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El Espíritu Santo y su Obra
La unción y el poder
Experiencias con el Espíritu Santo
Guía de Adoración e Intercesión Edición 116 • Septiembre 2018
Suplemento de Edificación para el Cuerpo de Cristo A.M.M. de Rony Chaves
EL ESPÍRITU SANTO “SACUDIRÁ” NUESTRA TIERRA
Contenido
La unción y el Poder del Espíritu Santo SEPTIEMBRE 2018
7000 Altares de Adoración
EL ESPÍRITU SANTO Y SU OBRA
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LOS DOS GRANDES PROPÓSITOS DE DIOS
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EN LA FORMACIÓN DE UN HOMBRE EL PODER Y EL CARÁCTER: LO PROFÉTICO
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Y LO APOSTÓLICO PODER SIN CARÁCTER: PELIGRO
Naciones enteras serán sacudidas maravillosamente por el Espíritu Santo y Dios traerá sanidad a países completos. Estas naciones serán visitadas por Él para cambiar su destino. Algunas verán una manifestación de la Gloria del Señor impresionante. La vida de sus habitantes nunca será la misma. Dios alterará su camino y esto será en breve. ¡Aleluya! Algunas Naciones serán primero; las primicias de lo que Dios ha prometido. Creo con toda certeza que Costa Rica es uno de esos pueblos señalados por el Espíritu Santo para dejarnos ver la Gracia y la Misericordia del Padre. En Arpas y Copas hemos considerado importante en esta Edición desarrollar diversos temas sobre la persona maravillosa del Espíritu Santo puesto que El será el que traerá ese poderoso avivamiento continental.
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POTENCIAL LA UNCIÓN Y EL PODER DE DIOS EL PODER Y LA UNCIÓN: ACTIVACIÓN E
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IMPARTICIÓN EL ACEITE DE LA SANTA UNCIÓN
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EXPERIENCIAS CON EL ESPÍRITU SANTO
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LA NECESIDAD DE HOY: EVANGELIZAR
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La Esencia de Todo: Dios en Su Gracia me ha permitido caminar a la par de hombres de gran experiencia con El. De sus labios he recibido profundas enriquecedoras revelaciones de las Escrituras. Su madurez es notoria y son lo que yo llamaría “los ancianos estructurales de la Iglesia”. Ellos son verdaderos padres espirituales en la Casa de Dios, son forjadores de líderes y pastores de otros pastores maduros; son ministerios a ministerios. En los últimos años, el Espíritu Santo ha estado inquietando el corazón de estos siervos del Altísimo. Dios los ha inclinado proféticamente a poner su mirada en América Latina. Aleluya. Todos ellos concuerdan con nosotros en afirmar que antes que acabe este siglo a inicios del XXI, esta área del mundo estará encendida por el fuego del mayor avivamiento de que tengamos memoria. Amén. Es interesante observar como el Espíritu del Señor ha obrado con poder sobre el Asia y el África en los últimos veinte años. Aunque esto era desconocido para muchos de nosotros en realidad, detrás de la “cortina de Bambú”, sobre todo en la China de Mao, la salvación y la redención divinas estuvieron fluyendo en forma extraordinaria y maravillosa en los últimos tiempos.
EL ESPÍRITU SANTO ESTARÁ LEVANTANDO UN LIDERAZGO CON CARÁCTER APOSTÓLICO Y PROFÉTICO Apóstol Dr. Rony Chaves
Las conversiones a Cristo en estos continentes y el crecimiento de la Iglesia han sido allí numerosísimas. Aleluya. Y aunque la obra gloriosa continúa, se deja sentir en los aires de América y Europa un suave viento de sanidad y restauración que el Dios Viviente ha enviado para avivar la Iglesia en estas vastas zonas de la tierra. América está más madura y fértil que el Viejo Continente, por lo que anticipamos que la nube de la gloria de Jehová está empezando a moverse con fuerza sobre nuestros pueblos desde Alaska hasta la Patagonia. Amén. Personalmente he viajado por nuestro continente de manera continua en los últimos nueve años y ésto me ha permitido observar lo que Dios está haciendo con nosotros. Nos hemos movido junto a ministros asociados por un buen número de países de América ministrando a sus gentes y predicando la Palabra de Cristo. No hay duda que en los últimos doce años ha comenzado una obra en nuestro continente de preparación para recibir la lluvia tardía del Espíritu Santo. A principios de 1992, estando en la isla de Puerto Rico, en una madrugada, Dios habló a mi corazón sobre lo “hora profética en que vivimos. El desató dentro de mí Su
luz y Sus palabras con respecto a nuestras naciones americanas. Hoy puedo afirmar con mucha certeza de que sin duda alguna, el Espíritu Santo está haciendo en nuestras ciudades e iglesias una obra restauradora que será la plataforma para lanzar desde allí un avivamiento sin precedentes en nuestras naciones. Aleluya.
Estos hombres y mujeres serán parte de un ejército con doble porción del Espíritu. Tendrán una unción como la que fluyó en los primeros años de la Iglesia. Dios les usará con grandes señales y prodigios en medio de los pueblos. La revelación de la Palabra en ellos será abundante y su habilidad para enfrentar al diablo será notoria. El Espíritu Santo está madurando este liderazgo ahora, muchos de ellos son ministerios relativamente jóvenes,
quienes están ahora pasando una etapa de reconocimiento en sus propios países. Algunos dudan de ellos; otros los envidian y hasta los atacan, más el Señor se está encargando de establecer los fundamentos de Su Iglesia, para tomar dominio en esta hora de sus comunidades. Aleluya. Su carácter es y será profético. Son anunciadores, hombres de pacto, desligados en su alma de todo compromiso con el hombre y llenos de arrojo, valentía y celo por el nombre de Jehová. Sus características son y serán apostólicas; son llamados a cubrir la desnudez de ministros e iglesias. Son los padres en potencia de la iglesia en América. A ellos Dios les ha dado autoridad en sus naciones y ciudades para desatar en medio de ellas las “verdades del presente tiempo”. En cada rincón de América, Dios tiene madurando a esos hombres y mujeres, para tomar el Reino para Cristo. Ellos serán uno de los grandes vehículos usados por el Espíritu Santo para traer del cielo a la tierra este último y glorioso avivamiento. Amén. No en vano la Escritura dice, en Isaías 1:26: “Restauraré tus jueces como al principio, y tus consejeros como eran antes; entonces te llamarán Ciudad.
“Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren” Juan 4.24
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Edición 116 | La Unción y El Poder del Espíritu Santo
EL ESPÍRITU SANTO Y SU OBRA “El que viene tras mí (Jesús) cuyo calzado yo no soy digno de desatar, El es más poderoso que yo; El os bautizará con Espíritu Santo y fuego”. Mateo 3: 11. EL ESPÍRITU SANTO Y SU OBRA El Espíritu Santo es Dios. El es la Tercera Persona de la Santa Trinidad de Dios. La vida de Jesucristo estuvo totalmente equilibrada porque dependió siempre de El. Su relación con el Espíritu fue armoniosa y estrechamente ligada. Jesús, vivió una vida santa, Su cuerpo y mente nunca permitieron nada que afectara la relación con el Espíritu. Jesús nunca le contristó; el Espíritu permanentemente estuvo con Jesús y fluyó constantemente con El. El Espíritu Santo es, tristemente, la Persona ignorada en la Iglesia, pero es El, el Ejecutivo de la Trinidad. El es el Consejero y Edificador del pueblo de Cristo. El Espíritu Santo es el Edificador de la Iglesia en el presente tiempo. El es el que convence al hombre de justicia, pecado y juicio. El es Quien en realidad nos lleva a entender Quien es Jesús. Amén. El Espíritu Santo es una Persona (Dios) amorosa, dulce, hermosa, y sumamente cariñosa. El es Alto y Sublime, es Dios mismo. El puede manifestarse de maneras sorprendentes y diferentes. El puede manifestarse a través de las circunstancias; puede revelarse y darse a conocer al hombre en diversidad de tiempos, experiencias, ocasiones y formas. El es Soberano. Amén. Su propósito al revelarse a nosotros es que lo “Conozcamos a El como nuestro Consolador” (Paracleto en griego). Aleluya. El Espíritu Santo se revela en la Biblia como una Persona Santa; El posee cualidades que determinan la personalidad: 1- Intelecto (piensa) “Lo cual también hablamos, no con palabras ensenadas por humana sabiduría, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual”. I Corintios 2:13. 2- Emociones “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención”. Efesios 4:30. 3- Voluntad “Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu repartiendo a cada uno en particular como El quiere”. I Corintios 12:11. El Espíritu Santo, actúa como una persona, veamos: 1- El habla “Y mientras Pablo pensaba en la visión, le dijo el Espíritu: He aquí tres hombres te buscan”. I Timoteo 4:1. 2- El Consuela “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñara todas las cosas y os recordará lo que os he dicho”. Juan 14:26. 3-El guía o dirige “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios”. Romanos 8:14. 4- El testifica “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios”. Romanos 8:6. 5-El se enoja “Mas ellos fueron rebeldes, e hicieron enojar su Santo Espíritu”. Isaías 63:10. 6-El ayuda
“Y de igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad,...”. Romanos 8:26. 7- El enseña “Y enviaste tu buen Espiritu para enseñarles,...”. Nehemías 9:20. Al espíritu Santo se le puede tratar como si fuese una persona y obtener respuesta de El como la de una persona, no de una fuerza. Se le puede obedecer (Hech. 10:19-21 ); se le puede mentir (Hech. 5:3), se le puede constristar (Efesios 4:30), se le puede blasfemar (Hech. 12:31), se le puede resistir (Hech. 7:51 ) y se puede tener intimidad con El. (II Cor. 13:14). Pero así como descubrimos que el Espíritu Santo no es una fuerza, sino una Persona, también la Biblia nos enseña que El es Dios. Amén. El es Eterno (Hebreos 9.14), Omnipotente (Job 33:4), Omnipresente (Salmo 139:7-11) y Omnisciente (Isaías 40:13-15). Las Sagradas Escrituras le atribuyen “Atributos Divinos”, reconociendo su Deidad. Aleluya. Jesús habló de El en el Nuevo Testamento, llamándole el Consolador: “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre, el Espíritu de Verdad...” Juan 14:16-17. Esta expresión Consolador viene del término griego “Parakletos” que significa: “uno llamado a estar al lado de”. Esto implica que Jesús enviaría al Espíritu Santo para estar al lado nuestro y ayudarnos. Por eso es que su labor o funciones son las de un “amigo verdadero”, las de un “ayudador”. 1- El nos guía y dirige a toda verdad. Juan 16:13. 2- El nos enseña. Juan 14:26. 3- El nos revela a Jesucristo. II Cor. 3:18. 4- El nos redarguye de pecado. Hechos 2:37. 5- El nos da poder para testificar. Hechos 4:31. 6- El nos inspira. II Pedro 1:21. 7- El nos limpia y santifica II Tesalonicenses 2:13. 8- El nos perfecciona. Filipenses 1:6. 9- El nos transforma de gloria en gloria. II Cor. 3:18 10- El nos da poder y Sus dones. I Corintios 12:411 11- El nos faculta para obrar milagros. Hebreos 2:4. 12- El nos prepara para la Venida de Jesús. Efesios 4:30. La Biblia es un libro lleno de símbolos que expresan maravillosas verdades de la revelación de Dios al hombre. Con respecto al Espíritu Santo; el Padre Dios, nos habla de El a través de figuras que expresan con claridad Su Obra y Función. Algunos de ellos son: 1- La Paloma “Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua, y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendió como paloma, y venía sobre El”. Mateo 3: 16. 2-El Viento “El Espíritu de Dios me hizo y el soplo del Omnipotente me dio vida”. Job 33:4. 3-El Candelabro de Oro (tipo de la luz del Espíritu). Este fue puesto en el Lugar Santo como única fuente de luz para iluminar el caminar de los sacerdotes. Éxodo 25: 31, 32, 36 y Efesios 1:17-18. 4-El Aceite (tipo de la unción) “Pero vosotros tenéis la unción (aceite) del Santo (Espíritu), y conocéis todas las cosas”. I Juan 2.20. 5-El Vino
Apóstol Dr. Rony Chaves
“Porque estos no están ebrios como vosotros suponéis, puesto que es la hora tercera del día. Mas esto es lo dicho por el profeta Joel y en los postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne”. Hechos 2:15, 16 y 17. 6- El Fuego “El os bautizará en Espíritu Santo y fuego”. Mateo 3:11.
Le ha enseñado la senda del Lugar Santísimo a los creyentes modernos como a ninguna otra generación. De la mano nos ha llevado mas allá del velo y nos ha metido a su cámara Secreta. El nos ha enseñado a adorarle, a fijar nuestra canción en El; el Padre adorable y aún así, la Iglesia ha terminado detrás de los ritmos, de los músicos y de los cantantes. Hemos sido demasiado superficiales.
Lo más extraordinario de la justificación y salvación que Jesús provee para nosotros es que, nos hace Templos del Espíritu Santo, morada del Dios Viviente. Somos lavados en Su Sangre, regenerados por Su Espíritu para ser llenos de Su Poder, bautizados en el Espíritu Santo para testificar al mundo del Amor de Dios en Cristo. Por eso Jesús al prometerle a sus seguidores al Consolador, estaba anticipando no sólo Su muerte en la cruz por el pecado, sino también Su victoria y Resurrección. Esto implicaba que el ser humano transformado iba a recibir con esta Promesa del Padre, a la Persona del Espíritu Santo, para llenarlos y capacitarlos para hacer las mismas obras y milagros de Jesús por todo el mundo. Amén.
Hoy, la gente cristiana escoge su iglesia en función de la música que hay o de las manifestaciones pentecostales. Parecemos clubes mundanos que se fijan solo en lo que allí ocurre o en quienes son los socios que nos elevarán el estatus social y religioso. Y porque cantamos los cantos de moda y usamos los teclados de moda, creemos que tenemos la Promesa; aunque nos hayamos olvidado del Espíritu Santo. Dios ha sido paciente viendo a los cristianos ir de aquí para allá y de allá para acá. Unos buscando la unción, es decir, caer en el “reposo” del Espíritu o para recibir” el gozo”, “la risa” o “el poder”. No pienses querido lector que me contradigo. No, todo esto es bueno y lo necesitamos en la Iglesia. Lo malo ha sido buscar sólo las cosas y no a El, Quien estando con nosotros repartirá Sus dones como El quiere. Amén. ¿Qué esperaríamos nosotros en el Aposento Alto hoy en día después de tener nuestra mente tan llena de ideas preconcebidas y erróneas de lo que nos darían al recibir La Promesa?
LA PROMESA DEL PADRE “Y estando juntos les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mi. Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días”. Hechos 1:4-5. La persona del Espíritu Santo; lo más importante ¿Que esperaban los 120 cristianos en el Aposento Alto a los cincuenta días de la Pascua? Jesús había sido crucificado; pero también había resucitado y aparecido victorioso de la muerte a sus discípulos. Ellos siguiendo sus indicaciones esperaban por diez días ya en aquel lugar. La Escritura apunta que estaban unánimes, juntos y haciendo ayuno y oración. Ellos perseveraban esperando allí el cumplimiento de una promesa, la Promesa del Padre que Jesús les anunció. Pero ¿Qué esperaban ellos realmente, un fuego, lenguas, gozo o embriaguez? ¿Cuál sería su expectativa? ¿Qué esperaban en realidad? Nosotros por siglos hemos señalado lo que ellos esperaban; una promesa. Esta promesa señalamos en la mayoría de libros de doctrina básica fundamental que era el don de hablar en lenguas o profetizar. Por décadas los creyentes sinceros han esperado hablar diversas lenguas como señal de haber recibido esa promesa. La gran verdad de la Palabra se ha diluido ante la Iglesia que se olvidó del Espíritu Santo para correr en pos de las cosas o manifestaciones de El. Hoy tenemos a Dios tratando de decirnos de todas las formas que la Promesa no son cosas sino una Persona; el Espíritu Santo. Amén. Dios se ha estado moviendo de diversas maneras para llamar nuestra atención hacia el Espíritu Santo. Como oleadas de amor y poder ha traído sus énfasis divinos sobre la Iglesia para llevarnos a El. Nos ha llenado con Sus dones y experiencias carismáticas. Ha llenado a millones de creyentes otorgándoles la habilidad de hablar en lenguas humanas y angélicas. Tristemente ellos creyeron que esa era la meta total; la Promesa ansiada y se estancaron allí. Dios ha insistido, ha levantado a sus profetas y apóstoles para refrescarnos la visión y hacernos desear una unción mayor. Ha abierto el camino de una nueva alabanza para alegrar a Su pueblo.
¿Buscaríamos primero las lenguas o el gozo o el mosto? Mi amado lector creo que hemos invertido el proceso. La Iglesia Primitiva esperó la Promesa, al Espíritu Santo, Jesús les prometió enviar a otro como El que llamo el Consolador o Paracleto, el Espíritu Santo. Cuando El vino sobre los ciento veinte del Aposento Alto, lo tuvieron todo, lenguas, adoración, embriaguez, gozo y poder. Todo en un mismo momento. Aleluya. Unas semanas atrás me encontraba en mi Aposento Alto, en el patio de mi casa. allí acostumbro orar y adorar al Señor antes de preparar mi mensaje a la Iglesia. Esa noche el Espíritu me guió a cantarle a El como pocas veces lo había hecho. Poco a poco Su Presencia fue llenando aquel lugar y yo sobrecogido me fui quedando en silencio. En esa quietud santa. El me habló. Tan solo me hizo una pregunta: “¿Rony, qué tú entiendes por recibir La Promesa?” Traje a mi mente todos mis argumentos pentecostales y ninguno sirvió. Mencioné cosas, evidencias y manifestaciones que produce El al estar presente, pero erré el blanco. Simplemente estaba equivocado. Con mucho amor, El me susurró al oído: “hijo, estás totalmente equivocado. La Promesa no son las cosas que yo hago sino que es una Persona, mi Espíritu Santo. No oíste que está escrito: os conviene que yo me vaya, pues si me voy os enviaré a otro Consolador, quien estará con vosotros para siempre, el Espíritu de verdad.. No está escrito: esperad la Promesa del Padre que oístes de mí”. “La Promesa es una Persona, el Espíritu Santo”. Escritura tras escritura me fue siendo abierta, ahora podía entenderlo todo. después de 20 años cuando recibí el bautismo del Espíritu por el que hable en lenguas. Siempre hubo en mi una insatisfacción profunda al alcanzar algo nuevo de Dios. Así sucedió con las lenguas, luego con el ministerio, la unción, el poder, la risa y la embriaguez. Eso no era todo, sólo eran las manifestaciones y huellas del Espíritu. Hoy, voy tras El. Teniéndole a El lo tengo todo. Aleluya. La Promesa del Padre querido amigo es una Persona, el maravilloso Espíritu Santo de Dios.
“Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.” 2 Timoteo 1.7
Edición 116 | La Unción y El Poder del Espíritu Santo LA VENIDA DEL ESPIRITU SANTO Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen. Moraban entonces en Jerusalén judíos, varones piadosos, de todas las naciones bajo el cielo. Y hecho este estruendo, se juntó la multitud: y estaban confusos, porque cada uno les oía hablar en su propia lengua y estaban atónitos y maravillados, diciendo: Mirad ¿No son galileos estos que hablan? ¿Cómo, pues, les oímos nosotros hablar cada uno en nuestra lengua, en la que hemos nacido? Partos, medos, elamitas, y los que habitamos en Mesopotamia, en Judea, en Capadocia, en el Ponto y en Asia, en Frigia y Panfilia, en Egipto y en las regiones de Africa más allá de Sirene, y romanos aquí residentes, tanto judíos como prosélitos, cretenses y árabes les oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios. Y estaban todos atónitos y perplejos, diciéndose unos a otros: ¿Qué quiere decir esto? Mas otros, burlándose, decían: Están llenos de mosto. PRIMER DISCURSO DE PEDRO Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó la voz y les habló diciendo: Varones judíos, y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd mis palabras. Porque estos no están ebrios, como vosotros suponéis, puesto que es la hora tercera del día.
Jesús fue crucificado en la Fiesta de la Pascua y resucitado en el primer día de la semana (domingo); a los cincuenta días de este glorioso evento, el Espíritu Santo descendió sobre la tierra. En el día de Pentecostés (50 días de la Pascua), el Espíritu fue enviado por el Padre para cumplir la Promesa y todos los discípulos “fueron llenos del Espíritu Santo”. (Hechos 2:4). El Espíritu se manifestó de una forma sobrenatural y abrió la puerta a la Iglesia hacia lo sobrenatural. Los discípulos comenzaron a hablar en otras lenguas no aprendidas por ellos, según el mismo Espíritu les daba que hablasen. Aleluya.
Espíritu Santo, el candidato para ser bautizado del Espíritu, si debe haber nacido de nuevo. El debe ser creyente en el Señor Jesucristo. Amén. La llenura o bautismo del Espíritu está reservada para los que conocen a Jesús como Su Salvador. (Marc 16:15-18).
Para entrar al Reino de Dios, uno debe nacer de nuevo; para entrar en la sobrenaturalidad del Reino, uno debe ser lleno del Espíritu. El hecho de haberse convertido a Cristo y haber nacido otra vez, no nos confiere la llenura del Santo Espíritu automáticamente. En Hechos 8, las personas entregaron sus vidas a Cristo, pero necesitaron que los apóstoles les impusieran las manos para recibir el bautismo del Espíritu Santo. Gloria a Dios.
