El paraíso de David Olguín

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COLECCIÓN CONSANGUÍNEOS Primera Edición: Diciembre de 2017 ©El paraíso de David Olguín, 2014 Diseño de colección: Javier Márquez Diseño de portada y contratapa: Laura Muñoz Corrección de estilo de la obra El paraíso: Gabriela Sánchez Álvarez Reservados todos los derechos. /Registro en trámite. Queda prohibido estrictamente cualquier uso indebido del contenido: obras, fotografías y diseño, así como el nombre de las mismas en conjunto o por separado; al igual que su reproducción total o parcial sin el permiso escrito por el o — en su caso— los autores. CONTACTO: editorialantropofagos@gmail.com PÁGINA WEB: http://antropofagos.wixsite.com/editorial BLOG: http://editorial-antropofagos.blogspot.mx


COLECCIÓN CONSANGUÍNEOS Esta colección de Editorial Antropófagos se abre a más comensales e incluye líneas poéticas de la dramaturgia contemporánea con las que conversamos al margen del banquete y nos dejamos contagiar mutuamente. Poéticas que también nos han acompañado durante este tiempo de existencia y junto a las cuales hemos ido reflexionando y poniendo en crisis el quehacer de la dramaturgia. De nueva cuenta, aprovechamos la plataforma digital para darle a cada texto el espacio necesario para su pensamiento debido y en constante expansión. Bienvenidos, la mesa está servida. Antropófagos


TÍTULOS DE LA COLECCIÓN CONSANGUÍNEOS

1. Esto no es Dinamarca de Edgar Chías 2. Sutil de Edgar Chías 3. El paraíso de David Olguín


DAVID OLGUÍN

Dramaturgo, director, editor, narrador y traductor nacido en la Ciudad de México en 1963. Maestro en Estudios Teatrales por la Universidad de Londres. Es docente en diversas instituciones como la Escuela Nacional de Arte Teatral así como Coordinador de la maestría en Dirección de dicha institución. Es Tutor de Dramaturgia de la Fundación para las Letras Mexicanas desde 2005. Su trabajo ha sido traducido a varios idiomas y se ha representado en diversos países. Ha recibido múltiples reconocimientos como el Premio Nacional Obra de Teatro en 2003 por Belice; el X Premio Internacional de Teatro de Autor Domingo Pérez Minik de España en 2007 por Siberia; el Premio Nacional de Comunicación Pagés Llegro en 2010 por Los insensatos; además del Premio Juan Ruíz de Alarcón en 2010 por su trayectoria. Es editor de Ediciones El Milagro desde 1992. Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte y del Consejo Directivo y Artístico de Teatro El Milagro. En 2014 ingresó como miembro de número de la Academia Mexicana de las Artes.


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CONTENIDO

EN EL DECAMERÓN DE BOCACCIO David Olguín 4

EL PARAÍSO David Olguín 6

UN JARDÍN INQUIETANTE Y CARNÍVORO Rafael Pérez de la Cruz 112

DOSSIER FOTOGRÁFICO 128

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En el Decamerón de Bocaccio, un puñado de jóvenes se refugia en un jardín ameno ante una catástrofe mayor: la peste bubónica, “la muerte negra” que en 1348, año de la gran peste, arrasó en aquel entonces con una quinta parte de la humanidad. No hubo lugar en Europa donde no cundiera la violencia y la rebelión. La inseguridad fue el signo de ese tiempo. Antes de viajar, por ejemplo, la gente escribía su testamento a sabiendas de que tal vez ya no regresaría a casa. El mundo se plagó de demonios, brujas, quema de herejes, danzas macabras y otras delicias -única explicación ante el miedo, la histeria y la alucinación colectiva. “Los que comían delicadamente, asolados fueron en las calles; los que se criaron en carmesí, abrazaron los estercoleros…”, dice Jeremías. Pero el buen Bocaccio, en la elegante y culta Florencia de los Medici -donde en un solo año ve morir a la mitad de la población de su ciudad-, cerca con palabras a sus jóvenes, “más bellos que los retratos de los ángeles”, “como rosa de abril o de mayo al clarear el día”, y en un paraíso recobrado los refugia para contar 100 historias con las que, literalmente, “matan el tiempo”. Dice Bocaccio: “No creo haber visto antes ninguna cosa tan bella ni tan agradable como lo son estos jóvenes”. Los cuerpos, el jardín, la infancia recobrada, el humor y la inteligencia son los diques, las murallas de aire, el motivo más profundo de la resistencia y aquello que nos da esperanza en el futuro de la única mirada posible, la mirada humana. Hoy, en este país, en el paisaje calcinado de nuestros tiempos, con fosas por doquier y desaparecidos que requieren una y otra vez del ejercicio de la memoria ante nuestra enorme indiferencia, la peste tocó a nuestra puerta. Hace un año iniciamos esta aventura con un tema de por medio, Bocaccio y el jardín ameno como detonadores;

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nuestra peste como contrapunto. Nada más. Todo surgió en el proceso: las situaciones, el texto, el espacio, un extraño hotel de encantamiento, los laberintos de la mente y el sueño. Ahora te abrimos la puerta del Decamerón Cocos Resort. Esta pequeña cofradía levantó murallas de aire, tan efímeras como el teatro mismo, nuestra pasión. Muchas horas nos encerramos a hacer y reflexionar las acciones humanas. Reímos, fabulamos tragedias, confrontamos los límites de nuestras capacidades y aspiraciones, construimos, encontramos refugio en esta bodega sin nada más que el calor humano que llegó para transformarla. Éste es el relato, éste es nuestro testimonio, éstas son nuestras murallas ingrávidas, aquí los cuerpos y las palabras persisten y le dan sentido, con otro pequeño gesto, a la resistencia. Acércate. David Olguín1

1 Texto publicado en el programa de mano.

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El paraíso de DAVID OLGUÍN

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PERSONAJES: GIOVANNI ZAMIRA EL BOTONES EL REGENTE PATRICIA y 7 Jóvenes que encarnan a: LA BARBIE, EL NORTEÑO, LA XXX, LA JOVEN DEL CORAZÓN ROTO, BAHISHAJYGURU, JULIO,

DANIELA, EL BRUJO, EL AMANTE, EL BARRABÁS, SAMANTABHADRA, FILÓSTRATO, NASTAGIODEGLIONESTI, GUIDO DEGLIANASTAGI, LA JOVEN DE CORAZÓN NEGRO, MONKEYFACE, PAPÁ OSO, MAMÁ OSO, HIJITO OSO, PAPAESPANTAPÁJAROS, MAMÁHOJALATA, LEÓNHIJO, LA JOVEN DE CORAZÓN ROJO, ADÁN, EVA, LA SERPIENTE, LAS BABYLOVE, EL NIÑO/HOMBRE, UN MARCIANO, LAS SIAMESAS, ISABEL, EL

DESCABEZADO, DIONEO, CIRISCO, PÁNFILO, EMILIA, LAURETTA, NEIFILE, ELISA (PATRICIA), EL ASTRÓNOMO, NUTTO, MASSETTO, MONJA 1, MONJA 2, MONJA 3, MONJA 4, MADRE ABADESA, ALIBECH, RÚSTICO, LA PESTE (EL REGENTE).

LUGAR: Decamerón Cocos Resort, un jardín con hotel

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LIBRO PRIMERO

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I ZAMIRA, PATRICIA y los 7 jóvenes están sepultados en el fondo de sus propios pensamientos. El BOTONES, sobre una montaña de maletas. GIOVANNI, el huéspedmás antiguo, bebe un whiskey ante una barra en la recepción.

EL REGENTE (elegante, con zapatos bicolor de otra era) - ¡Willkommen, boas-vindas, bienvenue, welcome, benvenuti, aloha… Bienvenidos al Decamerón Cocos Resort!

ZAMIRA reacciona, escucha, parece fuera de lugar entre la presente ausencia del resto.

EL REGENTE - Koníchua, boys and girls ¡Qué maravilla, sólo carne fresca… “Juventud, divino tesoro, ya te vas para no volver”, dice el poeta, pero ustedes llegaron justo a tiempo, en su punto, carne todavía aterciopelada con el suave lanugo de la inocencia… Benvenuti, amici, aquí encontrarán el descanso que su cuerpo lacerado necesita. ¡Bienvenidos, willkommen, boa-vinda, bienvenue, welcome! Los preparativos, intensos, y peor aún fue la espera: anhelo de salir, escapar; pero por fin llega el día y retacas tu maleta y cuentas los minutos y tu imaginación se desborda ante el vasito blanco del café previo a la partida en la sala de espera. Tictac-tica-tiqui-tac-tac… La espera te desespera.PeroManetomnis una nox…2 Sentado 2A cada quien le llega su hora.

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justo en la orilla del vaso, contemplas ese mar negro, humeante, ¿pero qué veo?, ¿una escalerita de unicel?… y te atreves, ¿por qué no?, bajas, escalón tras escalón y, uy ah uyuy, caliente, aromático, fuerte, un sorbo, bucitos amargos pero tonificantes, y nadas de muertito en el café, qué sensación, y a flotar de una orilla a otra… (Como si el tiempo diera marcha atrás, repite parte de la acción y de los últimos diálogos para la total extrañeza de Zamira.) Pero de pronto, en un abrir y cerrar de ojos, el trayecto como un rayo de luz, un disparo que sale a seiscientos kilómetros por hora en avión, autobús, tren bala, a pie, no importa cómo haya sido, el caso es que aquí están, ¡llegaron, amigos míos, llegaron al Decamerón Cocos Resort! (Timbra una campanita que activa al Botones parael registro en el mostrador.) GIOVANNI - Miradas que se pierden: qué sinsentido para un joven evocar otros días... Como si se hubieran olvidado en otra parte. EL REGENTE (entrega las tarjetas de acceso alos cuartos) - Siete estrellas, seis albercas, tobogán, 350 habitaciones perfectamente equipadas para un descanso i-de-al, frontón, willkommen, todos los servicios, koníchua, 2798 canales de televisión y balcones con vista al jardín, arcoíris encarnado, bokuso, jardín, el verde relámpago de los loros, garten, qué visión, viridarium, ¡oh natura, qué maravilloso paisaje! PATRICIA - ¡Yaaaaaaaaaaaa! ¡Yaaaaaaaaaaaa! ¡Ya! Ya, ya… Silencio, quiero silencio, ¿entiende? Si-len-cio. EL REGENTE (pausa y luego susurra) - …Willkommen, ¿dobrodosli, bienvenue…? PATRICIA - ¿Las habitaciones tienen caja de seguridad?

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EL REGENTE - ¿Algo valioso que guardar? PATRICIA - Pregunté si hay caja de seguridad en mi cuarto. EL REGENTE - ¿Preferiría consignarlo en recepción? PATRICIA - ¿Sí o no? EL REGENTE - Aloha, benvingut… PATRICIA - Responda… EL REGENTE - Chapa de 7 combinaciones, para su seguridad. Koníchua, boa-vinda… PATRICIA - ¿Y usted cree que yo quepa adentro? EL REGENTE - ¿Cómo? PATRICIA - En la caja, soy compacta. EL REGENTE - Se refiere a… PATRICIA - Mamá tenía un Volkswagen. “Todo cabe en un rinconcito sabiéndolo acomodar”, repetía mamá. EL REGENTE - Si usted pudiera entrar en la cajita… 30 por 50… Tal vez demasiado compacta… Pero en caso de ser posible, una vez dentro, ¿cómo cerraría la chapa?… No se puede estar adentro y afuera… PATRICIA - ¿Pero hay caja? EL REGENTE - Indestructible. Para un eterno descanso si así lo requiere… PATRICIA - Quiero entrar y punto, esconderme, guardarme, olvidar, esconderme, ¿entiende? Olvidar.

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EL REGENTE - Salve, señorita. Los deseos de un huésped, aquí son órdenes, Acompáñeme. ¡Willkommen, boas-vindas, bienvenue, welcome, benvenuti, bienvenidos al Decamerón Cocos Resort!

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II Melancolía: estos jóvenes saben algo que aún no tenían porqué saber.

GIOVANNI - Esta historia tuvo un principio penoso y triste: la pestífera mortandad, digna de llanto para aquellos que la viven o saben de ella. DANIELA - Sándalo… a sándalo... BAHISHAJYAGURU - Que tu viaje sea largo, pleno de compasión y sabiduría. ZAMIRA - No puedo recordar. GIOVANNI - La llamaron guerra y persiste. LA JOVEN DE CORAZÓN ROTO - Cada día mamá revisaba mis ingles y axilas… quería saber si me habían salido bubas. GIOVANNI - Más de 70 000 muertos. EL NORTEÑO - Como cine: agáchate, corre, brinca, huye, salta, escóndete… LA XXX - Perritos y más perritos sin casa ni dueño. JULIO - ¿Y a mí qué? LA BARBIE - … GIOVANNI - 70 000. LA XXX - A la deriva, jauría entre los muertos. DANIELA - Impregnaba hasta la ropa: sándalo. LA XXX - Arf, arf, arf, auuuuuuuuuu…

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GIOVANNI - Desapariciones forzadas, encajuelados, paredones, decapitados, entierros clandestinos, cuerpos disueltos en ácido, fosas repletas de cadáveres… LA JOVEN DE CORAZÓN ROTO - “La pestífera buba está por todas partes, hija, cuídate”, y me persignó. EL NORTEÑO - El Mudo, el Chobizón, la Parka, el Mulato… BAHISHAJYAGURU - Un mandala te ilumina. ZAMIRA -¿Salí de casa? EL NORTEÑO - …El Pelos, el Toruco, la Peste, Cañitas, la Narcopiñata… ZAMIRA - ¿Regresé? LA BARBIE - … GIOVANNI - Hace diez años llegó la mortífera peste. DANIELA - La palabra misma: sándalo, acaricia… ZAMIRA - Oscuro… BAHISHAJYAGURU - Contempla. ZAMIRA - Blackout… GIOVANNI - En otro tiempo vino de Oriente, pero aquí no se manifestó con las hinchazones en las ingles o bajo las axilas, del tamaño de una manzana o de un huevo. ZAMIRA - No puedo recordar… EL NORTEÑO - Trepa, corre, brinca, repta, huye, esfúmate, como cine… JULIO - ¿Y a mí qué?

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ZAMIRA - Recuerdo algo, algo que no he dicho: vi una cabeza parlante. Sacaba la lengua verdosa y repetía con dulzura: “Remember me, mylove, remember me”, una y otra vez. Raro, no era gringo, se llamaba Lorenzo, su cabeza estaba sobre una maceta, raíces en vez de cuello, hojas verdes en el pelo, lombrices... BAHISHAJYAGURU - Una muralla de luz cerca el jardín. JULIO - ¿Y a mí qué? GIOVANNI - Bubas, las llamamos hace siglos. LA XXX - Guarf, arf, arf, auuuuuuuuuu… DANIELA - Su piel olía a madera. La tengo aquí, aquí: fragante. GIOVANNI - Muchos dejaron su ciudad en el norte: parientes, casas, muebles... EL NORTEÑO - La Tenebras, el Prieto, la Mosca, el Ñáñaras, la Rata, el Fuzfuz, … GIOVANNI - La fuerza de la peste fue tanta, que todavía causa estupor oír de ella... ZAMIRA - Perdón, esto… DANIELA - Los perfumes intoxican, asfixian... LA XXX - Perritos famélicos, pobres… auuuuuuuuu... GIOVANNI - Porque la compasión se da mejor en aquellos que saben del desconsuelo. Vislumbran la piedad. JULIO- ¿Y a mí qué? ZAMIRA - Disculpen pero… EL NORTEÑO - Salta, pélate, huye, corre, trepa, brinca… GIOVANNI - Yo vi el horror. Fosas repletas.

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ZAMIRA - ¿Me oyen?... Ustedes, ¿me escuchan? LA XXX - Un día los despojos de un pobre hombre muerto estaban en la calle, y tres perritos tropezaron con ellos y, como acostumbran, le restregaron las mejillas, con la lengua y con los dientes, pero al instante, tras algunas contorsiones y como si hubieran probado veneno, los perritos cayeron muertos. ZAMIRA (que repitió las últimas palabras de XXX al tiempo de oírlas) - Eso ya lo contaste, estoy segura, ya lo oí… ¿Me escuchas?… GIOVANNI - Otros ven señales. BAHISHAJYAGURU - Vienen de arriba… LA BARBIE - … LA JOVEN DE CORAZÓN ROTO - Mi mamá me mima, ma-me-mi-mo-mu… ZAMIRA - Como un mantra: nos repetimos. LA JOVEN DE CORAZÓN ROTO - Nunca la volví a ver. BAHISHAJYAGURU - En el jardín una muralla nos resguarda… JULIO - ¿Y a mí qué? ZAMIRA - Un mantra, eso también ya lo habías dicho. EL NORTEÑO - Brazos, dedos, piernas, cuerpos dispersos, troncos, ojos... LA JOVEN DE CORAZÓN ROTO - Aquí los niños juegan con canicas que te miran feo. EL NORTEÑO - El Mandril, la Cobra, el Violín, la Mandrágora… GIOVANNI - Y traficaron con personas y niños y mutilaron mujeres. 1 872 niñas y

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jóvenes desaparecieron en mi ciudad en un año. LA JOVEN DE CORAZÓN ROTO - Ella se esfumó. BAHISHAJYAGURU - Adora a la madre, a la mujer, sin ella no hay vida. DANIELA - 5 al día… 5 gotas cada día y el aroma te acompañará por siempre. GIOVANNI - Tráfico de órganos, explotación sexual, nuevas formas de esclavitud, Ulises trepados en La Bestia y luego enterrados en cualquier desierto... LA XXX - Y exterminaron a los perritos… GIOVANNI - Nuestra peste es matar por matar. LA XXX - “Como a un perro”, dice el dicho. ¿Pero los perritos no merecen mejor muerte? DANIELA - Lleva flores en tus manos, y hierbas o especies… borran el olor a muerte. JULIO - ¿Y a mí qué? GIOVANNI - Y vi procesiones de familias ultrajadas, pedían el regreso de su gente. “Vivos se los llevaron, vivos los queremos”. LA BARBIE - … BAHISHAJYAGURU - TAM-TAM, ¿quién es? GIOVANNI - Gritaron, exigieron pero nadie escuchó. BAHISHAJYAGURU - Aquí nada entra; la muralla resiste. GIOVANNI - Es inmensa la miseria moral de la reverenda autoridad de las leyes, tanto divinas como humanas. BAHISHAJYAGURU - TAM-TAM, ¿quién es?

