseguramiento de la alimentación familiar antes que a la venta. Estos productores son de avanza edad, y sus hijos han migrado a ciudades como Quito y Guayaquil para trabajar como vendedores ambulantes. 4

En la comunidad de Chillipata existen 12 talleres dedicados a la confección de camisas que lo realizan por obra, es decir entregan el producto confeccionado a las principales camiserías de Ambato, Quito y Guayaquil, principalmente. (Cesa, 2003). 5

El 43% de la toda la población (1.657 familias) emigra a realizar principalmente actividades en la construcción y vendedores ambulantes en Ambato o en Guayaquil. (Olovacha V. 2007).

179


Acceso al agua y a la tierra Existen predios ubicados bajo el canal de riego, especialmente en la comunidad de Mogato, donde en época de estiaje es muy difícil una planificación de siembras, por lo que se recurre generalmente, a la siembra de cultivos de secano (trigo, cebada). Esta comunidad al encontrarse en la “cola” del canal principal, presenta los mayores problemas en el acceso al agua (0.04 litros/usuario), los comuneros tienen que recorrer grandes distancias para acceder al agua de riego y por tanto tienen más riesgos de ser robados por otros usuarios. Otro problema es el fraccionamiento de la tierra; en este sentido los minifundistas tienen una superficie promedio de 1 ha de las cuales el 66% posee riego y el porcentaje restante no lo tiene. En el caso de los productores familiares acceden a una mayor superficie 3 ha en promedio, de los cuales el 86% tiene riego. Tanto los productores doble activos como los medianos ganaderos de la comunidad de Chillipata, tienen mayor acceso a la superficie bajo riego, 90 y 100%, respectivamente como se observa en la Tabla 8. Tabla 8. Acceso a la tierra Superficie promedio Productores Medianos ganaderos Productores doble activos Productores familiares Minifundistas

Con riego

Sin riego

Comunidad

ha

%

ha

%

ha

%

Chillipata

7,2

100

7,2

100

0

0

Chillipata

2,1

100

1.9

90

0.9

10

Mogato

3,3

100

2,9

86

0,5

14

Mogato

1,0

100

0,6

66

0,3

34

Fuente: Olovacha V. y Tiaguaro Y. (2009); SIPAE (2008).

180


Uso del suelo Tanto los productores ganaderos como doble activos destinan el 83% y 57% de su superficie total para pastizales, respectivamente, siendo la actividad pecuaria su principal fuente de ingresos, debido a que en el primer caso los hijos han migrado hacia las ciudades (Quito, Ambato) en búsqueda de un mejor porvenir; y han quedado los padres dedicándose a actividades que requieren de menos mano de obra, como la ganadería; en el segundo caso, son productores cuya principal fuente de ingresos es la artesanal, por tanto la agricultura es complementaria a esta actividad. En contraste con los productores familiares y minifundistas, cuya mayor superficie está destinada para cultivos, el 75% y 73% respectivamente (ver Gráfico 5). En el caso de los productores familiares, la producción de arveja y papa es fundamental, que la destinan para la venta en mercados locales (mercado de Pasa y Ambato). En cuanto a la producción de arveja, pueden llegar a producir 35 qq/ha, mientras que la producción de papa asciende a 170 qq/ha. La lógica radica en la maximización de los recursos, tierra y agua. En el caso del aprovechamiento del agua han construido reservorios, que utilizan para el riego en las parcelas y de cierta manera mitigan el limitado acceso al recurso. Esto, además, ha permitido sujetar a la mano de obra familiar, la familia y la familia ampliada, realizan todas las actividades y en el momento de la cosecha se dividen los productos. Los minifundistas, de igual manera tratan de ocupar la poca tierra con la que cuentan para productos de autoconsumo, y así garantizar la soberanía alimentaria de su familia.

181


% de superficie

Gráfico 5. Uso del suelo forraje

90 80 70 60 50 40 30 20 10 0

cultivos frutales otros

M edianos Ganaderos

Doble activos

Familiares

M inifundistas

Productores Fuente: Olovacha V. y Tiaguaro Y. (2009); SIPAE (2008).

En el Gráfico 5 se visualiza que son los productores de la comunidad de Mogato (productores familiares y minifundistas) quienes tienen menor acceso al agua de riego, los que se dedican a la diversificación de los cultivos, a pesar de esta limitante; mientras que los productores de la comunidad de Chillipata que acceden a mayor caudal, están destinando sus unidades productivas a actividades pecuarias.

La generación de riqueza en las economías campesinas La riqueza generada o productividad de la tierra generada por unidad productiva está representada por el ingreso agropecuario por unidad de superficie (IAN/ha). Mientras mayor sea el IAN/ha, más intensivo es el uso de la tierra.

182


Gráfico 6. Intensificación del sistema de producción

IAN/ha

3000

USD/ha

2500 2000 1500 1000 500 0 M edianos Ganaderos

Doble activos

Familiares

M inifundistas

Productores Fuente: Olovacha V. y Tiaguaro Y. (2009); SIPAE (2008).

Los productores familiares generan más ingresos por unidad de superficie, es decir, son más eficientes que los productores cuyo acceso a tierra y agua son mayores como los productores ganaderos y doble activos, pertenecientes a la comunidad de Chillipata. Las estrategias productivas que los productores familiares realizan además de la construcción de reservorios, es la utilización de variedades mejoradas (de papa y arveja); utilización de fuerza de trabajo familiar; mantenimiento de la fertilidad, a través de rotaciones y asociación con incorporación de abono animal y diversificación, lo que le permite no sólo la dependencia de ingresos de un solo cultivo. Si bien es cierto el mercado, el acceso a la tierra y agua son cuellos de botella, los productores familiares a través de todas estas estrategias han logrado sobrevivir hasta el momento de la producción de su finca. En el caso de los minifundistas, el poco acceso a la tierra y a la superficie regada limita la capacidad de mayor generación de riqueza, por tanto se ven obligados a producir principalmente para la alimentación familiar. 183


8. A MANERA DE CONCLUSIONES

Las políticas desarrolladas en el país y, por ende, en la provincia, han causado deterioro del campesinado a nivel estructural. Los pequeños campesinos (menores de 2.5 ha) se están quedando con minifundios que ni siquiera abastece con la mayoría de productos para el consumo familiar; sumado a esto el limitado acceso al agua con el que cuentan. Han existido algunas iniciativas generadas por organizaciones no gubernamentales, que parcialmente han “suplantado” el rol del Estado, pero no lo suficientemente sustentable para disminuir la problemática. También han surgido iniciativas por parte de las entidades públicas, como el mismo Concejo Provincial con su nuevo modelo de gestión, que involucra a todos los actores que trabajan en la microcuenca. De allí que se da importancia a la Junta de regantes, a los usuarios, organizaciones campesinas, pero todavía es cuestionable la participación y el empoderamiento de estos actores. Las familias campesinas con menor acceso al agua y tierra, han optado por realizar algunas estrategias productivas que permitan la maximización de los recursos, agua y tierra, con la finalidad de generar ingresos eficientes, incluso pudiendo en muchos casos ser mayores a otros campesinos que tienen mayor acceso a los recursos.

184


9. REFERENCIAS 9.1 LIBROS APOLLÍN, F., EBERHART, C. (1999). Análisis y diagnóstico de los sistemas de producción en el medio rural. Guía Metodológica, Quito. CAMAREN (1999). Riego Andino. Quito. 9. 2 DOCUMENTOS AUNCANCELA, M., BLEUZE, S. (2000). Diagnóstico Socio-económico y Técnico de los Sistemas Agrarios de la Cuenca del río Ambato. Ambato CESA (2003). Diagnóstico Pasa. Ambato. CESA, HCPT, UOCAIP (2007). Convenio de Cooperación entre el Honorable Consejo Provincial de Tungurahua “HCPT”, Central Ecuatoriana de Servicios Agrícolas “CESA”, Unión de Organizaciones Campesinas e Indígenas de la Parroquia Pasa “UOCAIP” y la Junta General de Usuarios de las Acequias Coronarias de la Parroquia Pasa, 2007. Ambato. CNRH (2003). Departamento Sistemas de Riego. Quito. GIRARD, S. (2004). Política del agua y gestión local de los recursos hídricos en los Andes ecuatorianos. El caso de la microcuenca del río Ambato. Quito. HCPT (2004). Inventario de los Recursos Hídricos. Datos de la Provincia de Tungurahua. KOSMUS, M. (2003). La Economía Socio-ambiental como Enclave Estratégico del Programa GESOREN. LARREA, C. (2006). Hacia una historia ecológica del Ecuador – Propuestas para el debate. Universidad Andina Simón Bolívar. Quito. OSPINA, P., CHIRIBOGA, M. (2009). Tungurahua: una vía alternativa de modernización económica. OLOVACHA, V., TIAGUARO, Y. (2009). La Problemática del Sistema de Riego Pasa y su influencia sobre las economías campesinas, Pasa – Tungurahua. Quito. OLOVACHA, V. (2007). El problema social de uso y distribución del agua de riego en la parroquia Pasa, cantón Ambato, Provincia de Tungurahua. Ambato. Proyecto CORICAM (2006). Informe Final de Consultoría sobre el nivel Organizacional de las Juntas de Regantes: Cunucyacu – Chimborazo, Chiquicahua, Toallo Comunidades y Toallo Alobamba.

