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Un tuit en el herbario

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Un «tuit» en el herbario De vacunas y de hombres

José Félix Olalla

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Según las crónicas de la Desde una plataforma digiépoca, hasta un tercio de tal nueva, sigo por teleconfela población londinense lleva- rencia la argumentación de ba a comienzos del siglo XVIII los movimientos antivacunas. las marcas de la viruela en el Para convencer, cuentan con rostro. Los que portaban esas la ventaja de que la transmiseñales podían considerarse sión del sonido funciona coafortunados, pues habían so- rrectamente, pero lo que dibrevivido a una terrible enfer- cen no tiene consistencia. No medad que provocaba la es cierto que las vacunas sean muerte a una de cada cinco responsables del número crepersonas que la padecían. ciente de alergias y enferme-

Médicos del sudeste asiáti- dades autoinmunes; esto, co ya habían observado que por el contrario, tiene que ver un ataque de viruela producía con el ambiente higiénico inmunidad para toda la vida, desmesurado con el que prey fueron ellos los que conci- tendemos proteger a los nibieron la idea de procurar un ños. Tampoco es verdad que episodio leve de la dolencia las vacunas puedan sobrecarpara evitar otro más grave gar el sistema inmunitario o posterior. A partir de aquí, en- que la protección natural sea tra en escena Edward Jenner superior a la inducida por el y su conocida experimentación fármaco. Las pruebas en concon un niño de ocho años, hijo COMENTA EN www.elfarmaceutico.es tra son contundentes y, aunde un empleado suyo. que parecían activistas, sus

Diseñar un experimento pa- portavoces permanecen pasira probar o refutar una hipótesis es una idea relativamente vos cuando se explica que el sarampión mata a tres de moderna que hoy se considera insoslayable. Entonces no cada 1.000 infectados, mientras que la vacuna causa soera así y, además, el ensayo de Jenner violó varios postula- lo una reacción adversa grave por cada 10 millones de dos éticos, aunque él no sintió ningún escrúpulo y utilizó dosis inoculadas. para su experimento muestras de una forma leve de la en- Ahora esperamos que las vacunas de la COVID-19 puefermedad, concretamente la viruela padecida por las vacas. dan devolvernos al punto de partida. Esa situación anterior

Comenzaba así una fase particularmente brillante de la la añoramos sirviéndonos esta vez no solo de los versos inhistoria de los medicamentos: las vacunas. Con ellas po- mortales de Jorge Manrique («como a nuestro parecer dían evitarse enfermedades y, en algunos casos, erradi- cualquier tiempo pasado fue mejor»), sino al constatar que carlas por completo. antes predicábamos la cercanía y hoy necesitamos la lla-

No todos los gérmenes son capaces de provocar el mis- mada «distancia social»; que antes corríamos a saludarnos mo grado de inmunidad. Los virus tienen mayor poder y hoy pedimos a nuestro interlocutor que se suba la masantigénico que las bacterias y estas tienen más que los carilla; que antes no reparábamos en gastos para asistir a protozoos, mientras que los hongos apenas lo presentan. diversas convocatorias y que ahora estamos llenos de reLa historia del desarrollo de las vacunas está trazada de paros incluso para salir a la calle y comprar el pan. aciertos. Ahí están la difteria y la coqueluche, la tubercu- Desde Madrid aislado, cierro la conexión y pienso otra losis y la gripe. La escalada de la consecución y fabrica- vez en los habitantes de Londres. Cruzan las calles de la ción de vacunas llega ahora a su cumbre con las vacunas ciudad y llevan los rostros sin mácula. De todas formas, de la COVID-19, esperadas con verdadera ansiedad por apenas puede apreciarse, porque todos ellos están emtodo el planeta. De forma inevitable, se oyen también al- bozados. Vendrán tiempos mejores, aunque Manrique no gunas voces contrarias. lo predijera en sus coplas. l

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