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EL NORTEÑO - El Telele, la Yerbamala, el Cáncer, la Tiña, el Chancro, la Roña, el Veneno, el Diarreas, el Huracán… JULIO - ¿Y a mí qué? GIOVANNI - Los ministros y regidores son unagavilla de inútiles. LA JOVEN DE CORAZÓN ROTO - Y en un instante crecí, mi niña se murió muy adentro… GIOVANNI - Ya ni cristos hay en los panteones: los roban para fundir el metal. LA XXX - Ni perritos. BAHISHAJYAGURU - TAM-TAM, ¿quién es? LA BARBIE - Muerte, Hambre, Guerra y Peste. EL NORTEÑO - Corre, corre, huye, corre, salta, pélate, brinca, trepa, corre… GIOVANNI- ¡Oh cuántos palacios, cuántas bellas casas, cuántas nobles moradas llenas de gente, señores y damas, quedaron vacías hasta del menor infante! ¡Oh cuántos memorables linajes, cuántas amplísimas herencias, cuántas riquezas se vieron sin sucesor legítimo! ¡Cuántos valerosos hombres, cuántas hermosas mujeres, cuántos jóvenes gallardos a quienes no otros que Galeno, Hipócrates o Esculapio hubiesen juzgado sanísimos, desayunaron con sus parientes, compañeros y amigos, y llegada la tarde cenaron con sus antepasados en el otro mundo! BAHISHAJYAGURU - En el jardín todo es luz. ZAMIRA - Ya lo habías dicho, amigo… Con todo y baile… ¡ya!... ¿Entienden? Nos repetimos: lo mismo una y otra vez, ¡una y otra vez!

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III EL BOTONES - “Pasaste a mi lado con gran indiferencia tus ojos ni siquiera voltearon hacia mí.

A medida que el BOTONES canta, embriagado de emoción, los otros, poco a poco, lo miran recordando alguna intensidad perdida.

Te vi sin que me vieras te hable sin que me oyeras y toda mi amargura se ahogó dentro de mí”3.

Las miradas lo callan. Silencio.

GIOVANNI- Tedio y nostalgia.

3Cien años, bolero de Rubén Fuentes Gasson.

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EL REGENTE (reaparece) - Willkommen, bienvenue, welcome, ¡bienvenidos al concurso de baile del Decamerón Cocos Resort! ¡Arriba corazones!

A una señal del REGENTE, regresa el canto:

EL BOTONES -

“Me duele hasta la vida

saber que me olvidaste pensar que ni desprecios merezca yo de ti”.

El REGENTE anima a algunas parejas. Saca a ZAMIRA.

ZAMIRA - Perdone, yo quisiera saber si… El REGENTE - La pareja ganadora podrá disfrutar nada menos que de la suite Vi Ai Pi de nuestro hotel siete estrellas. ¡Amarren a su pareja!

Entrega a ZAMIRAcon otro caballero, ella se aparta.

EL BOTONES -“Y si embargo sigues unida mi existencia y si vivo cien años

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cien años pienso en ti”. LA BARBIE (al BOTONES) - ¿Bailamos, muñeco? EL REGENTE - Bien, bien, en el Decamerón Cocos Hotel, siete estrellas, sabemos que la danza no tiene por qué ser macabra. Willkommen, aloha, benvingut… ¡Se queda solo quien así lo desea: aprieten a su pareja!

JULIO invita a DANIELA, que acepta bailar.ZAMIRA insiste en la marcación de un celular pero es inútil.

DANIELA - Me fascinan las plantas pobladas de verdes frondas. J´apprécie les plantes peuplées de fécondesvertes, cela me rappellequand je vivaisvers le parc. … GIOVANNI - Baile triste: tenue ilusión de romper el hielo.

LA JOVEN DE CORAZÓN ROTO, sola, mira acercarse a GIOVANNI; piensa que la sacará bailar, pero él pasa indiferente a su lado. Arrebato, ella queda con el corazón destrozado.

LA JOVEN DE CORAZÓN ROTO - … ZAMIRA - Señor, quiero salir. EL REGENTE - Willkommen, bienvenue, welcome, koníchua, ZAMIRA - ¡Ábrame!…

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EL REGENTE - … ¡bienvenidos al concurso de baile del Decamerón Cocos Resort! ZAMIRA - ¡Abra la puerta, usted tiene la llave, abra!

Forcejea con ZAMIRA. Las parejas detienen su danza. ZAMIRAse aparta desesperada. Empuja y patea una puerta de metal.

EL REGENTE - ¡Pero qué contento, qué ánimo, qué alegría, kalosifisate, recuerden: los espera una noche en la suite Vi Ai Pi! GIOVANNI - Las emociones de otros despiertan intriga, inquietud, pero el tedio se impone: las parejas renuncian, las separa una derrota que viene de lejos, una melancolía que aqueja así a quienes se dejaron en otra parte. Qué no habrán visto.

Regresa la quietud, la contemplación. Nostalgia. Poco a poco van quedando inmóviles, salvo GIOVANNIy ZAMIRA.

ZAMIRA -Necesito irme de aquí. ¿Me podría decir si hay una estación de tren o de camiones por aquí?... ¿Sabe de algún puerto cercano? GIOVANNI - … ¿Cómo te llamas? ZAMIRA - Zamira. GIOVANNI - Eres hermosa. Soy Giovanni.

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ZAMIRA descubre que todose ha quedado inmóvil, suspendido. Ella se aparta, incrédula.

ZAMIRA - Por favor, quiero irme. GIOVANNI - …Me siento solo... Mira mis labios: grietas. Cada sorbo de whiskey duele. Hace tanto que nadie me besa. ZAMIRA - Estoy en otra cosa... Suerte.

Busca una salida hasta la desesperación al tiempo que todo se activa.

EL BOTONES - “Y sin embargo sigues unida mi existencia y si vivo cien años cien años pienso en ti”. GIOVANNI - Las emociones despiertan intriga, inquietud. PATRICIA (irrumpe) - ¡No entro! ¡No quepo en la cajita, no entro en la caja de seguridad! EL REGENTE - ¡Willkommen, bienvenida al concurso de baile! PATRICIA - ¡Lo intenté de mil maneras y no entro! EL REGENTE - Señorita, welcome, por favor, paciencia. PATRICIA - ¡Quiero mi caja, quiero encerrarme, QUIERO MI CAJA y no ver nunca más a nadie, ¿me oye?, MI CAJA! EL REGENTE - Buscaremos algo a su medida.

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PATRICIA - No hay nada a mi medida. No encajo, no quepo, no hay, para mí, algo a mi medida en ningún lugar, ¿me entiende?, ¡nunca, nunca lo ha habido y nunca lo habrá! EL REGENTE - ¡Arriba corazones! Willkommen, bienvenue, drobodosli… PATRICIA - ¡Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!

Un temblor: pánico entre los huéspedes.

EL REGENTE - Atención: sigan el protocolo: no empujen, no corran, no estorben. ¡No empujen, no corran, no estorben!

PATRICIA deja de gritar y el temblor para. Ella misma se sorprende.

ZAMIRA - Quiero largarme. ¡¿Dónde está la salida?! EL REGENTE (a su radio mientras EL BOTONES trata de atrapar a PATRICIA) - F24 á le lobby, ¡sécurité! F24, ¡sécurité! ¡Securité! PATRICIA - ¡Ahhhhhhhhhhhh! ¡Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!

Temblor brutal: las luces van y vienen, cae cascajo, se levanta una nube de polvo. Pánico entre los huéspedes. ZAMIRA huye.

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EL REGENTE - ¡No empujen, no corran, no estorben! Atención al protocolo: a sus cuartos. Willkommen, bienvenue, welcome, koníchua, ¡a sus cuartos! (Al BOTONES.) ¡Búscame a ese par por todas partes!

Sigue temblando. Corren de un lado a otro. Apagón.

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IV GIOVANNI (solo, entre escombros, vela en mano) TAM-TAM, ¿quién es? La vita fugge e non s´arresta una ora. Petrarca nos heredó jardines eternos: murallas de aire para detener el tiempo. Ahí se dijo “érase una vez” o “había una vez”... El fuego invoca las palabras de la tribu: conjuros contra el miedo, relatos para desafiar a la muerte. ¿Dónde? Florencia. ¿Cuándo? 1348, año de la muerte. Ayer, hoy y mañana siguen siendo el año de la muerte. Por tanto, en este instante, el cerco aquí mismo, ahora… TAM-TAM, ¿quién es? La muerte en cajuela, paredón, por agua, ejecución, cuerda, a palos, hierro y plomo, tortura en ácido y mutilación, peste, negra peste carbunculosa. ¿Dónde entonces, dónde se cuento un cuento? En un jardín. ¿Quiénes? Gente joven, doce. ¿Qué? 100 cuentos para amurallarnos, recordar y resistir. Había una vez doce jóvenes. ¿Reinas y reyes por un día? Apenas soberanos de su propio cuerpo en pleno desgobierno.

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Cuerpos en el jardín: nostalgia en el centro de sus pupilas: pura nostalgia, deseo, vuelta al origen, uno mismo allá atrás porque alguna vez fuimos tú y yo uno solo, atrás, lejos de todo esto en un viaje que nunca se puso en marcha, nacido del más profundo deseo de escapar por siempre pero a tu lado, tu cuerpo era el mundo mismo, y tu cuerpo, justamente tu cuerpo, se me esfumó...

Un ruido, una sombra.

¿Fiametta?... ¡Fiamettaaaaa! Suena una cuerda rota, ¿escuchan? Disonancia, fragmentos, esquirlas de relato: el desconcierto da la pauta: sólo eso queda: nostalgia, extrañamiento del paraíso.

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V Habitaciones en el Decamerón Cocos Resort: interiores.

V.A PALO MAYOMBE 1. JULIO (agita la taza de café con una cuchara) - ¿A qué hora saliste? DANIELA - A las cinco. JULIO - Son las siete. DANIELA - ¡Había tráfico! JULIO - ¿Dos horas? DANIELA - Dos, sí, dos... Cerraron calles. JULIO - ¿Cuáles? DANIELA - Qué sé yo, no vi. Vine en taxi. JULIO - Taxi… taxi… La palabra taxi es verde. DANIELA - ¿De qué carajos hablas? JULIO - ¿Azúcar? DANIELA - ¡No! (Recibe la taza.) Gracias.

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2. EL BRUJO - Salammalecom. JULIO - Malecomsalam, padre. EL BRUJO - … ¿Estás seguro?... ¡Julio! JULIO - … EL BRUJO - ¡Te hablo, Julio! ¿Estás seguro? JULIO - Sí, padre, sí. EL BRUJO (le da una bolsa con hierbas) - … JULIO - ¿Cuánto le debo? EL BRUJO - Antes tienes que sacar todo lo que traes dentro. JULIO - Sí, padre. EL BRUJO (acerca una vela) - Tómala entre tus manos… ¡ey!, agárrala bien. Saca tu furia, Julio. (Rasca la tierra.) Reconcentra aquí todo el odio que le tienes. No dudes, deja aquí todo tu odio, tu ira, todo lo que sientes, lo que te han hecho no tiene perdón, toda tu rabia, ¡tu furia, tu rabia, tu ira, tu furia! JULIO - Que se mueran, padre, que mueran los dos, que mueran, que se pudran, padre. EL BRUJO - ¿Los dos? JULIO - Eso quiero, que mueran, padre, eso quiero. EL BRUJO - ¡Fuera pues tu rabia, tu furia, tu ira!... Saca todo… Eso, sólo así podrás matar en frío. JULIO - Que mueran…

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... EL BRUJO - Sea: negra muerte… Dos o tres hojitas en cada café. Ella se irá consumiendo poco a poco, en dos o tres semanas. JULIO - ¿Y él? EL BRUJO - Todo a su tiempo… Calma, te vienen gastos, luego me pagas.

3. JULIO - Qué frío... ¿Azúcar? Daniela… Daniela… ¿en qué piensas?... Toma tu café, amor. DANIELA - Vaya, un detalle por fin. JULIO (le recuerda un paso de baile sobre una canción de Tom Waits; un remoto ritual del primer día en que la cortejó) – If you need a lover… I´m your man. (Entrega el café.) Para ti.

Una puerta se abre levemente, una mirada furtiva; la puerta se cierra de inmediato.

V.B LA SOMBRA Una estación de metro. Entre una y otra imagen, apagones de luz.

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1. EL NORTEÑO, solo, mira una fotografía y revisa el andén. Mira su reloj.

2 EL AMANTE aguarda el tren, mira al NORTEÑO que, en cuclillas, espera. Se aleja de él.

3. EL AMANTE fuma nervioso, espera. EL NORTEÑO, a su espalda, se acerca. EL AMANTE, atemorizado, saca su celular y se lo ofrece como si así quisiera librarse de algún daño, pero EL NORTEÑO sólo le aferra la muñeca donde el otro tiene su cigarrillo. Enciende el suyo y sonríe. EL AMANTE se aleja mientras EL NORTEÑO saca un picahielo.

4. EL AMANTE, con sangre en las manos, se limpia las manchas restregándose con su camisa. VOZ (en el celular) - Hola… EL AMANTE (al celular) - ¡Daniela, pasó algo muy grave! VOZ (en el celular) - Soy Daniela, deja tu mensaje, por favor. Besitoooos. EL AMANTE - ¡Carajo!... Daniela, hice algo muy grave. Estoy en un lío. Te lo suplico. Llámame por favor.

La puerta se entorna lentamente: es ZAMIRA. ~ 32 ~


EL AMANTE- ¡¿Qué miras?! ZAMIRA - Perdón. EL AMANTE - ¡No es aquí, vete, largo, vete! ¡Fuera! ¡Fuera!

V.C NATURAL BORNKILLERS Tres hominicacos, de verdadera mala traza, alrededor de una mesita con trago y cigarrillos humeantes. Uno de ellos, travestido. ZAMIRA, contra su voluntad, escucha.

EL BARRABÁS - ¿Cómo te llamas? ZAMIRA - Zamira. EL NORTEÑO - ¿Siempre eres así de inquieta? ZAMIRA - Ya tengo que irme. Creo que dejé un gatito en casa, sin comida. EL NORTEÑO - Un gatito, dejó un gatito. EL BARRABÁS - Yo tuve uno: ¡el Tololoche! ¡Chuntachuntachuntachún! EL NORTEÑO - ¡Siéntate! LA BARBIE - ¿Espantamos? ZAMIRA - Me tengo que ir. EL BARRABÁS - Ey, ey… déjenla… Tú necesitas ver al astrónomo.

