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FACULTAD DE HUMANIDADES DEPARTAMENTO DE ESPAÑOL Taller de Comunicación Oral y Escrita II INTRODUCCIÓN AL ENSAYO Cuando le preguntan a alguien si le gusta escribir y qué escribe, la conversación se llena inevitablemente de tópicos. Alguien puede entender escribir en el sentido literario, si le gusta escribir cuentos, poemas o cualquier otro tipo de texto creativo. Otra persona pensará en las cartas y responderá lo más seguro que no, que muy raramente, porque es más rápido llamar por teléfono, y luego comentará que cada vez se escribe menos. Al fin y al cabo, todos concluiremos diciendo que no tenemos tiempo para escribir, aunque nos gustaría poder hacerlo más a menudo. La imagen social más difundida de la escritura es bastante raquítica y a menudo errónea. No todo el mundo califica como escritos lo que se elabora en el trabajo (informes, notas, programas), en la escuela (reseñas, apuntes, trabajos, ensayos, informes) para uno mismo (agenda, diario, anotaciones), o para amigos y familiares (invitaciones, notas, dedicatorias). Así mismo, se suele pensar siempre en la función de comunicar (cartas, cuentos, certificados) y mucho menos en la de registrar (apuntes, resumen de un libro, notas), la de aprender (trabajos, análisis de un libro, reflexiones), o la de divertir (poemas, dedicatorias). Con una gama tan limitada de utilidades, es muy lógico que no encontremos motivos para redactar. (Cassany, Anagrama, 1996) Sin embargo, la vida universitaria presenta el reto de la escritura. La mayoría de los maestros evalúa mediante textos escritos: “Para la próxima clase deben escribir un…” y aquí aparece una gran variedad de propuestas: ensayo, resumen, informe, protocolo, “abstract”, párrafo, etc. Todos ellos como resultado de un proceso de lectura de distintas clases de documentos: conferencias, artículos, periódicos, libros, ensayos, películas, documentales y otros, que obligan al estudiante a desarrollar una serie de estrategias de lectura y escritura que le permitirán ser cada vez más competente y eficaz en su desempeño académico. Suele ocurrir que los maestros universitarios, cuando asignan trabajos escritos soliciten “ensayos”, cuando en realidad hacen referencia a textos específicos tales como resúmenes, reseñas, artículos o informes. Esto sucede por la importancia concedida al ensayo en la vida universitaria, pero también muestra una gran confusión en torno al concepto. Los “ensayos” solicitados deben estar, comúnmente, en el formato de “un texto de cierto número de páginas”, lo que significa un escrito de varios párrafos que sustenta un punto de vista o tesis. “El término ensayo, en buena medida ha terminado por convertirse en una denominación confusa que los profesores suelen utilizar para solicitar de sus alumnos cierta forma de trabajo académico. Aunque raras veces se intenta definirlo con claridad, parece existir, no obstante, un acuerdo tácito sobre sus características. En realidad, sobre ninguna otra noción abundan tantos sobreentendidos y vaguedades y, al mismo tiempopor paradoja-una exigencia tan precisa acerca de sus alcances como sobre este género de escritura.


La consideración unánime del ensayo como el medio ideal del trabajo académico se debe sin duda a la relación casi indisoluble que ha mantenido en los últimos tiempos con las más destacadas formas de transmisión del saber” (límites del ensayo académico, Vélez, 1994)