185


La Reducción de la Pobreza Indígena y Campesina en Tungurahua, en base al manejo de Páramos que aseguren la calidad y cantidad de agua, y las Alternativas Productivas. RÉCALT, C. (2007). Las políticas del agua a través de la historia en el Ecuador: Obstáculos, conflictos y oportunidades. Quito. SIPAE (2008). La importancia de los sistemas de Riego campesinos. Quito.

9.4 ARTÍCULOS Y PUBLICACIONES VARIAS CONAIE, FENOCIN, FEINE (2007). Unidad y Desarrollo de los Movimientos Indígenas y Campesinos de Tungurahua. KOSMUS, M. (2003). III Congreso Latinoamericano de Manejo de Cuencas Hidrográficas. 9.5 PORTÁLES VIRTUALES ASIC

www.asicprimerazona.com.ar/asic/publicaciones

Indicadores Biofísicos, Socio-económicos e Institucionales y Desarrollo de Políticas de Manejo Sustentable del Agua en una zona seca de los Andes Centrales del Ecuador. SALOMÓN, M. y GALÁRRAGA, S. CRYCIT

www.cricyt.edu.ar/ladyot/publicaciones/cyted _2005

Determinación de los Problemas Ambientales, Socieconómicas e Institucionales en una zona seca de los Andes Centrales Ecuatorianos. GALARZA, R. y GUAMÁN, C. FIDAMERICA www.fidamerica.org/admin/docdescargas Sistematización de Experiencia del Gobierno Provincial de Tungurahua. Ambato Proyecto Cuencas Andinas Proyecto Cuencas Andinas

www.redcapa.org.br/cuencas/boletin-n6.htm www.condesan.org/cuencasandinas/ambato.htm

9.6 ENTREVISTAS 9.6.1 A Junta de regantes ANDAGANA, Manuel Junta General de Usuarios de las Acequias Coronarias de la Parroquia Pasa. Entrevista realizada en el año 2007.

186


El proyecto Píllaro ¿Iniciado por la voluntad del Estado, deseado por la de las comunidades rurales, terminado en favor de quién? Christine RÉCALT

1. LAS PARTICULARIDADES DE LA PROVINCIA DEL TUNGURAHUA Y EL CANTÓN PÍLLARO La provincia del Tungurahua se sitúa en el centro de la Sierra (figura 1). Entre sus cantones se incluye a Píllaro, cuya situación geográfica es favorable a los flujos migratorios y comerciales. Limita al norte, por las provincias de Cotopaxi y Napo; al sur, por las provincias de Chimborazo y Morona Santiago; al este, por la provincia de Pastaza; y, al oeste, por la provincia de Bolívar. Su superficie es de 3.335 km2. Figura 1 - Localización de la provincia del Tungurahua

Fuente: Inventario y diagnóstico del recurso hídrico provincia de Tungurahua, Ambato, abril 2004. http://www.condesan.org/Andean/docs/memoria_T%E9cnica.pdf

187


Actualmente una de las principales vías de comunicación del país, la carretera panamericana, cruza toda la provincia. Otras dos otras direcciones importantes salen de Ambato, la capital regional, una se dirige al este hacia la ciudad de Puyo, en la provincia del Napo, a las puertas de la Amazonía, y la otra conduce hasta la Costa, hacia Guayaquil, pasando por la provincia de Bolívar. Estos ejes de carreteras se conectan también a infraestructuras secundarias que favorecen los intercambios en toda la región. La provincia posee un paisaje escarpado. Su configuración orográfica se caracteriza por valles anchos, rodeados por colinas, barrancos y montañas con altitudes superiores a 4.000 m.s.n.m. El río Patate es el más importante del sistema hidrográfico de la provincia. Otros ríos como el Ambato, el Mocha, el Casaguala, el Aluleo, nacen sobre las vertientes escarpadas de los Andes. Abastecen en su trayecto amplios valles productivos. Estas particularidades son la causa de climas variados y favorables a los cultivos y a la ganadería. La provincia presenta una diversidad de pisos climáticos consustanciales al espacio interandino. Existe un predominio del clima mesotérmico seco, pero que es influido por los vientos que recorren el valle del Pastaza. La temperatura anual media es de 15°C. Los suelos están formados principalmente por proyecciones volcánicas (volcán Tungurahua), ricas en materia orgánica y en nutrimentos y poseen una fuerte capacidad de retención de agua. Son muy fértiles y especialmente propicios para la agricultura. Por otra parte, los importantes proyectos hidroeléctricos provinciales de Agoyán y de Pisayambo producen parte de la energía eléctrica necesaria para el país. Proporcionan también los recursos necesarios para el riego de sectores agrícolas. Sin embargo, la Cooperación Técnica Alemana del GTZ (Deutsche Gesellschaft für Technische Zusammenarbeit) consideraba en 2003 que la demanda hídrica de la provincia superaba de un 40% la oferta, creando así un déficit de 903 millones de m3 de agua al año. Eso plantea, a largo plazo, un problema de suministro y mantenimiento de las reservas naturales (Maldonado y Al, 2003). Esta provincia, entre las más pequeñas de Ecuador, administra nueve cantones: Ambato, Baños, Cevallos, Mocha, Patate, Quero, Pelileo, Píllaro y Tisaleo (figura 2).

188


Figura 2 – División política del Tungurahua Zona del proyecto

Fuente: Dinámicas agrarias del cantón Píllaro. Estudio en perspectiva agropecuaria. V. Lligalo, D. Taipe, R. Chiriboga. Documento CESA- SIPAE, 2006

La población provincial censada es de 441.034 habitantes en 20011. Según las fuentes (Mayorga, 2005; Municipio de Píllaro, 2007; Consejo Provincial, 2008), el nivel de la población indígena se considera entre 25% y 40%. Se sitúa principalmente en los cantones de Ambato (31,6%), Píllaro (25,5%), Pelileo (20%) y Patate (10,5%). En 2001, el Sistema Integrado de Indicadores Sociales de Ecuador (SIISE) indica que el analfabetismo (población de 15 años y más) es de 10% en la provincia, de 14,9% en Píllaro, de 14% en Quero y de 13% en Patate.

1

INEC (2001): VI Censo de Población y V de Vivienda. (2001).

189


La tasa de pobreza es un factor significativo. Con 61,3% de pobres, como definido por indicadores del PNUD, la provincia se sitúa en la media nacional. Es la quinta provincia más pobre de la Sierra, con un porcentaje de 28,2% en el sector urbano y por tanto la mayor parte, un 71,8% en el sector rural. Los cantones más pobres son: Tisaleo (88,8%), Quero (86,6%), Mocha (82,6%). Pero otros no van mucho mejor: Patate (79,9%), Píllaro (77,8%), Pelileo (75,2%) y Cevallos (73,7%). Solamente Ambato (53,7%) y Baños (45,2%) tienen una posición menos mala. El cantón de Píllaro, situado al norte de la provincia, en el valle oriental del río Patate, es un espacio abierto entre 2600 y 3200 m.s.n.m. La temperatura media anual es de 13,2 ºC. Las precipitaciones medias son de 625 mm. El clima varía de moderado a frío, con un régimen de lluvia entre septiembre y diciembre. La superficie cantonal se estima en 443,1 km2. El cantón es el segundo de la provincia en términos de población. Está constituido por 34.925 habitantes incluidos 23.064 rurales mayoritariamente pobres. Las actividades de los habitantes se dirigen principalmente hacia el comercio y la agricultura. El Tungurahua tiene la marca, poco envidiable, de las superficies agrícolas explotadas más bajas del país. A la imagen de lo que caracteriza el conjunto de la pequeña agricultura ecuatoriana, Píllaro puede definirse como una zona fértil potencialmente favorable pero que apenas puede satisfacer las necesidades esenciales de sus habitantes. A pesar de eso, durante los últimos siglos la provincia del Tungurahua ha demostrado un dinamismo productivo permanente a nivel agrícola, aún sigue siendo respetable en cuanto a organización de los intercambios y de flujos comerciales, así como un paso obligado entre las distintas provincias. Ante los límites de extensión física de su espacio agrícola explotable, la población supo crear redes de producción irrigadas que favorecieron el desarrollo económico de esta zona (figuras 3 y 4).

190


Figura 3 – Zonas regadas de la provincia de Tungurahua

Fuente: Inventario de los recursos hĂ­dricos de Tungurahua http://www.situngurahua.gov.ec/ihidrico/images/descarga/Tung_PDF/Tung_Mapas/Mapas1_pdf/areas_riego.pdf

191


2 EL CANAL DE RIEGO DE PÍLLARO

La génesis del proyecto El proyecto de realizar una red de canales de riego en Píllaro es el resultado de la aplicación de políticas públicas para los recursos hídricos caracterizadas por ser voluntaristas en relación con una realidad histórica y geográfica regional favorable a los intercambios, en un ambiente caracterizado por pequeños productores muy activos. En efecto, en los años 19501960, bajo la influencia de gobiernos nacionalistas se desarrollaron planes de adaptaciones de obras hidráulicas con el fin de proporcionar espacios agrícolas especialmente productivos. Debían anticipar mejor las fluctuaciones estacionales de asignación de agua para los cultivos y participar en la mejora de la producción. En el Tungurahua, como el proyecto de red de riego de Ambato-Huachi-Pelileo, el proyecto de la red de riego de Píllaro forma parte del plan de adaptación hidroeléctrico y riego de Pisayambo, iniciado en los años sesenta por la Caja Nacional de Riego (CNR) y el Dirección de Recursos Hidráulicos (DRH), luego recogido por el Instituto Ecuatoriano de los Recursos Hidrológicos (INERHI) en 1966. Desde el principio se trata de programas mixtos que asocian un proyecto de hidroelectricidad a un proyecto de riego para la agricultura. La declividad natural debe utilizarse para permitir la producción de 619 GWH de energía final al año y el riego de 23.600 ha (figura 4).

