Educativa obras literarias primaria

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Nuestra Colección: Corazón El Avaro El Cantar del Mio Cid La Eneida La Iliada La Odisea Lazarillo de Tormes María Metamorfosis Moby Dick Platero y Yo El Principito La Ilíada / 2


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LA ILÍADA - HOMERO Adaptación e ilustración: Gerson Jara Morales Diseño Editorial: Huberth Jara Morales ISBN: 978-612-4063-63-3 Hecho el Depósito Legal de la Biblioteca Nacional del Perú Nº 4684-321485 Proyecto Editorial Nº3120001240021 © Edición e impresión ISO PRINT SAC para su sello editorial Educativa Jr. Manual del Pino 684, Urb. Santa Beatriz, Lima, Perú. 1º Edición: marzo 2010 - Tiraje: 20.000 ejemplares © Derechos Reservados por ISO PRINT SAC 2010

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La Ilíada Homero

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¿De qué trata la obra? La Ilíada narra parte de la guerra que se dio entre griegos (aqueos) y troyanos. Esta contienda surgió cuando el príncipe troyano Paris se llevó a la bella Helena, esposa del rey griego Menelao quien movilizó todo el ejército para rescatarla. De esa manera, comienza una de las más famosas batallas de la antigüedad en la que surgen valientes soldados como Aquiles, Héctor, Patroclo, Ulises, Eneas, entre otros, así como la presencia de los imponentes dioses del Olimpo: Zeus, Afrodita, Tetis, Apolo… cada uno de ellos apoyando a su ejército favorito. Aquiles, el más fuerte de los soldados aqueos, es el gran protagonista de la narración quien enterado de la muerte de su amigo Patroclo a manos del príncipe troyano Héctor, decide vengarse. Su ira lo llevará a combatir como una fiera hasta cumplir el designio de los dioses, quienes finalmente son los que con enorme poder manejan el destino de los hombres.

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¿Quién es el autor de la obra? Homero fue un poeta de la antigua Grecia que nació y vivió en el siglo VIII a.C. Él es el autor de las dos principales obras épicas La Ilíada y La Odisea. Aunque muchos estudiosos consideran que Homero solo fue un personaje legendario, otros creen que sí existió y que, incluso, era ciego por una enfermedad. Era conocido como Melesígenes, pronto destacó por sus cualidades artísticas y pasó a llamarse Homero. Según historiadores modernos, Homero habría vivido en una zona griega del Asia Menor, ya que sus obras contienen tradiciones tópicas de la región jónica. El historiador griego Herodoto, Homero falleció en la ciudad de Íos cuando hacía un viaje a Atenas.

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¿Quiénes son los personajes de la obra? EJÉRCITO AQUEO Aquiles: Hijo de Peleo y de Tetis la diosa del mar. Agamenón: Rey y jefe de las fuerzas griegas. Menelao: Rey de Esparta, hermano de Agamenón. Helena: Esposa de Menelao. Patroclo: El mejor amigo de Aquiles. Áyax: Poderoso guerrero. Néstor: Guerrero aqueo, dirige a las tropas sabiamente. Ulises: Guerrero aqueo muy astuto. Diomedes: Poderoso guerrero aqueo. EJÉRCITO TROYANO Príamo: Rey de Troya. Andrómaca: Esposa de Héctor. Héctor: Hijo mayor del rey Príamo. La Ilíada / 8


Paris: Hijo de Príamo, rapta a Helena de Troya. Eneas: Hijo de Anquises, un príncipe troyano. DIOSES Afrodita: Diosa del amor que apoya a los troyanos. Apolo: Dios del sol, está del lado de los troyanos. Ares: Dios de la guerra, ayuda a los troyanos. Atenea: Diosa de la sabiduría, apoya a los aqueos. Hefesto: Dios del fuego, construyó la armadura de Aquiles. Hera: Esposa de Zeus, está del lado de los aqueos. Poseidón: Dios del mar, apoya a los aqueos. Tetis: Mamá de Aquiles. Zeus: Rey de los dioses.

