LA MUERTE - Enrique Bader, Susana Benet, Vicent Berenguer, José Luis Parra, Pedro Antonio Parra

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Enrique Bader Susana Benet Vicent Berenguer José Luis Parra Pedro Antonio Parra

LA MUERTE

EDITORIAL KRAUSSE *POESIA*


EDITORIAL KRAUSSE Del Salto, 10 E-46167 Chulilla (Valencia) www.editorialkrausse.com © Poemas, 2008 Enrique Bader Susana Benet Vicent Berenguer José Luis Parra Pedro Antonio Parra © 2009. Editorial Krausse S.L. ISBN: 978-84-612-8004-9 Dep. Legal: V-1389-2009 Impreso en los talleres de la Editorial Krausse S.L. Printed in Spain. Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra. *Para recibir más información sobre las colecciones Krausse:

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Prólogo

DE REPENTE. La muerte siempre nos sorprende, siempre viene de repente. Parece que la trae el viento, divaga, viene silenciosa, como una pluma negra, como un fenómeno inexplicable de la naturaleza, de la vida. A veces llueve, sale el sol, pasa la muerte, y con ella ese dolor insoportable para aquellos que seguimos con vida, incomprensible el hecho. Un adiós imposible. El ser humano nace con la certeza y seguridad de que un día morirá. Lo sabe, y sin embargo no es capaz de recibir su noticia, más aún si es de alguien que conoce. El hecho, de que después de haber nacido, vivido una existencia, después de esto y aquello, no haya nada, nada absolutamente cierto, el hombre no puede entenderlo. Se confunde, tiene miedo, tanto miedo que para poder vivir, ignora la muerte inevitable, se inventa paraísos y cielos. Para consolarse, que después de una vida, haya otra cosa más hermosa. Hay días en que el cansancio de vivir nos agota, y entonces, buscamos el silencio. No queremos coger el teléfono, buscamos la tranquilidad, el reposo ¿o quizás la muerte? Mucho se ha escrito y mucho se ha dicho ya sobre este tema,


pero esto no cambia el hecho de que ninguno de nosotros sepa de verdad qué significa morir, estar muerto. ¿Qué ocurre cuando alguien muere? ¿Qué pasa después de ella? ¿Sigue la vida? ¿Entonces qué sentido tiene la muerte? Preguntas sobre preguntas, y más preguntas que salen de la mirada escrita de estos autores, ¿quién recoge las cartas de los muertos? ¿Encontraremos allá a nuestra madre? Imágenes de la incertidumbre, miedo, incógnita, inseguridad. La muerte también se relaciona con el olvido, con la desaparición, de repente desvaneces y con el tiempo caes en el olvido, porque la vida sigue, te das cuenta de que sigue sin ti. Después de la muerte, los colores siguen vivos, la gata sigue jugando, buscando nuestras huellas. Solo nosotros no estamos, no seguimos. Este libro no trata de entenderla, ni de explicarla, simplemente retratarla. Versos no muertos, sino vivos. Algunos hermosos, otros atroces, como la muerte misma, bella y atemorizante. Algunos poemas la dibujan de forma irónica, otros la presentan con sarcasmo. Cinco autores de edades diferentes se han reunido para contemplar y juntar en un libro el fenómeno más oscuro: la muerte, que sin querer unimos a la vida. Enrique Bader, el mas joven de ellos; Susana Benet y su control sobre el haiku; Vicent Berenguer, y su poesía incomparable; José Luis Parra, el más curtido; y su hermano Pedro Antonio Parra, su verso genial, por primera vez los dos hermanos juntos publicados. Cinco interpretaciones, opiniones y significados desde ángulos completamente diferentes, sobre algo que en el fondo ninguno de ellos conoce. A lo largo de este poemario encontraremos poemas llenos de dolor, miedo, incomprensión, lo imposible, la mentira, la sorpresa, la seguridad, la huida, la vida; y la eterna sombra de la muerte que nos mira. La muerte es lo único sobre lo que el ser humano nunca tendrá control. Viene de repente, una sorpresa no deseada, nunca esperada. Se manifiesta en el día a día, en aquello que más


amamos, en el tiempo, que se nos apaga. La muerte de la vida, ¿igual de una vivaz mentira? A veces, se le quiere controlar, se quiere ser la muerte, traerla, producirla. Ser el verdugo, tener la mentira del merito. La muerte del arte, de la vida, ¿posible del miedo? La poesía también muere, solo las palabras no. Son sus huellas las que nos hacen inmortales. Ciertamente la temática de este libro no es nada nuevo, y no es su tema lo que lo hace especial, sino sus autores, una mezcla eminente y a la vez inminente, porque hoy en día todo nace de una mixtura, como la vida misma. Diana Damian Valencia, noviembre de 2008