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ZAMIRA - ¿El astrónomo? EL BARRABÁS - Sexto piso: cuarto 305. Dicen que él sabe cómo salir de aquí... Yo miré las estrellas, pero mi morra ya no estaba ahí. ZAMIRA - Voy. EL NORTEÑO - ¡Alto! Interrumpiste mi relato, y ahora te jodes y escuchas. ¡Siéntate! Entonces llegué a Tabasco con mi hermano. Chingos de horas en carretera hasta dar con la plaza, chingos de horas ante la ley y luego llégale a la morgue y ahí estaba: bien frío, bien tieso. Era mi papá... Nos lo soltaron de aluego. Como las cajitas de la morgue están saturadas, te sueltan al fiambre de volada. Y acomódalo en una estaquitas sin caseta donde el cuerpo nomás no ajustaba al tamaño de la troquita. Hubo que esquinarlo. Apenas así. Lo tapamos con una lona y órale de regreso hasta Monterrey... Raro… manejar horas y horas con un cadáver a cuestas. Y el olor en plena calor… tantísimos kilómetros y nadie nos detuvo. ¡Perfumamos toda la república! EL BARRABÁS - A eso huele, Norteño. LA BARBIE - ¿Y tú qué? Cuenta. ZAMIRA - Yo soy Zamira. LA BARBIE - Rarito tu nombre. ZAMIRA - Árabe. EL BARRABÁS – ZamiraZamiraZamira… Me recuerdas a alguien... Descampado. Y zakzakzuk… aquí, así. Ella me miró, yo la vi. El cielo nos cobijaba. Tan lejos, tan

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cerca… con un dedo podías arañar las estrellas. Inmenso todo aquello. Y la morra me preguntó: ¿me quieres? (A Zamira.) Ey, ¿me quieres?... Fue cuando agarré mi fusca, apunté directito al cielo, a la estrella más lejana y pum. Apagón. Tú me recuerdas a la morra... ¡Te estoy hablando a ti! ZAMIRA - Perdón… EL BARRABÁS - ¡¿Te gustó mi historia?! ZAMIRA - Me distraje. LA BARBIE - ¿Cómo? ZAMIRA - Dije ZamiraZamiraZamira y como que me fui… EL BARRABÁS - ¿A dónde? ZAMIRA - Lejos…me distraje; así me digo yo… EL BARRABÁS - ¿Cómo? ZAMIRA - Ay, ZamiraZamiraZamira… y me voy… LA BARBIE - Estaba en la carretera. EL BARRABÁS - ¿Quién? LA BARBIE - Yo. ZAMIRA - Para mis adentros; como que me pierdo. EL NORTEÑO - ¿Y luego? LA BARBIE - Pero antes de la carretera estaba en la escuela. EL NORTEÑO - ¿Tú? ¿Cuándo? LA BARBIE - Mi mamá me sacó de clase. Todavía yo no era La Barbie. Dejamos la

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escuela, agarró el volante y a pisar el fierro con rabia. Pasa algo grave, pensé... Carretera, un sollozo y silencio. Sus enormes lentes morados, que le tapaban media cara, se empañaron. Otro sollozo, más carretera, silencio y luego más lágrimas. Pasa algo muy grave, me dije. De pronto, volantazo y que orilla el coche. Entonces mi mamá se quitó sus enormes lentes morados, que le tapaban media cara, y me dijo hecha pedazos: “La vida es injusta, hijo, muy injusta. ¿Cómo es posible que la vida sea así?” Lágrimas y lágrimas, pero ¡¿qué te pasa, mamá, qué tienes?! No podía ni hablar. Y apenas estaba cruzando por mi cabeza que la palabra grave ni remotamente podía describir todo aquello, cuando ella se desfondó y dijo entre sollozos incontrolables: “¡Mataron a Paco Stanley, hijo, mataron a Paco Stanley!”

Los otros no ríen, lloran. LA BARBIE indica a ZAMIRA que aproveche la distracción.

EL NORTEÑO - Así es la vida. (ZAMIRA da unos pasos.) ¿A dónde vas? EL BARRABÁS - No vale la pena. Guarda la pistola EL NORTEÑO - Le dije que no se mueva. LA BARBIE - Pero guárdala; mejor métele la tuya. EL NORTEÑO - ¡Quieta! EL BARRABÁS (saca su arma) - Vete, Zamira. LA BARBIE - Barrabás… Norteño… Ya párenle. EL BARRABÁS - Que te vayas.

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EL NORTEÑO - ¡Hazle caso y te quiebro! LA BARBIE - ¡Párenle! EL NORTEÑO - ¡Tú no te metas! EL BARRABÁS - Llégale, Zamira, el astrónomo, acuérdate, le dicen el astrónomo… EL NORTEÑO - No te muevas o disparo, pendeja, te lo advierto. LA BARBIE - ¡Ya, chicos, ya! EL BARRABÁS - ¡Que te vayas! EL NORTEÑO - ¡Si te mueves, te mato!

LA BARBIE huye entre gritos.

ZAMIRA - ZamiraZamiraZamira.

V.D (FUGA PRIMERA) SAMANTABHADRA, suspendida en el cielo.

SAMANTABHADRA - ¡No te lastres! ¡Alcánzame! ZAMIRA - ¿Y tú quién diablos eres? SAMANTABHADRA - ¡Sube, Sonrisa morena!

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ZAMIRA - No te escucho, habla más fuerte. SAMANTABHADRA - ¡Alcanza mi mano y sube! Yo no puedo bajar por ti, incendiaría el jardín. ZAMIRA - ¿Qué? SAMANTABHADRA - Te rodean 42 deidades apacibles y 58 coléricas. Estás en el Bardo, el mundo alucinante, pero yo, Samantabhadra, te guiaré en tu dharmata: resguardo tu luz interior. ¡Sube, Princesárabevientosuave! ZAMIRA - ¿De qué carajos hablas? No te puedo oír bien. SAMANTABHADRA - No te lastres. ¡Sube! ZAMIRA - ¡¿Pero cómo?! SAMANTABHADRA - Toma mi mano. ZAMIRA - No alcanzo. SAMANTABHADRA - Mi pie, Buenanueva. 49 días en la existencia ilusoria es demasiada carga. ¡Líbrate de eso, Trigueña! ZAMIRA - ¡No puedo! ¡No puedo! SAMANTABHADRA - Entonces busca tu camino: Zamiraquiere decirJardínflorido, Almabuena, Noriaconaguayenredaderas, Lealamableyguerrera, Princesárabevientosuave, latrigueñasonrisamorena... ZAMIRA - ¡No te entiendo, no te escucho! ¡Ayúdame, no me dejes, no te vayas!)

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V.E LA MUERTE EL BARRABÁS - Úshcale, Zamira, le dicen el astrónomo, acuérdate… EL NORTEÑO - Te lo advierto. EL BARRABÁS - ¡Vete! EL NORTEÑO - ¡Ni un paso!

BARRABÁS y el NORTEÑO disparan: el primero cae sin vida entre los gritos de ZAMIRA.

EL NORTEÑO (tras una danza que celebra la muerte) - Corre, huye, pélate, brinca, corre...

EL NORTEÑO sale. Entra FILÓSTRATO; toca el acordeón.

FILÓSTRATO - Zamira, la morenaza, la que cuenta historias en las noches… ¿Sabes quién soy? ZAMIRA - No. FILÓSTRATO - Me puedes decir Filóstrato. ZAMIRA - ¿Filos…? FILÓSTRATO - Trato… Trato hecho. Esclavo del amor. ¿Sabes por qué estoy aquí? ZAMIRA - No.

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FILÓSTRATO (saca los cuerpos) - Yo soy yo, el mero mero sepulturero. ZAMIRA - ¿Quién? FILÓSTRATO - El fin. ¿Me sientes? Tu miedo, ese soy… ¿Ya?, ¿puedo? ZAMIRA - No te acerques. FILÓSTRATO - El más profundo, pero también soy lo que soy: me dicen el negro, ¿recuerdas? Te toco y no me olvidas. Cierro tus ojos y vas y vienes hasta morir: soy la muerte. Tú dices cuándo… ¿Ya? ZAMIRA - ¿Y? FILÓSTRATO - Las niñas bonitas oyen cuentos antes de dormir. Porque tú ya te quieres morir, ¿verdad? ZAMIRA - No te entiendo… Sólo estoy cansada, necesito dormir un rato. FILÓSTRATO - Un cuento entonces. (ZAMIRA se cae de sueño.) Había una vez una joven de nombre Zamira… Le gustaba leer y creía en la fuerza de los mantras y los viajes sedentarios… GIOVANNI (irrumpe y va hacia ZAMIRA) - ¡No te duermas! FILÓSTRATO - ¿Y tú qué diablos haces aquí? GIOVANNI - No te duermas. FILÓSTRATO - ¿Ah, sí? Va entonces al modo clásico, un passatto molto, molto remoto: había una vez un joven, de nombre Giovanni. Él. GIOVANNI - Déjame en paz/ FILÓSTRATO - Sábado santo en la iglesia de San Lorenzo en Nápoles, jardín muy acá,

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iglesita medieval, imagínatela, pueblillo de las Europas, una antigualla, chula pues, pero más chula está ella: madonna Fiammetta. (Entra una nada, esa mujer que sólo habita la cabeza de Giovanni.) ¡Tómala, jamón! ¿La querías despierta, no? ¡Tenga su cuento!... Fiammeta es un encanto, mi Zamira, como tú. Írala, írala, írala, qué calor. ¿Voy o vienes, mami?... No, ey… acá, ey… Apártense, ¡no, no, no lo hagan, quietos!, ¡Giovanni, Fiammeta, la inacción es la cordura!… Nunca, Zamira, nunca hacen caso. Ella es como un rayo que lo hiere con violencia. ¿Viste? Se miran. Giovanni, íralo, advierte la respuesta en los ojos luminosos de la mujer. ZAMIRA (se acerca a GIOVANNI que en cuclillas mira al vacío) - ¿Y luego? FILÓSTRATO - La catástrofe, la negra peste que arrasa el corazón más fundado: se prueban pero no coinciden, los ojos de ella pronto se enfrían, no le pertenece, pero se queda en él, para siempre. No como en los cuentos de amor con baladitas romanticoides. Ella se va y lo deja hecho pedazos… ¡Fuera, bella sombra, dije fuera! ¡Tú también, fuera, a seguirla como perro en celo! GIOVANNI - ¡Fiammetta!... (Abstraído, pierde la mirada en el horizonte.) FILÓSTRATO (pausa) - Tú y yo, por el contrario, digo, podríamos coincidir, Zamira. Tu Filóstrato. Filos, el Filos para ti, muñeca… Me dicen el negro. Cerraré tus ojos y te irás y vendrás y te olvidarás de ti para siempre. Tu negrito, la negra muerte que contagia sin tregua. ¿Qué dices? ZAMIRA - ¿Y luego, Filos? FILÓSTRATO - ¿Qué?

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ZAMIRA - Con ellos, qué con ellos. FILÓSTRATO - ¿De qué? ZAMIRA - La historia. FILÓSTRATO - ¿Eres distraída? ¿No me escuchaste? Tú y yo. Te hice una propuesta. ZAMIRA - Ella se queda en él sin estar, entendí. FILÓSTRATO - Como yo que soy y no soy. ZAMIRA - Explícate. FILÓSTRATO - Tú sólo déjate morir. ZAMIRA - Ella se queda, ¿y? FILÓSTRATO - ¡Ella se fue, carajo, te lo dije! ZAMIRA - Pero se quedó. ¿Y él? ¿Enamorado para siempre? FILÓSTRATO - Claro que no, Zamira: desfilaron varias, muchas. ZAMIRA - ¿Y él? GIOVANNI (regresa de su hondanada) - … escribe, consuelo del desesperado… Que no te duerma. FILÓSTRATO - ¿No entiendes, verdad? GIOVANNI - Déjala. Quiere volver. FILÓSTRATO - No hay manera. GIOVANNI - Contar es vivir. Escucha, Zamira. FILÓSTRATO - No hay manera. GIOVANNI – Fiammetta se quedó de una manera extraña.

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ZAMIRA - ¿Cómo? GIOVANNI - Érase una vez un joven enamorado al que una bella dama de los Traversaro desdeñaba: Nastagio degli Onesti. FILÓSTRATO - ¡Parece nuestra historia Zamira, no me haces caso! Ya es hora. ¿Te llego? ZAMIRA - Deja oír. FILÓSTRATO - Carajo. GIOVANNI - Anastasio de los honestos. Él. ZAMIRA - ¿Y luego? GIOVANNI - Nastagio, herido de amor, pasó días enteros en descampado cerca de un pinar. Al llegar la noche, el sueño pudo más que el llanto. Pero de pronto lo despertaron los gritos de una mujer que estaba siendo atacada por mastines. LA JOVEN DE CORAZÓN NEGRO - ¡Ayuda, por favor! ¡Auxilio, ayuda, auxilio, alguien! GIOVANNI - Ella no tiene nombre, sólo te la describo así: desnuda, con los cabellos en desorden y herida por las espinas de los arbustos. LA JOVEN DE CORAZÓN NEGRO - ¡Auxilio! ¡Ayuda, por favor! NASTAGIO (empuñando su cayado y capa) - ¡A un lado! ¡Fuera! ¡Atrás! GIOVANNI - El arrebato de Nastagio arredra un poco a los perros. LA JOVEN DE CORAZÓN NEGRO - ¡Auxilio, por favor! (Huye.) GIOVANNI - Nastagio lidia con los mastines que tratan de morderla salvajemente cuando aparece un hombre moreno, caballero en veloz corcel, rostro pleno de

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rencor y un puñal en la mano; se acerca queriendo atacar a la desdichada joven. GUIDO - ¡Salvaje perra más desalmada que las perras que devoran a sus cachorros! ¡Mala muerte te venga! NASTAGIO - ¡Sobre mi cadáver, miserable cobarde! GUIDO - ¡Apártate, Nastagio! GIOVANNI - La joven corre; los mastines le muerden los calcañares en la fuga. VOZ DE LA JOVEN DE CORAZÓN NEGRO - ¡Ayuda, ayuda! NASTAGIO - No sé quién eres y de dónde me conoces, pero es gran villanía, de parte de un caballero armado atacar así a una mujer indefensa. GUIDO - ¡Hazte a un lado, el asunto no es contigo! NASTAGIO - ¡Tendrás que matarme! GUIDO - Soy de tu misma tierra, Nastagio. Eras tú aún un muchacho cuando yo, Guido degli Anastagi, vivía mucho más enamorado de esta mujer de lo que tú ahora estás de aquella de los Traversari; por su orgullo y crueldad llegó a tanto mi desgracia, que me di muerte con este puñal. ¡Apártate! NASTAGIO - ¡No la matarás como a una bestia salvaje! GIOVANNI - Desesperado, sumido en una pena eterna, circular, le dijo: GUIDO - Esa es nuestra condena: una y otra vez. Por favor, no quiero lastimarte. VOZ DE LA JOVEN DE CORAZÓN NEGRO - ¡Auxilio, por favor! NASTAGIO - ¡Detén a tus bestias! GUIDO - ¡No es tu causa!

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NASTAGIO - ¡La van a despedazar! GIOVANNI - Una y otro condenados al mismo infierno. GUIDO - ¡Esa perra se alegró de mi muerte, Nastagio! Encajé este puñal en lo más hondo de mi corazón. Ella sólo dijo con una sonrisa en los labios: “bienvenida sea su muerte”. NASTAGIO - ¿A tal punto la amaste en vida? GUIDO - Tanto… que ahora, cuantas veces la alcanzo, otras tantas clavo en su costado este puñal con el que me di muerte; y arranco de sus entrañas su corazón duro y orgulloso; y tengo que arrojarlo, por siempre, a los perros, y luego ella renueva su fuga y yo mi persecución y los mastines su caza y sus aullidos, una y otra vez. NASTAGIO - ¿Sufres? GIOVANNI - Sin medida. GUIDO - No te opongas a lo que ya ni el cielo mismo puede parar. ¡A un lado, Nastagio! GIOVANNI - Y salió tras ella a galope. ZAMIRA - ¿Y luego? NASTAGIO - Al sentir el fiero golpe, ella cayó de bruces. Él abrió los costados de su víctima, sacándole los riñones y las entrañas hasta llegar al corazón, que los mastines hambrientos devoraron. Pero al poco tiempo, señora, vi el prodigio: ella se levantó y a correr, correr y correr perseguida por los perros y el corcel sobre el que Guido degli Anastagi blandía su puñal. ¡Guiiiidooooooo! …

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GIOVANNI - Quiere si eres querida. ZAMIRA - ¿Y Nastagio? GIOVANNI - Final feliz: ingenió la manera de llevar a la Traversaro a ver la eterna repetición de aquel castigo cruel y ella se curó en salud: aceptó ser su mujer. FILÓSTRATO - ¿Ves, Zamira? GIOVANNI - No te quedes aquí, sube, regresa a casa. FILÓSTRATO - ¿Le ponemos? ZAMIRA - Nadie debe amar contra su voluntad. FILÓSTRATO - Tú suéltate, ya es hora. GIOVANNI - No lo escuches, quédate conmigo, ven, por un día... labios resecos. ZAMIRA - ¿Y Fiammeta? GIOVANNI - ¿Quién? ZAMIRA - Madonna Fiammetta. FILÓSTRATO - Ándale, ¡toma! GIOVANNI - Ella… Aquí, muy adentro. Mi pluma es mi puñal. Cada tanto lo saco para que respire la herida. Pero bebo y me destrozo por dentro y siento unas ganas atroces de salir, caminar y perderme... Entonces vago como sombra por estas habitaciones en busca de alguien. Me caigo desde las alturas y me pierdo entre barrancos y fangales. ZAMIRA - No soy “alguien”. Soy Zamira. GIOVANNI - …Tienes razón, perdóname… Mira: labios resecos, te lo dije.

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FILÓSTRATO - Pero yo llegué primero, Juanito, así que ¡fuera! Esa boquita es tan sólo mía. GIOVANNI - Busca tu casa. Sube. 305. No te quedes aquí. FILÓSTRATO - ¡Fuera de mis dominios! GIOVANNI - No te duermas. (Sale.) FILÓSTRATO - Y tan tan… Fin, al fin solos. ¿Ya Zamira? ¿Te arrullo con mi música? ZAMIRA - No, Filos. Voy al 305. Tengo que salir de aquí. FILÓSTRATO - Ay Zamira, Zamira, Zamira, ya duerme, déjate en paz. ZAMIRA - Mientras no cierre mis párpados, te mantendré a raya, ¡ni te acerques!

Suena el grito de PATRICIA al tiempo que tiembla y se oye una sirena. ZAMIRA huye.

FILÓSTRATO - ¡Estoy en ti! ¡No podrás librarte! ¡Estaré donde estés! Soy el que soy: ¡vivo dentro de ti! Soy Mara, el señor de la muerte.

PATRICIA abre la puerta. Mira al payaso atemorizada, pero él se la echa al bolsillo: FILÓSTRATO pone su codo a la altura del hombro, sopla y hace girar su brazo. Ella se acerca interesada. Él abre una maleta donde hay un televisor.

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V.F LA NADA Un televisor sin señal, en blancos y grises.

