Aniversario de San Felipe

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EL OBSERVADOR DE ACONCAGUA Ediciones

Edici贸n Especial Aniversario de San Felipe

San

Fel ipe

Especiales

272 a帽os

Viernes 3 de agosto de 2012


2 - Especial Aniversario de San Felipe

Viernes 3 de agosto de 2012

San Feli e

Índice Página 2

Editorial

Los 272 años del corazón de un valle fértil

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Sanfelipeños patiperros

Vivir en una ciudad no sólo es una referencia formal en la identidad de una persona. Es empaparse de la forma de habitar de una comunidad, con sus tradiciones históricas, familiares e institucionales, marcando –incluso- la forma en que esta persona se vincula con las demás. Por ello, ser sanfelipeño representa una marca de la cual no hay desprendimiento posible. Una herencia que se nota. Una cualidad que se palpa. Eso es lo que representa este Suplemento Especial, editado en el marco de un nuevo aniversario de la ciudad, que exhibe a sus lectores elementos que marcan esa identidad construida con la historia. Pero no sólo aquella historia que protegen con celo los libros, sino también la de experiencias recientes, edificios que existieron y ya no están, juegos electrónicos cercanos a la plaza desvanecidos por la competencia poderosa, barquillos de helado acompañando un paseo por la calle Salinas o Santo Domingo; y próceres contemporáneos que dejaron como herencia su paso por la comuna y el resultado de su trabajo. También se exponen algunos

Páginas 6-9

Una mirada fotográfica al San Felipe de hoy

Página 10

El patrimonio de Hermelo Arabena Williams: un mundo hecho de libros

Páginas 11 y 12

En San Felipe vive la Escuela Agrícola más antigua de Chile

Página 12-14

La melancolía por los años mozos de San Felipe capturada por una comunidad de Internet

Página 16

Actividades de aniversario 272 Empresa PERIODÍSTICA EL OBSERVADOR Director: Roberto Silva Binvignat Fundador y Presidente del Directorio: Roberto Silva Bijit Gerente Comercial: Julio Cifuentes Mora

Periodista: Paula Helo Malebrán

cuadros de nuestra vida actual, de esos rincones que vemos pero no observamos, que al re - presentarse ante la mirada de quien lee este trabajo, podrá apreciar con más cariño y compromiso. San Felipe tiene una virtud de la que goza sin compartirla con muchas comunas similares: es el corazón de un valle rodeado de maravillas naturales; la Cordillera de los Andes; los frutas de la tierra que se exportan en forma de saludable alimento o se venden convertidos mágicamente en deliciosos licores. Proyecta, además, ese precioso sentimiento de arraigo de quienes se han ido, prendidos de un elástico cariño que siempre empuja el corazón del emigrante a los recuerdos de su vida en la comuna; o recuerda cada cierto tiempo que se debe volver a visitar a aquellos que permitieron vivir infancias y juventudes felices. Esas sensaciones han sido resumidas en 16 páginas de orgullos, melancolías, historias y experiencias, como un regalo a todos quienes cantamos el Cumpleaños Feliz a la Tres Veces Heroica Ciudad.

“La Verdad más que un valor es una actitud ante la vida”. Roberto Silva Bijit

Quillota

La Calera

Limache

La Ligua

San Felipe

Los Andes

Quillota y La Cruz La Concepción 277 Casilla 1 - D Fono: (33) 342209 (33) 342210 Quillota

La Calera, Artificio, Hijuelas, Nogales y El Melón Arturo Prat 797 Fonofax: (33) 342216 La Calera

Limache y Olmué Serrano 125 Of. 2 Fono: (33) 342220 San Francisco de Limache

La Ligua, Cabildo, Petorca, Papudo y Zapallar Ortiz de Rozas 694, 2º piso, oficina 19 Fono: (33)342217 La Ligua

San Felipe, Llay Llay, Santa María, Catemu, Putaendo, Panquehue Salinas 318 Fono: (34) 343712 San Felipe

Los Andes, San Esteban, Rinconada, Calle Larga Santa Rosa 225 Fono: (34) 343413 Los Andes

quillota@observador.cl

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Ediciones Especiales Editor Suplemento: Claudio Espejo Bórquez

EL OBSERVADOR

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San Felipe

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Empresa afiliada a la Asociación Nacional de la Prensa,(ANP) Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), Cámara Regional de Comercio de Valparaíso, Asociación de Industriales de Valparaíso (ASIVA) y Corporación de Desarrollo Pro Aconcagua, Asociación de Radiodifusores de Chile (ARCHI), Asociación Iberoamericana de Radiodifusores (AIR), Asociación de Pequeños Industriales y Artesanos de Quillota, (APIAQUI).

Villa Alemana Villa Alemana Santiago 710, Of. 206 2º piso, Edificio Karakum Fono: (32) 2158396 Villa Alemana

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Especial Aniversario de San Felipe - 3