ENRIQUE BADER Valencia, 1986. Desde el 2004 reside en Berlín, Alemania, su país materno. En 2005 comienza su carrera cinematográfica con el corto Tschüss Deutschland y largometrajes como Alle Richtungen. Es miembro del comité organizador del Festival de las Vanguardias. Ha publicado los libros: Silencios (Valencia, 2008), Versos Muertos (Valencia, 2008) y El no estar (Valencia, 2009).


EL DESEO se turba ante mi implacable espera a la esperanza. 驴De verdad lo dije? Noche muerta me sostiene. Siempre y es nada lo que espera. El odio mal nacido de mi desesperaci贸n quema al pensar el saber que pierde fuerza. El deseo que era antes es ahora hielo bajo la madera.


Qué subida más temida se desgarra de esta vista. Se contempla el paso de las llanuras, entre sollozos puros, locuras humanas que nos ahogan. Palabras pendientes de sables, sangre manchada que sonríe, entre los desiertos, efímeros del destierro. Y me duele, el Dios que dice; siento el alma en el infierno al saber cierto, que después de vivo seguiré viéndome muerto.



SUSANA BENET Valencia, 1950. Licenciada en Psicología. Ha publicado relatos breves y poemas en las revistas Ultramar (Santander), La siesta del lobo (Albacete) y Papel Elefante (Valencia). Ha publicado dos poemarios de haiku: Faro del bosque (Pre-textos, 2006) y Lluvia menuda (Comares, 2007). Ha sido incluída en las antologías de haiku: Poetas de corazón japonés (Celya, 2006), Brisa del mar (Universidad Castilla-La Mancha, 2007) y Tertulia de haiku (El taller del poeta, 2007).


EL GUSANO El gusano, en una noche, ha devorado el geranio. El agua de las flores se ha corrompido. Manchas oscuras en las manzanas. Tengo miedo de mirarme en el espejo.


TELÉFONO Ese aire enrarecido que fluye del teléfono, ese frío que entumece mis manos cuando escucho tu voz viciada por la estéril añoranza, esos roncos suspiros que hundes en mi silencio. Cómo me asfixia tu aliento, ese gas que derramas, palabra tras palabra, en mis oídos, espeso y ponzoñoso, vecino de la muerte.



VICENT BERENGUER Banyeres de Mariola, 1955. Poeta, crítico y traductor. Desde 1986 dirige la colección de poesía Ediciones de la Guerra. Ha publicado las obras: Guants de macam (Valencia, 1985), Carmí vora els llavis (Valencia, 1986), Dalila (Valencia, 1987), La terra interior (Valencia, 1989), Imitació de la soledat (Valencia, 1990) y L’home no confia en la ciutat (Alzira, 1996). Se encuentra representado en antologías como: 6 poetes 83 (Barcelona, 1983), Camp de mines. Poesia catalana del PV 1980-1990 (Valencia, 1991), Herba de prat. Poemes d'Àneu (Lleida, 1996), Bengales en la fosca. Antologia de la poesia valenciana del s. XX (Alzira, 1997) y Tenebra blanca. Antologia del poema en prosa en la literatura catalana contemporània (Barcelona, 2001). Traducción de los poemas: EDUARD J. VERGER


DE UN TIEMPO EFÍMERO A mi padre, in memoriam

La vida te ayudaba poco —conforme—, vivías simplemente entre los hombres. Necesitabas tener este delirio, confiar que la vida se serena y te adjudica alguna certidumbre que en ti guardaste fecundamente sólo en el silencio más negro. Recrear o aceptar aquel ingénuo que fuiste siempre no es nada ridículo. Ahora entiendo el tibio adiós en amigos supuestos y admitidos hasta el límite. Lo entiendo, fue como un orgullo secreto, industrioso y fértil, sin trabas, en soledad e hígado.


