Periódico Escuela habla de la Historia de Ediciones Morata

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2 de mayo de 2013

Entrevista FAMILIA MORATA

“Si la Lomce sale, seremos más necesarios para que otra educación sea posible” MANUEL MENOR CURRÁS

Sobre los orígenes de la editorial hablan los cuatro: ¿Quién era Javier Morata? Javier Morata fue el fundador de Ediciones Morata y es padre de Florentina y Caridad que actualmente continúan colaborando con la editorial. Él era periodista, inicialmente creó una Librería llamada Minerva en 1920, que estaba ubicada en la calle Tudescos de Madrid. Fue un pariente quien le dejó el dinero y le ayudó a empezar. El primer producto que vendió fue la enciclopedia Espasa por volúmenes. ¿Por qué se fundó esta editorial? Él era una persona inquieta y estaba en contacto con los intelectuales de la época. Puede que por eso comenzara a publicar títulos de política, pero también de medicina. ¿Tiene algo que ver con las ideas que circulaban en algunos medios, de regenerar España a través de la cultura y la educación? Javier Morata formó parte de una generación de intelectuales comprometidos con la promoción de la cultura en España, en momentos especialmente difíciles. Él mismo participó activamente en política, llegando a ser gobernador civil de Madrid en los años 30. Centrándonos en su labor editorial, hay que mencionar su extraordinaria aportación en temas de gran trascendencia científica. Publicó, en 1928, a autores como Vital Aza Feminismo y sexo; una de las obras de mayor impacto en la neurofisiología de aquella época, el libro de Pavlov; en 1929 (con capítulo escrito especialmente para la edición española), el libro de mayor difusión del antropólogo Malinowski. Además de la ciencia, su compromiso político le

FOTO: TERESA RODRÍGUEZ

El 12 de noviembre de 2006, fallecía Florentina Gómez Morata, renovadora desde 1976 de la editorial fundada por su abuelo Javier y gobernada, desde 1966, por su madre Flora y su tía Caridad. En esos 30 años, por sus manos pasaron muchos de los libros que más han ampliado la mirada de los docentes españoles. Jaume Carbonell destacó en el Nº363 de Cuadernos de Pedagogía, la “pasión, conocimiento y artesanía” que había puesto en este empeño. Hoy, Mar y Paulo prosiguen, bajo la atenta mirada de Flora y Caridad, aquella entusiasta labor. Según una encuesta del CSIC a 3.OOO investigadores, Morata es la segunda editorial más importante, en español, sobre asuntos pedagógicos. Parece un sueño, en un momento difícil para la racionalidad en nuestro sistema educativo.

“Javier Morata formó parte de una generación de intelectuales comprometidos con la promoción de la cultura en España en momentos especialmente difíciles” llevó a publicar a autores como Largo Caballero –Presente y futuro de la UGT en España, el primer título de la Editorial Morata–, María Zambrano, Fernando de los Ríos, Novoa Santos, G. Marañón, Alcalá Zamora, Romanones, Lerroux o El expediente Picasso, sobre el desastre de Annual. ¿Cómo se le ocurrió el logo de los estudiantes dieciochescos con un libro bajo el brazo? El logo representa a dos estudiantes de medicina y no sabemos con certeza cómo se le ocurrió, pero tiene sentido cuando uno observa los títulos que publicó por aquella época. Hay un detalle curioso del logo: los estudiantes caminan hacia la izquierda. Creo que, analizando detenidamente el fondo del catálogo, se podría suponer que el editor pretendía hacer visible una orientación progresista en la selección de las obras a publicar. En la época anterior a la guerra y a la dictadura, se puede constatar claramente esta orientación. Después, hasta la recuperación de la democracia, la editorial se centró en los temas científicos, fundamentalmente medicina, psiquiatría y psicología. La censura existente en aquellas décadas, forzó a abandonar otros temas más comprometidos políticamente. Con la restauración democrática, de nuevo la editorial volvió a recuperar áreas de conocimiento más directamente comprometidas con la construcción de un mundo más democrático, justo y solidario.