Sanfelipeños patiperros: parte del valle en el mundo Un administrador de empresas agrícolas, una arquitecta, una cuidadora de adultos mayores y un chef, cuentan cómo es vivir extrañando su ciudad de origen, en culturas tan distintas, pero estando feliz de la decisión de hacer latir sus corazones sanfelipeños en otras latitudes “En Argentina, ser chileno me abrió muchas puertas” Cristian Eduardo Domingo Peña Apodo: “El San Felipe” 30 años Buenos Aires, Argentina Cristian se presenta como un “nacido y criado en San Felipe”. Estudió la enseñanza básica en la escuela E-62 “José de San Martín” y la media en el Colegio Pumanque y se tituló de la carrera de Administración de Empresas, en la Universidad de Viña del Mar. “De ambos espacios en los que estudié pude rescatar grandes amigos, con los cuales aún mantengo contacto y he tenido el agrado de recibirlos en mi casa acá”, comenta sobre los lazos que mantiene con los compañeros, que ha sabido de primera fuente acerca de los éxitos y alegrías de este joven que decidió desarrollar su vida en la capital de Argentina, Buenos Aires. Fue una mujer de ese país quien le robó el corazón, pero en San Felipe, donde se casó y comenzó a formar una familia, en medio de la cual ya ha nacido su primer hijo, Agustín, de sólo dos años de edad. “Mi llegada a este país tiene que ver ciento por ciento con lo sentimental: mi señora siempre me pedía venir a su país, porque extrañaba mucho, hasta que accedí. Me vine sin pensarlo mucho y, la verdad, que fue una elección muy buena”, relata Cristian. Cristian trabajaba en una empresa agrícola de San Felipe, hasta decidió partir. Eso le permitió hacer experiencia para la labor que desempeña hoy, pues en la capital trasandina trabaja como analista de cuentas en una importante compañía del mismo rubro de Argentina. “En un principio, hice un pequeño taller en mi casa para reparar computadores y notebooks, pero por cuestión de tiempos ya desistí de eso y sólo lo hago como algún favor para los amigos o a la empresa donde estoy trabajando”, narra. Sobre su adaptación en el país, confiesa que tenía muchas aprensiones al momento de emprender esta aventura. “El llegar a Argentina fue muy lindo, nunca había estado como turista y tenía el típico concepto errado de muchos chilenos, de que acá no nos quieren, que nos tratan mal o que los argentinos son pesados y nada puede estar mas errado. Fue al revés: ser chileno me abrió muchas puertas, sobre todo en lo laboral, porque les interesa mucho saber de nuestro país, nuestras costumbres, me trataron muy bien. Recuerdo una vez, camino al trabajo, había paro de ‘subtes’ (Metro). No tenía idea de cómo llegar caminando o en micro, porque sólo conocía el trayecto en Metro. Vi a un señor en la esquina muy bien vestido de terno y me animé a preguntarle cómo llegar a mi destino. De inmediato me consultó si era chileno por mi tonadita. Al responder que sí, me dijo ‘No te preocupes que yo te acompaño’. La situación poco cuadraba, pero no me dio desconfianza, nos fuimos caminando y conversando unas quince cuadras en donde me llenó de preguntas de política, economía, de todo respecto a Chile, hasta que llegamos a una esquina y me dijo: ‘Acá es donde tienes que llegar’. Me dejó a media cuadra de mi trabajo y siguió su camino”, cuenta el sanfelipeño. Cristian, desde que dejó el país hace cinco años, trata de viajar al menos una vez al año a San Felipe, aunque reconoce que este 2012 no aguantó y ha venido dos veces al Valle de Aconcagua. “De San Felipe, extraño su gente, que es mi gente. Extraño mi familia, extraño ir a tomar Helados Olguín los domingos por la tarde, extraño las juntas de compañeros en el restorán La Ruca, extraño las alamedas, que la última vez que fui en junio las vi hermosas; extraño el orden de sus calles y el mirar su paisaje rodeado de tan lindos cerros y montañas. ¡Ah! Y extraño mi banda de rock, donde tocaba el bajo: La Banda del Gato Tomás”, comenta. Para Cristian, San Felipe está ligada a sus raíces, al lugar que lo vio crecer, tanto así que su apodo en la universidad era el nombre de su ciudad. “Los más lindos recuerdos de mi vida me llevan a esta ciudad. Cuando estaba en la universidad, mis compañeros no me llamaban por mi nombre ni por mi apellido, sino que me decían ‘San Felipe’. Hasta, hoy por Facebook, me saludan así. Siempre me sentí muy orgulloso de la ciudad en que nací”, afirma.

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Sanfelipeños patiperros...

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“EXTRAÑO EL OLOR A TIERRA MOJADA Y PODER SENTIR QUE ESTOY EN MI CASA” JUANY DEL PILAR GONZÁLEZ MORALES 50 años Nueva York, Estados Unidos Juany González Morales estudió en varios colegios de San Felipe: Colegio Americano, la Escuela John Kennedy, en las Religiosas Carmelitas, terminando sus estudios en la escuela nocturna del Liceo de Hombres. También comenta que estuvo en la Escuela Agrícola en el tiempo que se abrió experimentalmente para mujeres. “Era muy divertido, ya que éramos solo ocho mujeres y el resto de la escuela, sólo hombres”, rememora. La historia de Juany es bastante particular. Su papá, Jorge González Castro, llevaba varios años radicado en la ciudad de Nueva York, el corazón de la diversidad en Estados Unidos, cuando una amiga la tentó con emprender la aventura de ir a ese país y probar suerte. “Una amiga me comentó que quería irse del país, pero no sola. Fue ahí cuando lo pensé y comenzamos a organizar el viaje. Le comenté a mi papá de mi idea y me apoyó en esta travesía. EL resto de mi familia también estuvo dispuesta”, explica Juany. De eso ya han pasado 17 años, en los que ha hecho su vida en Estados Unidos. Pero su llegada a Norteamérica no fue fácil. La primera traba fue el idioma, pues no hablaba Inglés y le era casi imposible desenvolverse en la gran metrópolis. A eso se sumaba la idiosincrasia de los gringos. “Me costó la frialdad de este país. Yo vengo de una familia muy unida y acá el americano es muy frío y no demuestra sus sentimientos”, dice la emigrante, quien tiene una hija de 29 años y un nieto de 6, en San Felipe. Pero -lejos- lo que más le costó a Juany fue dejar a su hija, que tenía sólo 11 años, cuando ella decidió partir. “Fue súper difícil alejarme de ella. La verdad, fue difícil para las dos. Sufrimos mucho, me dolió mucho y me duele no estar a su lado. No haber estado en momentos

tan importantes para ella es tremendo”, asegura esta madre. Por ello, estar en Estados Unidos tenía que entregarle réditos importantes, con la idea de su decisión valiera la pena. Por ello, Juany decidió que lo primero que tenía que hacer era estudiar el idioma. Una vez que pudo entenderse con los americanos, comenzó a trabajar limpiando casas y departamentos, puesto que ese trabajo era muy bien remunerado en esos años. “Después de unos años trabajé en una compañía llamada Amazon, hasta que decidí estudiar Home Health Aid, que quiere decir ‘cuidado de personas en el hogar’. Actualmente, trabajo en una compañía que se dedica a eso, por lo que mi labor es estar a cargo de una abuelita de 84 años”, comenta. Juany, desde que decidió irse a New York, no viajó durante ocho años a Chile. Hoy, que tiene un buen trabajo y una gran familia que siempre está atenta de ella en San Felipe, trata de hacerlo regularmente. De hecho, estuvo en la ciudad en diciembre, cuando viajó para pasar las fiestas de fin de año con su familia. “Lo que más se extraña es a la familia, a mi hija, a mi nieto. Pero también extraño el clima, el olor a tierra mojada, las amistades y esa sensación de sentirme en casa, de decir: ‘Demos una vuelta por la plaza’”, recuerda Juany, quien agrega que para ella la ciudad de San Felipe es su casa, su hogar. En la imagen seleccionada para este reportaje, Juany aparece junto a su padre, Jorge González Castro, quien falleció en marzo del 2010, a raíz de un cáncer pulmonar. Ella misma cuenta que la decisión de su papá fue venir a pasar sus últimos días a su tierra.


