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Nuestros Criadores

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¿Un mundo raro o un mundo nuevo?

Dr. Raúl García Miranda M.V.Z. Luis Arturo García Domínguez M.V.Z. Beatriz Figueroa Andrade

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“Ysi quieren saber de mi pasado, les diré que llegué de un mundo raro…” así dice la canción de José Alfredo Jiménez, que frecuentemente cantamos en las fiestas con los amigos. ¿Un mundo raro?, ¿cómo definiríamos raro? Tal vez que es inhabitual (palabrita pa’ apantallar porque se podría decir: no habitual, pero se escucha “más mejor” inhabitual). También se podría definir raro como infrecuente, que no es común, que tiene características diferentes, etc. Lo cierto es que el año pasado -el 2020-, realmente vivimos en un mundo raro y fue por todo lo dicho con anterioridad; inhabitual, infrecuente, no común y de características diferentes, desde luego por la Covid-19.

Sin embargo, los perros y los humanos sabemos que este año 2021 será un mundo nuevo. Lo raro se irá perdiendo poco a poco en el tiempo y lo nuevo irá apareciendo también poco a poco con el transcurrir de los meses. El control progresivo de la Covid-19, a través de las medidas preventivas y de higiene, de la vacunación, de la inmunidad de rebaño, etc., poco a poco nos irá dejando ver una nueva normalidad de un mundo por descubrir como nuevo.

Foto: Pixabay

La canofilia volverá a los rings, a las exhibiciones, a los campos de entrenamiento, regresará a todos los lugares donde antaño estaba. Sin embargo, no volverá y ya. Tornará con algunos perros de excelencia que ya existían, pero también habrá perros excelentes que se formaron en el tiempo del mundo raro, para hacerse presentes en el tiempo del mundo nuevo.

La canofilia, al igual que muchas actividades, cambió en el tiempo del mundo raro y lo hizo para siempre. Ahora, en el tiempo del mundo nuevo, la tecnología y la innovación son parte de la humanidad y desde luego de todas las actividades de la mencionada humanidad. Por lo tanto, la tecnología y la innovación llegaron para quedarse por un tiempo muy largo en las actividades humanas, y también llegaron para quedarse por un tiempo muy largo en la canofilia.

Los seres humanos que llegamos al mundo nuevo, debemos ser aptos para proponer y desarrollar proyectos tecnológicos innovadores o estaremos cerca del fracaso. Desde luego que aquí puede haber y de hecho la hay, una brecha generacional entre los que tenemos “juventud acumulada” -y nos dicen de la tercera edad o jóvenes de corazón-, y la generación de menos de treinta años de edad, que ya eran hábiles para la tecnología, pero el tiempo del mundo raro los hizo mejores en los aspectos tecnológicos y lo seguirán siendo en los tiempos del mundo nuevo.

La generación que tiene sesenta años o más, practicó una canofilia diferente a la que los jóvenes innovadores y tecnológicos intentaran ejercer. No obstante, la generación de sesenta años o más es la última generación que escuchó a sus padres y maestros en vivo, no a través de pantallas, es una generación que respetó a sus mayores y no compitió con ellos. Es una generación que practicó un acto que representaba el enorme respeto, admiración y cariño a las mujeres, que consistía en ir en el transporte público y levantarte para dejarle el asiento a una dama joven, madura o anciana por el simple hecho de ser una dama. Jamás las vimos como inferiores o mucho menos, por el contario, por su enorme valía les cedíamos el asiento. O les ayudábamos a colocar una silla en la mesa al sentarse, o al caminar les dábamos el lugar de la parte interna de la banqueta por el respeto y enorme valor que tenían para nosotros.

Esta generación de sesenta años o más fue muy canofila. Algunos de ellos de manera formal y otros únicamente en el hogar. Empero, esta generación poco a poco deberá ir cediendo campo a los jóvenes que aplicarán la

Foto: Pexels tecnología en la preparación de los perros, en su arreglo antes de salir al ring, en el entrenamiento de obediencia y ring francés, etc. Se sentirán con el derecho -y lo tienen- de innovar la canofilia. Sin embargo, siempre volverán al principio, al origen, al fundamento y verán que las generaciones de canófilos que los antecedieron no son tan tecnológicos como ellos en este mundo nuevo, pero son sabios, son personas experimentadas, son los maestros de las nuevas generaciones.

En el mundo raro, que la Covid-19 nos obligó a vivir, las cosas cambiaron, pero para muchos no cambiaron para bien. Tengo alumnos en la Universidad que tienen novias por Internet, y me pregunto: ¿con qué sustituirán el gozo de tomar de la mano al ser amado? No todo debiera ser tecnología. En la canofilia nada sustituirá la caricia al perro. Que el perro te huela y ubique sin fallo si estás tranquilo o nervioso. La relación de la mancuerna humano-perro sólo se dará en forma presencial, aunque se haya utilizado mucha tecnología en su preparación o arreglo.

