Autorretrato con desierto - Antonio Sonora

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ANTONIO SONORA

AUTORRETRATO CON DESIERTO selecciรณn personal



AU TORRETRATO CON DESIERTO selecciรณn personal Antonio Sonora



AU TORRETRATO CON DESIERTO


© Antonio Sonora © Gobierno del Estado de Coahuila de Zaragoza © Secretaría de Cultura de Coahuila EDICIÓN Y CORRECCIÓN: Alejandro Beltrán DISEÑO: Estefanía Nicté Estrada ISBN: 978 · 607 · 9376 · 43 · 7

Saltillo, 2016


CÉDULA DE OBRA:

Escribir es siempre trazar un autorretrato, dibujar entre líneas la forma de nuestro rostro formado por las palabras que usamos para intentar nombrar el mundo.

En el presente volúmen traté de reunir algunas de las piezas de este

rompecabezas, con la intención de crear un primer retrato escrito.

Integran la composición poemas del libro Fire station, publicado

por CONARTE en Monterrey, Nuevo León, gracias al Premio de

Poesía Carmen Alardín 2013, así como algunos textos más recientes de otro libro en proceso.

Siempre estamos cambiando y el esbozo delineado en esta selec-

ción no servirá para identificarme en el futuro, pero es al menos el primer retrato con el que podré buscarme entre una multitud.



FIRE STATION



flame & co. Con la euforia de Nerón calcinando Roma salimos a la calle

con un poco de gasolina

y un fósforo listo entre los labios Nos han llamado pirómanos adoradores de la pólvora melancólicos

Amamos las cortinas los libros

el aceite y el alcohol la tristeza

y todo lo que se enciende con facilidad Hacemos el amor en estaciones de bomberos en casas calcinadas por un incendio que imaginamos haber provocado

Y cuando volvemos agotados por las persecuciones aún queda tu cuerpo

más inflamable que el ácido

más hermoso que un incendio forestal 9·


trip Recuerdo que odiamos el mar

el artificio de la marea apagando la fogata Desnudos sobre la arena

el agua borraba el resplandor de tu cuerpo el calor de mis manos de dinamita

Temíamos pensar en los ahogados:

labios y muslos alejados de la bondad

de una flama que los salvara de su pálida muerte Visitábamos los bares para ver un poco de alcohol ardiendo dentro de un vaso

por un malabarista de esferas incendiadas No amamos el mar

tan sólo un poco la forma en que la arena se convertía en cristal bajo tus pies al rojo vivo

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dante alighieri soundtrack Dímelo de nuevo

qué tan hermoso es el infierno me preguntas

Yo contesto leyéndote

fragmentos de La Divina Comedia Tú me escuchas

prendiendo cerillos

que dejas en tus dedos hasta apagarse Tu risa

un sonido desnudo

de madera y cortinas cantando a gritos de humo Iremos a quemar el infierno te digo

el fuego no lo ha tocado todavía

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exit Quieren un poema sobre el fuego su boca

besando paredes y ĂĄrboles su lengua

haciendo gemir entre las piernas a mi chica sus dientes

mordiĂŠndonos los dedos con un hambre de mĂşsica Para escribirlo consultan folletos de bomberos acuden a simulacros

aprenden la forma de sobrevivir ilesos al incendio y al derrumbe

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soul Los bomberos deberían estar arrepentidos su agua apaga orgasmos

canciones muy tristes Sus buenas obras

bajar gatos de un árbol hacer sonar sus sirenas

cuando mi chica llora de frío

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electrical Dormida: una llama

aceite que besa las paredes Tus sueños provocan cortos circuitos chispas en tu cabello

hermosas quemaduras en las manos Dormida: caricia de pólvora explosivo

aguardando la detonación

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minimal house Las paredes tienen un acento de humo que combina con tus ojos

