Legado Apostólico - Junio 2018

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¿Qué es el Reino?

El evangelio del Reino

Guía de Adoración e Intercesión Edición 113 • Junio 2018

Pág. 09 La iglesia y el Reino Suplemento de Edificación para el Cuerpo de Cristo A.M.M. de Rony Chaves


“EL REINO DE DIOS” Este es un tema apasionante. Debí escribir del mismo, mucho tiempo atrás. Probablemente me hacía falta una pieza del rompecabezas y por eso, el Señor me lo impidió.

Junio 2018

El Reino ha llegado

Contenido Qué es el Reino? El Carácter del Reino

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Características Fundamentales del Reino de Dios

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Niveles Demostrativos del Reino o Fases del Reino Pág.06-07 de Dios El Evangelio del Reino

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Generalidades del Reino de Dios La iglesia y el Reino

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Preparados para Reinar en Sión

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La Teología de las finanzas en El Reino

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El Poder de la Toalla

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Dios es un Dios de Procesos

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La Visión Celular en la cosecha Apostólica

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La Esencia de Todo: A pesar de que el tema del Reino de Dios está presente en casi todas las páginas de la Biblia, y es el tema central de las Sagradas Escrituras, cada vez que alguien intentó hablar de este y enseñar profundamente sobre el mismo, fue severamente perseguido. En mi país Costa Rica, esto no fue la excepción. A mediados de los años ochenta, la enseñanza sobre el Reino de Dios tomó auge. No era un mensaje nuevo, pero al hablarse tan poco del mismo, el tema parecía innovador y hasta revolucionario. Muchos sufrimos el ataque despiadado de algunos llamados teólogos, en nuestros países latinoamericanos. Fuimos ubicados en la categoría de herejes y falsos profetas por albergar en nuestros corazones, enseñanzas frescas sobre el Reino. A pesar de que no todas las cosas que se predicaban o exponían las aceptamos, por considerarlas extremistas o personalistas; no nos salvamos de ser

Predicarlo y enseñarlo, no solo ha sido hermoso y gratificante para mí, sino, impactante y revelador para mucha gente que necesitaba un avance con respecto a la revelación de la Palabra en este asunto. Aleluya El tema sobre las dimensiones de poder o manifestación del Reino es no sólo necesario hoy, sino imprescindible para el buen manejo del mover profético y apostólico. Espero que este trabajo de Arpas y Copas, sirva al lector para entender cabalmente los niveles demostrativos del Reino, a los que el Espíritu Santo, nos invita a accesar o ascender. Amén.

Apóstol Dr. Rony Chaves

EL REINO DE DIOS HABLA HOY

encasillados como falsos por algunos líderes. Curiosamente en el año de 1991, se realizó en los Estados Unidos, el Congreso Mundial del Reino, al cual fuimos para escuchar mi esposa Lía y yo, pero también muchos de aquellos líderes que nos perseguían. La conclusión del evento fue que aquello más que un peligro era una bendición. Posteriormente organizamos en mi país el Congreso Latinoamericano del Reino con un gran boicot pastoral y una férrea persecución personal que ha durado hasta hoy de parte de algunos, diez años después. Personalmente creo, que el tema del Reino desafía y provoca a satanás, por eso tanta oposición. Cuando se habla del Reino y del Señorío de Cristo, se reta directamente la autoridad del diablo y de aquellos que le sirven. El tema en sí, no es nuevo; por el contrario, es tan antiguo como la Biblia misma.

Apóstol Dr. Rony Chaves

La ignorancia sobre el mismo es lo que a veces nos hace reaccionar negativamente ante la enseñanza madura del mismo. Aleluya. Muchos años han pasado ya desde que di mis primeros mensajes sobre el Reino de Dios. Las luchas que vinieron de inmediato a esto, nunca cesaron, pero al menos yo al cabo casi de veinte años después, he podido pesarlo todo. He estudiado las razones de los adversarios y aún con el respeto que ellos nunca me tuvieron, he tomado tiempo en oración para considerar sus argumentos. De la prueba de los años, sólo reafirmé mis convicciones. Hoy más maduro y con paz en mi alma, me propongo abordar una pequeña parte de un tema tan vasto. Mi oración es que, Dios use mis palabras para enriquecer la vida y el espíritu de los hombres y mujeres de Dios que están listos para fluir con el Espíritu Santo en estos tiempos postreros. Amén.

“ ¿No saben que los malvados no heredarán el reino de Dios?” 1 Co 6:9



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Edición 113 | El Reino ha llegado

¿QUÉ ES EL REINO? “En el primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar, hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido; a quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoles durante cuarenta días y hablándoles acerca del Reino de Dios.” Hechos 1: 1-3 Una buena pero sencilla definición sobre el Reino de Dios es esta: El Reino es el Gobierno, Soberanía, Autoridad y Señorío de Cristo. Esta definición señala al Reino con cuatro grandes fundamentos. Estos son: 1-Gobierno 2-Autoridad 3-Soberanía 4-Señorío Desde luego, cada uno de estos aspectos se da, en relación con Dios y con su Hijo Jesucristo, Señor de todo. Amén. Estos cuatro fundamentos señalados, o pilares fundamentales, deben estar presentes y verdaderamente manifestados para saber que el Reino de Dios está allí. Si están presentes, esto implica que el lugar, la ciudad, el hombre o la familia donde se manifiesta son instrumentos demostrativos del Reino. En otras palabras, si estos fundamentos no están presentes, debemos saber que tal cosa llamada reino de Dios en realidad no lo es ni se demuestra como tal, en una iglesia, hombre o familia. Amén. Primer Fundamento del Reino: Autoridad El Reino de Dios es un reino de Autoridad y descansa para su demostración en su Autoridad. La Autoridad del Reino descansa en el Trono de Dios, en Su Justicia, en Su Santidad, en Su Verdad y en el Poder, Rectitud y Sabiduría de Su Palabra.

Para que el Reino esté presente y manifiesto, la Autoridad de Dios debe prevalecer. El Reino consiste, en conocer, recibir y obedecer a la Autoridad de Dios que emana de Su Voz o Su Palabra. Hombres y mujeres del Reino, saben reconocer la Autoridad de Dios, donde esta esté; saben obedecer, rendirse en sumisión y humildad a la misma. El poder y la autoridad de los ministros del Reino emana de su habilidad para reconocer la Autoridad de Dios y sujetarse a ella. Pablo el apóstol, nos dice de dónde viene la Autoridad: “Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas.” Romanos 13: 1 No puede haber Reino, si no hay respeto y sujeción a la autoridad por Dios establecida. Por tanto, rebelión, seducción e irrespeto a la autoridad delegada de Dios es la marca del humanismo y del satanismo. Segundo Fundamento del Reino: Gobierno La palabra gobierno está relacionada con otras dos: economía y obediencia. La economía de Dios tiene que ver con la administración del Reino. Esto implica administración sabia o correcta mayordomía de los recursos del Señor. Estos son entre algunas muchas cosas: dones, ministerios, llamados, riquezas, talentos, operaciones del Espíritu, visiones, provisión, hombres, pueblos e Iglesia. Dios en Quien administra Su obra y define la política económica del Reino. Él es Quien dicta las leyes, Quien da los diseños a seguir y Él es Quien llama y unge en los oficios o ministerios por Él señalados a los hombres que solo Él llama y equipa. Él es Quien llama y reparte los dones como Él quiere. Él es el Gobernante Máximo de Su Reino. “Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero Dios que hace todas las cosas en todos, es el mismo.

Dr. Rony Chaves Apóstol

Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.” 1 Corintios 12: 4-6; 11 Cuando hablamos de Gobierno en el Reino, no lo podemos separar de la palabra obediencia. Pues si Dios es el Economista y Administrador Principal, Su gobierno consiste en que los súbditos del Reino, obedezcan total y absolutamente sus principios de administración revelados por Su Palabra. Amén. Reino, implica respeto y obediencia total a los dictados, leyes y disposiciones del Gran Rey. Aleluya. Donde hay respeto al Gobierno de Dios, allí está manifestado el Reino. Esto es esencial. Tercer Fundamento del Reino: Soberanía La Soberanía de Dios está ligada a Su Inmutabilidad, a Su infalibilidad, a Su Todo poder y a Su Omnisciencia. Dios es el Soberano Absoluto, Él es el Creador del Universo y Él es Quien lo Diseñó y lo hizo andar. Su designio es soberano, incuestionable. Él no falla. Su Sabiduría para regir Su Reino se basa en Su Omnisciencia. Todo lo sabe y todo lo puede. Nadie como Él, ninguno más poderoso, ni más sabio que Él. Por tanto en El Reino no hay democracia, ni elecciones para nuevos gobernantes. Él es Eterno, así como Su Sabiduría y Conocimiento. Él es Eternamente Poderoso y Su Consejo y Decisión, Eternamente Inmutables. Dios es plenamente Soberano. Él decide y en el Reino se acatan sus órdenes. El Reino respeta el ejercicio de Su Soberanía. “Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.” Colosenses 1:15,16 Cuarto Fundamento del Reino: Señorío El Señorío en el Reino está ligado definitivamente al Hijo de Dios, Jesucristo. El plan del Padre fue hacer de Cristo

el Señor de la creación y de los hombres. Para entender a cabalidad lo que esto significa tenemos que conocer la raíz griega para esta palabra en español. Señorío viene del sometimiento a un señor y el término señor, corresponde a la palabra griega Kyrios, que significa todo lo siguiente: 1-Amo 2-Dueño 3-Soberano Absoluto 4-Rey-Señor 5-Máxima Autoridad Cuando los cristianos hablaban en la antigüedad sobre Jesús, usaban la palabra Kyrios. Esto significaba que Jesús era no solo el Salvador de sus vidas, sino que para serlo en verdad, también tenía que ser para ellos su Rey, su Amo, su Dueño, su Soberano Absoluto y su Máxima Autoridad. Señorío de Cristo, implicaba rendición total a su dirección y gobierno. Aleluya. Por eso los romanos, quemaban o mataban con espada a los cristianos, pues estos se negaban a reconocer al César romano como el Kyrios. Esto los provocaba, pues este era un término solo aplicable a Dios. En conclusión, la definición de Reino, tan sencilla y simple que parecía, tiene profundas implicaciones para el hombre, familias y naciones. Reino significa en suma, reconocer sobre la vida misma, el Gobierno, la Autoridad, la Soberanía Absoluta y Señorío de Dios a través de la obediencia total a Jesucristo, a Su Palabra y al Espíritu Santo; hoy, el Ejecutivo de la Santa Trinidad, que lleva a la Iglesia a la máxima expresión demostrativa del poder y autoridad del Reino de Dios. Amén. “Sepa, pues, ciertamente toda la casa de Israel, que a este Jesús, a quien vosotros crucificásteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.” Hechos 2: 36

Dr. Rony Chaves Apóstol

EL CARÁCTER DEL REINO “Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a Él sus discípulos. Y abriendo su boca les enseñaba diciendo: Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros”. Mateo 5:1-12. El Reino tiene una Cultura y un Carácter. Estando en el Reino no podemos vivir como quisiera la carne, no, el Reino tiene principios rectores que norman la conducta del cristiano y demuestran el poder y la autoridad del Reino a través del carácter y de la vida que se vive. El Reino no es solo para predicarlo, sino para vivirlo. Amén. Jesús vivió y predicó el Reino. Aleluya. Ese carácter del Reino es el trabajo del Espíritu Santo en nosotros, produciendo un fruto especial denominado el fruto del Espíritu. “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz,

paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley”. Gálatas 5:22-23. Ese fruto glorioso, que solo produce el Santo Espíritu, no es ni más ni menos que el carácter de Cristo en nosotros. Este fruto es el resultado de la llegada del Reino al corazón del hombre, y el sometimiento de éste al señorío de Jesucristo. Cuando Jesús da a sus discípulos y seguidores el Sermón del Monte, les está definiendo cual debe ser el carácter y comportamiento de un súbdito de su Reino. Ampliando un poco lo que significa cada palabra mencionada por Él en Mateo 5:22-23, veremos que el pasaje es clave para definir el carácter dentro del Reino: 1-Los pobres en Espíritu: Esto significa, humildes y dependientes de Dios constantemente. El concepto implica el reconocimiento de una necesidad espiritual, lo cual es contrario a los orgullosos, soberbios, altivos e independientes, quienes rechazan el Gobierno de Dios. 2-Los que lloran: Esta expresión identifica a los que sufren por traer el Reino; quienes son tiernos y conmovibles por el amor a otros. 3-Los mansos: Jesús quiso decir, los humildes y dóciles, los sumisos y obedientes, los sujetos, enseñables, manejables y corregibles.

4-Los que tienen hambre y sed de justicia: Esa hambre es de Dios, de su Mesías y de Su Palabra. Hambre y sed de Cristo y de Su Gobierno. 5-Los misericordiosos: Esta palabra encierra otros términos: Esto es, los amorosos, los que interceden y son compasivos. Los que se duelen del dolor ajeno. 6- Los de limpio corazón: Estos son los íntegros, los honestos, los puros y santificados, los que no tienen doble ánimo, ni hipocresía y son transparentes. 7- Los pacificadores: Esto habla de una forma de vida, ellos son conciliadores, gente de unidad y reconciliación. Son perdonadores, pacíficos y restauradores de sus hermanos. 8- Los que padecen persecución por la justicia: Esta expresión denota cuánto ama Dios a los que le sirven y lo hacen con pasión. Para ellos hay grande galardón. Ellos son los pacientes y amorosos del Reino. 9- Los que son vituperados: Son aquellos que sufren en el Reino con paz. En conclusión, el Espíritu está trabajando en nosotros para hacernos a la imagen de Cristo, esto es: Humildes y dependientes de Dios siempre, tiernos, amistosos, sumisos, obedientes, corregibles y con una hambre de Dios, de su Ley y de Su Mesías. Llenos de compasión, íntegros, honestos y santos.

Restauradores, unificadores y pacientes. Para todos estos, es el Reino de Dios. Amén. El Reino demostrado La autoridad que emana del Reino nunca fluirá a través de un hombre sólo por lo que sabe sino por lo que vive. Esto implica que el Reino se demuestra. Por eso es que hemos dejado planteado en este libro que hay diferentes niveles demostrativos del Reino y que para llegar a cada uno de éstos, el creyente debe pasar por un proceso del Espíritu Santo a través del cual su carácter es formado. En el proceso formativo del Señor, el creyente pasa años en diversas etapas, en cada una de las cuales el Señor le madura, le establece y le santifica. En esta escuela del Espíritu Santo, Dios brega con nuestro carácter y va moldeando en nosotros el carácter de Su Hijo Jesucristo, a Su carácter en nosotros le llamamos: El fruto del Espíritu Santo. Cuando el creyente madura plenamente, el vive apegado totalmente a los principios de la Palabra y por lo tanto puede demostrar el poder, la autoridad, y la vida del Reino. El Apóstol Pablo estableció sabiamente que el Reino de Dios no es vivir una religión llena de ceremonias rituales y días festivos, sino que consiste en manifestar la justicia, el gozo y la paz del Señor. Amén. “... porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.” Romanos 14:17

“Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia...” Mateo 6:33


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CARACTERÍSTICAS FUNDAMENTALES DEL REINO DE DIOS “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para la gloria de Dios Padre.” Filipenses 2: 5-11 El Reino de Dios tiene algunas características fundamentales que lo definen y que ningún otro reino tiene: El Reino es: 1-Universal. 2- Providencial. 3-Redentivo. 4-Específico e Individual. 1-El Reino de Dios es Universal “Conviene que yo declare las señales y milagros que el Dios Altísimo ha hecho conmigo. ¡Cuán grandes son sus señales, y cuán potentes sus maravillas! Su reino, reino sempiterno, y su señorío de generación en generación.” Daniel 4:2-3 Sabía usted, querido lector que existen muchas galaxias y estrellas que rodean al planeta tierra. Nuestro planeta es inmenso, en una gigantesca galaxia que tiene 50 millares de estrellas. Los científicos afirman que existe en el vasto universo creado por Dios 50 millares de estrellas. Esto es algo ilimitado, imposible de contar y medir. Tal es la grandeza del Universo y tal la grandeza de Dios, su creador. Los planetas y astros se atraen, por tanto esa fuerza los mantiene en su posición. Aleluya. Imagínese usted, querido lector, la inteligencia y sabiduría del Señor, para crear algo tan inmenso y tan organizado, funcionando en una forma tan exacta y extraordinaria. Él es el Creador de todo; Él es el Arquitecto y Constructor de Su Creación. Sus leyes rigen Su Universo físico y espiritual. Su Trono está sobre todos. Él es principio y fin de todo. Su Reino, es decir, Su Gobierno y Soberanía, Su Autoridad y Señorío es Eterno y sobre toda Su Creación. El Reino de Dios es Universal. Su Palabra lo rige, lo dirige y lo juzga. Amén Por eso Juan afirma en el libro del Apocalipsis en el capítulo 4 verso 11, lo siguiente: “Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tu creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas.” El Trono de Dios es por siempre, es sempiterno, de eternidad a eternidad. Eso no lo cambia ni el diablo, ni todos los demonios juntos, ni los millares de ateos unidos que nieguen su existencia. Dios es Rey y Señor eternamente. La rebelión de Lucero, hoy satanás, no cambia nada; Dios es el mismo siempre; Aleluya. Dios es inmutable, nada lo cambia ni lo remueve de su lugar. Gloria a Dios. “Toda buena dádiva y todo don perfecto

desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.” Santiago 1:17 Lo quiera el diablo o no, Dios fue, es y será siempre el Rey del Universo. Aleluya. Su Reino es universal, es sobre todos y para todos. Los que le nieguen, le tendrán un día que doblar sus rodillas y reconocerle como Señor. Amén. Lo quiera el hombre o no, sabio o indocto, Dios siempre será el Rey y Su Ley lo juzgará. “Dice el necio en su corazón no hay Dios” Salmos 14: 1ª El hecho de que los hombres hayan inventado miles de religiones en el mundo y adoren a miles de ídolos a quienes llaman dioses sin serlo, no cambia las cosas. Dios es el que juzgará sobre todos y determina el número de los días del hombre. El Reino y su Rey son Universales. Amén. “En el principio era el Verbo, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.” Juan 1:1-3 2-El Reino de Dios es Providencial “Mas al fin del tiempo yo Nabucodonosor alcé mis ojos al cielo, y mi razón me fue devuelta; y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre, cuyo dominio es sempiterno, y su reino por todas las edades. Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces?” Daniel 4: 34-35 Dios creó Su Universo según Su Soberana Voluntad. Por Su Providencia justos e injustos nacen, crecen, viven y mueren. Nadie tiene control de su futuro ni de sus días. Dios providencialmente provee aire, agua y vida a sus criaturas porque Él así lo quiere. Él es Rey en Su Reino y este es Providencial; depende de Sus determinaciones. “Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis mucho más que ellas? ¿ Y quién de vosotros podrá por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen; no trabajan ni hilan; pero os digo que ni aún Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos.” Mateo 6: 26-29 Lo quieran o no, lo crean o no, los hombres tienen su vida, su futuro y su salvación en la manos de Dios El los hace vivir y existir. El es Quien les da la oportunidad de ser salvos y entrar al Reino. Sus días están contados por El. El Reino es Providencial. Según la elección del hombre, pasará la eternidad bajo el juicio del Reino o bajo la bendición del Rey. Aleluya. “Alabad a Jehová, naciones todas; Pueblos todos, alabadle. Porque ha engrandecido sobre nosotros su misericordia. Y la fidelidad de Jehová es para siempre. Aleluya. Salmos 117: 1-2 3-El Reino de Dios es Redentivo A pesar de que ineludiblemente todo lo creado es parte del Reino Universal y Providencial de Dios; no toda criatura, ni todo ser humano, entrará en el Reino para su bendición. Para ser parte del Reino de Dios, en el caso del ser humano, éste debe pasar por el Plan

de Redención diseñado por el Señor para salvarle y redimirle. El Reino es por tanto Redentivo. Solo se puede entrar en éste si eres redimido por la Sangre de Jesucristo. “Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos. Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él. Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.” Juan 3:1-3 Por ser el Reino, Redentivo, nadie es parte del mismo sino le es aplicado el poder redentor de la Sangre de Jesús y la regeneración de su espíritu por el poder del Espíritu Santo. Esta transformación necesaria implica: A-Oir La Palabra del Evangelio. B-Arrepentirse de los pecados. C-Confesarlos ante el Señor. D-Reconocer a Jesús como Señor de su vida. E-Dejar que el Espíritu Santo regene el espíritu humano muerto en pecados. F-Apartarse del pecado y comenzar a vivir una vida nueva, como si hubiese nacido otra vez. Nosotros le llamamos a este proceso nacer de nuevo o el nuevo nacimiento. Amén. “Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer? Respondió Jesús: De cierto de cierto te digo, que el que no naciere del agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. Juan 3: 4-5-6 El Nuevo Nacimiento no es algo simple; es cierto que es gratuito y que Dios lo provee por Su Gracia, pero no es una oferta barata. El precio es la Sangre de Jesús; precio altísimo y sin igual. No es posible entrar a ser parte del Reino de Dios y recibir sus beneficios si no te arrepientes de tu pecado, confiesas tus iniquidades y te rindes al Señorío de Cristo. Para que Jesús sea realmente tu Salvador y Redentor, tienes que hacerle voluntariamente el Señor de tu vida. Aleluya. Solo así el Reino habrá llegado a tu vida. Amén. “Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, y alzaos vosotras, puertas eternas, Y entrará el Rey de gloria. ¿Quién es este Rey de Gloria? Jehová el fuerte y valiente. Jehová el poderoso en batalla.” Salmos 24: 7-8 No es cierto como se afirma en algunas religiones que todos somos hijos de Dios y hermanos. El hecho de creer que hay un Dios, no hace a ninguno su hijo, ni le hace hermano en la fe. La Biblia enseña que también los demonios creen que hay Dios y tiemblan ante El; pero no le obedecen y El no es su señor. (Santiago 2: 19). Sólo podemos ser hijos de Dios por tres medios: 1-Adán, hijo de Dios por creación. 2-Los ángeles creados (Job 2) 3-Por redención a través de la sangre de Jesús. Todos los mortales están bajo las leyes del Reino Universal, pero solo se salvarán y recibirán la vida eterna de éste, los que se

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Dr. Rony Chaves Apóstol rindieron a Jesús y le hicieron el Kyrios, Señor y Salvador de sus vidas. Amén. “Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre! Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo.” Gálatas 4: 4-7 No se entra al reino por religión, ni apellido, ni nacionalidad o posición social sino a través del precio que Jesús pagó para justificarnos delante del Señor y reconciliarnos con Dios. Esta obra redentiva nos traslada del reino de las tinieblas al reino de la luz de Dios. “Más vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;...” 1 Pedro 2:9 Sin ninguna duda posible, tenemos que afirmar que el Reino de Dios es Redentivo. Amén. 4-El Reino de Dios es Específico Aunque el Reino es Universal y Redentivo, nadie entra en éste, si no responde específica e individualmente al mensaje del Evangelio. El llamado de Dios al hombre es personal; estrictamente individual y específico. “Más, el impío, si se apartare de todos sus pecados que hizo; y guardare todos mis estatutos e hiciere según el derecho y la justicia, de cierto vivirá; no morirá.” Ezequiel 18: 21 El mensaje del Evangelio del Reino impone una respuesta radical y total hacia el Señorío de Cristo. Esta respuesta es personal y específica. El apóstol Pablo al hablar del llamado de Dios, usa la palabra griega Kaleo, que implica una selección o escogimiento divino; un separar lo escogido y un señalamiento con el dedo del Señor. La persona escogida o señalada y aprobada, recibe la unción. Esta verdad expresada en la Palabra indica que Dios no se equivoca cuando llama al hombre. El le habla y le da el Evangelio con nombre propio y apellido exacto. El llamado es específico y la salvación también. El hombre llamado, tendrá que darle al Señor su vida; rendirle al Señor plenamente su ser. Gloria a Dios. “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad.” Efesios 1: 3-5 El Plan de Dios, es cierto que implica una elección previa para ser hechos santos e hijos adoptados de Dios; pero esto solo puede ocurrir por Su Gracia y teniendo una respuesta a través de Jesucristo. La respuesta debe ser voluntaria y personal. Por tanto el Reino es: Universal, Providencial, Redentivo y Específico. Amén y Amén.

“Tuyo también es el reino, y tú estás por encima de todo.” 1 Crónicas 29:11


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Edición 113 | El Reino ha llegado

NIVELES DEMOSTRATIVOS DEL REINO O FASES DEL REINO DE DIOS “En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. Pues éste es aquel de quien habló el profeta Isaías, cuando dijo: Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino al Señor, Enderezad sus sendas.” Mateo 3: 1-3 Niveles Demostrativos del Reino La Fase del Ministerio de Juan el Bautista I Nivel El énfasis de la enseñanza de Jesús, fue el Reino. En el Nuevo Testamento, el término Reino, aparece doscientas veces. Pablo maestro del Señor, enseñó cinco verdades en orden sobre el Reino. 1-Arrepentimiento 2-Bautismo en agua 3-Creer en Jesús por el Evangelio 4-Perdón de pecados por la sangre del Cordero. 5-Entrar en la herencia plena a través de Cristo. El orden de los temas es claro y enfático en las cartas apostólicas. Antes que los pecados sean quitados, primero debe haberse producido el arrepentimiento. Esto es, un cambio de mente y actitud para decidir ¿a qué Reino nos sometemos? La Iglesia ha sido mal enseñada en esto. En las cruzadas evangélicas le enseñamos a la gente a que acepte a Jesús como su Salvador y después será el Señor de sus vidas. La Biblia enseña lo contrario; primero nos arrepentimos y decidimos que Jesús será el Señor de nuestra vida. Solo después de esto, el podrá ser el Salvador de nuestra alma. Amén. Si rechazamos o postergamos su señorío sobre nosotros, estamos rechazando también su salvación para con nosotros. Es importante saber que Juan predicó el Reino, pero no trajo el Reino. Juan desafió las tinieblas y fue sacado del ministerio como reacción. El no tuvo poder sobre las tinieblas. El habló del Reino pero no lo trajo. Así hay muchas iglesias y ministerios hoy, hablan del Reino, desafían a satanás, pero son derrotados por el enemigo ( heridos de guerra), por estar en este nivel, llamado con el nombre de Juan el Bautista. “Y muchos venían a él, y decían: Juan, a la verdad, ninguna señal hizo; pero todo lo que Juan dijo de éste, era verdad” Juan 10: 41 Juan enseñó con exactitud sobre Jesús, pero no hizo milagros. Así hay muchos predicadores e iglesias, hablan del Reino y predican de Jesús, pero no producen milagros. En este nivel I, no hay respuesta para los enfermos y cautivos. En el libro de Juan 5, Jesús habla bien de Juan; El dice: “El era antorcha que ardía y alumbraba, y vosotros quisisteis regocijaros por un tiempo en su luz” ( verso 35). Juan era una antorcha, una luz, pero no era La Luz. Jesús es La Luz del mundo. Era y es la manifestación clara de la vida eterna de Dios. ( I Juan 1:2). Juan señaló la vida, pero no era La Vida. Muchos esperan esa vida eterna para cuando estén en el cielo, sin saber que si reciben La Vida, a Jesús, hoy, podrán hacer las obras de Dios. Jesús es La Vida Eterna manifestada del Padre, nosotros la hemos recibido y es una sola, para que también manifestemos la misma vida que Jesús vivió. I de Juan, es una carta apostólica que nos enseña los resultados de tener esa vida. Más Juan en el capítulo tres, nos enseña que el nuevo nacimiento no es para lavar los pecados, si no que es para entrar al Reino. El arrepentimiento y el lavamiento de los pecados es previo y necesario para entrar al Reino de Dios. Amén. En I de Juan, el apóstol deja claro que el tener la vida de Jesús da al creyente la autoridad para entrar al Reino y manifestar su poder. El enfatiza que el nacido de Dios, vence al mundo y al maligno. Lamentablemente la mayoría de los evangélicos se llaman cristianos, pero no han nacido de nuevo, no saben del Reino y nunca han entrado en éste, ni lo conocen. Ellos están en el Nivel o Fase I, la del Arrepentimiento o la de Juan el Bautista. Juan señaló como Mesías a Jesús, habló y enseñó de El. Jesús habló del Reino, pero no ligado a Juan; aunque habló maravillosamente del Bautista. Antes que el Reino viniera, el Ministerio de Juan finalizó. Juan habló con exactitud de Jesús y de Su Obra, pero no disfrutó de Sus milagros y maravillas (Mateo 11), tampoco pudo llevar a su gente adentro del Reino. Así muchos ministerios modernos, han hablado bien de Jesús, lo han señalado como Cordero de Dios, pero no han entrado al Reino. El diablo por esto ha manejado la tierra a su placer, aunque la tierra es de Jehová. Amén. Cuando tú recibes revelación del Reino y de su Autoridad, te levantas contra satán y su gobierno que destruye la Iglesia y la ciudad. Cuando el Reino llega a ti, te levantas al ver el poder del Cristo resucitado y oras por la unción para doblar las rodillas de los demonios ante Jesús. Aleluya.

Para que los demonios se doblen, debemos ser del Reino. Juan no hizo milagros, aunque habló bien de Jesús. El estaba en la raya antes del Reino. Debemos llevar a la Iglesia más allá de la línea, debemos hacerla entrar en el Reino. Por eso, la oración por los enfermos, es necesaria para traer el Reino. Muchos predicadores del I Nivel son maravillosos para hablar de Jesús, pero al no orar por los enfermos, no demuestran ni traen el Reino. ¡ Atrévete a cruzar la línea y déjate usar por Dios! Niveles Demostrativos del Reino La Fase de la Primera Venida de Jesús: II Nivel “Más los fariseos al oírlo, decían: Este no echa fuera los demonios, sino por Beelzebú príncipe de los demonios. Sabiendo Jesús, los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no permanecerá. Y si satanás echa fuera a satanás, contra sí mismo está dividido; ¿cómo pues permanecerá su reino? Y si yo echo fuera los demonios por Beelzebú, ¿por quién lo echan vuestros hijos?. Por tanto ellos serán nuestros jueces. Pero si yo por el dedo de Dios, echo fuera los demonios, ciertamente a llegado a vosotros el reino de Dios.” Mateo 12:24-28 El capítulo 11 de Mateo nos narra el reporte que Jesús le envió a Juan. Fue el inicio del Reino; el reporte incluía algo acerca de los milagros y maravillas que empezaban a ocurrir. El inicio del Reino es el poder de obrar milagros, señales y sanidades. En el verso 11, Jesús honra a Juan como un gran profeta pero enfatiza una verdad, el más pequeño nacido en el Reino sería mayor que Juan. Aleluya. Esto habló de un nivel de unción mayor para demostrar el Reino. Amén. Al movernos en el Reino, suceden dos cosas: 1-El Reino sufre violencia (las iglesias tibias y emocionales o frías y mundanas, no le preocupan al diablo), si quieres entrar al Reino, ineludiblemente tendrás que hacer una declaración de guerra al diablo. También debes saber que él te atacará, pero Dios peleará por ti. Ante el ataque del enemigo, nuestra reacción debe ser más violenta contra él. Números 13 nos plantea la pésima idea que tuvieron los diez espías enviados por Moisés a reconocer la tierra de Canaán, sobre sí mismos; ellos se veían como langostas. Satán hará pedazos al que se vea y se crea pequeño. El diablo nos tratará como nosotros nos vemos a nosotros mismos. Hombres de Dios, toman el Reino con violencia y lo establecen, así el Señor trae Su Autoridad y Su Gobierno. El Proceso de la Encarnación del Verbo de Dios En Su Divinidad, la II Persona de la Trinidad, el Hijo era y es Dios, pero no podía venir en Majestad para enjuiciar al diablo, pues condenaría al hombre. Por eso vino como hombre y para vivir en santidad para que satán no le pudiera tocar. Debía nacer de María, una virgen, para que se cortara la maldición del pecado de Adán. El sería humano como Adán, vulnerable y frágil; pero dentro de ese cuerpo humano, vivía el Espíritu Santo (según Juan 1:29). Si Adán hubiese vivido como Jesús, no hubiera pecado. Amén. Jesús vino al rescate Jesús vino para reestablecer la autoridad del hombre. El vino como el “hullos” de Dios, su heredero: Esto significaba lo siguiente, según el texto griego usado: A-Jesús era el Hijo maduro del Padre. B- Había crecido a semejanza del Padre. C-Era el heredero designado por el Padre. (escogido) Estos tres conceptos significaba el término hullos, empleado por el Padre en el bautismo de Jesús en el Jordán al decir: “ Este es mi Hijo Amado (hullos) en el cual yo tengo complacencia.” (Mateo 3). La costumbre judía era que el hijo primogénito sería un día el heredero de su padre. Cuando llegaba a la madurez, si había honrado a su padre, éste lo designaba como heredero escogido ante siete testigos. El hullos recibiría un día la herencia pero primero tenía que servir fielmente y en obediencia a su padre por treinta años. En términos de herencia natural, este período era necesario para recibirla. En el caso del Padre-Dios, El buscaba a un hombre que le cumpliera en obediencia total su Palabra para darle la Herencia. Gloria a Dios. La obediencia de Jesús a Su Padre por treinta años, lo calificó como el primer Hijo de Dios en la tierra. En esos treinta años estuvo restringido a su humanidad y no hizo milagros. Pero al llegar el día de su bautismo, en el río Jordán, el estaba emocionado; era el día de su cumpleaños número treinta. Aleluya. En el bautismo se identificó con Adán, fue éste su último acto de justicia, para llevar luego las cargas de Adán. Antes de ir a la cruz, debía demostrar lo que sucede cuando un hombre depende del Padre. Debía demostrar

