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microorganismo a en sus distintas etapas (López et al., 1997), pero estos presentan baja efectividad para tratar cultivos comerciales; otros fungicidas se componen de sulfatos o los inhibidores de la biosíntesis de esterol (Reuveni et al., 1995 citado en Álvarez et al., 2000). El empleo de fungicidas sistémicos de un mismo grupo, favorece la aparición de razas resistentes a este grupo de fungicidas (Coyier, 1983). Según Reuveni et al., (1996) los aislamientos del patógeno resistentes a los fungicidas pueden sobrevivir durante varios años en el campo y por eso es muy alto el riesgo de aumentar una población resistente cuando se hacen aplicaciones continuas de fungicidas. Control biológico: Se reporta a Scremonium alternatum como un hiperparásito del mildeo polvoso, pero su eficacia bajo condiciones de invernadero no ha sido aceptable (Bélanger y Avis, 1998)

TRIPS: Existen alrededor de 5 000 especies de thrips, y cientos de estas especies atacan plantas cultivadas. Solamente pocas especies causan problemas en cultivos de flores, pero esos problemas pueden ser severos. En Ecuador, el thrips identificado en el cultivo de flores es Frankliniella occidentalis. Biología: Los thrips son insectos muy pequeños y alargados, con menos de 1 mm de ancho y solamente unos pocos milímetros de largo. Los adultos tienen las alas largas y con flecos, pero nos son los suficientemente fuertes para volar. Su pequeño tamaño, sin embargo, les permite moverse largas distancias en las corrientes de viento. Las hembras predominan en muchas especies y en algunas especies los machos nunca se han encontrado. Las hembras colocan sus huevos dentro del tejido de la planta. Puede ser en el tejido de la hoja o de la flor. Dependiendo de las temperaturas, los huevos eclosionan en 3 o 4 días, transformándose en larvas pequeñas y translúcidas. Después de 2 a 3 días el primer instar cambia a segundo instar los cuales se tornan de un color amarillo como su alimento. El primer estado larval está generalmente protegido dentro de las hojas en desarrollo o de las flores. Después de 2 a 4 días el segundo estado larval casi siempre se mueve fuera de la planta al suelo o medio de cultivo y se someten a dos etapas de transformación llamadas pseudopupas. El primer estado de transformación es llamado la prepupa, y el segundo es la pupa. Estos estados pueden ocurrir en las flores, es decir los thrips no siempre abandonan la planta. Los thrips no se alimentan ni se mueven demasiado durante este tiempo, el cual puede variar entre 2 a 5 días. A continuación, los adultos emergen. Bajo temperaturas normales de invernadero, el ciclo huevo-adulto puede ser completado en 8 a 13 días. Los thrips se desarrollan mejor en condiciones cálidas y secas. La humedad alta aparentemente no reduce el número, pero la humedad relativamente constante en hojas y flores si lo hace. Las hembras pueden vivir de 30 a 45 días y depositar de 150 a 300 huevos. Las hembras no tienen que aparearse con el fin de producir huevos, pero los huevos producidos de esa forma eclosionan en hembras. El rápido ciclo de vida, alta capacidad reproductiva y el hecho de que las larvas que se ocultan dentro las partes de la planta mucho tiempo, no son muy susceptibles a los pesticidas, conducen a grandes dificultades en detección y manejo. Dispersión en el cultivo: Una infestación de F. occidentalis puede empezar por la entrada de los insectos en el invernadero con el material vegetal. Más avanzada la estación, los adultos pueden entrar al invernadero volando desde el exterior. Además, los trips pueden hibernar en hendiduras y otros lugares recónditos, reapareciendo en la estación siguiente. La dispersión de los trips dentro del invernadero puede ser activa (volando o flotando en corrientes de aire) como pasiva (por movimiento de personas, plantas o materiales). Frankliniella occidentalis se encuentra generalmente en las partes altas de la planta, es poco común en las hojas y se puede localizar oculto en puntos de crecimiento, yemas florales y flores. Durante el día puede verse a muchos adultos entre las flores. A primera hora de la mañana se hacen más activos y abandonan sus refugios. Síntomas: Por su actividad alimenticia chupan el contenido celular en hojas, frutos, tallos, brotes, flores, etc. Dejan zonas decoloradas de color claro en los lugares de alimentación, que se suelen necrosar posteriormente y producir manchas de mayor o menor extensión. A este síntoma se le suele llamar plateamiento.

MÉTODOS DE CONTROL

Control químico: Este medio de lucha encuentra una gran dificultad en el control del insecto debido a su comportamiento. Las larvas se encuentran refugiadas en las flores, las pupas en el suelo, y el adulto tiene una gran movilidad. En el control químico, las aplicaciones deben al-

canzar bien toda la planta, sobre todo en el envés de las hojas y flores. Procurar mantener un control de la plaga desde el inicio del cultivo y sobre todo antes de la floración. Alternar el uso de materias activas. Normalmente se realizan dos tratamientos químicos espaciados 7 días. Como materias activas destacan el spinosinas, fipronil, neonicotenoides, formetanato, metiocarb. El producto más eficaz es el spinosad seguido de fipronil. Con el metiocarb y neonicotenoides se han generado resistencias. En todos los productos tuvo un efecto de reducir los enemigos naturales de la plaga, por lo que se recomienda el uso de productos respetuosos con la fauna auxiliar. Control biológico: La acción de los depredadores de trips, Frankliniella occidentalis, está ejercida principalmente por ácaros fitoseidos depredadores del género Amblyseius (Amblyseius cucumeris y Amblyseius barkeri) y algunas especies de heterópteros antocóricos del género Orius. Chinches predadores como Orius tristicolor y otras especies de Orius, han sido muy efectivos predadores de thrips, incluyendo el thrips de la cebolla y el thrips de las flores. Estos predadores se moverán dentro de las áreas (incluyendo invernaderos) si no se usan plaguicidas, pero solamente antes que las poblaciones de thrips hayan llegado a niveles altos. No hay reportes disponibles acerca de la crianza y programas relacionados con estos insectos, pero algunos insectarios e investigadores están desarrollando la crianza y programas de introducción. Algunos hongos atacan thrips. Entomophthora thripidum ha atacado a thrips en varias áreas del mundo. Verticillium lecanii ha sido evaluado en formulaciones experimentales y comerciales. El hongo Beauveria bassiana aplicado en forma de aspersión fina directamente sobre los thrips tiene un buen potencial para reducir poblaciones de estos insectos en invernaderos donde la humedad relativa se mantenga encima del 35%. Control físico/cultural: Debido a sus hábitos de vuelo y su amplio rango de hospederos, es difícil remover la suficiente vegetación de los alrededores del área de producción para bajar las poblaciones de thrips, pero si lo realiza sin duda no será perjudicial y contribuirá a un programa general de manejo. No se debe permitir que se cultiven plantas con flores en áreas adyacentes al área de producción. Intentos de uso de pantallas o barreras para proteger plantas madre y/o plantas especialmente susceptibles han sido exitosas en restringir el movimiento de la plaga. Debido al tamaño de malla fina necesaria para evitar el movimiento de thrips, sin embargo, la circulación de aire puede ser restringida, causando problemas de calentamiento y de humedad. Recolectar inmediatamente los residuos de la cosecha o cosechar un área entera al mismo tiempo ayudará a reducir el número de thrips. Una de las situaciones más difíciles de producción es un gran invernadero que siempre contenga plantas de diferentes edades. El thrip simplemente se mueve de un área a otra.

