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Aranda Festiva
Aranda de Duero Turismo • 2017 Aranda Festiva
Son muchas y de elevado reconocimiento las fiestas y ferias que se desarrollan en Aranda de Duero a lo largo del año. Las fiestas patronales se celebran a lo largo de nueve jornadas, alrededor de la segunda semana de septiembre, festejos que comienzan con el “cañonazo”. El día de la Virgen de las Viñas coincide con el domingo siguiente al 8 de septiembre (Natividad de Nuestra Señora). Una de las tradiciones de dichos festejos son los “ramaleros” quienes con “trallas” (una especie de látigos que hacen gran ruido) “chiscando” en el suelo, arrastran las reses recién estocadas. Las mantillas que cubren las mulillas llevan el escudo de Aranda y la imagen de la Virgen de las Viñas. Otra tradición muy asentada en los toros de Aranda es “correr las llaves”. El alguacilillo va a caballo y cuando ya ha entregado las llaves de los corrales al responsable de los mismos comienza una carrera a gran velocidad alrededor del ruedo, aproximándose lo más posible a las tablas. La bajada de los toros es bulliciosa y multitudinaria, las peñas de la localidad como El Chilindrón, Tierra Aranda, El Cubillo, etc. acompañan a vecinos y forasteros hasta las bodegas subterráneas, en donde continúa la fiesta.
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Aranda de Duero Turismo • 2017
Celebraciones destacadas
Aranda de Duero Turismo • 2017
La Semana Santa, caracterizada por el típico espíritu castellano, de silencio solo roto por los clásicos tambores y trompetas, ya cuenta con el reconocimiento de Fiesta de Interés Turístico Regional. Aquí, el acto más destacado es conocido como Bajada del Ángel, en el que un niño o niña vestido de ángel quita el manto negro de luto a la Virgen, para que ésta pueda ver con sus propios ojos a su hijo resucitado. La Bajada de la Cruz es la procesión más curiosa e interesante de las que aún se celebran en la localidad. Se trata, en realidad, de una festividad en honor a la entrada de la primavera, en la que en vez de “pingar” un “mayo”, se hinca una cruz de color verde que transportan los cofrades parsimoniosamente. Durante el trayecto los mozos piden agua a la Virgen de las Viñas y tocan incesantemente unos “pitos” (castañuelas) con colgaduras de colores.