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¿Qué palabras nuevas debo aprender? Ambrosía: Manjar de los dioses. Arremeter: Atacar con furia. Delirar (no en el texto): Desvariar, tener perturbada la razón por una enfermedad. Enmendar: Corregir, quitar defectos, subsanar. Estruendoso: Ruidoso, que causa estruendo. Narcótico: Sustancia que produce sopor, relajación muscular. Peste: Enfermedad contagiosa y grave que causa muchas muertes. Pica: Lanza larga compuesta de un asta con un hierro pequeño y agudo. Sombrío: Lugar de poca luz en que frecuentemente hay sombra. Ungir: Aplicar aceite u otra materia grasa, extendiéndola superficialmente. La Ilíada / 10


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La Ilíada Cuenta la leyenda que hace mucho tiempo, en un lugar de la antigua Grecia, se libró una de las más famosas batallas entre dos pueblos cercanos: los griegos llamados aqueos contra los troyanos. La rivalidad entre ellos surgió cuando el príncipe troyano Paris huyó con la bella Helena, esposa del rey aqueo Menelao. Él, desesperado, pidió ayuda a su hermano, el también rey Agamenón y este convocó a los más valientes soldados aqueos para ir a Troya y rescatar a Helena; entre ellos estaba Aquiles. Él era hijo de la diosa Tetis y del mortal Peleo y uno de los más fuertes y valerosos guerreros. El ejército de Agamenón viajó a Troya y durante mucho tiempo trató de entrar a la ciudad, pero era imposible porque sus murallas estaban bien resguardadas. Entonces, las tropas se pusieron alrededor esperando el momento indicado para atacar. Un día el sacerdote Crises, uno de los más fieles devotos del dios Apolo, estaba muy furioso. Él fue La Ilíada / 13


a pedirle al rey Agamenón que le devolviera a su hija Criseida a quien se la había llevado contra su voluntad, pero después de su reclamo solo recibió amenazas. Entonces, Crises suplicó a Apolo que intercediera por él. El dios griego escuchó sus ruegos y, muy resentido con los aqueos, les envió pestes mortales «Tetis le rogó a que acabaron con la vida Zeus, el padre de decenas de soldados. de los dioses, El poderoso Aquiles esque los troyanos taba preocupado por la salud de sus compañeros, fueran vencidos por eso pidió a Calcante, por su hijo el adivinador, que les diAquiles…» jera por qué los dioses estaban castigándolos. Calcante sabía el motivo, pero tenía miedo de decirlo por temor a la venganza de Agamenón. —Calcante, te garantizó que nada te pasará, nadie te hará daño. —le prometió Aquiles. El adivino lo contó todo y Agamenón se enfureció con él. Aquiles también estaba enojado y tomó la decisión de no seguir apoyándolo y se retiró de la guerra con su ejército. —Está bien, vete, no me importa, pero desde ahora tu esclava Briseida será parte de mi corte — dijo el rey Agamenón. La Ilíada / 14


Esta decisión molestó mucho a Aquiles, pero tuvo que aceptarla por consejo de su madre Tetis que se apareció solo a él. Para detener la peste, Agamenón tuvo que devolver a Criseida con su padre Crises, pero se llevó a la hermosa Briseida. Mientras tanto, en el Olimpo, Tetis le rogó a Zeus, el padre de los dioses, que los troyanos fueran vencidos por su hijo Aquiles para que la guerra terminara de una vez por todas. Zeus aceptó con la mirada. El arribo a Troya De todas partes de Grecia comenzaron a llegar a Troya las naves griegas, incluyendo la del rey Menelao para unirse al ejército de Agamenón, pero Aquiles permanecía tranquilo en la orilla del mar, mientras sus hombres jugaban al lanzamiento de disco y al tiro con flechas. Rápidamente, Agamenón y sus soldados atacaron la ciudad de Troya, pero fue defendida por valientes guerreros, entre los que destacaba Héctor, hermano de Paris. Héctor era el comandante de las fuerzas troyanas y muy temido por sus enemigos por su coraje y fuerza. Desde uno de los ventanales del palacio, la hermosa Helena vio el campo de batalla donde reconoció al astuto Ulises y al atlético Áyax, dos de los La Ilíada / 15


«El adivino lo contó todo y Agamenón se enfureció con él. Aquiles también estaba enojado y tomó la decisión de no seguir apoyándolo.» La Ilíada / 16


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mejores combatientes aqueos. También pudo ver que ambos mandos decidieron que Menelao y Paris definieran la guerra, en una lucha cuerpo a cuerpo, el ganador se quedaría con ella. El rey Menelao era más fuerte que Paris y lo demostró lanzándole rápidos y fuertes espadazos que su contrincante no podía contener, estaba a punto de sufrir la derrota de no ser por la diosa Afrodita que envolvió a Paris en una nube y lo llevó al palacio para que se juntara con Helena. En el Olimpo los dioses deliberaban sobre cuál de los dos ejércitos debía ganar la guerra. La diosa Atenea aprovechó la conversación para bajar a la Tierra, luego se acercó donde el troyano Pándaro y le dijo que lanzara una flecha que acabara con la vida de Menelao. Pándaro obedeció, pero su flecha solo hirió levemente al rey aqueo. Sin embargo, este atrevimiento desencadenó la ira de los griegos «En el Olimpo que de inmediato reinilos dioses ciaron el ataque.