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“Extraño las caminatas por las alamedas y los paseos a la plaza con un Helado Olguín” Silvana del Carmen Allendes Cifuentes 33 años Dortmund, Alemania. Silvana cursó toda su educación básica y media en el Colegio Alonso de Ercilla de San Felipe. En el establecimiento hay algo que siempre la caracterizó: siempre llegaba atrasada y por eso se ganó más de algún chiste de sus compañeros. “Lo que más me acuerdo, es el delantal que usábamos y que no me podía gustar. Lo dejaba en la casa a propósito”, rememora, confesando algunos “pecaditos” escolares. Al egresar del colegio, como tenía exce lentes notas, estudió Arquitectura y Arte en la Universidad Católica de Chile, en Santiago. “La primera vez que me fui de San Felipe fue para estudiar en la capital. Nunca me acostumbré. Siempre soñaba con vivir en una ciudad menos anónima. La primera vez que vine a Europa, en el año 2000, por el Encuentro Mundial de la Juventud en Roma, me enamoré de esa ciudad y me propuse venir por un tiempo a estudiar”, comenta Silvana. Cuando volvió de Roma, en San Felipe conoció a quien es ahora su esposo. Pero no era un chileno: se trata de un alemán, que, por aquellos años, trabajaba como voluntario en la Casa de Jóvenes de la alameda Chacabuco. Claro que él debió partir de vuelta a su país, sabiendo –eso sí. Que el amor en algún momento volvería reunirlos. “Con la idea de un reencuentro en Europa y con una beca de la Universidad, viajé de nuevo, pero por un año, a Roma. Vine de visita a Alemania y de a poco me fue interesando mas la idea de radicarme un tiempo acá. El 2004, decidí venirme, sin saber por cuánto tiempo, sólo para cultivar mi relación de pareja, aprender el Idioma, hacer alguna práctica con arquitectos, desarrollar

mi tesis y quizá, trabajar”, cuenta la sanfelipeña, que finalmente se casó con quien define como el amor de su vida y con quien tiene una hija de un año y medio. Cuando Silvana se fue a estudiar a Roma, el idioma no le fue tan complicado. Pero cuando se radicó en Alemania, la cosa fue distinta. “El tiempo en Roma fue muy lúdico. El español y el Italiano son tan similares, que si no me sabía una palabra, la decía en español, poniéndole la entonación italiana y la mayoría de las veces me entendían. Con el alemán fue muy distinto. El idioma es duro, preciso y requiere de mucha disciplina y estructura, algo que nunca pensé que aprendería a los 26 años”, relata. Silvana logró convalidar su título de Arquitectura en Alemania, donde además hizo un Máster. Hoy trabaja medio tiempo en una oficina de Planificación de Logística del Transporte, mientras que el resto del día lo disfruta con su hija.

Sus viajes a Chile trata de hacerlos cada dos años, sin embargo, ahora hace tres que no viaja. Por eso tiene planificado una visita a San Felipe en octubre, por lo que está muy ansiosa de reencontrarse con sus amigos y familiares, sumado a que es la primera vez que su hija visitará su ciudad de origen. “Lo que más extraño es mi gente, la cordillera y el olor a tierra después de la lluvia, con los charcos de agua evaporándose con el sol. Extraño esa luz, esos colores y olores. San Felipe es mi cuna, donde están mis recuerdos de infancia y juventud y de toda la familia reunida a la mesa o en las fogatas con los asados bien guitarreados”, recuerda la joven, quien además es aficionada al canto. Acerca de lo que más extraña esta arquitecta, son “las caminatas familiares por las cuatro alamedas y los paseos por la plaza tomando helados de Olguín”. Continúa de página 6


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Una mirada fotográfica San Felipe no es sólo el recuerdo de una ciudad pasada. También las calles y rincones de la ciudad actual sirven de escenario para una vida tranquila, donde muchos comparten sus alegrías y penas, rodeados de parajes maravillosos, que cubren como una capa natural una ciudad enclavada en un valle frondoso y fértil. Eso sí, ese bello marco, a ratos se tropieza con algunas escenas de descuido, de las que hay que empezar a preocuparse, para evitar que el del tiempo se convierta en pinturas ajadas, sitos abandonados o simplemente testimonio silencioso de vigores pasados. Éste es el San Felipe de hoy, presentado en un reportaje gráfico del fotógrafo Cristian Henríquez Corvalán.