el Reino. A salir de las aguas en el Jordán, se oyó la voz del Padre diciendo: “Eres mi Hullos”. Puedo darte mi poder, eres mi primer hombre que arrebatará todos los poderes del cielo para usarlos legítimamente contra satán. Aleluya. El diablo tembló ante esto y pensó tentarle. Ya Jesús sabía Quién El era por el testimonio del Espíritu y la Palabra. El aceptó Su destino y lugar en el Reino. Vivió por fe, era el guerrero de fe. Gloria al Señor. El diablo probó su fe. El no podía detener la prueba, pero si vencía a satán, éste tendría que dar una gran compensación por su derrota. El diablo sabría que a partir de aquel momento, sería muy costoso atacar a Jesús. Si tú y yo no nos movemos en fe y vencemos por fe al enemigo; el nos golpeará violentamente. Jesús ayunó cuarenta días al ser llevado por el Espíritu al desierto. Allí fue tentado por el diablo, derrotándole en todos los ámbitos usando La Palabra. El regresó en el poder del Espíritu. Muchos hoy, no tienen poder porque no han ganado la batalla en el desierto. Deben ir allí, vencer, y luego volver en el poder del Espíritu para demostrar el Reino como lo hizo Jesús. Amén. La intención de Dios “para que la multiforme sabiduría de Dios, sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales.” Pablo, el apóstol se refiere en este capítulo de Efesios 3, acerca de la intención de Dios con la Iglesia desde antes de la fundación del mundo. El le llama a este su oficio, una gracia concedido por Dios de revelarnos “el misterio” escondido desde los siglos en Dios; la Iglesia, la cual según el verso 10 ha sido levantada por el Señor para proclamar la victoria de Jesús a los principados y a las potestades en los lugares celestiales. La intención de Dios nos revela por Pablo: 1-Una gracia que le ha sido dada para revelar un misterio. 2-La intención del “ahora” de Dios para que la multiforme o multicolor sabiduría del Señor sea manifestada a los poderes celestiales. 3-Algo debe suceder para que demostremos el Reino a los principados y potestades; para que no se puedan mover ya tan fácilmente, y para que todo culto pagano caiga. Amén. 4-Jesús va a provocar algo en mí y en la Iglesia que nos moverá a demostrar el Reino a satán, él tendrá que salir de los territorios a donde Dios nos envía. 5-Jesús vino para enseñarnos cómo es el Reino y cómo se demuestra. Recordemos: A-Fue treinta años obediente al Padre. B-Fue bautizado por Juan para cumplir la justicia de Dios. C-Fue el primer humano que calificó para ser hijo de Dios. D-El Padre declaró su agrado sobre él. E-El llevaría a muchos hijos a la gloria por su fe y por su obediencia. F-El debía ganar la batalla de la fe en el desierto. De allí, en el poder del Espíritu, sacudió la tierra en el poder de Su Autoridad. G-El sabía Quien era, Pedro lo anunció en Mateo y Hechos 10:38. El era el Hijo y principio de la manifestación del Reino. H-Según Lucas 4, Jesús es el Fundador del Reino. Este es el II Nivel Demostrativo del Reino; una manifestación mayor a la que hubo en el Ministerio de Juan. Este nuevo nivel sólo era posible con la Venida de Jesús, el Mesías. Jesús trajo el Reino y su demostración. A pueblos enteros sanó; era en verdad, el Reino viniendo. Amén. “Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios... Y sanó a muchos que estaban enfermos de diversas enfermedades, y echó fuera muchos demonios; y no dejaba hablar a los demonios, porque le conocían.” Marcos 1: 14, 34 Pero Jesús quería a otros hombres para el Reino. Por eso tomó y discipuló a los doce. La espada aguda en su boca “ ... Y de su boca salía una espada aguda de dos filos” En la descripción que hace Juan de Jesús resucitado, nos lo muestra con una espada aguda en su boca (Apocalipsis 1:6b); esta representa su humanidad expresando La Palabra y haciendo las obras del Padre: milagros. El hablaba y milagros venían. Su humanidad en manos del Espíritu Santo era como una espada para derrotar a satán. En esta visión celestial del Cristo glorificado, Juan describe el poder del Padre que operaba en Jesús. Es el mismo poder que el Padre quiere operar en Su Pueblo, la

Iglesia, el Cuerpo de Cristo. Amén. “ ... pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre nosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra...” Hechos 1:8 La venida de Jesús, su victoria y resurrección, nos preparaba para ver el Reino en un nuevo nivel de demostración y poder. Amén. Nivel Demostrativo del Reino La Fase del Poder de Su Resurrección: III Nivel “no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones, para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza, la cuál operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero; y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.” Efesios 1:16 –23 Al final de su Ministerio, Jesús sopló el Espíritu y los envió en el mismo poder de demostración del Reino. Antes de esto, en Lucas 9, El los envía a los doce, en poder y autoridad a predicar el Evangelio, a sanar, etc. El estaba expandiendo el Reino antes de la victoria del Calvario. Esta fue su “Tarjeta de Crédito”, El la usó, primero los envió, los usó, luego pagó con su bendita sangre. Aleluya. En Lucas 10, pidió crédito para 70 más; ellos eran los instrumentos o espadas de Dios (humanas) para predicar y demostrar el Reino. Jesús les dio autoridad, y se regocijó por los resultados. El dijo: “Yo veía a satanás caer del cielo como un rayo”, en Lucas 10:18. Jesús liberó Su poder en ellos, pero estaba aún restringido, limitado a su influencia con un cuerpo físico. El sabía que no podía tener y soltar el poder total aún, la plenitud no vendría sino en el bautismo de sufrimiento de la cruz. Luego encendería al mundo en fuego. Aleluya. En Lucas 10, El tiene el poder recuperado, aquí esta el III Nivel del Reino demostrado. El tiene el poder para sanar enfermos y echar fuera demonios, pero todavía no lo tiene totalmente recuperado. El anhela el momento de arrebatar todo el poder a satán; eso será en la cruz. Amén. Pero por causa de la caída de Adán, satán estaba organizado para dominar ciudades, en la posición en que estaba Jesús se sintió limitado. Cada ciudad ha estado dominada por satán y el pecado; era así también en los días de Jesucristo. Pero el Reino ha de venir y será vista su gloria y poder. Ciudades serán restauradas, potestades y principados serán derrotados. Aleluya. Jesús en el Nivel de manifestación del Reino en que estaba, no podía afectar las ciudades como El quería, a pesar de los milagros y resurrecciones que hizVo. El mismo nos llevaría a un nivel mayor. El Poder de la Resurrección El Problema que enfrentó Jesús eran los principados que gobernaban la ciudad. Mucha gente le siguió, envió 82 con el poder, sanó, liberó y enseñó, pero la ciudad le crucificó. Solo tuvo 120 comprometidos de verdad. Hoy es igual en cada ciudad, se predica, se salva la gente, la Iglesia crece, pero luego viene la guerra del diablo y divide la Cosecha. Todo se devuelve y estanca. Necesitamos un nivel más alto para manifestar la unción del Reino. Este vendría con la muerte en la cruz. Para que Dios nos de el nivel más alto, las tres fases primeras tienen que darse. En esta tercera fase, se cumple La Ley de la Herencia. En el mundo espiritual tanto como el natural, hay leyes que lo rigen y se cumplen en lugar y tiempo específico. Siempre están en vigencia y operación. Una de éstas es la Ley de la Herencia. Si la entiendes, puedes usarla y hacerte poderoso, o si no te golpeará. El Plan de Jesús, era llevar a la Iglesia del I Nivel al III, al del poder de “Su Resurrección”. Así El se multiplicaría en sus hijos espirituales y trastornaría y transformaría ciudades y regiones. “Y Sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles” Hechos 2: 43 Con la resurrección de Jesús, un nuevo poder había venido. Aleluya. “Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos.” Hechos 4: 33

“—De veras te aseguro que quien no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios— dijo Jesús.” Juan 3:3


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Dr. Rony Chaves Apóstol A través de Pablo, Dios enseña enfáticamente La Ley de la Herencia sobre todo en el plano espiritual, usando la figura de Abraham. Al dar Abraham su diezmo de todo a Melquisedec (éste era mayor), estaba dando el diezmo por tres generaciones (Isaac, Jacob, etc). Estaba creando por su fe una herencia espiritual para su descendencia. Es importante saber que decisiones de padres, afectan a su futuras generaciones. En los diezmos de Abraham, también estaba diezmando Leví, el pacto de Abraham le incluyó. Aleluya. Nuestro Dios es un Dios Multigeneracional. Hemos dicho que Jesús vino para ser el Cordero de Dios y pagar el precio por el pecado; y también para dar una demostración del poder del Reino. Pero, además, El vino para levantar una nueva descendencia a la cual le daría Su herencia y poder para que ellos demostraran el Reino a satán y a sus principados. Esta descendencia, serían hombres que estarían dispuestos a vivir en absoluta obediencia en su humanidad. Esto les daría el poder del Reino, pues al vivir como Jesús vivió, estaría bajo la protección en que El estuvo, bajo la Autoridad del Reino. El diablo no podría tocarlos. Amén. Estarían en la misma obediencia y bajo la misma protección y autoridad. Esto fue aprobado por Jesús en sus primeros 82 discípulos enviados, pero no bregaba plenamente con los principados y potestades. Por eso fue a la cruz para expandir su influencia y llevar a los suyos a un nivel más alto en la demostración del poder y autoridad del reino sobre satanás. El gran estorbo era el pecado que vino por Adán; Jesús fue a la cruz para quitarlo y restaurar al hombre en su posición de mando. Solo conociendo la clase de muerte que sufrió, podremos entender el poder y autoridad de Su resurrección. Este es el III Nivel al que el nos lleva a través de su muerte y victoria en la tumba. Amén. El Reino vino con un poder demostrativo mayor después de la resurrección de Cristo Jesús. Muchos no conocen aun este nivel, aunque creen, conocer y vivir en el poder de Su Resurrección. Aleluya. Pablo el apóstol, en Filipenses 3: 6-10, nos define cuál era su mayor pasión, por la cual todo lo estimaba como pérdida. El lo resume todo en los versos 10 y 11: “a fin de conocerle y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte, si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos,...” La Resurrección de Jesús, habría un nuevo camino y desataba un poder mayor como herencia para sus hijos. Por eso el debía morir. Jesús miró en Getsemaní el bautismo en que sería bautizado y la muerte que sufriría. Todo el pecado del hombre estaría sobre él (2 Corintios 5: 21). Su muerte sería distinta, sería llevado a las partes más profundas de la tierra, habiéndose ensuciado por el pecado. Sería aguijoneado por la muerte y por causa del propósito, sería hecho tanto menor que los ángeles (Hebreos 2: 9) y sería llevado a una muerte terrible. El poder de la resurrección es lo que le ocurrió a Jesús cuando clamó al Padre para ser salvo de la muerte (Hebreos 5:7) y fue oído a causa de su temor reverente. El texto griego nos indica movimiento en este pasaje; esto implicaba “estar dentro y salir desde allí”, esto con respecto a la muerte. Jesús no pidió morir, sino estar allí y ser sacado desde allí, por el poder de la Resurrección. Aleluya. En El se cumplió el Salmo 23 y el verso 4: “Aunque ande en valle de sombra, de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo, tu vara y tu cayado me infundirán aliento.” Donde quiera que estemos, Jehová nos sacará de allí; este es el poder de la resurrección. Aleluya. Por eso Pablo, oraba fervientemente para que los efesios conocieran este poder, el cual operaría en nosotros igualmente al resucitar Jesús. Pablo afirma que si hemos sido participantes de su muerte, también lo seremos de la resurrección (Romanos 6:5). Nosotros somos Su resurrección, y Cristo en nosotros, operando en el poder de Su resurrección es la esperanza de gloria. La misma naturaleza gime a una, esperando esta manifestación del Reino a través de los hijos de Dios que fluyan en este poder. Amén. (Romanos 8:19). Jamás experimentaremos Su resurrección hasta que no experimentemos Su muerte. Jesús tuvo resurrección por fe desde el Getsemaní. El fue a la cruz por fe con el título y la victoria en la mano. Pablo nos enseña en Romanos 5 y 6 sobre la Ley de la Herencia y su efecto en nosotros. En Adán recibimos muerte, en Jesús la vida. En Adán recibimos muerte y una naturaleza caída, en Jesús recibimos la nueva naturaleza ( estábamos en sus lomos). El es el último Adán, en El estábamos en su muerte, resurrección, ascensión y ubicación en el cielo. Jesús es el postrer Adán que toma el lugar del ser humano. El salmo 22 nos refiere el momento en que El clama por las naciones en su crucifixión ante el abandono del Padre por tomar nuestro pecado sobre sí. Más El tiene fe en las promesas del Padre, su pago es perfecto y su clamor consumado es, significaba completo. Era la expresión del gladiador al dar el golpe final de gracia sobre su enemigo; era el lo tengo, he ganado. Amén. Jesús ofrendó su vida, entregó su espíritu al Padre y murió. Aún en su muerte, tuvo el control de todo. Por eso es que, el centurión romano al verlo morir en su grandeza, exclamó: “Verdaderamente éste era el hijo de Dios”. Luego, de expirar, lo bajaron de la cruz y le llevaron al sepulcro; éste fue el fin de su vida humana, pero su muerte cambió al mundo y su futuro. En realidad, Jesús compró el mundo que poseía el diablo, a través de su sangre. Aleluya. La muerte de Jesús fue muy dolorosa, realmente horrible, pero... traería un fruto sobreabundante. “La mujer cuando da a luz, tiene dolor, porque ha llegado su hora; pero después que ha dado a luz un niño, ya no se acuerda de la angustia, por el gozo de que haya nacido un hombre en el mundo.” Juan 16: 21 Jesús, no solo fue el cordero de Dios, sino que en su muerte, El fue como una mujer que da a luz un niño. De El salió agua y sangre, como de una mujer en un parto con cesárea. Algo maravilloso era dado a luz desde el vientre de Dios. La tumba fue por tres días la sala de trabajo o labor de parto. Según I Corintios 15: 45-46, al tercer día surge un hombre nuevo y glorioso, el

último Adán. Esta es la nueva creación, el nuevo Adán; el hombre celestial ( Señor del Cielo). El es exaltado, Señor de toda la tierra y diferente al que camina en Israel. Contra éste, satán, no tiene ningún poder. Aleluya. Es el Resucitado Señor. Amén. El es el principio de una nueva generación que no será derrotada por el diablo. El dejó en la tumba vencidos a los pecados adámicos. El murió hecho pecado, llevó la maldición de Adán y venció la muerte; se levantó de la tumba como si nunca hubiese pertenecido a la raza adámica. El es el Rompedor de la Maldición de Adán. En 1Corintios 15 declara que en El hay una nueva creación, alma nueva, espíritu vivificante y una genealogía nueva. Aleluya. En los versos 44 al 49, en el texto griego original, la expresión es dada en el presente imperativo; es una orden militar traer la imagen del hombre celestial. “Así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen celestial.” Verso 49 Es un asunto de fe y obediencia. Al creer las Escrituras y recibir la nueva vida, debo vivir como un nuevo hombre. No mañana, sino hoy. Amén. Hasta antes de la resurrección, Jesús se movió con poder del Reino pero limitado como ser terrenal. Al resucitar suelta el poder de resurrección sobre los 120 discípulos fieles (Hechos 1y 2). Ellos decidieron por fe recibir la herencia: el poder de su resurrección. Aleluya. El es el primogénito de los muertos, el primero en la resurrección. Si pasamos el mismo proceso, y nos sentamos con El en Autoridad, podremos traer a bajo a los principados (Efesios 2:45). Quebrantaremos el trono de satán desde el Aposento Alto. Los discípulos golpearon a los principados de Jerusalén y ésta fue cambiada (Hechos 2). La ciudad se abrió al Reino, rápidamente vinieron a Jesús, 3000 personas; luego más. Esto es, traer el Reino a la tierra; traer la demostración del poder de Dios en el III Nivel. Las señales, prodigios y maravillas de Hechos 4 y 5, nos afirman la entrada de un nuevo nivel de poder. En el II Nivel, Jesús edificó a 120 personas fieles como Su Iglesia; pero con su resurrección, ellos sólo fueron el comienzo y con su triunfo, nos hizo sentar en lugares celestiales de autoridad. Primero a los 120, luego a 3000, luego a 5000; en meses a 20000 y en años a millones. Gloria a Dios. Bajo este maravilloso misterio descubierto, podemos entender claramente lo que Jesús quiso decir en Juan 14:9-14, donde afirma que convenía a sus discípulos que El subiera al Padre, para que enviara al Santo Espíritu, y entonces las obras que Jesús hizo en nosotros también la haríamos y aun mayores. Bajo la enseñanza que estamos presentando, el que Jesús partiera al Padre significaba que estaba ocurriendo esto porque su misión, por la cual vino se estaba cumpliendo con Él. Como resultado de lo anterior, al ministrar al Señor su poder y autoridad serían entregados a sus discípulos para que a través de ellos, Dios pudiera manifestar las obras que caracterizan su eterno y soberano poder. Este bello portento de la revelación divina se explica por medio del término griego “Exousia”, palabra compuesta por el prefijo Ex, que significa “Fuera de” y ousia que significa “estar en” y que dan la idea completa de esta manera: “desde afuera, estando adentro y a través de”. Ampliamos más este hermoso concepto: A-Dios es la máxima Autoridad y su trono se fundamenta en ella. B-La Autoridad lleva inherentemente “el poder para ejercerla”. C-Poder es la facultad o medio de hacer una cosa. No nace en nosotros, ni lo producimos nosotros; nos es dado. D-Poderdante es el que teniendo el poder lo concede para que se le presente. E-Cuando afirmamos que alguien tiene autoridad, queremos indicar que el poder y la autoridad se le han entregado como instrumentos, con que se autoriza a ese individuo para que haga algo por uno. F-Ex desde afuera (La Autoridad-Dios), delega esa autoridad a sus miembros; ousia (estando dentro de su autoridad representativa), va a ejercerla a través de ella, ousia (a través de). Y con ella lógicamente su poder. G-Ampliando diremos que Dios, La Deidad (Elohim), La Autoridad Máxima y Poderdante Máximo, estando fuera de la creación por ser Creador (Ex fuera de); decidió en el plan eterno de restauración ser lo que no es, creación para meterse en el tiempo de su creación, limitándose y haciéndose finito, esto es en la humanidad de Jesucristo, para que estando adentro de Él, de sus criaturas (ousia, estando adentro), se pudiera por su vida santa y llena del Espíritu convertirse en el receptor del poder y autoridad del Padre, permitiendo con ello que Dios pudiera a través de El alcanzar a su creación caída (ousia- a través de). Pero esta gran verdad no concluyó allí, sino que Jesús en su limitación pero en el poder de Dios enfrentó al adversario del Eterno y al vencerlo humillantemente (Colosenses 2: 13-15, Apocalipsis 1:18, I Juan 3:8) Dios le dio un Nombre que es sobre todo nombre, y de receptor de poder y autoridad le dio facultad de ser el poderdante máximo y suprema autoridad, según dijo Jesús mismo: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.” Mateo 28:18. Y con ellos volvió al lugar donde siempre estuvo, a la diestra del Padre, lugar donde está hasta hoy intercediendo por todos nosotros, según Romanos 8:34. Así Cristo hoy, estando fuera de la Iglesia (Ex fuera de), pero al subir al Padre y enviar al Espíritu Santo para darlo a la iglesia para que estuviera Su vida y Espíritu en ella, a través del nuevo nacimiento (ousia- estando dentro), pudiera al delegarles su autoridad y poder fluir a través de ellos y ganar al mundo (ousia- a través de). Lucas 10:17-19, Marcos 16:17-18. Este es el Nivel III, nivel de una iglesia apostólica y profética. Un nivel de cinco ministerios con unciones diversas. Es el nivel de la Guerra Espiritual Estratégica y Profética que desplazó y desplazará a satanás y sus principados. Aleluya. Este nivel nos ubica en posiciones ofensivas contra el enemigo. Es ahora el Gobierno Superior Apostólico de Dios y Su Reino, que derriba al gobierno inferior de satanás en la tierra. Con todo y el poder de este nivel, aún nos queda otro nivel superior; cuyo enfoque es sólo en Dios el Señor. “ Y les dijo: Yo veía a satanás caer del cielo como un rayo. He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará.” Lucas 10: 18-19

