Una ubicación inmejorable

UNA UBICACIÓN INMEJORABLE: LA VILLA MARINERA DE BAIONA

Situada en el extremo sur de Galicia y enclavada en la bahía que lleva su nombre, la villa de Baiona tiene en la actualidad unos 12.000 habitantes, aunque en plena actividad veraniega supera esa cifra con creces.

Llamada por los romanos “Erizana”, en ella se hizo fuerte el caudillo lusitano Viriato, consiguiendo derrotar a las legiones de Roma. Sin embargo, lo que marcaría la historia de Baiona sería la arribada de la Carabela La Pinta, y con ella la noticia del Descubrimiento de América. El primero de marzo de 1493, un barco maltrecho por los temporales, con un mástil roto, las velas rasgadas y las jarcias deshechas y liadas, arriba a sus playas gracias a la pericia de su capitán, Martín Alonso Pinzón, y trae consigo la noticia del descubrimiento de un nuevo mundo.

Este hecho relanza a la villa, que pasa por momentos de esplendor como principal puerto del sur de Galicia, y es además un punto de gran valoración estratégica como guarnición militar, gracias a la Península de Monte Boi (hoy en día, de Monte Real, por un Real Acuerdo de los Reyes Católicos).

La importancia militar de la villa hace que sucesivos reinados ennoblezcan las instalaciones de Monte Real, hasta el punto que en la actualidad la fortaleza, que abriga al Parador Nacional Conde de Gondomar, cuenta con más de 3 kilómetros de murallas transitables, que conforman un conjunto histórico artístico de indudable interés y extremada belleza. Destacan dentro del recinto amurallado de Monte Real, la denominada Puerta de Felipe IV, que data del siglo XVII, situada en las inmediaciones de la Batería del Cantiño, que precisamente sirve de soporte de las instalaciones del Monte Real Club de Yates.

En la zona este del Monte Real se encuentra la Torre de la Tinaja, que sirviera de mazmorra de inquisidores en el siglo XVII, y que hoy es un privilegiado balcón sobre la bahía de Baiona. El recinto amurallado ofrece otra serie de lugares y construcciones de gran interés, como son el pozo romano que en su día servía de abastecimiento para las tropas guarnecidas; la denominada Puerta Real, mandada construir por los Reyes Católicos; la Torre del Reloj o la Puerta del Sol, la más antigua del recinto.

Fuera de las murallas, diversos monumentos hablan de un glorioso pasado: los puentes romanos de la Ramallosa y Sabarís, la ex colegiata de Santa María, la capilla de Santa Liberata, el crucero de la Santísima Trinidad o la modernista Virgen de la Roca.

Esta villa marinera y turística, declarada Municipio de Excelencia Turística y con un casco antiguo que es “Conjunto de Interés Histórico-Artístico” desde 1993, se ha convertido en uno de los centros de navegación deportiva más importantes de España, gracias a la actividad del Monte Real Club de Yates.