192


Figura 4 – Zonas regadas del cantón Píllaro

Fuente: Carta elaborada por T. Ruf sobre la base de documentos de trabajo conjunto INERHI - ORSTOM.

Los primeros panoramas de reflexión sobre esta red se inician en 1964, luego son completados por estudios de viabilidad realizados en 1967 y recogidos en 1971. Antes de llegar al proyecto de riego en sí mismo, es indispensable realizar una presa de altitud a Pisayambo. Se trata de aprovechar una zona lacustre de 8 km2 de superficie, situada en la cordillera oriental de los Andes a 3.537 msnm, aproximadamente a unos 25 km de Píllaro. Por esta presa debe construirse un túnel de carga de 13 km para llegar a una central hidroeléctrica. A la salida de la central se realizará un conjunto de túneles de una longitud total de 6,5 km, para llegar a un distribuidor de las aguas. Por esta obra irán los dos canales principales previstos para el riego de las zonas 193


septentrionales y meridionales del cantón Píllaro. El conjunto de este proyecto, por la diversidad de las obras técnicas y medios que deben aplicarse, exige un compromiso importante y duradero de las instancias públicas para llegar a su término. Prevé la transferencia de las aguas de altitud de Pisayambo por un sistema de túneles hacia la totalidad de los espacios agrícolas posteriores, olvidando o destruyendo al mismo tiempo los sistemas antiguos existentes (figura 5). Figura 5 – Geolocalización del proyecto inicial Pisayambo - Píllaro

Fuente: Mapa elaborado por T. Ruf sobre la base de documentos del INERHI - Proyecto Píllaro plano general, programa de ejecución.

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A pesar de la heterogeneidad de los nueve gobiernos sucesivamente establecidos entre 1960 a 1979, se observó una cierta continuidad en las acciones del Estado, por lo menos por lo que se refiere a la realización del embalse de Pisayambo y la central hidroeléctrica de Pucará. Durante este período, la búsqueda de un desarrollo nacional favorece las grandes obras. El proyecto se realiza exclusivamente según un enfoque tecnicista. El embalse aparece como un factor esencial para romper con los límites capacidades hidroeléctricas del país, liberarse de las dificultades encargadas por la naturaleza e imponer la técnica. El progreso técnico se determina como precursor del desarrollo; las consideraciones económicas sirven para justificar las infraestructuras; las incidencias sociales sólo se prevén de manera positiva; y se aborda solamente el aspecto relativo al agua para riego. La construcción del embalse de Pisayambo, el más alto del país, a 3.569 m.s.n.m, dura de 1961 a 1967. La presa construida en tierra condensada es de 820 m de longitud y de 41,2 m de cumbre. De una capacidad de retención de 10’706.000 m3 de agua, se sitúa en el Parque Nacional Llanganates. El parque cubre 400 km2, en el municipio de San José de Poaló. La superficie global de la zona de influencia de la obra es de 250 km2. Permite una producción media anual real de 230 GWH (datos de Hidroagoyan, 2007). La presa recoge las aguas de varios ríos: Pisayambo, Milín, Roncador y Tambo. Las aguas del Talatag, el Quillopaccha y el Agualongo Pungo son conducidas allí por captación. Situadas en una zona de altitud libre de ganaderías y cultivos, estas aguas son excelentes, no corrosivas y sin sedimentos. Eso vuelve posible, hace excepcional, la utilización de estas aguas para la alimentación de agua potable de Píllaro a partir de la red de los canales de riego. Actualmente el municipio, mediante una estación de tratamiento rudimentaria, utiliza esta agua para cubrir las necesidades de la población del cantón. Esta particularidad se vuelve aún más intensa hoy, con el aumento de la presión demográfica, porque lo que está en juego es el control de este recurso. La construcción del canal de carga para la central y la central hidroeléctrica de Púcara se termina en 1977. La alta parte de la central se sitúa a 3.565 m.s.n.m. El túnel de carga dispone de una cuesta del 0,669%, tiene la capacidad de conducir 18,6 m3/s. la sala de las máquinas de Púcara es enteramente subterránea. Dispone de dos turbinas de 40 MVA, cada una genera 13.800 voltios. La energía así producida se transmite al Sistema Nacional Interconectando (SNI) que recoge toda la energía eléctrica producida en el país.

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La central funciona solamente en las horas pico, mientras que su obligación legal inicial, confirmada por el Consejo Nacional de Recursos Hídricos CNRH2 y la Agencia del Agua de Ambato, es proporcionar un volumen mínimo constante de 7 m3/s. Esta diferencia de actividad en parte se debe al hecho de que las capacidades de la presa, como las de la central, son tamaño excesivo con relación al potencial hidráulico de la zona. En efecto, los datos climatológicos de los años sesenta que sirvieron de base a la determinación de las obras y de sus capacidades resultaron sobrestimados durante la explotación. Si las turbinas de la central funcionaban como se preveía, vaciarían rápidamente la presa. Eso pondría en peligro el equilibrio hidráulicoambiental de toda la laguna de Pisayambo. En consecuencia, la central sólo funciona para completar la oferta disponible a escala nacional, cuando la red no puede proporcionar la totalidad de las necesidades en los picos de consumo. Generalmente está activa diariamente de 18h00 a 22h00. El período de estiaje que se presenta de noviembre a abril es el período más activo para la central hidroeléctrica de Púcara. La central vierte entre 7 y 18 m3/s de agua en el río Yanayacu cuyos 3,5 m3/s se recogen para el canal de Píllaro. El Corporación Central Nacional de Control de Energía (CENACE), el Mercado Eléctrico Mayorista (MEM) y las interconexiones internacionales deciden las horas de funcionamiento de la central de Púcara. La intermitencia del funcionamiento de la central dificulta la utilización del agua para el riego, y condujo a las comunidades a construir tanques de retención. Después de la instauración de turbinas mejor adaptadas, esta situación debía cambiar para 2008. Las autoridades provinciales formularon un acuerdo de modificación de la actividad de la central que está en curso de aplicación para garantizar la alimentación sin interrupción de la red de riego de Píllaro con una producción constante de 4,8 m3/s. Las necesidades útiles expresadas de la red de riego ascienden a 3,7 m3/s, la solicitud de modificación de la utilización de la central de Púcara en 2006 a raíz de las solicitudes reiteradas de los regantes de la zona. La obtención de un suministro continuamente permite una mejor asignación espacial y temporal del recurso, lo que a su vez otorga mayor flexibilidad en la aplicación diaria de trabajos de riego, los cuales son realizados más frecuentemente por las campesinas, cuyas tareas diarias son innumerables.

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El CNRH, asumió parte de las competencias del INERHI en el año 1994. Posteriormente, en el año 2008, CNRH se transformó en la Secretaría Nacional del Agua (SENAGUA).

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La red de riego Si la parte relativa a la generación de hidroelectricidad está en funcionamiento desde más de treinta años y constituye la cuarta fuente de energía del país, la parte consagrada al riego agrícola no está terminada. Las razones abogadas para explicar los retrasos de esta empresa pueden discutirse históricamente. Las dificultades económicas del Estado pueden avanzar para legitimar los aplazamientos sucesivos. El período de reestructuración de la política hidráulica, la crisis económica y la inestabilidad política de los años noventa se mencionan para justificar los retrasos de inversiones así como la falta de interés de los protagonistas políticos nacionales. Sin embargo, es innegable que otros proyectos principalmente situados en las regiones litorales y cerca de Quito no sufrieron los mismos retrasos (2,7 mil millones de USD invertidos entre 1972 y 2002 para las regiones de Guayas, Manabí y Pichincha). Y, aunque la Corporación de Desarrollo Regional de la Sierra Centro (CORSIEN)3 afirma que la obra de riego de Píllaro es la más importante del cantón en términos de beneficio social directo sobre la población agrícola, la atención prestada por las autoridades nacionales no fue tan favorable en ese caso como para otros. Más allá de las justificaciones habitualmente expresadas, otras explicaciones pueden también proponerse. La zona de Píllaro se dedica a una agricultura campesina, practicada por una población pobre, destinada a proporcionar los mercados locales y regionales, son pocas las grandes propiedades. Los recursos hidráulicos disponibles en la provincia no bastan para cubrir las necesidades expresadas. Eso podría incitar a los responsables institucionales a reconsiderar las asignaciones de recursos previstas, tomando en cuenta que las aguas de Pisayambo son de excelente calidad. Por fin, durante años la falta de vinculación de la clase política local fue perjudicial al desarrollo de este proyecto. Una zona de pequeña agricultura campesina El cantón Píllaro es un espacio agrícola dominado por pequeñas explotaciones diversificadas. La mayor parte de su producción es auto consumida y/o se vende localmente. Los productores son generalmente desprovistos de medios económicos y financieros suficientes para aplicar acciones de gran envergadura para llevar sus pretensiones más allá de Ambato y sus alrededores. 3

CORSICEN, pasó a formar parte del Instituto Nacional de Riego (INAR), como INAR – Tungurahua.