VOZ DEL REGENTE - ¡Willkommen, boas-vindas, bienvenue, welcome, benvenuti… Bienvenidos al Decamerón Cocos Resort! Próximamente nuestro jardín será una caja de sorpresas: aloha, asiste al florilegio de las artes que prepara tu hotel siete estrellas: ¡Las alegregregres tandas del Cocooooos Reeeesoooort! ¡Ven y mira próximamente! ¡Willkommen, boas-vindas, bienvenue, welcome, benvenuti!…

PATRICIA mira la tele.

LA XXX - Decamerón Cocos Resort Decamerón Cocos Resort Decamerón Cocos Resort Decamerón. ¡Ven a disfrutar!: el mejor confort: seis estrellas, siete albercas y un frontón… Aquí te haremos sonreír.

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Habitaciones, todas con balcón, cancha de tenis y un gran televisor, y en tu tv la mejor programación… Esto y más en el Decamerón Cocos Resort Decamerón Cocos Resort Decamerón Cocos Resort Decamerón…

La ronda democrática regresa: agarrados de la mano, todos llegan al mismo lugar donde inicio el viaje y, a pesar de las variaciones, nos recuerdan que entre más lejos, más cerca se está del retorno al sitio que los vio salir por vez primera. ZAMIRA, PATRICIA y los 7 jóvenes están sepultados en el fondo de sus propios pensamientos. El BOTONES, sobre una montaña de maletas. GIOVANNI, el huésped más antiguo, bebe un whiskey ante una barra en la recepción.

EL REGENTE - ¡Willkommen, boas-vindas, bienvenue, welcome, benvenuti, aloha… Bienvenidos al Decamerón Cocos Resort! LA XXX - Haremos un breve intermedio de diez minutos. Por favor abandonen la sala y lleven consigo sus pertenencias, el Decamerón Cocos Resort no se hace responsable de objetos abandonados, ni de jóvenes secuestrados.

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LIBRO SEGUNDO

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VI A TRAVÉS DEL ESPEJO Las proporciones son otras: la cabeza de PATRICIA es un escenario donde las cosas pasan de manera diferente.

VI.B MONKEYFACE Un hombre con pijama y máscara de chango está sentado sobre una caja de seguridad. Entra PATRICIA.

PATRICIA - ¿Quepo? MONKEYFACE - Tengo una historia que contarte. PATRICIA - ¿Quepo? MONKEYFACE - ¿Dónde? PATRICIA - En la caja. MONKEYFACE - Prueba, en la vida siempre prueba. … PATRICIA (tras mucho intentar) - ¡En ninguna ajusto, no quepo, no entro! …

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MONKEYFACE - Tengo algo que contarte. PATRICIA - ¿No entiendes?: ¡quiero guardarme, esconderme, olvidarme! MONKEYFACE - No te vayas; es un cuento para ti.

MONKEYFACE camina lento hasta recoger un libro en otro extremo de la habitación.

MONKEYFACE (lee) - Todo a su tiempo. PATRICIA - ¿Ya? MONKEYFACE - Fin. PATRICIA - ¿Y? MONKEYFACE - Eso. PATRICIA - ¡Vete al diablo! Quiero mi cajita de seguridad. (Sale.) MONKEYFACE - No entiendes. Todo a su tiempo.

VI.C LA FAMILIA OSO TRES OSOS, inmóviles; PATRICIA se mira en un espejo.

PATRICIA - No entro, no me gusto, no me queda, no quepo y si ajusta, lo rompo y me desespero al ver que no me gusto porque no entro ni ajusto.

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LOS OSOS ríen, se burlan.

TRES OSOS - ¡Hola, aquí todo bien! PATRICIA - No quepo. TRES OSOS - Haces el oso, Patricia.

Risas.

PATRICIA - Tu voz me parece conocida. PAPÁ OSO - Soy un oso poderoso. PATRICIA - Tu voz se parece a la de mi papá. MAMÁ OSO - Un oso perezoso que a duras penas se mueve. HIJITO OSO - Dos más dos son cuatro, ¿verdad, Trapicia? MAMÁ OSO - ¡Dos más dos son tres, tres! Ella no cuenta. PATRICIA - ¿Eres tú, mamá? TRES OSOS - ¡Hola, aquí todo muy bien! MAMÁ OSO - ¿Qué fue de ti, hija? PATRICIA - No sé, no quepo.

LOS OSOS ríen.

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PATRICIA - Claro, son ustedes. HIJITO OSO - ¿Nos extrañas? PAPÁ OSO - No volvimos a saber de ti. MAMÁ OSO - ¿Sabes lo que significa la palabra amor? PATRICIA - ¿Eres tú, Pipo? ¿Son ustedes? HIJITO OSO - Soy tu mano. MAMÁ OSO - ¿Lo sabes? ¿Amor? PATRICIA - No sé ni dónde estoy. MAMÁ OSO - ¿Dónde sepulta uno el amor cuando desaparece? PATRICIA - Yo no me fui, creo que me llevaron… o trajeron. MAMÁ OSO - El amor… ¿podrías decírmelo?

PATRICIA apenas alcanza a gritar: un ligero movimiento de tierra.

MAMÁ OSO - ¡No te atrevas! ¡No grites! PAPÁ OSO - ¡Alto! HIJITO OSO - Apá podría enfurecer y darte un zarpazo… MAMÁ OSO - Qué va, viejo inútil güevón… HIJITO OSO - … podría devorarte como hacen los apás. MAMÁ OSO - Dos más dos son cuatro pero nosotros ya sólo somos tres, Patricia. TRES OSOS - Restar, contar, restar.

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PATRICIA - No se vayan. PAPÁ OSO - Tú ya no cuentas. PATRICIA - Sé contar, Pipo, todavía: HIJITO OSO - …A ver, cuenta. PATRICIA - Había una vez… una familia… HIJITO OSO - ¿Y luego? PATRICIA - Se me olvidó…

LOS OSOS ríen.

PATRICIA - No ajusto. TRES OSOS - Dos más dos son tres: contar, sumar, dividir, restar, multiplicar… PATRICIA - Ey, no se vayan, por favor… TRES OSOS - Contar, restar, contar, restar...

(Salen.)

PATRICIA - ¡Abran, déjenme salir con ustedes!

VI.D LOS OZ Aparecen tres personajes de El Mago de Oz: un grupo triste, parece una partida más propia del pobre diablismo ganándose la vida con un disfraz que

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no amerita ni la foto.

PAPAESPANTAPÁJAROS - Pero si aquí estamos. No llores. PATRICIA - Tengo que irme con ellos. PAPAESPANTAPÁJAROS - ¿Con quienes? PATRICIA - Mi familia. PAPAESPANTAPÁJAROS - Somos tu familia. Sólo faltas tú: Dorothy. PATRICIA - ¿Qué? MAMÁHOJALATA - Ven. PATRICIA - Yo no soy Dorothy… no entro, no ajusto. PAPAESPANTAPÁJAROS - ¿Te damos vergüenza? MAMÁHOJALATA - Así nos ganamos la vida, hija. PAPAESPANTAPÁJAROS - Pero sin Dorothy los niños se espantan. MAMÁHOJALATA - No se la creen que somos los de Oz. PAPAESPANTAPÁJAROS - Sin ti, somos nadie. MAMÁHOJALATA - ¿Te das cuenta? Papá cayó muy bajo; nos arrastró. PAPAESPANTAPÁJAROS - ¡Ya cállate! MAMÁHOJALATA - Toma tus zapatos de plata. Ellos te guiarán de regreso a casa. LEONHIJO - Haces falta, grrrrr, grrrrrrr. MAMÁHOJALATA - Ni onzas, ni oro, ni nada de nada; desapareciste y todo quebró. PAPAESPANTAPÁJAROS - ¡Que te calles te digo!

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PATRICIA - No me quedan, papá, no me quedan. PAPAESPANTAPÁJAROS - Regresa, te lo ruego. PATRICIA - No sé ni dónde estoy. MAMÁHOJALATA - Vuelve a casa, Dorothy. PATRICIA - Me llamo Patricia… LEONHIJO - Osuna Osorio grrrrgrrrrr. PAPAESPANTAPÁJAROS - Sin ti no existen los de Oz, mi osita. PATRICIA - Osezna, ozono, Osario... PAPAESPANTAPÁJAROS - Vuelve a casa, son de plata. LEONHIJO - Póntelos grgrgrgrgr. PATRICIA - ¡No entran, no quepo! MAMÁHOJALATA - Pero si son los de Dorothy, ¡para regresar! PATRICIA - ¡Estoy perdida! … MAMÁHOJALATA - ¡Te maldigo, no quiero ni pensar en ti! PATRICIA - ¡No entran, mira! MAMÁHOJALATA – Mala muerte te venga, hija mala… PAPAESPANTAPÁJAROS - ¡Te fuiste de puta! PATRICIA - No quepo, no entro, no ajusto. PAPAESPANTAPÁJAROS - ¡Eso nos dijo la policía! PATRICIA - No soy Dorothy, soy Patricia Osario.

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PAPAESPANTAPÁJAROS - La policía nunca se equivoca. PATRICIA - No entiendo de qué hablan, no ajusto, no nada… MAMÁHOJALATA - Desapareciste y se desbarrancó. No sabes qué sufrimiento el de tu padre. LEONHIJO - ¡DOROTHY, GRRR, GRRRR, GRRRRR! PAPAESPANTAPÁJAROS - La policía nunca, jamás, en ninguna parte del mundo se equivoca. ¡Son la ley! PATRICIA - Adiós, Pipo. Cuídate, mi Pipo.

(Sale.)

LEONHIJO - ¡GRRR, GRRRR, GRRRRR!

VI.E EL REENCUENTRO LA BARBIE, en su habitación.

PATRICIA - Quiero ir al lobby. ¿Cómo salgo a un pasillo? LA BARBIE - Pipo, ¿dijiste Pipo? PATRICIA - Esto es un laberinto, ¿cómo le hago? LA BARBIE - ¿Escuché bien? PATRICIA - Recordé, algo, allá atrás, pero no ajusto con nadie. LA BARBIE - ¿De dónde sacaste el nombre? Te oí atrás de la puerta. Pipo dijiste.

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PATRICIA - No quepo. LA BARBIE – Maybe this time. PATRICIA - ¿Qué cosa? LA BARBIE - You´ll be lucky. PATRICIA - ¿Cómo salgo a un corredor? LA BARBIE - Maybe this time For the first time Love won't hurry away He will hold me fast I'll be home at last Not a loser anymore Like the last time And the time before

PATRICIA, en paz, lo escucha cantar.

Everybody loves a winner So nobody loved me Lady Peaceful, Lady Happy That's what I long to be

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Well all the odds are they're in my favor Something's ought to begin It's got to happen, happen sometime Maybe this time I'll win4

EL REGENTE, que apareció sin que PATRICIA lo notara, la prende por la espalda y le inyecta el cuello sin darle tiempo de gritar. Ella se desploma. EL REGENTE arroja a LA BARBIE un paquete con una jeringa. Ella, desesperada, se inyecta en el muslo.

LA BARBIE - Yo soy Pipo, dijiste Pipo, lo oí claramente aquí adentro. Registré cada palabra… claramente Pipo y toda esa historia de los de Oz y el regreso a casa. Despiértate, hermana, cuéntame algo para no envejecer. Duérmeme con un cuento, como antes... Los de Oz entraron a casa y Papá Oso le dijo a su hijito: creo que alguien durmió aquí, debe ser Dorothy que ya regresó a casa…

4Maybe This Time, Cabaret. ~ 61 ~


VII HOTEL EL REGENTE da paso a la carne fresca: la XXX, la JOVEN DE CORAZÓN ROTO y la JOVEN DE CORAZÓN ROJO. Baile: mecánica reiteración de muñecas gastadas. LA BARBIE, una y otra vez, se inyecta y colapsa. PATRICIA duerme.

LA XXX - Yo la vi, una chava como tantas, afuera del hotel, como una perrita abandonada. El letrero decía lo de siempre -escrito con letrita jodida: busco recamarera joven… Siempre igual: empleo joven con buena presentación, mesera joven contrato chica de trato amable solicito, debe ser joven y es joven la carne fresca que trabaja a ciegas con la textura elástica de la perversión. ¿Pero qué diablos pasa adentro, detrás del letrerito precario? Esa mano mutilada, arácnido que pulsa glandes, se mueve con soltura por el techo. Su telaraña se mece con el vahído de un resoplar sin tregua. Agh-gh-gh-gh-gh… Regurgitan los conductos del aire. Pero la inocencia todavía se cuela en esa mirada tan pura como el letrerito que, pésima ortografía y letra triste, te llama y solicita. Agh-gh-gh-gh… Ven joven entra joven carne joven palabra aterradora y hermosa. ¿Pero qué diablos pasa allá adentro? Hotel, sonido hecho de sol y sombra: El Jardín, El Paraíso, El Edén, El Cielo, La

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Gloria, pocas letras, te solicito, entra, penetra, ábrete carne joven que cualquier fragmento de tu cuerpo es útil. Un ojo para remirar el vuelo mengambroso de la leche y el pie seccionado que sugiere placeres sin nombre. Tu nariz repta. Escroto suena a bombas de succión. Y el ojo de tu seno penetra mi ano para cantar al ritmo de unos dientes que huyen ante un puño que los hace correr aterrorizados sobre la alfombra pringosa. El monte de Venus, solo, sin piernas, sin torso, limita el jardín. Pero qué diablos pasa allá adentro, más allá del solicitomuchachatractiva o no importa que no seas atractiva con tal de ser carne joven. El letrerito, amiga, perrita sin collar ni cadena, vamos, perrita sin siquiera un humilde mecate, sólo decía: Se busca recamarera. Y entraste. ¿Verdad, Patricia?… ¿Yo? La Tres equis me dicen.

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VIII DANZA MACABRA Se activa el mecanismo: todos entran a la ronda democrática: desesperado entusiasmo en la entrega a la disolución, música de viento. De manera inesperada, suenan golpes intensos en la muralla.

BAHISHAJYAGURU - ¿Quién es? LA JOVEN DE CORAZÓN ROTO - Nunca, nunca la volví a ver. BAHISHAJYAGURU - En el jardín una muralla nos resguarda… EL NORTEÑO - Brazos, dedos, piernas, cuerpos dispersos, troncos, ojos... LA JOVEN DE CORAZÓN ROTO - Aquí los niños juegan con canicas que te miran feo. EL NORTEÑO - El Mandril, la Cobra, el Violín, la Mandrágora… JULIO - ¿Y a mí qué?

Regresan los golpes, sin más respuesta que su propia insistencia.

BAHISHAJYAGURU - ¿Quién es? GIOVANNI - Y traficaron con personas y niños y mutilaron mujeres. LA JOVEN DE CORAZÓN ROTO - Ella se esfumó. BAHISHAJYAGURU - Adora a la madre, a la mujer, sin ella no hay vida.

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EL NORTEÑO - Como cine: corre, huye, corre, salta, brinca, trepa, pélate, corre… DANIELA - Sándalo… 5 gotas cada día y el aroma te acompañará por siempre. LA XXX - “Como a un perro”, dice el dicho. ¿Pero los perritos no merecen mejor muerte? GIOVANNI - Gritaron, exigieron pero nadie escuchó. BAHISHAJYAGURU - Aquí nada entra; la muralla resiste. GIOVANNI - Es inmensa la miseria moral de la reverenda autoridad de las leyes, tanto divinas como humanas. DANIELA - Lleva flores en tus manos, y hierbas o especies… borran el olor a muerte.

Los jóvenes, en línea, miran al horizonte: algo se quedó allá atrás: nostalgia ante la llama de una vela encendida. La muralla parece resquebrajarse con esos golpes que la cimbran.

BAHISHAJYAGURU - ¡¿Quién es?! EL NORTEÑO - El Telele, la Yerbamala, el Cáncer, la Tiña, el Chancro, la Roña, el Veneno, el Diarreas, el Huracán… LA JOVEN DE CORAZÓN ROTO - Y de pronto crecí, mi niña se murió muy adentro… GIOVANNI - Ya no hay cristos en los panteones, los roban para fundir el metal. LA XXX - Ni perritos.

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EL AMANTE - Era yo, la bestia era yo. LA BARBIE - Pipo, dijiste Pipo. BAHISHAJYAGURU - ¡Nadie entra al jardín!

Sin perder de vista el horizonte, caminan de espaldas, lentamente, hacia la oscuridad que los devora.

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IX UN CORREDOR: ZAMIRA huye, atraviesa, cambia de rumbo. Una sirena enfatiza el estado de emergencia.

IX.A EL AMOR Habitaciones en el Cocos Resort.

1. JULIO aferra su portafolios, se le ve agobiado. Otro grito lejano de PATRICIA: temblor, vibra el portafolios de donde surge el llanto de un bebé: agudo, feroz. DANIELA atraviesa el espacio con un velo y la larga cola de un vestido de novia. El llanto insiste, tanto que JULIO cierra el portafolios con llave y luego lo arroja contra una pared. Silencio y quietud. JULIO suda frío. Apagón.

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2. JULIO se lava la cara. DANIELA entra al baño.

DANIELA - … es el de mujeres. JULIO - ¿Cómo? DANIELA - Sí, estás en el baño de mujeres. JULIO - Disculpa, no me di cuenta. DANIELA - Tranquilo, no importa.

JULIO está prendido de la mirada de DANIELA y ella de todo él. Entra ZAMIRA.