En el libro de los Hechos, capítulo 2, vemos como el Espíritu Santo se derramó sobre discípulos judíos (israelitas), pero en el capítulo 10, en casa de Cornelio, se derramó sobre los gentiles (no judíos). Esto mostró que el Plan Divino es llenar a todo hombre que crea en Jesús, sin importar su nacionalidad. Aleluya.
Personas que recibieron el Bautismo del Espíritu Santo en el Nuevo Testamento. 1-Jesús: Mateo 3:13-17, Lucas 4:18-19. 2- Los apóstoles y los discípulos en el Aposento Alto. Hechos 2:1-13. 3- Los samaritanos bajo la predicación de Felipe. Hechos 8:1-25. 4- Saulo de Tarso (Pablo) Hechos 9:1-17. 5- Cornelio y su familia. Hechos 10:1-48. 6- Los efesios ante la ministración de Pablo. Hechos 19:1-6.
Y daré prodigios arriba en el cielo, y señales abajo en la tierra, sangre y fuego y vapor de humo; el sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día del Señor, grande y manifiesto; y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo. Hechos 2:1-21. EL BAUTISMO DEL ESPÍRITU SANTO
“Y estando juntos, los mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la Promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días”. Hecho 1:4-5. Este bautismo fue predicado por Juan al señalar a Jesús como el que bautizaría en Espíritu Santo y fuego. (Mateo 3:1 1).
“Y los fieles de la circuncisión que habían venido con Pedro se quedaron atónitos de que también sobre los gentiles se derramase el Espíritu Santo. Porque los oían que hablaban en lenguas y que magnificaban a Dios”. (Hechos 10: 45-46). El bautismo del Espíritu Santo no es un mero concepto; no, es una experiencia y como tal, tiene una evidencia clara de que es una experiencia que le ha ocurrido a un cristiano. La evidencia inicial del bautismo del Espíritu Santo tanto para judíos (Hechos 2) como para gentiles fue el hablar en otras lenguas: “y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas y profetizaban”. Hechos 19:6. A las lenguas, se sumó en ellos, la profecía. Amén.
Mas esto es lo dicho por el profeta Joel: Y en los postreros días dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros ancianos soñarán sueños, y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días derramaré mi Espíritu y profetizarán.
Una vez que hemos comprendido que la Promesa del Padre; la que Jesús mencionó a sus discípulos, es La Persona del Espíritu Santo, estamos listos para recibir Su bautismo y muchas llenuras de Su Poder. Amén. Después de resucitar Jesús se apareció a sus discípulos durante 40 días, enseñándoles acerca del Reino de Dios (Hechos 1:3). El les enseño que antes de estar listos para anunciar a Las Naciones, el Evangelio de Cristo, necesitaban una nueva y gran experiencia. Ellos necesitaban ser sumergidos (bautizados) o llenos a plenitud en el Espíritu Santo.
El bautismo en el Espíritu Santo es un regalo de Dios, es gratuito, debes recibirlo por fe; hoy no hay que esperan varios días como los primeros discípulos en Jerusalén. La espera de ellos era el mandato inicial; el Espíritu vino y ahora no hay que esperarlo; El está aquí.
En el caso de Saulo de Tarso (el apóstol Pablo), según Hechos 9, primero el dio su vida a Cristo, luego, Ananías le impuso las manos para que recibiera el Espíritu Santo. Hay una diferencia clara entre la conversión (nuevo nacimiento) y la llenura (bautismo) en el Espíritu Santo. Ambas cosas, conversión y llenura, pueden suceder al mismo tiempo. Este es el caso de Cornelio y su casa. El creyó a Jesús por el mensaje de Pedro y al creer, el Espíritu Santo cayó sobre él y lo llenó con Su poder junto a su familia (Hechos 10). Jesús dejó en Sus enseñanzas muy claro que hay diferentes manifestaciones del Espíritu. La regeneración por el Espíritu (nuevo nacimiento o conversión) y el bautismo del Espíritu son obras distintas. Ser bautizado en el Espíritu no es un requisito para la salvación o para ir al cielo. Es ofrecido a los que creen. (Hechos 2:38). Pero si es un requisito para operar en el poder sobrenatural de Dios. (Hechos 1 :8). Existe una exigencia divina para ser lleno del
¿Para qué debemos ser llenos o sumergidos por el Espíritu? 1-Para ser verdaderos testigos de Cristo. Hechos 1:8; 4:29-31. 2- Para tener la señal de un verdadero creyente. Marcos 16: 18. 3- Para ser buenos líderes en la Iglesia. Hechos 6:1-7. 4- Para tener un ministerio poderoso al Cuerpo de Cristo. Hechos 9:17-18. 5- Para interceder como conviene (orar) I Cor. 1 4: 14-15; Rom. 8:26-27. 6- Para adorar guiado por el Espíritu. I Cor. 14:1415, Hechos 2:11. 7-Para adorar como agrada al Padre. Juan 4:1517. 8- Para recibir el Poder de Dios. Hechos1:8. 9- Para caminar en la sobrenaturalidad de Dios. Juan 14:12. Símbolos del Bautismo del Espíritu en el Antiguo Testamento 1-El aceite de la Santa Unción (Éxodo 30:22-33) Este se usaba para ungir (frotar con aceite, mojar) todo lo que se consagraba para el Servicio de Dios; en especial a los sacerdotes del orden (familia) de Aarón. Esto era un símbolo
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maravilloso. A-El Aceite representaba la llenura del Espíritu y la necesidad de que todo instrumento (humano) de la Casa de Dios, sea lleno de El. B-El derramamiento del aceite sobre los sacerdotes antiguos simbolizaba que los sacerdotes del Nuevo Testamento (todos los creyentes según Apocalipsis 1:6) fueran llenos del Espíritu. C-El aceite de la unción sólo podía aplicarse a sacerdotes. Esto habla de que la llenura del Espíritu sólo es para creyentes. Amén. 2- La llenura del Espíritu Santo en el paso del Jordan El paso de Israel por el Río Jordan hacia la Tierra Prometida simbolizó el bautismo del Espíritu Santo para la Iglesia, como algo necesario para vivir victoriosamente. A- Pablo dijo que el paso por el Mar Rojo era un símbolo del Bautismo en Agua. B- El paso por el Jordan bajo dirección de Josué, representó la llenura del Espíritu, necesaria para tomar posesión de la Tierra Prometida (victoria) espiritualmente hablando. Josué 3: 14-17. En el “Bautismo en el Espíritu Santo, el creyente recibe la evidencia inicial del mismo, al hablar en otras lenguas. Junto a este regalo de Dios, muchos creyentes profetizaron; lo cual indica que pueden tener otras manifestaciones más. Es importante señalar que el hablar en lenguas, edifica el creyente y le hace hablar misterios con Dios que fortalecen su hombre interior. Por eso el hablar en lenguas debe ser una práctica continua cada día para el creyente, esto nos capacitará para ser usados con otros dones del Espíritu (profecía, milagros, fe, sanidades, etc.). Pablo exhorta a los cristianos a ser llenos del Espíritu cada día, esto es tener un bautismo y muchas llenuras del Espíritu. “No os embriaguéis con vino en lo cual hay disolución; antes sed llenos del Espíritu,...” Efesios 5:18. Ese bautismo debe ser ministrado al creyente con paz y suavidad. Nadie debe ser forzado ni manipulado para recibirlo. Los apóstoles imponían las manos a la gente y eran llenos, pero también Dios los llenaba sin que nadie los tocara; El nos llenará soberanamente. Amén. Oración para recibir “La Llenura del Espíritu Santo” Oh Espíritu Santo, Consolador Bendito, quiero invitarte con todo mi corazón a llenarme con tu poder. Sumérgeme en tus Aguas vivas, bautízame con tu infinito poder. Dame de tu potencia y de tus dones. Tómame y lléname cada día, quiero ser bautizado de Tí. Dame de tus lenguas de fuego, dame de tu gloria y tómame para ser testigo de tu Gracia. Señor Jesucristo, tu que bautizas en Espíritu Santo y fuego, tu que eres mi Señor, Redentor y Bautizador, bautízame con tu Espíritu Santo. Aviva la llama que hay en mí y enciende mi pasión por tu Presencia. Toma mi lengua, mi mente y todo mi ser y lléname de tu Espíritu Santo. Yo te adoro Señor, te exalto y te glorifico...
“Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu” Galatas 5.25
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Edición 116 | La Unción y El Poder del Espíritu Santo
Apóstol Dr. Rony Chaves “Estaba Eliseo enfermo de la enfermedad de que murió. Y descendió a él Joás rey de Israel, y llorando delante de él, dijo: ¡Padre mío, padre mío, carro de Israel y su gente de a caballo!” 2 Reyes 13:14 Dios tiene muchos y grandes planes para Sus hijos, Sus hijos proféticos. Al salvarnos y llamarnos a servirle, inicia también una “Escuela” especial de formación ministerial que no termina nunca; mientras estemos vivos, El nos seguirá enseñando. En ese proceso de formación del Espíritu santo, alcanzamos muchas metas y tenemos grandes logros; pero, sobre todo lo obtenido, El Señor persigue dos grandes propósitos con aquel o aquellos a quienes El decidió hacer un hombre o ministro apostólico y profético. Dios hará de cada uno de los que llamó: “Un carro de fuego” (un carro de Israel o fuerza direccional profética para un país, pueblo o región). ¡Aleluya! Jehová persigue hacer de ti y de mí, el “carro de Israel o fuerza conductora” que tu ciudad o país necesitan y el “padre mío” de las nuevas generaciones que se van levantando para subir al “escenario profético” preparado para éstas. ¡EL CARRO DE ISRAEL Y SU GENTE DE A CABALLO! Esta expresión hebrea, no es fácil de entender a primera vista, pero su significado es realmente importante para comprender el proceso formativo del Espíritu en nuestro ser. La expresión “carro de Israel y su gente de a caballo” es una expresión muy judía aplicada en la Biblia a Elías primero, y luego a su sucesor Eliseo, pero muy usada en relación a los profetas maduros del Señor. Esta expresión era usada para denotar que el hombre para quien se usará, era como en el caso del profeta Elías, “la fuerza conductora nacional de Israel” mediante la profecía que Dios
LOS DOS GRANDES PROPÓSITOS DE DIOS EN LA FORMACIÓN DE UN HOMBRE le entregaba a él para combatirla con la nación judía. El profeta señalado sería sin ninguna duda marcada y definido por esta expresión; él sería en la práctica e influencia, el “eje motor o la fuerza direccional” para el Pueblo de Dios, al cual el Remanente fiel escucharía y se dejaría conducir por él. El que un hombre fuese reconocido como “el carro de Israel” significaba que el Pueblo de Dios había reconocido en él a un ministro profeta o la unción profética activa en él, y sobre todo, la unción divina presente en su vida y Ministerio. Para Israel, como lo fue Moisés, Elías o Eliseo; ese profeta ungido, era el receptor de la dirección divina para la nación mediante profecías específicas. El venía a ser el “conductor nacional”, su “motor militar”, su “eje direccional”, “su estratega de guerra” y “su general con la voz de mando” del Cielo. Amén. El Plan Divino al inscribirnos en Su “Escuela de Formación Ministerial”, o al matricularnos en Su “Escuela del profeta”, era y es, hacer de cada uno de nosotros un “motor y eje direccional” para nuestra familia, congregación, ciudad y nación. Dios ha planeado darnos las enseñanzas por el Espíritu que se necesiten para formarnos a Su imagen y nos dará las experiencias más completas para tomarnos de la mano e introducirnos en Su Discipulado ApostólicoProfético para capacitarnos y formarnos hasta que lleguemos a ser “el carro de la nación”; esto es, los poseedores de la dirección nacional al poseer la profecía y la visión de Dios “para nuestra tierra”. EL SEGUNDO GRAN PROPÓSITO: UN PADRE GENERACIONAL
han perseguido a los profetas de Dios y han tratado de controlar o manipular a Su pueblo. Acab es tipo del político que hace alianzas con el poder religioso y ocultista para estorbar el mover del Espíritu y el caminar de la Iglesia. Acab representa al liderazgo político y religioso (aun hasta Evangélico) que se ha dejado seducir por un poder de “control de autoridad” que llamamos también “poder jezabélico o jezabelítico”. Acab representa hombres o mujeres en autoridad pero con abuso o perversión de la misma; pero por sobre todo, representa un espíritu demoniaco; Jehová prepara a Sus siervos ministerialmente hasta forjar en ellos el “líder o guerrero espiritual” diestro en los milagros divinos y en el caminar en la sobrenaturalidad del Señor. Ellos son “el carro de Israel”, o “el carro de México o de Guatemala; ellos son el carro de fuego de Costa Rica o de Suiza o de Argentina, etc”, Dios los ha pasado por Su “Escuela” y por experiencias específicas para desarrollar su habilidad de profetizar de activar milagros y resurrecciones; en esta primera mitad de la Escuela, Jehová les llama, les entrena y desarrolla en ellos su perfil y efectividad ministerial. Literalmente hace la “fuerza conductora nacional” de un país o región, capacitados por Su espíritu para vencer dondequiera que esté a este espíritu anticristiano de Acab. Gloria al Señor. Mas en la segunda etapa de la formación de la “Escuela “de Jehová, el trabaja para formar en Sus siervos, el carácter, el templo, el dominio propio y la madurez; material necesario para enfrentar al espíritu de Jezabel, fuerza demoniaca de control de autoridad cuyo accionar va dirigido contra la cabeza de los profetas.
“La Escuela formativa” de Jehová persigue un glorioso segundo gran propósito, es madurarnos en carácter y espíritu para que lleguemos a ser “verdaderos padres generacionales del Ministerio”; los “padre mío” de las nuevas generaciones; para que maduros y preparados por Dios, seamos capaces de levantar a otras generaciones bajo la misma unción profética que nos ha sido dada por el señor. Con el primer gran propósito de Dios, al hacer de cada líder un “carro nacional o fuerza conductora”, Dios lo que persigue es activar en Sus ministros los dones del Espíritu al máximo de su potencial, es desarrollar su sensibilidad auditiva, sus dones vocales y las manifestaciones de Su poder sobrenatural traducido en milagros sorprendentes.
En esta etapa de formación, al igual que con Elías en la cueva, el Señor nos adiestra para vencer nuestros temores, nuestras carencias interiores y la duda o desconfianza que pudieran quedarnos dentro con respecto al cuidado, protección y autoridad de jehová: En esta fase formativa del Espíritu, Dios nos revela Su cuidado para con nosotros, Su amor y Su favor; también nos muestra Su compresión por nuestra fragilidad humana y nos da a pesar de nuestras vidas y Ministerios. ¡Aleluya! Es en la cueva, en el caso de Elías, donde Jehová forjó para Eliseo su “padre mío”; allí, en ese salón de clases del Gran Maestro, ya sea cueva, monte o desierto, forjará en muchos de nosotros al “padre mío de las generaciones”. Amén.
Al tratarnos y enseñarnos en Su “escuela de Formación Ministerial”, el Señor desarrolla con fuerza en nosotros la “parte ministerial” con sus dones activos y las expresiones o manifestaciones de Su gran poder. Pero aunque es maravilloso, no es suficiente para nuestra graduación como “ministros o líderes” maduros y equilibrados; es decir, “ministros o líderes formados apostólica y proféticamente”. Dios para lograr Su gran meta con nosotros Sus siervos, trabajará fuertemente en nuestro interior para moldear nuestro carácter a la imagen del carácter de Jesucristo el Hijo del Dios Viviente. Amén.
“Y aconteció que yendo ellos y hablando, he aquí un carro de fuego con caballos de fuego apartó a los dos; y Elías subió al cielo en un torbellino. Viéndolo Eliseo, clamaba: ¡Padre mío, padre mío, carro de Israel y su gente de a caballo! Y nunca más le vio; y tomando sus vestidos, los rompió en dos partes”. 2 Reyes 2:11,12
En el libro de 1 reyes 19; la Biblia registra una experiencia particular con respecto a este tema. Es el caso de Elías y la “Escuela Formativa Ministerial de Jehová” en la cual este profeta es entrenado por largos años para ser el “carro de fuego de Israel” y el “padre mío” de nuevas generaciones. A esta “Escuela”, yo la llamo en uno de mis anteriores libros, “La Escuela del Profeta”. Allí, Dios preparó a Elías para enfrentar a Acab, rey de Israel, quién representa a los gobernantes impíos que en todos los tiempos
Es sólo después de las lecciones formativas de la “Cueva” de la “Escuela del Profeta o Escuela de Jehová”, que Elías retorna al Camino convertido en un “verdadero padre generacional”. Sólo en este punto del camino y sólo allí, el profeta, el “hombre de Dios”, estará listo para ungir a los reyes de las naciones, a los profetas emergentes que continuarán su visión, que es la de Dios, y para levantar a la nueva generación de hijos de los profetas adoradores. Es sólo después del viento tempestuoso, del fuego impetuoso del gran terremoto alrededor de la cueva que Elías y quienes sean llamados por el Todopoderoso como “padres ministeriales” para “transferir” la “unción a ellos dada” y a “impartir” e “poder” profético y apostólico a ellos otorgado. “Y le dio Jehová: Ve, vuélvete por tu camino, por el desierto de Damasco; y llegarás, y ungirás a Hazael por rey de Siria. A Jehú hijo de Nimsi ungirás por rey sobre Israel; y a Eliseo hijo de Safat, de Abel-mehola, ungirás para que sea profeta en tu lugar”. 1 Reyes 19:15-16 Cuando el “hombre de Dios”, el Profeta o Apóstol, o el líder en formación, aprueba la “Escuela de Dios”, permitiendo el ser formado interiormente y ministerialmente, haciendo de él, el “ministro equilibrado y humilde”, es entonces cuando podrá levantar a los adoradores proféticos que cambiarán el destino de su tierra. Cuando el “hombre de Dios” se ha humillado y sujetando al Espíritu Santo, dejando en Sus manos la formación de su carácter y Ministerio, haciéndole un “poderoso carro de Israel (carro de batalla y sobrenaturalidad); y un “padre mío, padre mio” para las generaciones de hijos proféticos, que se cumplirá un “Supremo Propósito Divino”, hacer de él el “ministro apostólico maduro y equilibrado” que era necesario desarrollar como “padre espiritual” para activar a su siguiente generación. “Y yo haré que queden en Israel siete mil, cuyas rodillas no se doblaron ante Baal, y cuyas bocas no lo besaron”. 1 Reyes 19:18 Es después de la Cueva y no antes, que sus hijos ministeriales o hijos proféticos recibirán su manto y su misma unción, pero en doble porción por el Espíritu Santo. “Cuando habían pasado, Elías dijo a Eliseo: Pide lo que quieras que haga por ti, antes que yo sea quitado de ti. Y dijo Eliseo: Te ruego que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí. Y tomando el manto de Elías que se le había caído, golpeó las aguas, y dijo: ¿Dónde está Jehová, el Dios de Elías? Y así que hubo golpeado del mismo modo las aguas, se apartaron a uno y a otro lado, y pasó Eliseo. Viéndole los hijos de los profetas que estaban en Jericó al otro lado, dijeron: El espíritu de Elías reposó sobre Eliseo. Y vinieron a recibirle, y se postraron delante de él”. 2 Reyes 2:9,14-15 Los “hijos ministeriales” de aquellos que se han logrado graduar en la “Escuela de Dios”, recibirán a través de sus “padres ministeriales”, por “impartición y transferencia espiritual”, la misma unción “profético-apostólica” dado a sus padres por Jehová, y ésta, en “doble porción”; y se moverán en el mismo poder de sus antecesores ministeriales para activar un día al igual que ellos, a las nuevas generaciones. “Estaba Eliseo enfermo de la enfermedad de que murió. Y descendió a él Joás rey de Israel, y llorando delante de él, dijo: ¡Padre mío, padre mío, carro de Israel y su gente de a caballo!” 2 Reyes 13:14
“Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.” Romanos 8.14
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EL PODER Y EL CARÁCTER: LO PROFÉTICO Y LO APOSTÓLICO “Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor...”. Efesios 2:19-22 Es importante por el enfoque de este libro recalcar que Jehová Dios trabaja arduamente en aquellos que son llamados a servirle con dos grandes propósitos, hacer de cada uno de ellos, un “carro de Israel o fuerza conductora” de su hogar, congregación o ciudad; y producir en cada uno de ellos un “padre o madre” para nuevas generaciones. Esta labor encomendada al Espíritu Santo prepara al “hombre de Dios” en dos direcciones específicas: en lo “ministerial” y en su “ser interior”; esto es, lo capacita para fluir en el poder sobrenatural de Dios y de Sus milagros y lo forma internamente hasta hacerlo un ministro maduro, humilde y equilibrado. Gloria a Dios. En este nuevo capítulo señalaremos la relación que existe en esta tarea del Espíritu entre el “carro de Israel” y el poder fluyente de Dios, y entre el “padre mío, padre mío” de generaciones y el carácter bien formado. EL CARRO DE ISRAEL Y EL PODER DE DIOS Un espíritu demoniaco que ha trabajado en todas las épocas en contra del Pueblo de Dios para controlarle o destruirlo es el “espíritu de Acab”, señalado con este nombre al relacionarlo con la historia bíblica de 1 Reyes 17, 18 y 19. En realidad, esta fuerza diabólica es un “espíritu de control de autoridad y destrucción de lo profético”, el cual trata de operar en la Iglesia hoy para obstruir el mover del Espíritu, para reducir a cero la fe de los creyentes y su credibilidad en lo sobrenatural de Dios. Es un espíritu que permea y afecta negativamente denominaciones, grandes organizaciones religiosas y evangélicas actuando bajo la base del fundamentalismo, la tradición y el humanismo secular. Su tarea es desvirtuar lo Apostólico y lo Profético en la Casa de Dios, tanto como le sea posible, es un espíritu, los hombres y mujeres de Dios deben ser capacitados en el conocimiento vivencial y práctico del poder divino y de la sobrenaturalidad de Dios. Cada experiencia otorgada por Jehová a Sus alumnos o discípulos persigue un fin específico, enseñarles a conocerle a El y a la forma en que El opera Su infinito poder. Cada vivencia que los lleva a ver en acción el poder creativo y sus milagros, trae una lección nueva acerca de la grandeza del Señor y de la manera en sobrenaturalmente el resuelve las circunstancias más difíciles que enfrentan Sus siervos o Su Pueblo. ¡Aleluya! “Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es. Y dijo: Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios”. Éxodo 3:4-6 Cada profeta de Dios desde la antigüedad fue preparado para fluir con el Señor en la esfera de los milagros y Su poder divino. El caminar en la sobrenaturalidad del Reino de los Cielos era necesario para un profeta o patriarca esto, era lo que realmente lo definía como “escogido” de Dios. El trabajo formativo esencial del Espíritu Santo consistía entonces, en enseñarle a los “ungidos del Señor” a conocer a Dios y Su poder para fluir en éste y beneficiar así al “Pueblo elegido” con milagros, portentos y maravillas. Para lograr este objetivo primordial, Jehová
colocaba al “ungido” en medio de circunstancias difíciles o adversas para mostrarle Su capacidad de resolución y Su extraordinaria autoridad y poder creativos. La Biblia es abundante en pasajes que nos ilustran lo anteriormente señalado; Moisés fue uno de aquellos personajes que el Espíritu preparó en la montaña y en el desierto para activar el “gran poder divino” contra los enemigos de Israel en el proceso de la liberación de la nación de manos de Egipto: “Jehová dijo a Moisés: Extiende tu mano hacia el cielo, para que haya tinieblas sobre la tierra de Egipto, tanto que cualquiera las palpe. Y extendió Moisés su mano hacia el cielo, y hubo densas tinieblas sobre toda la tierra de Egipto, por tres días. Ninguno vio a su prójimo, ni nadie se levantó de su lugar en tres días; mas todos los hijos de Israel tenían luz en sus habitaciones.” Éxodo 10:21-23
Apóstol Dr. Rony Chaves
Su Casa, un organismo vivo y capaz de demostrar con milagros y sanidades que pertenecen a un Reino Superior al de este mundo y que la faculta para destruir las obras del diablo con la autoridad a ella entregada por el Espíritu del Señor. No podemos aceptar como algunos pretenden que hoy no hay profetas en la Iglesia; éstos son y han sido esenciales para mantener activo el fluir de los milagros y del poder sobrenatural de Jehová en medio de Su Pueblo y a través de los siglos. El poder de Dios está íntimamente relacionado a los profetas y a la unción profética; el poder de Dios se relaciona estrecha e ineludiblemente a Lo Profético o demostrativo del Reino del Todopoderoso. Amén.