“No se puede explicar, pero, AL ESTAR LEJOS, San Felipe es un todo” Roberto Hernán Vivanco Prieto 37 años. Recorre el mundo a través de un crucero Roberto estudió en varios colegios de San Felipe y se formó profesionalmente en el Inacap, estudiando Cocina Internacional. Con este título, no tuvo temores de buscar su destino profesional fuera de las fronteras del país y se fue a México. Le fue bien: ahí trabajó por dos años en tantos hoteles como ciudades: Cozumel, Quintana Roo y Ciudad de México. Cuando retornó a Chile, se encontró con una agencia que estaba reclutando personal para laborar en Celebrity Cruise Line. Roberto postuló y nuevamente el éxito le sonrió: quedó seleccionado para el puesto de Chef Tournant. Así es como se ha convertido -literalmente- en un ciudadano del mundo, pues ha hecho una carrera sobre los cruceros, por lo que, dependiendo del barco que le toca abordar, es el recorrido que debe hacer. “Las rutas son variadas: Báltico, Mediterráneo, Asia, las islas del Pacífico, Polinesia Francesa, Hawai, Caribe, en su mayoría. También están Alaska y gran parte de Europa. Entre los meses de diciembre y febrero, algunos de ellos llegan a la Antártica, Punta Arenas, Puerto Montt, Valparaíso y Coquimbo. Siguiendo hacia el norte, cruzan por el Canal de Panamá y, cuando llegan a Brasil, empieza otra vez el mismo recorrido”, explica Roberto, sobre los diferentes viajes que le ha tocado hacer. Este sanfelipeño de 37 años indica que el sistema de trabajo es bastante fuerte, porque se trabaja durante doce horas diarias, a lo largo de los seis meses que duran los contratos. Aunque hay días más flexibles que otros, señala que muchas veces los tiempos libres se dedican para descansar, excepto que esté una ruta nueva y aproveche para salir a conocer. “Si uno ya ha estado ahí, no se sale siempre. Uno se organiza y se le da prioridad a descansar. Pero si, por ejemplo, estoy en Miami o en un lugar realmente barato, me voy de shopping. Si estoy en el Caribe, me gusta conocer las playas, aunque a veces el calor me mata. Pero es entretenido conocer la cultura del lugar, su gente. En Europa en particular trato de salir harto, de conocer al máximo, porque hay lugares maravillosos, como el Báltico o el Mediterráneo”, relata Roberto, quien lleva casi diez años trabajando afuera del país. Su trabajo consiste en apoyar la gestión del Chef Ejecutivo, siguiendo estándares de calidad. “Hay que seguir las recetas; el cumplimiento de normas de Salud Pública, la cual es muy rigurosa en todos sus sentidos. Los estándares de calidad de los cruceros son increíbles, la sanidad, la limpieza y todo para mantener las bacterias fuera del lugar”, describe. Y continúa: “Es harta pega: supervisar, ver calidad de verduras, carnes y muchas otras cosas, junto con controlar horarios de trabajo, comprar a bordo. Pero lo más importante es convivir con personas de un montón de otras nacionalidades, sabiendo que, por lo largo de los viajes, debes llevarte bien con gente de distintos lugares del mundo. Es una experiencia maravillosa que hay aprovechar al máximo”. Este profesional de la cocina asegura que tener el training de trabajo que se necesita para estar seis meses viajando, trabajando sin parar y lejos de la familia, es parte de las cualidades más complicadas que debe tener un trabajador como él. Acerca de San Felipe, Roberto asegura, con breves palabras, lo que siente por la ciudad que lo vio nacer y crecer: “Es un todo, es mi mundo, es algo inexplicable”.

La cúpula de la Catedral de San Felipe, mirada desde Plaza de Armas.

Un retrato de los servicios higiénicos del ex Cine Aconcagua.

Calle Prat es la arteria principal dentro de las cuatro alamedas, pero tiene edificaciones bastante deterioradas, a pesar de que son el patrimonio de la ciudad.

En la medialuna de la comuna constantemente se están efectuando rodeos.


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al San Felipe de hoy: ése que vivimos todos los días

Los Molles, un lugar tranquilo que hoy está tomando mayor protagonismo inmobiliario.

La Trilla a Yegua Suelta de El Almendral busca mantener algunas de las tradiciones de la comuna.

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Algunas de las ruinas que quedan del Palacio de Quilpué.

El jardín que en el pasado fuera uno de más bellos del país. Hoy, totalmente abandonado. En la imagen, el tronco de una araucaria que representa los cientos de árboles del Palacio de Quilpué que están muriendo.

El centro histórico de San Felipe desde las alturas.


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Las alamedas también han cobrado vida, debido a las máquinas de ejercicios que motivan a usar estos espacios para prácticas de vida sana.

Una mirada al cielo a través del campanario de la Iglesia de El Almendral.

Vista de la tres veces heroica ciudad desde El Almendral.

Al final de los parronales, la Cordillera de Los Andes.


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Una de las obras viales más importantes que ha tenido San Felipe este último tiempo: su nuevo ingreso por el Enlace Monasterio.

Cuando todo parece ir más rápido, hay quienes se detienen y disfrutan uno de los tesoros sanfelipeños: las alamedas.

Podría ser un cuadro realista de un reconocido artista, pero son los jardines abandonados del Palacio de Quilpué, que aún nos regalan un poco de hermosura.


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El patrimonio de Hermelo Arabena Williams: un mundo hecho de libros que hoy cuida la Sociedad de Historia El escritor donó sus colecciones personales y su biblioteca, que tiene 2 mil 540 ejemplares, al municipio sanfelipeño, que entregó un comodato por cinco años a la Sociedad de Historia y Arqueología de San Felipe, para que los deje a disposición del público

Obras publicadas por Hermelo Arabena Williams Poesía: - Hora del Angelus (1940) - Piedra y Luz de España (1965) - Romance del Niño Dios (1969) - Romances de Calles Viejas (1975) - Ceniza y Cielo (1979) Novela: - Aconcagua Arriba (1969) - El príncipe negro (1981); Premio Pen Club de Chile - Tulipanes Negros (1983) Tradiciones: -Glosas sobre San Felipe El Real (1935) - Entre Espadas y Basquiñas (1946); Premio Ilustre Municipalidad de Santiago - Blasones, Duendes y Damillas (1953) - Recuerdos de Mi Padre (1978) Ensayos: -Don Enrique Nercasseau y Morán, primer filósofo e hispanista chileno (1950) - Influencias hispánicas en los poetas festivos chilenos (1954) - Andrés Bello, poeta y crítico literario (1982) - Revista Chilena de Historia y Geografía, Vol. 150 - Ensayos de Exégesis Literaria (escritores chilenos e hispanoamericanos)

Hermelo Aravena Williams vivía en medio de un maravilloso mundo, lleno de libros, que terminaría convirtiéndose en la gran herencia que este notable vecino de la ciudad terminaría dejando para su querido San Felipe: una biblioteca de 2 mil 540 ejemplares, que entre sus páginas abordan diferentes temáticas, las mismas que, como él sabía que serían del interés de muchos, decidió donar en vida a la Municipalidad, cuando el alcalde de la comuna era Renato Chacón Blanchot. La colección, que según los especialistas tiene un alto valor patrimonial, tiene 432 ejemplares de literatura; 64 diccionarios; 151 libros de Historia de Chile; 264 de Historia General; 139 de religión, economía y ciencias políticas; 95 de filosofía y psicología; 235 ejemplares de poesías y leyendas; 138 de clásicos castellanos; sólo por mencionar algunos de los que constan en el inventario que –ahora- resguarda la Sociedad de Historia y Arqueología de San Felipe, organismo a quien el municipio le dio la administración de la biblioteca y de algunos artículos personales del escritor, durante cinco años. SU RELACIÓN CON SAN FELIPE Hermelo Arabena Williams, poeta, crítico literario, ensayista y tradicionalista, nació en La Ligua, el año 1905. Frecuentó -con excepción del teatro- todos los géneros literarios y publicó 16 obras, entre 1935 y 1983, sin considerar sus estudios críticos de autores nacionales y extranjeros, aparecidos en diferentes diarios y periódicos, como El Mercurio de Santiago, La Unión, Revista Nacional de Cultura, El Día de La Serena, entre otros (ver recuadro). Según él mismo relató en la carta por medio de la cual cedió su biblioteca, la cercanía a San Felipe co-

Variados objetos personales del escritor son expuestos en la Sociedad de Historia y Arqueología.