ARAÑA ROJA : La arañita roja, Tetranychus urticae Koch se ha reportado en 180 especies de plantas cultivadas en invernadero o en condiciones de campo (Kim et al., 2004), causando marchitamiento y desecación del follaje y la muerte de las plantas Gould (1987). Descripción: Los huevos son esféricos, lisos y amarillentos. Al final del proceso de maduración se observan los ojos rojos de la futura larva. La hembra adulta suele ser de color rojizo anaranjado, con manchas oscuras en el interior. En ocasiones estas manchas no se aprecian, por la coloración roja del tegumento. La hembra tiene un aspecto más redondeado que el macho. El macho adulto es de color amarillento, con manchas oscuras en su dorso y ojos rojos; su cuerpo es aperado y las patas largas. Es más pequeño y más inquieto que la hembra. (http://www.elpalomar.es, s.f.) Biología y hábitos: El ciclo de vida de T. urticae comprende las fases de huevecillo, larva, protoninfa, deutoninfa y adulto (Jeppson et al., 1975). En sus tres estados inmaduros, se alimentan y entre cada una de estas fases, presentan periodos de quiescencia, llamados protocrisálida, deutocrisálida, y teliocrisálida. (AIL CATZIM, 2015) El macho de estas especies tenía un número de cromosomas haploide y la hembra diploide. Actualmente se conoce que esta especie tiene tres pares de cromosomas y presenta partenogénesis de tipo arrhenotokia (Helle y Piijnacker, 1985). Los tetraníquidos al alimentarse introducen sus estiletes en los tejidos de las plantas provocando un daño mecánico, el cual consiste en la remoción del contenido celular, T. urticae al alimentarse de las plantas, ocasiona la reducción del contenido de la clorofila y daño físico al mesófilo esponjoso y de empalizada, siendo que en los tejidos afectados los estomas tienden a permanecer cerrados, lo que disminuye la tasa de respiración (Sánchez et al., 1979). La mayoría de los ácaros se alimen- INFORMACIÓN TÉCNICA PARA EL FLORICULTOR

tan del envés de las hojas, cerca de la periferia ocasionan enroscamiento de los bordes (Vera et al., 1984). El daño causado por los ácaros a las plantas debido a sus hábitos alimenticios depende, generalmente de las condiciones del ambiente, el estado fisiológico de la planta y de la naturaleza de las sustancias inyectadas (Jeppson et al., 1975). Este daño se expresa en pocos días la hoja se va decolorando y queda verde tan solo la nervadura de la hoja para después perder enteramente su color, secarse y morir siendo irreversibles los daños (Sánchez, 1994). Daños: Los daños directos que provoca la araña roja se deben fundamentalmente a la acción sobre las hojas, producidas por los estiletes. El síntoma más característico, es la aparición de manchas amarillentas en el haz, producido por la desecación de los tejidos. En el envés de las hojas, puede observarse presencia de araña en todos sus estados. Debido a su alimentación, provoca una disminución de la superficie foliar, lo cual implica una disminución de la fotosíntesis o intercambios gaseosos. Los daños son más importantes en los primeros estados de desarrollo de la planta, provocando un retraso en su crecimiento, disminución de la producción y calidad de la misma. En casos extremos de grandes poblaciones de araña roja, pueden llegar a desecar la planta por completo. (García Hurtado & Procel Carrera , 2011) Control químico: Actualmente, para su control se utilizan una gran cantidad de acaricidas, lo que incrementa costos de producción, riesgo ambiental y daños a la salud. Los efectos negativos de los acaricidas son consecuencia de su mal manejo (Villegas-Elizalde et al., 2010). Por ejemplo, los acaricidas más utilizados para el control de esta especie en rosal fueron la abamectina (Takematsu et al., 1994; Sato et al., 2005), bifentrina (Van Leewen y Tirry, 2007), fenperoximato, piridaben y fenazaquin (Van Pottelberge et al., 2009) y el productor los utilizó como único método de control, sin considerar que posee alta propensión a resistencia (García, 2005). Actualmente existen nuevos ingredientes con mecanismos de acción diferentes, sin embargo, su uso excesivo podría ocasionar pérdida de sensibilidad y resistencia. Los mecanismos de resistencia metabólica están asociados a varias enzimas desintoxificadoras (Stumpf et al., 2001; Stumpf y Nauen, 2002). Cerna et al. (2005) indican que la mayor causa de resistencia fisiológica se debe a enzimas como las oxidasas que metabolizan a compuestos como el dicofol, abamectina y bifentrina. En T. urticae, existen más de 200 casos documentados de resistencia a nivel mundial (Rizzieri et al., 1988; Georghiou y Lagunes, 1991; Konanz y Nauen, 2004). Acaricidas como Abamectina y clorfenapir tienen una eficacia biológica alta en poblaciones de T. urticae susceptibles (Ay et al., 2005; Sato et al., 2005), pero su uso irracional no permite mantener esta plaga debajo de su umbral económico. Control biológico: La lucha biológica se realiza principalmente gracias a la acción depredadora que ejercen los ácaros fitoseidos: Amblyseius o Neoseiulus californicus y Phytoseiulus persimilis. También son depredadores los coleópteros Stehorus spp.; los neuropterosontocóridos del género Orius; y también míridos como Cyrtopeltis tenuis; tisanópteros de los géneros Scelothrips, Aelothrips. Control cultural: Como control cultural, unas condiciones de humedad alta en el follaje de la planta, regulando el manejo de riego, previene en gran medida la presencia de esta plaga. También como modo de prevención se utiliza cultivos y técnicas de fertilización que no empleen una excesiva carga nitrogenada, puesto que favorece su crecimiento.