Lo Apostólico en la Iglesia no es sólo el poseer visión o estrategias del Reino; no implica sólo el tener poder y dones operando o cinco ministerios activos y orden divino; significa mucho más que eso, debe ser, además de lo señalado anteriormente, que la Iglesia ha madurado de la mano del Espíritu hasta obtener humildad, sumisión, balance, compasión, dulzura y amor para poder fluir en el Poder divino agradando a nuestro Padre Celestial.
“ Entonces Josué habló a Jehová, el día en que Jehová entregó al amorreo delante de los hijos de Israel, y dijo en presencia de los israelitas: «Sol, detente en Gabaón, y tú, luna, en el valle de Ajalón.» Y el sol se detuvo, y la luna se paró...”. Josué 10:12-14
Lo Profético ineludiblemente es lo “demostrativo” del Reino y está íntimamente relacionado con el poder del Espíritu, con Sus dones, milagros, operaciones y manifestaciones sobrenaturales. Cuando el “hombre de Dios” fluye con el poder de Dios produce milagros y maravillas que demuestren el reino, significa que, él está capacitado en Lo Profético, en lo “demostrativo” de Dios. La “unción profética” del Espíritu está relacionada estrechamente con la activación del poder sobrenatural del Trono Celestial. Jehová prepara a Sus ungidos para que conozcan el poder de las palabras proféticas en sus bocas, les muestra la potencia de Su provisión, de Su protección y la de Su resurrección. Cada hombre de Dios va siendo entrenado para caminar en Lo Profético y fluir en el poder divino a través de su obediencia y sumisión al Espíritu Santo. LO INADMISIBLE Por eso hoy al igual que ayer es inadmisible la idea de algunos “teólogos” que presentan a la Iglesia de Jesucristo como un organismo sin capacidad de obrar milagros y sin el ingrediente esencial de sobrenaturalidad que Dios le dio para hacer de
EL CARÁCTER DE CRISTO EN NOSOTROS ES NECESARIO Es de trascendental urgencia que todos los creyentes líderes de la Iglesia entendamos que es necesario que El Espíritu del Señor forme en nosotros el carácter de Jesucristo. Si no nos dejamos moldear internamente a Su imagen, el ejercicio del Ministerio inmaduramente puede perder el propósito para el que fue diseñado y puede convertirse más bien en perjudicial para las nuevas generaciones al mostrar un modelo de ministerio altivo, autoritario, abusivo, materialista y orgulloso. El Espíritu Santo tiene como gran meta en nosotros reproducir el carácter del Hijo de Dios para que ejerzamos el Ministerio y sus dones en el espíritu correcto con la misma actitud de humildad, amor y compasión que Jesús lo haría. Pablo le llama a esta maravillosa labor, “el fruto del Espíritu”; la manifestación exterior de Jesús y su carácter. ¡Aleluya!. “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley...”. Gálatas 5:22
La verdad presentada en este capítulo se repite con Josué, sucesor de Moisés; milagro tras milagro sucede en la toma de Canaán, la Tierra Prometida a Israel. El gran líder de la nación fue entrenado por años al lado de Moisés para operar en la sobrenaturalidad de Jehová a favor de Su Pueblo. Amén.
Muchos son los profetas a quienes Dios capacito para fluir en Su poder, entre ellos están: Elías, Eliseo, Gedeón, Pablo, Samuel, etc. La formación del “hombre de Dios” para fluir en lo sobrenatural y en el poder de Jehová; es la formación ministerial; lo demostrativo del Reino. Esta capacitación en Su Ministerio para operar en milagros, dones, manifestaciones y poder divino es la parte demostrativa del Reino de Dios. Por cuanto es necesario que el Reino sea demostrado, que el poder del que está sentado en el trono sea manifiesto, es que el Espíritu Santo capacita a hombres en la tierra para fluir en ese poder y así dejar evidencia o demostración con milagros del infinito poder del Reino de Dios.
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EL “PADRE MÍO” Y EL CARÁCTER DEL REINO Nadie es Apóstol sólo por una profecía; ésta tan sólo anuncia su llamado o su oficio futuro en el Reino de Dios. Un Apóstol surge de un proceso de formación de años. Su oficio demanda u trato interior profundo y muchas experiencias de intimidad con el Señor. Las responsabilidades del “oficio del Apóstol” requiere que a quien se le reconozca como tal, sea un ministro reconocido, con trayectoria y muchas huellas de su probada labor ministerial. Por eso lo Apostólico aunque está relacionado con lo “gubernamental y administrativo” del Reino, con “orden y autoridad divinos”, con ministerios u oficios, con ungidos, asignaciones, revelaciones o visiones específicas del Trono, no puede estar separado de la formación o maduración del carácter de los Apóstoles y del Pueblo de Dios. Por la envergadura de lo que significa el Fundamento Apostólico en la Iglesia, tanto los ministros del Señor, (Apóstoles u otros oficios) como la Iglesia en general, deben ser moldeados y madurados por el Espíritu Santo en su hombre interior y carácter para producir de nosotros, ministros equilibrados y maduros; esto es, “apostólicos”, capaces de operar en el poder profético de Dios con el balance necesario para traer edificación al Cuerpo de Cristo y a las Naciones con el ejercicio correcto de los dones y Ministerio asignado a cada uno por el Señor.
EL FUNDAMENTO DE APÓSTOLES Y PROFETAS El Apóstol Pablo nos enseña en el libro de los Efesios en el capítulo 2 que la Iglesia del Señor está siendo edificada por el Espíritu como una “casa espiritual”, cuyo fundamento ha sido opuesto por Apóstoles y Profetas. Desde mis puntos de vista, ese fundamento puesto no consiste sólo en los ministros de los primeros años de la Iglesia, sino que, además de todo ese excelente material hay: que añadir la activación constante del fluir del poder divino y sus milagros. También junto al constante operar del poder demostrativo del Reino, debemos entender que implica una permanente labor del Espíritu formando el carácter del Pueblo del Señor para producir un abundante fruto del Espíritu; según ya vimos, esto significa una maravillosa manifestación del carácter de Cristo en medio de Sus hijos y a través de Sus hijos. ¡Aleluya! El fundamento que ha sido puesto por Apóstoles y Profetas es lo Apostólico y lo Profético, esto es la formación del carácter maduro y la capacidad del fluir el poder divino; lo que hemos llamado, lo gubernamental y lo demostrativo del Reino de Dios. Amén. No debemos olvidar nunca que el ejercicio de la autoridad de Dios en nosotros para fluir en el poder divino equilibradamente (lo Gubernamental o Apostólico y Lo Demostrativo o Profético) debe resultar del aprender a ser “leones” viviendo primero como “corderos”. La autoridad debe emanar siempre de la humildad del espíritu y de la humillación constante ante el Trono de Dios. Si queremos tener la autoridad del León de Judá y caminar en Su poder sobrenatural, debemos aprender primero a ser corderos. Poder y carácter, traen balance, lo Profético y lo Apostólico en la Iglesia y sus líderes, traen equilibrio, amor y edificación. Amén.
“Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas...” Hechos 2:4
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Edición 116 | La Unción y El Poder del Espíritu Santo
Apóstol Dr. Rony Chaves
PODER SIN CARÁCTER: PELIGRO POTENCIAL
“Acab dio a Jezabel la nueva de todo lo que Elías había hecho, y de cómo había matado a espada a todos los profetas. Entonces envió Jezabel a Elías un mensajero, diciendo: Así me hagan los dioses, y aun me añadan, si mañana a estas horas yo no he puesto tu persona como la de uno de ellos. Viendo, pues, el peligro, se levantó y se fue para salvar su vida, y vino a Beerseba, que está en Judá, y dejó allí a su criado. Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres”. 1 Reyes 19:1-4 Uno de los peligros potenciales más grandes que existen en y contra la Iglesia y las naciones son los profetas, ministros o líderes sin carácter formado y humilde. La frase usada en el mundo secular, resultante de mirar a la misma historia; “el poder corrompe”, es lamentablemente aplicable en el mundo evangélico. Quizás el poder, no necesariamente corrompa a todo el que lo tiene, pero sí, puede desajustar a más de uno, haciendo brotar de su interior el orgullo, la altivez, la soberbia y la autocracia. Cuando se posee el poder sin balance ni control; se corre el riesgo de caer en el abuso del mismo y esto puede llevar a males peores como la deshonestidad financiera, sexual y administrativa; un error induce a otro error. Muchos hombres se vuelven extremadamente autoritarios, dictatoriales y muy ególatras cuando el poder queda en sus manos. En el caso de ministros y líderes cristianos, su mayor peligro es el ser usados por Dios con gran poder y milagros y no tener un carácter humilde, maduro y dócil a El, para darle sólo a Dios la gloria y no caer en la trampa de “endiosarse” y creerse el “artista principal” de la “película”; obra que Dios mismo escribió y que ya tiene a su protagonista principal debidamente escogido; él es Jesucristo. “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad”. Mateo 7:21-23 Las Crónicas de los reyes de Judá e Israel nos relatan muchos casos, lamentables de gobernantes de esa nación que hicieron lo malo ante Jehová, abusando de su poder y corrompiendo su camino siguiendo a ídolos y no al Señor. Ellos transgredieron la Palabra de Dios, deshonraron a Sus sacerdotes y al Templo y vivieron perdidamente irritando a Jehová y atrayendo Su castigo para la nación. Los malos ejemplos de reyes cuyos caracteres son fueron moldeados por el Creador y que se corrompieron en las sillas de poder, son muchos. Mencionemos tan solo unos pocos: Saúl, Absalón, Jeroboam el que levantó la adoración falsa en Samaria; Acab el perseguidor de profetas, Ocozías el adorador de Baal, Joram hijo de Acab, y muchos otros más. Dios, Quien es un Dios de Plan, Diseño y Propósito, trabaja en Sus ungidos para darles Su poder y usarlos con grandes señales y prodigios pero, sabiendo lo peligroso que puede ser para Sus mismos hijos que fluyen en Su poder, el ser usados de manera tan poderosa, hace que Su Espíritu Santo forje en ellos un carácter manso y humilde, que pueda mantenerse siempre agradecido y humillado ante Dios. El carácter bien formado y maduro es el antídoto contra la soberbia, el orgullo y la
rebelión del corazón. Muchos hombres de Dios podrían confundirse al tener el poder y la autoridad circunstancial en Sus manos. Moisés en cierta ocasión, registra Éxodo 2, tuvo en sus manos poder y autoridad, pero aun no había sido formado por Jehová en su carácter. En su propia fuerza él quizo libertar a sus hermanos hebreos de los egipcios provocando más bien una terrible persecución contra el. Su inmadurez casi le cuesta la vida y puso en riesgo el plan del Señor. Al huir de Egipto, Jehová se encargó de tratar su vida en el desierto hasta moldear su carácter agresivo e impetuoso a un carácter dócil, manso y tierno, necesario para asumir con madurez el liderazgo y liberación de Israel del yugo esclavizador de Egipto. La formación de su carácter le otorgó la habilidad para luego fluir correctamente en el poder sobrenatural de los milagros de Dios para vencer a los egipcios y liberar su nación del Faraón. “En aquellos días sucedió que crecido ya Moisés, salió a sus hermanos, y los vio en sus duras tareas, y observó a un egipcio que golpeaba a uno de los hebreos, sus hermanos. Entonces miró a todas partes, y viendo que no parecía nadie, mató al egipcio y lo escondió en la arena. Al día siguiente salió y vio a dos hebreos que reñían; entonces dijo al que maltrataba al otro: ¿Por qué golpeas a tu prójimo? Y él respondió: ¿Quién te ha puesto a ti por príncipe y juez sobre nosotros? ¿Piensas matarme como mataste al egipcio? Entonces Moisés tuvo miedo, y dijo: Ciertamente esto ha sido descubierto. Oyendo Faraón acerca de este hecho, procuró matar a Moisés; pero Moisés huyó de delante de Faraón, y habitó en la tierra de Madián”. Éxodo 2:11-15 El pasaje anterior, nos muestra el trágico error de Moisés al inicio de su liderazgo (tenía 40 años) con Israel. El siguiente, con más de cuarenta años después, con un carácter maduro y humilde, nos muestra a Moisés usando su liderazgo y el poder de Dios en beneficio de Israel. “Y Jehová dijo a Moisés: Extiende tu mano sobre el mar, para que las aguas vuelvan sobre los egipcios, sobre sus carros, y sobre su caballería. Entonces Moisés extendió su mano sobre el mar, y cuando amanecía, el mar se volvió en toda su fuerza, y los egipcios al huir se encontraban con el mar; y Jehová derribó a los egipcios en medio del mar. Y volvieron las aguas, y cubrieron los carros y la caballería, y todo el ejército de Faraón que había entrado tras ellos en el mar; no quedó de ellos ni uno. Y los hijos de Israel fueron por en medio del mar, en seco, teniendo las aguas por muro a su derecha y a su izquierda. Así salvó Jehová aquel día a Israel de mano de los egipcios; e Israel vio a los egipcios muertos a la orilla del mar. Y vio Israel aquel grande hecho que Jehová ejecutó contra los egipcios; y el pueblo temió a Jehová, y creyeron a Jehová y a Moisés su siervo” Éxodo 14:26-31 A través de la historia Dios habló de Moisés como un hombre excepcional en carácter y humildad. “Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra”. Números 12:3 De este Moisés se escribió al final de sus días. “Era Moisés de edad de ciento veinte años cuando murió; sus ojos nunca se oscurecieron,
ni perdió su vigor. Y lloraron los hijos de Israel a Moisés en los campos de Moab treinta días; y así se cumplieron los días del lloro y del luto de Moisés. Y nunca más se levantó profeta en Israel como Moisés, a quien haya conocido Jehová cara a cara; nadie como él en todas las señales y prodigios que Jehová le envió a hacer en tierra de Egipto, a Faraón y a todos sus siervos y a toda su tierra, y en el gran poder y en los hechos grandiosos y terribles que Moisés hizo a la vista de todo Israel”. Deuteronomio 34:7,8,10-12 Las grandes victorias de Jehová a través de Moisés a favor de Israel fueron posibles porque el “hombre de Dios” le permitió a su Dios formar su carácter para ser el instrumento que Jehová podía usar para manifestar al mundo y a Su Pueblo, Su Poder, Su Autoridad y Su Gloria. ¡Amén!
ELÍAS: UN EJEMPLO EXCELENTE La vida y ministerio de Elías son extraordinarios para ilustrarnos el tema de este libro y de este capítulo. El fue capacitado ministerialmente por Dios para enfrentar a Acab y a los falsos profetas de Baal y Asera (ochocientos cincuenta). El capítulo 17de 1 Reyes nos enseña parte del proceso formativo de Elías en los milagros y en la sobrenaturalidad. Cuando Dios lo mueve a enfrentar a Acab y a sus secuaces, el profeta está listo; en él fluye el poder divino. El enfrentamiento de profetas y dioses está relatado en el capítulo 18, Elías tiene con su Dios Jehová una contundente victoria contra sus enemigos. “Cuando llegó la hora de ofrecerse el holocausto, se acercó el profeta Elías y dijo: Jehová Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, sea hoy manifiesto que tú eres Dios en Israel, y que yo soy tu siervo, y que por mandato tuyo he hecho todas estas cosas. Respóndeme, Jehová, respóndeme, para que conozca este pueblo que tú, oh Jehová, eres el Dios, y que tú vuelves a ti el corazón de ellos. Entonces cayó fuego de Jehová, y consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y aun lamió el agua que estaba en la zanja. Viéndolo todo el pueblo, se postraron y dijeron: ¡Jehová es el Dios, Jehová es el Dios! Entonces Elías les dijo: Prended a los profetas de Baal, para que no escape ninguno. Y ellos los prendieron; y los llevó Elías al arroyo de Cisón, y allí los degolló”. 1 Reyes 18:36-40 Elías vivió momentos gloriosos bajo el “poder demostrativo de Jehová”, su ministerio estaba en la cúspide en aquellos instantes. Literalmente el poder divino estaba sobre él. “Y la mano de Jehová estuvo sobre Elías, el cual ciñó sus lomos, y corrió delante de Acab hasta llegar a Jezreel”. 1 Reyes 18:46 Mas lo impresionante de esta historia nos viene a partir del capítulo 19 cuando Jezabel,
la reina pagana, ocultista y adoradora de Baal, ausente en la pelea de Elías con sus profetas, se entera de lo sucedido y le envía sentencia de muerte al profeta. Sus palabras produjeron en Elías un efecto devastador, se llenó de miedo y grandes temores invadieron su ser. El “hombre de Dios” que horas antes había derrotado a cientos de profetas de Baal, ahora huye atemorizado hacia el desierto. Allí entra en una terrible depresión pidiéndole a Jehová que le quite la vida. El hombre del poder ahora evidencia carencias profundas en su carácter; se llena de duda, temor y desconfianza de la protección de su Dios. Jezabel, un espíritu más fuerte que el de Acab amenaza al “ungido de Jehová;” su potestad maligna no caerá sólo con poder o milagros, requiere carácter y autoridad madura para ser doblegado. Por eso Jehová envía su socorro a Elías y le permite caminar largo trecho hasta la Cueva, Su salón de clases. Allí Dios, le permite quejarse, le deja que afloren en él sus raíces de temor y duda, pero le enseña, le trata en su interior hasta hacerle comprender que Jehová no tiembla ante las amenazas del diablo. Le madura en medio de experiencias profundas: viento recio, incendio y terremoto; son vivencias demoledoras mas no para Dios, El está tranquilo ante las amenazas de Jezabel. El desea que su profeta lo entienda, El siempre está en control; El sigue siendo lo Máxima Autoridad y tiene bajo Su dominio a todo el poder del infierno. ¡Aleluya! Dios opera desde el silvo apacible y suave; y quiere enseñarle a Sus siervos que aunque arrecie el mar en tempestad o las circunstancias o las circunstancias y los vientos, nos sean contrarios, no debemos preocuparnos, la paz interior deberá ser nuestra guía. Amén. Elías vive su proceso, termina la Escuela del Profeta y sale de su cueva maduro, tranquilo y confiado de nuevo en Jehová. Ahora está más completo, su Ministerio entra a la plenitud y balance que sólo Dios da. El profeta está listo para multiplicarse en otros y ser el “padre ministerial” que la nueva generación de adoradores de Jehová necesita para emerger y ser activada. Elías ahora es el “padre mío” de los siete mil que no doblaron sus rodillas ante Baal. El siguiente pasaje nos ilustra cómo Jesús responde a la presión de las circunstancias, circunstancias aun de muerte, Su carácter maduro, controlado por el Padre y lleno de paz y confianza en Su Dios es lo que le hace accionar el poder divino y controlar la situación. Así Dios quiere que reaccionemos ante la vida, para esto nuestro carácter debe ser transformado y madurado por El. “Aquel día, cuando llegó la noche, les dijo: Pasemos al otro lado. Y despidiendo a la multitud, le tomaron como estaba, en la barca; y había también con él otras barcas. Pero se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba. Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos? Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza. Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe? Entonces temieron con gran temor, y se decían el uno al otro: ¿Quién es éste, que aun el viento y el mar le obedecen?” Marcos 4:35-41 Jesús es nuestro modelo y meta; el Padre trabaja en nosotros Sus siervos para producir Su carácter, sólo así podemos ser usados con Su poder infinito siendo una bendición para la Iglesia y no un peligro. Amén.
“Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo;...” Hechos 19.6
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LA UNCIÓN Y EL PODER DE DIOS “…pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra”. Hechos 1:8 Sobre La Unción se han dado muchas definiciones en el pasado y todas muy aceptables; por esta razón no quiero ser dogmático o extremista con mis siguientes conceptos; tan sólo quiero expresar algunas ideas que nos ayuden a entender mejor el tema central de este libro. DIFERENCIA ENTRE UNCIÓN Y PODER Hace aproximadamente veintiún años escribí un libro sobre la unción; éste fue titulado, “La Unción Delegada”. Los conceptos allí emitidos son de vital importancia para “el líder apostólico” de hoy. La pregunta: ¿Qué es la unción?, fue ampliamente desarrollada en sus primeras veintidós páginas. Allí quedó definido con muchísima claridad que “unción” no es lo mismo que “poder”. La “unción” implica que se tiene “el poder”, pero quien tiene “el poder”, no necesariamente tiene “la unción”. Para entender a cabalidad “unción y poder” veamos algunos conceptos: Dios es Quien unge, esto implica que El realiza un acto de selección y elección concreta para escoger a un hombre para una misión específica. El ser humano elegido, hombre o mujer, es señalado por Dios, equipado y “frotado con Su aceite” (sellado, avalado y confirmado por Jehová). El elegido o escogido se constituye en “ungido” por esta selección y señalamiento divinos y Dios le da su aval, empeña su firma o sello divino con él al llamarle.
(ordenar y gobernar absolutamente), y comisionar (para cumplir propósitos y funciones específicas. Estas tres acciones están implícitas. El ungimiento de un “enviado”, él es llamado y santificado por Dios para ir a un lugar determinado por el Cielo, a cumplir una misión ya determinada; el debe ser gobernado y dirigido sólo por el Espíritu Santo para sólo cumplir la encomienda divina. Su Ministerio es equipado, ataviado de dones y poder con la única finalidad de servir para cumplir a los propósitos y funciones asignados. El ser dirigido sólo por el Espíritu Santo no significa que el ungido puede ignorar el respecto que debe tener a sus autoridades delegadas por Dios en la tierra para él. Desprendemos de todo lo anterior que “el ungido” recibe “poder” para cumplir una misión específica; para cumplir una comisión o gestión previamente determinada por el Padre Celestial. Obviamente la elección del ungido y su misión están relacionadas estrechamente con la Visión de Dios revelada por Su Palabra con Sus diseños a seguir y Su Plan a respetar como Arquitecto del Universo. En conclusión, el “ungido o escogido”, al ser llamado para la misión asignada, recibe poder del Espíritu; él debe usarlo equilibradamente y en el espíritu correcto para la edificación del Pueblo de Dios y de las naciones. La unción implica recibir el poder de Dios, pero tener el poder no necesariamente significa estar bajo la unción del Espíritu Santo.
EL PELIGRO DE CONFUNDIR EL PODER CON LA UNCIÓN La mayoría de creyentes, y aun de ministros del Cuerpo de Cristo cometen el trágico error de confundir el poder con la unción. Y más preocupante es todavía que confundir cierta manifestación del poder con la unción de Dios. La unción del Espíritu Santo es como la energía eléctrica, no es el poder pero genera el poder. La energía eléctrica es tomada a través de cables de diferente grosor y para operar bajo diferentes voltajes (110, 220, etc). Esta energía plena es reducida según la necesidad y programa para hacerla funcional; al entrar en diversos equipos electrodomésticos genera poder o potencia de funcionamiento que activa cada aparato.
El poder que activa los milagros se hace visible o se manifiesta con esas señales, pero el poder no es toda la unción; sólo es una evidencia de la misma. Así como la energía eléctrica en una casa puede ser transformada en poder para activar o hacer funcionar una radio, la cocina, la luz, la televisión o una computadora, etc; la unción en la Casa de Dios nos es dada para manifestar de manera multiforme el poder y la sabiduría de Dios. Hay diferentes manifestaciones del poder de Dios y Su unción activa ese poder diversificado.
El “ungido” viene a ser “el autorizado” por el Cielo para la tarea asignada; para cumplir la misma, el es “sellado o investido del poder del Espíritu Santo”. Dios mismo se encarga de Su “ungido”, éste es “señalado, equipado y activado en el poder de Dios” (frotado con Su aceite o ungido). La unción está íntimamente relacionada con la palabra “autorizar”, de hecho, hemos señalado ya, que “un ungido” es uno que “es autorizado por Dios para una Misión”.
Autorizar es también delegar; en este caso, poder y autoridad. El término delegar implicantes acciones concretas: enviar (a un lugar y misión determinados), mandar
El caminará con el poder el tiempo que el Señor lo permita y terminará fuera de la Unción Divina, sin propósito en su Ministerio y lejos de su destino profético. Por eso es muy importante que la Iglesia sea enseñada en estas verdades porque es imperativo que se haga con claridad la diferencia entre la unción y el poder. Recordemos una vez más que, la unción implica tener el poder, pero tener el poder no necesariamente implica mantenerse en la unción de Dios.
La unción de Dios es plena, total, es inmensa, pero es transformado para ser pasada a receptores de menor capacidad, estos son los ungidos, esta unción o energía, genera poder para activar dones, milagros y prodigios.
El “ungido” viene a ser la persona escogida y señalada para una misión específica en la tierra. Su llamamiento obedece a una necesidad que Dios quiere suplir; él debe hacer exactamente lo que se le ordena; su unción depende de su obediencia absoluta. La unción implica que el “escogido” ahora es separado y santificado por Dios para Su obra y Misión.
Autorizar es dar facultad o poder para hacer algo; autorizar implica delegar autoridad y poder; “ungido” por tanto, es un receptor de poder divino, poder que se le otorga con un propósito y función específica. El será responsable de usar el poder y la autoridad delegada a su vida y Ministerio para lograr la misión a él asignada por el Señor.
le de la gana sin dejarse gobernar ni dirigir por Dios para alcanzar su misión o gestión específica. Un hombre puede comenzar su caminar en el Ministerio bajo la unción y el poder divinos rumbo al cumplimiento de su comisión divina, y torcer su senda, seducido por el poder y las diversas manifestaciones del Espíritu, y terminar su asignación fuera de la unción de Dios.
Quiero enfáticamente reiterar el concepto anterior. Si la unción implica ser escogido, llamado, santificado y ungido para una misión de Dios. Si ser ungido implica que el elegido es equipado, autorizado y empoderado (recibe poder) para la tarea asignada y que su equipamiento y poder debe sólo usarlo madura y sabiamente para cumplir los propósitos, diseños y planes divinos; un hombre podría salirse de la jurisdicción de la unción por hacer lo que
El gran peligro de todos nosotros es confundir el poder y sus manifestaciones con la unción. Muchos hombres de Dios son usados con gran poder; curiosamente la gente dice de él: “Que hombre más ungido”. El ser usado con poder no necesariamente significa que el instrumento humano cumple los requisitos del Señor para ser su “ungido” o “autorizado”. Esta misma expresión se usa mucho cuando el que predica lo hace muy emotivamente y con gran fuerza. La gente confunde la unción con la forma en que se predica. Lo peligroso de todo esto, y por lo cuál escribo este capítulo, es porque al prevalecer tanta confusión e ignorancia en la Iglesia, muchos caen esclavizados por hombres y mujeres que fueron usados por
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Apóstol Dr. Rony Chaves Dios con poder y se apartaron de la visión divina, ensoberbeciéndose y volviéndose autócratas y dictatoriales. Ellos usan las señales y el poder con que Dios les usó para engañar a la gente sencilla que no sabe hacer la diferencia entre la unción y las señales del poder de Dios. Recordemos que la Biblia registra de cómo circunstancialmente Jehová usó una mula para exhortar a un profeta; ese poder manifiesto en el animal, no lo convirtió en un “ungido de Dios”. ¿PARA QUÉ ES EL PODER? El libro de los Hechos de los Apóstoles nos responde claramente a esta interrogante. En el Capítulo 1, el Señor define prioritariamente para qué es que el Espíritu Santo es enviado a los creyentes para bautizarlos y dotarlos de su poder: para Ser testigos del Reino de Dios de Su poder infinito en Jerusalén, en Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra. El poder de Dios nos es dado para ser testigos del amor de Dios y de la Resurrección de Jesús y de Su victoria sobre satanás. El poder Dios fluyendo en y por el creyente desata los milagros y los prodigios necesarios para mostrar al mundo el Reino de los Cielos y su extraordinario poder. Jesús, sabiendo que los primeros creyentes serían llenos del Espíritu, y que con esta llenura les sería dado poder para testificar, indicó que habrían señales que les seguirían al predicar el Evangelio:
“Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán”. Marcos 16:17,18 La función del poder en el creyente esta bien específica en la Biblia: - Para echar fuera demonios. - Para hablar nuevas lenguas y activar la llenura del Espíritu en otros. - Para fluir en dones espirituales y activarlos en otros. - Para protección del creyente (cobertura contra el ataque de satán). - Para sanar a los enfermos. - Para producir milagros en nombre de Jesús. - Para demostrar la autoridad del Reino. Dios mismo, se encargará de producir las señales de su poder cuando Sus siervos predican Su Palabra:
“Y cuando comencé a hablar, cayó el Espíritu Santo sobre ellos...” Hechos 11.15
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“Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes, ayudándoles el Señor y confirmando la palabra con las señales que la seguían”. Amén. Marcos 16:20
en la sinagoga de Nazareth según registra Lucas 4:16-30, al hacer el anuncio de que El era el Mesías esperado por Israel y enviado a cumplir Las Escrituras Divinas.
El poder del Espíritu en el creyente provoca que ocurran milagros que asombran a aquellos que son testigos de esas maravillas:
Jesús, haciendo uso de Su derecho como varón en la sinagoga, se levantó a leer el libro del profeta Isaías en el capítulo 61. Una vez leído el pasaje concerniente al Mesías y a la Unción del Espíritu sobre El, enrolló el libro, lo dio al ministro y les dijo con gran autoridad: “Hoy se ha cumplido esta escritura delante de vosotros”. (Lucas 4:21). Esta expresión sacudió el lugar y a la gente; esto sólo lo podía declarar y cumplir el Mesías Prometido o Apóstol o Enviado del Padre. La Unción del Espíritu, a la que yo llamo La Unción Apostólica del Espíritu Santo o unción del Enviado estaba sobre El.
“Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos”. Hechos 4:12 Cuando caminas bajo la unción de Dios, trabajando para que la Visión de Dios se cumpla y obedeciendo en todo al Padre, entonces, el poder de Dios producirá los milagros que son necesarios para que cumplas la misión que El te dio. La unción garantiza el poder en acción. ¿PARA QUÉ ES LA UNCIÓN? Recomiendo al lector dos de mis libros escritos recientemente, “Deja correr el Río de Dios” y La Unción del Enviado”, en ese material abordo extensamente el tema de la Unción del Espíritu Santo y sus propósitos, funciones y metas con el creyente y la Iglesia de Jesucristo. En este capítulo solo tocaremos el tema lo necesario para dar respuesta a la pregunta formulada en este subtítulo: ¿para qué es la unción?. El profeta Isaías nos da una extensa profecía sobre La Unción del Espíritu y el Mesías o Enviado del Padre en el capítulo 61 y 62 de su libro cientos de años antes de su venida a la tierra. Jesús, como Dios encarnado y Enviado del Padre, utilizó dicha profecía
Esta “Unción” le fue dada con propósitos específicos y es dada hoy a la Iglesia para desarrollarla apostólicamente mediante un proceso de transformación interior hasta convertirla en la Novia de Cristo. La Unción nos es dada no sólo para fluir en el poder de Dios, sino para operar en nuestro carácter y personalidad para hacernos la Novia madura y santa del Hijo de Dios Viviente. La Unción se mantiene en nosotros mientras caminemos en la voluntad del Padre y haciendo lo que El nos comisionó obedientemente. La unción nos trae el poder de Dios pero algunas cosas más con la misma. La Unción del Espíritu es para: -Predicar el Evangelio. -Vendar a los quebrantados de corazón. -Publicar libertad a los cautivos. -Abrir la prisión de los encarcelados. -Proclamar el Año de Jubileo espiritual de Jehová.
-Ordenar el levantamiento de los afligidos de Sión y su investidura de gloria, gozo y alegría. -Transformar a los angustiados. -Reedificar ciudades, naciones y generaciones. -Activar prosperidad. -Ministrar a Jehová (adorar). -Activar la gloria de Dios y la honra sobre Su Pueblo. -Establecer descendencia para el Altísimo (linaje). -Establecer la justicia de Dios en y para Su Casa. -Sanar a Su Pueblo. -Restaurara el Remanente de Dios. -Profetizar sobre Su Nación Santa. -Establecer Alabanza entre las naciones. -Decretar nuevas cosas sobre el Pueblo de Dios. -Activar el poder creativo y transformador de Jehová. -Hacer de Su Pueblo Su Novia La Unción es más que poder; estar ungido implica mucho más que fluir en el poder y los milagros; estos son sólo parte del paquete que viene por la Unción. La Unción de Dios y su entendimiento es lo que le da dirección correcta al poder que se nos da. La Unción direcciona los dones y nos hace ministrar el poder de Dios con objetivos divinos precisos y para los propósitos del Reino, no para fines personalistas o elitistas. El poder nos sirve como señal o evidencia de la Unción; pero no es la Unción, sólo es parte de ésta. La Unción direcciona adecuadamente el poder y la autoridad de Dios, haciendo que éstos cumplan los propósitos para los que fueron dados al “ungido”. Veamos un lindo ejemplo simbólico de lo anterior:
“Y le dijo Eliseo: Toma un arco y unas saetas. Tomó él entonces un arco y unas saetas. Luego dijo Eliseo al rey de Israel: Pon tu mano sobre el arco. Y puso él su mano sobre el arco. Entonces puso Eliseo sus manos sobre las manos del rey, y dijo: Abre la ventana que da al oriente. Y cuando él la abrió, dijo Eliseo: Tira. Y tirando él, dijo Eliseo: Saeta de salvación de Jehová, y saeta de salvación contra Siria; porque herirás a los sirios en Afec hasta consumirlos”. 2 Reyes 13:15-17
En este caso particular, Eliseo es quién tiene la unción y representa la Unción de Dios, el rey Joás es quien tiene el poder y la autoridad y representa el poder. La Unción es lo que le da dirección al poder para que tengamos los resultados esperados por el Cielo y se establezcan en la tierra los diseños del Señor. Amén.
“...el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.” Genesis 1.2
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Apóstol Dr. Rony Chaves “Aconteció un día, que él estaba enseñando, y estaban sentados los fariseos y doctores de la ley, los cuales habían venido de todas las aldeas de Galilea, y de Judea y Jerusalén; y el poder del Señor estaba con él para sanar”. Lucas 5:17 “Tomando entonces Elías su manto, lo dobló, y golpeó las aguas, las cuales se apartaron a uno y a otro lado, y pasaron ambos por lo seco. Cuando habían pasado, Elías dijo a Eliseo: Pide lo que quieras que haga por ti, antes que yo sea quitado de ti. Y dijo Eliseo: Te ruego que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí. El le dijo: Cosa difícil has pedido. Si me vieres cuando fuere quitado de ti, te será hecho así; mas si no, no”. 2 Reyes 2:8-10 A lo largo de mis treinta y tres años de servirle a Dios como predicador he visto a muchos consiervos equivocarse y confundir gravemente el hecho de ser usados con poder. Ellos creen que el moverse en el poder sanador y de milagros del Señor les da la autorización para actuar ante pastores y creyentes con grandes exigencias económicas, materiales y de toda índole. El ser usados con poder no nos da un pasaporte para el orgullo, la altivez y la prepotencia. Tristemente, la misma gente de Dios, por respeto a ese poder fluyente de Dios y por temor a desagradar y ofender al hombre de Dios, cumplen sus caprichos y hasta se dejan maltratar creyendo que hacen bien porque así le están sirviendo al siervo del Señor. Lamentablemente, sólo han cedido a las malacrianzas, a la mala educación y a los abusos de aquellos que aunque han sido llamados por Dios al Ministerio, no han sido aun tratados internamente para bien por el Espíritu Santo. Ellos son “ministros poderosos y usados por Jehová” pero inmaduros en su carácter y desequilibrados en su personalidad. Como decía mi madre, doña Elvira, “confunden la gordura con la hinchazón”, confunden poder con unción, aun falta el proceso formativo interior que los faculte para usar correcta y humildemente el poder. ALGO MÁS SOBRE LA “UNCIÓN DE DIOS” No quisiera ser dogmático e intransigente con este tema, pero sí vehemente: Tener la Unción implica tener el poder; pero tener el poder no garantiza necesariamente tener la Unción y Caminar en ésta. En el Antiguo Testamento, el Señor nos muestra a través de los principios rectores en la Ley sobre sacrificios y ofrendas, que la grosura acumulada por el animal era de lo importante, valioso y simbólico. Esta grosura (Levítico 3:16), representa la unción, la cual se va acumulando a lo largo de la vida. La unción se acumula por lo que se vive, la unción nos viene al conquistar áreas de nuestra vida y del Ministerio al aplicar o vivir la Palabra de fe que predicamos. La Unción no viene por lo que sabemos sino por lo que vivimos. Vivir lo que predicamos es lo que realmente nos da autoridad en esa área de la vida (finanzas, familia, fe, etc) y nos autoriza en ese campo para ayudar a otros en necesidad en aquello donde ya nosotros tuvimos la conquista. No es lo mismo poder que autoridad. Dios nos da el poder para obrar milagros en Su Nombre y nos da una autoridad inicial en el llamado, pero la autoridad a lo largo del Ministerio emana de lo que conquistamos al aplicar y vivir los principios de la Palabra. A veces los creyentes en Cristo Jesús, no saben hacer diferencia entre poder y autoridad y entre poder y unción, pero el diablo sí conoce la diferencia y tiembla ante ministros que verdaderamente tienen la Autoridad de Dios y caminan en la Unción del Espíritu. Quisiera usar una figura para que al imaginarla tengamos una explicación sencilla y práctica de las verdades expuestas anteriormente. La Biblia nos presenta al ser humano como un ser trino:
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EL PODER Y LA UNCIÓN: ACTIVACIÓN E IMPARTICIÓN
alma, cuerpo y espíritu. El cuerpo viene a ser como su estuche, donde vive un alma y su espíritu.
Espíritu Santo y acumuló de El mucho mas que el poder divino.
El alma es su mente, el asiento de sus emociones y voluntad. Su espíritu es la parte inmaterial donde radica su conciencia, su intuición y el conocimiento de Dios. Si el espíritu está muerto por el pecado, ese hombre tendrá vida materiales, un alma viviendo en un cuerpo sin vida espiritual. Al no tener su espíritu regenerado por la Palabra y el Espíritu, él no apreciará ni entenderá las cosas de Dios; es un ser totalmente natural. El no es salvo no ha sido lavado por la sangre de Jesús y por lo tanto, es sólo una criatura del Señor, no Su hijo. Para tener vida espiritual necesita “nacer de nuevo” y hacer de Jesús su Señor y Salvador.