Ante el impacto de una bomba molotov el sofá se enciende

al roce de tu cuerpo desnudo Milagro de huesos de madera

la mesa y las sillas se sostienen en un suspiro de ceniza Mueves de lugar cuadros

cortinas

alfombras

nada que se mantenga quieto será propicio para el fuego todo lo que cambia

promete en su movimiento una delicada catástrofe

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La decoraciĂłn es un resumen de los efectos del ĂĄcido la gasolina

el corrosivo aceite

de la nostalgia y la risa

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atomic Si lees esto

tu casa arderá de pronto

despertarás apretando un encendedor en la mano tendrás quemaduras repentinas vagarás insomne por las calles

no te dejarán entrar en bibliotecas parques forestales si lees esto

querrás que todo estalle al unísono

se consuma en preciosas crepitaciones si lees :

pólvora molotov hidrógeno

detonación orgasmo gasolina

bocanada antorcha quemadura hasta la última línea

tu cuerpo prenderá en combustión espontánea

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anatomy Fumamos desnudos

y la ceniza cae sobre la cama nuestros cuerpos

como en las calles de una ciudad bombardeada el amor: un ruido de árboles

cayendo en un pequeño bosque calcinado

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criminal story Nos conocimos en la estación de policía

a ti te habían llevado por prenderle fuego

al piano y las manos de un músico por el que morías a mí por escupir gasolina en la cara de las pocas gentes que amaba

Vestías jeans agujerados por el cigarrillo

y los dedos manchados de una ceniza hermosa dibujada a ciegas por un fantasma compasivo Tus ojos no miraban a nadie

igual que al fuego no le importa quién lo observa

quién lo adora en secreto Yo tenía esta misma tristeza de mirar a la gente

e imaginar lo hermosos que serían ardiendo de pronto

Ambos fuimos procesados

un siquiatra anotó nuestro diagnóstico

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en expedientes que usamos para incendiar el hospital Después de eso todo fue fácil

yo prendía cualquier cosa solo para mirarla ardiendo en tus pupilas Tú gemías extasiada

si la pólvora volaba una casa una biblioteca

cuando capturábamos un bombero y lo torturabas desnuda

Nada nos alcanzaba para saciar

el deseo de tus ojos por más paredes ardiendo mi melancolía anhelante de belleza El tiempo era explosivo materia inflamable

ruina de felices siniestros

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MANUAL DEL ANATOMISTA



primera instrucción: Jamás creer que los ojos aún nos observan,

que una brizna de su luz perdida puede tocarnos. No descubrir la desnudez y admirar su belleza,

el resplandor de una piel intacta a pesar de la muerte. No suponer que hemos insultado la perfección,

estos cuerpos todavía esconden su verdadero tesoro: debajo de su corteza son aún más bellos, observa.

Nunca estarás tan cerca de un corazón como ahora, tómalo entre tus manos,

no es más que un artefacto de sangre y arterias.

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pureza He descubierto cómo miras el cuerpo de esa doncella te sorprende su virtud intacta,

sus labios marchitos sin un beso. Te perturba la forma en cómo separo los huesos,

abro su cabeza buscando el mecanismo del rostro, la forma en que los músculos hacen la sonrisa. Miras después con tristeza

la oscuridad de sus cuencas vacías, sus labios diseccionados,

su cara vuelta un cristal roto. Su rostro es más bello dibujado en mis apuntes de anatomía. Su cuerpo no esconde ningún secreto.

· 24


mausoleo Este libro traza un mapa:

fragmentos mutilados como un extraño laberinto, minucias de cuerpos,

pequeños trazos de músculos y huesos. Dejaré que lo leas,

que su sombra te pudra lentamente. Después vendrás a hurgar en su caligrafía,

como un profanador de tumbas en un cementerio vacío.

25 ·



CARTOGRAFÍAS



TODO ES UN MAPA, UNA NUEVA ruta, un sendero que se descubre. Cada cuerpo,

ciudad encontrada, las calles que se abren a nuestro paso.

Todo es un mapa por escribir: las memorias de un viaje, las líneas de una mano,

el orden de las constelaciones. Esta carta de navegación,

los signos que intentan descifrarlo.

29 ·


astrología Al llegar a las ciudades

los viajeros cuentan a los astrólogos

sobre los cielos vistos en sus travesías: el observatorio se convierte

en lugar de reunión de contadores de historias, tribus trashumantes.

En una caravana de circo

una joven que camina sobre la cuerda floja habla del mar y la luna en equilibrio,

de los astros que se sostienen en el espacio sin caerse. Los juglares cantan los mitos de dioses estelares y los mercaderes intercambian por mercancías los nombres de las constelaciones.