deliberaban sobre

La batalla fue cruencuál de los dos ta, las espadas y escudos ejércitos debía chocaban con estruenganar la guerra.» dosos sonidos mientras caían mortalmente al piso decenas de soldados. En esa lucha surgió la presencia del valiente aqueo Diomedes que acabó con todos los troyanos que se acercaron a él. PánLa Ilíada / 18


daro le lanzó un flechazo, pero solo le hirió el hombro. Diomedes contraatacó lanzándole su pica en el rostro matándolo en el acto. Luego se lanzó sobre la diosa Afrodita, que a pesar de su divinidad, era una de las más débiles. Ella pudo salvarse gracias a la ayuda de su hermano Ares que le prestó sus brillantes corceles que la llevaron hasta el Olimpo. Por su parte, con lanza en mano, Héctor no dejaba a ningún aqueo de pie. Su fuerza y poderío estaban bien protegidos por el dios Ares, quien había tomado la figura de un guerrero y permanecía a su lado. Diomedes, al darse cuenta de la presencia del dios de la guerra, exclamó: — ¡Amigos, retrocedamos! ¡No debemos pelear contra los dioses! Los troyanos arremetieron con todo y Ares no dejaba en pie a ningún aqueo. En ese momento, en el palacio de los dioses, Hera, esposa de Zeus, pidió a Atenea que bajara al campo de batalla y detuviera la ferocidad de Ares. Atenea se puso su casco dorado y subió al carro jalado por hermosos corceles y llegó a la Tierra justo para detener la lanza que había arrojado Ares directamente al corazón de Diomedes, salvándole la vida. Diomedes aprovechó la oportunidad para lanzarle su pica hiriéndolo en el estómago. El grito de dolor de Ares estremeció cielo y tierra y de inmediato subió al Olimpo, acompañado de Atenea. Allí lo esperaba Hera. *** La Ilíada / 19


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«En ese momento Atenea se puso su casco dorado justo para detener la lanza que había arrojado Ares directamente al corazón de Diomedes, salvándole la vida.» La Ilíada / 21


Por influencia de los dioses, Héctor tomó la decisión de retar al más fuerte de los aqueos para una batalla cuerpo a cuerpo. Tanto Áyax, como el valiente Ulises, Diomedes, incluso el propio rey Menelao se ofrecieron para luchar contra él, y luego de un sorteo salió elegido Áyax, el grande. Él de inmediato se colocó su casco, levantó su escudo de bronce cubierto con pieles de buey y se acercó a Héctor quien también estaba preparado. La lucha entre ambos fue espectacular, pero la fuerza de Áyax era descomunal y con pocos golpes deshizo el escudo de Héctor y lo hirió en la garganta. Sin embargo, Héctor era rápido y también supo dar buenos ataques. Cuando estaban a punto de herirse mortalmente, la pelea fue detenida por los mensajeros de ambos mandos que consideraron un empate temporal. Tanto Áyax como Héctor prometieron volver a enfrentarse en una nueva lucha y se retiraron, pero antes se regalaron prendas en honor a la valentía demostrada. Por la noche los griegos se juntaron y gozaron de un gran banquete. Mientras todos comían, el viejo y sabio Néstor se puso de pie y dijo: —Suspendamos la contienda hasta que terminemos de recoger a todos nuestros muertos del campo de batalla para incinerarlos y llevar las cenizas a sus hijos. Todos aprobaron esa propuesta, entretanto, en el bando de los troyanos, el viejo Antenor se levantó La Ilíada / 22


en medio de los que cenaban y dijo: —Escúchenme, la única manera de detener la guerra con los aqueos es devolviéndoles a Helena y todas sus riquezas. —Antenor, no me agrada lo que dices —repuso Paris molesto— devolveremos las riquezas y más, pero Helena se queda conmigo. Príamo, el padre de Paris, apoyó la idea de su hijo y ordenó a un emisario que llevara el mensaje a los aqueos. Diomedes, después de escuchar al mensajero, dijo que no iban a aceptar nada de los troyanos y que solo acatarían la tregua para recoger los cadáveres del campo. Al día siguiente, la batalla se reanudó de la manera más violenta, pero esta vez los griegos casi fueron derrotados por la intervención del máximo dios Zeus. Aquiles niega su ayuda Por consejo de Néstor, el rey Agamenón tomó la decisión de enviar a Ulises, Áyax y al viejo Fénix para que pidieran a Aquiles que regresara a la guerra. —Díganle que me porté mal con él —dijo Agamenón— debí respetarlo como un guerrero a quien Zeus ama en su corazón, por eso lo recompensaré y le daré diez talentos de oro; doce caballos que ganaron siempre el primer premio a la rapidez; también

