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Saluda del Arciprestazgo
ARCIPRESTAZGO
VIRGEN DE LOS LIRIOS DE ALCOI
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El Santo Padre nos dice en su Mensaje para la Cuaresma, que una vez más, nos sale al encuentro la Pascua del Señor. Para prepararnos a recibirla, la Providencia de Dios nos ofrece cada año la Cuaresma, “Signo Sacramental de Conversión”, que anuncia y realiza la posibilidad de volver al Señor con todo el corazón y con toda la vida.
Al finalizar este período cuaresmal entramos en los días que nos ocupan especialmente en esta revista: la Semana Santa. Esta Semana Grande va precedida por otra semana que pone a velocidad todos los preparativos para llenar de luz, de belleza, de fe, de tradición, de sentimientos, emociones, agradecimiento, plegaria… las calles de Alcoi: es la semana de Pasión.
Pero es el Triduo Pascual el que recoge el Misterio Central que celebramos: la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo. Esta es la fiesta principal anual de los cristianos, pero su valor eterno alcanza a los hombres y mujeres de todos los tiempos, aún cuando no sean conscientes de ello. Un nuevo año vamos a celebrar de forma conjunta estos días santos las parroquias, las Cofradías, el Gremio de Labradores y todos aquellos que nos visiten.
Con el domingo de Ramos, pórtico de la Semana Santa, el pueblo de Alcoi participa en la tradicional bendición de palmas y ramos con los que acompaña la imagen de Jesús que representa su Entrada en la ciudad de Jerusalén, donde es aclamado por los mismos que más tarde pedirán su crucifixión. Esta bendición tiene lugar en el parque de la Glorieta, para después partir en procesión hacia la Parroquia de Santa María, donde se culmina con la celebración eucarística. Este mismo Domingo de Ramos por la tarde, se celebra en las calles de nuestra ciudad la procesión que tiene como escena principal el encuentro de Jesús Nazareno con su Madre Dolorosa. Un encuentro donde Madre e Hijo, cruzando sus miradas y con el solo silencio, se sumen en la aceptación del designio salvífico de Dios. El Nazareno es comandado por el Gremio de Labradores, y la imagen de Nuestra Señora de los Dolores por la cofradía del Cristo Yacente y Virgen delos Dolores.
Ya en las puertas del corazón de la Semana Santa, el miércoles, nos volveremos a reunir para la meditación del Via-Crucis bajo la luz de la primera luna llena de la primavera y revivir desde el silencio y el recogimiento el sufrimiento de Jesús y su muerte en la cruz, y que a partir del día siguiente meditaremos larga y pausadamente.
El Jueves Santo hace de pórtico al Solemne Tríduo Pascual, rememorando el gesto en el que Jesús se puso a la mesa con los doce, tomóel pan y lo repartió diciendo: “Este es mi Cuerpo, partido por todosvosotros”. E hizo lo mismo con la copa de vino diciendo: “Esta es mi Sangrederramada por vosotros”. Y en medio de este gesto se inclina a lavarles los pies a sus apóstoles, dejando un signo que unido a la celebración eucarística, será el modo de vivir que enseña a todo aquel que quiera comulgar con Él. También en este día se instituye el Don del Sacerdocio, para perpetuar su presencia entre nosotros por la celebración repetidas de la Eucaristía y los Sacramentos. Este jueves, finalizada esta celebración, la Cofradía del Santísimo Cristo Agonizante y la Soledad de María, desfilan en una procesión donde el silencio es el que habla a todos los que participan y a los que son testigos de estos pasos santos. El Viernes Santo, celebración de la Muerte del Señor, después de los Oficios litúrgicos, tiene lugar la procesión de más raigambre de estos días: la procesión del Santo Entierro y en la que están presentes todas las Cofradías y el Gremio de Labradores.
El Sábado Santo, Día de la Sepultura, día de silencio y esperanza, día para acompañar a María Santísima en su Soledad. Y llegada la noche que brilla con la Luz Verdadera, celebramos la Solemne Vigilia Pascual en la que nos unimos a la Vida Nueva que nace por la Resurrección de Jesucristo. Jesús rompe los lazos de la muerte, y llena de luz toda la historia humana.
Y llegados al Domingo más grande, el Círculo Católico Obrero, con la popular Procesión del Encuentro de la Santísima Virgen María con su Hijo Resucitado solemniza elhecho de la Resurrección con la tradicional procesión dels “xiulitets”, por la costumbre de repartir para la celebración de la misma unos “silbatos” de barro en forma de pajarillos.
Esta es nuestra fe que se expresa en estas celebraciones y desfiles procesionales y que la costumbre va transformando en tradición secular.
Os deseamos unos días de intensas vivencias de fe y tradición.