FOLLETÍN DE POESÍA Nº4
MARZO 2015
FOLLETÍN DE POESÍA Nº4 © Ediciones Contrabajo 2015 ILUSTRACIONES: PepitoChicoma
DISEÑO: Aracelli Salinas Vargas (Bestiario Estudio de Diseño) AUTORES:
XXI DE: Poemas para Michel Jordan Francisco Ide Wolleter (1989)
a veces siento como si el balón estuviera cubierto de venas palpitantes así nació mi hijo, con venas visibles e hinchadas en su piel de cebolla azulada de frío cuando lo sostuve en mis manos la primera vez sentí deseos de lanzarlo, dar un pase encestarlo de vuelta al vientre de su madre la ansiedad del momento, supongo. ya pasó, creo. aunque a veces. a mí mismo devolverme, encestarme. un primer llanto rebobinado. bah, pff. cualquier cosa. a veces.
De: Habla al oído Julieta Marchant (1985)
Un pensamiento agrieta el estupor de alguien que se guardó pretendiendo no volver. Un dibujo quiere decir una cosa y una cosa una palabra, o a la inversa. Una fotografía quiere decir una ausencia o la falta reside en el rincón de una imagen que olvidamos por lenguaje. Un pensamiento vibra y cala el oído. La música retorna a la música, se devuelve al sonido que la hizo aparecer. Escribir como quien se entrampa en un pensamiento y de pronto se desvía y reanuda la primera sílaba, el balbuceo inicial, el asombro que dejaba una herida. Erosiona la piel y el fuego vuelve a la ceniza. Erosiona la piel y el agua vuelve a la humedad. Como los objetos, el yo también regresa. Un pensamiento agrieta mi estupor aunque guardé pretendiendo no volver.
Quería envejecer DE: El ritual de las tres lunas Rodrigo Retamales Hayden (1981)
Quería envejecer con ella un choque de luces recordar su juventud tocarla hasta verla morir realmente lo quería estar allí cuando saliera de mi vida mirar la rueda girar y sentirla pasar por sobre nosotros besar las arrugas en su frente y abrazarme en el pliegue de toda una vida juntos amarla hasta el final realmente lo quería caminar del brazo como caminan los abuelos así la imaginaba sentada en una silla cosiendo mientras la miro con ojos ancianos por sobre mi libro decirle vieja mi vieja arrancar las hojas todos los días decirle buenas noches antes de morir realmente lo deseaba no eran farsas ni hipocresías. Hacer todas esas cosas que salen en las películas convertir mi cuerpo en su tumba que todos sus hijos escribieran mi epitafio y sus nietos fueran también los míos. Soñar todas las noches que estaría allí al despertar y vivir dentro de un compromiso longevo realmente lo quería apoyar mi cara en sus manos para llorar feliz al sentirle el pulso por tantas décadas encontrarla entre las sombras extinguirnos juntos realmente la amaba realmente la quería.
I DE: Ejercicios y labores Catalina María (1987)
El tejido es el único retorno, escribo con la yema de los dedos. Y las ganas de llorar mientras buscamos posiciones que nos dejen la cabeza rebotar en todas las baldosas, lo escribo sin mirar. Van mis dedos anudando siniestros, cicatrices protegidas por el cielo. Una casa tan confusa y desmembrada una calle atravesada por canales. Es en parte el desarme y la dolencia caminar bajo el único recuerdo ejercitando dedo mano mano dedo rehaciendo testimonio mudo. Párpado a párpado cerrado para armar hilvanados violentos pues el día es inútil y el silencio se anuda dentro de las hebras.