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«Áyax, Ulises y Fénix viajaron para pedirle que volviera,le rogaron por la vida de los soldados quienes tenían la esperanza de vencer.» La Ilíada / 25


tendrá siete bellas mujeres, hábiles para el trabajo y le devolveré con ellas a Briseida, que le arrebaté un día. Todo esto le daré si deja su cólera.Ulises, Áyax y Fénix viajaron hasta el aposento de Aquiles para pedirle que volviera. No solo le hablaron de los regalos de Agamenón, sino que le rogaron por la vida de los soldados quienes tenían la esperanza de vencer a los troyanos. Sin embargo, la cólera de Aquiles era de piedra y hasta el último instante se negó a regresar. Los mensajeros, entristecidos, se despidieron y volvieron con Agamenón a quien le contaron todo. Al escucharlo, Diomedes dijo: —Dejemos que Aquiles se marche o que se quede, pues ya combatirá cuando quiera. Al día siguiente la tierra de Troya fue nuevamente escenario de una batalla colosal, tanto griegos y troyanos alzaban sus espadas con la esperanza de alcanzar sus propias victorias. Esta vez Agamenón levantó su pica y acabó con los más fuertes y jóvenes enemigos que osaron enfrentarlo. Sin embargo, Coon, uno de los hijos de Antenor, logró herirlo levemente en el brazo, pero Agamenón cobró esa osadía con su muerte. El rey aqueo, consciente de su herida, decidió retirarse. Entonces, Héctor arremetió con su ejército como un vendaval. Si no hubiese sido por los valerosos Ulises y Diomedes que lucharon como leones otra hubiera sido la historia. La Ilíada / 26


Diomedes arrojó su pica que fue a dar en la parte superior del casco de Héctor causándole solo un susto. En ese preciso momento, Paris tomó su arco y lanzó un flechazo que dio en el pie de Diomedes: —Solo me has rasguñado el empeine del pie, flechero insolente —gritó Diomedes—. Te aseguro que si estuvieras conmigo frente a frente no te servirían tus flechas. Ulises trató de sacarle la flecha y Diomedes sintió un dolor que le estremeció todo el cuerpo. Rápidamente lo trasladaron a su nave. Ulises se quedó solo y a pesar de que luchó como una fiera, también fue herido. El cor«Sin embargo, la pulento Áyax lo levantó y lo llevó de regreso a las cólera de Aquiles naves salvándole la vida. era de piedra y Entretanto, Aquiles conhasta el último templaba desde la popa instante se negó de su barco cómo los a regresar.» aqueos caían derrotados por la superioridad de los troyanos. Por su amigo Patroclo se enteró que la mayoría de jefes aqueos estaban heridos y que la derrota era inminente. *** La mañana se dibujó de un sombrío futuro para el ejército aqueo. El imbatible regimiento de troyanos, liderados por Héctor, rebosaba de valor y La Ilíada / 27


aplastaba las esperanzas de Agamenón y sus tropas que no podían contener tanta furia. De alguna manera, los aqueos estaban en desventaja porque sus enemigos tenían la ayuda divina del gran Zeus. Esta preferencia no les gustaba a algunos dioses, pero no se atrevían a contradecirlo; salvo Poseidón, el dios del mar, que tomando la presencia del adivino Calcas les dijo a los aqueos: — ¡Valor, soldados!, ¡resistan! Acuérdense de la valentía que siempre han demostrado en las guerras. ¡Ustedes saldrán vencedores! —Temo que el impetuoso Héctor—exclamó Agamenón— cumpla con su amenaza: que no regresaríamos a Ilio antes de incendiar nuestras naves y matarnos a todos. Así dijo y todo se va cumpliendo. En el palacio de los dioses, Poseidón bajó a la Tierra con la orden de Hera de ayudar a los aqueos. La diosa había administrado un narcótico a Zeus provocándole un profundo sueño. Mientras tanto, en el campo de batalla Áyax y Héctor volvieron a reencontrarse. Áyax aprovechó un descuido de Héctor y con una fuerza descomunal le lanzó una roca que cayó directamente en su pecho, haciéndolo caer en el polvo. De inmediato acudieron en su ayuda Eneas y sus guerreros llevándolo entre gemidos a la ciudad. Esa ventaja fue aprovechada por los aqueos que embistieron con todas sus fuerzas.