ROYA BLANCA DEL CRISANTEMO: La

roya blanca del Crisantemo fue descrita por primera vez en Japón en 1885. Desde entonces se ha reportado su presencia en Europa entre los años 1960 a 1966. En Suramérica se reportó en 1980. (Rojas Vega, s.f.) Biología y ciclo de vida: El hongo Puccinia horiana es un parásito obligado, no presenta huésped alterno y se disemina especialmente en material vegetal vivo, pero sus estructuras de contaminación pueden ser transportadas por el viento, agua o adheridas a cualquier superficie. A este hongo se le conocen dos tipos de esporas: Esporas que sobreviven/permanecen (Teliosporas). Esporas que infectan (Basidiosporas). Síntomas: Los primeros síntomas visibles aparecen en el haz de las hojas en forma de manchas verde-pálido o amarillentas, con diámetro máximo de unos 5 mm. Con el tiempo, el centro de las manchas pasa a ser marrón y, finalmente, se necrosa. En el envés de las hojas, en correspondencia con las manchas del haz, se observan unas pústulas cerosas abultadas (telios), de color pardo rosado. Al producirse las basidiosporas, los telios toman una coloración blanquecina, que da el nombre a la enfermedad. Las hojas severamente atacadas se marchitan y se secan.

Cuando la infección es severa se presentan síntomas en diferentes órganos de las plantas como brácteas, tallos y lígulas en las inflorescencias (Dickens, 1970). Ocasionalmente las pústulas pueden formarse sobre el haz. Ciclo de vida y condiciones ambientales: La roya blanca es un patógeno obligado que no presenta hospedero alterno. Tiene dos tipos de estructuras reproductivas, teliosporas y basidiosporas. Las teliosporas, (unidades que conforman las pústulas) son biceldadas y germinan in situ produciendo basidiosporas unicelulares, que se dispersan con el viento. Una nueva infección inicia con el aterrizaje de las basidiosporas sobre una hoja de crisantemo. Para su germinación y penetración se requiere de agua libre sobre el follaje por un periodo mínimo de 5 horas, alta humedad relativa y una temperatura entre 17°C y 24°C, siendo el óptimo 17°C. La penetración de la basidiospora en estas condiciones toma 2 horas. El periodo de incubación dura entre 7 – 10 días, aunque puede alargarse hasta 8 semanas con temperaturas por encima de 30°C (Invasive Compendium Species, CABI 2015). Durante la incubación los órganos afectados son asintomáticos, los primeros síntomas se evidencian al final del periodo de incubación. (Valcárcel, s.f.) Dispersión de la enfermedad: El patógeno se dispersa a través de material vegetal de propagación, por el viento, ropa o salpicaduras de agua. Dickens (1980) reporta que la dispersión por el viento alcanza distancias de 700 m ya que las basidiosporas son sensibles a desecación cuando la humedad relativa está por debajo del 90%. Igualmente, el autor reporta que hojas con pústulas que se desprenden de una planta afectada tiene capacidad de permanecer viables por 8 semanas. (Valcárcel, s.f.) Estrategias de manejo: Para el manejo de la roya blanca del crisantemo existen los protocolos que incluyen diferentes medidas antes de llegar a tomar la decisión de erradicar. Monitoreo: Inspección semanal del cultivo para detectar los síntomas iniciales de la enfermedad. Al ser una plaga cuarentenaria esta actividad es clave para evitar su propagación. Manejo cultural: Para evitar el ingreso de la enfermedad al campo es imprescindible desde el principio contar con material vegetal sano. Todos los días el material de desecho del cultivo debe ser evacuado a la compostera y al final del ciclo hacer una quema del suelo y de la soca. Todo vehículo debe someterse a una fumigación de llantas y carrocería antes de ingresar a la plantación, con una solución de hipoclorito de sodio o amonio cuaternario de preparación diaria, igualmente los visitantes deberán desinfectar su calzado en esta solución o una fosa con cal, antes de circular a pie o ingresar a los bloques de producción. Periódicamente debe realizarse una desinfección de coches de transporte de flor, mallas de cosecha, etc. Para ello se empleará la solución mencionada anteriormente. El manejo de condiciones ambientales del invernadero a través de cortinas y riego es fundamental para evitar condiciones que favorezcan el desarrollo de la enfermedad. Si ya existe detección de la presencia de roya en el monitoreo, se deben extremar las medidas de control pues se debe erradicar completamente la enfermedad, las acciones inmediatas son: Declarar en cuarentena la zona donde se detectó la enfermedad e informar a la autoridad y suspender las ventas de flor de ese lote. Erradicar el material enfermo y todas las plantas a 1 metro del foco detectado. El material erradicado será depositado en fundas plásticas y destruido. El lote afectado debe rotarse o dejar de ser sembrado por lo menos en un mes. Manejo químico: El protocolo de control legal, recomienda el uso de fungicidas preventivos, curativos y erradicantes. Dentro de los ingredientes con modo de acción preventiva-curativa y erradicantes están los triazoles. (Metroflor, 2018) MINADOR (Liriomyza sp.): El minador de la hoja (Liriomyza sp.), es una especie de díptero que afecta la zona foliar, reduciendo drásticamente la capacidad fotosintética y disminuyendo el rendimiento del cultivo. Mide aproximadamente 1.5 mm largo por 2 mm de ancho. Se alimenta específicamente del parénquima, este tejido cumple varias funciones como fotosíntesis, almacenamiento de nutrientes, elaboración de sustancias orgánicas y de regeneración, ya que están estrechamente ligadas a las células meristemáticas. El minador va formando galerías, puntos o celdas en las hojas, llegando a reducir el rendimiento. Molist, Pombal y Megías (2014).