Nivel Demostrativo del Reino La Fase del Tabernáculo de David: IV Nivel “Acuérdate, oh Jehová, de David, Y de toda su aflicción; Y Prometió al Fuerte de Jacob: No entraré en la morada de mi casa, Ni subiré sobre el lecho de mi estrado; No daré sueño a mis ojos, Ni a mis párpados adormecimiento, Hasta que halle lugar para Jehová, Morada para el Fuerte de Jacob. He aquí en Efrata lo oímos; Lo hallamos en los campos del bosque. Entraremos en su tabernáculo; Nos postraremos ante el estrado de sus pies. Levántate, oh Jehová, al lugar de tu reposo, Tú y el arca de tu poder. Tus sacerdotes se vistan de justicia, Y se regocijen tus santos. Por amor de David tu siervo.No vuelvas de tu ungido el rostro. En verdad juró Jehová a David, Y se retractará de ello: De tu descendencia pondré sobre tu trono. Si tus hijos guardaren mi pacto, Y mi testimonio que yo les enseñaré, Sus hijos también se sentarán sobre tu trono para siempre. Porque Jehová ha elegido a Sion; La quiso por habitación para sí. Este es para siempre el lugar de mi reposo; Aquí habitaré, porque la he querido. Bendeciré abundantemente su provisión; A sus pobres saciaré de pan. Asimismo vestiré de salvación a sus sacerdotes, Y sus santos darán voces de júbilo. Allí haré retoñar el poder de David; He puesto lámpara a mi ungido. A sus enemigos vestiré de confusión, Mas sobre él florecerá su corona.” Salmos 132. Este Salmo de David, encierra el concepto del gobierno de Dios, es decir, Su Reino, viniendo a una nación a través de una determinación total y una pasión desmedida de un hombre y un pueblo por traer a Dios hacia ellos a través de una adoración ferviente, voluntaria y continua por todo su reinado. Aleluya. David trajo en sombras, el Reino de Cristo. El nos lo dejó ver en sombras proféticas y dejó para el futuro, el cumplimiento de ese anuncio profético con la venida del Mesías, su muerte y resurrección. En Hechos 15, en el concilio de Jerusalén, los apóstoles allí reunidos declaran que el poder que había venido a la Iglesia después de la resurrección del Señor, era obviamente, el cumplimiento del anuncio de Amós hecho en el capítulo 9 y en los versos 11 y 12. Allí Jehová, hacía la promesa de restaurar el Tabernáculo de David a plenitud. Esto indica sus prácticas, su música, pero sobre todo su adoración y la manifestación de Su Gloria. Amén. El poder del gobierno de Dios fluye de ese tabernáculo; sanando, libertando, bendiciendo a la gente y produciendo un abandono total de la tradición religiosa (judía, bautista, pentecostal, etc) para concentrarse sólo en la Persona de Dios. El centro del Tabernáculo de David es el Rey del Reino; Jehová de los Ejércitos. La adoración a El brindada por David e Israel en su reinado de cuarenta años, veinticuatro horas cada día de cada mes de cada año, desataron el poder de Dios y su entronización en Israel. Desde luego, con tal Presencia Manifiesta de Jehová (Gloria-Shekinah), ningún enemigo le pudo derrotar jamás. El Reino de Dios fue manifestado y los hombres y sus dioses falsos, cayeron. Amén. David nos dio un vislumbre de la gloria del Reino de Cristo con Su Pueblo. Aleluya. Esta es y será la mayor manifestación y demostración del Gobierno, Autoridad, Soberanía y Señorío de Jesucristo sobre la tierra y los cielos; es decir, Su Reino. Amén. Levantar el Tabernáculo de David otra vez, consiste en volver a traer la Gloria del Señor a la tierra, pero en forma permanente, a través de restaurar la pasión adoradora de su Iglesia, pero en forma continua, tanto individual como corporativamente. En el IV Nivel del Reino, Dios brega con el corazón del hombre, llevándolo al arrepentimiento. En el II Nivel, lleva a la Iglesia a vivir un Evangelio pleno, con señales, milagros y liberación de demonios, demostrando que el Reino vino con Jesús. Pero en el III Nivel, brega a través de la Iglesia con las huestes satánicas establecidas en lugares celestiales. Es en el III Nivel, donde la Iglesia debe entrar a su destino profético y tomar su herencia de unción, poder y ministerios. Aquí la Iglesia se torna Apostólica y Profética. Este es el Nivel III en que la Iglesia se vuelve guerrera y entra en el Nivel de la Guerra Espiritual Estratégica, con sus apóstoles y profetas al frente. Ineludiblemente en este Nivel, nuestra lucha es contra principados y potestades para liberar territorios y establecer el Reino de Dios sobre ciudades y pueblos. Aleluya. Pero el Nivel IV, en el del Tabernáculo de David, ya no estamos tan pendientes del hombre, ni de satán ni de huestes. Ahora, estamos pendientes sólo de adorar a Jehová y hacer Su plena voluntad. Aquí Dios encuentra lo que buscaba; adoradores en espíritu y en verdad. Aleluya. Es en este nivel más alto donde la adoración al Dios Viviente es nuestra mayor arma de guerra espiritual. Es allí, en el Tabernáculo de David, donde de la mano de apóstoles y profetas, de salmistas y cantores, preparamos trono de alabanza para que Jehová se siente y gobierne Su tierra. Aleluya. En este nivel, las mujeres serán liberadas para servir a su Dios, al lado de los hombres, ancianos y niños. Una comunidad de éxito que camina en este nivel demostrativo del Reino, tiene características concretas: ora, es generosa al dar, su economía ha sido transformada, tiene poder, es adoradora y sus mujeres han sido liberadas para servir junto a los hombres de Dios. El Señor siempre planeó que el mundo y sus naciones fueran gobernadas por Su Reino. Con David esto fue así; el nos dio un anticipo del Reino de Cristo y de Su Esposa, la Iglesia. Amén. No debemos olvidar que está escrito por Amós: “En aquel día yo levantaré el tabernáculo caído de David, y cerraré sus portillos y levantaré sus ruinas, y lo edificaré como el tiempo pasado; para que aquellos sobre los cuales es invocado mi nombre posean el resto de Edom, y a todas las naciones, dice Jehová que hace esto.” Amós 9: 11, 12 La segunda Venida de Cristo El retorno de Jesús a la tierra es la culminación de este IV Nivel. El vendrá en gloria y para establecer el Gobierno del Reino. Amén. “El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor, y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos.” Apocalipsis 11:15 Amén, Amén!

“Desde entonces comenzó Jesús a predicar: Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos está cerca.” Mateo 4:17


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Zacarías 14:9 n 3:3 Dr. Rony Chaves Apóstol

EL EVANGELIO DEL REINO “Y será predicado este evangelio del Reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.” Mateo 24:14 El tema del Reino de Dios se encuentra inmerso en todos los libros de la Biblia. En el Antiguo Testamento, “los profetas mayores y menores” hablaron del mismo con gran énfasis y autoridad. En sus páginas podemos ver con claridad el tema central del gran drama universal: El Reino. “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.” Isaías 9: 6-7 Los profetas y David el salmista, se ocuparon denodadamente del Rey y del Reino. El mensaje y anuncio profético del Gobierno de Dios a través de Su Mesías Redentor siempre estuvo en sus bocas y en las enseñanzas de los patriarcas bíblicos. Por eso es que Juan el Bautista emerge después de una época de silencio profético en Israel de varios siglos, con un mensaje revolucionario: El Reino viene. Aleluya. Juan despertó la memoria profética de la nación, ellos conocían el tema y fueron despertados otra vez hacia el Gobierno de Su Dios Jehová y de Su Enviado. Amén. “He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido, en quien mi alma tiene contentamiento; he puesto sobre él mi Espíritu; él traerá justicia a las naciones.” Isaías 42:1 El mensaje de Juan era confrontativo pero también conmovedor para el judío humilde. Por esto es que venían a él al Jordán para ser bautizados en arrepentimiento y preparación para la venida del Libertador, Mesías y Rey. “En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.” Mateo 3: 1,2 Este mensaje del Reino tenía algunas implicaciones muy serias que parece que la Iglesia ha olvidado y que Jesús nos las

quiso recordar al darnos luz sobre la gran señal de su Segunda Venida: La predicación del Evangelio en todas las Naciones antes del fin. Amén. Lo curioso es que El fue claro y específico; el dijo: El evangelio del Reino. Amén. Jesús no señaló cualquier evangelio, sino que en forma determinante enfatizó el término Reino para calificar y definir cuál evangelio será predicado al fin de los tiempos. Definitivamente debemos conocer este Evangelio del Reino. Características del Evangelio del Reino 1-Llama al arrepentimiento sincero y voluntario. 2-Provoca la confesión de pecados. 3-Trae rendición total al Señor. 4-Establece lo prioritario de Dios en el hombre. 5-Es confrontador del individualismo humano. 6-Es teocrático, no democrático. 7-Destruye la anarquía y la independencia en el hombre. 8-Mueve a una vida dependiente del Espíritu Santo. 9-Destruye los ídolos organizacionales y humanos. 10-Produce humildad y sujeción total. 11-Destruye la egolatría y exalta a Cristo. 12-Llama a reconocer a Jesús como Señor para tenerlo como Salvador. 13-Demanda obediencia total a los diseños del Reino. 14-Reconoce a Jesús como Señor, Salvador, Soberano y Máxima Autoridad. 15-Demanda dar frutos de arrepentimiento. 16-Demanda todo, hasta la vida por el Señor. 17-Hace de Jesús el Rey del hombre. 18-Destruye la religiosidad y el fariseísmo. 19-Demanda la manifestación de señales con poder. 20-Provoca a la adoración total. 21-Confronta el humanismo y el intelectualismo. 22-Demanda respeto al orden divino. 23-Tiene modelo apostólico y profético. 24-Es Cristocéntrico.

Las “Enseñanzas de Jesús” Para entender profundamente las implicaciones del Evangelio del Reino, tenemos que estudiar la vida de Jesús; El fue un radical. “Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios.” Lucas 9: 62 Jesús fue el modelo de hijo apto para el Reino. El nunca nos pondría una demanda o desafío que El mismo no hubiera llevado. Su demanda era y es total. Amén. “Los discípulos se asombraron de sus palabras; pero Jesús, respondiendo, volvió a decirles: Hijos, ¡cuán difícil les es entrar en el reino de Dios, a los que tienen riqueza! Más fácil es pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios.” Marcos 10: 24-25 Jesucristo fue fiel a Su enseñanza, El fue fiel y obediente al Padre en todo. La Autoridad, Señorío y Soberanía del Dios–Padre fue aceptado y respetado totalmente por El. “Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre, porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente.” Juan 5:19 Jesús fue totalmente obediente y sumiso a la voluntad del Padre, aún hasta la muerte en la cruz. El vivió el Reino y para establecer el Reino. Su prioridad fue el Reino y trabajó entregando todas sus fuerzas y aún su vida para poner sus fundamentos en la tierra. “ No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre...” Juan 5: 30 Dentro de las enseñanzas de Jesús, la del Reino era la más importante. Era en realidad Su meta Al enseñar a sus discípulos, les dio un modelo de oración en el Padre Nuestro. En el mismo, les enseña a reconocer la grandeza de Dios, Su Majestad y Dignidad de Soberano de los Cielos: “Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos. Santificado sea tu nombre.” Mateo 6:9 Esto es un acto de adoración que todo

“El Señor reinará sobre toda la tierra.” Zacarías 14:9

creyente debe realizar; reconocer la Máxima Autoridad del Universo. Después de hacerlo, Jesús nos lleva a la petición, más importante: “ Venga tu Reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.” Mateo 6:10 Es como que El, les enseña su secreto de poder: La oración; pero la oración específica que pide la venida del Reino. Podemos ver este detalle que Jesucristo está diciendo a sus discípulos entre palabras: Si quieren el poder, tendrán que vivir bajo los principios del Reino, como yo lo hago. Aleluya. La Gran comisión Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado, y he aquí yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.” Mateo 28: 19-20 Después de resucitar Jesús ordenó a sus discípulos ir y hacer discípulos por las naciones. Les comisionó enseñarles las cosas que El les había mandado a ellos. Esta sería la garantía de tener Su Presencia con ellos siempre. En el libro de Marcos, Jesús les indica qué debían enseñar o predicar en las naciones. Amén. “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.” Marcos 16: 15 Esa enseñanza o evangelio, no era una doctrina cualquiera, suave o liviana. No, ese evangelio o doctrina ya estaba definido; este fue llamado por Jesús: El Evangelio del Reino. Amén. Jesús pasó los momentos más importantes de su ministerio afinando Su enseñanza con sus discípulos después de Su resurrección. Esta sería su herencia o legado; nuestro verdadero Testamento. El invirtió tiempo para dejarle a la Iglesia la doctrina que debía creer, seguir y predicar. “ ... después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido; a quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios.” Hechos 1:2-3 No cualquier evangelio, Iglesia; no, debemos predicar el Evangelio del Señorío de Cristo; el Evangelio del Reino. Amén.


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GENERALIDADES DEL REINO DE DIOS

Dr. Rony Chaves Apóstol “Otra parábola les refirió, diciendo: El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su camino; el cual a la verdad es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas.” Mateo 13: 31-32 Hemos visto que para reinar con Cristo en Sión, es necesario pasar por un proceso de formación y maduración del Espíritu Santo. Saúl no pasó por este proceso formativo de carácter al recibir su ungimiento como rey de Israel, y su vida estuvo llena de grandes y terribles equivocaciones. Para llegar a manifestar el Reino de Dios hay que pasar por un proceso. Las diversas dimensiones o medidas demostrativas del Reino se van manifestando a través de un proceso en la vida. Un paso, nos lleva a otro paso, y este a otro, y este a otro, etc. Es todo un proceso de trato y enseñanza del Señor. Tratar de saltar estos niveles o tratar de brincar cada paso para llegar al final rápidamente, es un gran error. Efesios 6: 10-18, trata sobre la Guerra Espiritual contra diversos poderes de satanás. Pero no podemos ignorar los capítulos anteriores, pues Pablo nos lleva a la batalla de intersección paso a paso, capítulo tras capítulo. Amén. En el Reino hay cuatro fases o niveles demostrativos que veremos en los capítulos siguientes. La última fase es la de “ El Tabernáculo de David”. No llegaremos con éxito hasta allí, si ignoramos los pasos previos o niveles anteriores. Cuando David intentó traer el arca del pacto a Sión, tuvo un terrible fracaso. Él se saltó algunos pasos por ignorancia y Dios trajo juicio sobre uza. El arca tuvo que ser llevada a casa de Obed-edom. En los siguientes tres meses, Jehová le reveló a David, cuál había sido el problema. El Señor no le dejó llevar el arca, hasta después de estar en casa de Obed-edom, cuyo nombre significa, “siervo”. La primera lección de Jehová a David era que el recorrido para traer el arca a Sión tendría que ser hecho con corazones de siervos, humildes, sumisos y humillados ante Él. El recorrido del arca inició desde la casa de Abinadab, cuyo nombre significa, “dispuesto”. Esto implicaba que el arca de Dios solo se movería con los dispuestos de corazón. Este sería un recorrido de amor y de espíritus adoradores voluntariamente, no religiosamente. Amén. Debemos estar dispuestos al cambio. Esta es la clave para escalar los diversos niveles del Reino. Amén. Solo dispuestos al cambio podemos seguir al Espíritu y no perder la Presencia de Dios. David estaba confundido, enojado y triste, pero le era necesario descubrir la verdad, asimismo la Iglesia