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En aquel instante Zeus despertó y vio a Héctor herido y a los troyanos que corrían despavoridos. Su ira se elevó al máximo contra Hera culpándola del engaño. Ella, muy temerosa le contestó: —Perdóname, Zeus, ahora mismo diré a Poseidón que se retire de la contienda. Poseidón obedeció la orden de Hera a regañadientes y regresó al mar. Esta decisión la aprovecharon los troyanos para reiniciar el ataque, incluso Zeus hizo que Héctor se recuperara y volviera con renovada fuerza. El adiós de Patroclo Patroclo era el mejor amigo de Aquiles, su mano derecha, su ánimo valiente le impulsó a pedirle que regresaran para combatir contra los troyanos, pero ante la negativa de Aquiles le propuso: —Préstame tus armas y permíteme ir, ellos creerán que soy tú y escaparán llenos de terror. Ante tanta insistencia, Aquiles accedió y dejó que Patroclo fuera al campo de batalla acompañado de un grupo de valerosos soldados llamados mirmidones. Ellos se abalanzaron contra los troyanos que creían que Aquiles había regresado a la guerra. Patroclo se adelantó y al ver a Héctor subido en un carro jalado por caballos, tomó su pica y la lanzó hiriendo mortalmente a Kebriones Cebriones, el

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«En aquel instante Zeus despertó y vio a Héctor herido y a los troyanos que corrían despavoridos. Su ira se elevó al máximo contra Hera culpándola del engaño.»

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conductor del coche. Héctor saltó y con una gran rapidez asestó un lanzazo que atravesó a Patroclo haciéndolo caer en la arena. —Héctor, tienes la victoria gracias a Zeus y a Apolo… te aseguro que no vencerás, cercana está tu muerte, no vivirás mucho —ni bien terminó de decir estas palabras, Patroclo murió. Héctor se acercó a él y se apoderó de su armadura, pero no pudo llevarse su cadáver porque los aqueos hicieron un escudo alrededor de Patroclo, entre ellos estaban Menelao y Áyax que com«— Madre mía!, batieron con ferocidad, he perdido eliminando a todo aquél a Patroclo, que osara acercarse. El el fiel amigo rey Menelao envió un a quien apreciaba emisario para que diera la trágica noticia a sobre todos— exclamó Aquiles.» Aquiles, pero él ya sabía lo que había pasado, pues su madre la diosa Tetis se lo había dicho hace mucho tiempo. Una gran pena y desesperación invadieron el corazón de Aquiles. — ¡Madre mía!, he perdido a Patroclo, el fiel amigo a quien apreciaba sobre todos. Es una pena tan grande, ¡ojalá nunca hubiera nacido para no sentir tanto dolor! —exclamó Aquiles entre lágrimas.

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Al caer la tarde se suspendió el combate y durante toda la noche los aqueos lloraron la muerte de Patroclo. Aquiles encabezó el funeral. La furia de Aquiles Los primeros rayos del sol iluminaron el rostro lloroso de Aquiles sobre el cuerpo de Patroclo. Al verlo envuelto una profunda tristeza, se le apareció su madre Tetis con la armadura que Hefesto le había fabricado, la cual era tan brillante y dura que ningún hombre osaba tocarla. Aquiles se lo agradeció y más tarde se dirigió donde estaba Agamenón, le pidió disculpas y renunció a la cólera que sentía por él, además, decidió regresar a la guerra. Por su parte, Agamenón le pidió perdón por haberle arrebatado a Briseida y le prometió que iba a enmendar sus errores. Aquiles solicitó que ningún soldado probara alimento antes de combatir, pero Ulises le rogó que primero comieran porque se avecinaba una pelea de larga duración y era vital que todos estén bien alimentados. Aquiles accedió, pero él no probó manjar alguno. Sin embargo, Atenea vertió en su pecho el néctar y la ambrosía de que se alimentaban los dioses, para que el hambre no doblara sus rodillas. Después de algunas horas ambos ejércitos se reencontraron frente a frente, el campo estaba lleno de hombres con lanzas y caballos. Al frente de cada La Ilíada / 33


«El rey Menelao envió un emisario para que diera la trágica noticia a Aquiles, Una gran pena y desesperación invadieron el corazón de Aquiles.»