MINADOR (Liriomyza huidobrensis): Es

una plaga originaria del continente sudamericano, descrita por Blanchard en el año de 1926; se reportaron por primera vez en el Reino Unido en INFORMACIÓN TÉCNICA PARA EL FLORICULTOR

guisantes que provenían desde Estados Unidos; posteriormente se encontró esta plaga en crisantemos en Perú (1981) y en Colombia en 1986. Echeverría, Gimeno y Jiménez (1994). Según Trouvé, Phalip y Martínez (1993), éste género se encuentra distribuido en todo el mundo. Es de gran importancia económica, debido los dos tipos de daño foliar como piquetes de alimentación y ovoposición de la hembra; lo que provoca pérdidas económicas en cultivos comerciales. Echeverría, et al. (1994), refieren a algunos aspectos de Liriomyza huidobrensis, tales como: a) Puntos de alimentación: Los puntos de alimentación, normalmente se realizan en la zona foliar del haz; específicamente en la epidermis de las hojas, la hembra utiliza el oviscapto para atravesar la epidermis de la hoja, inmediatamente con la ayuda de la proboscis procede a succionar el nutriente disuelto en la savia; posteriormente el macho se beneficia de los orificios para alimentarse, ya que carece de oviscapto. (Lizárraga, 1990) & (Echeverría et al., 1994). b) Puntos de ovoposición: Los orificios, también son usados para la puesta de huevos por parte de la hembra; se inserta un huevo por orificio. El tiempo necesario para la eclosión es de aproximadamente 72 horas; posteriormente se convierte en larva, la cual inmediatamente se alimenta del parénquima y epidermis de la hoja; ocasionando minas y galerías; estresando y reduciendo la capacidad fotosintética y deteriorando la calidad de las plantas. Con la ayuda del ovopositor, se realiza orificios en la zona foliar y se deposita un huevo por postura, se realiza un movimiento de adelante hacia atrás y viceversa, facilitando la ovoposición e inoculación en la zona del envés, de ésta forma se protege a los huevos de los rayos solares. (Lizárraga, 1990). La hembra a los dos días de emerger como adulto, continúa la ovoposición en la que se depositan entre 100 a 600 huevos por ciclo (Grupo Flores Ecuador, 2012). De ahí la importancia de interrumpir la cadena y ciclo de esta plaga por medio de métodos físicos, biológicos, etológicos y químicos. c) Ciclo: Echeverría et al., 1994, se refieren a las tres fases del ciclo tales como: huevo (3 días); larva (8-9 días); pupa (8 días aproximadamente). La esperanza de vida es de 22 días para las hembras y 18 días en los machos. Lizárraga, (1990) obtuvo ciclos de desarrollo de Liriomyza huidobrensis de 40 días en invierno, 25 días en primavera y 19 días en verano, con lo que se deduce que la temperatura en fundamental para el desarrollo de esta plaga. Las minas o galerías: Son espacios semitransparentes distribuidos a lo largo y ancho de las hojas; esto depende del cultivo y especie de Liriomyza sp. Cuando el ataque es severo, las galerías pueden ocupar casi la totalidad de la hoja, ya que resultan del ataque por alimentación y ovoposición del minador. Control del minador: Debido a las exigencias del mercado internacional, se busca un producto inocuo sin el uso excesivo de plaguicidas. En los últimos años, se ha incursionado en el uso de agentes de control biológico, para reducir el daño de esta plaga (Torres, 2011). Para el correcto control del minador y otras plagas, se recomienda realizar un Manejo Integrado de Plagas y Enfermedades (MIPE) que incluyen varios métodos con los que se puede prevenir la presencia e incidencia del insecto. El MIPE incluye métodos manuales, tales como: implementación de trampas de color y trampas de recolección; métodos de control biológicos, que son aconsejables para sustentabilidad y sostenibilidad del medio ambiente, con el uso de enemigos naturales. (Imbaquingo Chávez, 2018) Se ha desarrollado un MIPE por parte de los agricultores para el control de plagas, con el fin de reducir las aplicaciones de pesticidas, obteniendo resultados favorables. Se ha invertido en investigaciones para éste tipo de control, ya que; además de cumplir con las exigencias de los demandantes, resulta óptimo en la reducción significativa de los costos de producción (Perrings et al., 2005). Flor Ecuador y las entidades certificadoras de calidad, buscan promover prácticas de manejo integrado, métodos preventivos, manuales y biológicos efectivos que reduzcan la incidencia de plagas y enfermedades en los cultivos para disminuir la excesiva aplicación de productos químicos (Expoflores Ecuador, 2012). Otro método de control, es el químico; éste tipo de control no es recomendado, salvo el caso de que el ataque sea muy severo y existan pérdidas de producción. Los pesticidas, ejercen un impacto nocivo en el medio ambiente y en la salud humana. Por otro lado las exigencias de los mercados internacionales por tener productos de baja residualidad de químicos, han obligado a la disminución de las aplicaciones de productos tóxicos y a la necesidad de buscar alternativas sostenibles (Rodríguez, Súarez, & Palacio, 2014).

PULGONES (Myzus persicae)

Caracteres diagnósticos: En adulto el tamaño es de 2 mm, color variable, desde casi incoloro a

rosado, aunque normalmente verde amarillento y con los ojos rojos. Los sifones, patas y cauda (puntiaguda) son del mismo color que el cuerpo. Los sifones son oscuros en su ápice y ensanchados a modo de cuello de botella. La longitud de las antenas es similar a la del cuerpo. Ciclo fenológico: Las hembras se reproducen asexualmente por partenogénesis. Con la llegada del frío se reproducen de forma sexual para dar lugar a huevos que depositan sobre su hospedador, normalmente en la base de las yemas. En esta forma, que es la más resistente, pasarán el invierno y luego eclosionarán para dar lugar a las nuevas hembras fundadoras. Si el clima no es muy frío, hay adultos y ninfas durante todo el año, las cuales se alimentan de una cantidad muy amplia de especies vegetales tanto cultivos como hiervas espontáneas, presentando entonces un comportamiento anholocíclico o continuo. (Agrológica, 2011) Es una plaga muy frecuente en el cultivo del clavel. Los pulgones pican las hojas y flores para succionar los azúcares que se transportan por el floema. En el invernadero, se reproducen por partenogénesis sin necesidad de machos. Todos los individuos son hembras y cada hembra origina varias más. Esta facultad de reproducirse una hembra sin necesidad del macho es la que origina la violencia de la plaga, ya que un individuo puede madurar y reproducirse a la semana de su nacimiento.