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Generalmente el nivel escolar de los habitantes del cantón es bastante bajo. Apenas el 3,7% de la población supera el nivel primario, que constituye uno de los porcentajes de instrucción más débil del país. Un 28,6% del total de la población no tiene ninguna instrucción según el último censo de población y el porcentaje de analfabetismo es de 14,9%. La mayoría de las comunidades disponen de escuelas pero de un nivel académico muy bajo. Los servicios sanitarios básicos son poco satisfactorios. Las comunidades campesinas se benefician de un sistema de aducción de agua tratada. Este servicio, administrado por el municipio de Píllaro, se detiene cuando las lluvias son demasiado violentas y las crecidas arrastran demasiados légamos, resultando entonces el tratamiento del agua insuficiente. Existe también un servicio de electricidad proporcionado por una empresa privada de Ambato (Lligalo y Al, 2006). Las parroquias que componen el cantón son: Píllaro, San Miguelito, Baquerizo Moreno, Marcos Espinel, Emilio Terán, Presidente Urbina, San Andrés, San José de Poaló (tabla 1). Hay que señalar que entre 1974 y 2001, la población rural declina (Baquerizo Moreno, San José de Poaló) o aumenta poco (San Miguelito, Marcos Espinel), con excepción de la población de San Andrés que aumenta de manera significativa. Tabla 1. Evolución de la población del cantón Píllaro entre 1974 y 2001 Localidad

Píllaro San Miguelito Baquerizo Moreno Marcos Espinel Emilio Terán Presidente Urbina San Andrés San José de Poaló Total

Población del cantón Píllaro (1974, 1982, 1990, 2001) Tipo Número de Número de Número de habitantes habitantes habitantes Censo 1974 Censo 1982 Censo 1990 Urbana 9.978 10.753 11.147 Rural 4.218 4.887 5.243 Rural 452 385 336 Rural 2.070 2.422 2.294 Rural 1.096 1.159 1.201 Rural 2.074 2.377 2.294 Rural 5.894 7.276 8.605 Rural 2.119 2.303 2.150 27.901 31.562 33.270

Número de habitantes Censo 2001 11.861 5.050 276 2.182 1.329 2.420 9.885 1.922 34.925

Fuente: III censo Agropecuario 2001 et SIISE 2001, Censos 1974, 1982, 1990. http://www.situngurahua.gov.ec/ihidrico/poblacion74_01.php?var=0

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En Píllaro mayoritariamente se aplica una agricultura campesina nuclear, donde el conjunto de la familia participa en los trabajos, con niños/as y ancianos incluidos. La productividad laboral es un parámetro difícil a comprender dada la plasticidad de la actividad agrícola. Cuando los adultos no llegan a obtener empleos asalariados, permanecen para explotar sus pedazos de tierra. Cuando lo pueden hacer, buscan complementos de rentas fuera de la explotación agraria. La agricultura sigue siendo la actividad refugio ante las vicisitudes económicas. Permanece la actividad de supervivencia y el medio escaparse a la exclusión. Los habitantes de la zona consideran que se necesita al menos 5 ha de superficie en poli cultivo ganadería para alimentar a una familia de siete personas, en la parte septentrional del canal, alrededor de 3 ha en la parte meridional. A escala nacional, la agricultura de exportación propone pocos empleos para los campesinos excluidos y el tejido industrial, no aporta salidas para la población que se dirige hacia las zonas urbanas. Por eso, numerosa gente joven, incluso cuando tienen formaciones agrícolas, no prevé permanecer en el cantón. La mayoría pretende emigrar. La producción que tienen estos espacios es representativa de los territorios y variaciones climáticas de la Sierra. La zona regada sirve los sectores de: Guapante, San Andrés, Presidente Urbina, Andahualo, La Merced, Marcos Espinel, San Miguelito, Emilio Terán y Píllaro. El perímetro agrícola es una meseta inclinada hacia el río Culapán (o Culapachán) cuyos límites son: al norte, el río Yananyacu; al sur, el río Pucahuaico; al oeste, el río Culapán; y, al este, la curva de nivel que corresponde a la cota de 3.100 msnm. La altitud de la zona de riego varía entre 3.100 y 2.700 msnm. El cantón es una de las zonas más importantes de producción de frutas, verduras y carne dentro del país, es el que produce más leche de toda la provincia del Tungurahua. Estos productos son muy diversos, considerados de buena calidad. Se benefician de una gran diversidad climática, de agua no contaminada y de suelos fértiles. No obstante, se generan en cantidad limitada por cada uno de los productores, llegan en el mercado de manera desordenada e irregular. La inserción al mercado es habitualmente individual. La fijación de los precios se sufre de sobra a falta de estructura de apoyo y alianza entre los productores. El conjunto de la comercialización del cantón se efectúa en Píllaro durante los numerosos mercados (sobre todo domingo y jueves) o en Ambato con alrededor del 80% de los intercambios y 20% para el resto del país. 199


Las Unidades de Producción Agrícola (UPA) poseen por medio entre 0,5 y 2 ha en la zona septentrional del cantón, ligeramente más en la zona meridional. Producen frutas: manzana (Malus sp.), pera (Pyrus sp.), reina claudia (Cerezo doméstico), durazno (Melocotonero), tomate de árbol (Cyphomandra betacea), fruta de la pasión (Pasionaria édulis), mora (Rubus sp.). Las explotaciones producen cereales: trigo (Triticum aestivum), cebada (Hordeum vulgare), avena (Avena byzanthina); maíz (Zea mays); patatas (Solanum tuberosum); un amplio grupo de leguminosas: habas (Vicia faba), fréjol (Vicia sativa); tubérculos andinos; forraje: alfalfa (Medicago sativa) y ray grasos (Lolium sp.) para el ganado de la zona. La producción de maíz, patata, fréjol, leguminosas, tomate de árbol y otros productos se realiza en pequeñas superficies (Lligalo y AL, 2006). También se producen leguminosas con la ayuda de una ONG, con el objetivo de diversificar y destinar, a largo plazo, productos al mercado de exportación, como el brócoli (Brassica oleracea variedad. Italica), la col (Brassica oleracea), la lechuga (Lactuca sativa), el nabo (Brassica napus), distintas variedades de coles (Brassica sp.), la remolacha roja (Beta vulgaris variedad. vulgaris), la col de Bruselas. En la zona septentrional, la más seca, se desarrollan cultivos muy distintos para adaptarse a la diversidad del clima y a los suelos más arenosos y más ligeros. Adicionalmente, la parte sureste es más favorecida a nivel climático (pluviosidad superior) y los suelos son más fértiles (zona regada de agosto a septiembre), la parte septentrional es penalizada aún más por la falta de agua (riego indispensable todo el año). En la zona más elevada (San Andrés, San José de Poaló), se sitúan las haciendas dedicadas a actividades intensivas de ganadería (vacuno, porcino). La leche se vende a intermediarios regionales que fabrican yogures y queso. Se comercializa a los animales en la región (Píllaro, Ambato, Latacunga). La hacienda Huagrahuasi cría toros de lidia. Conviene, en efecto, destacar que existen también haciendas, explotaciones agrarias cuyo tamaño se sitúa entre 50 y 2000 ha Representan un 0,7% de los UPA pero concentran, a pesar de todo, un 71% de la tierra. El 96% de los UPA poseen un 20% del espacio agrícola (tabla 2). La desigualdad de dotación de la tierra aquí es extrema, forma la más fuerte del país.

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Tabla 2 – Evolución de las UPA del cantón Píllaro, en el año 2000 Unidades Productivas Agrícolas en superficie y en porcentaje en el cantón Píllaro Total de UPA’s ha < 5 5 > ha < 10 10 > ha < 50 ha > 50 UPA ha UPA ha UPA ha UPA ha 96 % 20 % 2% 3,4 % 1,1 % 5,9 % 0,7 % 71 % 9 141 8 793 7 708 183 1 310 101 2 274 64 27 247 Fuente: III Censo Agropecuario 2000.

De las 38.540 ha del cantón, sólo se riegan 5.126 ha, lo que representa un 13% del total. De este espacio, la zona septentrional del canal de riego de Píllaro representa aproximadamente un 40% y la rama meridional 60% (CESA, 2006). Los espacios regados son los más productivos, el agua es siempre el factor que limita a la producción agrícola en esta zona. Las 64 explotaciones más grandes monopolizan un 7% (de los 13%) del agua de riego disponible en la zona (Lligalo y Al, 2006). Se sitúan tanto al norte como al sur de la superficie en cuestión. Al sur, el sector de la ganadería se beneficia de la presencia de dos canales preexistentes, el canal Sagrasacha (sector de Píllaro La Matriz, canal más que centenario que recibe el agua del río Talatar en el parque de Llaganates) y el canal Cruzsacha (sector Píllaro San José de Poaló, canal a menudo destruido por desmoronamientos naturales). La zona situada en la cuenca del río Yanayacu se beneficia de 22 fuentes de alimentación. Proceden de agua de escorrentía, torrentes, fuentes, y de la central de Púcara para el canal de Píllaro. La mayoría de las haciendas disponen también de los tanques individuales que les garantizan relativa autonomía hidráulica. Los propietarios de esas explotaciones raramente se vinculan con las preocupaciones campesinas. No pretenden nunca modificar las posiciones establecidas aunque indirectamente el canal es una oportunidad de desarrollo para los campesinos, que no estarán disponibles para ir a trabajar en las haciendas como empleados agrícolas. Los hacendados tienen conciencia de eso y no se comprometen con su presencia en las manifestaciones para exigir la terminación del canal de Píllaro, ya que su vinculación es esencialmente financiera para obtener un derecho de agua, pero algunos participan en la gestión del canal. Actualmente un hacendado (propietario de una explotación de 50 ha) es responsable de la Junta de Aguas de la rama septentrional del canal. 201


Por fin, también es importante considerar que la provincia del Tungurahua tiene la mayor densidad demográfica del país, con un promedio de 123 habitantes/km2 a escala provincial. En la zona agrícola de Píllaro, la densidad varía entre 1 y 466 habitantes/km2. Así pues, Tungurahua alcanza la marca nacional de densidad agrícola y de parcelación del territorio. Es en efecto en esta provincia que, en la media de los UPA menor de 5 ha, la superficie explotada es la más baja (0,86 ha) (tabla 3).