ZAMIRA - Oigan, ¿la habitación 305? DANIELA - Estás en el baño de hombres. ZAMIRA - ¿Saben dónde está el sexto piso…? DANIELA - ¡Vete de aquí, sobras!

ZAMIRA sale. Risas.

JULIO - Soy Julio.

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DANIELA - Yo, Daniela. JULIO - Qué gusto conocerte. ¿Me das tu teléfono?... DANIELA - 044553673…

JULIO activa su celular: suena I´m your man de Tom Waits. Le baila a Daniela: un gracioso cortejo del más inexperto de los danzantes. Salen tomados de la mano.

(IX.B LA CUSTODIA Adán y Eva, desnudos, comen la manzana que les ofrece la Serpiente. ZAMIRA atraviesa la habitación.

ZAMIRA - ¿Cuarto 305?... ¿El astrónomo? ¿Me pueden ayudar? Por favor, tengo que salir de aquí, se los ruego… ¿Por dónde? Cuarto 305. ¿Nada?

Ninguno le responde.)

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IX.C LA TENTACIÓN ZAMIRA - “Cuando estés sola, sin nada ni nadie, acuérdate de ti diciendo érase una vez…” Érase una vez, érase una vez… (Se vuelve y descubre al Amante en la habitación.) ¿Cuarto 305? EL AMANTE - … ZAMIRA (mira hacia otro corredor) -¿Sabe dónde está la habitación 305? DANIELA (entra, para ella, ZAMIRA no existe) - Soñé con una bestia horrenda: como un embrión, pero alargado, forma de salamandra. Tenía en las patas, garras, como navajas con sangre. Tú y yo estábamos desnudos. La bestia recargada en un árbol, erguida: pico de pato, uñitas de color azul y algunas escamas, recargada en el tronco. (ZAMIRA, extenuada, se acuesta en un rincón y se va adormilando sobre su maleta de viaje.) Alcé el brazo. Tomé una manzana. Pero su larga lengua viperina me prendió de la muñeca y me obligó a verle los ojos, suplicantes. Eran mis ojos. Miel, idénticos a los míos. Jaló mi brazo hacia su boca: repugnante hueco. Pensé que me destrozaría la mano, pero sólo dio mordisquitos a la manzana y luego, sin apartar los ojos, me dijo algo obsceno, inconfesable, perturbador. Me vine dormida. EL AMANTE (tras una pausa) - Era yo. DANIELA - … ¿cómo? EL AMANTE - La bestia era yo. Anoche soñé contigo.

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DANIELA - ¿Tú? EL AMANTE - ¿Quieres oír lo que te dije? DANIELA - No. EL AMANTE (al oído) - … DANIELA - Eso lo dice cualquiera. EL AMANTE - ¿Qué quieres decir con eso de cualquiera? DANIELA - Me vine como nunca antes, como nunca. EL AMANTE - ¿Qué te dije? DANIELA - No eras tú, era yo. La bestia devoró la manzana y me dijo: “No quiero volver a verte”. Eso… No quiero volver a verte. ¡Eso me dijo y yo, a ti, no quiero volver a verte! EL AMANTE (la persigue) - ¡Daniela! ¡Daniela!

IX.D LAS TANDAS Un tinglado. ZAMIRA, medio despierta, abre los ojos. Se sienta, extenuada, en su maleta. Se abre un telón.

EL REGENTE - ¡Willkommen, boas-vindas, bienvenue, benvenuti, welcome… bienvenidos al

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Decamerón Cocos Resort! Nuestro jardín se engalana para dar la bienvenida a una noche de diversiones: aloha, contigo el florilegio de las artes que ha preparado para ti tu hotel siete estrellas: ¡Las alegregregres tandas del Cocooooos Reeeesoooort!

ZAMIRA, extrañada, se pierde en la contemplación del espectáculo: 1. Música italiana. LAS BABYLOVE, con un vaporoso vestido verde, bailan. … 2. EL BOTONES se deja llevar por una música sensual, propia de un streap-tease. Fuera ropa: queda en sotana y alzacuellos. … 3. EL NORTEÑO, desesperado, se mueve de un lado a otro mientras MONKEYFACE avanza con lentitud pasmosa.

EL NORTEÑO - Corre, trepa, brinca, corre, pélate, salta, huye, corre… MONKEY FACE - Todo a su tiempo. … 4. EL REGENTE, enorme, sin proporción en su altura, parece salido de un sueño. DOS SIAMESAS, unidas por el vientre, saludan a ZAMIRA.

EL REGENTE - ¡Willkommen, bineativenit, welcome aboard, kalosofisate, koníchua... bienvenida a las alegregregres tandas del Decamerón Coco´s Resooooort!

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SIAMESAS - ¡Hop! Nuestro jardín representa al universo y el camino de la vida, tan lleno de cambios, altas y bajas, tropiezos, pasajes que se bifurcan o se reencuentran entre surcos, puentes y obstáculos. ¡Hop! Luz y sombra. ¡Hop! Zamira, ¿sigues despierta? ¡Hop! Suéltate, Zamira, olvídate de ti. ¡Hop! ¿Es cierto que tu único deseo es tener una habitación con vista al mar? ¡Hop! Duérmete, ya es hora. EL REGENTE – Koníchua ¡Qué maravilla, pura carne fresca…! … 5. EL BOTONES, ahora con sotana y alzacuellos, entona un aria angelical mientras EL NIÑO/HOMBRE da vueltas en un triciclo. El religioso, arropado por su propio cántico espiritual, saca un huevo duro y juega con él, lo pela y lo devora de manera sensual mientras EL NIÑO/HOMBRE acelera sus vueltas interminables por el camino de la inocencia perdida. … 6. BAHISHAJYAGURU cambia de mudras y expresiones propias de la gestual del Katakahli. FILÓSTRATO trata de imitarlo con manifiesta torpeza. … 7. UN MARCIANO le dispara a ZAMIRA. Ella está profundamente dormida, pero sentada en la maleta a manera de única butaca. … 8. Alguien recuerda a Petrarca: GIOVANNI “Veo, pienso, lloro, ardo, y quien me mata

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Siempre está en mí para mi dulce pena: Sufro una guerra de ira y dolor llena Y hallo la paz sólo pensando en ella.

Así es que mana de una misma fuente El dulzor y amargor que me sustentan; La misma mano hiéreme y me sana. Y porque mi martirio no termine Muero y renazco veces mil al día…”5 (Cree ver una invisible sombra que cruza.) ¿Fiametta? ¡Fiametta! … 9. EL REGENTE cierra el telón y se acerca a ZAMIRA. EL BOTONES/CURA cierra y abre el telón para dar lugar a la siguiente imagen: … 10. FILÓSTRATO, sentado en la mesa, y con PATRICIA a sus pies, come de una lata con alimento para perro. ZAMIRA duerme. EL REGENTE, a su espalda, le tapa la boca y le inyecta el cuello. Ella apenas reacciona y se desvanece

5Soneto CXIII de Petrarca. Traducción de Manuel Durán.

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X EL CONFESIONARIO El BOTONES ahora con sotana y alzacuello- conecta cables al cuerpo de ZAMIRA y a un gis con el que escribirá en las paredes la confesión de ZAMIRA. PATRICIA, ya “desconectada”, espera sobre una maleta con los ojos puestos en un lugar muy lejano.

El BOTONES - ¿Quién eres? ¡Confiesa! ZAMIRA - Hubo una vez una niña que chillaba como soprano/ hubo una vez una mujer que agarró mi mano con infinito amor/ hubo una vez el mar/ hubo por primera vez un beso/ hubo un ideal y una indignación y la universidad, ideas y el sueño de alguien que pensaba que la rotación de la tierra podía desandar su curso de siempre y girar en sentido inverso/ hubo la esperanza absurda haciendo crecer mi cuello como una jirafa hasta alcanzar tu ventana para decir: te quiero/ hubo una vez la locura nocturna y las islas flotantes y los cachalotes del insomnio surcando humo de cigarrillos y vasos volcados/ y érase una vez tú y yo bailando la noche entera en esa comunión de cuerpos incendiados donde fuimos uno solo por siempre aquí/ aquí en mi memoria que hoy te rescata de la infinita variedad de la experiencia antes de que todo reviente/ antes del polvo, antes de la extinción de las cosas y los cuerpos y los recuerdos/ y antes de que muera ese gesto único, muy tuyo, ese detalle que me vuelve loca: bajas tu labio inferior y yo veo el nacimiento de tus

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dientes/ ahí está Venus entre las olas/ renace mi deseo con la sola contemplación de tu boca…

El cura ha escrito la confesión por todos los rincones del cuarto: ballenas, palabras, diagramas, cuellos de jirafa y una grafía remota y persistente, un te quiero reiterado que ninguna mano o pisada podría borrar.

EL BOTONES - Eres una basura, un asco, Zamira; pero aquí te vas a joder. Me aterran los rebeldes. Ustedes dos traen la negra peste encima y como tal, serán extirpadas.

Irrumpe FILÓSTRATO con su acordeón. Se echa a ZAMIRA al hombro.

EL BOTONES - Que ni qué: ya te cargó el payaso. Nombre sea de Dios. FILÓSTRATO - Duérmete, chiquita, duerme. ZAMIRA - Zamira, Zamira, Zamira…

EL BOTONES entona un salmo fúnebre.

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(X.A FUGA SEGUNDA SAMANTABHADRA, suspendida en el cielo.

SAMANTABHADRA - ¡Despierta! ¡No te lastres! ZAMIRA - ¿Qué quieres? SAMANTABHADRA - Soy Samantabhadra. ZAMIRA - Y yo Zamira, Sonrisamorena, Jardínflorido, Laquecuentacuentosenlanoche… SAMANTABHADRA - ¡Alcanza mi mano y sube! ZAMIRA - No puedo ni moverme. SAMANTABHADRA - ¡Despierta! No te lastres. ¡Sexto piso! ZAMIRA - Tengo sueño. SAMANTABHADRA - ¡Despierta!)

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XI LA HUIDA PATRICIA grita: tiembla. Cae cascajo. Pánico: El BOTONES desaparece. FILÓSTRATO suelta a ZAMIRA.

ZAMIRA - Estoy despierta, Filos, despierta, todavía hay tiempo. FILÓSTRATO - Te espero, lo mío es la paciencia... SAMANTABHADRA - Ligereza, Zamira, sólo la ligereza permite volar. (Desaparece.)

XIA. EL CUARTO SIN PAREDES De entre una nube de polvo, surgen PATRICIA y ZAMIRA rodeadas de otros jóvenes desnudos. Son el Edén mismo, los cuerpos que le hicieron decir a Bocaccio: “No creo haber visto antes ninguna cosa tan bella ni tan agradable como lo son estos jóvenes”; “son más bellos que los retratos de los ángeles”; “como rosa de abril o de mayo al clarear el día”. Música: Now Listen. Las manos cubren los senos; un ojo que se abre y se cierra. En esos cuerpos habita El Jardín.

BAHISHAJYAGURU La puerta pesa:

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sólo te recuerda que no debes abrirle a cualquiera. Metal y madera, chapas y cerrojos, pero la puerta no resguarda el jardín. Una muralla de luz y aire lo cerca. Viaja hacia todos los rumbos: ligero atraviesa, baños de luz, no hay umbral que cruzar. Así, desde la distancia, lejos del jardín, podrás volver a ti si algún día te abandonas. Regresa atravesando muros ingrávidos: otra piel no es un umbral, es la transparencia que te ilumina. Al mirarla, te miras. Al tocarla, te tocas. En el jardín, todo es luz.

XIB. ALBAHACA ISABEL ha dispuesto alimentos para ZAMIRA y PATRICIA. Rodean una cesta, un mantel, un cuchillo y jitomates. PATRICIA, visiblemente enferma.

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ISABEL - Habitación 305, sexto piso. Ahí conspiran. ZAMIRA - ¿Sexto? Buscamos en el tercero. ISABEL - 305 en el sexto… Ya están cerca. ¿Oyes? ZAMIRA - ¿Qué cosa? ISABEL - La reunión: risotadas, alegría. Los aborrezco. Me insulta escucharlos. ZAMIRA - Gracias por la información. ISABEL - Déjala descansar un poco. ZAMIRA – Con permiso, señora. ISABEL - ¿Escuchas? ZAMIRA - No, pero vamos para allá. ISABEL - El astrónomo sabe cómo salir, vaya si sabe… La pasan bien, ¿eh?... ¡Dale de comer!… No se le ve nada bien… ZAMIRA - Tenemos mucha prisa… ISABEL - ¡Pero tiene que comer! ¡Pásame el cuchillo! ZAMIRA - ¡¿Cuál cuchillo?! ISABEL (cuchillo en mano) - Perdóname. A Isabel todo le cuesta: respirar, dormir, despertar, comer, vestirse… Vete. 305 piso 6. ZAMIRA - ¿En qué habitación estamos? ISABEL - 13, piso de la desgracia. En los hoteles nunca hay cuarto 13, ¿sabes?… Sólo Isabel tiene el honor de habitar la 13 y su cama es una fosa porque ella tuvo a bien

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enamorarse de Lorenzo, un mozo de baja condición. Sus cuerpos eran un jardín florido hasta que los tres hermanos de Isabel descubrieron su amor y apuñalaron a Lorenzo. ZAMIRA - ¿Por qué?

Tras una puerta se alcanza a ver la cabeza de Lorenzo, como si fuera una vianda, sobre un platón.

EL DESCABEZADO - “Isabel, tus hermanos me dieron muerte por la espalda. Deles Dios mal galardón. Remember me, my love, remeber me”. ISABEL - Le dijo Lorenzo en sueños. ZAMIRA - ¿Y luego? ISABEL - Ella fue a donde le indicó que lo habían enterrado... Pero dale de comer, se le ve enferma… ZAMIRA - Sí, señora. ISABEL - Con ayuda de la criada, desenterró a su amado y le cortó la cabeza para estar, aunque fuera de esa manera, cerca de él. Isabel enterró la cabeza en un cesto donde plantó una albahaca que creció frondosa a fuerza de lágrimas. “¿Quién pudo ser el mal cristiano que me quitó a mi amor?” Esa canción, la melancolía y las lágrimas eran perpetuas. Así que los hermanos encontraron enferma su obsesión por el cesto de albahaca y decidieron

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desaparecerlo. “¿Quién pudo ser el mal cristiano que me robó el tiesto de albahaca?” Una y otra vez: preguntar, insistir, palidecer, melancolía sin fin. ZAMIRA - ¿Y luego? ISABEL - Al arrancar de raíz la planta, los hermanos encontraron un bulbo con pelo crespo aún y cuencas que en vida hubieran merecido piedad, y la boca carnosa, que ella tanto besó... Isabel murió de tristeza... Ponle albahaca al jitomate, así le sabrá mejor. ZAMIRA - ¿Esta es la albahaca? ISABEL - Busquen al astrónomo, jovencitas, pero recuerden esta enseñanza de Isabel, la del piso de la desgracia, la del infierno interminable, la sin consuelo: cuando puedan contar su vida como un relato, en tercera persona, querrá decir que ya aprendieron algo. Los sobrevivientes cuentan el cuento, ahí nos reunimos los muertos, en la boca de los vivos. 305 sexto piso.

ZAMIRA casi carga a PATRICIA y salen.

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XI.C EL TRATO 1. EL NORTEÑO - Soy El Norteño, ya te dije. JULIO - ¿Pero cómo te llamas? EL NORTEÑO - No tengo nombre. JULIO - ¿Y cómo sé que trabajas para ElBrujo? Salammalecom. EL NORTEÑO - …¿Malecomsalam?... ¿Ves? Soy su carnal. … JULIO - …Ésta es su foto. EL NORTEÑO - Un guapo. JULIO - La dirección está escrita atrás. EL NORTEÑO - No sé leer. JULIO - Florencia 10, primer piso. Está fácil. EL NORTEÑO - … muy guapo. … JULIO - ¿Te parece?… Pues antes de matarlo, le desfiguras la cara. … EL NORTEÑO - ¿Picahielo? JULIO - Que sufra.

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EL NORTEÑO - Tú cargas el infierno, cuate. … JULIO - Vi sombras debajo de la puerta. EL NORTEÑO - Y más cosas verás. JULIO - Se echaron a correr. EL NORTEÑO - Las sombras corren, así son ellas. JULIO - ¿Habrán oído? EL NORTEÑO - Ya cierra la puerta. … EL NORTEÑO - ¿Picahielo pues? JULIO - … EL NORTEÑO - Son mil más JULIO - ¿Nos habrán oído? EL NORTEÑO - Traes perros en el corazón, te lo van a devorar. JULIO - ¡Ya vete, vete ya! EL NORTEÑO - Afloja, yo te lo hago sufrir en serio. Mil por el picahielo; el padre ya me dio para lo principal. … JULIO - Ten. EL NORTEÑO - Ya verás: cabecita rodante. JULIO - Espera.

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EL NORTEÑO - ¿Qué hay? JULIO - No lo mates. Me quema… aquí. EL NORTEÑO - Échale agua. Una vez cobrado, yo cumplo; si se arrepienten, también cumplo. Así los que son como tú, no lo vuelven a hacer. Así que échale agua y aguántate.

EL NORTEÑO sale. JULIO hurga en su maleta, escribe un breve recado en un papel y se lo guarda en el pantalón. Saca una cuerda de la maleta. Prepara su horca.