En el mundo nuevo los canófilos debemos ser capaces de integrar la teoría y la práctica, de sumar la tecnología con la etología, de amalgamar la innovación con la experiencia. Debemos adquirir habilidades para desarrollarnos en un mundo nuevo que armonice con el mundo anterior al mundo raro donde los valores, la humanización y el humanismo de las actividades eran muy importantes. Sí, debemos ser hábiles en el uso de tecnologías, sin llegar al exceso de confiar todo al uso cibernético de aparatos y olvidarnos del factor humano que siempre es el más importante.

En la sociedad del mundo previo al mundo raro, la canofilia era una actividad donde los valores de la amistad, el amor, la honestidad, la pasión, el respeto, la alegría, etc., se hacían presentes. Mas en esta sociedad previa al mundo raro, ya se usaba la tecnología. No era desconocida. De hecho la generación de seres humanos que hoy tiene sesenta años o más fue la generación que inventó las computadoras, los teléfonos móviles, las tabletas, el Internet, etc. La llegada del mundo raro hizo que la tecnología se adelantara muchos años en su uso, aun cuando no estábamos preparados.

Los niños de kínder ya tomaban clases a distancia y tenían tareas sólo usando tecnología en la laptop de mamá o papá. Lo sé y bien porque veía a mis nietos. Desde luego, me preguntaba cómo madurarían estos pequeñines que conocieron a sus maestras o maestros en una pantalla y nunca se relacionaron con ellos en forma

presencial. El festival de navidad de mi nieta y los villancicos fueron virtuales, nunca conoció a su maestra ni a sus compañeros. Se imaginan si estos niños llegan a ser canófilos, cómo practicarán con sus mascotas en la vida real y sin computadora, ¡se les hará rarísimo!

El escenario de un mundo nuevo no lo será nada más para los canófilos, sino para todas las actividades humanas. Sin embargo, debemos privilegiar el humanismo sobre la tecnología en aquellas actividades que lo requieran. Por ejemplo, doy clases en la Universidad en el área de Ciencias de la Salud. Se imaginan si los alumnos (mujeres y hombres) sólo aprendieran en base a modelos tecnológicos. Se imaginan que estudiaran sin contar con laboratorios, careciendo además de pacientes y hospitales, etc. Sin pelear con la tecnología y aceptándola como actual e indispensable, los alumnos de las ciencias de la salud deben involucrarse con pacientes reales, no sólo virtuales.

El escenario canófilo deberá hacer lo mismo. Sin rechazar la tecnología y aceptándola como buena y útil, deberá armonizar la tecnología con los perros de la vida real. Con las razas pequeñitas y sus características, con los molosos y su fuerza, con los pastores y su capacidad física para correr, con los perros cobradores y su función zootécnica, etc. Los perros reales y la experiencia que se ha tenido con ellos por grandes canofilos, deberá ser aprovechada por las nuevas generaciones y su tecnología. A mi parecer no deberá ser al revés, en donde la tecnología supere al maestro y a la experiencia.

Foto: Pixabay

La problemática de hacer armónico el mundo previo al raro, el mundo raro y el mundo nuevo, requerirá especialistas en tecnologías e innovación, pero también exigirá de especialistas en conocer al perro, hacerse su amigo, acariciarlo, entrenarlo y convivir con él.

Me queda claro que es un artículo escrito por un viejo romántico y reumático. Sé que a algunos jóvenes no les gustarán estos conceptos o estas ideas. También sé que a algunos canófilos experimentados tampoco compartirán mis ideas. A unos y otros les digo, que sin ser un gran admirador de Francois Marie Arouet, mejor conocido como Voltaire coincido con él en esta frase: “Podré estar en desacuerdo con sus ideas, pero defenderé hasta la muerte su derecho a decirlas”. Del que si soy un gran admirador es de Aristóteles, que mucho antes dijo, refiriéndose a quienes pensaban de manera diferente a él: “Sólo una mente educada puede entender un pensamiento diferente al suyo, sin necesidad de aceptarlo, eso es la tolerancia”.

Amables lectores, les pido tolerancia esta vez. Ustedes hagan su parte, porque si ustedes no la hacen nadie la hará. Regresaremos la canofilia al lugar importante que tiene para la vida de muchas personas. Cada quien desde su trinchera y su forma de pensar. Recuerden lo que se dijo en la película del Señor de los Anillos: hasta la persona más insignificante puede cambiar el curso del futuro. Nosotros los canófilos nos empeñaremos en cambiar para bien el presente, para propiciar un mejor futuro a la canofilia.

Organización Canófila TRIACA León, Gto. drraulgarciamiranda@outlook.com triacavet

Foto: PxHere

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