Tabla 3 – Evolución de las pequeñas explotaciones agrícolas censadas en 2001 Superficie media de los minifundios censados en Ecuador en 2001 Provincia Número de hectáreas promedio en la categoría de menos de 5 ha Azuay 1,24 Bolivar 2,02 Cañar 1,35 Carchi 1,92 Chimborazo 1,47 Cotopaxi 1,40 Imbabura 0,99 Loja 1,88 Pichincha 1,04 Tungurahua 0,86 Fuente: III Censo Agropecuario 2001.

La siguiente presentación del catastro de la parte del ramal norte de Píllaro ilustra esta parcelación extrema (figura 6). Aquí es innegable que el acceso al agua y a la tierra son problemas intrínsecamente vinculados. Los latifundistas mejor dotados también son los que disponen de suficientemente de agua; contrariamente, los más pobres tienen dificultades para acceder igualmente a estos dos recursos indispensables.

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Figura 6 – Mapa Catastral del Sistema de Riego Pillaro C a r t e d e la z o n e N o r d Ir r ig u é e p a r l e s y s t è m e d e P i l la r o CA D A S T R E ET M O D U L E S R es e rv o ri os

C ana l p ri nc i pa l

MO D U L E S D ’ IR RI G A T IO N

P A R C EL L E S D U C A D A S T R E

B r a n c h e N o r d d u s y s t è m e i r r i g u é d e P il l a r o

C a r t e a d a p t é e e t i l lu s t r é e à p a r t i r d u S IG d u C ES A ( Ce n t r o ec ua t o r ia no d e s e r v ic io s ag r ic ola s ) Pr o y e c t o Pi l l a r o , M o d u l a c i o n , s e c u n d a r i o s y r e s e r v o r i o s R a m a l N o r t e ) No v . 2 0 0 3

Fuente: Mapa elaborado por T. Ruf sobre la base de documentos de CESA

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En Píllaro, un 35% de las actividades de la población se orientan hacia la agricultura y la ganadería. En este espacio, donde la presión demográfica es fuerte, la tensión sobre la tierra lo es también. La conjunción de una nueva capacidad financiera de los emigrantes exiliados fuera de las fronteras y la búsqueda de extensión de algunos propietarios hicieron incrementar los precios de una cuadra de terreno, que representa 7.056 m2. Tabla 4 – Precio de la tierra agrícola del cantón Píllaro en 2007 Precio de la tierra agrícola (2007) Localización

Estimación del precio de una cuadra no regada (USD)

Estimación del precio de una cuadra regada (USD)

San Andrés

4 000 - 6 000

10 000 - 12 000

San José de Poaló

3 000 - 5 000

5 000 - 8 000

Presidente Urbina

4 000 - 6 000

8 000 - 10 000

La Matriz*

8 000 - 10 000

12 000 - 20 000

Marcos Espinel

8 000 - 10 000

15 000 - 20 000

San Miguelito

10 000 - 15 000

15 000 - 20 000

* En la zona urbana hacia 35.000 USD Fuente: Servicio del catastro, Municipio de Píllaro, marzo de 2007

Los emigrantes tienen, en estos últimos años, una notable influencia sobre el alza en los precios de la tierra: o ellos mismos desean invertir con la esperanza de volver de nuevo instalarse en el cantón, o, hacen llegar de los fondos al resto de su familia que permanecen en Píllaro. Por otra parte, algunos hacendados que llegan con de recursos resultantes de sus propiedades o trabajos exteriores que les permitieron extraer un excedente financiero, pretenden comprar tierra agrícola, preferentemente en las zonas regadas (tabla 4). Si los precios son anunciados por cuadra, las transacciones se refieren generalmente a media cuadra, a solares o incluso a medio solar. Un estudio realizado en 2005 por Mayorga sobre distintos municipios del cantón Píllaro, indica distintos efectos de este proceso de expatriación sobre la población local. Aunque este 204


espacio no esté identificado como zona de migración, existe un movimiento de desplazamiento de la población dentro del país. De la población que se exilia, un 21,32% lo hace de manera definitiva, un 19,64% de manera ocasional y un 59,04% de manera temporal. Sobre la única comunidad de Guapante Chico (196 familias) la emigración definitiva alcanza un 30,40%, la emigración ocasional 20% y la emigración temporal 49,60%. Esta migración se refiere sobre todo a los jóvenes y a los adultos entre 12 y 45 años. La migración masculina alcanza alrededor un 70%. El planteamiento de dejar a su comunidad no es un fenómeno nuevo dentro de la población rural, pero el proceso de migración se acentuó desde hace treinta años. Las personas que se desplazan pueden esperar un salario de 4 a 5 USD al día en las explotaciones más importantes de Píllaro, 8 USD en las empresas de floricultura o brócolis de Latacunga, 15 USD en Quito como obrero del edificio, albañil y por término medio 12 USD como estibador. Las transferencias financieras de los emigrantes se sitúan entre 300 y 450 USD mensuales (Lligalo y Al, 2006). En alrededor de un 70% de los casos, los asalariados se dirigen con desplazamientos diarios hacia las haciendas más grandes de los accesos inmediatos a Píllaro, Ambato y Salcedo. En las haciendas, los hombres y las mujeres trabajan en calidad de empleados agrícolas, pastores, responsables de ganadería o máquina agrícola. En la ciudad son frecuentemente vendedores de periódicos, vendedores ambulantes, estibadores en los mercados y las empresas de transporte y embalaje. En un 25% de los casos, los emigrantes van hacia Latacunga, Quito, Guayaquil o a la región amazónica. Los hombres trabajan en las obras de construcción mientras las mujeres son vendedoras ambulantes o trabajan en las empresas hortícolas. El último 5% representan a los emigrantes que eligieron viajar a Europa y en particular España. Las razones de la emigración son mayoritariamente de orígenes económico y financiero, para obtener un trabajo regular o perfeccionar su formación. En cuanto a las rentas de los agricultores que permanecen en la zona de la cuenca hidrográfica del río Ambato, varían entre 400 y 1.200 USD/año/familia, según datos del Consejo Provincial de Tungurahua (HCPT). En este espacio de 130 173 ha, un 10% de la población vive en una zona de altitud entre 3.500 y 4.200 msnm, se beneficia un 47% de la superficie, de una renta media de 400 USD/año/familia. Este piso agro-bio-climatico especialmente frío (la helada es un factor limitante y cotidiano), constituido de páramos, es 205


poblado por comunidades indígenas. Los recursos hídricos son numerosos, pero las potencialidades agrícolas limitadas. En la zona mediana, entre 2.800 y 3.500 msnm, vive el 20% de la población ocupando un 32% de la superficie, que tiene una renta media de 1.200 USD/ año/familia. Es un piso frío con cultivos variados, trabajados por mestizos y comunidades indígenas. La disponibilidad del agua es inferior a las necesidades expresadas, lo que causa fenómenos de escasez y conflictos. El cantón Píllaro se sitúa en este piso climático. El dinamismo que demuestran los habitantes con el fin de obtener la creación de una nueva red, es justificado por las notables posibilidades económicas que representan esta parte del Tungurahua. Además, ante la evolución demográfica extrema y a las potencialidades agrícolas que presenta, este espacio se sitúa en una zona de reconquista del control del agua por las autoridades públicas. Es la zona de contacto con los páramos que constituyen verdaderos reservorios naturales de agua. En la zona baja, entre 2.100 y 2.800 msnm, vive un 70% de la población (280.000 habitantes) sobre un 11% del territorio. Alcanza una renta media de 1.000 USD/año/familia. Este espacio moderado está constituido por huertas y tierras de huerta de un hábitat mestizo. La demanda en agua es importante y la oferta escasa, lo que causa conflictos de usos más frecuentes. Pero fuertes variaciones estacionales, tanto en altitud que en la llanura, pueden dificultar la asignación de agua en todos los pisos de producción. Prever que las zonas de altitud sean inevitablemente excedentarias está incluída más en el análisis a priori que es útil a una determinada concepción de la división del agua, antes que a una comprobación práctica. En efecto, ante el aumento de la demanda de agua en la provincia, la elección entre los distintos sectores que deben satisfacerse se vuelve crucial. No se ajusta necesariamente a las consideraciones en términos de equidad y justicia social.

Una zona de fuerte tensión sobre la demanda hídrica La población censada que habita la provincia del Tungurahua es de 441.034 habitantes en el año 2001. Está formada de un 42% de pobladores urbanos y un 58% de rurales, para una densidad media de 123 habitantes por km2 (tabla 5). La provincia se sitúa entre 2.100 y 5.000 206


m.s.n.m. La capital provincial, Ambato, se sitúa en el fondo de un valle a 2.600 m.s.n.m y cuenta a una población de 227.980 habitantes. En la actualidad, en la provincia, un 34% de la población activa está vinculada con el sector agrícola, 18% a la industria, 18% al comercio, 13% a los servicios, 5% al transporte, 5% a la construcción, 2% a los servicios financieros y un 5% a otras actividades. Sin embargo, la densidad demográfica media de la provincia tiene una presión extremadamente fuerte en la zona moderada, donde vive la mayor parte de la población, que representa 784 habitantes/km2.. En consecuencia, las necesidades de esta población en medio montañoso ejercen una presión también intensa sobre los recursos hídricos (tabla 5).