Más de 2 mil 500 libros tiene la biblioteca que Hermelo Arabena Williams donó a la ciudad de San Felipe.

Hermelo Arabena Williams, junto a su amigo historiador, -también fallecidoCarlos Ruiz Zaldívar.

menzó durante su época de juventud. “Hoy, que en ocasión solemne vuelvo a San Felipe, en donde transcurrió mi adolescencia y escuché los tímido aleteos de la poesía, son tantos los recuerdos que se agolpan en la mente y tantas las sombras queridas que parecieran regresar del pasado, que en mi confusión no acierto a conciliar los vivos sentimientos de júbilo con las hondas añoranzas dolorosas”, expresó en ese documento. En su relato, recuerda, además, cuando fue condecorado como “Poeta Laureado en los Cuartos Juegos Florales de 1934”. Además de pasar su juventud en San Felipe, en la mitad de su vida retornó a la ciudad, cuando decidió donar sus libros en vida y así crear una fundación a cargo del municipio sanfelipeño. “¡Los libros! ¡Única riqueza que logré atesorar!

En las plácidas tardes de otoño y en las inclementes del invierno, al recorrer las láminas y textos de los diccionarios de artes plásticas buscando un dato, o detenerme embelesado en ese mundo mágico de las Enciclopedias, repletas de ilustraciones y mapas, imaginábame que unos y otras me sonreían advirtiendo mi cansancio y que desprendíanse del marco de sus páginas para entregarme, con sus lecciones cautivantes, la gracias estética de sus líneas y colores”, expresó en el texto donde hereda su colección a la Ciudad Tres Veces Heroica. Y prosiguió: “Señores: en el propósito de que este acervo bibliográfico se conserve íntegramente después de mis días y no vaya a la fosa común de los remates indecorosos, resolví donar a Ilustre Municipalidad de San Felipe mi biblioteca y una galería de cuadros, para

que sean administradas por su Casa de la Cultura. Esta donación, ya firmada ante Notario, la efectúo en memoria de mi fallecido hermano René, historiador y crítico de arte, y de mi querida hermana Atala”. Hermelo Arabena Williams falleció el año 2001 en esta ciudad y su cuerpo fue trasladado a Santiago. VALOR PATRIMONIAL DE LA BIBLIOTECA A juicio de los expertos, la biblioteca de Hermelo Arabena Williams tiene un alto valor patrimonial, debido a que muchos ejemplares de esta colección fueron primeras ediciones, o bien, nunca más fueron editados. A ello se suma el tipo de empastado que Arabena hacía poner a sus ejemplares, entre los cuales existen trabajos bastante especializados. Luz Gatica Guzmán, gestora cultural de San Fe-

lipe, rescata lo anterior, señalando que “las bibliotecas son patrimonio desde distintas perspectivas”. “La biblioteca de los hermanos Arabena Williams es importante, en primer lugar, por la antigüedad de lo escrito, el contenido. En segundo lugar, es importante por el formato de los libros, por su empastado, por el tipo de letra, porque nunca más se editaron. Desde el punto de vista patrimonial, tiene diversas interpretaciones, que es una cosa que en San Felipe no se ha trabajado y debería haber una profundización en eso”, explicó Luz Gatica, conocedora en detalle de esta colección. Pero la idea del escritor no era –como él mismo decía- que aquello que construyó durante tantos años de pasión por los libros se quedara enterrado, sin ser apreciado, visto y usado. Mal que mal, él deseaba que ese vicio envolvente de las letras sobre el papel se contagiara. Por ello, el material está ahí, para acceder a él, con el cuidado que demanda saber que se está frente a objetos únicos. Verónica Miranda Valdivia, encargada del Museo de Historia y Arqueología de Aconcagua, hizo un llamado a los jóvenes para que se acerquen a conocer este patrimonio. “Toda la biblioteca se expone diariamente en la sede de la Sociedad, ubicada en Freire Número 12, casi llegando a la alameda Yungay”, dijo la encargada.


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Especial Aniversario de San Felipe -11

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En San Felipe vive la Escuela Agrícola más antigua de Chile Más de 5 mil alumnos han egresado del establecimiento sanfelipeño con el título de Técnico Agrícola. Este año, la entidad abrió la oferta educacional impartiendo Alimentación Colectiva o Gastronomía, como una muestra que su presencia en la ciudad está en permanente crecimiento

Cuando el director de la Escuela Agrícola de San Felipe, Carlos Dasso Dote, inicia la tarea de hablar sobre la historia del establecimiento, se entusiasma. Disfruta. Está orgulloso. Describe, como si estuviera disertando para una prueba final, que “la historia de la escuela se remonta a los inicios del siglo pasado cuando Chile estaba prácticamente saliendo de la Guerra del Pacífico y de la Guerra Civil del 91, lo que provocó una gran inestabilidad en todo el país”. “Ahí se vio la necesidad de preparar cada día mejor a las personas que vivían en el campo y, por eso, el Gobierno, buscando proteger a los jóvenes de esa época e incentivarlos a que -ya en ese tiempo- permaneciesen viviendo en el campo -algo que hoy es un problema más grave todavía- se habilitaron algunas escuelas a lo largo de todo el país y la primera que se construyó y funcionó fue ésta: la Escuela Agrícola de San Felipe”, cuenta el director. Por eso -argumenta- tie-

250 alumnos: la mitad mujeres La escuela, que históricamente fue para varones, tuvo que enfrentar un nuevo desafío cuando se decidió por el ingreso de mujeres. “Los empresarios que forman parte del directorio de la escuela, vieron que cada día las mujeres asumían roles más importantes en el campo e hicieron los estudios para recibir señoritas en nuestra escuela. Ya llevamos como 12 años que estamos trabajando con señoritas, lo que nos obligó a modificar mucho la infraestructura, la construcción de baños e internado para damas, pero el trabajo de aprendizaje de ellas es igual que el de los varones”, narra Carlos Dasso. Según el director, las mujeres han sabido integrarse muy bien a la vida de internas y del campo, con lo que han ido ganando espacios también el interior del establecimiento. Además, se responde a una situación actual, donde la presencia laboral de mujeres en el campo es clave en el desarrollo de la industria agroalimentaria. En la actualidad, hay 250 alumnos aproximadamente en la escuela, alcanzando las mujeres casi el 50% de las matrículas.