ACERCA DEL ENSAYO Elaborar un texto, siguiendo la definición del Diccionario de la Lengua Española, de la Real Academia Española: “Escrito, generalmente breve, constituido por pensamientos del autor sobre un tema, sin el aparato ni la extensión que requiere un tratado completo sobre la misma materia”. A lo anterior, comenta Tito Nelson Oviedo: “Escribir un ensayo exige “pensar sobre el tema”. Es decir, estar familiarizado con el asunto. Haberse formado una visión personal acerca de él. No hablemos de originalidad total, que es misión imposible. Pero sí de poder expresar y sustentar un punto de vista bien pensado. Otra definición que se aproxima también a la realidad de lo que es el ensayo, es la de Ernesto Ojeda, quien lo define como UN TEXTO MÁS DIRIGIDO A LA RAZÓN QUE A LA IMAGINACIÓN Y CUYO PROPÓSITO ES EXPONER Y DEMOSTRAR IDEAS. SIN EMBARGO, TOMA CARACTERÍSTICAS DE LA PROSA LITERARIA. Por lo anterior diremos que el objeto de un ensayo argumentativo es susceptible de discusión, ya que está en el marco de verosimilitud y no en el de la verdad o la falsedad. CARACTERÍSTICAS: De las características señaladas en estas definiciones se puede hacer algunas señalaciones importantes que deben ser tenidas en cuenta por quien se dedique al cultivo de este género. Se pueden destacar las siguientes: 1.- La extensión del ensayo es variable: Aunque se señala la brevedad como uno de los rasgos característicos del ensayo, esto depende más bien del autor. Existen ensayos cortos o breves y de mediana extensión, aunque los hay también de la extensión de un libro. No obstante, han hecho carrera las siguientes consideraciones: Un ensayo no debe ser tan corto que parezca una meditación ni tan largo que se asemeje a un tratado. Hay una zona medianera, normalmente entre tres y diez páginas. 2.- Su estilo es libre. Puede ir desde los aspectos descriptivos del asunto tratado hasta la interpretación; puede expresar la sensibilidad, imaginación y creatividad estética del autor, quien debe sustentar en el rigor lógico, conceptual y metodológico que le dan la investigación, el estudio de los hechos y el dominio que tiene sobre el tema tratado. 3.- El ensayo debe tratar un aspecto particular de un tema abordado de manera breve y sin agotarlo.


4.- El ensayo, más que un comentario acerca del asunto tratado, es una reflexión, que puede partir de la reflexión de otros. Tener en cuenta los argumentos ajenos le servirá para, posteriormente, introducir en su ensayo juicios de autoridad que contribuyan a sustentar los propios y a establecer la solidez argumentativa de la tesis. 5.- El ensayo tiene carácter discursivo ( del latín Dis currere, correr de un lado para otro). Un ensayo discurre; es discurso pleno. Los buenos ensayos se encadenan, se hilan de manera coherente. No es poniendo una idea tras otra, no es sumando ideas como se compone un buen ensayo; es tejiéndolas de manera organizada, jerarquizando las ideas, sopesándolas. De allí, la importancia de un plan de escritura, de un mapa guía, de un esbozo o esquema para su elaboración.

ESTRUCTURA FORMAL DEL ENSAYO Aunque una de las características del ensayo es la libertad creativa del escritor, en el sentido de no tener un riguroso orden metodológico, la experiencia y el uso han generalizado una estructura cuyos componentes principales son: TÍTULO, INTRODUCCIÓN, DESARROLLO Y CONCLUSIONES. EL TÍTULO DEL TRABAJO: No es propiamente una parte sino el elemento identificador esencial del ensayo. En él se hace la enunciación sintética del problema investigado. Corresponde al tema de la disertación, formulado de manera enunciativa. Los títulos deben ser precisos, claros y sobrios, con sufriente grado de abstracción como para abarcar todo el contenido incluido en ellos y servir de esa manera como orientadores del lector. LA INTRODUCCIÓN En ella, el autor presenta y señala la importancia, orientación y alcances del ensayo. Cumple la función de preparar mentalmente el ambiente al tema y disponer al lector para el fin que en él se propone. Como regla general, y dependiendo del tema y del autor, en la introducción se pueden incluir los siguientes aspectos: Antecedentes, justificación, objetivos y motivación. DESARROLLO O CONTENIDO CENTRAL: En este punto se desarrolla o expone el contenido central o estructura del tema sobre el cual gira el asunto tratado y se desenvuelve la trabazón de las ideas, hiladas en su entorno; en él se expone o desarrolla de manera estructurada y clara la tesis, idea principal o parte central del documento. Se recomienda usar un argumento por párrafo. En ocasiones se incluye una refutación en que el propio autor se adelanta a suponer una idea contraria para, de inmediato, él mismo argumentar para derribarla, es decir, para refutarla. El cuerpo o contenido central del trabajo implica, en líneas generales:


1.- Una secuencia ordenada de las ideas expuestas en el ensayo. 2.- Exposición clara de las inquietudes suscitadas por el tema abordado y posibles soluciones que se puedan alcanzar. CONCLUSIONES: Constituyen la parte final del ensayo. En ellas se presentan, en forma lógica, las deducciones inferidas del trabajo o se muestran los resultados del examen hecho al tema tratado. Si se probó o no lo que se pretendía y a qué inferencias se llegó, de acuerdo con las premisas de las cuales se partió. Al final, es muy importante la última idea o la última frase que nos importa dejar en la memoria de nuestro posible receptor. Aunque no siempre el último párrafo es una conclusión, sí debe el ensayo tener un momento de cierre-de síntesis-, desde el cual puedan abrirse nuevas ventanas, otras escrituras. El último párrafo es una invitación a un nuevo ensayo.

DIAGRAMA DE UN ENSAYO Título del ensayo Introducción:  Una o dos oraciones que atraigan al lector.  Tesis  Plan de desarrollo (opcional) Cuerpo o Párrafos de soporte.  Oración tópica (Argumento Nro. 1)  Dos o tres oraciones secundarias que muestran evidencias mínimas. Cuerpo o Párrafos de soporte.  Oración tópica (Argumento Nro. 2)  Dos o tres oraciones secundarias que muestran evidencias mínimas. Cuerpo o Párrafos de soporte.  Oración tópica (Argumento Nro. 3)  Dos o tres oraciones secundarias que muestran evidencias mínimas. Conclusión  Resumen del ensayo. (Opcional)  Oraciones generales de cierre.

Ejemplo de un ensayo típico: El siguiente texto ofrece un buen ejemplo de un ensayo argumentativo corto. Su estructura está conformada por 8 párrafos y es una buena muestra que servirá como modelo para los propósitos de este curso.

LA BASURA EN LA CIUDAD


Cartones, papel higiénico, latas, bolsas de plástico, recipientes vacíos, conforman paisajes abundantes y deprimentes en parques, esquinas y calles cerradas. De todos es bien conocido el problema de la gran cantidad de basura que por toneladas se recogen diariamente en la ciudad. A pesar de esa recolección gigantesca es común encontrar montones de basura en las esquinas, de allí que surja curiosa la pregunta: ¿a qué se debe este desorden si los carros recolectores pasan diariamente a cumplir con la limpieza?, pues de todos son conocidos los tradicionales campanazos que recorren frecuentemente la ciudad anunciando al carro recolector. Pienso que es necesario modificar los horarios de recolección de todo tipo de desechos. Que se debería organizar una recolección nocturna de la basura. ¿Y, por qué?preguntará el lector- se sugiere una modificación de horarios de recolección? Pues, sencillamente, porque los tiempos han cambiado. Antes, en cuanto el campanero avisaba por las calles que el carro recolector había llegado, la esposa, que había quedado en casa, salía presurosa a tirar la basura. La sirvienta también cumplía esta tarea. Pero ahora, para sostener más o menos decorosamente un hogar, la mujer también tiene que trabajar y lo hace generalmente por las mañanas. El servicio doméstico comienza a desaparecer y, o es escaso, o es muy caro. Asi que ya podrá el campanero cansarse de gritar ¡la basura! por las calles y sonar su ruidosa campana durante el día. Pocos saldrán, las más de las veces, abuelos o abuelas que sí pudieron quedarse en el hogar. Ante tantas dificultades cotidianas prioritarias, la mayoría ha comenzado a optar por arriesgarse- amparado por la complicidad de la noche ya avanzada o de la más incipiente madrugada- a dejar su basura en la esquina más próxima a su casa, siempre con el temor de verse sorprendido y hasta multado, pero decidido a desprenderse lo más posible y pronto de los indeseables desechos. Esto nos explica los hacinamientos cotidianos sucios y deleznables de basura que mañana tras mañana decoran pomposamente cada cuadra. Habrá quienes arguyan que lo que falta es educación y que habrá que aplicar multas y sanciones severas a los infractores; pero la ley no puede chocar con la realidad. Es necesario, en todo caso, modificar los horarios de recolección: recoger la basura por las noches cuando los jefes de familia han regresado ya de sus trabajos o fijar lugares comunes de hacinamiento nocturno donde el carro recolector puede cargar, a hora temprana con los desperdicios.


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