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El estudio
from Dior. Pasarela
594 Introducción: Creatividad colectiva
596 P / V 2016 Alta Costura Lirios de los valles
598 O / I 2016-2017 Prêt-à-porter «Accumulation and Trompe L’oeil» («Acumulación y trampantojo»)
600 Crucero 2017 Blenheim Palace (Palacio Blenheim)
602 O / I 2016-2017 Alta Costura «Bar» en blanco y negro
Maria Grazia Chiuri
606 Introducción: Feminidad y feminismo
2017
608 P / V 2017 Prêt-à-porter «Dio(r)evolution»
612 P / V 2017 Alta Costura Laberinto
618 Nota bibliográfica
619 Créditos de las colecciones
620 Créditos de las fotografías
621 Agradecimientos
622 Índice de prendas, accesorios y materiales
624 Índice de modelos
628 Índice
«El New Look llevado al extremo»
«Dior ha repetido su primer éxito de hace cinco meses», proclamaba Vogue. «Su segunda colección demuestra que no es bueno solo en ocasiones. Para caracterizar su colección: lo que suele ser verdad en el diseño parisino esta temporada resulta particularmente válido en Dior. La forma es la forma de Dior».
«Cuerpos entallados, hombros prácticamente sin hombreras y muchos metros de tela» es como la revista describió la silueta de Dior, y denominó su nueva línea (con «la eliminación de la hombrera… las importantes formas bajo las telas: la construcción de la redondez, de los corsés en la cintura, y la manera en la que modernizan la figura y modifican la forma en la que una mujer camina y se sienta») «el cambio más notorio en la moda en más de una década».
Las anotaciones originales escritas por la casa subrayaban la importancia de los «hombros suaves, bustos destacados, cinturas finas, caderas redondeadas». Entraban dos siluetas en contraste: «mujer tallo o mujer flor». La primera se expresaba en «la estrecha silueta perfilada en la línea bautizada “Derrière de Paris”, y la segunda como “silueta Corola”, en la que «las curvas crean una forma de tulipán».
«Tome la línea redondeada de las caderas de la última temporada, unos hombros estrechos, la cintura marcada, una falda más larga, y enfatice cada una de ellas: acentúe el pecho, el derrière, añada un sombrero ladeado, y habrá compuesto la imagen de la forma parisina para la nueva temporada», informaba Míster.
Los «paneles de petalos» plisados se insertaban en las largas faldas, y había varias asombrosas chaquetas acolchadas con peplum combinadas con faldas de tubo. Entre los accesorios principales se encontraban «sombreros ladeados» (podía tratarse de una boina, un casquete o un tocado, pero que abrace un lado de la cabeza, deje completamente al descubierto el otro lado, en el cual el cabello se recoge en una mata o un bucle) y «brillantes descomunales a modo de collar», añadía Vogue.
«Se trataba de una colección alocada de faldas inmensamente amplias, inmensamente largas, el New Look llevado al extremo». Christian Dior escribió más tarde en su autobiografía, Dior by Dior, «Los vestidos consumían una cantidad fantástica de tela, y en esta ocasión llegaban directamente hasta los tobillos. Las chicas podían afirmar con seguridad que contaban con todos los adornos que pudiera llevar una princesa de cuento».
«Parecía que había vuelto otra vez una época dorada», continuaba el diseñador. «La guerra había desaparecido de la vista y no había otras guerras en el horizonte. ¿Qué importaba el peso de mis lujosas telas, mis pesados terciopelos y brocados? Cuando los corazones se aligeran, el peso de las telas no podía sobrecargar ningún cuerpo. La abundancia aún era algo demasiado novedoso para que se desarrollara un culto por la pobreza a partir de un esnobismo invertido».
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La «Ligne Longue –Silhouette Naturelle» («Línea larga –Silueta natural»)
«Sin estar confinada a los límites de una figura puramente geométrica o la curva obligatoria de un arco, esta temporada la silueta se libera», rezaban las notas originales sobre la colección que Yves Saint Laurent había bautizado como «Ligne Longue –Silhouette Naturelle».
«Ha nacido una nueva mujer: larga, extremadamente larga, flexible, natural, cómoda, sugerida por la longitud oblicua de la espalda y la línea sinuosa del busto en su sitio justo, la cintura flexible, las caderas sutiles… Se abre un nuevo capítulo: “Ya no es una línea novedosa, sino un nuevo estilo”, un estilo que busca ser deliberadamente joven, alegre, típico de 1959».
Para el día, Saint Laurent proponía unos trajes sastre cómodos ceñidos a la cintura (en ocasiones con grandes cinturones de chifón en colores contrastantes), y delicados pliegues que permitían que las faldas y vestidos se movieran libremente. Para la noche había vestidos entallados largos y flexibles en satén ligero, chifón, crepé y shantung, junto con «vestidos de noche cortos, extremadamente ligeros, con un nuevo estilo: faldas de baile, escotes vaporosos o plisados… con faldas locamente amplias, como las de una bailarina».
La nueva mujer Dior era «de línea alargada, sin rodearse de ninguna de las construcciones arquitectónicas previas», declaró Saint Laurent a The Washington Post. «En Dior, prendas deliciosas y aparentemente naturales», informaba Vogue: «hay que mirar dos veces para apreciar el ingenio y la habilidad que conforma esta aparente naturalidad. El ondear de los pliegues y el chifón, las profundas bertas en los vestidos plisados; los trajes de shantung pálido sobre vestidos sin mangas; los abrigos sujetos a la cintura por cinturones o bandas atadas: un aspecto muy parecido al de una escolar elegante».
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«Extreme» («Extremo»)
Gianfranco Ferré se inspiró en el arte del siglo XX para esta colección, más específicamente, en el estilo de Nicolas de Stael, Andy Warhol y Jackson Pollock en un «viaje al color irracional».
Como indican las notas sobre la colección, el diseñador se dedicó a crear «un palimpsesto de épocas diferentes, primorosas capas de muchos siglos e influencias. La alta costura sienta mal a la conformidad y se divierte con la tradición».
En general, la silueta flirtea con «el look de la década de 1950». «La organza redondea las caderas, creando una figura extremadamente torneada que juega con la feminidad. El busto queda a la vista, mientras que los hombros son estrechos, pero bien construidos. La cintura siempre está definida, a menudo constreñida, y en ocasiones incluso estrangulada».
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La organza era el tejido estrella de la colección, acompañada por «la seda amarillo ámbar, el encaje amarillo intenso, y tul en tonos ocres: el color constituye el vínculo entre los materiales».
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