Los alumnos tienen la garantía de practicar sus clases teóricas en los mismos predios de la escuela.

ne tanta importancia desde el punto de vista patrimonial, “porque es la escuela agrícola más antigua de nuestra patria, que permanece aquí, en el mismo lugar donde toda la vida ha estado”. Su existencia se empezó a concretar el año 1923, cuando las autoridades de la época, en conjunto con empresarios y autoridades agrícolas de Aconcagua, se dieron cuenta de la importancia que revestía la instalación de un establecimiento de estas características, para una zona que vivía de las actividades de la tierra. Para tales efectos, se compró la propiedad en la cual hoy se encuentra la citada escuela, terrenos que pertenecían a la familia Trivelli y que incluían -dentro de la superficie de casi 50 hectáreas- una gran casa de arquitectura colonial y varias dependencias propias de la época. Dicha escuela está ubicada en calle Tocornal, saliendo hacia el oriente desde la calle Yungay de San Felipe.

La gran casona que acogió en sus inicios la Escuela Agrícola de San Felipe.

Por antecedentes fotográficos de ex funcionarios y ex alumnos, se registra dicha escuela con una entrada colonial, amplias dependencias, iluminados corredores y un segundo piso, con un amplio balcón; un techo de tejas bermellón, resaltando sobre la blanca pulcritud de sus murallas. Tres arcos flanquean la entrada con grandes escudos que distinguen la casta y el honor familiar. En este lugar nació a la vida institucional la Escuela Agrícola, formalmente, el 9 de abril de 1924, quedando bajo la dependencia del Ministerio de Agricultura. PRIMERA EN CHILE, SÉPTIMA EN EL MUNDO Cuando comenzó a funcionar el establecimiento, los alumnos ingresaban con su Sexto Año de Preparatoria rendido y, luego de tres años de estudio, recibían el Título de Prácticas Agrícolas. Este sistema se mantuvo por 36 años, durante los cuales obtuvieron su título casi 600 jóvenes, entre compatriotas y extranjeros, que llegaban a la comuna desde distintos lugares de Chile y el mundo. Por Decreto Nº422, el 14 de abril de 1959, del Ministerio de Tierras y Colonización, la Escuela fue traspasada al Ministerio de Educación y se le concedió la categoría de “Escuela Agrícola Superior de San Felipe”, institución que tenía la misión de formar técnicos agrícolas, siendo la primera de su tipo en Chile, segunda en Sudamérica y séptima en el mundo. Como Escuela Agríco-

la Superior, recibía alumnos con Sexto Año de Humanidades rendido y con Quinto Año de Formación Agrícola. La carrera duraba dos y tres años: dos para los alumnos con formación agrícola y tres para los que ingresaban con Sexto de Humanidades. Después de realizar una práctica de 9 meses y rendir un Examen de Grado en diferentes asignaturas, los alumnos recibían su título. Con la Reforma Educacional de 1968, la Escuela sufrió un nuevo cambio: como Establecimiento de Enseñanza Media, recibía alumnos con Octavo Año de Enseñanza Básica, los cuales después de cuatro años de estudio y seis meses de práctica profesional, obtenían su título de “Técnico Agrícola con Mención en Fruticultura”. El paso del tiempo y el espíritu empresarial se proyecta en las necesidades del tiempo y fue así como, el 10 de marzo de 1978, el Ministerio de Educación, poniendo en práctica nuevas políticas educacionales, firmó un convenio con la Corporación Educacional de la Sociedad Nacional de Agricultura (CODESSER) para su administración, sistema que comenzó a operar como plan piloto, hasta que se traspasó totalmente la labor de la Escuela Agrícola de San Felipe a la citada Corporación el 1 de marzo de 1982. Los cambios de hoy en la Educación también han exigido nuevas adaptaciones del establecimiento, que, incluso, se han actualizado a las nuevas necesidades del mercado laboral de la producción de la tierra y la ali-

mentación. “Hoy nos enfrentamos a nuevos desafíos y por eso nuestra Escuela ha abierto una nueva especialidad. Hemos buscado crear cosas nuevas, que satisfagan las necesidades de los jóvenes y que también satisfagan especialmente las necesidades del mundo del trabajo, por eso hoy nos estamos abriendo a la especialidad de Alimentación Colectiva o Gastronomía, que estamos recién partiendo este año. Puede que el enfoque sea distinto, pero los jóvenes son iguales, por lo que demandan cosas iguales, pues tiene las mismas necesidades”, expone el director. El establecimiento funciona bajo las orientaciones del Concejo Regional Empresarial de la Escuela Agrícola de San Felipe, que es presidido por el conocido y destacado empresario de la zona, Fernando Vargas Jara, ingeniero agrónomo, quien junto a otros actores relevantes del mundo agrícola de la zona colaboran diaria y desinteresadamente para que el recinto educacional evolucione. “FORMAMOS PERSONAS” Para el director del establecimiento, el que la escuela haya contado con un internado, otorga una responsabilidad mucho más amplia con los alumnos, debido a que, hasta hace unos años atrás, algunos pasaban casi todo el año como pupilos, debido a lo problemático que era trasladarse de un lugar a otro. “En años pretéritos, cuando no había los medios de comunicación que hay hoy en día, les costaba mucho a los jóvenes trasladarse, por lo que permanecían acá todo el año, viajaban a su casa una vez, dependiendo de la distancia, o quizá lo podían hacer dos veces al año”, explica Carlos Dasso. Tener tanto tiempo a los jóvenes en las dependencias de la escuela, para el director significaba que, más que preocuparse de entregar los contenidos académicos para formar buenos profesionales, se debían formar buenas personas. “Como en todas las escuelas, nos preocupamos Continúa de página 12


