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Saluda Rvdmo. Sr. Obispo de Ávila
Obispo de Ávila
Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Jesús García Burillo
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Queridos cofrades: La Semana Santa es un tiempo privilegiado en que la Iglesia ilumina, con la luz del Evangelio de Jesucristo, las realidades del hombre y nos invita a descubrir el amor inmenso de Dios por cada ser humano. La pasión, muerte y resurrección de Jesús es un faro luminoso que enciende en nosotros el sentido religioso y el valor de la vida entregada por amor.
La Semana Santa, como la vive la Iglesia abulense, mediante las distintas cofradías y sus pasos penitenciales, se inserta en el marco del diálogo entre fe y cultura, entre el Evangelio y las tradiciones y costumbres que han de él. En la piedad popular puede percibirse el modo en que la fe recibida se encarnó en un cultura y se sigue transmitiendo; es –como señala el Papa Francisco- un precioso tesoro de la Iglesia católica, y se trata de una verdadera espiritualidad encarnada en la cultura de los sencillos. Es una manera legítima de vivir la fe, de modo de sentirse parte de la Iglesia y una forma de ser misioneros; conlleva la gracia de la misionariedad, del salir de si y de peregrinar--- llevando a los hijos o invitando a otros, es en sí mismo un gesto evangelizador (cf. Egangelii gaudium, 124)
Pues, en este diálogo, intercambio, entre fe y cultura, Evangelio y piedad popular están insertos muchas familias. Que han ido retransmitiendo la fe y las tradiciones religiosas de generación en generación. Permitidme pues, queridos cofrades, que reflexionemos sobre cómo -en las cofradías- las familias son iluminadas por la fe e invitadas a ser, a su vez, un medio cualificado para la transmisión de la misma.
El desafío que tiene la familia cristiana, en una sociedad que tiende a la secularización, es grande- Por eso la base de la fe vivida en la familia tiene que crecer cada día y también purificarse para no caer ni en la “Costumbre” ni en la “indiferencia”. Nos dice el Papa Francisco que <<el hogar debe seguir siendo el lugar donde se enseñé a percibir las razones y la hermosura de la fe, a rezar y a servir al prójimo. La fe es don de Dios, recibido en el bautismo, y no es el resultado de una acción humana, pero los padres son instrumentos de Dios para su maduración y desarrollo. La
transmisión de la fe supone que los padres vivan la experiencia real de confiar en Dios, de buscarlo, de necesitarlo>> (Amoris laetitia, 287).
<<Es fundamental –nos dice el Papa- que los hijos vean de una manera concreta que para sus padres la oración es realmente importante. Por eso los momentos de oración en familia y las expresiones de la piedad popular pueden tener mayor fuerza evangelizadora que todas las catequesis y que todos los discursos>> (Amoris leatitia, 288). ¿Oráis en vuestros con vuestras familias? ¿Animáis a vuestros hijos a conocer el Evangelio, los misterios de la fe cristiana? <<La oración en familia en un medio privilegiado para expresar y fortalecer esta fe pascual…
Las diversas expresiones de la piedad popular son un tesoro de espiritualidad para muchas familias. Si la familia logra concentrarse en Cristo, él unifica e ilumina toda la vida familiar>> (Amoris laetitia, 317). Queridos cofrades, sin duda, la familia cristiana es ámbito necesario para la transmisión de la fe, esa es vuestra misión. <<El ejercicio de transmitir a los hijos la fe, en el sentido de facilitar su expresión y crecimiento, ayuda a que la familia se vuelva evangelizadora, y espontáneamente empiece a transmitirla a todos los que se acercan a ella y aun fuera del propio ámbito familiar>> (Amoris laetitia, 289).
La Semana Santa es la expresión privilegiada por la que la fe de la Iglesia, de la familia cristiana sale a la calle, en diálogo con la cultura y la sociedad, y da a conocer el misterio del amor de Dios por el hombre. Os invito a que vivais estos días santos con espíritu evangelizador; que vuestros pasos, vuestro recogimiento, vuestras procesiones sean una autentica confesión de fe en Jesucristo, muerto y resucitado.