¿Qué tipo de libros empezó editando? A los ya mencionados, durante la dictadura la editorial continuó con los temas científicos, medicina, psiquiatría y, dentro de las ciencias sociales, principalmente psicología. Podemos mencionar iniciativas tan importantes como la Enciclopedia Pediátrica de Opitz, libros como el Tratado de Pediatría, de Fanconi, referencias obligadas para muchas generaciones de pediatras, o textos tan importantes como el Manual del Psicodiagnóstico de Rorschach, de Bohm, y obras de psicología de autores tan valiosos e innovadores en su tiempo como las obras de Piaget, Psicología del niño; de K. Bühler, Psicología de la forma; de Osterrieth, Psicología infantil, o de H. GratiotAlphandéry y René Zazzo, Tratado de psicología del niño (6 volúmenes). La selección de autores, ¿cómo se hacía? ¿Eran textos avanzados para la época? Salvador de Madariaga, Vital Aza, Gregorio Marañón y el duque de Alba eran amigos y colaboradores del fundador. A través de ellos debió crear una red de contactos que le ayudarían en la selección de los títulos. Flora (Madrid, 1926) y Caridad Morata (Madrid, 1924) todavía frecuentan la editorial: ¿Qué sienten mirando hacia atrás? Mucha emoción y orgullo por haber continuado con la tarea de nuestro padre.

¿Por qué siguen frecuentando la editorial? Nosotras nos hemos criado rodeadas de libros, desde pequeñas convivimos con la oficina de nuestro padre y ayudamos en el trabajo. Hasta hace relativamente poco, nuestra vivienda y la editorial estaban ubicadas en el mismo piso. Hemos visto las cubiertas secándose colgadas en el pasillo, las primeras máquinas de fotocopias que había que mover con una palanca, las planchas de plomo en las que se hacía el libro para luego imprimirlo… Desde su experiencia vivida, ¿cómo ven el futuro de esta editorial? Este año Ediciones Morata en la “Categorización de publicaciones científicas en Ciencias Humanas y Sociales” SPI (Scholarly Publishers Indicators), elaborada por el Grupo de Investigación de Evaluación de Publicaciones Científicas (EPUC) del CCHS/CSIC, fue valorada como la segunda mejor editorial en Educación sobre un total de 125, y con una diferencia de una centésima en relación a la situada en primer lugar. El ranking surge de la opinión de más de 3.000 investigadores españoles en Ciencias Sociales y Humanidades. En Psicología, Morata ocupa el séptimo puesto y, en la clasificación general, el número 19. Consideramos esta valoración tan positiva como un reconocimiento de la labor de todas las personas que participan y han participado en la editorial. Después de todos estos años y siendo

una pequeña empresa familiar, nos hemos consolidado como editorial independiente. Muchos de nuestros títulos son referentes en las ciencias sociales y estamos presentes tanto en España como en toda América Latina. Actualmente nos enfrentamos a un proceso de cambio derivado de las nuevas tecnologías, el reto digital, de la aparición de nuevas formas de lectura, de los cambios asociados a la sociedad del conocimiento… a lo que hay que añadir esta fortísima crisis económica que desde hace varios años está afectando a nuestro país. Desde Morata estamos intentando adaptarnos, porque creemos que nuestra aportación es importante y queremos poder seguir trasladando todo el conocimiento que generan nuestros autores y autoras con la misma calidad de siempre y las posibilidades que actualmente nos ofrece la tecnología. Paulo Cosín (Madrid, 1966) –sobrino de Florentina– se incorporó a la editorial a raíz de la enfermedad de esta. Habla del tiempo editorial de su tía y de la peculiaridad que supo imprimirle. En 1976, Florentina comienza a trabajar en la editorial, haciéndose cargo muy pronto de la selección de títulos para publicar. A finales de la década, abandona la medicina y se centra en ciencias sociales, psicología y educación. ¿Cómo fue el centrarse casi exclusivamente en asuntos educativos?


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Entrevista

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vendiendo la mayor parte en Latinoamérica, lugar donde Morata es muy bien apreciada.

Cuando Florentina finaliza los estudios de Literatura y de Arte en la Complutense de Madrid, decide estudiar Pedagogía para sumergirse en el campo docente y conocer desde la cercanía qué textos podían publicarse, siempre a partir de dos premisas: el rigor científico, y el lenguaje ágil y comprensible: Consideraba necesario introducir en nuestro contexto las corrientes más actuales del pensamiento, divulgar las grandes innovaciones y experiencias educativas que se estaban fraguando en los países más desarrollados. Deseaba que el profesorado y los investigadores pudieran acceder, en nuestro idioma, a obras punteras editadas en el resto del mundo. Por supuesto, también buscábamos en nuestro contexto los trabajos que docentes e investigadores españoles llevaban a cabo en sus aulas y centros de investigación, con una vocación digna de admiración, cuya publicación no estaba apoyada por la pedagogía universitaria española dominante. Hasta entonces, el panorama había sido muy distinto. Basta consultar los catálogos de publicaciones de aquellos años para ver cómo se habían llegado a esclerotizar el pensamiento y la práctica educativa”.