El Tiempo el tiempo po o el ti em po em po DE: ¡Ay Poesía! Esteban Guzmán Burlando (1985 – 2008)
Ay ay ¿quién dijo que sufría? Sufro el sufrir de otros -que ojos cerrados tienen que ojos cerrados tienenviven y mueren al compás de los latigazos de su justificación. Pero aquí donde yo he llegado, aquí no hay más nada. He visto al Hombre desnudo, descubierto de pelos lo he visto en el espejo y el terror no ha sido poco. Aquí es donde el tiempo no llega Cobijado en un poema Me observo Con plumas multicolores doy brazadas a un nuevo día vuelan los escombros cobijados en un huevo, un día camine hacia el amanecer de Monet y me confesó que allí era donde vivía. Una bestia sin colmillos desnutrida de goce una bestia con ojos enterrados mordiéndose la cola de otro. Y esta bestia espantada hasta el bochorno, se lanzó contra mí con sus fauces melladas para luego llorar desconsolada, anegada a un rincón de escombros, ¡Nada! grité de pronto para luego maquillarse el rostro moviendo sus labios de arriba hacia abajo, pidiendo disculpas y compostura. Somos una mata de pelos desesperada por una forma precisa, un animal en celo de forma divina, tan triste que nuestro mejor rostro disimula el silencio, al que estamos condenados, silencio de “sigue participando”, silencio vergonzoso tupido de balbuceos con gestos, excusándose. Liberadnos del yugo del habla hasta que nos sea dable la palabra, vestimenta patética, ausente en cada frase …Quisiera….
WOULD YOU PLEASE GIVE US A HAIRCUT?” DE: Yoko Víctor Quezada (1983)
¿Afro puffs, dreadlocks Hi-top, cornrows O las gravity-defying Medusa braids? El Marón americano, héroe y pastor, coiffeur de los desamparados, pregunta cómo quiero cortarme el pelo, mientras los salvajes me alientan a raparme la cabeza. Y es que el calor se ha hecho insoportable, me dicen. Es que así fluye mejor el headspin del espíritu y la revolución del cuerpo es suave. O quizás porque debo nacer de nuevo y para eso es necesaria una desnudez más profunda que la que visto. Como sea, los salvajes gritan que me afeite la cabeza, mientras el Marón busca en mis ojos perdido su reflejo y yo elijo el Hi-top de la memoria: para protegerme de las aves volanderas, el derrumbe de los cielos y las inclemencias del tiempo.
Fernanda Paz (1993)
Soy hija del viento, vulnerable como la tambaleante Luna (y si mañana se suicida), hija sin madre natural, padre incoherente. Soy la madre progenitora de mí misma, la que sufrió antes de nacer. Soy más bestia que humano, la soledad del vientre paterno, todo aquello y más. Un ser sin perdón. Busco miradas más allá del mundo que ella me habla saco sonrisas cuando mito, hablo más que río. Busco en mi cuerpo un rastro perdido, rompo en sollozos al verme, amargura, los hombres y mi madre apuntando mi crucifixión. Rezo para no morir de pecadora. Hoy estoy de luto, sonrió a mis asistentes, hoy lloran todos por mí. ¿Podrían recitarme a Huidobro?
Deolinda De: Romancero Abandonado Pablo San Martin (1986)
Cae el polen de la luna en las montañas d’engrudo. Va cubriendo a Deolinda como un beso seco y mustio. En la blanca y fría noche su pezón, como un capullo de dolor y sombra s’abre a la vez tierno e hirsuto. ¡Y la leche mana tibia! Con un amor más profundo que la muerte que entumece sus labios blancos, convulsos. Pero ¿por qué el niño llora? Deolinda! el niño tuyo! lo sabe! porque la leche! le deja un extraño gusto! ¡Oh Deolinda Correa! ¡Flor del desierto nocturno! ¡Rosáceo y pequeño cactus de tibio y amargo jugo!
Soy la guerra De: Guerra Florida Daniela Catrileo (1987)
Escondo tras la hierba el árbol que borda la esquina, se abren las puertas. He corrido durante tres días y no tengo águila sobre el hombro. No soy luto todavía. Tengo ataques silenciosos a la hora de ser. Quiero mi corona de flores entre calaveras para bailar frente a los muertos, bailo frente a muertos esperando mi tumba, soy la que se revuelca en su tumba como las esporas en su nariz. Soy la guerra, bailo para mi muerte. Soy flor de tuna en flechas del cielo.
: Recopilación: Carolina Solar, Macarena Castillo y Rodrigo Retamales Haysen
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