Todo acabĂł en las ramas del silencio. Echado panza arriba tras la losa tu nombre me convoca mĂĄs preguntas. No son del tiempo efĂ­mero mis disculpas.



JOSÉ LUIS PARRA Madrid, 1944. La mayor parte de su vida ha transcurrido en Valencia, donde ha publicado casi todos sus libros. Tras su primer libro Más lisonjero me vi (1987), ha publicado en Ediciones de la Guerra/Café Malvarrosa los siguientes títulos: Un hacha para el hielo (1994), Del otro lado de la cumbre (1996) y La pérdida del reino (1997). En la editorial Pre-Textos ha publicado: Los dones suficientes (2000), Tiempo de renuncia (2004) y tiene pendiente de publicación su último libro: De la frontera. La editorial Renacimiento, de Sevilla, ha publicado una amplia antología de su obra: Caldo de piedra (2001).


CRÓNICA DE UNA MUERTE Si, por unos momentos abrigaste la esperanza, la frágil esperanza de ver algún indicio, un signo de ese soplo sagrado e inmortal que rige nuestra vida, brutal la muerte impuso otra evidencia. Fue como un crac, un ruido perturbador y desasosegante, y luego las pupilas, como soles negros extraviados en un espacio ya irreconocible, como el indicador enloquecido de un dial que nadie sintoniza, entonces, digo, las pupilas comenzaron a moverse, de izquierda a derecha, y al contrario, de un extremo al otro extremo, por la órbita amarilla de los ojos, hasta detenerse por fin, pausadamente, lentamente, en su centro. Las lágrimas, las lágrimas que entonces brotaron


de aquellos ojos, en vida tan queridos, velados por una reseca película escamosa, no eran, ya no eran, no podían ser señales de un adiós, no lúcidas lágrimas de una despedida, perlas que engarzar a un recuerdo memorable, sino gotas de aceite que escapaban de un engranaje sin gobierno, de un mecanismo reventado, definitivamente irreparable. Al asomarme a la ventana, en la calle vacía de la fría madrugada –septiembre daba sus últimas boqueadas–, cartones, hojas de periódico, alguna bolsa de plástico, colillas, mezclados con el polvo, se levantaban en un inquietante remolino, caían, culebreaban, se arrastraban enloquecidos sin orden ni concierto, de aquí para allá, a lo largo de la calle sin un alma –ay de mí–, barridos, maltratados por las primeras ráfagas violentas de un viento repentino, heraldo del otoño más despojado de mi vida.



PEDRO ANTONIO PARRA Valencia, 1946. Licenciado en Biología. Colaboró con poemas en diversas publicaciones de los años 60 del pasado siglo. Luego, silencio. Hace unos años, la revista Al margen, editada por el Ateneo Libertario del mismo nombre, nos ofreció una muestra bastante significativa de su penúltima producción. Todos sus libros permanecen inéditos.


La tarde ya camina hacia el ocaso como una inmensa rosa que se aja serena y dulcemente, y pájaros cantando le dan un sueño de alegría y paz. Dolor, que vuelves siempre a recordarnos que una mano malvada mueve el mundo, no es así. Nadie mueve los hilos. Ningún remedio existe, y así yo me deseo, como la tarde se hunde entre las sombras, que mi vida se apague lo mismo que el crepúsculo, sin rabia y sin condena, que la luz de mi vela llegue al fondo y el fin de mi derrota sea en paz, ahora que recojo el triste fruto que el tiempo me ha dejado entre las rosas.


Nunca aprendí la vida que todo instinto sabe. Profundo analfabeto de mí mismo y del mundo, de un polo a otro de la mente voy y vengo sin norte, sin destino. Siempre en una estación insuficiente contemplo el abordaje que los jóvenes hacen del mundo y de la carne, con la llave secreta que les abre el escenario hermoso de la vida. No tengo yo sino carencias. Nada armoniza con mi pulso. Las ventanas cerradas sólo miden la magnitud del no que el corazón bombea. Reloj de una ciudad inhabitable voy y vengo sin norte, sin historia. Fue un tiempo de vida sin vivir. No habrá otro tiempo.


21 de MAYO PRESENTACIÓN “Casa del libro” Valencia Reserva de ejemplares: mailorder@editorialkrausse.com


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