de hoy. Si no seguimos a Dios en el orden apropiado iremos al fracaso. David intentó traer el arca en un carro filisteo y con dolor tuvo que descubrir que sólo se podía traer en los hombros de los levitas. Quienes transporten el arca de Dios, deben hacerlo con carga, llamado y pasión. David tuvo que vivir cuatro fases para reinar en Sión. Estas cuatro etapas del Antiguo Testamento, fueron necesarias para traer el Reino. Setenta y siete capítulos hablaron de cómo David organizó el Reino. En verdad, el tema del Reino fue muy importante en la vida y llamado del rey David. Todo reino fue medido con el de David, el suyo fue el modelo correcto a seguir. Aleluya. Aún Dios, le prometió a David que un descendiente suyo estaría en el Reino por siempre: “ Y a ti te daré descanso de todos tus enemigos. Asimismo Jehová te hace saber que él te hará casa. Y cuando tus días sean cumplidos, y duermas con tus padres, yo levantaré después de ti a uno de tu linaje, el cual procederá de tus entrañas, y afirmaré su reino. Él edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré para siempre el trono de su reino.” 1Samuel 7: 11b, 12, 13 El entendimiento del Reino que tenía David, le garantizó que su descendencia estaría siempre en autoridad. No podemos traer el Reino sin hacerlo a la manera y diseño de Dios. Reino viene por obedecer los diseños de Dios. Reino implica diseños divinos. Amén. La victoria de David no le vino por ser perfecto, sino porque era humilde, corregible y enseñable. David nos dio por sombras y símbolos prácticos una idea de lo que sería el Reino. Jesús en cambio, en el Nuevo Testamento, lo estableció. Glorificado sea el Señor. El Señor siempre planeó que el mundo fuese gobernado por Su Reino (el primer ejemplo vino con Adán y Eva). Con David, esto se cumplió; ellos fueron gobernados por Dios a través de la adoración continua de David y de su pueblo. David nos dio un vislumbre del Reino de Cristo. Amén. Satanás nunca ha podido derrotar al Reino de Dios; sí a reinos humanos. Él no ha podido penetrar el reino, ninguna persona que está verdaderamente en el Reino puede ser tocada por el diablo. El o ella están dentro del Reino, bajo su autoridad y protección, esto los cubre de satanás. Satán no tentó primero a Adán y Eva para hacerlos pecar; si no que lo primero que hizo fue tentarlos a salir del Reino, esto es, hacerse independientes de Dios. El gran engaño se llamó: Independencia. Al salir ambos del Reino, salieron del Gobierno de Dios y de Su Autoridad. Una vez fuera, satán les atacó y quitó todo lo que poseían. Ellos descubrieron el dolor y la muerte, provocadas por la

independencia de Dios. Un principio general del Reino que debemos saber es que “ Alguien debe gobernar sobre nosotros”. Si caemos en la independencia, satán nos gobernará. Nosotros sólo podemos decidir ¿quién nos gobernará?. El libro de Efesios en el capítulo 2, enseña como el hombre decidió vivir su vida sin Dios y cayó víctima de su pecado en la esclavitud de satanás y de su carne. La independencia de Dios, le llevó a la esclavitud de la carne: “Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo a la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia , entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.” Efesios 2:1-3 Con la caída de Adán y Eva, todo mal vino al hombre, enfermedad y muerte. Esto afectó también a los animales y a toda la naturaleza y al planeta. Estas son las consecuencias de la independencia; el Reino va a venir cuando el hombre cambie su actitud y se someta a Dios y a su Palabra. Amén. Para traer el Reino otra vez a la tierra y a los humanos solo existían dos opciones: 1-Juzgar al diablo y automáticamente, también al hombre, lo cual nos hubiera destruído. o 2-Guardar al hombre como cabeza de todo, haciendo el Milagro de la Restauración de su ser. Esto último, requería de un milagro de redención; alguien debía pagar legalmente y justicieramente por la redención del hombre. Gloria a Dios, Jesucristo lo hizo por amor a nosotros en la cruz. Amén. Dios le dio salvación al hombre en Cristo para proveerle su restauración. Amén. Esta Restauración del hombre, traería Restauración del Reino y el Gobierno de Dios a Su creación. Para que el hombre fuera restaurado en el gobierno, y ser salvo, se debía cancelar la deuda con Dios por el pecado y revertir la decisión o juicio del Edén. Independencia es no vivir bajo el gobierno de Dios y gobernar cada uno su vida, dinero, tiempo, etc. La dependencia, norma del Reino, es obedecer a Dios y dejarse gobernar por Él completamente. Cuando esto último sucede, el Reino ha llegado a un hombre. Aleluya. El Reino solo será restaurado a través del hombre, y demostrado, cuando éste viene al corazón del hombre. Para cambiar la ciudad, el Reino debe venir a la Iglesia,

pero primero debe venir a la familia, mas por sobretodo esto, primeramente debe venir al hombre. El proceso ordenado del establecimiento del Reino debe ser: El Reino viene primero al hombre, de él a la familia, de ésta a la Iglesia y de allí a la ciudad. No podemos pensar en traer el Reino a nuestra ciudad, si primero no venimos nosotros al Reino para vivirlo. Amén. Es necesario que primero nos rindamos a Dios y entremos al Reino. Amén. En el libro de Éxodo, Dios dijo a Israel en el capítulo 19 y en el verso 6 lo siguiente: “Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel.” La promesa de Dios era hacerles un reino especial, pero tenía una condición: obediencia total. Lamentablemente Israel no cumplió y Dios varió su plan. Ahora el gran desafío es para la Iglesia, el Cuerpo de Cristo. Amén. “Más vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios...” 1 Pedro 2: 9ª El Reino en cuatro diferentes niveles A-Estos diferentes niveles demostrativos del Reino, no son necesariamente simultáneos. B-Hay mucha gente en los diferentes niveles. C-Todos pasaremos por todos estos niveles para entrar realmente al Reino. D-Cuando lleguemos al último nivel; es decir, al cuarto nivel, la gloria vendrá. E-Necesitaremos de mucha revelación de Dios para ir paso a paso y vivir el Reino. F-Vivir en el Reino requiere revelación. Amén. Fases del Reino El Reino de Dios tiene cuatro fases que llamaremos “Niveles demostrativos del Reino”. A pesar de que son fases de un proceso, también son niveles de crecimiento del creyente, en donde el Reino de Dios se demuestra según el nivel en el que viva ese hijo de Dios. Amén. 1-I Nivel Demostrativo del Reino: La Fase del Ministerio de Juan el Bautista. 2-II Nivel Demostrativo del Reino: La Fase de la Primera Venida de Cristo. 3-III Nivel Demostrativo del Reino: La Fase después de la Resurrección de Jesucristo. 4-IV Nivel Demostrativo del Reino: La Restauración del Tabernáculo de David.

LA IGLESIA Y EL REINO

Dr. Rony Chaves Apóstol “Más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” Mateo 6: 33 En el contexto de este pasaje, Jesús está afirmando que todo lo que el hombre necesita para vivir, lo recibirá sin afán al buscar el Reino de Dios y su justicia. Es como que nos enseña que, automáticamente se activa el poder para recibir la bendición del Señor, con tan solo buscar él Su Reino y vivir sus leyes. En una ocasión escuché un maestro de la Palabra por televisión explicar el uso correcto de ese texto. El señalaba que las palabras usadas en el idioma original en que fue escrito este Evangelio, daban por sentado que, buscar el Reino, implicaba buscar sus diseños. Esto nos dice que el Reino está ligado a los diseños del Padre para una vida, un ministerio, una ciudad o una nación. Este mismo texto podría leerse mejor así: “Más buscad primeramente los diseños de Dios, obedecedlos y todas las cosas que necesitéis os serán añadidas.” Amén.

El Reino son diseños, diseños divinos. Recordemos que Dios es un Dios de Plan, Propósito y Diseño. Él es el Arquitecto y Constructor de su Reino (o Ciudad). Amén. Usando las verdades señaladas ya en este libro, debemos enfatizar que el Reino es Universal, Dios reina sobre todo. La Iglesia verdadera es la demostración del Reino en la tierra, pero no es todo el Reino. La Iglesia es parte de ese Reino Universal que gobierna el Creador Omnipotente, pero aunque no es todo el Reino; es el Reino. Amén. El Cuerpo de Cristo, es la parte del Reino de Dios en la cual la Redención de Cristo ha obrado. En la Iglesia se ve con claridad que el Reino es Redentivo, pues, está llena de personas redimidas por la sangre de Jesús. Allí, en la Iglesia vemos la manifestación del Reino Redentivo y Específico de Dios. Aleluya. Aunque la Iglesia no es todo el Reino, está en el Reino y es parte del Reino, por lo tanto debe regirse por los

principios del mismo. La Iglesia debe ceñirse a los diseños de su Arquitecto, Jehová, si realmente anhela ver demostrado a través de sí misma el poder del Reino. Amén. Si el Reino es Gobierno, Soberanía, Autoridad y Señorío de Dios; en la Iglesia debe serlo también. Por lo tanto la Iglesia de Jesucristo, debe ser edificada conforme a los patrones o diseños dados por Dios a sus siervos. Esto fue entendido por sus primeros discípulos y lucharon para que así fuera. Le dieron libertad al Espíritu Santo de llevarlos por la voluntad del Señor y así construir una Iglesia o Templo del Dios Viviente que satisfaciera los mandatos y diseños de su Hacedor. Gloria a Dios. Es por eso que la Iglesia tuvo poder en los dos primeros siglos. Ella evangelizó al mundo de la época y dobló al Imperio Romano a los pies de Cristo. La Iglesia Primitiva, literalmente proclamó, vivió y demostró el Reino con su poder y autoridad celestial. Aleluya.

Sólo a través de edificar la Iglesia bajo los diseños del cielo, esta derribó el poder de Babilonia y el de todos los principados operantes en las ciudades del Imperio Romano. El diseño del Reino venció. Amén. Lo siguiente puede golpear terriblemente la teología y el pensamiento de algunos líderes evangélicos pero es necesario señalarlo o si no perderíamos parte del propósito del libro. El diseño de Dios para su Iglesia fue y es aun hoy, apostólico y profético. Él edificó La Iglesia bajo ese fundamento. “... edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo”. Efesios 2:20. La Iglesia del III Nivel tiene diseño apostólicoprofético. Solo siguiendo este diseño divino, entraremos al IV Nivel y traeremos la Gloria de Dios: “Y a unos puso Dios en la Iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego...” 1Corintios 12:28

“Dichosos los perseguidos por causa de la justicia,porque el reino de los cielos les pertenece.” Mateo 5:10


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PREPARADOS PARA REINAR EN SIÓN “Dijo Jehová a Samuel: ¿Hasta cuándo llorarás a Saúl, habiéndolo yo desechado para que no reine sobre Israel? Llena tu cuerno de aceite, y ven, te enviaré, a Isaí de Belén, porque de sus hijos me he provisto de rey. Y dijo Samuel: ¿Cómo iré? Si Saúl lo supiera, me mataría. Jehová respondió: Toma contigo una becerra de la vacada, y di: A ofrecer sacrificio a Jehová he venido. Y llama a Isaí al sacrificio, y yo te enseñaré lo que has de hacer; y me ungirás al que yo te dijere. Hizo, pues, Samuel como le dijo Jehová; y luego que él llegó a Belén, los ancianos de la ciudad salieron a recibirle con miedo, y dijeron: ¿Es pacífica tu venida? El respondió: Sí, vengo a ofrecer sacrificio a Jehová; santificaos, y venid conmigo al sacrificio. Y santificando él a Isaí y a sus hijos, los llamó al sacrificio. Y aconteció que cuando ellos vinieron, él vio a Eliab, y dijo: De cierto delante de Jehová está su ungido. Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón. Entonces llamó Isaí a Abinadab, y lo hizo pasar delante de Samuel, el cual dijo: Tampoco a éste ha escogido Jehová. Hizo luego pasar Isaí a Sama. Y él dijo: Tampoco a éste a elegido Jehová. E hizo pasar Isaí siete hijos suyos delante de Samuel; pero Samuel dijo a Isaí: Jehová no ha elegido a éstos. Entonces dijo Samuel a Isaí: ¿Son éstos todos tus hijos? Y él respondió: Queda aún el menor, que apacienta las ovejas. Y dijo Samuel a Isaí: Envía por él, porque no nos sentaremos a la mesa hasta que él venga aquí. Envió, pues, por él, y le hizo entrar; y era rubio, hermoso de ojos, y de buen parecer. Entonces Jehová dijo: Levántate y úngelo porque éste es. Y Samuel tomó el cuerno del aceite; y lo ungió en medio de sus hermanos; y desde aquel día en adelante el Espíritu de Jehová vino sobre David. Se levantó luego Samuel, y se volvió a Ramá.”` 1 Samuel 16: 1-13 Una vez que Saúl fue desechado por Dios, Jehová buscó otro hombre para ocupar su lugar en el tiempo propicio. La elección recayó sobre la casa de Isaí de Belén, de la Tribu de Judá. El escogido por el Señor fue David, el hijo menor, a pesar de tener siete hermanos mayores, capacitados para la guerra y él aún no.El profeta Samuel, es el sacerdote elegido para derramar el aceite de la unción sobre David y decretar por la palabra profética del Señor que él, se

sentaría en el trono de Israel a la muerte de Saúl. Amén. Samuel fue a Belén, observó a cada hijo de Isaí y los desechó por voz del Señor. Pero al ver David, se dispuso a ungirle y dejarlo inscrito para la “Gran Escuela del Espíritu Santo”. Esta escuela formativa de Dios, tenía la intención clara hacer de David, el hombre de Dios, en carácter, unción y ministerio. Su matrícula fue aproximadamente a los catorce o quince años y duró hasta que fue rey sobre todas las Tribus de Israel, más allá de otros quince años más. Su escuela de formación duró más del doble de la edad que tenía cuando fue escogido y ungido para el oficio de rey de la nación. El propósito final del Espíritu Santo era sentar a David en el trono de Israel y hacerlo reinar en Sión, desde Jerusalén. La meta era hacerle rey, y capacitarlo para gobernar desde Sión con poder y gloria. Aleluya. El plan divino fue declarado a Samuel; Dios dijo: En casa de Isaí me he provisto de rey, ve allí y úngelo. Dios había declarado ya Su Palabra, David sería rey de Israel. Su destino profético era llegar al trono y reinar en Sión. Aleluya. Pero antes de sentarse en la silla del gobierno de Israel, Dios debía forjar su carácter para que no se perdiera como Saúl. El Espíritu lo llevaría por quince años o más, en un proceso de formación interior extraordinario que lo capacitaría para ser fiel en el reino establecido por Dios en el monte de Sión donde también estaría la ciudad del rey, Jerusalén. Aleluya. En el proceso formativo para la vida de David, el Espíritu lo llevaría a cuatro estaciones, períodos o etapas de trato y enseñanza: 1-Bethleem 2-Adulam 3-Hebrón 4-Sión 1-Etapa de Fidelidad en las cosas naturales: Bethleem Belén es un lugar de comienzos; allí nació el Salvador del mundo, Jesús; allí se inició el cumplimiento del plan de redención para los hombres. Belén es un lugar designado por Dios para los grandes inicios: “Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad.” Miqueas 5: 2 Belén es la ciudad de David, es el lugar de su nacimiento; su comienzo en la vida. Belén es el lugar de sus padres,

lugar de crecimiento y enseñanza. Allí debía ser enseñado en disciplina, oficio y responsabilidad. El salmista debía, desde muy pequeño ser fiel en las cosas cotidianas, él debía ser fiel en las cosas naturales y ordinarias de una familia. Aleluya. Cuando Samuel llega a él en casa de Isaí, él es solo un muchachito de menos de quince años. Él no estaba considerado como un hombre de guerra aún, como sí sus hermanos mayores. Él era el que cuidaba en el campo las ovejas de su padre y posiblemente, el que ayudaba en tareas menores consideradas poco importantes para un hombre. Pero allí, en Belén, él aprendía a ser fiel a su padre, a su familia y a lo que poseían. Es en Belén donde David fue formado, educado y enseñado a ser fiel en toda su casa. Allí aprendió seriedad, responsabilidad, lealtad, honestidad, rectitud y amor a Su Dios y a la ley. Un verdadero rey, debía iniciar su servicio a Dios en un lugar como Belén, formando su carácter primero para ser fiel en las cosas naturales y esto lo capacitaría para ser de confianza en tareas mayores. “ Y su señor dijo: Bien, buen siervo y fiel, sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.” Mateo 25: 21 Hay personas, líderes que inician su caminar, que quieren tener una unción mayor y ver los milagros más grandes de una sola vez, sin tener que pasar por la etapa de Belén. Quieren la unción pero no la formación y la disciplina del Señor. Quizá haya quien ignore este paso en el proceso, y vea cosas sorprendentes del Señor en su llamado; la experiencia me indica que tarde o temprano fracasará. Si falta el carácter formado por el Espíritu, le hará perder un día la unción, como le ocurrió a Saúl. David era fiel a su padre en las cosas que le comisionó hacer y cuidar, él estaba listo para ser promovido. Aleluya. Belén es el lugar de tu promoción “Los filisteos juntaron sus ejércitos para la guerra,... y los filisteos estaban sobre un monte a un lado, e Israel estaba sobre otro monte al otro lado, y el valle entre ellos...Salió entonces del campamento de los filisteos un paladín, el cual se llamaba Goliat,... Oyendo Saúl y todo Israel las palabras del filisteo, se turbaron y tuvieron gran temor... Y David era hijo de aquel hombre efrateo de Belén de Judá, cuyo nombre era Isaí,... Y dijo Isaí a David su hijo: Toma ahora para tus hermanos un efa de este grano tostado, y estos diez panes, y llévalo

pronto al campamento a tu hermanos. Y estos diez quesos de leche llevarás al jefe de los mil;... Entonces David dejó su carga en mano del que guardaba el bagaje, y corrió al ejército... Entonces habló David a los que estaban junto a él, diciendo: ¿Qué harán al hombre que venciere a este filisteo, y quitare el oprobio de Israel? Porque ¿quién es este filisteo incircunciso para que provoque a los escuadrones del Dios viviente? En estas porciones escogidas del capítulo 17 de 1Samuel, se describió la batalla entre Israel y los filisteos con Goliat el gigante como su paladín. En esta guerra se encontraban los hermanos de David, hombres de guerra. Por lo tanto, su padre le ordena a David, llevarles alimento y traer prendas de ellos como señal de que estaban bien. Se supone que los hermanos de David harían la tarea más importante y peligrosa, y David, lo menor, es decir, los mandados. Cuando los ejércitos se ponían frente a frente, salió Goliat a desafiar a Israel, atemorizándolos y dejándoles paralizados por cuarenta días. Isaí envía a David a dejar los quesos. Al llegar allí, David oye el reto del filisteo y ve la reacción de cobardía de Israel. También escucha que quien derrote al filisteo tendrá grandes ventajas económicas y le darán para esposa, la hija del rey Saúl. David es provocado; él se enoja contra Goliat y de pronto es llevado ante Saúl. Sus palabras son ahora, la llave que lo lleva a tomar el desafío de Goliat. Le ponen armaduras de guerra y no puede con ellas. Gloria a Dios. Se las quita y se lanza contra el gigante con honda y piedras. Aleluya. “Y aconteció que cuando el filisteo se levantó y echó a andar para ir al encuentro de David, David se dio prisa, y corrió a la línea de batalla contra el filisteo. Y metiendo David su mano en la bolsa, tomó de allí una piedra, y la tiró con la honda, e hirió al filisteo en la frente, y cayó sobre su rostro en tierra.” Versos 48-50 Mi intención al narrar brevemente este episodio en la vida de David es el de hacerle notar al lector que David fue a la guerra, no como soldado, si no como un fiel enviado de su padre Isaí para llevar provisión a sus hermanos. Él era fiel en las cosas naturales y por eso Isaí lo envió. Él era fiel a las órdenes y comisiones dadas a él por su padre, por eso fue enviado, por ser fiel en las tareas menores. Cuando somos fieles en los detalles aparentemente insignificantes, Dios nos ve. Cuando le servimos al Señor en tareas menores en el templo, en el hogar