Los estudiosos escuchan con atención y comprenden cada detalle. Antes de este noble oficio,

ellos mismos han sido contadores de cuentos, saltimbanquis

· 30


malabaristas de fuego

encantadores de serpientes comerciantes de seda.

Saben que todo es valioso

en la tarea de historiar el cielo. El estudio de la astrologĂ­a dicen

es la suma de las fĂĄbulas

que cada pueblo inventa

contemplando el firmamento.

31 ¡


mapas del escriba

(Rustichello de Pisa. Prisión de Génova, 1298)

i Qué maravillosa destreza

hacer que crea tus historias,

obligarme a mentir contigo. Más allá de esta prisión

el mundo se desmorona:

se recortan los mapas,

antiguas lenguas se olvidan. Bendecidos por el insomnio me dictas tus memorias,

como lanzando viejas monedas: un soborno al carcelero

por papel y tinta para tus palabras.

· 32


ii QuĂŠ clase de viajero es aquel que pierde su primera ciudad y trata de encontrarla en todas las que visita. Un viajero triste.

Un viajero perdido en un mismo viaje.

33 ¡


iii Marco Polo regresó

lleno de espanto y felicidad a Venecia, pero la ciudad de su infancia

ya no era la misma que había dejado bajo el agua. En vano recorrió calles,

tocó en puertas desconocidas. Aún en su lecho de muerte,

no le creerían ni media palabra de sus historias. La memoria,

un mapa donde los lugares se borran, un libro gastado de leerse,

tatuajes diluyéndose con el agua. Al final volvemos a la prisión. Un viajero está condenado

a recorrer sin descanso los lugares que conoció. Un escritor a vivir la vida de sus personajes. La muerte,

una ciudad de la memoria,

una carta para navegar sobre coordenadas de polvo y ceniza. · 34


lecciones de quiromancia i Algunos pueblos creen en la quiromancia como un arte del amor: los amantes,

libres y desnudos se descubren en los sentidos,

y el placer forma nuevas líneas en la palma de sus manos. Estas líneas tienen nombres

que al decirlos en la oscuridad

iluminan a quien los pronuncia,

guían a los hombres perdidos en la nieve. También son un amuleto en la distancia,

un espejo por el cual los amantes se observan y recuerdan.

35 ·


ii Cada marca, signo o herida se borran al amanecer. Una mano limpia de todo destino, dijo el tatuador observando las manos de la vendedora de ĂĄmbar. Esa misma noche,

disponiendo sus agujas y tintas,

el artista le dibujĂł en cada mano una espiral.

¡ 36


iii A diario he inventado tu cuerpo. Movido por el azar y el deseo, tu anatomĂ­a se transforma:

ciudadela de rostro indeciso,

mapa que se transforma por la noche. Otro cuerpo con tu mismo aroma,

una nueva mirada nacida de tus ojos. Son mis manos

y su naturaleza de cambiar lo que tocan.

37 ¡



DIALECTO



mapa Armario de retratos con tu rostro, cada gesto, articulación o cicatriz es la línea de un mapa

que atraviesa los significados. Leer es mirarte en un espejo de grafito y acuarela.

Mi lengua es muda y mis manos hablan sobre cada milla náutica de tu piel.

41 ·


teorema La teoría de decir que existes

sin contraerte o expandirte al infinito, que estás siempre en la misma ciudad y hablas el mismo idioma,

así como me cuentas en tus cartas. ¿Todavía sobrará espacio para navegarte si sigues creciendo cada noche?

¿Hasta dónde se detiene el universo

que se comprime hasta desaparecer? Todo eres tú y nada tiene tu esencia,

en cada parte eres y en ninguna te leo

con tanta fuerza como en la memoria.

· 42


dialecto Estas palabras no son mías,

tampoco del libro desde donde las transcribo, ni del hombre de quien las escucho,

dictadas desde el mundo de los muertos. Las escribí hace un siglo

y se quemaron conmigo en el incendio de un buque mercante.

¿Si algo se escribe y nadie lo lee, existe en realidad?