MÉTODOS DE CONTROL Métodos preventivos y técnicas culturales:

Realizar tratamientos precoces, antes que la población alcance niveles altos. La colocación de mallas en las bandas de los invernaderos. Eliminación de malas hierbas y restos de cultivos del interior y proximidades del invernadero. Colocar trampas cromotrópicas amarillas. Las trampas engomadas amarillas y las bandejas amarillas con agua son atrayentes de las formas aladas, lo que ayuda en la detección de las primeras infestaciones de la plaga. Control biológico: En M. persicae, y en invernadero, se ha conseguido control biológico con los parasitoides: Aphidius matricariae, Ephedrus cerasícola; como depredadores: Aphidoletes aphidimyza; y como hongos: Verticilium lecanii. Control: Se puede aplicar Fenpropatrin 10%, presentado como concentrado emulsionable a una dosis de 1.25-1.50 l/ha. Como materias activas pueden utilizarse: acefato, etiofencarb, fosfamidón, imidacloprid, metamidofos, pirimicarb, metomilo e insecticidas pertenecientes al grupo de los piretroides. (Infoagro, s.f.)

PULGÓN VERDE (Macrosiphum rosae):

Son insectos que miden entre 0.5 –0.7 cm. (La Torre, 1992) de color verdoso que atacan a los vástagos jóvenes o a las yemas florales; posteriormente muestran manchas descoloridas hundidas en los pétalos posteriores. Los daños a la planta pueden variar, así en primer lugar ocurre una lesión directa que causa con sus piezas bucales para extraer elementos nutritivos de las raíces, tallos y hojas. Los hospederos muy afectados con frecuencia se deforman y atrofian, en segundo lugar muchas especies son transportadoras de virus y en tercer lugar muchas especies secretan una sustancia dulce en la que se pueden desarrollar hongos, (López, 1981). Un ambiente seco y no excesivamente caluroso favorece el desarrollo de esta plaga, (Fernández, 2000). Control: Factores ambientales como altas temperaturas o precipitaciones abundantes son causales de mortalidad. Depredadores como catarinas y alas de encaje son buenos depredadores pero el parasitoide Aphidius rosae posee efectivo control sobre este pulgón. Control químico: Se hace a base de primicarb, diazinon, cipermetrina y otros piretroides. Estos insectos logran adquirir rápidamente resistencia a los insecticidas, por lo tanto, deben evaluarse productos de diferente grupo toxicológico para determinar la susceptibilidad y resistencia. (Monroy, 2010).

BIBLIOGRAFÍA:

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ACTIVADORES NANOCATALÍTICOS MICROBIANOS DE RESISTENCIA VEGETAL (ANcM-RV©)

Carlos Falconi B. PhD. www.bdki.eu;drfalconi-labs@biosoftware.de;psl@biosoftware.de; 0999796977-0988087239-3460158.

La producción de flores de exportación sea bajo invernadero o a cielo abierto, están sujetas a estrés de tipo abiótico como biótico. Las consecuencias de las primeras, cuyo efecto ha sido más que nada temporal y sujeto a variaciones climatológicas, son en definitiva suficientemente conocidos, donde su manejo no es del todo complejo y de cierta forma menos costoso. Los eventos bióticos, las que se suma, la participación de fitopatógenos foráneos, introducidos de material vegetal de latitudes ajenas a Ecuador. No obstante de la mayor peligrosidad, es el desarrollo de resistencia de moléculas agroquímicas, tanto de cepas de fitopatógenos, como de insectos o ácaros plagas, a la rapidez necesaria como para causar serias pérdidas en el cultivo. Otro importante evento, prácticamente desconocido es el desarrollo de virulencias en fitopatógenos, lo que manifiesta en su agresividad en condiciones de campo, siendo capaces de eliminar en poco tiempo al cultivo, como es el caso de cepas virulencias de Botrytis cinerea o Peronospora sparsa. Donde las estrategias convencionales de tan solo la aplicación de moléculas agroquímicas biocidas se quedan cada vez más cortas, no son suficientes y provocan la pérdida de calidad de la productividad a causa de la acumulación agroquímica, los costos son más altos y la exposición de trabajadores es riesgosa. De la misma forma, se han identificado mecanismos de interacción fitopatogénica de tipo intrínseco, donde las toxinas de B. cinerea activan procesos de infección en los demás fitopatógenos, como es el caso de Oidium rosae o P. sparsa. Para B. cinerea por ejemplo se han identificado algunos tipos de toxinas, las cuales actúan en función con el estado fisiopático nutricional del cultivo, además de interactuar entre ellas activando virulencias del pull toxínico B. cinerea. En la práctica es común observar que existen tipos de pudriciones de tamaños que superan los 3 cm, donde no se evidencia esporulación alguna. Estas por lo general son sumamente rápidas y no son controladas por ninguna molécula fungicida.

TOXINAS DE INFECCIÓN LOCALIZADAS EN B.C. DE ROSA TOXINA FUNCIÓN

Lipasa Cinerea Elimina la cera Surfactante

Cutinasa

Diluye cutina Pectinasa (PME, EPG, ExPG) Elimina pared celular Botcinolide Muerte celular a distancia Botridial*** Se activa con la luz Ácido oxalico Cofactor de la patogenesis Proteasas aspárticas Factor de virulencia Lacasas Signalizador

Como puede observarse en el gráfico No. 1 las funciones epidémico metabólicas, se traducen como señales de infección, dando lugar a eventos de traslape, transición, migración y sinergismo doble, donde se traslapan térmicamente su actividad fitopatogénica.

