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SWAPNA HADDOW
from David Pichón
chapa de botella que se le quedó pegada con un trozo de chicle, una vez que se quedó atrapado en una bolsa de basura).
David venía volando desde el lado contrario del estanque cuando los dos vimos un cruasán a medio comer abandonado debajo de un banco. Descendimos en picado hacia el mismo hueco entre dos tablones del banco de madera y aterrizamos exactamente al mismo tiempo.
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Y allí estábamos, colgando cabeza abajo y atrapados en el banco, cuando un ganso enorme pilló nuestro cruasán y se marchó de allí. ¡Un ganso, por el amor del Ave!
No llegamos a recuperar ese cruasán, ¿verdad?
¡David!
¿Qué?
¿Quieres que siga contando la historia?
Lo siento, Capi. Continúa.
montoncito de papel junto a una máquina de escribir antigua que había sobre una mesa de trabajo hecha polvo.
—Podéis quedaros aquí todo el tiempo que queráis —dijo, y dejó un poco de pan junto a David. La Gata Mala nos gruñó mientras nos miraba—. ¡Fuera! —le ordenó a la gata, señalando la casa.
El cobertizo olía a lluvia cálida y periódicos. Picoteé el vendaje de David para liberarlo mientras él se retorcía para desenrollarse de las vendas de servilletas de la señora humana y el calcetín maloliente. Después, se puso en pie y me acercó a él.
—¿Has visto dónde estamos? —me preguntó con una sonrisa—. Creo que me ha llegado olor a pastel de manzana y zarzamora.