2. EL AMANTE, con sangre en las manos, se limpia las manchas restregándose con su camisa.

VOZ (en el celular) - Hola… EL AMANTE (al celular) - ¡Daniela, pasó algo muy grave! VOZ (en el celular) - Soy Daniela, deja tu mensaje, por favor. Besitoooos. EL AMANTE - ¡Carajo!... Daniela, hice algo muy grave. Estoy en un lío. Te lo suplico. Llámame por favor.

La puerta se entorna lentamente: es ZAMIRA.

EL AMANTE- ¡Fuera! ¡Fuera! ¡¿Qué miras?!

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ZAMIRA - Busco el sexto piso. EL AMANTE - ¡No es aquí, vete, largo, vete!

3. JULIO se ha subido a una maleta y tiene la soga al cuello. DANIELA surge de las sombras transformada en una bestia, la salamandra que describiera en su sueño.

JULIO - ¡Lárgate, lárgate! DANIELA - ¿Quieres ahorcarte?, ¿quieres la lujuria del ángel?, ¿priapismo post-mortem? Venga el vuelo pendular y un poco de placer de paso. JULIO - ¡De haber sabido que me atormentarás así, jamás lo habría hecho! DANIELA - Déjame contarte un cuento: érase una vez una mujer llamada Daniela. Se le atoró un dedo en el lavabo. Así de idiota, un dedo. Te llamó y nunca contestaste. Así que no le quedó más que llamarle a un plomero. El tipo llegó y le ofreció la solución: proporcionarle un orgasmo y así bajaría la sangre a otra parte desinflamando el dedo. Así empezó todo, así lo conocí. JULIO - ¿Con qué llaves?, mentira, ¿con qué llaves entró? DANIELA - Dejé la puerta abierta. JULIO - ¡Mentira, mentira, me atormentas! DANIELA - No tengas pena, pariente, todavía puede ser que la soga se reviente. Nos veremos siempre, querido Julio. (Desaparece.)

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XII EL TIEMPO EL BOTONES bolea obsesivamente los zapatos del Señor, que lee un periódico.

El BOTONES - “Pasaste a mi lado con gran indiferencia tus ojos ni siquiera voltearon hacia mí. EL REGENTE (lee la noticia periódico en mano) - “El vagón iba repleto: hombres, mujeres, niños”. ¿Me oyes, Alfred? Sesenta, como contar un largo minuto. EL BOTONES -

Te vi sin que me vieras

te hablé sin que me oyeras y toda mi amargura se ahogó dentro de mí”. EL REGENTE - Yo hice la prueba: en sesenta segundos respiramos y exhalamos unas nueve veces, y si los cuentas, uno tras otro, un minuto es la eternidad... “Sesenta quisieron huir de la peste… cruzar la frontera y salvarse, pero los levantaron”… Cerca de la carretera. Desierto, una fosa abierta y ¡dale! EL BOTONES - “Me duele hasta la vida saber que me olvidaste…

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EL REGENTE - A palos, Alfred, a punta de batazos les quebraron los huesos y semimuertos cayeron a una fosa y medio vivos, ¡tenga!, tierra encima hasta que no hubo más que silencio. EL BOTONES - “…pensar que mil desprecios merezca yo de ti”. EL REGENTE - Eso fue real, aquí lo dice. Hay lugares y gente infinitamente despreciables…Países despreciables, gente de verdad despreciable. Comparado con ellos, ¿qué soy? Un cordero… Digo, la carne es una pasión. ¿Cómo te liberas de la carne si estás encarcelado en ella? Pero ¿matar así? 60, Alfred, 60… Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis… EL BOTONES - “Y si embargo sigues unida a mi existencia…” EL REGENTE - Trece, quince, diecinueve… EL BOTONES - “…y si vivo cien años cien años pienso en ti”. EL REGENTE - ¿Y si Dios contó?... Cuarenta, cuarenta y tres… EL BOTONES - “Pasaste a mi lado con gran indiferencia…” EL REGENTE - ¿Qué habrá pasado por la cabeza del Señor? Cincuenta y siete… EL BOTONES - “Tus ojos ni siquiera Voltearon hacia mí”.

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EL REGENTE - Cincuenta y nueve, y sesenta. EL BOTONES - Listo. EL REGENTE - ¿Qué habrá dicho el Señor, ante todo aquello? Frente a algo así, qué son mis pecados. No soy más que un cordero estremecido de arrepentimiento… EL BOTONES - Quedaron perfectos, qué belleza. EL REGENTE - Digo, la carne esclaviza, deseos incontrolables, pero algún día acabaré despellejado. Fiambre sin pasión, ni fantasías torturantes, ni ganas de piel, ni orificios que te devoran. Llegará el día, Alfred, y drenado hasta la última gota, sin nada que excretar, pensaré en El paraíso. (Revisa sus zapatos. Encuentra una imperfección. EL BOTONES se ve obligado a darles lustre sin fin.) ¿Existirá la tierra de la gran promesa? ¿La muralla dentro del laberinto? (Cáustico.) El sexto piso. Imagino un rectángulo perfectamente trazado. Arbustos lo delimitan. Pasto al centro. Pero pienso en esos 60 y todo se derrumba. ¿Qué habrá dicho el Señor, ante todo aquello, Alfred? EL BOTONES - ¿Qué señor? EL REGENTE - Dios. EL BOTONES - ¿De qué?, perdón. EL REGENTE - ¡Sesenta segundos! EL BOTONES - Sus zapatos están listos, Señor. EL REGENTE - ¡No estabas oyendo! EL BOTONES - Claro que sí.

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EL REGENTE - ¡Conté en mi interior hasta sesenta! EL BOTONES - Tardé menos, le juro que no tardé tanto. EL REGENTE - ¿Te imaginas lo qué pensó Dios al mirar todo aquello? EL BOTONES - No sé de qué me habla. EL REGENTE - ¡¿Sabes lo que se dijo Dios?! EL BOTONES - No, señor. EL REGENTE - “Estoy muy cansado, atrozmente cansado...” EL BOTONES - ¿Quiere que le prepare su cama? EL REGENTE - “Sólo el exterminio puede imponer el orden”. EL BOTONES - No alcanzo a comprender… EL REGENTE - Supongo que algo así se dijo y se echó a dormir. EL BOTONES - Los caminos del Señor son insondables. EL REGENTE - ¿Y sabes qué soñó el Señor? EL BOTONES - No, señor. EL REGENTE - Que la puerta de la muralla se abría sola y dejaba pasar todo. EL BOTONES (recibe un atado de llaves) - ¿Todo? EL REGENTE - Sí. … EL BOTONES - ¿Quiere sexo?

EL REGENTE le da una bofetada.

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EL BOTONES - Yo no tuve la culpa, señor. EL REGENTE - ¿De qué hablas? EL BOTONES - De que las dos jóvenes escaparan. Me cansé de buscarlas, se lo juro. Pero si quiere en este instante voy tras ellas. EL REGENTE - Estoy atrozmente cansado… Prepara mi cama. EL BOTONES - ¿Y ellas? EL REGENTE - La peste hará lo suyo antes del sexto piso

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XIII DANZA MACABRA FILÓSTRATO toca el acordeón. Se activa el mecanismo: la ronda democrática: desesperado entusiasmo en la entrega a la disolución, cuerpos que giran sobre cuerpos. Suenan golpes intensos en la muralla. Cae cascajo, una nube de polvo. Quietud. Sobre una montaña de cuerpos, PATRICIA reposa. ZAMIRA, con tapabocas, se acerca con una regadera en mano. Vierte cal sobre los cuerpos. PATRICIA florece.

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XIV EL PARAÍSO ZAMIRA - ¿Aquí es el 305? GIOVANNI - Entra, Zamira, princesárabevientosuave, la que cuenta cuentos en la noche, otra sobreviviente. Te estábamos esperando. GIOVANNI -¿Qué haces? ZAMIRA - Dar las gracias. GIOVANNI - ¿A quién? ZAMIRA - A Samantabhadra… Necesito salir. GIOVANNI - No hay más a donde subir. ZAMIRA - Volver y punto. Mi amiga murió. Peste, negra peste. GIOVANNI - Aquí nadie quiere volver. Llegaste… Mira, te presento. Los caballeros: el lascivo Dioneo, Pánfilo el afortunado…

Aparece FILÓSTRATO.

ZAMIRA - ¡A sol y sombra! ¡Estoy despierta, te lo advierto! FILÓSTRATO - Cuando tú digas, mi reina, no tengo prisa. GIOVANNI - Calma. La muerte habita el jardín. Preferimos mirarla de frente y que esté dentro.

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FILÓSTRATO - Filos, tu Filos, el negro, cuando quieras déjate venir, muñeca…

Se escucha un canto ritual. Entra el ASTRÓNOMO. No le vemos el rostro. Deja una bonsai en el piso.

GIOVANNI - El astrónomo. ZAMIRA - ¿Es él? ¿Sabe cómo salir? EL ASTRÓNOMO - Qmnaldjjbjlknbjhersbmgmnkjlkbytfymjgdcywyyfc. ZAMIRA - ¿Qué dijo? GIOVANNI - Que todo ya fue. Que él no existe. EL ASTRÓNOMO - Kjbkjhbghvkjhjhjhbjbjauqoieuyqjclv`b´. GIOVANNI - Que el astrónomo sólo te dio un viaje y que ya estás aquí. Llegaste. ZAMIRA - ¿A dónde? NEIFILE - Al jardín, Zamira. GIOVANNI - Las damas: Pampinea, Lauretta, Neifile, Emilia… y (señala a un lugar donde hay nadie) Fiammeta, madonna Fiammeta: ardiente, pero aterrada con la posibilidad de corresponder a un amor.

El fantasma cruza y la siguen con la mirada, salvo ZAMIRA que extrañada descubre a quien reconoce como PATRICIA.

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ZAMIRA - Patricia, Patricia... GIOVANNI - No, se llama Elisa: abandonada y melancólicamente infeliz. ZAMIRA - Patricia, ¿no me reconoces? GIOVANNI - Está ausente, nunca habla. ZAMIRA - ¡Patricia, soy yo! NEIFILE - Déjala, su paraíso está en otra parte. ZAMIRA - ¡No, yo la conozco! ¡Patricia! ¡PATRICIA!

ELISA (PATRICIA), “desconectada”, se aleja. … PANFILO - Hay pozos de agua fresquísima y bodegas llenas de preciosos vinos. NEIFILE - Huertos, un pensil... Agradables de mirar. PAMPINEA - Manjares. GIOVANNI - “…el ronco murmullo de las aguas/ Se oye desde una verde y fresca orilla”, decía mi amado Petrarca. FILÓSTRATO - ¡El paraíso, Zamira, llegaste, pero aquí estoy, te lo dije, el negro! GIOVANNI - Llegaste. ZAMIRA - Me agrada que este lugar esté tan lejos de todo aquello. GIOVANNI (a FIAMETTA) - Porque en el jardín nunca fuimos tú y yo, Éramos nosotros, pareja plena de sol, Sin tiempo en la piel sin tiempo,

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Indiferentes a las flores de sepulcro , A la decrepitud y al tedio. DIONEO (toma una manguera con agua, los persigue) - ¡No más poesía! ¡Ahí va la manguera, quién se pone, quién la agarra!

Juegan, se empapan unos a otros. Se detienen al escuchar golpes intensos en la puerta.

PAMPINEA - ¿Quién es?

Silencio.

NEIFILE - ¿Quién? EL ASTRÓNOMO - Vjhbjhbvheldkbvhgvkjvhg. (Sale.) GIOVANNI - Es ella, La peste. Vamos, rápido, ¿quién sigue?

Se vuelven a oír los golpes en la puerta.

GIOVANNI - No escuchen, no se angustien, concéntrense. PANFILO - ¡Yo cuento! GIOVANNI - Vamos, empieza.

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Los golpes, más insistentes.

GIOVANNI - Rápido, el cuento.

XIVA. EL MUDO PANFILO - Había una vez un convento con seis monjas y una abadesa, un santo lugar muy alabado por su apego estricto a la palabra de Dios. Y también había un joven ingenioso, de oficio labrador. ¿Su nombre? Masetto de Lamporechio. Esa tarde se encontró a un amigo hortelano que se quejó amargamente del convento: NUTTO - ¡Méndigas monjas! Trabajé como bestia en su enorme jardín, y aunque me pagaban una miseria, hacía de todo. Ingratas, tienen el diablo en el cuerpo: “haz esto”, “haz lo otro”, “carga, trae, lleva, levántate”, ¡al diablo! Y aunque les prometí un reemplazo, nunca le haría ese mal a un amigo. Líbrate de ello. MASSETTO - Piensas bien, querido Nutto. ¿Qué hace un hombre entre puras mujeres? Mejor sería vivir con diablos, porque ellas seis veces de cada siete no saben lo que quieren. PAMPINEA - Massetto algo tramaba, porque decidió apersonarse como el recomendado de Nutto. Quería el trabajo y… a saber... Pero como era apuesto y joven, temía que le prohibieran entrar a ese gineceo sagrado, así que decidió hacerse pasar por mudo,

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sí, mudo.

Un grupo de monjas atraviesa entonando una alabanza. Son los ángeles mismos. MASSETTO cultiva pero, ante todo, cultiva su imagen de inocencia.

MONJA 1 - Si no dices nada, te confiaré una idea de la que tú también te puedes aprovechar. MONJA 2 - Mi boca es una tumba. MONJA 1 - …Vivimos muy sobriamente. Sin hombres cerca, salvo el vejete del portero y el mudo. ¿Sabes cuál es el mayor placer? El de mujer y hombre. Me lo han dicho varias… Podríamos ensayarnos con el mudo, nunca diría nada. MONJA 2 - ¡Ave María Purísima! Le prometimos a Dios nuestra virginidad. MONJA 1 - ¿Y cuántas cosas que se prometen, no se cumplen? MONJA 2 - ¿Y si quedáramos embarazadas? MONJA 1 - Piensa en eso cuando llegue el mal. Hay mil soluciones. Además es mudo, nadie se enteraría. PAMPINEA - La otra monja, al oír esto, sintió más deseos que la primera de probar qué clase de animal es el hombre. MONJA 2 - ¿Y cómo haremos? MONJA 1 - En la cabaña, junto al manantial. Una entra con él y la otra vigila. MONJA 1 - Shshshshshsh, ahí vienen.

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Coros celestiales: procesión. Las dos aventajadas se desprenden del grupo y alegremente hacen con MASSETO lo acordado.

PAMPINEA - La tentación de repetir no sólo fue mucha, sino reiterada. Tenían motivos: el buen hortelano labró su huerto como nadie lo volvería a hacer jamás. … MONJA 3 - ¿Oyes? MONJA 4 - ¿Qué es eso? MONJA 3 - Un burro. MONJA 4 - Como si le estuvieran dando una paliza. MONJA 3 - ¡Pero qué dulzura! MONJA 4 - ¡Las dos, se puede de a dos! MONJA 3 - ¡Chit, calla! Vamos a acusarlas con la abadesa. MONJA 4 - No, espera… MONJA 3 - ¿Qué? Ya deja de mirar. MONJA 4 - ¿Y si mejor lo compartimos? MONJA 3 - Están obligadas a prestarlo. Las descubrimos. … PAMPINEA - Muy pronto se armó la fila india: una, dos, tres por cuatro, cinco por tres, en fin… Masseto labraba jardines de día y de noche. Naturalmente, la fatiga del

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hortelano fue tal que una mañana se tendió a dormir en el patio y… adivinan, queridos, el diablo tiene su imperio: quiso que la madre abadesa por ahí pasara, justo cuando el viento había levantado las ropas de Massetto: piel, pulsaciones… pelos pues. ZAMIRA - ¿Y luego?

LA ABADESA lo despierta y se lo lleva. El coro angelical cruza y canta, con enorme decepción, mirando a lo lejos las obras de su superiora.

PAMPINEA - Y uno, dos, tres, cuatro, cinco días enteros, desconsuelo general al ver que Massetto ya sólo labraba un huerto. Pero Dios finalmente iluminó al pobre mudo: MASSETTO - ¡Basta, señora, por Dios, ya basta! He oído que un gallo puede satisfacer a siete gallinas, pero ni siete hombres bastarían para satisfacer aquí a una mujer, y además a mí me toca cumplimentar a otras seis. Dejadme ir, ¡por Dios! ABADESA - Ave María purísima sin pecado concebida. Os creí mudo. MASSETTO - Y lo era, señora mía, de nacimiento lo era pero tantas ganas de gritar, tanto fervor contenido, por obra de Dios, me ha brindado el don del habla. ABADESA - ¡Milagro! ¡Bendito Dios que nos ha traído un Milagro!

El coro angelical participa de la exultante alegría:

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PAMPINEA - Así cómo no llegar a viejo y feliz. Massetto fue rico y padre de una gran descendencia. Cada vez que, dichoso de haber vivido lo que había vivido, le pedían que contara su historia, Massetto sentenciaba: MASSETTO - Así trata la suerte a quien le pone los cuernos. TODAS - ¡Milagro!¡Milagro!

Golpes en la puerta que interrumpen el festejo.