S2(Bc-Ps)= 15 - 28°c

S2(Bc-Ps)= 15 - 28°c

Oidium rosae B. sinerea

S3(Ps)=28 - 30°c

Peronospora sparsa

5 15 25 30 4035 temperatura

Gráfico 1. Funciones epidémico metabólicas dinámicas (EMD) de transplante, transición, migración, sinergismo doble y triple del complejo Botrytis cinerea - Peronospora sparsa - Oidium rosae en el cultivo de rosa en relación con la temperatura. En consecuencia cada vez es urgente la necesidad de revisar tecnologías que confronten problemáticas cada vez más complejas, en las que se encuentran involucrados. A lo anterior se suma el aparecimiento de enfermedades denominadas como iatrogénicas, las cuales surgen como consecuencia de la intensa aplicación de moléculas agroquímicas de las cuales no han sido consideradas como blanco biológico, de cuyo efecto se derivan mecanismos de resistencia, además de la capacidad de poder ser infecciosos en tejidos débiles afectados mayormente por el efecto toxínico de fitopatógenos princípiales.

NUEVAS PERSPECTIVAS DE MANEJO DE COMPLEJOS FITOPATOGÉNICOS.

Activación de Resistencia Microbiana Biocatalitica (ARMNc©) En algunas variedades de rosa y flores de verano a nivel nacional, se han definido e identificado algunos tipos de resistencia, por medio de la expresión de fitoalexinas, fitoanticipinas, muchos de ellas inducidos por medio de mecanismos

COMPUESTO DE DEFENSA DE LA PLANTA (PDC) RELACIONADOS CON B.C.

COMPO-

NENTES Naturaleza química Mecanismo Observaciones

Fitoalexinas (Inducidas) Resveratrol Respira ción - Inducible K*

Pterostilbenos Protoantocianidina Fungitoxicidad Quiescencia Fitoanticipinas (preformadas)

Tulipaninas Avirulencia Inducible Ca, Zn Sibulinas Fungitóxici dad moleculares, algunos de ellos expresados por la presencia de fitoalexinas o acumulación de calosa. Una de las soluciones más eficientes es la inducción de resistencia por medio de activadores nanocatalíticos microbianos de resistencia vegetal (ANcM-RV©), cuyo espectro de acción se describe a continuación:

La estrategia de control más precisa.....

Comportamiento Inesperado de virulencia Asociaciones fitopatogénicas

Armoniza Procesos Fisiológicos de desgaste

Neutraliza Toxinas fitopatogénicas Inmunidad Reducción Toxicológica

Estrés de tipo Abiótico

Existen algunos mecanismos efectivos y duraderos para inducir resistencia, se reportan además tipos de fosfitos los cuales activan procesos de estrés temporales, no duraderos, desgastantes en definitiva para la planta. Los mejores inductores definitivamente se reportan: a. Proteínas, enzimas, metabolitos, de una amplia gama de microorganismos. b. Aplicación de fitopatógenos atenuados o no vitales. En la práctica la tecnología enunciada en el punto a., es la más efectiva y más ampliamente usada. Donde el programa real de inducción de resistencia se basa en: 1. Resistencia mecánica por descenso hidrolítico y ralentización de la formación de lignina, suberina, calosa y glicoproteínas de las paredes celulares directa o indirectamente afectadas. 2. Regulación la capacidad osmótica, que uniformiza sistemas afectados por enzimas de fitopatógenos que lesionan el tejido y colapsan sistemas de transporte iónico. 3. Inducción de la formación de fitoalexinas con moléculas “signals” de tipo microbiano y de sustancias fungistáticas de bajo peso molecular, especialmente de glicohidrolasas, las que disuelven específicamente la pared celular del hongo fitopatógeno. 4. Estimulacion de la respuesta hipersensible del vegetal, la extinción vertiginosa de unas pocas INFORMACIÓN TÉCNICA PARA EL FLORICULTOR

células cercanas al sitio de infección, limitando la infección del hongo fitopatógeno. 5. Estimulación de la composición de inhibidores esterasas, involucradas en la pérdida de la pared celular. Algunas de las ventajas de inmunizar el cultivo por medio de activadores nanocatalíticos microbianos de resistencia vegetal (ANcM-RV©), se resumen en: 1. Robustecimiento de células, especialmente de tejidos, membranas celulares, plasmalema, lámina media. Bajo tales características, la aplicación agroquímica se alarga, puesto que se cuenta con el factor de dureza de tejidos y sistemas. 2. Reduce la cantidad de inóculo, poblaciones de ácaros, disminución de la tasa de reproducción de la plaga (TRP), susceptibilidad de tejido frente eventos de tipo abióticos, como heladas, estrés de tipo termo-hídrico etc. 3. Reducción de costos de aplicación por disminución de aplicaciones. 4. La resistencia aumenta la efectividad de manejo de plagas o enfermedades, que directa o indirectamente infieren sobre la efectividad de pesticidas convencionales. 5. Reducción de poblaciones plaga, disfunción de

TRP, especialmente cuando esta depende de

principios alimenticios o por la inducción de disuasorios alimenticios. 6. Disminución de inóculo de hongos fitopatógenos, por regulación de la fisiopatía patogénica, reducción de factores o cambio de perfiles nutricionales, además pueden estar involucrados. 7. La implementación de la inmunidad regula vacíos de desajuste fisiológico de plantas afectadas por plagas o enfermedades. 8. Ayuda al manejo de problemas abióticos (parámetros climáticos adversos, estrés de tipo hídrico, etc.) y bióticos. 9. La implementación de la inmunidad ANcM-RV© , no agota el contingente nutricional o energético de la planta, ligado a procesos de resistencia, para concentrarlos en su sistema defensivo. 10. Se aplica en una amplia gama de cultivos. 11. Mejora procesos de fotosíntesis, asimilación y acumulación de hidratos de carbono, por optimización de la lámina foliar y su capacidad de recepción fotónica. 12. Con el uso de la implementación de la inmunidad ANcM-RV© no existen efectos de impacto ambiental o de toxicidad y es altamente biodegradado, en los diferentes microcosmos vegetales sean filosféricos, rizosféricos, tallosféricos, carposféricos.