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uno se adelantaron los guerreros más valientes, por un lado Aquiles y del otro el atrevido Eneas. Ambos se prodigaron amenazas y fue Eneas quien empezó el ataque rozando con su lanza el hombro de Aquiles. Este desenvainó su espada y hubiera acabado con Eneas de no ser por la aparición del dios Poseidón que puso una neblina en sus ojos y envió a Eneas a un lugar más alejado. Después de un instante, Aquiles recobró la visión y revestido de valor y fuerza, se abalanzó contra los troyanos. Mató sucesivamente a tres guerreros y persiguió lanza en ristre al divino Polidoro, hijo de Príamo, a quien no permitía su padre combatir porque era el más pequeño y el más amado de sus hijos, pero Aquiles, más veloz que él, lo hirió mortalmente. Al ver Héctor a su hermano Polidoro caído y sujetándose las entrañas, sintió gran amargura y salió al paso de Aquiles, enarbolando su aguda lanza. Aquiles lo advirtió y avanzó hacia él para atacarlo, pero el dios Apolo salvó a Héctor elevándolo por los aires, envuelto en una densa nube. Aquiles, muy molesto, se ensañó con todo aquel troyano que encontraba en su camino. *** Los troyanos se habían refugiado en la ciudad aguardando temerosos la llegada de los aqueos. Héctor estaba en la entrada, esperando a su máximo La Ilíada / 36


enemigo para la batalla final. A pesar de los ruegos de su padre y de su madre que le decían que entrara a la ciudad, estaba decidido a encontrarse con su destino. —Desgraciado de mí si entrara a las murallas —dijo Héctor —Más vale entrar después de haber acabado con Aquiles o morir gloriosamente—. Sin embargo, cuando apareció Aquiles a lo lejos, un profundo miedo invadió todo su ser, sabía que estaba enfrentando a la muerte y que iba a perder, por eso con gran impulso «Aquiles, comenzó a correr escapando de su fatal destino. muy molesto, Aquiles, lleno de ira, corrió se ensañó con tras él y tenía la ventaja de todo aquel ser más rápido, por algo le troyano que se llamaban “pies ligeros”. En encontraba en ese instante, en el Olimsu camino.» po, Zeus tomó la balanza de oro y pesó la suerte de Aquiles y Héctor dando como perdedor a Héctor. Entonces, Apolo que lo había estado protegiendo, tuvo que abandonarlo. Al mismo tiempo, Atenea haciéndose pasar como Deífobo, hermano de Héctor, se le apareció diciéndole: —Hermano, mío. Ya no huyamos, pelea con brío, demuestra tu valentía. Así harás sucumbir a Aquiles con tu lanza. Héctor atendió el ruego de su hermano sin saber La Ilíada / 37


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«Aquiles lo advirtió y avanzó hacia él para atacarlo, pero el dios Apolo salvó a Héctor elevándolo por los aires, envuelto en una densa nube.»

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que era la diosa Atenea y dejó de huir. Aquiles lo alcanzó y al quedar frente a frente le dijo: —No escaparé de ti, Aquiles. Mi corazón me impulsa a hacerte frente. Mataré o seré muerto. Si Zeus me concede la victoria entregaré tu cuerpo a los aqueos. Haz tú igual, prométemelo. —Héctor, eres el más despreciable de los hombres. No haré ningún pacto contigo. Te haré pagar por todos mis compañeros a quienes mataste con fu«—...¡Tu final ror. será bocado

para los perros y aves de rapiña! — gritó Aquiles molesto.»

Habló así y disparó su poderosa pica que Héctor evitó con gran rapidez. Este a su vez arrojó su lanza que dio en medio del escudo de Aquiles, sin hacerle el menor daño. Héctor desenfundó su espada y se arrojó sobre Aquiles quien recuperó su lanza. Entre ellos se dio una batalla descomunal, con golpes de picas y espadas cuyos filos resplandecían por el brillo del sol. Tanto troyanos como aqueos miraban ansiosos, temerosos de un rápido desenlace. Las arremetidas iban de un lado a otro, pero Héctor tenía la ventaja de estar cubierto con el uniforme y las armas que había arrebatado a Patroclo. Solo una parte estaba descubierta, la unión del cuello con el hombro. Hacia ese La Ilíada / 40