XIV.B EL DIABLO EN EL INFIERNO GIOVANNI - ¡La muralla resiste! ¡No vamos a abrir! Tu turno, Neifile, vamos. No se distraigan: escuchen, ¡nada va a trastornar nuestro jardín! PAMPINEA - Aprisa. NEIFILE - Érase una vez una joven bella y agradable que tenía por nombre Alibech. Vivía en la ciudad de Capsa, en la Berbería. No era cristiana pero anhelaba la infinita pureza de aquellos que veneran a Dios. Así que un día se preguntó: ALIBECH - ¿Cuál es la manera más adecuada de servirte, Señor? NEIFILE (con voz tonante:) - “Apártate de las tentaciones del siglo, ve a la Tebaida donde se refugian los que verdaderamente creeeeeen”… La joven, que no sólo era ingenua e inocente, sino que tenía escasos 15 años, sin darle razones a nadie, se lanzó al reino

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de los anacoretas. Caminó por el desierto y de pronto, entre visiones de muerte que ya la acechaban, apareció un joven ermitaño. Al verla en la plenitud de su belleza, como la rama cuando se cubre de hojas, la tomó entre sus brazos a punto de desfallecer. RÚSTICO - ¡Un ángel, Dios me ha enviado un ángel! NEIFILE - Ése es Rústico, ermitaño de la Tebaida, consagrado a la más estricta observancia religiosa. ALIBECH - Gracias, padre. NEIFILE - El ángel parecía haber resucitado. ALIBECH - Soy Alibech. RÚSTICO - Yo, Rústico. ALIBECH - Busco refugio. Vengo huyendo del diablo. RÚSTICO - ¿Qué es esto, señor? Qué dura prueba me pones. NEIFILE - Alibech además de la inocencia y la ingenuidad reunidas, era la belleza y otros tantos atributos que dejaron a Rústico en un estado de salvaje insurrección interior, la carne se le amotinaba. RÚSTICO - ¡Atrás, Satanás! ALIBECH - ¿Satanás? RÚSTICO - ¡El Diablo, el enemigo malo! ALIBECH - ¿Lo has visto? RÚSTICO - Aquí, vive aquí, pero Dios te ha mandado para que juntos podamos

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expulsarlo de su reino. El Diablo es el peor enemigo de Dios. Lo encerraremos de una vez por todas. ALIBECH - No deseo otra cosa. NEIFILE - Entonces le pidió imitar exactamente lo que él fuera haciendo.

RÚSTICO se persigna, y luego se quita la ropa; ALIBECH lo imita. Quedan desnudos.

ALIBECH - ¿Qué es eso que te sale de frente y que yo no tengo? RÚSTICO - El Diablo. ¡Vade retro, Satanás! Te dije que estaba aquí. ALIBECH - ¡Se mueve! RÚSTICO - ¡Y me atormenta! ALIBECH - ¡Bendito Dios, veo que soy mejor persona que tú, ya que yo no tengo Diablo! RÚSTICO - Sin duda, criatura, pero tú tienes otra cosa terriblemente peligrosa y que yo no tengo. ALIBECH - ¿De qué hablas, amigo Rústico? NEIFILE - Nuestro buen anacoreta, tembloroso y babeante, apuntó hacia el monte de Venus de Alibech. RÚSTICO - El infierno. ALIBECH - ¿Dónde? RÚSTICO - ¡Ahí! ALIBECH - ¡Santa María, madre de Dios!

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RÚSTICO - Ella, ella misma te ha enviado para salvar mi alma. Si tú te apiadas de mí, podré meter al Diablo en el infierno, y así le daremos gusto a Dios y trabajaremos juntos en su servicio. ALIBECH - Si yo tengo el infierno, padre, procedamos a lo que os plazca. RÚSTICO - ¡Bendita seas, criatura celestial! NEIFILE - Rústico la ilustró en las posiciones elementales y los procedimientos para aprisionar a aquel maldito ser en el infierno de todos tan temido. ZAMIRA - ¿Y luego? NEIFILE - La joven, que nunca se había metido al Diablo, tuvo molestias leves. ALIBECH - Mala cosa debe ser ese Diablo y gran enemigo de Dios, que aun el infierno mismo duele cuando se le mete. RÚSTICO - No siempre será así, mi querida muchacha. NEIFILE - Y como el Diablo era rejego y se salía y entraba a voluntad, Alibech consintió en que cada mañana batallaran por encerrarlo… y así pasaron los días en esa lucha violenta y dulce tratando de que el Diablo quedara encerrado... Una tarde, cuando estaban dulcemente entrelazados, Alibech suspiró y dijo: ALIBECH - Ahora entiendo cuán cierto es aquello que me decían los santos varones de Capsa: servir a Dios es bueno. No recuerdo haber hecho nada tan agradable como meter al Diablo en el infierno. NEIFILE - Y volvió con gusto la burra al trigo y mientras lo hacía preguntaba: ALIBECH - Oye, Rústico, ¿y por qué el diablo se va del infierno si con tanto gusto se le

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acoge? NEIFILE - Alibech rezaba deseando que la soberbia del diablo levantara la cabeza todo el tiempo… lo incitaba, lo propelía, lo impelía… y en cuanto el maligno mostraba su soberbia, ella rápidamente quería someterlo y doblegarlo. ¡Qué manera de luchar contra el mal! RÚSTICO - Por favor, ángel mío, ve cómo, por la gracia de Dios, lo hemos escarmentado. Dale una tregua. ALIBECH - ¡NUNCA! RÚSTICO - El Diablo te ruega que lo dejes descansar. ALIBECH - ¡NO! ¡Métete! RÚSTICO - ¡Te lo suplica! ALIBECH - ¿Tú? RÚSTICO - ¡Él! ALIBECH - Rústico, sin duda tu diablo ya está muy castigado y por eso no te molesta, pero yo tengo el infierno tan encendido que no me deja vivir. Debes mitigarlo con tu diablo. Mételo. NEIFILE - Pobre diablo. Rústico, que sólo se alimentaba de agua y raíces, ya no podía más. Así que, con sufrimiento interior pues verdaderamente la quería, se atrevió a proponer: RÚSTICO - Alibech, amor mío, hay otros diablos que podrían satisfacer tu infierno. NEIFILE - Ella, de vez en cuando, quedaba satisfecha con los empeños de Rústico, pero

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aquello era como echar un haba en la boca de un león. Rústico sufría. ALIBECH - ¡No amas a Dios! RÚSTICO - ¡Lo amo! ALIBECH - ¡Está descontento, no lo satisfaces! Debe haber otras maneras, no sé, a veces siento que el diablo se mete a mis manos y como que me quiere pulsar… ¡Ay, Rústico, qué miedo! Si vieras tu lengua, está más roja que una llama, ¿no se habrá metido el diablo ahí? ¡Clávala en el infierno! NEIFILE - Ahora los dos sufrían, pero Dios es providente. Tras un incendio en Capsa, un joven emisario fue a buscar a Alibech. Ese día fue el acto más piadoso de Rústico: renunció al infierno y Alibech se llevó una gran enseñanza: nunca se sirve tan bien a Dios como encerrando al Diablo. Se enamoró del emisario y avivó el fuego: sopló y sopló y sopló. GIOVANNI - ¡Queridas amigas!, ¿alguien, alguna de ustedes, por favor, lo ruego –miren mis labios agrietados-, alguien quisiera meter mi diablo en su infierno?

Golpes violentos en la puerta. Repentinamente se vuelven y descubren a una extraña presencia vestida de negro, zapatos bicolor antiguos y el rostro cubierto: es LA PESTE. Silencio.

GIOVANNI - Entraron. (Toma la planta sobreviviente; la deja en el centro.) “Que la muerte te acoja con todos tus sueños intactos, al final de una feroz adolescencia”6 Lo que 6Álvaro Mutis. ~ 106 ~


dijimos. Mirando al cielo.

Los jóvenes entrelazan sus manos, acostados en el piso. Miran al cielo. La manera en que se entrelazan los asemeja a una estrella. En el centro, la planta.

LOS JÓVENES - Desear siempre/ Saber que has hecho las cosas bien/ Mi paraíso es cantar/ Manejar en carretera/ Oír música y mirar el camino/ Acariciar un perro/ Tener alguien que me quiera de dónde vengo y a donde voy/ Mi paraíso sería estar en paz con mi familia/ Tenderme en el pasto y mirar las nubes/ Cantar boleros y llorar recordando a mi abuela/ Los dedos de mi novio/ Oler el perfume en el cuello de mi mamá/ Un lugar donde mis muertos estén de carne y hueso/ Tu boca/ Mis amigos/ Los Rolling Stones/ Escuchar a mi mujer/ Un viaje/ En mi paraíso no existe el dinero/ Reír hasta que te duela el abdomen/ Tus nalgas/ La comida de mi abuela/ Jugar con niños chiquitos/ El teatro/ Desahogarme/ Estar con la persona que amas/ Un jardín/ Mi paraíso siempre tiene música de fondo/ Asar bisteces en una tarde de junio y ver sentados en la mesa de plástico de carta blanca a mi papá y a mi mamá/ Un lugar donde no me va a pasar nada/ Desnudarte/ Compartirme/ No ir a la escuela/ Actuar/ En mi paraíso hablo con mi sobrina muerta y le digo que vale la pena vivir, que resista/ La luz azul/ Complicidad con la luna y las estrellas/ Erase una vez, había una vez/ Fiammetta, madonna Fiammetta, el paraíso/ Un piano/ Comida, mucha/ Aspiraciones altas y

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lúcidas/ Bailar toda la noche/ Tu mirada/

EL ACTOR QUE ENCARNA AL REGENTE Y LA PESTE - Que tu viaje sea largo y pleno en descubrimientos.

LA PESTE al frente. Todos la siguen, salvo ZAMIRA y FILÓSTRATO que la arrulla con su acordeón.

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XV LA TIERRA FILÓSTRATO - Sssshhhhh… Duerme.. Había una vez una niña llamada Zamira. Le gustaba leer y creía en la fuerza de los mantras y los viajes sedentarios. Sshhhh.

Irrumpen EL REGENTE y tres hombres –EL NORTEÑO, BARRABÁS y EL BOTONES; someten a Zamira.

- Ya te cargó la chingada/ No te muevas/ Quietecita, quieta, quietecita y no te pasa nada. EL REGENTE (marca un teléfono celular) - ¡Nosotros decimos cuándo y dónde, hijo de tu puta madre! ¡Ve juntando tu platita y la de su padre y la de su puta madre y la de su abuela y la de su hermano y la de cuanta puta gente conozcan, o no la volverán a ver! (Cuelga). Ay, Zamira, Zamira, Zamira. ZAMIRA - ¡SAMANTABAHDRA! … FILÓSTRATO - Apagón.

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El paraíso se estreno el 25 de julio de 2014 en la bodega 6 de la Escuela Nacional de Arte Teatral con el siguiente equipo de trabajo:

LUDWIG BERLINEA

El Regente/ Leónhijo/ El Astrónomo

ZAMIRA FRANCO

Zamira

PATY HERNÁNDEZ

Patricia/ Elisa

DIEGO GARZA MARÍN

El Norteño/ Papaespantapájaros/ Marciano 1/ Dioneo/ Nutto/ Monja 4/ Rústico

FABRIZIO GRAJEDA

Bahishajyguru/ El Brujo/ El Barrabás/ Guido degli Anastagi/ Papá Oso/ El Descabezado/ Pánfilo/ Monja 3

JUAN PABLO MAZORRA

La Barbie/ Filóstrato/ La Serpiente

LUIS ALBERTO SANTIAGO

El Botones/ El Amante/ Nastagio degli Onesti/ Marciano 2/ Emilia

DARINKA OLMAGUIRRE

La XXX/ Mamáhojalata/ Babylove 1/ Siamesa 1/ Isabel/ Monja 1/ Neifile/ Madre Abadesa

FRANCISCO GRANADOS

Julio/ Monkeyface/ El Niño-hombre/ Cirisco/ Masetto

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MARÍA ROSHER

La Joven del corazón roto/ Samantabhadra/ Mamá Oso/ Eva/ Babylove 2/ Siamesa 2

ALVARO SANDOVAL CAZARES

Giovanni/ Hijito Oso/ Adán

DANIELA SOTO VEL

Daniela/ La Joven de corazón negro/ La Joven de corazón rojo/ Lauretta/ Monja 2/ Alibech

DISEÑO DE ESCENOGRAFÍA: Alan España DISEÑO DE VESTUARIO Y PRODUCCIÓN: Rodrigo Muñoz DISEÑO DE ILUMINACIÓN: Aldo Alemán DISEÑO SONORO: Rodrigo Espinosa SERVICIO SOCIAL: Mariana Soto ASISTENTES DE DIRECCIÓN: Sixto Castro y Alejandro Romero ASESORÍA VOCAL: Aída López ASESORÍA COREOGRÁFICA: Evelia Kochen TRASPUNTES: Abigail Cinco, Denise Zúñiga, Mariana Soto y Andrés Mota.

TEXTO Y DIRECCIÓN: David Olguín

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UN JARDÍN INQUIETANTE Y CARNÍVORO

Apofrades David Olguín (Ciudad de México, 1963) pertenece a una de las generaciones más inquietantes e interesantes de la dramaturgia mexicana: la llamada generación de los noventa. Definida por Luis Mario Moncada, uno de sus notables congregantes, como “la generación de la desorientación o la confusión”

(Popova 14), se distinguen

principalmente por cuestionar con su teatro, los metarrelatos de la época. A través de herramientas donde, a decir de la investigadora Elvira Popova (Bulgaria, 1964), el eclecticismo, la desmitificación de la tradición, la pluralidad de perspectivas, la utilización de recursos tecnológicos en escena, la transformación de la acotación en texto primario, entre otras; son las cartas que presentan en la producción de sus primeras obras. Bien es conocido, en el argot literario, la sentencia: los temas escogidos en tu juventud son los temas sobre los cuales rondará tu escritura de madurez. Y no se trata solamente de las herramientas, metodologías o dispositivos que el escritor elija al momento de construir sus textos. Los artefactos que se emplean son el mero pretexto para darle aforo a la poética de cada escritor. Misma que manifiesta una postura y estrategia de

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organización de sentido de lo que el dramaturgo entiende por “realidad”; de ahí la dificultad de encontrar la propia “voz”. Es por lo anterior que la selfie de Moncada para sus contemporáneos, aquella del sexenio de Carlos Salinas de Gortari, del Tratado de Libre Comercio, de la devaluación del peso y del alzamiento zapatista, sea la de la “confusión y desorientación”. Lo anterior no es una circunstancia del país, sino un estado a nivel global donde, desde 1989, a partir de la caída del muro de Berlín, la situación económica en el mundo se agudiza (Hobsbawm Historia del siglo xx). El concepto de seguridad y utopía, de la también denominada -por Fernando de Ita- “quinta generación”, se desvanece. Rasgo que se manifestará en que los entonces jóvenes Olguín, Moncada y Chabaud dejen de creer en la figura del gurú teatral; aunque después alguno sea seducido por el juego de espejos. La falta de modelos orientadores provoca el ejercicio de abrir las fronteras y de colocar la mirada fuera de los entonces, 31 estados y un distrito federal, que componían la República Mexicana. Mejor aún, las fronteras se difuminan, abriéndose un portal de diálogo con los referentes del teatro internacional, los directores de escena de la época y con la tradición que los antecede, pero que no es parte del canon imperante. La ampliación de referentes nos otorga una textura interesante que oscila entre lo contemporáneo y, lo que podríamos llamar, lo muerto. El diálogo con lo no vivo, es una estrategia tratada por Harold Bloom en su libro La angustia de las influencias, y que denomina como apofrades. El crítico y teórico estadounidense apunta al respecto: “tomo la palabra de los días aciagos atenienses en los que los muertos

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regresaban a habitar las casas en que habían vivido” (24). Este retorno de los muertos, en la quinta generación, amplía los temas y las formas en las que se desplaza la dramaturgia mexicana. Pero principalmente sabotea la línea consanguínea del maestro al alumno, la cual se manifestaba a través de los vástagos teatrales. Los apofrades, alteran su pensamiento y construcción; para ellos lo que es previsible, el pensar en línea recta, el conocimiento heredado de padres a hijos, no conecta en su universo. Su recorrido es más bien curvilíneo, sinuoso. Bruno Bert, en su artículo Una generación de perfil evasivo publicado en 1995, menciona: “Lo directo, lo descaradamente seguro, hace parte de los tiempos caducados y ahora el rodeo, el atajo o cualquier otra forma que implique la ruptura de la línea recta parece preferible y más tranquilizador” (19). Pienso que a partir de la generación de los noventa, los escritores de teatro posteriores dejan de tomar en serio el asunto de la pertenencia a una categorización generacional. La línea consanguínea se diluye y se concentra en el eclecticismo, la discontinuidad, la variedad de formas y estilos. Lo anterior amplía las búsquedas y poéticas a diferentes caminos. El sueño de la utopía ha dejado de pertenecernos y asistimos a un banquete espectral. De aquel David Olguín de Bajo tierra (1982), La puerta del fondo (1984), Dolores y la felicidad (1998) permanecen los espectros y sus lugares. Las zonas oscuras que no alcanza a descifrar la realidad que habitamos, los espacios múltiples que engullen los espacios comunes. La sordidez de los sucesos que como un eco se expande hacia la risa compuesta por la maldad y la inocencia, por “mundos aparentemente opuestos […] uno engendra al

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otro. Donde la realidad parece vista desde múltiples perspectivas.” (Partida 32). Olguín es un apofrade por excelencia, su dramaturgia está compuesta por un engranaje tétrico, que asoma paciencia y sabiduría cada vez que se acerca a la escena.