Tabla 5. Localización y densidad de las poblaciones de la provincia de Tungurahua, 2007 Zona climática Zona > 4.200 m Zona páramo Piso frio Piso moderado Total

Localización y densidad de población en Tungurahua, 2007 Población Superficie Densidad 2 0% 358,5 km (10 %) 0 hab/km2 44.103 (10 %) 1.685 km2 (47 %) 26 hab/km2 88.206 (20 %) 1.147 km2 (32 %) 76 hab/km2 2 308.724 (70 %) 394 km (11 %) 784 hab/km2 441.034 (100 %) 3.585 km2 (100 %) 123 hab/km2

Fuente: Elaboración del autor. Datos del HCPT, 2007

La población rural del piso moderado, al privar de la población de la ciudad de Ambato, es de 80 744, se sitúa sobre un espacio de 394 km2, lo que representa una densidad de 204 habitantes/km2. “Como es necesario regar para cultivar a este piso, la población vive sobre un espacio hídrico limitado, del orden de magnitud de 500 habitantes/km2 sobre la zona agrícola regada” 4. La oferta en agua de este espacio permanece limitada ante una demanda que no deja de aumentar (crecimiento demográfico, intensificación agrícola). En 2003, el déficit hídrico de la 4

Comunicación escrita de T. Ruf, el 05de agosto de 2008.

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cuenca hidrográfica se evaluaba en 40% (Métais y Cruz, 2003). Según el HCPT para 2007 se estima la demanda de agua en 3 millones de m3/año para la industria, o un 0,2% de la demanda, 33,7 millones de m3/año para el agua potable, o 2,1% y 1.590 millones de m3/año para el riego5. En lo que se refiere a la presa de Pisayambo, según las medidas de los técnicos de la sociedad Hydroagoyán efectuadas entre 1963 y 2006, existe una fuerte variabilidad estacional pero el agua que se puede movilizar realmente parece en cantidad relativamente estable. La cuenca del río Ambato se sitúa sobre las vertientes orientales del volcán Chimborazo. Constituye un 40% del territorio de la provincia, lo que representa 131.700 ha, entre 2.600 y 5.000 m.s.n.m. El conjunto de sus recursos hídricos procede de la derivación de los cursos de agua naturales abastecidos por el páramo (Girard, 2005). En el contexto de competencia global, la elección de la asignación del agua entre distintos usos se convierte en una apuesta. Las necesidades de agua para los espacios urbanos de Píllaro y Ambato, así como las necesidades energéticas nacionales, están en aumento. Aunque eso no esté formulado explícitamente, la búsqueda de nuevas fuentes de suministro o las dificultades de preservar los recursos existentes podrían dejar predecir la reconsideración de los destinos múltiples de las aguas límpidas acumulada en el embalse de Pisayambo. Por fin, la implicación de los representantes políticos sigue siendo un elemento importante en la evolución de un proyecto de adaptación hidráulica. Las comunidades campesinas de Píllaro deberán esperar la segunda parte de la década 1990 para que su proyecto se convierta en un objeto de consideración para los actores políticos. Y eso, en particular, gracias a un nuevo enfoque de las poblaciones autóctonas por el aparato político y a la instauración de la descentralización.

Una zona de dinamismo comunitario combinado con una reorganización institucional En este territorio dominado por la agricultura campesina, la parte del proyecto Pisayambo relativa a la creación de la red de riego permanece sin enlace en la clase política durante un largo plazo. Este proyecto no se convierte en un aspecto importante a partir del momento en que los pequeños regantes se organizan y buscan alianzas exteriores durante la década 1990. El 5

H. Consejo Provincial de Tungurahua (2007).Datos internos comunicados por el Servicio de los Recursos Hídricos, marzo 2007.

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impulso de movilización generado, conjuntamente al movimiento nacional de reivindicación de las organizaciones indígenas y la difusión de información sobre las dificultades de este proyecto en abandono, desafían a los responsables institucionales y políticos. Entonces, se convierten en protagonistas cada vez más atentos y activos. En paralelo, el proceso de descentralización iniciado durante este período refuerza las posibilidades de participación administrativa político regional. En consecuencia, los dividendos políticos que pueden retirarse del apoyo a esta iniciativa campesina resultan aún más evidentes. En este período se desarrolla en el país una dinámica favorable a la descentralización. Este proceso iniciado a partir del retorno a la democracia, con la nueva constitución de 1979, define dos formas de descentralización. Una descentralización territorial vinculada a los organismos sectoriales consustanciales a los gobiernos regionales autónomos (Servicio de los Recursos Hídricos del HCPT) y una descentralización funcional caracterizada por instituciones dependientes del régimen central (Agencia del Agua). En los años ochenta, esta tendencia se amplía en debates sobre el papel que deben desempeñar los municipios a través del país (Carrión, 1996). Durante la década siguiente, los partidos políticos y el ejecutivo se movilizan, el corpus legal relativo a estas orientaciones aumenta. Por ello se aprobarán la Ley de Modernización (1993), la Ley de Descentralización y Participación Social y la Ley Especial de Distribución de un 15% del presupuesto del Gobierno Central a los Gobiernos Sectoriales (1997). Luego se promulgará una nueva Constitución Política de la República del Ecuador (CPRE, 1998) y, la Ley sobre las Juntas Parroquiales Rural (2000). La reanudación de la dinámica de creación del canal de Píllaro es la traducción tangible de la determinación campesina que se compromete durante los años noventa. Ésta permite nuevas alianzas sociales y sinergias políticas. En efecto, si las infraestructuras y obras monumentales indispensables para la instauración de la red hidroeléctrica de Pisayambo se realizaron en un tiempo que puede considerarse aceptable debido a las exigencias y dificultades encontradas, los trabajos indispensables para la creación de la red de riego de Píllaro se escalonaron sobre más de treinta años y sin embargo no llegaron a su término. Mientras la central Púcara entró en funcionamiento en 1977, los trabajos iniciados en 1980 para realizar la unión del canal de salida de la central hidroeléctrica con el distribuidor de Santa Rita se terminan en 1992. Se invierte un primer tramo de un valor de 13’353.864 USD (datos CORSICEN) para la construcción de la toma al principio de la central de seis túneles y canales 209


de conexión de una longitud de 8,3 km. Este tramo permite la fijación de la central hidroeléctrica al repartidor de Santa Rita que garantiza la separación de las aguas hacia los dos ramales de la red de riego. En 1992, la realización de la unión de la central Púcara al repartidor de Santa Rita anuncia la posibilidad de crear este espacio de regadíos. Tres años más tarde, las propias comunidades campesinas ponen en obra el primer tramo de la parte septentrional del canal, marcando el inicio de una dinámica orientada hacia las necesidades agrícolas locales. Esta aplicación se produce en reacción al período anterior ampliamente dirigido por las instancias técnicas nacionales que estaban preocupadas prioritariamente por la mejora del suministro energético del país (la hidroelectricidad es la primera fuente de energía eléctrica en Ecuador). En 1995, alrededor de 1.524 productores regantes potenciales deciden de su propia iniciativa y su riesgo de realizar los trabajos de excavación y desplazamiento de tierra. Esta valiente empresa de envergadura es realizada por medio de mingas6 que corresponden a 9.000 días laborables colectivos sobre un período de dos años. Los futuros usuarios cavan manualmente la parte norte del canal con el fin de traer el agua del tanque de Santa Rita hacia sus parcelas. Así pues, este ramal dispone de un canal principal de 16,3 km de longitud que permiten el riego tradicional de 2 500 ha. Se nombra “ramal norte” o canal “Chaupi”, nombre resultante de la toponimia del lugar. Fortalecidos por la legitimidad que les concede la prueba material de su compromiso en pro de esta obra, la participación social de las comunidades se vuelve entonces más activa y más exigente. Desde el inicio de los trabajos comunitarios, los habitantes de Píllaro afectados por este proyecto pretenden aprovechar esta dinámica común para construir un planteamiento colectivo con el fin de mejorar las oportunidades que esperan obtener del riego. Recurren entonces a la colaboración de estructuras agrícolas de apoyo, especialmente a CESA (Centro Ecuatoriano de Servicios Agrícolas) 7 con el fin de elaborar un proceso de diagnóstico y planificación participativa. Simultáneamente, los regantes de la rama meridional, mayoritariamente compuestos de campesinos mestizos, siguen el ejemplo de “los del norte”. 6

Mingas: trabajos de interés colectivo que implican la participación del conjunto de las familias de una comunidad (práctica utilizada desde el preincario hasta ahora). En

Píllaro, los hombres reconocen, en particular, los esfuerzos inconmensurables de las mujeres de sus comunidades pero les impugnan siempre la demanda por derechos iguales… la discriminación de clase es aquí real, ilustra la oposición entre el enfoque por la conservación de los valores comunitarios y los nuevos enfoques participativos. 7 CESA es una ONG nacional que trabaja conjuntamente con la población y los gobiernos locales para facilitar procesos duraderos de desarrollo humano. Apoya las solicitudes del sector rural, promueve el desarrollo local. Tiene por objeto facilitar la inserción de la sociedad civil en una democracia participativa y equitativa.