¿Hasta dónde el lenguaje es presencia, suceso,

catástrofe que no tiene remedio? ¿Decir es hacer

o es tan solo simulacro? ¿Las palabras nos alcanzan

o nosotros corremos detrás de ellas para hacer honor a lo prometido?

43 ·


Lo dicho sucede en un territorio

donde siempre es antes y después: infinito de citas, notas al pie,

subtítulos para la muerte

Todo lo escrito sigue sucediendo,

los soldados imaginados yacen bajo el lodo, en una trinchera donde no para de llover. Aquella muchacha espera en el anden

de una estación habitada por fantasmas, donde siempre son las cinco de la tarde. Estas palabras no son mías,

si les preguntan afirmarán que no me conocen. Morimos bajo un idioma que nos desconoce aunque sus palabras sean

las flores de nuestra tumba. En algún sitio todas las lenguas descansan de nosotros,

un lugar mudo de signos,

donde el tiempo pasa sin decirse.

· 44


ÁRTICO



i

El agua es salada. La traen del mar y la derraman en mis manos. Después los barcos parten, atestados de marineros solitarios que dicen desearme. Van al Ártico. El hielo es su morada. Todo lo blanco los llama

como un espejismo de canto. Pruebo el agua y reconozco el sabor. Antes. Ayer. Lo descubrí en la humedad que palpita en mi cuerpo.

47 ·


ii Pronuncié, palabra por palabra, una canción que aún resuena en mis

huesos. Mordían mis axilas, ese fuero minado donde sucede el terremo-

to. Aquí, sabes. Y todo se hacía una ola que me mojaba dentro, como nunca nada. Nadie. El sonido del agua se alzaba. El rumor de los muchachos del barco, escribiendo cartas dirigidas a mi recuerdo.

· 48


iii El mapa de mi cuerpo es una geografía trashumante: tribu de palabras, ritual de silencio bajo el hielo. En mi cama leo desnuda. Una mano

sostiene el libro del círculo ártico y la otra acaricia entre mis piernas una brújula líquida y aromada, un norte oceánico que te guía entre la nieve.

49 ·


iv El barco surca la cama, los pliegues de las sábanas. Las ballenas emergen

con sus cantos helados. Hay manchas de sangre como signos de caza. Mi cuerpo es un témpano solitario, navegando el océano. El barco me

esquiva. Los vigías avistan mis movimientos, los marineros cierran sus ojos para oler el aroma de mi sexo, que inunda el aire como una gélida borrasca.

· 50


v Tu nombre es el colmillo del narval. Una lanza erecta que embiste las olas. Tu nombre es un marfil que viaja, desnudo, hasta el fondo de mi sexo.


vi La presencia de la sal. Las velas se mueven cegadas por el blanco de la

sal y la nieve. Mi cuerpo es idéntico. En cada página de este libro austral, me convierto en una mujer de sal, vibrante bajo el cielo del ártico. Soy

la mujer de Lot, mirando desde cubierta cómo arden las ciudades que olvidamos.

· 52


vii El deseo es una expediciĂłn extraviada en la nieve. Una desmemoria. Deshielo que vuelve quebradizos los pasos del insomnio.

53 ¡


viii Cómo leer un mapa en blanco. Con cada tormenta, el mapa de nave-

gación se va quedando sin marcas. Se pierden los nombres, los límites del mar. Los lugares se borran y en su lugar nacen montañas e islas

inusitadas. Los marineros vagan en cubierta con nuevos rostros, hablan-

do una lengua distinta. Cómo atravesar el ártico si cuando partimos ya teníamos otros nombres desconocidos.

· 54


ix Soy el corazón de la nieve, el alba que ciega a los navegantes. Me deshie-

lo en humedades profundas, en el tacto de manos que rompen el glaciar entre mis piernas. Las imágenes que evoco lo adelgazan, lo hacen tan liviano como el viento, una lluvia de cristales que sepulta las naves y las deja varadas. Pero el frío persiste. Los marinos tienen miedo del fuego y

su centelleante dentadura. De sus palabras afiladas. De mis movimien-

tos de llama ardiendo melódica. Los pocos que se atreven caminan hacia

mí como a un espejismo. A su paso van despojándose de ropa y arpones. El calor los abraza. Todo es una isla y el invierno desaparece entrando al territorio de mi piel.