El fue templo del Espíritu, absorbió de El Su Vida, la Vida de Dios, Su carácter, Su revelación, Su ciencia y Su sabiduría. Desde luego que también creció en las manifestaciones del poder sobrenatural del Señor, pero sobre todo creció en amor, humildad, mansedumbre y personalidad o carácter maduro y balanceado. En medio y al final del camino, este hombre podría darle del
El otro hombre, el espiritual, el que caminó toda su vida haciendo la voluntad de Dios y honrando al Padre, está lleno de agua roja; y con una ínfima parte de su propia agua natural; su nivel de vida del Espíritu es muy, pero muy alta. El agua rija; representa la vida del Espíritu en él, es también su nivel verdadero de la unción de Dios. Aleluya. Desde el principio de su caminar con el Señor, al nacer de nuevo, le impartieron una medida de fe, visión y poder para que cumpliera su llamado. Caminó su vida ministerial testificando del poder del Reino de Dios, haciendo prodigios y milagros en Su Nombre, pero no se quedó allí, siguió viviendo bajo una dependencia absoluta del
Es muy interesante que el texto enseña que Josué, el ayudante de Moisés, se enteró de lo sucedido en el campamento y se lo comunicó a su líder con la idea de impedir a Eldad y Medad el profetizar. La respuesta de Moisés nos refuerza el hecho de que lo que Dios impartió a los setenta ancianos fue la vida del Espíritu de Dios, es decir, la unción conquistada por el “hombre de Dios”. “Y Moisés le respondió: ¿Tienes tú celos por mí? Ojalá todo el pueblo de Jehová fuese profeta, y que Jehová pusiera su espíritu sobre ellos”. Números 11:29
Este hombre no es aun Pueblo de Dios, no es templo del Espíritu y Él no mora en él. Es como una vasija de barro o vaso de vidrio con tan sólo un poquito de agua en el fondo de la misma. A este poco de agua le llamaremos su espíritu o su vida espiritual. Imaginemos al hombre entonces, como un vaso de vidrio transparente con un poquito de agua en el fondo, ésta, es su espíritu; no hay nada en él del Espíritu Santo todavía. Cuando este ser humano oye el Evangelio, cree en la Palabra y le entrega su vida a Jesús, reconociéndole como Señor y Salvador, el espíritu Santo le hace nacer otra vez y por la Palabra, regenera su espíritu y le resucita internamente. Ese individuo viene a ser ahora Hijo de Dios, parte de Su Pueblo y templo del Espíritu Santo. Dios mismo por Su Espíritu viene a ser morada en él, ahora tiene la misma vida de Dios y Su gloriosa naturaleza. El será perfeccionado y transformado a la imagen de Jesús como hijo de Dios, la vida del Espíritu le será impartida y su propia vida será vivida ahora de manera distinta ahora a la del hombre natural de nuestra imagen anterior. El hombre que ha revivido espiritualmente se conecta con la realidad espiritual de Jehová, su conciencia se despierta y comienza a ser entendido en los caminos del Señor. Este hombre es como un vaso de vidrio transparente que tiene un poquito de agua en el fondo; sólo que, ahora le añaden otra sustancia color rojo, ese es el Espíritu de Vida de Dios. Esta nueva sustancia a cambiado el color del agua en el vaso al mezclarse. A lo largo de la vida de ese hombre, se acumulará en el vaso más agua o más sustancia roja, según el decida vivir. Si es un creyente carnal y poco adorador del Señor, desobediente y alejado de la visión y de la voluntad del Padre, sólo agua y más agua se añadirá a su vaso. Mas si a lo largo de su vida vive para Dios, se apega a cumplir Su visión y Su voluntad, convirtiéndose en un correcto adorador, más vida del Espíritu se añadirá a su vaso, más sustancia roja le será añadida. Al final del camino, tendremos dos hombres diferentes; uno, con un vaso interior lleno de agua corriente, muy natural y poco espiritual; si el compartiera de esa agua a otros mortales, casi nada de Dios podría impartir, más si muchísimo de su naturalidad; lo cual no edificará gran cosa a quién la reciba. Ese es su nivel de unción esa es la vida del Espíritu que podrá dejar como legado a los demás (prácticamente nada).
los cuales también reposó el espíritu; estaban éstos entre los inscritos, pero no habían venido al tabernáculo; y profetizaron en el campamento”. Números 11:26
IMPARTIENDO VIDA Y PODER Al inicio de este escrito abordé dos conceptos bíblicos medulares para entender el tema central de este libro: “el carro de Israel” y el “padre mío” de nuevas generaciones. En cado uno de estos conceptos dejé claramente definido el propósito de Dios con un líder en formación; en el primero, el trabajo del Espíritu es hacer de Su líder un instrumento humano fluyente en Su poder de milagros y sobrenaturalidad. Con el “carro de Israel” se definen además de los propósitos formativos de Dios con Sus líderes, la etapa ministerial en que se encuentran y lo que podríamos esperar de su Ministerio para entregar al Pueblo de Dios.
“agua roja” de su “vaso interior” a las “nuevas generaciones”, impartiéndoles no sólo poder, sino la vida misma del Espíritu Santo que Dios depositó en su espíritu por vivir para Jehová con pasión y por vivir haciendo Su voluntad. Este hombre verdaderamente caminó bajo la Unción de Dios y podría ser un maravilloso instrumento en las manos del Espíritu para impartir esa “unción o vida” a otros hombres que amen al Señor: “Entonces Jehová dijo a Moisés: Reúneme setenta varones de los ancianos de Israel, que tú sabes que son ancianos del pueblo y sus principales; y tráelos a la puerta del tabernáculo de reunión, y esperen allí contigo. Y yo descenderé y hablaré allí contigo, y tomaré del espíritu que está en ti, y pondré en ellos; y llevarán contigo la carga del pueblo, y no la llevarás tú solo.” Números 11:16,17 Cuando Dios quiere marcar a una nueva generación de líderes usualmente utiliza un instrumento humano que fluya no sólo en el poder del Espíritu, pero también en Su unción, no solo para activar su potencial espiritual con poder, sino para impartirle la vida del Espíritu o unción conquistada; esta transformar la vida del nuevo líder y ayudará a madurar su carácter. “Entonces Jehová descendió en la nube, y le habló; y tomó del espíritu que estaba en él, y lo puso en los setenta varones ancianos; y cuando posó sobre ellos el espíritu, profetizaron, y no cesaron”. Números 11:25 Es bien curioso y poderoso el mecanismo que Dios emplea para entregar Su Unción de un hombre a otro, pues aunque los varones que estaban en el Tabernáculo tuvieron esta experiencia de impartición espiritual, sólo eran sesenta y ocho. Dos quedaron en el campamento y hasta allí les llegó la unción y el poder del Señor. “Y habían quedado en el campamento dos varones, llamados el uno Eldad y el otro Medad, sobre
En el segundo caso, el “padre mío generacional”, afirmamos que este concepto bíblico nos muestra que el gran propósito del Espíritu de Dios con sus líderes es formar su carácter para hacer de cada uno, líderes con personalidad equilibrada y carácter humilde, capaz de ser obedientes en todo lo que Dios el Padre nos demande para hacer Su voluntad a plenitud y así ser excelentes colaboradores en la extensión del Reino. La expresión “padre mío”, aplicada aun hombre por Dios también denota la etapa de formación del Espíritu en que se encuentra y define que podemos esperar que ministre al Pueblo desde Su Ministerio. Unos, ministrarán poder y poca vida, pues están en la etapa de formación ministerial como “carro de Israel” y no han entrado en la Fase formativa y profunda de Su carácter. Por eso es que muchas veces nos asombra que hombres usados con gran poder en púlpitos y plataformas por Jesús, luego al terminar las reuniones, evidencian mucho orgullo, materialismo, y muy poca humildad y madurez espiritual. Es sorprendente encontrar hombres de Dios recién usados por el Señor obrando milagros y que se comporten tan groseros, soberbios y poco compasivos con la gente después de finalizar las reuniones de salvación y milagros. Ellos son como “carros de fuego”, fluyen en el poder de Dios, pero aún les falta el trato divino en su carácter que les hará ser tan amorosos, compasivos y humildes como Jesús. Sólo así, cumplirán efectivamente sus Ministerios. Otros “hombres de Dios”, los maduros y formados en el Escuela del Espíritu para ser “padres ministeriales” ministrarán al Cuerpo de Cristo, no sólo el Poder, pero sobretodo la unción; es decir la Vida del Espíritu depositada en ellos por Jehová el Señor. Unos hombres de Dios impartirán “vida y poder del Espíritu”; otros, tan sólo ministrarán el poder. Esto último, la Iglesia debe entenderlo bien. Activando “el poder”: Impartiendo “la vida” A partir del año 200, el Señor me comisionó ir por las Naciones “activando proféticamente” al Pueblo del Señor.
“... el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el discurso” Hechos 10:44
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En estos diez años mas de setecientas ciudades de América, África, Asia y Europa fueron visitadas por nuestro Ministerio desatando el “poder profético” sobre miles y miles de líderes y ministros de Jesús en los “recorridos o rallys proféticos” denominados “Gira Profética Espíritu Santo enciende la llama”. Como “profeta y carro de fuego” formado por Dios en ese oficio por años mi deber era activar el poder de Dios en la gente; es decir, activar la “unción profética” el potencial de poder depositado por Jehová en cada líder y ministro. El poder activó el poder; el “poder divino” en el profeta o “carro de Israel”, activa dones y operaciones del poder de Dios en los hijos de Dios. Mucha gente tiene en su espíritu al recibir a Jesús como Señor y Salvador, un potencial de poder operacional del Espíritu que muchas veces permanece inactivo y del cual la mayoría no es conciente hasta que aparece un “carro de fuego” y ministra el poder de Dios y activa ese potencial. La gente cobra conciencia de su llamado, entra en una poderosa actividad ministerial, comienza a ver dones del Espíritu operando en su ministerio y diversas manifestaciones son evidentes. El “poder profético” activó su potencial. Semanas después, los testimonios son numerosos de cómo cientos de hijos de Dios están fluyendo en el poder de Dios haciendo en el nombre de Jesús, grandes prodigios y milagros. El “poder profético” activó el poder y los dones. Amén. “Mientras aún hablaba Pedro estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el discurso. Y los fieles de la circuncisión que habían venido con Pedro se quedaron atónitos de que también sobre los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo. Porque los oían que hablaban en lenguas, y que magnificaban a Dios”. Hechos 10:44-46 Esos miles de creyentes en Cristo Jesús que
fueron activados con el poder profético fluyente de un “carro de fuego” o “Ministerio Profético”, requerirán de la formación de su carácter y personalidad para que el ser usados poderosamente por Jehová, ésto nos les haga daño por su inmadurez. Ellos necesitarán más que la “activación”, ellos necesitarán la “impartición de la vida o unción del Espíritu” a través de un “verdadero padre ministerial”, que ha sido formado por Dios para impartir vida, unción y sabiduría del Cielo. ¡Aleluya! “Y Josué hijo de Nun fue lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés había puesto sus manos sobre él; y los hijos de Israel le obedecieron, e hicieron como Jehová mandó a Moisés”. Deuteronomio 34:9 Algunos activarán el poder y la llenura del Espíritu Santo en muchos creyentes según la etapa formativa en que se encuentran, otros, además de esto, ministrarán la unción y la vida del Espíritu. Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban. Eran por todos unos doce hombres” Hechos 19:6-7 La “activación” del potencial en el hijo de Dios viene cuando el “carro de fuego”, llámese profeta, pastor o evangelista fluye el poder de Dios depositado en su interior. Esta “activación” literalmente provoca reacciones inmediatas y decisiones trascendentes. La activación podemos verla figurativamente como cuando un electrodoméstico diseñado con una función específica está inactivo, al conectarlo a la corriente eléctrica disponible, entra en acción y funciona para aquello para lo que fue creado. “La Activación” ilumina tu propósito de existir ministerialmente y te concientiza de tu llamado divino. “La Activación” te pone en la senda de tu destino profético en Dios. La Activación te ubica
y despierta en ti la pasión por seguir a Dios; te pone el hambre por Su Presencia que te llevará a la siguiente fase del Ministerio, la formación del carácter. “Partiendo él de allí, halló a Eliseo hijo de Safat, que araba con doce yuntas delante de sí, y él tenía la última. Y pasando Elías por delante de él, echó sobre él su manto. Entonces dejando él los bueyes, vino corriendo en pos de Elías, y dijo: Te ruego que me dejes besar a mi padre y a mi madre, y luego te seguiré. Y él le dijo: Ve, vuelve; ¿qué te he hecho yo? Y se volvió, y tomó un par de bueyes y los mató, y con el arado de los bueyes coció la carne, y la dio al pueblo para que comiesen. Después se levantó y fue tras Elías, y le servía”. 1 Reyes 19:19-21 Para la formación de tu carácter en el Ministerio necesitarás más que una activación o varias en el poder del Espíritu, necesitarás una “Impartición”, sí querido lector, necesitarás tú, y los demás, “impartición de vida del Espíritu o Unción conquistada”. Para que esta impartición se dé, necesitarás; y todos necesitaremos, la ministración de “padres, maduros”, quienes no teniendo celos de los nuevos ministros emergentes, vean en el proceso de la Impartición de la unción de Dios en sus vidas, la oportunidad y privilegio divino de entregar el “legado de unción” otorgado a ellos por Jehová por los años de servirle a El con fidelidad. Hay entonces, una gran diferencia entre “Activación” e “Impartición”. “La Activación” despierta “el potencial de poder” en el creyente, “la Impartición” le otorga la vida y unción del Espíritu, necesaria para su transformación y madurez. Amén. “Y aconteció que yendo ellos y hablando, he aquí un carro de fuego con caballos de fuego apartó a los dos; y Elías subió al cielo en un torbellino. Viéndolo Eliseo, clamaba: ¡Padre mío, padre mío,
carro de Israel y su gente de a caballo! Y nunca más le vio; y tomando sus vestidos, los rompió en dos partes. Alzó luego el manto de Elías que se le había caído, y volvió, y se paró a la orilla del Jordán. Y tomando el manto de Elías que se le había caído, golpeó las aguas, y dijo: ¿Dónde está Jehová, el Dios de Elías? Y así que hubo golpeado del mismo modo las aguas, se apartaron a uno y a otro lado, y pasó Eliseo. Viéndole los hijos de los profetas que estaban en Jericó al otro lado, dijeron: El espíritu de Elías reposó sobre Eliseo. Y vinieron a recibirle, y se postraron delante de él”. 2 Reyes 2:11-15 Ante las impresionantes y últimas palabras de Elías a su “hijo ministerial” Eliseo: “Pídeme lo que quieras que haga por ti”, su discípulo expresó lo que había anhelado por años ¡él no sólo quería caminar en el poder de los milagros, no, Eliseo quería además, el todo, lo conquistado por Elías en sus años de servicio y comunión con Dios. Eliseo quería la vida y unción del espíritu profético depositado por Jehová en su “padre Elías”. El pidió: “Quiero que una doble porción del espíritu profético (madurado) que está en ti sea sobre mí. Elías dijo: Cosa difícil has pedido, más si Jehová te concede verme cuando soy levantado de ti, así será”. Eliseo además del poder quería la “sustancia divina” necesaria para forjar su carácter y hacerla él en el futuro el “padre mío” de otras generaciones. Amén. “Estaba Eliseo enfermo de la enfermedad de que murió. Y descendió a él Joás rey de Israel, y llorando delante de él, dijo: ¡Padre mío, padre mío, carro de Israel y su gente de a caballo!” 2 Reyes 13:14 ¡Señor, activa hoy a tus “padres” para que la Iglesia reciba la “impartición” “de la vida y unción del Espíritu”! ¡Amén!
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EL ACEITE DE LA SANTA UNCIÓN
Apóstol Dr. Rony Chaves “El Señor habló con Moisés y le dijo: Toma las siguientes especias finas: seis kilos de mirra líquida, tres kilos de canela aromática, tres kilos de caña aromática, seis kilos de casia, y cuatro litros de aceite de oliva, según la tasación oficial del santuario. Con estos ingredientes harás un aceite, es decir, una mezcla aromática como las de los fabricantes de perfumes. Éste será el aceite de la unción sagrada.Con él deberás ungir la Tienda de reunión, el arca del pacto, la mesa y todos sus utensilios, el candelabro y sus accesorios, el altar del incienso, el altar de los holocaustos y todos sus utensilios, y el lavamanos con su pedestal. De este modo los consagrarás, y serán objetos santísimos; cualquier cosa que toque esos objetos quedará también consagrada”. Éxodo 30:22-29 El aceite de la santa unción sólo podría usarse para lo señalado por Dios, usarlo para otras cosas produciría juicio de Dios y exclusión del pueblo de Israel para aquel o aquellos que lo usaran mal. “A los israelitas les darás las siguientes instrucciones: De aquí en adelante, éste será mi aceite de la unción sagrada. No lo derramen sobre el cuerpo de cualquier hombre, ni preparen otro aceite con la misma fórmula. Es un aceite sagrado, y así deberán considerarlo. Cualquiera que haga un perfume como éste, y cualquiera que unja con él a alguien que no sea sacerdote, será eliminado de su pueblo”. Éxodo 30:31-33 Composición del aceite de la Santa Unción 1-Especias finas de mirra excelente quinientos siclos. La mirra, es una resina que se usa para confeccionar medicinas y especialmente perfumes. Su olor varía según la corteza de la planta de donde se extrae, pues hay varias para esto. La mirra propiamente dicha se saca de la planta “Commiphora myrraha” abundante en el Noroeste de África y en Arabia. En la antigüedad era el perfume por excelencia y se usaba en forma líquida o granulada. La mirra tenía un poder soporífero por lo cual el Señor Jesús la rehusó como un favor concedido en la cruz. La mirra mezclada con aceite tenía varios propósitos: A-Limpiaba la piel. B-Suavizaba la piel. C-Purificaba la piel. D-Desintoxicaba. E-Abría los poros de la piel para limpieza y recepción de nuevos perfumes. La mirra dentro del aceite de la unción tenía una función simbólica al ungir sacerdotes, reyes, el santuario y sus utensilios, etc. La mirra denotaba que al recibir el ungimiento con el aceite santo, se iniciaba un proceso del Espíritu Santo en el ungido para desintoxicarlo, limpiarlo, purificarlo y santificarlo. Esta unción determinaría una consagración plena y una dedicación total al propósito de Dios. El efecto paliativo y soporífero de la mirra nos enseña que en todo el proceso santificador que hace el Espíritu en aquel sobre el cual la “unción divina” recae, el Señor le dará Su consolación, Su ánimo y Su bálsamo sanador y Su refrescamiento. Amén. Siendo la mirra también una sustancia perfumante, su presencia en el aceite de la unción indicaba que Dios le da un olor perfumado y característicamente dulce y grato a aquellos a los que unge. Esta mirra también prepara al ungido para recibir otros perfumes deliciosos que profundizarán su cuerpo y que luego serán emanados al exterior del cuerpo. Esto significa que el Señor trabaja en Sus ungidos de una manera profunda para santificarlos y a la vez para hacerlos receptores de Su aroma celestial; el cual luego saldrá afuera para manifestar el ungimiento y elección divinas. 2-Canela aromática la mitad, esto es doscientos siclos. La canela es un árbol cuya corteza es interiormente muy aromática, su olor es exquisito. De esta corteza se saca un aceite que se utilizaba como perfume en las habitaciones. (Proverbios 7:17) y el cuerpo (Cantares 4:14). La canela era usada en forma especial para perfumar lechos. El simbolismo de la canela habla de que en el aceite de la unción prepara a la novia para el encuentro con el Esposo y perfuma con su olor el cuerpo, habitación y lecho de la Novia. La canela se relaciona con una obra del Espíritu en aquellos a los que El unge cada vez mas profunda de santificación, separación del mundo y
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entrega absoluta para el Señor. 3-De cálamo aromático doscientos cincuenta siclos. Se le conoce también como“caña aromática”. Es una planta aromática tropical, que al igual que el incienso era usada principalmente para fines medicinales y rituales. En la Biblia se le menciona siempre en un contexto de perfumería. Curiosamente habían varias plantas que se usaban para perfumes pero la caña aromática o cálamo tenía la particularidad que crecía cerca de los ríos y depósitos de agua, dándole a su uso en la composición del “aceite de la unción” un particular simbolismo. La caña aromática vertida en la cabeza del ungido denotaba una identidad específica con lo divino y con lo procedente del Espíritu. El cálamo nos habla de la tarea maravillosa del Espíritu Santo para hacernos gente que ama las corrientes de las aguas de Dios, esto es, aquellos que crecen y se extasían con las aguas de la revelación del Río del Espíritu. La Unción del Espíritu produce internamente en el corazón del ungido un deseo por las aguas vivas y frescas del Señor y le da un “olor característico” a aquellos ungidos que se recrean en las orillas del Río Divino. Amén. Asimismo, hay una variedad de caña aromática que crece a la orilla de lugares pantanosos, lo cual indica su poder de resistencia y que crece hasta tres metros de alto y tiene dos o tres centímetros de grosor. Es una planta fuerte y de gran crecimiento. Bajo la unción del Espíritu seremos vigorosos, resistentes y con gran crecimiento. 4- De casia quinientos, según el ciclo del santuario. Comúnmente a la flor de la canela se le llama casia. Algunos piensan que casia era una variedad de canela traída del Oriente, especialmente de la China. Coylan e Indochina. Era usada en forma muy especial por su aroma como perfume en el vestido. Tenía un olor sumamente distintivo y distinguido. Los vestidos o vestiduras en la Biblia siempre han tenido una connotación espiritual muy profunda que señala lo interno del hombre. Esta connotación espiritual señala básicamente al carácter, a la forma de la vida y a las acciones del ser humano. La casia en el aceite de la unción nos simboliza la acción del Espíritu Santo en el interior del ungido para moldear su carácter, enseñarle una manera correcta de vivir bajo los principios del Reino y para ajustar sus acciones a la guía de Dios y de Su Palabra. La casia simboliza con su olor, ese distintivo que Dios da al madurar, santificar y guiar a Sus ungidos. Representa el olor a Cristo que se puede exhalar cuando El controla tu vida y El vive a través de ti. ¡Aleluya! 5-Según el arte del perfumador. La versión del Pentateuco Torah Emet nos indica que el aceite de la unción debía ser hecho por un“perfumador experto”, señalado con ésto que el verdadero “aceite de la unción divina” solo puede ser hecho por el Perfumador Experto llamado el Espíritu Santo. Amén. Diferentes versiones de la Escritura señalan que el aceite de la unción sólo podía ser hecho siguiendo la sabiduría de un gran maestro fabricante de perfumes; a esto le llamaban el “arte del perfumador”, lo cual sólo significaba que debería ser excelente, bajo proporciones señaladas por Dios y con únicamente los ingredientes aprobados por Jehová. 6-Y de aceite de olivas un hin. Todas las plantas aromáticas debían mezclarse en aceite de olivas. El perfume sería a manera de ungüento perfumado. El aceite de la unción sería a manera de ungüento perfumado. El aceite de la unción sería un ungüento divino con un olor exquisitamente celestial y muy distinguible; éste simbolizaría claramente a la “Unción del espíritu Santo” derramada en cada creyente verdadero de Jesús. Un hin de aceite de olivas era en realidad cuatro litros de aceite especial. El olivo, árbol de olivas, era uno de los árboles más valiosos para los hebreos de los tiempos antiguos. El olivo crece lento pero dura siglos, esta cualidad simboliza el trabajo de santificación y maduración que hace el Espíritu Santo en sus ungidos, a veces es lento aparentemente, pero duradero y produce un gran crecimiento. El tronco del olivo es corto, nudoso y muy torcido pero grueso, desprendiéndose del mismo numerosas ramas que dan amplia cobertura. De sus raíces nacen muchos retoños alrededor del tronco, por eso el olivo es comparado con un hombre fuerte rodeado de su familia. El aceite de olivas en el aceite de la santa unción simboliza también esa fuerza que Dios
¡A LA BATALLA GUERREROS!