Entre Psicología educativa, Pedagogía, Didáctica, Sociología e Historia de la Educación, ¿qué es lo que más ha predominado en los años “pedagógicos” de Morata en la etapa de Florentina? Se optó por abrir un conjunto de líneas completamente novedosas en este país y claramente rupturistas con las corrientes dominantes en el pensamiento educativo y psicológico en la dictadura, así como también desconocidas en los países de América Latina. Es en ese momento cuando se inician las colecciones dedicadas al análisis, diseño y evaluación del currículo, a las didácticas específicas, a la investigación cualitativa y etnográfica, a la psicología constructivista y a la educación crítica. ¿Qué libros y qué autores tuvieron más éxito editorial, más ventas y, en principio, más lectores? Antes de incorporarse Florentina de lleno a la editorial, había algunos títulos que tuvieron mucho éxito entre los que podemos citar los de Piaget, Bohm, y Osterrieth; el de Best, Cómo investigar en educación; y, especialmente, los de J.Bruner –una colección, dirigida por él mismo, que alcanza ya los 30 títulos–, cuyos derechos habían sido gestionados por Javier Gómez-Morata, hijo de Flora. Florentina incorpora títulos de autores españoles como los de José Gimeno, Pedagogía por objetivos, Comprender y transformar la enseñanza; Jurjo Torres, El currículum

FOTO: TERESA RODRÍGUEZ

¿Quiénes fueron los inspiradores y colaboradores indispensables en este cambio? El valor de los consejos de los profesores José Gimeno Sacristán y Jurjo Torres; su nivel intelectual y su capacidad profesional, y también en muchas ocasiones su visión global, su capacidad para anticiparse y su voluntad de colaborar con un enfoque exento de intereses personales, fueron sin duda inspiradores de este cambio.

¿Qué asuntos y autores son más demandados en este momento? La colección Educación Infantil y Primaria; los títulos de Investigación-acción, investigación cualitativa; autores como Gimeno, Torres, Pérez, Pozo, Hargreaves; y, en psicología, está teniendo mucho empuje la terapia familiar y el apego.

“Hasta la llegada de Florentina a Morata..., los catálogos de publicaciones pedagógico-educativas se habían llegado a esclerotizar” oculto; Ignacio Pozo, Teorías cognitivas del aprendizaje; Ángel Pérez, Cultura escolar en una sociedad neoliberal, y otros de Jesús Palacios, Mariano Fernández Enguita, Juan Delval, Fernando Álvarez-Uría, Julia Varela, Juan Manuel Álvarez Méndez, etc. Y también de autores extranjeros de gran reconocimiento y que consideraba imprescindibles que se conocieran en lengua castellana, entre ellos podemos citar a B. Bernstein, C. Freinet, P. Perrenoud, L. Stenhouse, J. Dewey, J. Elliott, P. W. Jackson, A. Hargreaves, M. W. Apple, K. Zeichner. T. Popkewitz... ¿En qué años fue esto más notorio? ¿Cuál puede ser el motivo? ¿En nuestro país se arrastraban carencias en este género de libros? En nuestro país, durante la década de los 80 los numerosos movimientos de Renovación Pedagógica (MRP), que agrupaban al conjunto de profesoras, profesores y demás profesionales progresistas de la educación, fueron quienes más demandaban nuestros libros. Luego, en la década de los 90 hubo también un gran apogeo e interés por nuestras publicaciones en Latinoamérica, y nuestros libros eran muy demandados no solo por el profesorado de aquellos países, sino también por las administraciones educativas que los divulgaban en licitaciones que periódicamente hacían los ministerios de Educación de México, Venezuela y Argentina, principalmente.