objetivo corrió Aquiles, dio un gran salto y de un certero golpe incrustó su pica, atravesando el cuello de Héctor quien cayó pesadamente en la arena. Ya casi sin aliento pudo decir: —Te ruego que no permitas que los perros me despedacen, acepta los tesoros que te darán mis padres para que les entregues mi cadáver. —No me ruegues, aun si me dieran todo el tesoro del mundo nunca devolveré tu cuerpo. ¡Tu final será bocado para los perros y aves de rapiña! —gritó Aquiles molesto. —Sabía que no podía hacerte cambiar de decisión —susurró Héctor y murió. Aquiles le arrebató el uniforme y las armas, luego dirigiéndose a sus tropas les dijo: —Los dioses me concedieron vencer a ese enemigo que tanto dolor nos ha causado, ahora cerquemos la ciudad para ver si con la muerte de Héctor los troyanos aún permanecerán adentro o saldrán corriendo como cobardes. Después Aquiles ató los pies de Héctor a la parte trasera de su carro, subió y arreó a los caballos que corrieron con ardor. Todo el mundo miró sorprendido como el cadáver de Héctor era arrastrado y golpeado por las piedras. En la parte más alta de la ciudad, los padres de Héctor se lamentaban del indigno final. Más lejos su esposa, Andrómaca, La Ilíada / 41


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«... Se dio una batalla descomunal, con golpes de picas y espadas cuyos filos resplandecían por el brillo del sol.»

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que no sabía de la noticia, esperaba la llegada de su amado, pero cuando salió a ver por la ventana y vio a Héctor arrastrado en las afueras de la muralla cayó desmayada. Al despertar, siguió lamentándose con interminables lágrimas de su desgraciado destino y el del hijo infortunado. Los funerales Por más que intentaban devorar el cadáver de Héctor, los perros no podían acercarse porque la diosa Afrodita los espantaba y, además, había ungido el cuerpo con aceite para evitar que se corrompiera. Al mismo tiempo, el cuerpo de Patroclo fue incinerado y sus cenizas colocadas en una urna de oro. En honor a Patroclo se dieron abundantes banquetes y se realizaron juegos deportivos como era la costumbre de la época. Se hicieron competencias de carreras y de fuerzas, así como de tiro con arco y flecha. Los vencedores recibieron trofeos, caballos y otras prendas preciosas. Sin embargo, Aquiles aún no podía calmar la furia por la muerte de su entrañable amigo y cada vez que tenía oportunidad seguía arrastrando el cuerpo de Héctor alrededor de la urna de oro. El dios Apolo, muy irritado, se quejó con Zeus pidiéndole que intercediera en favor de los troyanos. El Padre de los Dioses mandó llamar a Tetis para que le diera el siguiente mensaje: —Dile a Aquiles que estoy muy molesto con él La Ilíada / 44


porque sigue reteniendo el cadáver de Héctor. Haz que lo devuelva a los troyanos y que reciba todo lo que ellos le den. Tetis obedeció y Aquiles, al enterarse de que Zeus estaba irritado, accedió a devolver el cuerpo de Héctor. Por su parte la diosa Iris fue donde Príamo para decirle que por «Durante orden de Zeus podía ir a resnueve días catar el cuerpo de su hijo. Al lloraremos poco tiempo, Aquiles recibió a Héctor a Príamo quien le suplicó:

en nuestras

—Respeta a los dioses, moradas — Aquiles, y ten piedad de mí dijo Príamo.» que soy más desdichado, pues me he visto obligado a hacer lo que no hizo en la tierra ningún hombre, a acercar mis labios a las manos del que mató a mis hijos. Mírame y acuérdate de tu padre que también se encuentra en el umbral de la vejez, pero al menos él sabe que estás vivo, yo tengo a mis hijos muertos-. Las palabras de Príamo hicieron que Aquiles pensara con pena en su padre y lleno de piedad, mirando su cabeza blanca, le respondió: — ¡Ah, desdichado! Has sufrido todos los infortunios, pero dejemos las penas a un lado. Me has hecho recordar a mi padre… bueno tengo acordado entregarte a Héctor y sé que tienes la ayuda de los La Ilíada / 45


«Las palabras de Príamo hicieron que Aquiles pensara con pena en su padre»

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dioses porque has llegado aquí abriendo las puertas y caminando sin que nadie te viera. Aquiles salió de la tienda, llamó a las mujeres y ordenó que lavaran el cadáver de Héctor y lo perfumaran, luego de envolverlo con un bello manto y una túnica, lo colocaron, sobre un lecho, en el carro de Príamo. Después hizo asar una oveja y comió y bebió con Príamo. —Durante nueve días lloraremos a Héctor en nuestras moradas —dijo Príamo—; al décimo lo incineraremos, y el pueblo hará la comida fúnebre; al undécimo lo colocaremos en la tumba, y el duodécimo combatiremos de nuevo, si es preciso. Aquiles le respondió: —Se hará como dispones, anciano, y suspenderé la guerra tanto tiempo como me pides. Ambos se despidieron y Príamo se retiró llevando el carruaje donde reposaba el cuerpo de su hijo y cuando llegó a territorio troyano le dijo a su pueblo: —Es necesario que vayan a buscar leña y no teman ninguna emboscada por parte de los aqueos. Aquiles me prometió que por el momento no nos atacaría. La gente del pueblo, subido en carros, bueyes y mulas, recogió leña durante nueve días y al décimo sacaron el cadáver de Héctor, lo pusieron en lo alto