da a los que unge para levantar a su familia y marcar para Dios a sus descendientes. La unción del Espíritu Santo representada en el aceite de la unción es una “unción multigeneracional” que afecta positivamente a nuestras generaciones destinándolas y llamándolas para el servicio del Señor en Su Santuario. La importancia del olivo está en sus frutos que son las aceitunas, las cuáles son muy oleaginosas; es decir, aceitosas. Curiosamente en la antigüedad se hacían caer golpeando fuerte las ramas, éstas se recogían del suelo y se llevaban en canastos a lomo de asnos al lagar donde eran molidas para obtener el aceite. El aceite de olivas era usado en Israel para lámparas, (Mateo 25:3); para el ungimiento (1 Samuel 16:13); como medicina (Lucas 10:34) y para elaborar comestibles. Pero su uso sagrado era en la confección del aceite de la unción para el Santuario. El árbol de olivas tenía un valor en Israel más allá de lo material, su valor era y es simbólico y espiritual. A-Es el rey de los árboles (Jueces 9:8) B-Su aceite es emblema de soberanía. C-Representa rectitud y justicia en el hombre (Oseas 14:6 y Salmos 52:8) D-Simboliza la abundancia de la Tierra Prometida (Deuteronomio 6:11; 8:8) E-Representa proféticamente la gloria futura de Israel y de la Iglesia (Jeremías 11:16) F-Representa a la nación de Israel. G-Simboliza vida. H-Representa sanidad, ánimo y fortaleza. I-Representa el escogimiento divino, Su Poder y Su autoridad. J-Sus hojas son señal de paz, victoria y amistad. K-Su madera es apreciada por su dureza. Y era usada para elaborar finos muebles. L-Su sombra era deseada en tierras calurosas (Lucas 22:39) M-Sus ramas eran usadas en la construcción de cabañas para la Fiesta de los Tabernáculos (Nehemías 8:15) N-Tiene la facultad de crecer en terrenos rocosos y su follaje es denso brindando protección. O-Su madera presenta bellas vetas brindando acabados especiales en objetos ornamentales. P- Salomón hizo querubines y puertas en el Templo de madera de olivo (1 Reyes 6:23,31) no siendo usual su uso en la construcción de objetos grandes pues la madera tiende a ahuecarse con los años. Solo lo podemos entender desde la perspectiva proféticasimbólica. Q-El olivo es sinónimo en la Biblia de testimonio profético según Apocalipsis 11:4. Todo lo señalado anteriormente nos indica con claridad por qué Dios escogió al olivo y sus aceitunas u olivas para hacer el aceite de la unción y para representar la “unción espiritual del Espíritu Santo”en Sus ungidos. La unción de Dios en Sus escogidos les hará dar testimonio profético de la grandeza de su Dios, les hará utilizables para el Santuario, producirá en ellos el carácter regio del reino y les dará la habilidad de reinar con Cristo como soberanos. La unción divina producirá el fruto del Espíritu, paz, victoria, amistad, amor, gozo, etc. Según Pablo nos escribió en el libro de Gálatas 5: Esta gloriosa unción de Dios manifiesta en nosotros será la señal de poseer como escogidos la vida, la abundancia y la bendición del Señor. Esa rica unción nos hará prevalecer en todo tipo de terreno y circunstancia y nos hará ser material usable para elaborar los templos o tabernáculos vivientes del Espíritu Santo; templos en los cuales crecerá la justicia y la rectitud. Por eso el aceite de la unción debía ser elaborado con aceite de olivas; era el símbolo perfecto que el Señor quería levantar. Hay que añadir un detalle más para darle un claro sentido a lo señalado anteriormente y darle también la profundidad y reverencia al tema, las olivas o aceitunas usadas en la elaboración del aceite debían ser verdes, pues así daban un aceite más estimable en octubre o noviembre. Para diciembre las olivas estaban maduras y negras, dando más cantidad de aceite pero de menor valor. El fruto verde de la oliva; las aceitunas, se echaban en receptáculos y se machacaban ligeramente. Las olivas eran exprimidas en cilindros de piedra o se sometían
“Su espíritu adornó los cielos; ...” Job 26.13
a presión en un molino. La elaboración del aceite de olivas tenía desde luego su revelación simbólica pues implicaba la toma de hombres y mujeres jóvenes, como en el caso de Cristo, para ser tratados en circunstancias difíciles para producir en ellos, cual olivas verdes en el molino, el aceite de la verdadera unción. Curiosa o proféticamente, Jesús pasó momentos de gran presión física, anímica y espiritual en el Monte de los Olivos y sobre todo en el Getsemaní, cuyo nombre viene de las palabras hebreas gat-semen que significa “prensa de aceite” o “molino de olivos verdes”. Ahí, en Getsemaní, Jesús fue literalmente molido en su interior antes de ir a la cruz para que allí, desatara la bendición y unción más gloriosa que ha sido desatada sobre los que creen en Su Nombre. Gloria a Dios. A pesar de que el aceite resultaba de machacar las olivas verdes, es un símbolo de alegría (Salmo 45:7) y la carencia del mismo representa pobreza (Juan 1:10, Hageo 1:11) y su tenencia, simboliza prosperidad, abundancia y bendición de Dios (2 Reyes 18:32). El aceite era necesario en los días del Antiguo Testamento; lo fue en los años de la Iglesia Primitiva y hoy sigue representando la unción del Santo Espíritu a fin de poder desempeñar el oficio o llamado de Dios con el poder y autoridad del Señor. 7- La mezcla santa. Las especias más finas entraban en la mezcla con el aceite de oliva, y después eran filtradas de tal manera que dejasen en el aceite un maravilloso perfume. Con este aceite debían ungirse el tabernáculo de Dios y todo su mobiliario; había de usarse en la consagración de los sacerdotes y de algunos reyes como Salomón (1 Reyes 1:39) y en el ungimiento de todos los sumos sacerdotes y sus vestiduras. El aceite de la unción en la Novia de Cristo. En realidad el aceite de la unción no podía ser usado para asuntos profanos. Nadie debía repetir la fórmula fuera de los que Dios llamó para dicho trabajo y quién se atreviere a usar mal este aceite u otro semejante acarreaba el juicio de Dios. El aceite de la unción representó definitivamente la “Unción del Espíritu Santo” en el Cuerpo de Cristo, esto es a Su Novia, La Iglesia. La mezcla de especias aromáticas en aceite de oliva y su extraordinario perfume, representa lo que producirá en nosotros, La Novia del Cordero, la obra santificadora y perfumadora del Experto Perfumador; el Espíritu Santo de Dios. El producirá en la Novia de Cristo un olor dulce, fragante y exquisito en su interior, en Su Cuerpo, en sus vestidos y en sus moradas. Ella dará testimonio de virtud, justicia, rectitud y alegría de estar ungida por Dios. La Novia de Jesús será madurada, transformada y edificada por la mano del Constructor y Edificador Bendito. Ella será llena por la “Unción del Santo” de sanidad, santidad, realeza, belleza y vida para mostrar a otros la grandeza de su Dios. Sus vestiduras estarán limpias y sin arruga; la unción divina producirá el carácter del Reino y las acciones correctas del Reino en la Novia; ella estará perfumada como princesa, olerá a palacio y su porte será regio; su belleza será extraordinaria y su madurez será evidente. Jesús vuelve pronto por Su Novia, esta es una realidad inminente, Su Novia esta siendo ataviada y perfumada por El Espíritu Santo.
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“Experiencias con el Espíritu Santo” UNA ESCUELA PARA ESQUIADORES “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, El os guiará a toda la verdad...”. Juan 16:13 Una de las cosas más interesantes de la naturaleza es la nieve. Esta es algo maravilloso que nos da una idea de la creatividad excelsa de nuestro Dios. Ella nos hace soñar, nos vuelve niños juguetones. La nieve recoge en sí misma una blancura increíble es simplemente majestuosa, soberbia. Al visitar un día con el pastor Dillman y Reynaldo Mora una montaña californiana cubierta de nieve, el Espíritu Santo me dio una sencilla y novedosa lección para mi vida. El lugar era simplemente bello; artísticamente decorado por el Creador con árboles y pinos verdes exuberantes. Un parque para esquiar sobre la nieve se levantaba allí, en el invierno americano, en medio de la Sierra Nevada. Grandes y chicos, alegres y emocionados, se preparaban aquí y allá, colocándose los atuendos, dispuestos a desplazarse por la montaña con sus esquís para la nieve. Apoyados en gruesos cables y sentados en sillas bien seguras, los esquiadores eran llevados mecánicamente hasta la cima de la montaña, muchos pero muchos metros arriba. Desde allí, con gran soltura y velocidad, se lanzarían a su aventura; hacia los lados, hacia arriba, hacia abajo. Aleluya. Al mirar a los experimentados esquiadores, desplazándose tan suavemente, uno piensa que es muy fácil esquiar. Bien podría uno equivocarse terriblemente. De hecho para esquiar sobre la nieve uno debe aprender. De lanzarse a la conquista de la cima de la montaña sin saber cómo deslizarse podría costarle a uno la fractura de pies y manos, o bien hasta el cuello. Es peligroso, muy peligroso, hacerlo sin tener escuela para ello. Pues bien, es necesario decirles que en esa montaña apta para los esquiadores había una escuela para los niños y adultos que quisieran subir hasta la cima y bajar libremente por ella. Profesionales ampliamente adiestrados iban, paso a paso, con mucha paciencia, dándole a cada uno las instrucciones primeras para dominar la montaña. Los niños aprenden más rápidamente que los adultos. En un día de clases absorben lo necesario y están listos para que al día siguiente se lancen a soñar y volar sobre la nieve. Cosa interesante, los adultos necesitan a veces hasta tres días de entrenamiento. Aprenden más lento que los pequeños. Niños y grandes, una vez aprobado el curso para esquiadores, están listos para soltarse a “caminar en las alturas de la montaña”. La moraleja de la experiencia es la siguiente: La nieve con sus peligros, rigores y dificultades es como la vida misma. Hay que aprender a caminar sabiamente por ella.
Las montañas son como esas experiencias elevadas que al conquistarlas hacen al hombre que las vence un triunfador. Las montañas representan obstáculos, barreras, murallas circunstanciales. Esas montañas nevadas son los grandes retos de la vida cristiana; son riesgosas y hay peligros en ellas. Pero deben ser conquistadas. Hay hombres y mujeres torpes y presumidos que en su caminar cristiano se lanzan a “esquiar” sobre “esa nieve” que es la vida, sin escuela, sin maestro y sin los instrumentos necesarios. Al igual que los niños y los adultos de California, todo creyente debe aprender a “esquiar”, a caminar en las alturas espirituales. El o ella deben dejar que el verdadero “profesional”, el Gran Maestro, el Espíritu Santo, le enseñe cómo hacerlo. Si no aprendemos de la mano de El, de la boca de El y con la guía de El, igual que aquellos esquiadores novatos, arriesgamos nuestras manos, nuestras piernas y hasta la vida. Para caminar en las alturas debemos pasar por la escuela de Dios. El debe tratarnos, moldearnos y formarnos. Sólo el espíritu Santo conoce la senda. De lo profundo de Dios nos dará y nos hará saber. Aleluya. El nos enseñará. Algunos cristianos aprenderán más pronto que otros. Según su corazón sea como el de un niño, caminarán hacia lo alto en breve tiempo. Otros como odres viejos tardarán más en pasar el curso del Dios del cielo. Será necesario romper sus cueros, sus prejuicios, sus legalismos para poner en ellos el nuevo vino del Espíritu Santo. Pero todos, niños y adultos, si se someten al Gran Maestro antes o después sabrán esquiar la montaña de la vida y podrán con libertad, volar, soñar y remontarse por las alturas las alturas del Espíritu Santo. Amén. Es tan fácil caminar en las faldas de la montaña eso es natural, todo mundo lo hace. Pero subir a la cima, eso, hay que aprenderlo. Esas lecciones sólo las da el Espíritu Santo. ¡Oh, cuánto te necesitamos Espíritu Santo!
EL VIGILANTE DE LA MONTAÑA “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador; para que esté con vosotros para siempre...”. Juan 14:16 En ese hermoso lugar de la Sierra Nevada, donde los alegres esquiadores conquistan las montañas de nieve, existe un vigilante. Es algo así como un salvavidas en la playa o un cruzrojista que cuida una zona de peligro. Su trabajo es estar atento de cualquier problema que tengan los esquiadores. El les socorrerá, les ayudará y hará todo lo posible por sacarlos del peligro en que se encuentren. Siendo una montaña cubierta de nieve, un terreno riesgoso, el vigilante siempre está allí estratégicamente ubicado para detectar cualquier necesidad. Sus ojos y su mirada siempre están sobre los que escalan o bajan la montaña. El mirará fijamente a quienes suben las alturas y esquían por ellas. Les vigilará
cuando escalan y cuando descienden suave o vertiginosamente. El siempre estará allí, atento a lo que ocurre en la montaña. Aleluya. El vigilante dará la voz de alerta, el grito de auxilio y procurará el socorro. El está al cuidado de todo y de todos. A veces pasa desapercibido, muchos ni saben que se encuentran allí, pero él los mira, los cuida y resguarda. Aleluya. Cuenta un vigilante de experiencia que dentro de los mayores males que ocurren a los esquiadores están los accidentes la bajar las pendientes. Muchos no saben cómo bajar. Algunos se fracturan las manos, las piernas o se dañan la espalda y el cuello. Otros se afectan seriamente las costillas y algunos hasta se matan. Todos los males se dan básicamente por una circunstancia: la gente no sabe bajar la montaña. Ellos suben a través de las máquinas a la cima del monte con relativa facilidad. Desde arriba, quienes no están preparados para bajar creerán que pueden lanzarse hacia abajo sin ningún riesgo. El problema se da en que al bajar la pendiente la velocidad aumenta, el camino muestra sus grandes dificultades y el terreno sus obstáculos. Al no poder detener su paso, muchos caen aparatosamente con desastrosos daños físicos en su cuerpo. Ellos no estaban preparados para ejecutar el descenso. De todo esto apredendemos un poco: El esquiar es como el vivir y el subir la montaña nevada es como tratar de alcanzar metas en la vida cristiana. Obviamente el descender tiene que ver con el moverse en la vida espiritual después de haber estado en la cumbre, obteniendo logros o revelación divina. Alcanzar la cima es también triunfar, vencer y subir a cumbres espirituales. Muchas personas sinceras se esfuerzan por llegar muy alto. Muchos son buenos cristianos, otros buenos evangelistas, maestros o pastores. Anhelan las cumbres, oran y ayunan fervorosamente por ellas. Aleluya. Y en verdad conquistan, triunfan y alcanzan las alturas del éxito vertiginosamente. Aplican todo su empeño, inteligencia e influencias y llegan rápidamente a la cima del monte nevado. Desde allí lo ven fácil todo. Tienen fama, imagen, renombre y aplausos. Otros han visto milagros, multitudes que les siguen y hasta reciben grandes reconocimientos humanos. Ah, pero subieron muy rápido tanto que no dejaron a Dios enseñarles cómo bajar con cuidado. No quisieron oír consejos y conocer mejor el tortuoso camino. Se creyeron autosuficientes y muy, pero muy poderosos. Al Espíritu Santo lo dejaron de lado. No quisieron su enseñanza, no quisieron su Escuela. Quisieron subir demasiado rápido. Tristemente me recuerda esta historia la vida de tantos cristianos que quieren llegar a las alturas en sus llamados y ministerios. Ellos no oyeron consejos, no aceptan el trato de Dios y no quieren recibir la instrucción del Espíritu
“...sino con demostración del Espíritu y de poder” 2 Corintios 2:4
Santo. Por eso su fama y su éxito se desvanece como el humo sumamente rápido. Los golpes y las heridas del “descenso” son demasiado serias como para poder levantarse. Más es bueno que todos sepamos que como aquel vigilante, el Espíritu Santo observa y nos cuida en todo momento. El está pendiente de nosotros, vela por nuestras almas. Quiere que no sólo aprendamos a subir las montañas y caminar en la cima de ellas, sino que desea amorosamente que sepamos bajarlas. El Espíritu Santo quiere que nuestros logros y metas, nuestra fama y su éxito en ninguna medida nos dañen. El desea lo bueno para todo Su pueblo. No quiere que los grandes sueños logrados o las revelaciones recibidas, nos hagan perder la cordura, el equilibrio y que luego caigamos. El quiere que tanto en las alturas como en los valles, en las cumbres o en los llanos, seamos humildes, sencillos y espirituales. El desea maduramente forjar el carácter de Cristo en nosotros para que no nos hagan daño las victorias en las batallas. El quiere producir Su fruto en nosotros, hacernos pacientes y tiernos como los niños. El es “el vigilante” que una y otra vez nos extiende la mano; quien adiestra nuestros pies y nuestras manos para la batalla. El es quien camina muy cerca de todos y de cada uno. El es el Paracleto, nuestro Consolador Divino. El es quien quiere prepararnos para tener victoria y sobriedad en todo tiempo y circunstancias de la vida; ya sea en la cima de los montes o abajo en la planicie de los valles. Amén. Oh Vigilante Eterno, ayúdanos a bajar la montaña nevada, Amén.
REFLEJANDO SU LUZ “Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”. Mateo 5:14-16. Una de las experiencias más hermosas de mi viaje a California fue mirar el sol al inicio de la primavera posarse cálido sobre la nieve. Es interesante tomar la nieve en la mano; ésta no es tan blanca como parece. Ah, pero qué diferente se vuelve cuando dan los rayos del sol. No sólo la miras blanca, sino blanquísima. Pareciera que absorbe toda la luz y la refleja a través de un blanco esplendoroso. La nieve que refleja la luz solar es única, maravillosa y brillante. Cuando las montañas se van llenando de nieve, se van tornando blancas. Pero cuando el sol irradia su luz, éstas se tornan plateadas; sí, plateadas y con un brillo sumamente intenso. Aleluya. Simple y sencillamente, lo blanco se vuelve como plata pulida y refulgente. Es todo un
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espectáculo. Pero lo más curioso de todo este asunto es que entre más alta sea la montaña, más brilla la nieve, y en ella el sol. Entre más fuerte sea el sol en la nieve, mayor será su esplendor. Tuve la osadía una mañana de mirar hacia la montaña nevada sin mis lentes oscuros para el sol. Al instante mis ojos ardían y tuve que dejar de ver. Se forma en la nieve una especie de espejo metálico que irradia tanta luz que casi no se le puede mirar sin protección. El reflejo del sol en la nieve se hace tan extremadamente fuerte que no se puede esquiar si no se cubre uno apropiadamente los ojos. Anteojos o lentes especiales para la práctica del esquí deben ser utilizados. La luz te puede hacer tropezar o dañar los ojos. Este es un fenómeno natural verdaderamente excitante e impresionante. El mismo me recuerda al profeta Moisés cuando subió la Monte Sinaí para estar con su Dios. Después de permanecer en Su presencia, su rostro brillaba como el sol en su fuerza. La intensidad de la luz en Moisés era tan poderosa que prácticamente quemaba las pupilas de los hijos de Israel. El reflejo de la gloria de Dios en el siervo del Señor era extraordinaria. El brillo y el fulgor eran simplemente majestosos. Moisés se convirtió en el reflejante de la
Luz y Presencia divinas con una magnitud impresionante. Los judíos temblaron y tuvieron temor de lo que tenían al frente. Aleluya. Ellos tuvieron que pedir al varón de Dios que se cubriera el rostro. Alabado sea el Nombre del Señor. Amén. Desprendemos de los efectos del sol en la nieve una lección práctica para nuestras vidas. El sol y su luz representan a nuestro entender a Dios y su Divina Presencia. La Biblia presenta a Jesucristo como el “Sol de Justicia”. Amén. Es entonces el sol símbolo de Cristo, quien dijo: “Yo soy la luz del mundo”. Aleluya. El monte, desprendiendo esto de los símbolos bíblico-proféticos, podría apuntar hacia las naciones u hombres. En nuestro caso, digamos que figura a creyentes o a la Iglesia. Conforme más “alto” subamos en nuestra vida espiritual, más cerca estaremos del Sol, Cristo, y de Su luz. Somos como esa nieve que a simple vista y de cerca no es tan blanca, tiene impurezas. Pero al ser llena de la luz del Sol, se comienza a poner cada vez más blanca. Entre más subimos hacia El, adorándole y buscándole de corazón, más blancos y puros y santificados parecemos. Aleluya. Cuanto más elevadas son nuestras experiencias espirituales, cuanto más
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le anhelemos a El y Su Luz, más emblanquecida queda nuestra alma y nuestro espíritu. Aleluya. Cuanto más aprendamos del Espíritu Santo y más caminamos con El, más se purifica y brilla nuestro ser interior. Amén.
postraríamos y le adoraríamos con fervor.
