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Infancia interrumpida / Francisco Moreno pág

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Infancia inte rrum pida

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POR FRANCISCO MORENO*

Caminas por las calles aledañas a la plaza, recorres el mercado, bebes un café bien hecho, observas. El entorno está cargado de contrastes, escuchas diálogos en lenguas originarias, música, grafitis, ambulantes que ofrecen comida, artesanías, la diversidad en manos de los habitantes que saturan las calles, jungla urbana que busca sobrevivir a la vez de aquellos que exigen justicia, los visitantes extranjeros miran sin tener idea de lo que sucede, las denuncias, atrocidades, impunidad, secuestros, detenciones arbitrarias, la muerte y la vida se dan la mano en las calles de Oaxaca, muestra de lo que sucede en México.

El escenario es la realidad, lo que ves y escuchas, pero siempre hay otra intangible, aquella soterrada que sufren las víctimas calladas, el dolor de la violación, el comercio de seres humanos, la vejación, el abuso sexual, el calvario de los migrantes y, la vulnerabilidad más flagelante: los niños y niñas de nuestro país.

Sabes que existe, pero no es visible, la miras un día sí y otro también en la prensa, los noticieros, las redes, y de tanto mirarlos ya no te sorprende, el azote inconsciente de habituarse a lo cotidiano. Entonces reparas que estás a un costado de la Catedral de la ciudad sobre la calle Independencia, frente a ti un hermoso edificio, es el Museo de los Pintores Oaxaqueños, entras.

Recorres las salas una a una, dieciocho obras de arte de formato generoso te reciben, observas sin leer el texto de sala, son las pinturas lo que quieres sentir sin prejuicios narrativos, te apostas frente a ellas y el estómago se estremece, una tristeza profunda se atora en tu garganta; con paso lento recorres cada pieza, el color de cada una y sus personajes, la fuerza de la pintura que habla justo de esa realidad no visible pero existente, el trazo y mancuerna de dos artistas plásticos nacidos en los años sesenta aborda con arrojo e ironía un tema dramático y cruel, la infancia interrumpida de miles de nuestros niños. Los Agustines han logrado conjuntar sus estilos para verter sobre lienzos un tema escabroso y crudo, el resultado de este trabajo al alimón es estremecedor, niños y niñas explotados, violados, víctimas de las dro-

“Los Agustines provo- gas y el crimen, seres margican, perturban, mues- nados sin destino seguro, tran con buena factura el acoso sexual, la miseria una cruda realidad, son como forma de vida, el brusus obras enormes ventanales cargados de una iconografía cruel, realidad invisible hecha de tal desamparo en que viven miles de infantes. Agustín Castro y Agustín pigmentos y trazo” Portillo llevan algunos años de compartir los pinceles, los colores aplicados de manera diferente hacen de estas obras un contrapunteo estilístico equilibrado, los Agustines provocan, perturban, muestran con buena factura una cruda realidad, son sus obras enormes ventanales cargados de una iconografía cruel, realidad invisible hecha de pigmentos y trazos, ves y sientes personajes sin luz con miradas huecas, perdidas, el sufrimiento que no queremos ver flota en sus obras, duele. “Infancia interruptus” de Agustín Castro (1958) y Agustín Portillo (1960) se presenta en el Museo de los Pintores Oaxaqueños, en Oaxaca. franciscomorenovaluador@gmail.com *Crítico de arte y escritor

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