Revitalizar el suelo: Un aspecto clave para la producción

Ing. Carola Vinueza. Ing. Camilo Villalobos

En el contexto actual el mundo se ha visto obligado a mirar con un nuevo enfoque a la agricultura como la única actividad de la cual depende la subsistencia de la humanidad; pueden detenerse las actividades industriales, mineras, turísticas y disminuir una gran parte del comercio, pero sin la producción de alimentos no sobrevivirá la humanidad.

Parte fundamental para el desarrollo de la agricultura y ganadería que garantizan el alimento de la población es sin duda el suelo, que no es únicamente un sustrato inerte en donde crecen y se desarrollan los cultivos, es por el contrario, un organismo vivo, un ecosistema completo que requiere la atención suficiente.

El suelo o cualquier sustrato destinado a la producción debe tener la adecuada composición mineral y biológica para asegurar un crecimiento óptimo y el desempeño productivo ideal de los cultivos.

Los procesos internos del suelo y el óptimo crecimiento radicular de la planta se ven favorecidos por un adecuado balance de minerales dentro de los cuales el calcio y silicio tienen especial importancia. Es necesario un óptimo aporte de materia orgánica, microorganismos, sustancias prebióticas y probióticas que establecerán una sinergia que maximice el rendimiento del cultivo. Por ello es esencial la incorporación de biofertilizantes que aportan indiscutiblemente en este aspecto, y cuyos efectos deben ser cuantificados y verificados. El suelo: Un complejo sistema

Por lo general en un proceso de producción, sea este tradicional o intensivo-industrial, las carencias minerales del suelo se complementan con fertilización química, misma que, a lo largo del tiempo puede desequilibrar tanto la estructura física y los factores químicos y biológicos, alterando las interacciones que deben existir normalmente entre ellos. También se suelen hacer aportes de materia orgánica en diferentes formas, pero un enfoque aislado, sea en enmiendas químicas u orgánicas puede generar fenómenos de compactación y salinización, dando como resultado el bajo o pobre desarrollo de las raíces que lleva a una falta de maximización de la productividad del cultivo, más aún si se consideran otros aspectos del entorno, sean bióticos y/o abióticos

En los cultivos de exportación y en los cultivos intensivos por lo general, se tiene una superficie determinada en donde los procesos de intercambio de minerales entre suelo y planta deben ser bastante específicos. Muchas veces estos procesos no son del todo eficientes, lo cual se evidencia en la productividad y sanidad del cultivo. La capacidad de absorción de las raíces es limitada y, de igual forma, los minerales son difíciles de extraer del suelo por parte de la planta por sí sola, por lo que es clave la acción de microorganismos en este proceso, bien sea por bacterias, hongos, actinomicetos o algunos tipos de algas que conviven en un entorno complejo con otros microorganismos benéficos, pero también patógenos. En el ecosistema del suelo hay ejemplos muy claros de cooperación, simbiosis y dependencias mutuales: las bacterias benéficas no pueden sobrevivir sin las raíces ya que los exudados que produce la raíz las nutren con azúcares en forma de glucosa y agua; así mismo, las raíces tienen un alcance limitado en el suelo y dependen de su ayuda. Los minerales difíciles de extraer por la raíz, como por ejemplo los fosfatos, son solubilizados y entregados por bacterias como las Pseudomonas.

Otro ejemplo claro es cómo el sistema de raíces se complementa con las micorrizas, generando una conexión viva que permite el acceso a los microporos del suelo de manera extendida, logrando una mayor superficie de absorción de agua y nutrientes, potencializando su efecto hasta siete veces. En la actualidad, los hongos micorrícicos no son tan comunes en el campo por la alteración de este bioecosistema y es importante la adición de los mismos en cantidades y frecuencias que deben ser definidas de acuerdo con los planes de manejo que se determinen en la estrategia de nutrición.

En este ecosistema es también clave la presencia de materia orgánica transformada en humus, cuya función es la conservación de nutrientes, retención de humedad, mejoramiento de la capacidad de intercambio catiónico, la retención del CO2 del suelo y el almacenamiento de energía necesaria para el correcto funcionamiento, mantenimiento y crecimiento de la microfauna y, en suma, la recuperación del suelo.

Es así que esta interrelación de factores bióticos, minerales, orgánicos y nutricionales forma una compleja maquinaria que va a alimentar dar fuerza y sanidad a las raíces de la planta, empezando a crear en el suelo un efecto complementario que es el de “suelo supresivo de patógenos”, contrario al “suelo conductivo” o empobrecido que ha sido resultado de la sobre explotación originada por la revolución verde y la necesidad de generar alimentos para la creciente población mundial.

Devolviendo vida a la vida: Biofertilizantes

Los biofertilizantes son compuestos microbianos que mejoran la fertilidad del suelo mediante el uso de microorganismos en relaciones simbióticas con las plantas. Los biofertilizantes pueden definirse además como inoculantes microbianos que contienen cultivos de ciertos microorganismos del suelo que se multiplican en condiciones controladas y que pueden mejorar la fertilidad del suelo y la productividad de los cultivos (Roychowdhury, Pauland Banerjee, 2014). INFORMACIÓN TÉCNICA PARA EL FLORICULTOR

Los biofertilizantes se puede clasificar ampliamente en ocho tipos: (i) Rhizobium, (ii) Azospirillum, (iii) Azotobacter, (iv) Alga verde azul (Cyanobacteria) y Azolla, (v) Micorriza (Absorbentes de fosfato), (vi) Promotores de crecimiento de las plantas – Rizobacterias, (vii) Solubilizadores de fosfato y (viii) Solubilizadores de zinc.

¿Qué hacen y cómo actúan los biofertilizantes?

Los biofertilizantes, al ser aplicados al suelo, plántulas o semillas, colonizan la rizósfera o el interior de la planta y promueven el crecimiento al aumentar el suministro o la disponibilidad de nutrientes primarios para la planta huésped (Weyens, 2009). Dependiendo del tipo de microorganismo contenido, realizan las siguientes acciones:

• Fijan el Nitrógeno atmosférico en el suelo y lo ponen a disposición de las plantas. Los fijadores de N reducen el agotamiento de los nutrientes del suelo y proporcionan sostenibilidad al sistema agrícola.