En la medida en que nuestro espíritu se remonta a las alturas espirituales y conquista la cima de nuestra vida cristiana, más cerca estamos del Sol de Justicia y más fuerte es Su reflejo en nosotros. Gloria a Dios.
Si entendiéramos tan sólo eso, que sin El no somos nada más que polvo, barro y vasijas vacías, entonces haríamos cualquier cosa para subir hasta el monte donde El habita. Entonces mi hermano, nos humillaríamos de tal manera que dejaríamos los anhelos y los sueños propios, y subiríamos hasta Su santo templo para adorarle.
Oh, que lección tan maravillosa nos dan la nieve y el sol. Si la aprendiéramos todos los cristianos, si la aprendiéramos todos los predicadores. Sólo tenemos que buscarlo a El, adorarlo a El y subir nuestro espíritu hacia El, y Su Luz lo llenará todo: alma, cuerpo y espíritu. Aleluya. Si tan sólo subiéramos, como Moisés, a la cima del monte y allí quietos permaneciéramos contemplando Su Hermosura y Su Santidad, seríamos cambiados como esa nieve del monte. Si tan sólo escaláramos el monte alguna vez para oírle hablar, para recibir Su Luz y conocer Su soberana voluntad, seríamos transformados de gloria en gloria, de luz en luz, y de victoria en victoria. Aleluya. Si entendiéramos que como simple creación de la mono de Dios le necesitamos, nos
Si entendiéramos que como simple creación de la mano de Dios le necesitamos, nos postraríamos y le adoraríamos con fervor.
Oh Iglesia, si tan sólo entendiéramos que la diferencia entre nosotros y el mundo lo hará Su luz reflejada en nosotros, entonces clamaríamos, gemiríamos y lloraríamos hasta obtenerla. Si pudiéramos captar la esencia del mensaje de la vivencia de Moisés, entonces nos limpiaríamos más, nos dedicaríamos más y subiríamos al Monte Santo de Jehová. Aleluya. Allí obtendríamos Su luz, Su gloria y la mostraríamos a otros en el Israel de hoy o en el mundo. Entonces ellos temblarían, temerían y oirían la voz de Dios. ¡Oh, Espíritu Santo, súbenos al monte!
“...No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.” Zacarias 4:6
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LA NECESIDAD DE HOY: EVANGELIZAR PARTE I ES EL TIEMPO PARA EVANGELIZAR “Miré, y he aquí una nube blanca; y sobre la nube uno sentado semejante al Hijo del Hombre, que tenía en la cabeza una corona de oro, y en la mano una hoz aguda. Y del templo salió otro ángel, clamando a gran voz al que estaba sentado sobre la nube: Mete tu hoz, y siega; porque la hora de segar ha llegado, pues la mies de la tierra está madura. Y el que estaba sentado sobre la nube metió su hoz en la tierra, y la tierra fue segada.” Apocalipsis 14:14-16 1-EL KAIRÓS DE DIOS Dos palabras del griego son usadas para señalar la palabra tiempo: CRONOS Y KAIROS. El término CRONOS define al tiempo específico, que transcurre normal e igual para todos los mortales. CRONOS es el tiempo natural; el tiempo del reloj que se mide en horas, minutos y segundos. El Kairós divino, es el tiempo de Dios. Kairós define el tiempo del cumplimiento de los propósitos de Dios para el hombre y las naciones. Kairós es el tiempo exacto señalado por el Señor para visitar a un hombre o una ciudad. La unción de Dios y Su poder demostrativo están íntimamente ligados a ese tiempo escogido, medido y señalado por el Creador. En Costa Rica, la historia ha caminado por siglos. El cronos del hombre, transcurre para todos igual. Mas el Kairós divino nos marca la HORA de su Avivamiento y de la bendición de justos e injustos. En el Kairós, Dios salvará y redimirá a miles de miles. Es Su Tiempo. No hay otro tiempo mejor, lo esperaron anhelantes los antiguos profetas. No lo podremos medir o enmarcar. Pero sí lo podemos sentir. Señales del cielo siempre nos han sido dadas como anuncios claros. Estas señales y manifestaciones están en todo nuestro territorio, Jesús viene, aleluya. Antes de que Cristo vuelva, tendremos Avivamiento y Cosecha. Amén. ¡Costa Rica, tu Kairós está a las puertas, prepárate, la hora de tu visitación será en breve...! 2-EL DIA DE TU VISITACIÓN “Porque así dijo Jehová: Cuando en Babilonia se cumplan los setenta años, yo os visitaré, y despertaré sobre vosotros mi buena palabra, para haceros volver a este lugar.” Jeremías 29:10 Dios, querido lector, es un Dios de tiempos. Esto implica que Él planifica sus movimientos y Sus estrategias en esta batalla espiritual de los siglos contra satanás, nuestro enemigo. El trato de Dios con los hombres y con los pueblos está igualmente diseñado por el Arquitecto de los Siglos. Aleluya. El Señor ha determinado cuándo visitará individualmente a Sus hijos y cuando se manifestará a Su pueblo. “Visitó Jehová a Sara, como había dicho, e hizo Jehová con Sara como había hablado.” Génesis 21:1 El trato de Dios con los hombres y las naciones está regulado por Él. El mover del Espíritu Santo está determinado por la palabra profética emanada del trono divino. Hay tiempos de refrigerio determinados por Dios. Hay tiempos o días de restitución. Hay días o tiempos de restauración, hay tiempos específicos de visitación de Dios. “Bendito el Señor Dios de Israel, que ha visitado y redimido a su pueblo.” Lucas 1:68 Al paso de los años y los siglos, el Señor ha visitado las naciones del mundo. A unas para bendición, por su hambre de Cristo y a otras para maldición, por su odio del Evangelio y al Pueblo Escogido de Dios. Según el anhelo de los pueblos por Cristo, así Dios les ha respondido su clamor. “Simón ha contado cómo Dios visitó por primera vez a los gentiles, para tomar de ellos pueblo para su nombre.” Hechos 15:14
Dios es un Dios de tiempos. Su palabra nos da claros ejemplos de ello: sometió a Israel por 40 años en el desierto; le anunció a Abraham que su descendencia moraría en tierra extraña y sería oprimida y esclavizada por 400 años; Él le anunció a Israel, por sus profetas, que estarían cautivos en Babilonia por espacio de 70 años. Él es un Dios que controla claramente los tiempos de los hombres. Él pone límites a los imperios y a los reinos. Él señala la duración del gobierno de los reyes y de los emperadores. Él es el Dios Eterno, Quien controla los tiempos y los eventos sobre toda la tierra. Aleluya. “Y les dijo: No os toca a vosotros saberlos tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad.” Hechos 1:7
Dios ha visitado las naciones del mundo en repetidas ocasiones. De una u otra forma Él lo ha anunciado. En la Era Moderna, Él visitó Jerusalén, Judea, Samaria y el Asia Menor. Pasados los años llevó Su Evangelio a Roma y España. Pasado un milenio de la muerte de Cristo, visitó la Europa Central usando a Lutero, Calvino y Zwinglio. Alemania, Suiza y Holanda recibieron la manifestación gloriosa del Espíritu Santo. Uno o dos siglos después, Inglaterra, Irlanda y Escocia recibieron una nueva ola del mover divino. Estados Unidos es impactado por la gloria de Dios a finales del siglo pasado y a los inicios del presente siglo. Con el avance de las comunicaciones emerge, de la gran visitación divina para los anglosajones, un extraordinario movimiento misionero que lleva la luz del Evangelio a todo rincón de Hispanoamérica. A mediados del siglo pasado, el África y el Asia fueron visitados por Dios. Indonesia, Filipinas, Java y otras naciones del área recibieron el manto apostólico del Ministerio del Cristo Viviente. Aleluya. Para la hora en que escribo muchas naciones del continente africano están experimentando su gran avivamiento por el Espíritu Santo. Vemos con gozo caer las murallas de la Europa Oriental y la Rusia Soviética. El fuego divino ha comenzado a encender los corazones sedientos de las naciones socialistas. Dios es un Dios de tiempos. Lo más importante en estos moveres divinos es que podamos entender que Él nos está visitando con el poder del Espíritu Santo. En los días del cautiverio judío, Daniel lo entendía y se dejó usar en su tiempo como un instrumento en las manos divinas, para infundir aliento a su pueblo. “En el año primero de su reinado, yo Daniel miré atentamente en los libros el número de los años que habló Jehová al profeta Jeremías, que habían de cumplirse las desolaciones de Jerusalén en setenta años. Y volví mi rostro a Dios el Señor, buscándole en oración y ruego en ayuno, cilicio y ceniza.” Daniel 9:2,3 En cada época vivida por Israel hubo hombres y mujeres que entendieron el plan y los tiempos de Dios. Mencionemos algunos: Moisés, Josué, David, Elías, Zacarías, María y Juan el Bautista; por citar algunos. Tristemente existieron otros que no entendieron lo que ocurría y rechazaron la bendición de Dios. “En el mundo está (Cristo), y el mundo por El fue hecho; pero el mundo no le conoció. A los suyos vino, y los suyos no le recibieron.” Juan 1:10,11 Dios le envió a Israel sus profetas, sus palabras
Apóstol Dr. Rony Chaves
y sus ángeles y no les creyeron. Ellos perdieron la más gloriosa oportunidad que nación alguna tuvo. El Hijo de Dios estuvo entre ellos y le crucificaron. Ellos fueron visitados por el Espíritu Santo, Juan dio testimonio de Él, Zacarías el sacerdote lo profetizó, Simeón y Ana lo anunciaron en el templo y los judíos lamentablemente lo llevaron a la cruz. No entendieron el Día de Su visitación. “Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina a sus polluelos debajo de sus alas y no quisiste!” Lucas 13:34 Hoy, igual que en los días de Cristo, El nos está visitando y muchos le están rechazando. Él no ha terminado Su Obra en la Iglesia. Él prometió edificarle y perfeccionarla. El Espíritu Santo está llevando a la Iglesia a nuevas experiencias con Él para prepararnos para el Día del Gran Encuentro. Él volverá, Aleluya. Vendrá de nuevo el Cristo de gloria, pero por una Iglesia madura y rebosante de vida. Él volverá por un pueblo que le espera y que conoce el día de su visitación. Sobre la América hispana y Costa Rica, el Espíritu Santo está soplando vientos le refrigerio. Está cayendo sobre nosotros la lluvia prometida por Él. Muchos y muchos lo están entendiendo. Ellos están abriendo su espíritu para la manifestación gloriosa de Cristo en Su Iglesia. Amén. Mi oración es que tú puedas, al ver las señales de los tiempos, entender que la hora de la restauración para los pueblos de América ha llegado. Mi clamor será que cada lector de este libro pueda entender que una nueva ola del Espíritu Santo está bañando las costas de América; que tú, querido lector, puedas gritar con voz de júbilo: “Hossana, Hossana, al que viene en el nombre del señor.” “Ay de ti, Cozarín! Ay de ti Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que han sido hechos en vosotras, tiempo ha que se hubieran arrepentido en cilicio y en ceniza. Por tanto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para Tiro y para Sidón, que para vosotras. Y tú, Capernaum, que eres levantada hasta el cielo, hasta el Hades serás abatida; porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que han sido hechos en ti, habría permanecido hasta el día de hoy. Por tanto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para la tierra de Sodoma, que para ti.” Mateo 11:21-24 Es nuestra oración más ferviente al Dios Todopoderoso que hoy Su pueblo, la Iglesia, entienda la gran visitación divina. Que los suyos hoy le reciban a Él en todo su esplendor. Amén. “Y cuando llegó cerca de la ciudad, al verla, lloró sobre ella, diciendo: ¡Oh, si también tu conocieses, a lo menos en este tu día, lo que es para tu paz! Más ahora está encubierto de tus ojos. Porque vendrán días sobre ti, cuando tus enemigos te rodearán con vallado, y te sitiarán, y por todas partes te estrecharán y te derribarán a tierra, y a tus hijos dentro de ti, y no dejarán piedra sobre piedra, por CUANTO NO CONOCISTE EL TIEMPO DE TU VISITAClÓN.” Lucas 19:41-44 3-ANÁLISIS PROFÉTICO Muchos han sido los hombres y mujeres de Dios que nos fueron enviados para traernos profecías divinas. En los últimos 20 años, una tras otra, la Palabra profética fue declarada, mostrándonos los planes del Señor. Para bendición nuestra, los mensajes proclamados siempre fueron positivos y de un contenido rico en victoria. Obviamente, en las palabras del Altísimo, hubo algunas de reprensión, prevención y exhortación fuerte; pero siempre el Señor nos habló de un futuro lleno de gloria. Algunas de estas profecías anunciadas fueron: 1.“Costa Rica; plataforma evangelística y apostólica a las naciones serás llamada”. 2.“Costa Rica, tu nombre será “Oasis de las Américas” porque muchos vendrán de lejos
para beber de la abundancia de mi Palabra que derramaré sobre ti”. 3.Costa Rica, eres tierra de Avivamiento. 4.Costa Rica, te he rodeado con ángeles al norte, al sur, al este y al oeste. Yo Jehová, seré tu Protector. 5.Costa Rica, de ti me saldrán ministros a todas las naciones para llevar mi Palabra y los usaré poderosamente para encender el fuego de mi Espíritu. 6.Nación punta de lanza eres, yo te he escogido en mi Plan para establecer mi Reino. 7.Antes que el siglo acabe, estarás encendida en el mayor despertamiento espiritual de toda tu historia. Podríamos seguir citando una tras otra, decenas de profecías para bendición de nuestro pueblo. Basten las mencionadas para vislumbrar con claridad que Dios tiene un Plan con esta tierra. Cada una de ellas ha entrado en su esfera de cumplimiento. El Señor nos ha ido llevando paso a paso hacia un Avivamiento. Generacionalmente ha ido rompiendo prejuicios religiosos en el pueblo de Dios. Una mayor unidad ministerial nos ha dado grandes posibilidades de ver pronto ese Avivamiento profetizado. Difícilmente existe una nación con tantos ministros de gran nivel impactando las naciones de América Latina que Costa Rica. Quizás sólo Argentina nos supera en esto. Verdaderamente el país es una plataforma al mundo. Muchos ministerios apostólicos y proféticos salen cada semana de nuestro aeropuerto principal para ir a enseñar al mundo La Palabra. 4-PLATAFORMA HISTÓRICA Para finales de la década pasada; en vías de la Cruzada “Un milagro en tu vida” que efectuamos en La Sabana (abril de 1989), leí un libr muy especial. Este libro escrito por don Wilton Nelson, titulado, “Historia del Protestantismo en Costa Rica”, me dio una base histórica sobre lo que podíamos esperar en los años 90 en el desarrollo evangélico. En este libro, el hno. Nelson nos hace un relato genial sobre la aparición por primera vez de la “semilla del Evangelio” en Costa Rica y su desarrollo. También nos lleva al pasado de la nación; en los días pre colombinos y de la colonia para explicarnos mucho del comportamiento del tico hacia el Evangelio. Este análisis me ayudó a enfocar mis oraciones hacia las Raíces ancestrales de mi país y derribar así fortalezas religiosas y de hechicería para que la Cruzada tuviera éxito. Recuerdo que incluso por la Radioemisora Faro del Caribe prediqué un mensaje previo al evento sobre ese tema. En el programa “Cátedra del Aire” llevé un mensaje de análisis histórico religioso de Costa Rica y en función del mismo, entregué los anuncios proféticos que en aquella época debía proclamarle al pueblo costarricense. Obviamente la historia es la misma. La base histórico religiosa del país es la misma, diez años después, podemos esperar cosas muy buenas de parte de Dios por esa plataforma histórica que se tejió por los siglos en Costa Rica. Curiosamente la historia ha sido benévola con este país a diferencia de otras culturas de Mesoamérica. No heredamos de nuestros indígenas una fuerte cultura religiosa, ni de la colonia una inclinación religiosa fanática como la que se desarrolló en México o Perú. El tico fue un hombre, culturalmente hablando que resultó de pocas guerras, no tanto derramamiento de sangre y sí de mucho aislamiento e independencia. No libramos fieras batallas independentistas como sí lo hizo Sur América y México y no tuvimos la riqueza de otros pueblos como para ser invadidos, pisoteados y aniquilados como otros territorios. Nuestro catolicismo es muy a la tica. Proporcionalmente a otros países latinoamericanos, el más débil de América. La gente es católica por costumbre pero no por convicción. La adoración de santos es muy frágil comparado junto al
“...pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros;..” Hechos 1:8
Edición 116 | La Unción y El Poder del Espíritu Santo resto de Centro América y fuimos forjados casi en el olvido de España. El tico vino por ello a ser un amante de la paz, de la fe, de la libertad y de la vida. La historia nos dejó la semilla del Evangelio muy pronto, en un terreno menos religioso que otros pueblos y mucho más tolerante que ninguno. Hoy, la evidencia de que Dios vio eso, es claro. El Señor nos ha bendecido y nos bendecirá aún más. La Costa Rica que Colón profetizó no fue rica en oro pero sí en la bendición espiritual. Sin duda, tendremos Avivamiento, Amén. 5-EL VALLE DE LOS HUESOS SECOS La Biblia enseña que el profeta Ezequiel tuvo una extraordinaria revelación de Dios sobre el pueblo de Israel. Esta tremenda experiencia lo llevó a un enorme valle lleno de huesos secos. Así le quiso presentar Jehová al profeta, el estado del pueblo hebreo en esos días, como si fuese un valle saturado de huesos secos. “La mano de Jehová vino sobre mí, y me llevó en el Espíritu Jehová, y me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos. Y me hizo pasar cerca de ellos por todo en derredor; y he aquí que eran muchísimos sobre la faz del campo, y por cierto secos en gran manera.” Ezequiel 37:1,2 Es muy probable que la primera impresión del profeta fue de profunda tristeza; el pueblo escogido le era presentado por Dios a sus ojos como un sombrío valle de muertos. Realmente esa era su condición ante los ojos de Dios, le habían fallado, se habían apartado de sus caminos. En él surgió la gran interrogante: ¿Vivirá este pueblo, se levantarán estos huesos? “Y me dijo: Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? Y dije: Señor Jehová, tú lo sabes”. (Verso 3) El entendía que para reunir esos huesos y hacer de ellos organismos vivientes se requería de un portentoso milagro. Sólo Dios lo podría hacer, no el hombre. Este pasaje no sólo aludió al Israel de los días de Ezequiel, sino al Israel después de la Segunda Guerra Mundial; donde luego del exterminio bestial de Adolfo Hitler sobre los judíos parecía que Israel jamás se levantaría como nación. Era como un enorme valle de huesos secos. Pero la Biblia en muchísimos pasajes sobre Israel, también alude a la Iglesia, el Israel espiritual de nuestro tiempo. Después de transitar por años en los pasillos de iglesias y naciones, uno se forma una idea del estado actual de la Iglesia de Cristo en el mundo. Ella parece en muchos lugares como ese enorme valle de huesos secos que miró Ezequiel. Ella ha perdido la hermosura de su rostro, su gozo y su lozanía. Pareciera que la carne, músculos y piel que le dan la forma de un cuerpo vivo ya no están en ella. Sus ligamentos y tendones ya no tienen fuerza para mantener unidos sus huesos. La Iglesia parece un cuerpo muerto, sin alma y sin espíritu. Al ver en muchos lugares del mundo en lo que se ha convertido la Iglesia, nos preguntamos honestamente, ¿vivirán estos huesos Señor? Dios dijo a Ezequiel lo siguiente: “Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oíd palabra de Jehová. Así ha dicho Jehová el Señor a estos huesos: He aquí yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis. Y pondré tendones sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y os cubriré de piel, y pondré en vosotros espíritu, y viviréis, y sabréis que yo soy Jehová.” versos 4, 5,6 La orden divina a su profeta fue, profetiza; esto indicó un comienzo glorioso de restauración. Un profeta es un vocero de Dios; uno que habla en su nombre. Esto implica que Jehová-Dios es quien determina qué se debe hablar y cuándo debe ser proclamada su palabra profética. Aleluya. Igual que para aquel valle de huesos secos de los días de Ezequiel, hoy el Espíritu Santo está desatando Su Palabra a la Iglesia. Es una palabra profética, de anuncio y reto divinos. Es un mensaje claro y contundente. Dios ha desatado para Su pueblo el tiempo de su restauración: Aleluya. Es el tiempo profético del Padre para soplar Su aliento de vida sobre el Cuerpo de Cristo. Son los días determinados por el Padre para tomar cada hueso (llámele cada hermano; llámele cada ministro o cada congregación que parecen sin vida) y llenarlos
con su ardiente poder. Gloria a Dios. No importando si la tarea parece difícil, El lo hará; El edificará y madurará a su Iglesia. Amén. Los resultados de declarar la Palabra sobre los huesos no se hicieron esperar, he aquí lo que detalla el profeta: “Profeticé, pues, como me fue mandado, y hubo un ruido mientras yo profetizaba, y he aquí se juntaron cada hueso con su hueso.” Verso 7. Las implicaciones de este texto para nosotros hoy son que ese ruido escuchado al profetizar, es el testimonio del Espíritu Santo en toda la tierra, dando a conocer el anuncio del cielo a todo Su pueblo. Aleluya. Profeta tras profeta, profecía tras profecía, sueño tras sueño y visión tras visión, serán llevadas hasta los confines del mundo para anunciar a la Novia que han llegado los días de la preparación para las Bodas del Cordero. Esta palabra profética confrontará a cada uno, llámese ministro o iglesia local y causará tal terremoto o movimiento espiritual al ser declarada por los profetas que provocará a la unidad de cada uno de los miembros, llámese hueso o ministro o iglesia, Aleluya. Quienes entiendan la palabra del Espíritu Santo comenzarán a amar a sus hermanos y se unirán a pesar de las barreras denominacionales existentes. Amén. Algo más ocurrió ante la proclama de Ezequiel que nos ilustra lo que ocurrirá a la Iglesia. “Y miré y he aquí tendones sobre ellos, y la carne subió, y la piel cubrió por encima de ellos, pero no había en ellos espíritu.” Verso 8. La profecía había producido que se escuchara un gran ruido en todo el valle, un movimiento unificador había comenzado, cada hueso se juntó con otro. Luego tendones aparecieron (coyunturas, ligamentos) para unir y ligar cada hueso con su hueso. En nuestro caso nos habla esto de la obra tremenda del Espíritu Santo para llevarnos a claras relaciones de pacto entre unos y otros, seamos de la misma denominación o no. Los tendones señalan hacia relaciones maduras en la Iglesia; con principios sólidos de ética, amor y servicio cristiano. Amén. De pronto narra Ezequiel: la carne subió. Esto habla de volumen, peso y consistencia. Aquel conjunto de huesos se había unido y ahora el Espíritu Santo les estaba dando peso y tamaño. Empezaron a semejarse a un verdadero cuerpo. Igualmente a la Iglesia el Espíritu Santo la está madurando por sus maestros, apóstoles y profetas. Le está dando tamaño, peso y consistencia para presentársela a Cristo un día, madura, sin mancha y sin arruga, para que en verdad parezca La Iglesia. Aleluya. La Iglesia en muchas partes del mundo se está levantando, aunque niña, está madurando. El volumen y el peso están aumentando; la carne le será añadida. Luego vino la piel recubriendo la carne, dándole forma, cubriendo las cuencas, los brazos, las manos, etc. Ese fue un trabajo delicado, la masa de carne comenzaba a tomar forma de organismo. La carne sobre los huesos comenzó a tomar forma de cuerpo humano. Ya se miraron los rostros, los ojos. Dejó de ser un valle de huesos de muertos. La Iglesia de Cristo estará siendo cubierta por apóstoles y profetas. Por medio de ellos el Espíritu Santo proveerá de piel a la Novia. Ella, la Iglesia, tomará forma, su rostro será visible y bello. No será nunca más lo que ha sido hasta ahora, un enorme valle de huesos secos. Aleluya. Con todo y lo ocurrido, faltaba algo en aquel cuerpo; no tenía espíritu, no tenía vida. “Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, di al espíritu: Así ha dicho Jehová el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos y vivirán. Y profeticé como me había mandado, y entró espíritu en ellos y vivieron, y estuvieron sobre sus pies; un ejército grande en extremo.” Versos 9 y 10 He aquí la gran realidad de Dios, aunque tengamos un ejército de hombres y mujeres, si éstos no están llenos del Espíritu son igual que simples huesos secos, sin alma y sin vida. Igual que muchos ministros e iglesias tienen aparentemente forma, cuerpo, culto y vida, pero
están muertos, sin Espíritu y sin unción. Ellos necesitan lo mismo que los huesos judíos, que venga sobre ellos el Espíritu para que puedan vivir. El Espíritu Santo es lo que la Iglesia necesita. Él es el Consejero para llevarnos por el camino de la victoria. Él es Quien hará en nosotros la enorme diferencia, de un valle de huesos secos a un ejército grande en extremo. La Iglesia como nunca antes debe abrir su oído a la voz del Espíritu que le habla de muchas maneras y en muchos idiomas. La Iglesia deberá unirse, esto es imperativo, para el buen testimonio cristiano. Debe la Iglesia aprender a vivir bajo relaciones de Pacto. Sólo así será madurada y perfeccionada. Sólo así estará realmente cubierta, adquiriendo en verdad la forma de un cuerpo. Sólo cuando la Iglesia se ponga en pie ante la voz del Espíritu Santo será un ejército. Sólo cuando ese ejército anhele ser lleno de Él se convertirá en un gran ejército, un poderoso e invencible ejército de Cristo. Amén. “Y me dijo luego: Hijo de hombre, todos estos huesos son la casa de Israel.” verso 11 a. Iglesia de Cristo, ejército viviente, ponte en pie y grita conmigo: ¡Espíritu ven, sopla sobre nuestros muertos y vivirán¡ Amén.