“... que quien no nazca de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios —respondió Jesús—.” Juan 3:5


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o en el trabajo, Él ve nuestra fidelidad y prepara nuestra promoción. Aleluya. David era fiel en Belén, Dios había preparado su promoción. Aleluya. La fidelidad en las cosas o tareas cotidianas y naturales, hizo que Dios trazara Su plan para promocionar a David ante los ojos de sus hermanos, del rey Saúl, de todos los escuadrones de Israel y del adversario mismo. “Entonces corrió David y se puso sobre el filisteo; y tomando la espada de él, y sacándola de su vaina, lo acabó de matar; y le cortó con ella la cabeza. Y cuando los filisteos vieron a su paladín muerto, huyeron.” Verso 51 Para promover a David, Jehová mismo había preparado a su gigante. Aleluya. Cuando Dios prepara a Su pueblo para reinar, y éste es fiel en Belén, Él mismo preparará a los gigantes y las circunstancias en que los debemos enfrentar. Pero, es necesario aclarar que Dios nunca permite que un gigante se levante contra nosotros para derrotarnos, sino para promocionarnos y darnos fama con Gloria para Él. Si tú estás siendo entrenado para reinar con Cristo en Sión, prepárate, de tu Belén, Jehová te llevará a enfrentar a tu Goliat. ¡El tiempo de la promoción se acerca. Amén.! “Aconteció que cuando volvían ellos, cuando David volvió de matar al filisteo, salieron las mujeres de todas las ciudades de Israel cantando y danzando, para recibir al rey Saúl, con panderos, con cánticos de alegría y con instrumentos de música. Y cantaban las mujeres que danzaban, y decían: Saúl hirió a sus miles, Y David a sus diez miles. Y se enojó Saúl en gran manera, y le desagradó este dicho, y dijo: a David dieron diez miles, y a mí miles; no le falta más que el reino. Y desde aquel día Saúl no miró con buenos ojos a David.” 1 Samuel 18: 6-9 Cuando eres fiel en tu Belén, Dios prepara tu gigante para que lo derrotes con Su unción. Cuando Dios te da una promoción, el enemigo te escribe en su lista negra y desata sobre ti su persecución. Así le ocurrió al rey David. 2-Adulam: Fidelidad en la necesidad “Yéndose luego David de allí, huyó a la cueva de Adulam, y cuando sus hermanos y toda la casa de su padre lo supieron, vinieron allí a él. Y se juntaron con él todos los afligidos y todo el que estaba endeudado, y todos los que se hallaban en amargura de espíritu, y fue hecho jefe de ellos, y tuvo consigo como cuatrocientos hombres.” 1 Samuel 22: 1-2 David tenía su propia necesidad; él estaba siendo perseguido por Saúl. La persecución que se le vino encima fue a muerte; ésta duró aproximadamente catorce años y sólo terminó con la muerte de Saúl y la de su hijo Jonatán en la batalla contra los filisteos. Después de la victoria de David ante Goliat, Dios le promovió a héroe en Israel. Cada vez que Saúl tenía depresiones y era afligido por demonios, David era

llevado para tocar el arpa y liberarlo. Aleluya. Pero ahora, era el guerrero héroe de Israel. Saúl antes lo tuvo por un joven salmista que le traía paz y libertad al alabar a Jehová, ahora tenía celos de él, se había constituido en el enemigo más importante, según él, para su permanencia en el trono. Al principio la persecución fue solapada y encubierta. Luego, se hizo evidente y David tuvo que huir de la presencia de Saúl por doce años. Aún así, en medio de la persecución y necesidad más fuerte de su vida, David fue fiel a Jehová.

Adulam también es el lugar de refugio de los afligidos, endeudados y amargados de espíritu. Allí estaba también toda la familia de David, ellos estaban junto a él en profunda necesidad también. Es en Adulam, donde David es hecho jefe de ellos. Los necesitados eran cuatrocientos hombres y detrás de ellos, sus familias. Pero David, olvidó su aflicción y veló por ellos. Los sacó de su estado y por la unción conquistada por él en la aflicción los liberó y los llevó a ser “ los valientes de David”. Amén.

“Diré a Dios: Roca mía, ¿ por qué te has olvidado de mí? ¿Por qué andaré yo enlutado por la opresión del enemigo? Como quien hiere mis huesos, mis enemigos me afrentan, diciéndome cada día ¿ Dónde está tu Dios? ¿ Por qué te abates, oh alma mía, y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle. Salvación mía y Dios mío.” Salmos 42: 9-11

“ Estos son los principales de los valientes que David tuvo, y los que lo ayudaron en su reino, con todo Israel, para hacerle rey sobre Israel, conforme a la palabra de Jehová.” 1 Crónicas 11:10 Adulam representa la etapa en la vida del líder de Dios que va siendo formado por el Espíritu Santo y que entra a experimentar diversidad de circunstancias en la vida. Algunas son muy positivas, pero otras ponen a prueba su carácter y reacción; las cuales deben ser guiadas por el Señor. Amén. Adulam muestra la plenitud y corazón de un siervo de Dios, el cual estando en su propia angustia, lucha, no sacrifica sus convicciones ni principios por tener una respuesta fácil en sus dilemas. Es allí donde él se olvida de sí mismo para honrar a Dios, Quien es su fuerza, y dedicarse a servir a otros y sacarlos de su angustia y necesidad. Amén.

En medio de su propia necesidad, David fue fiel a sus principios de autoridad que emanaban de la Palabra de Jehová. Él fue fiel a su rey hasta el día de se muerte en que lo lloró. El guardó fidelidad a su rey, quien era el que le había perseguido injustamente la mitad de su vida. “Y Saúl provocó enclavar a David con la lanza a la pared, pero él se apartó de delante de Saúl, el cual hirió con la lanza en la pared, y David huyó, y escapó aquella noche.” 1 Samuel 19: 10 En medio de esa violenta persecución, David fue fiel a Saúl. A pesar de que tuvo en varias ocasiones la oportunidad de matar fácilmente a su perseguidor, le fue fiel a él y a su Dios. “Cuando Saúl volvió de perseguir a los filisteos, le dieron aviso, diciendo: He aquí David está en el desierto de En-gadi. Y tomando Saúl tres mil hombres escogidos de todo Israel, fue en busca de David y de sus hermanos, por las cumbres de los peñascos de las cabras monteses. Y cuando llegó a un redil de ovejas en el camino, donde había una cueva, entró Saúl en ella para cubrir sus pies; y David y sus hermanos estaban sentados en los rincones de la cueva. Entonces los hombres de David le dijeron: He aquí el día de que te dijo Jehová: He aquí que entrego a tu enemigo en tu mano, y harás con él como te pareciere. Y se levantó David, y calladamente cortó la orilla del manto de Saúl. Después de esto se turbó el corazón de David, porque había cortado la orilla del manto de Saúl. Y dijo a sus hombres: Jehová me guarde de hacer tal cosa contra mi señor, el ungido de Jehová, que yo extienda mi mano contra él; porque es el ungido de Jehová.” 1 Samuel 24: 1-6 Adulam, es el lugar para probar la fidelidad del líder de Dios. ¿Será fiel en medio de aflicción y necesidad? David lo fue, Jesús lo fue. Aleluya; esto es necesario para reinar en Sión. Amén.

3-Hebrón: Fidelidad en el Pacto “ Y dijo Abner a David: Yo me levantaré e iré, y juntaré a mi señor el rey a todo Israel, para que hagan contigo pacto, y tú reines como lo desea tu corazón. David despidió luego a Abner, y él se fue en paz.” 2 Samuel 3: 21 Después de la muerte de Saúl y su heredero Jonatán, David fue proclamado rey de Judá, pero no de Israel. La Tribu de Judá, le reconoció como rey en Hebrón. Más Abner general de Saúl, tomó al hijo de Saúl llamado Isboset y lo hizo rey de Israel en Mahanaím. Por eso hubo lucha entre la casa de David y la Casa de Saúl. Fue entonces, cuando Abner rompió su relación con Isboset y vino a David a reconocerle como rey y a hacer pacto con él. Asimismo, propuso reunir a todo Israel en Hebrón para hacer pacto con David. En Hebrón David reinó siete años, un período corto de años en los que su fidelidad al pacto fue probada. A su alrededor tuvo hombres que procedieron mal matando a enemigos de David, para quedar bien con él. Pero, David, tenía pacto con ellos o con sus padres y el rey vengó su sangre. David no se gozó en su muerte sino que lloró e hizo endechas y lamentó junto al pueblo la muerte de sus adversarios. Fue fiel al pacto en todo tiempo y circunstancias. Amén. Curiosamente, Hebrón significa: lugar de alianza o lugar de pacto. Es allí, en Hebrón, donde Dios lleva a sus líderes para hacer pacto con su verdadero Rey, no David, sino Jesús. Aleluya. “Vinieron, pues, todos los ancianos de Israel al rey en Hebrón, y el rey David hizo pacto con ellos en Hebrón delante de Jehová; y ungieron a David por rey sobre Israel. Era David de treinta años cuando comenzó a

“¿Quién es este Rey de la gloria? Es el Señor Todopoderoso; ¡Él es el Rey de la gloria!” Salmos 24:10


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DIBUJANDO EN UN ADOBE reinar, y reinó cuarenta años. En Hebrón reinó sobre Judá, siete años y seis meses, y en Jerusalén reinó treinta y tres años sobre todo Israel y Judá.” 2 Samuel 5: 3-5 Dios está preparando un pueblo de pacto; fiel a sus palabras y promesas. Un pueblo leal, con corazón fiel a sus hermanos y líderes. Es un pueblo con carácter profético y de una sola pieza; gente de pacto. El Espíritu Santo está llevando a la Iglesia a Hebrón, lugar de alianzas. Lejos de la traición y la hipocresía, lejos de la mentira y la enemistad. Para llegar allí, se requiere de un trato profundo que produzca en el hombre el fruto del Espíritu; humildad y mansedumbre. Sólo así, el creyente podrá ver en otros la autoridad de Dios y someterse a ésta, como lo hizo Israel con David. Es en Hebrón, lugar de pacto, donde el Señor forjará en nosotros, integridad, fidelidad y lealtad al liderazgo. Solo después de haber estado en Hebrón, podremos estar listos para seguir hasta Sión Amén.! 4-Fidelidad para reinar en Sión “Entonces marchó el rey con sus hermanos a Jerusalén contra los jebuseos que moraban en aquella tierra; los cuales hablaron a David: Tú no entrarás acá, pues aún los ciegos y los cojos te echarán ( queriendo decir: David no puede entrar acá). Pero David tomó la fortaleza de Sión, la cuál es la cuidad de David.” 2 Samuel 5: 6-7 Una vez que Dios probó la fidelidad de David en Belén, lo llevó a Adulam; una vez probada su rectitud y fidelidad allí, lo llevó hasta Hebrón. Después de siete años en este lugar, David estaba listo para tomar el reino a plenitud y subir hasta Sión. Para llegar hasta allí, él tenía que pagar un precio muy elevado. Debía tomar en feroz batalla, la fortaleza de Sión, también conocida como Jerusalén, cuidad de los jebuseos. Cuando Dios hace de un hombre una persona de pacto,

fiel y leal a toda prueba; éste está listo para subir hasta Sión y reinar con El. Sión en un lugar de adoración; lugar del santuario de Jehová. Sión es el lugar donde aun el rey debe postrarse ante el Rey de Reyes y Señor de Señores, Jehová. Es allí, donde el hombre de Dios descubre ante su pueblo el secreto de su fuerza y poder: Jehová su Dios. Fue en Sión, donde el rey David, se hizo semejante a cualquiera de sus súbditos para reconocer a la Máxima Autoridad sobre Israel: Jehová de los Ejércitos. “... entonces David fue, y llevó con alegría el arca de Dios de casa de Obed-edom a la ciudad de David... Y David danzaba con toda su fuerza delante de Jehová; y estaba vestido David con un efod de lino. Así David y toda la casa de Israel conducían el arca de Jehová con júbilo y sonido de trompeta. Cuando el arca de Jehová llegó a la ciudad de David...” 2 Samuel 6: 12b, 14,15, 16ª Cuando Dios trata un hombre, el llega a saber quién en realidad es el Gran Rey, el rey David sabía que el Gran Rey, era Jehová. Gloria al Señor. Además David entendió que para vencer a sus enemigos siempre, el tendría que hacer posible que Jehová reinara en Israel y estableciera Su Trono de Gloria en el monte de Sión. Por eso le levantó una tienda y allí llevó el Arca del Pacto. Levantó adoración al Señor día y noche, todas las semanas de cada mes por todos los años que fue rey en Jerusalén. Esto se llama adoración continua, aleluya. David sabía que Sión es un lugar de adoración corporativa; individual también, pero sobre todo colectiva y sin celos. Todos dando gloria a Jehová con pasión. Cuando un hombre está dispuesto a llevar a un pueblo a tal alabanza a su Dios, él está listo para gobernar en Sión de la mano del Señor. En Sión nadie canta para el hombre; todos alaban al

Señor. En Sión la estrella es sólo una, Jehová; el hombre solo cabe allí como un adorador. Aleluya. Adorar al Señor fue la pasión del salmista: “Acuérdate, oh Jehová, de David; y de toda su aflicción; De cómo juró a Jehová. Y prometió al Fuerte de Jacob: No entraré en la morada de mi casa, Ni subiré sobre el lecho de mi estrado; No daré sueño a mis ojos, Ni a mis párpados adormecimiento, Hasta que halle lugar para Jehová, Morada para el Fuerte de Jacob.” Salmos 123: 1-5 David vivió un proceso de quince años o más, desde que fue ungido para ser el rey de Israel. El entró a la plenitud de su llamado a los treinta y siete años. A esa edad fue rey no solo sobre todo Judá sino sobre todo Israel en Sión. Esto significa que vivió un proceso de más de veinte años para estar listo en su carácter para reinar y dar a Jehová toda la gloria y la alabanza. La Iglesia ha entrado ya en el proceso de Dios, vamos camino hacia Sión, quiera el Señor ayudarnos a serle fiel en Belén, en Adulam y en Hebrón. Solo así estaremos listos para reinar en Sión. Amén. “Cantad a Jehová cántico nuevo; su alabanza sea en la congregación de los santos. Alégrese Israel en su Hacedor; Los hijos de Sion se gocen en su Rey.” Salmos 149: 1-2

¡A LA BATALLA GUERREROS!