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de la pira y le prendieron fuego. Todo el pueblo troyano se congregó alrededor hasta esperar que sus cenizas fueran colocadas en una urna de oro, envuelto en un fino velo de púrpura. Luego depositaron la urna en un hoyo que cubrieron con grandes piedras y erigieron la tumba. Finalmente todos fueron al palacio del rey Príamo y celebraron un gran banquete. Así concluyeron las honras en honor de uno de los más valientes guerreros troyanos.

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Actividades Aprendamos lo leído 1. La Ilíada es: £ Una crónica. £ Una obra de teatro. £ Una epopeya. £ Una fábula. 2. Elige la alternativa correcta a las siguientes preguntas. • ¿Cuál es el conflicto que provoca la guerra de Troya? a) El castigo de Héctor. b) La rebelión de Aquiles. c) El rapto de Helena. • ¿Qué diosas ayudan a los griegos? a) Afrodita y Apolo. b) Atenea y Hera.

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c) Atenea y Afrodita. • Menelao, al perder a Helena, pida ayuda a su hermano: a) Eneas. b) Agamenón. c) Ulises. • ¿Quién de los siguientes no es un héroe griego? a) Aquiles. b) Ulises. c) Héctor. • ¿De quién es hijo Aquiles? a) De Afrodita y Zeus. b) De Tetis y Peleo. c) De Polo y Tetis. 3. Responde con una (V) si es verdadera o (F) si es falsa en las siguientes afirmaciones. a) Héctor es hijo de Príamo y Hécuba ..............( ) La Ilíada / 51


b) A Aquiles no le importa la muerte de Patroclo .................................................................................( ) c) Aquiles incinera el cadáver de Héctor ................................................................................ ( ) d) Áyax rapta a Helena ....................................... ( ) 4. Une con una flecha las afirmaciones que se relacionen. Helena de Troya

Rey de Troya

Aquiles

Mujer más hermosa

Héctor

Mayor héroe troyano

Príamo

Mejor guerrero aqueo

5. Ordena cronológicamente los hechos. _____ Rapto de Helena. _____ Patroclo pelea contra Héctor. La Ilíada / 52


_____ Aquiles llama al adivino Calcante. _____ Aquiles vence a Héctor. _____ Pelea entre Áyax y Héctor. 6. Menciona las cosas buenas y malas que encuentras en los siguientes personajes. a) Aquiles: _____________________________ b) Héctor: _____________________________ c) Agamenón: __________________________ d) Paris: _______________________________ 7. ¿Te parece correcto que Aquiles no haya querido pelear en la guerra por venganza contra Agamenón, por qué? _______________________________________ _______________________________________ _______________________________________ 8. Escribe una lista de los personajes que te han gustado más y explica el motivo. _______________________________________ _______________________________________ La Ilíada / 53


_______________________________________ _______________________________________ _______________________________________ _______________________________________ 9. ¿Te imaginas ser como Aquiles, qué cosas diferentes hubieras hecho? _______________________________________ _______________________________________ _______________________________________ _______________________________________ _______________________________________ _______________________________________ _______________________________________ _______________________________________ _______________________________________ _______________________________________ _______________________________________ _______________________________________ 10. Escribe un comentario sobre la obra. _______________________________________ _______________________________________ _______________________________________ _______________________________________ _______________________________________ _______________________________________ La Ilíada / 54


_______________________________________ _______________________________________ _______________________________________ _______________________________________ _______________________________________ _______________________________________ _______________________________________ _______________________________________ _______________________________________ _______________________________________ _______________________________________ _______________________________________ _______________________________________ _______________________________________ _______________________________________ _______________________________________ _______________________________________ _______________________________________ _______________________________________ _______________________________________ _______________________________________ _______________________________________ _______________________________________ _______________________________________ _______________________________________ _______________________________________ _______________________________________ _______________________________________

La Ilíada / 55


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La Ilíada / 57


La Ilíada HOMERO

ISBN: 978-612-4063-58-9

La Ilíada / 58 9 786124 063589


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