Collige virgo rosas El paraíso obra escrita y dirigida por David Olguín, fue estrenada el sábado 26 de julio del 2014 en la bodega 6 de la Escuela Nacional de Arte Teatral (ENAT), con las actuaciones de los entonces alumnos: Ludwing Berlinea, Zamira Franco, Diego Garza Marín, Fabrizio Grajeda, Patricia Hernández, Juan Pablo Mazorra, Francisco Medina, Julio Cesar Ortiz, Darinka Olmaguirre, María Rosher, Álvaro Sandoval Cazares, Alberto Santiago y Daniela Soto Vell, actores de la generación 2010- 2014 de la ENAT; escenografía de Alán España; vestuario de Rodrigo Muñoz; y una excelente iluminación de Aldo Alemán, concluye su primera temporada en septiembre del mismo año. El paraíso realizó su segunda temporada7 del 16 de febrero al 22 de abril del 2015, en el mismo lugar. Tomando como referente El Decamerón de Giovanni Boccaccio, Olguín propone, como los lugares donde se desarrollará la obra, el hotel Decamerón Cocos Resort y un jardín. Dichos lugares son la opción donde, por un momento, pensamos que los cincuenta y siete personajes de El paraíso se

resguardarán de la peste. La cual, a decir del

planteamiento de Giovanni, clara referencia al autor de El Decamerón, la peste es la misma violencia que nos aqueja actualmente, aquella violencia desmedida y cotidiana: 7 En la segunda temporada Francisco Granados y Alberto Santiago se incorporaron al elenco en el lugar de Francisco Medina y Julio Cesar Ortiz. ~ 115 ~


“Desapariciones forzadas, encajuelados, paredones, decapitados, entierros clandestinos, cuerpos disueltos en ácido, fosas repletas de cadáveres” (6). La peste de nuestros tiempos consiste en “matar por matar” (9), en palabras de Giovanni. La estructura de El paraíso se construye a través de dos ejes, que Olguín denomina “Libros”, desenvolviéndose en escenas encuadradas con números romanos. El Libro primero contiene cinco escenas, mientras que el Libro segundo está compuesto por diez cuadros. Algunas de estas escenas señaladas con números romanos, se desenrollan en otros cuadros en donde el autor decide conservar el número romano y le añade una letra. Teniendo la variable de que estas escenas con número romano y letra, contienen otros cuadros que el dramaturgo distingue con números arábicos. El mecanismo de la obra se organiza de la siguiente forma:

Libro primero

I

II

III

Libro segundo VI A través del espejo  VI.b Monkey face  VI.c La familia oso  VI.d Los Oz  VI.e El reencuentro VII Hotel

VIII Danza Macabra

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IX Un corredor  IX.a El amor ♦ 1 ♦ 2  IX.b La custodia  IX.c La tentación  IX.d Las tandas

IV

V  V.a Palo Mayombe ♦ 1 ♦ 2 ♦ 3  V.b La sombra

   

♦ 1 ♦ 2 ♦ 3 ♦ 4 V.c Natural born killers V.d Fuga primera V.e La muerte V.f La nada

X El confesionario  X.a fuga segunda XI La huida  XI.a El cuarto sin paredes  XI.b Albahaca  XI.c El trato ♦ 1 ♦ 2 ♦ 3 XII El tiempo XIII Danza Macabra XIV El paraíso  XIV.a El mudo  XIV.b El diablo en el infierno XV La tierra

Los personajes de El paraíso se mueven en escenas discontinuas, donde en el Libro primero, gravitan principalmente, los personajes de Zamira y Giovanni. Este primer Libro, propone la llegada de Zamira al hotel Cocos Resort en el cuál, el huésped más antiguo es el personaje referente al autor de El Decamerón. Giovanni, de carácter melancólico, evidencia un joven de corazón roto, frustrado por el recuerdo de su amada Fiammentta.

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Merece la pena resaltar la escena I del Libro primero, puesto que el autor dosifica información creando expectación y perturbación ante un universo que inquieta. El in media res con el que empieza la obra, da como resultado que se construya una escena de tránsito y no de mera introducción a los conflictos. No entendemos lo que sucede pero queremos saber más del universo que contiene la obra. Cabe la definición de Elvira Popova acerca de las estructuras que los dramaturgos de los noventa utilizan: “No hay regresión al pasado, sino viaje, traslado en diferentes espacios de la memoria y la conciencia” (66). Los tránsitos sobre la memoria y la consciencia son uno de los principales ejes que desestabilizan al lector y que crean huecos en el argumento de la composición, los cuales el autor se encargará de entramar en escenas posteriores. El cuadro cinco, del Libro primero, llama mucho mi atención en cuanto al juego con los espacios. La propuesta plantea escenas que suceden en tiempos disímiles y simultáneos, logrando un ritmo vertiginoso. La acotación devela un poco el mecanismo: “Habitaciones en el Decamerón Cocos Resort: una puerta enorme arma espacios; frente a ella o abierta, de lado, en diagonal: interiores.” (Olguín 17). Es así que al número V, se le suma la letra “a”, la cuál abre la escena titulada “Palo Mayombe” (17), que contiene cuadros que se numeran del 1 al 3. Estos números son escenas encadenadas que muestran el deseo de muerte que tiene Julio hacia Daniela, su pareja, y El amante de ésta. El autor, después muestra la escena V.b donde enlaza los sucesos de El amante. La colocación de estas consiste en escenas a manera de postales o guiones de acción, que suceden de un modo desbocado; cerrando con un momento álgido donde El amante, con las manos ensangrentadas, trata

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de comunicarse con Daniela. En V.c, vemos la naturaleza de los huéspedes que habitan El Decamerón Cocos Resort, una discusión desata un asesinato; aquí nos queda claro que Zamira se encuentra en contra de su voluntad dentro del hotel. En V.d la fuga de Zamira la lleva al encuentro con Samantabhadra, un personaje que parece un sosiego en este universo, que le habla desde otro espacio- tiempo y que quiere ayudarla a salir de estos muros. En V.e se plantea el encuentro entre Giovanni, Zamira y Filostrato, un sepulturero que se comporta de manera lasciva ante la belleza de Zamira y que con su acordeón relata historias, cuentos que te llevan al sosiego y después a la muerte. Filostrato quiere que su primera víctima sea Zamira. A decir del mismo personaje: “¡Estoy en ti! ¡No podrás librarte! ¡Estaré donde estés! Soy el que soy: ¡vivo dentro de ti! Soy Mara, el señor de la muerte.” (33). En este apartado se encuentra el primero de cuatro intertextos de El Decamerón que Olguín interpola en su obra: el relato de Nastagio Degli Onesti y los amantes fantasmas, ubicado en la quinta jornada, narración octava, del libro original de Boccaccio. Además de lo anterior, el dramaturgo hábilmente enlaza la escena con Patricia, uno de los personajes ejes del libro segundo, la cuál mira un televisor que el mismo Filostrato saca de una maleta; mientras Zamira huye en busca de El Astrónomo, personaje que al parecer le ayudará a encontrar la salida del Cocos Resort y que mora la habitación número 305 del hotel. El apartado V.e juega con el tiempo y espacio que se contienen a sí mismos. Un ejercicio de retorno a una velocidad diferente que nos lleva, al parecer, al inicio de la obra: “agarrados de la mano, todos llegan al mismo lugar donde inició el viaje […] a pesar de las variaciones, nos recuerdan que entre más lejos, más cerca se está del retorno al sitio que los vio salir

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por vez primera” (Olguín, Paraíso, 34). Si bien es un ejercicio de analépsis sobre el eje de espacio y tiempo de la trama, el recurso provoca en el lector una descomposición del tiempo y a la vez la construcción de simultaneidad, de los mundos que cohabitan en un supuesto presente. Este recurso podemos encontrarlo en otras obras del dramaturgo nacido en Ciudad de México, como por ejemplo en Dolores y la felicidad donde a decir de la investigadora de origen búlgaro “No hay pasado, no se busca el futuro; no hay retrospección, sino introspección. Olguín detiene el tiempo, desenvuelve la historia en el espacio entre la vida y la muerte en un sin tiempo. El instante real se dilata hasta lograr dimensión de eternidad” (73). En El paraíso está eternidad se manifiesta a través de un sueño abandonado, donde cohabitan los fantasmas de nuestra peste, los cuáles se creen ajenos; pero el Cocos Resort es el ensueño y la realidad de todos. El libro segundo inicia de manera inquietante. De nueva cuenta, Olguín abre la escena VI a la posibilidad de múltiples cuadros. La acotación anuncia: “las proporciones son otras: la cabeza de PATRICIA…” (35). Así es como en VI.b se muestra el encuentro entre un personaje con cara de Mono y la desesperación de Patricia por caber dentro de una caja de seguridad, como si de lograrlo dependiera la vida del personaje, el significar: encontrar su lugar en el mundo. Mientras que en VI.c y VI.e nos plantea un modo enloquecido de poder entender el constructo del pensamiento de Patricia. Las dos escenas develan el ensueño, el delirio y la propia ficción del mundo de este personaje. El primer encuentro se da con una familia de osos, al parecer su familia; el segundo con “…tres personajes de El Mago de Oz; un grupo triste, parece una partida más propia del pobrediablismo ganándose la vida con un

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disfraz que no amerita ni la foto” (39). Después entenderemos que Patricia Osuna se encuentra en el propio delirio que te provocan las situaciones límites. El golpe de realidad se da en la escena VII, donde Patricia es inyectada por El Regente, mientras su acompañante La Barbie se inyecta droga. Esta escena cruza los recuerdos de Patricia con los de La Barbie, de tal forma que nos dan la sensación de que todas las historias de la obra se pertenecen. Que son posibles de multiplicarse hasta lograr hacer una simbiosis con las demás realidades. Al final de cuentas, es la misma miseria humana, nuestra misma peste la que nos agobia en las polifacéticas habitaciones y espectros de los personajes. Una escena que llama mi atención es la número XII, titulada “El tiempo” (62). Desarrollada por El Regente y El Botones; nos muestra uno de los rasgos más interesantes de la dramaturgia de Olguín. Mientras el botones entona Cien años, bolero de Rubén Fuentes Gasson y limpia los zapatos de El Regente, éste se encuentra impactado por una noticia que dimensiona y humaniza su maldad: el asesinato de sesenta personas. Para sopesarlo cuenta los segundos que tiene un minuto, los segundos en que tarda en respirar y exhalar. Cada segundo representa una vida arrebatada por el suceso. Es incapaz de ponderar este acto a pesar de que en su “negocio”, aparentemente, trafica con seres humanos, esclaviza, secuestra, pero, lo importante: no mata. El Regente dice al respecto:

Eso fue real, aquí lo dice. Hay lugares y gente infinitamente despreciables…Países despreciables, gente de verdad despreciable. Comparado con ellos, ¿qué soy? Un

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cordero… Digo, la carne es una pasión. ¿Cómo te liberas de la carne si estás encarcelado en ella? Pero ¿matar así? 60, Alfred, 60… Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis...

La visión de no uniformar la malicia y la nobleza, de estereotipar un carácter, sino de diversificar las zonas blancas y negras, nos crean personajes complejos. Dentro de la dramaturgia de David, encontramos metodologías similares. En La belleza, se encuentra la escena de Lent, explotador y esposo de Julia Pastrana, cuando una mujer con tres senos, le ofrece un “freakbusines” (25). Lent, el chantajista y estafador, sorprendentemente rechaza la oferta, de lo que bien podría ser un negocio redondo y placentero. También podemos encontrar otro ejemplo en La inocencia, donde “La gran maeztra” (75), que simboliza el poder estricto, inmaculado y opresor en contra de los demás personajes, se vuelve el sueño erótico de dos caracteres, que se masturban mientras la maestra realiza un striptease. Estos recursos no sólo nos hablan del alto entendimiento técnico que posee el autor, sino que es una forma de entender y traducir la realidad: su poética. En el discurso de ingreso a la Academia Mexicana de Artes, Olguín menciona:

En el teatro no hay un solo sentido. Por las vías de una dirección avanzan sistemas ideológicos, religiones y filosofías, pero si el teatro implicara un sistema de pensamiento uniforme, no reflejaría la vida en su polifonía de voces y desencuentros […] Corriente alterna, ying y yang, lentes bifocales, oxímoron, sentido contrario, afirmar lo opuesto en el instante mismo en que se instala una negación, conflicto, ahí habita, entre fuerzas duales, la palabra dramática

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En general, la obra de David Olguín, es un jardín inquietante y carnívoro, para los dramaturgos y estudiosos; su orden y las plantas elegidas podrían recordarnos a las palabras de Boccaccio: “El ver aquel jardín […] tanto agradó a las mujeres y a los tres mancebos que comenzaron a afirmar que si se pudiese hacer el Paraíso en la tierra, no acertaban qué otra forma pudiese dársele sino la de aquel jardín” (164). Sin embargo este jardín viviente puede ser artero para el lector y espectador, puesto que despliega sus enredaderas espinosas, atrapándonos, multiplicando sus tentáculos y apretando hasta quitar la respiración, puesto que “sólo el exterminio puede imponer el orden” (Olguín El paraíso 64). De esta forma el agotamiento de la dramaturgia de Olguín, no llega; puesto que no será concesivo con el espectador. Pero una vez más hay que considerar que es David Olguín y que en sus obras puede afirmar mientras niega; puesto que en palabras de David Mamet: “La obra es un producto de la consciencia y estará sobre cargada de la necesidad de expresar una visión consciente del mundo”. (70). Porque al igual que los personajes de El paraíso, pretendemos huir de la peste, rastrearla fuera de nuestro radar, encontrar culpables a esta violencia que hiede y nos carcome los espíritus; sin darnos cuenta que nosotros mismos estamos dentro de la peste, somos la misma peste. ¿Hay escapatoria?

La especialista en jardines Mientras trato de escribir este ensayo, mi novia, riega sus plantas. Acostumbrada a ver el martirio por el que paso cada vez que me atasco en la escritura y que el dead line llega, no

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me dice nada. Hay un silencio, mientras que el sonido ligero del atomizador hace que el agua de lluvia acaricie las hojas del jardín improvisado dentro de casa. En mi desesperación le pregunto que no sé cómo decir de una manera menos simple y que no sea ofensiva, que el secreto de la dramaturgia de Olguín es andar por la vida sin creerse el maestro. Que la humildad que tiene, es tan generosa como para poder aprender de sus alumnos. Ella, mientras riega una enredadera, me dice: cuando las flores y las hojas crecen tanto, llega un momento en el que se revientan. La herida cicatriza y sale una hoja nueva para que la planta siga creciendo. Es un proceso doloroso porque de la extinción nace algo nuevo. Las demás hojas no hubieran nacido si la primera no se hubiera reventado. Además de esto las hojas necesitan disciplina, de regar la planta según su ciclo, de captar agua de lluvia para darle a las plantas agua más saludable, aquella agua que no tiene sarro, cloro o demás sustancias, sino la que revienta de las nubes. Ella, hace una pausa y remata: A la vez que sus alumnos crecen, él también renace, aprende y construye nuevos conocimientos. Porque el ser humano no puede crecer de la nada. Concluye, mientras el sonido del atomizador incrementa. Creo que los alumnos de David, somos afortunados por encontrarnos ante una persona que se despoja de la figura del “Dramaturgo, Director o Maestro”, aquella que quieren imponer con mayúsculas, para permitirse ser uno más que se encuentra en el proceso de la búsqueda: el salto al vacío que reclama la obra en sí misma. Esta generosidad me lleva a pensar en la cita de Bloom que dice: “Los poemas de un poeta influyen en los

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poemas de otro, gracias a una generosidad del espíritu e incluso a una generosidad compartida” (41). Lo más complicado es abreviar lo inconmensurable. Olguín, es un maestro en este arte. Para muestra lo que recomienda a los futuros hacedores de teatro: “ética, resistencia y preparación” (Olguín Entrevista 4 de 5). Trato de apropiarme sus palabras… Y las del banquete espectral... Mi novia, la especialista en jardines, me dice que deje de robarle sus ideas.

Rafael Pérez de la Cruz 20 de septiembre del 2017

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BIBLIOGRAFÍA BERT, Bruno. “Una generación de perfil evasivo”. La escena latinoamericana febrero/octubre 1995: 18- 21. Impreso. BLOOM, Harold. La angustia de las influencias. Monte Ávila. Web. BOCCACCIO, Giovanni. El Decamerón. Barcelona: Orbis, 1970. Impreso. GONZÁLEZ VILLASEÑOR, Paulina. “Actualidades escénicas: El paraíso”. Proceso.com. 1 de marzo 2015. Web: http://www.proceso.com.mx/397320. 17 de septiembre 2017. HOBSBAWM, Eric. Historia del siglo XX. Buenos Aires: Crítica Grijalbo Mondadori, 1998. Impreso. MAMET, David. Los tres usos del cuchillo. Barcelona: Alba, 2008. Impreso. OLGUÍN, David. La belleza. 2017. Archivo personal. ---. “Discurso de ingreso de David Olguín a la Academia Mexicana de Artes”. elmilagro.org.mx. Web: https://www.elmilagro.org.mx/discurso-­‐academia-­‐olguin/. 19 de septiembre del 2017. ---.

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ENLACES EXTERNOS: Academia

de

Artes.

“David

Olguín,

artes

escénicas”.

Web:

http://www.academiadeartes.org.mx/david-­‐olguin. 20 de septiembre del 2017.

OLGUÍN, David. “teatroymas2010”. Entrevista a David Olguín 4 de 5. 31 de Octubre 2010. Web: https://www.youtube.com/watch?v=55G4EBNIkrU. 20 de septiembre del 2017.

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DOSSIER FOTOGRÁFICO Pili Pala


Pili Pala



Pili Pala


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