“Se ha cumplido el tiempo —decía—. El reino de Dios está cerca.” Marcos 1:15


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LA TEOLOGÍA DE LAS FINANZAS EN EL REINO “Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes, y no las guardasteis. Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos. Más dijisteis: ¿En qué hemos de volvernos? ¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas. Malditas sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado. Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa, y probadme ahora en ésto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde”. Malaquías 3:7-10 LA PROFECÍA DE MALAQUÍAS El libro del profeta Malaquías es un libro sumamente interesante. En el mismo se trata de las promesas de Dios, de sus bendiciones y también de sus demandas. Jehová trata con Israel a través del profeta, amonestándoles, llamándoles a volver a Sus caminos y a adorarle como sólo Él merece. Este libro es todo un tratado de finanzas y vida de adoración. En este, Dios enseña al mundo lector de Su Palabra sobre ofrendas, primicias y diezmos, asimismo le hace vislumbrar los enormes resultados personales y familiares, económicos y espirituales que vendrán para Su pueblo dador. Amén. Mas sobre todo, el libro de Malaquías es un manual completo de adoración. Este será el corto enfoque que haremos sobre la profecía de Malaquías. Gloria a Dios. No hay ninguna duda en que Jehová Dios, desea la prosperidad de Su Pueblo Dice 3 Juan 2 “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma”. Él no escatimó nada, ni a su propio hijo Jesucristo para bendecirnos (Juan 3:16). Él siempre ha querido manifestar Su amor a Sus hijos, relacionándose con ellos. De esa maravillosa relación de amor (oración, alabanza, adoración y comunión) se desprenderán múltiples beneficios y bendiciones para la Iglesia (Su Pueblo). La meta de Dios es: nuestra prosperidad en todos los campos. Para hallar esa meta Él nos impulsa a caminar bajo los principios bíblicos no sólo del dar, pero sobre todo de la adoración ferviente. Su orden es que nos apeguemos a Su Ley para poder bendecirnos. El amor de Dios también implica disciplina cuando hay trasgresión. Nuestra oposición a sus principios lo obliga a disciplinarnos positiva y correctivamente. De ahí que el libro de Malaquías es un libro también de amonestación, disciplina y corrección. EL CAPITULO 1 Es en medio de la religiosidad de Israel, de su olvido de Dios y de Su Ley que el Señor le envía al profeta con su mensaje quemante. Israel violó la Palabra y soberbiamente menospreció el Santuario y las ofrendas de su Dios. Israel violó principios rectores del ceremonial divino y pisoteó las enseñanzas de Moisés concernientes a ofrendar al Rey Jehová. Malaquías trae a Israel un mensaje del gran Dios Jehová. Es Dios,

Quien se expresa con carácter de papá al endurecido pueblo y presenta la queja de un Padre amoroso exasperado contra Sus hijos caprichosos. Israel no había tomado en serio los principios prácticos del dar y Él no podía bendecirlos. Aunque el lenguaje usado es fuerte e incitador, se percibe el dolor del Padre y la frustración del quien, queriendo bendecir, no puede por el pecado de la nación. Por medio del profeta, Dios trata de comunicarse con Sus hijos rebeldes y confundidos. Hay ternura de Padre en el mensaje profético, pero también el anuncio de disciplina si no hay un cambio radical. En el capítulo uno del libro hay un énfasis de la preocupación del Padre por las decisiones descabelladas de Israel. Dios está triste y enojado, pero les habla por el amor que les tenía. Se dirigió a ellos por profecía enfatizando: “os he amado” (verso 2). El libro comienza con una declaración de amor que a la vez será la base de Su disciplina. Dios había elegido a Israel soberanamente y por causa de ese cariño no fueron consumidos. La gran queja de Dios no era por dinero y por el valor de las cosas ofrendadas, sino por la violación de los principios de adoración establecidas por Él. Dios quiere despertar a Israel mostrándoles sus errores y por qué no puede bendecirles. Ellos han ofendido la Dignidad y la Majestad de Dios con su miserable devoción reflejada en ofrendas despreciables. El problema entre Israel y Dios no era un asunto de dinero sino de adoración. Dios se había ofendido porque Israel usó Su Casa prácticamente como un basurero y trajeron sus deshechos como ofrendas a Él. Le dieron a Jehová “lo último y lo peor”. El Señor le recuerda a Israel que Él es Dios, Soberano del Universo, cuyo nombre es invocado en toda la tierra y exaltado en grado sumo en todo lugar. El no puede recibir menor honra que la que Él merece. Jehová esperaba de Su Pueblo amor hacia Él, respeto, honra de Rey Supremo, menos que eso es un insulto para Él. Dios quiere lo primero y lo mejor de lo que poseemos para Él. Malaquías hace una declaración entre líneas que es bien sobrecogedora: “el hombre se hace maldito o bendito” según dé a Dios lo mejor o lo peor. La profecía de Malaquías exhorta a los judíos a volverse a Dios, a buscar un genuino arrepentimiento y una oración ferviente para la restauración nacional. El Señor los quiere otra vez en la senda de la bendición. El les enseña que diezmos ofrecidos a Él sin un corazón dispuesto no son aceptados. La gran cosecha que esperaban jamás llegaría si no estaba basada en una correcta relación de respeto y amor con Él. Dios es claro, si damos a nuestros gobernantes o príncipes terrenales los mejores presentes, cómo nos atrevemos a acercarnos a Él para adorarle con lo que nos sobra, esto jamás será verdadera adoración. EL CAPITULO 2 En el capítulo dos, el Señor trata duramente con el liderazgo. Su mensaje allí aunque alude a la nación (y a la Iglesia) va orientado al sacerdocio. Jehová muestra Su enojo y devuelve la ofrenda. Él invalida la ofrenda y la hizo inútil por cuanto no estaban a nivel de lo que El requería de ellos. Hay impresa en la disciplina del Señor una maldición sobre lo que podría haber sido las bendiciones de Israel. Una incorrecta adoración, anula la

bendición. EL CAPÍTULO 3 El amor de Dios se manifiesta claramente cuando en el capítulo tres, el anuncia todas las cosas que está dispuesto a desatar si Israel se humilla y le adora como es debido. El profeta da un gran anuncio, aunque sus ofrendas presentadas son inmundas, el Mesías vendrá y las purificará como se purifica el oro y la plata (así también los corazones). Hay un rayo de esperanza en el anuncio mesiánico y una alusión a los tiempos futuros. Con la venida del Mesías, no sólo las ofrendas serían purificadas pero sobre todo el corazón de Israel. En el corazón de los adoradores era donde radicaba en verdad el problema. Dios promete cambiarlo y con ello el estilo de vida devocional de Israel. En este capítulo clave Dios insiste en revelarle Su Amor a Israel. Aún cuando la nación no ha reaccionado bien, el Señor les anima a volverse a Él y les enseña cómo hacerlo. Hay una enseñanza clave de Dios para cada israelita. Israel no solo robaba a Dios al retener diezmos y ofrendas pero también al ofrecerle lo corrupto e inaceptable. El sendero a la abundancia, a la bendición y a la prosperidad está hecho de darle a Dios, lo primero y lo mejor. Bajo su Amor perfecto lanzó el reto a Israel: “Probadme en esto”. Dios nos ordena probarle a través de nuestra adoración. El siempre vendrá al encuentro de un adorador. Ante la fidelidad, lealtad y amor del hombre a su Dios, el Señor siempre responderá con Amor y Bendición. Amén. “Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa…” capítulo 3 verso 10. Dios le promete siete poderosas bendiciones al adorador santo que le brinda a su Señor adoración digna y excelente: 1.“Os abriré las ventanas de los cielos” (alude a la bendición de lluvias a su tiempo, provisión milagrosa y sobre todo Su Presencia) 2.“Derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde” (bendiciones físicas, materiales, familiares y espirituales). 3.“Reprenderé también por vosotros al devorador” (protección y derrota de satanás). 4.“y no os destruirá el fruto de la tierra” (preservación, cuidado y seguridad en la tierra). 5.“Ni vuestra vid en el campo será estéril” (protección de la familia). 6.“Y todas las naciones os dirán bienaventurados” (bendición evidente, fama, renombre y unción). 7.“Seréis tierra deseable” (gente escogida, apreciada por Él para su servicio). El libro de Malaquías trata con el dar y las finanzas, pero sobre todo, trató con los requisitos divinos para recibir la adoración de un pueblo y sus correspondientes ofrendas.

Concluimos de este capítulo tres, que Jehová quiere una excelente adoración de corazón puro y agradecido. El pueblo que llena Su trono de alabanzas y lo honra como Rey de Reyes con sus bienes y su vida íntegra, tiene promesas de recibir: avivamiento, abundante provisión, victoria y reprensión de sus enemigos, también protección del fruto y de su trabajo, protección familiar, renombre y testimonio de la bondad de Dios ante los demás y un bello escogimiento divino para el servicio. Todo esto sin duda vendrá, si damos a Dios en adoración lo primero y lo mejor. EL CAPITULO 4 El capítulo cuatro, nos lleva al clímax de las promesas divinas. Dios le promete a Su pueblo obediente y adorador un mover sobrenatural de Su Espíritu. Dios anuncia las bendiciones para los obedientes y juicio para los desobedientes. Esto sucederá a los que oyen Su Voz y practican Sus reglas de adoración (versos 2 y 3): 1.Nacerá el Sol de Justicia 2.Salvación vendrá 3.Saldrán en paz 4.Saltarán de gozo 5.Hollarán a los malos (enemigos) 6.Tendrán victoria total El premio a una adoración excelente, plena de obediencia al Espíritu Santo y a Su Palabra es “Infinita”. Podemos extraer del libro de Malaquías grandes moralejas para la vida práctica devocional de la Iglesia Moderna. Lo que fue dicho a Israel, no fue dicho solo para su tiempo ni para sus prácticas religiosas, no, son lecciones de adoración para todos los tiempos y todos los pueblos. Dios sólo bendice a los que le honran como solo Él merece. Hoy vivimos tiempos de materialismo llano, donde solo importa el dinero. Se dan por doquier seminarios sobre cómo hacer plata y acumular riquezas y posesiones. La prosperidad es parte del plan divino, pero debe ir aparejada a la prosperidad del alma y del espíritu. Con Dios no hay fórmulas o caminos cortos que eliminen la adoración excelente la cual debe tener como ingredientes la obediencia, el apego a Su Palabra y mucha humillación ante Él. La gran lección es ésta, Dios quiere corazones puros en Sus adoradores para recibirles sus ofrendas. El desea que se le honre como Dios, que se le adore como Deidad Suprema y se le respete como Máxima Autoridad. Él es Dios, como tal debe ser exaltado hasta lo sumo. Él es Señor de Su Creación, como tal debe ser reverenciado. Aleluya. La Iglesia debe aprender la lección de Israel. No podemos darle a Dios cualquier cosa por adoración. El merece toda la gloria, la honra y el honor. A Dios para agradarle con nuestra adoración sólo debemos, sólo podemos darle: “lo primero y lo mejor”. Así sea.

“...Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de los cielos es de quienes son como ellos” Mateo 19:14


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EL PODER DE LA TOALLA

“Se levantó de la cena, y se quitó su mano, y tomando una toalla, se la ciñó. Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido. Entonces vino a Simón Pedro; y Pedro le dijo: Señor, ¿tú me lavas los pies? Respondió Jesús y le dijo: Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después. Así que, después que les hubo lavado los pies, tomó su manto, volvió a la mesa, y les dijo. ¿Sabéis lo que os he hecho? Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros” San Juan 13 En los inicios de mi Ministerio tuve la dicha y privilegio de ser formado en un ambiente pentecostal. Mis primeros mentores fueron los Reverendos Enrique Guerra, mi Supervisor General en la Iglesia de Dios del Evangelio Completo y Aniceto Molina uno de los Consejeros Nacionales y Pastor de gran experiencia. Ellos me enseñaron bien, en las diversas oportunidades que el Señor me permitió estar cerca de ellos, ya fuera acompañándoles en una gira en una Convención Nacional, en una Cruzada o en un Seminario. La doctrina fundamental de esta Misión nos enseña la importancia del “lavamiento de pies de los santos”. La práctica bíblica de lavarse los pies entre Ministros y Líderes del Señor me fue inculcada profundamente. Personalmente, vi suceder cosas maravillosas en diversas ceremonias de estas en las que Dios me permitió estar presente. El “Lavamiento de pies” tiene su fundamento escritural en el Evangelio según San Juan capítulo 13 y en los pasajes bíblicos paralelos a este en el Nuevo Testamento. Es el mismo Jesucristo Quien nos da una de las lecciones de autoridad y humildad más extraordinarias que podamos recibir. Es el mismo Rey de Reyes y Señor de Señores el que se humilla en medio de la Cena de la Pascua para ceñirse la toalla, hincarse y realizar el acto sublime y de humillación más glorioso jamás visto por sus discípulos. En medio de la Cena, Jesús se hinca, toma un lebrillo, recipiente y agua, y humildemente lava los pies polvorientos de Sus amados discípulos. El acto en sí, es un acto de servicio y humildad impresionante; más viniendo de Él, fue un acto sublime, magistral y divino. El lavamiento de los pies de Sus discípulos por Jesús es un acto incomprensible para la mente de Pedro. Este seguidor de Cristo, se sorprende tanto que quiere impedir el hecho mismo. Pedro le pide a Jesús que sea él y sus compañeros más bien quienes laven los pies de su Maestro. Mas Jesús le detiene. Él nos da la lección más importante con respecto al ejercicio de la autoridad: quien quiera ser el mayor entre ustedes tendrá que ser el mayor servidor de todos. Aleluya. El lavamiento de los pies de los discípulos por Jesús nos deja la grata enseñanza de que la autoridad se basa o depende de la vida de humildad que llevemos. En el mundo secular el mayor, el líder, normalmente es

servido por todos. En Cristo Jesús, el mayor de todos debe estar siempre las dispuesto a servir a los demás. Gloria sea dada a Jesús. En las diversas ceremonias de lavamiento de pies en que he participado siempre noté cosas muy bellas que ocurrieron: •Reconciliación entre ministros y hermanos. •Manifestaciones de perdón muy conmovedoras. •Restauración de relaciones con Dios y la Iglesia. •Manifestaciones de amor muy sobrecogedoras. •Impartición de poder y gracia divina. •Sanidades físicas y milagros. •Liberación de cautivos y arrepentimiento. •Fortalecimiento y paz. •Ministración personal del Espíritu Santo a los presentes. •Ministración mutua entre líderes. •Profecías. •Visiones. •Bautismos del Espíritu. •Fortalecimiento de la amistad y la comunión entre los santos. ■ Y más, muchísimo más. En la década de los ochenta, tuve la honra de mantener una linda relación de amistad con el Apóstol y Dr. Otoniel Ríos de la Misión Elim de Guatemala. Este siervo de Dios, enseñaba con vehemencia sobre la importancia de la ceremonia de la Cena del Señor y el Lavamiento de pies. El Dr. Ríos afirmaba que el practicarlas constantemente traía a la Iglesia del Señor mucha sanidad, arrepentimiento, reconciliación y sobre todo mucha humillación, lo cual era bueno para ejercer autoridad en amor y mansedumbre. Él enfatizaba que estas prácticas eran parte de lo que el Apóstol Pablo llamó los rudimentos de la fe; fundamentos con los que la Iglesia Primitiva inició su caminar después de la muerte y resurrección del Señor Jesús. Para los primeros cristianos eran rudimentos, pero para nosotros hoy, son casi verdades olvidadas. ¡Oh, cuánta necesidad tiene hoy el Cuerpo de Cristo de volver a los fundamentos de la Palabra!. En la década de los noventa conocí a otro buen amigo, Tommy Tenny sus libros tocaron profundamente mí corazón. El escribió sobre temas apasionantes: La Casa Favorita de Dios, Adasa (la Reina Esther), Los buscadores de Su Presencia y muchos más; todos impresionantemente buenos y provocadores a una mayor búsqueda del Señor. Mas uno de éstos me llegó hasta el fondo de mi ser como líder nacional, el tema que trataba me conmovió: La unidad de la Iglesia. A este se sumó otro: El poder de la toalla. Al leer sus páginas supe que era imperativo convocar a una reunión de Ministros en mi país para ministrarnos mutuamente y provocarnos a ir juntos en pos de la reconciliación nacional y de la unidad del Cuerpo de Cristo. La reunión fue convocada y docenas de Ministros

claves asistieron para firmar un pacto de unidad y apoyo ministerial. En aquella ocasión dejaríamos a un lado la toalla y el agua; usaríamos un pañuelo personal para limpiar hincados y humillados el calzado de otro siervo de Dios. La ceremonia del lavamiento de pies, nos daba en aquella ocasión el principio del servicio a otro consiervo, la humillación ante él y ante Dios y sobre todo, nos brindaba la ocasión de amarnos, perdonarnos, apoyarnos y mostrarnos el respeto personal. Aquella reunión fue histórica y sanó muchas heridas abiertas; más, sobre todo, puso las bases para clamar y esperar del Altísimo un poderoso avivamiento nacional. Aleluya. Iniciamos en Costa Rica de esta forma el Nuevo Milenio. Gloria a Dios. Los Ministros que firmamos aquel pacto de unidad y nos humillamos los unos a los otros, hemos continuado firmes en ese pacto y muy buenos amigos los unos de los otros. Lamentablemente, quienes no atendieron aquel llamado, han evidenciado claramente poca compresión y respeto a la unidad en el Señor y a la integridad del Cuerpo de Cristo. En los últimos meses han soplado algunos vientos contrarios en nuestras naciones contra la Iglesia del Señor y sus Pastores. Desde diversas trincheras lanzan calumnias y dardos de fuego del maligno. Hay un Plan bien orquestado por satán para fraccionar al Cuerpo de Cristo y provocarle heridas de muerte a través de los mismos hermanos en la fe. Por diversos lugares se esgrimen argumentos difamantes y grandes mentiras contra ungidos Ministros y ministerios; la intención del diablo es desacreditarlos y hacerlos desaparecer de la tierra. Satán les teme; ellos le han hecho mucho daño. La Iglesia debe despertar a esta realidad; el enemigo es sólo uno y se llama diablo, la serpiente antigua o Satanás. La lucha no es, bajo ningún punto de vista, una guerra entre hermanos. El apóstol Pablo escribió muy atinadamente en la carta a los Efesios, en el capítulo 6 y en el verso doce sobre esto: “Nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados”. ¡Cuánto necesita la Iglesia de Cristo en este Nuevo Milenio entender esta verdad! Hoy, como nunca antes en la historia de la Iglesia del Señor, debemos humillarnos ante Dios, adorándole y pidiéndole perdón por nuestra soberbia, por nuestra altivez y por nuestra falta de unidad. ¡Iglesia; ministros de Jehová, debemos volver a lavar los pies de los santos, debemos volver a tomar la toalla y el lebrillo. Amén! Una manera fácil de ganar la Batalla Yo pensaba años atrás que a los creyentes en Cristo Jesús nos sería fácil caminar en unidad. No sabía, lo difícil que esto era; la realidad era y es otra. Quizás hoy estamos distanciados los unos de los otros por nuestra altivez, orgullo y soberbia. La mucha competencia entre líderes le ha dado ventaja a satanás. El siguiente artículo que escribí años atrás nos previene del error de la desunión.