12 - Especial Aniversario de San Felipe

Viernes 3 de agosto de 2012

En San Felipe vive la Escuela Agrícola

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Este año se abrió la carrera de Alimentación Colectiva o Gastronomía. En sus primeras clases Los jardines de la escuela son manteni- Un alumno de la escuela, practicando la fertilización de fru- Los jóvenes también aprenden sobre el manejo de ma- los alumnos aprendieron sobre el comedor, cómo dos por alumnos y profesores. tales. quinarias agrícolas. poner, decorar y también atender una mesa.

de los aspectos técnicos, de los aspectos cognitivos, pero además nos preocupamos de formar principios y valores en los niños, de tal manera que en su escuela puedan ver buenos ejemplos, y que tengan la oportunidad de practicar esos ejemplos, como la honradez, respeto, amor, responsabilidad, iniciativa, que son valores transversales que atraviesan todo el quehacer de la sociedad y eso hoy cobra más impor-

tancia que nunca”, comenta el director. PRÁCTICAS ESTIVALES Tener a los alumnos durante todo el año debido a que venían de todo el país para recibirse con el título de Técnico Agrícola, fue fundamental para que los docentes se dieran cuenta que había procesos que sólo se daban en verano –en épocas de cosecha de fruta de exportación- y que era

importante que los jóvenes conocieran para su futuro laboral. De esta manera, nacieron las prácticas estivales. “En el verano ocurren procesos que no ocurren en otras épocas del año y la única forma de que los niños adquieran experiencia es que la vivan. Yo no puedo cosechar en julio ni embalar fruta en julio, hay que hacerlo en enero y febrero, por eso los niños rotativamente van teniendo

prácticas durante el verano, que son actividades de aprendizaje, que son súper lúdicas, relajadas, de tal manera que el niño pueda cada día irle tomando más cariño y amor a las actividades del campo”, puntualiza Dasso. Y no se trata de experimentaciones sin resultados concretos: todos los productos que se obtienen del aprendizaje de los alumnos, es vendido.

“No a la construcción del estadio en la Escuela Agrícola” En los últimos meses, se ha planteado la discusión en torno a la posibilidad de utilizar parten de los terrenos que pertenecen a la Escuela para edificar un nuevo estadio para San Felipe. No pasó mucho tiempo y surgió un grupo en Facebook, llamado “No a la construcción del estadio en la Escuela Agrícola”, que a la fecha suma 3 mil 801 miembros. He aquí algunos testimonios de sus alumnos: José Vargas Herrera: “La Escuela Agrícola existe y está viva por cada uno de sus alumnos, ex alumnos y funcionarios para quienes no sólo es una escuela, sino un hogar, el alma que transforma niños y niñas en hombres y mujeres de bien, ‘agricolanos’ de corazón. No cualquier escuela (por no decir ninguna), tiene un complemento histórico, cívico y educacional como nuestra querida escuela”. Lissette Arancibia Marambio : “La Escuela Agrícola San Felipe es y será un ejemplo para muchos centros educacionales; en esta escuela no son sólo asignaturas las que se imparten, sino también valores para crear grandes personas y trabajadores para un país que no valora sus raíces ni legados culturales. La Escuela Agrícola es la escuela más antigua del país; fue la primera en formar profesionales en algo que es el sustento de Chile”. Myriam López Carmona: “Todo mi apoyo a una de las mejores escuelas agrícolas del país, donde conocí a las mejores personas: mis profesores, mis amigos y mi actual pareja. Crecí como persona y profesionalmente en esa escuela”. Aquiles Valle Valle: “Yo ingresé el año 1996, siendo un niño; y egresé el 2000, siendo un hombre íntegro y con un título. Soy segunda generación de mi familia que estudia en este prestigioso y gratuito centro educacional, por lo que puedo decir que la escuela es mi casa y todos los ‘agricolanos’, sin importar el año que estuvieron, son mi familia. Creo que la construcción de un estadio va en desmedro de la calidad de la educación, dado que para practicar se deben transportar a otro lado, por lo que se perdería tiempo, en cambio en estos momentos si un docente está en clases y de un momento a otro desea ir a mostrar en terreno lo que está pasando en teoría, lo pueden realizar hay mismo. Fuerza”.


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Viernes 3 de agosto de 2012

Especial Aniversario de San Felipe -13

La melancolía por los años mozos de San Felipe capturada por una comunidad de Internet Amantes de la ciudad crearon un grupo de Facebook, por medio del cual pretenden conservar las imágenes de antaño y dejar un registro de la historia sanfelipeña a través de la red social

Q

ue en la esquina de la calle Combate de Las Coimas con Prat se encontraba el negocio La Reina, que cómo era la antigua Hostería San Felipe, o las jornadas de juego de los Donaldi´s; las vivencias en el Bar Il Domenico; u otras remembranzas de quienes conformaban la juventud de San Felipe en décadas pasadas, son parte de los melancólicos recuerdos que se pueden capturar por medio de un espacio en las redes sociales creado para que esas remembranzas queden congeladas en imágenes y textos. El Emporio-Cristalería “Almirante Latorre” y la Fuente de Soda “Gianella”, que estaban al lado de la Catedral, además de otros tantos lugares y personajes, son algunos de los recuerdos que se pueden rescatar de los más de 3 mil 200 miembros que tiene el grupo de Facebook llamado “Sabes que eres de San Felipe si…”, que ha calado hondo en los recuerdos de muchos coterráneos. Para aquellos que aún no visitan el sitio, presentamos algunas de las imágenes que los miembros han rescatado de la Tres Veces Heroica Ciudad. Quizás se motive a aportar en la web o, simplemente, bote alguna lágrima de alegría por haber vivido en estas tierras tantas experiencias lindas, que no se borrarán tan fácilmente.