55 ·



FÓSIL(ES)



i En la pared de la cueva nada desnuda, buceando entre tortugas que parecen guiarla. Más profundo, se hace una lanza proyectada al corazón del estanque. Los peces dibujan una espiral, que aquí se pierde por un

segmento de roca que ha desaparecido. Del otro lado surge, con un cardumen azul que le muerde los pies.

59 ·


ii He llamado a este sitio “La cueva de la mujer alada”, porque pareciera

que es el aire y no el agua sobre lo que ella navega. Mi cuaderno está lleno de dibujos que la duplican, la continúan. Creo que al llevarlos conmigo, alguna vez ella pueda emerger hacia mis manos.

· 60


III

Por error he encontrado la cueva, tratando de librarme de una tormenta. El cuaderno donde dibujo tiene el título de “Fósiles”, más propio a mi

oficio de coleccionista de rocas: caracoles, pedernales, trilobites. Al encender mi lámpara de aceite me he quedado en silencio, temiendo que las pinturas desaparezcan al nombrarlas.

61 ·


iv Perdida la noción del tiempo en que he permanecido aquí, afuera ha dejado de llover pero yo continúo observando. No quiero partir sin haberlo

registrado todo. Temo que todo sea una alucinación y al querer regresar no encuentre jamás el camino a la cueva.

· 62


v En las pinturas es el único humano que aparece, al lado de los peces

con quienes parece hermanarse. ¿Será una sirena o un fantasma? ¿La

habrá pintado un hombre que, como yo, buscó refugio en la tormenta y soñó una mujer que vuela dentro del agua?

63 ·


vi Sé que este inmenso desierto antes era un mar, los fósiles lo atestiguan. Pero eso hace millones de años. La mujer de las piedras nada bajo ríos subterráneos, a través de los cuales parece entrar en un mar oculto en las profundidades. De ser así, aún esas aguas palpitan bajo mis pies.

· 64


vii Historias del valle hablan de pozas que ningún lugareño ha podido na-

dar hasta el fondo. Una corriente de agua parece alimentarlas desde la

profundidad y en su interior existen peces que jamás nadie ha podido

nombrar. Creo que la mujer alada recorría el laberinto de estos ríos, como un pez que conoce de memoria sus secretos.

65 ·


viii La luz de la lámpara ha terminado desde hace horas y me he quedado

en la penumbra, apenas iluminado por la luz que entra desde la noche. He decidido no salir nunca de la cueva. Escribo en el diario que he de-

cidido buscarla, no en el laberinto del desierto, sino en estas paredes de piedra. Dejo al lado mis dibujos y me pongo de pie. Estoy desnudo. Uno mis brazos como nadador. Contengo la respiración y cierro los ojos. Un golpe de agua moja las páginas.

· 66


FIRE 9 · 10 · 11 · 12 · 13 · 14 · 15 · 17 · 18 · 19 ·

S TAT I O N Flame & Co. Trip Dante Alighieri Soundtrack Exit Soul Electrical Minimal house Atomic Anatomy Criminal story

M A N UA L D EL A N AT O M I S TA 23 · Primera instrucción 24 · Pureza 25

·

Mausoleo

CA RT O G R A F Í A S 29 · Todo es un mapa 30 · Astrología 32 · Mapas del escriba 35 · Lecciones de quiromancia

D I A LE C T O 41 · Mapa 42 · Teorema 43 · Dialecto 47 · I 48 · II


49 50 51 52 53 54 55

· · ·

III IV V · VI · VII · VIII · IX

F Ó S I L ( ES ) 59 · I 60 · II 61 · III 62 · IV 63 · V 64 · VI 65 66

· ·

VII VIII

Impreso en agosto de 2016 por Carmona Impresores. Tiraje: 500 ejemplares.


Recolecta en el ocaso SaĂşl Rosales Una especie de Miguel Gaona Sobre la esfera terrestre Gerardo Carrera The singles JuliĂĄn Herbert Autorretrato con desierto Antonio Sonora

CUARTA SERIE


ANTONIO SONORA

AUTORRETRATO CON DESIERTO selecciรณn personal

CULTURA SECRETARร A DE CULTURA


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