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Realizan a su vez un canal de más 10 km, nombrado “ramal sobre” o “Rosario”. Este espacio representa una superficie agrícola de 4.010 ha. Los regantes del canal Chaúpi crean a su vez la Federación de las Organizaciones Campesino de la Parroquia San Andrés del cantón Píllaro (FOCCAP), que agrupa a once asociaciones de regantes por sectores de riego (Juntas sectoriales). Se agrupan poco después por las Juntas de regantes del ramal sur y así conforman la Junta cantonal de Píllaro que administra hoy la totalidad de la red (mantenimiento y control). Esta organización cantonal agrupa a las 25 Juntas seccionales. Actualmente el responsable de la Junta Cantonal es de un indígena, que fuera uno de los responsables de la excavación del ramal norte, quien simbólicamente, personifica el reconocimiento a la iniciativa de su comunidad mayoritariamente indígena. Gracias a la dinámica de red, finalmente se incorporó a los mestizos del ramal sur. Por otra parte, las comunidades de regantes integran progresivamente a las autoridades locales en sus estrategias de acciones, aprovechando así los efectos positivos y combinados de la coyuntura propicia a las reivindicaciones indígenas, nacionalmente abiertas a la pluralidad de la representación política, y localmente favorable al proceso de descentralización. La desconcentración de las funciones y recursos en favor de las colectividades locales confía a estos últimos la responsabilidad de determinar las orientaciones económicas y sociales de su espacio de competencias, en el marco legal nacional. En ese caso preciso, el conjunto de estos protagonistas imputa el retraso del proyecto Píllaro a la ineficacia de la Corporación de Desarrollo Regional de la Sierra Centro (CORSIEN). Buscan entonces la marginalización de esta entidad. En efecto, el CORSICEN es el responsable administrativo, técnico y financiero de este proyecto durante la década 1990. Tendrá la concesión de los derechos de uso del canal de 1999 a 2005. Sin embargo, no obtiene contribuciones presupuestarias significativas por parte del Estado para realizar las infraestructuras indispensables para la continuidad de la red. En agosto de 2001, a falta de ser el instigador de la dinámica de construcción, el CORSICEN reacciona a las iniciativas campesinas y obtiene una financiación de 2.153 373 de USD del Gobierno Noboa Bejarano para practicar trabajos de excavación suplementarios y recubrimiento de los canales principales septentrionales y meridionales sobre una longitud de 28 km. La ejecución de estos trabajos tiene por consecuencia de desmontar el canal de tierra construido por las comunidades, y que ya está en funcionamiento. Los trabajos de recaudación de los canales principales comienzan en 2002 y se terminan en 2005 para un coste total de 3,2 211


millones de USD. Estos imprevistos tienen como efecto descontentar el conjunto de los usuarios. Éstos solicitan el apoyo del gobierno provincial y el Municipio de Píllaro para obtener la evicción del CORSICEN. En enero de 2006, el HCPT se convierte entonces en responsable de la conducta del proyecto. Los documentos entregados por el CORSICEN indican que el INERHI invirtió 12’953.774 de USD en 12 años (1980-1992) y que el CORSICEN financió 8’340.000 USD en 10 años (1993-2003). Según las cifras siguientes comunicadas por el HCPT, las inversiones efectuadas de 1992 a 2006 por distintos protagonistas, ascienden a 18.558 774 USD (tabla 6).

Tabla 6. Las financiaciones de distintos protagonistas para la realización del canal entre 1980 y 2006 Financiaciones realizadas para la red de riego de Píllaro entre 1980 y 2006 Tipo de obras - actores Montó USD Total de las inversiones s 1980-1992 Tomas, túneles 12 953 774 12 953 774 Gobierno central 1994-1996 Plataforma, canal principal 400 000 13 353 774 Diferentes organismos 1999-2000 Ramales secundarios 85 000 13 438 774 Gobierno central 2001-2006 Ramales secundarios, reservorios 1 920 000 15 358 774 CESA 2002-2006 Canal principal 3 200 000 18 558 774 Gobierno central Años

Fuente: HCPT, 2007. Documentos internos

En marzo de 2006, a raíz de una movilización social de envergadura, la provincia obtiene garantías financieras para numerosos proyectos. Los manifestantes llegan a descolgar un compromiso por parte del gobierno para la terminación de los trabajos a Píllaro. El Secretariado Nacional de Planificación y Desarrollo (SENPLADES) concede 212


un presupuesto de 5,18 millones de USD para terminar esta red en los tres años (2006, 2007 y 2008). Algunos meses más tarde, una primera asignación de 2 millones de USD permite construir 8,3 km de canales secundarios entubados en la parte norte del canal y 55,4 km de canales secundarios en la parte sur. Los canales terciarios y cuaternarios se realizarán los dos años siguientes. En 2008, se programan la construcción de los 12 tanques y la instauración de un sistema de riego económico sobre 1.000 ha. El acuerdo firmado entre el HCPT y las asociaciones de regantes prevén que la contribución financiera del Consejo Provincial represente un 60% del esfuerzo estado de acuerdo y que las comunidades deben aportar un 40% del esfuerzo en forma de días de trabajo para el equipamiento de las parcelas. Según el director del Servicio de los Recursos Hídricos y del Medio ambiente del HCPT, se trata de dotar el conjunto del canal principal de los tanques de retención y de realizar la instauración de 1000 ha de redes bajo presión. Se trata también de perfeccionar la formación de los regantes, de familiarizarlos a prácticas agrícolas más económicas en agua (sistema de goteo) y de facilitar, a un plazo muy corto, la asunción por los propios regantes de la integralidad del sistema. Esta red debe ser capaz de proporcionar hasta 50 l/s/ha para cada riego efectuado. Los trabajos deben concluirse en 4 meses. Tras su ejecución, el HCPT prevé garantizar la gestión de la red completa durante un semestre mas o meno y luego de transferirlo a las comunidades de los usuarios de Píllaro. La planificación realizada indica que el año 2009 será el del final de la construcción de la red. Parece que, para completar las transferencias financieras del Estado central, la búsqueda continua de recursos financieros de origen nacional e internacional influyó la forma en que los gobiernos descentralizados concibieron sus acciones al servicio de las poblaciones. Las orientaciones predicadas por los organismos internacionales retransmitidos por el Estado central pero también por las empresas privadas y también, por numerosas ONG participaron en la creación de discursos y prácticas uniformados que se dan por solos posibles. Es notable que, incluso a Píllaro dónde la prueba de la implicación de los usuarios sea innegable, los regantes no son la causa de la solicitud de 213


transferencia de las infraestructuras. Las principales soluciones técnicas consideradas para mejorar la situación de los usuarios son habitualmente resultantes de los gobiernos locales y ONG. Del mismo modo, el modelo de gestión integrado tal como se promueve regionalmente no es resultante de una iniciativa local pero la aplicación generalizada de un procedimiento que ignora frecuentemente los más débiles que no son incluidos en el proceso de negociación y en la definición de las dificultades que deben integrar. El ejemplo de Píllaro ilustra una conjunción de oportunidades reales (movilización social, interés político por la descentralización) que va inducir la adopción de estrategias y decisiones (transferencia, gestión participativa) que no emanan de una demanda social local. En Píllaro, el proyecto de la red de riego participa en una fuerte localización comunitaria, inicialmente independiente al norte y al sur y a justificación de la acción colectiva ante la ausencia de respuesta pública en relación con una necesidad social y una necesidad económica expresados desde hace muchos años. Eso refuerza el sentimiento de unidad y forja un valor particular a esta conquista del agua. Actualmente el sistema asociativo establecido desde un lustre demuestra la capacidad comunitaria del control de la gestión del agua agrícola. Sin embargo, una incertidumbre permanece por lo que se refiere a la financiación de las infraestructuras y costes correspondientes, cuando se transfieran estos últimos. En efecto, el HCPT prevé garantizar el transporte del conjunto de la red (gestión administrativa, financiera y operativa, mantenimiento corriente) durante un período relativamente corto, luego de transferirlo a los usuarios de acuerdo con las directivas nacionales. Además, el pago de una tarifa básica de 6 USD/ha/ año se planea, a la cual debería añadirse la tarifa volumétrica de 4,55 USD/ha/año. Este último sólo se percibe, realmente, de manera irregular dadas las bajas capacidades financieras de los regantes de la zona. En este contexto la transferencia debe ser efectiva a principios del año 20098. 8

Una última visita en la zona en octubre de 2008 permite afirmar que la transferencia será difícilmente realizable en 2009, aproximadamente 10% de los trabajos de infraestructuras en la red secundaria se terminan hasta ahora. Además, ya se prevé un añadido de 12 millones de US $ (acuerdo ratificado en octubre de 2008 por el Estado) para realizar las redes bajo presión (redes terciarias) (los trabajos realizados anteriormente resultaron menos avanzados y menos operativos que previsto…).