• Solubilizan las formas insolubles de fosfato como los fosfatos tricálcicos, de hierro y de aluminio en formas disponibles. Otros solubilizan el zinc u otros minerales importantes para el correcto funcionamiento fisiológico de las plantas. • Producen hormonas y metabolitos que promueven el crecimiento de las raíces. También liberan sustancias y vitaminas que promueven el crecimiento y ayudan a mantener la fertilidad del suelo.

• Descomponen la materia orgánica y ayudan en la mineralización del suelo.

• Suprimen la incidencia de patógenos y controlan enfermedades.

• Mejoran las propiedades físicas del suelo, la microporosidad y la salud del suelo en general.

Una revolucionaria innovación Biotecnológica

Actualmente el reto de las empresas de biotecnología es el desarrollo e investigación de productos, combinando cepas específicamente diseñadas para lograr los objetivos buscados, que se adecuen tanto a un manejo orgánico como a uno convencional y que se hayan estabilizado en diversas condiciones geoclimáticas y cultivos. Generando siempre resultados óptimos cuantificables y verificables.

Existe una oferta creciente de productos de este tipo, en la búsqueda continua de mejorar en la productividad del agricultor. En la actualidad en Ecuador, se ha encontrado un fertilizante que reúne las características necesarias para realizar pruebas que permitan confirmar localmente los resultados indicados en su literatura.

Este biofertilizante con el se ha realizado ensayos de verificación contiene tres cepas bacterianas no genéticamente modificadas, específicamente Bacillus subtilis, Bacillus amyloliquefaciens y Pseudomonas monteilii. Tiene un subproducto forestal como portador de los microorganismos que los mantiene establemente formulados y potencializa su efecto.

Estas cepas específicas de microorganismos fueron elegidas por sus características individuales para mejorar la fertilidad del suelo de varias maneras. El efecto del producto fue la resultante de la sinergia y potencialización de la mezcla de ingredientes, en lugar de una cepa específica o microorganismo de un solo efecto.

Aplicado al suelo, bien sea al establecimiento, en momentos de crecimiento y producción de la planta, o habitualmente como mantenimiento, los microorganismos benéficos (cepas de Bacillus y Pseudomonas) cobran vida, multiplicando y colonizando la rizósfera, la región estrecha del suelo alrededor de las raíces de la planta.

La población microbiana trabaja en conjunto con otros ingredientes de la fórmula patentada, mejorando la absorción de nutrientes de la planta al convertir el nitrógeno gaseoso en nutriente y los minerales del suelo (fijados o no) como fósforo, zinc, silicatos, hierro, también mineralizando la materia orgánica, convirtiéndola en nutrientes fácilmente absorbibles y promoviendo así la salud y el crecimiento de la planta.

Los múltiples modos de acción producen un crecimiento más vigoroso y mayores rendimientos, lo que resulta en prácticas agrícolas más sostenibles y una mayor rentabilidad para los productores.

La fuerza de la naturaleza expresando resultados

Luego de entender el concepto sobre la necesidad de devolverle vida a la vida del suelo, compartimos algunos de los resultados obtenidos en aplicaciones y mediciones obtenidas hasta el momento de la edición de este artículo. Las variedades utilizadas fueron: Hot Lady (1 año), Orange Crush (8 años), Freedom (5 años), Freedom (10 años), Explorer (7 meses), Explorer (2 años) y Brighton (7 meses).

Se utilizaron 10 camas para la instalación del ensayo (5 camas por tratamiento). Para la toma de datos de emisión de basales y medias piernas se seleccionaron tres camas del testigo y tres camas al azar con el biofertilizante.

Rosas (Ecuador)

Se realizaron estudios en seis fincas de rosas, tres en la provincia de Pichincha en los cantones Cayambe y Pedro Moncayo y tres en la provincia de Cotopaxi en los cantones Salcedo y Latacunga.

Se utilizaron distintas variedades de rosa, de diferentes edades, estados de producción y la densidad de siembra de cada finca fue distinta. En todos los casos se utilizó como testigo el manejo habitual de la finca. Se realizaron aplicaciones en drench, utilizando Venturi o la bomba de fumigación de la finca. Con dosis de 1.5 gramos por metro lineal de cama. Esto es entre 48 y 50 gramos por cama.

La información para la evaluación final fue recolectada entre 65 y 75 días después de la aplicación. Los datos se usaron para calcular la emisión total de nuevas estructuras por cama. Se contabilizó por separado el número total de basales y de medias piernas en cada cama. Se obtuvo un promedio de las tres repeticiones y se comparó aritmética y porcentualmente con el testigo.

Tabla 1. Resultados de tratamientos Zona Sur- Cotopaxi (Promedio nuevas estructuras por cama)

Cultivo 1 ORC Cultivo 2 - Free Cultivo 3 - Hot

Promedio por cama Basales Media Pierna

Testigo 1 Bio fertilizante Testigo 2 Bio fertilizante Testigo 3 Bio fertilizante

1,7 8,7 3,3 17,0 13 6 21 4 81,7 0,3 113 2 TOTAL estructural 10,3 20,3 19 25 82 115 Diferencia 10 6 33 Incremento en % 97 % 32 % 40 %

Tabla 2. Resultados de tratamientos Zona Norte - Pichincha (Promedio nuevas estructuras por cama)

Promedio por cama Basales Media Pierna Cultivo 1 - CAR

Testigo 1 Bio fertilizante Testigo 2 Bio fertilizante Testigo 3 Bio fertilizante Testigo 4 Bio fertilizante Testigo 5 Bio f ertilizante

0,5 0,8 1,3 0,8

Cultivo 2 - Free Cultivo 3 - EXP Cultivo 4 - EXP2 Cultivo 5 - BRIGH

14,3 5,3 15 5,7 26,7 8,3 44,7 11,0 3,7 0,0 4,7 4,7 35,7 0,7

36,3 3,0 TOTAL estructural 1,3 2,0 19,7 20,7 35 55,7 3,7 9,3 36,3 39,3 Diferencia 0,8 1 20,7 5,7 3,0 Incremento en % 60 % 5 % 59 % 155 % 8 % INFORMACIÓN TÉCNICA PARA EL FLORICULTOR

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