6-VIENTOS DE AVIVAMIENTO Con todo y eso negativo, soplan vientos de avivamiento en el país. Las iglesias están creciendo, los ministros se están uniendo y se nos está motivando a la oración y a la evangelización. Son más cada día los que asumen la responsabilidad de la Obra. La Juventud como en ninguna otra época se está levantando vigorosa en Cristo. La alabanza y la adoración al Padre cada día es más libre, poderosa y efectiva. La T.V. cristiana y la Radio, llegan a más y más familias cada mes con La Palabra. Dios está preparando la Cosecha. La mies está madura, los campos están listos para siega. Aleluya. Como el criado de Elías vio a la distancia una nube del tamaño del puño de un hombre, anuncio de una enorme lluvia que pondría fin a la sequía; igualmente nosotros hoy vemos sobre el país la nube de Jehová viniendo y creciendocada día sobre la patria. Estoanuncialluvia, aguacero, inundación. Todos seremos mojados por ella. Dios pondrá fin a la sequía espiritual de muchos y nos meterá en su río caudaloso del Espíritu. Si somos fieles, perseverantes y obedientes tendremos Avivamiento. Definitivamente los vientos que soplan sobre Costa Rica, son vientos de Avivamiento. Gloria al Señor. PARTE II LA GRAN COMISIÓN HOY “Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al
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monte donde Jesús les había ordenado. Y cuando le vieron, le adoraron; pero algunos dudaban. Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.” Mateo 28:16-20 1-LA RESTAURACIÓN DE LA GRAN COMISIÓN Dios ha llevado a Su Iglesia hacia la Restauración plena de Su verdad, esto implica la restauración de la Visión Apostólica en la Evangelización. Cada Evangelista es parte de este proceso y le es necesario conocer y entender esta Obra Apostólica del Espíritu Santo en este Tercer Milenio. Sin temor a equivocarme creo que como Iglesia Universal de Jesucristo; el Cuerpo de Cristo ha fallado en cumplir con este Mandato Divino en un alto porcentaje. La Gran Comisión dada por Jesucristo a sus Apóstoles incluyó las siguientes cosas: 1-Id. 2-Haced discípulos. 3-En todas las naciones. 4-Bautizándoles en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. 5- Enseñándoles. 6- Que guarden todas las cosas que os he mandado. Esta Gran Comisión nos es ampliada a través de Marcos el Evangelista en su versión del Evangelio de Jesucristo en el capítulo 16 y en los versos 15 al 18: “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán”. Marcos nos suma a Mateo lo siguiente: 1- Predicad el Evangelio. 2-A toda criatura. 3-Deja implícito en las señales que acompañarán a los que creen que también los comisionados en el Mandato Supremo deberán hacer lo siguiente: a-Echar fuera demonios b-Hablar nuevas lenguas por el Espíritu c-Testificar contra el poder de muerte de satanás d- Imponer manos sobre los enfermos e- Y sanar a los enfermos Esta Gran Comisión implica entonces, ir por todo el mundo predicando el Evangelio a toda criatura y haciendo de aquellos que creyeren y fueren bautizados, discípulos verdaderos de Cristo por todas las Naciones. Además, será necesario demostrar el poder del Evangelio, sanando a los enfermos, hablando otras lenguas bajo el poder del Espíritu Santo y echando fuera a los demonios de la gente y avergonzando al enemigo. La Iglesia Primitiva, fue muy consciente de este Mandato. Los apóstoles y el pueblo se lanzaron en los primeros años del Cristianismo a la Conquista y Discipulado de las naciones. Ellos fueron efectivos en cumplir la orden del Señor después de Su Resurrección. Aleluya. Veamos lo que dice la Biblia al respecto: “Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes, ayudándoles el Señor y confirmando la palabra con las señales que la seguían”. Amén. Marcos 16:20. Después del Siglo IV, la Iglesia perdió su fuerza y su determinación por cumplir La Palabra de Mateo 28. Siglos después, con la Reforma Luterana y con el previo descubrimiento del Nuevo Continente, católicos y protestantes se dieron a la tarea de cumplir con esta Comisión; lamentablemente a su manera.
“Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.” Gálatas 5:25
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Los resultados fueron diversos. Desde masacres de indígenas y esclavos en la colonización hasta un brote glorioso de salvación genuina en muchos territorios. Con todo y esto último, el cumplimiento de la Gran Comisión estuvo muy lejos. En el Siglo pasado, es cuando al venir un nuevo y poderoso derramamiento del Espíritu Santo en Europa, Norte América y en los últimos 40 años en América Latina, Asia y Africa; la Iglesia vuelve a retomar el desafío de alcanzar el mundo con el Evangelio. Con todo y el avance, creo que, ésta ha sido la carga de tan sólo unos pocos líderes cristianos. Los últimos 10 años del Siglo XX, nos trajo un aumento maravilloso del trabajo evangelístico a través de los medios de comunicación, específicamente radio y sobre todo la televisión Esta invasión de televisión con programación cristiana a los hogares del mundo, nos hace vislumbrar que en este proceso de restauración del Espíritu, la Gran Comisión será llevada a su cumplimiento cabal. La Televisión Cristiana; la radio difusión evangélica y el aumento de las Iglesias con Visión Celular Evangelística hoy, nos hace entrever que en unos cuantos años más, la Iglesia de Cristo en un porcentaje altísimo se sumará a la tarea de la Evangelización Mundial. La introducción impresionante, reveladora y progresiva del conocimiento sobre la oración de guerra espiritual territorial y estratégica, está produciendo un cambio en la Iglesia y en las ciudades. Al orar con propósitos y guía profética, el Cuerpo de Cristo, está empezando a entender que la Oración de Guerra Espiritual Estratégica debe hacerse específicamente para propósitos evangelísticos finales. Esta oración es realizada para obtener de satanás su botín; el cual son las almas perdidas. Aleluya. La Iglesia volverá en este Tercer Milenio a una tarea evangelizadora sin precedentes en el tiempo moderno pero debemos tomar en cuenta que la Gran Comisión implica mucho más, tal y como lo hemos señalado al inicio de este capítulo. Cuando señalo que la Gran Comisión será restaurada hablo de todo el paquete completo. 1-Ir, esto es la obra misionera y evangelística. Lo cual implica desatar a la Iglesia de sus cuatro paredes y moverla a la conquista de sus territorios. 2-Hacer discípulos. Esto implica realizar el trabajo de consolidación efectivo, lo cual requiere de una cuidadosa y enseñanza del nuevo convertido. Esta labor de la Iglesia implicará volver su mirada a la Visión Apostólica Celular del Discipulado Cristiano. La meta debe ser que cada recién convertido en la evangelización, llegue a ser un verdadero discípulo de Jesucristo. Amén. 3-En todas las Naciones. Esto significa que la Visión de la Iglesia se expanderá más allá de su núcleo cercano; más allá de su influencia local y quedarán bajo la convicción de alcanzar su ciudad, su nación y el mundo para Cristo. La Iglesia se volverá un organismo vivo eminentemente misionero. Amén. 4-Que guarden todas las cosas que Jesús enseñó. Desde el proceso del bautismo en agua, hacia adelante, la Iglesia y los discípulos deberán ceñirse a las enseñanzas de Jesús. Esto implicará volver los ojos a la Palabra y los principios apostólicos y proféticos de la Iglesia. Será Dios y no el hombre, El que por Su Santo Espíritu, nos indique cuáles son los diseños suyos que debemos guardar, obedecer y establecer en la tierra. Gloria a Dios. 5-Esta renovación en cumplir La Gran Comisión estará marcada desde luego por un retorno masivo a la comunión con el Espíritu Santo. Esto ya está provocando un derramamiento de Su Santa Unción sobre los creyentes adoradores y una llenura de Su Poder y Dones que se manifestará en el mundo con grandes señales. Amén. Esta Gran Comisión se caracterizará no sólo por la gran tarea evangelística de la Iglesia sino por su amor por el perdido y su cuidado y consolidación del nuevo creyente.
Es así, como nos vendrá la Cosecha; Amén. “Y por la mano de los apóstoles se hacían muchas señales y prodigios en el pueblo; y estaban todos unánimes en el pórtico de Salomón. De los demás, ninguno se atrevía a juntarse con ellos; mas el pueblo los alababa grandemente. Y los que creían en el Señor aumentaban más, gran número así de hombres como de mujeres…” Hechos 5: 12-14 2-EVANGELIZACIÓN: PLAN SUPREMO DE DIOS “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a todo criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos y sanarán”. Marcos 16:15-18 El latir del corazón de Dios afirmó el Profeta Apostólico Morris Cerullo en febrero del 2001 en Bogotá son “almas”. El corazón del Padre Celestial late por las almas de los perdidos. De tal manera amó Dios al mundo afirma el Apóstol Juan que dio a su Hijo para salvarlo. Cada creyente debe quedar envuelto con esta Visión Divina, cada hijo de Dios debe convertirse en un ganador de almas. Creo personalmente que en este Nuevo Milenio, el Espíritu Santo trabajará arduamente entre la Iglesia para traer la convicción de buscar a los perdidos como la tarea principal y prioritaria en la que debemos invertir todo nuestro esfuerzo, dinero y tiempo. La Visión de Dios es ganar almas, la Responsabilidad de la Iglesia es hacerlo y consolidar el trabajo afirmando a cada nuevo creyente en los fundamentos básicos del Cristianismo. Amén. ¿Cómo hacer la tarea evangelizadora? Estas son algunas maneras en que podemos esparcir el mensaje del Evangelio. I.usando los medios de comunicación. 1.La Radio La Iglesia de Cristo debe invertir dinero para saturar con programas evangelísticos las diversas emisoras de su comunidad, especialmente las seculares, esto llegará directamente al seno de los hogares. El Mensaje de Salvación penetrará de lleno en oficinas, cuartos, cocinas y salas. Los resultados de esparcir la semilla serán maravillosos. Obviamente el mensaje es para tocar personas que no vemos, por lo tanto, debemos incluir en la programación los detalles más relevantes de nuestro horario de reuniones en la Iglesia. Horas y días de culto deben ser dados a conocer a los oyentes, esto será de gran ayuda para iniciar oficialmente con ellos la tarea de evangelismo y consolidación. Aleluya. 2-Periódicos y Revistas Los medios informativos y de comunicación escritos son muy buenos para impartir a los lectores el mensaje de Cristo, estos van desde las oficinas de médicos y abogados hasta la casa de personas inconversas. Buenos artículos evangelísticos o anuncios diseñados para presentar a los amigos la Obra Redentora de Jesús nos podrán dar grandes dividendos. Amén. 3-La Televisión y la internet Hoy por hoy, la televisión es el medio más usado por el Espíritu Santo para llegar a los hogares, oficinas, hospitales y presidios con el Evangelio. La inversión para producir y lanzar al aire programas de corte evangelístico no es nada comparado con el impacto que será hecho en el corazón de los inconversos al recibir la Palabra de Dios. Gracias a los adelantos modernos y a los satélites, en el día presente, ya no sólo en las casas sino que a través de los sistemas de cable, la T.V. ha llegado hasta miles de hoteles en el mundo presentando a cada huésped el mensaje de la Biblia. Aleluya. Como director y productor del programa televisivo Cánticos de Amor Internacional por más de treinta años, puedo testificar que miles y miles de personas son salvadas día a día por la mano poderosa del Señor. Iniciamos este programa rudimentariamente treinta años atrás, en un
único canal secular. Pero hoy en el Tercer Milenio, a través de Enlace, la Red Iberoamericana de Televisión Cristiana más grande del pueblo hispano, estamos saliendo al aire semana a semana en más de cinco mil estaciones de transmisión, diseminados desde la Argentina hasta España, tocando más de veinte naciones hermanas, así como Europa, Africa del Norte y Asia. Hoy vía Internet a través de computadoras y nuestra Radio Web, Jesucristo es anunciado a todo el mundo.
4-Evangelismo Personal A- Persona a Persona La tarea más cercana al Plan Divino es el Evangelismo de tú a tú; de persona a persona. Si lográramos que cada creyente evangelizara y se preocupara por aquel que gana para el Señor, nuestras iglesias se duplicarían probablemente en períodos de tiempo muy cortos. Esto implica que esta sería la manera más práctica, fácil y barata de hacer crecer nuestras congregaciones numéricamente. Si cada hijo de Dios aprovecha su entorno social o vecindario o sus conexiones en medio de su lugar de trabajo o estudio para evangelizar, tendríamos multitud de convertidos al Evangelio cada mes. Si nos esforzáramos más para no perder a ninguno de ellos, discipulándolos como nos manda la Escritura, nuestras congregaciones aumentarían su membresía insólitamente cada semana. Gloria a Dios. Nuestra meta como pastores y líderes es entrenar a cada cristiano para evangelizar a los suyos, a sus vecinos, amigos y compañeros, si esto se diera como esperamos suceda en nuestro caso, sería más fácil la tarea para consolidar a los recién nacidos dentro de nuestra iglesia. Las relaciones ya hechas por la amistad, ayudarán para que el evangelizador ayude a sus amigos recién convertidos. En el día presente, existen muchas y sencillas oportunidades para realizar la evangelización persona a persona, es sólo un asunto de actitud, se puede evangelizar en los colegios, escuelas y universidades. En América Latina, es muy usual poder compartir el mensaje de Cristo en los buses y por qué no, hoy, en nuestras ciudades modernas y deportivas, tanto en los centros comerciales como en los estadios de fútbol o gimnasios. La evangelización personal tiene que ver básicamente con la disposición del corazón y el anhelo de levantar a los caídos. B. Casa por casa: Una de las cosas que más me avergüenza a veces es el hecho de ver continuamente a parejas de evangelizadores de sectas erróneas tocar las puertas de nuestros vecindarios para tratar de llevarle a las familias sus errores doctrinales, con todo y que son falsedades que ellos creen que son verdades, hay que resaltar su determinación para convencer a la gente con sus argumentos. La Iglesia de Cristo, ha dejado de hacer el trabajo casa por casa y por ello es que Satanás ha tomado ventaja en muchos hogares con los Testigos de Jehová; grupo que presenta doctrinas demoníacas. El trabajo casa por casa, persona a persona debe volver a ser prioritario en el Cuerpo de Cristo. Así, el Evangelio de Jesús penetraría directamente a los hogares y a veces esto ayudará para consolidar posteriormente una Iglesia en la comunidad. Digno de mencionar es el hecho de que la Iglesia Primitiva, antes de reunirse en templos, primeramente lo hizo en las casas de aquellos que iban siendo ganados para Jesucristo y que abrían su hogar para la
enseñanza de la Palabra y el discipulado de otros que también se iban añadiendo a la Iglesia. Restaurando la Gran Comisión Hoy vivimos un tiempo profético de Restauración de las Verdades Apostólicas de la Iglesia de las Primeros Días. La Gran Comisión dada por Jesucristo a Su Iglesia está restaurándose por todo lugar, eso nos hará ver en nuestros días algunas cosas maravillosas: 1-Será predicado el Evangelio del Reino a toda criatura y en todas Las Naciones. 2-Esto preparará a la Iglesia y al mundo para la Segunda Venida de Cristo. 3- Las Naciones y sus moradores serán discipulados por la Iglesia. 4-La Iglesia en pleno tomará conciencia de que la tarea de evangelizar, consolidar y disicipular es parte de su gran responsabilidad cristiana. 5-La doctrina de Cristo, sus enseñanzas serán dadas al hombre con convicción. 6-El trabajo de Discipulado será restaurado. 3-LA EVANGELIZACIÓN: TRABAJO DE TODOS “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén”. Mateo 28:19-20. Como un Evangelista de Cristo, le he servido al Señor en este campo por casi treinta años. He visto a Dios salvar a las multitudes por doquier. He predicado el Evangelio en los cinco continentes de la tierra y he podido observar a cientos de personas y hasta miles, recibir a Cristo en un solo servicio de predicación. Desde luego, Dios mismo es el que por su Espíritu Santo viene a las gentes y los salva, la salvación viene de Jehová. Él es quien trae a la Sangre de Jesucristo a las masas de pecadores arrepentidos. Él sigue y seguirá teniendo misericordia de los pueblos. El problema no es la salvación, el Señor sigue limpiando pecadores cada día. El gran mal está en lo que sigue a la salvación del perdido, su cuidado, su edificación y su consolidación. Estas son nuestras grandes fallas. Dios nos ha dado muchos recién nacidos en Cristo y nosotros no hemos hecho mucho por ellos. Personalmente, creo que el Cuerpo de Cristo en pleno, debe arrepentirse. Repito, este es quizás, nuestro mayor pecado. La Gran Comisión Hoy El Espíritu Santo le está recordando a Su Iglesia el mandato divino: “Id y haced discípulos en todas las Naciones...”, ésta es la Gran Comisión para todos y cada uno de los cristianos. El Señor está despertando a Su Iglesia como el gran Evangelista. En los próximos años veremos al Cuerpo de Cristo en pleno, movilizándose hacia la Evangelización de las ciudades. Estamos a las puertas para ver la Restauración de la Gran Comisión de Mateo 28. Amén.
“Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.” Romanos 8:6