La cochera del “Riel número 2” Subida por Pedro Muñoz

“Rosa Sepúlveda era original de Curimón. Se trasladó a los 18 años al Almendral y allí se casó con Celerino Reinoso Vera, trabajador del fundo La Troya. Tuvo dos hijos, Ciriaco y Rubén Reinoso Sepúlveda. El verano de 1887 los cuatro enfermaron de tifus. La enfermedad cobró la vida los tres hombres de la casa y el destino quiso que la señora Rosa sobreviviera para convertirse a los 29 años en la conductora de uno de los tres “carros de sangre”. Ella era la cochera del “Riel número 2” el único coche que llegaba al Almendral. Pero doña Rosa no podía olvidar el dolor de haber perdido a su familia y en 1892 se fue a vivir a Santiago, donde trabajó en el mismo oficio en el trayecto Mapocho - Plaza Italia. Con la llegada de la electricidad y su amplio oficio adquirido, la Compañía Philips la enroló para conducir uno de los coches eléctricos que corrían entre la Estación Central y la Plaza de Armas de Santiago. Un accidente sufrido en 1906 no le permitió seguir conduciendo y, a partir de sus 48 años, trabajó como “armadora” de coches para la misma compañía. Quince años después, el 7 de diciembre de 1921, la Compañía Chilena de Electricidad la retrató para otorgarle el carné de “Armadora N°415” y permitirnos a nosotros, los amantes de nuestra historia, conocer el rostro de una sanfelipeña que dejó huellas en nuestro pasado patrimonial”. Continúa de página 13


14 - Especial Aniversario de San Felipe

La melancolía por los años mozos...

Viernes 3 de agosto de 2012

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El Programa Oficial de la Tercera Fiesta de la Vendimia que se realizó en el Parque y Palacio Quilpué del 23 al 27 de marzo de 1977. Ese año el evento estuvo animado por Javier Miranda y se presentaron artistas como Arturo Gatica, Los de Ramón, Don Francisco y Mandolino, Willy Bascuñan, Coco Legrand, el conjunto Malibú y el humorista Manolo González. Este vestigio de la historia sanfelipeña también fue subido por Patricio Vásquez Salinas.

Esta foto más contemporánea data del año 2007, cuando hubo nevadas en San Felipe. La imagen la compartió Juan Francisco Astorga.

Patricio Vásquez Salinas subió esta foto del antiguo Palacio de Quilpué, del que hoy sólo hay ruinas.

George Claussen Rojas nos regala esta foto de la antigua pileta que coronaba la Plaza de Armas, antes de su remodelación.

Patricio Vásquez Salinas muestra esta foto, donde se aprecia el cáñamo que se sembraba abiertamente en la década de los 60 y 70 en la zona. Éste se apilaba y formaban rucas, como la gente le decía a lo que se veía cuando se miraban las plantaciones, especialmente en el sector de Pío Río. El cáñamo era vendido a la Fábrica Duncan Fox, que se encontraba en calle Hopfenblatt.

Enrique Contreras Vergara comparte una verdadera reliquia familia. Los documentos de identidad de su abuelo y bisabuelo. Éste último, según consta en la cédula, habría participado en la Guerra del Pacífico.


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Especial Aniversario de San Felipe - 15

Viernes 3 de agosto de 2012

La antigua Iglesia de la Merced, de la cual sólo se conserva el campanario en la intersección de las calles Toro Mazote con Merced. La foto la compartió Genaro Andrés.

Según comentan los miembros del grupo, esta casa que aún se encuentra en la Hacienda de Quilpué, habría sido la cochera del palacete de la familia Lyon. La imagen es de Patricio Vásquez Salinas.

Así lucía el barrio estación, cuando esa era una zona próspera en la comuna. Hoy, corresponde a la intersección de calles Riquelme y Las Heras.

José Luis Navarro comparte esta imagen de la ex Estación de Ferrocarriles. Hoy no quedan vestigios de lo que fue un gran centro social en las décadas pasadas. Según los miembros del grupo, las personas en estas imágenes fueron los primeros escoberos y hojalateros, de la Fábrica Pentzke. La imagen también es de la colección familiar de Genaro Andrés.

Marcia Toro Campos subió esta foto, explicando que las personas ahí retratadas serían algunos trabajadores y gerentes de la Fábrica de Conservas Aconcagua, en el año 1956.

Esta imagen muestra San Felipe nevado el año 1984. La toma es desde El Almendral, hacia el centro. La subió Gonzalo Astudillo.


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Saluda a ad iud nuestra c en su e San Felip Nº272 io r a s r e iv an

Viernes 3 de agosto de 2012

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Más de 200 actividades hay para celebrar el aniversario 272 El acto oficial de celebración se llevará a cabo hoy viernes, a partir de las 11 de la mañana, en la Plaza Cívica de San Felipe, aunque las actividades protocolares comenzarán a las 8 de la mañana Con más de 200 actividades se está celebrando el aniversario 272 de la ciudad de San Felipe. El programa comenzó a desarrollarse el jueves 26 de julio, con la inauguración de la ampliación del Liceo Bicentenario Cordillera y contempla una serie de eventos que llegarán a su término el 31 de agosto, con la Premiación del Festival Talento Sanfelipeño, a las 22 horas, en el Pub Mediterráneo. Para hoy viernes, día del aniversario de la comuna, se espera que las actividades comiencen con la comuna completamente embanderada y con el saludo del alcalde de San Felipe, Jaime Amar Amar, a los sanfelipeños, a través de radios locales, a las 8 de la mañana. A esa misma hora, se espera el saludo del Orfeón Municipal en el frontis del edificio consistorial. A las 8:15 de la mañana, el Club de Cueca Tierra Querida presentará un esquinazo para los funcionarios municipales y al alcalde Amar, en el Salón de Honor de la Municipalidad.

A las 8:30 horas, la Banda Comunal Escolar llegará hasta el frontis del municipio para presentar sus saludos. Los saludos protocolares se harán a partir de las 9 de la mañana en el Salón de Honor del municipio, para que, luego, las autoridades se trasladen a la Catedral de San Felipe. En el templo más importante de la Iglesia Católica de Aconcagua, a contar de las 10 de la mañana, se efectuará el tradicional Tedeum. A las 11 horas comenzará el Acto Cívico Militar, en la Plaza Cívica de la comuna, donde las autoridades recibirán los Honores de un Destacamento del Regimiento Reforzado Nº 3 Yungay y donde desfilarán las Fuerzas Armadas, las entidades educacionales de la comuna y las instituciones. Las actividades de este día culminarán a las 19 horas, en el Gimnasio del Liceo Roberto Humeres, con la presentación de Germán Casas y Leandro Martínez con sus respectivas bandas.


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