¿Fueron bien asimiladas las enseñanzas de vuestros autores por la comunidad educativa? Creemos que una buena prueba de su favorable acogida es la cantidad de veces que tenemos que reeditar muchos de nuestros títulos. Muchas de nuestras obras fueron incorporándose a las bibliografías recomendadas por muchas profesoras y profesores, y también a las elecciones voluntarias de muchos estudiantes de Pedagogía, Magisterio y Psicología. ¿Cómo fue la búsqueda de autores extranjeros y nacionales? Nos gustaría subrayar que realizamos un riguroso análisis sobre la calidad de los originales que voluntariamente se nos envían para publicar: sabemos que el prestigio alcanzado se puede perder en la medida en que nuestras obras bajen sus niveles de calidad, rigor y de actualización. Mar del Rey Gómez-Morata (Madrid, 1977), hija de Florentina y última incorporación a la editorial, se interesa especialmente por el presente lector: ¿se siguen leyendo tantos libros del ámbito educativo en España como en los años 80 y 90? Cuantitativamente es posible que lean más, pues también en las universidades se han vuelto más exigentes con el alumnado. Ahora bien, esto no siempre se nota en las ventas. Por nuestra parte buscamos adaptarnos

a las necesidades de los estudiantes: por ejemplo la colección ‘Razones y propuestas educativas’ que dirige José Gimeno Sacristán, está pensada especialmente para la formación universitaria, tanto en contenido como en precio. Además, somos sensibles a las necesidades de los usuarios del siglo XXI y nos estamos adaptando para poder ofrecer nuestro fondo también en formato digital. Esto hace que sea más asequible en precio y facilita la distribución. En nuestro caso ha supuesto un cambio importante en el modelo de producción editorial. En Morata siempre nos hemos comprometido con la calidad, sabemos que muchos lectores valoran nuestro trabajo. Aportamos reflexión, revisión y ediciones cuidadas, ese es nuestro valor añadido. Quienes prefieren optar por material pirateado, no valoran ese trabajo y dedicación. ¿Dónde se venden más vuestros libros, en España o en Hispanoamérica? Morata siempre ha sido una editorial con proyección internacional, desde sus inicios Javier Morata viajaba a Argentina y México, aprovechando las posibilidades que ofrece tener un mismo idioma. A pesar de las dificultades que entraña vender fuera de España por lo que supone el coste de transporte, poder adquisitivo, encarecimiento del euro, barreras a la importación de Argentina, Venezuela, etc., seguimos

Con la nueva Ley que se avecina, ¿hará falta leer más libros de vuestra editorial? (Responden Mar y Paulo) Mar: Nuestra editorial siempre ha ofrecido un punto discordante. Los autores y autoras suelen ser profesionales reconocidos en su ámbito de intervención que han trabajado a pie de calle. Algunos títulos incorporan análisis educativos, filosóficos y sociopolíticos que ayudan a entender con más profundidad el presente; pero, también, tenemos muchos que refieren experiencias que se han puesto en práctica y han funcionado. Desde Morata apostamos por una educación pública, de calidad, adaptada a los tiempos modernos, que busque la integración sin importar el sexo, la raza, la clase social, creencias religiosas, la orientación sexual o las capacidades. Si la nueva ley orgánica termina por imponerse, sin tener en cuenta a todos los colectivos que trabajan en y para el sistema educativo de este país, entendemos que nuestro papel será clave para seguir ofreciendo una alternativa razonable basada en la experiencia y el conocimiento de profesionales, y no en una ideología. Si la nueva ley sale adelante seremos aún más necesarios, para mantener vivo el convencimiento de que otra educación y otro mundo es posible. Paulo: Basta mencionar algunos de los últimos títulos publicados para entender la necesidad de las publicaciones de Morata: Una escuela extraordinaria, de R. Slee, que habla de cómo debe ser una educación inclusiva; Educarse en la era digital, de A. Pérez, que propone nuevas formas de enseñar para nuevas formas de aprender; Políticas de educación globalizadas, de F. Rizvi y B. Lingard, que ayuda a entender los procesos de globalización que van de la mano de los organismos supranacionales y sus herramientas (OCDE y PISA, Banco Mundial, FMI, ...), su efecto en las políticas educativas y alternativas de equilibrio entre lo local y lo global; En busca del sentido de la educación, de J. Gimeno, que recuerda las razones que dieron sentido a la universalización del sistema educativo, es decir formar ciudadanos más cultos, más capaces, más críticos, más autónomos, mejores y más sensibles antes la injusticia, más resistentes ante la manipulación; o Justicia curricular, de Jurjo Torres, que ofrece un minucioso análisis de las principales transformaciones que están aconteciendo en la actualidad, pero con la mirada puesta en las repercusiones, condiciones, obligaciones y dilemas que cada una de ellas plantea a los sistemas educativos y, por tanto, al trabajo que la sociedad encomienda a las instituciones escolares.


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