“Jesús respondió: Mi reino no es de este mundo.” Juan 18:36

En una ocasión leí una revista cristiana donde el autor exponía a manera de drama la forma en que el diablo ataca a la Iglesia. Con muy buen tino y humor, el escritor mencionaba de cómo Satán se sentía preocupado por el crecimiento del Cuerpo de Cristo, la Iglesia. El diablo en aquella ocasión reunió a sus más altos generales y les pidió una buena estrategia para frenar a la Iglesia. Cada uno de aquellos demonios expuso su plan y quedó a la espera de la aprobación del mejor, para actuar de inmediato. Después de analizar arduamente los planes expuestos, satanás concluyó que el mejor era el que había traído en sus manos el demonio de la división. El plan consistía en dividir a la Iglesia. La estrategia mejor era separar a sus guias y provocar a pelea entre unos y otros. La metodología usada sería sembrar el chisme, la mentira y la murmuración entre ellos. Esto traería a la Iglesia antagonismos, divisiones y pleitos, unos hablarían de los otros creyendo los cuentos de viejas y rápidamente serían derrotados. Qué manera más sutil, pensaba yo, de describir de este autor, pero qué grandes verdades. Lo cierto es que drama o no, parece extraído de la vida diaria del pueblo de Dios. Satanás se ha encargado de provocar la contienda entre unos y otros. Ha cegado a la Iglesia y la ha puesto a pelear consigo misma. El diablo se las ha ingeniado para alejar el amor y el perdón de los altares de Dios y los ha llenado de celos y envidias. Ha provocado la huida de la bondad y de la misericordia dándonos a veces la sensación de que nos va ganando la guerra. Oh, Iglesia de Cristo, volvamos nuestros ojos hacia la misericordia, Amén!.


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DIOS ES UN DIOS DE PROCESOS

Dr. Rony Chaves Apóstol

“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó” Romanos 8:28-30 Cuando uno es un ministro joven quiere que Dios responda todas las oraciones de inmediato. La impetuosidad y gallardía del joven quiere ver todo realizado automáticamente, sin la menor pérdida de tiempo posible. Personalmente creo que esa fogosidad y anhelo del “ministro emergente”, Dios la usa para activar su fe para producir grandes milagros; milagros que serán señal para grandes avivamientos evangelísticos. La fuerza y la fe del joven siervo de Dios, el Espíritu Santo la canaliza para producir

un impacto de salvación y milagros que es necesaria establecer dentro de un plan específico de Dios. También podría ser usado para activar un mover profético que se requiere dentro de un diseño divino para una ciudad o nación. Mas cuando los años pasan y Dios te madura como ministro, aprendes a que lo rápido e instantáneo de Dios, no es Su regla, es Su excepción. La norma en el accionar de Jehová son los procesos porque nuestro Dios, es un Dios de procesos. Inclusive, a nuestro buen entender, las respuestas o movimientos rápidos de Dios, “aparentemente inmediatos”, son en la mayoría y totalidad de los casos, tan sólo eventos que son parte de un proceso divino. Dios es un Dios de procesos. Esta es una verdad que debe quedar muy clara en el corazón de Apóstoles y Profetas especialmente y en los intercesores proféticos. Dios no hace nada por improvisación, Él no es un improvisador. Nuestro Dios es el Arquitecto del Universo, Él es un poderosísimo planificador. Todo lo que hace Jehová tiene un principio y un fin; también tiene un ¿por qué? y un ¿para qué? Dios es un Dios de procesos. Desde que inicié mi Ministerio hace cerca de treinta y cuatro años atrás, Dios me reveló esta profunda verdad, la cual fue excelente ayuda personal, familiar y ministerial. La vida espiritual, así como la vida ministerial en Cristo Jesús son verdaderas “escuelas de formación” que tienen un inicio, un proceso teórico y práctico; y una conclusión y graduación. Con Jehová nada ocurre al azar ni a la suerte, todo tiene una clara intención y meta determinada. Aún lo que parece una derrota, frustración o pérdida, en Dios

solo es parte de un proceso formativo. Es la Escuela del Espíritu en la que todas las cosas nos ayudan a bien. Como ya lo afirmó el Apóstol Pablo en el libro a los Romanos, en el capítulo ocho, a los que amamos a Dios, a los que somos llamados conforme a Su propósito, todas las cosas, cualquiera que estas sean, nos ayudan a bien. Todas las circunstancias, de la mano del Señor obran para nuestro bien. Lo que parece derrota, será ganancia y lo que parece pérdida o crisis, sólo es una oportunidad maravillosa para aprender a caminar en un nuevo principio de conquista del Reino o para aprender a usar una nueva llave que abre nuevas puertas de solución. ¡Aleluya! Dios es un Dios de procesos; así trabaja firme y a Su debido tiempo con hombres, familias, ciudades y regiones. Los procesos de Dios no son iguales para todos, ni opera de la misma forma con todos los hombres o naciones. Para quienes sirven a Dios en el terreno profético, el saber estos detalles nos ayudarán a ser menos sanciones más optimistas con la profecía y más pacientes y positivos al esperar los resultados. En los años acumulados de Ministerio he visto al Señor iniciar procesos con ciudades y naciones que han durado quince, veinte años, o más. Aún creo que muchos de estos procesos eran micro-procesos dentro de un gran proceso de muchos años de trato divino y preparación del Espíritu Santo de un territorio para derramar Su poder y producir una seria y poderosa transformación. He tenido la gran oportunidad de ver el proceso de transformación en Colombia desde los años ochenta. He viajado a este bello país posiblemente en más de sesenta ocasiones y he ministrado

en prácticamente todas sus ciudades importantes, las cuales son muchas. Viví la época trágica de los Carteles de la droga de Cali y Medellín en su apogeo, la época difícil de la guerrilla y los secuestros, pero también la de la intercesión profética, el ungimiento territorial, el iglecrecimiento y el Avivamiento Nacional. Todo ha sido un extraordinario proceso de Dios que aún continúa. México, posiblemente sea el país más visitado por este Profeta. Desde finales de los años ochenta voy a esta gran nación tres y hasta cuatro veces al año y hasta más. Me acerco a las noventa ocasiones en que he visitado México para ministrar a sus hijos en múltiples ciudades. Junto a maravillosos hombres y mujeres de Dios hemos realizado tareas exhaustivas de batalla espiritual, ungimiento territorial, profecías y congresos Apostólicos y Proféticos impresionantes. Guerreros poderosos han vivido conmigo un proceso largo pero glorioso de transformación de la nación mexicana: Ana Méndez, Oscar Venegas, Eduardo Matarrita, Armando e Irma Toral, Ignacio Corichi, José María Jiménez y muchos más. El proceso por un Avivamiento glorioso en México aún continúa, pero lo alcanzado hasta hoy, sólo nos anuncia en medio de los estorbos del diablo, que el Dios que comenzó la buena obra (el proceso) en esa bella tierra, lo terminará con gloria y que cumplirá cada una de las profecías anunciadas a su debido tiempo. Para el establecimiento del “escenario profético” de las naciones es necesario tener claramente revelada y entendida esta verdad: El Dios al que servimos, el Dios de la Biblia, es un Dios de procesos. Amén.

“Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia y paz y gozo en el Espíritu Santo” Romanos 14:17



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Dr. Rony Chaves Apóstol

LA VISION CELULAR EN LA COSECHA APOSTÓLICA ASÍ QUE, LOS QUE RECIBIERON SU PALABRA FUERON BAUTIZADOS; Y SE AÑADIERON AQUEL DÍA COMO TRES MIL PERSONAS. Y PERSEVERABAN EN LA DOCTRINA DE LOS APÓSTOLES, EN LA COMUNIÓN UNOS CON OTROS, EN EL PARTIMIENTO DEL PAN Y EN LAS ORACIONES. Y SOBREVINO TEMOR A TODA PERSONA; Y MUCHAS MARAVILLAS Y SEÑALES ERAN HECHAS POR LOS APÓSTOLES. TODOS LOS QUE HABÍAN CREÍDO ESTABAN JUNTOS, Y TENÍAN EN COMÚN TODAS LAS COSAS; Y VENDÍAN SUS PROPIEDADES Y SUS BIENES, Y LO REPARTÍAN A TODOS SEGÚN LA NECESIDAD DE CADA UNO. Y PERSEVERANDO UNÁNIMES CADA DÍA EN EL TEMPLO, Y PARTIENDO EL PAN EN LAS CASAS, COMÍAN JUNTOS CON ALEGRÍA Y SENCILLEZ DE CORAZÓN, ALABANDO A DIOS, Y TENIENDO FAVOR CON TODO EL PUEBLO. Y EL SEÑOR AÑADÍA CADA DÍA A LA IGLESIA LOS QUE HABÍAN DE SER SALVOS. HECHOS 2: 41-47 Dios levantó en los años 70 una Iglesia extraordinaria en Corea del Sur. Su pastor es el Dr. David (Paul) Yonghi Cho. Lo diferente de esta congregación es que en aproximadamente 30 años, creció de un puñado de personas a más de un millón de creyentes. En una misma congregación, más de un millón de cristianos, aleluya. Su éxito se debió al descubrir que podían evangelizar, crecer numéricamente y cuidar del Rebaño a través de los Grupos Familiares o Grupos de Hogar. Estos grupos son en realidad hasta el día de hoy la base o plataforma de evangelismo y crecimiento de la Iglesia del Evangelio Completo en Yoido. Estos grupos son lo

que llamamos nosotros “células” o “grupos de discipulado”. Dios a través de esta pujante congregación llamó la atención del mundo cristiano y los ojos de la Iglesia se volvieron hacia Corea. Miles de pastores y líderes fueron tocados por este ministerio y aún hoy la influencia del mismo sigue transformando congregaciones hacia el modelo celular. Aleluya. Pienso que Dios llamó a una generación ministerial a recordar otra vez La Gran Comisión de Mateo 28, Él nos dio testimonio de que su deseo siempre fue ganar almas y hacer discípulos. Aunque muchos oyeron el mensaje y conocieron de las estrategias del Discipulado proyectadas con poder por el Señor desde Corea, en el fondo, no entendimos profundamente el Mensaje Divino. La base teológica para la Restauración del Discipulado en la Iglesia nos vino desde los años 60 por los maestros de La Palabra (Bob Mumford, Earn Baxter, Charles Simpson, Hugo Celaya, Dereck Prince y otros). En los años 70 con Yonghi Cho, Dios nos llevó a la práctica. A finales de los 80, Dios nos dio otro mensaje sobre el mismo tema: El Discipulado. Ahora; el lugar escogido, sería Colombia. La Iglesia, la Misión Carismática Internacional y el pastor, el hno. César Castellanos. En los años 90 esta congregación creció de dos o tres mil personas a más de setenta mil. Gloria de Dios. Pero lo interesante del caso es que, el hno. Castellanos aunque fue inspirado por lo que sucedía en Corea, recibió del Señor un Nuevo Plan: El Modelo de los Doce. Mientras en el Asia, Dios sigue usando a la Iglesia de Yonghi Cho; inició desde Colombia una nueva época de enseñanza práctica sobre el Discipulado Bíblico. Cientos de ministros de diversas partes del mundo han ido a Bogotá para oír y ver este Modelo o Visión en acción. Y desde luego, no salen defraudados. El Modelo de los Doce funciona, es el mismo patrón que usó Jesucristo con sus doce discípulos. Bajo este modelo, cada líder discipula a doce y cada uno de sus doce dirige una célula con otros doce y sí sucesivamente hasta desarrollar toda una cadena de células o generación de discípulos que evangelizará y discipulará a los nuevos convertidos. Nuestra congregación en Costa Rica, aplica este mismo modelo celular y somos testigos del avance y crecimiento numérico y espiritual de nuestra gente. Este es un nuevo sonido de trompeta del Cielo para llamar la atención de la Iglesia; y aunque hay una respuesta extraordinaria en muchos ministerios a este fresco mover del Señor en cuanto al Discipulado, creo que estamos volviendo a pecar de descuidados con el verdadero mensaje del Espíritu. Estos dos modelos de Discipulado son “estandartes” en alto para una generación

de 40 años aproximadamente. Dios ha estado hablando por casi cuatro décadas sobre Evangelismo. Creo que no hemos entendido todavía la envergadura del Mensaje. Independientemente del Modelo Celular que la Iglesia practique; ya sea los Grupos Familiares o el Modelo de los Doce. Debemos oír laVoz del Espíritu hablándonos sobre los principios fundamentales para la Cosecha Apostólica del Tercer Milenio en esta nueva Reforma Apostólica. Estos principios están presentes en los Modelos Celulares mencionados pues son parte de la Visión Apostólica Celular dada por Dios a Su Iglesia desde los días de los Primeros Apóstoles y que en nuestra generación, Dios está restaurando en el Cuerpo de Cristo. He aquí estos principios básicos para la Cosecha: 1-Evangetización violenta La Iglesia con Visión Celular es sumamente agresiva al evangelizar a los perdidos, por eso cosechan abundantemente. A través de las Iglesias Celulares Dios ha estado gritándonos: “vuelvan su corazón hacia los pecadores y evangelícenlos”. 2-Consolidación del fruto El pecado más grande de la Iglesia Moderna es el descuido tan grande que hizo de los recién convertidos. Nunca veló por ellos; por esto perdimos gran parte de la Cosecha. Para este Tercer Milenio, Dios nos ha pedido velar por los nuevos convertidos. Este es el éxito de la Iglesia Celular. Hechos 2 y 4 nos dan la llave para la Cosecha y su Consolidación: reuniones de grupos pequeños en casas u hogares. El lema de la Iglesia Celular es: “cada cristiano un discípulo”. Al volver los ojos a la capacitación del nuevo convertido, garantizamos la Cosecha. 3-Discipulado Práctico Los grupos de discipulado en las casas, es la parte práctica y activa que desata al discípulo como discipulador y a la vez extiende los brazos evangelísticos de la Iglesia al vecindario perdido. 4-Preparación para el Ministerio Creyendo en que cada discípulo es un ministro a tiempo completo, la Iglesia con Visión Celular apostólica, les proyecta en el crecimiento de alto nivel para ser parte activa en el Movimiento de Cosecha Mundial que está levantándose en medio de la Nueva Reforma Apostólica. Amén. La Visión Apostólica Celular le devuelve a la Iglesia su celo perdido por la Evangelización. Le da a la misma el sentido correcto de Consolidación, esto es Paternidad Responsable. La Iglesia volverá a cuidar de sus recién nacidos y se preocupará por su formación y discipulado hasta que ellos estén listos para ganar a otros para Cristo y discipulados también. Yo sostengo que la Visión Celular será

madurada por Dios en los próximos años y será la norma en la Iglesia Cristiana. Miles y miles de congregaciones se moverán con el Modelo de los Doce o con los Grupos Familiares. Ellos se preocuparán por ganar sus pueblos para Cristo. Lo harán casa por casa, hombre por hombre y los consolidarán responsablemente. Creo que la tarea de los Evangelistas será en el futuro mucho más fructífera y satisfactoria. La Iglesia en cada ciudad, estará lista para cuidar de los recién convertidos. Como un evangelista que ha predicado en los cinco continentes de la tierra y ha visto a Dios salvar a las multitudes de pecadores arrepentidos, sé que el problema no es la salvación. Dios sigue salvando pecadores. El problema ha sido y es, su cuidado, su edificación posterior y su consolidación en la Iglesia. Este ha sido nuestro mayor pecado en el pasado y creo que con la ayuda de La Visión Celular la Iglesia lo está superando. Nuestras grandes campañas evangelísticas dieron su fruto en el pasado pero la Iglesia no veló por éste. En este Tercer Milenio, estamos mejor preparados y concientizados por el Espíritu Santo para velar por la Cosecha. Amén. Siento la responsabilidad de afirmar con vehemencia que las congregaciones cristianas que no han adoptado la Visión Celular deben abrir su corazón a este mover del Espíritu; es lo que prevalecerá en el futuro y le dará al Cuerpo de Cristo la El discípulo cristiano fue lo que llevó por primera vez al reconocimiento de los inconversos de los seguidores de Jesús. Por su forma de vivir y seguir las enseñanzas del Maestro, a los “Discípulos” se les llamó “cristianos” en Antioquia. (Hechos 11:26) La Visión Apostólica es Celular en su teoría y práctica neotestamentaría. La Visión Celular es Apostólica en su diseño, origen y cobertura; Amén. Por ello es una Visión para una Iglesia Apostólica Celular. Este fue el Plan Divino y el Diseño del Supremo Arquitecto. En este Tercer Milenio, la Restauración, la Reforma y la Restitución Divinas, harán de la Iglesia, una Iglesia con fundamento apostólico y modelo celular. Sólo así, habrá garantía de que la Cosecha Final no se perderá. Por eso como Jeremías gritamos hoy:

¡Vuélvenos, oh Jehová, a ti y nos volveremos; renueva nuestros días como al principio! Jeremías 5:21 La Visión Apostólica es Celular en su teoría y práctica neotestamentaria. La Visión Celular en su teoría y práctica neotestamentaria. La Vision Celular es Apostólica en su diseño, origen y cobertura. Amén.

“No temas, rebaño pequeño, porque vuestro Padre ha decidido daros el reino.” Lucas 12:32





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