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Aunque el ambiente institucional y político actual sea más favorable a las comunidades campesinas, la situación socioeconómica de los usuarios sigue siendo eminentemente frágil. La perspectiva de la toma a cargo de la gestión financiera de la red sin el apoyo del Estado parece arriesgada. Aunque la inversión inicial es asumida por este último, parece muy probable que la transferencia de la red a los usuarios se convierta en una pesada carga rápidamente que ellos deben asumir. Y a pesar de un proceso formal de participación campesina en el modelo de gestión provincial, la cuestión de la transferencia del conjunto del mantenimiento de la red de Píllaro no es el resultado de una concertación sino más bien de una decisión tomada por el HCPT, de acuerdo con las políticas hidráulicas nacionales. La aplicación de esta transferencia es orquestada por el servicio de los recursos hidráulicos del HCPT y el Municipio de Píllaro. Se beneficia de la ayuda técnica de CESA (mejora de la formación de los usuarios, apoyos financieros, contribuciones tecnológicas) y servicios descentralizados del Ministerio de Agricultura. Por esta intervención el HCPT instaura una práctica basada en los principios de la gestión integrada, en la búsqueda de una gestión más económica en recursos hídricos, y más respetuosa del medio ambiente, conforme a las condiciones nacionales vigentes y a las esperas de las distintas organizaciones internacionales participantes a la financiación directa o indirecta de la zona. Los regantes de Píllaro solicitaron el apoyo financiero del Estado para terminar su red. ¿El planteamiento aplicado corresponde a sus necesidades? En 2008, se prevé equipar la zona de Urbina y la parte sur del canal de infraestructuras y equipamientos que permitirán la utilización exclusiva de sistema de agua presurizada según un esquema preestablecido, no modificable (condiciones a las financiaciones accesibles) y que no tienen en cuenta las realidades físicas y sociales de los espacios. Después de haber descartado la gestión errática del proyecto por el CORSICEN, el HCPT parece ser ahora él mismo frente a algunas dificultades en la ejecución de estas obras. La lentitud constatada en la aplicación de los trabajos se explica por las realidades físicas de los terrenos, también por el poco entusiasmo que encuentra este enfoque para los usuarios y por un determinado déficit de concertación 215


en la elección de los medios utilizados. Mientras que la parte septentrional del canal (población indígena) participó manualmente en la realización del canal principal y dispone de la posibilidad de utilizar la red hidráulica en riego por gravedad, la red que debe construirse recurrirá a la intervención exclusiva de empresas que subcontratarán y sólo permitirá el uso de sistema de riego bajo presión. Los trabajos anteriormente realizados bajo la responsabilidad de la administración pública dieron lugar a la realización de instalaciones incoherentes algunas de las cuales son inutilizables, se expresaron también algunas dudas sobre la probidad de algunos protagonistas implicados. Eso incita a los usuarios a una verdadera circunspección. Por fin, las realidades territoriales (fraccionamiento parcelario), sociales y culturales (diferencias estatutarias, prácticas divergentes, objetivos sociales diferenciados) se tienen poco en cuenta, lo que ya debilita la adhesión de los usuarios al proyecto. Por último, después de haber decidido del uso de las aguas del parque de Llaganates con la creación de la presa de Pisayambo (hidroelectricidad y riego), el Estado detenidamente se desinteresó del espacio agrícola y humano más abajo de la central de Púcara. Luego durante las dos últimas décadas, las acciones campesinas realizadas para la creación de una red de riego causaron una renovación de interés. Parece que después de haber tomado conciencia del alcance de la iniciativa tomada por los propios regantes, las autoridades públicas pretenden hoy aplicar un planteamiento metodológico exógeno con el fin de volver a ser los responsables principales de las orientaciones que deben darse a la organización colectiva de la gestión agua. Para los representantes políticos, este planteamiento de reglamento permite, de hecho, controlar mejor las actividades colectivas, encuadrar las iniciativas populares y, por fin, obtener apoyos financieros exteriores en caso necesario. Las agencias públicas nacionales como se descentraliza parecen retransmitir esta lógica al mismo tiempo que las posibilidades de éxito de estos enfoques parecen dudosas. Además, las principales dificultades intrínsecas de estas comunidades campesinas vinculadas a la presión de propiedad de la tierra, demográfica y a la ausencia de medios educativos y financieros no se abordan mientras que siguen siendo esenciales. 216


REFERENCIAS Carrión M. F. (1996). La descentralización: un proceso de confianza nacional, Nueva Sociedad n° 142. Girard S. (2005). Les páramos, espace stratégique pour la gestion de l'eau dans les Andes septentrionales : le bassin versant du río Ambato (Équateur). M@ppemonde n° 78, Quito. http://mappemonde.mgm.fr/num6/articles/art05202.html Lligalo. V, Taipe. D, CHIRIBOGA. R. (2006). Dinámicas agrarias del cantón Píllaro, Estudio en perspectiva agropecuaria, Estudios CESA-SIPAE, Quito. Maldonado Vásquez R., Kosmus M. (2003). El Pago por Servicios Ambientales (PSA): Una alternativa para disponer de agua en cantidad y calidad, III Congreso Latino americano de Manejo de cuencas hidrográficas, 9-13 de junio del 2003. Arequipa. http://www.rlc.fao.org/foro/psa/pdf/kosmus.pdf Mayorga M. (2005). Proyecto de Fortalecimiento de los Sistemas de Conocimiento e Información para el Desarrollo Rural. FAO/TCP/ECU/2902.

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AUTORES

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AUTORES (por orden alfabético)

BREILH, Jaime PhD. Médico y epistemólogo. En la actualidad dirige el área de salud de la Universidad Andina “Simón Bolívar”. Fue el primer Director Ejecutivo del Sistema de Investigación sobre la Problemática Agraria en el Ecuador (SIPAE); actualmente es el Presidente de su Comité Científico Asesor. Correo electrónico: jbreilh@uasb.edu.ec CHIRIBOGA, Roberto Ingeniero Civil, con especialidad en recursos hídricos. Investigador del Sistema de Investigación sobre la Problemática Agraria en el Ecuador (SIPAE). Correo electrónico: roberto.chiriboga@yahoo.com.ar ESPINEL, Ramón PhD. Ex director del Centro de Investigaciones Rurales (CIR) de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (ESPOL). Profesor de la Facultad de Ingeniería en Mecánica y Ciencias de la producción (FIMCP) de la ESPOL. Al momento de ésta publicación, el Dr. Espinel ejerce las funciones de Ministro de Agricultura. Correo electrónico: respinel@espol.edu.ec FLORES, Judith Socióloga. Estudiosa de los temas de género en el mundo indígena. Profesional vinculada al Instituto de Estudios Ecuatorianos (IEE). Correo electrónico: suyanajud@yahoo.es 219


HERRERA, Paúl Doctor en Economía Agrícola. Director (e) del Centro de Investigaciones Rurales (CIR ESPOL). Profesor de la Facultad de Ingeniería en Mecánica y Ciencias de la producción (FIMCP) de la ESPOL. Correo electrónico: aherrera@espol.edu.ec ISCH, Edgar. Formación profesional en los campos de la antropología y educación. Investigador vinculado al Consorcio para la Capacitación en Manejo de Recursos Naturales Renovables (CAMAREN). Docente universitario. Ex Ministro de Ambiente. Correo electrónico: edgarisch@yahoo.com JIMÉNEZ, Katherine Economista. Estudios en la Escuela Superior Politécnica del Litoral (ESPOL). Investigadora asociada al Centro de Investigaciones Rurales (CIR – ESPOL). Correo electrónico: katherine_jimenez8585@hotmail.com OLOVACHA, Verónica. Ingeniera agrónoma. Estudios en la Universidad Estatal de Bolívar. Formación en temas de riego campesino. Al momento de editar ésta libro, trabaja como asesora de la Junta Parroquial de Pasa (provincia de Tungurahua). Correo electrónico: veroolovacha@gmail.com OJEDA, Andrea Ingeniera Agrónoma. Estudios en la Universidad Central del Ecuador. Investigadora del Sistema de Investigación sobre la Problemática Agraria en el Ecuador (SIPAE). Correo electrónico: kiokoa@hotmail.com PÉREZ, Paulina Ingeniera Agrónoma. Estudios en la Universidad Central del Ecuador. Investigadora asociada al SIPAE. Al momento de la edición de éste libro, trabaja como técnica del Centro de Levantamientos Integrados de Recursos Naturales por Sensores Remotos (CLIRSEN). Correo electrónico: pau_py936@hotmail.com

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PRADO, Graciela Economista. Estudios en la Escuela Superior Politécnica del Litoral (ESPOL). Investigadora asociada al Centro de Investigaciones Rurales (CIR – ESPOL). Correo electrónico: gpm62129@hotmail.com QUEVEDO, Tomás Estudiante de la Escuela de Sociología de la Universidad Central. Pasantía de investigación en el SIPAE. Correo electrónico: tommy_filo@hotmail.com RÉCALT, Christine PhD. Investigadora francesa de las políticas y economía del agua. Formación académica en Economía e Historia. Profesionalmente vinculada al Institut de Recherche pour le Développement (IRD). Realizó su pasantía doctoral en el SIPAE. Correo electrónico: christine.recalt@ird.fr RODRÍGUEZ, Eduardo Ingeniero Agrónomo. Estudios en la Universidad Central del Ecuador. Técnico de Agrónomos y Veterinarios Sin Fronteras (AVSF). Correo electrónico: edutoba1@yahoo.com TIAGUARO, Yiseña Ingeniera Agrónoma. Estudios en la Universidad Central del Ecuador. Investigadora del Sistema de Investigación sobre la Problemática Agraria en el Ecuador (SIPAE). Correo electrónico: anyestr@hotmail.com ZAPATTA, Alex Abogado. Estudios de post grado en Salud con enfoque de ecosistemas (Universidad de Cuenca). Investigador del Sistema de Investigación sobre la Problemática Agraria en el Ecuador (SIPAE) y, miembro de su Dirección Ejecutiva. Correo electrónico: sipae@andinanet.net

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